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Sistema Eléctrico de Interconexión – Red Nacional

Subestaciones

Eléctricas

de

Transformación

Distribución

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Redes Eléctricas Subestaciones Eléctricas de
1° Parte de Transformación y Distribución

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Sistema Eléctrico de Interconexión – Red Nacional

1° Parte: Las Redes Eléctricas

 Generalidades

Por razones de tipo tecnológico, la tensión de generación de los alternadores de las centrales eléctricas es
relativamente baja, en comparación con la tensión de las redes de transmisión. Así, debido a las dificultades de
obtener una buena aislación y no desaprovechar espacio en las aislaciones de ranura, en máquinas rotativas no
se han superado los 25 KV, valor que se mantiene desde hace mucho tiempo, es decir que están en el orden de
las medias tensiones. Si la tecnología de los aislantes avanza, se podrá elevar esta tensión de generación y
posiblemente se puedan generar tensiones más altas en el futuro. Existen algunos fabricantes que ya están
probando con aislantes plásticos y fibra de vidrio, y han logrado generar hasta el orden de los 110/132 KV en
forma directa. Sin embargo, todavía no han sido lanzados al mercado en forma comercial.

Mientras tanto, y hasta que estas tecnologías se popularicen, si la energía se la va a transportar a grandes
distancias, esas tensiones medias resultan imprácticas y antieconómicas, debido a las elevadas corrientes que
deben manejarse, tanto en condiciones nominales como de cortocircuito (es decir líneas de transmisión y
cables de distribución de gran sección, elementos de maniobra muy caros, etc.). Es necesario entonces, elevar
esta tensión a valores de cientos de KV (desde el punto de vista económico es preferible “aislar mejor”, ya
sea en aire o mediante gas - a pesar de ocupar más espacio - que instalar “conductores de gran sección”).

Debido a esto y, lógicamente a la entrada de las líneas y entre la central generadora y ésta, encontramos
una subestación elevadora, por ejemplo de 15 KV a 132 KV. Queda también claro que a su llegada debemos
bajar esta tensión, mediante una subestación reductora, ya que su utilización en forma directa en instalaciones
industriales resulta imposible, y menos aún en comercios y/o domicilios particulares.

Los procesos de reducción de estas tensiones se realizan en forma escalonada, a fin de que la relación de
tensiones entre primario y secundario de los transformadores de medias o grandes potencias y tensiones no
supere 20 a 1 (500/220 KV - 500/132 KV - 132/6,6 KV – 66/3,3 KV), mientras que para los de bajas potencias
y medias tensiones en general se admiten relaciones de hasta 40 a 1 (13,2/0,4 KV - 33/1,1 KV).

Veamos un esquema muy simple, compuesto por una única máquina generadora, una subestación
elevadora, una línea aérea y dos subestaciones de rebaje (por escalones) para la distribución. Los
consumidores de menor potencia reciben energía en 3 x 380/220 V, mientras que los más importantes lo hacen
(en este ejemplo) en 6,6 KV, como en el caso de los consumidores industriales:

Así, como puede verse, en el empleo de la energía eléctrica, ya sea para fines comerciales, industriales o
residenciales, como también en los procesos de generación, transmisión y distribución, interviene una gran
cantidad de máquinas y equipos diversos que cumplen diferentes funciones. Se llama SUBESTACIÓN al
conjunto de elementos necesarios para un fin determinado.

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Estamos ya en condiciones de definir lo que entendemos por SUBESTACIÓN ELÉCTRICA, que es


“el conjunto de elementos o dispositivos que permiten cambiar las características de la energía, interviniendo
como parte fundamental en el proceso completo que va desde la generación al consumo”.
Según la página http://es.wikipedia.org/ la definición que brinda es (haciéndole alguna traducción …):
"... una Subestación Eléctrica es usada para la transformación de la tensión de la energía eléctrica. El
componente principal de una Subestación Eléctrica es el transformador. Las subestaciones eléctricas
Elevadoras se ubican en las inmediaciones de las Centrales Eléctricas, para elevar la tensión de salida de sus
generadores. En las cercanías de las
poblaciones y los consumidores, se
encuentran las subestaciones eléc-
tricas Reductoras, para disminuir el
nivel de tensión a niveles aptos para
su utilización. La razón técnica para
realizar esta operación es la conve-
niencia de realizar el transporte de
energía eléctrica a larga distancia a
tensiones elevadas para reducir las
pérdidas resistivas por efecto Joule
(P = I2.R), que dependen de la in-
tensidad de la corriente. Las líneas
de la Subestación Eléctrica están
protegidas por disyuntores (inte-
rruptores) y aparatos de maniobra
como seccionadores ..." Grupo de Interruptores con 6 cámaras en 330 KV

La tendencia actual en todo el mundo es la de evitar los sistemas eléctricos aislados, y en nuestro país,
con el proyecto original del Sistema Interconectado Nacional (S.I.N.) ahora llamado el S.A.D.I. (Sistema
Argentino de Interconexión), se han unido regiones muy lejanas con fuentes de energía muy diversas
(térmicas, nucleares e hidráulicas convencionales y de bombeo, y últimamente también con eólicas y
fotovoltaicas).
Desde 1979 estamos interconectados, mediante el Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande, con el
Uruguay, y desde 1987 con el Paraguay a través de la Central de Yaciretá. Desde fines de la década de los ’90
lo estamos con el Brasil a pesar de tener una frecuencia distinta, mediante estaciones convertidoras de
frecuencia en Paso de los Libres (Corrientes) - Uruguayana y en Garabí (Misiones). Muy pronto posiblemente
lo estaremos con Chile, partiendo este enlace desde la S.E. Río Diamante (San Rafael). Cabe mencionar que
ya desde Salta se vincula a la región norte del país trasandino, mediante la Central Térmica Termo Andes de la
AES y una línea en 345 KV, intercambiando energía solar desde Chile y térmica desde nuestro país.

En la página siguiente, y a modo de ejemplo, presentamos un sistema interconectado por supuesto irreal,
compuesto por 3 centrales generadoras de gran potencia (indicadas como C-01, C-02 y C-03), 3 centrales de
baja potencia para servicio de punta (C-10, C-11 y C-12) y 1 central industrial (como grupo electrógeno C-21);
subestaciones de diverso tipo y aplicación, como ser: de interconexión (S-01 y S-02) de muy alta tensión, de
distribución principal (S-10 y S-11), de conversión a C.C. para ferrocarril y/o tren subterráneo (S-30 y S-31),
de distribución secundaria (como las restantes); y diverso equipo compuesto por líneas, transformadores y
autotransformadores, fijos y regulables, reactores y capacitores de compensación, rectificadores, etc.
Los niveles de tensión que aparecen en este esquema son los más comúnmente usados en nuestro país, a
pesar de que alguno de ellos en realidad está actualmente en desuso, y otros son casos únicos. Así, el nivel de
27,5 KV pertenece a la vieja distribución de las ex-SEGBA y ex-ÍTALO (ahora les pertenece a las empresas
distribuidora EDENOR y EDESUR) partiendo de la generadora Central Puerto; y el valor de 330 KV es de
una única doble línea de interconexión entre la Central FUTALEUFÚ y Puerto MADRYN, para alimentar
casi exclusivamente a la planta de producción de aluminio ALUAR. Pero también existen otras tensiones en
uso, de las que oportunamente haremos referencia al estudiar los valores normalizados en nuestras redes.

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Entonces, en las redes de muy alta tensión, ya sea con líneas aéreas (gran distancia) o con cables
subterráneos (cortas distancias en ciudades), la energía eléctrica se transporta y/o conduce desde las fuentes
hasta las regiones de suministro o consumo. Allí, las subestaciones transformadoras primarias (nivel 1) y
secundarias (nivel 2), reducen estas tensiones hasta los niveles de consumo. Permiten también formar anillos
en diversos niveles, que posibilitan un mejor servicio, evitando interrupciones.
Finalmente, en los mismos lugares de consumo, que puede ser por ejemplo un pueblo, o un sistema de
alumbrado público, o la alimentación a una planta industrial, se instalan plataformas transformadoras (en la
periferia de las grandes ciudades) o cámaras subterráneas (en las ciudades con gran densidad de población),
ambas del tipo terciario (nivel 3) o bien cuaternario (nivel 4), hasta llegar así al valor de la tensión de
distribución de baja de consumo masivo actual en 3 x 380/220 V (0,4 KV) en conexión estrella con su centro
conectado a tierra. Antiguamente se usaban, como una transición entre la distribución por CC y la actual, las
redes en triángulo en 3 x 220 V (0,23 KV) con uno de sus vértices conectado a tierra. En la ciudad de Buenos
Aires todavía queda esta vieja red en algunos barrios …
Se muestra en el esquema, además, otro tipo de posibilidad muy común en redes de gran magnitud como
ser las interconexiones con otras regiones o países, tal los casos ya mencionados con el Uruguay o Paraguay o
Brasil, y próximamente con la región central de Chile.

 Clasificación de las subestaciones


Hemos visto en las generalidades diversos tipos de subestaciones con diferentes particularidades y pres-
taciones. Resumiremos ahora sus características más importantes.

Sin embargo, antes explicaremos la diferencia de nomenclatura que se emplea en las empresas más
importantes: en el área de la ex-SEGBA se llama Subestación a las que se encuentran en las propias centrales
y también a aquellas que no poseen máquinas generadoras y están dentro de la red; la ex-AGUA y ENERGÍA
ELÉCTRICA llamaba Subestación a la que se encuentra en las centrales y Estación a aquellas que poseen
únicamente transformadores y están dentro de la red. Entonces, “Subestación PERITO MORENO” (de ex-
SEGBA) y “Estación Transformadora SANTO TOMÉ” (de ex-A. y E.E.). También la ex-HIDRONOR seguía
la nomenclatura de la ex-SEGBA. Para que sea más didáctico, nosotros emplearemos esta nomenclatura, es
decir, siempre hablaremos de Subestación.
a) Por su operación:
 DE CORRIENTE CONTINUA: salvo las de aplicación en transporte (trenes y subterráneos) no se
encuentran en la actualidad, ya que toda la distribución es en C.A. Sin embargo, en muchos países se
están empleando líneas de C.C. de muy alta tensión para transmisión de energía en gran cantidad y
gran distancia, en esos casos existen
subestaciones de conversión de C.C. a
C.A. y viceversa. Nuestro país inter-
cambia energía con el Brasil por este
método, “cruzando” el río Uruguay en
C.C. a la altura de Paso de la Patria –
Corrientes - y convirtiendo del lado
brasilero a 60 Hz. Más al norte en
Garabí – Misiones - otra subestación
convertidora puede manejar en el
orden de los 2100 MW. Es muy raro
encontrar subestaciones exclusiva-
mente de C.C., salvo en el caso de
tracción eléctrica (trenes, trolebuses y
subterráneos).
 DE CORRIENTE ALTERNA: sin
duda son casi el total de los casos. Las Transformador elevador de la Central de Bombeo Río Grande

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hay de los más variados tipos constructivos, con niveles de tensiones únicas o múltiples, elevadoras
y/o reductoras, de enlace, de maniobra, de distribución, etc. A estas les dedicaremos varias páginas.
 MIXTAS: son aquellas que manejan ambos tipos de corriente. Las encontramos en transporte
eléctrico o en las de conversoras mencionadas con anterioridad. También en las centrales solares
fotovoltaicas, en las cuales las celdas de los paneles generan CC y se la convierte a CA de frecuencia
de red para su interconexión.

b) Por su importancia:
 PRINCIPALES: o Primarias o de NIVEL 1, son aquellas en las que se realiza la transformación en
forma directa de la tensión de transporte a la tensión de la red distribuidora, o en las que elevan la
tensión de las centrales desde la generación a la transmisión. Si salen de servicio, afectan a grandes
regiones y provincias y gran cantidad de consumidores quedan sin servicio. Manejan altas o extra-
altas tensiones y elevadas potencias.
 SECUNDARIAS: o de NIVEL 2, se realiza la reducción de alta a media tensión. Su salida de servi-
cio afecta a zonas de menor importancia que las anteriores, aunque también a varios consumidores.
 TERCIARIAS (y CUATERNARIAS): o de NIVEL 3 (y NIVEL 4) son las típicas “plataformas” y
“cámaras”, todas reductoras de media a baja tensión. Consecuentemente, manejan pequeñas
potencias y si salen de servicio afectan a pocos consumidores.
 DE INTERCONEXIÓN: aseguran la unión entre diferentes líneas de transporte de alta y muy alta
tensión, en forma directa (si las tensiones son las mismas) o por medio de transformadores de
elevada potencia (si las tensiones
son diferentes). En ellas, el flujo
y el sentido de la energía puede
variar según las horas del día y el
aporte de las diferentes fuentes.
Su salida de servicio puede o no
provocar inconvenientes en el
suministro.
Si las “islas” eléctricas que que-
dan en servicio al “abrirse” la
interconexión son capaces de
remontar sus faltas de generación
- mediante las reservas - poco o
nada ocurre. En caso contrario, la
apertura de la interconexión
puede ser catastrófica, por el re-
acomodamiento de las cargas
conectadas y las generaciones. Barras de una estación convertidora HVDC
 DE ENLACE: similares a las anteriores, aunque de menor importancia, en tensiones inferiores, para
redes locales. Nuevamente su salida intempestiva de servicio puede o no provocar serias fallas. Por
lo general al dejar de funcionar dejan sin servicio sectores importantes de ciudades (recordar el corte
de febrero de 1999 de EDESUR en la S.E. AZOPARDO, debido a varios incendios ocurridos en
empalmes mal efectuados en cables de alta tensión). También pueden no tener transformadores, y ser
simplemente “nodos” de enlace entre redes contiguas o para inserción de una generación alejada
como por ejemplo la S.E. HUDSON de EDESUR en 220 KV.

c) Por sus características:


 ELEVADORAS: aquellas en las cuales la tensión de salida es mayor que la de entrada. Por lo
general están al comienzo de las líneas de transmisión, o inmediatamente al lado de los generadores
de las centrales. En este último caso se supera la relación ya mencionada de 20 a 1 (por ejemplo en

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Central Chocón de 16 a 500 KV), lo cual poco importa en función de reducir las elevadas corrientes
que entrega nominalmente el alternador.
 REDUCTORAS: cuando la tensión de salida es inferior a la de entrada (en el sentido normal del
flujo de la energía). Se ubican a la llegada de las líneas de transmisión, y en varios escalones se lleva
la tensión hasta valores de utilización normales; o bien a lo largo de éstas, para alimentar a algún
consumidor local o bien una ciudad o pequeña localidad.
 CONVERTIDORAS: pueden ser rectificadoras (de CA a CC), inversoras (de CC a CA) o de
frecuencia (50 y 60 Hz). Las primeras son empleadas en tracción eléctrica, o bien en líneas de alta
tensión de corriente continua (HVDC), las segundas en transmisión de corriente continua y las
últimas para unir, por ejemplo, las redes de dos países que poseen diferentes frecuencias (por
ejemplo Argentina con Brasil) o en tracción monofásica en 16 2/3, 20 o 25 Hz, bastante en desuso en
la actualidad (en nuestro país se usó antiguamente esta última frecuencia en el Ferrocarril Mitre
ramal Tigre).
También, pueden ser rotativas con grupos motor-generador (muy antiguas y empleadas como
convertidoras de frecuencia o como rectificadoras, mediante conmutatrices) o estáticas (algo
antiguas con tiratrones gaseosos o de última generación equipadas con tiristores de estado sólido).
Cabe destacar que es muy importante tener en cuenta el “Momento de Inercia” que le agrega
estabilidad a la red, mediante el rotor de la máquina sincrónica en movimiento (masa), frente a un
grupo estático que únicamente transfiere potencia activa de una red a otra. Los sistemas estáticos
también tienen el problema de no manejar potencia reactiva, la cual debe ser “generada” por equipos
externos al convertidor, mediante el agregado de inductores y capacitores fijos, y filtrar armónicos.

d) Por su construcción:
 INTERIORES: si los elementos que las constituyen están instalados en el interior de edificios
adecuados para tales fines. En media tensión encontramos gran cantidad como cámaras subterráneas
o para distribución en plantas industriales o edificios, etc. En alta tensión un ejemplo lo presenta la
subestación en 132 KV anexa a la Central 9 de Julio de la ciudad de Mar del Plata, la cual por estar
en las proximidades del mar y su altamente corrosiva lluvia salina, está encerrada en un ambiente
climatizado (en aire limpio y seco); o en los sectores de 220 y 132 KV de la Subestación Azopardo
(y de otras de las redes de EDENOR y EDESUR). Lógicamente, al emplear aire como medio aislante
las dimensiones y separaciones entre fases son muy grandes.
 EXTERIORES o INTEMPERIE: cuando sus elementos están al aire libre. Sus componentes deben
estar perfectamente preparados para soportar las inclemencias del clima, y según la zona de que se
trate (cercanía del mar o nieve, por ejemplo) requieren de un mantenimiento muy costoso y
cuidadoso. Gran cantidad de las subestaciones de los países son de este tipo, no en zonas densamente
pobladas, sino preferentemente en zonas rurales. Sin embargo en nuestra ciudad de Buenos Aires
todavía quedan algunas subestaciones en 132/27,5 KV exteriores, como ser Agronomía; o en
220/132/27,5 KV como Perito Moreno (al lado del puesto de peaje de la autopista 25 de Mayo)
 BLINDADAS o ENCAPSULADAS: cuando
todos sus elementos se encuentran dentro de
blindajes aislados internamente con SF6 (hexa-
fluoruro de azufre). Pueden ser interiores o
exteriores. Son las más modernas, y aunque
costosas, muy seguras y ocupan muy poco
espacio (disminución en volumen de unas
1000 veces). La primera exterior en nuestro
país corresponde a la central ALICURÁ de la
ex-Hidronor, en 500 KV.
Muy cerca de la Escuela OTTO KRAUSE, a
escasamente una cuadra sobre la calle
Venezuela, la actual empresa EDESUR tiene
una subestación en-capsulada (interior), de
220 KV a 132 KV, con dos transformadores Barras y equipos encapsulados en SF6 en 500 KV

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de 300 MVA para la reducción de la tensión, con varios campos de entrada y salida de cables
subterráneos. El resto de la instalación es convencional en aire de interior.

 Tensiones de las redes de distribución y transmisión eléctricas

Desde el comienzo de la generación en C.A. allá a finales del siglo XIX, los niveles de tensión se fueron
modificando y elevando, en función de los diferentes requerimientos. Así, al dejar la vieja distribución en
Corriente Continua de 2 x 220 V trifilar (+ N -), la distribución pasó a un triángulo de 3 x 220 V también
trifilar en Corriente Alterna (con un vértice conectado sólidamente a tierra y empleando en su gran mayoría los
mismos tres conductores subterráneos que ya estaban instalados de la distribución anterior).

La tendencia actual es la de llevar a las pocas redes que aún quedan en servicio en este viejo sistema en
triángulo, a la tensión de 3 x 380/220 V en estrella mucho más adecuada (a cuatro hilos o cables - tetrafilar),
con su centro (neutro) sólidamente conectado a tierra. Así, la tensión normal de distribución de 3 x 380/220 V
(0,4 KV) es la preferida en nuestro país (y en muchos otros también), para el suministro público en muy
amplias condiciones de carga, alimentación de comercios y redes industriales pequeñas y medianas, etc.

En cuanto a la generación, cuanto mayor es la potencia de la máquina, mayor es su tensión en bornes,


aunque ésta no crece linealmente con la potencia, sin superar hasta el presente los ya mencionados 25 KV (ver
primeras hojas de este trabajo).

Sin embargo, hasta la década del ‘50 del siglo XX las tensiones no tenían una norma fija, dependiendo de
la potencia y fundamentalmente de la experiencia de los fabricantes en cuanto a los aislantes. A partir de
entonces, las tensiones preferidas son 0,4 KV hasta aproximadamente los 500 KVA o 1 MVA (en grupos
generadores para autoproducción industrial). En el orden de los 20 MVA se emplean los 6,9 KV o mejor aún
los 13,8 KV, con lo que se llega fácilmente hasta los 150 MVA. Por último, las máquinas más grandes que
posee nuestro país (por mencionar algunas: 350 MW en Costanera 6 y 640 MW en Embalse de Río III) generan
entre los 20 KV y los 22 KV. En el caso de las centrales hidráulicas Planicie Banderita y El Chocón, con
máquinas del orden de 200/225 MW, la tensión de sus generadores es de 16 KV.

Lógicamente, si a una máquina se la va a conectar directamente a una red de 13,2 KV por ejemplo, y es
de unos 3 MVA, se la construye en esa tensión, para evitar en gasto adicional del transformador elevador
(siempre que no se requiera aumentar la reactancia del conjunto para limitar las corrientes de cortocircuito).

En lo que respecta a la subdistribución, varias son las tensiones que se aceptan por norma, aunque pocas
son las realmente en uso. En el rango de las medias tensiones - de 2,2 KV a 22 KV - hasta los 6,6 KV se
emplea para alimentar a industrias con grandes instalaciones, o bien distribución dentro de las mismas. Así
encontramos 2,2 KV y 3,3 KV como tensiones comunes actualmente en redes de escasa potencia, quedando
los niveles de 2,75 KV, 4,76 KV, 6,85 KV, 7 KV y 7,5 KV para las redes antiguas.

Sin embargo, la tendencia actual es a los 6,6 KV (la ciudad de San Carlos de Bariloche está alimentada
por líneas en esta tensión), o mejor aún los 13,2 KV valor éste sumamente difundido en distribución a grandes
ciudades con alta densidad de población, como también en la periferia de las mismas y en poblaciones del
interior y como distribución rural. Todas las nuevas redes se diseñan en 13,2 KV.

Cabe destacar que en los edificios de gran altura inclusive la distribución interna se realiza en media
tensión en 13,2 KV, llegando con este valor hasta la Sala de Máquinas de los ascensores en el último piso; y
en algunos pisos intermedios se hace la reducción a los valores de 0,4 KV, alimentando los pisos adyacentes
superiores e inferiores. Con esto se logra reducir el costo de conductores de gran sección en baja tensión desde
la Planta Baja hasta la Azotea (Hotel Sheraton Bs. As. - edificio de IBM – etc.).

Otras tensiones se han empleado: 3,3 KV en áreas rurales de varias provincias y en pequeñas ciudades.

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También en el caso de las autopistas y las rutas (gran cantidad de lámparas iguales, separadas aproxi-
madamente la misma distancia entre sí) muchas veces se hace una subdistribución en un nivel algo más alto de
1,1 KV (caso de las autopistas de la ciudad de Buenos Aires). Con esto se logra un ahorro importante en los
muchos kilómetros de conductores.

Este valor de tensión de 1,1 KV se emplea en forma directa en los motores de los bombeadores de
petróleo de YPF- REPSOL y otras compañías extractoras tanto en el oeste (Malargüe) como en el sur de
nuestro país (Comodoro Rivadavia).

En alta tensión – entre 22 KV y 220 KV - una de las más empleadas para suministro a ciudades
completas, distritos rurales y muy grandes instalaciones industriales, es 33 KV (podemos mencionar a la
ciudad de San Juan que tiene un anillo en este nivel o la red interna de ALUAR en Puerto Madryn o muchas
redes rurales de la Provincia de Buenos Aires).

Aún quedan en servicio viejas redes con cables subterráneos en 27,5 KV (porque están ya instaladas y
funcionando desde hace mucho tiempo – más de 80 años) en los sistemas originales de SEGBA (antiguamente
eran de las ex-CHADE y ex-CIAE), aunque actualmente se las está retirando del servicio y reemplazándolas
por tensiones más elevadas.

Otra tensión muy empleada, sobre todo en el interior de nuestro país, es 66 KV (provincias de Córdoba y
Mendoza) que ha permitido además la interconexión de centrales hidroeléctricas alejadas de mediana potencia,
con grandes ciudades y formar anillos (un ejemplo es la Central Hidráulica San Roque).

Así se trata de elevarla hasta los


132 KV, valor muy adecuado
para suministro a provincias y
grandes ciudades, como también
complejos industriales alejados,
y anillos de mediana a gran
importancia. Este último nivel es
uno de los preferidos actual-
mente (descartando los otros),
ampliamente empleado en redes
de distribución (medianas o
grandes), tanto en cables subte-
rráneos, como en líneas aéreas de
transmisión. Torre de perfiles metálicos con doble terna en 220 kV

En extra-alta tensión - rango de 220 KV a 500 KV - se emplean los 220 KV en redes compuestas con
transporte de energía a media distancia e intercambio de energía alto o muy alto. El nivel de 330 KV ya
mencionado anteriormente, en un único sistema que quedará como caso aislado (ambas líneas de 550 Km
desde la central FUTALEUFÚ hasta la planta de ALUAR en PUERTO MADRYN). El valor de 500 KV, ha
sido el nivel de tensión fijado para todas las líneas de transporte de gran potencia e interconexión del S.A.D.I.
e interconexión con nuestros vecinos, haciendo de compensadoras de las fluctuaciones de carga, según la
época del año, permitiendo así un mejor rendimiento de las distintas fuentes energéticas. Otra tensión (rara) de
345 KV la emplea la Central TermoAndes en Salta, para intercambio de energía con la región norte de Chile.

El otrora Despacho Nacional de Cargas, ubicado en la localidad de PEREZ cerca de la ciudad de


Rosario (en la Subestación Rosario Oeste a 16 Km del centro de la misma) era quien tenía la responsabilidad
de controlar las redes de extra-alta tensión, como también coordinar la generación conjunta de todas las
plantas generadoras de la red nacional. Ahora este ente se llama CAMMESA (Compañía Administradora del
Mercado Mayorista Eléctrico - Sociedad Anónima) y está integrada por las empresas de producción,
transporte, distribución y consumo, privadas y nacionales (las pocas que aún quedan). La empresa
transportadora más importante de nuestro país es TRANSENER. Otras son LITSA (litoral), TRANSBA
(Buenos Aires), TRANSPA (Patagonia), YACYLEC (Yaciretá), TRANSNEA (Nor-Este), TRANSNOA (Nor-

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Oeste), ENECOR (Corrientes), TRANSCOMAHUE (Neuquén y Río Negro) y DISTROCUYO (San Juan y
Mendoza).
Claro está que se emplean diferentes valores de tensiones en otros países, normalizados para cada caso.
Por ejemplo: en el Uruguay se emplean niveles de 110 y 150 KV en lugar de los 132 KV nuestros y no tiene
en el nivel de los 220/230 KV.

 Frecuencias de servicio de las redes eléctricas

En los primeros tiempos de la industria eléctrica, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la
construcción de los equipos eléctricos se realizaba para adaptarse a las características de tensión y frecuencia
que se ajustaban mejor a las necesidades de cada caso en particular, lo que resultaba en una cierta anarquía y
gran desorden, es decir no existía la normalización.
De esta forma, los constructores de transformadores preferían frecuencias más elevadas, para así
conseguir algunos menores tamaños, como una disminución de volumen del núcleo, y logrando un mayor
rendimiento. Por el contrario, los constructores de máquinas rotativas preferían frecuencias más reducidas, lo
que significaba, si bien un mayor tamaño de las mismas, menores velocidades rotóricas, y por lo tanto menores
esfuerzos mecánicos (fuerzas centrífugas).
Así, las frecuencias eran tan dispares como desde los 15 Hz hasta los 75 Hz (y aún más alta hasta los
133,3 Hz). Más tarde se comprendió la necesidad de normalizar las frecuencias y unificar todos los criterios,
llegando a soluciones de compromiso. En Europa se adoptó el criterio alemán de 50 Hz, mientras que en los
Estados Unidos se adoptaron 60 Hz, decisión en la que influyó enormemente Nikola Tesla.
La primera central hidroeléctrica de las cataratas del Niágara construida por Westinghouse (1895) gene-
raba en 25 Hz; sin embargo a los pocos años estudios llevados a cabo por la General Electric concluyeron que
los 40 Hz sería un buen compromiso entre las necesidades de la iluminación (no parpadeo de las lámparas),
los motores y la transmisión, dados los materiales y equipos disponibles hasta la década del ’20 del siglo XX.
Así, se construyeron muchos sistemas en 40 Hz que funcionaron hasta bien entrado el siglo XX. En nuestro
país, las primeras centrales hidroeléctricas de Córdoba del Río Primero (Molet en 1888 y Casabamba en
1891 - anteriores a la del Niágara) ya lo hacían en 50 Hz, mientras que La Calera sobre el mismo río lo hacía
en 60 Hz para el sistema de trolebuses de la ciudad de Córdoba.
Aunque esta frecuencia de 40 Hz encontró mucho uso comercial, especialmente en los EE.UU., fue
dejada de lado por los valores estandarizados de 25, 50 y 60 Hz, preferido por los fabricantes de equipos de
gran tamaño, ya a partir de la década del ’30.
En Alemania, la elección de la compañía
AEG de los 50 Hz se cree que tiene
relación con ser un número más “amigable
para el sistema Métrico Decimal” que el
valor de 60 Hz de Tesla y los EE.UU.
Desde finales del siglo XIX en nuestro
país la industria europea era la que
regenteaba a los diferentes sistemas
eléctricos. Recordemos a la primera
Compañía Alemana Transatlántica de
Electricidad (CATE), a su sucesora la
Compañía Hispano-Americana de Elec-
tricidad (CHADE), a la Compañía Ítalo-
Argentina de Electricidad (CIAE), y a
otras tantas en el interior. Esto explica
porqué la elección de nuestra frecuencia
Bancos de capacitores intemperie para el filtrado de armónicos

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es de 50 Hz – en realidad la eligieron estas empresas …

Un caso especial para destacar es el del Brasil: inicialmente Europa ejerció gran influencia, como en toda
América del Sur, pero posteriormente EE.UU. logró en 1964 que se modificara y cambiara la frecuencia a los
60 Hz, aunque aún hoy en día existen ciudades importantes que conservan todavía los 50 Hz (parte de la
ciudad de São Paulo) además de la actual frecuencia de 60 Hz. Como podrá inferirse rápidamente, esto es un
serio problema técnico para nuestro vecino, sin duda alguna.

Las diferencia de frecuencias entre dos países tan próximos como Brasil y Argentina hace más
complicada la posibilidad de integrar o unir sus redes eléctricas, ya que no se pueden interconectar entre sí en
forma directa y sencilla. Para hacerlo y tener las ventajas de transferencia de cargas, entre otras, que brinda la
interconexión, se requiere de costosos equipos convertidores de frecuencia electrónicos mediante tiristores de
potencia. Así, para alimentar al sur del Brasil mediante energía producida en Argentina, o recibir energía desde
las redes brasileras, se dispone en la actualidad de dos enlaces: el primero en Paso de los Libres -
Uruguayana en baja potencia y tensión (132 KV / 230 KV) funcionando desde hace casi 20 años y el segundo
en Garabí - alta potencia y tensión (500 KV / 525 KV) desde hace menos de 10 años. También, y desde el
2016, las redes del Uruguay están vinculadas con las del Brasil en 500 KV mediante la convertidora Melo.

Otro caso muy interesante para destacar es el de Japón: la parte occidental del país (con grandes ciudades
como Kyoto) usan redes de 60 Hz debido a las primeras compras de generadores instalados por la General
Electric en 1896 en la ciudad de Osaka; mientras que la parte oriental con ciudades como Tokio, emplean los
50 Hz con generadores instalados por la AEG en 1895. Esta división se mantiene hay en día, y además de
provocarles serios problemas, les exige tener varias subestaciones convertidoras en un pequeño territorio.

De forma general, podemos decir que tanto para los turboalternadores (a pesar de la mayor velocidad)
como para los transformadores, resultan algo más económicos si se los construye para 60 Hz.

Por el contrario, las líneas de transmisión operan mejor a 50 Hz, ya que la reactancia inductiva es
proporcional a la frecuencia de servicio y la capacitiva es inversamente proporcional, de forma tal que una
línea en 60 Hz posee una “longitud eléctrica” efectiva superior en un 20 % que es muy notorio y entonces, la
caída de tensión es también más grande en esta proporción: la línea se “ve” eléctricamente como más larga.

La potencia reactiva capacitiva Qo es también mayor y la corriente de vacío Io más alta, y más notorio el
efecto Ferranti de sobre-elevación de la tensión, a menores longitudes. Además, si bien la frecuencia algo
más alta empeora el efecto pelicular, es totalmente despreciable su aumento, respecto de la que opera a 50 Hz.

Otro aspecto importante, especialmente en las grandes distancias, es que la longitud de onda  también
se modifica con el aumento de frecuencia, disminuyendo en un 20 % a 60 Hz, lo que desde este punto de vista
a menor distancia física (menos km.) la línea "irradia" energía más fácilmente, la cual lamentablemente se
pierde inútilmente en el espacio circundante.

Todavía se conservan otros valores de frecuencias para tracción eléctricas monofásica, con valores
inferiores a los mencionados para uso industrial, de 16 2/3 Hz, 20 Hz y 25 Hz (especialmente en Europa), que
permite mejorar la conmutación en los motores serie empleados en trenes eléctricos y subterráneos
(disminución de chispas en el colector), solución ésta entre la C.C. que no se puede transformar y la C.A. de
mayor frecuencia, que empeora enormemente la conmutación de estas máquinas de tracción. Antiguamente el
Ferrocarril Mitre, en la línea de Retiro a Tigre, funcionaba con 25 Hz, con la central generadora ubicada en la
estación Victoria.

En navegación tanto aérea como fluvial y marítima se emplea una frecuencia de 400 Hz, producida por
inversores electrónicos o por máquinas rotativas de alta velocidad acopladas a las turbinas, en especial una que
normalmente está ubicada en la cola del avión llamada UPS (Uninterrupted Power Supply). Con esto se logra
reducir enormemente los tamaños de las máquinas y otros equipos (menos hierro y cobre) con el consiguiente

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Sistema Eléctrico de Interconexión – Red Nacional

ahorro en peso, tan importante en un avión. Así con el mismo tamaño y peso de una máquina del orden de los
10 KVA a 50 Hz, se pueden obtener unos 100 KVA a una frecuencia de 400 Hz.

También se usaba esta frecuencia elevada en fuentes de sistemas de computadoras grandes (main frames)
especiales, en donde los transformadores resultan significativamente más pequeños.

Frecuencias parecidas a los 400 Hz son empleadas en máquinas de alta velocidad en talleres de
carpintería y taladros portátiles con motores asincrónicos en jaula de ardilla, mediante convertidores de
frecuencia; pero no son ofrecidas en forma comercial por las compañías distribuidoras debido a las pérdidas
que ocasionarían, además de la interferencia con los sistemas de comunicaciones; y los problemas por
irradiación en el caso de gran distancia, se verían enormemente aumentados.

Las altas frecuencias, superiores a los 1.000 Hz se emplean en hornos de inducción para obtener aceros
especiales. En caso de necesitarse frecuencias superiores a los 5.000 Hz, se emplean osciladores electrónicos
en lugar de los mecánicos. Todos estos últimos usos en potencias bajas o medias.

Para completar se sugiere ver la página (en inglés) http://en.wikipedia.org/wiki/Utility_frequency

 Tipos de centrales eléctricas

A efectos de evitar confusiones, llamaremos central eléctrica al conjunto de máquinas motrices,


generadores, aparatos de maniobra, protección y medición, como también al equipo auxiliar que intervienen
directamente en la producción de la energía eléctrica. Es decir, donde la mayor parte de su producción
energética “va a parar” a la red de distribución y de allí “a la venta” en forma comercial.

En realidad, debería llamarse en forma completa “central generadora de energía eléctrica”, pero se
emplea el término simple de “central” por ser más corto, aunque en realidad se sebe tener presente el anterior
para no confundirlo con conceptos similares.

También muchas veces se las suele denominar con el anglicismo “usina” que quiere decir “fábrica”,
aunque no es correcto su empleo en nuestro idioma. Sin embargo, encontramos todavía esta denominación por
ejemplo en la “Primera Usina” y la “Segunda Usina” en Córdoba, que en realidad son la vieja Central Ing.
Santiago Fitz Simon sobre el Embalse del Río III y la Central Ing. Carlos Cassafouth respectivamente (es
más: si a los lugareños no se les dice "usina", no la conocen ... y los carteles en la ruta así lo referencian …).

Así entonces le agregamos: térmica, hidráulica, nuclear, solar, eólica, mareomotriz, etc., para
completar la idea de la fuente que alimenta a la central (por ejemplo Central Nuclear de Atucha I o Central
Hidráulica Piedra del Águila o Central Térmoeléctrica Piedrabuena o Central Térmica de Anchoris o
Parque Eólico Rawson).

Ampliando la definición dada en la primera página, llamamos subestación eléctrica (a veces también
subcentral eléctrica y otras veces subusina eléctrica) al conjunto de dispositivos de transformación,
conversión, control y distribución de la energía eléctrica, instalados al aire libre o en un edificio, o
encapsulado en gas, cuya misión es la de alimentar a una red eléctrica. En ella no existen máquinas de
producción o transformación de energía primaria (turbinas y alternadores - salvo algún pequeño grupo
electrógeno u otra fuente auxiliar).

Empleando la nomenclatura explicada en páginas anteriores, podemos poner por ejemplo: “Subestación
Transformadora Edison” o “Subestación Transformadora Perito Moreno”, la primera de la empresa
EDENOR y la segunda de EDESUR.

Según el servicio que han de suministrar, se puede clasificar a las centrales eléctricas en:

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Redes Eléctricas Subestaciones Eléctricas de
1° Parte de Transformación y Distribución

 CENTRALES DE BASE:
están destinadas a suminis-
trar la mayor parte de la
energía eléctrica en forma
continua y permanente, todos
los días del año, durante las
24 hs. Estas centrales, tam-
bién llamadas principales son
de gran potencia y emplean
generalmente a las turbinas a
vapor como máquinas motri-
ces (tanto por la quema de
combustibles fósiles como
por combustibles nucleares),
las turbinas a gas junto con
los ciclos combinados y las Exterior e Interior de la Central Térmica Piedrabuena – Bahía Blanca
turbinas hidráulicas que disponen de un río de caudal constante y permanente. Funcionan todos los días
del año en forma invariable y a una carga casi constante, normalmente próxima a la máxima o nominal,
dejándoles algún resto como reserva. En lo posible no se las usa para “regular frecuencia”, y se trata de
“no mover” su carga, subiendo o bajando su potencia generada.

Un caso especial de este tipo lo forman las centrales nucleares, donde muchos las llaman centrales de
base pura o neta, ya que deben funcionar a plena carga en forma constante durante muchos días del año
e inclusive durante varios años seguidos. Ejemplos en nuestro país lo son las Centrales Nucleares
Atucha I y II y la Central Nuclear Embalse.

Se incluye dentro de esta clasificación y como un buen ejemplo, a la Central Hidroeléctrica


compensadora de Arroyito, la cual regula en forma permanente y constante el caudal del Río Limay.
También, aunque algo más pequeña, la Central Los Molinos II sobre el Río II en Córdoba, o la
Central Nihuil IV de Valle Grande - San Rafael.

Podemos agregar dentro de esta clasificación de base a las geotérmicas, de las cuales en nuestro país no
tenemos ninguna en servicio, a pesar de disponer de grandes zonas con gran actividad geotermal
comprobada.

 CENTRALES DE PUNTA: también llamadas centrales de pico, han sido proyectadas para cubrir las
demandas de energía en las horas pico o punta, es decir en los momentos de máxima demanda
energética. Estos picos se producen en las primeras horas de la noche, es decir entre las 18 y las 24 hs.
(aproximadamente - dependiendo de la estación del año). Entran en servicio muy rápidamente y trabajan
en paralelo con las centrales princi-
pales de base todos los días del año
durante casi las mismas horas.
Si la central de base es de pequeña
potencia, en la de punta se utilizan
grupos electrógenos movidos por
motores a explosión, como ser Otto o
Diesel (preferentemente este último);
si la/s central/es de base es/son de
gran potencia, para la punta se
emplean otras centrales del tipo
hidráulicas o con turbinas a gas, las
cuales, por sus máquinas motrices,
son de alta velocidad de puesta en
marcha y de reacción de aumento de Vista aérea de la Central Térmica Modesto Maranzana – Río IV

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Sistema Eléctrico de Interconexión – Red Nacional

potencia, lo que les permite “regular frecuencia” con gran facilidad.

Muchas centrales hidráulicas pueden funcionar como régimen de base en época de gran cantidad de
agua y como régimen de punta en períodos de poco caudal. Como ejemplo podemos mencionar las
grandes centrales del Río Limay, como Alicurá, Piedra del Águila o El Chocón.

 CENTRALES DE RESERVA: tienen por objeto sustituir total o parcialmente a las centrales
hidráulicas en caso de escasez de agua, o mantenimiento de máquinas de centrales térmicas, o de avería
de un sistema eléctrico interconectado. No deben confundirse con las anteriores de punta, ya que el
funcionamiento de las centrales de punta es periódico (es decir todos los días), mientras que el de las
reserva es intermitente o esporádico.

Se emplean para estos casos viejas centrales térmicas antes de ser desmanteladas, o centrales hidro-
eléctricas con poca carga y disponibilidad de agua. Esto último depende del tiempo que deban funcionar
en reemplazo de las de base, el cual habrá que evaluar para tomar la decisión de cual central utilizar
como reserva.

Evaluar la reserva disponible en cada momento en una red eléctrica es de vital importancia, para poder
hacer frente a posibles salidas intempestivas de servicio, tanto de generadores como de líneas de
interconexión y transmisión, y es unos de los aspectos más discutidos y controvertidos del despacho y
reparto de las cargas en la red interconectada.

 CENTRALES DE SOCORRO: también llamadas centrales de auxilio, tienen igual o similar función
que las anteriores, pero su instalación no es fija, sino que se trata de un conjunto de máquinas y aparatos
que se los ubica en vagones de ferrocarril, buques o camiones, listos para desplazarse y ser instalados en
el lugar donde sean necesarios sus servicios.

Como máquinas motrices emplean motores Otto o Diesel (preferentemente) o turbinas a gas, ya que
requieren poco equipo auxiliar o instalaciones accesorias para su funcionamiento, y son de puesta en
marcha (arranque) y sincronización muy rápida y fácil transporte. Son de baja o mediana potencia, y
generalmente su producción es directamente en baja o media tensión, para evitar el uso de
transformadores de acoplamiento, y se conectan en forma directa a la red que deban socorrer.

 CENTRALES DE ACUMULACIÓN POR BOMBEO: son siempre centrales hidroeléctricas. Presen-


tan la posibilidad de elevar agua desde un embalse inferior, consumiendo energía sobrante en la red en
las horas valle de la madrugada, para luego pasar a generar como hidráulicas convencionales en las
horas pico del día siguiente.

Se aprovecha el sobrante de potencia


y energía en la red interconectada, en
las horas de pequeña demanda de la
madrugada, para elevar agua de un
río o de un lago o embalse inferior,
hasta un depósito o embalse superior,
mediante bombas centrífugas accio-
nadas por los alternadores de la
central, que se utilizan como motores.
En los períodos de gran demanda de
energía, los alternadores trabajan
como generadores accionados por las
turbinas que utilizan el agua pre-
viamente elevada anteriormente. Por
lo general se construyen las turbinas
Interior en la caverna de la Central de Bombeo Río Grande - Córdoba

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Redes Eléctricas Subestaciones Eléctricas de
1° Parte de Transformación y Distribución

Francis con rodetes especiales que sirven como bomba, rotando en un sentido y como turbina, girando
en el otro.

Transforman la energía "barata" del valle nocturno (de madrugada) en energía "cara" para las horas
pico. Permiten además disponer de buena potencia adicional para cuando es necesario "empuntar"
rápidamente en casos especiales, como ser en los eventos deportivos como los mundiales de fútbol.

Nuestro país cuenta en la actualidad con dos centrales de este tipo, la Central Los Reyunos (224 MW)
en la provincia de Mendoza sobre el Río Diamante y la Central Río Grande (750 MW) en la provincia
de Córdoba.

Las centrales eólicas, las mareomotrices y las solares son casos especiales, y todas ellas son tomadas
como un ahorro a la quema de los combustibles fósiles o bien de agua en los embalses con poca disponibilidad
debido a años malos en cuanto a nieve o poca lluvia:

 Para las movidas por el viento, se podrían considerar como de base neta si se las instala en zonas de
vientos constantes (bastante difícil …), a pesar de poseer inherentemente una generación variable,
debido a las fluctuaciones normales del mismo. En nuestro país se están comenzando a instalar -
tímidamente - algunas centrales de este tipo, por ejemplo para mencionar algunos: Parque Eólico
Rawson (80 MW) y Parque Eólico Loma Blanca IV (50 MW) en la provincia de Chubut; Parque
Eólico Arauco (50 MW) en la provincia de La Rioja; algunos de menores potencias como
Comodoro Rivadavia y Río Mayo en la provincia del Chubut, General Acha en La Pampa; y otros
que están parados por falta de mantenimiento como Punta Alta y Tandil en la provincia de Buenos
Aires. Es importante notar que esta fuente no es despachable.
 Para las movidas por el mar (mareomotrices), conociendo la tabla de mareas se sabe con toda certeza
cuando hay disponibilidad de energía. Aunque coincida o no con las fluctuaciones de la carga
normal, se las puede considerar también como de base, si se la combina convenientemente con una
central hidráulica de bombeo. Nuestro país no dispone de esta forma de energía, a pesar que existen
varios proyectos para instalarlas en las diversas rías de la costa de Santa Cruz; o un viejo proyecto
sumamente interesante de Agua y Energía Eléctrica de finales del '40 - para construir una central
mareomotriz de unos 1000 MW (50 grupos de turbinas Bulbo de 20 MW cada una) en el istmo de la
Península de Valdés, en la provincia del Chubut.
 Para las que aprovechan el sol (fotovoltaicas), sabido es que durante las horas de la noche no
producen, y cuando hay poca insolación (disponibilidad de luz solar) su producción es baja. Sin
embargo, también se las puede considerar como de base, acumulando su energía en baterías para
sistemas de baja potencia. En Argentina todavía se están comenzando a instalar, como Cañada
Honda I, II y III (10 MW) en la provincia de San Juan. Mucho se ha instalado en proyectos de
sistemas aislados para Escuelas rurales, o bien cascos de estancias totalmente alejados de las redes
eléctricas de distribución.

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