Anda di halaman 1dari 14

EL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA

Myriam Stanley
Profesora de Historia Latinoamericana y Argentina

Introducción
El populismo en Latinoamérica es Nadie duda de que los estados, mo-
un tema que ha merecido muchos estu- vimientos, partidos, líderes e ideologías
dios, especialmente a partir de los años populistas representan una etapa fun-
de 1950, básicamente se han ocupado damental de la historia de América La-
de esto sociólogos y cientistas políticos. tina y, que la mayoría de las veces estos
No obstante es un tema controvertido se relacionan con otros fenómenos fun-
y complejo, que recibió infinidad de damentales para la comprensión de la
acepciones y la mayoría de las veces realidad latinoamericana como lo son
suscitó largas polémicas, sin que los es- el nacionalismo económico, el
pecialistas hayan llegado a un acuerdo, antiimperialismo, la industrialización, la
esto sin duda es debido a la laxitud del urbanización, las migraciones internas,
término. Laclau dice que pocos concep- la emancipación económica o, políticas
tos han sido más ampliamente usados externas más autónomas. Todos hechos
en el análisis político contemporáneo y, sociales, políticos y económicos que
sin embargo, pocos han sido definidos componen la problemática del
con menos precisión1. populismo.
Conviene tener en cuenta muy des- Hay cierta coincidencia en algunos
de el comienzo, que existen muchos fe- autores en aceptar al «populismo» en
nómenos históricos, diversos en el tiem- diferentes situaciones históricas ocurri-
po y en el espacio, que han sido califi- das en Latinoamérica. Hay casos en que
cados como «populistas». Como tal han los líderes populistas alcanzaron el po-
sido caracterizados movimientos socia- der, en tanto que en otros jamás llega-
les o políticos ocurridos en Asia, Áfri- ron a gobernar, pero si dieron origen a
ca, Europa, Rusia o Estados Unidos, así partidos políticos o movimientos popu-
también por ejemplo, algunos estudios lares contestatarios, que tuvieron activa
aplican esta categoría para analizar el presencia en la vida política de sus paí-
Castrismo cubano o la Revolución china. ses. En general, se denomina populista

347
a los gobiernos de Juan Perón en la ca de masas, que buscaba conducirlas
Argentina (1946-55), de Getulio Vargas manipulando sus aspiraciones, el
(1930-45/1951-54) y João Goulart populismo sólo puede ser comprendi-
(1961-64) en Brasil, de Lázaro Cárde- do en el contexto del proceso de crisis
nas (1934-40) en México, de Víctor Paz política y de desarrollo económico que
Estensoro (1952-56/1960-64) y Hernán se abre con la revolución de 1930»2.
Siles Suazo (1956-60) en Bolivia, y de Ampliando esta idea, lo coloca como
José María Velasco Ibarra (1934-35/ consecuencia lógica de la crisis de la
1944-47/1952-56/1956-61/1968-72) oligarquía y del liberalismo brasileño y
en Ecuador. También son considerados del propio proceso de democratización
como populistas algunos movimientos ocurrido en el país en esos años, pero
políticos como el APRA peruano, agrega, que era necesario que se apoya-
liderado por Víctor Haya de la Torre o ra en algún tipo de autoritarismo, ya sea
el Gaitismo colombiano, fundado por en el autoritarismo institucional de la
Jorge Gaitán. dictadura de Vargas de los años 1937 al
Para el brasileño Francisco Weffort 1945, o bien del autoritarismo
el concepto se limitaría a situaciones y paternalista o carismático de los líderes
realidades muy concretas, según este de masas del período de posguerra, en-
autor, el Populismo sería particular de tre el 1945 y 1964. Al mismo tiempo
América Latina y se habría dado en el afirma que, el «populismo», mostraría
momento histórico determinado por las las propias debilidades de los grupos
consecuencias inmediatas de crisis del dominantes, al intentar suplantar a las
1930 y la Segunda Guerra Mundial. Es oligarquías en el poder, en un país don-
más, propone que más que hablar de de éstas -las oligarquías agrarias- habían
un populismo se podría decir que hubo impuesto su dominación por tan largo
en Latinoamérica tantos populismos período.
como situaciones particulares, es decir Pero sobre todo, aclara, esta forma
no habría un concepto, sino tantos como de hacer política, fue «la expresión más
movimientos políticos merezcan esta ca- completa de la irrupción de las clases
racterización. Weffort al estudiar el populares en el proceso del desarrollo
«varguismo» en Brasil, afirma que «el urbano e industrial de esos decenios y
populismo es producto de la larga eta- de la necesidad, sentida por algunos de
pa de transformaciones por que pasa la los nuevos grupos dominantes, de in-
sociedad brasileña desde el 1930. Como corporación de las masas al juego polí-
estilo de gobierno, siempre sensible a tico»3.
las presiones populares, o como políti- En síntesis, para Weffort, se trata

348
de un fenómeno político con múltiples mente para tratar situaciones políticas
facetas y resulta muy difícil hacer refe- latinoamericanas y dentro del período
rencia al conjunto de los movimientos comprendido por los años de 1930 y
populistas. Es un fenómeno que se pre- 1960. Nos referimos especialmente a los
senta como la expresión de la emergen- sociólogos argentinos Gino Germani y
cia de las clases populares en el escena- Torcuato Di Tella.
rio político. Emergencia que es posible, Estos sin ser tan explícitos cuanto
dada la crisis del estado oligárquico-li- el brasileño, parten del presupuesto de
beral que eclosionó como consecuen- que el populismo sería un fenómeno
cia de la Gran Crisis de 1930, y aparece que ocurre en una situación de «transi-
como la responsable de la ruptura de ción», o sea en la transición de una so-
esa hegemonía oligárquica liberal. ciedad atrasada, rural, pre-capitalista,
La crisis hegemónica, fue producto hacia la sociedad moderna: industrial,
de la incapacidad de cualquier clase para capitalista y urbana. Germani, encuen-
imponerse por sobre las otras y asumir tra un rasgo común en los países sub-
el poder, así habrá un espacio para ser desarrollados que se resumiría en el
ocupado por los diferentes movimien- «asincronismo técnico y asincronismo
tos populares. Donde esto ocurra, en- geográfico; o sea, la utilización de los
contraremos el surgimiento de movi- adelantos más recientes de la técnica al
mientos populares, asegura. Los nuevos lado de la supervivencia de instrumen-
regímenes no son oligárquicos, pero las tos ya caducados, o bien, el contraste
oligarquías no están totalmente ausen- entre «regiones evolucionadas» y «regio-
tes, sólo son desplazadas parcialmente nes atrasadas»4. Las raíces deben -según
del poder y de alguna manera estarán ellos- ser buscadas, precisamente en la
presentes en el Estado. asincronía de los procesos de transición
Por su parte el Estado es un «estado de una sociedad a otra. Germani hace
de compromiso» y al mismo tiempo un una distinción muy clara entre el proce-
«estado de masas», que en última ins- so histórico europeo y el latinoamerica-
tancia es la expresión misma de la pro- no, distinguiendo las especificidades
longada crisis agraria, de la dependen- propias de una sociedad subdesarrolla-
cia social de las clases medias, de la de- da.
pendencia económica de la burguesía in- Di Tella parte de los mismos presu-
dustrial y de la creciente presión popu- puestos que Germani e insiste en la con-
lar. dición de países periféricos de América
Otros autores también han restrin- Latina. Entiende al «populismo» como
gido el uso de esta categoría exclusiva- un movimiento político que cuenta con

349
el apoyo político de las masas popula- los movimientos de clase media, como
res urbanas y rurales y de otros grupos el irigoyenismo en el caso de Argenti-
sociales que van contra el status quo, na, o el «tenentismo» en el caso brasile-
movidas por una profunda insatisfac- ño; movimientos de clases media que
ción en cuanto a sus expectativas con fueron las primeras y más fuertes reac-
respecto al papel que creen deberían ciones en contra del Estado oligárquico,
ocupar en la sociedad («incongruencia y que, a veces, se combinaron con mo-
de status»). vimientos obreros. En esos momentos
En tanto el brasileño Octavio Ianni, las democracias avanzaron algunos pa-
desde otra postura teórica, también en- sos, pero no alcanzó para producir efec-
tiende que se trata de un fenómeno que tos más firmes y destructivos sobre el
tiene su aparición en el preciso momen- Estado oligárquico.
to de eclosión de la crisis del sistema Más adelante amplía esta idea al de-
capitalista mundial y las concomitantes cir que: «el populismo no es una ruptu-
crisis de los sistemas oligárquicos na- ra con el pasado político de la clase obre-
cionales, pero además considera que las ra. Constituye una etapa del movimien-
experiencias populistas de to político obrero que corresponde al
Latinoamérica coincidieron con la con- lapso en que los precursores de la urba-
formación definitiva de la «sociedad de nización, la industrialización y el creci-
clases». En esta situación de colapso de miento del sector terciario transforma-
las oligarquías liberales o autoritarias, - ron de un modo profundo la composi-
que se habían afianzado desde el siglo ción interna de la sociedad. [...] Esos
anterior- y la crisis del capitalismo y el procesos «recrearon» la estructura de
imperialismo, se abrió una brecha por clases de la sociedad latinoamericana.
donde pudieron colarse las masas como En la nueva configuración del sistema
un nuevo elemento constitutivo del Es- de clases no había lugar para los «radi-
tado. calismos» propuestos anteriormente. En
En esta etapa, los valores -políticos, la época de política de masas, la bur-
culturales, religiosos u otros- comparti- guesía industrial asume el liderazgo os-
dos por los trabajadores, cambiaron, y tentoso de las luchas reivindicativas y
fueron sustituidos por otros inherentes reformistas de las masas obreras y de
al medio urbano industrial. Es en este amplios sectores de los estratos me-
proceso que se «conforman plenamen- dios»6
te las relaciones de clases dentro de las Pero lo que con más fuerza irá a ca-
Naciones de América Latina»5. racterizar a los movimientos populistas,
Los regímenes populistas, sucedieron a es el duro y contundente golpe sobre el

350
Estado oligárquico que dará paso a las do donde se establece una nueva forma
dictaduras y democracias populistas7, de organización del estado; los prime-
ahora las «nuevas clases sociales (bur- ros años bajo la influencia del
guesía industrial, proletariado y nuevos «tenentismo» conformando una repú-
sectores de clases medias) se unieron a blica unitaria, nacionalista y reformista,
la política de masas»8. A partir de en- en oposición al federalismo oligárquico
tonces, surgen nuevas organizaciones y de las elites regionales10. Esto fue favo-
estilos de liderazgos políticos o bien se recido por las situaciones de la década
reformulan los viejos y lo que predo- anterior: la 1º Guerra Mundial, la pre-
minará será la idea de «armonía de cla- sión industrialista, la crisis de sobrepro-
ses» en oposición al «antagonismo de ducción del café, el aumento de la po-
clases». Las diferentes clases se habrán blación urbana y de los sectores medios
unido bajo la bandera del nacionalismo, y el hartazgo de un sistema político frau-
ya sea éste, nacionalismo cultural, na- dulento.
cionalismo político o nacionalismo eco- El nuevo estado dejó de representar
nómico. los intereses de un sector de la socie-
En este cuadro -afirma Ianni- la im- dad, la burguesía del café, que había sido
posición del populismo llevó a los dife- dislocada del centro de la escena, por la
rentes países a dictaduras o democra- crisis. Por su parte los sectores medios
cias autoritarias. «El juego político de no eran sufientemente fuertes y el
las masas debía permanecer bajo el con- «tenentismo» había fracasado en sus
trol estratégico de la burguesía», por esta intentos de movimiento político autó-
razón, argumenta, los gobiernos popu- nomo, frente a este empate de fuerzas,
listas no buscarán la defensa armada de el gobierno de Getulio Vargas asumió
las masas, cuando les llegue el ocaso, ya el papel de árbitro y mediador de las
que las armas son «parte esencial del disputas internas. A partir de ahora hay
poder burgués»9. una redefinición del rol y la función del
Estado, a la luz de la ideología naciona-
El Populismo brasileño: Getulio lista que dominará el pensamiento polí-
Vargas tico y económico de los años 30. Las ya
El 1930 marca un punto de ruptura viejas discusiones sobre la extensión
en la historia brasileña; la llamada «Re- territorial que habían alimentado al na-
volución del 30», que acabó con la Pri- cionalismo en el siglo anterior, dieron
mera República o «República Velha», paso al desarrollismo. La idea de una
dio lugar a un período que Aspacia Amazonia vista como un espacio vacío,
Camargo llama la «era Vargas», perío- como una reserva que despertaba la co-

351
dicia del extranjero, estará presente en estaduales y fortalecía el Congreso, por
las nuevas políticas públicas, donde la otro, imponía un fuerte control a través
vieja idea de «gobernar es construir ca- de elecciones indirectas para presiden-
minos», pondrá en marcha un proyecto te, mientras implementaba los derechos
nacional desarrollista que fue capaz de sociales.
superar la fase oligárquica. En el 1935 se produjo lo que se ha
La primera gran preocupación, de la conocido como la «Intentona Comunis-
administración de Vargas, fue la cons- ta»11; suceso que le prestará, al presi-
titución de nuevo estado capaz de man- dente, argumento para, dos años más
tener la unidad nacional y el equilibrio tarde, instaurar el «Estado Novo» y en-
de las diferentes fuerzas sociales, diri- tonces, establecer su pleno dominio
gir la nación por encima de las oligar- político. Hasta ahora había tenido que
quías estaduales y promover a la indus- maniobrar con una coalición sumamen-
trialización. En el 32, frente a la «Revo- te compleja de fuerzas contradictorias.
lución Paulista», último intento de re- Fue un golpe comandado por el propio
cuperación del poder oligárquico en el Vargas, cuyo objetivo principal era crear
Estado, Vargas se coloca como media- instituciones capaces de imponer el po-
dor entre la oligarquía y el tenentismo, der del Estado y mostrarse con la capa-
fortaleciendo su posición conciliadora. cidad sufiente para combatir el comu-
Había comprendido -además- que sería nismo y el caudillismo. Fue silenciosa-
imposible reorganizar el país en hostili- mente preparado pero estridentemente
dad con las oligarquías. Finalmente, en presentado, se suspendió la Constitu-
1933 reunida la Asamblea Constituyen- ción del 34 y simbólicamente se que-
te, promueve la conciliación entre el maron las banderas estaduales en cere-
federalismo oligárquico y el centralis- monia pública, para no dejar lugar a
mo tenentista. Entonces prevaleció la dudas: habría, a partir de ahora un solo
«coordinación de las grandes represen- Estado, el nacional. El fortalecido po-
taciones» dirigidas por los principales der central, se ocupó de nombrar inter-
liderazgos tradicionales: São Paulo, Mi- ventores para las administraciones
nas Gerais, Rio Grande do Sul y Bahía. estaduales, controlar los recursos ener-
En 1934 fue aprobada la nueva consti- géticos nacionales, organizar el servi-
tución -definida por algunos estudiosos cio público, la siderurgia y acelerar la
como «híbrida»-, ya que era a un mis- industrialización. Para esto, había sido
mo tiempo, intervencionista en lo eco- preciso suspender el Congreso, las
nómico y liberal en lo político. Por un Asambleas Estaduales y la Constitución
lado decretaba las autonomías Nacional. Esta experiencia unitaria se

352
extendió hasta el año de 1945, cuando Estado incorporó una legislación muy
cae la dictadura del «Estado Novo» tras próxima al estado corporativo, pero
un movimiento militar. atendiendo a viejas reivindicaciones la-
El dictador tuvo plenos poderes, tan- borales que se arrastraban desde las
to legislativos como ejecutivo y si algo huelgas del 1919. Con la creación del
caracterizó al nuevo régimen, fue el Ministerio de Trabajo, Industria y Co-
máximo grado de participación del Es- mercio, el gobierno reglamentó los sin-
tado en todos los asuntos. Tal vez la más dicatos, creó la Junta de Consolidación
drástica medida haya que colocarla en y legisló sobre el régimen de trabajo de
el congelamiento de la deuda externa, hombres, mujeres y niños, otorgando la
que no había parado de crecer como jornada de 8 horas., el salario mínimo,
consecuencia del déficit en la balanza vacaciones, estabilidad laboral,
de pagos, por la disminución de las ex- indemnizaciones por despido, conven-
portaciones y de los ingresos reales en ciones colectivas de trabajo y la crea-
la economía. ción del Instituto de Jubilaciones y Pen-
Otra novedad fue la creación de siones, además de la Justicia del Traba-
autarquías especiales que atendían to- jo. Pero acabó con la autonomía sindi-
dos los rubros de la economía: el IAA cal, sólo existiría un sindicato por cada
(Instituto do Açúcar e do Álcool), el IBC profesión, con la debida autorización
(Instituto Brasileiro do Café), el Conse- ministerial; además se fijaba el descuen-
jo Nacional del Café, el Departamento to de una jornada por año y por traba-
Nacional del Caucho, el Instituto del Ca- jador que iría a constituir el «fondo sin-
cao, el Instituto Nacional de Estadísti- dical», que canalizado vía Ministerio del
ca y Censo, el Consejo Federal de Co- Trabajo se distribuiría entre los sindica-
mercio Exterior, el Consejo Brasileño tos. El impuesto sindical se convirtió
de Geografía; al mismo tiempo se pro- así, en una fuente de dependencia polí-
mulgaba el Código de Minas, el Código tica y un camino para la burocratización
de Aguas, se implementaba la industria y corrupción del sindicalismo.
Siderúrgica (Cia. Siderúrgica Nacional, Por otra parte, Vargas implementó
la Usina Siderúrgica de Volta Redonda, una política internacional altamente
la Companhía do Vale do Rio Doce, la pragmática aunque no siempre ética,
Fábrica Nacional de Motores), se desa- coqueteó con la Alemania nazi en los
rrollaba la industria Petrolera primeros años y finalmente en el año
(Petrobras), la energía eléctrica y la in- 1940 firmó un pacto con Estados Uni-
dustria automotriz. dos cuando Roosevelt visitó el país
Con respecto al problema social, el (Conferencia de Rio de Janeiro) por el

353
cual, a cambio de la utilización de las Laclau- como sí lo conseguirá Cárde-
costas del noreste, como base para las nas y Perón aunque por diferentes cir-
naves y la aviación aliada, Brasil recibi- cunstancias.
ría una ayuda por 200 millones de dóla-
res en armamentos y créditos blandos, El Populismo mexicano:
que le permitieron financiar el codicia- Lázaro Cárdenas
do proyecto de industrialización. La crisis de 1929 había repercutido
El «Estado Novo» fue fundamental- en México como en el resto de América
mente un estado autoritario que se trans- Latina, de forma contundente. La situa-
formó en el principal instrumento de ción económica se había agravado con
acumulación capitalista al servicio de la la caída del precio de la plata, lo que
burguesía industrial brasileña. Vargas no llevó a una crisis general de la minería
logró nunca ser el líder de un movimien- alcanzando al oro, el cobre y el zinc,
to unificado y homogéneo, como lo fue cuyos precios también cayeron estrepi-
Perón, pero sí un articulador de fuerzas tosamente. En tanto la industria petro-
heterogéneas sobre las que estableció su lera, que ya venía sufriendo problemas,
dominio personal a través de un com- debió reducir la producción. A la crisis
plicado sistema de alianzas. En las re- minera, se le sumó la crisis agrícola, con
giones más modernas del país consiguió la caída de los precios externos a nive-
firmes bases de apoyo en los sectores les no imaginados. A la desesperante si-
obreros y medios, pero en el interior, tuación económica deberá agregarse un
rural y arcaico, deberá buscar su balance negativo de la revolución; en-
sustentación en las viejas maquinarias tre los años de 1915 y 1930 el nuevo
políticas clientelísticas de la oligarquía grupo dirigente sólo la había conserva-
rural. De allí que no consiguió cons- do en sus aspectos formales, provocan-
truir un partido político único, sus fuer- do descontento en amplios sectores de
zas de apoyo se organizaron en dos fac- la población, especialmente en las ma-
ciones, el Partido Social Democrático sas campesinas y en el cada vez más po-
(PSD) que agrupó a los sectores con- puloso proletariado industrial. Calles,
servadores y el Partido Trabalhista uno de los líderes políticos de mayor
Brasileiro (PTB) donde se congregaron peso en los años 20, había intentado
los sectores urbanos, medios y obreros rescatar las banderas revolucionarias, y
progresistas. buscando salir del atolladero, proponía
Pero el populismo brasileño nunca la consolidación de las instituciones po-
consiguió construir un lenguaje políti- líticas, que condujeran a la centraliza-
co de dimensiones nacionales -afirma ción del poder, superando la fragmen-

354
tación económica y política pos-revo- por parte del Banco Nacional de Crédi-
lucionaria. Pero será Lázaro Cárdenas, to Ejidal. Política esta, que permitió una
quien llegó al poder en 1934, a través relativa modernización de la producción
de elecciones, como candidato del bu- agraria, al tiempo que fijó a la tierra a
rocratizado Partido Nacional Revolu- una gran masa de desposeídos, que no
cionario (PNR) y gobernó hasta el 1940, habían terminado de estabilizarse con
quien consiguió imponer un nuevo rum- posterioridad a la Revolución del 1910.
bo a la política mexicana. Su gobierno Paralelamente se dinamizó dos as-
es considerado como una clara experien- pectos complementarios, salud pública
cia populista. y salubridad, con la construcción de hos-
Cárdenas, postulado y apoyado por pitales, el envío de médicos rurales, cam-
las Ligas Campesinas de Tamaulipas y pos de descanso para obreros y la crea-
de San Luis de Potosí, venía precedido ción del Departamento de Asuntos In-
por cuatro años de ardua labor como dígenas, que estableció escuelas y cen-
gobernador de su estado (Michoacán), tros de salud. En cuanto a la educación
habiendo triplicado el reparto de tierras se promovió lo que dio en llamarse la
con respecto a los once años anteriores. «escuela socialista», se trataba de «la es-
Ya como presidente, impulsará con un cuela gratuita, obligatoria de asistencia
ritmo similar -a nivel nacional- la Re- infantil, coeducativa, integral, vitalista,
forma Agraria, pendiente desde los años progresista, científica, desfanatizante,
de la Revolución. Entre el 1935 y el 1940 orientadora, cooperativista,
se distribuyeron una media anual de 3 emancipadora, nacionalista», en otras
millones de hectáreas, entre unos 129 palabras, se trataba de imponer una es-
mil campesinos, a un promedio de 22,5 cuela modernizadora para una pobla-
ha. por unidad, lo que significó impo- ción que aun permanecía al margen de
ner como forma dominante al ejido12 la integración ciudadana, en el más
de explotación colectiva, ya que parale- amplio sentido del término.
lamente se crearon, entre 700 y 800 coo- Fue también en este período que más
perativas. Esto se correspondía a una se avanzó en cuanto a la sindicalización
concepción «agrarista» según la cual era tanto de los obreros industriales cuanto
posible asegurar el éxito económico por de los campesinos, tuvieron particular
esta vía de explotación de la produc- importancia los sindicatos de los em-
ción de la tierra. pleados públicos y el de los petroleros.
El proceso de distribución de tierras Consiguió neutralizar la figura de un
fue acompañado por la construcción de viejo líder sindical, Morones, quien des-
obras de regadío y programas crediticios de 1927 controlaba férrea y

355
autoritariamente la Confederación Re- lles, obligándolo a exiliarse; y llegó a un
gional Obrera Mexicana (CROM); con- acuerdo con la Iglesia, de modo tal, que
cediendo el apoyo necesario a Vicente de ahora en más, tuviera una posición
Lombardo Toledano, fundador en 1935, prescindente en el campo de la política
de la Confederación del Trabajo Mexi- nacional y permitiera, al Estado, que-
cano (CTM), que rápidamente alcanzó dar a resguardo de nuevas tentativas re-
el millón de afiliados. El apoyo brinda- accionarias.
do por Cárdenas a la CTM, sirvió para Consiguió estructurar de tal forma
librarse de los viejos grupos enquistados el partido oficial, que integró a las or-
en el poder, y dar lugar a otros sectores ganizaciones sindicales al Estado, vía el
adictos a la nueva política gubernamen- partido político. El Ejecutivo, con las
tal. prerrogativas de enormes poderes que
La meta era la centralización del la Constitución del 1917 le concedía y
poder, de tal suerte, que le permitiera, por la propia voluntad del presidente,
al Estado, tener bajo su égida, tanto a creció en centralización, coadyuvando
los sectores medios como a los popula- a la consolidación del Estado, que ade-
res, a través del respeto a la propiedad más, se buoacratizó y se fortaleció frente
privada -exigencia ésta, de los sectores a la sociedad. Los principales canales
medios- y del mejoramiento de las con- de participación política quedaron arti-
diciones de vida de los sectores campe- culados a la estructura estatal, especial-
sinos. Esto dio como resultado una sus- mente el partido oficial y los sindicatos,
tancial transformación de las condicio- tanto los urbanos cuanto los rurales.
nes materiales del obrero quien -según Según Carmagnani «La renovación
Alicia Fernández Chávez- «... de «pro- del PNR y el apoyo de la CTM y del
letario» terminó por convertirse en tra- campesinado reconstruyeron, sobre
bajador al servicio del Estado, como lo otras bases, el primitivo bloque com-
ilustran la nacionalización y administra- puesto por las capas medias, el campe-
ción obrera de los ferrocarriles (1937), sinado y la clase obrera, lo que permi-
la nacionalización petrolera (1938) y la tió al gobierno de Cárdenas llevar ade-
organización y funcionamiento de la lante un proceso innovador, resumible
Comisión Federal de Electricidad y del en lo que (...) designábamos como pro-
Banco Nacional Obrero de Fomento In- yecto político de construcción del esta-
dustrial»13. do democrático. El que dicho proyecto
Al mismo tiempo impulsó la reno- triunfara en México mientras se malo-
vación del PNR (Partido Nacional Re- graba en otros países se debió,
volucionario), excluyó al viejo líder Ca- substancialmente, a que la lucha arma-

356
da de los años 1910 a 1916 había que- dejarían las oligarquías, frente al quie-
brantando profundamente a la oligar- bre de su hegemonía política, con pos-
quía, a la que no quedó más remedio terioridad a la crisis del modelo prima-
que entrar con el disfraz de burguesía rio-exportador, parécenos extremada-
nacional en la vasta agrupación de fuer- mente adecuado en el caso brasileño,
zas cuya dirección estaba a cargo de las ya que la Revolución del 30, correspon-
capas medias»14 de a una ruptura de esa hegemonía
De ser así, sería legítimo afirmar que, oligárquica. Entretanto en México, la
en el caso mexicano, el populismo se problemática debería ser entendida de
manifestó como un desdoblamiento de forma diversa. La Revolución de 1910,
la Revolución. Aquí la burguesía fue el quiebre hegemónico de la oligar-
conscientizada de su rol, a través de la quía, terminada esa etapa revoluciona-
experiencia de los años de lucha, mos- ria, la burguesía asumió el liderazgo del
tró su fase más progresista en el gobier- proceso y, en 1930, frente a la Gran
no de Cárdenas; la Revolución le ha- Crisis, otro sector de la misma burgue-
bría enseñado como actuar, al tiempo sía revolucionaria tomará las riendas.
que el presidente actuaba como el es- Aquí no hubo una crisis de hegemonía,
pejo de esa burguesía, que había apren- no hubo rupturas en el poder, al
dido que en las reformas, estaba el se- populismo de Lázaro Cárdenas debe re-
creto de su supervivencia. lacionárselo con las dificultades econó-
micas que desató la crisis y la búsqueda
Volviendo al populismo, decíamos de nuevas sendas para enfrentarla. La
que éste se caracterizaría fundamental- política económica nacionalista e
mente por la emergencia de las clases industrialista, así como la política
populares en las luchas sociales y polí- agrarista, fue el camino que se siguió
ticas; esta perspectiva se aplica clara- para fortalecer al mercado interno frente
mente en el caso brasileño, en tanto en al derrumbe del modelo agro-
el mexicano, la emergencia de las clases exportador. Cárdenas supo combinar
populares se habría dado muy anterior- magistralmente las utopías agrarias le-
mente al fenómeno populista, pero es vantadas durante la revolución, con las
en el período cardenista que tienen nue- demandas del capitalismo post-crisis.
vo auge, se revitalizan, pero perfecta- Otra de las cuestiones discutidas en
mente articuladas en el Estado. torno al populismo, tiene que ver con
En cuanto a otra cuestión importante, la imagen del líder carismático, como
como lo es el surgimiento del populismo uno de los factores fundamentales para
como respuesta al vacío de poder que la comprensión del fenómeno. El

357
populismo no puede ser explicado bá- nes político-partidarias al Estado.
sicamente por la simple aparición del Estado reformado, fuerte, capaz de
líder carismático, que demagógicamente, intervenir directamente en la política
lleva a las masas en la dirección que él económica y promover el crecimiento
bien entiende. El carisma es un dato más industrial, entendiendo esto como se-
a ser tenido en cuenta para la compren- ñal de desarrollo y crecimiento;
sión total; pero sólo eso. Como diría permeado por la ideología nacionalista,
Weffort, en el fenómeno populista se en la medida en que se buscaba una sa-
da una «manipulación» de las masas por lida «nacional» para las alicaídas econo-
parte del líder, pero esa manipulación mías latinoamericanas, y en general, de-
se corresponde con una satisfacción de terminaron como el enemigo principal
aspiraciones, largamente esperadas. Así al «imperialismo», perfectamente articu-
el líder populista, a un mismo tiempo lado con las oligarquías nacionales; Es-
que manipula a las masas para que ellas tado que se colocó como el árbitro de
se encuadren dentro de los límites por todos los conflictos sociales y que bus-
él impuestos, también activa mecanis- có la «paz social», la «armonía entre las
mos de satisfacción de viejas aspiracio- clases» o la «alianza entre el capital y el
nes, como -por ejemplo- la legislación trabajo», reafirmando el modo de do-
social. minación capitalista.
Estos casos de populismo aquí tra-
tados, representan una muestra de las Notas.
extendidas movilizaciones populares, 1 Ernesto Laclau, Hacia una teoría del
ocurridas en el período comprendido Populismo, p.165.
entre la Crisis de 1930 y 2º Guerra 2 Francisco Weffort, «El populismo en la
Mundial y motorizadas por las nefastas política brasileña», en Brasil Hoy, AA.VV.,
México, Siglo XXI, 2a. edic., 1970, p. 54.
consecuencias de aquella crisis, que ha-
3 Fransisco Weffort, ibidem, p. 54.
brían provocado la inserción de esos 4 Gino Germani, «Democracia represen-
nuevos sectores en las luchas políticas tativa y clases populares», en: Populismo y
nacionales. contradicciones de clase en Latinoamérica,
Estas luchas los habría transforma- AA.VV., México, Era, 1977, 2a. edición,
do en uno de los principales actores p.12.
sociales, que el sistema político necesi- 5 Octavio Ianni, «Populismo y relaciones
taba para legitimarse. Pero al mismo de clases», en ibidem, p. 87.
tiempo, habrían contribuido a fortale- 6 Ibidem, p.109.
cer al sector dominante, mientras ata- 7 Ibidem, p. 90.
8 Ibidem, p. 112
ron a los sindicatos y a las organizacio-
9 Ibidem, p. 119.

358
10 Aspacia Camargo, «La Federación so-
metida. Nacionalismo desarrollista e ines-
tabilidad democrática», en: Marcello
Carmagnani (Coord.), Federalismos latinoa-
mericanos: México, Brasil, Argentina, Méxi-
co, FCE, 1993, pp. 300-362.
11 Un fallido intento, liderado por Luis
Carlos Prestes, de tomar el poder y hacer
del Brasil la primera experiencia comunis-
ta de Latinoamérica.
12 El ejido actual -no en el concepto colo-
nial- es una propiedad del Estado cedida
en usufructo individual, perpetuo y here-
ditario a los campesinos, no es una propie-
dad comunitaria, pero sí una forma disfra-
zada de propiedad privada. El ejido es pro-
ducto de la donación, no de la compra, pre-
via expropiación de latifundios, o bien de
tierras del Estado.
13Fernández Chávez, Alicia, «Federalismo
y Gobernabilidad en México», en: Marcello
Carmagnani, op. cit., p.288
14 Carmagnani, Marcello, Estado y Socie-
dad en América Latina, 1850-1930, Barce-
lona, Crítica, 1984, p. 241.

359
360

Anda mungkin juga menyukai