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UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

Profesora: VIVIANA HELENA ERAZO JIMENEZ.


Corrupción como problemática social
A través de los años Colombia ha vivido diferentes cambios en el manejo político
que le dan al Tema de la desigualdad social, la principal razón de este evento es
la corrupción la cual de una u Otra forma está acabando con la credibilidad del
sistema actual democrático.
Muchos nos hemos preguntado por qué Colombia no avanza y es potencia al
menos en la zona a la que pertenece teniendo tanto potencial tanto de recurso
natural, locativo y talento humano nato e innato, pues la respuesta es la
corrupción que es la madre de todos nuestros males, pero eso no es problema
de ahora, eso viene desde hace siglos cuando se dieron las campañas de
colonización e “independencia”. Por eso en este escrito se evidenciará que pese
a que en Colombia hay gente que se da cuenta que es la corrupción el mayor
delito que nos desangra igual ellos mismos la utilizan para sacar ganancia
particular sin pensar en que los recursos que se roban son para el pueblo.
Ciertamente es por este flagelo que se crearon y aún siguen existiendo grupos
armados y delincuencia común elevados a la enésima potencia, se cree que
estamos condenados a vivir siempre en corrupción por nuestra manera de ser,
nuestra idiosincrasia a la cual aportamos de manera a veces consciente, a veces
inconsciente porque nosotros somos individualistas y egocentristas, “lo mío
primero” o “¿cuál es mi beneficio?” o “¿cómo voy ahí?”, pero no solo eso de
manera activa, sino que también cuando se trata de reclamar lo que por derecho
nos han robado; simplemente nos quedamos calladitos y aceptamos con la
cabeza agachada, es por esto que se tratará de hacer una radiografía de este
mal y que se podría hacer desde las instituciones, empresas privadas y nuestros
propios hogares.
Interbolsa, Odebrecht, Reficar, los comedores escolares, La Guajira, Zonas
francas, foncolpuertos, el cartel de los pañales, el ‘carrusel’ de la contratación,
obras de infraestructuras con contratos amañados, la lista de casos de
corrupción en Colombia parece interminable. ¿Qué está pasando?
La extensión y persistencia de las prácticas corruptas en el país demuestran que
no se trata de un fenómeno ocasional y aislado, ni que es exclusivo de la política,
sino que estamos ante tendencias profundamente arraigadas en la cultura que
afectan los códigos morales más profundos.
La primera reacción ante esta volquetada de corrupción es poner en entredicho
la eficacia de los organismos de control y del sistema judicial. Pero aunque el
papel de estas instituciones es muy importante, hay que notar que su actuación
tiene ciertos límites y se reduce a los hechos cumplidos: estas entidades no
hacen mucho en la prevención y poco o nada a la hora de combatir las raíces
sociales del problema.
En el caso administrativo esta no solo se encuentra en un solo punto de algún
sector administrativo, pues a raíz de la independencia de los gobiernos al
momento de distribuir sus presupuestos de obras y gestiones para la comunidad
regional. Este problema se ha extendido a todos los rincones del país, según un
artículo del diario el tiempo el costo de estos actos por parte del gobierno llegaría
alrededor de los 23 billones de pesos a raíz de esto el artículo escrito por juan
gossain resalta “Ya nadie se asombra de nada. Con el paso del tiempo nos
volvimos permisivos y tolerantes. “
Pero también existe la contraparte de esta penosa práctica, aquellos que luchan
por los derechos y libertades que los ciudadanos sin aprovecharse de los
recursos del estado para su bienestar individual por ello es importante no
generalizar o relacionar “corrupción” con política” pues estos actores del proceso
democrático han luchado en favor del sistema para que este sea respetado y se
muestre de la manera más trasparente posible.
Sobre el tema existen puntos de vistas bastante claros en los cuales indican que
los castigos por realizar este tipo de actividades sean mucho más severas y
ejemplares con el fin que no se convierta en una práctica impune como lo es el
aumentar las penas de cárcel, extinción de dominio (si el caso amerita) y por
supuesto inhabilidad para ejercer cargos públicos.
Pues para empezar, el origen de nuestra estructura sociocultural desde la
Conquista española, la cual imprimió una jerarquía fundamentada en la pureza
racial durante muchísimo tiempo. La Independencia, auspiciada por los criollos
blancos, llevó a la abolición formal de las castas, pero no acabó las prácticas
sociales de exclusión o discriminación por razones de sangre. Pues porque no
era tan rentable liberar el sistema dominante del acaudalado y terrateniente.
Esto implicó la persistencia de sistemas de relaciones de dependencia único y
personal, lo cual ha impedido siempre el desarrollo de una democracia
verdadera, elemento esencial para una moral colectiva genuina. Más bien, la
solidaridad se ha ejercido dentro de redes familiares y de clientelismo, que
son muy limitadas (Mermelada) los mismos con lo mismo.
La otra cara de la moneda ha sido el elitismo que dicha jerarquía entraña y que
implica un sentido de privilegio, de no estar sometido a reglas. Por eso se han
acuñado refranes como “la ley es para los de ruana”. Esto es importante, porque
los estratos altos y medio-altos son los mayores agentes de la corrupción en
Colombia. Desde luego, se encuentra la criminalidad más abierta en los estratos
inferiores, pero esta nace en parte de las dificultades de acceso a las
oportunidades económicas.
Por otra parte, la conformación física del país (compuesta por regiones
separadas, heterogéneas y con precarias vías de comunicación) dio lugar a una
nación fragmentada donde los “otros” no están articulados con el centro. Y
tampoco contribuyó a la integración la persistencia del conflicto armado.
En Colombia el índice de corrupción se mide a partir de las cuantías de los
procesos de responsabilidad fiscal de la contraloría nacional con el fin de analizar
las diferencias departamentales, entre ello encontramos el gasto público, la
pobreza y la participación política pues estos son los principales indicadores que
llevan a la corrupción, estudios realizados en otros países demuestran que
aquellos países con más gran índice de crecimiento departamental son más
propensos a padecer este mal.
“Según Murphy et al. (1991), en países con alto grado de corrupción
administrativa se generan los incentivos para que la asignación de talento se
dirija hacia actividades rentistas en lugar de otras más productivas y que
incentiven un mayor crecimiento. Por otro lado, Sheilfer y Vishny (1993)
sostienen que la corrupción es un costo importante para la economía debido a
sus efectos distorsionadores y su naturaleza ilícita. En la medida que la
corrupción se entienda como un costo adicional al capital y como un factor que
aumenta la incertidumbre en la asignación de los recursos, su efecto sobre la
economía sería negativo, ya que estos costos suponen una mayor demanda de
recursos para mantener las transacciones clandestinas, disminuyendo así el
retorno del capital. Considerando la suma de estos efectos se podría esperar un
efecto negativo de la corrupción sobre la inversión y, por ende, sobre el
crecimiento económico de un país”.
Hoy día existe un estatuto anticorrupción pero curiosamente solo el 25% están
pagando sus penas en cárceles, así lo revela el observatorio de la secretaria de
trasparencia de la presidencia de la república, mediciones de este organismo
indican que 1850 se han logrado por delitos contra la administración pública.
Entre el 2008 y el 2015, la Contraloría General de la República falló 784 procesos
con responsabilidad fiscal, por un monto de 2,7 billones de pesos, mientras que,
desde el 2009, las contralorías territoriales emitieron 1.911 sentencias por
228.000 millones de pesos.
Se dice que la ley es cada vez más estricta con el tema de la penalización por
estos actos, aunque la percepción de los ciudadanos aún no ha cambiado de
forma significativa como para tener la plena seguridad que no se desangre más
nuestro patrimonio.
En términos jurídicos Colombia es un estado social de derecho que vela por los
intereses de la población, desarrolla actividades contractuales que se deben
proteger, garantizando que exista transparencia en todas las acciones, las
cuales se deben desarrollar de manera equitativa y eficaz, con protección y
vigilancia de los organismos de control, siguiendo una normatividad clara, para
evitar la presencia de la corrupción en la contratación estatal, flagelo que frena
el crecimiento económico y perpetua la pobreza; fenómeno influyente coima a
un funcionario público aislado. Cuando en un acto de corrupción se involucran
muchas personas de alto nivel, ello significa que se han reducido los temores y
que se extiende la impunidad. Seguramente la expansión de la corrupción
minimiza la capacidad de reacción.
La doble moral abunda pues en general el que paga sobornos tiene menos
presión social que el que los recibe. Es común encontrar empresarios o gerentes
de ventas relatar con tono de protesta o ironía cómo han necesitado pagar
"contribuciones" para lograr ventas o contratos o aprobaciones de funcionarios
públicos, o también de gerentes de compras u otros ejecutivos de empresas
privadas. Recuerdo una reunión bastante numerosa de un consorcio que
aspiraba a un contrato con una empresa del estado y encontraba la dificultad de
la desaprobación de un funcionario al que se lo suponía incorruptible. Uno de los
empresarios allí presentes alegó: "déjenmelo a mí que no me dura un round".
Hubo risas, aprobación y alivio en el resto de sus socios. Desconozco el
resultado, pero me resultó claro que ciertas barreras habían sido superadas y
que cualquiera de los allí presentes tendría pocas manías para enriquecerse si
estuviera en la situación de pedir sobornos, aunque no lo expondría de igual
forma. Es evidente que la corrupción en el estado está impulsada por la falta de
sólidos principios éticos y por la falta de reprobación social.
Como dice Manuel A solarte: Existe una tendencia a menor corrupción en los
países de más altos ingresos, y viceversa. Es posible que por estar relacionado
el nivel de educación con el ingreso, esa tendencia está reflejando en realidad la
influencia de la educación. De los 20 países de la muestra con más corrupción,
16 tienen un ingreso inferior a los 10.000 dólares por habitante. Por otro lado, de
los 20 países con menor corrupción, 19 tienen un ingreso superior a los 15.000
dólares. Hay algunos países que se apartan del lugar que teóricamente les
correspondería en esta correlación. Italia, Grecia y España muestran un nivel de
corrupción muy alto en comparación con los que tienen similar nivel de ingresos.
Rusia es el país con mayor corrupción según la mayoría de los estudios. Chile,
Israel, Portugal y Sud África tienen niveles de corrupción inferiores a los de otros
países de similar desarrollo.
En el desarrollo, crecimiento y competitividad de un país, donde los ciudadanos
pierden la fe en las instituciones y en sus dirigentes.
La gravedad social de la corrupción aumenta cuanto mayor es la cantidad de
gente implicada en un mismo acto, o cuando se eleva el nivel de la institución.
Por ejemplo es más grave el caso de una entidad pública en donde se distribuye
pagos provenientes de quienes se benefician por una ley así aprobada.
Por ello al finalizar mis estudios técnicos me encuentro con mi primera situación
real y palpable de las pocas oportunidades que tienen los jóvenes al momento
de realizar sus proyecciones profesionales , noviembre del año 2007 una tardes
de verano me dirigía a enviar mi hoja de vida pues , tenía la esperanza de
participar en la selección de alguna vacante como técnico en comunicaciones en
las empresas municipales de Cali EMCALI, al llegar a la gran oficina me
encuentro con mi primer obstáculo, el anunciarse en la recepción, pues para
poder entrar no existe contacto directo con el área de selección, en este caso el
área de recurso humano, en vez de eso, lo primero que preguntan es: “cuentas
con apadrinamiento político? ” para mí eso era algo totalmente nuevo en mi
vocabulario, pues bien, resulto ser requisito indispensable para poder que te
reciban la hoja de vida, lo que pedían era tener un contacto directo o
recomendado que se encontrara trabajando actualmente con el municipio. Fue
enorme mi sorpresa pues de allí no conocía a nadie y como buen profesional
quería competir para obtener una oportunidad laboral. De inmediato tome mis
documentos y me dirigí a una clínica que mi madre me recomendó llevara la hoja
de vida, si efectivamente la recibieron, evaluaron mi perfil y en ultimas me
contrataron, pero allí era un “súper numerario” el cual sería un taquillero en
eventos públicos, de allí aprendí que si quieres llegar alto a nivel laboral primero
debes empezar desde abajo pues si no tienes los contactos indicados el sistema
te absorberá.
Hoy día se concluye que las ciencias sociales han avanzado bastante en explicar
el fenómeno de la corrupción durante los últimos 20 años. También está
comprobado su efecto altamente dañino para cualquier sociedad, no solo en
términos económicos, sino también por socavar la confianza de los ciudadanos
en sus gobiernos, violar los derechos humanos y nutrir ciertas costumbres
culturales indeseadas; como la “cultura del avivato”, para el caso colombiano.
Mientras que entendemos cada vez mejor el problema, estamos lejos de
entender qué tipo de medidas son efectivas contra este flagelo. Se predican la
transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
Estas medidas tienen un valor en sí mismo, ya que son piezas claves de una
democracia real. ¿Pero realmente sabemos lo suficiente acerca de sus efectos
inequívocos y su efectividad contra la corrupción? Investigaciones académicas
recientes, por ejemplo, sacuden algunas de las ideas preconcebidas sobre el rol
de la transparencia, el control o sanciones.
Si bien son necesarias y pueden ser efectivas, también tienen efectos
indeseados e indeseables: pueden hacer inflexible y rígida la gestión pública y
pueden tener un impacto negativo en la motivación intrínseca de los funcionarios
o gerentes. ¿Ya no confiamos en nadie?
La lucha contra la corrupción se ha vuelto una industria con sus propios intereses
y predicadores. De pronto es tiempo para generar miradas frescas, revisando
con cuidado la evidencia de la investigación académica y las lecciones
aprendidas en la práctica alrededor del mundo. Esta es una lucha que vale la
pena, pero merece estar basada en políticas públicas informadas que van más
allá de seguir viejos refranes.
Referencias bibliográficas y recursos web

 http://www.eltiempo.com/justicia/cortes/corrupcion-en-colombia-36597

 http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/DTSE
R-70_%28VE%29.pdf

 http://www.portafolio.co/economia/gobierno/indice-de-corrupcion-en-
colombia-2016-499663

 http://www.transparenciacolombia.org.co/index.php?option=com_content
&view=article&id=107&Itemid=536

 http://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/10654/13973/2/LA%20CORR
UPCION%2C%20SU%20HISTORIA%20Y%20SUS%20CONSECUENCI
AS%20EN%20COLOMBIA.pdf

 http://finanbolsa.com/2009/11/10/como-afecta-la-corrupcion-a-la-
sociedad/

 de Sousa Santos, Boaventura; (2011). Epistemologías del Sur. Utopía y


Praxis Latinoamericana, Julio-Septiembre, 17-39.

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