Danica Jorden
Open Democracy
Puebla, México, abril de 2018: la marcha anual de Semana Santa para llamar
la atención sobre la difícil situación de los ciudadanos centroamericanos, que
habitan una región donde el índice de asesinatos es el más alto del mundo, ha
suscitado este año el interés de las organizaciones de ayuda humanitaria
internacionales, de las Naciones Unidas… y del presidente de los Estados
Unidos.
Como es bien sabido, un vía crucis reproduce el camino que Jesucristo tuvo
que recorrer, según el cristianismo, hacia su ejecución: un recorrido en 14
etapas, o estaciones, en las que se relatan las cargas, humillaciones, consuelos,
torturas y muerte que sufrió antes de resucitar y ascender a los cielos en el día
que hoy se conoce como Domingo de Pascua.
El Vía Crucis del Migrante, que en años pasados solía contar con una
afluencia de menos de un centenar de personas, creció inesperadamente este
año, aunque en retrospectiva quizás era de prever, según confiesa Ireneo
Mujica, uno de sus organizadores.
A lo largo del camino, estas personas pueden solicitar asilo político, ponerse
en contacto con familiares en México, o incluso aprovechar los visados de
tránsito de 20 días para intentar alcanzar la frontera con Estados Unidos y
aventurarse a cruzarla.
Dos días más tarde, con los emigrantes ya en la ciudad, Marta y sus colegas de
la recepción de la Casa de Oración San José insisten en que no hay nada que
temer de la caravana: “Ellos vienen aquí cada año. Son creyentes”.
A qué obedece que países prósperos, que se han edificado sobre la base de la
inmigración, se centren en un número relativamente pequeño de refugiados
indefensos? Basilio Villagrón Pérez, que ha estado acampando frente a la
fiscalía en Ciudad de México en honor a los 43 estudiantes de magisterio
desaparecidos en Ayotzinapa, lo califica de “terrorismo de Estado contra la
gente que se organiza.
Los hijos de los indígenas y de los campesinos son siempre los más
organizados y los que más se movilizan para protestar por sus derechos”.
En el caso del vía crucis, lo que esta gente está reclamando es su derecho a
emigrar, a cruzar unas fronteras que ellos no trazaron, a huir de la violencia, a
buscar una vida mejor.
Fuente: http://www.opendemocracy.net/democraciaabierta/danica-jorden/el-v-
crucis-de-los-emigrantes