Edward Weston
Cada medio de expresión impone sus propios límites al artista, límites que son inherentes a los
utensilios, los materiales o al proceso mismo que utiliza. En las formas de arte más antiguas estos
confines naturales están tan bien establecidos que se dan por supuestos. Escogemos música o danza,
escultura o escritura porque sentimos que, dentro de sus límites, es el medio más adecuado para
El estándar de la fotopintura
La fotografía, a pesar de haber cumplido ya 100 años, todavía debe alcanzar esta familiaridad. Para
entender esto debemos examinar brevemente el pasado de este nuevo arte. Los primeros fotógrafos
que intentaron realizar un trabajo creativo no tuvieron una tradición en qué basarse y muy pronto
empezaron a tomarla prestada de la pintura. La convicción de que la fotografía era una nueva clase
de pintura, de que sus representantes intentarían por cualquier medio conseguir con la cámara
efectos pictóricos, fue creciendo. Este falso concepto fue el responsable de que se perpetrasen, en
nombre del arte, gran cantidad de horrores, desde escenas alegóricas hasta aturdidoras formas
desenfocadas.
Pero esto solo no hubiese bastado para retrasar el desarrollo de la fotografía. El verdadero
daño reside en el hecho de que este falso objetivo se estableció con firmeza, de tal forma que la
El acercamiento al medio que se adoptó era tan distante de su verdadera naturaleza que cada
adelanto básico que se conseguía en el proceso se convertía en un obstáculo más para los fotógrafos
involucrados en la investigación y explotación de los nuevos recursos pictóricos los ignoraban por
Por lo tanto, cuando intentamos reunir las mejores obras del pasado, a menudo debemos
escoger ejemplos de entre los trabajos de aquellos que en principio no se preocupaban por la
estética. Es entre la obra de los primeros retratistas que utilizaban la técnica del daguerrotipo, entre
los documentos de la guerra (de Secesión) y de la conquista de nuevas tierras, entre el trabajo de
amateurs y profesionales que practicaban la fotografía por sí misma sin pensar si era o no arte,
donde encontramos fotografías que pueden compararse con lo mejor del trabajo contemporáneo.
Pero en lugar de esta evidencia que ahora podemos apreciar con calma y con ojo histórico,
el enfoque del trabajo fotográfico creativo que se hace actualmente es, con frecuencia, tan confuso
Gente que no pensaría en llevar un cedazo al pozo para sacar agua no es capaz de ver lo ridículo
Detrás de la actitud del fotopintor se escondía la idea fija de que la fotografía directa era
simplemente el producto de una máquina, y por lo tanto, no era arte. Se desarrollaron técnicas
consideraba como punto de partida, una primera y tosca impresión que debía ser mejorada
Quizá si los cantantes se uniesen en un grupo numeroso, podrían convencer a los músicos de
que los sonidos que producen con sus máquinas no pueden ser arte debido a la esencial naturaleza
mecánica de sus instrumentos. Entonces el músico, siguiendo el ejemplo del fotopintor, grabaría sus
ejecuciones en discos especiales en los que el sonido pudiese ser manipulado hasta transformar el
producto de un buen instrumento musical en una pobre imitación de la voz humana.
Para entender por qué una actitud así es incompatible con la lógica del medio, debemos
reconocer los dos factores básicos en el proceso fotográfico que lo distingue de las demás artes
introducir cambios o añadidos en sus planes originales durante la ejecución de sus trabajos. Un
compositor puede escribir una sinfonía en un largo período de tiempo; un pintor puede pasarse toda
una vida ejecutando un cuadro y todavía así no considerado acabado. Pero el proceso de impresión
en fotografía no puede ser dilatado. En su breve duración no puede ser detenido, cambiado o
reconsiderado. Al destapar su lente todos los detalles que se encuentran en su campo de visión son
registrados en mucho menos tiempo de lo que tardan los ojos en trasmitir una copia similar de la
escena al cerebro.
Naturaleza de la imagen
La imagen impresionada de esta manera posee ciertas cualidades que la distinguen inmediatamente
negro. Estas dos propiedades constituyen las características esenciales de la fotografía; son propias
de la mecánica del proceso y no pueden ser imitadas por ningún trabajo manual.
o un dibujo. No contiene trazos, en el sentido pictórico, sino que está compuesta de pequeñísimas
partículas. La extrema sensibilidad de estas partículas confiere una tensión especial a la imagen, y
cuando esta tensión es destruida —por la intrusión de trabajo manual por una ampliación exagerada,
la imagen se caracteriza por la luminosidad y brillo de los tonos, cualidades que no pueden
conservarse si las copias se hacen sobre papel mate. Sólo una superficie brillante puede reproducir
La impresión de la imagen
Estas dos propiedades determinan el procedimiento básico en la actitud del fotógrafo. Ya que el
proceso de impresión es instantáneo, y que la naturaleza de la imagen es tal que no puede sobrevivir
a correcciones manuales, es obvio que el positivo acabado debe haberse creado en su totalidad antes
de la exposición de la película. Hasta que el fotógrafo no aprenda a visualizar el resultado final por
De aquí que la tarea más importante y, al mismo tiempo, más difícil no sea conocer su
cámara, revelar o positivar, sino ver fotográficamente. Esto significa aprender a ver el tema en
términos de la capacidad de sus instrumentos y del proceso, de tal forma que pueda traducir
instantáneamente los elementos y valores tonales de una escena en la fotografía que quiere obtener.
Los fotopintores solían afirmar que la fotografía no podría ser nunca un arte, ya que en el proceso
puede conseguir un número infinito de posibles composiciones de un mismo sujeto fijo. Cambiando
la iluminación, o usando un filtro de color, pueden alterarse uno o todos los valores del sujeto.
posteriormente modificados según la cantidad de luz que afecte a las distintas partes del papel
sensible durante el positivado. Así pues, dentro de los límites de su medio, sin recurrir a cualquier
otro método de control no fotográfico —por ejemplo, de naturaleza óptica o química—, el fotógrafo
Esta riqueza de facilidades de control a menudo actúa como cortapisa para un trabajo
creativo. Lo que ocurre es que relativamente muy pocos fotógrafos dominan su medio. Por el
contrario, permiten que el medio los domine, y emprenden un camino sin fin probando nuevos
objetivos, nuevos papeles, nuevos reveladores, sin conservar jamás ningún elemento de su equipo el
tiempo necesario para conocer todas sus posibilidades, perdiéndose entonces en un laberinto de
información técnica que es de muy poca o ninguna utilidad, hasta que ya no saben qué hacer con
todo ello.
Sólo una larga experiencia permitirá al fotógrafo subordinar las consideraciones técnicas a
los objetivos de la creación gráfica. Pero todo esto puede conseguirse mucho más fácilmente
ver limitándose al campo de una sola lente, de la escala tonal de una sola película y un solo papel,
instrumentos.
El fotógrafo debe aprender desde el principio a ver su proceso como un todo. No debe
preocuparse por la exposición correcta o el negativo perfecto, etc. Estas consideraciones son
meramente producto de la mitología publicitaria. Debe aprender el tipo de negativo necesario para
obtener dicho negativo. Cuando sabe cómo lograr esto para un tipo de positivado, debe aprender a
variar el proceso para producir otro tipo de positivado. Más adelante debe aprender a traducir los
colores a una escala tonal monocroma y a juzgar la intensidad y calidad de la luz. Con la práctica,
este tipo de conocimiento se vuelve intuitivo. El fotógrafo aprende a ver una escena o un objeto en
términos de resultado final, sin necesidad de pensar conscientemente en cada uno de los pasos
Tema y composición
Hasta ahora hemos hablado de la mecánica de la visión fotográfica. Veamos ahora cómo esta visión
se aplica al tema y a la composición. No se puede hacer una distinción drástica entre temas
apropiados a la fotografía y temas apropiados a otras artes gráficas. Sin embargo, es posible, sobre
las bases de un examen del trabajo realizado en el pasado y de nuestro conocimiento de las
propiedades específicas del medio, sugerir ciertos campos de acción que podrán satisfacer mejor al
Ni siquiera utilizando la más perfecta técnica fotográfica tendría éxito el trabajo de estos
un sujeto. Descubre al actor que se esconde detrás del maquillaje y expone, tal como son realmente,
puede considerarse una limitación, ya que únicamente resulta un impedimento para la realización de
aquellos temas más propios de la pintura. Por otro lado, ofrece al fotógrafo la posibilidad de mirar
Le permite revelar la esencia de lo que está frente a su objetivo, con tal claridad de percepción que
el espectador puede llegar a encontrar la imagen recreada más real y comprensible que el propio
objeto.
Es una lástima, por no decir más, que la tremenda capacidad que tiene la fotografía para
revelar nuevas cosas utilizando nuevos caminos sea ignorada por la mayoría de sus máximos
exponentes, pero así es. Hoy en día, la decadente influencia de la tradición pictórica ha sido
sustituida por la llamada psicología de salón,∗ que está ejerciendo la misma limitación al progreso
original.
Actualmente el fotógrafo tiene necesidad de que su imagen se parezca a una acuarela para
que sea admitida como arte, pero debe atenerse a las reglas de composición. Éste es el remedio
contemporáneo. Ahora bien, consultar las reglas de composición antes de hacer una fotografía es un
poco como consultar las leyes de la gravitación antes de salir a pasear. Tales reglas y leyes se
deducen del acto realizado; son el resultado de la reflexión y del examen a posteriori, y en ningún
modo forman parte del ímpetu creativo. Cuando el tema debe encajar en unos modelos
Una buena composición es sólo la forma de ver con más fuerza un tema. No se puede
enseñar, al igual que los demás aspectos creativos, sino que es cuestión de madurez personal. Como
los otros artistas, el fotógrafo pretende que su imagen final transmita a los demás su respuesta frente
a un determinado tema. Para conseguir esta meta, su mayor baza reside en lo directo del proceso
que emplea. Pero esta ventaja sólo es valida Si simplifica su equipo y su técnica al mínimo
necesario, y se mantiene libre de toda fórmula, dogma artístico, regla o tabú. Sólo entonces es
realmente libre para utilizar su visión fotográfica en el descubrimiento de la esencia del mundo en
que vive.
Tomado de: Joan Fontcuberta (ed.), Estética fotográfica, Gustavo Gili, Barcelona, 2003.
∗ Se refiere a los abundantes concursos y certámenes fotográficos frecuentemente organizados por fotoclubes. (N.
del T.)