Caracas, 23 de abril.– Fuerte y sin pelos en la lengua, la carta que le envió Santiago
Arconada a Elías Jaua le debe resultar doblemente dura el Ministro de Educación
porque quien le escribe ha sido uno de sus más cercanos camaradas. Tan cercano que
anduvo junto a Jaua la noche del 11 de Abril, ambos intentando llegar a Miraflores para
combatir el golpe. En la misiva, Arconada le reclama la traición de Nicolás Maduro a
Hugo Chávez, asegura que el actual gobierno ha convertido a Venezuela en una colonia
de las transnacionales de la minería y que la producción petrolera venezolana ha sido
hipotecada.
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hurgando en la basura
Semejante afirmación generó la agresiva respuesta del amigo de Jaua, a quien Arconada
llamó cínico en el primer párrafo para responder en relación a la “subordinación
neocolonial”:
Como para espantar dudas sobre su lealtad al proceso que lideró Hugo Chávez, Santiago
Arconada le recuerda a Elías Jaua los duros momentos que vivieron el 11 de abril de
2002 y la ausencia entre los “combatientes” del entonces Vicepresidente Diosdado
Cabello:
¿Por dónde nos iríamos? Montados en el jeep de Edgardo que yo manejaba, íbamos
Juan Carlos, Manuel, Anselmo, Víctor y tú… A las 2:35 pm te entregamos a la
Guardia de Honor que protegía la entrada a Miraflores y lo demás es historia. Es
propicia la ocasión para comentar que Diosdado Cabello no debiera estar hablando
de gente que se esconde, pues él, siendo en ese momento Vicepresidente Ejecutivo de
la República, nunca informó de cuánta tierra puso de por medio en ese trance
histórico para finalmente llegar a Miraflores pasadas las 8 de la noche. La verdad es
que no demostró mucha confianza en los poderes creadores del pueblo. A diferencia
de ti que participaste y lo disfrutaste a plenitud, Diosdado llegó con la mesa puesta y
servida…”
“De robadera se trata el asunto. Verás Elías: si tuviéramos los más de 350 mil
millones de dolares que, por la medida chiquita, la más timorata, la más inocente, se
llevaron del país, nada de esto estuviera pasando. Nada de esta tétrica ternura que
tienen los niños y las niñas del Hospital JM de Los Ríos manifestando diariamente en
la calle por su derecho a la Salud. Nada de esa desesperanza en la mirada de los
bachilleres que son admitidos a universidades sin profesores. Nada de esa angustia
de estar en la cola por horas y que al cajero se le acabe el efectivo y que no tengas ni
para el pasaje. Nada de nada…
Estamos ante un descomunal desfalco Elías, un desfalco del tamaño de una década
de las importaciones no-petroleras de Venezuela…Lamentablemente el desfalco del
que yo te hablo no es solo algo que pasó, puntual y focalizadamente en espacios
gubernamentales, sino algo que sigue pasando aceleradamente. Si vas un sábado por
la mañana a la Plaza Pérez Bonalde en Catia, verás al desfalco en pleno desarrollo,
verás piquetes de la Policía Nacional Bolivariana y efectivos de la GNB,
concentrados en la revisión de sus teléfonos celulares, leyendo y escribiendo
mensajes mientras en la plaza y el Boulevard los alimentos de la dieta básica, arroz,
azúcar, harina de maíz, aceite, pasta, que son importados por el gobierno con dólar
preferencial, son vendidos por “bachaqueros permisados para bachaquear” a precio
de Dólartoday.
El mensaje que uno recibe al observar la escena en su conjunto, la gente forzada por
el hambre a comprar a precios inalcanzables, la impunidad de los bachaqueros a los
ojos de los cuerpos de seguridad, es como que si se quisiera decir: Esto es lo que hay
y lo que habrá. Un Gobierno en modo desfalco. Gobierno restregando desfalco para
que se entienda quién es el que manda y cómo. El mercado de la Plaza Pérez Bonalde
no es coyuntural en el gobierno de Maduro/Cabello/Padrino, es estructural. Y el
pobre poeta (se refiere a Tarek William,a quien llama “presunto fiscal”) , sin brazos
ni manos para poder taparse la nariz.
Finalmente, Arconada entra en el tema electoral y asegura que Maduro debe ser
derrotado:
“Me parece pertinente pensar en la diversidad de las motivaciones para votar contra
Maduro. La motivación de la oposición clásica, la que viene marchando desde el 11
de abril de 2002, la conocemos y no tiene mucho sentido describirla, sin embargo la
motivación del pueblo bolivariano para votar contra Maduro es todo un tratado de
politología. El pueblo bolivariano que insurgió con Chávez el 6 de diciembre de 1998
para derrotar a la sociedad de cómplices en la corrupción que habían construido AD
y Copei a lo largo de cuarenta años, tiene que encontrar la forma política de decir, en
las elecciones presidenciales, ahogado como está en una corrupción infinitamente
mayor que la que salió a enfrentar, que esta pesadilla de país no se perpetró ni con su
beneplácito, ni con su consentimiento, ni con su conocimiento, ni siguiendo sus
decisiones, ni mucho menos en su nombre…
Retrogradar sería convalidar con su voto, con el del pueblo bolivariano, al gobierno
que nos ha puesto en el futuro a una generación de muchachas y muchachos con
daño cerebral por desnutrición. Retrogradar sería convalidar con su voto la
gigantesca operación política llevada a cabo por el gobierno de
Maduro/Cabello/Padrino para transformar la esperanza en decepción, en
desencanto, en frustración, en miseria desatada, en pobreza extrema.
Retrogradar Elías, sería como lo que hiciste tú en estos días cuando, como Ministro
de Educación, declarabas sobre los niños de la calle admitiendo no sólo su existencia
sino su eclosión, y decías que quien viese un niño de la calle que se comunicara
inmediatamente con tu ministerio para darle a ese niño una beca. Tú no crees en eso
Elías. Tú eres un sociólogo que sabe que el complejísimo problema de los niños de la
calle no sólo no se resuelve con becas, sino que una política de ese tipo generaría
muchos más niños de la calle buscando su beca, pero retrogradar es justamente eso.
Afirmar lo que no se cree. Retrogradar sería votar por alguien y por algo en lo que no
se cree”.