Así transcurría el año y cada vez estaba más cerca la temporada para
preinscripciones en las universidades así que poco a poco con el apoyo de mi
familia y amigos mi actitud hacia la vida fue cambiando, mis metas comenzaban
de nuevo a tener sentido y aunque aún no tenía una decisión tomada acerca de
que estudiaría por la menos ya había decidido que continuaría estudiando una
carrera y no me rendiría esta vez. Creció mi optimismo cada día, mejoró mi humor
y era más grande mi capacidad para pensar en las cosas, para meditar y
posibilitarme tomar mejores decisiones o al menos contemplar las posibilidades
que tenía , ya me sentía más libre pues hacia una correcta elección de mi actitud
frente a los conflictos que antes me mantenían irritable y angustiada; ahora me
sentía con mejor actitud para enfrentar los retos que pudieran surgir y seguir
adelante con mi ritmo de vida que claramente sería muy distinto al entrar de nuevo
a la universidad y quizá sería difícil pero esta vez mi actitud positiva y buen humor
serian un arma para sobrevivir a ello. Fui capaz de decidir sobre mi propio camino
y luchar para conseguir mis metas y mi propósito en la vida.