Como resultado de esto, “la política fiscal ha sido contra-cíclica” la organización que llevaba el
gobierno central no fue favorable ya que se obtuvo “superávit del 0.6 por ciento del PIB en 2012 a
un déficit del 2,8 por ciento en 2016”. Esta caída del crecimiento económico y los bajos precios del
cobre afectaron negativamente los ingresos fiscales, neutralizando parcialmente los efectos de la
reforma tributaria mientras que el gobierno expandió el gasto como resultado de la reforma
educativa y la política fiscal contra-cíclica. a pesar de la reducción del precio del cobre, en el frente
externo, el déficit en cuenta corriente ha bajado de un “pico de 4.2 %del PIB en 2013 a 1.4 por
ciento en 2016” gracias al acto contradictorio de la inversión privada y la baja de las inversiones
extranjeras. Lo que es positivo en este asunto es que la política fiscal está muy bien anclada en el
balance de la política estructural y tambein porque se espera que los ingresos fiscales mejoren por
las elevaciones económicas respecto al precio dl cobre, “El déficit en cuenta corriente también
caería paulatinamente debido a que la mejora en los precios internacionales del cobre” gracias a
estas exportaciones es posible que se pueda recuperar lo que se gastó con las inversiones
privadas.