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Nobles judeoconversos:
los oscuros orígenes del linaje Córdoba-Ronquillo
*
*
Este trabajo se inscribe en el marco del Proyecto de Investigación Nobles
judeoconversos (II). La proyección patrimonial de las élites judeoconversas andaluzas
(ss. xv-xvii), ref. núm. HAR2015-68577, financiado por el Ministerio de Economía y
Competitividad.
**
curro.quevedo.sanchez@gmail.com
Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los
términos de una licencia de uso y distribución Creative Commons Attribution (CC-by)
España 3.0.
1. Introducción
1
A. Domínguez Ortiz, Los conversos de origen judío después de la expulsión (Madrid
1955); Los judeoconversos en España y América (Madrid 1978); La clase social de los
conversos en Castilla en la Edad Moderna (Granada 1991), y Los judeoconversos en la
España Moderna (Madrid 1992).
2
J. Caro Baroja, Los judíos en la España Moderna y Contemporánea. 2 vols.
(Madrid 2000; 1ª ed. 1978).
3
E. Benito Ruano, Los orígenes del problema converso (Barcelona 1976).
4
F. Márquez Villanueva, De la España judeoconversa. Doce estudios (Barcelona 2006).
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De gran utilidad para nosotros son aquellos textos que han tenido a
los conversos andaluces como principal objeto de estudio, pues nues-
tras investigaciones se centran en dos de los más importantes reinos de
Andalucía, principalmente el de Córdoba. Podemos considerar como
trabajo pionero el del profesor Ladero Quesada, que ofrece una visión
de conjunto sobre los conversos andaluces . Sevilla es una de las capita-
8
5
J. Contreras Contreras, Sotos contra Riquelmes: regidores, inquisidores,
criptojudíos (Madrid 1992), y P. Huerga Criado, En la Raya de Portugal: solidaridad
y tensiones en la comunidad judeoconversa (Salamanca 1994) y Manuel Enríquez, un
cristiano nuevo entre los poderosos (Ciudad Rodrigo 2001).
F. J. Aranda Pérez, Poder Municipal y cabildo de jurados en Toledo en la Edad
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al igual que Jaén . En Granada han destacado en los últimos años los
10
9
El propio Ladero Quesada realizó un interesante artículo sobre los conversos
sevillanos basándose en el mismo documento titulado «Sevilla y los conversos. Los
habilitados en 1495» Sefarad 52:2 (1992) págs. 429-447. Pero hay que destacar como
la más completa la obra de J. Gil Fernández, Los conversos y la Inquisición sevillana. 8
vols. (Sevilla 2000-2003).
Gracias al meticuloso trabajo del profesor L. Coronas Tejada sobre los conversos
10
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taciones .
14
13
Por ejemplo, los de E. Cabrera Muñoz, «Los conversos de Baena en el siglo xv»,
Meridies 5-6 (2002) págs. 243-267; M. Á. Ladero Quesada, «Los conversos de Córdoba
en 1497», El Olivo 29-30 (1989) págs. 187-205; M. Cabrera Sánchez, «El problema
converso en Córdoba. El incidente de la Cruz del Rastro» en La Península Ibérica en la
era de los Descubrimientos: 1391-1492: III Jornadas Hispano-Portuguesas de Historia
Medieval, ed. M. González Jiménez. Vol. 1 (Sevilla 1997) págs. 331-339. La obra de
E. Soria Mesa, El cambio inmóvil: transformaciones y permanencias en una élite de
poder (Córdoba, ss. xvi-xix) (Córdoba 2000) es hoy considerada como una de las mejores
investigaciones sobre la movilidad social en la Época Moderna y en ella muestra ejemplos
de importantes linajes conversos entre sus páginas.
14
M. Cabrera Sánchez, «Los conversos en Córdoba en el siglo xv: la familia del
jurado Martín Alfonso», Anuario de estudios medievales 35,1 (2005) págs. 185-232;
R. Velasco Tejedor, «De financieros judeoconversos a nobleza titulada. Las estrategias
de ascenso social de la familia Pisa (siglos xvi-xvii)», Historia y Genealogía 3 (2013)
págs. 243-2617. Cabe resaltar, en este sentido, el reciente trabajo sobre el linaje Herrera
del profesor E. Soria Mesa, «De la represión Inquisitorial al éxito social. La capacidad
de recuperación de los judeoconversos andaluces entre los siglos xv-xvii: el ejemplo
del linaje Herrera», Medievalismo 24 (2014) págs. 399-417. Junto a S. Otero Mondéjar
ha publicado recientemente un interesante trabajo denominado «Los judeoconversos
de Baena (siglos xv- xvii). Rechazo e integración social», ITVCI. Revista de difusión
cultural de Baena y su Comarca 4 (2014) págs. 95-106, en el que realizan un primer
acercamiento al estudio de relevantes linajes conversos de Baena (Córdoba), como
los Contador, Monte de Mendoza, los Racimo o los Yáñez Dávila. Sobre linajes poco
conocidos, pero que llevaron a cabo un importante ascenso social han girado algunos de
mis propios trabajos: «La limpieza de sangre como conflicto en la España Moderna. Los
Recio Aragonés de Lucena, de judíos a marqueses», en Actas de la XI Reunión Científica
de la Fundación Española de Historia Moderna, eds. J. L. Castellano Castellano y
M. L. López-Guadalupe Muñoz. Vol. 2 (Granada 2012) págs. 557-570; «Un linaje en
Expansión. De penitenciados por el Santo Oficio a élite social: La familia Sánchez de
Ávila» en Familia y economía en los territorios de la Monarquía Hispánica (ss. xvi-
xix), dir. R. Molina Recio (Badajoz 2014) págs. 201-238; «Francisco de Torreblanca y
Villalpando: jurista, religioso, escritor, patrono…. Converso» en II Encuentro de Jóvenes
Investigadores en Historia Moderna, ed. F. Labrador Arroyo (Madrid 2013) págs. 273-
291; «Inventando el pasado. La familia judeoconversa Herrera de Córdoba y Granada»,
ANAHGRAMAS 1 (2014) págs. 235-272; «Estrategias familiares con fines económicos y
sociales. El caso del jurado Martín Gómez de Aragón», Revista de Historia y Genealogía
3 (2013) págs. 65-82 y «Cuando el dinero lo puede todo. El comercio como base del
ascenso social de los cristianos nuevos de judío», en Comercio y cultura en la Edad
Moderna. XIII Reunión científica de la Fundación Española de Historia Moderna, eds.
J. J. Iglesias Rodríguez, R. M. Pérez García y M. F. Fernández Chaves (Sevilla 2015)
págs. 467-481.
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15
Para obtener una visión general sobre el Santo Oficio español, véase, entre
otros: J. Contreras Contreras y J. P. Dedieu, «Geografía de la Inquisición española. La
formación de los distritos (1470-1820)», Hispania 40-144 (1980) págs. 37-93; J. Pérez
Villanueva, B. Escandell Bonet y Á. Alcalá Galve (dirs.), Historia de la Inquisición
en España y América. 3 vols. (Madrid 1984-2000); H. A. Kamen, La Inquisición española
(Barcelona 1992); R. García Cárcel y D. Moreno, Inquisición: Historia Crítica (Madrid
2000); J. Pérez, La inquisición española: crónica negra del Santo Oficio (Madrid 2005); J.
Martínez Millán, La Inquisición española (Madrid 2007). Particularmente nos interesan
los trabajos que estudian la Inquisición cordobesa y granadina, escasos, pero valiosos para
el que escribe. En primer lugar destacaría las recopilaciones documentales de R. Gracia
Boix, Colección de documentos para la historia de la Inquisición de Córdoba (Córdoba
1982) y, sobre todo, Autos de Fe y causas de la Inquisición de Córdoba (Córdoba 1983)
y J. A. Martínez Bara, Catálogo de informaciones genealógicas de la Inquisición de
Córdoba conservadas en el Archivo Histórico Nacional. 2 vols. (Madrid 1970). Pero
de entre todos resultan de enorme interés el artículo de A. C. Cuadro García, «Acción
inquisitorial contra los judaizantes en Córdoba y crisis eclesiástica (1482-1508)», Revista
de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante 21 (2003) págs. 11-28, y el
libro de A. Acosta González, Estudio comparado de tribunales inquisitoriales (períodos
1540-1570 y 1571-1621) (Madrid 1990). Granada, por su parte, carece de estudios
actuales que profundicen en la historia de su tribunal inquisitorial. Sin embargo, gozamos
de algunos buenos trabajos como los siguientes: F. García Ivars, La represión en el
Tribunal Inquisitorial de Granada (Madrid 1991); J. M.ª García Fuentes, La Inquisición
en Granada en el siglo xvi. Fuentes para su estudio (Granada 1981); M.ª A. Bel Bravo,
El Auto de Fe de 1593: los conversos granadinos de origen judío (Granada 1988).
16
Para obtener una visión general sobre la cuestión de la limpieza de sangre, véase:
A. A. Sicroff, Los estatutos de limpieza de sangre: controversias entre los siglos xv y
xvii (Madrid 1979); algunos de los trabajos citados de Domínguez Ortiz y Caro Baroja
y, sobre todo, los recientes estudios de J. Hernández Franco, Cultura y Limpieza de
Sangre en la España Moderna. Puritate Sanguinis (Murcia 1996) y Sangre limpia, sangre
española: el debate sobre los estatutos de limpieza (siglos xv-xvii) (Madrid 2011).
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E. Soria Mesa, «De la represión Inquisitorial al éxito social. La capacidad de
recuperación de los judeoconversos andaluces entre los siglos xv-xvii: el ejemplo del
linaje Herrera», Medievalismo 24 (2014) págs. 399-417: 401.
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2. Ilustres ascendentes
18
P. Scotti de Agóiz, Memorial de la calidad y servicios de don Diego Fernández de
Córdova Ronquillo y Horozco, veinticuatro de Granada. Al Rey nuestro señor (Granada
1711) fol. 2r.
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sas más importantes, que poco o nada tenían que esconder, pagaron a ávi-
dos genealogistas para que reconstruyeran su historia, para mayor deleite
del linaje, para mantener vivo el recuerdo de la gloria y hazañas de sus
antepasados. Quiso la nobleza española y europea reconstruir su pasado
y enlazar, a ser posible, con el mismísimo Carlomagno. Lo curioso es
que la genealogía no fue un terreno exclusivo de la alta nobleza, pues fue
también importante para las oligarquías locales, las familias en ascenso,
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los nuevos ricos de la época que ansiaban por encima de todo parecerse a
al estamento superior, y que tenían para ello el dinero.
La cuestión era legitimar el ascenso mediante un tratado genealógico,
una historia en parte real y en parte ficticia, que desvía algunas realidades
y adorna otras, omite familiares poco ilustres e inventa nuevos para la
ocasión. Si en los ascensos más moderados falsificaron documentos o
compraron testigos, otros fueron aún más ambiciosos y pagaron a genea-
logistas para que reescribieran y adornaran su historia familiar, como el
caso que nos ocupa.
Cuando leemos el memorial escrito por Pedro de Scotti sobre los Cór-
doba-Ronquillo solo podemos pensar que estamos ante un prestigioso li-
naje asentado en Granada, cuyos antepasados representan lo más granado
de la sociedad española. Nada más lejos de la realidad.
En su historia oficial, la ascendencia familiar no podía ser más céle-
bre. Comienza el genealogista narrándonos la vida del décimo abuelo por
línea directa de varonía del veinticuatro granadino, don Martín López de
Córdoba , Camarero, Repostero y Mayordomo Mayor del rey Pedro I y
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23
Cabrera Sánchez, «El destino de la nobleza petrista», pág. 207.
24
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 9v.
25
Véase M.ª E. González de Fauve y P. de Forteza, «Linaje y poder a través de un
escrito femenino: las Memorias de Leonor López de Córdoba (s. xv)», Meridies 3 (1996)
págs. 17-27.
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26
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 9v.
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27
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 15r.
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cuente de su legítima los 1.400 ducados que le había costado dicho oficio.
Para nosotros no fue sino un converso proveniente de Jaén que valiéndose
de su poder económico compró un oficio municipal. Veámoslo.
28
Archivo Histórico Provincial de Córdoba (en adelante AHPCo), leg. 10293, s.f.
29
Aparece de ambas formas. En la época el uso arbitrario de apellidos era habitual.
30
Soria Mesa, «Tomando nombres ajenos», págs. 15-16.
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Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN), Inquisición, leg. 1423, fols.
31
24v-28v. y 1566-exp.1, fols. 18v- 22v. Gracias a dicha declaración hemos podido conocer
el origen converso de dos importantes familias de la oligarquía cordobesa. Una la que aquí
estamos analizando, y la otra son los Sánchez de Ávila, cuyo principal protagonista, varias
veces citado, sería el jurado cordobés Francisco Sánchez de Ávila, de cuya historia nos
encargaremos más adelante.
32
Archivo General de Simancas (en adelante AGS) Contaduría Mayor de Cuentas
(en adelante CMC), leg. 100, s.f., asiento 659. Además de a ella, en la lista encontramos
a sus padres: «Pedro Ramírez, arrendador, e Mayor de Toledo, su mujer, vecinos de san
Salvador, 1.300 maravedís» y a su hermano: «Diego Ramírez, escribano, hijo de Pedro
Ramírez, vecino de san Bartolomé, es reconciliado, 1 ducado» (AGS,CMC, leg. 100, s.f.,
asientos 680 y 319).
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difuntos por estas fechas. Asimismo, otro de sus tíos, Pedro de Jerez,
habría casado con la hermana del recaudador, llamada Leonor de Toledo,
también confesa, señala el declarante, de cuyo matrimonio habría nacido
Hernando de Baena, trapero de Córdoba .
33
que habrían nacido: Leonor de Toledo, que casó con el dicho jurado An-
Este Hernando de Baena, tras casarse con Teresa de Ávila, hija de un vecino de
33
Martos (Jaén) llamado Diego de Ávila, habría tenido por hijos a: Pedro Fernández de
Baena, presbítero teólogo, los jurados Francisco Sánchez de Ávila y Diego Fernández de
Ávila, el famoso jesuita Tomas Sánchez de Ávila, María Sánchez de Ávila, Leonor de
Cristo y Aldonza.
34
AHPCo, leg. 16739, 1661, fol. 263r.
35
AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579.
Durante años de investigaciones hemos podido comprobar que en Córdoba capital
36
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Fernando
de Baena Beatriz
(Quemado) Domínguez
HERMANOS. confesos
Teresa
De Hernando Francisco Diego
Fernando Aldonza
Ávila de Molina Sánchez de
de Rodríguez
Baena (clérigo) de Toledo Toledo
1543 1539
471 475
37
AHN, Inquisición, leg. 1423, fol. 19r.
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AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579. Por ejemplo, en una manda testamentaria señala
que es patrón de una capellanía que habían instituido Pedro Ramírez de Baeza y Leonor
de Molina, de la que al presente era capellán Luis Fernández, presbítero.
39
Padre de doña Catalina de Córdoba, la cual casó en Jaén con Sebastián Peralta, su
pariente, y tuvieron por hijo a don Juan Peralta, veinticuatro de Jaén, y a don Antonio
Peralta, fiscal del Consejo de Navarra.
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D. 1497
Endogamia grupal
40
He aquí otra contradicción con lo historiado por Pedro Scotti, quien sitúa dicho
matrimonio en torno a 1540.
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41
En 1538 su hermano Diego de Toledo le traspasa dicha canonjía. En AGS, CC,
245, 55.
42
El Inventario fue realizado por su mujer, y fueron presentes por testigos los
jienenses don Antonio de Peralta, Simón Fernández y Fernán Sánchez. Como doña Teresa
de Toledo no sabía escribir, firmó por ella don Antonio de Peralta y Navarra.
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Sobran las palabras, nada menos que 26 rentas anuales a su favor entre
juros y censos que nos indicarían una actividad incesante por parte del
jurado en esta labor que, por otra parte, evoca al judaísmo y al mundo
converso. Además para mayor muestra de su riqueza, en el inventario
de bienes adjunto a su testamento se hace una relación de sus propieda-
des, un patrimonio realmente abrumador, pues tenía más de una decena
de propiedades inmuebles. A todo esto podríamos sumar la relación que
hace de piezas de plata , sus cinco esclavas o su inmenso patrimonio
43 44
algo que fue requisito indispensable para los linajes en ascenso, pues más
que ser noble lo importante era parecerlo.
Mandó ser enterrado en el Colegio de la Compañía de Jesús de Córdoba,
aunque habría sido de esperar que se le sepultara en la capilla familiar, en
la que, según Pedro Scotti, su padre «don Rodrigo Fernández de Córdoba
junto a su mujer Catalina Díaz de Peralta hizo retablo y renovó la capilla
que tenía en la Iglesia Parroquial de Santa Cruz de Jaén, al lado derecho del
Altar Mayor» , como los grandes nobles, pensaría el genealogista. Antonio
46
una taza de plata dorada; otra taza dorada; un cubilete; un azucarero; un pimentero; un
salero; seis cucharas; un platoncillo» en AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579. Testamento
de Antonio de Córdoba e inventario de bienes.
44
«Una morisca berberisca de 40 años poco más o menos; Juana Morisca de 26 años;
Magdalena, de 18 años; Azahara?, mora de 45 años; Isabel de 58 años» en AHPCo, leg.
10293, s.f., año 1579. Testamento de Antonio de Córdoba e inventario de bienes.
45
Soria Mesa, La nobleza en la España Moderna, pág. 262.
46
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 13r.
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Estaba casado con María de Molina, hija de un tal Hernando de Molina «el
Bueno» , de quien poco sabemos, aunque su apellido y su apodo incitan a
50
pensar que también pertenecía al grupo converso, quizá también a esta ex-
tensa parentela. Tuvieron al menos un hijo que se llamó Fernando Álvarez
de Toledo, aunque hasta 1578 se había hecho llamar Hernando de Molina,
tal y como él mismo indica en un poder otorgado en 1578:
47
AHPCo, leg. 10336, fol. 56r.
R. Ramírez de Arellano, Juan Rufo. Jurado de Córdoba: estudio biográfico y
48
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bienes muebles a una monja llamada Luisa Álvarez, hija de Pedro Yáñez
de Ávila que a su vez era suegro de Francisco de Baeza, cuya declaración
nos ha permitido conocer los oscuros orígenes del linaje.
Por último, uno de los personajes de su confianza era el licenciado
Francisco de Navarrete, un clérigo converso que declaró su genealogía
el 15 de noviembre de 1565 cuando contaba con 35 años . Él junto al
54
52
AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579.
Inés de Ávila era hermana de Teresa de Ávila, segunda mujer de su primo Fernando
53
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Todo lo anterior nos sirve principalmente para demostrar que este li-
naje ocupaba una posición privilegiada en la segunda mitad del siglo XVI.
Había jurados, arrendadores, abogados de la chancillería, clérigos e inclu-
so canónigos, sin haber sido un impedimento la ascendencia judaizante.
Esta familia es la demostración de que la integración y la asimilación fue
posible, y no sólo en las capas más bajas de la sociedad, sino también en
la oligarquía local.
Pero tal y como venimos defendiendo en nuestras investigaciones, el
ascenso social en el siglo XVI fue moderado. El poder económico les per-
mitió comenzar la carrera de los honores, acceder a la política o la iglesia
local, fundar capellanías o capillas e incluso mayorazgos, comportarse
como nobles, vivir y vestir como ellos. Pero el siguiente paso, el que les
posibilitó entroncar con la nobleza e incluso titular como nobles lo daría
su descendencia, como fue el caso de los hijos de Antonio de Córdoba y
Teresa de Toledo. Veámoslo.
55
Vía testamentaria hizo este legado a su hijo (AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579).
56
AHPCo, leg. 10374, fols. 1438 y 1547, año 1589.
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que quedaron por muerte del Capitán Gaspar de Velasco ; tres hijas
61
57
AHPCo, leg. 10295, s.f., 1594-1599.
58
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 15v.
Así lo tenemos localizado en varias escrituras. Ya es Beneficiado de san Bartolomé de
59
Carmona en 1589, cuando su padre Rodrigo, en su nombre, le vende a su tío Luis Fernández
de Córdoba, entonces avecindado en Granada, un censo de 42.858 maravedís impuestos
sobre sus bienes por precio de 700.000 maravedís. (AHPCo, leg. 10374, fol. 1.477r).
60
AHPCo, leg. 10421, fols. 2229-2232.
61
AHPCo, leg. 10421, fols. 2230- 2232, año 1602.
Véase árbol genealógico. Diego Fernández de Ávila era hijo de Fernando de
62
Baena, primo de su madre Teresa de Toledo. Sobre la familia Sánchez de Ávila publiqué
recientemente el siguiente trabajo: «Un linaje en Expansión. De penitenciados por el Santo
Oficio a élite social: La familia Sánchez de Ávila» en Familia y economía en los territorios de
la Monarquía Hispánica (ss. xvi-xix), dir. R. Molina Recio (Badajoz 2014) págs. 201-238.
63
Según AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
64
Según AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579.
65
Según AHPCo, leg. 10293, s.f., año 1579.
66
Esto último según AHPCo, leg. 10417, fol. 111r, año 1601.
67
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 16v.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
que siempre andaban a pleito con la Ciudad por dame acá esas pajas,
y que era gente orgullosa por ser la mayor parte hidalgos con derecho a
veinticuatría, se consideraron muy ofendidos con que se le pusieran ropas
71
francesas y no rozagantes .
Tan ofendidos se sintieron los jurados, que en la sesión del 31 de
diciembre de 1569 acordaron llevar su queja ante el rey y nombraron
para ello a Juan de Velasco y a Luis Fernández de Córdoba. Más allá de
la anécdota, que simboliza la mentalidad de la época y el cierto complejo
68
Scotti de Agóiz, Memorial, fols. 16v-17r.
69
Ramírez de Arellano, Juan Rufo. Jurado de Córdoba, pág. 23.
70
Ramírez de Arellano, Juan Rufo. Jurado de Córdoba, pág. 24.
71
Ramírez de Arellano, Juan Rufo. Jurado de Córdoba, pág. 24.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
que tenían los jurados, lo que nos interesa es saber que ya entonces Luis
Fernández ocupaba un oficio municipal.
Sabemos que fue nombrado Diputado en 1570 para un asunto deli-
cado, evitar que Juan Rufo renunciara al oficio en su padre, cuestión por
la que en aquellos años se produjeron varias sesiones en el cabildo de
jurados . También desconocemos su posible participación en la guerra de
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Granada, que según Scotti fue gloriosa, como no podía ser de otra mane-
ra. Según el genealogista fue nombrado por don Juan de Austria Capitán
de una compañía de 200 hombres. Acabada la guerra y como recompensa
a los servicios prestados en 1572 fue elegido como representante de Cór-
doba en las Cortes para negociar el encabezamiento general del Reino, y
tal fue su buena labor que el 4 de junio de 1573:
72
En elaboración se encuentra un artículo sobre los orígenes conversos de Juan Rufo,
que realizará el profesor Enrique Soria, a quien agradezco la cesión de multitud de datos
sobre estas cuestiones.
73
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 20r-v.
74
AHPCo, leg.10321, fol. 221r.
Concretamente, en 1578 su primo hermano Fernando Álvarez de Toledo, hijo de
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Francisco Sánchez de Toledo, le da poder para que aparezca ante los alcaldes del crimen
de la Chancillería de Granada y lo defienda en la causa criminal que a pedimento del fiscal
de su majestad se seguía contra él por la muerte de un tal Antonio Méndez. AHPCo, leg.
10336, fol. 58r.
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AHPCo, leg. 10374, fol. 1438r.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
Entre los tíos maternos del declarante se encontraba, Juan de Baeza, es-
cribano, difunto ya por aquellos años (1565). Quizá este Juan de Baeza es
el licenciado Juan Rodríguez de Baeza, por lo que aquí se produciría un
nuevo matrimonio endogámico.
Pedro Catalina
de Ramírez
Baeza
Rodrigo de Catalina
Córdoba de Peralta
Francisco Leonor (Jaén) (Jaén)
Alonso María Diego Mayor de
de de Baeza
Baeza Góngora Ramírez Fernández Fernández
(presbítero) (Monja)
Mencía
de
LUIS Baeza
FERNÁNDEZ
FRANCISCO DE CÓRDOBA
DE BAEZA
(1565) Primera mujer (conversos)
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Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 21r.
78
AHN, Inquisición, leg. 1423.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
79
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 21r-v.
80
Soria Mesa, «Los Linajudos», págs. 406-407.
81
AHN, OM, Santiago, exp. 3044; apud Soria Mesa, «Los Linajudos», pág. 407.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
82
Scotti de Agóiz, Memorial, fol. 29r-v.
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013
Recibido: 01/04/2016
Aceptado: 19/10/2016
Sefarad, vol. 76:2, julio-diciembre 2016, págs. 363-396. issn: 0037-0894. doi: 10.3989/sefarad.016.013