El padre Rafael García Herreros, un hombre pobre y sencillo, personificó vivencialmente la espiritual de San

Juan Eudes, su entrega por los pobres, manifestada en obras como el banquete del millón, lo evidencian. Recibió
homenajes de pintores quienes le mostraban su aprecio en cada uno de sus cuadros. Además de eso fue
condecorado con la cruz de Boyacá por tres presidentes en periodos distintos, recibió de la mano de Guillermo
León Valencia el título de encomendador, posteriormente de Misael Pastrana el título de gran oficial y de Álvaro
Uribe Vélez lo condecora de manera póstuma con la orden de la gran cruz de Boyacá. El padre García Herreros
fue un gran escritor, se caracterizaba por escribir en el género del cuento. A su llegada a Bogotá por allá en la
década del 50 el padre Rafael García Herreros dedicó sus esfuerzos apostólicos en las comunidades más
vulnerables, fruto de esto es la construcción del Barrio minuto de Dios, sin lugar a dudas, el padre Rafael García
Herreros, fue un discípulo de Cristo, una persona que inspiraba respeto, esto lo manifestaron personajes nefastos
para la historia nacional como el Pablo Escobar, quien antes de entregarse, se reúne con el padre García Herreros,
y este asumiendo el rostro de Cristo, convence a este narcotraficante que se entregue. Sin lugar a dudas, la vida
del Padre fundador García Herreros, es una invitación a quienes hacemos parte de la familia minuto de Dios a ser
personas integras, comprometidas con la justicia social, la equidad y la preferencia por los menos favorecidos.