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EL DESARROLLO DEL

PRINCIPIO FEMENINO EN LA
CONCIENCIA HUMANA
*
Sukie Colegrave

A grandes trazos, la terapeuta y escritora de Nuevo


México Sukie Colegrave describe un cuadro de la
evolución de la conciencia humana en dos niveles
simultáneos, dual y el colectivo.

Como personas y como especie, empezamos en un


estado de unidad preconsciente en el útero de la Gran
Madre -en un útero seguro, no dual, y que lo contiene todo. Cuando
comienza a aparecer la diferenciación y a emerger los egos
individuales fuera ya de esta totalidad, la Madre omniabarcante se
vuelve sofocante; surge entonces la necesidad inevitable de la
separación a partir de nuestra necesidad natural de independencia y
autonomía.

El resultado de esta salida fuera de la totalidad es la formación de un


ego con capacidad para identificar y controlar al Otro; en el plano
social, la consecuencia es el patriarcado, la identificación colectiva
con el Principio Masculino -el orden de la objetividad, la dualidad y la
dominación.

El paso de una fase a otra siempre exige un sacrificio. Al dar este paso,
se pierde la unidad con la naturaleza y los demás seres vivos; lo
Femenino es expulsado de los territorios social, psicológico y
espiritual.

Este desequilibrio reinante del Principio Masculino conduce


inexorablemente a su opuesto: que alcance un respeto renovado la
nueva emergencia de lo Femenino, junto con sus valores de capacidad
de conexión, receptividad, amor y reverencia. En el terreno de lo
individual, un ego totalmente desarrollado, que puede afrontar al Otro
con su separatividad y al mismo tiempo experimentar profundamente
su conexión con él, constituye una nueva etapa en la evolución de la
conciencia humana, que permite el crecimiento de los valores
transpersonales. En el terreno de lo colectivo, Gaia, la Gran Madre
Tierra, se está volviendo consciente de sí misma.
Sukie Colegrave estudió Psicología junguiana en Londres y Boston,
lengua e historia chinas en la Universidad de Londres. Es autora de
Uniting Heaven and Earth: A Jungian and Taoist Exploration of the
Masculine and Feminine in Human Consciousness y de By Way of
Pain: A Passage into Self. Actualmente trabaja como psicoterapeuta y
escritora en Santa Fe, Nuevo México.

Chuang Tzu escribió:


En la Edad de Oro, los hombres virtuosos [y las mujeres] no eran la
excepción; las cualidades no llamaban la atención. Los gobernantes
eran simples faros indicadores, mientras que el pueblo era libre como
los ciervos salvajes. La gente era honrada sin tenerse que proponer
cumplir sus obligaciones para con los vecinos. Se querían unos a otros
sin darse cuenta. Decían la verdad sin proponerse tener buena fe.
Hacían cada acción libremente sin reconocer tener obligaciones con
nadie. De esta manera, sus obras no dejaban huella y sus asuntos no
eran transmitidos a la posteridad.

Así pues, en aquellos días en que prevalecían los instintos naturales, los
hombres [y las mujeres] actuaban con calma y miraban con firmeza. En
aquel tiempo no había caminos en las montañas, ni barcos o puentes
sobre el agua. Cada cosa se hacía dentro de su propio ámbito. Se
multiplicaban animales terrestres y pájaros; crecían árboles y arbustos.
Los animales podían ser conducidos con la mano y era posible trepar y
escudriñar el nido del cuervo, porque entonces el hombre [y la mujer]
trataba con pájaros y animales terrestres, y toda la creación era una. No
había distinciones entre [seres humanos] buenos y malos. Careciendo
igualmente todos de conocimiento, su virtud no podía extraviarse.
Careciendo todos por igual de deseos malvados, estaban todos en un
estado de integridad natural, de perfección de la existencia humana.

¿Fue disfrutada alguna vez por los seres humanos una Edad de Oro, un
Jardín del Edén? La respuesta aguarda la aparición de métodos más
refinados de investigación histórica. Pero como imágenes del estado
que precede al nacimiento de la conciencia, estas palabras del sabio
chino, igual que las descripciones bíblicas del Paraíso terrenal, tienen
un aroma de una unidad tranquila y armoniosa que caracteriza la matriz
intemporal, indiferenciada y preconsciente del alma humana en su
estado anterior a la separación en consciente e inconsciente, yo y tú,
nosotras/os y ellas/os.

Las imágenes de Chuang Tzu nos recuerdan y abarcan la integridad


orgánica y espontánea que subyace más allá de las distinciones entre
humano y animal, materia y espíritu, vida, y muerte; la totalidad sin
costuras que crea e informa las diferentes partes y transiciones de la
existencia. También nos recuerdan nuestra ignorancia y
desconocimiento que caracterizan este estado -la imposibilidad de
elección y la ausencia de libertad individual y oportunidad para la
creatividad el amor conscientes-.

Sigue siendo un misterio cómo y por qué este estado preconsciente de


ser lleno de paz empieza a diferenciarse en un mundo de opuestos,
iniciando así el proceso de la historia y el nacimiento de la conciencia
humana, lo mismo que cómo o por qué el infante sacrifica su estado de
unidad embriónica con la madre para reclamar su "yo" individual. Pero
cuando ocurre esta separación, tanto en el amanecer de la historia
humana como en un momento específico de la vida de cada individuo,
la Edad de Oro preconsciente del alma empieza a disolverse y a
diferenciarse en una vivencia de lo consciente y lo inconsciente y el
estado de unidad preconsciente con el cosmos se transforma en un
estado de ser que está contenido en el mundo, y es estrechado por los
brazos de la Gran Madre del cielo y de la tierra.

Mientras que la conciencia colectiva e individual se siente alimentada,


contenida e inseparable del seno de la Gran Madre, la imagina como un
ser esencialmente benévolo, omnipotente y omniabarcante. Tanto si es
venerada como la Señora de cielos y tierra, la Señora del principio y fin
de toda creación, o la Señora de las plantas y de los animales, se la
concibe como el espíritu de la tierra y todas las formas del espíritu,
virginal y bisexual. En Egipto se la llamó Isis, "Madre de todos, en
posesión de ambas naturalezas, masculina y femenina ". En Babilonia
fue Ishtar, diosa de la luna, a la que se invocaba como "mi Dios y mi
Diosa". En la China antigua, era el espíritu del valle que nunca muere,
la mujer misteriosa llamada la raíz del cielo y la tierra.

La capacidad de la Gran Madre de dar a luz de manera virginal se


atribuye a su totalidad, puesto que los arquetipos o energías Masculina
y Femenina, todavía no separadas entre sí, permanecen en un abrazo
inconsciente. Su bisexualidad virginal manifiesta una totalidad
psicológica inconsciente, que puede coexistir -y coexiste de hecho- en
ciertos periodos de la vida psicológica con la diferenciación física de
macho y hembra. Refleja un nivel de ser psicológico en el que el
Individuo o el grupo vive sin ninguna experiencia consciente de las
diferencias psicológicas entre los arquetipos Masculino y Femenino, y
sin ninguna individualidad consciente. Por el contrario, existen como
infantes psicológicos protegidos por el abrazo de la Gran Madre, en
mayor o menor grado según su identidad y bienestar psicológico, tanto
si se la vive como una Diosa cósmica como si se la proyecta sobre la
propia madre o esposa.
La benevolencia del gobierno de la Gran Madre sobre la conciencia
humana continúa mientras que es útil para las necesidades de desarrollo
del individuo o del grupo. Pero cuando un alma está preparada para
experimentar su libertad e individualidad, su capacidad para darse
cuenta y para comprender, y su potencial de relación y de amor
humano, el poderoso abrazo de la totalidad inconsciente de la Gran
Madre deja de sentirse como un útero cálido y seguro y empieza a ser
sentido, desde la perspectiva de la naciente conciencia del "yo", como
devorador, claustrofóbico y amenazante. En esos momentos, las
imágenes de su generosidad son eclipsadas en los sueños y en la
mitología -que son los espejos colectivos e individuales del desarrollo
psicológico- por imágenes de su naturaleza demoníaca. En la antigua
China, se convirtió en la Gran Madre de Occidente, una horrible
criatura con cara humana, dientes de tigre y rabo de leopardo, que
moraba en la cueva de una montaña y dominaba las plagas y la peste.
En la mitología asirio-babilónica, Tiamat, que dio a luz al mundo,
también era una imagen de caos primitivo y ciego "contra la que
luchaban los Dioses inteligentes y organizadores" y en la mitología
hindú, Kali, la madre divina, tiene otra cara como la Terrible Mujer
Araña, las fauces del abismo que todo lo devoran.

Para diferenciarse del gobierno de la Gran Madre y para derrocarla, la


lucha de la nueva conciencia emergente adopta formas muy diversas,
pero todas comparten una característica esencial. Todas ellas reflejan la
energía masculina, ya sea individual o colectivamente, esforzándose
por separarse de su abrazo inconsciente con la Gran Madre, para poder
reclamar y afirmar su autoridad y poder independientes. Este
nacimiento a la conciencia del arquetipo Masculino y su posterior
victoria sobre el arquetipo de la Gran Madre inauguran la Era del
patriarcado psicológico, en el terreno histórico y en el plano individual.

Hoy día, cuando muere a su pesar y con resistencias el reino ya


caducado del Gran Padre en nuestra psicología y cultura colectivas, es
fácil olvidar que, como la Era de la Gran Madre, la época patriarcal ha
cumplido un objetivo esencial y creativo en la evolución humana. Su
orientación psicológica fue una condición previa para el nacimiento de
la feminidad consciente y el desarrollo de la totalidad humana -y
continúa siéndolo en ciertos momentos de la transición de la infancia al
estado adulto, tanto en hombres como en mujeres-. La energía heroica
masculina, que logra diferenciarse del abrazo oscuro e inconsciente de
la Gran Madre, rompe el mundo psíquico de una manera que permite
distinguir entre el "yo" y el "tú", la materia y el espíritu, macho y
hembra. Con ello inaugura una revolución en la experiencia, la
percepción y la comprensión del ser humano. Mediante su energía y su
poder, la conciencia individual y colectiva logra arrebatar del
inconsciente la experiencia de la discriminación, la individualidad y la
otredad. De este modo, desarrollan la capacidad de libertad y de
elección, así como, hasta cierto punto y en ciertos niveles, la capacidad
de comprender, y con ella, de controlar muchos de los acontecimientos
hasta entonces impredecibles de la vida material y psicológica. Por otra
parte, la hegemonía del Gran Padre nos permite simplificar los
mecanismos de la supervivencia física y del bienestar de manera
suficiente como para proporcionarnos un espacio y un tiempo para
escuchar y para explorar otras dimensiones de nosotras/os mismas/os.

El abuso considerable y bien documentado de las mujeres y de la tierra,


la negación y desvalorización de lo Femenino, y la devastación de lo
físico y de lo instintivo causada Por guerras políticas y económicas
producidas por el poder egótico del Gran Padre, son más un reflejo del
sometimiento individual y colectivo a su dominio competitivo,
separativo y jerárquico, que una consecuencia inevitable de su
presencia. Sin la aparición y maduración de la energía masculina, tal
vez no habríamos desarrollado hoy día un sentido suficiente de nuestra
propia individualidad, para poder invitar y acoger lo Femenino en la
conciencia -en nuestro interior y en las esferas sociales, políticas y
económicas-. Sin su energía arquetípica, quizá seríamos incapaces de
escuchar y de seguir los hilos que dan vida a los mundos de los
opuestos y los conectan entre sí; mundos que el poder discriminador
masculino ayudó a desvelar y, en parte, a crear.

Como intuyeron los antiguos sabios, el alma se desarrolla mediante la


atracción de los opuestos y su relación con ellos, -en especial de la
materia y el espíritu, y de los dos brazos de la Divinidad, lo Masculino
y lo Femenino-. La revolución patriarcal en la conciencia humana,
junto con sus reflejos culturales, sociales y políticos, nos posibilita
reconocernos y desarrollar uno de los brazos de este ser divino. El
desequilibrio psicológico creado por la hegemonía Masculina invita a
penetrar en la conciencia a "lo otro", el complemento Femenino.

Así como los hombres tendieron a ser los iniciadores de la revolución


patriarcal, las mujeres han tendido a concebir y gestar el nacimiento de
lo Femenino consciente a partir del abrazo de la Gran Madre. No las
mujeres que, enfadadas por la opresión de su género bajo el
patriarcado, han intentado convertirse en patriarcas dentro de cuerpos
femeninos, ni las que han intentado dar la espalda al camino
psicológico por nostalgia del dominio sexualmente indiferenciado de la
Gran Madre, sino aquellas que, codo con codo, y honrando lo
Masculino dentro de los hombres y de las mujeres, han empezado a
escuchar y a dar la bienvenida a la conciencia a las semillas que
germinan de lo Femenino. Estas mujeres no imitan las pautas
patriarcales, intentando poner lo Femenino al servicio del ego personal
o identificarlo con el cuerpo de mujer. y esto porque, mientras que la
naturaleza jerárquica y separativa del arquetipo Masculino es la de
crear un mundo a su imagen y semejanza unilateral y fragmentadora,
naturaleza de lo Femenino es la de reconocer, experimentar, recibir y
nutrir la totalidad. Mientras que lo Masculino diferencia los opuestos,
lo Femenino fomenta la relación entre ellos tal como viven y se
manifiestan en cada nivel de existencia, así como la comunicación
sexual, las energías complementarias dentro de cada alma humana, los
dos modos pensar, el analítico y el analógico, y los dos polos del
universo, la materia y el espíritu.

Mientras que lo Masculino separa, discrimina, controla, conquista,


aguanta, supera, lucha y crea, lo Femenino recibe, permite, transige,
absorbe, disuelve, une, conecta y gesta. Así, mientras que lo Masculino
y la revolución patriarcal posibilitaron que emergiera a la conciencia el
"yo" individual desde las profundidades subterráneas e inconscientes
del útero de la Gran Madre, el despliegue de lo Femenino dentro del
alma permite a este "yo" individual empezar a retornar y a conectar con
su ser más vasto: su cuerpo, su alma y el espíritu universal; le permite
reconocer su relación con la comunidad mas amplia de la vida terrestre
y cósmica, con la unidad divina que da existencia a las partes
separadas, a los pueblos, las naciones, a los planetas y a las estrellas. Lo
Femenino permite que vivamos el mundo y nos vivamos a nosotras/os
mismas/os en un cambio desde una perspectiva yo-ello, a una visión
yo- Tú, y después, "yo soy" y "todo es nosotros/as".

Sin perder los poderes válidos y percepciones de la perspectiva


analítica y newtoniana masculina, que han revelado muchas de las
partes diferentes de nuestra naturaleza terrestre, psicológica y cósmica,
lo Femenino nos permite disolver las divisiones conceptuales y
perceptivas superfluas que separan a cada parte entre sí y de la totalidad
orgánica. Nos permite reconocer, por ejemplo, que el cuerpo, el alma y
el espíritu no sólo no son niveles diferentes y separados de ser, sino que
están íntima y simultáneamente conectados, implicados en una danza
continua conjunta, y que reflejan y comunican su bienestar respectivo y
también su "mal-estar". Lo Femenino nos permite darnos cuenta de que
cualquier método terapéutico, cualquier educación y organización
social necesita en consecuencia tener en cuenta y respetar todos los
niveles de la existencia y sus relaciones cambiantes y sensibles.

La receptividad paciente y acrítica de lo Femenino posibilita que surjan


a la conciencia las partes del alma reprimidas, negadas, disociadas e
inconscientes. Nos invita a abandonar la visión patriarcal del cuerpo y
de la materia, como instrumentos de manipulación y explotación en
aras del conocimiento y de la autonomía del ego; o como el cenagal
temido de la oscuridad, el misterio y el sufrimiento instintivos e
inconscientes. Por el contrario, lo Femenino nos faculta a darles la
bienvenida, a honrarles y a disfrutarlos, como reflejos instintivos y
correspondencia entre el alma y el espíritu, como los vestidos de
nuestra divinidad. Nos sensibiliza a las diferentes imágenes del alma,
para que podamos percibir y recibir en la conciencia nuestra hambre y
nuestras heridas emocionales; las que enterradas durante décadas, o
incluso durante vidas enteras, han obstruido el flujo libre de la energía y
han inhibido nuestra capacidad de entender, de relacionarnos y de amar.

La naturaleza tejedora de lo Femenino nos capacita para apreciar y


experimentar la naturaleza holística del mundo que complementa la
perspectiva inconexa Masculina. Nos permite, por ejemplo, sentir la
presencia del árbol de la vida y unimos con su fuerza vital particular;
también con el árbol arquetípico, que vive en el alma como imagen, y
en la tierra como tronco, raíces y ramas. Al ayudamos a fundimos con
las diferentes cualidades y energías del alma y de la tierra, lo Femenino
nos conduce a su toma de conciencia, como atributos inseparables y
miembros de nuestro ser, del mismo Ser, sin que traicionemos nuestra
alma, identificándonos únicamente con una parte.

Al invitarnos a vivir todas las cosas terrenales como aspectos integrales


de nuestra totalidad, lo Femenino contribuye a despertar nuestro sentido
de la responsabilidad hacia este planeta, a darnos cuenta de que no
estamos aquí para abusar de él, sino para cuidarlo. Se nos capacita para
entendernos y vivimos, no como los/as gobernantes de la tierra, sino
como sus guardianes/as, beneficiarios/as y, en última instancia como
sus cocreadores/as.

Desarrollando dentro de nosotros/as los hilos de la relación entre los


opuestos espíritu y tierra, masculino y femenino, vida y muerte,
consciente e inconsciente, lo Femenino da a luz a individuos y
comunidades humanas capaces de reflejar y de encarnar su fuente de
ser y de devenir: el Ser. Lo Femenino expande suavemente nuestras
almas disolviendo parámetros ilusorios y superfluos, aunque hayan sido
útiles en otros momentos de nuestra evolución. Nos enseña a escuchar y
a seguir los ritmos espontáneos de nuestro desarrollo; a reconocer y a
sentir la voluntad sagrada del cuerpo y del alma, "el hágase Tu
Voluntad" que alguna vez hemos intentado dominar y controlar. Lo
Femenino despliega un camino de devenir caracterizado por la actitud
relajada más que por el esfuerzo.

Disolviendo las demarcaciones rígidas y los compartimientos


innecesarios que impiden nuestras relaciones y la vivencia de la
totalidad orgánica, del único Ser, que se halla tras el ego y la
individualidad, lo Femenino nos ayuda a sacrificar la identidad menor
por la mayor. Nos invita a abandonar el enfoque egoico y combativo en
pos de nuestra conversión en individuos, nuestro apego a la autonomía
del ego, nuestro deseo de poseer y de controlar y, finalmente, nuestro
deseo de identificamos con nuestro personalidad efímera. Al hacerlo, lo
Femenino despierta en nosotras/os la capacidad de comprender a
Chuang Tzu cuando dice que no estaba seguro de si soñó que era una
mariposa o era la mariposa la que soñó que era Chuang Tzu y podemos
entender la pregunta que C.G. Jung se hacía en su infancia sobre si él
era el niño que se sentaba en la piedra o la piedra sobre la que el niño se
sentaba.

A medida que nos arriesgamos a penetrar en este territorio en el que se


desplazan y se disuelven las preguntas sobre nuestra propia identidad,
lo Femenino impulsa a permitir en lugar de a poseer, a vivir la vida
como un proceso más que como piezas estáticas, y puede llevamos a
profundizar en el morir que es la condición previa de nuestro devenir.
Puede ayudarnos a que soltemos amarras, a sacrificar nuestro apego
personal a las reservas de sabiduría, poder y amor, a las que nos ha
dado acceso el nacimiento a la conciencia de nuestra naturaleza divina
-el Ser-. Cuando lo hacemos, el "yo" individual se despoja de su
identidad y de su reflejo personal y efímero, que está delimitado por el
tiempo y el espacio. Vuelve a conectar entonces, o tal vez conecta por
primera vez conscientemente, con su "yo-idad" cósmica e inmortal: el
"yo" que es yo y tú, tierra y universo; el "yo" que elige expresar parte
de su naturaleza a través de la forma física individual y de la
personalidad con la que en algún momento nos habíamos identificado.
Con este sacrificio de las identidades, que se han quedado pequeñas,
nos volvemos capaces de movernos libremente a través de todo el
espectro de la conciencia, conectando nuestro ser temporal y nuestro
ser universal. Podemos apreciar y disfrutar de nuestras naturalezas
material y espiritual, así como de nuestra libertad creativa de elección,
una vez que hemos experimentado nuestra unidad con la fuente de la
creación.

A través de esta muerte y renacimiento, se intensifican nuestras


capacidades de sentir emociones más elevadas, como el amor, la
reverencia y la serenidad. Al mismo tiempo, nuestras emociones más
burdas empiezan a marchitarse y a transformarse, a medida que
disminuyen progresivamente los deseos los miedos y las aversiones del
ego que disturban la paz de nuestros corazones. Al ser capaces de
reflejar, ya sea pálida o intensamente, la sabiduría y el amor
incondicional del Ser, nuestras almas están constantemente rebosantes y
nuestros intereses se confunden con los Intereses del Ser.
Con este desplazamiento de identidad, desde el ego y la personalidad
efímera hasta el Yo superior o universal, retornamos al origen.
Entramos en la totalidad psicológica y virginal de la Gran Madre y la
conocemos por primera vez. Pues como decía Philo de Alexander: ..El
congreso de los hombres hace de las vírgenes mujeres para la
procreación de los hijos. Pero cuando Dios empieza a asociarse con el
alma, hace que la que era antes una mujer se convierta de nuevo en
virgen". En nuestra -virginidad andrógina, capaz de relacionarse con las
energías masculinas y femeninas en sus diferentes manifestaciones y en
sus diferentes niveles de ser, pero sin identificarse con ninguno, nos
convertimos en canales libres para que fluya la energía espiritual a
través del cuerpo y de la tierra, y para el flujo y transformación
correspondiente de la energía terrestre hacia el espíritu.

En los momentos en los que elegimos experimentar el cosmos que es


nuestro ser, dejamos detrás las energías arquetípicas de hombre y mujer
y vivenciamos la única fuente que da nacimiento a su polaridad. Como
dijo Jesús en el Evangelio de Santo Tomás: "Cuando hacéis lo interno
igual a lo externo, lo externo como lo interno, y lo de arriba como lo de
abajo, y cuando unificáis varón y hembra, de manera que el varón no
sea varón ni la hembra [sea] hembra, entonces entraréis [en el Reino]".

Este reino del alma está caracterizado, entre otras cosas, por el amor.
No se trata simplemente del amor que sirve a los demás como uno
mismo y cuida de la tierra como encarnación de nuestra divinidad; ni
tampoco es sólo el amor de la devoción física y psicológica, o el amor
incondicional, que es inconmovible sea cual sea la respuesta, actitud o
acción de la otra persona; ni meramente el amor trascendente y sin
objeto que constituye la fuerza de vida y la esencia del alma, y que es
accesible como fuente ilimitada cada vez que decidimos volvernos
hacia adentro y beber. Abarcándolos todos, este amor es el amor de la
bienaventuranza: el de la sabiduría y el éxtasis. Tal vez sea comparable,
aunque en pequeña medida, al éxtasis efímero que nos ilumina cuando,
antes de haber alcanzado las bodas internas de cuerpo, alma y espíritu,
proyectamos a otra persona nuestra pareja interior no realizada y, al
enamorarnos, vislumbramos el único Ser.

Colegrave, Sukie, "El Desarrollo del principio femenino en la conciencia humana", en Ser mujer, Barcelona, Kairós, 1993

pp. 40-52.

IMÁGENES ARCAICAS FEMENINAS Y SEXUALIDAD NATURAL


Primitivamente, según evidencia arqueológica de manera generalizada, las más
arcaicas imágenes humanas legadas por nuestros ancestros de diferentes regiones del
universo, son exclusivamente femeninas, presentadas casi siempre desnudas y mostrando
su sexualidad natural: figuras embarazadas, dando a luz, ofreciendo las mamas,
enseñando su vulva,... Han sido halladas en tumbas acompañando a los difuntos junto
con sus bienes, en campos de cultivos, en cuevas cercanas a fuentes de agua, en lugares
de culto como Santuarios y además ocupaban un lugar del hogar: estaban colocadas en
nichos en donde se les tributaba culto: tumba, nicho, cuevas,... como cavidad de la
Tierra, como Útero de la Diosa, Origen de la Creación.

En relación a ello Kuhn afirma en (1970, 259): "Las figurillas ocupan el Nicho de
Dios (sic, ¿por qué el término sexista, si son exclusivamente femeninas en el Paleolítico
y en el Neolítico, y por tanto representaciones de la Diosa?) como hoy se llama al lugar
de culto de las casa de Baviera. En las moradas de los esquimales aún hoy se
encuentran estatuillas femeninas, llamadas Schuli" (Dzuli).

Por lo que ya no hay duda de que en todas partes, las arcaicas imágenes femeninas son
auténticos Ídolos: representación de la Diosa Madre, encarnación de la Naturaleza, la
Divinidad más arcaica que adoró la humanidad de la primera religión matriarcal, desde
hace más de 40.000 años, cuando se creía que el Principio femenino regía las Fuerzas del
universo y cuando se creía que sólo la Divina Madre era Generadora de Vida. Al
respecto asegura Mayr en (1989, 36): "Precisamente la palabra Género -genos, genus-
mienta originariamente el ser matriarcal-femenino de la Divinidad como totalidad
ilimitada, útero y tumba, vaso y basamento. Este Género generante o divino,
simbolizado originariamente por la Gran Madre,..."

Obras femeninas reflejo de las concepciones religiosas matriarcales y reflejo de las


creencias de sus seguras autoras artistas. Creencia en la autoría femenina que otros
investigadores como el Profesor Le Roy Mcdermontt de la Universidad de Missouri,
comparte. De él cita Husain en (1997, 11): "En el caso de que esta teoría sea correcta,
la inmensa mayoría de las esculturas paleolíticas fueron obra de mujeres, lo que
sustenta los argumentos de las feministas acerca de que no fueron los hombres sino las
mujeres las originales artesanas, artistas y transmisoras culturales de una generación
a otra."

A este propósito afirma Heide Göttner-Abendroth en (1986,109): "¿Puede entonces el


arte matriarcal instaurarse fuera de una sociedad matriarcal? No, porque fue y es la
expresión directa de esa sociedad."

Sabemos que al comienzo de época histórica las imágenes artísticas eran usadas en
ritos sagrados. Göttner-Abendroth detalla que aspiraban a lograr un efecto determinado:
buscaban comunicarse con la Madre Naturaleza, para propiciarla mediante actos
simbólicos (1986, 100): "El antiguo arte matriarcal intentaba influir sobre la
naturaleza y modificarla utilizando la magia (la antigua magia); "

Independientemente de la autoría y finalidad de las imágenes desnudas, sus actitudes


sexuales reflejan claramente las costumbres de gran libertad sexual femenina e indican
claramente una organización familiar, social y política, muy diferente a la posterior
cultura patriarcal de tiempos históricos, en la que la sexualidad femenina fue reprimida
y limitada. Está de acuerdo, el pensador Delporte que afirma (1982, 281): "Las formas
psíquicas, mágicas o religiosas que condicionan las manifestaciones creadoras, y
particularmente, las figuraciones humanas son, asimismo, vigorosamente
influenciadas, si es que no son modeladas, por las estructuras familiares, no solamente,
y por lo general, por la alternativa clásica entre matriarcado y patriarcado, sino
también por la naturaleza de los símbolos que unen a los miembros de la familia, ya
entre sí, ya con el exterior..."

Nos podemos hacer una precisa idea de la conducta sexual de la mujer en la


Prehistoria, por la conducta que aún conservaba a principios de época histórica.
También estudiando la conducta sexual femenina en las sociedades matrilineales. Y al
analizar la conducta sexual de las hembras primates, ya que la humana deriva de las de
nuestros remotos antepasados homínidos: el modo de vida a inicios de la cultura
humana sería similar al de los primates no humanos.

SEXUALIDAD FEMENINA A PRINCIPIOS DE ÉPOCA HISTÓRICA

Orgías sagradas: con falos, con animales

Según distintos testimonios, la sexualidad en la Prehistoria estaba mucho más


desarrollada en la mujer que en el varón. Lo evidencian algunos rituales religiosos
sagrados femeninos, que a pesar de que eran secretos, ha llegado a nuestro
conocimiento.

Y así se sabe en qué consistían las prácticas orgiásticas femeninas de las fiestas
"Orgías": eran ritos sagrados que culminaban los Misterios tras la siembra, en honor de
las Grandes Diosas Lunares Demeter / Ceres o Cibeles. Consistían en un festín,
banquete femenil en el que sólo intervenían mujeres, presididas por una sacerdotisa
Orgiasta. Y en el que se cometían excesos y se hacían libaciones de bebidas
embriagadoras en ánforas orgiásticas. Se podría deducir en qué consistían los cultos
orgiásticos por el hecho de que en los ritos estaban presentes falos llevados por las
sacerdotisas Fallóforas y también se realizarían con esculturas hermafroditas (femeninas
con extremidades o torso paraboloide, según aparecen en nuestro dibujo VIII), que por
el tamaño y forma evidencian que serían usados en rituales orgiásticos. En relación a las
mismas, afirma Cristina Frade (1996, 14): "De hecho, la masturbación (femenina) está
ampliamente documentada como ritual religioso en textos sumerios y del antiguo
Egipto..." ... "... en algunos casos, como el de los «bastones» fálicos de Dolní Vestonice
(nuestro dibujo VIII 1) y otros numerosos yacimientos, la similitud de forma y tamaño
con los vibradores modernos es tan asombrosa «que sería poco sincero eludir la
interpretación más simple y obvia», dice Taylor." Y en cuanto a ello, comenta Campbell
(1991): (aunque) "...arqueólogos extraordinariamente bien cualificados simulen que no
pueden imaginar qué servicios podían haber prestado"..."sabemos bien qué servicios
prestaban tales imágenes en los períodos inmediatamente posteriores..."

Y así la palabra "Orgía" se referiría a las prácticas de autoestimulación que realizarían


las mujeres, como representantes de la Gran Diosa Lunar hermafrodita en la Tierra. Y
estas prácticas han sido llevadas a cabo por sacerdotisas de diferentes cultos en todo el
universo. Así las sacerdotisas Bilian de Indonesia, realizaban ritos sagrados para
conjurar a los Espíritus, como ilustra la escultura de Bali (nuestro dibujo VIII 23),
dedicada a la Diosa de la Fertilidad. Aparece masturbándose con ojos saltones y lengua
fuera [representadas con lengua fuera como numerosas obras de arte simbólicas: de las
Diosas Gorgonas griegas, de las Diosas mexicas Tzitzimime, de la Diosa Kali de La
India,...).

Con la autoestimulación femenina, se pretendía mágicamente aumentar la Fertilidad


de la Naturaleza: y así gracias a la Diosa, las mujeres se quedarían embarazadas, la
semilla germinaría, los muertos germinarían / resucitarían y fecundarían a mujeres (esa
era la forma en que se creía que las mujeres se reproducían: los muertos enterrados y
convertidos en semillas, se reencarnaban en sus descendientes. En palabras de Frazer:
"todos los vivientes están animados por las almas de los muertos." Lo que muestra la
creencia de la ausencia del poder procreador del varón: se creía que la mujer era madre
virgen).

Otros ritos sagrados, llevados a cabo por mujeres, se realizaban con animales. Como
el rito mágico que se practicaba en las fiestas "Misias" en honor de la Diosa Demeter /
Ceres, que tenían lugar en Misia, en Acaya, La Arcadia (en Pallene) y en Argos en
donde había un Templo llamado Miseón, en el que las mujeres se encerraban con perras
durante un día y una noche del que salían con grandes risas. Posiblemente las
ceremonias mágicas con perras tendrían lugar el 21 de junio, coincidente hace más de
2.000 años con el orto matutino de la Canícula / la estrella Sirio de la constelación Can
Mayor / "La Estrella de la Perra" / "La Estrella del Arco" / "La Abrasadora"
[Enciclopedia U., Tomo 2 (1988, 511) y Tomo 43 (1988, 1067)], coincidente con la
aparición de la canícula abrasadora que abrasaba la vegetación, aunque también los
calores ayudaban a madurar los frutos [Enciclopedia U., Tomo 43 (1988, 1066) y
Herrmann (1990, 148)]. Y tendría la finalidad de suavizar mágicamente a las
"devoradoras canes", representantes Divinas, antes de que empezasen los 50 días
caniculares y así evitar que la canícula abrasase / devorase la vegetación (lo que
evidenciaría que el rito estaba originado en la metáfora funcional y astronómica de que
coincidente con el orto de Can Mayor se presentaba el fenómeno de la canícula, que en
época arcaica tenía lugar el 21 de junio: hambre devoradora, hambre canicular: el
fenómeno de la canícula destruye / devora la vegetación).

También manifiesta que estaba mucho más desarrollada la sexualidad en la mujer que
en el varón, el hecho de que haya palabras relacionadas con placeres sexuales, derivados
de nombre de Diosas o heroínas, cuando eran las mujeres las que desplegaban una
sexualidad libre en la sociedad arcaica, y por tanto tuvieron el privilegio de dar nombres
a las cosas relacionadas. Así del nombre de las fiestas "Afrodisias" en honor de la Diosa
Afrodita / Venus, Diosa del Amor, dieron lugar a los cultos y placeres afrodisíacos, y de
la que deriva: anafrodisia (frigidez); el nombre de la Diosa Venus califica a los
inclinados a los apetitos venéreos, relativo al contacto sexual. De la Diosa Volupia del
Deleite, deriva los placeres voluptuosos. La Diosa Afrodita Libentina es Diosa de la
Voluptuosidad (derivado de líbido). De la Diosa Estimula / Stimula excitadora del
deleite sexual, deriva estimulante...

Estas prácticas sagradas evidencian la alta potenciación de la sexualidad que se


realizaba en culturas matriarcales y la libertad sexual que gozaba la mujer. Prácticas que
perduraron aún a principios de época histórica, cuando empezaron a ser reprobados y se
murmuraba: "eran Misterios sospechosos" (en los que) "se cometían cosas
abominables." Campbell nos cita a Juvenal en (1992, 253) y dice: "Hay una frase muy
notable del satírico y poeta romano Juvenal (60-140 a. C.), en la que expresa su
desaprobación de lo que ocurría en uno de los cultos secretos de las mujeres:"..."«Nada
se simula por juego, todo se hace en serio...»."

Prostitución sagrada

Otra de las prácticas sagradas de las sacerdotisas de las diferentes religiones


matriarcales Mistéricas, existentes aún a principios de época histórica, era la
prostitución sagrada, sacerdotisas muy acreditadas que además de la prostitución, eran
maestras que se ocupaban de la formación de las niñas: aún no estaba desacredita el
ejercicio de la prostitución, sino que eran un acto sagrado con finalidad sagrada, una
faceta del culto a la Fertilidad. La ejercían en los Templos dedicados a la Diosa de la
Fertilidad y del Amor.

Afirma Donovan (1988, 21): "Pero la antigua libertad en las relaciones sexuales
perduró merced a la prostitución sagrada en casi todas las creencias que adoraban a
una diosa madre, así como a las fiestas de promiscuidad sexual, celebradas
generalmente en las épocas de la siembra y de la cosecha, o del apareamiento.

vEn unos u otros tiempos, la prostitución sagrada se practicó en todas las culturas del
Oriente Próximo, en Egipto y en Grecia. Una inscripción en Lydia testifica que se
prolongó esta práctica hasta el siglo II de la era cristiana. Las mujeres se entregaban
en los templos a los extranjeros, no por placer carnal, sino como un solemne deber
religioso de servicio a la diosa madre. Se lo exigía la fe, y por esta práctica, más que
perder, ganaban respeto."

Y añade más adelante la cita de Heródoto: "«Toda mujer del país está obligada, una
vez en su vida, a sentarse en el templo de Venus, y tener comercio con algún
extranjero." Se prostituían en honor de la Gran Diosa asiria, babilónica Militta /
Mylitta / Belit-Beltis.

Sáinz de Robles en (1959, 608) afirma de los Templos de la Diosas Isis: "Sus templos
eran verdaderas casas de prostitución." Leemos de las sacerdotisas de la Diosa
Afrodita, en el Tomo I de la Enciclopedia Biográfica de la Mujer (1967, 34): "En su
templo de Corinto oficiaban en algunas ocasiones mil sacerdotisas cuando la
prostitución aún tendía esencialmente a fines religiosos." Además en honor de la Gran
Diosa Enyoma / Enio / Enyo / Belona / Maa / Ma / Má, adorada por los ketitas / hititas y
frigios en el Ponto y por los lidios en Capadocia, había 3.000 Hieródulas y 3.000
Hieródulos eunucos, que practicaban la prostitución sagrada en su Templo de Comana.
Exclusivamente mujeres celebraban las fiestas de primavera "Erosantias" en el
Peloponeso y las "Eronias" en Atenas, en las que se prostituían en honor de Diosas. Las
Lamias eran hechiceras, magas y rameras de la Diosa Lamia. Las Palades eran heteras
escogidas entre las más bellas jóvenes de las más nobles familias, al servicio de
Templos en Egipto. El vocablo puta, con el sentido de prostituta, tiene su origen en las
sacerdotisas de la Diosa romana Puta, que presidía la poda de los árboles = putare. Dado
que el mismo día que se podaban los árboles, con cuyas ramas eran azotadas mujeres
como ceremonia sagrada de solicitud de embarazo, las sacerdotisas finalmente
terminaban ejerciendo la prostitución sagrada en su honor, el nombre de la Diosa Puta,
pasó a denominar a la mujer que ejercía la prostitución. Y aún los judíos celebraban la
fiesta "La Tienda de Muchachas" / "Succot" = "Tabernáculo" / Fiesta de los
Tabernáculos en la que las jóvenes practicaban la prostitución sagrada en honor de la
Diosa asiria, que los babilonios transportaron a Samaria (2 Re 17, 30) Secoth-Beneth /
Sochoth-Benoth / Sucot Benot, personificación de la estrella Venus, asimilada a la Diosa
Afrodita / Venus o a la Diosa Militta / Belit.

Otras conductas licenciosas femeninas

A principios de la época histórica, en diferentes culturas ya patriarcales, aún pervivían


costumbres de gran libertad sexual femenina, vestigio del matriarcado. En esas
sociedades, en principio, no se exigía la virginidad femenina antes del matrimonio.
Dada la consideración de valor sagrado que tenía el acto sexual en la antigüedad, no
estaba todavía limitada la sexualidad femenina, si aún no había llegado al matrimonio.

Esto explicaría que culturas que estaban evolucionando al patriarcado y en las que se
exigía dote a la novia para acceder al matrimonio, dado que la mujer vio restringida el
derecho a ejercer otras profesiones con las que autosostenerse, y dado que los padres no
asumían el pago de la dote, la prostitución era la única vía para conseguirla. De forma
que, el origen de la prostitución no sagrada, fue la implementación de la familia
patriarcal surgida en la sociedad de transición al patriarcado cuando estaba
evolucionando la familia matriarcal, en cuya sociedad la mujer perdió el derecho a la
herencia y la propiedad del suelo pasó a manos masculinas, por lo que la familia dejó de
depender de ella para su subsistencia, con lo que se modificó su función económica.
Comenta Solana Dueso (1994, XVIII): "Que las mujeres que recibían alguna educación
se convirtieran en heteras es lo que se puede esperar. En efecto ¿qué otra salida le
cabía en Atenas a una mujer que se relacionase con el mundo del arte o de la
intelectualidad? Y más en general, ¿qué otra cosa podía ser en Atenas simplemente una
mujer culta e instruida sino una hetera? Si no es como tal, ¿acaso tendría acceso
alguno al mundo masculino, en cuyas manos se encontraba la dirección política, el
arte, la intelectualidad?"

Por lo que el ejercicio de la prostitución no impedía contraer ventajosos matrimonios


[como aseguraba Plinio en referencia de Giusseppina Sechi (1993, 297)] y que a otros
occidentales tanto asombraba.

La consideración que gozaba la prostituta todavía a principios de los tiempos


históricos, como lo ilustra el gran número de importantes cortesanas / hetairas /
meretrices y sacerdotisas que ocupaban un lugar destacado en la sociedad machista
griega, manifiesta la libertad sexual que gozaba aún la mujer, pervivencia de
instituciones matriarcales, así como de su amor a la cultura, religión y Bellas Artes. Un
ejemplo típico es el de Aspasia de Mileto que fue, antes de casarse con Pericles en el
siglo V adne, hetera, maestra de niñas en una academia, maestra de Sócrates, profesora
de retórica y conferenciante en el Pritaneo de Atenas.

Y aún las conductas licenciosas femeninas, resto de una antigua costumbre de la


sociedad matriarcal, eran tratadas sin reparos y fomentadas por las obras de arte y la
literatura de la época.

Un testimonio artístico del ejercicio de la prostitución femenina tratado sin reparos, es


el dibujo grabado en una téssera / tessera de un prostíbulo de época romana, en la que se
observa la acción que la prostituta va realizar al cliente Dibujo 1.
Dibujo 1 Téssera con prostituta realizando fellatio a clienteDibujo 2

Esposa griega supliendo el abandono de su esposo

Otro testimonio de la práctica de la masturbación femenina mostrada sin rubor, es la


figura pintada en una vasija griega Dibujo 2. Refleja cómo suplían las casadas el
abandono de sus esposos, debido a sus continuas expediciones militares o a la falta de
gratificación sexual dentro de la institución del matrimonio, ya que los esposos sólo
cumplían el débito conyugal tres veces al mes. Dada la obligación de la esposa de
permanecer relegada en el gineceo, recurría a los consoladores para completar su vida
sexual. Como refiere Kneissler (1993, 64): "Las mujeres tenían vetadas las aventuras
extramatrimoniales bajo amenaza de sufrir castigo. Los ebanistas que tallaban dildos
-penes de madera recubiertos con una fina funda de cuero flexible y lubricado- debían
hacer por tanto, buenos negocios."

Y un ejemplo de similar conducta fomentada por la literatura es la canción de la


poetisa ateniense Datis, aportada por Aristófanes en (1990, 131): "Ahora es aquello,
viene a pelo la canción de Datis, la que cantaba una vez a mediodía mientras se
frotaba: «¡Cómo me gusta y me complazco y me divierto!»."

SEXUALIDAD FEMENINA EN SOCIEDADES MATRILINEALES

Constata que la conducta sexual femenina fue en principio libre, las costumbres de las
sociedades matrilineales, existentes en las etapas más antiguas de la historia humana
antes de su constitución en estado, y sociedades matrilineales existentes en algunas
regiones primitivas todavía. En estas sociedades perviven o pervivían hasta hace poco,
costumbres y antiguas instituciones matriarcales, aunque atenuadas, consideradas
reminiscencias del matriarcado.

De ellas recogen Conkey y Tringham (1999, 300) las palabras del vídeo de Charlene
Spretnak titulado «The Goddess Remembered»: "Diría que una cultura matrifocal es
aquélla en la que la mujer tiene un lugar de honor y respeto, lo que no implica dominio.
Los hombres y las mujeres enterraban casi del mismo modo en las culturas de la
Europa antigua. Las mujeres tenían algo más de ajuar, pero no encontramos nada
similar a lo que será el sistema de jefaturas patriarcales posterior, donde un hombre
poseía mujeres y otros hombres, así como caballos y objetos. Es decir, se trataba de una
sociedad bastante igualitaria. No es que se gravara a situación de los hombres para
favorecer la de las mujeres. Era solo la natural reverencia de los poderes ligados con la
Madre Tierra y las mujeres (Read, 1988)."

En las sociedades matrilineales consideran que hacer el amor es bueno, se muestran


semidesnudos, los padres copulan a la vista de niños o adultos,... y existen costumbres
licenciosas y de promiscuidad sexual por parte femenina, que tiene relaciones sexuales
libres. Comenta Hayes en la Enciclopedia U., Tomo 33 (1988, 1000): "... en las
sociedades exógamas las mujeres pueden rechazar a los pretendientes...". Es ella la que
elige a sus múltiples amantes, la casada puede ser infiel a su esposo, y otorga la
«amistad del muslo» al huésped (la cultura occidental considera machistamente que «el
varón prestaba la esposa al huésped»). Existe promiscuidad sexual entre los jóvenes de
manera reglamentada, antes de casarse. En algunas sociedades se practica la poliandria:
una mujer con varios varones, institución social que subraya la alta posición femenina y
que tiene por resultado darle un lugar preponderante en la sociedad. O «la mujer no
vive» con su esposo, quien sólo la visita de noche (y ella le paga el favor sexual). O
existe "el esposo desconocido". Y eran sociedades que consideraban nacimientos
milagrosos los que tenía una mujer de padre desconocido. En palabras de los autores de
la Enciclopedia U., Tomo 33 (1988, 1005): "... fue engendrado por Zeus, es decir, por
un padre desconocido, una característica del matriarcado."

Y muestra estas costumbres de libertad sexual femenina, algunos hechos de las


sociedades históricas matrilineales narrados en diferentes fuentes. Y así, Dominik Josef
Wölfel en (1968, 337) nos dice de la sociedad matrilineal de la Irlanda celta: "Los celtas
nos ofrecen la prueba más clara de que la península europea antigua tenía una
estructura matriarcal... La extraordinaria libertad de la mujer en los pueblos resto de
la antigua Europa habla en favor de la hipótesis de que un estrato «matriarcal» más
antiguo fue recubierto o influido por un estrato patriarcal más reciente, pero quedó
hasta cierto punto libre de él. El material que sobre esto nos es conocido nos lleva al
convencimiento de que el estrato patriarcal llegó tardíamente del Este, traído quizá por
los indogermanos, pues son precisamente las áreas megalíticas y de las altas culturas
arcaicas las que conservan mayor número de survivals de la organización matriarcal".

"El famoso Diálogo en el lecho entre la reina irlandesa Medb y su esposo Aillil, nos
aclara la relación existente entre el rey y la reina. Ella era quien lo había elegido y no
él a ella; Medb era la reina del país y, antes de Aillil, dos hombres llegaron a ser reyes
por su matrimonio con ella, y sólo matando al segundo en combate singular, se
convirtió Aillil en el tercer esposo y rey. Junto a él conserva Medb otros hombres, a los
que otorga la «amistad del muslo», una relación hombre-mujer que tiene su equivalente
más exacto entre los bereberes lemtei (b. a. tuaregs), donde se emplea una expresión
casi idéntica para designarla, o en la «ronda» campesina europea. Si el rey tenía celos,
podía vengarse en el amante, pero su esposa era inviolable para él."

Y añade Wölfel: "Lo mismo ocurre en Britannia: la reina Cartismandua repudia a su


esposo Venutius y toma por esposo a un escudero, que de este modo llega a rey, lo que
causa la admiración de los historiadores romanos que nos narran este episodio."

La existencia de libertad femenina en las sociedades matrilineales, en las que la


familia es matrilineal, constata el hecho de que fue la implementación de la familia
patriarcal, la causante de la pérdida de libertad sexual femenina.

Hoy día aún perviven algunas sociedades en la que las mujeres conservan la antigua
libertad sexual de nuestras ancestras. Un ejemplo muy especial es la de los Na, pueblos
mongoles del norte de China, cercana a la frontera con Rusia, que viven en las montañas
de Yunán. Es una comunidad campesina matriarcal "caso único en el mundo" en
palabras de Soutif, Dray y Dibie (1999, 38), quienes cuentan sus costumbres aportadas
por el etnólogo chino Cai Hua, en la que sobrevive costumbres del matriarcado arcaico
(según documental de Malcolm Penny, 1988). En esos hogares no existe el matrimonio,
reina gran libertad sexual y una auténtica ausencia de celos. El varón como "hachu"
"varón aceptado", es el amante furtivo, que visita de noche a la mujer que lo elige.

En otras regiones, aún hoy día se conservan algunas costumbres sexuales, reliquias de
una sociedad anterior de derecho materno. Se da en aquellas culturas en las que las
religiones patriarcales no han ejercido su influencia (judaísmo, cristianismo o
islamismo). Por ejemplo entre los esquimales existe la costumbre de jugar al cambio de
pareja entre matrimonios. En algunos pueblos del Pacífico en ciertas fiestas periódicas,
también los miembros de matrimonios se emparejan con otros compañeros y se van al
bosque a pasar la noche. En Tanzania las mujeres casadas pueden disfrutar de
amantes,...

Precisamente la existencia de estas costumbres sexuales, tan divergentes de las que


han estado vigente hasta hace poco en la sociedad patriarcal occidental durante los
últimos dos mil años, muestra que la conducta sexual no ha sido determinada
genéticamente, sino por la cultura. La conducta sexual que tienen los sujetos
pertenecientes a cada género en una civilización y en una época determinada,
independientemente de que tengan un fundamento biológico, congénito, es cultural y
aunque descansa sobre los instintos: es resultado de un condicionamiento social.

La conducta sexual femenina en los últimos 2.000 años de nuestra cultura occidental,
ha sido modelada a partir de la que se consideró adecuada, en las regiones donde se
impuso la cultura patriarcal y machista griega (sobre la que se ha cimentado nuestra
actual civilización patriarcal, que arranca de ella y es el origen de que seamos de esta
manera), cuando se introdujeron normas morales por las que regir su conducta, tras la
exigencia de guardar fidelidad dentro del matrimonio, para evitar el adulterio, a partir de
la instauración del matrimonio.

Con la modificación de la sociedad hacia los valores judeocristianos, aún más


machistas que los de la tradición griega machista, en su deseo de subordinar aún más a
la mujer, los jerarcas religiosos, además de no permitir el adulterio femenino (Mt 19,
19) y al considerar ¡el placer sexual pecado!, les entró la manía de reprimir la
sexualidad femenina, y negó a las mujeres también el derecho al placer sin finalidad
procreadora, prohibiendo las prácticas autoestimulatorias y practicar libremente el sexo
antes del matrimonio (Eclo 42, 9, 14), introdujeron el ideal de la virginidad, con la
exigencia femenina de convertirse en un ser espiritual y atenerse al ideal de mujer pura
y guardadora del hogar familiar. Mujer como pilar básico de la sociedad y con la
elevación a la categoría de madre-mística-pura, que había de guardar normas morales. Y
la mujer no tuvo más remedio que aceptar y someterse a la imposición y exigencia.
También reprimieron las relaciones homosexuales, hasta que afortunadamente hoy día,
los seres humanos estamos reivindicando y consiguiendo la libertad sexual total.

Las imágenes femeninas de occidente en los últimos 2.000 años, usadas como
modelos correspondientes a los comportamientos que deseaban imponer y para que
fuesen imitados, han sido bien como:

- Arquetipo de belleza: representadas en papeles como ser secundario y que se atenían


al ideal femenino de belleza formal corporal, objeto para la contemplación y disfrute
erótico masculino, que afirma el valor de la mujer como objeto de deseo.
- Arquetipo espiritual: representaciones de la Virgen María pura y casta y de santas.
Son infinitas esculturas de la Virgen María sola o con su bebé; escenas con la
coronación de la Virgen; la visitación; la muerte y asunción; de natividad con escena de
adoración de magos; la Virgen al pie de la cruz; la Piedad, imágenes de santas, etc.

- Arquetipo sexual: que reflejan la consideración femenina como símbolo de lujuria y


de pecado y se la convierte en un ser maléfico. Se empiezan a tallar imágenes con las
que se intentaban cohibir las conductas escenificadas, como medidas disuasorias para
que las mujeres se abstuvieran de realizar esas conductas pecaminosas. Por ejemplo
para expresar que un varón estaba dominado por el pecado se representaba de rodillas
mientras una (mala) mujer lo cabalgaba como símbolo de dominio. Y cuando el varón
era el que vencía el pecado, es él el cabalga sobre la (mala) mujer y la domina.

Es decir puede resumirse que las manifestaciones femeninas en occidente en los


últimos milenios principalmente han sido exclusivamente de madres, místicas, mujeres
pecadoras, o mujeres que cumplína el ideal de belleza, o relacionadas con el culto
religioso. Es de destacar la representación escultórica de santa Babila con un candado en
la boca, metáfora del ideal machista de negar a las mujeres incluso el derecho al uso de
la palabre, única arma femenina que la compensa de su falta de poder.

SEXUALIDAD DE PRIMATES BONOBOS

Hemos dicho que la conducta sexual humana tiene un fundamento biológico,


congénito, pero que es cultural y resultado de un aprendizaje. Pero a medida que nos
acerquemos a nuestros remotos antepasados homínidos, más cercana estaría a la de los
primates de los que descendemos.

Pero parecería que la sexualidad femenina no tendría nada que ver con la de las
hembras de otros mamíferos, por el hecho crucial de que, la conducta femenina no
depende de las hormonas, está vinculada al placer, mientras que la de los animales
mamíferos está vinculada a la fecundación, a la supervivencia, es instintiva y está bajo
control hormonal y con la finalidad exclusiva de la procreación. De forma que mientras
que la mujer está dispuesta a copular en cualquier momento del día y del mes, ya que no
tiene relación con la ovulación, las hembras de las diferentes especies animales
mamíferos, sólo están dispuestas a copular en el período definido para la procreación:
en el estro anual.

Pero hay una especie animal, en la que la conducta sexual de las hembras, de forma
extraordinaria no depende ni de las hormonas, ni tampoco está vinculada a la
supervivencia, al igual en los humanos. Son los chimpancés pigmeos / enanos /
bonobos. Nancy Thompson-Handler fue la primera que observó en Lomako, República
de Zaire, entre el río Zaire y Kasai en la década de los años 80s, que en esta especie, la
práctica sexual está vinculada al placer, al igual que en la especie humana.

Los bonobos "nuestros más inteligentes parientes primates y más semejantes a


nosotros" hacen muchísimo el amor. Y lo hacen porque las hembras bonobos no
presentan estro (igual que la mujer) y siempre están dispuestas a la cópula, a excepción
del tabú madre-hijo. Quizás los bonobos sean los animales que más hacen el amor,
incluso mucho más que los humanos actuales, ya que ellos no limitan la sexualidad con
normas morales, ni tampoco eliminan el derecho al placer, como los humanos aún
hacen.

Los bonobos forman parejas de hembras con machos o de hembras o machos entre sí.
Este emparejamiento evidencia que la utilización del sexo se ha desvinculado de la
procreación mucho más que entre los humanos. Y además daría incluso fundamento
biológico a la conducta sexual homosexual.

Y justo es la conducta sexual de los bonobos, la que da idea de la conducta sexual en


los inicios de la cultura humana, ya que algo parecido debió ocurrir con nuestros
remotos antepasados homínidos, de los que descendemos: la relación sexual de los
prehomínidos sería similar al de los primates no humanos como los bonobos.

O sea que los bnobos nos muestran el comportamiento sexual de nuestros


antepasados: las mujeres tendrían relaciones sexuales promiscuas y serían las mujeres
las que elegirían a sus parejas sexuales, que no se podrían imponer por la fuerza. Lo
constata los contemporáneos descubrimientos de la Etología, Arqueología y de la
Sociología y Antropología de Género (es decir no androcéntria / no machista / no
sexista, como lo han sido estas disciplinas hasta hace poco), al igual que ocurre en todas
las especies de primates, en las que son las hembras primates las que eligen a sus
parejas sexuales, que no pueden imponerse por la fuerza, a pesar del dimorfismo (los
machos son mucho más grandes).

Kay y Voorhies afirman en (1978, 153): "Los chimpancés y gorilas, ciertamente,


muestran lo que algunos han llamado pautas de dominio. Ahora bien, entre los monos
el dominio se establece mediante actos de exhibición en lugar de hacerse a base de
agresiones dentro del grupo. Estas actividades exhibicionistas suelen tenerlas los
machos para con los machos y a menudo su carácter es casi teatral."...

"Aunque el dominio así conseguido puede a veces llevarse a la práctica en presencia


de alimentos, nunca es ejercido en el campo de la sexualidad. Es significativo que la
jerarquía de dominio de los monos es exterior a las relaciones macho-hembra. ¿Cuál
es, entonces su función?..."

Aporta José Luis Moreno en (1997, 44): "Por lo demás, la hembra, según De Waal,
«es libre de elegir si quiere tener o no relaciones sexuales. Si la hembra no quiere
aparearse, no hay nada más que hablar, y los insistentes corren el riesgo de ser
perseguidos no sólo por la hembra a la que acosa, sino también por las demás
hembras.»"

Según Kay y Voorhies (1978, 109): "Esta autora (Sally Linton) afirma que la idea de
que los machos seleccionen y posean con exclusividad a las hembras es una noción
típicamente euroamericana..."

Informa Meredith F. Small refiriéndose a las hembras bonobos (1996, 115): "Las
hembras son las que dirigen el negocio: sexo y comida -dice Dewaal- creo que es una
especie ideal para feministas."

Afirma Shierley Strum de los babuinos (1996): "Al ser más grande y más fuerte, un
macho como Belius podía desplazar con facilidad a una hembra o a un macho más
pequeño..." "... pero por lo visto los machos más fuertes no podían obtener cuanto
deseaban por la fuerza, tenían que encontrar otros medios..."

I- Figurillas o relieves femeninos arcaicos mostrando su vulva o la de su hija: 1- De Calans,


Maussane, Bocal del Ródano, Galia, V milenio adne. 2- De Vincha, Yugoslavia, año 5000 adne. 3- De
Gravrinis, Luffang-en-Crach, Morbihan, Bretaña, Galia, II milenio adne. 4- De Break, Eulin, Aukamper
Moor, Schleswig-Holstein, Dinamarca, 2000 adne. 5- De Klein-Zastrowel, Alemania, 800 adne. 6- Diosa
Sheela Na Gigh de Herefordshire, Irlanda. 7- De urna funeraria de Qinghai, China, VI milenio adne. 8-
De Tassili-n'Affer, Jabbaren, R. P. Árabe de Libia, (8000 al 6000 adne). 9- De la cultura Mochica, Perú
(del 200 adne al 1000 dne). 10- Diosa Itiba Cahubaba de los Taínos, islas antillanas (del 1000 al 1400
dne). 11- De la Cuenca de Santo Domingo, Trujillo, Venezuela, año 1000 adne. 12- De Jalisco, México,
arte Tarasco (del 1200 adne al 1520 dne). 13- De Costa Rica, antes del 1500 dne. 14- De la cultura Nazca,
Perú (del 200 adne al 600 dne). 15- De los Kogis andinos, Sierra Tairona, montañas peruanas de Sierra
Nevada de Santa Marta (antes del 1500 dne). 16- De la cultura Nazca, Perú (del 200 adne al 600 dne). 17-
Diosa Ronín, de pueblos Shipibo y Conibo del río Ucayali peruano. 18- De la cultura de San Agustín,
Colombia (del 550 adne al 1300 dne). 19- Dilukai de Las Carolinas, Micronesia. 20- De Quebia, Nueva
Caledonia, Melanesia. 21- De las islas del archipiélago de Trobiand de Nueva Guinea, Melanesia. 22-
"Tiki" de los maoríes de Nueva Zelanda. 23- Madre mostrando vulva de su hija de cultura Azteca, México
(del 1325 al 1519 dne). 24- De arte Tarasco, México (del año 1200 adne al 1520 dne). 25- De la cultura de
San Agustín, Colombia (del año 550 adne al 1300 dne).

II- Esculturillas o relives femeninos arcaicos, embarazadas: 1- De Isturitz, Pirineos Atlánticos, 15000
adne. 2- De Gagarino, Rusia, año 20000 adne. 3- De Vincha, Yugoslavia, 6000 adne. 4- De
Hódmészövásárhely, Hungría, V milenio adne. 5- De Çatal-Hüyük, Anatolia, VI milenio adne. 6- Figurita
Jomón, Japón, año 3000 adne. 7- De vasija canópica de Villanova, Chiusi, Toscana, Etruria, Ier milenio
adne. 8- De Safadi, Beershéba, Canaán, 4000 adne. 9- De la región Bondoukou, máscara Bundi de Ghana,
África, siglo XIX. 10- Del pueblo de los Toradja de Bada, Islas Célebes. 11- De Valdivia, Ecuador (del
3900 adne al 1800 adne). 12- De Nayarit, México, arte Tarasco (del 1200 adne al 1520 dne). 13- De la
cultura de San Agustín, Colombia (del 550 adne al 1300 dne). 14- De los Kogis andinos, Sierra Tairona,
Perú (antes del 1500 dne). 15- De Ancón, cultura Mochica, costa del Pacífico peruano (del 200 adne al
1000 dne. 16- De Carajá, cultura Santarem, Brasil (del 600 al 1300 dne). 17- De Arkansas, cultura de
Misisipí, 600 dne. 18- Del pueblo esquimal de Alaska, de 2.000 años de antigüedad. 19- De los Makonde,
pueblo del África meridional de Tanzania y Mozambique. 20- Tiki de las islas Marquesas, Polinesia.
III- Esculturillas o relieves femeninos arcaicos dando a luz: 1- Diosa en su trono entre dos felinos de
Çatal-Hüyük, Anatolia, VII milenio adne. 2- De Tesalia, Grecia del VII milenio adne. 3- Diosa Diam de
escitas de Luristán, del siglo VI adne. 4- De Kauravas, Kyrepia, Chipre ¿año 3000 adne?. 5- De época
romana, Italia (del 753 adne al 473 adne). 6- Diosa Cuerauápari de Zituatanejo, Guerrero, arte Tarasco,
México (del año 1200 adne al año 1520 dne). 7- Diosa azteca Tlazolteotl (del año 1325 al 1519 dne). 8-
Diosa Atabex de los Taínos, islas antillanas de Puerto Rico, Jamaica, Santo Domingo y Cuba (del 1000 al
1400 dne). 9- Diosa Belam o Hanua o Hainuwelle o Taranga de la isla de Pascua (Rapa Nui) de Polinesia.
10- De Jenne Malí, África, siglo XI.

IV- Esculturillas o relieves femeninos arcaicos ofreciendo mamas o dando de mamar: 1- De Vincha,
Serbia, Yugoslavia, V milenio adne. 2- De Susa, Elam / Persia / Irán del II milenio adne. 3- Con cabeza de
oveja de la cultura Sesklo, Larissa, Tesalia, Megali Vrisi, Tirnavos Grecia, del VI milenio adne. 4. De
Chipre del Ier milenio adne. 5- De Ur, Mesopotamia del IIIer milenio adne. 6- Diosa Astarté de Jerusalén,
Canaán, del siglo VIII adne. 7- Diosa Ishtar, Mesopotamia ¿2000 adne?. 8- De los partos, Elam / Persia /
Irán, siglo II adne. 9- De los escitas de Luristán, Ier milenio adne. 10- De Troya, Anatolia / Asia Menor /
Turquía, II milenio adne. 11- La hitita de Anatolia / Asia Menor / Turquía, 1750 adne. 12- De Negada,
Egipto, del IV milenio adne. 13- Diosa Freyja de Dinamarca, 2000 adne. 14- De Valdivia, Ecuador (del
3900 al 1800 adne). 15- Diosa Atabex de los Taínos, islas antillanas (del 1000 al 1400 dne). 16- Del
imperio Inca, Perú y Bolivia (del 1440 al 1532). 17 De los Diquis de Costa Rica (del 700 al 1500 dne).
18- De Panamá, antes del 1500 dne. 19- Del pueblo Afo, Nigeria, anterior al siglo XIX.

V- Esculturillas o relieves femeninos arcacios desnudos participando en ceremonia: con objeto,


bailando o tocando un instrumento musical o en baño o sentada en su trono: 1- Diosa de la Cuerna
de Laussel, Burdeos, Dordoña Francia, del año 19000 adne. 2- De Tassili-n'Affer, Jabbaren, República
Popular Árabe de Libia, Sáhara (8000 al 6000 adne). 3- sacerdotisa / Diosa Niké alada, Lámpsaco, Misia,
Asia Menor, alrededor 600 adne. 4- De Osset, Bética / San Juan de Aznalfarache, Sevilla, Iberia, Ier
milenio adne. 5- Reina de la tribu Bangwa, África. 6- Bailando de Mohenjo Daro, La India del IIIer
milenio adne. 7- De Neuvy-en-Sullias, Loiret cerca de Orleans, Galia, del siglo I adne. 8- De Stuttgart-
Uhlbach, Alemania, del siglo VI adne. 10- Cantante de Urnan, del Templo de la Diosa Ischtarat en Mari,
del año 2900- 2460 adne. 16- Mujer bañándose de Canaán, siglo IX adne. 17- En una cuba de cerveza de
la cultura de Negada, Egipto del IV milenio adne. 18- Sentada en trono de la tribu Bakongo, República
Democrática del Congo Zaire, del siglo XVII. 19- De Luka Vrubleveckaja, Rusia, V milenio. 20- De la
cultura de Tisza de Bordjos, Serbia, Yugoslavia, V milenio adne. 21- De la cultura Tisza, de
Kökénydomb, Hungría, 5500 adne. 22- De Kolekovats, Bulgaria, 4000 adne. 23- De Achilleion, Farsalia,
Tesalia, VI milenio adne. 24- Reina / Cacica de la cultura Quimbaya, Ecuador (del 200 al 800 dne).

VI- Esculturillas o relieves arcaicos, de amazonas o guerreras, desnudas o semidesnudas, en


ceremonias, cazando o luchando: 1- Guerrera ciliarca Iasos de la isla Iasos, Cilicia, Asia Menor, antes
del 571 adne. 2- Amazona Acragante de ciudad de Acragante / Agrigento, Sicilia, siglo V adne. 3-
Guerreras con Diosa Noreia del carro de Strettweg, Estiria, país Nórico, Austria, del 750 al 650 adne. 4-
Amazonas / Diosa Rigani-Cantismerta de los corisolites, Quimper, Bretaña armoricana, Galia, alrededor
600 adne. 5- Con palma, Levante, Iberia, alrededor 600 adne. 6- Con lanza, Tarragona, alrededor 600
adne. 7- Con espada de Castaldu I, Valle de Taravo, Ciamannacce, Córcega, IIIer milenio adne. 8-
Guerrera cacica Quimbaya en casco de oro, Colombia (del 200 al 800 dne). 9- Guerrera de Falaise,
Normandía, Liga Armoricana, Galia, alrededor 600 adne. 10- Cazadora Diosa Artemisa, Orcómenes, La
Arcadia, Grecia ¿antes del 480 adne?. 11- Cazadora / Diosa Artemisa Táurica, Quersoneso Táurico /
Escítico / Crimea, encima del Mar Negro, Ier milenio adne. 12- Guerrera Amazona de Halicarnaso, Caria,
Asia Menor, luchando contra griego ¿siglo XIII adne?. 13- Guerrera Amazona de Magnesia, La Eólida y
La Misia, Asia Menor, luchando contra griego ¿siglo XIII adne?. 14- Guerrera Diosa Durga, La India.

VII- Esculturillas femeninas que servirían para la autoestimulación y esculturilla femenina


masturbándose: 1 y 2- De Dolní Vestonice / Unter-Wisternitz, Mikulov, Moravia, Checoslovaquia,
24000 adne. 3 y 4- De Mezine, Rusia, del año 18000 adne. 5 - De Bilcze Zlote, Rusia, del 8500 al 1700
adne. 6- Starcevo, Endröd-Szjóskereszt, Hungría, 5000 adne. 7- De Sireuil, Dordoña, Francia, 15000
adne. 8- De la Cueva del Pasquín, Vilhonneur, Charente, Francia, 15000 adne. 9- De Weinberg, Alemania
¿11000 adne?. 10- Del Lago Trasimeno, Italia, 20000 adne. 11 - De Nab Head St-Bride's, Pembrokshire,
País de Gales, Islas Británicas ¿5000 adne?. 12 y 13- De Extremadura, Iberia, Eneolítico (2500 adne hasta
1500 adne).14- Del Ática de la cultura Proto-Sesklo, Grecia ¿VII milenio adne?. 15- De Ubaid, Elam, ¿IV
milenio adne?. 16 y 17- De yacimiento cercano al río Yarmuk, Canaán, 7000 adne. 18- De Senegal
prehistórica, África. 19, 20 y 21- De Badari, cultura de Negada II, Egipto, año 3200 adne. 22- De la
provincia de Mendi, isla de Nueva Guinea de Melanesia. 23- De sacerdotisa Bilian de Bali, Indonesia, del
siglo XVIII.
VIII- Esculturillas o relieves de parejas explícitamente haciendo el amor: 1- Pareja de la cultura de
Wadi-el-Natuf, Aïn Sakhri, Jordania Canaán del año 10000 adne. 2- De la cultura Natufiense, de Kilwa,
Jordania, Canaán. 3- De Mesopotamia, II milenio adne. 4- De Wadi-Ash-Shudayt, Mesopotamia, siglo II
adne. 5- Del arte Tarasco, México (del 1200 adne al 1520 dne). 6- Pareja de Músicos en actitud erótica
representación de la Pareja Divina Ometechtli y Ometecichuatl, de Costa Rica, antes del 1500 dne. 7- De
la civilización Vicú, norte del Perú (del 300 adne al 650 dne). 8 y 9- De la cultura Mochica, costa del
Pacífico peruano (del 200 adne al 1000 dne). 10- De los Balubas, cultura primitiva de República
Democrática del Congo Zaire, África. 11- De los Ashanti, cultura primitiva de Ghana, África. 12- De la
zona de Marecageuse en la costa sudoeste de Nueva Guinea, Melanesia de origen tasmano (exterminados
por los ingleses alrededor de 1876).

Ampliamos en
(2001): Esculturas hermafroditas: la Diosa personificación del Principio masculino
y femenino con función de Autofecundarse y dar a Luz todas las cosas.
http://personales.com/espana/zaragoza/fe.13hermafroditas.htm
(2004): Sexualidad en arcaicos rituales sagrados: orgías con bastones fálicos.
http://es.geocities.com/martincanot/orgiaconbaston.htm
(2004): Rituales sagrados con actos sexuales entre mujeres y animales: Escena
sagrada: Orgía femenina con animales, hace 5.300 años.
http://es.geocities.com/martincanot/orgiaconaanimal.htm
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