Anda di halaman 1dari 15

FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

FISIOLOGIA VETERINARIA

FISIOLOGÍA DEL ESTRÉS

INTEGRANTES: Joaquín Vásquez

DOCENTES: Boris Lira, Fernanda Becerra, Roxana Campodónico

SEMESTRE: 2018-0

Lima – Perú
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN
2. CLASIFICACIÓN DEL ESTRÉS
2.1.ESTRÉS AGUDO
2.2.ESTRÉS AGUDO EPISÓDICO
2.3.ESTRÉS CRÓNICO
3. RESPUESTA FISIOLÓGICA
3.1.FUNCION DEL CORTISOL EN LOS DIFERENTES TIPOS DE ESTRÉS
3.2.EFECTO DEL ESTRÉS FISIOLÓGICO EN LA SECRECIÓN DE ACTH
3.3.EFECTO INHIBIDOR DEL CORTISOL SOBRE EL HIPOTÁLAMO Y LA
HIPÓFISIS ANTERIOR PARA DISMINUIR LA SECRECIÓN DE ACTH
4. EJE HIPOFISOSUPRARENAL
5. SISTEMA NERVIOSO VEGETATIVO
6. FASES DEL ESTRÉS: SÍNDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN
6.1.FASE DE ALARMA
6.1.1. RESPUESTA DE “ALARMA” O DE “ESTRÉS” DEL SISTEMA
NERVIOSO SIMPÁTICO
6.2.FASE DE RESISTENCIA O ADAPTACIÓN
6.3.FASE DE AGOTAMIENTO
7. RESPUESTA DEL ORGANISMO: CONSECUENCIAS BIOLÓGICAS DEL
ESTRÉS
8. PREVENCIÓN
9. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN

El estré s es la respuesta automá tica y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones
que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Nuestra vida y nuestro entorno, en
constante cambio, nos exigen continuas adaptaciones; por tanto, cierta cantidad de
estré s (activació n) es necesaria.

En general tendemos a creer que el estré s es conse- cuencia de circunstancias externas


a nosotros, cuando en realidad entendemos que es un proceso de interacció n entre los
eventos del entorno y nuestras respuestas cognitivas, emocionales y físicas. Cuando la
respuesta de estré s se prolonga o intensifica en el tiempo, nuestra salud, nuestro
desempeñ o acadé mico o profesional, e incluso nuestras relaciones personales o de
pareja se pueden ver afectadas.

La mejor manera de prevenir y hacer frente al estré s es reconocer cuá ndo aumentan
nuestros niveles de tensió n y ante qué estímulos o situaciones.

Las señ ales má s frecuentes de estré s son:

 Emociones: ansiedad, irritabilidad, miedo, fluctuació n del á nimo, confusió n o


turbació n.
 Pensamientos: excesiva autocrítica, dificultad para concentrarse y tomar
decisiones, olvidos, preocupació n por el futuro, pensamientos repetitivos,
excesivo temor al fracaso.
 Conductas: tartamudez u otras dificultades del habla, llantos, reacciones
impulsivas, risa nerviosa, trato brusco a los demá s, rechinar los dientes o apretar
las mandíbulas; aumento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas; mayor
predisposició n a accidentes.
 Aumento o disminució n del apetito.
 Cambios físicos: mú sculos contraídos, manos frías o sudorosas, dolor de cabeza,
problemas de espalda o cuello, perturbaciones del sueñ o, malestar estomacal,
gripes e infecciones, fatiga, respiració n agitada o palpitaciones, temblores, boca
seca.

2. CLASIFICACCIÓN DEL ESTRÉS

2.1. ESTRÉS AGUDO

El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones
del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. El estrés
agudo es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado
resulta agotador. Una bajada rápida por una pendiente de esquí difícil, por ejemplo, es
estimulante temprano por la mañana. La misma bajada al final del día resulta agotadora
y desgastante. Esquiar más allá de sus límites puede derivar en caídas y fracturas de
huesos. Del mismo modo, exagerar con el estrés a corto plazo puede derivar en agonía
psicológica, dolores de cabeza tensiónales, malestar estomacal y otros síntomas.

Afortunadamente, la mayoría de las personas reconocen los síntomas de estrés agudo.


Es una lista de lo que ha ido mal en sus vidas: el accidente automovilístico que abolló el
parachoques, la pérdida de un contrato importante, un plazo de entrega que deben
cumplir, los problemas ocasionales de su hijo en la escuela, y demás.

Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los
daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes
son:

 Agonía emocional: una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y


depresión, las tres emociones del estrés.
 Problemas musculares que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda,
dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro
muscular y problemas en tendones y ligamentos.
 Problemas estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea,
estreñimiento y síndrome de intestino irritable;
 Sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo
cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones,
mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el
pecho.

El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y


manejable.

2.2. ESTRÉS AGUDO EPISODICO

Por otra parte, están aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia, cuyas
vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Siempre están apuradas,
pero siempre llegan tarde. Si algo puede salir mal, les sale mal. Asumen muchas
responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la
cantidad de exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención.
Parecen estar perpetuamente en las garras del estrés agudo.

Es común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas,
tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Suelen describirse como
personas con "mucha energía nerviosa". Siempre apuradas, tienden a ser cortantes y a
veces su irritabilidad se transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se
deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo se vuelve
un lugar muy estresante para ellas.

La personalidad "Tipo A" propensa a los problemas cardíacos descrita por los
cardiólogos Meter Friedman y Ray Rosenman, es similar a un caso extremo de estrés
agudo episódico. Las personas con personalidad Tipo A tienen un "impulso de
competencia excesivo, agresividad, impaciencia y un sentido agobiador de la urgencia".
Además, existe una forma de hostilidad sin razón aparente, pero bien racionalizada, y
casi siempre una inseguridad profundamente arraigada. Dichas características de
personalidad parecerían crear episodios frecuentes de estrés agudo para las
personalidades Tipo A. Friedman y Rosenman descubrieron que es más probable que
las personalidades Tipo A desarrollen enfermedades coronarias que las personalidades
Tipo B, que muestran un patrón de conducta opuesto.

Otra forma de estrés agudo episódico surge de la preocupación incesante. Los "doña o
don angustias" ven el desastre a la vuelta de la esquina y prevén con pesimismo una
catástrofe en cada situación. El mundo es un lugar peligroso, poco gratificante y
punitivo en donde lo peor siempre está por suceder. Los que ven todo mal también
tienden a agitarse demasiado y a estar tensos, pero están más ansiosos y deprimidos
que enojados y hostiles.

Los síntomas del estrés agudo episódico son los síntomas de una sobre agitación
prolongada: dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor en
el pecho y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo episódico requiere la
intervención en varios niveles, que por lo general requiere ayuda profesional, la cual
puede tomar varios meses.

A menudo, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son
habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo conducen sus
vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus males. Con frecuencia, ven su
estilo de vida, sus patrones de interacción con los demás y sus formas de percibir el
mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio
del dolor y malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas
en su programa de recuperación.
2.3. ESTRÉS CRÓNICO

Si bien el estrés agudo puede ser emocionante y fascinante, el estrés crónico no lo es.
Este es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año. El estrés
crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a
largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en
un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta. Es el estrés que los
eternos conflictos han provocado en los habitantes de Irlanda del Norte, las tensiones
del Medio Oriente que afectan a árabes y judíos, y las rivalidades étnicas interminables
que afectaron a Europa Oriental y la ex Unión Soviética.

El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación
deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones implacables durante períodos
aparentemente interminables. Sin esperanzas, la persona abandona la búsqueda de
soluciones.

Algunos tipos de estrés crónico provienen de experiencias traumáticas de la niñez que


se interiorizaron y se mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas
experiencias afectan profundamente la personalidad. Se genera una visión del mundo,
o un sistema de creencias, que provoca un estrés interminable para la persona (por
ejemplo, el mundo es un lugar amenazante, las personas descubrirán que finge lo que
no es, debe ser perfecto todo el tiempo). Cuando la personalidad o las convicciones y
creencias profundamente arraigadas deben reformularse, la recuperación exige el
autoexamen activo, a menudo con ayuda de un profesional.

El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan
que está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo porque es
nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi
resulta cómodo.

El estrés crónico mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la apoplejía
e incluso el cáncer. Las personas se desgastan hasta llegar a una crisis nerviosa final y
fatal. Debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos por el desgaste a
largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y pueden requerir
tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.
3. RESPUESTA FISIOLOGICA

La respuesta fisioló gica es la reacció n que se produce en el organismo ante los estímulos
estresores. Ante una situació n de estré s, el organismo tiene una serie de reacciones
fisioló gicas que suponen la activació n del eje hipofisosuprarrenal y del sistema
nervioso vegetativo.

El eje hipofisosuprarrenal (HSP) está compuesto por el hipotá lamo, que es una
estructura nerviosa situada en la base del cerebro que actú a de enlace entre el sistema
endocrino y el sistema nervioso, la hipó fisis, una glá ndula situada asimismo en la base
del cerebro, y las glá ndulas suprarrenales, que se encuentran sobre el polo superior de
cada uno de los riñ ones y que está n compuestas por la corteza y la mé dula.

El sistema nervioso vegetativo (SNV) es el conjunto de estructuras nerviosas que se


encarga de regular el funcionamiento de los ó rganos internos y controla algunas de sus
funciones de manera involuntaria e inconsciente.
Ambos sistemas producen la liberació n de hormonas, sustancias elaboradas en las
glá ndulas que, transportadas a travé s de la sangre, excitan, inhiben o regulan la
actividad de los ó rganos.

3.1. Función del cortisol en los diferentes tipos de estrés

Cualquier tipo de estrés, ya sea físico o neurógeno, produzca un incremento inmediato


y notable de la secreción de ACTH en la hipófisis anterior, a lo que sigue en plazo de
minutos una secreción significativamente incrementada de cortisol.

Algunos de los diferentes tipos de estrés que aumentan la liberación de cortisol son los
siguientes:

 Traumatismo, casi de cualquier género


 Infección
 Frío o calor intensos
 Inyección de noradrenalina y otros fármacos simpáticomiméticos
 Intervenciones quirúrgicas
 Inyección subcutánea de sustancias necrotizantes
 Limitación forzada del movimiento
 Prácticamente cualquier enfermedad que cause debilidad intensa

Gran número de estímulos no específicos pueden aumentar de forma importante la


secreción de cortisol por la corteza suprarrenal.

Aunque se sabe que la secreción de cortisol aumenta mucho ante el estrés, no se


conocen con precisión los posibles beneficios que derivan de este incremento. Una
hipótesis es que estas hormonas causen liberación de aminoácidos y grasas a partir de
los depósitos celulares, permitiendo su empleo para obtener energía y sintetizar otros
compuestos, incluyendo glucosa, requeridos por los demás tejidos del organismo. En
realidad, se sabe que cuando los tejidos liberan proteínas, las células hepáticas emplean
los aminoácidos correspondientes para formar nuevas proteínas. Es posible que otros
tejidos que han sido dañados momentáneamente y carecen de proteínas también
puedan utilizar estos aminoácidos circulantes para formar nuevas proteínas
indispensables para la vida de la célula. O quizás los aminoácidos se utilizan asimismo
para sintetizar sustancias intracelulares esenciales como purinas, pirimidinas y
creatinofosfato y la reproducción de nuevas células.

Todo lo mencionado es hipotético y basado sobre todo en el hechode que los


glucocorticoides no suelen causar liberación de las proteínas funcionales básicas de las
células, salvo cuando ya se han gastado todas las demás. Este efecto, por el cual el
cortisol libera de preferencia las proteínas lábiles, puede poner gran cantidad de
aminoácidos a disposición de la célula que los necesita para sintetizar los compuestos
indispensables para la vida.

3.2. Efecto del estrés fisiológico en la secreción de ACTH

Casi cualquier tipo de tensión física o mental puede, en un plazo de minutos, aumentar
de manera considerable la secreción de ACTH y de glucocorticoides, muchas veces hasta
20 veces por encima de lo normal. Se cree que ciertos estímulos dolorosos causados por
el estrés son transmitidos primero a la zona perifornical del hipotálamo y desde allí al
núcleo paraventricular y, ocasionalmente a la eminencia media, secretándose CRF hacia
el sistema porta hipofisiario. Al cabo de unos minutos, la activación de los distintos
sistemas reguladores determina la aparición de grandes cantidades de glucocorticoides
en la sangre.

El estrés mental también puede producir un incremento casi instantáneo de la


secreción de ACTH. Se cree que ello es resultado de un aumento de la actividad del
sistema límbico, en especial de la región de la amígdala y del hipocampo, zonas ambas
que transmite a continuación señales hacia l aparte posteromedial del hipotálamo.
3.3. Efecto inhibidor del cortisol sobre el hipotálamo y la hipófisis anterior para
disminuir la secreción de ACTH

El cortisol tiene un efecto directo de retroalimentación negativa sobre:

1) el hipotálamo –para disminuir la formación de CFR


2) la hipófisis anterior – para disminuir la formación de ACTH

Esta retroalimentación ayuda a regular la concentración plasmática de cortisol. Es


decir, siempre que la concentración de cortisol aumenta en forma considerable, la
retroalimentación reduce de forma automática la ACTH a su valor normal.

4. EJE HIPOFISOSUPRARRENAL

Se activa tanto con las agresiones físicas como con las psíquicas y, al activarse, el
hipotá lamo segrega la hormona CRF (factor liberador de corticotropina), que actú a
sobre la hipó fisis y provoca la secreció n de la hormona adenocorticotropa (ACTH). Esta
secreció n incide sobre la corteza de las glá ndulas suprarrenales, dando lugar a la
producció n de corticoides que pasan al torrente circulatorio y producen mú ltiple
incidencia orgá nica, como se verá má s adelante. Los corticoides que se liberan debido
a la ACTH son:

 Los glucocorticoides: El má s importante es el cortisol que facilita la excreció n de


agua y el mantenimiento de la presió n arterial; afecta a los procesos infecciosos
y produce una degradació n de las proteínas intracelulares. Tiene, asimismo, una
acción hiperglucemiante (aumenta la concentració n de glucosa en sangre) y se
produce una aumento de calcio y de fosfatos liberados por los riñ ones, y de
lípidos.
 Los andró genos: Son las hormonas que estimulan el desarrollo de las
características secundarias masculinas y estimulan el aumento tanto de la fuerza
como de la masa muscular.

5. SISTEMA NERVIOSO VEGETATIVO

Este sistema mantiene la homeostasis del organismo. La activació n simpá tica supone la
secreció n de catecolaminas, que son:

 La adrenalina segregada por parte de la mé dula suprarrenal, especialmente en


casos de estré s psíquico y de ansiedad.
 La noradrenalina segregada por las terminaciones nerviosas simpá ticas,
aumentando su concentració n principalmente en el estré s de tipo físico, en
situaciones de alto riesgo o de agresividad.
Estas hormonas son las encargadas de poner el cuerpo en estado de alerta
prepará ndolo para luchar o huir. Son las que permiten enlazar el fenó meno del estré s
con los fenó menos psicofisioló gicos de la emoció n. Ambas intervienen en los siguientes
procesos:

 Dilatació n de las pupilas.


 Dilatació n bronquial.
 Movilizació n de los á cidos grasos, pudiendo dar lugar a un incremento de lípidos
en sangre (posible arterioescierosis).
 Aumento de la coagulació n.
 Incremento del rendimiento cardíaco que puede desembocar en una
hipertensió n arterial.
 Vasodilatació n muscular y vasoconstricció n cutá nea.
 Reducció n de los niveles de estró genos y testosterona, que son hormonas que
estimulan el desarrollo de las características sexuales secundarias masculinas.
 Inhibició n de la secreció n de prolactina, que influye sobre la glá ndula mamaria.
 Incremento de la producció n de tiroxina, que favorece el metabolismo
energé tico, la síntesis de proteínas, etc.

Por lo que vemos pues que, ante una situación de estrés, existe un compromiso de todo
el organismo.

6. FASES DEL ESTRÉ S: SÍNDROME GENERAL DE ADAPTACIÓ N

El origen histó rico del concepto de estré s parte de las investigaciones que realizó Hans
Selye en el añ o 1936 y que dieron lugar al llamado síndrome general de adaptació n.

Ante una situació n de amenaza para su equilibrio, el organismo emite una respuesta
con el fin de intentar adaptarse. Selye define este fenó meno como el conjunto de
reacciones fisioló gicas desencadenadas por cualquier exigencia ejercida sobre el
organismo, por la incidencia de cualquier agente nocivo llamado estresor. Se puede
definir, pues, como la respuesta física y específica del organismo ante cualquier
demanda o agresió n, ante agresores que pueden ser tanto físicos como psicoló gicos.

En este proceso de adaptació n por parte del organismo se distinguen las fases de
alarma, de adaptació n y de agotamiento.
6.1. FASE DE ALARMA

Ante la aparició n de un peligro o estresor se produce una reacció n de alarma durante


la que baja la resistencia por debajo de lo normal. Es muy importante resaltar que todos
los procesos que se producen son reacciones encaminadas a preparar el organismo
para la acció n de afrontar una tarea o esfuerzo (coping).

Esta primera fase supone la activació n del eje hipofisosuprarrenal; existe una reacció n
instantá nea y automá tica que se compone de una serie de síntomas siempre iguales,
aunque de mayor a menor intensidad:

 Se produce una movilizació n de las defensas del organismo.


 Aumenta la frecuencia cardiaca.
 Se contrae el bazo, liberá ndose gran cantidad de gló bulos rojos.
 Se produce una redistribució n de la sangre, que abandona los puntos menos
importantes, como es la piel (aparició n de palidez) y las vísceras intestinales,
para acudir a mú sculos, cerebro y corazó n, que son las zonas de acció n.
 Aumenta la capacidad respiratoria.
 Se produce una dilatació n de las pupilas.
 Aumenta la coagulació n de la sangre.
 Aumenta el nú mero de linfocitos (cé lulas de defensa).

6.1.1. Respuesta de “Alarma” o de “estrés” del sistema nervioso simpático

Cuando se descargan al mismo tiempo grandes porciones del sistema nervioso


simpático, es decir, cuando tiene lugar una descarga masiva, la capacidad del cuerpo de
llevar a cabo actuvudades musculares vigorosas aumenta de formas muy variables.
Ocurre lo siguiente:

 Aumento de la presión arterial


 Aumento del flujo de sangre a músculos activos, a la par que disminuye el riego
sanguíneo o órganos, como el tubo digestivo y los riñones, que no se necesitan
para una actividad motora rápida.
 Aumento del metabolismo celular de todo el cuerpo
 Hiperglucemia
 Aumento de la glucogenolisis en el hígado y en el músculo
 Incremento de la fuerza muscular
 Aumento de la actividad mental
 Aumento de la velocidad de coagulación de la sangre.

La suma de estos efectos permite a la persona llevar a cabo una actividad física mucho
más agotadora de lo que sería posible de otra forma. Como es el estrés físico o mental
el que suele excitar el sistema simpático, con frecuencia se dice que la finalidad de este
sistema es proporcionar una actividad añadida del cuerpo en estados de estrés: ésta es
la denominada respuesta simpática del estrés.

El sistema simpático se activa de forma especialmente intensa en muchos estados


emocionales. Por ejemplo, en el estado de ira que se desencadena principalmente por
estimulación del hipotálamo, se transmiten señales hacia abajo a través de la formación
reticular y la médula espinal para ocasionar una descarga simpática masiva, que se
manifiesta inmediatamente de la forma antedicha. Esta es la llamada reacción de alarma
simpática. También se suele llamar reacción de fuga o de lucha porque un animal en
este estado decide instantáneamente si ha de quedarse a luchar o ha de salir huyendo.
En cualquier caso, la reacción de alarma simpática hace que las actividades
subsiguientes del animal sean muy virososas.

6.2. FASE DE RESISTENCIA O ADAPTACIÓ N

En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la presencia de los factores


que percibe como una amenaza o del agente nocivo y se producen las siguientes
reacciones:

 Los niveles de corticoesteroides se normalizan.


 Tiene lugar una desaparició n de la sintomatología.

6.3. FASE DE AGOTAMIENTO

Ocurre cuando la agresió n se repite con frecuencia o es de larga duració n, y cuando los
recursos de la persona para conseguir un nivel de adaptació n no son suficientes; se
entra en la fase de agotamiento que conlleva lo siguiente:

 Se produce una alteració n tisular.


 Aparece la patología llamada psicosomá tica.

7. RESPUESTAS DEL ORGANISMO: CONSECUENCIAS BIOLÓ GICAS DEL


ESTRÉ S

La respuesta del organismo es diferente segú n se esté en una fase de tensió n inicial en
la que hay una activació n general del organismo y en la que las alteraciones que se
producen son fá cilmente remisibles, si se suprime o mejora la causa- o en una fase de
tensió n cró nica o estré s prolongado, en la que los síntomas se convierten en
permanentes y se desencadena la enfermedad.

8. PREVENCIÓN

Sabemos que entre el cerebro y el sistema endocrino existe una interrelació n constante,
que puede seguirse de forma continua mediante el empleo de las modernas té cnicas de
monitorizació n ambulatoria, que permiten conocer de manera instantá nea qué es lo
que hace aumentar la presió n sanguínea, latir el corazó n má s rá pidamente, o contraer
los mú sculos.

Estas té cnicas permiten monitorizar las respuestas del cuerpo bajo unas condiciones
reales, inclusive en el puesto de trabajo, sin que interfieran en la actividad normal de
las personas. De esta manera se pueden identificar aspectos negativos o adversos del
entorno psicosocial, así como los factores de protecció n, amortiguadores que protegen
a las personas contra influencias potencialmente nocivas.

Uno de los mé todos que se utiliza actualmente para el estudio de las respuestas
fisioló gicas del estré s es el aná lisis de las alteraciones hormonales que se producen en
el organismo. Las hormonas del estré s pueden ser determinadas en sangre, orina y
saliva; y las té cnicas que se utilizan principalmente son la fluorometría, la
cromatografía líquida y el inmunoensayo. Al hacer una determinació n analítica hay que
tener en cuenta las variaciones que sufren estas sustancias a lo largo del ciclo
circadiano; a grandes rasgos, puede decirse que alcanzan el punto má ximo por la
mañ ana y van decreciendo a lo largo del día.

Un objetivo que deberían conseguir las personas que se dedican a la investigació n del
estré s es identificar aquellos factores del ambiente laboral que provocan respuestas
fisioló gicas, y luego determinar cuá ndo estas respuestas pueden ser de adaptació n y
promueven la salud y cuá ndo provocan una desadaptació n y son potencial mente
dañ inas para la salud.
9. BIBLIOGRAFÍA

 Guyton. Tratado de Fisiología Médica. Octava Edición. España; 1992.


 Nogareda, S. Fisiología del estrés. España; 1990. Obtenido de:
http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/
NTP/Ficheros/301a400/ntp_355.pdf
 Edgar, L. Fisiología del Estrés. El Salvador; 2008. Obtenido de:
http://es.slideshare.net/EdgarAllan/estres-fisiologia
 Duval Fabrice, González Félix, Rabia Hassen. Neurobiología del estrés. Rev. chil.
neuro-psiquiatr. [Internet]. 2010 Dic [citado 2016 Sep 26] ; 48( 4 ): 307-
318. Disponible en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-
92272010000500006&lng=es. http://dx.doi.org/10.4067/S0717-
92272010000500006.
 Bulacio, P. Fisiología y neurofisiología del estrés: efectos de la actividad física.
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 152, Enero de 2011.
Obtenido de: http://www.efdeportes.com/efd152/estres-efectos-de-la-
actividad-fisica.htm
 Pérez, A. La respuesta del estr´és: Respuesta Fisiológica. Me gusta Volar,
Artículo Digital. Julio 2012. Obtenido de:
http://megustavolar.iberia.com/2012/07/la-respuesta-del-estres-respuesta-
fisiologica/
 Lopategui C, E. ESTRÉS: Respuestas Fisiológicas. Saludmed.com, Revista Digital,
Capítulo 4. Puerto Rico, 2001. Obtenido de:
http://www.saludmed.com/Bienestar/Cap4/Estres-R.html
 Rodríguez R, J. Estrés. Obtenido de:
http://www.unioviedo.es/psiquiatria/docencia/material/PSI&COMUNICACIO
N/2012-13/15PC-ESTRES

Anda mungkin juga menyukai