La situación actual de las mujeres y más específicamente de las jóvenes ha cambiado para
bien sustancialmente a lo largo de las últimas décadas o incluso del último siglo, gracias
entre otros factores al trabajo del movimiento feminista que ha señalado el camino que
había que seguir. No obstante, en la actualidad, las mujeres jóvenes siguen sufriendo una
doble discriminación por el hecho de ser mujeres y ser jóvenes, lo que se puede agravar en
aquellas que sufren una triple discriminación como las mujeres jóvenes rurales, mujeres
inmigrantes, aquellas con discapacidades, grupos étnicos minoritarios Y aquellas
pertenecientes a la comunidad LGTBI.
Por otro lado tenemos a la violencia contra las mujeres, por lo tanto es imprescindible
proteger a las víctimas en todos los casos posibles donde se demuestre el abuso hacia estas,
pero también hacer hincapié en la prevención, partiendo de la base de que la violencia
contra las mujeres ejercida por parte de sus parejas es sólo la punta de la espada, y que por
lo tanto si no profundizamos en las raíces del problema, en la propia existencia del sistema
patriarcal, en el desequilibrio de poder, al fin y al cabo en el sistema de dominio-sumisión,
difícilmente podremos construir un mundo más justo y seguro para todas y para todos.