Adaptación de “El cuento del hombre lobo” del Satiricón de Petronio.
(Entran dos muy sofocados y gritando. Uno de ellos grita).
(AMIGO 1) Βοηθεια! ¡Socorro! Terrorem maximum! Por todos los dioses! Heu! Me misere miserum! Hispani, audite, audite atentamente lo que nos acaba de pasar. (AMIGO 2) Ayer media nocte nos enteramos de la muerte de Terencio, el tabernero, sí, ese, el que vive fuera del pueblo, en una casa de campo. Su esposa Melisa es una mujer extraordinaria, una joya; tenías que conocerla: es guapa, buena y está… muy buena! Es toda curvas pero yo me enamoré de ella no por su cuerpo sino por su delicadeza. SE agunavez le pedí algo, nunca me dijo que no; de lo que ganaba ella, yo tenía la mitad. Al enterarnos de la muerte del marido de Melisa, rápidamente nos pusimos en camino pues, como suele decirse, la amistad se demuestra en momentos de angustia. (Gesto ambiguo). (AMIGO 1) Casualmente nuestro amo se había ido y estaba en nuestra casa un huésped que quiso acompañarnos hasta la entrada de la ciudad. Es un soldado valiente como un diablo. Salimos de noche, cuando cantó el gallo; la luna llena iluminaba el camino como si fuera de día. Llegamos al cementerio; nuestro nombre se puso a hacer sus necesidades juanto a las tumbas; nosotros lo esperamos tranquilamente, canturreando y leyendo las lápidas. (AMIGO 2) De pronto, me voví hacia él y vi que se ha desnudado y que había dejado toda su ropa en el suelo. Yo no podía ni respirar; me quedé inmóvil como un muerto. En esto, se puso a mear en torno a su ropa y al instante se convirtió en lobo ( grito de terror!!!). No os creáis que es broma. No mentiríamos en esto por nada del mundo. Después de transformarse en lobo empezó a aullar y desapareció en el bosque ( miran a un lado y al otro aterrorizados ). Al principio estaba desorientado; luego me acerqué a recoger sus ropas, pero se habían petrificado. (AMIGO 1) Echando mano a la espada seguimos camino, dando sablazos a las sombras hasta que llegamos a casa de Melisa al amanecer. Al llegar teníamos pinta de haber visto un fantasma, a punto de sufrir un colapso, pálidos, sudando, mirando sin ver. Allí nos encontramos a Melisa… (MELISA) Si hubierais llegado antes nos hubierais echado una mano, pues ha entrado un lobo en el corral y ha desangrado a todos nuestros animales. Pero no se ha salido con la suya, aunque ha conseguido escapar; uno de nuestros esclavos le atravesó el cuello con una lanza. (AMIGO 1) Al oír esto, hemos salido corriendo hasta nuestra casa,… ( alternando el discurso entre los dos) (AMIGO 2) al pasar otra vez por el cementerio, en lugar de la ropa petrificada de nuestro pariente hemos encontrado solo sangre y nada más. (AMIGO 1) Cuando llegamos a casa nuestro huésped estaba en la cama, resollando como un toro; un médico le estaba vendando el cuello. ¡Ay! ¡Por todos los dioses! ¿Qué haremos ahora? ¿Adónde iremos?