LEGITIMO S
HOMBRES
Aproximación antropológica al grupo tojolabal
Otto ScHUMANN G.
Introducción
129
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UIO!O\If
le proponía como uno de los idiomas pertenecientes al grupo de ·len-
guas tzeltales o tzeltalanas.
Este artículo es, también, un resumen preliminar de todo un con-
junto de trabajos lingüísticos que se publicarán posteriormente para
proporcionar materiales más completos sobre esta lengua tan poco
conocida; la intención de publicarlos ahora es la de que tanto los
investigadores como los interesados cuenten con fuentes de consulta.
Cabe señalar que el presente trabajo está escrito en forma sencilla,
de tal manera que sea accesible a cualquier persona no especiali-
zada en lingüística sin que por ello pierda su carácter científico.
Consideraciones preliminares
131
El tojolabal se habla básicamente en los municipios de Las Mar-
garitas y Altamir.mo; hay núcleos de ;población tojolabal en los mu-
nicipios de Independencia y Comitán, y colonias o aldeas nuevas
dentro de los municipios de Trinitaria y Ocosingo, todos en el Estado
de Chiapas.
Al comparar el tojolabal con otras lenguas mayas vemos que pue-
de ser colocado dentro de un grupo con el que comparte un maym
número de correspondencias \'OC.álicas y consonánticas. Si compara-
mO& las lenguas mayas en general, vemos que las que tienen oclusiva
posvelar sorda /q/, como sucede en las lenguas llamadas de los altos,
tienen su correspondencia en la oclusiva velar sorda /k/ en las len-
guas llamadas de los bajos; así mismo, las que tienen oclusiva pos-
velar sorda glotalizada /q'/, encuentran su con-espondencia en la
oclusiva velar sorda glotaliz4da /k'/ de las lenguas de los bajos.
Tanto en la escritura tradicional como en la popular aceptada
entre los hablantes de las lenguas que tienen posvelares, /q/ se escri-
be como k, y /q'/ como k'. Tales son los casos del quiché, el cak-
chiquel, el mam, el k'ekchi', el jacalteco, el pocoman, etrétera.. Según
la obra de Williams antes citada, en esta lista se incluiría también
el chuj, cosa que no acepto por las razones que doy al finalizar la
lista de correspondencias consonánticas, antes del problema que se
plantea en relación a la /1/ y la /r/.
En el presente trabajo tuve que simplificar los alfabetos usados
para presentar los materiales de las lenguas indígenas; evité usar el
alfabeto intcmacional, ya que además de ser conocido sólo por los
especialistas, resulta muy difícil locali7A'lr los tipos correspondientes
en las imprentas mexicanas. Para una mayor comprensión de este
trabajo preferí mar una forma simplificada puesto que está dirigido
a personas que conocen el idioma español. De cualquier fonna, una
gráfica comparativa del alfabeto internacional con los tipos que aquí
uso me hubiera ahorrado varias descripciones.
Cuando comparo o represento palabras para las lenguas en estudio,
uso el s.ímbolo /k/ para la oclusiva velar sorda, en vez ele la e y
·]a qu usadas en la escritura práctica del español y en la mayor
parte de las lenguas mayas; de la misma manera uso /k'/ para re-
presentar la oclusiva velar sorda glotalizada la cual se representa
por e' y q'u en las escrituras tradicionales de la mayoría de las
lenguas mayas. El maya yucateco U5a k en este caso, rnientraS" que
el español carece de este elemento.2
132
Para la oclusiva ¡><melar sorda uso el símbolo /q/, y para la
oclusiva posvclar sorda glotaliza.da uso / q' /, en vez de k y k' que
utiliza la escritura de la mayoría de las lenguas de esta familia y
:l.as del totonaco. Esta forma es común también a todas las lenguas
autoctonas de Ibero América que poséen este elemento, como el
quechua, el aymarn, etcétera. Hago los cambios antes mencionados
por considerarlos adecuados para este menester lingüístico.
En relación a otros sonidos, mantengo el alfabeto del español hasta
donde es posible hacerlo, ya que considero será el más conocido
por las personas que consulten este material. Así, para la africada
alveopalatal sorda uso el símbolo /eh/ como en español; para la
africada alveolar sorda uso ftz/ por ser el más usado en el área
maya; en d caso de las africadas glotailizadas utilizo /eh' j para la
africada alveopalatal sorda glotalizada, y / tz' / para la alveolar sor-
da glotalizada, por la misma razón antes mencionada. Para la fricati-
va alveopalatal sorda uso jx/ como se usa en casi todas las lenguas
indígenas de América Latina y en el portugués, además de ser ésta
la forma tradicional de escritura en el área maya. El español no
tiene tal fonema más que en préstamos, aunque lo tuvo con anterio-
ridad, y también se escribía con x, hoy en día se ve cada vez má!
la grafía inglesa sh para representarla, sobre todo en áreas urbanas.
Para representar la nasal velar sonora uso /n/ como lo hace na
escritura tradicional de las lenguas mayas que poseen este elemento,
tales como el chuj, kanjobal, jacalteco, etcétera. En el español en-
contramos este sonido pero no llega a ser significativo, ya que cuando
apart'ce está condicionado a :]a presencia de g, e, y qu (como en
mango, penco o renquear). Además, por tratane en este caso de un
elemento condicionado, no tiene una grafía particular. Como se en-
cuentra en distribución complementaria con jnj nasal alveolar so-
nora se usa un mismo símbolo para representar a ambas. En los
dialectos del español correspondientes al sur del Golfo de México,
sureste de México, América Central y área del Caribe, también apa-
rece la jñj después de vocal acentuada en posición final de palabra,
pero siempre en forma complementaria en su distribución con re-
lación a /n/.
Considero necesaria la explicación de los símbolos usados para ha--
cer la presentación lo más clara posible. Uso la fonología estructural
puesto que además de ser ampliamente conocida es la más simple.
Pienso que un trabajo en fonología generativa hubiese sido más for-
malizado y por lo tanto más específico, pero al mismo tiempo hubiera
sido no sólo más complicado, sino que estaría dedicado únicamente
133
a los especialistas en lingüística, lo cual contradiría la intención del
artículo.
Cuando comparamos materiales de dos lenguas diferentes, los ele-
mentos o palabras en común que se presenten, concordantes en su
estructura segmenta), aunque no en su significado, las llamaremos
cognadas si podemos aclarar que tienen un origen común; así tene-
mos en español la palabra "basura", y la portuguesa "vasoura", que
en esta última lengua significa escoba. Podemos ver que tienen origen
común a pesar de los cambios fonológicos sufridos, pues aunque el
significado varía, se mantienen dentro de un marco de significados
ligados. Es a este tipo de elementos a los que se denomina cognadas
que forman un campo semántico. Las cognadas pueden presentar
en ocasiones identidad no sólo en su escritura sino incluso en su
significado, tal ocurre con las palabras portuguesa y española co-
rrespondiente a "casa", donde la única diferencia reside en la fono-
logía, pues en portugués la /s/ entre dos vocales se sonoriza, mien-
tras que en el español es sorda.
Los campos semánticos pueden coincidir en número de elementos
aunque no siempre sucede así, ya que entre dos lenguas emparenta-
das, como lo son el chuj y el tojolabal, se presentan cambios tanto
en el número de campos semánticos como en el de elementos que
corresponden a los campos que comparten estas lenguas. Veamos los
siguientes ejemplos:
Chuj Tojolabal
k'ultakil 'Salvaje o k'uhlal 'salvaje o
silvestre' silvestre'
álak' 'domesticado' ala k' 'doméstico'
molbetz 'doméstico'
134
Asimismo, al comparar c.los lenguas, vemos que los elementos de
una en relación a la otra, no se equivalen de uno a uno; es nece-
sario recordar que muchos de los valores que manejamos, y nunca
cuestionamos (casi siempre por no tener otro marco de referencia) ,
los adquirimos al aprender a hablar una lengua. De nin.:,.auna manera
resulta posible, después de haber adquirido determinado bagage cul-
tural, abandonarlo para tomar otro cualquiera al azar, a menos que
definitivamente se abandonen tanto la lengua como el marco cultural
en c¡ue ésta se desenvuelve, y aún en éstos casos algunos elementos,
aunque sean modificados, se harán presentes. Cuando un pueblo ha
camtJJado su lengua, ya sea en un proceso muy largo o en otro rela-
tivamente corto, siempre persisten elementos que registran tal cam~
bio, pudiendo ser residuos de la lengua anteriormente hablada, topo-
nimias, ténninos léxicos, o puntos de partida para establecer una
lógica. Así nosotros, como hablantes de español, el entrar en contacto
con otra lengua, inmediatamente tratamos de ver o encontrar los
verbos ser y estar, ignorando que de hecho gran parte de las lenguas
del mundo carecen de ellos (al parecer la mayoría). Al aprender
el español helllDs aceptado esta serie de conceptos, sin darnos cuenta
de que con una estructura verbal manejamos un elemento temporal.
Así, con la del verbo ser manejamos el aspecto permanente, y con -
la del verbo estar, la temporalidad.
Otro tanto ocurre en la forma de ordenar las cosas. Por ejemplo,
tanto los chujes como los tojolabales al acomodar objetos los colocan
de derecha a izquierda, puesto que en estas lenguas queda implícito
que el punto del que se parte para ordenar es siempre la derecha;
wrrespondiente al punto principal. Asimismo, para los hablantes de
estas lenguas, el pasado, por ser visible y manejable, está situado
adelante, mientras que el futuro, por no poderse ver, queda atrás
(en tojolabal tza'ani, equivale a futuro, pero literalmente significa
lo que queda atrás), hecho contrario a los valores que se manejan
en las lenguas europeas.
Muchas lenguas mayas tienen categorías diferenciales donde noso-
tros tenemos simplemente el verbo comer; para ellos, estas categorías
son acciones diferenciadas aunque asociadas. Así por ejemplo, exis.ten
términos especiales para acciones diferenciadas tales. como comer car-
ne, comer fruta, comer alimentos elaborados, etcétera.
Lo que he tratado de exponer, es que cada quien tendrá bases
diferentes; distintos puntos de partida, en relación a la lógica utili-
zada, y que estos puntos están referidos, de una manera general, a
la lengua; claro está que hay elementa; que pueden sufrir cambios
en este aspecto sin que en ello intervengan variaciones en la lengua
135
utilizada, tales como los cambios de religión, de filosofía o de orga-
nización social. Resulta sin embargo interesante anotar que incluso
factores como estos alteran los campos semánticos; así, en la lengua
utilizada por una sociedad calvinista no encontraremos ni el léxico
ni el campo referentes a los sistemas de compadrazgo, que en este
tipo de sociedades son inexistentes.
Tenemos también elementos que pueden pertenecer a vanos cam-
pos semánticos a la vez; no por la ambigüedad del lenguaje, sino
porque esta ambigüedad seria una consecuencia de las diferencias
de categom.xión; es esto lo que hace difícil, por ejemplo, la traduc-
ción de un chiste de una lengua a otra, ya que los elementos que
comparten distintos campos no son los mismos en las diversas len-
guas. ni se comparten los mismos campos. Así, en tojolabal tenemos
el tém1ino k'ak', fuego, que aparece no sólo en relación a la cocina
y sus usos; en el campo referente a incendios y quemaduras, sino
tambi~n en lo referente al sol, el calor, y el estado de cólera o enojo,
correspondencias que obviamente no comparte con el español.
1le cualquier manera, habrá tambi~n campos semánticos que pue-
dan sen·ir como referencia general para buscar cognadas; campos
básicos que tienen que ver con las acciones que el hombre lleva a cabo
como ente biológico, aunque haya grados de categoría diferencial, y
a pesar de que tales acciones puedan ser llevadas a la idealización en
aspectos míticos o religiosos. Otros campos comunes sérán además
los referidos al medio geográfico. Así, por diferente que se presente
éste, del polo ;J ecuador, siempre existirán puntos básicos en común
a la manera de: tierra, fuego, aire y agua. o estrella, sol y luna, que
pueden estar presentes ya sea en términos de escasez o abundancia,
o en relación con el manejo del tiempo.
Cuando dos lenguas entran en contacto puede surgir una nueva,
sobre todo en el ca.so de las sociedades esclavistas, como lo prueba
Robert Hall ( 1966), pero aunque los campos de las lenguas afectadas
lleguen a mezclarse o entrelazarse, persistirán campos básicos comu-
nes. Es un problema agudo el tener que detemúnar lo que es parti-
cular, en éste caso, a cada una de las lenguas mayas, no sólo porque
í:stas comparten una base cultural en común, la mesoamericana, sino
·porque además tienen un origen común, lo que viene a complicar
el estudio de sus interrelaciones. Por otra parte todas ellas han
recibido, en diversos grados y sentidos, la interferencia del espa-
ñoL La lingüística histórica nos resulta de gran ayuda al aplicar sus
métodos en este aspecto, pero quedará aun mucho por hacer para
asegurar otros procesos con certeza.
136
Dado que ia cantidad de sonidos que puede emitir el ser humano
por medio de las cavidades oral y nasal, al accionar determinados
músculos, es limitada, y ya que los sonidos que se utilizan en las
diver.;as lenguas son aun menos numerosos, es posible encontrar pala-
bras iguales o semejantes en varias lenguas distintas, aunque sea en
pequeño número. Este hecho por sí solo no indica que se trate de
lenguas emparentadas o que hayan tenido contacto, o que esto nece-
sariamente se deba a préstamos lingüísticos. Lo que sí indica que
dos o más lenguas tienen un origen común, es el hecho de encontrar
cognadas que nos permitan establecer las llamadas correspondencias
mecánicas o sistemáticas, es decir, que cuando podemos establecer
reglas de conversión_ (en el caso de que un sonido esté correspon-
diendo de manera mecánica o sistemática a otro sonido de alguna
lengua distinta; o bien, que corresponda al mismo sonido de una
lengua a otra, pero de manera mecánica o regulada) se confirma
que los elementos que se comparan son elementos cognados; el esta-
blecer esta serie de reglas, surgidas de la comparación, nos permite
aseverar el origen común de las lenguas en estudio.
En relación a las lenguas llamadas mayas o mayas-quichés, no exis-
te duda respecto a que se trata de un conjunto que forma una sola
fanúlia, a la cual-se asignó tal nombre únicamente para referencia. 3
En lo que toca al fonema, entendemos por tal un sonido significa-
tivo dentro de una lengua en particular, es decir, como se ha descrito
en la literatura lingüística tradicional, es la unidad mínima signifi-
cativa, o la unidad mínima de estructura o, dicho de otra manera,
son los elementos básicos, significativos, usados por la lengua para
formar estructuras mayores, pero que no poseen significado por sí
mismos. Cuando los sonidos se encuentran ocupando lugares idénti-
cos en ambientes idénticos, y si el significado de las palabras o del
elemento cambia, decimos que se trata de dos fonemas distintos
puesto que se encuentran en contraste. En el caso de encontrarse
dos sonidos en ambientes idénticos o semejantes, y no presentarse
tal cambio de significado, esto correspondería únicamente a una
variación libre. El significado no reside en el sonido en sí, por lo
que sólo se da el cambio en el contexto de la totalidad de la palabra
o elemento. Es fácil ejemplificar sonidos en contraste en el español,
que resultan ser fonemas. Así en /tasa/ y /pasa/ tenemos que /t/ se
encuentra ocupando lugar idéntico a /p/, pero, aunque contrastan,
137
el significado reside en la construcción del total y no en la /t/ o en
la fp/ en sí mismas; otro ejemplo setía el contraste entre cana
jkanaj y cama jkama/, donde los lugares contrastantes los ocupan
fnf y /m/.
No consideré necesario escribir el cierre glotal inicial en las pala-
bras de las lenguas mayas que aquí presento, ya que este sonido, que
en todas las lenguas mayas funciona corno una consonante, es mecá-
nico en esta posición, precediendo siempre a la vocal que a,parece
al principio de palabra. De hecho, en la mayor parte de las lenguas
mayas no existe la vocal inicial, aunque por ser un proceso mecánico
se elimina en las escrituras tradicional y popular, lo que es necesario
recordar para las comparaciones posteriores, sobre todo en lo que
se refiere a pérdida de elementos en el chuj.
Ejemplos:
!3U
.....<:!
~ .., ~
<:!
E
:-...
...... <:!
~ ·;:; ~
~
...... ·S, e
<:!
-e e; "
~
~
.;:; "'E
<:: ~
~ H ~ ~
"
e
~
~"
~
"
pescado ehay eh ay ka y ehay ehoy kar kar kar
chile ich ich ik idl ich ik ik ik
rojo chak eha k chak tl:1h twj k1 aq k1 aq kaq
donde eh eh k eh eh k k k
ejemplos:
aguacate on on on oj oj
casa nah nah ja
sandalia xanab xanab xanab xajab xijab
donde n n n j j
pescado ehay chay ka y kar kar
zorrillo pay pa'ay pa'ay par par
su (posesivo) y- y- V-
J
r- r-
dmmir way \Va y war war
donde y y ,. r r
1
139
Las correspondencias de las lenguas de los bajos en relación a las
de los altos, a grandes rasgos, serían las siguientes:
donde las lenguas de los bajos tienen las de los altos tienen
140
Fonología comparativa del grupo chuj-tojolabaJ
Si comparamos los elementos fonémicos del ch.uj con los del tojo-
labal, a través de un cuadro, tenemos:
CONSONANTES
Oclusivas p t k
Oclusivas ingresivas b
Oclusivas glotalizadas t' k'
Fricati vas S X h
Mricadas tz eh
Africadas glotalizadas tz' eh'
Lateral
Vibrante r
Nasales m n ( ¡¡)
Semiconsonar.tes w y
VOCALES
Altas u
Medias e o
Bajas a
141
trate de una glotalizada; ya que en el tojolabal las glotalizadas son
también a su vez preglotalizadas, si van precedidas de vocal, lo que
no sucede con la fb/.
La semiconsonante bilabial fwf, en el chuj de San Mateo Ixtatan
al menos, tiene una gama de variantes ya que es frecuente que apa-
rece como /v/ fricativa labiodental sonora; fricativa bilabial sonora
o, incluso, como oclusiva bilabial sonora cuando va después de con-
sonante, aunque en la forma anotada al final aparece con menor
frecuencia y todas las posibilidades descritas se presentan en varia-
ción libre.
En rl chuj la fricativa que corresponde a la Jh/ del tojolabal, es
la velar sorda, pero como de hecho no contrasta con fh/ sino que se
corresponden. no considero necesario establecer otra grafía.
Al comparar los fonemas de este cuadro con los que corresponden
a las lenguas mayas del grupo tzeltal vemos que éstas registran dos
fonemas más: jjj, que uso para representar la fricativa velar sorda;
pero en este caso contrastando con /h/, como sucede en tzeltal, y
/p'/ oclusiva bilabial sorda glotalizada que en rstas lenguas contrasta
con fbf. Esto, sin tomar en cuenta los dialectos del tzotzil que re-
gistran una sexta vocal fonémica. En un dialecto del tzeltal aparece
Jq/ oclusiva posvelar sorda, pero no fonémica. Si comparasemos los
fonemas del tojolabal con los de las lenguas del grupo tzeltal, sólo
habría dos fonemas diferentes, lo cual aproxima al tojolabal a estas
lenguas. que después del chu j le serían las más cercanas; todo esto
en lo referente a la cantidad de fonemas que comparten.
Las lenguas del grujo kanjobal, que en cierta forma se acercan al
chuj, tienen cinco fonemas más que el chuj, y seis más en relación
al tojolabal. Hay que recordar que el chuj tiene como fonema la /fi/
nasal velar sonora, rasgo que comparte con las lenguas del grupo
kanjobal, pero ni el chuj ni el tojolabal tienen como fonemas fqf
oclusiva poS\-·elar sorda, /q' / oclusiva posvelar sorda glotalizada, /x/
fricativa alveopalatal sorda retrofleja, /tx/ africada alveopalatal sor-
da retrofleja y /fx' f africada alveopalatal sorda retrofleja glotalizada,
que todas las lenguas del grupo kanjobal mantienen corno fonemas.
El chuj tiene como fonema la /x/ fricativa alveopalatal sorda, lo
mismo qtie el tojolaba:l, solamente que hay variantes del chu j en las
que /x/ alterna con /X/, y en otro dialecto donde /x/ es la forma
básica, es decir, la más productiva, para lo que en otros dialectos
de esta lengua es /x/.
Desde el enfoque de la división silábica, el chuj de San Sebastián
Coatán tiende a ser divergente del tojolabal, sobre todo en los ele-
mentos de más de una sílaba, ya que, como resultado de la pérdida
142
de vocales que sufren nombres y adjetivos al entrar en composición
para formar ,palabras compuestas, frases, etcétera, en esta variante
aparecen más consonantes silábicas, las cuales, por lo general, en esta
forma dialectal se presentan en posición final; esto no sucede en el
tojolabal, ni en el chuj de San Mateo Ixtatán. En este proceso éstas
dos últimas se asemejan más al tzeltal, pero no al tzotzil, que dentro
del grupo de lenguas tzeltal o tzeltalano es divergente con un patrón
canónico diferente que permite grupos vocálicos. Es decir, que par-
tiendo de la división silábica y del patrón canónico, el tojolabal y
el chuj de Ixtatán se asemejan al tzeltal pero no al tzotzil, mientras
que el chuj de Coatán tiene procesos independientes.
Las correspondencias mecánicas entre las vocales de las lenguas
mayas son por Jo general bastante consistentes. Si tomamos la lengua
to jolabal para establecer el tipo de correspondencias que existen con
el chuj, no sólo vemos que son bastante sistemáticas, sino también se
hace obvio que los elementos cognados son muy semejantes entre éstas
dos lenguas.
Correspondencins V ocálic(l¡)
Chuj Tojolabal
1+3
con las lenguas mayas del grupo pokom, donde la correspondencia
entre dichas vocales no es sistemática, sino a yeces fof de una lengua
da Juj en la otra y viceversa. En las lenguas que estamos comparan-
do tenemos lo siguiente:
Chuj Tojolabal
a ..................... . ........ a
k'ab, mano k'ab, mano
tah, pino tah, pino
chak, rojo rhak. rojo
o .................... .. .. ...... a
toto, si condicional ( Coatán' ta, si condicional
tato, si condicional
(Ixtatán)
xo, ya -completivo x:t. ya - completivo
peka, antiguo poko, antiguo
144
ejemplo:
Chuj Tojolabal
Correspondencias Consonánticas
Chut Tojolabal
p ..................... . ........ p
pah, agrio pah, agrio
pay, zorrillo pa'ay, zorrillo
k ........ ······ ....... . ........ k
ok, pié ok, pié
chikin, oreja chikin, oreja
t ..................... . . ....... t
ti', boca ti', boca
tah, pino tah, pino
b ..................... . ........ b
bob, hacer bob, se puede
·145
Chuj Tojolabol
Chuj Tojolabal
eh .................... . ........ eh
chay, pescado chay, pescado
chaiie', cuatro chane', cuatro
eh .................... . . ....... t
och, alimento o tortilla o'ot, tortilla
che'ew, frio o helada te'ew, helada
chibh, carne ti'oh, carne (La Soledad)
achni, bañarse ( Ixtatán) atnel, bañarse
much, ave o pájaro mut, gallina
tz ..................... . ........ tz
tzatz, duro tzatz, duro
witz, cerro witz, cerro
eh' .................... . ........ eh'
ch'at, cama ch'at, cama
ch'o'ow, rata ch'o', ratón
tz' .................... . . ....... tz'
tz'i', perro tz'i', perro
tz'umal, piel tz'u'um, piel
k' ..................... . . ....... k'
uk', piojo uk', piojo
146
Chuj Tojolabal
147
hr sonora, pero creo que en ambos ca~os se trata de errores de im-
prenta, ya que ni el chuj tiene /q/ ni el mopán tiene ¡n-¡.
En el tojolaballa /r / aparece con más frecuencia entre dos vocales
·iguales, esta tendencia parece ser compartida por otras lenguas mayas,
sobre todo las llamadas de los bajos. Debo hacer notar que las len-
guas de los altos tienen mayor producción de /r/, y por Jo general
corresponde a la Jy /de los bajos, aunque al comparar dos lenguas
de los bajos a veces la correspondencia se da con la /1/. Así tenemos
,que al comparar el maya yucateco con el chortí, donde en el primero
aparece Jl/, por lo general en el segundo tenemDs /rf. Otras veces la
/n/ final del yucateco y de otras lenguas de los bajos aparece como /r/
final en chortí.
Por lo que respecta a este mismo problema, al comparar chuj
con tojolabal, vemos que no se presenta una regla fija, ya que tene-
,mos lo siguiente:
Chuj Tojo/aba!
r ..................... . ........ 1
tukuru, ave de mal agüero tuhkul, tecolote
burbuna, brotar o burbujear bulbunuk, burbujear
1 ..................... . . ....... r
kelem, muchacho kerem, muchacho
k'ol xoch, caracol de monte k'oron xoch, caracol de
monte
148
Ejempl06:
Chuj Tojolabal
Pérdidas de vocales
Tales pérdidas, de las que hay dos tipos, son frecuentes en ambas
lenguas, pero mientra~ el tojolabal sólo presenta el primer proceso,
el chuj participa de los dos:
149
b) las pérdidas de vocales que se presentan al formar palabr;~s
compuestas o frases. Este proceso es particular del chuj de Coatán.
Ejemplos:
Ejemplo:
Cltuj Tojolabal
150
Ejemplos:
Chuj Tojolabal
Chuj Tojolabal
151
Chuj Tojolabal Tzeltal
Chuj Tojolabal
Ejemplos:
152
a .... V: .. e, en ma,•a itzá éste ·
a .... V, en 77Ulya mopán éste (la V= vocal, la V final es igual
a la vocal que le antecede) .
ki, en chuj de CoaJ.án nuestro
ki; en maya itzá nuestro
tiki, en maya mopán nuestro
lolonel, en chuj de Ixtatán palabra
ohroner, en chortí palabra (recuérdese que lo que en chortí es /r/,
en otras lenguas mayas corresponden a ¡1/).
Chortí tojolabal
Glotocronologia
153
Considero importante mencionar que no comparto la opm10n de
Swadesh en lo que se refiere a anotar únicamente el término "más
usual", pues dicho criterio resulta difícil de establecer, ya que den-
tro de una misma comunidad los términos "más usuales" difieren
para los distintos hablantes. Como sucede con hablantes de una
misma lengua que vivan en colonias vecinas.
Tal sería el caso en la colonia tojolabal de La Soledad (oficial-
mente Chiapas), donde el término común para designar carne es
ti'oh, mientras que para la colonia Saltillo el ténnino empleado es
bak'et. Ambos son, pues, usuales para cada comunidad aunque
difieran dentro de la misma lengua.
154
Lista Diagnóstica*
" De los términos que aparecen en chuj, los que van solos cuando el nÚ·
mero se repite y se acompaña del guarismo ( 2), marcan elementos léxicos
que son particulares de la variante de San Mateo Ixtatán, correspondiendo
a la de Coatán el que le antecede.
Si se encuentra un solo término, esto significa que es igual en ambas
rariantes.
Algunos elementos, como carne (No. 29) o raíz (No. 26), los dejé inten-
cionalmente para mostrar la pérdida de Yocales que se presentan en el chuj
de Coatán más no en el de Ixtatán.
155
Chuj Tojolabal Tzeltal Tzotzil
156
Chuj Tojolabal Tzeltal Tzotzil
49) k'o'olf
tzukutz (2)
50) cuello hah nuk' snuk' nuk'ul
51) chiche im m IX schu! schu'
52) corazÓn p1xan k'uhol/k'ohol o'tanil o'onilj
o'ntonal
53) hígado seyub ch'okol sehkub sekub
54) beber ukh uk' uch'el ta xuch'
54) uk' (2)
55) comer wa·¡ wa'el we'e] ta sve'
56) morder chi'a k'tLxhel ti' el ta. sti'
57) ver ila' ilhel ilel ta sk'eljild
58) oír ahí' abhel a'iycl ta xa'i
59) saber ohk na'ahel tma' sna'
ohtak (2)
60) domúr wayan wayel wayel ta xvay
61) morir ehami chamel chamel ta xcham
-
62) matar mila' núlhel milaw fmilel ta smil
63) nadar achni nuxhelf nuxel ta xnuxih
lokohel
63) noxbi (2)
64) volar heriw huhpel wnilel ta xtoyjta
xvil
65) andar bey behyel behel ta xanav
66) venir . haw hakel tal el taxtal
67) acostado ek' kotan ba'an ek'e wayalfechel puch'ul
67) hichan
ek'i (2)
68) sentado , em wokan kulan ek'e hukul choto}
68) k'ohan
, emi (2)
69) parado k'e liiian tek'an ek'e tek'el va'al
69) liñan k'e'i
(2)
70) dar ak' ak 'v.'<llli ak'el ta xak'
71) decir chi alhelfchi halelfchi ta xal
71) alani (2)
72) sol k'u k'ak'u k'ahk'al k'ak'al
157
Chuj Tojolabal TzeltGI Tzot:il
158
Chuj Toj(}labal Tzeltal Tzot::il
159
primera la comparten chuj, tzeltal y twtzil, y la segunda, tojolabal,
tzeltal y twtzil.
En el caro de los términos que corres penden al número 95) com-
paré buthi del chuj, con but'an del tojolabal y but'ul del tzeltal
para obtener el número mayor de cognadas, tomando en cue·nta
que el chuj tiende a perder ila glotalización de consonantes cuando
la glotalizada va seguida de consonante que precede a vocal. Para
obtener el número menor de cognadas tomé el término noh del tzel-
tal, que sólo puede compararse con el noh del twt:z.ill.. Con este
ejemplo, la posibilidad mayor es de tres cognadas compartidas entre
chuj, tojolabal y tzeltal, mientras que con el térnúno noh obtuve
la posibillidad menor que resulta ser de dos, y sólo es compartida
entre tzeltal y twtzil.
Tomando en cuenta únicamente el material del chuj en la varie-
dad de Coatán tenemos los siguientes resultados:
160
Posibilidad Mtryor de Cognada.s y Distancia Menor en Siglos Mínimos
161
y geográfica semejante, habría que considerar los reSultadoo de estu-
dios glotocronológicos en otras lenguas con diferente situación his-
tórico-geográfica para corroborar la fórmula, ampliar el rasgo de
-sus posibilidades o, si es preciso, obtener una o varias fórmulas nue-
vas.
Otro problema a discutir es que, dado su carácter histórico, se
trabajó solamente con materia] escrito, y la lengua escrita, además de
no ser representativa, tiene un proceso de cambio más lento que el del
lenguaje real o hablado.
Los resuhados a los que se llega al comparar material directamente
obtenido en el campo oscilarán siempre entre el número de siglos míni-
mos de separación que corresponden a la mayor posibilidad de cog-
nadas y el que corresponde a la menor posibilidad de las mismas,
dado que se necesitaría, en todos los casos, informantes muy bien
adiestrados, con un gran conocimiento de su propia lengua y un
buen manejo de la lengua que se utiliza para obtener ~os datos, pu-
diendo así contar con la posibilidad mayor de cognadas (esto cuan-
orlo el ténnino en estudio no varíe semánticamente). La presencia
de elementos diversos condicionaría además Jos resultados de cada
inveStigador que obviamente diferirán.
El tratamiento de las cognadas en los estudios glotocronológicos
adolece, a mi parecer, de lo siguiente: si bien se registran las cog-
nadas tomando como base en este caso al español, no se toman en
cuenta las diferencias culturales que pueden hacer variar el signi-
ficado de una palabra; ya sea que se mantenga o no dentro del mis-
mo campo semántico, lo cual da por resultado que la cantidad de
cognadas consideradas en una lista diagnóstica no corresponda al
número real de cognadas. De esta manera, el resultado cronológico
estará restringido a aquellas cognadas que conserven el mismo sig-
nificado en ~año], cosa muy discutible desde el punto de vista cul-
tural. Por ejemplo, en lenguas asiáticas como el japonés nos en-
contramos con más de seis posibilidades de traducción del término
yo en español, que variará según el rango socia~, la edad, etcétera.
En el maya mopán, para situarnos en el área en estudio, el tér-
mino éste, corresponde a tres elementos diferentes; así, hay una pala-
bra que indica éste que se e..tá viendo; otra para éste que está más
lejos, 11 y una más para éste que no está presente ¿cuál de los tres
términos sería el que debe tomarse para llenar la lista? Es Claro
pues, que los elementos considerados como no culturaJes ,por Swa-
162
desh de hecho lo son, ya que la lengua no es un elemento vacío, ni
tampoco un mero código, s.ino también un, sistema, por lo que
resulta imposible determinar que es lo "natural" y que lo "cultural".
Al llenar la lista en tojolabal y en chuj encontramos palabras
como dedo y pequeño, que aparentemente no son cognadas.
Chuj Tojolabai
163·'
Conclusiones
164:
como aquí sucede, la separación de dos grupos tradicionalmente re-
lacionados. Esta separación &e extiende indluso a los grupos ladinos
de ambos lados de la frontera, siendo contrastante, en este sentido,
comparar las relaciones entre los habitantes de la frontera sur con
los pobladores de la frontera norte de México, indios y ladinos,
donde existe mayor movilidad.
Los tojolabales tradicionalmente han mantenido relación con los
tzeltales de Trinitaria (antes Zapaluta); incluso los chujes se refieren
a ellos como "los zapalutas", siendo que en Trinitaria los esca.c;os
hablantes de una lengua indígena utilizan una variante del tzeltal.
Al parecer, los tzeltales zapalutecos han jugado un papel de interme-
diarios entre tojolabales y chujes, pues los primeros los emplean
como rezadores en sus peregrinaciones a San Mateo Ixtatán.
Existen además unas ruinas en el pueblo de lxtatán que según ~os
chujes fueron construidas por los tojolabales, con quienes aseguran
convivían antiguamente; estando se·parados sus pueblos únicamente
por un barranco.
Resulta de primordial interés hacer notar que el grupo de lenguas
que podemos llamar chuj o tojolabal viene a ser el eslabón entre
las llamadas lenguas de los altos y las de los bajos. El uso de direc-
cionales en el sistema verbal de ambas lenguas las aproxima a las de
los altos, pero otros rasgos del sistema verbal las acercan, sobre todo
al tojolabal, al grupo tzeltal (existiendo elementos del chuj que tam-
bién señalan hacia 1a misma dirección) . Este último, dado el grado
de bilingüismo de sus hablantes,12 tiende a asemejarse más al kan-
jobal, ya que el contacto entre estos dos grupos es constante y muy
activo. Incluso uno de los días del calendario chuj (kej), parece más
bien corresponder al kanjobal, pues el término equivalente en chuj
sería cheh. Es además frecuente que los chujes sustituyan el marcador
de presente durativo "wan" por "lañan" que es un préstamo del kan-
jobal. Por otra parte, no se encuentran hablantes bilingües chuj-tojo~
labal, ni tojolabal-chuj, lo que vendría a indicar que las aproxima-
maciones entre éstas dos lenguas son históricamente más: antiguas que
las que pueden aparecer' entre chuj-kanjobal, o entre tojolabal-
tzeltal. Las similitudes entre estas dos últimas lenguas pueden deberse
a contactos posteriores, como lo demostraría el grado de bilingüismo
antes mencionado para la zona del municipio de Altamirano, don-
de hay hablantes de tojolabal que tienen conocimiento del tzeltal y
viceyersa.
165
Desd~ .el punto de vista de la comparanon fonológica, así como
deL patrón canónico, es obvio. que el chuj y el tojolabal son mucho
más cercanos entre sí, en relación a las otras lenguas mayas, incluido
el grupo tzeltal. Es claro que hay una gran proximidad entre tojolabal,
chuj, wltal y tzotzil, que en caso de no aceptarse como dos grupos
separados, podrían concebirse como formando sistemas de conjuntos
entrelazados.
En relación al léxico se plantean algw10s problema~ que deben
considerar argumentos como el siguiente: el porcentaje de elemen-
tos no coincidentes o no correspondientés entre el tojo1abal y el chu j,
al aplicar la lista diagnóstica de Swadesh resulta alto, sin embargo,
no hay que olvidar que si buscamos más correspondencias, éstas
a,parecen con cambios semánticos, a veces con un sentido aproxi-
mado entre el tojolabal y el chuj, lo que funciona en menor propor-
ción con las lenguas del grupo tzeltal (o tzeltalano). Así, tenemos
el caso de corazón en tojolabal que tiene su correspondencia con "ba-
rriga" o "estómago" en chuj (k'uhol o k'ohol en tojolabal y k'ohol o
k'o'ol en chuj). Lo mismo ocurre, en relación a "pequeño", donde
los tojolabales emplean la forma que utilizaría una mujer tojolabal
para "niño", mientras que los chujes usan el mismo término pero tal
como lo utilizaría un hombre, hablante de chuj o de tojolabal.
En todo caso este tipo de problemas, no considerados por la lista
diagnóstica de Swadesh, revela una gran falla de la misma al no tomar
en cuenta lo que este autor denomina factores "culturales", lo que
afectaría a términos como k'uhol - k'ohol, pues el punto exacto don-
de los hablantes de lenguas mayas localizan lo que para ellos es el
centro de la vida (el corazón para nosotros) por lo general corres-
ponde a la boca del estómago; pudiendo también referirse también
al mismo sitio cuando hablan del estómago como zona anatómica,
ya no como entidad anímica. Este rasgo puede ser compartido por
el hígado y otras partes del abdomen o del pecho. Resulta entonces
que la diferencia en el significado ocurre al tratar de ajustar sus con~
ceptoo ~ nuestros criterios que son propios de hablantes de una len-
gua de tradición europea.
En relación a las correspondencias mecánicas, el chuj y eltojolabal
también formán una unidad ya que comparten entre sí series par-
ticulares de las que no participan otras lenguas mayas, así tenemos:
166
.INTERRELACIONES DEL GRUPO DE LENGUAS CHUJ.- TOJOLABAL
Grupo
Kanjobal
o
Jacelteco
Grupo
Ghuj -
Tojalahal
Grupo Grupo
Tzeltal- PL!ninsular
Tzotzll (Yucetecano
y Cholano)
167.
Casi al tenninar este trabajo, conocí e'l artículo de John S. Ro-
bertson ( 1977) y, aunque iniciales, deseo hacer algunas consideracio-
nes al respecto. En lo referente a la relación chuj-kanjobal, que
él estudia, estimo que generaliza excesivamente, pues considera un
solo factor del sistema vernal, las cláusu1as relativas, y hace énfasis
en pequeños detalles fonológicos y no en la generalidad de 105 mis-
mos; además, no toma en cuenta el grado de bilingüismo existente
entre hablantes de chuj en relación al kanjobal y viceversa. Creo
que para probar la relación del chuj con el kanjobal (en vez de con
el tojolabal) deberían buscarse puntos más firmes como base, aun-
que de todos modos serían puntos a discutir, no sólo por las razones
antes expuestas, sino también porque aún quedarían por analizar las
partes en un contexto general, y no seña 1ando únicamente las par-
ticularidades.
Creo haber demostrado que el chuj y el tojolabal están lo suficien-
mente ligadas como para considerarlas dos lenguas de un mismo gru-
po, y que, de no aceptarse b anterior, deberá verse al menos a las
lenguas del grupo tzeltal formando series de conjuntos entrelazados
con el chuj y el tojolabal.
De aceptane lo que propongo, deberá igualmente aceptarse todo
un sistema de conjuntos similares, donde los dos anteriores estarían
entrelazados con las lenguas peninsulares que, para mí, forman un
solo grupo donde se inCluyen )a$ lenguas que otros investigadores
separan en maya-yucateco y cholano (véase la figura n. l). Consi-
dero que la mejor forma de presentar un esquema de las interrela-
ciones de las lenguas mayas, o cualquier otra familia, seria por medio
de cuadros que mostraran sistemas de conjuntos, utilizando un es-
quema particular para cada grupo de elementos que se comparan;
así, deberá esbozarse uno para el léxico, otro para el sistema verbal,
uno más para fonología, etcétera.
ÜBRAS CITADAS
168
RoBERTSoN, ]HoN S.
1977 "'A proposed revlSion in Maya subgrouping", lnternational
]ournal of American Lingüistics, v. 43, n. 2, April 1977, p.
105-120, Univ. of Chicago Press. Chicago.
RoBLES URIBE, CAJtLos
1962 Manual del tzeltal, Editorial Progreso, S. A. México.
SLOCUM, MARIANNA c. y FLORENCE L. GERDEL
1976 Vocabulario tzeltal de Bachaj6n, Vocabularios Indígenas n. 13,
Instituto Lingüístico de Verano. México.
STOLL, ÜTTO
1958 Etnografía de Guatemala, Edit. Ministerio de Educación Pú-
blica. Guatemala, C. A.
SWADESH, MAURICIO
1960 Estudios sobre lengua y cultura, Acta Anthropológica, 2a. época
11, n. 2, Editorial Stylo, ENAH. México
WILLIAMS, KENNETH y BARBAR ...
1966 "Chuj", Lenguas de Guatemala, Edición de Marvin Meyers, p.
311-330, Seminario de Integración Social Guatemalteca n. 20,
Edit. "José de Pineda !barra", Ministerio de Educación. Gua-
temala, C. A.
1i)'J