AREA BIBLICA
INTRODUCCION
"...y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella."
Mateo 16:18
Encabezamos las meditaciones con este texto porque es una clara muestra del propósito de Dios cuando
actúa. Cuando Dios se propone algo, nada ni nadie podrá oponérsele. A esto se llama la soberanía de Dios.
Así sucedió siempre, y así siempre será.
De igual manera aconteció con lo que se nos relata en el libro de Nehemías. Dios se había propuesto llevar
adelante su plan y en él estaba incluido la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. Esta ciudad ha venido
ser el eje geográfico donde gira el programa divino respecto a la humanidad. La misma adquiere un valor sin
parangón en La Palabra y en la actividad salvadora de Dios, y esto no por mérito propio sino porque Dios
estaba detrás de ella.
Hablar de Jerusalén es hablar de Israel. Su destino está unido a ella porque Israel es el pueblo de una
ciudad. Israel es el pueblo terrenal de Dios para quién tuvo, tiene y tendrá propósitos únicos. Pero en este
tiempo, llamado el “tiempo de los gentiles”, dado que es la época del dominio de las naciones en detrimento
de Israel, lo importante ha dejado de ser ella misma sino la Iglesia de Jesucristo. Ahora la Iglesia es la figura
terrena central pero a su vez celestial. Ahora Dios se ha propuesto edificar la Iglesia, la Esposa del Cordero.
Ya que nosotros vivimos este tiempo y formamos parte de la amada Iglesia de Jesucristo, enfocaremos
estos pensamientos desde esa perspectiva. Sacaremos lecciones para aplicar a nuestras circunstancias
hoy.
Siendo Mateo 16:18 la primera mención explícita de la Iglesia en La Biblia ésta nos recalca lo
siguiente:
1- Que la Iglesia es una institución divina;
2- Que le pertenece al Señor por derecho de creación y redención;
3- Que El está edificando su Iglesia;
4- Que el fundamento está a la vista de todos: Cristo mismo (1 Cor.3:11; 1 Ped.2:6-7; Hch.4:9-11);
5- Que ella triunfará con su Señor sobre el imperio de la muerte.
En La Biblia encontramos varios comienzos narrados. Por ejemplo: con Adán y Eva en el huerto de Edén,
con Noé y su familia luego del diluvio, con Abraham y su esposa naciendo de ellos el pueblo terrenal de
Dios: Israel. Otro gran comienzo en el programa eterno de Dios se menciona en La Palabra de Dios como
"el tiempo de los gentiles" y coincide con el destierro de Israel entre los años 605-536 antes de Cristo. Y se
extiende hasta el presente, tocando a su fin con el advenimiento del Señor Jesús como el Mesías glorioso
que viene a reinar en el trono de David.
En la antigüedad Dios levantó un pueblo de entre todas las naciones para que fuese un testimonio de su
Persona a las mismas. Ese pueblo fue Israel. Dios empleó todos sus recursos para que pudiera cumplir con
ese cometido, pero aún así dicha nación no pudo hacerlo. Le dio grandes hombres y mujeres muy dotados,
le dio leyes justas y oportunas, una gran tierra, etc. Hizo un pacto con ella, un pacto condicional: que si Israel
cumplía con su parte, Dios haría la suya. Pero Israel quebrantó vez tras vez ese pacto. En su paciencia Dios
prosiguió lealmente con su parte y no quebró dicho pacto. Pero tuvo que disciplinar a Israel a fin de que
aprendiese a ser fiel a su llamado. Ese castigo fue lo que se denominó "el cautiverio babilónico de Israel".
Durante setenta años Israel fue llevado a vivir sometido en otro país quedando sus tierras y ciudades en la
ruina. Pero al cabo del tiempo indicado por medio del profeta Jeremías (Jer.25:11), Dios trajo a Israel (o
mejor aún, un remanente) de vuelta a su tierra y a Jerusalén, la ciudad capital.
Seguidamente bosquejamos la sucesión cronológica de los hechos en torno "al cautiverio", a saber:
PROGRAMA DE FORMACION BIBLICA Y MINISTERIAL 2
Ester, Esdras y Nehemías, son libros históricos que contienen algunas preciosas verdades consoladoras y
edificantes para nosotros hoy.
¿Cómo es que esta nación totalmente destruida pudo resurgir nuevamente? ¿Cómo no perdió su identidad?
¿Cuál fue el elemento aglutinador? ¿Cuál la energía revitalizante? ¿Cómo se organizaron? ¿Qué clase de
líderes tuvo?
Las preguntas podrían multiplicarse pero, lo importante para nosotros hoy, es descubrir ciertos principios que
puedan auxiliarnos para cumplir con el cometido que tenemos entre manos.
Formamos parte del pueblo espiritual de Dios: la Iglesia de Jesucristo. Aquella institución divina que Cristo
compró a precio de su sangre preciosa, dejada aquí en la tierra para que de testimonio al mundo de la Cruz
de Cristo: de su poder salvador.
¿Hay algo que pueda aprender la Iglesia de aquella experiencia de Israel? ¿Se pueden sacar lecciones que
nos capaciten para un mejor y más eficiente servicio a nuestro Dios? La respuesta es, sí (Ro.15:4; 1
Cor.10:6). Nosotros vamos a estudiar el caso de Nehemías para extraer principios de acción para la amada
Congregación de Cristo.
Consideraremos el libro de Nehemías, visto las lecciones interesantes en cuanto a principios de acción y
desafíos que tiene. Cuando miramos la obra de Dios y nuestra parte en ella aprendemos acerca de:
PROGRAMA DE FORMACION BIBLICA Y MINISTERIAL 3
1- Las enormes bendiciones de Dios: ¡Cómo ha sido paciente y amante para preservarnos hasta aquí! ¡De
cuántos peligros y caídas nos habrá librados! Podemos mirar atrás y ver su misericordia al salvar almas
por medio de nuestra humilde actividad, y cumplir propósitos de salvación en tantos.
2- Los fallos y yerros que hemos cometido: ¿Acaso pensamos que siempre le hemos sido fiel y
agradables? ¿No es cierto que no siempre se ha hecho la obra cómo debiera haberse hecho? ¿Y lo que
se ha dejado de hacer? Debemos confesar que "siervos inútiles somos, le que debíamos hacer,
hicimos"; no más.
3- Los grandes propósitos de Dios: El seguramente tiene planes y objetivos para hoy y el mañana con
nosotros. El no nos ha desechado, al contrario, nos sigue llamando para emplearnos en su programa de
salvación.
Autor y fecha: Nehemías fue el principal redactor quedando la compilación final en fecha tardía (ver
12:11, sumo sacerdote entre 351-331 AC).
Destinatarios: Los judíos.
Palabra y versículos claves: Reforma. Vs. 4:6.
Propósito: Se narra la historia de la reconstrucción de los muros de Jerusalén desde las vivencias del
gobernador Nehemías, cuyo interés por esto es vivadamente incorporado al relato. La reorganización
nacional llevó el sello indiscutido de este hombre que, junto a Esdras, marcaron definitivamente al
pueblo. Su énfasis en la providencia divina es una de las grandes lecciones. Conjunto con ello aparece la
importancia de la oración y la Ley.
Temas: Casi 13 años después de Esdras, aparece Nehemías realizando reformas civiles. El pueblo tras
dura lucha logra reconstruir los muros de la ciudad, superando las aflicciones serias que les aquejaban al
igual que la vergüenza. Contiene un gran despliegue de movimientos rápidos y energía vigorosa. Tanto
la acción, la oración y la unción son sus características.
Ministerio profético: Junto a Esdras y Nehemías aparecen tres profetas. Malaquías fue para Nehemías
lo que Hageo y Zacarías habían sido para Esdras.
EL LIBRO DE NEHEMIAS
no podía realizarse. Cuestión que no permitió este rey. Hubo de esperarse la intervención milagroso y
natural al mismo tiempo, en la persona de Nehemías para que esto se pudiera hacerse. Fue enviado por el
mismo Artajerjes como gobernador con la orden expresa de reconstruir los muros de la ciudad,
proveyéndosele de los recursos necesarios para ello. Esto hizo el más famoso copero real, además de
organizar política y civilmente la pequeña comunidad judía.
Pero fue necesaria la intervención de Esdras para darle una forma integral, ya que fue quien se ocupó del
aspecto religioso en conformidad con el libro de la Ley (Pentateuco). La misión de Esdras tuvo un gran
alcance entre los judíos hasta el día de hoy. La nación se organizó en aquel tiempo en torno al templo
(“hierocracia”) siendo el factor clave de la fe judía. El pueblo aceptó la Ley tomando la categoría de
constitución oficialmente reconocida. Fue una declaración de dependencia de Dios. La influencia combinada
de Esdras y Nehemías forjó el judaísmo ortodoxo dándole la dirección que hasta hoy ha seguido.
Desde el punto de vista de la historia de la salvación podemos afirmar que la construcción del muro tiene un
valor importantísimo. Según Daniel 9:24-27, la profecía de las “setenta semanas” tiene estrecha vinculación
con la construcción de dichos muros (vs.25). De allí radica su tremendo valor histórico-profético. Dicho
período abarca un total de 490 años distribuido en tres etapas bien diferenciadas: 49 años (siete semanas),
434 años (sesenta y dos semanas) y 7 años (una semana).
En su aspecto devocional aprendemos referentes a los muros algunas cuestiones interesantes:
1- Ellos SEÑALAN algo: límites, fronteras (p.e. "la gran muralla china"). Nos hablan de los parámetros y
reglas claras a observar que indican los límites hasta dónde debemos llegar en nuestra vida cristiana.
Son un paralelo de los mandatos de nuestro Señor que debemos guardar y nos señalan el camino de
nuestra vida cristiana.
2- Ellos SEPARAN de todo: son como barreras, hacen división. Nos habla claramente de la santidad que
Dios anhela ver entre los suyos. Nos indican la realidad de aquella separación santa de las cosas del
mundo y de las personas que no tienen parte en las cosas de Dios.
3- Ellos ofrecen SEGURIDAD: son como fortalezas dando protección. Aquellos que están dentro de la
Iglesia de Jesucristo, quienes viven a la luz de la comunión diaria con el Señor y los suyos, gozan de la
permanente protección y dicha por observar los mandatos del Señor.
Comparar Cantares 4:12; Zac.2:5; Jer.15:20; Is.60:18; 26:1 en el A.T., y en el N.T., Ef.2:19-22; 1 Pe.2:4-5; 1
Co.3:11.
Para los cristianos esa muralla es Cristo, es Dios, Su Palabra, la palabra de salvación y de alabanza.
“Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos”. (Sal. 137:1)
“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad, seremos como los que sueñan”. (Sal. 126:1)
Para el creyente en el Dios de La Biblia no hay cosa más grande que estar en el hogar, es decir, donde Dios
ha determinado su residencia.
2º LA VISION DE LA OBRA
Neh.1:2-4 Dios comienza con pocos, pero a esos pocos les da la visión de lo que El quiere hacer.
Neh.2:12 Lo importante es que cada individuo tenga un claro llamado de parte de Dios. La visión realista de
la situación del pueblo de Dios y de la enorme necesidad circundante de salvación, es lo que debe
conmover a cada creyente, llegando a sentirse responsable por ello.
Recordemos que el creyente es siempre el creyente más Uno (Ex.3:11-12; Jos.1:9). Necesitamos ver las
circunstancias como Dios las ve.
A MODO DE CONCLUSION
Nehemías en una parte de su diario que quedó incluido en el libro que meditamos dice: "... lo que Dios había
puesto en mi corazón que hiciese ...".
Así como Dios obró en y por Nehemías, lo quiere hacer también ti. Es maravilloso saber que Dios se ha
propuesto emplearnos en su programa eterno. Importamos para El. ¡Bendito Señor! No hay ocupación más
elevada, ni cargo más honorable, ni intereses más importantes que los que Dios nos propone.
La pregunta que cabe aquí es:
¿Qué tienes en tu corazón para que hagas? ¿Qué puso Dios en tu corazón para que hicieses? Mira tu
corazón, seguro el Señor ha puesto proyectos, anhelos, deseos, objetivos, planes, motivos.
¿Qué tienes en tu corazón para que hicieses? Cada uno debe examinarse a sí mismo y ver qué es lo que
Dios ha puesto en su corazón y hacerlo, urgentemente, para la gloria de Dios y el avance de su Reino.
BIBLIOGRAFIA
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