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Formando Nuestros Hijos Como Quiere Dios se basa en la creencia de que educar a

un hijo es una responsabilidad que le ha dado Dios a los padres. Ellos deben guiar,
instruir y disciplinar a sus hijos. Este manual sirve como guía para ayudar a los
padres a realizar esa labor.

Los principios de este material no son para trabajar el comportamiento externo del
niño; más bien, son para moldear las actitudes de su corazón. Controlar nuestro
comportamiento desde el corazón significa que lo hacemos por amor a lo bueno,
por convicción, y no por factores externos como la presión social, el temor al casti-
go, etc. Creemos que si usted como padre logra llegar al corazón de su hijo, logra-
rá su obediencia y de ese modo le podrá enseñar en medio de los problemas de la
vida. '

Para escribir Formando Nuestros Hijos Como Quiere Dios hemos partido de premisas
y principios que a continuación presentamos, con el fin de mostrar al lector la base
sobre la que se ha elaborado este material.

PREMISAS FUNDAMENTALES
Guiar a los hijos hacia Dios es el primer deber de los padres (11Corintios 5: 18-20).
¿Qué los motivará para cumplir fielmente sus deberes? Tendrán que rendirle cuen-
tas a Dios por el regalo de las vidas que Él les ha encargado. La buena noticia es
que a los padres no se les abandona sin dirección. Tienen una revelación segura: la
Biblia.

La Biblia provee las normas éticas necesarias para una vida de éxito. Con estas
normas viene un mandato claro: "Sean santos, porque yo soy santo" (1Pedro 1: 16).
La santidad práctica no es sólo una forma de pensar, sino también un estilo de vida
moral, en el que los padres deben instruir a sus hijos (Efesios 6:4). La educación
moral en el hogar cristiano debe ser educar en virtudes y' valores bíblicos. El deber,
la motivación, y la meta de los padres cristianos es formar a un niño moralmente
responsable que encuentra la salvación en Jesucristo, un niño cuya vida es gobernada
por los preceptos de Cristo y que refleja el amor de Dios. Estamos convencidos de
que los padres no deben quedarse sentados esperando que la salvación visite a sus
hijos sin haberlos instruido en los preceptos morales de Dios.

¿y qué de los padres no-cristianos? ¿Pueden ellos formar un niño moralmente res-
ponsable sin tener a Cristo? Una mejor pregunta sería: ¿Puede un niño sin Cristo
conformarse a las demandas externas de la ley de Dios? Creemos que la respuesta
a ambas preguntas es sí; muchos lo hacen todos los días. Sabemos que hay mo-
mentos cuando aún el necio es considerado sabio (Proverbios 17:28). La habilidad
de hacer cosas moralmente correctas, hablando descriptivamente, es parte de los
atributos comunicables de Dios, que son transferidos con Su imagen (Génesis 1:27).
Esto quiere decir que el hombre no regenerado tiene la capacidad de tomar deci-
siones moralmente correctas, pero ninguna de sus buenas obras le dan la salvación
Muchos niños formados en comunidades cristianas tienen un conocimiento claro
de Dios, pero puede que no lo conozcan personalmente y necesiten ser salvos.
Jesucristo dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí." (Juan 14:6). La Biblia nos dice que "El que tiene al Hiio tiene la vida, pero el
que no tiene al Hiio de Dios no tiene la vida" (Juan 5: 12). Esmás, la Biblia proclama;
"si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y si crees en tu corazón que Dios le
levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para iusticia
y con la boca se hace confesión para salvación" (Romanos 10:8- 10).

Jesucristo desea nuestros corazones, no sólo nuestra cabeza. Es definitivo que se


asegure usted que no es solamente un conocimiento mental y un asentimiento
intelectual lo que le ha dado al Señor. Cristo quiere que haya una entrega absoluta
de corazón y de vida, a fin de que seamos realmente nacidos de nuevo; por lo
tanto, necesitamos ser salvos a la manera de Dios.

Sabemos que en los últimos días habrá los que "aparentan ser piadosos, pero su
conducta desmentirá el poder de la piedad" (11Timoteo 3:50). Jesús advirtió en
contra de la suposición falsa que uno puede volverse piadoso por la educación.
Habló en contra de la auto justificación de aquellos que confían en ellos mismos
por su posición de rectitud, o que se justifican por sus logros morales (Mateo 23:28;
Lucas 16: 15, 18:9). Él enseñó que los verdaderamente justos (los piadosos) son
aquellos que reconocen su pecado y confían en Dios para su perdón y su justicia
(Juan 14:6; Mateo 23:27-8; Lucas 18:9-14; Romanos 3:23, 27-28). Sin conocer a
Dios personalmente (regeneración), la llenura y el propósito de la vida siempre
estarán en duda, y el motivo y la realidad de la rectitud de la vida serán siempre
cuestionables.

Formando Nuestros Hiios Como Quiere Dios es guiado entonces por tres premisas
básicas. La primera es que la meta de la paternidad es la de formar, por medio de
la salvación, un niño moralmente responsable y bíblicamente sensible. ¿Qué requiere
Dios de nosotros? "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide
Jehová de ti: solamente hacer iusticia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios"
(Miqueas 6:8).

La segunda es que la Biblia no nos provee los detalles exactos acerca de cómo criar
a los hijos. Provee unos principios básicos, pero no nos da instrucciones específicas
sobre la educación.

La tercera está basada en la relación entre las dos anteriores. Como la meta de la
paternidad es la de formar un niño moralmente responsable, y como la Biblia no
especifica cómo se alcanza la meta, creemos que todos los principios de la crianza,
los métodos, las prácticas y las teorías deben cumplir dos criterios importantes:
l. Deben estar de acuerdo con la amplitud de toda doctrina bíblica. Cualquier
teoría que quite, añada o restrinja lo que dice la Biblia será inadecuada. Los
métodos TIENEN que guardar concordancia con todo el consejo de Dios.

2. Deben ayudar a avanzar hacia la meta de instruir y criar con disciplina a los
hijos (Efesios6:4).

Aclaremos la tercera premisa. Hay muchas teorías sobre cómo se cría un niño, pero
la mayoría no son compatibles con la enseñanza bíblica. Por ejemplo, hay teorías
que plantean que la humanidad es el producto de millones de años de fuerzas
evolutivas. Con base en ese presupuesto razonan que todo niño nace moralmente
bueno, o sea, que tiene la capacidad del mal mas no el deseo. Basados en esto,
desarrollan sus teorías educativas. Estaspremisas no reflejan ni la verdad bíblica ni
la realidad. Al contrario, son antagónicas con lo que enseña la Biblia. "Dice el
necio en su corazón, no hay Dios" (Salmo 14: 1a). El hombre no es producto de un
accidente cósmico, sino de la intención divina (Génesis 1:26). Un niño no nace
moralmente bueno, sino con una predisposición natural hacia la desviación moral
(Salmo 51 :5,58:3; Jeremías 13:23; Efesios2:2-3; Romanos 5:12-14; Salmo 19:12;
Jeremías 17:9).

En el otro extremo estaría la imposición de prohibiciones antibíblicas. Es necesario


aclarar la diferencia entre los conceptos no bíblicos (extrabíblicos) y los conceptos
antibíblicos. Extrabíblico se refiere a los conceptos que son en adición a, pero no
contradicen las Escrituras.Antibíblico es definido como ideas que son contrarias a
las Escrituras. Por ejemplo, la necedad es un término usado en la Biblia, pero la
niñería no. Lo que describimos en este manual como actos de niñería son los errores
inocentes cometidos por un niño. Deducimos y entendemos esto por la observación
de los niños a nuestro alrededor, no por lo que nos explica' la Biblia. El estudio del
comportamiento de niñería es extrabíblico, pero no debe ser considerado como
antibíblico porque no va en contra de la Biblia.

El silencio bíblico sobre un tema no es automáticamente equivalente a la desa-


probación bíblica. Estospensamientos serán tratados más a fondo en el capítulo 2.
Por ahora, es suficiente decir que hemos intentado evitar los extremos al preparar
este material.
La autoridad de la Biblia
Martín Lutero dijo, "Cuando habla la Biblia, habla Dios". Nosotros aceptamos la
autoridad moral de la Biblia y la consideramos suficiente. Su autoridad moral porque
requiere una respuesta nuestra ante sus afirmaciones, y su suficiencia porque al poner
en práctica sus principios, el hombre puede experimentar toda la gracia de Dios.

Lo que dice la Biblia


Hemos dividido lo que dice la Biblia en dos partes: lo que se relaciona con el origen
del hombre y sus características (Génesis 1:26 y Jeremías 17:9) y lo que habla de la
naturaleza del hombre y los requisitos morales asociados con la crianza en los
caminos del Señor (Efesios 6:4). El siguiente resumen representa nuestras creencias
acerca del origen del hombre y su naturaleza.

El origen del hombre


Dios no creó al hombre como un animal, ni el hombre es como los animales. La voz
de Dios dio existencia a los animales como parte de un decreto universal. Toda ave
del cielo, pez del mar y bestia del campo, junto con los objetos inmóviles, fueron
hechos por la palabra de Dios. "Por la fe entendemos que el universo fue formado
por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve" (Hebreos
1 1 :3).

En contraste, Dios dio existencia al hombre por Su aliento de vida (Génesis 2: 7), y lo
hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1:26). Estas declaraciones forman la esencia
de nuestra identidad y nuestra dignidad humana. Cuando la Biblia dice que el
hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26), no quiere decir
que el hombre llegó a ser como Dios. Dios es Dios; el hombre es hombre. De hecho,
se refiere a los aspectos del carácter y ser de Dios que Él infundió al hombre. Dios es
amor; el hombre puede amar (1 Juan 4: 17,19). Dios es verdad; el hombre puede
saber la verdad (Juan 17: 17). Dios es el autor del orden, no de la confusión; por eso
el hombre puede entender el orden (1 Corintios 14:33). Dios es lógico y racional'
por eso el hombre puede entender la lógica y la razón (Eclesiastés 7:25, Isaíos
1: 18).

Esta cualidad en el hombre, de ser portador de la imagen de Dios, lo separa de 0-


animales y de las plantas. Un ratón de laboratorio y un bebé no pueden cornpcrc-se,
El ratón carece de las características para ser persona, el bebé no. En el ratór e' :-2'
un juego de instintos innatos que guían su vida. El hecho de que los animales e5""=-
condicionados por instintos quiere decir que no pueden guiar sus vidas por le ~=:-
Algunos animales pueden guiarse instintivamente y pueden demostrar pre'::e r=-= =
Un gato puede preferir la leche al agua, pero la razón cognoscitiva no ~gv::: =- =_
decisión.
E hombre es diferente a los animales en que nace con impulsos y reflejos, pero no
con nstintos de comportamiento. En la humanidad de nuestro Señor, Él realizó
muchos ados compasivos. áfueron respuestas involuntarias a sus instintos primarios?
No lo creemos. Dios le dio al hombre la habilidad de razonar y la capacidad de
pasar de la simple lógica a los pensamientos complejos. Un pájaro puede cantar
instintivamente una bella melodía, pero sólo el hombre puede componer. El castor
puede construir una represa en un río, pero sólo el hombre diseña y realiza obras
de ingeniería.

El hombre no tiene linaje en común con los animales ni con las plantas. Si se reduce
al hombre a un mono inteligente, se le roba su dignidad. Cuando le quitamos su
dignidad, evadimos la antropología verdadera y reducimos el estudio del hombre
a una clase de zoología, en la cual el hombre, en el mejor de los casos, es el
primero en la lista de seres biológicos iguales. El hecho de que Dios creó al hombre
a su imagen y semejanza es importante en la formación de nuestro concepto del
niño y de su manejo. Sin esta base, no se puede entender la naturaleza verdadera
del niño, ni se puede establecer una cosmovisión bíblica.

La naturaleza del hombre


Creemos que el hombre es más que biológico; es espiritual. Antes del pecado, Adán
y Eva vivían en perfección e inocencia moral. Su condición cambió en el momento de
su separación de Dios. Esto no les robó su dignidad, pero sí hizo que quedaran sujetos
a la maldad inherente. Teológicamente, esto se llama la naturaleza pecaminosa (la
carne), y es una condición humana que pasa de generación en generación.

Debemos tener cuidado al definir esto en la prádica. Cuando decimos que un bebé
nace con una naturaleza pecaminosa, no nos estamos refiriendo a su habilidad
para tomar decisiones morales buenas o malas. Un bebé recién nacido no toma
decisiones cognitivas, pero sí está sujeto a su naturaleza pecaminosa. Esta maldad
inherente no es un estado sin efedo. Afecta al hombre biológica y espiritualmente
de manera activa.

Biológicamente, el pecado afecta nuestro cuerpo al nacer y continúa afectándolo


hasta la muerte. Durante la vida las enfermedades atacan y destruyen nuestros
cuerpos. La recuperación, por total que sea, es sólo temporal. Al final, la muerte es
la conclusión física de la maldad.

El espíritu del hombre también cae en las manos de su naturaleza pecaminosa. Los
teólogos están de acuerdo en que el hombre es un egoísta incurable no como
sentimiento sino como parte de su carácter. Frecuentemente está motivado a buscar
sus propios intereses, así le haga daño a otros. Los dos elementos de la naturaleza
humana más afectados por la naturaleza pecaminosa son los deseos de auto
gobierno y de autosatisfacción. Si una persona no tiene autocontrol en su vide
estas tendencias se apoderarán de ella aún hasta llevarla a la muerte.

Autogobierno
El hombre fue hecho con la capacidad moral para escoger entre el bien y el mal. E
el Edén, Adán y Eva tenían dominio sobre toda la creación (Génesis 1:28). Cuand
pecaron su egoísmo tomó control y el "yo" era lo más importante. De ahí en odelonte
el hombre nace con la tendencia hacia el auto-gobierno egoísta. Todo niño tien
una naturaleza egoísta desde el nacimiento. Al crecer, hay un conflicto entre est
naturaleza y la ética bíblica, que está dirigida primero hacia Dios y luego hacia le
otros. La tensión creciente entre estas dos produce la necesidad de instrucción mora
La meta de la paternidad no debe ser la de eliminar la responsabilidad individue
de escoger. El resultado deseado de la paternidad es formar un hijo completament
dependiente de Dios, guiado por preceptos bíblicos y no por impulsos de la cerne
La ausencia de valores bíblicos y de autocontrol impiden el proceso, mientras I
presencia de valores y autodominio lo apoyan. Los valores bíblicos en la vida d
una persona no pueden reemplazar su salvación, pero sí representan un sistema d
conducta que permite que viva como Dios quiere.

Es peligroso creer que el niño nace con la tendencia hacia la bondad moral, y qu
esta tendencia lo puede llevar al autogobierno. Nunca tenemos que enseñarle a u
niño a decir no; él lo hace naturalmente. No tenemos que enseñarle a quitarle u
juguete a otro, ni a salir corriendo cuando lo llamamos. Todos estos son impulse
naturales de la carne, y con la ausencia del auto-control, funcionan desenfrene
damente. Como el niño no es capaz de gobernar sus propios deseos, sus podre
inicialmente toman el lugar de gobernantes morales, decidiendo por el niño. Esi
proceso continúa hasta que el niño cambie su conducta, respondiendo por convie
ciones internas y no siendo guiado por circunstancias externas.

, Autosatisfacción
Todos nacemos con el deseo de autosatisfacción. Queremos encontrar el placer,
de por sí-esto no tiene nada de malo. Pero el buscar placer se puede volver adicciór
Se vuelve problema en un niño cuando éste empieza a depender de la gratificació
inmediata en su desarrollo.

Por este aspecto de la naturaleza, podemos llegar a buscar el placer aún cuando n
sea lo mejor para nosotros o no le agrade a Dios. Queremos algo tanto que estamc
dispuestos a asumir los riesgos asociados con el deseo. Por ejemplo, José quiere u
juguete tanto que está dispuesto a quitarlo de la repisa del almacén y metérselo (
bolsillo. Conoce los riesgos asociados con el robo, pero su deseo por el juguete E
más grande que su capacidad moral para controlar el deseo. Sus deseos corno E
han dominado su voluntad, en lugar que su voluntad y su corazón dominaran el dese<
No todas las decisiones tomadas por un niño son tan comprometedoras moralmente
como la de robar. Por ejemplo, sería tentador para un niño sentarse a comer un
paquete de chocolatinas, pero no sería saludable hacerlo. Debido a que el deseo
de continua e inmediata satisfacción empieza desde el nacimiento, la necesidad
de cultivar el autocontrol también empieza desde ese momento. Necesitamos auto-
control poro dominar el deseo de autosatisfacción. Tanto en la autosatisfacción
como en el autogobierno, los padres juegan el papel principal al moldear el corazón
del niño. Un bebé no nace con autocontrol. Por eso, la obligación de todo padre es
la de hacer de autocontrol para el niño hasta que él sea capaz de manejar su vida
con principios intrínsecos de rectitud. Los padres son gobernantes de la vida del
niño hasta que el niño sea capaz de gobernarse correctamente.

EDUCANDO EL CORAZÓN
Al nacer, el niño no tiene una conciencia moral que funcione. Con esto queremos
decir que no posee un entendimiento de las normas del bien y del mal. Desde el
principio, la meta de la paternidad cristiana es la de formar a un niño que controle
su comportamiento desde su corazón y de acuerdo con las normas de la ética bíblica.

El aspecto más importante de las primeras etapas de la vida del niño es su corazón.
Sabemos que el corazón es el centro de toda la vida y de las actitudes. Salmo
139:23 nos dice que el corazón es lo que Dios mira y escudriña. En Mateo 12:34-
35, Jesús dijo que todo comportamiento y palabras tienen su origen en el corazón.
Proverbios 4:23 nos advierte que en el corazón son moldeadas las impresiones en
una vida joven, y que los asuntos de la vida fluyen de él. Proverbios 6: 18 habla de
la habilidad del corazón para ingeniar planes de maldad. Hay algo en el corazón
del niño que los padres tenemos que tocar.

Cuando el niño está pequeño la presión externa es necesaria para causar una
conducta aceptable, aún sabiendo que el niño no es capaz de entender la razón
para esa conducta. Aunque el niño no entiende por qué no puede tirar la comida
de su plato, no quiere decir que no le instruyamos ni le restrinjamos. Hay una razón
para esto.

Las creencias de los adultos preceden a sus acciones. Al contrario, las acciones de
los niños preceden a sus creencias. Los padres tienen que insistir en el comporta-
miento correcto mucho antes de que el niño pueda entender la razón moral detrás
de él. El niño aprende a actuar moralmente antes de aprender a pensar moralmen-
te. Entonces, hay dos fases de la educación:
..

1) El desarrollo de la conducta moral, y 2) El desarrollo de los conceptos moro es.


Educación moral y autocontrol
El primer paso hacia la responsabilidad moral es el desarrollo de patrones
comportamiento que permitan el aprendizaje y la apropiación de los valores. E
patrones afectan la manera como el niño maneja la instrucción, la direcciór
corrección, la limitación, la libertad, y las relaciones nuevas cada vez más amp
Así que los patrones que se aprenden en esta edad deben ser correctos.

A medida que el niño va creciendo su mundo se expande y se complica. Por ta


la manera en que asimila conocimiento y en que aprende a responder a la direc
paternal son fundamentales para el crecimiento futuro. El debe aprender reaccic
correctas y específicas, y debe poder transferir ese aprendizaje a otras situacio

Por eso, la educación moral es esencial. Al enseñar a su hijo a reaccic


correctamente, le está enseñando autocontrol. El autocontrol es una virtud bós
otras virtudes y habilidades tales como la amabilidad, la bondad, el control de
emociones negativas y la concentración dependen de él.

Si esperamos hasta que el niño cumpla cinco años para trabajar habilidades o
sentarse y concentrarse, hemos esperado demasiado. Estas habilidades guar
estrecha relación con el desarrollo moral y dependen en gra!') medida de la estruc
qUE:el niño haya experimentado desde los primeros días de vida. ¿Podemos alt
la inteligencia de nuestros hijos? No, pero sí podemos ayudar a que la desarrc
al máximo. Los padres que educan el corazón de su hijo terminan educóndok
todo su ser.

El valor del conflicto


El niño se orienta hacia sí mismo por naturaleza, mientras la ética bíblica se ori
hacia los demás. La tensión entre estas tendencias es lo que produce conflicto,
ásiqnificc eso que debemos eludir el conflicto no dando la instrucción neces
para limitar a nuestros hijos? iClaro que noi (Proverbios 23: 13)

Basándonos en nuestra experiencia, hemos identificado tres periodos princi¡::


de conflicto en la vida del niño. El primer periodo está entre los 14 y los 40 me
el segundo entre los 9 y los 12 años, y el último entre los 19 y los 22 año
conflicto en el primer periodo es al mismo tiempo interno y externo. La segun
tercera fase son normalmente periodos de mayor lucha interna. Estas son épocc
las que es posible que el niño comience a cuestionarse lo que cree. (zSon esta
creencias de mis padres o las mías?) Es preciso que los padres sean sensibl
estas etapas y que afirmen a sus hijos con pcciencioy no de manera intrusiva.

Estamos personalmente convencidos de que el primer periodo de conflicto,


circunstancias normales, es el mayor periodo de conflicto en la vida de cadc
humano. Le dicen que comparta, que hable bien, que se mantenga en fila, que se
quede sentado, que sea bueno. Como tiene que amoldarse a tontas cosas, desde el
punto de vista social, existen numerosos conflictos. Estos conflictos son el resultado
directo de que el niño está equilibrando sus deseos de satisfacerse a sí mismo con
los niveles morales que requieren que se centre en los demás. Los podres deben,
por tanto, esperar que se produzcan conflictos durante esta etapa primaria y consi-
derarla como un tiempo de crecimiento tanto para los padres como para el niño.

El conflicto es natural en la personalidad humana. Aprender cómo resolverlo es uno


de los requisitos más importantes para el desarrollo de relaciones sanas en la familia.
Además la resolución de conflictos es progresiva; empieza a una temprana edad y
continúa a medida que la vida del niño se va haciendo más compleja. Si el niño no
aprende a resolver los conflictos pronto en su vida, cada vez le será más difícil.

LOS PATRONES DE CRIANZA


La manera como fuimos criados influye profundamente en nuestro estilo de pater-
nidad. Si lo crianza fue agradable tendemos a criar de manera similar. Sin embargo,
si los métodos usados por los padres fueron inapropiados, los técnicas de la crianza
pueden terminar siendo radicalmente opuestas. Demasiados adultos educan en
reacción a los miedos, conflictos o frustraciones no resueltosde su niñez. Mirar nuestro
pasado puede explicar nuestros patrones de paternidad, pero no nos exime de
responsabilidad respecto a las equivocaciones que estemos cometiendo.

Cuando los padres reconocen que su infelicidad como niños venía de lo permisividad
de sus podres, se vuelven estrictos, especialmente cuando ven que la falta de guía
les hizo daño. Estos padres se mueven ideológicamente de izquierda a derecha.
Los padres que fueron criados en ambientes injustos, restrictivos o abusivos, frecuente
e inconscientemente tienden a la permisividad. Id.eológicamente se mueven de
derecha a izquierda. En ambos casos, como con una mecedora, los padres se olvidan
del centro balanceado y se van a los extremos, lo cual perjudica al niño.

Para el padre autoritario la norma es la ley de la obediencia y no el principio de la


obediencia. El padre está más interesado en la conformidad externa que en ayudarle
01 niño o interiorizar los principios que lo deben guiar en sus relaciones interperso-
nales. Esteestilo autoritario manipula al niño. El padre juega con emociones como
el amor, la culpa y el temor a través de frases como, "Susana, si haces eso, ya no te
voy a querer". El padre que usa armas de amor condicional y de temor le hace
mucho daño al niño. Logra el resultado que quiere en su hijo pero por temor al
castigo y no porque hayo aprendido a querer el bien.

En comparación, la paternidad permisiva se preocupa más por los sentimientos de


sus hijos que por sus acciones. Coloca la salud sicológica por encima de la salud
moral y de lo que está bien y mol. Lo base de su ética es lo que creen que sienten sus
runos y no la Palabra de Dios. Es más peligrosa porque sus armas de destrucción
son más sutiles. El padre permisivo es calificado de acuerdo con su capacidad
para evadir el conflicto y tolerar el mal. La sociedad aprueba la tolerancia, pero
ignora el producto final, un niño descontrolado. La paciencia y la tolerancia no son
lo mismo; debemos ser pacientes con nuestros hijos, no tolerantes con su mal
comportamiento.

La permisividad es responsable de gran parte de los problemas sociales de hoy en


día. Salomón dijo en Eclesiastés 8: 11, "Por cuanto no se e;ecutó luego sentencia
sobre la mala obra, el corazón de los hi;os de los hombres está en ellos dispuesto
para hacer el mol". Los padres han hecho de la tolerancia al mal comportamiento
una virtud, y lo han elevado por encima de lo que dice la Biblia.

Al ver a un padre permisivo uno se da cuenta de que hay una confusión básica:
iguala la permisividad y el consentimiento con el amor. Debe tolerar el mal en su
hijo, debe "amar" al niño de esta manera con la esperanza de que el niño lo "ame"
también, y todo se hace bajo un concepto distorsionado del "amor de Dios". Lo
que este padre no obtuvo en su niñez lo trata de alcanzar por medio de su hijo; el
niño pierde su identidad y se vuelve el niño pequeño dentro de su padre. El
consentimiento termina siendo la medicina para aliviar la niñez del padre.

El problema se complica aún más cuando las personalidades y los estilos de los
padres chocan en el hogar. Si uno de ellos es tranquilo y flexible mientras que el
otro es estructurado y predecible, tiende a prevalecer el conflicto en el hogar y no
una relación equilibrada. En lugar de complementarse el uno al otro, aprovechando
los puntos fuertes, se encuentran en un estado de guerra. ¿Cuál es el resultado?
Una dirección dividida produce manipulación y deslealtad en los hijos.

METAS DEL CURSO


l. Levantar una generación de niños para la gloria de Dios, no del hombre.
2. Ofrecer instrucciones prácticas que ayudarán a que los padres entiendan los
principios de la Biblia y su aplicación.
3. Generar confianza en cada padre. Esta confianza está en la Palabra de D'os
que es suficiente.
4. Ayudar a que las familias esperen con ánimo los años de la cdolescencc,
Aunque hay normas culturales que nos dicen que la rebeldía ocurre noturolrne+e
en esta etapa, lno es lo que dice la Biblia! Si los principios bíblicos se man··e~e-
la adolescencia puede ser una de las mejores etapas de la crianza.
5. Cautivar los corazones y las mentes de la próxima generación. Porc -==e'"
cambios en una sociedad, se necesitan dos generaciones. No podemos c=_- =-
las mentes de la próxima generación sin educar las mentes de us-e::e: : _:
padres. Queremos establecer una cosmovisión bíblica que se puedo ~=..:-~-
de generación en generación.
Cómo formar un niño moral
Los padres se preocupan por varias de las necesidades de sus hijos: les dan comi-
da nutritiva, establecen un horario para el sueño, buscan una buena educación, y
visitan al médico y al odontólogo. Sin embargo, muchos padres son negligentes en
lo más importante de la vida de un niño: su educación moral. En este capítulo usted
encontrará herramientas que lo ayudarán a educar a sus hijos en la disciplina e
instrucción del Señor (Efesios 6:4), es decir, a formarlos para que tengan la capaci-
dad moral para diferenciar lo bueno de lo malo y para que guíen sus corazones de
acuerdo con principios bíblicos.

La ética bíblica
La Biblia representa autoridad máxima y suficiencia moral. En sus hojas están las
virtudes morales que reflejan la rectitud y la sabiduría de Dios. No existen variacio-
nes morales en sus preceptos. Los valores que gobiernan la conducta y definen el
bien y el mal son iguales para toda persona, en cualquier época.

De todos los sistemas éticos en el mundo, es el de la Biblia el que posee el nivel más
elevado. Solamente la ética bíblica está orientada pensando en los demás, no
como un camino de salvación, sino como resultado de la salvación. El mandato
moral de las Escrituras es que no basemos nuestro comportamiento hacia los de-
más en el valor que tienen para nosotros, sino en lo que representan para Dios.
(Juan 3: 16, Romanos 8:35-39).

La instrucción moral y las diferencias de personalidad


La instrucción de los niños debe caracterizarse por el mismo nivel de excelencia
moral, sin tener en cuenta su personalidad, su temperamento o su género. Muchos
padres son culpables dejando de lado la necesidad de dar una instrucción moral;
basándose en las peculiaridades de sus hijos dicen: "Pero mire, es que mi hijo es
diferente", lo cual no es una cláusula legítima para hacer una excepción en el es-
quema ético de la Biblia. ¿Cuál tipo de personalidad se excusa de la amabilidad,
de la honestidad?

Los temperamentos, las personalidades y el género no pueden usarse para excusar


el mal. Las virtudes y los valores de la Biblia son los mismos para todos y se aplican
a todos, de todas las edades, sea cual fuere su género o temperamento. La obliga-
ción de los padres es estar llevando continuamente a sus hijos al nivel de Dios y no
bajarlo para satisfacer al niño.
Todo comienza con papá y mamá

Según Deuteronomio 6:4-7 el encargo dado por Dios a los padres es conocer la verdad moral
de Dios, vivir Su verdad moral y, según la experiencia, enseñar esta verdad a sus hijos.

El punto de partida de la instrucción moral depende de los padres. Antes de enseñar diligente-
mente a su hijo piense en que Moisés dijo: "estas palabras estarán en tu corazón". Si los princi-
pios de la conducta moral no residen en su propio corazón no podrá transmitírsela a sus hijos.
Es una equivocación pensar que la instrucción moral es obligación de la escuela dominical, de
los colegios o de los abuelos. Por acción o por negligencia, los padres son la mayor influencia
moral para sus hijos. Los padres no solamente enseñan los principios de la conducta moral,
sino que les conceden validez en el contexto de la vida diaria.

La instrucción moral debe tener lugar durante las actividades normales del día: "háblales de
ellas cuando estés en tu casa y cuando vas por el camino, cuando te acuestes y cuando te
levantes". La verdad moral se comunica mejor en los momentos en que no hay conflicto, ya
que en ellos el niño no tiene que defender sus acciones. Esto no significa que dejemos de
enseñar en los momentos en que es necesario corregir; significa que una dosis sana de instruc-
ción moral debe tener lugar a lo largo del día y en los momentos libres de conflicto.

Qué no hacer
Muchos niños, especialmente los que son educados en hogares cristianos, tienen un conoci-
miento básico del bien y del mal. Desafortunadamente, no tantos tienen el auto control necesa-
rio para tomar buenas decisiones constantemente. Creemos que esta es una razón por la cual
muchos de los jóvenes de hoy terminan aparentando ser morales por fuera, pero no lo son por
dentro. Saben bastante de los no de la vida (no mentir, no robar, no pelear), pero no tanto sobre
los sí de la vida (sí al respeto, al servicio, a la generosidad).

Saber qué hacer y qué no hacer forma parte de la instrucción moral, pero con demasiada
frecuencia las familias cristianas se concentran en lo que no se puede hacer. Al estudiar por
muchos años los patrones de educación empleados por los padres, hemos encontrado que
muchos están más interesados en suprimir el mal que en elevar el bien. O sea, cuando enseñan
principios morales, los padres frecuentemente les dicen a sus hijos lo que está mal, equivoca-
do, lo que NO deben hacer en vez de decirles lo que sí deben hacer. Este tipo de educación
conlleva unos efectos morales serios en el futuro; tanto énfasis puesto en lo que se debe evado~
y no en lo que se debe buscar hoce que el niño no sepa el comino hacia lo vida recto. Por
ejemplo, el niño a quien se le enseña a ser sensible a cómo se sienten las personas en cie+cs
situaciones, tiene una base más fuerte para un futuro comportamiento que aquel que senc e-
mente recibió una instrucción cuyo propósito era ense~arle a controlar su ira. Enseñar e ~~==s-
tras hijos a actuar con bondad es más importante que enseñarles a no ser crueles.
Es claro que suprimir el mal comportamiento en un runo es importante, pero cuando esto se
hace sin elevar el bien, se termina distorsionando lo que es el bien en general. La corrección
del mal tiene que ir acompañada de la instrucción en el bien, y de la motivación hacia una
vida virtuosa (Prov.1:8,9 8:33, 9:9, Miqueas 6:8).

Qué hacer
Los padres cristianos deben darse cuenta de que no es suficiente enseñar a sus hijos a actuar
moralmente; también tienen que enseñarles a pensar moralmente. Para cumplir esa meta,
ellos mismos deben pensar de acuerdo a los valores bíblicos. Pensar de esta forma es un
prerrequisito para la formación de un niño moralmente responsable.

Además, las padres siempre deben dar la razón moral para cada orden. Al enseñarles la razón
moral por la que se deben comportar bien, estamos previniendo una acción robótica de parte
de nuestros hijos. Los niños que hacen todo lo correcto sin saber por qué, son como robots
morales; responden correctamente con frecuencia, pero sin tener en sus corazones principios
que los guíen. En contraste, los niños que gobiernan su comportamiento por principios morales
son todo lo contrario a un robot. Son moralmente libres, gobernando sus acciones por princi-
pios intrínsecos, no por circunstancias extrínsecas.

No toda explicación ofrecida por un padre tiene que relacionarse con la educación moral de
sus hijos; algunas cumplen un propósito meramente práctico. Como regla general, los padres
deben ofrecer una razón moral cuando la situación involucra a otras personas y deben ofrecer
una razón práctica cuando la situación se trata de cosas. Por ejemplo, el padre de Jaimito
estaba prendiendo el asador. Su concentración con el asunto atrajo a Jaimito. En vez de decir-
le, "Jaimito, no te acerques al asador", su padre le advirtió diciendo, "Jaimito, aléjate del
asador porque lo acabé de prender y te puedes quemar". En esta situación, la restricción de la
acción obedece a una razón práctica (su sequridcd}, no a una moral.

Otros factores definitivos que motivan a los niños a integrar el sistema de valores de sus padres
a sus vidas son: el ejemplo paternal, relaciones familiares de confianza, honestidad paternal,
la seguridad de la relación esposo-esposa, y la expresión de lealtad familiar.

La falta de valores bíblicos en el corazón de cada persona amenaza la generación subsiguien-


te. A medida que cada generación se vuelve menos sensible al gran valor de los demás, nos
estaremos moviendo hacia un punto del cual no habrá regreso. Lo que una generación permi-
te en moderación, la próxima lo permitirá en exceso.
Preguntas de repaso:

1. ¿Por qué algunos niños son morales solamente en su conducta?

2. ¿Por qué se considera que la ética bíblica presenta las normas morales má
elevadas?

3. Explique la relación entre temperamento, personalidad y moralidad.

4. ¿Con quién empieza la educación moral? ¿Por qué?

5. ¿A qué edad se debe empezar a dar .Ias razones morales y prácticas a lo:
hijos?

ESTA SEMANA EN CASA:


1. Ofrezca a su hijo las razones morales de varias acciones y esté preparado
para compartir cómo le fue: ¿Encontrófácilmente la razón moral?, zCómo
reaccionó su hijo.?

2. Aproveche una situación de no conflicto para enseñar a su hijo una habi-


lidad o principio moral. Comparta cómo lo hizo.
Ley, principio y libertad
Nuestra labor en la formación moral de nuestros hijos requiere que aprendamos a
analizar situaciones de manera justa, equilibrada y ajustada a los preceptos bíbli-
cos. En este capítulo veremos algunas pautas que nos facilitarán esta tarea.

Diferencia entre ley, principio y libertad


Nuestro deber como padres es educar a nuestros hijos con un sentido del bien y del
mal. Paracumplir con este objetivo nos basamos en la Biblia ya que la consideramos
Palabra de Dios. La Biblia nos ofrece las leyesy principios que deben orientar nuestra
labor; pero no siempre nos dice cómo hacerla.

Para analizar una situación desde una perspectiva moral debemos tener en cuenta
la diferencia entre ley, principio y libertad bíblica.

LEYbíblica: Lo que ordena la Biblia de manera explícita. Mandatos claros y directos.

PRINCIPIO bíblico: Derivado de la ley.

LIBERTADbíblica: Lo que no está explícito en la Biblia. Dios y nuestra conciencia


nos guían, y debemos asegurarnos de que las acciones no se alejen o estén en
contra de lo que la Biblia dice.

Los principios bíblicos y su aplicación


Es importante entender la distinción entre los principios bíblicos y su aplicación.
Mientras los principios de Dios son constantes, no cambian jamás y se derivan de
las Escrituras, su aplicación está influenciada por la experiencia humana, la tradi-
ción y las costumbres. Por ejemplo, basándonos.en la Biblia podemos afirmar que
el hombre debe cuidar la naturaleza (Génesis1:28) y ese es un principio bíblico,
pero lo que no nos da la Biblia es la aplicación exacta: ¿De qué forma se demues-
tra el cuidado por la naturaleza? Probablemente la forma de aplicar ese principio
es diferente ahora que hace unos siglos. ~I hombre puede tener entonces la liber-
tad para cambiar cómo se aplica un principio bíblico, pero no la tiene para cam-
biar o hacer caso omiso de estos principios.

Legalismo y libertinaje
Debemos enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos sin caer en el LEGALlSMO -
cuando vemos toda decisión de la vida en términos de blanco o negro (moral!
inmoral), ni tampoco en el LIBERTINAJE - cuando no le vemos lo inmoral a nada (todo es
relativo).

La importancia del contexto


El legalista exige que sus hijos se ajusten a las normas ignorando la motivación que se encuen-
tra tras la acción y pidiendo siempre el mismo comportamiento independientemente del con-
texto. Por ejemplo: La norma de una familia es que los hijos se queden en sus camas luego de
acostarse, pero una noche se cae el hermano pequeño y el mayor se levanta para ayudarlo. Si
el niño hubiera sido instruido en un ambiente legalista temería levantarse, pero al haber sido
educado con razones morales que sustenten las normas pudo evaluar las circunstancias y ac-
tuar de manera correcta. Fue el contexto de la situación el que lo ayudó a definir y hacer lo
correcto.

Responder al contexto de una situación no significa que suspendamos la verdad o principio


bíblico, sino que lo apliquemos de la manera más apropiada. Una de las habilidades que
debemos adquirir en nuestra labor como padres es aprender a evaluar las circunstancias;
mirar el contexto de una situación nos ayudará a guardarnos del legalismo y del abuso de la
autoridad.

Preguntas de repaso:
l. Describa la diferencia entre ley, principio y libertad bíblica.

2. ¿Cuál pregunta se deben hacer los padres al juzgar una acción de su hijo(a)?

3. ¿Qué es un legalista? ¿Qué rechaza?

4. Estoy en una situación y no sé qué hacer... la Biblia no menciona nada acerca de esto.
z Cómo decido?
~ EN CASA:
on su grupo una situación en la que haya actuado de manera legalista
). Si esto no le ha sucedido, mencione cualquier otro ejemplo de legalismo
expenencio.

lue ha aprendido acerca de la importancia de analizar el contexto, y


~ ayudó a ser un papá/mamá justo(a) esta semana.
Empezando bien
A pesar de que la familia es la principal unidad social, estamos enfrentando una
crisis en la institución familiar, con consecuencias nefastas tanto para sus miembros
como para la sociedad. Dos de los males que amenazan a la familia son la desva-
lorización de la relación entre esposos y la paternidad hijocéntrica. A continuación
veremos en qué consiste cada uno y qué podemos hacer para evitarlos.

Por qué creó Dios a la mujer y cuál fue su propósito para el


matrimonio
La mujer fue creada porque no era bueno que el hombre estuviera solo (Génesis
2: 18), así que Dios proveyó una compañera idónea para compartir su vida; la
mujer completa al hombre en todos los sentidos: espiritual, social, emocional, físi-
co. Por esta causa, no sólo fue creada la mujer, sino que la institución del matrimo-
nio fue también diseñada. El matrimonio es la santa realidad a través de la cual
dos se convierten en uno: "Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer y serán una sola carne" (Génesis 2:24).

Una vez hubo formado a la mujer, Dios declaró con autoridad que Su creación era
muy buena, afirmación de vital importancia para entender la prioridad que debe-
mos darle a la relación entre esposos. Si los niños fueran necesarios para completar
al hombre yola mujer, Dios los habría creado antes de hacer semejante declara-
ción. Por lo tanto, la relación matrimonial no carece de nada. Solo la mujer com-
pleta al hombre, y solo el hombre completa a la mujer. El marido y la mujer forman
entonces el nucleo de la unidad familiar, y los hijos no completan la familia; la
amplían.

Muchos padres actuan como si la unión matrimonial solo fuera una relación preli-
minar para construir' el nido, en lugar de reconocerla como una relación que tiene
prioridad continua a lo largo de los años. Esa actitud es un comienzo peligroso
para la estabilidad de la familia porque transgrede el patrón de Dios dentro de la
estructura familiar. La mayor influencia que usted tendrá en la vida de sus hijos no
vendrá a través de su relación como mamá o papá, sino como esposa o esposo.
Por amor a los hijos debemos hacer que la relación entre esposos sea una priori-
dad. Nunca podremos ser mejores padres de lo que somos como esposos.
El problema de la paternidad centrada en los hijos
Con frecuencia los padres abandonan su primer amor, el que sienten el uno por el
otro, y se centran de manera excesiva sobre sus hijos. Aunque hacen esto en nombre
de buen padre o de buena madre, es el primer paso para que se rompa el equili-
brio en las relaciones familiares, y la puerta de entrada al problema del
hijocentrismo.

Cuando los padres se centran alrededor de sus hijos, no se dan cuenta que todas
sus buenas intenciones están fomentando el egocentrismo. La percepción de nues-
tros hijos en cuanto al lugar que ocupan en la vida depende significativamente de
la información que le llega de su núcleo familiar; si dicha información lo lleva a
considerarse como el centro de la familia, acabará por tener una percepción
egocéntrica de las demás relaciones que vaya estableciendo.

Dios nos creó con la capacidad para recibir y para dar, y una educación hijocéntrica
enseña lo primero pero no lo segundo. Estos niños se volverán cada vez más inten-
sos en su deseo de recibir y reaccionarán a sus impulsos de manera egoísta porque
sus padres nunca les enseñaron el control de sí mismos, que implica negarse a uno
mismo en los momentos apropiados.

Las demás personas sencillamente no importarán. Tendrán dificultades con sus her-
manos y niños de la misma edad. Crecerán mal preparados para la vida real, en la
que la habilidad de dar y tomar es un requisito indispensable para tener relaciones
sanas y perdurables. Sufrirán en la escuela y en el trabajo porque las demás perso-
nas no estarán pendientes de él como lo hacían sus padres, y sus vidas estarán
llenas de mucha frustración.

Una relación sana entre marido y mujer es fundamental para el bienestar emocio-
nal de los hijos. La necesidad emocional más básica de nuestros hijos es la de
saber que su mundo es seguro. El que los padres se centren en el niño priva a los
hijos de esa confianza, mientras que los matrimonios fuertes fortalecen su seguri-
dad.

Consiguiendo el equilibrio
Existen distintas maneras mediante las cuales los padres pueden suplir las necesi-
dades de los hijos sin centrarse en ellos. He aquí unas cuantas sugerencias para
conseguir el equilibrio:

• La vida no se detiene cuando tenemos hijos. Cuando usted se convirtió en pa-


dre o madre no dejó de ser hijo(a), hermano(a), amigo(a) o esposo(a). Esas
relaciones eran importantes para usted antes de que nacieran sus hijos, así que
asegúrese de conservarlas.
• Retome la costumbre de tener citas con su cónyuge y deje que amigos o familiares cuiden
a sus hijos. Ellos no experimentan la ansiedad de la separación cuando mamá está con
papá.
• Las parejas normalmente hacían cosas especiales el uno por el otro antes de que llegaran
los hijos; continúe haciéndolas para manifestar lo especial de su relación.
• Al finalizar el día de trabajo, dedique unos diez o quince minutos a sentarse en el sofá con
su pareja. Ese "tiempo de sofá" debe tener lugar cuando los niños están despiertos, no
después de que se vayan a la cama, pues ese tiempo les permite confirmar la relación de
compañerismo que existe entre sus padres, y de este modo queda satisfecha su necesidad
de un mundo seguro.

Preguntas de repaso:
l. áCuóles son las dos amenazas que enfrenta la familia?

2. ¿Porqué creó Dios a la mujer y por qué estableció el matrimonio?

3. ¿Cuáles son las causas del hijocentrismo en un niño?

4. Haga una lista de situaciones en las que se evidencia el hijocentrismo en su hogar.

ESTA SEMANA EN CASA


l.
2. Mi~ntras dure el Taller, y ~'jaló después, salgan una vez por semana.
"
3. Papá o mamá cabeza de familia: Dios promete que llenará los vacíos que ha dejado
su cónyuge en la familia. Busque a Dios; su "tiempo de sofá" puede ser con Él.
Santiago 4:8 Salmos 68:5' Salmos 46: 1 .Hebreos 13:6
Cómo decir lIte amo"
Los niños que saben que sus padres se aman estarán más seguros de que sus pa-
dres los quieren, y de esa seguridad viene la fuerza para amar a otros. Es muy
importante entonces que los padres conozcan diferentes maneras de comunicar el
amor y sepan si logran comunicarlo de manera satisfactoria. De esto hablaremos a
continuación.

La capacidad para amar


Dios puso en el interior del hombre la capacidad para sentir y comunicar amor a
otros. Esta afirmación es válida puesto que Dios es amor (1 Juan 4:7-8) y el hombre
está hecho a la imagen de Dios (Génesis 1:26-27).

El amor es tan importante para Dios, que además de ser un mandamiento es la


marca distintiva de Su pueblo. En Juan 13:35 Jesús dijo: "De este modo todos sa-
brán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros".

Las dos caras del amor


Las dos caras del amor son dar y recibir. Con frecuencia puede resultar frustrante
dar amor porque no siempre nuestras acciones se interpretan como amor. Los len-
guajes del amor son como idiomas; decimos "te amo" en un idioma, pero si el
lenguaje primario de la otra persona no es ese lenguaje, no lo podrá interpretar.

Nuestros esfuerzos por demostrar amor se ven entonces frustrados y nos sentimos
tentados a alejarnos emocionalmente de nuestros hijos y de nuestros compañeros
pensando que a nadie le preocupan nuestros esfuerzos por amar. Para evitar esa
frustración debemos aprender primero los lenguajes del amor, y luego los lengua-
jes primarios de amor de cada miembro de la familia.

Los lenguajes del amor


Hay cinco maneras de expresar nuestro amor:

7. Comunicando el amor por medio de palabras de afirmación

Una manera de expresar amor es animando a otros por medio del estímulo verbal,
por ejemplo, "es usted una persona muy compasiva, tengo mucho que aprender de
usted" .
2. Comunicando el amor mediante actos de servicio

Comunicar el amor por medio de actos de servicio quiere decir hacer algo especial por otra
persona, algo que esté fuera de la norma de la vida diaria y que sabemos que la otra persona
va a apreciar. Por ejemplo, el marido que elabora las estanterías que su esposa quiere para el
armarla.

3. Comunicando el amor dando regalos

Dar regalos sencillos de manera improvisada, al contrario que hacerlo en ocasiones señala-
das como por ejemplo los cumpleaños, envía el mensaje "estuve pensando en ti".

4. Comunicando el amor con tiempo de calidad

El tiempo de calidad requiere dedicarse a la otra persona escuchándola con atención y ofre-
ciendo una respuesta apropiada a lo que se ha dicho. Implica a dos personas participando de
manera activa en una conversación; no es sentarse en el sofá leyendo el periódico o viendo
televisión.

5. Comunicando el amor a través del contacto físico y la proximidad

El tocar físicamente y el estar cerca son maneras especiales de decir "te amo". Ir cogidos de la
mano o salir a leer mientras el esposo arregla el jardín constituyen mensajes de amor.

Identificando los lenguajes del amor para evitar frustración


Una de esas cinco maneras de comunicar el amor es el lenguaje principal de cada persona.
Este lenguaje resulta evidente de dos maneras: lo habla usted con más frecuencia que el resto
de los idiomas, y es el que más disfruta recibir.

Con frecuencia diagnosticamos equivocadamente el comportamiento de nuestros cónyuges o


nuestros hijos trayendo como resultado frustración y confusión. Por ejemplo: Dos esposos ha-
blan lenguajes de amor diferentes; él habla el idioma del contacto físico y ella el de las pala-
bras de afirmación. Cada uno le expresa al otro que lo ama en su propio lenguaje y sin embar-
go su compañero(a) no se siente amado(a). Descubrir el lenguaje de amor de la pareja:
tomar la decisión de expresarle el amor en su lenguaje hace que desaparezca la frustraciór y
que el matrimonio recupere la plenitud del amor.

Los lenguajes del amor en los niños se vuelven más identificables a partir de los siete of',o= =:::
edad. Naturalmente a todos los niños menores de siete años les gustan los regalos, los c:r::::.=:
y un tiempo de calidad, pero antes de esa edad resulta difícil identificar un lenguaje '. ~::-:.:
derle un lugar de prioridad. Identificar los lenguajes de amor de nuestros hijos nas (;'.~C¡:-= =
evitar un diagnóstico equivocado. Por ejemplo, unos padres durante años interprec-r :::-:
exceso de materialismo el comportamiento de su hijo quien cada vez que va a un almacén les
pide que le compren algo. Al darse cuenta de que el lenguaje principal de su hijo es dar
regalos comienzan a llevarle pequeños detalles cuando salen, y finalmente el niño deja de
pedir que le compren en los almacenes.

Cada día decidimos amar o no hacerlo. Todos necesitamos sentirnos amados y por eso. la
familia es tan importante; debe ser el refugio y el centro desde el cual fluye el amor. La demos-
tración constante de amor entre papá y mamá debe irradiarse sobre los hijos. Cuando comu-
nicamos el amor de manera correcta dentro del contexto de la familia se hace más fácil que
cada uno de los miembros ame a las personas fuera de ésta. Cuando amamos con un amor
bíblico representamos como es debido a Dios ante el mundo.

Preguntas de repaso:
Ya que ha descubierto los lenguajes del amor, identifique cuál es el suyo, el de su cónyuge, y el
de cada uno de sus hijos mayores de siete años. Explique esta lección a sus hijos mayores y
póngalos a identificar el lenguaje de cada miembro de la familia. Luego, coloque esta infor-
mación en un lugar visible (¿la nevera?) para todos.
Le conciencia moral
de su hijo
Siendo la conciencia la base de la educación moral, es fundamental que los padres
presten atención a cómo educarla y entiendan lo fácil que es debilitarla o enseñarla
mal. La conciencia del niño puede volverse insensible, endurecerse o descuidarse.
En este capítulo aclararemos qué es la conciencia moral, cómo funciona y daremos
algunas pautas en cuanto a la formación de una conciencia sana en los hijos.

Qué es la conciencia y cuáles son sus partes


La conciencia es la porción de nuestro ser que recibe y refleja los valores que repre-
sentan lo que nuestra mente percibe como moralmente bueno o malo. Nuestra
, conciencia tiene dos partes: la conciencia primaria y la conciencia' moral.

De la Palabra de Dios, sabemos que hay elementos básicos espirituales estampa-


dos en la conciencia de cada hombre y mujer (Romanos 1: 18-21; 2: 14, 15). Esos
elementos consisten en lo que llamamos la conciencia primaria. La conciencia pri-
maria forma parte del hombre desde su nacimiento; es la huella de Dios, su marca
de propiedad. La conciencia primaria es un conocimiento innato del bien y del mal
dado por Dios a los hombres.

También sabemos que hay una parte educable de la conciencia. David se refiere a
este segundo aspecto en el Salmo 119: 11. "En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti". David tomó los preceptos justos de Dios y los puso en su
corazón para poder evitar ofender a Dios. Esta parte educable de la conciencia se
llama conciencia moral. Mientras que la conciencia primaria es dada por Dios, la
conciencia moral necesita ser educada. Los padres tienen la responsabilidad con
cada uno de sus hijos de educar la conciencia de acuerdo con los principios dados
por Dios.

Si bien la conciencia primaria provee el sentido del bien y del mal, la conciencc
moral provee las normas aprendidas sobre el bien y el mal. Los siguientes apara-
dos explican cómo funciona la conciencia moral.

Surtiendo la bodega moral


Según el Salmo 119: 11, colocamos y almacenamos los principios
moral en nuestro corazón. El corazón viene a ser una especie de bodega ......,O~:: ::_-=
usaremos más adelante. Imagínese una bodega con muchas estanterías sobre las
cuales están diferentes valores.

El derecho y el deber de dirección de la bodega de los hijos pertenece inicialmente


a los padres. La Biblia instruye a los padres a enseñar diligentemente a sus hijos
acerca de Dios y Sus caminos (Deuteronomio 6:6-9). Los padres son entonces res-
ponsables de presentar un código moral con la esperanza de que a la postre go-
bierne la vida de su hijo. Al principio de la vida el corazón del niño es como un
tablero en blanco, y si los padres ayudan al niño a colocar en su corazón virtudes
como la honestidad, el respeto, la justicia, la paciencia, etc., entonces la conciencia
podrá empezar a hacer su labor.

Las cuatro actividades de la conciencia


Romanos 2: 15 nos dice que la conciencia posee la habilidad de asesorar el com-
portamiento y de dar opiniones, ya sea acusando o excusando las acciones de la
persona.

Existen cuatro actividades de Jo conciencia moral, dos de ellas frente a acciones


positivas y dos frente a acciones negativas. Cuando se trata de una acción negati-
va, nuestra conciencia nos advierte y nos acusa; en caso de una acción positiva nos
impulsa y confirma. La conciencia advierte al hombre cuando está a punto de ha-
cer el mal, y si no le hace caso lo acusa por medio del mecanismo de culpabilidad.
Por otro lado, la conciencia anima al hombre a hacer lo correcto, y cuando éste le
obedece, su conciencia confirma a través de un sentimiento de bienestar porque se
hizo lo justo.

El mecanismo de búsqueda moral


Cuando enfrentamos situaciones que requieren una. reoccion moral, el mecanismo
de. búsqueda recopila datos, los evalúa y acude a la bodega para ver si hay en él
un valor conforme al cual actuar. El mecanismo pasa el scanner por cada estantería
buscando el valor correspondiente. Si lo encuentra, activa los mecanismos de ad-
vertencia o de estímulo y reclama una solución moral. Si no encuentra nada, la
búsqueda termina y no sucede nada.

La educación afirmativa y la restrictiva


La conciencia humana se educa al mismo tiempo de manera afirmativa y restricti-
va, y ambos métodos son necesarios. La educación afirmativa incluye instrucción,
estímulo y refuerzo, y tiene lugar de manera predominante durante los años medios
y avanzados. La educación restrictiva incluye advertencias, restricciones, castigo y
consecuencias, y se usa de manera más frecuente durante los primeros años. Si
bien el desarrollo sano de la conciencia requiere tanto de la instrucción afirmativa como de la
prohibitiva, un énfasis exagerado sobre una de ellas, no es conveniente.

Cuando el niño llega a los tres años empieza a entender las razones morales de las instruccio-
nes; sin embargo, SIEMPREdebemos darle la razón moral, lo cual no significa caer en el extre-
mo de tener que explicarle todas nuestras decisiones. Si los padres no consiguen pasar de la
educación restrictiva a la afirmativa, limitarán la capacidad de su hijo para razonar moral-
mente, y éste se sentirá frustrado porque siempre estará dudando si -sus acciones son correctas
o incorrectas. Por otro lado el niño estará lleno de los NO ( no mentir, no agredir...) de la vida y
poco sabrá sobre los SI (respetar, compartir ...).

Señales de una conciencia afirmativa y de una conciencia prohibitiva

Una conciencia afirmativa (sana) es la que dice: "Debería hacer esto porque es lo correcto o no
lo debería hacer porque está mal". Una conciencia prohibitiva dice: "Tendré que hacerlo o de
lo contrario me castigarán". La motivación para hacer el bien no es el amor a la virtud, sino el
temor al castigo.

Una conciencia sana se logra cuando los padres dan las razones morales a sus hijos, son
buenos modelos de las cualidades que desean ver en sus hijos y los animan a hacer el bien en
lugar de limitarse a desanimarlo a hacer el mal. Un niño así ve la obediencia como algo
atractivo y no como una acción desagradable que se hace para evitar represalias.

La conciencia prohibitiva no es una conciencia culpable, es un estado continuo de posible


culpabilidad. La persona que vive de esa manera no ha hecho nada malo, pero vive su vida
como si estuviera a punto de hacer algo malo. El hacer el mal, en este caso, es el temor a
decepcionar a alguien, a ser malinterpretado o rechazado porque no se amolda.

Algunas maneras en que los padres desarrollan una conciencia prohibitiva en sus hijos son las
siguientes:

• Manipulándolos mediante el temor a perder el amor de sus padres: El amor condicional


se convierte en la motivación del comportamiento correcto.
• Manipulándolos mediante la culpa: Para el hijo, evitar la culpabilidad se convierte en la
motivación para portarse bien.
• No ofreciendo las razones morales del comportamiento: El hijo actuará como un robo
moral, sin entender la razón o el principio de sus acciones.
Preguntas de repaso:

1. iCuál es la diferencia entre conciencia primaria y conciencia moral?

2. iCuál es la relación entre la bodega moral y el mecanismo de búsqueda moral?

3. Explique por qué los padres no deben limitarse a dar solamente la instrucción restrictiva.

4. iEn qué consiste una conciencia prohibitiva y cómo se forma?

ESTA SEMANA EN CASA:


1. Haga un balance de la instrucción afirmativa y restrictiva que le está dando a sus
hijos, analice si hay equilibrio y comience a modificar lo que haga falta.

2. Evalúe la situación en su hogar: iEs necesario que ambos padres trabajen, o lo


hacen por lujo? Si es por lujo, consideren que al invertir tiempo con sus hijos están
invirtiendo en algo mucho más duradero, y sus hijos se lo agradecerán toda la vida.
Si es por necesidad, hagan el esfuerzode estar todo el tiempo posible con sus hijos
luego del trabajo. No llenen el horario con otras cosas. [Sus hijos los necesitan!

3. Complete la lista de señales de una conciencia prohibitiva con su cónyuge o con


un(a) amigo(a). Comparta con honestidad cómo se pueden ayudar con la concien-
cia prohibitiva.
Desarrollo del carácter:
Autoridad y Padres
El desarrollo del carácter es uno tarea encomendada a los padres. En este capítulo
y en el siguiente se ofrece una perspectiva práctica sobre cómo instruir el carácter
de los hijos.

¿Qué es el carácter?
El carácter es la combinación de valores que se han tejido en el entramado moral
de la vida de la persona. El carácter moral es el reflejo exterior del hombre interior.
Cuando hablamos acerca del carácter cristiano nos estamos refiriendo a la exce-
lencia moral. Dios no llama a su pueblo a la mediocridad moral que impera en
nuestra sociedad. Ese nivel más elevado requiere de la acción concreta por parte
de los padres quienes deben enseñar los valores bíblicos a sus hijos.

Disfrutar de buenas relaciones familiares no es el propósito principal de la instruc-


ción del carácter; existe un propósito más elevado. Nuestras buenas obras son la
forma más concreta de testimonio cristiano y el medio por el cual definimos a Dios
ante el mundo y ayudamos a otros a encontrarlo.

Relaciones para la instrucción del carácter


Existen seis relaciones naturales que proveen la base de toda la instrucción del
carácter:

l. La autoridad
2. Los padres
3. Los mayores
4. Los compañeros y los hermanos
5. La propiedad de los demás
6. La naturaleza

Estas seis relaciones pueden considerarse como las facetas de un precioso diaman-
te. Brilla al ser pulida en todas sus facetas; no apreciar una faceta significa deva-
luar la totalidad del diamante.
El respeto por la autoridad
El respeto a la autoridad es obligatorio para todo aquel que quiera vivir bajo las
normas de Dios. La autoridad no es un concepto ajeno a las Escrituras. Romanos
13: 1 dice, "Sométase toda persona o los autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de porte de Dios, y los que hay, por Dios han sido establecidas". I
Pedro 2: 13-14 dice, "Sométanse por causa del Señor o todo autoridad humana, yo
seo 01 rey como supremo autoridad o o los gobernadores que él envío poro castigar
a los que hocen el mol y reconocer o los que hocen el bien".

El respeto a la autoridad se debe entender como vivir bajo los reglas. Cuando
todos vivimos justamente y bajo las normas de la vida, estamos estimando a otros
como superiores a nosotros mismos. (Filipenses 2:3) Al seguir las reglas, estamos
evitando que nuestros impulsos personales se impongan sobre los derechos de los
demás.

La manera en que los adultos reaccionan ante la autoridad establece las formas de
comportamiento que seguirán sus hijos. ¿De qué manera reacciona usted? ¿Qué
hace con el papel del chicle? ál,o bota cuando nadie lo mira o lo guarda en el
bolsillo para botarlo más tarde? Cuando un vigilante le pide correr el carro, áusted
cómo reacciona? álo hace sin queja?

El respeto a los padres


El mandamiento "Honro o tu podre y o tu madre" es tan especial que viene con una
promesa incluida: " ...para que tus días se alarguen en la tierro que Jehová tu Dios
te dá". (Éxodo 20: 12). También, el deshonrar a los padres tiene una maldición.
implícita. Los que abusan o deshonran a sus padres recibirán el juicio de Dios en
forma seria. "El que hiriere o su podre o o su madre, morirá. Igualmente, el que
maldiiere o su podre o o su madre, morirá". (Ex. 21: 15,17). Dios toma en serio la
paternidad y los padres no deben permitir que sus hijos hagan mofa de su posición
de autoridad. Los niños no obedecerán, respetarán, ni honrarán automáticamente
a sus padres, ya que estas cualidades van en contra de su naturaleza. Los niños'
deben recibir educación y guía de los padres para hacerlo. Recuerde, los podres
son nombrados por Dios para gobernar el alma de sus hijos.

La transición en la autoridad
Cuando sus hijos están creciendo tienen lugar cambios significativos para usted y
para ellos. Tal vez la mayor transición que experimente sea la de hacer cada vez
menos uso de su autoridad y más de su influencia para motivar a sus hijos. Cuando
su niño era pequeño usted lo dirigía por medio de su autoridad, decidiendo cuán-
do debía comer, dormir, darse un baño, etc. A medida que el niño va creciendo
existe una directa disminución de la cantidad de vigilancia por parte de los padres.
No es que la autoridad de papá y mamá ya no sea válida, sino que la necesidad de un control
exterior ha disminuido. Gradualmente el control de los padres está siendo reemplazado por su
influencia. Las motivaciones exteriores que con anterioridad gobernaron la vida del niño están
siendo reemplazadas por creencias internas que gobiernan desde el corazón. La madurez moral
emancipa al niño permitiéndole dirigir su propio comportamiento en armonía con los valores
de la familia.

La obediencia, la sumisión V la honra


Al instruir a los niños los padres deben ayudar a sus hijos a intercambiar la obediencia por la
sumisión .. La obediencia es un maestro temporal que lleva al niño a amoldarse por medios
extrínsecos hasta que esté moralmente preparado para controlarse por convicción. La sumi-
sión a los padres quiere decir hacer el bien por devoción a ellos y no por temor a una reprimen-
da; la obediencia no es más que el punto de partida de honrar; no es el fin.

Según el mandato ético de las Escrituras; después de que el muchacho se casa, lo único que se
le exige es que honre a sus padres. Cuando el hijo se marcha se crea una nueva estructura de
autoridad; la obediencia y la sumisión desaparecen y queda el honrar a los padres. La pregun-
ta ahora es: ¿De qué manera le honrarán sus hijos? ¿Por devoción o por obligación?

Para algunos hijos honrar a sus padres será una experiencia agradable; para otros resultará
muy difícil. Algunos son conscientes del enorme valor que tienen sus padres y reconocen que
son el resultado del cuidado diligente y del cariño de sus padres. Para otros el dolor del pasa-
do, la falta de confianza o la actual falta de una relación significativa reduce el acto de honrar
a una obligación y no a una devoción. ¿Qué relación tendrá usted con sus hijos? Dios les exige
que lo honren, pero será usted, por la manera en que se porta actualmente, quien determine si
ese honor resultará por obligación o por devoción. Pocas cosas en la vida son más hermosas
que ver a los hijos volverse adultos y ver cómo aumenta su aprecio y honra hacia sus padres.
No les prive del gozo de honrarles.

Las 4 etapas de la paternidad


La META final es la AMISTAD con sus hijos, pero no puede ser el inicio de la relación. Cada
etapa depende de la anterior para lograr la meta.

l. DISCIPLINA nacimiento - 5 años


META: CONTROLAR / INSTRUIR
Los padres establecen el derecho de guiar las vidas de sus hijos.
Hay límites que cederán a libertades a medida que el niño demuestra un comporto le--o
responsable.
Tenemos que controlar a los hijos para poderlos educar.
2. ENTRENAMIENTO 6- 12 años
META: CORREGIR / INSTRUIR
Los padres son como un entrenador deportivo: practican, hacen ejercicios con
los hijos, los paran, les corrigen, les explican.
El niño aún no está en la vida real, sólo está en la práctica.

3. DIRECCiÓN TÉCNICA 13-19 años


META: DIRIGIR / INSTRUIR
Los padres pueden dar sugerencias, pero no pueden parar el partido para ense-
ñar, explicar.
Los hijos ya están en el "partido" de la vida real; ellos juegan, se mueven
solos.
La forma en que el padre dirige determina:
la forma en la que los hijos juegan
la forma en la que los hijos responden a las sugerencias del padre
Si los padres han establecido el derecho de guiar sus vidas, podrán
entrenarlos y dirigirlos.

4. AMISTAD 20+
META: DISFRUTAR / INSTRUIR
La amistad es la meta de la relación con los hijos.
Aunque la relación padre-hijo no termina, se empieza un nuevo estilo.

Preguntas de repaso:
1. Lea Romanos 13: l. ¿Por qué debe enseñarle a su hijo a respetar la autoridad?

2. Explique el propósito de la obediencia en la vida de un niño.

3. ¿Por qué se debe requerir un comportamiento correcto aún cuando el niño no


haya logrado apropiarse de los valores bíblicos?
4. Haga una lista de las 4 fases de la paternidad, con las edades relacionadas. ¿En Cl
etapa está(n) su(s) hijo(s)? ¿Debe ajustar su rol con ellos según su edad?

ESTA SEMANA EN CASA:


l. Observe con sus niños a su alrededor durante la semana y hagan una lista de los
irrespetos a la autoridad que hayan registrado.

2. Con su cónyuge (o, si es cabeza de familia, con unta) amigota) de confianza), evalúe
su relación con sus padres. ál.os honra por deber o por devoción? Evalúe por qué, y
mire su relcción con sus hijos. ¿Qué debe cambiar o afirmar para disfrutar del gozo
de la honra por devoción?
Desarrollo del carácter:
r.nayores,cor.npañeros/
hermanos. propiedad
y naturaleza
En este capítulo hablaremos sobre otras relaciones a partir de las cuales se instruye
el carácter: los mayores, compañeros y hermanos, propiedad y naturaleza. Vere-
mos los fundamentos bíblicos al respecto y daremos ejemplos acerca de cómo
manejarlas.

Las creencias y las acciones


Para los adultos las creencias preceden a las acciones; en el caso de los runos
sucede lo contrario. Mientras que los adultos ordenan sus vidas según su sistema de
creencias, los niños pequeños no lo hacen; sus reacciones son por naturaleza
impulsivas y, sin la dirección moral, sus acciones serían egoístas. Los padres no
deben esperar hasta que el niño adquiera un conocimiento total de los valores
bíblicos para exigir un comportamiento correcto; deben exigirlo aunque el niño no .
pueda entender el por qué. No hay que esperar a que el niño entienda la diferencia
entre el bien y el mal antes de animarlo a hacer el bien y evitar el mal.

Por otro lado los padres debemos darles ejemplos concretos acerca de cómo hacer
lo correcto. No podemos decirles simplemente que sean amables o respetuosos sin
mostrarles de manera específica cómo pueden serlo.

El respeto a los mayores


Si hay algo que se ha perdido en los últimos años, ha sido el respeto hacia los
mayores. En el pasado los padres enseñaban este respeto a sus hijos y la edad era
una institución reconocida; en la actualidad, nuestra sociedad simplemente tolera
a las personas de edad. Mañana, si no se produce ningún cambio, las considerare-
mos una carga.

Levítico 19:32 dice: "Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del
anciano y de tu Dios tendrás temor". Job dijo: "En los ancianos está la ciencia, y en
la larga edad la inteligencia". (Job 12: 12). El mensaje es claro: honrar la edad es honrar a
Dios, yeso debe ser la razón que demos a nuestros hijos.

A continuación presentaremos algunos ejemplos sobre cómo respetar la edad:

La juventud y la edad

Actos sencillos como permitir que el adulto pase por la puerta, sea quien primero se sirva la
comida, cederle el puesto en un bus o en un auditorio, reflejan una actitud de respeto por la
edad. Insistir en estas acciones y enseñar los principios que las apoyan ayuda a cultivar accio-
nes y creencias correctas en nuestros hijos.

La regla de interrupción

Enseñar a sus hijos la manera correcta de interrumpir una conversación es otra manera prácti-
ca de mostrar respeto hacia los demás. zCómo se puede hacer esto? Cuando sus hijos necesi-
ten interrumpir, haga que le pongan la mano sobre su brazo o su mano hasta que usted les
responda. No deberán jalarle la ropa, darle golpecitos o llamarlo insistentemente. Usted de-
berá poner su mano sobre la del niño, y de ese modo él sabrá que usted se ha dado cuenta de
su necesidad.

Esperar es una disciplina relacionada con el autocontrol que afecta todos los aspectos del
desarrollo, por lo tanto trabaje sobre el esperar en general y aplique muchas maneras de
enseñar esta disciplina. Por ejemplo: cuando sus hijos salgan del carro, puede enseñarlos a
esperar tocando el carro con la mano hasta que papá o mamá estén listos para caminar.

La timidez y el respeto

La timidez no debe usarse como excusa para la mala educación. Los puntos fuertes o débiles
del temperamento no eximen al niño de acciones correctas. Si alguien saluda a su hijo, él debe
responder, si le hacen un cumplido, debe agradecer. Enséñelea ser educado; antes de salir a
una reunión muéstrele cómo debe saludar, cómo debe agradecer, haga ensayos con él y, si es
necesario, infórmele sobre las consecuencias por no contestar como es debido. Todos los niños
aprenderán a ser educados sea cual sea su disposición personal, siempre y cuando los padres
tomen la determinación de ayudarlos.

Uso de Señor y Señora

El uso de títulos como Señor y Señora, es una manera de enseñarle a un niño que él no está al
mismo nivel del adulto ni en edad, ni en experiencia ni en sabiduría; él todavía está creciendo
y debe reconocer lo que los mayores pueden aportarle.

Llamar a los adultos por su primer nombre no fortalece las relaciones ni hace que el niño se
sienta más seguro; lo único que hace es confundir los papeles en la sociedad. Los niños nece-
sitan ser niños, y los adultos, adultos. Ellos no buscan amigos adultos, buscan adultos que los
guíen y les muestren uno manero seguro de vivir. Lo profundidad en uno relación se establece
por medio de factores como lo amabilidad, lo paciencia, el respeto, lo honestidad y no por el
uso de los primeros nombres.

El respeto por los iguales


Un igual es alguien de lo mismo categoría o dignidad. Los iguales de nuestros hijos incluyen
tonto o los hermanos como, o los amigos y compañeros de salón, entre otros.

Anime o sus hijos o ser felices cuando algo bueno le sucede o un hermano. Cuando uno de
ellos cumplo años, los hermanos no necesitan recibir regalos. Recuérdeles continuamente o sus
hijos que son el mejor amigo el uno del otro y que deben aprender o respetarse y cuidarse.

Enseñando la sensibilidad hacia otros

No se limite o enseñarle o su hijo o controlar su comportamiento; enséñele o ser sensible ante


los sentimientos de sus iguales. Lo sociedad se encargará de controlar el comportamiento
hostil; usted deberá inculcarle o sus hijos lo sensibilidad hacia los demás.

Existen investigaciones que muestran que los niños que participan en los trabajos domésticos
son más sensibles respecto o los miembros de su familia que aquellos que no comporten nin-
guno responsabilidad familiar. Toreos relacionados con el cuidado de lo familia como poner
lo meso, lavar los platos, dar de comer o lo mascota, extender lo ropo, etc. despiertan uno
mayor preocupación por el bienestar de los demás que aquellos que sólo cumplen responsa-
bilidades personales como tender lo como o preparar su propio ropo.

Marcos 12: 31 ')1.morás a tu prójimo como o ti mismo". ¿Hasta qué punto es su hijo sensible en
su relación con los demás? zCuóndo el prójimo de su hijo tiene hombre, le dará algo de
comer? zCuóndo el prójimo de su hijo se siente sólo, le dará su hijo su amistad? ¿Hasta qué
punto está su hijo en contacto con los sentimientos y necesidades de otros niños? Mostrar cari-
ño y amistad 01 niño nuevo o 01 niño rechazado en lo clase es un gesto de interés y compasión.
Que su hijo o hijo tiendan uno monoe otro niño por ninguno otro rozón que por amor o lo
amabilidad confirmo lo presencio de Dios en su corazón.

Enseñando la gratitud

Parece, o veces, que Dios es injusto. En realidad, lo vida es cuestión de pe-scec+;o y esto es
algo que deberíamos recordar o nuestros hijos.

Es injusto que su hijo tengo dos ojos que pueden ver lo belleza de o p"ec""'_;::::::, le -ernura de
un gatito, o lo expresión de amor de lo coro de sus podres, cuanco r-c . - ;:;:::~cue '10 pueden
ver sino lo oscuridad. Es injusto que su hijo puede oír el bovr Ce :::5 e ::: ::= _- ocoflor, el
balido de uno ovejita, lo caído delicado de lo llovizno, o su 0"0::::::: ::: __ ::-::: e ,,'ños que
no oyen nada. Es injusto que su hijo tenga dos piernas que lo llevan donde quiere ir,
o rodillas para agacharse a orar, cuando hay niños que están limitados a una silla
de ruedas o a una cama de por vida.

Es cierto, la vida es injusta, y la injusticia es relativa a nuestras propias circunstan-


cias. La mayoría de las personas miran la justicia con respecto a lo que no tienen,
olvidando todo lo que tienen. Enséñelesa sus hijos que la vida no es justa. Muéstre-
les todo lo que tienen en comparación con otros. Cuando les ofrece esa perspecti-
va, les ayuda a ser sensibles a los sentimientos de los demás. Solamente cuando
aprendan a estar agradecidos por lo que tienen aprenderán a estar satisfechos. El
secreto de la satisfacción humana es el agradecimiento. Mirar todo lo que el Señor
nos ha dado nos produce un corazón agradecido. En contraste, estar insatisfechos
nos mantiene enfocados hacia nosotros mismos. Y cuando miramos hacia adentro,
estamos limitados para cumplir el mandato moral de la Escritura: considerar el
gran valor de los demás.

El respeto por la propiedad

El respeto por los derechos de propiedad de otros es otra faceta de la instrucción


moral. La Biblia habla acerca de la propiedad privada desde el principio mismo.
Por todo el Antiguo Testamento se encuentran leyes que protegen el derecho de
posesión del hombre, empezando por el octavo mandamiento, "No robarás" (Exo-
do 20: 15). Jesús animó el uso apropiado de estas leyes, y usó con frecuencia el
dinero y las posesiones como motivos de enseñanza.

Cómo comenzar

La enseñanza del respeto a la propiedad privada empieza en el hogar. Cuando


nuestros hijos están muy pequeños, debemos enseñarles a respetar la propiedad de
otros, empezando por nuestra propia sala. Cuando visitemos amigos, no reorqoru-
cemos la sala porque sus cosas son muy tentadoras para ellos.

Actualmente los padres están más preocupados por lo que es psicológicamente


saludable que por lo que está moralmente bien o mal. En muchos ambientes, el
deseo del niño prevalece sobre la obligación de los padres de educarlo. Entre más
prevalece esta actitud, más insensibles nos volvemos hacia los demás y su propie-
dad.

Concediendo valor a la persona y no a la propiedad

El proceso para enseñar el respeto por la propiedad comienza inculcando respeto


hacia la persona. Es importante reconocer que el objeto de propiedad no es la
base del respeto; lo es el propietario. Considerar la persona como el objetivo del
respeto evita que caigamos en el respeto condicional. Por ejemplo: el estado del
prado del jardín del vecino no tiene nada que ver con mi obligación de respetarlo.
Así esté descuidado no debo ensuciarlo ya que es mi vecino quien merece respeto
independientemente de cómo esté su jardín.

El valor que se deriva del trabajo

Para respetar la propiedad de otro es preciso entender la relación que existe entre
trabajo y valor. El trabajo define el valor; un niño que trabaja para comprar su
bicicleta la valorará más que aquel que la recibe como regalo.

Recomendamos que el trabajo forme parte de la instrucción del runo. Existen dos
clases de trabajo: el trabajo como deber y el trabajo remunerado. El primero se
relaciona con la responsabilidad que tiene una persona con su familia (poner la
mesa, lavar los platos, etc), no se hace por dinero sino para ayudar al equipo.
Todos hacen algo por la familia. El trabajo remunerado se hace por compensación
económica y enseña a valorar lo que tiene.

El respeto a la naturaleza
Existentres razones por las cuales debemos respetar la naturaleza:

7. Porque la naturaleza fue creada por Dios

Dios creó tanto la flor como al hombre, pero creó la flor para el hombre. Los obje-
tos de la naturaleza no poseen la misma esencia que el hombre, pero la naturale-
za, al igual que el hombre, tiene un valor inherente, como resultado del proceso de
la creación.

2. Porque Dios le dio al hombre dominio sobre la naturaleza

Dios instruyó a Adán para que cuidara del jardín y dominara sobre él (Génesis
1:28). Tomar dominio sobre la creación no significa destruir la naturaleza sino con-
servarla. La obligación del hombre es ser un mayordomo de la creación, yeso
implica protegerla y cuidarla.

3. Porque respetamos a los demás

Respetar la naturaleza debe incluir la consideración hacia aquellos que vienen de-
trás de nosotros, los que están junto a nosotros, o los que van delante de nosotros.
Decidir no tirar basura en la carretera, así sea biodegradable, debe basarse en os
derechos que tienen los demás de disfrutar la belleza del paisaje.
Preguntas de repaso:

l. ¿Porqué la timidez no puede ser una excusapara el irrespeto?

2. ¿Porqué es importante que nuestros hijos participen en los trabajos de la casa?

3. ¿Qué diferencia existe entre el trabajo por deber y el trabajo remunerado?

4. Dé tres razones por las cuales debemos respetar la naturaleza.

ESTA SEMANA EN CASA:


1. Enseñea su hijo a usar la norma de interrupción y comparta cómo le fue.

2. En familia, hablen de la necesidad de demostrar respeto y honor hacia los adultos


que forman parte de su vida. Busquenuna f:Qrmatangible de hocerlo y compartan
ton sus gruRos lo que-l:il~ieron. -
-:!,..,-
" rrs - - ~~

"'
3. Hable con sus hijos sobre la importancia del trabajo doméstico, y acuerde con ellos
tareas para los distintos miembros de la familia.

4. Comente con sus hijos cuál es la importancia del trabajo remunerado, y si es conve-
niente, precisen qué trabajo podrán realizar.
El papel del papá
Todos los niños nacen con un sentido de confianza en sus padres. Durante los pri-
meros años creen todo cuanto les decimos, tanto si es verdad como si no lo es. A
medida que crecen van cambiando su confianza inquebrantable en papá y mamá
por una opinión acorde con la confianza que ambos se merecen.

Nuestros hijos se tendrán que enfrentar a un sinnúmero de situaciones que los harán
perder la confianza en los demás. Las amistades, relaciones laborales y amorosas
representan oportunidades para perder la confianza. La vida de sus hijos se verá
llena de incertidumbres, pero usted no tiene que ser una de ellas. ¿Esusted digno
de la confianza de sus hijos? zScben ellos que por muy temible que resulte la vida,
papá estará ahí para quererlos, aceptarlos, ayudarlos y guiarlos? En este capítulo
presentaremos ocho maneras que le permitirán cultivar un sentimiento de confian-
za con sus hijos.

Definición de la confianza

La confianza no es una emoción humana sino un sentimiento hacia una persona,


lugar o cosa. Entramos en un ascensor porque creemos que la maquinaria es capaz
de elevarse.

También los niños confían muchos aspectos a sus padres. Confían en nosotros su
bienestar físico, aprenden a confiar en nuestro juicio respecto a los asuntos de la
vida ("el viento está muy fuerte, vas a perder la cometa"), confían para que les
expliquemos hechos básicos como "10 leche se daña si no la metes en el refrigera-
dor" y en nuestra sabiduría "Ias malas compañías corrompen nuestra moral".

¿Acaso sus hijos confían sólo en que usted les provea sustento, les presente hechos
y juicios, o también confían en usted como persona?

Crear una relación de confianza con su hijo o con su hija no es algo que vaya a
suceder por casualidad; he aquí 8 no-negociables que podrán ayudarle:

1. Cultive un sentimiento de identidad familiar


Los investigadores han descubierto que los adolescentes que tienen un sentimiento
de identidad familiar tienen menos posibilidades de padecer trastornos emociona-
les, ideas y comportamientos suicidas, manifestar comportamientos violen os, fu-
mar, beber alcoholo usar drogas. Si sus hijos no pueden confiar en us'eo los mu-
chachos de su edad moldearán la vida de sus hijos más de lo que lo haró usied.
Animamos a los padres a que verbalicen su placer y emoción por tener la familia que tienen.
Fortalezcan el sentimiento de identidad familiar mediante afirmaciones como: "Mi familia me
gusta muchísimo", "Le agradezco a Dios por habernos puesto a todos juntos", "Niños, tienen
una mamá increíble" ...

Otras estrategias para cultivar la identidad familiar: tener un tiempo de lectura compartida en
la cual alguno de los miembros de la familia lee a los demás, celebrar semanalmente el día de
la familia ( algunas veces serán los padres quienes lo organicen; otros los hijos), pasear con sus
hijos, caminar con ellos en las noches... Estas ideas lo ayudarán a que cuando sus hijos aban-
donen el hogar estén llenos de recuerdos gratos de lo que fue la vida con sus padres.

2. Demuestre continuamente amor hacia su esposa


Los niños se benefician enormemente de la demostración de amor entre los padres. Necesitan
sentirse tranquilos viendo que papá está enamorado de mamá. Un padre podrá estar muy
involucrado con sus hijos haciendo excursiones, ayudándolos con las tareas, pero puede anu-
lar los resultados de sus esfuerzos si no cultiva continuamente una relación de amor con su
esposa. El amar a su mujer es un requisito indispensable para crear la confianza en sus hijos.

3. Entienda y respete el mundo privado de su hijo


Si desea averiguar lo que está pasando con sus hijos, necesita tener acceso a su mundo priva-
do. Todas las personas viven en tres mundos: el público (actividades sociales, trabajo ... ), el
personal (amigos y familiares) y el privado. En nuestro mundo privado están nuestros pensa-
mientos más intimos, nuestros sueños, anhelos, y nadie lo puede visitar sin nuestra invitación
porque tiene lugar en nuestro interior.

Existe un interesante fenómeno en el caso de los runos llamado "ventana abierta" que con
frecuencia se pierden los padres que están demasiado ocupados. Las ventanas abiertas son
momentos en los que nuestros hijos nos invitan a entrar en su mundo privado. Esos momentos
pueden tener lugar cuando paseamos juntos, cuando los acostamos, cuando comemos con
ellos ... De manera inesperada ellos abren la ventana de su corazón y nos invitan a entrar. Por
ejemplo, mientras está acostando a su hija y preguntándole cómo le fue en el colegio, ella le
puede preguntar si cree que es bonita. Si usted puede demostrar que es digno de confianza
durante los momentos vulnerables en sus primeros años, ellos acudirán a usted cuando sean
mayores.

4. Cumpla sus promesas


Los padres sabemos que nuestros hijos nunca olvidan nuestras promesas. Si les decimos que el
domingo saldremos de paseo ellos estarán pensando en eso toda la semana y se sentirían muy
desilusionados si no les cumplimos. Para merecer su confianza debemos realizar lo que les
prometemos y no crear expectativas que no podamos cumplir. No debemos caer en el error de
evitar hacerles promesas por temor a no poderlas cumplir; al contrario, debemos aprovechar
las promesas como un modo para ir mereciendo la confianza de nuestros hijos.

5. Dele a su hijo la libertad de fracasar


Asegúrele a su hijo que, siempre y cuando haya hecho un verdadero esfuerzo, el fracaso es
perfectamente aceptable. Sus hijos necesitan saber que usted considera sus fracasos como los
primeros pasos hacia el éxito. Como sucede con tantas experiencias en la vida, es mejor inten-
tarlo y fracasar, que no hacerlo.

Sus hijos necesitan saber que usted también ha tenido fracasos y que pueden compartir sus
sentimientos cuando se sienten decepcionados. Necesitan sentirse seguros de que su relación
como padres e hijos no se basa ni en el fracaso ni en el éxito. Desecuenta de que no es el temor
al fracaso en sí lo que hace que los niños vacilen, sino el temor a fallarle a alguien que con
frecuencia es el padre. Es preciso que le de usted a sus hijos razones para que confíen en un
padre que seguirá siendo cariñoso y que los va a aceptar cuando fracasen.

6. Exprese a su hijo lo especial que es para usted


Tómese muy en serio la necesidad que tiene su hijo de saber que lo considera especial, lo que
para usted puede que no sea de gran importancia sí puede serlo para su hijo. Una nota en la
lonchera diciendo "Espero que pases un buen día en el colegio. Te veré cuando llegue a casa.
Te quiero, papá" es un ejemplo de cómo puede estimular y ganar la confianza de sus hijos.
Cuanto mayor sea su hijo, tanto más necesitatener noticas por escrito de su padre. Dedique el
tiempo necesario para escribirle una carta al menos una vez al año. Nuestros hijos necesitan
tener a alguien en su vida que crea en ellos. ¿Porqué no puede ser el papá?

7. Abrace a su hijo
Hay algo especial respecto a los abrazos del padre. Los abrazos de la madre traen consuelo;
los del padre seguridad. Ni el tiempo, ni la edad, ni el género deberían limitar el contacto
físico sano del padre. Nuestros hijos no son nunca lo suficientemente mayores como para que
no les besemos o abracemos.

Muchos padres comienzan a alejarse físicamente de sus hijas cuando empiezan a hacerse
mujeres y esto resulta muy doloroso para ellas. Su hija sigue siendo una niña pequeña que
necesita los besos y abrazos de su padre. Si deja usted de comunicarle su amor por medio de
su contacto físico, corre el riesgo de que ella supla esta necesidad con la persona equivocada.
8. Cree confianza en la Palabra de Dios

Todas las ayudas expuestas hasta el momento resultan inútiles si el padre es como
el hombre insensato que edifica su casa sobre la arena (Mateo 7:24-27). Porque
cuando las tempestades de la vida vienen arreciando, zquedoró algo después de
que pase? Sin la verdad bíblica la familia no tiene dirección definitiva.

Los padres necesitan poner en práctica el liderazgo espiritual en el hogar. Lea y


enseñe usted la Palabra de Dios a sus hijos y comuníqueles el mensaje bíblico de
salvación por medio de Jesucristo.

Preguntas de repaso:

l. ¿Por qué es tan importante la identidad familiar en la adolescencia?

2. Dé un ejemplo en el que haya vivido con su hijo el fenómeno de "ventana


abierta" .

3. ¿Cuál debe ser la actitud del padre respecto a los fracasos de los hijos?

4. ¿Porqué es importante para un padre abrazar y cargar a sus hijos?

ESTA SEMANA EN CASA:


Papá: Siéntesey haga la lista de los 8 no-negociables que se mencionaron en
esta lección y seleccione tres de ellos para trabajarlos. En sus grupos de la
próxima clase, comparta cuáles fueron elegidos y cómo respondieron sus hijos.
(Esposas,iopoyen a sus espososl]. .
Los principios
de la obediencia

La desobediencia es uno de los problemas más frecuentes que enfrentan los padres
y una de las causas de mayores conflictos a nivel familiar. En este capítulo veremos
por qué la obediencia es importante y cómo podemos enseñarla a nuestros hijos.

Dios y la obediencia

Dios concede enorme importancia a la obediencia. Efesios 6: 1 instruye: "Hi¡os,


obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es iosto." Colosenses 3:20 conti-
núa diciendo: "riúos. obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Se-
ñor". La obediencia y la desobediencia son actos morales; no preferencias indivi-
duales.

La obediencia es esencial para un gobierno familiar apropiado. Si sus hijos care-


cen de obediencia, sus esfuerzos por instruir sus corazones serán vanos. Honrar a
los padres es un mandamiento que permanece constante desde los primeros años
hasta la edad adulta. Durante los primeros años la manera en que los niños honran
a sus padres es a través de la obediencia y según van madurando, la obediencia
por obligación se va transformando en una obediencia por sumisión.

Colosenses 3:20 deja claro que los hijos deben obedecer a los padres, sin embar-
go, el versículo 21 dice: "Padres, no exasperen a sus hiios no sea que se desani-
men". Esta advertencia a los padres no compromete la norma presentada a los
hijos en el versículo 20, sino que recuerda a los padres que la autoridad bíblica no
es insensible ni arbitraria. Los padres no deben ejercer su autoridad sin pensarlo; la
autoridad bíblica no es caprichosa ni inconsistente. Evitar la exasperación no signi-
fica comprometer la norma sino actuar con sabiduría al respecto.

Características de la obediencia

Debemos enseñar a nuestros hijos a obedecer de acuerdo con el carácter de la


verdadera obediencia. La tarea no es tan difícil como parece; de hecho, la verda-
dera obediencia es más difícil para el padre que para el hijo. Las expectativas que
tenemos respecto a nuestros hijos son definitivas; muchos padres esperan muy poco
yeso es lo que reciben.
Debemos esperar que la obediencia de nuestros hijos sea: inmediata, completa, sin desafío y
sin queja. Cuando los padres tienen un alto nivel de expectativasrespecto al comportamiento
de sus hijos y sus hijos actúan conforme a dicho nivel, la obediencia se convierte en algo
atractivo para ellos ya que les asegura un alto grado de aprobación por parte de sus padres.
Por el contrario, el sentido de aprobación, amor y aceptación que tienen los niños cuyos pa-
dres carecen de un nivel de expectativaselevado es muy bajo.

Maneras como enseñamos la desobediencia


He aquí cuatro maneras en que los padres enseñamos la desobediencia:

1. Amenazando y repitiendo

La falta de fortaleza moral y de decisión en los padres mina la verdadera obediencia. ¿Porqué
un niño obedece a la tercera vez y no a la primera? Porquesabe que no es necesario obedecer
a la primera. En su casa la obediencia depende del estado de ánimo de sus padres y no existen
consecuencias claras para la desobediencia.

2. Sobornando

Con el fin de controlar el comportamiento de los hijos, algunos padres usan sobornos ("si te
portas bien te compro una colombina"), amenazas ("sí te portas mal no te compro nada") o
incluso tácticas de miedo ("sí te portas mal le digo al policía que te lleve con él"). Estas
acciones establecen una motivación falsa e inadecuada para la obediencia, restándole por
tanto valor a la obediencia.

3, Negociando en conflicto

Muchos padres están dispuestos a negociar la obediencia en medio del conflicto. Cuando los
padres se caracterizan por aceptar siempre un compromiso negociado (la mamá que le pide
al niño guardar los juguetes antes de ir a almorzar, y finalmente acepta que el niño coma con
dos juguetes en la mesa) están minando sus esfuerzos para lograr la obediencia inmediata y
sus hijos aprenderán que ninguna instrucción es absoluta.

4. Compasión mal usada

En ocasiones los padres nos dejamos llevar por sentimientos mal entendidos, sintiéndonos
culpables por ocasionar o ver tristeza en nuestros hijos, y decidimos suspender las consecuen-
cias para que ellos no se sientan mal, justificando su comportamiento. Este comportamiento
puede animar a nuestros hijos a desobedecer frontalmente porque no vivirán ninguna conse-
cuencia.
Cómo enseñar /a obediencia

A continuación se presentan algunas recomenda"ciones que nos ayudarán a enseñar a nuestros


hijos a obedecer:

1. Asegurarnos que comprendan la orden

Acostúmbrese a que su hijo lo mire a los ojos cuando usted le habla y exíjale una respuesta
verbal como "si mamá"; de este modo usted confirma que su hijo comprendió la instrucción y
que está dispuesto a obedecer.

2. No dar una orden si no tenemos la intención de que la obedezcan

Si damos órdenes que no esperamos que se cumplan, nuestros hijos aprenderán a hacer caso
omiso de nuestras instrucciones. Si queremos que se acuesten, no expresemos la orden como si
fuera una opción; presentémosla como un mandato que esperamos sea obedecido.

3. Una advertencia dando cinco minutos de tiempo

La instrucción de los padres que interrumpe o pone fin a una actividad, con frecuencia debería
ir precedida por una advertencia. Decirle a un niño que está viendo su programa preferido en
televisión que en cinco minutos deberá pasar al comedor, ayuda a aliviar la tensión entre el
deseo del niño por continuar su actividad y lo necesidad de obedecer.

4. Ofrecer una salida

Cuando vemos que la tentación por desobedecer es demasiado grande, ofrezcamos una sali-
da. Por ejemplo: dos hermanos se pelean por un juguete; es posible que el mayor sepa cuál es
el castigo por pegarle al más pequeño, pero debido a que siente que lo han tratado injusta-
mente, la tentación de usar la fuerza es grande. La salida al conflicto puede ser llevar el proble-
ma a la persona que lo puede solucionar justamente; el padre, la madre, la profesora ...

5. Aplicar las consecuencias con constancia

Uno de los errores más frecuentes que cometemos los padres es la falta de constancia en áreas
concretas de la educación de nuestros hijos. Si queremos enseñarles a obedecer, la constancia
es definitiva. Las consecuencias por la desobediencia no pueden depender de nuestro cansan-
cio o estado de ánimo. Enseñamos a nuestros hijos la obediencia si ellos se dan cuenta que su
desobediencia siempre trae consecuencias; por otro lado, sentirán una mayor seguridad por-
que saben exactamente lo que esperamos de ellos. La inconsistencia en los padres produce en
los hijos el desprecio por la norma de la obediencia.
La meta de la iniciativa propia

Queremos lograr que nuestros hijos tomen la iniciativa hacia la obediencia sin te-
ner que inducirlos.

Hay cuatro niveles de iniciativa. Evalúe en cuál está su hijo.

1. Iniciativa propia

Esel nivel más alto, más deseado. El niño responde con acciones y actitud correctas
sin ser instruido. Ejemplo: Lauro vio que su alcoba estaba desordenada y se puso o
ordenarlo por su cuento. Debemos reforzar mucho esta acción cuando ocurre: físi-
camente, verbalmente, aún con un premio.

2. Iniciativa impulsada

El niño responde inmediatamente a una instrucción recibida. Eiemplo: La mamá de


Laura le pidió que ordenara su alcoba. Laura respondió, "sí, mamá" y fue a hacerlo.
La actitud es importante, porque determina hasta qué punto el niño acepta la auto-
ridad del padre. No le tiene que gustar lo que le fue pedido, pero su actitud debe
mostrar una aceptación de su responsabilidad.

3. Iniciativa forzada

En este nivel, el niño responde tarde o con queja. Ejemplo: Cuando su mamá se lo
dice, Laura se para a ordenar su alcoba, pero lo hace de mala gana. Se ve la
acción correcta, pero lo actitud incorrecta. Muchas veces se premia al niño por com-
pletar el oficio sin ponerle atención a su actitud. ¡ ¡ [Si se premia así, el niño nunca
llegará a los niveles 2 y 1!!!

4. Iniciativa suprimida

Es el nivel más bajo, y fácil de motivar si no tenemos cuidado. Estenivel se caracte-


riza por acciones y actitudes incorrectas. Eiemplo: Después de haber recibido lo
instrucción, Lauro siguió coloreando como si su mamá no le hubiera dicho nada. La
mamá de Laura termina ordenándole la alcoba. ¿Porqué? Es más fácil, más rápido
que obligar a la niña. La mamá evade el conflicto. La niña aprende que si espera,
otra persona hará el trabajo.

¿En cuál nivel están sus hijos?


¿Qué puede hacer para motivarlos hacia los niveles 1 y 2?
Preguntas de repaso:

l. Según Col. 3:21, áqué debemos evitar? Explique.

2. Dé un ejemplo de tres formas en las que se puede enseñar la desobediencia:

1)
2)
3)

5. ¿Cómo ayudan el contacto visual y la respuesta verbal a la obediencia?

4. ¿ En qué consiste la iniciativa propia?

ESTA SEMANA EN CASA:


1. Trabaje con constancia la obediencia inmediata. Estélisto para compartir los resul-
tados de su esfuerzo.

2. Ponga en práctica la idea de la advertencia de 5 minutos. ¿Cómo le ayudó a ser


justo?
Cómo disciplinar a su hijo
Una de las mayores luchas que enfrentamos como padres se refiere a la manera en
que debemos disciplinar a nuestros hijos. Muchas veces nos sentimos impotentes
porque no sabemos qué hacer; otras frustrados porque nada parece funcionar. En
este capítulo hablaremos acerca de qué significa la disciplina y veremos acciones
concretas que nos permitirán enfrentar con mayor seguridad la formación moral de
nuestros hijos.

La disciplina desde una perspectiva bíblica


En la actualidad definimos socialmente la disciplina como algo que significa pegar
o castigar, pero la verdadera disciplina bíblica se refiere a otra cosa: enseñar al
corazón. Hay algo en el corazón del niño donde los padres deben llegar. Proverbios
22: 15 dice: "La necedad es parte del corazón iuvenil". La Biblia nunca se refiere a
un niño como un necio, pero describe a un necio como una persona adulta a quien
sus padres nunca le educaron el corazón para sacar de él la necedad ..

La disciplina no es una acción adoptada en el momento de imponer una correc-


ción, sino una relación continua entre un maestro y un discípulo, un padre y un hijo.
Disciplinar es un proceso de instrucción y aprendizaje que fomenta el desarrollo
moral.

La disciplina tampoco es un proceso centrado en la correccion de los comporta-


mientos negativos; la disciplina también busca estimular los comportamientos po-
sitivos. Ya hemos visto que los padres tienden a dedicar más tiempo y energía a
suprimir el comportamiento díscolo en sus hijos que a ensalzar sus buenas accio-
nes. Este es un aspecto en el que muchos padres fracasan, especialmente durante
los primeros años .. Durante ese tiempo, los padres están tan preocupados por man-
tener todo bajo control, corrigiendo continuamente a sus hijos, que se olvidan de
animarles. Todos sabemos por experiencia personal que la falta de estímulo des-
anima. Si bien necesitamos hacer lo primero, permanentemente debemos estar fo-
mentando lo positivo.

La disciplina bíblica consiste entonces en un número de principios y acciones tanto


estimulantes como correctivos. Como ejemplos de estímulo tenemos la alabanza
verbal y los premios; el lado correctivo consiste en consecuencias naturales y conse-
cuencics estructuradas como la pérdida de privilegios, el castigo físico y el aisla-
miento.
Las palabras positivas

Las palabras restrictivas son necesarias en el proceso de formación, pero debemos


frenarnos con el propósito de comunicar lo positivo. Esto requerirá autodisciplina,
pero los esfuerzos aportarán grandes beneficios.

En lugar de decir... Digamos ...

-no derrames tu sopa cuando la lleves -camina despacio y lo lograrás

-no hables tanto -necesitas aprender a escuchar

-no dejes desorden -sé responsable y recoge

El comienzo de todo: La instrucción


Aprender a comunicar de manera efectiva las instrucciones a nuestros hijos es esen-
cial para hacer bien nuestro papel de padres. Hay dos formas de instruir: l. Verbal-
mente 2. Con el ejemplo. Si no instruye usted a sus hijos, ácórno podrán ellos saber
lo que se les exige? Si no vive usted la virtud que está usted comunicando, áqué
significado puede tener? El conocimiento moral y el ejemplo de los padres son
absolutamente necesarios para ayudar a los niños a internalizar los valores.

Diferencia entre habilidades y comportamientos morales


Al disciplinar a nuestros hijos debemos diferenciar las habilidades de los compor-
tamientos morales. Las acciones son o morales o moralmente neutras (no morales).
Las habilidades son actividades no morales; montar en bicicleta no es algo ni bue-
no ni malo, por tanto no es una acción moral. Al igual que los comportamientos,
las habilidades también requieren de instrucción; la diferencia está en que en el
caso de los comportamientos empleamos tanto el estímulo como la corrección,
mientras que para las habilidades sólo usamos la motivación, con paciencia y di-
rección. Para que el niño esté dispuesto a invertir tiempo y esfuerzo en la práctica
necesaria para el desarrollo de una habilidad, debe existir alguna motivación. Esta
puede ser la alabanza verbal o los incentivos de meta.

Diferencia entre niñería y necedad


Aunque tanto la niñería como la necedad traen consecuencias, es importante que
reconozcamos la diferencia entre estos dos comportamientos. Mientras que lo ne-
cedad es algo negativo que debemos sacar del corazón de nuestros hijos (Proverbios 22: 15),
la niñería es un comportamiento infantil inocente. La necedad es intencional; la niñería no. La
palabra necedad quiere decir desobediencia, carente de sabiduría, rebelión. Si un niño tropie-
za con una mesa y rompe un florero, no hay en ello ninguna mala intención, es algo accidental
que se da sin propósito; es niñería. Si tira el balón en la casa contra las reglas y rompe el
florero, es necedad.

La labor de los padres, por lo tanto, es transformar el corazón de lo que es a lo que debe ser y
ese es el propósito de la disciplina bíblica. Los padres deben dirigir sus esfuerzos hacia el
objetivo común de eliminar la necedad que está ligada al corazón del joven y reemplazarla
por sabiduría.

Pautas para la corrección

Hay dos objetivos en el proceso de corrección. El primero es ayudar a nuestros hijos a hacerse
responsables de sus decisiones y el segundo es ayudarles a aprender a tomar decisiones co-
rrectas. La manera más efectiva para que nuestros hijos reconozcan sus decisiones incorrectas
es permitiéndoles experimentar las consecuencias de las mismas.

Recuerde que la motivación para la corrección siempre debe ser EL BIEN de su hijo y nunca el
deseo de VENGARSE o desquitarse por su acción. A continuación se presentan algunas pautas
que lo ayudarán a ser justo y efectivo al corregir a sus hijos:

1. Precisar el motivo de la acción - ¿niñería o necedad?

Los padres deben preguntarse si la mala acción de su hijo fue accidental o intencional ya que
la clase de corrección dependerá de la presencia o ausencia de un motivo malintencionado.

2. Buscar una consecuencia apropiada para la ofensa

La consecuencia debe corresponder a la ofensa. La consecuencia le concede valor a la acción;


por tal razón tanto castigar de manera excesiva como minimizar las consecuencias es peligro-
so. Si un niño golpea fuertemente a su hermano, y la consecuencia es aislarlo en su cuarto 5
minutos, este niño asumirá que hacer daño a otras personas no es una falta grave.

3. Buscar consecuencias lógicas

Existen varias categorías de ofensa: la desobediencia o rebeldía, la irresponsabilidad y el


irrespeto. Las consecuencias para estas ofensas no deben ser las mismas; los castigos que se
pueden aplicar son variados: quitar privilegios, restitución, posponer algo deseado, aislamiento,
consecuencias naturales ... Los padres debemos analizar el tipo de ofensa para determinar de
manera lógica la consecuencia correspondiente: si un niño rompe un florero después de que su
mamá le dijo que no jugara en la sala, restituirlo o pagarlo sería una consecuencia lógica
mientras que dejarlo sin comer no lo sería.
Puesto que sabemos que las ofensas oscilan entre las infracciones infrecuentes y menores a las
de desafío intencionado, la corrección deberá reflejar el grado de la ofensa.

Factores que intervienen en la corrección


Antes de decidir sobre las consecuenciasde un comportamiento incorrecto tenga en cuenta:

1. La frecuencia de dicho comportamiento


2. La edad del niño
3. El contexto del momento
4. La caracterización general del niño

Estosfactores, sumados a las pautas del apartado anterior, le permitirán ejercer su autoridad
de manera justa.

Preguntas de repaso
1. Defina con sus propias palabras el concepto de disciplina.
----_ .._._--_._. ---

2. Busque un ejemplo de una consecuencia lógica que le hayan aplicado sus padres o que
usted haya empleado con sus hijos.

3. zCuúles factores debemos considerar antes de decidir una consecuencia?

4. ¿Porqué debemos tener en cuenta la edad de nuestros hijos para decidir la consecuencia
de un comportamiento incorreetof
ESTA SEMANA EN CASA:
1. Memorice lo gráfico sobre lo disciplino y explíquesela o sus hijos si tienen
edad poro entenderlo.

2. Complete en familia el cuadro de .expectativos y colóquelo en un lugar


visible poro todos. Luego comience o aplicarlo y comporto cómo le fue.

EXPECTATIVAS EN NUESTRO HOGAR

Comportamiento deseado + Cómo estimularlo + - Consecuencias por incumplir -


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Normas para el castigo
Un tema que suscita diversos interrogantes es el del castigo físico. En este capítulo
veremos en qué consiste, cuál es su propósito y cómo podemos utilizarlo para que
se convierta en un instrumento justo y efectivo.

La Biblia y el castigo físico


Si bien corregir físicamente a nuestros hijos no constituye un mandato bíblico, tanto
en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se recomienda el castigo físico. Vea-
mos algunos versículos que hablan del castigo:

Proverbios 22: 15: "La necedad es parte del corazón juvenil; pero la vara de la
disciplina la corrige". Prov. 23: 13- 14: "No dejes de disciplinar al joven, que de unos
cuantos azotes no se morirá. Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro".
Prov. 13:24: "No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo". Prov. 29: 15:
"La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su
madre". Proverbios 29: 17: "Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad; te dará
muchas satisfacciones".

Qué es el castigo y cuál es su propósito


Antes de hablar sobre el castigo físico, debemos referirnos al dolor. El dolor no es
una consecuencia del pecado; es un don de Dios. El dolor nos advierte que algo no
va bien y requiere atención. De hecho, en nuestra experiencia humana, nada llama
nuestra atención tan rápidamente como el dolor. y esta afirmación también se apli-
ca al proceso de instrucción.

Ahora bien, castigo es imponerle dolor a un individuo con fuerza controlada para
reformar una actitud del corazón. Existen muchas dudas acerca del castigo físico
como consecuencia del modo como la cultura lo ha concebido y lo ha empleado,
pero existe una concepción diferente del castigo, proveniente de la Biblia, y que nos
ofrece una perspectiva distinta. Dado que el castigo que validamos es bíblico, y no
cultural ("10 pela, el correazo, una muenda, el chancletazo ...."), veamos en qué con-
sisten las diferencias:
El castigo cultural El castigo bíblico

Es algo que un podre le hoce o un niño. Esalgo que un podre hoce por un niño.

Es uno reacción motivado por lo frustración. Es uno respuestoo lo rebeldía.

Se uso como castigo punitivo de último No es punitivo sino amoroso.


recurso.

Intento cambiar el comportamiento externo. Se uso poro cambiar actitudes internas.

Se utilizo poro castigar un comportamiento. Se utiliza para reformar un comportamiento.

Se practico o lo largo de lo vida de un niño. Estácasi terminado a la edad de cinco años.

Frustro 01 niño. Limpia la conciencia culpable del niño.

No tiene efectos positivoso largo plazo. Moldea el carácter de por vida.

Lo mayoría de los cristianos lo práctico. Raramentese utilizo.

El castigo: cuándo y cómo


Las ofensas que requieren un castigo son las que tienen relación con la rebeldía. La
rebeldía es un estado del corazón que incluye el desafío, la falta de respeto o la
desobediencia. Los niños son impulsivos por naturaleza. El castigo sirve como un
tutor que enseña al niño a dominar sus impulsos insensatosy a no ser esclavo de los
mismos.

Los padres siempre deben considerar la dignidad del runo cuando lo están casti-
gando. Por lo tanto, el castigo debe ser un asunto privado entre los padres y el niño.
No les debemos pegar en público ni tampoco con la piel al descubierto; nuestro
objetivo no es hacer que se sienta avergonzado para que se porte bien.

El instrumento de castigo
Algunas consideraciones que debe tener en cuenta respecto al instrumento de cas-
tigo son las siguientes:

• Debe ser flexible, no rígido.


• Los padres nunca deben usar un instrumento de castigo con un niño sin haberlo
probado primero en ellos mismos.
• Los padres nunca deben utilizar la correa del papá ni la chancleta de la mamá como
instrumento de castigo.
• Los padres deben limitar el castigo con la mano, pero no deben cancelar totalmente su
uso.

Qué hacer antes y después de la corrección


La comunicación con el niño debe tener lugar antes y después de la corrección. Haga que su
hijo acepte la responsabilidad de sus propias acciones diciéndole por qué le va a castigar. Él
necesita saber lo que ha hecho mal y por qué está siendo corregido.

Después de haber corregido a su hijo puede optar por cualquiera de estas sugerencias tenien-
do en cuenta la gravedad de la ofensa y la edad del niño:

• Ponga a su hijo sobre sus rodillas, háblele acerca de sus acciones, insista en su amor y ore
con él.
• Haga que el niño permanezca sentado callado, pensando durante unos minutos en lo que
ha hecho mal y a continuación hable con él sobre sus acciones.
• Envíe al niño a su habitación con instrucciones para que permanezca en ella hasta que le
diga usted que puede salir.
• Advierta al niño que no cometa la misma ofensa y considere el asunto arreglado.
• Haga y diga poco y considere terminado el asunto.

La corrección y la edad
La corrección es más efectiva durante los primeros años de la vida del runo. Calculamos que
cuando los padres corrigen de manera apropiada y empiezan temprano, el 75 a 80 por ciento
del castigo físico se habrá completado al llegar a los cinco años. El último 20 por ciento se
producirá de manera esporádica durante los próximos cinco a siete años, acompañado por
otras formas de corrección.

¿Por qué en ocasiones no funciona el castigo?


Evalúe esta lista si para usted el castigo no da resultados:

l. Los padres utilizan un instrumento equivocado.


2. Los padres castigan suficientemente duro para hacer llorar al niño, pero no lo suficiente
como para quitarle el deseo de actuar mal.
3. Los padres castigan a través de ropa (o pañal) muy gruesa.
4. Los padres hablan demasiado, esperando convencer lógicamente al niño.
5. A los padres les falta constancia.
6. Los padres no han establecido normas claras.
7. Los padres temen perder al amor de su hijo.
El castigo y el abuso físico
El abuso de los niños no se puede definir sencillamente como golpear al runo porque esa
definición es demasiado amplia. El abuso de los niños es poner en peligro, o perjudicar su
salud física o emocional y su desarrollo. Existe una enorme diferencia entre lesionar físicamen-
te a un niño o producirle dolor con el propósito de tratar la rebeldía en su comportamiento. El
castigo físico (pegarles) no significa abusar de ellos.

Los siguientes comportamientos son propios de los padres que abusan de sus hijos:

• La agresión verbal: estos padres gritan a sus hijos como si estuvieran dando rienda suelta
a su ira o frustración por medio de sus cuerdas vocales.
• Los insultos: los padres abusivos expresan odio hacia sus hijos, degradándolos y despre-
ciándolos verbalmente.
• El castigo físico excesivo: los padres abusivos no tienen un punto de partida ni uno para
detenerse; sencillamente continuan golpeando a su hijo.
• Emociones sin control: cualquier cosa puede hacer que los padres abusivos pierdan el
control, incluyendo acciones que no tienen relación alguna con los niños. Debido a que no
tienen autocontrol para gobernar su propio proceso de pensamiento, son esclavos de sus
impulsos reactivos.

Un padre abusivo no debe emplear el castigo físico.

Preguntas de repaso:
l. ¿Cuál es el propósito del dolor en el proceso de la corrección?

2. Mencione las dos diferencias entre el castigo cultural y el castigo bíblico que más lo hayan
impactado y explique por qué.

3. ¿Cuáles son las características de los padres que caen en el abuso físico?
ESTA SEMANA EN CASA:
1. Busquen, hagan o compren un instrumento de castigo. Explíquenlesa sus
hijos qué es, para qué se va a usar y dónde se va a guardar. Empiecen,
con amor y constancia, a aplicar el castigo bíblico.

2. ¡¡íTRAIGAN su instrumento de castigo a la próxima clase!!!

3. Si se ha dado cuenta en esta clase que algunos de los castigos físicos en ..


el poscdo han sido mal aplicados, reconózcalo ante sus hijos lo más
pronto posible y pídales perdón.
Resolviendo problemas
en la disciplina
El propósito de este capítulo es ofrecer algunas sugerencias que lo ayudarán a
manejar varios comportamientos propios de la niñez: la pataleta, la quejadera, la
mentira y los conflictos entre hermanos. También estudiaremos el concepto de ape-
lación como recurso que facilita ejercer la autoridad de manera justa.

¿Niños de voluntad fuerte o padres de voluntad débil?


Seguramente hay niños de voluntad fuerte. Sin embargo, los padres débiles pue-
den producir los mismos resultados. La frase "Es que tiene un temperamento dificil"
disminuye la influencia paternal al centrarse en el niño. Muchos padres prefieren
correr detrás del niño a educarlo para que se quede cerca. Si todo padre se enfoca-
ra menos en las limitaciones de sus hijos y más en su potencial, la paternidad arro-
jaría resultados más satisfactorios.

La pataleta
Existen maneras correctas o equivocadas para expresar nuestros sentimientos, y
dejarse llevar por un ataque de mal genio es una manera equivocada. Aceptar
estos comportamientos argumentando que constituyen una fase normal del desa-
rrollo y que al niño le llegará el momento en que lo superará es un error. Sin correc-
ción, el único comportamiento que se pasa es el pegar patadas y chillar, pero la
actitud detrás de esa pataleta seguirá presente, y surgirá una y otra vez mientras los
padres solamente traten los síntomas y no la enfermedad básica.

La reacción ante la pataleta por parte de los padres no debe buscar suprimir las
emociones del niño; su propósito debe ser ayudarlo a conseguir el control sobre sí
mismo en los momentos en que se siente decepcionado y enseñarle métodos apro-
piados de expresión. Sin esa instrucción el hijo quedará bajo el dominio de sus
impulsos emocionales.

Los motivos de las pataletas

Los niños tienen ataques de mal genio por dos razones: chantaje o venganza. Si se
trata de un niño menor de dos años y medio, conviene alejarse del niño o aislarlo.
Los niños no emplean la pataleta a menos que se les preste atención porque sus
ataques necesitan de un público para tener éxito. Si el niño tiene más de dos años y
medio, infórmele que cuando se tranquilice lo va a castigar, hágalo e instrúyalo sobre cómo se
debe comportar cuando se sienta así.

Pataleta por frustración

La pataleta por frustración se produce cuando los niños quieren hacer algo pero no lo pueden
lograr (por ejemplo colocar las muñecas en círculo pero una de ellas no se sostiene). Aquí la
frustración es el problema original y no la rebeldía, ya que la raíz del ataque de mal genio no
tiene nada que ver con instrucciones dadas por los padres.

En estas situaciones debemos ayudar a nuestros hijos, pero insistiendo en que primero nos
pidan ayuda. Una afirmación sencilla como "Mamá te ayudará si quieres, pero primero tienes
que pedírmelo" ayudará a que el niño controle sus emociones y comprenda que la coopera-
ción es necesaria para la resolución de problemas.

La "quejedere"

Estarse quejando es una forma inaceptable de comunicación que se vuelve molesta para el
que escucha si no se hace nada por resolverla. Sin embargo, nos podemos acostumbrar a esto
en los hijos, y terminará molestando sólo a quien no forma parte de la familia. Una manera de
corregir este comportamiento en el caso de los niños mayores es no respondiendo si pide algo
con queja. Se puede usar un reloj y decirle al niño que debe esperar hasta que suene el timbre
(de tres a cinco minutos) para intentarlo de nuevo.

La mentira

Una de las formas más comunes de deshonestidad es la mentira. Todos mienten, tanto adultos
como niños. El Salmo 58:3 dice, "Se apartaron los impíos desde la matriz¡ se descarriaron
hablando mentira desde que nacieron". O sea, el hombre no es mentiroso porque miente;
miente porque es mentiroso. Prov. 6: 16-19 cita la mentira como una de las seis abominaciones
para Dios. La mentira es un pecado deplorable que destruye toda certeza; ataca y destruye el
puente de la confianza que vincula cada miembro de la familia con los otros.

¿Qué hacer cuando su hijo miente?

l. Considere la edad del niño: la mentira de un niño de 3 años es diferente a la mentira de un


niño de 9. Un niño pequeño no comprende de qué modo su mentira afecta la relación con
sus padres y hermanos.

2. Considere el motivo de la mentira: los niños pueden mentir por las siguientes razones:
• Llamar la atención
• Obtener el control sobre un objeto o una relación
• Vengarse
• Escapar de una responsabilidad
• Ser aceptado
• Equilibrar la injusticia de los padres
• Ejemplo paternal

Considere estos siete motivos y evalúese como padre. Saber cuál es el motivo de la men-
tira no la justifica, pero sí le da una idea de cómo se puede corregir este comportamiento.
Si el niño está mintiendo para vengarse, el padre debe enseñarle a dejar que Dios maneje
la situación. Si su motivo es ser aceptado, examine sus prácticas de paternidad, y busque
cómo puede estar enviando un mensaje de rechazo. Evalúe la lista, y considere como
puede usted estar causando directa o indirectamente la mentira en su hijo. No deje pasar
un día más permitiendo mentiras en su hijo.

3. Considere la caracterización del comportamiento: hay una diferencia entre el runo que
miente habitualmente y el que lo hace en un momento de debilidad. El niño que miente
pocas veces no debe recibir el mismo castigo que el niño que se caracteriza por esto, pero
sí debe recibir la misma explicación sobre la importancia de la honestidad, la confianza,
y la lealtad a la familia.

La lucha de poder
La lucha de poder ocurre cuando el padre no ejerce su autoridad con sabiduría, cuando se ve
forzado a "ganar" en una lucha menor. En ocasiones los padres nos desgastamos en batallas
innecesarias; si para el niño es demasiado atractiva la caja musical colocada sobre la mesa,
colóquela fuera de su alcance en lugar de desgastarse para que no la toque.

Los conflictos entre hermanos


Mantener un amor bíblico entre hermanos es un duro trabajo pero puede hacerse. He aquí
algunas sugerencias que le ayudarán a tener una familia más armoniosa.

1. Enseñele a sus hijos a resolver sus propios conflictos

Desde temprana edad nuestros hijos pueden aprender a resolver pacíficamente sus conflictos
en lugar de estar llamando a papá o mamá. No intervengamos si no es absolutamente nece-
sario. Digámosles a los hijos, "Si me llaman a mi será un gran castigo para todos". iY hagá-
moslo!

2. Establezca la norma de no acusarse

Los niños acuden a los padres para informarles acerca de lo que están haciendo sus hermanos
por muchas razones; algunas legítimas, otras no. Las razones legítimas incluyen preocupacio-
nes relacionadas con la salud y la seguridad o por el deseo sincero de que los padres interven-
gan y hagan justicia. Las ilegítimas corresponden a aquellas en las cuales se busca
a los padres con el propósito de causarle problemas al hermano. No permita que
esa actitud se quede sin corrección. En nuestra casa el que acusaba recibía con el
mismo castigo.

3. Exija amabilidad verbal y física entre los hermanos

Enseñeel autocontrol verbal y físico; este incluye no golpear, no empujar, no contes-


tar malo la falta general de autocontrol. Las Escriturasson muy claras en cuanto a
que los cristianos no deben devolver mal por mal (Romanos 12: 17), así que si un
hermano recibe un golpe, en lugar de devolverlo deberá buscar al padre o a la
madre, quienes se encargarán de hacer justicia. Tampoco deberán hablarse mal
unos a otros; comentarios como "no te quiero", "eres feo", etc., son inaceptables en
un hogar cristiano. ¡Manténgase alerta! Enseñar a los niños a controlar sus comen-
tarios antipáticos es uno de los aspectos más desatendidos en la labor de los pa-
dres.

4. Enseñe a sus hijos a amar de manera sacrificada

No se quede usted satisfecho con que los hermanos simplemente se toleren unos a
otros. Esfuércesepor alcanzar un nivel más elevado, el del amor sacrificado. Pré-
mielos cuando ve que hacen algo amable por el otro, y busque oportunidades para
estimularlos en esto.

5. Recuérdeles que son los mejores amigos

La perspectiva que Dios los escogió para formar parte de su familia, con sus herma-
nos, revoluciona su percepción de la familia. Hace mucho más difícil la peleadera
y les ayuda a aceptarse mutuamente.

EL PROCESO DE APELACIÓN

En capítulos anteriores hemos hablado sobre la necesidad de enseñar a nuestros


hijos a comportarse de manera correcta, y también sobre la importancia de ejercer
nuestra autoridad de manera justa y equilibrada. Ahora estudiaremos un recurso
para que la autoridad de los padres no se vuelva autoritara; hablaremos acerca
del proceso de apelación, veremos en qué consiste y aprenderemos a manejarlo.

¿ Por qué el proceso de apelación?


La doctrina de la autoridad y la de apelar a la autoridad se puede hallar tanto en el
Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo
decidió que apelaría a César (Hechos 23: 11) por lo que se dirigió a Roma para
que se examinara su caso en los tribunales del Emperador.
Si bien la apelación es un concepto que se emplea más que todo en el ámbito
judicial (recurrir a un tribunal superior para que revoque, enmiende o anule la sen-
tencia de un tribunal inferior), también puede aplicarse al contexto familiar, enten-
diéndolo como la acción de. recurrir a una autoridad para que reconsidere una
decisión. Apelar a la autoridad es reconocer el gobierno de otra persona en mi
vida; ocupar un puesto de liderazgo y escuchar una apelación es aceptar nuestra
imperfección humana. Recordemos que no somos padres perfectos y que corremos
el riesgo de tomar decisiones injustas.

Hemos visto que la obediencia debe ser inmediata, completa, sin desafío y sin que-
ja. Esa reacción es difícil para un niño, así que debemos ser sensibles para no
exasperarlos. Si bien es cierto que un padre sensible no le pedirá a su hijo que
guarde el juego que está a punto de concluir, es imposible no cometer errores, y es
precisamente esto lo que hace necesario el proceso de apelación. El niño aprende-
rá a dar la información necesaria y el padre podrá tomar una decisión justa. De
este modo el proceso de apelación se convierte en un puente entre dos versículos:
Colosenses 3: 20 "Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al
Señor " y Colosenses 3: 21 "Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desani-
men."

Los beneficios del proceso de apelación

l. Hace atractiva la obediencia, porque los niños saben que se pueden acercar a
sus padres para que reconsideren la instrucción dada.

2. Protege al niño de una frustración innecesaria.

3. Prepara al niño para manejar correctamente la autoridad presente y futura.

4. Previene que la autoridad sea arbitraria, legalista, o autoritaria.

5. Permite que los padres cambien de opinión sin comprometer su autoridad.

6. Motiva la buena relación entre hermanos a medida que los niños aprenden a
apelarse mutuamente.

7. Refuerzala armonía familiar en la época de la adolescencia. Cuando los niños


desarrollan confianza en la justicia de sus padres, la armonía que se deriva se
ve incluso aumentada durante la adolescencia.

8. Ayuda a lograr la transición necesaria del hupakouo -el deber de la obedien-


cia, al hupotasso- la obediencia por devoción.
9. Facilita la comunicación en clase o en el trabajo. El proceso de apelación se debe usar en
todas las relaciones, incluyendo las de padre/hijo, esposo/esposa, jefe/empleado, etc.

10. Le comunica al mundo cómo es que la autoridad bíblica mantiene la justicia con integri-
dad.

Parámetros para la apelación


Con frecuencia se hace un mal uso del proceso de apelación. Para prevenir esto, considere
estos siete parámetros básicos.

l. El proceso de apelación es únicamente para los niños que tienen la edad para entender su
propósito y que se caracterizan por la obediencia inmediata. Los niños de 5 años en
adelante pueden captar la idea fácilmente.

2. La apelación se debe dirigir únicamente al padre que está dando una instrucción; si el
papá está dando la orden, el niño no debe apelar a la mamá. Eso sólo le resta autoridad
a ambos padres. Para demostrar unidad paternal, ningún padre debe recibir la apelación
de un niño que no ha tratado el asunto con el padre que dio la orden.

3. Los padres sólo deben considerar una apelación cuando el niño la hace con respeto.
"¿Por qué no puedo?" o "iPero, mami!" reflejan una actitud que no es apelación sino
desafío a la autoridad. Si no hay humildad, no hay apelación. La apelación se debe hacer
cara a cara, no debe ser gritada de un cuarto a otro.

4. Una apelación se puede hacer una sola vez. O sea, el niño no debe rogar repetidas veces.
"Pero, papi, por favor papi, papi " no se permite. El niño tiene que aprender a aceptar
un "no" con buena actitud y hacer lo que se le manda.

5. Empiece enseñándole a su hijo a usar la frase, "¿Puedo apelar?" Junto con estas palabras
está el reconocimiento a su autoridad. Una frase como, "¿Puedo decir algo?" o "Pero,
mami, no puedo" no llevan el mismo mensaje.

6. El proceso de apelación es un privilegio, no es una forma de evadir responsabilidades


personales o tareas hartas. No arruine la apelación permitiendo que su hijo apele cada
desición que usted toma. Si empieza a apelarlo todo, quítele el privilegio durante varias
semanas.

7. Para que el proceso de apelación funcione efectivamente los padres TIENEN que ser jus-
tos y flexibles. Piense por qué dice que no. ¿Para qué apelar si los padres nunca modifican
su decisión?

iRecuerde! La disposición de un individuo a someterse a la autoridad es directamente propor-


cional a la justicia demostrada por la autoridad. zl.lsted es justo?
Preguntas de repaso:

1. ¿Cuál debe ser la reacción de los padres frente a la pataleta de su hijo cuando éste se
debe a rebeldía? ¿Cuándo es producto de la frustración?

2. ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para decidir la consecuencia de una mentira?

3. ¿Por qué es la mentira tan devastadora para la familia, y especialmente la de los niños
mayores?

4. ¿Cuál es el propósito del proceso de apelación?

5. ¿Qué se debe hacer cuando un niño viene a un padre con la esperanza de no tener que
cumplir las órdenes dadas por el otro padre?

6. ¿Qué se debe hacer cuando el hijo comienza a apelarlo todo?

ESTA SEMANA EN CASA:


1. Identifique cuál de los comportamientos expuestos en el capítulo desea trabajar con
su(s) hijo(s). Ponga en práctica las sugerencias y comparta la experiencia.
2. Enseñe el proceso de apelación a sus hijos mayores de 5 años.
3: Como adulto, busque la oportunidad de apelar en una situación.
Arrepentimiento,
perdón y restauración
El arrepentimiento es un componente esencial de la corrección ya que es preciso
que el niño se arrepienta después de haber hecho el mal. Qué es el arrepentimien-
to, cómo se sabe si es verdadero y qué papel juega en la restauración de la relación
son algunos de los interrogantes que se responderán en este capítulo.

Arrepentirse no es lamentarse
Existeconfusión entre lamentar un hecho y estar arrepentido por lo que se hizo. No
es posible arrepentirse sin lamentarse, pero sí es posible lamentarse por algo sin
haberse arrepentido. Algunos niños lamentan sus acciones después de haber sufri-
do la pérdida de ciertos privilegios, por ejemplo la niña que pierde el privilegio
temporal de montar en su bicicleta porque olvidó entrarla al garaje. Lamentar una
acción por los inconvenientes no es virtuoso ni refleja arrepentimiento.

Es más sencillo entender el arrepentimiento dentro del contexto de las relaciones.


Por lo tanto, el tema del arrepentimiento no es exclusivamente el pecado, sino el
efecto que el pecado tiene en la relación. La desobediencia del niño altera la paz
de la relación entre él y sus padres. Esel amor por la relación lo que debe llevar al
niño al arrepentimiento.

La relación del cristiano con el Señor refleja la misma idea. ¿Nos arrepentimos
principalmente por el pecado o por lo que éste ha hecho a nuestra relación con
Dios? Odiar un pecado carece de todo significado si no entendemos de qué modo
afecta nuestra relación con Dios.

Lo mismo se aplica a nuestros hijos, especialmente de cuatro años en adelante. Los


más pequeños lamentan sus malas acciones por las consecuencias, pues no poseen
la madurez necesaria para entender de qué modo sus acciones afectan su relación
con otras personas.

Entender y estimular el arrepentimiento en el contexto de las relaciones familiares


ofrece una base sólida para la familia. Los niños que lamentan sus acciones, pero
no comprenden el vínculo entre las acciones y las relaciones, debilitan la familia.
Arrepentimiento, perdón y restauración

El libro de Jueces norro el ciclo del pecado mejor que cualquier otro libro de la
Biblia. Esteciclo incluye la separación de Dios, el remordimiento, el arrepentimiento,
el perdón y la restauración. Primero, el pueblo de Israel pecaba contra Dios. (Jueces
3:7 3: 12, 4: 1, 10:6, y 13:1) Despuésde un tiempo, volvían sus corazones a Dios y
empezaban a clamar a Él (Jueces3:9,15 , 6:7, 10:10). La respuestade Dios siempre
fué la misma; oía sus clamores, los rescataba,y restauraba su relación con Él.

De estos ejemplos, vemos tres principios relacionados: el arrepentimiento, el per-


dón y la restauración. El arrepentimiento empieza con el ofensor. Deseando restau-
rar su relación con Dios, el pueblo de Israel iniciaba el proceso al volverse a Él.
. Igual es con nosotros; los primeros pasos del arrepentimiento empiezan con el que
ofendió y su corazón entristecido.

El perdón es un proceso que requiere el acuerdo entre dos partes. Empieza con el
ofendido quien se lo ofrece al ofensor. Lospadres no deben asumir que porque han
ofrecido perdón automáticamente hay restauracíón ya que la esencia del perdón
requiere aceptación por parte del ofensor.

Los padres deben buscar el arrepentimiento, pero el proceso no termina ahí. La


restauración es el objetivo máximo. Frecuentementeel niño dirá, "lo siento" y llora-
rá, pero eso no es suficiente. Los hijos necesitan restaurar la buena relación con sus
padres. Al restaurar, la ofensa se termina y queda atrás.

El sacrificio de Cristo en la cruz demuestra esta verdad. Jesúsmurió en la cruz del


Calvario, pagó por el pecado, y ofrece perdón a "todo aquel que invoque su nom-
bre" (Rom 10:13). ¿Estoquiere decir que Dios automáticamente perdona a todo el
mundo? No. Los que son perdonados y restaurados son los que han aceptado su
perdón. Dios está listo para perdonar, pero el hombre primero debe arrepentirse y
aceptar el perdón de Dios por medio de su hijo Jesucristo;sólo así podrá restaurar
su relación con Dios.

Igual es con sus hijos. áSoben ellos que usted está listo para perdonarlos? Igual-
mente importante, áscben ellos que su responsabilidad es pedirle perdón? Cuan-
do un niño le desobedecea un padre, a un profesor o a otra autoridad, o cuando
ofende a un hermano o a un amigo, él debe confesar su error y pedir perdón. La
confesión es una breve descripción de la ofensa, "¿Me perdonas, mamá, por haberte
desobedecido?".

El acto de pedirle perdón a otro ser humano es un acto de humildad ya que usted
pone el control de la situación en manos de la otra persona. Pedir perdón no es
decir, "lo siento"; esa frase se reserva para errores no-intencionales, para actos de
niñería. Si Juanito toca la pared de pintura fresca, él se disculpa al decir "lo siento".
Esaes la respuestaapropiada porque fue niñería lo que hizo, no fue algo intencio-
nal. PERO, si a Juanito le había dicho su mamá que no entrara al cuarto que estaban pintando,
su acción habría sido necia y tendría que pedir perdón. Al decir "lo siento" se está reconocien-
do un error; al pedir perdón se reconoce un motivo del corazón.

La restauración es demasiado importante como para forzarla sobre el niño o sobre el padre.
Unos cuantos minutos a solas pueden ayudar a que ésta sea sincera. Los niños pequeños sue-
len comunicar su deseo de restauración levantando los brazos; un niño mayor puede, por
ejemplo, ir donde el papá y ofrecerse para ayudarle en algo. Estas son señales de que todo ha
quedado resuelto y los padres debemos permitir la inmediata restauración. No digamos, "No
te alzo porque estoy brava". Esto demuestra que no le hemos perdonado, y no ilustra el carác-
ter de Dios, quien restaura inmediatamente.

La restitución
La restitución es un concepto bíblico (Exodo 22). Esel pago por propiedad perdida, dañada o
robada. Cuando por error o por intención se ha causado una pérdida económica, la restitu-
ción debe ser parte del proceso de restauración.

Todo tiene que ver con la responsabilidad personal. Si ha ocurrido un daño a la propiedad de
otro por intención suya o por error, no es suficiente decir "lo siento" o pedir perdón. La restitu-
ción debe ser parte del proceso de restauración. Si un niño no tiene los medios para reponer
algo, el padre toma esa responsabilidad y lo repone por el niño.

¿Si hay confesión, hay castigo?


Si su hijo confiesa haber actuado mal antes de que usted se dé cuenta, alábele su honestidad
pero no elimine el castigo. Un mal comportamiento debe tener consecuencias,y si los padres
eliminan las consecuenciassobre la base de que el niño ha confesado y parece arrepentido, le
están enseñando a su hijo un arrepentimiento carente de significado ya que su motivación es
escaparse del castigo.

El ReyDavid confesó su pecado y Dios lo perdonó, pero a pesar de esto hubo varias calami-
dades en la vida de David a fin de que pudiera aprender que el.arrepentimiento por sí sólo no
elimina las consecuenciasdel pecado. (11 Samuel 11, 12, Salmo 32).

El verdadero arrepentimiento
Si un niño vuelve a cometer la acción por la cual sus padres lo corrigieron está demostrando
que no hubo un auténtico arrepentimiento. Esto sucede normalmente por dos razones. La pri-
mera es cuando los padres no explican el motivo de la corrección. El niño necesita saber qué
frontera ha cruzado y cómo lo ha hecho; debe reconocer que ha infringido las normas y expli-
car por qué ha actuado mal. La segunda razón es porque se le ha castigado de manera insufi-
ciente, lo cual hace que la atracción por la ofensa sea mayor al temor por las consecuencias.
Preguntas de repaso:
l. Explique la diferencia entre el arrepentimiento y el lamento.

2. zCuóndo se debe decir «lo siento»,y cuándo se debe pedir perdón?

3. áCuól es el propósito de la restitución?

4. ¿Qué pasa si un padre contínuamente suprime las consecuenciasde las malas acciones
de su niño?

EN CASA ESTA SEMANA:


1. Durante esta semana busque ejemplos que ilustren lástima pero no arrepentimiento.
Puedenvenir de sus hijos, la televisión, o los amigos.

2. Huvo oportunidad para experimentar la restauracióncon sushijos o con su esposo(a)


esta semana? ¿Qué pasó y cómo se sintieron?
La rebeldía adolescente
En este capítulo intentaremos cambiar nuestra perspectiva sobre la adolescencia,
veremos que no necesariamente tiene que vivirse como una época de crisis y caos
familiar, intentaremos explicar a qué se debe la rebeldía adolescente, y daremos
algunas pautas que nos ayudarán a prevenirla o enfrentarla.

¿Por qué se rebelan los adolescentes?


A pesar de que la realidad que vivimos nos lleva a ver la adolescencia como
sinónimo de rebeldía, crisis y caos familiar, no necesariamente esto tiene que cum-
plirse en nuestras familias. Los padres debemos confiar en que es posible construir
un hogar que permita a padres e hijos no sólo evitar la crisis, sino vivir esta etapa
de manera placentera.

La rebeldía adolescente y el rechazo no tienen que ocurrir. Según la Biblia, la rebel-


día tiene su raíz en el corazón "lo necedad está ligado 01 corazón del muchacho"
(Proverbios22: 15). El niño no nace con los recursos poro tener buenas relaciones ni
para tomar decisiones correctas. Esto se logra a través del proceso de formación
promovido por los padres. Gálatas 6: 7 nos habla de la ley de sembrar y cosechar,
"de Dios nadie se burlo, cado uno cosecho lo que siembro".

Una idea que debemos tener clara es que son los niños pequeños quienes se rebe-
lan contra la autoridad; no los adolescentes. Si aceptamos que la rebeldía ado-
lescente se produce contra las reiociones, podremos evircrio en la medido en que
construyamos un tipo de relación que no genere ese rechazo. Es importante enton-
ces que identifiquemos las razones por las cuales un adolescente rechaza la rela-
ción con sus padres en lugar de atribuir la rebeldía a una crisis inevitable contra la
autoridad. Si hacemos lo primero, podremos prevenirla; si hacemos lo segundo,
sólo nos queda resignarnos.

¿Por qué los adolescentes rechazan sus hogares?


1. Formación moral inapropiado: Si el jóven no ha formado su moralidad de
acuerdo a los principios bíblicos, no tendrá los recursos necesarios para man-
tener buenas relaciones ni para manejar adecuadamente el conflicto.
2. Paternidad hijo-céntrica: Esteestilo de paternidad produce en el niño egocen-
trismo y falta de lealtad a la familia.
3. Paternidad autoritaria: El adolescente ve la hipocresía de este estilo de pater-
nidad y rechaza a sus padres.
4. Abandono emocional: Una necesidad básica del niño es tener un mundo se-
guro. Si sus padres se separan, trabajan mucho o no le ponen atención, esta
necesidad puede no ser suplida.
5. Folto de idenfidcd tam'·lIar: Otra necesidad básica es la de pertenecer. Si el
jóven no se siente parte de un grupo (familia) que valga la pena, buscará
satisfacer esta necesidad formando parte de otro grupo.

¿Qué podemos hacer para evitar la rebeldía en nuestros


hijos?
Recordemos que la meta de la crianza no es sólo prevenir la rebeldía; existe una
meta más importante, la de educar un niño que busque honrar a Dios. La santidad
es la meta, no sólo la felicidad. No se puede garantizar una adolescencia perfecta;
pero si se motiva, enseña, educa, corrige y se VIVE de acuerdo a las normas de
Dios, Él mismo premiará a los padres quienes por fé siguen los principios bíblicos
(Hebreos 11:6).

La presión social es proporcional a la debilidad de la identidad familiar. Los pa-


dres pueden tener más influencia que el grupo de amigos. Debemos cultivar un
sentido de equipo en nuestra familia, ¿les hemos dado razones para querer formar
parte de ese equipo? Recordemosque la necesidad de pertenencia será satisfecha
por la familia o por otro grupo.

¿Qué podemos hacer para enfrentar la rebeldía adolescente


en nuestros hijos?
No es tarde para empezar; con Dios siempre hay esperanza. Debemos reconocer
los errores cometidos y comenzar de nuevo.

Pasos para empezar de nuevo:


1. Reúna a toda la familia.
2. Explique los errores cometidos en el pasado.
3. Pida perdón a sus hijos.
4. Examine lo que Dios requiere de padres e hijos: obediencia, justicia, respeto
etc.
5. Explique por qué su familia ha funcionado en contra de la ética bíblica.
6. Establezca(sin imponer) las nuevas normas que regirán la vida familiar.
7. Únanse en oración, pidiéndole a Dios la sabiduría para seguir adelante (Sant.
1:5).
I
Requisitos:
l. Oración
2. Ejemplo
3. Demostración de amor
4. Constancia

Preguntas de repaso

l. ál.os adolescentes se rebelan contra la autoridad? Explique su respuesta.

2. ¿Por qué la paternidad hijocéntrica es un factor asociado a la rebeldía adolescente?

3. z Cuófes son las dos necesidades básicas que necesita satisfacer un adolescente, y qué
sucede cuando no lo logra?

ESTA SEMANA EN CASA:


l. Identifique cuál o cuáles de los cinco factores asociados con la rebeldía adolescente
(formación moral insuficiente, paternidad hijocéntrica, etc.) están presentes en su ho-
gar y comience a modificarlos.

2. Si la situación de su familia lo amerita, lleve a cabo los pasos sugeridos para empe-
zar de nuevo.
Ustedes pueden tener familias excelentes; en gran medida lograrlo está en sus ma-
nos. El pensamiento secular hijo céntrico capturó la generación pasada; los padres
de esa generación no recibieron ninguna advertencia previa. En contraste, a los
padres de hoy se les ha dado mucho, y a quien mucho se le da, mucho se le exige
(Lucas 12:48).

A través de los últimos capítulos, hemos intentado comunicar principios bíblicos de


conducta moral que podrán fortalecer a su familia. Queremos que gocen de sus
hijos, y más que eso, queremos que otros disfruten y sean bendecidos por ellos. Los
principios de Formando nuestros hiios como quiere Dios apuntan primeramente a
ayudar a los padres a glorificar a Dios a través de sus familias. Sin embargo, los
principios no son sólo para la comodidad y el gozo de sus familias; son también
una inversión suya para la preservación moral y el bienestar de su país.

La ética bíblica aclara a los padres su propósito en la vida y enfatiza en su deber de


preparar a la próxima generación para que tome control de la sociedad. Hay poca
esperanza para nuestro futuro colectivo sin un sentido bíblico de otrocentrismo,
ecuanimidad, compasión, honestidad y justicia. Cuando Dios y Sus principios están
distanciados de la población general, los pensamientos más irracionales del mun-
do se convierten en razonables. Cuando Él es removido de nuestro pensamiento,
las soluciones más obvias a los problemas de la vida dejan de ser opción.

El único sistema ético en el mundo que protege al hombre del abuso secular es el
sistema ético derivado de la Biblia. Esjusto, otrocéntrico, benevolente y basado en
principios de autoridad divina. Puede guiar al hombre a un conocimiento de la
salvación por medio de Jesucristo,su ejemplo y sus enseñanzas.

El destino moral de nuestra sociedad está en manos de la presente generaclon


cristiana. No queremos decir con esto que Dios no está en control, sino que su
principio de segar y cosechar está funcionando (Mateo 7: 17-20; Gálatas 6: 7). Lo
que sean los niños en el futuro será un reflejo de lo que sus padres formen hoy. La
familia es la institución que genera los valores de nuestra sociedad. Cuando se
vuelve secular en su pensamiento, hay muy poca posibilidad de que regrese a los
valores que en una época la hicieron fuerte.

Dios ha creado una norma espiritual, moral y ética. Nuestra sociedad asalta, se
burla, ignora, rechaza y trata de suprimir esa norma. Por lo tanto, hablamos con
tremenda urgencia. Tomen posesión del destino moral de sus hijos, primeramente
por obediencia a Dios. Con la obediencia vienen las bendiciones y la preservación
moral (Tito 3:8). Su deseo debe ser el de educar hijos que sean mejores cristianos
que ustedes. Confiamos que Formando nuestros hiios como quiere Dios los asistirá
en la crianza de unos hijos moralmente responsablesy bíblicamente sensibles.

Dios bendiga a sus familias.


J
Capítulo 1 . CÓMO FORMAR UN NIÑO MORAL

• Nuestro torea principal es ccoturor el COfC17.Ón de nIJes1ros hi¡os.


• Nuestra meta es formar niños bíblicamente sensibles y moralmente responsables.
• El mandado ético y moral de las Escrituras es valorar a los demás y no centrarse en uno mismo.
• Debemos darles la razón moral a nuestros hijos.
• El niño aprende a actuar moralmente antes que a pensar moralmente.

Capítulo 2. LEY, PRINCIPIO Y LIBERTAD

• Debemos enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos sin caer en ellegalismo ni en el libertinaje.
• El legalista exige que sus hijos se ajusten a las normas ignorando la motivación que se encuentra tras
la acción y pidiendo siempre el mismo comportamiento independientemente del contexto.
• Analizar el contexto nos ayuda a ejercer la autoridad de manera justa.

Capítulo 3. EMPEZANDO BIEN

• Nunca podremos ser mejores padres de lo que somos como pareja.


• Los hijos deben ser miembros bienvenidos al hogar, NO su centro.
• Una relación sólida entre papá y mamá fortalece en los niños su necesidad de seguridad.

Capítulo 4. CÓMO DECIR "TE AMO"

• Para que otra persona se sienta amada, ihoy que expresar el amor en su lenguaje!
• El lenguaje principal es aquel que se habla con más frecuencia y el que se recibe con mayor agrado.
• El amor que experimentan los niños en sus familias les da la fuerza para amar a otros.

Capítulo 5. LA CONCIENCIA MORAL DE SU HIJO

• Somos los gobernadores morales de nuestros hijos hasta que ellos puedan gobernarse solos.
• Hasta que el niño no se adueñe de los valores puestos en su corazón no será un niño moralmente
responsable.
• Una conciencia sana se logra cuando los padres son buenos modelos, dan la razón moral e impulsan
el bien.

Capítulo 6. DESARROLLO DEL CARÁCTER: Autoridad y Padres

• Respetar la autoridad es obligatorio para todo aquel que quiera vivir bajo las normas de Dios.
• La meta final de la relación con nuestros hijos es lo amistad, pero no es su inicio.
• La obediencia es un maestro temporal que conduce al niño hasta lograr su autonomía moral.

Capítulo 7. DESARROLLO DEL CARÁCTER: Mayores, Compañeros, Propiedad y Naturaleza

• Al honrar la edad, honramos a Dios.


• La base de mi respeto es el dueño del objeto, no el objeto mismo.
• El trabajo debe ser:parte de la educación del niño en casa.
• Respetamos la naturaleza porque Dios la creó y porque es para el disfrute de otros.
• . a
Enseñea sus hijos estar agradecidos con lo que tienen, sólo así aprenderán a estar satisfechos.
Capítulo 8. EL PAPEL DEL PAPÁ

• La confianza de un hijo hacia su padre no se da; se construye.


• Recuerde los 8 no negociables para construir una relación de confianza con sus hijos.
• Los padres necesitan poner en próctica el liderazgo espiritual en el hogar.

Cepítulo 9. LOS PRINCIPIOS DE LA OBEDIENCIA

• Si no podemos controlar a nuestros hijos, no los podremos educar.


• Nuestros hijos harón lo que nosotros esperamos de ellos.
• La obediencia verdadera es inmediata, completa, sin desafío y sin queja.
• La mayoría de conflictos en el hogar son el resultado de no vivir una obediencia verdadera.

Capítulo 10. CÓMO DISCIPLINAR A SU HIJO

• La disciplina es un proceso; no una acción inmediata.


• La disciplina estimula los comportamientos positivos y corrige los negativos.
• La motivación al corregir a nuestros hijos debe ser el amor a lo bueno y no la venganza o el desquite.

Capítulo 11. NORMAS PARA EL CASTIGO

• El castigo es imponerle dolor a un individuo con fuerza controlada para reformar una actitud del
corazón.
• El castigo bíblico es diferente al castigo cultural.
• El niño necesita ser castigado para librarlo de la culpa que hay en su corazón.
• Si usa bien el castigo, verá los beneficios. Si lo usa mal, marcaró al niño por el resto de su vida.

Capítulo 12. RESOLVIENDO PROBLEMAS EN LA DISCIPLINA

• Eltemperamento fuerte de nuestros hijos no nos excusa de enseñarles el comportamiento correcto.


• Apelar es recurrir a una autoridad para que reconsidere una decisión.
• La apelación evita la exasperación de nuestros hijos.
• La mentira es deplorable porque destruye la confianza.

Capítulo 13. ARREPENTIMIENTO, PERDÓN y RESTAURACiÓN

• Arrepentirse no es lamentarse.
• El arrepentimiento implica reconocer el impacto del pecado en la relación con los demás.
• La meta del arrepentimiento es la restauración de la relación con la persona ofendida.
• Cuando cometemos una faifa intencional debemos pedir perdón; no sólo disculparnos.

Capítulo 14. LA REBELDíA ADOLESCENTE

• No necesariamente la adolescencia implica rebeldía y caos familiar.


• El adolescente se rebela contra las relaciones; no contra la autoridad.
• La presión social sobre un niño es proporcional a la debilidad de la identidad familiar.
• En el esquema de Dios, NUNCA es demasiado tarde para cambiar.

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