En este libro, el autor nos habla de la forma histórica como nace la ciudad
moderna, intentando hacer claro las formas también como surgen algunos de las
problemáticas que padecen las ciudades hoy en día.
El autor arranca la primera parte del libro afirmando que la ciudad moderna
contemporánea se formó como consecuencia de la Revolución Industrial y de la
posterior estructuración democrática burguesa de la sociedad. Con esta
afirmación, Aymonino pretende dejar a un lado el tradicional análisis que considera
la formación de las ciudades industriales como simple traslado de masas de
población del campo a la ciudad.
Para él es necesario también entender las condiciones tan precarias que se vivían
en el campo, el cual sufría de una completa “desintegración de la sociedad rural”,
luego entonces no fue simplemente una atracción hacia lo urbano como algo
novedoso con fuentes de trabajo industrial, porque para este entonces la mayor
parte de la industria se ubicaba en zonas rurales en donde las cuestiones legales
eran más flexibles, y la cercanía con fuentes de agua y de energía, reducían
enormemente los costos de producción industrial.
La ciudad industrial, nace con una relación centro-periferia muy diferente a la que
se encuentra en la ciudad actual, pues en una primea fase del desarrollo de la
ciudad, el centro histórico medieval tenía el mismo valor que la periferia de la
ciudad, además de que esta nos encontraba muy distante, allí se ubicaba las
residencias de la clase obrera, hasta este momento, la ciudad se veía como una
gran masa compacta y autónoma. Posteriormente la burguesía, poco a poco se
fue apoderando de lugares y zonas propias bien demarcadas y así mismo la
ciudad moderna va siendo delimitada por zonas y barrios unitarios de vivienda.
En una segunda fase, la relación existente entre centro y periferia tienen una serie
de cambios que se dan en función de los desarrollos productivos, lo cual se
evidencia en una creciente diferenciación tipológica en el espacio urbano; la
residencia como uso de suelo empieza a ser relegada y expulsada por otra serie
de funciones y actividades que se van consolidando en la ciudad. Así mismo la
relación campo-ciudad va perdiendo importancia, en la medida en que el campo
se va transformando en ciudad industrial y entra a formar parte de la misma lógica
de producción.
De la misma manera, unas ciudades van adquiriendo más importancia que otras,
para este caso las ciudades modelo terminan siendo las capitales de los países
capitalistas, pues estas ciudades se van haciendo cada vez más importantes y su
comparación y referencia ya no son las ciudades del mismo país, sino que se
compara es con las demás capitales importantes de los otros países.
Por ultimo habría que repensar algunos mecanismos e instrumentos que partan
desde e la planificación urbana para la solución de problemáticas como la
segregación socio espacial, sin caer en la trampa de creer que esto es solo de las
economías capitalistas y por ende no pueden ser solucionados.