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ESC N° 25 DE 6

PAULA ALBARRACÍN DE SARMIENTO

PROYECTO
Termómetros, temperatura y calor

5° GRADO Jornada Completa


Docente: Natalia Rivas

PERIODO DE TIEMPO
Marzo - Abril 2018
Alcance:

Reconocimiento de los usos y las funciones de los termómetros.


- Familiarización con el uso correcto del termómetro.
- Distinción entre termómetro clínico y termómetro de laboratorio.
Realización de experiencias relacionadas con la transferencia de calor.
- Discusión de las condiciones de las experiencias.
- Utilización y elaboración de cuadros y tablas comparativas.
Análisis y discusión de resultados: introducción a la idea de equilibrio térmico.
Caracterización fenomenológica de los estados de agregación: sólido, líquido y gaseoso.
Agentes de producción y desplazamientos. Impacto de la industrialización del plástico en su relación con
el cuidado del ambiente.
Indagación acerca de tecnologías que consumen o que permiten la renovación o el reciclado de un
mismo recurso y de algunos de sus efectos ambientales y sociales.

Objetivos:

El propósito de la secuencia es que los alumnos conozcan que los termómetros sirven para medir
temperaturas, aprendan a manipular y a leer correctamente el termómetro de laboratorio y adquieran
conocimientos acerca de otros tipos de termómetros y su funcionamiento.
Puesto que lo que los alumnos saben sobre los termómetros está más ligado al termómetro
clínico, que les es más familiar, una primera tarea consiste en comprender las diferencias entre ambos
tipos de termómetros. Las diferencias más importantes sobre las que nos interesa trabajar son las que
se vinculan con las escalas y con la manipulación de cada uno de ellos. De acuerdo con el propósito de la
secuencia, es necesario ofrecer a los alumnos múltiples oportunidades para que se familiaricen con los
termómetros. Por ello, diseñamos una serie de actividades que les permitirán utilizarlos en distintas
situaciones e interiorizarse acerca de sus diferencias. En una segunda instancia se propone un
acercamiento a la comprensión de equilibrio térmico.
Finalmente, en la salida a la fábrica de plástico Colombraro se observarán termómetros
industriales y cómo se utiliza el cambio de temperatura para la producción en la industria plástica.
También se aprovechará para el trabajo transversal con Ciencias Sociales para establecer relaciones
causales entre la concentración de actividades que conforman el rubro servicios y la movilidad de
diferentes grupos sociales en, hacia y desde las ciudades (por ejemplo, en una ciudad pequeña o
mediana, en una gran ciudad). Reconocimiento de su importancia para caracterizar las ciudades de la
actividad primaria, secundaria y terciaria de la Argentina.

Ideas básicas

❖ Interacciones de los materiales:


Dos o más cuerpos pueden tener la misma temperatura, aunque no lo parezca. Esto sólo puede
establecerse mediante el uso del termómetro.
Cuando dos o más cuerpos a distinta temperatura se ponen en contacto cambia la temperatura de
ambos. Se transfiere calor del cuerpo de mayor temperatura al de menor temperatura. Esta
transferencia continúa hasta que las temperaturas se igualan.
Los materiales experimentan distintos cambios por efecto del calor. En los cambios de estado el material
sigue siendo el mismo.
❖ Ciudades: el trabajo en la producción industrial y de servicios y la posibilidad de acceso a los
servicios colaboran en el crecimiento constante del porcentaje de personas que viven agrupadas en las
ciudades y en el decrecimiento de las que residen en forma dispersa o en agrupaciones pequeñas en
zonas rurales.

1ra. PARTE: LOS TERMÓMETROS Y LA TEMPERATURA DE LOS MATERIALES


En esta secuencia nos proponemos que los alumnos comprendan que la temperatura es una magnitud
que se puede medir; conozcan diversos tipos de termómetros y aprendan a usar algunos de ellos.
Actividad 1 Indagación de ideas sobre el uso del termómetro
El sentido de esta actividad es introducir la idea de que con nuestro cuerpo podemos percibir
diferencias de temperatura entre distintos objetos, pero no podemos saber con precisión cuáles son sus
temperaturas. Frío y caliente son conceptos subjetivos, es decir, dependen de quién perciba el estado
térmico de un objeto. Para conocer la temperatura de un cuerpo es necesario usar un instrumento
llamado termómetro.
Se presenta a los alumnos la siguiente situación problemática:

Eran los primeros días de diciembre. Laura entró corriendo a la casa de su amiga Rocío
gritando: ¡Abrieron la pileta del club!¡Vamos! Las chicas pusieron malla, toalla y ojotas en un
bolso y salieron. Laura se metió al agua enseguida y nadó tres piletas, entonces se dio cuenta
de que Rocío no se había metido todavía. ¡Dale Ro, metete! ¡Está calentita! Rocío se acercó
al borde y metió la punta de su pie. ¡No!, gritó, ¡Está re fría!

Los alumnos ubicados en pequeños grupos comentarán qué está ocurriendo en la situación. Para ello se
les podrá preguntar:
a- ¿Cuál de las dos chicas tiene razón: la que está en el agua o la que está afuera? ¿Por qué les parece
que las nenas tienen diferentes opiniones acerca del estado del agua?
b- ¿A qué se debe la diferencia de opiniones?
c- ¿Cómo podemos saber si el agua está fría o caliente?

El docente guiará la puesta en común de las respuestas mencionando diferentes situaciones en las que
se mide la temperatura.

Actividad 2: Los termómetros


Se espera que los alumnos a partir de una primera exploración se familiaricen con una diversidad de
termómetros, el uso de los mismos y que reflexionen acerca del modo en que funcionan.
Volviendo sobre la actividad anterior, el docente podrá preguntar: Decíamos que para saber con
precisión a que temperatura estaba el agua de la pileta, podíamos utilizar un termómetro, pero ¿qué
termómetro? ¿Servirá el que utilizamos en casa para “tomar la fiebre”? ¿Conocen otros tipos de
termómetros?
A continuación el docente organizará la clase en pequeños grupos, a cada grupo se le entregará un
termómetro clínico (no digital), uno de laboratorio y uno ambiental; y los invitará a explorarlos teniendo
en cuenta los siguientes ítems.
a. Obsérvenlos y compárenlos, conversen entre ustedes para determinar cuáles son las partes comunes
a los tres termómetros y en qué partes se diferencian. Tengan en cuenta otras características, como
materiales, colores, formas. Anoten estas observaciones en un cuadro comparativo. Si los chicos no han
tenido oportunidad de realizar registros en experiencias anteriores es importante que el docente
intervenga en el armado de estos registros.
b. Dibujen los termómetros con la mayor precisión posible. Si encuentran nuevas similitudes o
diferencias que antes no habían visto, tomen nota de ellas. Pueden buscar información para saber los
nombres de las partes.
Durante una puesta en común se conversará con los alumnos acerca de que los termómetros analizados
no son los únicos, sino que existen diversos tipos. Y se podrá invitar a dejar planteadas algunas
preguntas para luego realizar una búsqueda de información sobre la diversidad de termómetros que no
se han tenido en cuenta en esta actividad. Por ejemplo; ¿Qué tipo de termómetros se utiliza en las
industrias? ¿Tienen las mismas partes que los termómetros que pudimos explorar?

Actividad 3 Introducción al uso del termómetro de laboratorio


El propósito de esta actividad es que los alumnos se familiaricen con el uso del termómetro de
laboratorio, que aprendan cómo usarlo y que reflexionen acerca del modo en que funciona.
Para esta actividad se contará con los siguientes materiales:

–Tres recipientes con agua a diferentes temperaturas (agua de la canilla, agua con hielo, agua a más de
40ºC);
–Termómetros de laboratorio.

Se propondrá a cada grupo que mida la temperatura del agua de cada uno de los recipientes y que
registren los valores obtenidos. Luego realizarán una puesta en común en la que se discutirán los
distintos resultados.
Para guiar el análisis el docente podrá pasar por los diferentes grupos para orientar la exploración
mediante preguntas, por ejemplo:
 ¿Cómo saben a qué temperatura estaba el agua?
 ¿Dónde estaba ubicado el bulbo?
 ¿Cómo se dieron cuenta de que el agua de uno de los recipientes está a mayor temperatura que
la del otro?
 ¿Qué pasó cuando sacaron el termómetro del agua? ¿Quedó igual o se modificó la temperatura
que indicaba?

Actividad 4. Comparación entre el termómetro de laboratorio y el termómetro clínico.


En esta oportunidad el docente podrá proponer a los alumnos realizar una comparación entre el
termómetro de laboratorio y el termómetro clínico.
1ra. Parte:
A continuación, el docente organizará la clase en pequeños grupos y les entregará un termómetro
clínico (no digital) y uno de laboratorio, con las siguientes consignas:
 ¿Cuál es el valor mínimo y el valor máximo de temperatura que se puede medir con un
termómetro clínico? ¿Por qué será que se eligen esos valores para fabricar estos termómetros?
 ¿Cuántas rayitas hay entre los 36ºC y 37ºC en el termómetro de laboratorio y cuántas en el
termómetro clínico?
 ¿Por qué no hace falta sacudir el termómetro de laboratorio antes de usarlo como sí hay que
hacerlo con el clínico?
2da.Parte.
Materiales:
–Termómetros clínicos y de laboratorio.
–Un recipiente con agua a 40°C (rotulado con el nº1).
–Un recipiente con agua a temperatura sensiblemente menor (rotulado con el nº2).
Se propondrá a los alumnos medir la temperatura del agua con el termómetro clínico y el de laboratorio
sucesivamente. En primer lugar medirán la temperatura del agua que se encuentra a mayor
temperatura (recipiente 1). Luego medirán la del otro recipiente. Por último, se les solicitará que midan
la temperatura retirando los termómetros del agua; es decir, que traten de registrar la temperatura
ambiente. Antes de sumergir los termómetros en el agua, leerán la marca del mismo en el momento
inicial y se les preguntará:
 ¿Qué piensan que pasará con la marca de los termómetros cuando los sumerjan en el recipiente
nº1?
 ¿Y al pasarlos del recipiente nº1 al recipiente nº2?
 ¿Qué temperatura piensan que marcarán al retirarlos del agua?

Estas primeras anticipaciones pueden ser anotadas en el cuaderno bajo el nombre de nuestras ideas. En
cada caso registrarán los resultados. Para ello, el docente podrá facilitarles un cuadro como el que sigue:

Temperatura inicial Temperatura en el Temperatura en el Temperatura en el


recipiente nº 1 recipiente nº 2 recipiente nº 3

Una vez que han realizado la experiencia, compararán los datos obtenidos con sus propias
anticipaciones. A partir de esto, y retomando los resultados de las experiencias con el termómetro de
laboratorio, el docente explicará a qué se deben las diferencias entre unos y otros, y las razones por las
cuales los resultados no concordaron con lo esperado.

Actividad 5: Ampliación de la Información. Lectura de un texto sobre la historia del termómetro.


Se espera que los alumnos se inicien en la lectura de textos poco frecuentados en la escuela, en este
caso sobre historia de la ciencia.
El docente propondrá entonces la lectura del texto “El termómetro”, con el propósito de averiguar
sobre la invención del mismo y el contexto de su fabricación.
El termómetro
Antiguamente, temperatura era sinónimo de temperamento. Desde el siglo XVI, un instrumento de
medida puso ciencia en los conceptos caliente y frío, donde durante siglos apenas hubo poco más que
elucubraciones.

El grado de calor o frío del ambiente y del cuerpo humano fueron motivo de atención desde la
antigüedad y motivaron más tarde la construcción de los termómetros. Hoy estamos habituados a
manejar temperaturas y, por ejemplo, sabemos que el pollo hay que asarlo con el horno a unos 180 ºC,
que al bañar al niño el agua debe estar a 36 ºC, que a la computadora le gusta estar entre 10 y 35 ºC,
que tal o cual bebida debe servirse a 14 ºC, o que para ahorrar energía no debemos poner la
calefacción en invierno a más de 21 ºC ni en el verano el aire acondicionado a menos de 24 ºC. En casa
hay unos cuantos termómetros además del clínico.
A finales del siglo XVI Galileo construyó un instrumento sensible a la variación de temperatura. Se
trataba de un tubo de vidrio terminado en un bulbo grande; tras calentarlo, sumergía el tubo por su
extremo abierto en agua, de modo que, al enfriarse, el nivel de aquella subía un poco. Así, la columna
de agua variaba de longitud cuando el aire del interior del bulbo se calentaba o enfriaba. Ese primitivo
termoscopio -no llevaba escala alguna, por lo que no era un termómetro propiamente dicho- presentaba
el problema de que la altura del líquido dependía también de la presión atmosférica. En 1611, el médico
veneciano Santorre Santorio puso una escala a aquel instrumento, que marcaba la altura del líquido al
colocar el bulbo en agua con hielo y después en la llama de una vela, y dividió el intervalo en partes
iguales. Ese sería el primer termómetro, aunque la palabra no sería utilizada hasta 1624, cuando lo hizo
el jesuita Jean Leurechon en su tratado Du thermomètre, ou instrument pour mesurer les degrez de
chaleurou de froidure, quisont en l`air.
Los primeros termómetros basados en la dilatación de líquidos nacieron a mediados del siglo XVII.
El gran Duque de Toscana, Fernando II de Medici, ideó por entonces uno consistente en un tubo con el
extremo superior cerrado y el inferior terminado en un bulbo lleno de aguardiente coloreado. Ese líquido
era más sensible que el agua a la dilatación, y tenía la ventaja de no congelarse tan fácilmente. Si el
tubo era largo se enrollaba en forma de hélice, lo que confirió su aspecto característico a los llamados
termómetros florentinos.
Por entonces, los físicos ya eran conscientes de la constancia de temperatura durante los cambios de
estado del agua, algo que de hecho acabaría convirtiéndose en la base para establecer escalas de
temperatura comunes a todos los termómetros. Igualmente, se sabía que la temperatura del cuerpo
humano se alteraba en las enfermedades. Ello animó a Newton a proponer en 1701 una escala donde
el cero sería la congelación del agua y el 12 la temperatura del cuerpo de "un inglés sano".
En 1714, el físico Gabriel Fahrenheit reemplazó las mezclas alcohólicas del termómetro florentino por
mercurio, lo que le permitía medir temperaturas superiores, y propuso reflejar con el cero la más baja
que pudo conseguir en una mezcla de hielo, agua y sal. Así mismo, puso el grado 96 como referencia
del calor del cuerpo humano, ya que era la temperatura que reflejaba cuando se colocaba en la boca o
bajo el brazo. En esta escala, la temperatura de congelación del agua es 32 y la de ebullición 212. Por
su parte, en 1742, Anders Celsius propuso el cero para la ebullición del agua y 100 para la congelación.
El año siguiente Jean-Pierre Christin señaló la conveniencia de invertir esos puntos. La escala
resultante, que se llamó centígrada tras la Revolución Francesa, es conocida como Celsius desde 1948
y es la más habitualmente usada por nosotros.
Elena Sanz, http://www.muyinteresante.es/historico/articulo/el-termometro

Para promover un propósito lector antes de abordar el texto, se podrá iniciar un intercambio que
permita retomar conversaciones que pudieron establecerse entre los alumnos mientras observaban,
dibujaban o investigaban durante las actividades anteriores.

2º PARTE: EQUILIBRIO TÉRMICO


Actividad 6. Aproximación a la idea de equilibrio térmico
Se espera que los alumnos se aproximen a la idea de que cuando dos o más cuerpos a distinta temperatura se
ponen en contacto, las temperaturas de ambos se modifican hasta igualarse. Este fenómeno se denomina
equilibrio térmico.
El docente propondrá la siguiente situación a la clase:
Santiago estaba ayudando a su abuelo a hacer empanadas y tenía que pelar los huevos duros
que el abuelo acababa de retirar del fuego. Para no quemarse decidió colocarlos en un
recipiente con agua fría por un rato. Esperó un minuto pero todavía le quemaban cuando
intentó pelarlos. A los 5 minutos los retiró del agua y notó que tanto los huevos como el agua
que los rodeaba estaban prácticamente a la misma temperatura.

Escribir una explicación para lo que ocurrió.


¿Cómo sería la temperatura del huevo y del agua a los 5 minutos en relación con la temperatura de cada uno al
inicio?
Luego de compartir las distintas explicaciones sugeridas por los alumnos, el docente invitará a los alumnos a
realizar la siguiente experiencia para poner a prueba sus explicaciones.
Materiales necesarios: un vaso, un recipiente resistente al calor de mayor tamaño que el vaso, 2 termómetros,
cronómetro, agua.
Para el registro de los datos se utilizará una tabla como ésta, que podrá elaborarse con los alumnos:

Tiempo (seg) 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Temperatura del agua interior (ºC)

Temperatura del agua exterior (ºC)

Luego, se podrán volcar los resultados de la experiencia en un gráfico cartesiano usando un color
distinto para el agua de cada recipiente.
El procedimiento a seguir en la experiencia será el siguiente:
• Coloquen agua bien caliente en el vaso, midan la temperatura y anótenla en la tabla (tiempo 0).
• Pongan agua fría en el recipiente grande, midan la temperatura y anótenla (tiempo 0).
• Coloquen el vaso dentro del recipiente (deben tener cuidado de que no se mezcle el agua de ambos) y
comiencen a cronometrar, midiendo ambas temperaturas cada 10 segundos; al mismo tiempo, vayan
completando la tabla. Cuando, luego de tres mediciones, obtengan el mismo resultado, dejen de medir.
• Realicen el gráfico correspondiente a esta experiencia y analícenlo.
Las siguientes preguntas pueden servir para orientar la discusión de los resultados de la experiencia:
 ¿En qué se parece la experiencia a la situación que tiene a Santiago como protagonista?
 ¿Qué sucedió con las temperaturas en ambos recipientes al pasar el tiempo?
 ¿Ocurrió lo que esperaban?
 ¿Qué habría pasado si hubieran puesto agua fría en el vaso y agua caliente en el recipiente
exterior?
 Hagan un gráfico mostrando cómo se verían las curvas en este caso.

Para finalizar se puede proponer la elaboración de un informe sobre la experiencia.


El docente facilitará información sobre "equilibrio térmico" para que puedan relacionarla con los
resultados obtenidos.
Salida didáctica: Búsqueda en la fábrica de plásticos de termómetros de uso industrial y sus usos.
El sentido de realizar esta actividad es que los alumnos se informen sobre la existencia de otros tipos de
termómetros.
Se conversará con los alumnos acerca de que los termómetros analizados hasta ahora no son los únicos
sino que existen diversos tipos.
Para organizar el relevamiento, se sugiere formular una serie de preguntas que se elaborarán de
conjunto, a partir de lo que los alumnos y el docente vayan sugiriendo. Algunas de estas preguntas
podrían ser:
 ¿Utilizan algún termómetro?
 ¿Dónde están ubicado?
 ¿Cómo funciona?
 ¿Cómo se lee la temperatura?
 ¿Por qué es importante en su trabajo utilizar termómetro?
 ¿Cuál es la temperatura máxima y cuál la mínima que puede medir con su termómetro?
 ¿Cómo influye la temperatura en la transformación del plástico

Una vez realizada la indagación, cada grupo compartirá los resultados y los organizará de manera de
poder comunicarlos en la cartelera escolar. Se pueden realizar exposiciones orales que incluyan dibujos,
esquemas o el instrumento concreto.
Esta actividad tiene un carácter netamente informativo. No se espera que los alumnos tengan
posibilidades de manipular estos termómetros ni que se interioricen en su funcionamiento. Interesa que
sepan que existen otros termómetros además de los que ya conocen, que algunos se usan para medir
otros rangos de temperatura y que no todos funcionan de la misma manera.
Bibliografía:

Documento de trabajo Nº 5 Propuesta didáctica para la enseñanza del tema “Termómetros,


temperatura y calor” en el segundo ciclo. GCBA, 1998.
Los Termómetros. Temperatura. Colección Para seguir. Estudiar la Naturaleza 5, colección pensar y
estudiar. 12 ntes. 2011.
GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES. Diseño curricular para la escuela primaria. Segundo
ciclo de la escuela primaria. Educación general básica. (2004)
Eran los primeros días de diciembre. Laura entró corriendo a la casa de su amiga Rocío
gritando: ¡Abrieron la pileta del club!¡Vamos! Las chicas pusieron malla, toalla y ojotas en un
bolso y salieron. Laura se metió al agua enseguida y nadó tres piletas, entonces se dio cuenta
de que Rocío no se había metido todavía. ¡Dale Ro, metete! ¡Está calentita! Rocío se acercó
al borde y metió la punta de su pie. ¡No!, gritó, ¡Está re fría!

El termómetro
Antiguamente, temperatura era sinónimo de temperamento. Desde el siglo XVI, un instrumento de
medida puso ciencia en los conceptos caliente y frío, donde durante siglos apenas hubo poco más que
elucubraciones.

El grado de calor o frío del ambiente y del cuerpo humano fueron motivo de atención desde la
antigüedad y motivaron más tarde la construcción de los termómetros. Hoy estamos habituados a
manejar temperaturas y, por ejemplo, sabemos que el pollo hay que asarlo con el horno a unos 180 ºC,
que al bañar al niño el agua debe estar a 36 ºC, que a la computadora le gusta estar entre 10 y 35 ºC,
que tal o cual bebida debe servirse a 14 ºC, o que para ahorrar energía no debemos poner la
calefacción en invierno a más de 21 ºC ni en el verano el aire acondicionado a menos de 24 ºC. En casa
hay unos cuantos termómetros además del clínico.
A finales del siglo XVI Galileo construyó un instrumento sensible a la variación de temperatura. Se
trataba de un tubo de vidrio terminado en un bulbo grande; tras calentarlo, sumergía el tubo por su
extremo abierto en agua, de modo que, al enfriarse, el nivel de aquella subía un poco. Así, la columna
de agua variaba de longitud cuando el aire del interior del bulbo se calentaba o enfriaba. Ese primitivo
termoscopio -no llevaba escala alguna, por lo que no era un termómetro propiamente dicho- presentaba
el problema de que la altura del líquido dependía también de la presión atmosférica. En 1611, el médico
veneciano Santorre Santorio puso una escala a aquel instrumento, que marcaba la altura del líquido al
colocar el bulbo en agua con hielo y después en la llama de una vela, y dividió el intervalo en partes
iguales. Ese sería el primer termómetro, aunque la palabra no sería utilizada hasta 1624, cuando lo hizo
el jesuita Jean Leurechon en su tratado Du thermomètre, ou instrument pour mesurer les degrez de
chaleurou de froidure, quisont en l`air.
Los primeros termómetros basados en la dilatación de líquidos nacieron a mediados del siglo XVII.
El gran Duque de Toscana, Fernando II de Medici, ideó por entonces uno consistente en un tubo con el
extremo superior cerrado y el inferior terminado en un bulbo lleno de aguardiente coloreado. Ese líquido
era más sensible que el agua a la dilatación, y tenía la ventaja de no congelarse tan fácilmente. Si el
tubo era largo se enrollaba en forma de hélice, lo que confirió su aspecto característico a los llamados
termómetros florentinos.
Por entonces, los físicos ya eran conscientes de la constancia de temperatura durante los cambios de
estado del agua, algo que de hecho acabaría convirtiéndose en la base para establecer escalas de
temperatura comunes a todos los termómetros. Igualmente, se sabía que la temperatura del cuerpo
humano se alteraba en las enfermedades. Ello animó a Newton a proponer en 1701 una escala donde
el cero sería la congelación del agua y el 12 la temperatura del cuerpo de "un inglés sano".
En 1714, el físico Gabriel Fahrenheit reemplazó las mezclas alcohólicas del termómetro florentino por
mercurio, lo que le permitía medir temperaturas superiores, y propuso reflejar con el cero la más baja
que pudo conseguir en una mezcla de hielo, agua y sal. Así mismo, puso el grado 96 como referencia
del calor del cuerpo humano, ya que era la temperatura que reflejaba cuando se colocaba en la boca o
bajo el brazo. En esta escala, la temperatura de congelación del agua es 32 y la de ebullición 212. Por
su parte, en 1742, Anders Celsius propuso el cero para la ebullición del agua y 100 para la congelación.
El año siguiente Jean-Pierre Christin señaló la conveniencia de invertir esos puntos. La escala
resultante, que se llamó centígrada tras la Revolución Francesa, es conocida como Celsius desde 1948
y es la más habitualmente usada por nosotros.
Elena Sanz, http://www.muyinteresante.es/historico/articulo/el-termometro

Santiago estaba ayudando a su abuelo a hacer empanadas y tenía que pelar los huevos duros
que el abuelo acababa de retirar del fuego. Para no quemarse decidió colocarlos en un
recipiente con agua fría por un rato. Esperó un minuto pero todavía le quemaban cuando
intentó pelarlos. A los 5 minutos los retiró del agua y notó que tanto los huevos como el agua
que los rodeaba estaban prácticamente a la misma temperatura.

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