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A lo largo de todo este texto, se utiliza el término genérico masculino “anciano”, bien en singular, bien
en plural, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española. En ningún momento debe
entenderse como lenguaje sexista, sino adecuado a las normas gramaticales del idioma español. En
segundo lugar, se utiliza el término “anciano” en lugar de “persona mayor”, sin ningún contenido
negativo, peyorativo o de infravaloración. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española, anciano es una persona de mucha edad. No todas las personas mayores tienen mucha
edad. Por ejemplo, un niño menor de 12 años debe viajar acompañado por una persona mayor.
Entonces ¿un adulto o un anciano?. Claramente cualquiera de los dos es una persona mayor.
2
De Miguel, A. (2011). Maltrato de los ancianos en el ámbito familiar. En P. García, J.M.
Bethencourt, E. Sola, A.R. Martín y E. Armas (eds.). Violencia y Psicología Comunitaria.
Aspectos psicosociales, clínicos y legales. Granada: Ed. Comares. ISBN:978-84-9836826-0
Adelia de Miguel 2
Maltrato hacia los ancianos en el ámbito familiar
considerar que una conducta violenta es maltrato hacia un anciano. El daño o riesgo
significativo de daño, en el ámbito familiar, se ha categorizado tradicionalmente en
físico, psicológico, económico, sexual y negligencia. En la Tabla 1 se encuentra la
definición de cada uno de ellos así como los indicadores y/o consecuencias para el
anciano. Se han incorporado el maltrato religioso y la violación de derechos. Bien sea
por la poca visibilidad de sus consecuencias (tristeza, disminución de la autoestima),
bien por cuestiones ideológicas (no todas las personas consideran que el manejo de
elementos religiosos y la asistencia a oficios religiosos sean un derecho), actitudinales
(por ejemplo, el viejismo) y/o falta de información y conocimientos gerontológicos,
ambos tipos de maltrato no están recogidos en otras publicaciones.
TABLA 1
0.8% de los casos, 0,5% de negligencia, 0.5% maltrato psicológico y solo 0.3% de
maltrato físico.
Ambos tipos de discrepancia interestudio e intraestudio pueden deberse a diferentes
factores: sustantivos (por no utilizar la misma delimitación conceptual), metodológicos
(todavía no hay un instrumento validado y aceptado por la comunidad científica para
evaluar el maltrato a ancianos) y muestrales (se utilizan distintas fuentes de
información).
No hay datos ni evidencia estadística, pero con un análisis racional de los casos que
se presentan en los centros asistenciales, en las consultas clínicas, y en los medios de
comunicación se pueden establecer bastantes barreras muestrales que dificultan la
detección del maltrato, y por ello, un adecuado estudio epidemiológico. Estas barreras
se sitúan en la propia víctima, en los amigos y/o familiares de la víctima, en el
maltratador, en los profesionales, y en los recursos estructurales.
Algunas de las razones que explican por qué el anciano maltratado no informa de
dicha situación incluyen las siguientes:
- la negación de la situación de maltrato (“a mí no me pegan”, “nadie me grita”)
- el miedo a las consecuencias de la denuncia (“si lo digo, luego estará más
furioso”, “no me dejará ir nunca más al médico”)
- la situación de dependencia con el maltratador (“no me importa lo que me
haga, necesito que me cuiden, no tengo donde ir”)
- la vergüenza que experimenta al tener un familiar que lo maltrata (“qué va a
pensar de mí el médico si le digo que mi hija me retira la comida”, “qué dirán mi
hija y mi yerno si les digo que mi nuera me insulta”)
- los sentimientos de culpa creyéndose responsable de dicha situación al
suponer esta, por ejemplo, una carga para su cuidador (“llega tan cansado del
trabajo, que es normal que se enfade conmigo porque me mancho al comer”,
“es lógico que tenga que darle toda mi paga para los gastos”)
- el sistema de creencias del anciano apoyando la adecuación de la conducta de
su cuidador (“si yo me porté mal con ella cuando era joven que no le dejaba
salir con sus amigas, ahora es normal que ella me encierre en mi habitación
cuando tiene visita”)
- el mal estado de salud física del anciano que le impide contactar con personas
ajenas a su maltratador (dificultades para hablar, o para caminar, o para usar el
teléfono)
- el estado cognitivo deteriorado del anciano que no permite la comunicación ni
la percepción realista de la situación (demencia, depresión)
- el desconocimiento que muchos ancianos tienen de sus derechos (“como ellos
son ateos, entiendo que me prohíban oír misa en la tele”, “me han quitado la
puerta del baño para que la roce con la muleta y tengo que asearme sin
puerta”)
- el aislamiento al que está sometido el anciano y que agrava la situación de
soledad y falta de contacto social (no ve a nadie ajeno a la familia durante días
o semanas; no puede usar el teléfono; tiene dificultades para caminar y no
puede salir de casa)
- las consecuencias del propio maltrato (angustia, confusión, temor, etc.)que o
bien fomentan el miedo o impiden la percepción de la realidad
En el caso de amigos y/o familiares, las dificultades encontradas en la detección del
maltrato a ancianos son, al menos, las siguientes:
- el propio anciano maltratado les pide no interferir y por lo tanto no lo denuncian
- no saben con quién tienen que hablar o cómo denunciarlo
- no desean involucrarse en una situación interpersonal que les puede traer
consecuencias negativas
Adelia de Miguel 4
Maltrato hacia los ancianos en el ámbito familiar
- Evaluación física del anciano maltratado para realizar una valoración de los
posibles daños físicos sufridos
- Evaluación psicológica del anciano maltratado: estado cognitivo, comunicación,
conducta regresiva, depresión, ansiedad, estrés post-traumático, miedo a que
maltrato y/o negligencia se repita, culpabilidad, sentimientos de cólera,
problemas de concentración, trastornos somáticos, etc..
- Evaluación de variables mediadoras del impacto del abuso: tipo de maltrato e
índices (gravedad, intensidad), características de la víctima (salud mental,
capacidad de recuerdo, comprensión de la situación), estilo atribucional y
formas de relación con el entorno
- Evaluación psicológica del maltratador
- Evaluación de la situación y/o contexto familiar (recursos económicos y
sociales, relaciones interpersonales, dinámica familiar, situación de emergencia
según patrón)
Las entrevistas al cuidador y al anciano maltratado deben realizarse por separado,
garantizando en todo momento la confidencialidad y proporcionando una atmósfera de
total confianza.
Los datos obtenidos en los diferentes trabajos proporcionan un perfil del anciano
maltratado y del cuidador familiar maltratador que se recogen en la tabla 3. Solo se
trata de un perfil muy general, existiendo muchos casos especiales, cada vez más
numerosos debido a los cambios sociales, económicos e ideológicos que estamos
experimentando en los últimos años.
Al menos hay tres modelos teóricos que pueden aplicarse para entender la base
psicológica que subyace a una situación de maltrato de ancianos en el contexto
familiar. Se trata de los modelos de vivencia del estrés asociado al cuidado de
Pearlin,Mullan, Semple y Skaff (1990), y Yates, Tennestedt y Chang (1999) y el
modelo ABCX de McCubbin y Patterson (1983).
La propuesta de Pearlin, Mullan, Semple y Skaff (1990) tiene en consideración las
características anteriores a la situación de cuidado, los factores estresantes primarios
y los secundarios, los posibles mediadores y las consecuencias en la salud
psicológica, física y social del cuidador. Aplicada al maltrato de ancianos en el
contexto familiar tendría las siguientes especificidades (véase figura 1):
- Los antecedentes del contexto que lo condicionan y que son previos a la
situación de cuidado incluyen las características sociodemográficas del
cuidador, la red social y familiar con la que se cuenta, y la relación
interpersonal previa entre cuidador y anciano. Estas características influyen
directamente en los estresores primarios, en los estresores secundarios, en los
mediadores, e incluso en las consecuencias.
- Los estresores primarios están derivados directamente de los requisitos de la
tarea de cuidado, lo que incluye el nivel y tipo de incapacidad del anciano, las
actividades del cuidador en la tarea de cuidado, y la sobrecarga objetiva del
cuidador. Influyen directamente sobre los estresores secundarios y las
consecuencias finales de la situación de cuidado
- Por su parte, los estresores secundarios son los derivados, lógicamente, de la
valoración que el cuidador hace de sus recursos y de sus interacciones con el
anciano y las demás personas que lo rodean (incluyendo otros familiares,
compañeros de trabajo, amigos y otros indirectos como el médico, los vecinos,
etc). Afectan directamente a las consecuencias para el cuidador
- Entre los antecedentes, los estresores primarios y los secundarios, actúan los
mediadores. Estos son entendidos como acciones o recursos que tienen la
capacidad de modificar la dirección del proceso de estrés mediante la
regulación de los efectos de los estresores, aliviando su impacto, tales como el
apoyo social real y/o percibido.
- La consecuencia directa de los cuatro grupos de variables anteriores en la
salud del cuidador puede ser la estabilidad o el cambio en su funcionamiento
psicológico, en su sistema inmunológico, en su salud física y su funcionamiento
social.
Los resultados que Lee (2009), en la parte inferior de la figura 3, obtuvo apoyan una
conexión de los estresores (A) y los recursos existentes (B) directa con la percepción
de los estresores (C). Y solo es la carga del cuidador el factor con claras relaciones en
la crisis (X) definida como sentimientos impulsivos para realizar maltrato a los
ancianos. Nótese que se trataba solo de intención de realizar maltrato, no de
conductas reales de maltrato.
Queda todavía mucho trabajo para aportar luz sobre los determinantes y
codeterminantes del maltrato de ancianos en el contexto familiar. Bien porque se trata
de un campo de investigación reciente, bien por la dificultad intrínseca del tema del
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Maltrato hacia los ancianos en el ámbito familiar
Bibliografía
OMS (2008). A global response to elder abuse and neglect: building primary health
care capacity to deal with the problem worldwide: main report. Universidad de
Ginebra. http://www.who.int/ageing/publications/ELDER_DocAugust08.pdf
Pearlin, L.I., Mullan, J.T., Semple, S. y Skaff, M. (1990). Caregiving and the stress
process: an overview of concepts and their measures.Thr Gerontologist, 30,
583-594
Yan, E.C. y Tang, C.S. (2004). Elder abuse by caregivers:a study of prevalence and
risk factors in Hong Kong chines families. Journal of Family Violence, 19, 269-
277
Yates, M.E., Tennstedt, S. y Chang, B.H. (1999). Contributors to and mediators of
psychological well-being for informal caregivers. Journal of Gerontologiy:
Psychological Sciences, 54B, 12-22
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Maltrato hacia los ancianos en el ámbito familiar
Usar propiedades y dinero sin consentimiento - Patrón irregular en gastos y/o retirada de dinero
del anciano - Cambios repentinos en el testamento
- Falta de utensilios-objetos que el anciano podría
Económico permitirse
- Inclusión de nombres adicionales en la cuenta
bancaria
- Firmas falsificadas
- Desaparición inexplicable de propiedades
- Facturas no pagadas sin razón
Cualquier contacto sexual sin consentimiento - Moratones alrededor del las mamas y/o genitales
del anciano: - Enfermedades venéreas o infecciones genitales
- Tocamientos sin explicación racional
Sexual - Fotografías impúdicas - Hemorragias vaginales y/o anales sin explicación
- Asalto sexual - Ropa interior rasgada, manchada o con sangre
- Sodomización
- Violación
- Desnudez forzada
- Privación sensorial