El tema de la educación en México, en todos los ámbitos, tanto el jurídico,
económico y social, ha representado siempre un reto a seguir, y ha dependido de cada gobierno, dar un avance o retroceso en el mismo, a través de decretos, reformas a las leyes vigentes o creación de nuevos ordenamientos que pretendan modificar el rumbo de la educación en nuestro país, o simplemente a través de políticas sexenales sobre la educación, principalmente en su nivel básico.
La educación es un asunto que se considera prioritario y debe analizarse desde
una visión a mediano y largo plazo, ya que solo así pueden verse en realidad los frutos de un cambio de modelo. Lo que se aprecia en la mayoría de las iniciativas de reformas a la Ley General de Educación, son modificaciones aisladas, que pretenden cambios parciales a la Ley, ya que solo en pocos casos se propone un verdadero giro a lo ya establecido en materia educativa. El presente trabajo proporciona una visión general de la forma en que va encaminado el trabajo legislativo en materia educativa.
Debe enfatizarse en la vigilancia del cumplimiento de los programas de estudio se
debe de haber, buscando como meta principal, la calidad en la enseñanza, desde el nivel preescolar, para dotar de los elementos necesarios al infante, para que cuente con los elementos cognoscitivos indispensables, y para que en la primaria y secundaria, no carezca del conocimiento necesario para elevar el nivel académico en el país, en su conjunto. Opinión personal. Granados Arceo Jorge Rodrigo
Es falso, que vaya a mejorar la calidad en la educación de los estudiantes, pues
no se disponen en esta “reforma” medidas para acabar con los grupos con número excesivo de alumnos, dotar de material didáctico a las escuelas, introducir la enseñanza del inglés en el plan de estudios desde la primaria, dar alimentación complementaria nutritiva en todas las escuelas, revisar el funcionamiento de las normales del país, garantizar con partidas presupuestales específicas la actualización y superación profesional auténtica -no los cursillos mediocres que hoy existen-, destinar dinero a la edificación de escuelas que funcionan en jacales o locales ruinosos y para su mantenimiento en todos los órdenes, mejorar planes y programas de estudio, etcétera. Se está creando un poder, autónomo, superior al Secretario de Educación Pública, con facultades de resolver así en frío, viendo sólo un número de matrícula y un número de aciertos, tal vez a tres mil kilómetros de distancia, qué maestro pierde su empleo y cuál lo conserva. Y lo hace sin ninguna responsabilidad política ni administrativa; los profesores han perdido toda su dignidad personal, para convertirse en un número frente a un grupo insensible de técnicos corrompibles. No hay nada más peligroso para las relaciones laborales y personales que aquellos organismos que no tienen rostro, que se reúnen, votan y se retiran a su casa a cenar. Como ya lo ha demostrado hasta la saciedad el Instituto Federal Electoral. ¡Son derechos humanos de los mexicanos! Tan importantes como el derecho a cobrar las ganancias en la bolsa de valores, o el importe de los honorarios de un abogado, o los salarios de un diputado, son derechos creados irrenunciables. Son derechos tan firmes como el derecho del presidente a permanecer en el puesto hasta la media noche el 30 de noviembre de 2018. Y así como a él no se le puede remover de su cargo por razones de evaluación en su desempeño tampoco se le puede remover de su empleo a ningún trabajador de planta en el país. Y por lo tanto no se puede discriminar a los maestros aplicándoles una ley de excepción.