Asignatura: Seminario
Sección: E
2. Falta de reconocimiento a los esfuerzos del estudiante. Muchas veces, los niños
y adolescentes hacen grandes esfuerzos por superarse, que no son tenidos en
cuenta. Es importante darle valor a su autoestima, y motivarlos. Es clave evitar el
desarrollo de ideas de que no vale la pena esforzarse en la vida.
Muchos han sido los estudios que se han realizado para conocer más el
fenómeno, concretar sus causas e implementar intervenciones eficientes, pero a la
luz de los resultados, no han surtido mucho efecto. Llegados a este punto cabría
preguntarse ¿qué está provocando verdaderamente el fracaso escolar?, ¿se está
estudiando como debiera?, ¿se están tomando medidas para su solución
exclusivamente teniendo en cuanta las investigaciones realizadas? (Sanchez
Ramon, Madrid, 2003).
Para que los estudios del rendimiento académico sean útiles es importante
identificar el tipo de influencia asociados al éxito o al fracaso del estudiante, es
decir, de los niveles de influencia entre las variables por considerar para
determinar factores causales y mediaciones que determinan las relaciones entre
las distintas categorías de variables personales, sociales e institucionales.
2) Y, por otro lado, los factores escolares que abarcan los problemas
motivacionales, personales y psico-afectivos, sentimientos de frustración,
desorientación vocacional, baja autoestima y la adaptación al medio; problemas de
desempeño académico, como el bajo rendimiento, la mala conducta y problemas
asociados a la edad, entre otros (Archambault, Janosz, Fallu, & Pagani, 2009;
Santamaría & Bustos, 2013; Eicher et al. 2014) o bien vinculado con la idoneidad,
autoritarismo y metodología docente.
También es necesario considerar los aspectos que hacen al entorno externo del
individuo, como la estabilidad política del país y de la institución educativa (Rinne
& Järvinen, 2011; Cratty, 2012).
Así como los que se derivan del propio sistema: la rigidez de los programas de
estudios, su desvinculación y desarticulación con la realidad social y el mercado
de trabajo, siendo todos estos elementos, parte de la misma problemática
(Korhonen et al. 2014).
En este sentido, la propia estructura escolar, los actores que forman parte de ella y
el tipo de relaciones que se generan, serían los responsables directos de los
elementos expulsores (Hanafi, Chaaban & Seyfert, 2012; De Witte et al. 2013).
Los repitentes en los primeros niveles educativos ocupan lugares que podrían
estar disponibles para los demás estudiantes que requieren un cupo y que
deberían matricularse, generándose así un aprovechamiento inadecuado de los
espacios (Garbanzo-Vargas, 2007; Cerpa et al. 2014).