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Cuzcatlán Típico

ENSAYO SOBRE
ETNOFONIA DE EL SALVADOR

Folklore, Folkwisa y Folkway


POR

MARIA DE BARATTA

SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C. A.

PUBLICACIONES DEL MINISTERIO DE CULTURA


DEREÇHOS RESERVADOS.
HECHO EL DEPOSITO QUE MARCA LA LEY.
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Datos Biográficos de
María de Baratta
ACIO en San Salvador, siendo sus padres, el doc­
N
cuitad
tor José Angel Mendoza, Catedrático de la Fa=
de Medicina de la Universidad Nacional y
doña María García González de Mendoza, conocida
pianista de su tiempo, quien hizo sus estudios en
Guatemala en el Colegio de Ursulinas.

A muy tierna edad tuvo vocación por la música,


iniciando sus estudios con su madre. Tenía escasamente
seis años cuando recibía clases de solfeo con el profesor
guatemalteco don Agustín Solorzano. Más tarde ingresó
al Conservatorio Nacional de Música, siendo Director
el recordado Maestro don Juan Aberle. Fué alumna
de la recordada pianista señorita María Zimmerman
y del Maestro Antonio Gianoli. Hizo también cursos
de perfeccionamiento con el pianista español Agustín
Roig, quien fué alumno del inmortal Granados.

Ha estudiado y sigue sus investigaciones sobre la


música autóctona de nuestro país desde hace 28 años,
habiendo recibido las felicitaciones de artistas de fa =
ma internacional. Sus composiciones musicales han si» MARIA DE BARATTA
do ejecutadas con éxito en América y Europa: Tiene
muchas composiciones inéditas, habiéndose dado a la
publicación: “"Los Tecomatillos”, “Can = Calagui=Túnal”,
“Ofrenda de la Elegida”, “La Campana Llora”, "Nahualismo”, vador), con medalla de oro por su composición en prosa “Co=
“Danza del Incienso” y la estilización folklórica “La Yegüita”. llar de Dientes”; en 1947, en la ciudad de David (Panamá),
premiada por sus composiciones musicales arriba mencionadas;
Ha viajado por los Estados Unidos y Europa. En San Fran­
en 1949 premiada por la BENEFICENCIA ESPAÑOLA con
cisco California estudió temporalmente' en e, Conservatorio de
el premio “JOSE MARIA PERALTA LAGOS”, por su tra­
Arrillaga con su Director don Vicente de Arrillaga, y en Europa
bajo “HISTORIA DE MOROS Y CRISTIANOS”.
visitó Conservatarios, centros musicales y de arte. Debido a su
intensa labor artística ha merecido las siguientes distinciones: en Tiene un Ballet indígena titulado “EN EL TEOCALLI”,
1930 en un concurso promovido por el Sr. Ministro de Instruc­ compuesto de 24 números, de los cuales sólo se conocen
ción Pública, Dr. Sarbelio Navarrete, obtuvo premio por una “PROCESION HIERATICA”, y “DANZA DEL INCIEN­
parte de doce canciones folklóricas de su obra “Cuzcatlán Típi­ SO”. En la actualidad trabaja en su libro “CUZCATLAN
co”; en 1934, en Piedras Negras (Estado de Coabuila, México), TIPICO” y en otras obras musicales.
con sus composiciones “Ofrenda de la Elegida y “Bacanal In­
(Datos (ornados de “Tribuna Libre”, «Página del Maesíro y el hiño, Domingo
dígena”; en 1939, en los Juegos Florales de Santa Ana, (El Sal- 4 de Junio de 1950).
Una Carta y Un Comentario

COLEGIO GARCIA FLAMENCO Palabras al Lector «V


Av. Coscatlan So. 35. Tsl. S«=S«»9

SAN SALVADOR
EL SALVABCH, C. A.
Todo libro tiene algún motivo para venir al mundo
de las letras. Este nace de un inmenso amor a la
música y a las manifestaciones del espíritu musical de
nuestra Patria. María Mendoza de Baratta, autora
de este precioso libro, se dedicó con singular empeño al
estudio de la música folklórica de nuestro Pueblo, y es
San Salvador, 15 de Octubre de 1951. así, como a través de muchos años de investigación, ha
llegado a rendir un valioso estudio de la música indígena,
remontándose desde la época precolombina, hasta nuestros
días.
Sra. doña María M. de Baratta.
Para llegar a formar este libro, María de Baratta
ha recorrido todos los pueblos del país, que podrían
Muy estimada amiga: brindarle algún dato, sobre nuestra música indígena, y
así ha visitado repetidas veces a los pueblos de Izalcot
Aunque estamos ahora muy atareados con exámenes
Nahuizaleo, Panchimalco. Chilanga, San Miguel, Moncagua,
on el Colegio, y mucho trabajo en general, he procurado, Chirilagua, etc., para tornar en las auténticas fuentes los
para satisfacer sus deseos, escribir cuanto antes, no un motivos de su libro. Poseedora la señora de Baratta, de
prólogo, sino unas simples palabras de encabezamiento, lina cultura musical exquisita y amplia, y animada de un
para su valioso libro, que está para terminar de editar­ espíritu de investigación artística muy raro en nuestra
se. Realmente he sentido esta vez, las ansias de ser yo medio, se consagró con todo empeño, a la búsqueda de
la expresión popular, y es así cómo ha llegado a descubrir
un buen literato, un poeta, o algo así, como para poder
verdaderas revelaciones del alma musical de nuestros
escribir como se debe, todo lo que usted se merece, nuestra pipiles, lencas y los restos de la raza maya-quiche de
muy apreciada doña María. El Salvador.

De modo, que pido a usted mis disculpas, por la El Folklore es la sabiduría del alma popular, el
don armonioso y supremo que traduce las diversas
sencillez que he tenido que usar en esta ocasión que
manifestaciones de la emoción humana. Por eso es
usted gentilmente me ha brindado, siendo únicamente el indispensable en la educación, pues como lo ha dicho
poder de una vieja, sincera y muy grande amistad, el con todo acierto Julio Arambum; "LOS JUEGOS,
motivo de haber acepta to con gusto, tan alto honor, que ROMANCES Y CANCIONES AFINAN LA SENSI­
no merezco. Pero sí, puedo con orgullo decir que fué BILIDAD DE LA NIÑEZ HACIA EL AMOR A
durante el corto tiempo que me tocó en suerte estar al LAS COSAS BELLAS Y NOBLES DEL ESPIRI­
TU”. Una canción sabe impregnar al corazón de afectos
frente del Ministerio de Cultura, cuando por iniciativa
delicados, y la inteligencia de tonificantes enseñanzas.
mía, y salvando todas las serias dificultades de diversa El Folklore de los niños es el breviario lírico de las
índole que se iban presentando, comenzó esta valiosa expansiones más gratas y dichosas de la vida.
obra a editarse. Siendo esta obra la primera en su género, que se
publica en El Salvador, merece un especial estímulo,,
Así pues, buena amiga, acepte estas palabras como
pues viene además a señalar rutas nuevas, que otros
mi grande y elocuente homenaje para usted. espíritus dilectos, puedan también seguir.
Su atento S. S. y amigo, 32it£én 3)/'mas..
<

31tifien CTC 3)/mas. San Salvador, 15 de Octubre de 1951.


SOBRE ''CUZCATLAN TIPICO”
por DOÑA MARIA DE BARATTA

Escribe REYNALDO GALINDO POHL

Conocer el pueblo del cual formamos parte, penetrarlo e identificarse con


él, es una de las más altas modalidades de la vida espiritual y uno de los me­
dios para alcanzar la plenitud de ésta. Nada mejor que las creaciones espon­
táneas y anónimas del alma popular para captar un estilo de vida y por con­
siguiente para desenraizar ocultos resortes psíquicos que inciden en la conducta
de individuos y colectividades.

En cuanto se abandona el esquema de pura razón, se humaniza la historia.


Estructuras, organizaciones, biografías rezuman vitalidad.

Los pueblos, como los individuos, buscan el desarrollo de su personalidad


histórica. Desde cierta altura, este desarrollo debe ser conscientemente dirigido, por­
que el hombre no sólo es reflejo o efecto de causas, sino motor y autor de la histo­
ria, y por consiguiente forjador de su destino dentro de las limitaciones de la
circunstancialidad en que está inmerso.

Los pueblos tienen que ser fieles a sus bases de sustentación. Sobre ¡a
realidad geográfica y humana y no sobre artificiosa elucubración, pueden desen­
volver sus potencias. En el punto de partida hay luces y sombras; en la meta
marcada por el ideal, sólo hay luz.

Las obras que enseñan a conocernos, que revelan las entrañas anímicas
de nuestro pueblo, son obras en buena hora hechas. Dan el material que la
reflexión integrará.

"Cuzcatlán Típico”, por Doña María de Baratta, resume muchísimos años


de investigación. A través de sus páginas nos sentimos más salvadoreños. Con­
tribuye a que nos conozcamos y nos enseña a amar lo vernáculo. Obras como
ésta ayudan a ponernos en comunidad espiritual con nuestro pueblo y a encon­
trar las bases desde las cuales debemos partir.
INTRODUCCION
C UZCATLAN!
lias son comprensibles y por humildes con»
mueven más; debe existir el deber en ensayar
He aquí la palabra mágica, el símbolo que un esfuerzo de recuerdo histórico, para que
encierra toda la tradición de una raza. no sea más profundo el olvido y más lejano
el eco, que quedó resonando en búsqueda de
Este bello nombre con que nuestros ante=
una oquedad hermana para depositar la serai»
pasados quisieron designar a esta pequeña lia de perpetuidad racial.
porción de tierra americana, tiene los signí= Pero para emprender este recuerdo bistó»
ficados siguientes: rico, bemos tenido que tomar muy en cuenta
Cuzcatlán quiere decir: «Aguila con collar». al sector indígena, que es en donde todavía
„ „ „ : «... de los días del se encuentra lo más puro y originalmente ver»
mes “13”». náculo, en música, costumbres, leyendas, etc.
„ „ ,, : «Collar para poner= La música en su aspecto rudimentario o
se al cuello». ingenuo (y pobre si queréis) de nuestros in=
dios, con sus instrumentos: el pito, la cbí»
„ „ „ : «Templo del sol».
rimía, el tambor y el tepunahuaste, son los
„ „ „ : «Collar de dientes». que todavía nos siguen hablando y repitiendo
Cuzcatlán («Collar de dientes»), collar de como un eco, de lo que fué en otrora ya muy
tradiciones y leyendas, diría yo, sartal de lejana, como resistiéndose a morir, antes que
morenas perlas, en la que cada cuenta, es el una mano generosa llegue a tomar con amor
poema de un dolor o de una epopeya de casi filial, sus últimos balbuceos como un
nuestros indios. postrer mensaje de la raza.
Cuzcatlán, la Virgen Indiana, va ataviada Obedeciendo al mandato de esa voz in=
terna de la savia racial que llevo en mi ser
con su simbólico collar, perpetrando el sedí»
(que es el mejor guía que he tenido, para ir
mento indígena en el engendro fecundo y
abriendo la ruta, y para seguir el rumbo
Tuerte de su raza.
planteado para mis observaciones), me dediqué
¡Hijos, o perlas desgranadas del collar de a estudiar, procurando por todos los medios,
la india madre!: ba sonado la bora en que ahondar y analizar en las expresiones musí»
nosotros, como los demás pueblos de la Amé* cales del indio, imponiéndome cierta disciplina
rica Híspana, nos pongamos alerta para cobi= desde el principio de mis investigaciones.
jar con arrullo amoroso y solícito, las formas El trabajo ba sido largo y el camino pe»
tradicionales, ya en música, pintura, literatura, noso, pero, con todo eso, be tenido momentos
etc., que nos legaron nuestros antepasados de verdadero regocijo y de hondas satisfac»
aborígenes. Todos vimos siempre con ingrata clones, al hacer el descubrimiento de alguna
indiferencia esos tesoros de poesía, de color afinidad o al comprobar un dato. Llegué a im»
y armonía, que anidan allá en la sierra, en huirme y familiarizarme tanto con el ambiente
la montaña, el rancho o el pueblecíto indi» de nuestros indios, que, confieso, cuando ya
gena. Nadie se preocupó de recoger esos me fui alejando para trabajar en dar forma y
tesoros de belleza que encierran las cosas ordenación a lo investigado, sentí la nostalgia
humildes o ingenuas, por ese afán que tene= del panorama indígena, saboreado al calor de
mos en reconocer méritos, sólo en lo que está aquellas fiestas tan llenas de color, de aquella
revestido con las pompas y galas del artificio, música tan ingenua, pero tan nuestra, y como
‘‘hecho con las reglas de las recetas que se movida por una necesidad, de vez en cuando,
guardan en las gavetas que, por lo usadas, corro a la fiesta de algún pueblecíto (en donde
huelen a viejas y se hacen insoportables . tantos amigos tengo), para refrescar mis ímpre»
Aprendamos a ver con ojos del espíritu, siones y para observar una vez más lo tantas
con nuestra belleza interna, para encontrar veces estudiado.
la belleza en las cosas humildes y desnudas, Esto no es fanatismo, sino, que yo en»
que por ingenuas son más bellas, por senci= tiendo (y cada día veo más serio el asunto)
de que el folklore no es una excursión tu» moria del oído para retener la melodía. He
rística intelectual, ansiosa de la novedad aquí mis vacilaciones y temores en no querer
pintorescamente típica, para después vaciarla tocar estas melodías, y mi trabajo se ha re»
en forma superficial, no; es la Honda inter» dueido a trasladarlas al papel pautado, res»
pretación racial y popular, Histórica y psico» petando fielmente su forma y su contenido
lógica, de lo que se va a investigar. tal como las oí. La exactitud y honrada
fjay que empaparse en las fuentes de «vera efigies», es el mandamiento esencial a
información para ampliar nuestra visión pa= que ha de someterse el investigador y com»
norámica, para fortalecer tamHién nuestros pilador. Proceder de otra manera, sería es»
recursos de acción intelectual y concekir la peculación indigna en el apostolado de la
esperanza de que la soñada realidad sea halla» ciencia y del arte.
da, por fin, en una labor mesurada y consciente. Por eso es que en mi concepto, el mejor
Pero no basta aún esto, pues al emplear folklorista es aquel que sabiendo sentir y
los medios o procedimientos adquiridos con vibrar con el ritmo de su raza, aprovecha
dedicación y estudios, éstos nos someten por estos dones para interpretar, distinguir y ana»
Consecuencia a una disciplina de más rigor, lizar los restos de la “música viva”, pero tam»
sumiéndonos en una observación casi perpleja bién sabrá sentir el respeto por la tradición
ante la realidad expectante de un hallazgo, sin atreverse a desfigurar los ejemplos que
una, diez, cien veces, sin acertar a poner punto tiene a la vísta.
final, después de agotar las comparaciones y Y con estas normas se tendrá la cons»
distintivos del mismo. tancia de ambular por apartados rincones y
Hay que nacionalizarse en todas las for» caseríos, yendo como el mendigo de puerta
mas posibles: tocando y cantando nuestra en puerta en los hogares humildes de los
música, recitando nuestra poesía, pintando las ancianos indios, pidiendo la limosna de los
maravillas de nuestra naturaleza tropical, cons» recuerdos atesorados de la tradición. Esta
fruyendo nuestros edificios, si no con estilo labor es la que yo be procurado llevar a ca=
propio (porque aún no lo tenemos), tengamos bo con infinito amor, y con la veneración que
el estilo de América, el Maya de Indo=Amé= guardo por todo lo que es vernáculo.
rica, o el estilo Indo=Colonial, y enseñaremos Me di a la campaña, y al contacto de la
ante todo a nuestro pueblo a querer lo que naturaleza y del trato continuo del indio,
es nuestro, a conocernos, a conservarnos. sentí en mí despertar la emoción, y el mo=
Estos serán los mejores cañones de defen» mento feliz de la revelación no se hizo espe»
sa racial, contra los interpoladores extraños; rar... entusiasta y febril.
esta será la mejor cruzada para aniquilar y ¡Es mi inquietud que se destrenza ante
mantener a raya las extravagancias peligro» la evocación!
sas que, como avalancha de exterminio, ame» Así fecundó este trabajo. ¿Que para al»
naza a nuestro pueblo y a nuestra raza. gunos no será perfecto? ¿Que es rústico?
No pretendo presentar aquí una encielo» ¡No importa! Para otros, en cambio, aun
pedia de nuestro folklore, no; soy la primera siéndolo, tendrá la belleza o el interés de la
en reconocer que no tengo los méritos ni página sincera y honrada que nos dibuja los
tal vez la preparación suficiente para llevar tesoros de la historia y del tiempo.
a cabo un trabajo como ése, pero el amor „ En toda comunidad humana coexisten dos
grande y la devoción que tengo por todo lo tendencias opuestas que por su acción encon»
que es nuestro, suplirá, disculpando la falta trada contribuyen a mantener en equilibrio
de pericia y los defectos que encontréis a las fuerzas sociales: la progresista y la tradí»
este trabajo. cionalísta.
Nuestro folklore, mucho ha desaparecido Una: la juventud de este siglo que camina
ya;, algo ha quedado y tan desfigurado, tan a pasos agigantados hacia una renovación ac=
desgastado, que apenas en uno que otro pue» tiva, inquieta y vehemente de vanguardismo.
filo de indígenas hay vestigios de danzas y Juventud: pujanza, brote, impulso de marchar
canciones de nuestros abuelos los indios. No siempre adelante; subir, crecer y florecer!
habiendo existido la página guiadora o recti» La otra, como compensación de contra»
fiçadora,. estas canciones y danzas han sido rresto a estas tendencias (que solas podrían
desfiguradas por algunos intérpretes que po= engendrar peligros para los conglomerados),
seían poco sentido rítmico, y basta poca me» defiende y se encarga de resistirles y de con»
servar la experiencia y los Tesoros anumula» plicaciones, conservando su fotma para no
dos por nuestros antepasados. Esta preserva destruir esa expresión ingenua, desnuda, como
la historia de los pueblos, sus tradiciones y representativa de una raza que en su origen
leyendas, sus características, el saber adqui» fué también con el alma desnuda, pura y
rido y todos sus caudales, para transmitir ese expresiva.
legado a las generaciones futuras. A propósito de la disciplina del folklorista
En esta época apretada de atisbos, y en para recoger la música vernácula, el sapiente
que el mundo se ba becbo pequeño, en que y notable folklorista mexicano Rubén M. Cató»
las distancias se acortaron, tenemos a cada pos, nos dice lo que sigue: “No es que nos
momento por la radio en nuestras casas, la vanagloriemos de nuestra labor, pero en las
música de todos los países, llegando hasta los reconstrucciones modernas de los aires na»
más apartados rincones la voz musical del cionales, el compositor, naturalmente, quiere
mundo. Invasión de sonidos, invasión de dis» siempre poner algo suyo, variantes melódicas,
tintas modalidades y formas, que si bien traen que le sugiere su buen gusto, cadencias, ritor­
el mensaje musical de otras naciones, contri» nelos, finales, que estén de acuerdo con las
huyendo a la renovación de nuestra cultura reglas de la composición musical. El compo»
y haciendo más amplio el panorama musical, sitor tiene razón, pues su nombre aparece
son también arrolladoras y aplastantes para en el frontis de la obra y tiene que cuidarlo.
las modalidades nativas, tanto más, que nada Pero entonces el canto queda alterado, y él
se hizo basta ahora por conservar, afirmar y músico ha desvirtuado su misión en provecho
ennoblecer aquellos preciosos restos que to» propio, con perjuicio de la autenticidad del
davía se encuentran en nuestra “música viva -. canto, en tanto que al dar la versión melódica
En todo el Continente Americano, sobrepuja exacta del canto popular, la raíz folklórica
latente el deseo de expresarse con lenguaje queda intacta. Ya vendrá el rápsoda imagi»
musical netamente racial o nacional. Y mu» nador y hará de ella una rapsodia o un tema
cbos , pueblos se destacan airosos haciendo con variaciones, o una fantasía si le place.
oír su música vernácula, con sus caracterís» Lo que prueba que para hacer historia
ticas y rasgos distintivos, que es como si nos en la música vernácula, es indispensable al
dieran una lección de geografía musical a transcribirla, respetar su forma, melodía y
través del radio, reviviendo en nosotros el carácter, pues esto es el verdadero valor de
panorama primitivo y regional de los pueblos. la música autóctona.
Cuzcatlán debe hacer oír su voz. Su voz También el dilecto compositor y etnofonis»
que se perdió hace siglos, y que está recia» ta guatemalteco don Jesús Castillo, al respecto
mando el derecho de que se la encuentre, nos dice lo que sigue: “Los trozos completos
de que se la oiga. Nuestra música regional que de nuestra música vernácula be logrado
debe hacerse oír entre el coro expresivo de reunir en más de cuarenta años de investiga»
las otras naciones, en su garganta indígena, clones, son poquísimos. Voy a enumerarlos:
cálida y tropical, en su forma pura, sencilla, 1° — Pieza ejecutada en zübak de caña ('), y
pero originalmente nuestra. acompañada al tambor. Fué copiada en San
Vengo a ofreceros, pues, este modesto Juan Ostuncalco, en 1886. La toqué el año
acervo de música vernácula, sin más méritos pasado en casa del señor don Vitalino Robles
que la sinceridad, y que quizá por el amor ante el Dr. Gamio y el artista Rafael Yela G.,
que le tengo, mi sentir encuentra grata; dis» y ambos arqueólogos opinan que la pieza tiene
culpad..., pero será más grata mi emoción, si un sabor tan primitivo, que sólo pudo haber
algún espíritu en afinidad con el mío, aprueba sido inspirada en cantos de pájaros. 2°—Me»
y llega a sentir como yo esta emoción. lodía de construcción rudimentaria, recogida
Es música naíurisía, que no se vació en los en el mismo pueblo y en el mismo año. Es
moldes de los tratadistas, pues construida sin sobremanera interesante. Los indios la toca»
prejuicios de procedimientos escolásticos (“gas» ban en sus prácticas hieráticas propias, sin
tados precisamente por ser clásicos ) tiene dejar por ello de aprovecharla en las cere»
esa frescura primitiva, dándonos una sensa» monias católicas, como procesiones, viacrucis,
ción de belleza salvaje, en la cual se siente etc. 3°—Trozo recogido en las montañas del
palpitar el vigor de la raza. norte de Huebuetenango. No parece ínspi»
Es: música del pueblo, y hecha para el pueblo. (1) Flauta indígena, mencionada en el Popol»Buj, que
Con lenguaje sencillo, espontáneo, sin com» figura entre las cosas que trajeron los de Tulán.
rada en cantos de pájaros, pero todo el mundo sustituir esas viejas y desacreditadas en que ni
ha reconocido en ella la gracia y la tristeza ellos mismos creen.”
indígenas reunidas. 4°—Melodía de carácter Esto nos demuestra que en cuestión de
rarísimo, recogida en 1926, en Chichicaste* acústica, a nuestros indios no les ganaban,
nango. Fué ejecutada en un tzijolaj C) y esos señores tratadistas.
acompañada con un huehuetl (12).3 5° — Trozo Al llevar a cabo esta obra, después de
tomado del O y del tambor, en 1917, en estudiar y observar mucho las diferencias,
el pueblo de Almolonga, Quezaltenango. La analogías o semejanzas de los datos indígenas
ejecutó el canteleño Santos Kolop. Tiene de México y América Central con lo nuestro,
fuerte sabor primitivo”. be becbo un gran esfuerzo para sintetizar lo
D emostrándonos, que siendo tantos los mejor que be podido, los materiales y acó*
años (40) que viene detrás de los tesoros ver* taciones que be considerado más aceptables,
náculos, son contados los trozos que ba lo* para hacer luz en el asunto, y también la
grado encontrar, y que a pesar de ser él tan manera de formar un todo armónico. Animada
notable músico y compositor, ba respetado también por el deseo y necesidad que be
con religiosidad su forma primitiva. Esta es sentido, de iniciar un esfuerzo de ensayo
la tesis que yo be defendido y defenderé folklórico, para que nuestro pueblo aprenda
siempre de manera radical al tratarse de mú= a conocerse a sí mismo en sus manifestació*
sica vernácula. nes artísticas, y porque todo aquel que em=
Y como si todo esto no bastara, aquí te* prenda la campaña del Arte, necesita íden*
nemos el testimonio de esta otra autoridad tificarse con las ideas y sentimientos de su
panameña en música folklórica, el artista Sr. pueblo, de su época y de su raza, para deli*
don Narciso Garay. Dice así: “Nadie sos* near mejor su personalidad.
pechará que este motivo insignificante, ex* Otros más eruditos y empeñados también
presado en el lenguaje diafónico del kamu= en desentrañar el misterio que rodea el orí*
purri (4) envuelve nada menos que la nega* gen de la música autóctona, pasarán su mi*
ción práctica del principio fundamental en rada con interés y basta con cariño quizá en
que se apoya la llamada ciencia de los armo* estas líneas y apuntes. Este débil vestigio
nistas: la prohibición de producir quintas justas del arte musical vernáculo, aunque rudímen*
consecutivas”. tarío y sencillo en la forma, es la expresión
“Por si algo les falta todavía a los seño* de bierática poesía de nuestros aborígenes.
res tratadistas de armonía para acabar de Sean estas las primeras columnas del her*
«desacreditar sus pseudos principios y reglas in= moso edificio que terminarán los más capaci*
violables aquí tienen ustedes el brote espon* tados para llevar a cabo tan difícil empresa.
fáneo de un pueblo primitivo (San Blas) que Este arte niño, se alimentará del arrullo que
se vale de la quinta como de la consonancia vosotros le déis, para que algún día sea el
más perfecta, después de la octava, y como representativo de nuestra raza, y que con
la única que permite, después de esta última, robustez de indio hermoso, lance al mundo el
una duplicación exacta de líneas melódicas canto de su caracol indiano, para que Cuzca*,
sin afectar en nada sus caracteres propios.” tlán reconquiste su alma y haga oír su voz.
“Ya los sonidos armónicos de ciertos re* Vamos a hacer sonar la dulce música en
gistros del órgano debían haber hecho com* la flauta de caña, como los indios del antiguo
prender esta verdad a esos señores armonis* Cuzcatlán, acompañada con la rítmica perçu*
tas; pero como se trataba de una creación sión de nuestro tepunahuaste y del tambor.
artificial del hombre occidental civilizado, Vamos a tocar los sones primitivos e ingenuos
ellos se defendían imputando ese fenómeno y a cantar con palabras humildes y tiernas
a consideraciones puramente acústicas sin que se fueron... que se fueron...
relación con el gusto ni con la estética del Cierra los ojos lector, y recuéstate a la
arte práctico. Ahora no hay esa excusa, y sombra del amate acogedor o de la ceiba
ya pueden ver qué otras reglas inventan para milenaria, que enmudecen para escuchar con*
tigo la música del agua fresca y cantarína
(1) Los maxes poseen una flauta pequeñísima, becba de de la humilde quebrada, y enbriágate de en*
caña que la llaman tzijolaj.
sueño, evocando el pasado glorioso de aquellos
(2) Tambor arcaico cilindrico y alto, parecido al atabal.
(3) Instrumento de viento, becbo de piedra o de barro. en quienes ardía la muy noble y altiva sangre
(4) Flautas yuxtapuestas para dar el sonido diatónico. de Atlaeatl: ¡DEL GRAN ATLACATL!
COMO SURGIO EL MOVIMIENTO FOLKLORISTA
EN NUESTRO PAIS

E L año de 1931 fué un año de abundante


cosecha espiritual en pro del folklore sal=
versos, en su poesía emocional. El malogrado
escritor de exquisita sensibilidad, panteísta,
enamorado de lo nuestro, Francisco Miranda
vadoreño, y de la dignificación y redención de
Ruano, nos dejó su alma en su libro «Voces
algunos aspectos de nuestro indio, de lo indio;
del Terruño». Salarrué, escritor y Artista
es decir, de algo que palpita todavía con gran
(así, con muyúscula), señala los derroteros de
fuerza y pujanza, al impulso del sedimento
avanzada a toda una generación de espíritus
autóctono que vibra en nosotros, para seña»
alentadores de inquietudes vernáculas. Hasta
lar el camino de sus necesidades y derechos.
aquí los iniciadores.
Hay un grupo de espíritus jóvenes que Párrafo especial en este movimiento cul»
ven levantarse, al sortilegio de la tradición, tural merece el Profesor Francisco Luarca
el sol de un nuevo día que alumbrará al (llamado familiarmente Chico Luarca), quien
resurgimiento tremolante de una raza. La emprendió una verdadera cruzada en pro del
tradición y la leyenda que fué cantada con indio en nuestro país.
un suspiro de poesía autóctona por nuestro
talentoso literato Miguel Angel Espino, en Este Maestro fué un verdadero apóstol
sus dos obras: «Mitología de Cuzcatlán» y de la cultura en nuestro medio, quien con
«Cómo Cantan Allá», obedeciendo a esa ne= entusiasmo y sinceridad, levantó el estándar»
cesidad imperiosa que sienten los espíritus te del indigenismo nuestro, promoviendo in=
dilectos, de cantar con voz propia su alegría quietudes, ^.espertando entusiasmos para el
o su dolor. Fué en el año de 1919 que estudio, conservación y conocimiento del ín=
Espino nos sorprendió con su grito racial, dio y de las cosas del terruño.
en su «Mitología de Cuzcatlán». Ya el sabio Para llevar a cabo su noble labor fundó,
y gran maestro don Francisco Gavidia había con éxito, un grupo de jóvenes entusiastas
mucho años antes plantado el soberbio edi» e inquietos.
ficio literario de sus «Poemas» y otras mu»
Este grupo se reunía cada semana para
chas obras. Ya también otro talentoso lucha»
dar a conocer los trabajos realizados, some»
dor por las cosas nuestras, había andado en
tiéndolos a la crítica del grupo, disciplinados
peregrinaje con su farol desentrañando el mis»
y dirigidos todos por las enseñanzas y suge»
terio de las cosas prehistóricas, el insigne
rencias del Profesor Luarca.
maestro y arqueólogo don Jorge Lardé. Alber»
to Masferrer, príncipe de las letras, y cuya Había un afán de trabajo, de investiga»
pluma estuvo siempre al servicio del proleta» ción y de superación. Se daban conferencias,
ríado. Arturo Ambrogi, gran estilista criollo, recítales poéticos y de piano, dando todos a
que deliciosamente nos describe las escenas conocer las impresiones recogidas en nuestra
campesinas. Y en el año de 1926, Juan Ramón tierra. Se hacían excursiones, y el día de la
Uriarte, maestro y literato, nos regala con reunión, nadie llegaba con las manos vacías,
su alentadora «Cuscatlanología», obra de gran pues cada cual mostraba el producto de sus
estímulo en pro del folklore salvadoreño. El observaciones e impresiones recogidas en las
exquisito y delicado poeta regionalista Alfredo jiras de estudio. Y todo estaba orientado y
Espino, pulsa su lira indiana para cantarle a dirigido por este director y animador que era
nuestro cíelo; la montaña, el rancho; a lo que Chico Luarca. El, era el alma y acicate
nosotros vivimos. Alfredo Espino, que como de este grupo de espíritus jóvenes; podríamos
Chopin fuera el cantor delicado de la belleza decir de él, como dijo un escritor cubano de
regional. Chopin: canta a su amada Polonia, Fray Bartolomé de Las Casas: “es una llama
en la poesía de su música; y Espino: cantó que lo incendiará todo”. Sí, era una llama
la belleza de Cuzcatlán en la música de sus que caldeaba el espíritu en un afán de ser»
vicio en pro de la cultura y de redención indios del Niágara, y por el aprecio que el
para el indio y las cosas del amado terruño. pueblo americano bacía de su música folk»
Cuando no se trabajaba o se trabajaba mal, lórica, me confirmé más en el empeño de mis
era franco y drástico; pero en seguida endul» estudios. Desde entonces no paré en ir por
zaba la píldora con una carcajada fresca, los pueblecitos, a sus fiestas, para empaparme
llena de alegría sana y bondadosa, diciendo de su psicología, sus costumbres, su música
palabras que eran una nueva inyección de y sus danzas.
estímulo y entusiasmo. Jamás decayó en su En 1927 ya tenía algo de mis trabajos, que
noble labor; ñafia pudieron los envidiosos interrumpí con mi viaje en 1928 a Europa.
que lo tildaban de extremista e intransigente; Este viaje acabó de descorrer en mí el velo,
más se enardecía cuando se veía atacado y y preparó mi espíritu ampliamente, para que
redoblaba su trabajo. al año siguiente marchara con paso más se»
Sólo su ausencia, cuando tuvo que salir guro y entusiasmo cada vez mayor en la
del país, pudo cortar aquella corriente de realización de mí trabajo. En 1929 ya había
inquietudes, que su temperamento incansable logrado compilar muchos de mis apuntes, y
comencé a señalarme un plan de trabajo^
despertó en nuestras juventudes.
Fué en 1930 que el Subsecretario de Instruc»
Muchos de este grupo nos han dado los ción Pública, Dr. Sarbelio Navarrete, abrió
frutos, de los que aquel tesonero Maestro un concurso para la «Canción Salvadoreña»,
sembró en temperamentos bien abonados, y y aunque mi trabajo no estaba conforme a
escogidos por el gran mentor y conductor de las bases del concurso, dispuse aventurarme
juventudes que es el Profesor Francisco Luarca. en mandar doce de mis apuntes que tenía,
con la esperanza de que por el valor histórico
Cuando una vez fué invitado a dar una
siquiera, fuera tomado en cuenta. Así fué;
conferencia en la Universidad, él se presento
y el Jurado calificó con «Mención Especial»
con su aplomo y sencillez acostumbrados., pero
aquel modesto ensayo, dándole el premio
al ir desarrollando el tema de su conferen»
también de que “fuera impresa a todo lujo’’.
cía, el entusiasmo despertó una tempestad de
No por esto dejé de trabajar, continuando
aplausos. Alguien, al escribir la crónica del
basta completar y agotar la fuente de mis
triunfo de Luarca en la Universidad, dijo:
observaciones.
“El indio Luarca entró sonando sus caites en
la Universidad”. Esto se dijo para corroborar Cantar las bellas cosas nuestras, los sen»
el intenso amor que ponía el Maestro Luarca tímientos nuestros, parece ahora la inquietud
en sus palabras, defendiendo al indio y des= de un grupo de voluntades, como dije antes;
pertando la atención para una mejor orien» así, se ha representado en nuestros teatros
tacíón y mejoramiento del elemento indígena algunos números de música vernácula de mí
en nuestro país. trabajo «CUZCATLÁN TIPICO» premiado
en el concurso, como también otros números
En el año de 1924 comencé a dirigir mis completamente origínales, inspirados en mo=
observaciones bacía el folklore musical, en» tívos nuestros y con el alma indígena en la
contrando que nadie había llevado sus estu» música.
dios por ese lado, pues aunque han habido
Suárez Fiallos, joven y talentoso come»
siempre talentosos compositores, éstos no nos
diógrafo, nos ha dado varias joyas teatrales
dieron nunca la página guiadora de verdadera
de estilo deliciosamente criollo, desplegando
música autóctona. Hice por aquel tiempo al=
una labor meritísima en pro del arte salva»
gunas excursiones; tomé algunos apuntes y doreño. Salarrué, pintor y escritor profun»
fotografías; y para llevar a cabo mi trabajo,
damente intelectual y emotivo, nos ba dado
comencé a estudiar detenidamente y a analí»
su alma de artista exquisito y sincero, en el
zar las formas constructoras de la música de
milagro de sus cuadros y de sus «CUENTOS
nuestros indios. DE BARRO»; y José Mejía Vides, que en va»
En 1926 hice un viaje a San Francisco, rías exposiciones ha cosechado triunfos bien
California, EE. UU., con el objeto de oír a merecidos, dándonos verdaderas fiestas del
Paderewsky, y allá tuve ocasión de oír mu» espíritu, con la maravilla de los tipos raciales
sica de los indios del norte; en los teatros transportados al lienzo, bajo la maestría de
pude apreciar algunos instrumentos de los su pincel puesto al servicio de su tempera»
mento; Luis Alfredo Càceres, que cultiva con cielo tropical, la montaña, el indio, el rancho,
devoción el estilo indígena, desprendiéndose el caminito de tierra, etc.
de sus cuadros la emoción del artista con la Creo que en no lejano día, el arte salva»
poesía y colorido de la madre tierra. Es el doreño llegará a ufanarse de presentar lo
artista sintético y sutil; sus cuadros tiemblan nuestro con orgullo, para que como piedra
de emoción. Cáceres, es el sacerdote pagano, tallada de valiosos quilates, realce resplan»
que de cada cosa de nuestra naturaleza hace deciente y pulida, por los hijos artífices de
un altar, para rendirle culto a lo nuestro: el Cuzcatlán.

FOLKLORE, FOLKVISA Y FOLKWAY


C REO indispensable dedicar algunas pala»
bras, para explicar el significado científico
indicado, es decir, llamando, en forma general,
FOLKLORE a todo lo que significa tradició»
nes populares, y FOLKVISA, todo lo que se
de 1 os voca blos: FOLKLORE, FOLKVISA y
refiere a tradiciones musicales y bailes.
FOLKWAY, que a continuación del título
de este ensayo, aparecen en la portada. “Por otra parte, existe un término, reía»
tivamente nuevo, que ha sido adoptado e in=
La voz FOLK = LORE, significa en los
troducído especialmente en la ciencia amerí»
idiomas originarios (inglés y sueco), mitos,
cañista y que, muy gráficamente, expresa él
tradiciones orales, leyendas, fábulas, historie»
solo, otro aspecto del saber de los pueblos
tas, cuentos, supersticiones, adivinanzas, re»
y que no expresan las anteriores palabras:
franes, etc., y todo lo que no puede expre»
es el término FOLKWAY, que traducido
sarse por las palabras: «saber popular» y el
literalmente al castellano, significaría “carni»
«sentir popular».
nos o rutas de los pueblos”, pero que la
La palabra FOLKLORE se compone de ciencia emplea ahora para significar las “fies»
estas dos: «FOLK», que quiere decir «pueblo», tas y costumbres de los pueblos”. Estas fies»
y «LORE», «tradición», «relato». De tal modo tas y costumbres serían: ritos y ceremonias
que con razón, notables científicos folkloristas, efectuadas al nacimiento, al casamiento o
como el sabio Profesor Ing. Arthur Posnansky muerte de una persona (culto de los muer»
y la señorita Blanca Ladrón de Guevara tos); ritos cumplidos en los caminos, ríos,
(notable conferencista en la III Asamblea manantiales, lagos, etc.; ceremonias fúnebres
Panamericana de Geografía e Historia reu» en los enterratorios, ceremonias al poner los
nida en Lima el año 1941), proclaman muy fundamentos de una edificación (Kucho), etc.,
acertadamente que “cuando este vocablo se etc. Estas costumbres, en lo que se refiere
aplica a la música, o a los bailes y canciones al ambiente nacional nuestro, han sido y son
de la raza, no encaja, siendo impropio por lo aún más complicadas que en otros pueblos y
tanto emplearla para referirse a estos aspee» ofrecen por lo tanto una tonalidad multiforme
tos de la actividad artística humana................ en grado sumo. El FOLKWAY vernacular
La palabra FOLKLORE entonces no tiene nos ofrece, entonces, como temas de estu»
ninguna relación con el concepto de música dio: los rituales y ceremonias que cumplían
o con el de bailes populares indígenas. y cumplen aún nuestros «indios» con Pacha»
mama, etc............... ’
El Profesor Posnansky, dice: “El cancionero
popular, antiguo o moderno, vernacular, es “De las definiciones que hemos tratado de
denominado en los idiomas sueco y danés: interpretar, se desprende que los términos
FOLKVISA. Por lo tanto, si queremos usar FOLKLORE, FOLKVISA y FOLKWAY, se
ajustadamente, palabras cuyo empleo se ha refieren a asuntos por demás importantes, ra=
hecho internacional y que se han arraigado zón por la que la mayor parte de los países
en las ciencias o en la literatura, como co= de cultura relevante han defendido la con»
rrientes. tal como sucede con FOLKVISA servación de todo aquello a que se refieren
y con FOLKLORE, debemos emplearlas en estas ciencias. Y esta defensa y conservación
la forma adecuada y conveniente que hemos no podía efectuarse, sino con la creación de
Institutos Científicos destinados al estudio de tualidad y sus diversas modalidades en îoà
estas actividades pretéritas y presentes. Estu» diferentes lugares del país y las distintas
dio que, repetimos, ba tomado los contornos épocas.
de una verdadera CIENCIA. La señorita Blanca Ladrón de Guevara
Así, pues, tomando estas consideraciones cita a un autor que sólo firma con las iní»
y, además, tratando al FOLKLORE como ciales B. J.: ‘ Folklore, es la ciencia de la cul=
tura tradicional del pueblo entero dentro de
CIENCIA, es indispensable tener en cuenta
las subdivisiones para el plan de trabajo, y la sociedad civilizada, concibiendo a ésta di*
por esto he empleado el término o vocablo vidída abstractamente en dos sectores: la so*
adecuado para designar las tres secciones que ciedad instruida o culta y el pueblo propia*
comprende este modesto ensayo de nuestro mente dicho.”
folklore. Sig ue la señorita de Guevara: “Por cierto
que ahora existe una gran corriente en el sen*
FOLKLORE: tradiciones orales, mitos,
tido de disciplinar el folklore como ciencia,
leyendas, fábulas, supersticiones, adivinanzas,
puesto que hasta la fecha ba sido la obra
bombas, refranes, etc.
voluntariosa de quienes llevados de un afán
FOLKVISA, (melodía popular), comprende: investigador diletante, han hecho en realidad
música, danzas, canciones, sones, instrumentos lo que han podido, sin tener en cuenta los
musicales, música instrumental, etc. factores de orden antropológico y psicológico
que deben, necesariamente, participar ep la
FOLKWAY, (rutas de los pueblos), eos»
conformación de toda obra folklórica .
tumbres, política, religión, sociales, ritos, y
ceremonias. “En el folklore, como ciencia, no debemos
buscar ya lo meramente pintoresco, lo síro*
Además, be agregado una sección de plemente anecdótico, lo trivíalmente musical:
ETNOFONIA, que creo la más interesante buscaremos su profundo humanismo, vayamos
por tratarse de un estudio puramente científi* al fondo de su contenido tratando de estu»
co, de análisis minucioso de las formas, ritmos, diar el alma de un pueblo, que siempre nos
material melódico, escalas, modos y estructura deja algo de sus grandes conmociones popu*
de nuestra música primitiva. lares, de sus pasiones y de sus luchas.
Estas subdivisiones del folklore son nece» FOLKVISA: esta palabra probablemente
sarias e indispensables, no sólo para encauzar suene para algunos un poco rara, teniendo a
su estudio dentro de disciplinas rígurosamen* la vez un sonido algo extraño (pues no nos
te científicas, sino también para la orientación bemos acostumbrado todavía a ella como la
y ordenación en el trabajo mismo. palabra folklore), y no está demás repetir
Siendo el folklore una ciencia que estudia que al igual que el folklore, cuyo significado
al conglomerado y no sólo la psicología del bemos tratado de aclarar, tiene su origen
alma popular al través de sus leyendas, mú= tanto en el danés, como en el sueco y sígnifi»
sica, danzas, cantares, sino todo lo que se caria, en castellano, los cantos y música de
refiere a la vida y costumbres del pueblo y antaño de los pueblos. Comprende, además, por
a los usos, ceremonias y juegos en que se otro lado, las representaciones al aire libre,
conservan los vestigios de civilizaciones ante­ en las que, acompañados con ^música y cantos,
riores a los que los dedicados a la prehistoria reproducían y reproducen escenas de las ba*
conceden tan considerable importancia, comen* zañas de dioses y también héroes de la gen»
cemos por clasificar y designar estas formas, tilídad y posteriormente de los pipiles y len=
debidamente con su propio nombre. cas que basta la fecha existen. La ciencia
El uso general del empleo de la palabra del “saber de los pueblos” ba incorporado
FOLKLORE, sólo data del año 1844 en que esta palabra para expresar el “saber sobre
Mr. William J. Thoms la empleó por primera la música, las melodías, los cantares, las re*
vez en el sentido que boy se ba uníversalizado. presentaciones dramáticas, expresiones poéti*
cas, etc., de carácter nativo.
El folklore es el que señala, distingue y
apunta los cambios o variantes culturales En este ensayo insertamos una sección
entre el pueblo y la sociedad culta, determi» referente a esta fascinante y bella materia,
nando los caracteres esenciales de su espiri* en la cual bemos tratado de recoger los es»
casos tesoros que aún se han salvado del ésta nos alcanzó con el Antiguo y Nuevo
vendaval del modernismo, que arrasa con Imperio que ocuparon buena parte de nues»
todo lo que es indigenista, pretendiendo tam= tro territorio.
bien borrar no sólo la palabra INDIO, sino Actualmente todas estas ramas del FOLK»
todo lo que tiene conexión con su antiguo LORE, gracias al empeño y esfuerzos gigan»
culto, su antigua ciencia, en fin todo aquello téseos llavados a cabo por los estudiosos, ha
que acusa reminiscencias o legado de su alta llegado a encauzarse en una disciplina cíen»
cultura antes de la conquista. tífica, que ya reclama especialistas.

FOLKWAY: palabra exótica en la lengua En los Estados Unidos se ha elevado el


castellana, cuya traducción literal, según algu» folklore a la categoría de estudios superiores
nos, sería: “Ruta de los Pueblos” o “Camino en las Universidades, adoptando en sus pía»
de los Pueblos”. El Prof. A. Posnansky, la nes de estudio, el conocimiento de esta cien»
traduce llanamente por “Costumbres Anees» cía, que requiere “vastos conocimientos bien
traies” y “Ritos Populares” y constituyendo orientados y una ciencia enciclopédica del
parte de lo que aún se denomina ETNOLO» pueblo”, a fin de que el folklorista, como el
CIA. El estudio más interesante, pero in= etnógrafo y el etnofonísta, conozca las formas
trincado y amplio sobre “la ciencia del hom» y contenidos espirituales del pueblo y la cul­
bre” es la que los científicos especialistas han tura o ciencia que estudia.
dado en llamar, últimamente, FOLKWAY. El estudiante que quiere especializarse en
folklore, debe matricularse en un Departa»
Aquí abordaremos tan sólo algunos aspee» mento relacionado con dicha maíeria. En la
tos de esta materia, que tan erróneamente Universidad de Carolina del Norte se da el
han sido englobados por estudiosos y aficio» grado de Maestro en Artes con especialidad
nados, bajo la designación de FOLKLORE. en Folklore; en la Universidad de Indiana se
Trataré de clasificar las materias de este ha organizado una serie de cursos secunda­
ensayo, para encauzarlas en este estudio tan rios de folklore con especialízación en el De­
complejo y amplio, procurando señalar una partamento de Inglés para el Doctorado.
pauta a seguir, para los futuros trabajos de También en Argentina se trata el asunto
quienes se han dedicado a él. del folklore en forma muy seria, prestando
Es muy grato para mí recordar, que todos sumo interés a esta nueva ciencia, a la que
los trabajos llevados a cabo por el estudioso se trata de encauzar dentro de disciplinas y
e incansable investigador Prof. Jorge Lardé, estudios técnicos especiales. En Bolivia, hace
y muchos de los trabajos del sabio Maestro más de siete años que se ha fundado el
Francisco Gavidía, podrían formar parte de «Instituto de Folklore, Folkvísa y Folkway»,
esta importante rama: el FOLKWAY. Toda cuya labor en América es bastante conocida
la monumental obra del acucioso Sahagún, por los diversos e interesantes estudios que
pertenece también al FOLKWAY; podríamos ha presentado ya. Y en todos los países
clasificar así mismo en esta sección la bella civilizados y cultos del Continente, se lleva
obra de Miguel Angel Espino: «Mitología de desde hace algunos años una labor tesonera
Cuzcatlán», y tántas otras de autores salva» y orientada para los importantes estudios del
doreños. FOLKLORE.

Es conveniente advertir que para estas A este respecto, creo que toda la labor
investigaciones constituye una valiosa fuente recopilada con alto sentido científico, puede
de información los diversos vocabularios de servir de fuente interesantísima para el soció­
las lenguas indígenas, sobre todo el de len» logo y para el historiador. Alguien atribuía
gua náhuat y lenca. Asimismo tenemos la a esta enorme emoción espiritual más aproxi­
fuente inagotable de los cronistas y entre mación real, que al hecho histórico frío o a
ellas la de Fray Bernardino de Sahagún, que las narraciones de los documentos intachables.
se refiere especialmente a la cultura de nues» Y hay razón para pensarlo así, porque el
tros antiguos toltecas; estudiando al mismo pueblo hace su historia en el FOLKLORE.
tiempo el « Popol = Buj » (las diferentes tra» Una anécdota sencilla, una superstición, una
ducciones) y todas las obras que nos hablan leyenda, muchas veces, nos pueden dar la clave
de la grandiosa cultura de los mayas, pues de valiosos sucesos del pasado.
Hay que reconocer, y quiero dejar cons» en la música, en el mito y en la belleza im»
tancia, que el folklore constituye el único perecedera de las supersticiones y leyendas.
baluarte que ba resistido al tiempo y a los No pretendo yo iniciar un camino nuevo
atentados de destrucción. Mientras la con» para todos aquellos que se dedican en mi
país o en Centro América a ésta, la más
quista en su afán de destruir aquello que
bella “Ciencia de los Pueblos”; pero me re»
para ellos representaba un recuerdo o un gocija la esperanza de que quienes nos sigan,
símbolo, lo arrasó todo, el folklore ba super» ensancharán y prolongarán este sendero, para
vivido en el alma popular como un rico te» que nuestra Patria aparezca con orgullo en,
soro que ba quedado perennizado en el baile, el concierto de las naciones cultas.

SECCION HISTORICA

SEÑORIO DE CUZCATLAN
Pero yo estoy completamente de acuerdo
Tintes de entrar de lleno en las materias con el Profesor Jorge Lardé, tanto en la eti»
de que trata este ensayo, creo oportuno mología del vocablo Cuscatlán, como también
y necesario recordar aquí algunos puntos de que se debe escribir Cuzcatlán, con z, pues
historia, pues esto nos orientará mejor, y al etimológica y gramaticalmente lo correcto es
mismo tiempo sirve como base para la com»
hacerlo así.
probación de algunos conceptos y datos, que
necesitan desde luego el respaldo verídico de El Profesor Jorge Lardé nos dice (al re­
la Historia. ferirse a un párrafo del Dr. Barberena) su
Según algunos historiadores (entre ellos opinión y razones para escribirse el nombre
de Cuzcatlán con z y no con s. Veamos pri­
Barberena), buscando el origen de los funda»
dores del antiguo Imperio de Cuzcatlán, han mero el párrafo del Dr. Barberena:
llegado a la conclusión de que una columna “Respecto al nombre de la metrópoli pipil,
de ulmecas, a la cual venía agregado un nu= el uso ha hecho prevalecer la forma Cuzcatlán
meroso contingente de nahoas, llegó a nuestro (que hoy se escribe con s) en vez de Cuzca»
territorio; la porción nahoa se fijó de pre» tlán, que sería más correcto; mas ya sabemos
ferencia en la región que se llamó primero que el uso es árbitro del lenguaje.
Nequepio y después Cuzcatlán, comprendida
entre los ríos Paz y Lempa; mientras que los Sigue el Profesor Lardé:
ulmecas se esparcieron por diversos puntos, “Y a pesar de la notita entre paréntesis,,
especialmente al Este del Lempa. ya hemos visto que el uso más generalizado,,
En la Relación que Pedrarías Dávila di» y casi universal, es escribir Cuzcatlán con z„
rigió al Rey el 25 de Enero de 1529, escrita como con frecuencia lo ha hecho el propio
en León, Nicaragua, dice categóricamente en Dr. Barberena, y lo usa así, aún en el párrafo
dicha Relación: que Nequepio era lo que transcrito.”
también se llamó Cuzcatlán, la Provincia de
“En cuanto a que será más correcta la
San Salvador. forma Cozcatián que la de Cuzcatlán (porque
“Los pipiles, maravillados sin duda de la viene de cozcafl), no veo claro el motivo, pues
asombrosa fertilidad de las tierras de Ñeque» es legítima la transformación de o en u, y sí
pió, lo llamaron Cuzcatlán, por lo menos a no por la misma razón tendríamos que decir
su parte principal; pero después se hizo ex» que es más correcta la forma «fierro» que la
tensivo a toda nuestra región pipil. La pala»
de «hierro», etc.
hra Cuzcatlán significa: “tierra de la dicha ;
se compone de cozcafl : “collar , símbolo de “Por otra parte, en el náhuate mexicano,,
riqueza, y de la partícula abundancial flán. que es de donde se ha tomado la raíz cozcaíl,
La ortografía de este vocablo, hoy general» se usan indistintamente esta forma y la pro»
mente usada, es «Cuscatlán» . (Barberena). nunciacíón y escritura cuzcafl.
Remí Simeón, autoridad de primera en lo Debe haber sido una población grande e
referente al náhuate, en su monumental díc* importante, pues en toda esa zona, desde el
cíonario de esa lengua, dice: actual Cuartel «El Zapote» basta el arcaico,
“Cozcatl o Cuzcatl: bijou, pierre précieux, pueblecito, se han encontrado restos arqueo»
lógicos bellísimos, cuyos mejores ejemplares
grain de chapelet, collier”, “(joya, piedra pre*
ciosa, cuenta de escapulario, collar). en vasijas, ánforas, pebeteros, etc., del pro»
pietario Coronel Bran, se encuentran abora
“Esto es: que las dos formas cozcatl y
en el Museo de El Trocadero (París) man»
cuzcatl, son correctas en el nábuate, y en la
dados por el mismo Coronel Bran.
variante pipil, de ese nombre, cuzcatl, es la u
la correctamente usada. Tengo noticias (por habérmelo contado el
“Abora bien, tanto en el nábuate mexí* propietario, señor don Ernesto Kurz) que en
cano como en el pipil, dicho nombre (cuzcatl una finca de él, situada en Antiguo Cuz»
o cuzcat), cuando entra en composición, pierde catlán, llamada «La Soledad», fueron encon»
la consonante final ti o t, quedando sólo cuzca, tradas unas grandes y bellísimas urnas ciñera»
<jue seguida del sufijo tlán, de lugar, da la voz rías (probablemente de los Señores Caciques)
de Cuzcatlán. En la escritura indiana, el nom­ que contenían utensilios de comer, ídolos,
bre de Cuzcatlán se representaba por un co= collares, etc. Y en algunas de ellas fueron
llar (cuzcatl) y dientes (tlaníe)C encontrados unos tejos de oro, que el señor
Kurz guardaba con religiosidad.
Así nos explica la etimología y ortografía
del nombre de Cuzcatlán el sabio Prof. Jorge Sólo se conocen los nombres de cuatro o
Lardé, y al final de su valioso artículo nos dice: cinco caciques o jefes: Cuaumicbín, a quien
“Así, pues, no sin razón se ha dicho que mataron a palos sus súbditos por haber
Cuzcatlán significa “tierras de preseas . Está querido restaurar los sacrificios humanos; su
formada de cuzcatl, collar, (usado esta vez por sucesor Tutecotzimit (o Tultecotzimit), quien
•cuzcacauhtli), que es el nombre de un ave fundó con miembros de su familia el «Con»
de rapiña con collar (literalmente “águila con sejo de los Ocho Nobles». Según Juarros, el
collar”), tal vez ave totémica de los cuzcatle* sucesor de Tutecotzimit fué su hijo mayor
eos, y tlán, lugar, y debe, por lo tanto, escri» Pilguanzimit, «Generalísimo» en el gobierno
bi rse con z.” de su padre, con asistencia de “cuatro minis*
tros de guerra”.
El nombre Nequepio lo deriva el señor
Peralta, del chorotega nekupu, al chiapaneco El mismo Juarros, menciona otro soberano
nakapú: “tierra”. pipil, llamado Tonaltut.
La región pipil cuzcatleca estaba dividida, Barberena dice haber leído en un docu»
según nuestros historiógrafos, en varios caci* mento antiguo, que el antepenúltimo jefe de
cazgos, siendo los principales los siguientes: Cuzcatlán se llamaba Macténsun, que tradu»
Cuzcatlán, Izalco, Apanbecatl, Abuachapán, cen: “Cuatro Barbas”.
Tebuacán, Apaxtepetl, Ixtepetl y Gucotechtli Según la versión común, el último Señor
o Guacotecti. de Cuzcatlán fué Atlacafl (“Marino”). Se ba»
No se sabe si esos cacicazgos eran índe* bla también de Atlaeatl el joven o Atlacatzín,
pendientes entre sí, o si formaban una o más que salieron a enfrentarse con don Pedro de
nacionalidades; mas lo que sí se puede ase* Alvarado. Mas, según dice el abate Brasseur
gurar es que el “Señorío de Cuzcatlán go= de Bourbourg, en carta dirigida al editor de
zaba de supremacía, ya baya sido por su ex* «La Gaceta» de Guatemala, el 15 de Sep»
tensión o por su poder, pues dió su nombre tiembre de 1856, consta en un manuscrito
a toda la comarca y se le designaba con el cachiquel que el nombre del Principe a la
nombre de “Señorío . sazón reinante, cuando vino Alvarado, era
La capital del “Señorío” de Cuzcatlán era Atonal (“Sol del Agua”). ¿No sería Atona!,
la ciudad del mismo nombre, y estaba situada uno de tantos caciques de los diversos caci»
como a ocho kilómetros al S. W. de San Sal* cazgos en que entonces estaba dividida la
vador, a orillas de una bella laguna, que em= región de Cuzcatlán, y que se había reunido
pezó a secarse después del terremoto de 1873. como tantos otros ignorados tal vez, a los
Aún abora existe en dicho lugar un pueblo Señores y Jefes de Cuzcatlán, los Atlaeatl,
arcaico denominado «Antiguo Cuzcatlan». ( para hacer frente a don Pedro de Alvarado?
Yo creo que así sucedió, pues de otra Hamaca india, donde se acuna un pueblo ai
manera no se explica la coincidencia de que arrullo que cantan los volcanes, los ríos y sus
a la llegada de don Pedro, el Conquistador, lagos. Prados risueños, bañados por la cata»
salieron a oponerlo igualmente los Ataclatl o rata de oro del sol, en plena fiesta de trinos
Señores de Cuzcatlán, y Atonal, citado en y colores. Cantan los cañales y las milpas,
un manuscrito cachiquel, según Brasseur. con el sonajero de sus rubias espigas; los
amates y las ceibas se balancean en una dan»
Atonal puede haber sido el cacique, en»
fonces reinante, de los izalcos, y bien se za rítmica, ritual, que languidece como suspiro
de india sentimental...
sabe que hasta la techa, tienen un indio jete
a quien ellos reconocen y obedecen como Color de sol, pujanza de la tierra, brotes,
cacique. flores y frutos por doquiera; se perfuman
El último cacique de la región o cacicazgo las selvas, y en los nidos hay un temblor
de Chaparrastíque, según don J. Antonio Ce» de trinos, con el piar balbuceante de pájaros
ballos, fué Guistaluzziit, quien flojamente in= que nacen; urgencias maternales en calentar
tentó cerrar el paso a don Pedro de Alvarado. sus nidos, picoteos, mieles y caricias... ¡Es la
canción del trópico, que estalla con música
En medio de un collar de montañas, se
de pájaros flauteros, perfumes y colores...!
extiende el soleado «Valle de las Hamacas»,
en donde se mueve pequeñita y animosa la Cuz catlán es así: caliente, vigoroso y
ciudad capital de la región de Cuzcatlán. pujante.

RAZAS Y LENGUAS INDIGENAS DE CUZCATLAN


con los distintos pueblos indígenas, grupos de
Los estudios y trabajos sobre la etno»
caracteres similares, que designan o llaman
grafía cuzcatleca, desgraciadamente no sub=grupos, sub^razas o variedades.
están tan avanzados como era de desearse,
Portillo y Weber, dicen:
pero aprovechando los valiosos trabajos reía»
tívos a las razas de México y los diferentes “Resumiendo diversas opiniones de sabios
estudios de etnografía centroamericana que e historiadores, llegamos a la conclusión de­
ba venido publicando la importante revista que, la parte más inquieta de la horda pre»
de «Geografía e Historia» de Guatemala, así mongólica que cruzó cordilleras y desiertos,,
como los importantes trabajos del Maestro impulsada quizá por el afán de cambiar, o
Gavidia, el Dr. Barberena, Reyes, y los va» puede ser también que acosada incesante»
liosos estudios del Profesor Jorge Lardé, han mente por enemigos, o bien empujada por
llegado a darnos alguna luz, en materia tan el hambre, los terremotos, las tempestades,
obscura y complicada. o por todas estas causas reunidas, remontó
Para clasificar aproximadamente la pobla» hacia el Norte, plantó en las márgenes de los
ción indígena cuzcatleca, se debe distinguir y caudalosos ríos siberianos las simientes de los
tomar en cuenta cuatro elementos principales: futuros samoyedos, ostiakos, etc., torció después
los amerindos o autóctonos (vocablo que es una hacia Behring, y un día alcanzó la helada
contracción que significa: “indios americanos”), extremidad de Alaska, adelantándose no sólo
los proto=naboas, los maya=quichés y los aztecas a Colón, sino a los vikings.
o mejicanos, ascendientes inmediatos de nues»
“En realidad, los verdaderos descubridores
tros pipiles.
del Nuevo Continente fueron los indios. Sólo
El análisis de estos cuatro elementas, y que nunca lo supieron. En seguida vino la
las diferencias debidas a los cruzamientos de lenta peregrinación al Sur. El frío fué causa
esos elementas, es un dato precioso para in= del cuerpo ventrudo y grasiento que preser­
ducir (o deducir) la procedencia de los res» vaba bajo mantas adiposos, las visceras de
pectivos inmigrantes, y que el estudio de la los emigrantes en las regiones septentrionales.
etnografía americana ba venido a clasificar La marcha continua, y climas más templados, .
fueron perfilando los rasgos, afilando sus “Hay otro grupo de yaquis o toltecas de
cuerpos, tornándolos más esbeltos. La vieja sangre nahoa, pero ya civilizados por los
semi=cultura fué olvidada en el camino, y en ulmecas en el Tamoanchán, y cuya principal
cambio cada sucesivo «habitado» generó otra inmigración a Centro América se verificó
fase casi nueva, muy poco semejante de la hacia el siglo XII de la Era Cristiana. Es»
original, aunque derivada de ella. tos yaquis venían de la Tula histórica o del
Nos dice Portillo y Weber: “que a todas Estado de Hidalgo, y son los verdaderos
las razones expresadas por historiadores como toltecas. De éstos llegaron relativamente po=
Amegino y Morton, así como Hrdlicka y otros, eos al actual territorio de El Salvador; el
podría añadirse ésta: Las tradiciones indias grueso de la corriente migratoria se dirigió,
concuerdan en señalar al Norte como el lugar a lo que parece, a Copá n, donde fundaron el
del milico punió de partida. Huehueflapallán, reino de Payaquí”. (Barberena).
Aztlán, efe., se hallan al Norte. Y la expe» Conocidísima es la tradición de que el últí»
riencia debería demostrar, a Jos sabios, lo mo rey tolteca, Topiltzín Acxítl, cuyo fin se
peligroso que es negar la exactitud de la desconoce, vino con los que quisieron y pudie­
tradición . ron seguirle, a fundar dicho reino de Payaquí.
“El indio irradió de Alaska (sigue diciendo En la «Historia de los Mexicanos por sus
Portillo y Weber), quizá por cortos enjambres, Pinturas», documento precioso publicado en
separándose las familias y las tribus a medida los Anales del Museo Nacional de México,
que aumentaba el número de sus miembros, se alude a esas tradiciones y del tenor del
lentamente, lentamente. pasaje se deduce que a consecuencia de tal
“Al fin llegaron a México las tribus pe» hecho y quizás porque el primitivo nombre
regrinas, apenas ccn vagas reminiscencias de del reino de Payaquí haya sido Tlapallan,
lo que antes supieron. Como medio para per» en recuerdo de la antigua, a Honduras, me­
petuar ideas traían, al parecer, los mnemónicos jor dicho a la región de Copán, se designaba
de cuerdas, los «quipus» de los peruanos con ese término. De dicho pasaje resulta
(llamados en México «nepohualtzitzín » por también que los fugitivos pasaron por Cuz­
los nahoas). El sabio Venturini dice haber catlán (El Salvador), donde se quedó una
conocido en Tlaxcala, los restos carcomidos parte de ellos. Dice así: “que el jefe Ce=Acatl
por el tiempo de tan arcaico equipo de ex» (Quetzalcoatl), o «Estrella de la Mañana»,
presión. También traían el arte de pintar.” en su viaje hacia el misterioso Tlapallan, dejó
una colonia en la Provincia de Cuzcatlán
“Se cree que fueron los toltecas los prí»
(El Salvador), y de los cuales descienden los
meros que usaron la escritura jeroglífica.”
que la tienen poblada y ansí mismo dejó en
También Portillo y Weber cree que los Cempual otros que poblaron allí y él llegó
toltecas hablaban un idioma de la familia de a Tlapallan, y el día que llegó, cayó malo
los nahoas, y que fueron ellos quienes pri» y otro día murió”.
mero usaron los jeroglíficos, pues la selección “La existencia de esa «región oriental»
de 1 as figuras, el corte de éstas, el «genio», es negada por algunos estudiosos, pero el
en fin, de la escritura toda, se ciñe con tal Profesor Lardé (1926), citando los relatos
perfección al lenguaje nahoa, que resulta de Cortés, Alvarado y de otras autoridades,
difícil creer que los aztecas hayan pedido afirmó su existencia en Honduras Central”.
sus gramas a un pueblo de idioma extraño, (S. K. Lothrop).
y que lograsen el prodigio de adaptarlos con
Del Michatoya al Paz, colocan algunos
tan perfecto ajuste al suyo propio.
etnógrafos, como Stoll, Sapper y Thomas, una
Pero se ha llegado a establecer también pequeña región exclusivamente populuca.
que las dos grandes razas inmigrantes, tronco Stoll la fija en la margen occidental del bajo
principal de las demás razas de América, son: Paz; Sapper la fija un poco más al N. E.,
la raza maya y la nahoa. teniendo por centro principal el pueblo de
La raza maya, es también llamada la “raza Conguaco, y la declara Colonia Lenca, y
civilizadora”. Los toltecas fueron la verda­ Cyrus Thomas denomina a ese dialecto (al
dera raza civilizadora, de la cual proceden populuca) «populuca-lenca», para diferenciarlo
directamente los maya = quichés. En estos del «populuca-maya», hablado cerca de la An­
toltecas predominaba el elemento ulmeca. tigua Guatemala.
Hay otro populuca, muy distinto del an= Costa de Guazacapán, de la Provincia de Los
terior, como que es un simple dialecto del Izalcos, y entonces es cuando las dudas desa­
quiché. Este populuca = quiché era hablado parecen, como se verá a continuación .
en el antiguo y populoso Señorío de San “Hablando de la Costa de Guazacapán,
Juan Sacatepéquez, del reino de Guatemala, dice García del Palacio:
y probablemente es el mismo que se hablaba “Los indios de esta Provincia son humil­
en el curato de Yayantique, en el Departa­ des y de buena condición; corre entre ellos
mento de La Unión, de El Salvador (región la lengua mexicana (pipil), aunque la propia
maya=lenca). En esta región hay curiosidades, es el populuca (sinca); en su gentilidad usaban
grutas y restos arqueológicos de indiscutible de los ritos e idolatrías, sueños y supersti­
origen maya. ciones de los pipiles y chontales, SUS VE»
Pero el Profesor Lardé nos dice: “Sabido CINOS, de que trataré adelante.”
es que la expresión «idioma populuca» signi» “Y adelante sólo trata de las Provincias
fica «idioma extraño, idioma bárbaro» y que de Los Izalcos y de San Salvador, en las que
de hecho varios idiomas completamente dife» evidentemente estaban los pipiles y chontales.
rentes entre sí han sido llamados populucas,
“Los pueblos de la Provincia de Los Izal»
de modo que el nombre común de populuca
eos, vecina por el Este a la Costa de Guazaca­
no es razón para identificar el idioma de Ya»
pán, eran pipiles, hablaban el mexicano como
yantíque con el de Sacatepéquez .
niños (pipil), lo mismo que los pueblos de la
Según la carta = informe del Licenciado Provincia de Escuintía eran pipiles, vecinos
Doctor don Diego García del Palacio, diri­ por el Oeste; al Sur de Guazacapán quedaba
gida al Pey Felipe II, en 1576, se hablaban el mar, y al Norte, los chontales, de que nos
en lo que hoy es El Salvador, cinco lenguas ocuparemos después .
distintas: populuca, pipil, chontal, patón y
Ya se sabe, por los valiosos escritos del
taulepa-ulúa.
sabio Profesor Lardé, que todos los pueblos
Los populucas de Guatemala usan un de la antigua Provincia de Los Izalcos (Al­
dialecto del cakchikel y los de Nicaragua caldía Mayor de Sonsonate), han conservado
otro del lenca. Y tanto los cakchikeles como su idioma pipil, con algunas variantes o dia­
los lencas, son ramas o sub = grupos de la lectos del mismo, al revés de lo que sucede
raza maya. en la Costa de Guazacapán. También los
Según García del Palacio, el populuca que nombres geográficos, como Acatepeque, Mochi-
se hablaba en Guatemala y en Los Izalcos, zaleo, Acajutla, Tacuzcalco, Mishuatán, etc.,
mencionados por Alvarado, (Carta II, a Cor­
era el xinca, jinca o sinca de Yupiltepeque
y de otros lugares de la frontera guatemal» tés), en la región que se extendía al Oriente
del río Paz (Provincia de Los Izalcos), son
teca, y es de suponer que lo que refiere don
Antonio de Herrera respecto a la Provin­ puramente pipiles, lo que no acontece con
cia de Guazacapán, sucedía también en Los los nombres de la región de Guazacapán, en
donde, según el propio Alvarado (1524), se
Izalcos, que se hablaba la lengua mexicana,
si bien había otra peculiar de la localidad, hablaba una lengua «extraña» a la de sus
la cual se perdió por fin en estos últimos, indios mexicanos. La palabra «populuca», en
donde después los naturales sólo hablaban los dialectos mexicanos, significa precisamente
el náhuatl-pipil. «extraño», «bárbaro».
Por todas estas razones, el Profesor Lardé
Pero, respecto al párrafo anterior, el Pro»
asevera de que en Los Izalcos no se hablaba
fesor Lardé, dice: “El Oidor considera «Los
el sinca. Esta lengua, dice, debe ser consí»
Izalcos y Costa de Guazacapán» como una
derada únicamente como un idioma hablado,
sola Provincia, la cuarta de las trece que
en época de la conquista, lo mismo que en
componían la jurisdicción de la R. Audiencia
los tiempos actuales, en los pueblos guate»
de Guatemala”. En otro párrafo, sigue di­
maltecos de la costa, vecinos a El Salvador.
ciendo el Profesor Lardé: “Pero allí mismo
consta (en la carta del Oidor) que esas gran­ En otro párrafo, el Profesor Lardé, con
des Provincias indianas estaban formadas de acertada observación, nos dice: “En efecto, al
otras menores, y más adelante distingue (lo principio de su carta, dice el Oidor que en
que no hace al principio) la Provincia de la la Provincia de San Salvador se hablaba el
pipil y el chonta! y que en la Provincia de También muy cercanos parientes o asimiles
San Miguel, el potón y el taulepa = ulúa. de los quichés eran los chortíes de Santo To=
Por otra parte, al describir la Provincia de más Tejutla, en el actual Departamento de
San Salvador, dice que de Iztepeque en ade= Cbalatenango.
lante encontró, en la misma Provincia otra En el Distrito de Chalcbuapa, Departa*
lengua de indios que llaman los cbontales, y mento de Santa Ana, se hablaba antigua*
en seguida pasa a hablar de la lengua de Güi» mente el pocomame, que también pertenece o
ja y Mita, a donde iban «los chontales y es un sub=grupo o sub*raza de la raza maya*
otros indios comarcanos”, lo que prueba que quicbé. Así consta en la tabla de los curatos
los chontales estaban de Iztepeque hacia el del Arzobispado de Guatemala que inserta el
Guija y Mita, esto es, por el actual Departa* P. Juarros en el primer tomo de su Historia.
mento de Cbalatenango, y de ningún modo Chalchuapa es una de las comarcas de Cuz*
por el actual Departamento de San Miguel. catlán en que se han encontrado valiosísimos
Y como si eso no estuviera claro, el Oidor restos arqueológicos. De ese lugar, en el cual
agrega: “bacía la parte que desde este lugar se encuentran las ruinas de un Kúe (ahora en
(Mita) va a Gracias a Dios en Honduras son restauración) fué traído por el Dr. Barberena
los indios cbontales”, de modo que éstos se hace muchos años el monolito o estela, im*
extendían por el Departamento de Chalate* propiamente llamado «La Virgen de Tazumal».
nango y la región hondurena comprendida De ese mismo lugar es el espécimen de piedra
entre Mita y Gracias, y como en esa región del «Dios Recostado», que M. Leplongeon
se ba hablado y se habla el idioma conocido bautizó con el nombre maya de Cbac* Moot
con el nombre de «cbortí» (pocomame), se
Uno de los principales núcleos de la tribu
puede identificar este idioma con el chontal
pocomame fué la región de Chalcbuapa, y pro*
de que habla el Oidor.
bablemente fué la cuna de esa raza. Cyrus
Los pocomames (chortíes) es un sub=grupo Thomas opina ser el tipo de la rama pokoncbí.
de los mayas. Pero notables filólogos americanistas aseveran
Y afirma también con entera seguridad el que los pocomames son originarios del Soco*
Profesor Lardé, que en la antigua Provincia ñusco, de donde bajaron a establecerse a Gua»
de San Miguel (boy dividida en cuatro De* témala, y luego pasaron al que ahora es El
partaroentos) no existieron los pueblos a quíe* Salvador.
nes Palacio llama chontales. Según la etimología pocomame la palabra
Un becbo que pone en evidencia lo que tazumal significa: tat: «padre», tzuc: «gozo,
nos dice el Profesor Lardé, es que los nom* placer, dicha»; raíz de tzuckre: «dichoso», y
bres geográficos de casi toda la región orien* mal: «cosa cubierta o que cubre»; así equivale
tal de El Salvador (antigua Provincia de San a «Padre o Dispensador de la felicidad que
Miguel) pertenecen al lenca, que era y aún es el es invisible». (Según Barberena).
idioma más generalizado en toda aquella región. El Profesor Lardé, nos dice: “La existencia
La tesis del Dr. Barberena es ésta: de pueblos pocomames y chortíes en El Sal*
vador, puesto a claras por la documentación
“Los chontales ocupaban el antiguo Cha»
histórica fehaciente que bemos presentado al
parrastique, al Oriente de El Salvador, mejor
culto lector, se comprueba, también, por la
dicho la mayor parte de esa región, ocupada
toponimia, pues en el Departamento de Santa
también por otras tribus de la raza lenca.”
Ana, señaladamente, se encuentran muchos
El Oidor García del Palacio, dice: “Del vocablos cuya estructura no es pipil = nábuat
lugar dicho (Iztepeque, al pie del volcán de y cuyo origen maya es indudable .
San Vicente) aunque es la misma Provincia Citamos a continuación muchos de ellos:
(de San Salvador), comienza otra lengua de Tazumal, P¿?mpe, Axumes, etc... Estudiando
indios, que llaman los cbontales, etc.” en mis investigaciones el léxico maya de Mediz
Es de advertir que el vocablo «chontales» Bolío en su libro Chilam Balam, he encon*
ba servido para designar varios idiomas. trado que la etimología del vocablo Tazumal
Pero el chontal de El Salvador con sus según las raíces mayas es TA: « adelante»;
ramales en Honduras y Nicaragua, es proba* XUL o XU: «acabar»; MAL: «pirámide»; o lo
ble pertenezcan a la familia de los maya* que equivale: «Delante a donde se acaba de
quichés, sin ser idénticos entre sí. bajar» o «Frente a donde acaban las pirámides».
Y ya sabemos que basta allí llegaron las Entre varías observaciones, señala el Pro*
pirámides o Kúes, (pues en estudios que ba fesor Lardé el pequeño error, aunque de tras*
llevado a cabo Mr. Boggs y Mr. Kider, dicen cendencia, “al calificar de lenca al idioma de
de la antigüedad de este templo), pues las de Lislique y de Cacaopera, notablemente dífe*
Sihuatán y las de San Andrés, que se ban rente del idioma de Chilanga, que sí es lenca”.
descubierto después, los estudios no ban lle=
“El dialecto de Lislique y de Cacaopera,
gado a establecer todavía si fueron anterio*
forma, con el de los indios de Matagalpa, el
res o posteriores a las de Chalchuapa, o mejor
de los mosquitos, el de los sumos y el de los
dicbo a la civilización maya.
ulúas, una gran familia de lenguas o un solo
Establecida en la parte occidental de nues* idioma, el ulúa (o ulva o taulepa=ulúa)”.
tro territorio, la región pocomame y maya, vol*
Y así, después del examen de los nom*
vamos a la región de Oriente, para estudiar
los diferentes grupos de razas de tan impor* bres geográficos de El Salvador, aquel sabio
Maestro llega a fijar la región de los ulúas
tante región de nuestra República.
en Comacarán, Uluazapa, Jocoro, Cacaopera,
Los pueblos que hablaban el potón y el
Lislique, y probablemente las regiones de Po=
taulepa* ulúa, respectivamente según García
loros y Anamorós. También hace observar
del Palacio, vivían en San Miguel, es decir,
que el potón de que habla Palacio, evidente*
en la vecindad de los cbontales de Chapa*
mente no puede ser otro que el idioma lenca,
rrastique, tal vez fueron los ascendientes de
hablado en Chilanga, Similatón, Guajiquiro
los lencas de Polorós, Anamorós, Lislique,
y Yamalanguira.
Cacaopera, Gbilanga, etc., toda la región lenca
de El Salvador y de otros pueblos afines en La gran extensión de los lencas por toda
el territorio de Honduras, cuyos correspon* la antigua Provincia de San Miguel, es bien
dientes dialectos sumamente disímiles entre manifiesta después del examen de los nom*
sí, han sido basta ahora poco estudiados. bres geográficos de todas las poblaciones
Squier opinaba que los lencas, cbontales, orientales, fuera de los ulúas de las zonas
payas y jicaques de San MLiguel, Comayagua, ya indicadas por el Profesor Lardé, y los
Cboluteca, Tegucigalpa, Olancho y Yoro, res* pipiles del Departamento de Usulután.
pectivamente, y aún los aborígenes de las islas Son también lencas los nombres geográ*
Bahía formaban una sola familia, aseveración fíeos de la región de Guatajiagua y el dia*
que han impugnado Thomas y Lehmann. lecto que allí se hablaba y aún se habla,
Se cree que los pueblos de la raza lenca, aunque distinto del de Chilanga, es una va*
son restos de los primeros cruzamientos de la riedad del mismo grupo lenca.
raza primitiva con las primeras invasiones de “No está demás observar aquí que el lenca,
los maya=quicbés, como los cbontales, chortíes, según los trabajos de Cyrus Thomas, está
y pocomames; pero que evolucionaron sepa* íntimamente emparentado con el xinca de las
radamente durante muchos años, y en dis* cercanías del Paz (o populca=lenca), de modo
tintas épocas. que los protolencas se extendieron antigua*
Los lencas puros, así se hacen llamar los mente por todo el territorio salvadoreño, salvo
de la región de Chilanga, Cirilagua, Gualo* tal vez la región ocupada por la familia de
coctí, San Simón, etc., aseveran venir direc* los chortíes=pocomames (sub=grupos mayas) y
tamente de los mayas, manteniendo también que más tarde fueron en parte desalojados
con orgullo que la lengua o idioma lenca de por los ulúas y los pipiles, aquellos llegados
éllos, es el verdadero, el más puro, pues el por el Oriente y éstos por el Ocaso”. (Lardé).
hablado en las otras regiones es ya un dia* Hay que señalar también que a mediados
lecto o variante muy adulterado. del siglo XVII se establecieron los tecas en
Sin embargo, para estos datos que hemos las islas del Golfo de Chorotega (Fonseca), en
consultado en la Historia del Dr. Barberena, Conchagua, Yayantique, )uateca y Meanguera
respecto a los grupos de raza en el Oriente del Torola, pueblos todos de filiación lenca.
de nuestro territorio, el Profesor Lardé, estu* Después de los lencas, nos resta ahora
dioso y profundo investigador, nos señala los habí ar de los pipiles, que son las dos razas
errores de las opiniones del primero sobre que han resistido el empuje de los siglos en
los chontales y lencas de la antigua Provin* nuestro territorio, y las que han sobrevivido
cia de San Miguel. con sus características, lengua, costumbres, etc.,
a pesar de la evolución natural y forzosa de ción de Nicaragua y Cuzcatlán a Anáhuac es
todas las naciones del globo terrestre. más conforme con las probalídades y con la
tradición, que la de que provengan de los
Mas, como ya se dijo, los pueblos ínva-
mexicanos del Norte. Y es un hecho bastante
«ores que vinieron a mezclarse con los primi­
significativo el de que en el mapa de su$
tivos habitantes de nuestro territorio fueron
emigraciones, presentado por Gemelli, al lugar
los naboas y los mayas* quichés, cuyo origen
del origen de los aztecas es designado por el
y cultura forman la base de nuestra historia
signo de agua (atl, en lugar de Aztlán) y un
y raza precolombina.
templo piramidal con gradas, cerca del cual
Los amerindas o raza vernácula de Amé= hay un árbol de palma. Esta circunstancia
rica tuvo su asiento, según algunos amerí= no la dejó pasar desapercibida el observador
■cañistas, en el Brasil, y que diseminada dió Humboldt, quien dice: “Mucho me llamó la
nacimiento a varios pueblos de origen igno­ atención encontrar una palma cerca de ese
rado, tales como los otomíes, los mijes y los teocalli. Tales árboles no indican ciertamente
zoques de México. Estos últimos se cree que una región septentrional. El primitivo país
«e extendieron por todo Centro América. de los naturales debe considerarse al Sur
Los nahoas o náhuas llegaron en remotísi- de México”.
ma época, por el lado del Pacífico, y después También se refiere a que Moctezuma, en
llegaron los chañes o ulmecas, por el lado sus conversaciones con Cortés, indicó que la
del Atlántico, y que a éstos se deben las tierra de sus antepasados quedaba en una
civilizaciones tolteca y maya=quiché. dirección muy distinta del Norte, pero que los
Los nahoas, según Chavero, ocuparon el españoles, ya penetrados de la idea de que
legendario Chicomoztoc o «Las Siete Cuevas», estaba al Norte, creyeron equivocado al Em­
región comprendida en las llanuras de Ne= perador. “¡Como si él no hubiera conocido
vada, Utah, Nuevo México y Arizona y los mejor las tradiciones de su pueblo!”, agrega
Estados mexicanos de Sonora y Sinaola, al el mismo Squier.
Oriente del Mar Bermejo o Golfo de California. Según un documento de Yxtlitxochitl,
Pero la hipótesis mejor aceptada es la que aceptado y aprovechado por Veytía, Clavijero,
asegura su origen asiático, llegando por el Prescot, Orozco y Berra, Chavero y otro»,
Estrecho de Behring, teoría que mejor explica asegura que el nombre de la capital tolteca
los hechos para los autoctonistas modernos. (Tula = Tolla - Tonatlán, «Ciudad del Sol»),
Estos aseguran que los emigrantes asiáticos era la residencia de los antepasados divinos,
de que proceden los nahoas, se fijaron en capitaneados por Quetzalcoatl, héroe civili-
remota época, al Norte del actual territorio zador, etc.
de México (en California), donde fundaron Y a última hora las autoridades de Soler
la ciudad de Huehuetlapállan. Que de allí y Lehmann han declarado que la narración
salieron los toltecas el siglo VI de la Era de Yxtlitxochitl, encierra un gran fondo de
Cristiana y llegaron al Valle de México en el verdad.
siglo VII. Que mucho después, en el siglo XII, Los nuevos elementos de nahoas bajaron
descendieron al mismo Valle los aztecas o a Centro América después de la destrucción
mexicanos, procedentes de Aztlán, salidos del del imperio tolteca, en el siglo XII.
famoso Chicomoztoc o «Las Siete Cuevas». A raíz de la destrucción del imperio tol­
Dice Barberena: “El idioma que hablaban teca llegaron al Valle de México los chichi-
era el proto=náhuatl, que ni con mucho ha mecas, al mando de su rey Xolofcl. El nom­
de haber tenido la elegancia ni riqueza del bre chichimeca significa «Aguila», aunque
náhuatl actual.” otros creen que es «Chupador de Sangre».
Esta corriente de inmigrantes que llegó Después de los chichimecas, llegaron al
al Valle de México, es la que se axtendió Valle otros varios pueblos, nahuatlacas, todos
hasta Centro América, llegando al territorio procedentes, según Pérez Verdía, de Aztlán
de Cuzcatlán, en la rama de los aztecas o «Tierra de las Garzas», y de «Teoculhuacán»
mexicanos llamados pipiles. Sin embargo, «Tierra de los que Tienen Abuelos Divinos»,
Squier opina de otra manera; en sus «Apun­ lugares próximos entre sí. Todos esos pueblos
tamientos sobre Centro América», dice: “Puede nahuatlatos eran de un mismo origen y hablaban
observarse que la hipótesis de una emigra­ la misma lengua, el náhuatl primitivo o arcaico.
La última familia que llegó fué la de los ' La Provincia de Los Izalcos era también
aztecas, cuya peregrinación tardó 165 años, notable por su magnitud y por la densidad
conforme al cómputo hecho por el mismo de su población. Su ciudad principal se de­
Pérez Verdía. Los aztecas fundaron la ciudad nominaba Tecuzalco, que quiere decir: «Cabe­
de Tenochtitlán o México, el 18 de Junio de cera o Capital de Los Izalcos», pues es una
1325, siendo ellos los primitivos, los genuinos simple contracción de Tecutli: «Amo, Señor»„
mexicas o mexicanos.
y de Izalco, nombre de la comarca. Dicha
La población de Cuzcatlán, pues, tal como
Provincia se extendía hacia el interior hasta
estaba constituida antes de la conquista, era
Guaymoco (ahora Armenia).
el resultado del cruzamiento de los siguientes
elementos: los amerindas o raza autóctona, los Estas fueron las razas, tronco diríamos,
proto-nahoas, que algunos llaman teo» chichi-
del cual se derivan las que ahora forman el
mecas, y los ulmecas o maya « quichés, proce»
territorio de Cuzcatlán.
dentes de Tamoanchán y, desde luego, toltecas
o tultecas, a los cuales acompañaban en su pere­ De todas las razas que antiguamente for­
grinación hacia el Sur, los xicalancas y no»
maron el territorio cuzcatleco, sólo dos, que
noalcas, que el señor Planearte designa yaquis.
yo sepa, subsisten con sus resaltos y caracte»
De ellos descendían principalmente los sincas
rísticas: los PIPILES ( que componen la ma­
de Izalco, los pocomames de Chalchuapa, los
chortíes de Tejutla, los chontales de Chapa» yor parte de nuestro territorio, como los
rrastíque y los lencas de las márgenes del izalcos, los panchimalcos, los nonualcos, loa
Torola, todos ellos descendientes, como hemos de Ataco, Tacuba y todos los pueblos de la
dicho, de los maya-quichés. Costa del Bálsamo, los pueblecitos alrededor
Estos toltecas fundaron las ciudades de de nuestra capital, etc., etc.), y los LENCAS’
Copán, de Tehuacán, etc., etc. Tehuacán era (que componen muchos pueblos del Oriente
la cabecera de la región nonoalca en el terri» de nuestra República).
¿orio de El Salvador.
Los maya-quichés eran llamados también Las lenguas indígenas que aún se hablan
chañes o ulmecas. Chañes quiere decir: «cu­ son: el náhuatl o pipil y el lenca, ambos con
lebras». sus dialectos y derivados.
SECCION DE FOLKWAY

COSMOGONIA Y TEOGONIA DE LOS


NAHOAS Y TOLTECAS
Al Dios Causa lo llamaban también «El
'"Rodos los pueblos de la Humanidad Gran Invisible», «El Gran Oculto», «El Su­
ban tenido sus formas especiales de premo Dios Unico» o «El Solo Santo e Ine­
adorar y reverenciar a sus dioses, concibién- fable», a quien reverenciaban los mayas en
dolos de acuerdo con sus propias ideologías, «Hunab=Kú» o lo llamaban también «La Di­
necesidades, ambiente y psicología. vina Sabiduría».
Los pueblos de América, poseedores de “Para significar que el hombre no era digno
una cultura avanzada como los incas, mayas ni capaz de comprender a Dios, no le ponían
y toltecas, elevaron su espíritu a concepciones rostro a éste. Lo ocultaban tras una máscara
vastísimas, aunque panteístas, espiritualistas, o cetro, llamado «tlachitloni», que quería decir:
y en esto fueron sin lugar a duda muy su­ «miradero» o «mirador», porque con él ocul­
periores a los del Viejo Mundo. taba la cara o miraba por el agujero de en­
Las ruinas de sus templos, los códices, los medio de la chapa de oro .
Libros Sagrados o Analtés, la historia de su Las ceremonias de los sacrificios humanos,
mitología y sus rituales, son la mejor afirma­ no las hacían por crueldad o salvajismo, como
ción de la cultura y suntuosidad de nuestras se ha dado en creer, sino que las efectuaban
civilizaciones pretéritas. en holocausto de su gran fe, y como una
ofrenda enviada para implorar y conseguir la
Pero por encima de todos sus ídolos o
gracia que por ésto les vendría.
imágenes, el antiguo indio, tanto de México
como de Centro América, creía en la Unidad La prueba de ésto es que la víctima siem­
«de Dios. Todo lo atribuía a los dioses, pero pre iba contento al sacrificio, teniendo como
explicaba a éstos por Una Causa Unica, de un gran privilegio y honor ser sacrificado
la cual todos los demás no eran sino simples para ir como mensajero ante «El Solo Santo e
manifestaciones. Inefable», como enviado de sus sacerdotes y
su pueblo.
Al Dios Causa Primera « Ometecuhtli»,
Al gran poeta espiritualista Netzahualcó­
llamado también por otros historiadores «Tío-
yotl se le atribuye que fué él quien adivinó
que-Nahuaque», ente que residía en un lugar
denominado «Omeyócan», lo concebían ador­ la Unidad de Dios.
nado de plumas, sirviéndole de símbolos la Netzahualtcoyotl en la alianza con los mexi­
estrella de la tarde y la luna, y tenía sobre canos se había reservado las funciones sacer­
la frente el signo de la luz. dotales y espirituales de su pueblo.

CREACION DE LOS CIELOS

La humanidad india en plena inquietud, expresan con frecuencia más profundamente


eleva su mente y trata de sondear en los que los hechos de la historia auténtica, el
fenómenos de la naturaleza, para ella sobre­ alma de una nación .
naturales, y que no podía aún explicarse cien­ Durante sus incursiones por aquellas he­
tíficamente. En el fondo de esas creencias ladas y desapasibles regiones, propicias en
se encuentra algo de la verdad pura, pues enormes inundaciones y tempestades, dieron
como dice Bouret: “Las leyendas populares origen a sus soles o edades cosmogónicas que
fueron como sigue: primero la del agua o Ato* Al sucederse las tres primeras catástrofes
natiuh, después la del aíre o Ehecatonatiub, en que terminaron los soles respectivos, estos
más tarde la del fuego o Tletonatiuh, y por cielos quedaron reservados para la morada
último la otra de relativa prosperidad o sol de los dioses, por lo que se hizo necesaria
de tierra o Tlaltonatiub. la creación de otros cielos para los hombres..

Ya bemos dicbo que los naboas creían en Fué así como Ometecubtli formó el Ytza*
la existencia de un creador de todo el Uni* pannanatzcáyan, o «Lugar en que Crujen las
verso, al que llamaban Ometecubtli, y como Piedras que Están sobre el Agua», y ésta fué
no comprendían la Unidad, cuando en la na» la mansión del dios de los muertos, encontrón*
turaleza todos los seres animados se repro* dose rodeado de flores amarillas; las mismas
ducen por el par, Ometecubtli era un sér dual, flores amarillas con que los indios aún ahora
era uno y era dos. adornan las tumbas.
Su obra primera fué la creación de los Para los hombres fueron formados: el
cielos, trabajo que fué representado en la Iljuicatl=Xoxoubco. o »Cielo Azul que se Ve de
figura primera del Códice Vaticano. Día»; el Iljuicatl=Yayauhco, o «Cíelo Oscuro
que se Ve de Noche»; el Iljuicatl=Mamaloaco, o
Tetlatlauhco, fué llamado el primer cielo,
«Cíelo que se Hiende»; el Iljuicatl=Hutztlán, o
o «Mansión Roja de los Dioses». «Cielo del Sur», que corresponde a la Estrella
Teocozaubco o «Mansión Amarilla», el se* de la Tarde; y por último, el Iljuicatl=Tonatiub,
gundo, y el tercero Teoixtac o «Blanca Man* o «Cielo del Sol». Después de crear los trece
sión de la Estrella de la Tarde». indicados cielos, Ometecuhtli creó la Tierra,.

LOS SOLES

Ya bemos visto los cuatro soles que die» do, el cual se formó en Huehuetlapállan,.
ron origen a las cuatro edades de los cuando se hizo la corrección del calendario,
toltecas. Cbavero, para fijar la fecha de la 249 años antes de J. C., resultan los 3,877
llegada de los nahoas a nuestro Continente, años preindicados por Pérez Verdía.
se sirvió del Códice Vaticano, señalando que Respecto a la Cosmogonía de los cuatro
se remonta a 3,877 años antes de J. C. Para soles, hay algunas variantes, pero una de las
fijarla con tal precisión, estudió interpretando más interesantes es la que cita el Dr. Bar*
los numerales de las pinturas jeroglíficas re* berena, del ilustre franciscano Fray Andrés
lativas a los cuatro soles, y encontró, para de Olmos, que vino a Nueva España en 1,524,.
la duración respectiva de éstos, las cifras al ser descubiertos algunos fragmentos de
siguientes: dicba tradición de Fray Andrés de Olmos,,
que fué escrita en el siglo XVI.
Atonatiuh o «Sol de Agua» ......... 808 años
Ehecatonatiub o «Sol de Aire» ... 810 „ Según dicba variante, los dioses crearon
sucesivamente cuatro mundos, cada uno de
Tletonatíub o «Sol de Fuego»......... 964 „
ellos iluminado por un sol diferente.
Tlaltonatiub o «Sol de la Tierra» 1,046 „
El primero, llamado Cbalcbiubtonatíub,.
Total.............. 3,628 años «Sol de Piedra Preciosa», o Chalcbiubtlicue,
«Diosa de la Lluvia», terminó con aguaceros
Don Luís Pérez Verdía, en su «Compendio torrenciales, que ahogaron a la mayor parte
<le la Historia de México», da la fecha de 3,797 de los hombres convirtiéndose los sobre*
años antes de J. C. vivientes en peces.
Pero perteneciendo esas pinturas del Va* El segundo, llamado Tletonatíub o «Sol
ticano al Teoamoxtlí, según Cbavero, es decir, de Fuego», iluminó la humanidad miserable,
a la religión que se dice trajeron los toltecas que se alimentaba con cizaña; los hombres
de 1 os pueblos del Norte que fueron su cuna, de ese período fueron destruidos por el fuego,
y correspondiendo el último de esos soles a y unos cuantos convertidos en pollos, mari»
la fecha en que se compuso ese Libro Sagra* posas y perros.
QUETZALCOATL o SERPIENTE EMPLUMADA. — También se le llama «ESTRELLA DE LA MAÑANA» y
DIOS DE LOS VIENTOS
( Codex Magliabecchiano XIH. 3),
En seguida fué el Yohualtonatiub o «Sol alimentaban con frutas, y fueron destruidos
de Obscuridad»; en esa época los hombres por furiosas tempestades y convertidos algu­
se alimentaban con jugos resinosos, y fueron nos en monos.
destruidos por grandes terremotos y devora»
Cada uno de esos soles duró 23 años,
dos por animales feroces.
El cuarto Sol fué el Ehecatonatiuh o «Sol y terminado el cuarto, surgió el sol que nos
de Viento», durante el cual los hombres se alumbra.

DIOSES

Ya hemos visto cómo, tratando de encon» al hablar de la isla U perdida en el mar


trar explicación a los fenómenos de la na­ como una estrella; los zapotecas, al hacer
turaleza, sentaron las bases de su Cosmo» mención de Laguulouzaregaa, cercada de agua
gonía, resultando por consecuencia también verde, rica en perfumes y piedras precio­
su Teogonia. sas; y los mixtecas, que no olvidaron a la
Nuestros indios, tratando de encontrar un Nuuñohonducuy lejana y envuelta en su
consuelo ante las manifestaciones sobrenatu» cendal de púrpura .
rales y las desventuras de las catástrofes Después de muchas centurias de años, los
sufridas, crearon sus dioses e invocaron su indios lucharon con las aristas punzantes que
protección; asimismo dieron nombre a los as» la tragedia habíales dejado por herencia, y
tros que a la vez era el de sus dioses, a los las lecciones de su vieja cultura se fueron
cuales encerraron en un hieratismo misterioso, perdiendo en el remolino del tiempo. Los
honrándolos con liturgias solemnes, ritos y toltecas, después de muchos años de largo
sacrificios, dándoles el carácter de seres pode» peregrinaje, iniciaron el nuevo ciclo ascensio­
rosos y sobrenaturales, con intervención en nal de su vida, el que debía culminar diez
todos los actos de su vida. mil años después en el ápice del Mayab res­
“Los soles cosmogónicos —dice Castillo plandeciente y en la maravillosa Teotihuacán.
Torre— de los méxicas, consagraron a su vez Del desenvolvimiento de ese ciclo subsisten
las ruinas dispersas entre el Sur de los Es­
el recuerdo de los fenómenos geológicos y
neptunianos: el Atonatiuh, la invasión pode» tados Unidos y la América Central.
rosa de las aguas; el Ehecatonatiuh, la época Y los vestigios portentosos que dejaron
del azote de los vientos; el Teltonatiuh, la los mayas y los toltecas o nahoas, son como
edad de las erupciones volcánicas, y el Tlal- las piedras miliarias del itinerario atlante de
tonatiuh, los movimientos sismológicos por aquellas tribus que emigraron aterradas por
los embates del fuego central”. el cataclismo (o sucesión de catástrofes) a las
“Cuando la Atlántida comenzó a sufrir el tierras en donde los mayas fueron los prime»
último asalto de las emergencias geológicas ros en llegar, y sobre cada una de esas pie­
que sembraron el pánico entre sus habitan­ dras revuelan las tradiciones en copos sutiles,
tes y al fin la destruyeron, incidentes que y las leyendas anchas y sonoras como las
se repetían en la violencia de los terremotos hojas de plátano que sombrean los jardines
y de las inundaciones, los mayas abandona­ de las ciudades de la raza.
ron aquella isla y su ejemplo fué imitado Los mayas, como los toltecas o nahoas,
por los quichés, ulmecas, xicalancas, zapotecas, adoraban a la Causa Primera, con el nombre
mixtecas y nahoas. Desembarcaron los fugi­ de Itzamná los primeros, y los toltecas como
tivos en la costa firme, desposeídos de sus los pipiles con el nombre de Teotl (que quiere
riquezas y del instrumental que habían creado decir Dios), a quien por considerarlo incompren­
en laboriosos siglos de civilización”. sible, no lo representaban de modo alguno,
“El espectáculo de la catástrofe inspiró a pero deificando sus atributos, se dice que for»
los indios tanto horror, que nunca se libraron marón un cortejo de trece deidades principales.
de él por completo y rebrilló siempre en el Los pipiles adoraban al Sol, como represen­
fondo trágico de sus anales. A la gran des» tante de la Causa Primera, dándole el nombre
ventura de la Atlántida referíanse los mayas de Ometecuhtli, literalmente «El Señor Dios».
En nuestro Museo Nacional existe un Cihuacoatl, era la deidad femenina más
hermoso sol de piedra que recogió el Dr. importante de la Mitología náhuatl. También
Barberena cerca de la aldea de Cara Sucia, se llamaba Tonantzin, «Nuestra Madre».
en el Departamento de Ahuachapán, es decir, La diosa Chicomecoatl «Siete Culebras»,
donde se hablaba antiguamente la lengua llamada también Chalchíuhcihuatl «Mujer Pre­
jinca, precisamente donde algunos suponen ciosa o Mujer Hermosa» y Xilonen (que se
que existió una colonia lenca. deriva de Xilotl, jilote).
Los dioses principales de los toltecas y Cinteotl, se llamaba a la «Diosa del Maíz».
de nuestros pipiles, eran:
Los pipiles de nuestro territorio adoraban
Tonacatecuhtli, «El Sol», creador de sí mis­ a todos estos dioses de los toltecas, pero
mo, y a la vez de los demás seres. tenían otros de diversos nombres a quienes
Tonacacihuatl, «Mujer del Sol», o sea la también rendían adoración.
Tierra, que tuvo dos hijos: El dios Camaxtli, de nuestros pipiles, deidad
Quetzalcoatl, o «Estrella de la Tarde», en principal, lo asimilan algunos con el terrible
su representación de serpiente emplumada, Huitzilopochtli de los aztecas, el más sangui­
divinidad benéfica; y nario de sus dioses. También en otras tra­
Tescatlipoca, «La Luna», llamada Meztli. diciones indígenas, tal como las ha recogido
A Tescatlipoca, le llamaban «Espejo Hu­ y refiere don Juan J. Laínez, en nuestro te­
meante». rritorio, es llamado Camascatl.

Estos cuatro dioses crearon a Cípactli, Nuestros aborígenes de Cuzcatlán tenían


que £ué «Luz», fué el «Día»; Oxomoco, la dos deidades principales: Quetzalcoalt, que lo
«Oscuridad», la «Noche»; y ambos dieron representaban en figura de hombre; e Ytzcueye,
origen al Tiempo, y ya personificados, fue­ en figura de mujer. , ,
ron grandes agoreros y astrólogos. También era deidad principal Huitzilo­
Yoallichccati, u Opú, que era el dios pochtli, «Dios de la Guerra», el más cruel de
Noche-Aire o Invisible. Al «Dios del Fuego» todos los dioses, al que sacrificaban más víc­
le 11 amaban Xiuhtecuhtli o Huehueteotl, dios timas para calmar su cólera, y los toltecas le
antiguo, que se confundía con el Sol creador; habían dedicado el Templo Mayor, siendo la
pero Xiutlecuhtli era el dios del fuego, ya fiesta de ese Templo una de las más solem­
considerado como elemento o como lumbre nes y tumultuosas.
del hogar; y a Huehueteotl le llamaban el Macuilxochitl, era la «Deidad de la Música,
«Señor de la Piedra Azul» (turquesa). de la Danza, de las Fiestas y de las Flores».
Tlaloc era el «Dios de las Lluvias», repre­ Chico-Mexóchitl, era también «Deidad Flo­
sentando también el elemento agua y de las ral» y también así se llamaba a la danza del
tempestades, y moraba en la región de Itza- mes de las flores. Chico-Mexóchitl aparece con
pán-Nanáxcayan, «Lugar Donde Truenan las el signo: «El Día Siete Flores».
Piedras Sobre el Agua». La mujer de Tlaloc Xochiquetzal, era la «Diosa de las Flores»,
era Chalchiuhtlicue, la «Diosa de los Lagos y y también la «Diosa del Maíz».
de los Mares, de los Ríos y de los Torrentes».
La diosa llamada la «Madre de los Dioses»,
Tlalocan era la «Región a Donde Iban los
era Centeotl o Civeles (según Clavijero) y
Muertos».
quería decir: «Corazón de la Tierra y Nuestra
Mictlantecuhtli, era el «Dios de los Muer­ Abuela».
tos», y su mujer se llamaba Mictlancihuatl. En Sesori tenían un ídolo (según García
A Tonacacihuatl, «Mujer del Sol» o sea la del Palacio) de piedra, llamado Icelaca, re­
Tierra, le llamaban la diosa Cihuacoatl, «Mujer dondo, con dos caras, con muchos ojos, para
Culebra», progenítora por acción del fuego del ver el pasado y el porvenir. Tenía untadas
primer par de donde procede la humanidad. ambas caras con sangre y le sacrificaban ve­
El fuego, creador general por su influen­ nados, conejos, chile, etc.
cia sobre la tierra, hizo que ésta produjera Nuestros pipiles tenían como deidad prin­
a los hombres. Y así quedaron creados los cipal y superior al dios Cerro-Valle; a este
cielos y los dioses, y en la tierra el hombre, dios protector de las milpas y de las semen­
rey de la creación. teras, que es dueño del cerro y del valle
XOCHIQUETZAL era la diosa y a la fiesta le decían «XUCHIlHUITL» que era la fiesfa de
las flores. El ramo florecido de «SIETE FLORES» recuerda el nombre de «CHICO-MEXO-
CHITL» y señalando en un signo el «DIA SIETE FLORES» que era el de la fiesta.
( Codex Ñlagliahecchiano XIIJ. 3).
se le conoce con el nombre de Cerro-Valle en Los diosecillos lares o dioses chicos llama­
todos los idiomas de los diferentes grupos de dos «Tepitotón», tenían también sus atributos,
razas. Los izalcos le llaman «Tépetl-Técban»; tales como el del hogar, el de las sementeras
y los lencas, chilangas y otros lugares de la y el de los muertos.
región del Oriente de nuestra República, en Como comprobante de la adoración de es*
donde se habla la lengua lenca, lo designan tos dioses tenemos numerosísimos restos ar­
en su idioma: «Era = Kotan». Los toltecas o queológicos, demostrándonos basta la sacie­
naboas de la región de la Costa del Bálsamo dad, que nuestros pipiles antepasados adora­
lo llaman: «Tepictli », y los nahuizalcos, jua* ron los mismos dioses de los toltecas o nahoas,
yúas, apanecas, zalcoatitanes y otros de esa practicando asimismo sus ritos y creencias
región de los izalcos, también lo II aman: «Te* religiosas.
peguí», (imagen de los montes). Los kekcbí En los rituales y ceremonias de la región
lo llaman: «Tzul=Tacá»; en pocomcbí lo desig= lenca, se encuentran vestigios de que antigua­
nan: «Yuk* Kixkab»; en quichecbí: «Huyub* mente adoraron como un dios a la serpiente,
Tacaj». quizá reminiscencias de los ritos y teogonia
Las imágenes del dios Cerro-Valle no falta* de los mayas y toltecas, pues éstos diviniza­
ban en ningún rancho indígena, y aún ahora ron a la serpiente con plumas, como repre­
en muchos de ellos se encuentra todavía. sentación de Kukulcán o Quetzalcoatl.

EL CULTO A LA SERPIENTE
-
Al contemplar el esplendor de la arqui­ de la civilización que se perdió en la época
tectura de las civilizaciones maya y tolteca, de los grandes cataclismos que los libros sa­
no podemos reprimir un sentimiento de mis­ grados rememoran y cuyas huellas perduran
teriosa influencia, de perplejidad interrogati­ en las cicatrices del planeta. De esa civi­
va, al ver la colosal figura de la serpiente lización quedaron algunos hombres y unas
enlazada al bosque de sus tradiciones; la ser* cuantas enseñanzas que sirvieron de punto
píente despliega sus labrados anillos en tem­ de partida a las nuevas gentes. El cambio
plos y palacios; se la encuentra en los códi­ de las condiciones de vida, la dolorosa y lar­
ces, en la cerámica, en la leyenda y en los ga gestación de la nueva cultura, elaborada en
ritos. El enigma de las piedras milenarias el curso de los milenios, cubrieron de ceniza
que muestran su imagen, sigue en el miste* la memoria de las generaciones, y la gloria
rio. Algo se sabe de su significado, pero de la patria común, de la Tierra = Madre, fué
del origen de este culto, nada se ba puesto esfumándose en el crepúsculo de la leyenda.
en claro todavía.
Castillo Torre en una brillante exposición,
¿De dónde trajeron los mayas y los tol­ dice: “que él cree que el culto a la serpiente
tecas el culto a la serpiente? ¿Qué significó nació en el Imperio del Sol, y se propagó
para éllos la adoración a este animal? por las vías de la colonización y la conquista,
a los pueblos prehistóricos, sin que los terre­
Apenas se adivinan los contornos índecí*
motos y diluvios lo arrastraran al limbo en
sos y borrosos de la primitiva cultura, pero
que se perdieron tantas cosas, porque la ser­
ésto no llega a redimir esa bruma del hori­
piente simbolizaba el milagro de la Creación,
zonte vaporoso y lejano...
el poder divino del que emanó la vida. Pero
Uno que otro resplandor se vislumbra en la idea que permaneció firme en los grupos
la noche del pasado, y enciende la luz de humanos refugiados en las montañas, cuando
sus bengalas en honor de los temas añejos y el suelo temblaba y las cataratas de los dí=
símbolos rituales. Al amparo de esos tenues luvios prendían el terror en los corazones,
resplandores algunos historiógrafos han podi­ debió ser la de la insignificancia del hom­
do contemplar la silueta del Imperio del Sol, bre ante las fuerzas de la Naturaleza. El
cuna de la humanidad remota, acariciada por Creador era para ell os el auxilio contra el
las azules aguas del Pacífico; fuente originaría dolor y la muerte, el Ser omnipotente y jus-
tíciero; y al invocarle en sus plegarias, rima­ En cuanto a la creación del hombre hay
das por el espanto de las catástrofes, tenían en el Palacio de los Tigres de Chichón = Itzá
que recordar a la serpiente que lo represen­ un estupendo friso cuya reproducción gráfica
taba en la liturgia. Así, el culto a la ser­ he visto en un libro maya. La figura central
piente sobrevino a la primera civilización del representa a Hunab = Kú. el dios supremo.
mundo, y se grabó tan hondamente en la De sus órbitas fluyen dos fuentes de lágrimas
conciencia antigua, que se mantuvo incólume que caen hasta el extremo de la barba y ex­
a través de los milenios, vencedora del tiem­ tendiéndose a derecha e izquierda del numen
po y del espacio, lo mismo en el Mayab que corren en caprichosas volutas y ondulaciones
en leotíhuacán, en el Egipto que en la India de serpiente, surgiendo progresivamente de
y en el Asia Menor, decorando las piedras su corriente el loto y las flores, la vida ve­
enigmáticas que guardan en sus átomos inertes getal, los peces, los animales de la tierra y
la canción renovada de los siglos . el hombre, primero caído y luego en píe, con
toda la fuerza de su advenimiento y la que
La civilización naga-maya de la India ex­
le da la conciencia de su sér y de su destino.
tendió su influencia en la Mesopotamia, donde
Es sabido que en todas las Mitologías se
dicen que los mayas brillaron por su ciencia
considera a todo acto de creación como acto
en Babilonia. De la autoridad y valimento
de dolor y de sacrificio. Conmueve y emociona
de los mayas en Asia, nos ofrecen elocuente
el contemplar el friso maya que comentamos.
prueba los edificios de Angkor. El viajero
Llora el Creador para poder crear la variedad
que recorre las ruinas de Angkor, puede
de los seres que habitarán el mundo; llora con
comprobar la semejanza que existe entre ellas
dolor cósmico digno de las Teogonias antiguas,
y las de Yucatán, semejanza —dice Castillo
porque toda creación es sufrimiento. ¡Admi­
Torre— que denuncia el origen común y hace
rable dolor e inefable llanto! Allí encerraron
pensar en vínculos que se rompieron al paso
los mayas su más honda y ascendrada filosofía.
de las centurias. En las ruinas del reino de
Camboja, la serpiente pone también su nota También allí, en sus grandiosas ruinas, el
decorativa en balaustradas y cornisas, y se Juego de Pelota y el Culto de la Serpiente
multiplica esculpida en las losas milenarias. nos relata sus creencias cosmogónicas. El pri­
La única diferencia que se observa, es que mero era figura y representación de los mo*
el crótalo americano, copiado por los artistas vimientos del sol. Los indios se imaginaban,
mayas y toltecas, fué substituido por la co­ con su poderosa fantasía, que el sol era como
bra-capelo, el terrible ofidio de los húmedos una pelota de luz lanzada perennemente en
bosques ardientes del Asía. el firmamento y que no podía detenerse o
hacer falla alguna sino en los extremos de
Pero las piedras rotas de Mayapán, Teo­
su carrera que corresponden a los solsticios.
tihuacán y de Angkor permanecen mudas, y
También con el Juego de Pelota representa­
todos seguimos ignorando — y no se sabrá
ban los otros movimientos siderales.
nunca— el secreto sacerdotal que vibra bajo
la luz solar y que las convirtió en aras reli­ Con la serpiente simbolizaban el año solar
giosas; pero las esculturas que representan las en su relación con la tierra; es decir, creando el
serpientes siguen a la vista de los hombres, tiempo, verificando su Cronología, como acertó
silenciosas y conmovedoras, apuntando con a leer Chavero en el ritual o Códice Vaticano.
las agujas del misterio las obscuras sombras A ello se referían las suntuosas fiestas
del remoto pasado. ceremoniales de los solsticios que se celebra­
Es muy probable que ya subsistía el culto ban en la época de mayor esplendor de su
civilización, cuando el genio de la raza, el
totémico, es decir, el culto a la imagen del
portentoso aliento creador de sus dioses, ani­
animal sagrado, cuando las serpientes se es­
culpieron en los templos y palacios mayas y maba sus creencia y tradiciones.
toltecas, pero también pudo ser que los escul­ En los indios de América supervive un
tores y arquitectos de Chichén y de las otras resto de superstición en el temor de que las
ciudades mayas no hubieran tenido, al labrar serpientes tienen enlace con los poderes in­
las serpientes, más aspiración que la sentimen­ corpóreos y espirituales. Por eso, entre los
tal de recordar la era heroica de su raza, la indios pipiles de este territorio de Cuzcatlán
devoción pública a la representación primitiva existe la creencia, como en los indios queckchí,
y simbólica del totem; la creación del mundo. de que las serpientes son humildes síervas
i _
1er mes —KALENDA.—ATLACAHUALCO o QUAVITLELOA (Terminación délas Lluvias). A esta
fiesta llamaban los indios «XILOMANISTLI». La fiesta era a honra de los «Dioses
de la Lluvia» El dios tiene la insignia de TLALOC en la mano.
( Code* Magliabeccbiano XIII, 3 )•
•del dios Cerro-Valle, Tépetl-Técban, quien decir «Serpiente con Plumas», y el más alto
las emplea para castigar a los pecadores. Las dios de su Mitología es Kin = Cba = Can, que
pequeñas faltas o errores son penados con era el «Sol-Serpiente».
pequeñas picaduras de serpientes inofensivas, Sigue nuestra mente el camino largo y
no así las faltas graves que son castigadas misterioso de esa interrogación que ilumina
con terribles mordeduras de anímales ponzo­ esas piedras enigmáticas guardadoras del se­
ñosos, particularmente de la víbora cascabel creto recóndito de aquellas civilizaciones, ha=
que casi siempre es mortal su mordedura. ciendo resaltar la forma inmóvil del totem
Si un indio muere a consecuencia de haber milenario, que aún despliega los anillos de
sido mordido por una serpiente, significa que se su sortilegio, a la sombra de las ceibas ru­
hizo merecedor del castigo de Tépetl-Téchan, morosas que distienden sus brazos para co­
el dios Cerro-Valle, y entonces su viuda e bijar y embalsamar los vestigios de estas
hijos quedan deshonrados y los demás indios razas de América. El embrujo de aquella
de la comunidad huyen de su contacto. Al fuerza encantada del pasado llega basta noso=
dios Cerro-Valle o Tépetl-Técban, se lo figu­ tros. Sentimos el conjuro del totem, y nos
ran morando en grandes cuevas de las altas sumimos en la$ regiones del ensueño, para
montañas. Allí se mantiene meciéndose en un contemplar la maravilla y fastuosidad de los
icpalli (tapexco, sentadero), trenzado de ser­ rituales en el Templo del Sol, de Quetzalcoatl
pientes cascabel y mazacuatas. Y por eso es
y Kukulcán, en donde los príncipes y sacer­
que los indios respetan las cuevas como lu­
dotes solemnizaban el culto a la «Serpiente
gares sagrados, pues dicen que son moradas
de Plumas», y las sacerdotisas y vestales sa­
del dios Cerro-Valle o Tépetl-Téchan, encon­
trándose en muchas de ellas cenizas de copal, gradas resplandecían en las gradas del Teocalli,
flores y antiguos ídolos. El principal dios mientras el ambiente se aromaba de esencias
de los toltecas, el taumaturgo y luminoso y copal, en tanto que la danza ritual del
Quetzalcoatl, significa «Serpiente Emplumada»; santuario enhebraba sus hilos rítmicos en la
en los mayas, el poderoso Kukulcán, quiere armonía cósmica.

LOS QUETZALES

También, — según Castillo Torre — del estaba en el Mayab, Teotibuacán, y dicen tam­
Imperio del Sol vinieron los quetzales a po­ bién que en la isla de la Atlántida. De estas
blar la América del Norte y la del Centro, regiones partieron los quetzales en otras emi­
estableciendo su metrópoli en las regiones graciones con rumbo al Este y recorrieron
altas de la actual República de Guatemala el /Mediterráneo basta Grecia y el Asía
y de la República de El Salvador, antigua­ Menor.
mente Señorío de Cuzcatlán. Aquí en El
El quetzal llegó a hacerse sagrado como el
Salvador actualmente se encuentran bellos
totem de la Serpiente. Se le encuentra sim­
ejemplares de quetzales, en la región llamada
bolizando a Quetzalcoatl en altares y templos,
Sesesmíles, lugar muy alto, colindando con
asimismo su figura o sus plumas ricas, apa­
las fronteras de Guatemala y Honduras. An­
recen adornando la cabeza de dioses, sacer­
tiguamente nuestro volcán, el Quetzaltepec,
dotes y guerreros. Un ejemplo bellísimo lo
era región en donde abundaban los quetzales,
tenemos en el Altar de Palenque, en donde
debiéndose a ésto el nombre de dicho volcán,
admiramos la famosa Cruz del Palenque, cu­
que significa: «Cerro de los Quetzales».
yos tableros y relieves notabilísimos han des­
Los quetzales se llamaron así, porque ado­ crito arqueólogos y sabios. En medio de dos
raban a la serpiente Quetzalcoatl, símbolo del númenes adorantes se alza la Cruz emble­
Creador y de la Creación. Los arqueólogos mática con el signo de «Acatl» y el quetzal
fijan a la época en que vinieron los quetzales, magnífico que la corona, que es símbolo de
una antigüedad de cincuenta mil años. En­ la «Estrella de la Mañana» o Quetzalcoatl,
tonces florecía en el Continente del Pacífico, teniendo a sus pies una calavera que significa
en la isla de Mu, la espléndida civilización la «Estrella de la Tarde». Aquí triunfa el
del Imperio del Sol, y su reflejo más radiante sabeísmo de la religión de la raza, adoradora
de los astros brillantes y eternos... Es real­ plumas sagradas del quetzal divinizando el
mente un altar de la liturgia indígena. culto al dios Quetzalcoatl, y también al pá­
En todos los relieves y estelas que figuran jaro simbólico que estuvo ligado estrecha­
en las ruinas del Palenque (la misteriosa mente en todas las manifestaciones de la
Nachán de las leyendas), vemos la figura y Teogonia de los mayas y toltecas.

LITURGIA INDIGENA
QUETZALCOATL
En el altar consagrado a Quetzalcoatl, en
la liturgia indígena resplandecieron el templo de su nombre se quemaban
con esplendor solemne las fiestas y ri­ ofrendas de resinas olorosas, y se ponían
tuales a sus principales dioses, pero ninguna guirnaldas que tejían las princesas indias.
de ellas alcanzó, entre los toltecas especial­ El humo y las esencias se elevaban a lo alto
mente, la magnificencia y suntuosidad (según
con el fervor de las plegarias, y venían en
las crónicas) como las dedicadas al gran refor­ cambio igualmente de lo alto, la sabiduría y
mador Quetzalcoatl, después que se le con­
la miseiicordia.
sagró dios del viento, adorándole en la estre­
En la posteridad se reconoce a Quetzalcoatl
lla Venus en sus dos apariciones, matutina
como al «Dios de los Vientos», y en la gran
y vespertina.
fiesta del sagrado Fuego Nuevo, establecida y
El nombre favorito que los toltecas daban fundada por él, además de honrarse al «Dios
al último de sus reyes y emperador era To= del Fuego» Xiuhtecutli, que es como decir:
piltzin «Nuestro Príncipe», pero también le “el semblante del sol que mira con fuego”;
denominaban Naxcitl o Nani-lcxtl que sig­ también se reverenciaba simultáneamente a los
nifica: «Pie de los Cuatro Rumbos» (signi­ cuatro dioses principales: Quetzalcoatl «del
ficando al Nahui-Ollin con los cuatro vientos Viento», Xíuhtecutli «del Fuego, Tlaloc «del
y los cuatro puntos cardinales); y se refiere Agua», y Tonacacihuatl «de la Tierra», lla­
también a las grandes conquistas y al comer­ mada también Cihuacoatl «Mujer Culebra».
cio. También le llamaban Ce=Ácatl, que es Igualmente se honraba a los cuatro diosss
una designación del calendario que se refiere en las fiestas de Tlaloc y de Tonacacihuatl.
al planeta Venus. Teotihuacán, en México, era la gran ca­
Quetzalcoatl o «Serpiente Emplumada», pital de los toltecas, y la Cíudadela era el
fué el gran civilizador. Cuando joven vivió primitivo recinto ceremonial llamado Tecpán.
en Yucatán y lo llamaban Kukulcán; apren­ En este recinto ceremonial, Quetzalcoatl edi­
dió la ciencia, la religión y la filosofía de los ficó un grandioso templo con serpientes de
mayas. Simplificó el calendario maya en 1,168 plumas esculpidas en piedra en las terrazas
de la Era cristiana, y estableció la Era tol­ y escalinatas.
teca. En 1,191 sofocó una rebelión contra la Dice el Maestro Gavidia: “La expresión
Liga de Mayapán, encabezada por Chichén- «el Oriente» juega un gran papel en estas
Itzá e Izamal. tradiciones: salen las emigraciones hacía el
Quetzalcoatl hizo de Chichén-Itzá su ca­ Oriente y llegan del Oriente. Basta, sin em­
pital, y dicha ciudad llegó a ser la gran po­ bargo, para explicárselas, estudiar un mapa.
sición de los toltecas, después de la muerte De la región de Tlapallán a Golfo Dulce y
del Rey. En 1,195, Quetzalcoatl estableció las costas de Belíce y Yucatán, se marcha
el “Gran Festival del Fuego Sagrado” que se y se navega hacia el Oriente; de las costas
celebra cada cincuenta y dos años. Fundó de Yucatán al lago de Términos y los ríos
también el festival de cada año del «Fuego históricos de üsumacinta y Tabasco, se navega
Nuevo» de la raza. desde el Oriente”.
En 1,208 fundó el culto del planeta Venus, “Pero no todas las tradiciones hablan de
y poco más o menos por ese tiempo falleció, inmigrantes de Oriente, al tratarse de la lle­
y se hizo dios de aquel planeta. gada de los nahuales o náhoatas a la región
2o. mes. - KALENDA - TLACAXIPEHUALIZTLI (Desollamiento de Hombres). Fiesta de «XIPE
HUALIZTLI» que quiere decir desollados.
( Codee Magiiabeccbiano AUI, J).
del Usumacinta; el historiador indígena Mu­ o sátrapas y sus leyendas y ritos muy cono­
ñoz Camargo («Historia de la República Tlas= cidos de los cronistas.
cala»), afirma que las tribus que arribaron a En su carácter múltiple, como emperador,
Panuco llegaron por el mar del Sur, o sea como sacerdote, como sabio y como artista,
el Pacífico, pasando por un istmo al Atlántico Quetzalcoatl es una de las grandes figuras
y de allí a Pánuco. Tratándose de gente que de la historia de la humanidad. Dió impulso
habla el náhuate, que llega del Pacífico y a las artes y al comercio. Parece probable
cruza un istmo, para llegar cerca de Veracruz, que muchas de las esculturas y ruinas que
no puede ofrecerse otro país más que Tía- se encuentran en Guatemala y El Salvador»
pallan, entendiéndose por éste la región de pertenecen al tiempo de Quetzalcoatl, y se
Mita, Cuzcatlán, Quiriguá y Copán’. explican considerando la riqueza que se había
En Cuzcatlán, ya bemos dicho que en formado gracias al comercio del cacao. En
Mita o Mictlán, Quetzalcoatl fundó un tem­ ese tiempo de Quetzalcoatl, abundaban las
plo y estableció en toda nuestra región la esmeraldas, el oro, las turquesas y la pluma
raza y culto de los toltecas. rica de bellísimos quetzales.
Ese templo de la ciudad nahoa de Mictlán, Ningún Emperador llegó al esplendor y
fundada cerca del Lago de Guija, en donde soberanía de Quetzalcoatl, pues el Imperio
había un santuario famoso de Quetzalcoatl o de Moctezuma, en su mayor apogeo, apenas
«Estrella de la Mañana», era redondo (el fué una tercera parte del de Ce-Acatl o
templo), tenía un gran Pontífice que llevaba «Estrella de la Mañana». (Véase Códice de
el título de Teoti, su consejo de sacerdotes Quetzalcoatl).

RITUALES. (Ce-Acatl).

En el signo llamado Ce = Acatl, hacían en los ritos a Quetzalcoatl, y a este sacerdote


gran fiesta en la Primera Casa a Quetzalcoatl, se le llamaba Quequetzalcoa.
«Dios de los Vientos», llamado así porque En otras ceremonias la estatua de Quet­
decían que barría el camino a los dioses del zalcoatl permanecía echada o acostada, bien
agua, y que por eso antes de las aguas hay cubierta de mantas, descubriendo sólo en el
grandes vientos y polvos. Todos los sacer­ momento preciso la cara que aparecía cu­
dotes, señores y principales se reunían en el bierta con riquísima máscara de turquesas y
templo en donde estaba la imagen de Quet­ cbalcbi vites.
zalcoatl, y ofrecían delante de ella perfumes, Las aves de pluma rica y colores diversos
incienso y grandes ceremonias acompañadas que se llamaban quetzaltototl, los caquan
de estruendosa música y muy bellas danzas. y tlaubquecbol amenizaban con su cantar
Los atavíos con que aderezaban la imagen dulce y suave los rituales de su dios Quet­
de Quetzalcoatl, eran: una mitra en la cabeza zalcoatl, a quien también ellos adoraban.
adornada de turquesas con un gran penacho “Quetzalcoatl en vida bacía mucha peni­
de plumas, que llaman «quetzalli»; la mitra tencia en la Primera Casa llamada Calnaecac,
era manchada como cuero de tigre; tenía una punzando sus piernas y sacando sangre con
túnica labrada como sobrepelliz; llevaba gran­ que manchaba y ensangrentaba las puntas
des orejeras de turquesas, de labor mosaica; de maguey, y se lavaba a la media noche
le colgaba sobre el pecho magnífico collar de en una fuente que se llamaba Xícapoya, y
oro con gran pendantif de jade labrado; lle­ esta costumbre y orden tomaron los sacer­
vando a cuestas por divisas un plumaje a dotes y ministros de los ídolos mexicanos,
manera de llamas de fuego; tenía en la mano como Quetzalcoatl lo usaba y bacía en el
izquierda una rodela con una pintura de cinco pueblo de Tulla”. (Sahagún).
ángulos, que llaman «El Joel del Viento». (Gomara I, 257), dice hablando del templo
En la mano derecha tenía un «cetro» muy de Quetzalcoatl: “Y entre ellos (los templos)
artísticamente labrado de ricas pedrerías, había uno redondo dedicado al dios del aire,
teniendo la forma por donde se tenía como dicho Quezalcouatlb, porque así como el
empuñadura de espada. Gon estos mismos aire anda alrededor del cíelo, así le hacían
atavíos se revestía el sacerdote que oficiaba el templo redondo; la entrada del cual era1
por una puerta hecha como boca de serpiente los pascóles: del «Venado», de la «Danta o
y pintada endiabladamente. Tenía los colmi­ Tapir», del «Cujtan-Cuyámet» (Tunco de Mon­
llos y dientes de bulto relevados, que asom­ te), del «Armadillo», del «Pavo Montés», etc.,
braba a los que allá entraban, en especial a y algunos aparecían como cojos, gigantes o
los cristianos, que se les representaba el in­ cadejos, y la fiesta terminaba con el gran baile
fierno en verla delante ’. del Areyto o Mitote.
Y allí también, en el templo sagrado, cada
En la gran festividad de Quetzalcoatl, los año se celebraba la Fiesta del Fuego Nuevo»
sacerdotes desde la víspera entonaban areytos, en el día señalado para llevar a cabo la im­
después de tres días de ayunos, y las vestales ponente ceremonia, y el Gran Sacerdote pedía
renovaban el fuego sagrado y los guerreros al Gran Invisible bajara en la Luz radiante
preparaban sus armas e insignias antes de de su espíritu para que encendiera el fuego
presentarse al templo. El día de la fiesta de en el altar y en el corazón de la raza. Volaba
Quetzalcoatl, también iban al templo los co­ entonces sobre Cuzcatlán un pájaro radiante,
merciantes, y en el patio se ejecutaban farsas, de todos los colores, el Xiutolotl «Pájaro
bailes y regocijos. de Fuego» y el campo se ponía florecido, ba­
Aquí en el templo de Mictlán, como en el lanceaban sus penachos esmeraldas los quet­
templo de Teotihuacán, salían vestidos con zales sagrados, y en el lecho de las indias
trajes de animales, para así disfrazados bailar fieles se purificaba el amor.

EL TEMPLO MAYOR DE HUITZILOPOCHTLI

En la antigua ciudad de México, cuyo cen­ dios principal de nuestros pipiles, asimilán­
tro estaba ocupado por los principales templos dolo algunos con el terrible Huitzilopochtli,
aztecas, había uno que descollaba entre todos de la ciudad carnicera de los aztecas, y el más
llamado «Templo Mayor», y éste era en aquel sanguinario de los dioses. En nuestras le­
recinto sagrado dedicado a Huitzilopochtli. yendas indígenas, es llamado Camascatl. No
El templo de Huitzilopochtli, que era el tenemos noticia de si aquí existió, para dicho
centro del recinto adoratorío, era el más sun­ dios, un templo mayor como en México para
tuoso y cuyos rituales esplendorosos alcanza­ Huitzilopochtli.
ban mayor solemnidad. Los aztecas y algunos En aras de este dios y en dicho templo
cronistas dicen de él que era uno de los más mayor, se sacrificaban más esclavos que en
ricos y principales de la tierra por su altura todo el martirologio romano. En el reinado
y hermosura, “siendo además como una for­ de Moctezuma Ilhuicamina, éste reconstruyó
taleza cuyo sitio era en las casas de Antonio de manera ostentosa el templo, y los mismos
de Avila que agora están hechas muladar . prisioneros de Cuextlan y Tuzpan, que eran
(P. Durán. T. II, Pág. 80). muy numerosos, y que trabajaron en la cons­
En nuestro Cuzcatlán, también tuvieron el trucción, fueron inmolados al dios con gran­
culto a Huitzilopochtli, pero el nombre con des fiestas y rituales que hicieron época y
que le adoraban era Camaxtli (Barberena), su fama perdura todavía.

RITUALES A XOCHIQUETZAL

Para no hacer más larga esta relación de su templo que estaba a orillas del Lago de
los rituales a todos los dioses, nos referire­ Ilopango (según B. de Bourbourg), sacrificios
mos únicamente a aquellos de nuestro terri­ de bellas jóvenes coronadas con guirnaldas
torio de Cuzcatlán, cuyos vestigios y tradicio­ de flores. Dedicaban también a Xochiquetzal
nes aún quedan de las antiguas costumbres de la «Danza del Mes de las Flores», llamada:-
nuestros antepasados y primitivos aborígenes. Xochi-Ilhuitl.
Las fiestas a Xochiquetzal eran suntuosas Códice: “Era Xochi-Ilhuitl una fiesta a
y pintorescas. A esta diosa se hacía y dedi­ fines de Octubre, cuando acababan las flores;,
caba la fiesta de las flores, y cuando era la era una despedida con bailes en todos los
época del florecer de las milpas, ofrecían en grupos indígenas. Calpulli, de la ciudad y-
3er. mes. — KALENDA —TOZOZTONTLI (Pequeña Velada). A la fiesta le
llamaban «TOCOZTLI» y la diosa era «COATLYCUE» o «CHALCHUITE».
( Codejt Magliabeccbiano X1U, 3 ).
de las casas, ostentaban adornadas con flo­ “A Xochiquetzal la llamaban también Ma=
res, mozos y mozas adornábanse también con tlalcuaya, o la «Señora del Vestido Azul», era
flores”. la mujer de Tlaloc y como tal participaba de
En la lámina del Códice, aparece la diosa sus honores (J). Cada año en la época en
Xochiquetzal sentada y llevando por cetro de que las milpas o plantillas de maíz apuntaba
deidad un bastón adornado con plumas de el esplendor de las cosechas, se hacía a la
quetzal, y en la punta una flor. En la cabeza diosa el sacrificio de cuatro jóvenes donce­
un casco de quetzal y en su huipil el sig­ llas elegidas entre las familias de noble abo­
no Chico-Mexochitl; lleva un paño o manta lengo de Cuzcatlán: se las adornaba con traje
con ofrenda de cuatro flores, a las cuatro de fiesta, se las coronaba con guirnaldas de
deidades: Quetzalcoatl «el Viento», Xiubtecutli flores y se las conducía en ricas andas a la
«el Fuego», Tlaloc «el Agua» y Tonacacihuatl orilla de las aguas sagradas del Lago de Xilo-
«la Tierra». Está la diosa ante un ramo flo­ pango, donde se hacía el sacrificio. Los sa­
recido de siete flores, que recuerdan el nom­ cerdotes, vestidos de largas túnicas flotantes,
bre Chico-Mexochitl; abajo hay pétalos de con la cabeza ceñida por una mitra adornada
flores que indica que caen o acaban las flores de plumas, marchaban delante de las andas,
y señalando en un signo el «Día Siete Flores»: llevando en las manos los braserillos en que
Chico-Mexochitl, que era el de la fiesta. se quemaba el incienso de copal. La villa
A 1 a vez Ch ico- Mexo chitl era también de Xilopango, célebre por su templo, estaba
deidad floral, así el ramillete recuerda a esta inmediata al lago del mismo nombre, cuya
deidad. (Véase Códice). etimología hace alusión a las mazorcas de
maíz tierno (xilot, grano de maíz tierno); di­
Grupos de danzarines rendían culto a la
cho templo estaba dedicado a la diosa Xochi­
Diosa de las Flores: Xochiquetzal; las tribus
quetzal, a quien se ofrecían las jóvenes víc­
designaban a su mejor danzarina (bija de
timas como ofrenda, precipitándoles al abismo
principales y nobles) para la ofrenda bailada
desde la cima de la roca. En el momento
en homenaje a la «Diosa de las Flores». La
de hacer tan inhumano sacrificio, los sacer­
ataviaban con las insignias de la deidad
dotes se dirigían a cada una de las cuatro
Xochiquetzal, y a esta danza le llamaba:
vírgenes: para disipar de su imaginación el
«La Danza de Xochiquetzal».
horror a la muerte, les hacían un risueño
Ante la deidad, llegan los sacerdotes a cuadro de las delicias de que ellas iban a
rendirle adoración; llegan también los nobles gozar en la sociedad de los dioses; y les re­
guerreros a renovar sus votos de valor para comendaban que no se olvidasen de la tierra
la guerra. Allí llegan a posternarse los Em­ de donde habían salido, suplicando a la di­
peradores y Caciques para reiterar el jura­ vinidad a donde se les enviaba, que fuese
mento de protección para sus pueblos; se propicia para las próximas cosechas. Se refiere
acercaban las vírgenes y castas doncellas pa­ que, en los últimos tiempos, cuando ya se
ra pedir la gracia de ser siempre elegidas difundió por todas partes la noticia de la
para las fiestas grandes, llegaban también los conquista de México por los españoles, una
mozos con sus prometidas y ataban sus pro­ de esas jóvenes, temiendo la suerte que se le
mesas de apego ante el altar de la «Diosa de preparaba a la vista de sus compañeras que
las Flores», y en los lechos de los desposados acababan de desaparecer sobre las aguas,
se encendía el fuego simbólico del amor, so­ protestó contra su destino, y amenazó a los
bre alfombras hechas de flores de diversos sacerdotes con que en vez de aplacar a los
colores. Todos los pisos de los templos y de dioses, excitarían su cólera contra la nación
las viviendas indígenas estaban cubiertos de si se le hacía perecer. Sus palabras tuvieron
pelos de pino que perfumaban el ambiente. (según se dice) el efecto que ella esperaba
En esta fiesta tuvo su origen la costum­ y el pueblo espantado evitó que se le preci­
bre de hacer alfombras de flores en el suelo, pitase al agua. Más de tres siglos han trans­
que se hacen ahora para el Día de la Cruz en currido desde aquella época y, sin embargo,
muchos lugares y en las calles de Izalco, los indios no han olvidado sus antiguas tra­
Sonsonate y otros pueblos para el Viernes diciones. Con una obstinación que nada pue-
Santo en las dos procesiones: la del medio (1) En la Teogonia iolteca está que la mujer de Tlaloc
día llamado «Los Pasos» y la del «Santo es Chalchiuhtlicue, «Diosa de los Lagos y de los Mares»; Xo­
Entierro». chiquetzal era la «Diosa de las Flores».
de doblegar cuando se trata de sus costum- de preguntas. Fírme en mí objeto, les pre­
bres, ellos celebran todavía, en muchos lugares, gunté Si era verdad que se había ofrecido
ritos ocultos, recuerdo de su pasada idolatría. el año anterior una víctima a la «Mujer
En Xilopango ya no sacrifican las cuatro jó­ Serpiente». ¿“Por qué nó?—me contestaron—
venes a la «Diosa de las Aguas», pero se dice puesto que era el único modo de obtener
generalmente que cada año, en la misma épo­ cosechas, y ¡la última ba sido tan buena!
ca citada, se le ofrece un niño sin bautizar. El año precedente hubo hambre y la causa
Yo ignoro si lo arrojan al agua, pero se ase­ ba sido el haber despreciado a la Señora de
gura que lo colocan a la entrada de una la Laguna”. Quise entonces que me condu­
gruta sobre el lago, y que la Diosa, saliendo jeran a la gruta, pero ellos se rehusaron con
de las ondas en figura de una hermosa mujer, varios pretextos. Un pescador ladino (civili­
con cuerpo de serpiente, lo levanta y lleva zado a la española) en cuya casa comí algu­
al fondo del abismo. Con la curiosidad de nos pescados, al regreso de mi excursión, me
observar este hecho, bajé a la orilla del lago, aseguró haber descubierto un día, una gruta,
tomé una canoa que estaba sujeta al tronco por casualidad, conduciendo su barca entre
de un árbol, y dos indios me condujeron. las rocas; pero que no se había atrevido a
Yo les hablé de las tradiciones del país, entrar en ella, por temor de los indios, y
haciéndoles beber un vaso de aguardiente que había visto, a la entrada, algunas piedras
refinado. Ellos sonrieron, mirándome y sacu­ sobrepuestas, y sobre una de ella, pedazos de
diendo la cabeza, porque es raro que respon­ papel quemado y de copal. (Abate Brasseur
dan inmediata y francamente a esta especie de Bourbourg).

KALENDAS - Atlacahualco o Quavitleloa - 1er. MES

(Terminación de las Lluvias)

Este mes comenzaba el 22 de Febrero. taban muchos niños, sacrificándolos en mu­


“El primer mes del año se llamaba entre chos lugares en las cumbres de los montes,
los toltecas o naboas Atlacahualco o Quavi­ sacándoles los corazones a honra de los «Dio­
tleloa. Este mes comenzaba, según otros, en ses del Agua», para que les diesen abundan­
el segundo día del mes de Febrero, cuando te lluvia. A los niños que mataban, compo­
nosotros celebramos la Purificación de Nues­ níanlos con muchos atavíos para llevarlos al
tra Señora. En el primer día de este mes, sacrificio, y llevábanlos en una litera sobre
celebraban una fiesta a honra (según algunos) los hombros; estas literas iban adornadas con
de los «Dioses de la Lluvia», y (según otro) plumajes y con flores: iban tañendo, cantando
de su hermana la «Diosa del Agua» Chal- y bailando delante de ellos. Cuando lleva­
cbiutlicue, y (según otro) a honra del «Gran ban los niños a matar, si lloraban y echaban
Sacerdote de los Vientos» Quetzalcoatl, y muchas lágrimas, alegrábanse los que los
podemos decir que a honra de todos éstos. llevaban, porque tomaban pronóstico de que
Este mes, como todos los demás que son 18, habían de tener muchas aguas en aquel año.
tienen cada una 20 días. En este mes ma­ (Sahagún). (Véase Códice N° 1).

KALENDAS — Tlacaxipehualiztli — 2o. MES

(Desollamiento de Hombres)

Este mes comenzaba el 13 de Marzo. vos y cautivos. A los cautivos que mataban,
“Al segundo mes llamaban Tlacaxipe- arrancábanle los cabellos de la coronilla y
bualiztli. En el primer día de este mes, los guardaban los mismos amos como reli­
hacían una fiesta a honra del dios llamado quias; ésto hacían en el calpul delante del
Totee y por otro nombre se llamaba Xíppe, fuego. Cuando llevaban los señores a los
donde mataban y desollaban a muchos escla­ cautivos al templo donde los debían de matar,
4o. mes. - KALENDA - VEYTOCOZTLI (Gran Velada). A esta fiesta
le llamaban «VEYTOCOZTLI» y era dedicada a «ECEUTEUTL» o
«CINTECUTL», que quiere decir «DIOS DE LOS MAICES».
( Code* Maÿliabecchiano XIII, 3 )■
llevábanlos por los cabellos, y cuando los recibía el señor del mismo muerto, echaban
subían por las gradas del Cú, algunos de los el cuerpo a rodar por las gradas abajo. De
cautivos se desmayaban, y sus dueños los allí le tomaban unos viejos, que llamaban
subían arrastrando por los cabellos, basta Quaquaquilti y le llevaban a su calpul (o ca­
el tajón dónde habían de morir. Después de pilla) donde le despedazaban y le repartían
haberles sacado el corazón, y después de para comer”. (Sahagún).
haber echado la sangre en una jicara, la cual (Véase Códice N° 2).

KALENDAS — Tozoztonfli — Al Dios Tlaloc — 3er. MES


(Pequeña Velada)
(Equivale al 2 de Abril, según Clavijero)
“Al tercer mes llamado Tozoztontli. En y amigos, y dábanles comidas, y hacían mu­
el primer día de este mes hacían fiesta al chas ceremonias con los huesos de los cauti­
dios Tlaloc, que es el «Dios de las Lluvias». vos muertos. Todos estos veinte días, has ta
En esta fiesta mataban muchos niños sobre llegar el mes que viene, se ejercitaban en can­
los montes; ofrecíanlos en sacrificio a este tar en las casas que llamaban «cuicatlacalli»
dios y a sus compañeros, para que les diesen (que quiere decir que “no sólo cuenta lo que
agua. En esta fiesta ofrecían las primicias se le confía en secreto, sino que lo cuenta
de 1 as flores que, en aquel año, primero na= cantando”), y no bailaban, sino que se esta­
cían en el Cú, llamado Yopico, y antes que ban sentados: cantaban en loor a sus dioses;
las ofreciesen nadie osaba oler flor alguna. haciendo otras muchas ceremonias al dios
Los oficiales de las flores que se llamaban Tlaloc”. (Sahagún). (Veáse Códice N° 3).
Xocbimanque, hacían fiesta a su diosa lla­
Eran varías las fiestas que se dedicaban
mada Coatlycue, y por otro nombre: Coa-
al «Dios de las Aguas» Tlaloc, como bene­
tlantona. El dios Tlaloc era honrado de
aquellos que vivían a la orilla del mar......... factor de las siembras y de las próvidas
“Los dueños de los cautivos, con todos los cosechas, pero citaremos aquí las principales
de su casa, hacían penitencia veinte días, que coinciden, aún ahora, con muchas fiestas
y después convidaban a todos los parientes de nuestros indios.

KALENDAS - Veytocoztli - 4o. MES


(Gran Velada)
Este mes comenzaba el 21 de Abril. coati, y allí delante de ella hacían escara­
“Al cuarto mes llamaban Veytocoztli, muzas a manera de pelea, y todas las mu­
(según Clavijero, Huytozoztli). En el primer chachas llevaban a cuestas mazorcas de maíz
día de este mes, hacían fiesta a honra del del año pasado, e iban en procesión a pre­
dios llamado Cintecutl, que le tenían por sentarlas a la dicha diosa, y llevábanlas otra
«Dios de los Maíces»; a honra de éste ayu­ vez a su casa como cosa bendita, y de allí
naban cuatro días antes de la fiesta. En esta tomaban la semilla para sembrar el año ve­
fiesta ponían espadañas a las puertas de las nidero, y también poníanlo por corazón de
casas, y las ensangrentaban con sangre de los troxes por estar bendita. Hacían de masa,
las orejas y de las espinillas. Los nobles y que llaman «tzoalli», la imagen de esta diosa
los ricos, además de las espadañas, enrama­ en el patio de su Cú, y delante de ella ofre­
ban sus casas con unos ramos que llamaban cían todo género de maíz, iodo género de frisóles
acxoátl; también enramaban a sus dioses, y iodo género de chián, porque decían que ella
a los que cada uno tenía en su casa, y les era la autora y dadora de aquellas cosas, que
ponían flores. Después de ésto iban por los son mantenimientos para vivir las gentes.
maizales, y traían cañas de maíz (que aún Según relaciones de algunos, los niños que
estaba pequeño) y componíanlas con flores, mataban, juntábanlos en el primer mes, com­
e íbanlas a poner delante de sus dioses a la prándolos a sus madres, e íbanlos matando en
casa que llamaban «calpulli», y también po­ todas las fiestas siguientes, hasta que las aguas
nían comida delante de ellos. Después iban comenzaban de veras, y así mataban algunos
al Cú de la diosa que llamaban Chicóme- en el primer mes llamado Cuavitleloa, y otros
en el segundo llamado Tlacaxipeoaliztli, y manera, que basta que comenzaban las aguas
otros en el tercero llamado Tozoztontlí, y abundosamente, en todas las fiestas sacrifica­
otros en el cuarto llamado Veytocoztli; de ban niños”. (Sahagún). (Véase Códice Ns 4).

KALENDAS — Toxcatl — Soga — 5o. MES


Al Dios «TEZCATLIPOCA»
Eran sus signos: «Cemiquiztli» y «Cemaliinalli».
Al quinto mes llamaban «Toxcatl». (Este y criadas para ésto, con las cuales todos los
mes comenzaba según Clavijero el 17 de Mayo). días tenía conversación carnal, y mudábanle
El primer día de este mes hacían gran fiesta el traje cuando le daban estas mozas; cortá­
a honra del dios llamado «Titlacoa», y por banle los cabellos como capitán, y dábanle
otro nombre «Tezcatlipoca»; a éste tenían por otros atavíos más galanes. Cinco días antes
Dios de los Dioses, a su honra mataban en que muriese hacíanle fiestas y banquetes en
su fiesta un mancebo escogido, que ninguna lugares frescos y amenos; acompañábanle mu­
tacha tuviese en su cuerpo, mantenido en chos principales. Llegado el día, llevábanle
todos los deleites por espacio de un año, a un Cú u oratorio que llamaban Tlacucb-
instruido en tañer, cantar y hablar. Esta calco y antes que llegase allí, en un lugar
fiesta era la principal de todas las fiestas; que llamaban Tlapituoaian, apartábanse las
era como Pascua, y caía cerca de la Pascua mujeres y dejábanle. Llegado al lugar donde
de Resurrección pocos días después; este le debían de matar, él mismo se subía por
mancebo, creado como está dicbo, era muy las gradas, y en cada, una de ellas bacía
bien dispuesto y escogido entre muchos, teoía pedazos una flauta de las con que andaba
los cabellos largos basta la cinta. tañendo todo el año. Y en seguida echá­
banle sobre el tajón, y sacábanle el corazón,
“Antes de morir, un año andaba por todo
tornando a descender el cuerpo abajo en pal­
el pueblo muy ataviado, con flores en la mano;
mas, haciendo otras muchas ceremonias en
saludaba a los que topaba graciosamente;
esta fiesta.” (Sahagún). (Véase Códice N° 5).
todos sabían que era la imagen de Tezcatli­
poca y se postraban delante de él. Veinte En otras fechas también hacían fiestas a
días antes que llegase esta fiesta daban a este Tezcatlipoca, y vamos a describir tres de las
mancebo cuatro mozas muy bien dispuestas principales, comenzando por las de sus signos.

EN EL SIGNO «CEMIQUIZTLI»

“En el signo que se llama «Cemiquiztli», ñores y principales, sino toda la gente a cuya
en la Primera Casa o sea el Calmecac, hacían noticia venía esta fiesta, y lo mismo se hacía
gran fiesta los señores y principales, a Tez­ en los calpules, y en todos los Cúes. Todos
catlipoca, que era el «Gran Dios»; y decían oraban y demandaban a este dios que les
que éste era su signo. Como todos los indios hiciese mercedes, pues que él era todopode­
tenían sus oratorios en sus casas donde tenían roso. Todos incensariaban al dios con copa llí
la imagen de este dios y de muchos otros, en que quemaban en sus incensarios de barro
este día componían esta imagen y ofrecíanla como vasos agujerados y muy labrados que
perfumes, y flores, y comida, y sacrificaban ellos llamaban temaitl; llevaban también co­
codornices delante de ella, arrancándoles las pal de todas maneras; e iba precediendo en
cabezas. Esto no solamente lo hacían los se­ las ceremonias del servicio de aquel Dios.”

EN EL SIGNO «CEMALLINALLI»
“En el signo que llamaban «Cemaliinalli», bendijese, y le hiciese multiplicar su hacienda;
hacían gran fiesta en la Segunda Casa llama­ y cuando ésto acontecía, teníala y no la quería
da Umecoatl, porque decían que este signo dejar. El que quería dejar esta imagen espera­
era el de Tezcatlipoca. En esta fiesta bacía ba basta que otra vez reinase el signo mismo,
la imagen de Omacatl, y alguno que tenía entonces la llevaba adonde la había tomado.”
devoción, llevábala a su casa para que le (Véase Códice N2 5).
5o. mes. — KALENDA — TOXCATL — (Soga). A este mes le flamabán
TOXCATL, en él hacían fiesta en honor al dios «TEZCATLIPOCA», que
quiere decir «ESPEJO HUMEADOR».
(Code* Magliabeccbiano XIII, 3),
6
(Leyenda del Códice). con guirnaldas de rosas. A él son dedicados
los Teucales, que ellos llaman: Tlacucbcalcatl.
“Esta fiesta se llamaba entre los indios: De las fiestas dedicadas a Tezcatlipoca,
Míchailhuitl, que quiere decir: «Fiesta de quedan como reminiscencias «Las Fiestas a la
Luna Nueva», en la cual se llevan a efecto
Muertos», porque en ella se celebra a los
las podas de las plantas y árboles para mejor
niños muertos.
resultado de la florescencia. En algunos
“Al dios que en ella se festejara era: pueblos indígenas, las ramas podadas y flores
Títlacibuan, que quiere decir: «De Quien las emplean para hacer sartales y adornar los
Somos Esclavos». Es el mismo que llaman: altares del culto católico y las imágenes de
Tezcatlipoca, que quiere decir: «Espejo Hu= sus ranchos. En la «Luna Nueva», muchos
meador», y otros llaman también a la fiesta: hacen veladas con canciones de acordeón y
Moxuchimaca, porque al dios lo adornaban guitarras, tamales y chicha.

KALENDAS - Etzacualiztli - A Tlaloc - 6o. MES


(Comida de Buñuelos)

“Al sexto mes llamaban Etzacualiztli; en derecha un incensario, temaitl, con copal,
■el primer día de este mes (corresponde al que es hecho de barro cocido a manera de
primero de Julio), hacían fiesta al «Dios de la cazo o sarteneja. De este modo aderezados
Ll uvía» Tlaloc”. (Sahagún). salíanse al patío del Cú, y puestos en medio
activaban el fuego del incensario e incensa­
Es el día de «Ce-quialhuítl» en el Tona- ban hacia las cuatro partes del mundo. Y
lámatl; día del dios Tlaloc. “A honra de luego comenzaba la ofrenda de todos los sa­
este dios ayunaban los sacerdotes del «Dios cerdotes y ministros, y con una navajita de
de la Lluvia», cuatro días antes de llegar a pedernal o de obsidiana se cortaban las ore­
su fiesta, que son los cuatro días postreros jas, y con la sangre que de ellas salía se
del mes quinto. Para la celebración de esta ensangrentaban los rostros. Hecho esto, luego
fiesta los sátrapas de los ídolos sus ministros, todos los sátrapas y ministros de los ídolos
iban por juncias a Citlaltepec, que se hacen iban a bañarse por mucho frío que hiciese,
muy grandes y muy hermosas en una agua e iban tañendo caracoles marinos, y unos
<jue se llama temílco; de allí las traían a chiflos hechos de barro cocido. Iba delante
México para adornar los Cúes......... un sátrapa con su incensario, y un sonajero,
“En llegando con las juncias al Cú, luego continuando la procesión de todos los minis­
las cocían y componían, contrapuestas lo blan­ tros y sacerdotes. Cuatro ministros se que­
co con lo verde a manera de mantas pinta­ daban en el Calmecac, cantando y tañendo
das, o esteras. Llegado el ayuno, todos los atabales, cuernos y sonajas, en honor a sus
sátrapas y ministros de los ídolos, se reco­ dioses. Llegados los sátrapas al agua donde
gían dentro del Calmecac, en sus retrai­ habían de bañarse, se desnudaban, y estando
mientos: encerrábanse en este lugar los que así, comenzaba a hablar uno de ellos que se
llamaban Tlamacaztequíoaque, que quiere llamaba Chalchíuquacuilli y decía: “Coatí
■decir: “Sátrapas que ya Habían Hecho Arañas icomocaian, amoiotl, incaoacayan; afapalcafly=
en la Guerra”. Acudían también a los oficios nechiccana caianazfapilquecueflacaian , que quie­
de los Cúes, los Tlamacazquecuicanime, que re decir: “Este es lugar de culebras, lugar de
quiere decir: «Los Sátrapas Cantores». Des­ mosquitos, lugar de patos y lugar de juncias .
pués tendían alrededor de los hogares aque­ En acabando de decir esto el satrapa, todos los
llas mantas de juncias blancas y verdes. otros se arrojaban en el agua, y comenzaban
Después de haberlos tendido, luego se ade­ a hacer gran estruendo en chapoleo con los
rezaban los sátrapas de los ídolos para hacer pies y las manos, y a bocear y gritar y a
sus oficios: vestíanse una xaqueta que ellos contrahacer las aves de la agua, unos a las
llamaban xicolii de tela pintada y poníanse ánades, otros a las aves llamadas «pípitzti»,
en la mano izquierda un manípulo a la manera otros a los cuervos marinos, y otros a las
de los que usan los sacerdotes de la Iglesia, garzas. Aquellas palabras del satrapa, parece
-que ellos llaman matacaxtli y en la mano que eran invocaciones del demonio para ha­
blar aquellos lenguajes de aves en el agua. El abate Brasseur de Bourgbourg viene
En acabándose de bañar, tomaban sus alhajas a reforzar estos datos en su relación que
que habían traído y volvían a su monasterio hace de «Un Viaje a los Estados de San Sal­
desnudos, y tañendo con sus pitos y caraco- vador y Guatemala» en la revista «Anales
les, y en llegando al Calmecac echábanse de la Sociedad de Geografía e Historia» de
todos sobre aquellos petates de juncias ver­ Guatemala, Tomo I, de Enero de 1925, pagi-
des, y cubríanse con sus mantas para dormir. gina 203. Dice así: “El Lago de Xilopango
Al despertar se aderezaba el sátrapa de los (así como las otras fuentes de su género, tan
ídolos con sus ornamentos, tomaba el incen­ numerosas al pie de los volcanes) había sido
sario y hacía la ofrenda. En seguida comen­ consagrado primitivamente a los «Genios de las
zaba el mitote o areyto y cantando bailaban Aguas». La antigua nación de los toltecas,
regocijándose. Y decían en sus cantarejos: cuyos restos se dispersaron en el duodécima
“Si no me das el maíz, agujerarte hé la casa ; siglo, por diversas regiones, había llevado alia,
esto iban cantando de casa en casa a las con su civilización, las numerosas divinida­
puertas, y el dueño de ellas, luego les daba des a las cuales rendían un culto supersti­
una escudilla de aquel alimento. Al salir el cioso”. En otro párrafo dice: “...la tradición
sol aparejábanse los sátrapas con sus orna­ supersticiosa de los indios reviste de un mis­
mentos; cada uno incensaba, tomaban las cor= terioso terror, la gruta donde la «Diosa de
netas y los caracoles, y luego en solemne Aguas» viene a pedirles cada año un sacri­
procesión llevaban a los cautivos, hasta la ficio humano. Yo he oído durante mi per­
orilla del agua donde los habían de zambu­ manencia en Gentro América los maravillosos,
llir, la cual llamaban: toteco. En seguida romances de que se compone la leyenda po­
ahogaban uno o dos mancebos como ofrenda pular, con el mismo cuidado que las tradicio­
al dios Tlaloc. En haciendo esto volvían nes históricas de que abundan aquellos países .
todos al Cú, y delante de todos el sátrapa Reconstruyendo los datos recogidos de las
de Tlaloc, ataviado con carantoña (máscara del fiestas que hacían al «Señor de las Aguas»,
sátrapa de Tlaloc), seguíanle todos los minis­ (Tlaloc era el dios, lo demuestran también in­
tros y sacerdotes hablando como quien reza, numerables ejemplares de la Arqueología en
basta llegar al Cú. Luego se sentaban y a la nuestro país, con representaciones diversas
noche comenzaba la fiesta, tocaban sus teponaz- del dios colmilludo o Tlaloc, «Dios de las
ties, sus caracoles, y los otros instrumentos mu­ Aguas»), haremos una descripción atinada,,
sicales sobre el Cú de Tlaloc. De todos estos sin extendernos al campo de la fantasía.
instrumentos se hacía una música muy festiva, A la orilla del mar, en la costa perfumada
y hacían velar toda aquella noche a los cauti­ por los balsamares y primorosamente arrullada,
vos que iban a sacrificar al día siguiente. Y por las ondas del Pacífico, se levanta una ca­
ofrendaban los corazones y la sangre al dios dena de ceñudas rocas que desafían la bra­
Tlaloc.” (Sahagún). (Véase Códice N2 6). vura de los elementos, entre los primitivos
Hemos querido transcribir íntegras las pueblos de Mizata y Jicalapa. En este lugar
Icalendas de las fiestas dedicadas a Ualoc y se encuentran los peñascos más grandes y que
otros dioses que describe Sahagún, pues en servían de templos, altares y teocallís en los
muchos puntos hay gran analogía con las rituales precoloniales a los sacerdotes indios
mismas tradiciones de nuestros indios, que en las fiestas a Tlaloc. La tradición asi lo
hemos recogido de labios de viejos aboríge­ cuenta con un acento rancio, arcaico.
nes en nuestro territorio. En un extremo, el gigantesco peñón de
Los indios me contaban allá en la Costa Texcicío y en la parte central de la Costa
del Bálsamo, que sus abuelos decían que en Balsamera, el hierático y altanero peñón de
ciertas épocas del año, hacían en tiempos Omicoyot, roca negra, que se levanta coma
muy lejanos, grandes fiestas al «Señor de las un templo desafiando al mar y al tiempo, con
Aguas», en las cuales mataban gente (los su gesto eterno que evoca la tradición más
sacrificios) para atraer el beneficio de las honda de los pipiles costeros, y que aroma
lluvias; y que aún cuando llegaron los «cas- todavía el perfume de los balsamares. Yacen
tillan» (los españoles), a escondidas de noche allí secretos de un grandioso pasado, pero
continuaron en sus prácticas en un adorato­ ahora sólo queda el mar, ciñendo la abrupta
rio o templo que había en el Peñón de serranía con su collar de vidrio, que refresca,
Omicoyot en la Costa Balsamera. lo olvidado...
6o. mes — KALENDA — ETZACUALIZTLI — (Comida de Buñuelos). A esta fiesta se llamaba ETZA­
CUALIZTLI, y en ella se honraba a «TLALOC», Dios de la Lluvia, y a «QUETZALCOATL», que quiere
decir Culebra de Pluma Rica, que era pariente de «TLALOC».
( Codex Magliabecchiano Xlll, 3).
En la kalenda indígena, era el 10 de Julio fé, subrayando las plegarias cantadas. Sona­
cuando se celebraba la gran fiesta al «Dios ban también (dicen los viejos indios) en
de las Tempestades y las Lluvias» Tlaloc. aquella época, en el momento preciso de la
Todos los pueblos de la Costa del Bálsamo gran ceremonia, las flautas del sacrificio, lla­
se preparaban y aprontaban su presencia para madas: tecoaliztli (tecoa, quiere decir: sacri­
la solemne fiesta a Tlaloc. Llegaban basta ficio). A uno y otro lado del peñón de
allí, al Peñón de Omicoyot, los indios de Omicoyot, se colocaban las encargadas de
Mizata, Cuísnahuat, Tepecoyo, Tamanique, llevar a cabo la danza sagrada del copal-pom
Chiltiúpan, Jicalapa, Teotepeque, Izalco y Na- o «Danza del Incienso»; a estas encargadas o
buizalco, llegando también hasta los más leja­ vestales, nuestros pipiles las llamaban: te-
nos de Guacotecti y los lencas del Oriente, nancín. Abajo del peñón, en medio de los
con los nobles del antiguo Nequepio, que en­ que danzaban y de los «Sátrapas Cantores»,
viaban sus peregrinos y mujeres más bellas. tenían su puesto los músicos con sus instru­
Las doncellas antes de casarse exigían a sus mentos del ritual: atabales, cuernos, caracoles,
prometidos el formal compromiso de llevarlas flautas y tepunahuastes.
a la fiesta de Tlaloc. Se designaban a esos pitos o flautas (que
algunas eran de barro o de piedra), con di­
De todos los lugares de nuestro territorio
versos nombres y que a la vez sonaban de
llegaban en caravanas los diferentes grupos
diferente modo: flautas teycoquiliztli (teyco,
de razas que entonces había en el territorio
quiere decir rito), de las flautas mitoteras o
de Cuzcatlán. La hormigueante muchedum­
areytíanas (de mitote y areyto), llamadas dac­
bre oprimíase en las lomerías y laderas en
tilicas, y los chichitli. Todos los danzarines
torno al templo de Omicoyot, en donde esta-
del mitote y areyto, llevaban sonajas ayacachtlí
ba el altar del «Dios de las Tempestades»,
y tzicahuaztli (aún ahora en sus bailes las
para presenciar el sacrificio de las adolescen­
llevan), y las mujeres llevaban flores ama­
tes víctimas, implorando el «Agua Buena»
rillas de cempualxuchitl.
para las siembras, y el término de algún
gran infortunio. El gran sacerdote o Leutectlí, vestía los
ornamentos que correspondían al dios que
Aún ahora, en ignorada noche del año,
servía, y llamábanle: Tlaloctlamacazqui o «Su­
llevan allí los indios, preces y ofrendas raras
mo Sacerdote de Tlaloc».
y van a recabar dones en pro del natural...
En la cúspide del peñón de Omicoyot
Allí se reunían todos caciques y princi­
estaba el templo, y en lo más alto se levan­
pales, presidiendo la fiesta el cacique del an­
taba el apetlactet, en donde se erguía la
tiguo Señorío de Nequepio y después el de
efigie de piedra del dios Tlaloc, mirando ha­
'Cuscatlán. Este, llegaba rodeado del Gran
cia el cénit, bañando a la multitud de recuer­
Consejo de los Ocho Nobles, y en su pre­
dos místicos, que fanática, quemábale allí aro­
sencia llevaban a los adolescentes a la orilla
mas de copal, implorando benevolencia como
del mar, al concurso de pruebas, que consis­
al «Señor de la Lluvia Buena».
tía en disparar piedras para embravecer ai
mar, o aventajar distancias, elegir caracoles El mar, que respondía a todas sus espe­
rumorosos o hacer cabrilleos de efebo en la ranzas, quebrantaba su turbulenta ira ante
ola dorada, y entonces recibían el bautismo el fuerte promontorio rocalloso, y al estallar,
-de hombres, quedando, después de la cere­ temblando y trémulo en sus ondas se agita,
monia, listos para el engendro. retirándose con un sollozo histérico de espu­
mas. Aquella serranía cóncava y salvaje, pre­
Los sacerdotes y vestales sacudían frené­
ticos los rojos temaitl con pom sagrado, in- senta su regazo al bravo mar, quien se acerca
censariando la imagen de su dios Tlaloc, y cantando tumultuoso en olas gigantescas y en
los Tlamacasquecuicanima o «Sátrapas Canto­ el acantilado, se azotan, se abaten, se estre­
llan con rumor de chasquido y de lamento,
res», entonaban himnos alusivos al acto; mien­
y en un palio de encajes y de espumas, los
tras la multitud entonaba el Cuextecaiutl,
«Dioses del Azul y de las Aguas» se querellan
danzando en seguida el enardecido són lla­
en un areyto de reflejos cristalinos.
mado Cueccuechtli. Sonaban las flautas
mitoteras, y las mijtutiat-ciguat encargadas En este mismo lugar, ahora, se llevan a
-del areyto o mitote, que al compás de los cabo las solemnes fiestas de Santa Ursula
^ritmos de la raza, danzaban con devoción y de Jicalapa, imagen de piedra, que dicen que
apareció allí milagrosamente para derrotar por tante que determina la cualidad del pensa­
completo los tradicionales ritos que hacían a miento arcaico de sus ritos.
Tlaloc. La imagen de Santa Ursula está en El vivir del indio es duro, el de la roca
el mismo lugar en donde antiguamente se también; el aire que le rodea es ardiente,
llevaban a cabo las fiestas del «Señor de las tajeante; el sol, fogaza en combustión, y la
Aguas». De todas partes llegaban antaño roca resistiéndolo todo..., es la que manda.
como ahora las tribus, silenciosamente, en mu­ Es pasiva y pacífica, como el indio. Y terri­
da contemplación, tendiendo la mirada hacía ble en su perdurable identidad y su inmu­
el violento panorama de las rocas y el mar... tabilidad invariable. Y el indio, así también
Allí estaba su £é, frente a la eterna ju­ como la roca, es de piedra. Ni se mueve
ventud de aquel mar, y la defendía de las ni se doblega, su cuerpo es duro y vertical.
contaminaciones del pueblo. Esa emoción que Y hay algo eterno en ellos como la roca. Y
les producía el cielo azul y el mar inmenso allí, sobre el lomo erizado de escamas de
desde los picachos de las rocas, les revelaba aquella serpiente de obsidiana, tenía lugar
el alma de los horizontes y daba a su ima­ el ritual más trascendente de los pipiles pre-
ginación una fuerza sensual, producto de hispánicos. (f)
aquella aguada envuelta en verdor de esme­
(1) Me contaba don Antonio Sol, quien fué dueño de la
raldas y pujanza tropical. propiedad llamada «La Perla», en donde está el Peñón de
Omicoyot, que un antiguo propietario de dicha hacienda habia
Aquella eminencia pétrea que se prolonga encontrado una efigie de Tlaloc esculpida en piedra en dicho
a la orilla del mar, es, así mismo, motivo de lugar, y en los bajos de la roca se encuentran unos bajo-relieves
adoración para los indios costeros. Aquel que representan indios o dioses en actitud hieràtica, los cuales
se encuentran en los laterales en una especie de callejón o cueva.
silencio inmóvil del acantilado, era su padre Me contaba también que el Peñón fué un antigua adoratorio
y su destino. La roca es el elemento cons- indígena.

KALENDAS — Tecuilhiutonlti o Tecuilhuitzíntli — 7o. MES


(Fiesta Menor de Caballeros)

Este mes, según Clavijero, empezaba el llevaban en las manos, la una por el un cabo
26 de Junio. y la otra por el otro. A estas cuerdas llama-
“Al séptimo mes llamaba Tecuilhiutontli ban xochímecatl; llevaban todas guirnaldas de
o Tecuilhuitzíntli. En el primer día de este asensios de esta tierra, que se llama iztahyatl;.
mes, hacían fiesta a la «Diosa de la Sal», que guiábanlas unos viejos y regían al canto; en
llamaban Vixtecioatl; decían que era hermana medio de ellas iba la mujer que era la ima­
mayor de los dioses Tlaloques, y mataban a gen de esta diosa, que había de morir, ade­
honra de esta diosa una mujer compuesta con rezada con ricos ornamentos”. (Sahagún).
los ornamentos que pintaban a la misma diosa. Aquí entre nuestros indios se ha perdida
En la vigilia de esta fiesta cantaban y danza­ la tradición de esta fiesta, no quedando ni
ban todas las mujeres, viejas y mozas y mucha­ un vestigio como recuerdo o reminiscencia
chas, y aún asidas de unas cuerdas cortas que lej ana de la «Fiesta Menor de Caballeros».

KALENDAS - Veytecuilhuitl - 8o. MES


(Gran Fiesta de Caballeros)

Este mes comenzaba el 16 de Julio. de esta diosa. Mataban a una mujer, a diez
“Al octavo mes llamaban: Veytecuilhuitl. días de este mes, compuesta con los orna­
En el primer día de este mes hacían fiesta a la mentos con que pintaban a la misma diosa.
diosa llamada Xilonem, «Diosa de los Xilotes» Luego, muy de mañana, dábanles a beber
(mazorca tierna de maíz). En esta fiesta daban una manera de mazamorra que llaman chiam-
de comer a los hombres y mujeres, a los po­ pinolli; cada uno bebía cuanto quería y al
bres, viejos y viejas, niños y niñas, a honra medio día poníanlos todos por orden en sus
To. mes. - KALENDA - TECUILHUITONTLI o TECUILHUITL o TECUILHUITZINTLI - (Fiesta Menor de Caballeros). - A esta
tiesta llamaban «TECUILHUITL», en la cual llevaban los mancebos en los hombros al dios, vestido como papagayo, y en un
carro enforrado de hojas y cañas de maíz, tañendo flautas y otros diversos instrumentos delante del dios que se llamaba:
«TLACOPILLI» que quiere decir: «PRECIADO SEÑOR».
ringleras sentados y dábanles tamales. Todos ilacatziubqui, otras cacamolíubqui, otras tixtz-
estos ocho días bailaban y danzaban, bacien- calotl, otras petztic, todas muy labradas; y los
do areyto los hombres y mujeres todos juntos, vipiles, unas llevaban los que llaman qua-
todos muy ataviados con ricas vestiduras y pachpipílcac, otras pocuipillí, otras cacallo,
joyas; las mujeres traían los cabellos sueltos otras mimicbcbo y otros blancos sin ninguna
y bailaban con los hombres. En este baile labor. Los hombres también andaban muy
o areyto andaban trabados de las manos o ataviados: traían una manta de algodón rala
abrazados: el brazo del uno asido del cuerpo como red; traían estas mantas bordadas con
como abrazado, y el otro así mismo del otro, caracolitos blancos; estas mantas bordadas
hombres y mujeres. Un día antes las muje­ de este modo, se llamaban: nocbpalcucchintli
res que servían en el Cú, y que se llamaban y las llevaban sólo los valientes y nobles.
cibuatlamacazque, hacían areyto en el patio Todos llevaban orejeras: los del pueblo, de
del mismo Cú, y cantaban los loores y can­ materia pobre, y los nobles llevaban orejeras
tares de la diosa Xílonem, a honra de la cual de cobre con unos pinjanos (piezas de oro
mataban una mujer; iban todos rodeando a colgando), y los bezotes llevaban conforme
la que había de morir, que iba compuesta a las orejeras. Los bezotes eran como un
con los ornamentos de esta diosa, y en seguida círculo, y estaban hechos de conchas de ostras
todos los hombres bailaban con ésta que iba de mar. Todos los valientes llevaban colla­
a morir, y con otras que la acompañarían en res de cuero, y de ellos colgaban unas bor­
la muerte. Los hombres iban por sí bailando las a manera de flores grandes, de las cuales
delante y las mujeres iban detrás de ellos. colgaban unos caracolitos blancos en cantidad;
Todos así bailando llegaban al Cú, subíanla otros llevaban unas conchas mariscas colga­
por las gradas arriba, y llegada allí, tomábala das al cuello, a esto llamaban quaquacbicti
uno a cuestas, espaldas con espaldas, y es­ y otros otomin. Algunos llevaban atados al
tando así le sacaban el corazón, y le ofre­ pie izquierdo pescuños de ciervos, atados con
cían al sol ’. unas correas de lo mismo delgadas. Los que
Este mes comenzaba el 16 de Julio, según danzaban unos iban asidos por las manos,
Clavijero, o sea la «Fiesta de los Señores», otros echaban los brazos a su compañero
abrazándole por la cintura; mas todos lleva­
llamada Tecuilbuítl.
ban un buen compás en el alzar del pie, y
Los hombres llevaban en una anda ador­ en el echar el paso adelante, en el volver
nada de cañas de maíz floreadas sobre sus atrás, y en el hacer de las vueltas”. (Según
hombros y encima al dios vestido como pa­ Betancourt este baile se llamaba Cuecuechtli;
pagayo, llevando en la mano un cetro de se hacía puestos los brazos en los hombros
plumas. Delante iban otros tañendo flautas de otros, con mil deshonestidades).
y caracoles. El dios que festejaban se lla­ “Danzaban basta bien noche; en cesando,
maba Tlacopilli, que quiere decir: «Preciado el que tañía el atambor y teponaztli, luego
Señor» y el cetro se llamaba yolotopítl, que todos se paraban y se iban a sus casas.
quiere decir: «Corazón para el Dios”. (Véase Las mujeres también llevaban emplumadas
Códice N° 7). las piernas y los brazos con plumas colora­
“Todos tomaban el chiampinolli, brebaje das, las caras teñidas de amarillo desde la
mezclado con cbian, con unas escudillas que barba basta la nariz y las quijadas, y las
llaman tizoapanqui, se sentaban y comenzaban frentes de color coloradas; llevaban todas
a parlar los unos con los otros, y tenían guirnaldas de flores amarillas que se llaman
gran chacota; y las sobras se las daban a cempoalxuchítl, y sartales de lo mismo; iban
sus hijuelos. Después comían todos los ta­ todas juntas rodeando a Xilonem que había
males que les daban, y enseguida comenzaba de morir, iban cantando y bailando; a las
con toda solemnidad el areyto: salían los canto­ mujeres íbanlas tañendo un pequeño tepo­
res de las casas que eran sus aposentos can­ naztli, que no tenía más que una lengua en­
tando y bailando de dos en dos los hombres, cima y la otra debajo, y en la de abajo
y en medio de cada dos de ellos, una mujer, llevaban colgada una jicara en que suelen
asidos de las manos entre sí. Las mujeres beber agua, y así suena mucho más que los
iban ataviadas con ricos vipiles, y enaguas que tienen dos lenguas en la parte de arriba
labradas de diversas labores y muy costosas. y ninguna abajo. A este pequeño teponaztli
Unas llevaban naguas que llaman iollo, otras llamaban tecomapiloa, llevábale uno debajo
del sobaco, tañéndole, por ser de esta manera «atoladas». En ya lejanos años, estas «ato­
hecho. Los hombres iban delante bailando ladas» eran verdaderas ceremonias que con­
trabados unos de otros y culebreando. Los servaban muchos de los antiguos rituales de
ministros iban también bailando, e iban ta= la raza tolteca: ahora, sin embargo, persisten
ñendo sus cornetas y caracoles, y cuando los ciertas reminiscencias de aquellas antiguas
sátrapas o teupixqui hacían vuelta delante costumbres.
de la diosa Xilonem, sembraban incienso por En San Antonio Abad, en Enero, cuando
donde iban a pasar, y el sátrapa que había celebran la fiesta del Patrono, presencié yo
de matar a aquella mujer, iba con sus orna- algo que me hizo recordar la kalenda de
mentos y a cuestas llevaba un plumaje que Sahagún en la fiesta de Veytecuilhuitl: en el
salía de entre las uñas de un águila hechiza rancho indígena de la cofradía de San An­
y otro sátrapa llevaba delante la tabla de las tonio Abad se hacían los preparativos para
sonajas y mientras subía la mujer al Cú, la Mayordomía del pueblo; bajo el alero del
sonaba delante de ella la sonaja, haciendo rancho, en fila, habían doce piedras de moler
mucho ruido a la sonaja llamada chicahuaztli (metatl), en las cuales quebraban el nishtamal
y la levantaban en alto delante de ella, y doce mujeres indias de San Antonio, fuer­
otros incensaban con copal. Y después sa­ tes y risueñas. A éstas les llaman las te-
crificaban a la diosa, y así terminaba la fiesta nancin o muchachas encargadas de servir.
y comenzaban a irse a sus casas levantando Ellas preparaban la masa para hacer los ta­
mucho polvo con los píes y sacudiendo sus males de maíz, y otras molían granos de elotes
mantas. Así tenía fin la fiesta llamada Vey­ tiernos para el atol de elote y tamales cola-
tecuilhuitl”. (Sahagún). (Véase Códice NS 8). ditos de elote.
Siendo que el maíz fué descubierto en Al patio de la cofradía, llegaron más
Centro América, es de suponerse que los tarde los mayordomos, el prioste y demás
rituales del maíz y a la diosa de esta sagrada cofradías invitadas. Todos llevaban las in­
planta, nuestros pipiles hayan dedicado mag­ signias de la jerarquía a la cual pertenecían
nífico esplendor, y desde luego honraran con y el rango que poseían. En cuanto llegaron,
los mismos rituales a Xilonem, en la fiesta después de recibirlos con gran estruendo de
llamada Veytecuilhuitl. cohetes y bombas, salieron los cofrades y
Los pipiles de toda la región de los izalcos, capitanas de San Antonio a encontrarlos,
lo mismo que los nonoalcos y los de Pan- éllos también con sus insignias. Después las
chimalc.o, así como los lencas de la región tenancin se multiplicaron obsequiándoles con
oriental de nuestro Cuzcatlán, han conser­ sendos huacales de chicha, y otras con jica­
vado restos del esplendor que antiguamente ras de espumoso pinollí y tixfe, bebidas he­
revistieron las fiestas del maíz. chas de maíz y cacao; otras obsequiaban
Me contaba mi abuela que su madre le huacales con chilate, nuégados y buñuelos
decía que nuestros indios antiguamente cele­ de masa. Después prepararon una larga mesa,
braban regios festivales en la época en que tomando asiento todas las cofradías, a las
se cortaban los elotes. Ln esas fiestas sa­ que les fueron sirviendo perfumado chocolate
caban una anda en que iba una india adorna­ en tasas bolas, y luego se presentaron las
da con ramas de milpa y con elotes; delante tenancin con el ceremonioso porte. El porte
de ella, otras indias llevaban la imagen de consiste en un inmenso canasto del que cuel­
un ídolo hecho de masa de maíz, y toda la gan las puntas del mantel indio, y dentro
procesión bailaba acompañada de pitos y tam­ llevan, para obsequiar a sus invitados, inmen­
bores, con sacabuches y charrascas. Esta fiesta sa variedad de pan dulce, pero hecho todo
era de las más típicas y primitivas allá por de maíz: salpores de maíz, quesadillas de maíz,
la tierra de los izalcos. torta de maíz, etc., y las típicas elotascas,
Muchas y pintorescas son las fiestas aún con toda clase de tamales. Las cofradías tie­
hoy día, con motivo de los primeros elotes nen la obligación de comer de todo y aca­
en muchos lugares, no sólo en los pueblos bárselo todo, pues de lo contrario sería mo­
indígenas, sino en el campesinado y pueblos tivo de resentimiento para los anfitriones.
de ladinos en toda nuestra República. Pasado el banquete, comienza el baile, y
De todos es bien conocido el esplendor los que no bailan se ponen en cuclillas sabo­
que antes y aún ahora revisten las clásicas reando un buen puro. Antes de terminar
8o. mes. - KALENDA - VEYTECUkHUITL - (Gran Fiesta de Ca­
balleros). - Así llamaban entre los indios a esta fiesta, y al dios a
quien honraban en ella se llamaba UZTOCIHUATL o también la llama­
ban «XILONEM» que quiere decir «DIOSA DE LOS XILOTES» o ma­
zorca de maíz tierno, ofreciendo elotes delante del dios en esta fiesta.
la fiesta, sacan la imagen al patio, y todos A esta fiesta podríamos llamar muy ade­
los convidados desfilan para Lacer la ofrenda: cuadamente la fiesta de Veytecuilhuitl, o sea la
limosna, gallinas, chompipes, terneras, etc., «Fiesta del Maíz», y al mismo tiempo la «Fiesta
mientras al lado de la imagen las tenancin de los Caballeros», (los caballeros cofrades).
sacuden airosamente los incensarios con pom Nuestros indios tenían muchas fechas y
y copal. Después se despiden con una cere­ meses, en que casi todas las fiestas eran para
monia llena de genuflexiones y saludos, con el maíz. Y había razón para ello, pues «La
el chocar de las insignias y palabras alusi­ Madre Milpa», es la que constituye todos
vas al acto. sus afanes.

KALENDAS — Tlaxochimaco — 9o. MES


(La Florescencia)

Celebrábase esta fiesta el 5 de Agosto. sátrapas de los ídolos componían con muchas
flores a Vítzilopucbtli, y después de com­
“Al noveno mes llamaban Tlaxochimaco.
puesta la estatua de este dios, componían las
Dos días antes recogían toda clase de flores
estatuas de los otros dioses con guirnaldas
de los campos. El primer día de este mes y sartales y collares de flores, y luego com­
hacían fiesta a honra del «Dios de la Guerra» ponían todas las otras estatuas de los calpules
llamado Vítzilopucbtli; ofrecíanle en ella las y telpuchcales, y en las casas de los calpix­
primeras flores de este año. La noche antes ques y principales, y macebuales, todos com­
de esta fiesta, ocupábanse todos de matar ponían las estatuas que tenían en sus casas
gallinas y perros para comer, en hacer tama­ con flores. Este dios tenía en su templo
les y otras cosas concernientes a la comida. un altar redondo que llamaban mumuztli”.
Luego de mañanita, al día de esta fiesta, los (Sahagún). (Véase Códice Ns 9).

KALENDAS — Xocohuefzi — 10o. MES


(Caída de la Fruta)
(Fiesta al «Dios del Fuego» XIUTECUTLI)

Este mes comenzaba en 25 de Agosto. En muchos lugares de Centro América,


“Al décimo mes llamaban: Xocohuetzi. todavía en tiempos después de la conquista,
En el primer día de este mes bacía fiesta al se efectuaban ceremonias y danzas alrededor
«Dios del Fuego» llamado: Xiutecutli o de un fogón, en donde repercutían con gran
Ybcocauhui”. (Sahagún). (Véase Códice N° 10). estruendo los tepunabuastes y los mil tam­
bores de pellejo. Cuenta la tradición que
Esta fiesta al «Dios del Fuego», se cele­
en esta danza (efectuada en altas horas de
braba en época prebispánica, tanto en México
la noche), era cuando castigaban a los que
como en Centro América, principalmente en
habían cometido algún delito quemándolos
todos los lugares hasta donde llegó la civili­
vivos, y también a los que caían prisioneros
zación tolteca y maya. en las guerras que tenían unas tribus con otras.
En México en esta fiesta echaban en el
Me contaba un amigo músico de Nicara­
fuego muchos esclavos vivos atados de píes
y manos, y antes que acabasen de morir los gua, que su padre en una región apartada
y montañosa había presenciado escondido una
sacaban arrastrando del fuego para sacarles
el corazón delante de la imagen de Xiutecutli. ceremonia de esas.
Le llamaban a la fiesta: Tlaxochimaco, y po­ Me contaba también una anciana indígena,
nían un árbol de veinticinco brazas, y cuando que en su pueblo, Asunción de Izalco, cuando
estaba levantado y adornado con todos sus retumbaba el volcán de Izalco (llamado «El Fa­
aparejos, en lo alto del árbol ponían en píe ro del Pacífico») sus paisanos se afligían llenán­
la imagen hecha de masa de aquel dios, que dose de temor, y decían: “que era la voz del
llamaban: Tzoalli. «Gran Señor del Volcán» o «Dios del Fuego»,
que avisaba que estaba bravo y pedía pre­ caso que me quedé fuertemente impresionada,
sentes.” Entonces se daban a la tarea de y después de una gran prédica que le eché,
buscar a un recién nacido, primogénito de le dije que buscara a Dios y le rogara para
matrimonio indio. Encontrado éste, lo lleva- que se acabaran esas costumbres bárbaras y
ban en peregrinación todos los del pueblo criminales.
indígena de Asunción de Izalco, yendo a la En el territorio de Cuzcatlán los indíge­
cabeza los padres con su hijo recién nacido, nas de Izalco y de todos los pueblos de la
y en procesión nocturna y silenciosa, iban a Costa del Bálsamo, practicaban ritos y cere­
ofrendar al infante al «Gran Señor del Volcán». monias al «Dios del Fuego». Estas ceremo­
Allí en una gruta o cueva que hay en el nias consistían (según tradición entre ellos),
propio lomo del volcán, depositaban al tierno en prender grandes fogones en lo alto de los
niño, dejándolo como ofrenda para calmar la cerros y peñascos, después se ponían a danzar
cólera del «Dios del Fuego». alrededor, hombres y mujeres, dando grandes
Pregunté a otro indio, que tiene muchos gritos (no sabemos sí de terror o de alegría),
años de trabajar como mozo en las construc­ alaridos acompañados del ritmo del tepuna-
ciones con mi marido, y me dijo: “Veya, osté huaste, el tambor, dos atahuales, caracoles,
no lo va crer, pero es cierto y todavía lo cuernos, conchas de tortugas, sacabuches y
hacen, pero con las precauciones del caso, pitos de caña. En esta fiesta echaban al fo­
porque si los ven se los llevan presos. Le gón como ofrendas: codornices, palomas, pa­
guá contar: cuando yo era cipote, alcancé a vos y patos, que después los sacaban y se los
conocer a mí bisabuelo, pues él vivió 124 años; repartían para comerlos. En seguida se ser­
se llamaba José Angel Blanco, indio puro, y vían sendos huacales de potente chicha y
mí abuelo y mi padre decían que tenía pauto también se repartían calabazas en miel (el
con el diablo; él tenía mucho pisto y yo lo clásico ayote en miel).
veía cuando sacaba en unos cueros a asoliar Aún ahora celebran una ceremonia más
el pisto, ¡puras bambas!, y figúrese, con ese sencilla, que llevan a cabo en la época de
pisto compraba cada mes un recién nacido las quemas o rozas, preparando la tierra para
y lo llevaba de presente al volcán . la siembra de las milpas. Otra reminiscencia
—¿Y dónde echaba a la pobre criatura?, del antiguo festival del fuego, es una cere­
le pregunté. monia que se lleva a cabo en muchos pue­
blos de indígenas, cuando una pareja va a
—“Lo llevaba a una cueva como puerta celebrar la «mancornada» (el casamiento). Di­
grande de iglesia que hay en las faldas del
cha ceremonia consiste en poner un haz de
volcán, frente al cantón San Isidro. Yo ahora
leña en medio del patio frente al rancho de
ya grande fui una vez con otros muchachos, los futuras «mancornados», le pegan fuego,
y penetramos la gran puerta armados de ma­ y cuando empiezan a alzarse las llamas, ha­
chetes y con unos candiles, pues por dentro cen que la novia dé un salto sobre el fogón.
hay una gran calle que tiene como dos cua­ Si lo salva sin quemarse, dicen “que ha he­
dras y al final hay una especie de bajada cho honor al «Dios del Fuego y del Hogar»’ ;
precipitada por donde salen fuertes explosio­ después le toca al novio la misma prueba.
nes de azufre y fuego. La calle o callejón Muchas siguápiles (muchachas) no alcanzan
es bien oscuro y hay grandes cantidades de a dar el salto, cayendo sobre la hoguera y
murciélagos de tamaño poco común . saliendo medio chamuscadas; entonces el no­
—¿Y tu abuelo y tu padre no siguieron vio devuelve a los padres la palabra empe­
en esa bárbara costumbre? ñada y ya no se casa.
— “No, porque nosotros éramos cristianos, El fuego en el hogar del indio no falta,
y ni mi abuelo ni mi padre quisieron reno­ y cuando la familia regresa de las tareas del
var el contrato con el diablo. Mi abuelo trabajo, se reúnen todos alrededor del fogón
también murió de 122 años, y ya todos vivi­ del rancho, en cuclillas, silenciosos, y parece
mos muy pobres, pues el pisto del bisabuelo, como si estuvieran estáticos, orando, en muda
como era diabólico, con su muerte desapa­ contemplación del elemento que para todos
reció todo. es vida y calor.
Yo no sé hasta qué punto sea verdad Recuérdese que antiguamente, en época
todo lo que me contó el indio, pero es el muy lejana a la conquista, las tribus lleva-
9o. Mes. — KALENDA. — TLAXOCHIMACO. — (La Florescencia). — También
a esta fiesfa le llamaban «MICHAILHUITL», que quiere decir; «Fiesta de
Muertos», porque en ella se celebraba la Fiesta de los Niños Muertos y
bailaban con gran tristeza y sacrificaban niños. El dios que en ella se feste­
jaba era «TITLANCIHUAN», que quiere decir: «De Quien Somos Esclavos»;
es el mismo «TEZCATLIPOCA». También honraban a «VITZILOPUCHTLI»,
ofreciéndole las primeras flores. (Codejt Magliabeccbiano XIII. 3).
ban a cabo largas contiendas y guerras, pe­ go, haciendo una inmensa hoguera; alrededor
leándose por el precioso elemento del fuego. de ella se formaban en dos bandos los indios:
Y por eso revestía tanto esplendor e impor­ unos, llevaban hachones encendidos de ocote;
tancia «La Fiesta del Fuego Nuevo», pues y el otro bando, iba armado de garrotes para
los sacerdotes y vestales eran los encargados llevar a cabo una contienda, que consistía en
de mantener el «Fuego Sagrado», para que quitar, los que no tenían fuego, a los otros,
las tribus no perecieran por falta de él, basta que los toreaban con los hachones, medio que­
que llegaba la otra fiesta del próximo año, mándolos cuando se acercaban para arreba­
que vendría a renovar el «Fuego Nuevo de tarles el fuego. Pero a veces, los otros lo­
la Raza». graban quitárselo a fuerza de garrotazos y
Fn algunos lugares de la región lenca, estratagemas. Este baile fué prohibido por
antiguamente se celebraba un festival del fue­ las autoridades.

KALENDAS - Ochpanixfli - 11o. MES


(Aseado, Barrido)

Este mes comenzaba a 14 de Septiembre. La interpretación de este Códice, es el


mes en que preparaban la tierra para la siem­
“La diosa llamada: «Madre de los Dioses»,
bra del maíz; por eso a la diosa «Nuestra
era Centeotl, según Clavijero o «Cíveles», y
Abuela» la pintan con la escoba en la mano,
según otros, la llamaban: Tocí, que quiere
signo del mes Ocbpanixtlí, que quiere decir:
decir: «Nuestra Abuela»; así, pues, era: «Co­
«aseado, barrido». Por eso barría los cami­
razón de la Tierra» y «Nuestra Abuela».
nos a Quetzalcoatl en el mes en que hacen
“Cada año hacían una fiesta a esta diosa, las quemas y chapodas, barriendo la tierra
en la cual compraban a una mujer, y la com­ para las siembras; enseguida viene el arado
ponían con los ornamentos que eran propios trazando los surcos; el arado que va rayando
de esta diosa, como aparece en la pintura que y se hiende en la entraña de la Madre Tie­
es de su imagen, y todos los días de su fiesta rra; por eso a la diosa Centeotl o Tocí le
hacían con ella areyto y la regalaban mucho, llamaban: «Corazón de la Tierra». Así los
y convidaban con lo que había de comer, y indios divinizaban y honraban la entraña o
la rogaban que comiese como a gran señora; corazón de la tierra, para que ésta se diera
y estos días hacían delante de ella ardides en abundantes cosechas para los hombres
de guerra con vocería y regocijo, y daban de la raza.
dones a los guerreros que delante de ella
peleaban por hacerla placer y regocijo. Des­ Son muchos todavía los rituales y cere­
pués la sacrificaban con otras dos que la monias que nuestros indios efectúan en la
siembra del grano, y más adelante, cuando
acompañaban en la muerte. Tenía la diosa
bable de las costumbres y ritos de los izalcos,
en la cabeza una manta añudada; los cabos
del ñudo caían sobre las espaldas; en el podrán leer en el Capítulo que se refiere a
mismo ñudo estaba ingerido un plumaje, del «Los Rituales de la Siembra», que es cuando
cual salían unas plumas a manera de llamas; el indio pone más esmero y devoción.
estaban colgando hacia la parte trasera de la En este mes Ochpanixtlí o de las quemas,
cabeza; tenía vestido un vipilli; en la extre­ es llamativo e imponente el espectáculo, visto
midad de abajo tenía una cortapisa ancha y desde una altura, de multitud de hogueras y
arpada, que remataba en puntas o picos como ríos de fuego por las lomerías y montes.
sierra; las enaguas que tenía eran blancas; El panorama en ese tiempo se ennublece con
tenía sus «cotaras» o sandalias en los píes; en el humo de las quemas y el polvo de la tie­
la mano izquierda una rodela con una chapa de rra removida. Después, el paisaje con las
oro redonda en el medio; en la mano derecha primeras lluvias, reverdece, recobra vida y
tenía una escoba que es instrumento para color, presentando más tarde, el volcan y los
barrer.” (Sabagún). (Vease Códice NQ 11). cerros, sus alfombras y esteras de milpas
Esta diosa se encargaba de barrerle los que nos muestran el verde en todas sus to­
•caminos a Quetzalcoatl, «Dios de los Vientos» nalidades: ¡milagro de la primavera y bendi­
precursores de las lluvias. ción de las lluvias!
Cuzcatlán Típico

KALENDAS - Teotleco - 12o. MES


(Llegada de los Dioses)

Este mes comenzaba el 4 de Octubre. vigilia de este día, a la noche hacían encima
de un petate, de maíz hacinado, un montecí-
“Al duodécimo mes llamábanle: Teotleco,
lio muy tupido, de la forma de un hueso.
que quiere decir: la «Llegada de los Dioses».
En este montecíllo imprimían los dioses la
Celebraban esta fiesta a honra de todos los
pisada de un pie, en señal que habían llega­
dioses, porque decían que habían ido a algu­
do; toda la noche el principal sátrapa velaba,,
nas partes; hacían gran fiesta el postrero día e iba y venía muchas veces a mirar cuando
de este mes, porque sus dioses habían llegado.
veía la pisada. Y viendo el sátrapa la señal
A los quince días de este mes los mozos y de la pisada, luego daba voces, diciendo: “Ha
muchachas enramaban todos los altares y ora­ llegado ya nuestro señor”; luego comenzaban
torios de los dioses, así los que estaban den­ los ministros del Cú, a tañer trompetas, y
tro de sus casas, como por los caminos y caracoles, y cornetas, y otros instrumentos de
encrucijadas, y por esta diligencia que hacían, los que entonces ellos usaban. Luego que se
dábanles maíz. Algunos daban un «chiquivitl»
oían los instrumentos, acudía toda la gente
lleno de maíz, y a otros dos o tres mazorcas. a ofrecer comida en todos los Cúes y Ora­
“A los diez y ocho días llegaba el dios torios; y se regocijaban lavando los pies de
(que siempre era mancebo) que llamaban: Tla- sus dioses, y bebían vino (pulque). Y des­
matzincatl. Este día ofrecían comida en su pués del areyto sacrificaban muchos cautivos,
Cú, y aquella noche comían y bebían y re­ haciendo grandes danzas y gritería alrededor
gocijábanse todos. El postrero día de este del Cú, y de la hoguera de llamas y brasas
mes era la gran fiesta, porque decían que para quemar cautivos.” (Sahagún). (Véase
todos los dioses llegaban entonces. En la Códice NS 12).

KALENDAS - Tepeilhuitl - 13o. MES


(Fiesta de los Montes)

Este mes comenzaba el 24 de Octubre. su cabeza como cabeza de persona; hacían


también estas imágenes en memoria de aque­
“Al décimotercío mes llamaban: Tepeilhuitl.
llos que se habían ahogado en el agua o ha­
En este mes hacían fiesta a honra de los mon­ bían muerto, o de tal muerte, que no los
tes eminentes que están por todas las comar­ quemaban sino que los enterraban. Después
cas de esta Nueva España, donde se armaban
que con muchas ceremonias habían puesto
nublados; hacían las imágenes de los montes en sus altares a las imágenes dichas, ofre­
en figura humana, a cada uno de ellos de la
cíanles también tamales y otras comidas, y
masa que llaman «tzoalli», y ofrecían delante
también les decían cantares de sus loores,
de estas imágenes en respeto de estos mis­ y bebían vino (léase pulque) a su honra.
mos montes. ’ Llegada la fiesta a honra de los montes, ma­
“A estas imágenes de los montes llamadas taban cuatro mujeres y un hombre; la una
Tepictli (o Tepegui) (que es el «Dios Cerro- de ellas llamaban Tepoxoch, a la segunda
Valle») las honraban haciendo votos de hacer llamaban Matlalhue, a la tercera la llamaban
las imágenes de los montes, y aparejaban Xochtecatl, a la cuarta llamaban Mayabel y
ofrendas y sacrificios. Hacían a honra de los al hombre llamaban Milnaoatl. Aderezaban a
montes unas culebras de palo, o de raíces de estas mujeres y al hombre con muchos papeles
árboles, y labrábanles la cabeza como culebra. llenos de «ulli», y llevábanlas en unas literas.
Hacían también unos trozos de palo gruesos, en hombros de mujeres muy ataviadas, hasta
como la muñeca de largos, llamábanlos eca- donde las habían de matar. Luego que las
tolonti; así a éstos como a las culebras, los in­ habían muerto y sacádolas los corazones»,
vestían con aquella masa que llaman «tzoalli». llevábanles pasito rodando por las gradas
A estos trozos los investían a manera de mon­ abajo; llegadas allí, cortábanles las cabezas
tes (léase «Cerro = Valle»); arriba les ponían y espetábanlas en un palo, y los cuerpos.
10o. M^s. — KALENDA. — XOCOHUETZI, (Caída de la Fruta. — A esta tiesta llemaban los
indios «YHUESMICALHUITL», otros le llamaban «XOCOTL» y otros la llamaban «XO­
COHUETZI», porque en ella levantaban un árbol muy alto, en cuya cumbre estaba sen­
tado un indio, al cual, subiendo otros indios que trepaban por unos cordeles que estaban
atados al árbol, derribaban de allí, bajando al que estaba arriba y le tomaban unos tamales
que ellos llamaban «Teuzoalle» que quiere decir: «Pan de Dios». Y al que derribaban lo
echaban al fuego en ofrenda del dios a quien la fiesta era dedicada llamado XIUCTECUCTU.
(Code* Magliabeccbiano XIII: 3).
llevábanlos a las casas que llamaban calpul, hráhanles la cabeza como culebra’, dicho ya
úonde los repartían para comer. Otras mu­ antes por Sabagún). “Las culebras, dicen los
chas ceremonias se hacían en esta fiesta a indios, son humildes siervas de Tépetl-Téchan,
honra de los montes”. (Sahagún). (Véase quien las emplea para castigar a los peca­
Códice Ns 13). dores’’. (Recuérdese lo escrito respecto al
A esta fiesta en honor de los montes, culto de la serpiente; allí está bien descrito
nuestros indios pipiles llamaban y aún llaman: lo referente al «Dios Cerro-Valle» de nues­
«Fiesta en Honor del Señor o Dios Cerro- tros indios).
Valí e», que en su lengua dicen Teotltépet- Cuando las lluvias tardan en caer, los
Cójtan, y en los pueblos de la Costa del indios ponen las imágenes del «Dios Cerro-
Bálsamo designan con el nombre de Tepictli Valle», en medio de sus sementeras, y hacen
o Tepegui. Los izalcos lo llaman también muchas ceremonias y rituales para que les
Tépetl-Téchan, y los lencas de la región orien­ traiga pronto las lluvias que son vida de las
tal de nuestro territorio lo llaman Fra-Kotan. plantaciones. Si alguna vez fallan los ruegos,
En muchos lugares indígenas, tienen a este entonces cuelgan en un árbol la imagen basta
dios o imagen de los montes, como protector que les hace el milagro de que vengan las
de sus siembras y de sus sementeras, espe­ lluvias. Las imágenes de los montes o «Dios
cialmente sus milpas. Cerro-Valle», van asociadas casi siempre con
Nuestros indios se figuran al «Dios Cerro- las ceremonias a Tlaloc, «Dios de las Lluvias».
Valle» o Tépetl-Técban, morando en grandes
cuevas de las altas montañas. Allí se man­ También reverencian estas imágenes de
tiene acostado en una hamaca, cuyas colga» los montes para librarse de los perjuicios que
duras son grandes culebras, (reminiscencias los managuas le hacen a sus siembras o mil­
de lo que hacían los toltecas en México, “que pas. Los managuas son duendecíllos malos,
hacían a honra de los monies unas grandes que echan a perder las cosechas de los gra­
culebras de palo, o de raíces de árboles, y la= nos que son para todos sustento y vida.

KALENDAS - Quecholli - 14o. MES


(Ave Preciosa)

Este mes comenzaba a 13 de Noviembre. da cuatro teas, y así hecho un manojíto de


las cuatro teas y de las cuatro saetas, ofre­
“Al décimo cuarto mes llamaban Quecho­
cíanlas sobre los sepulcros de los muertos;
lli: hacían fiesta al dios llamado Míscoatl, y
ponían también junto con las saetas y teas dos
en este mes hacían saetas y dardos para la
tamales; estaba todo esto un día entero sobre
guerra; mataban a honra de este dios muchos
la sepultura, y a la noche lo quemaban y ha­
esclavos”.
cían otras muchas ceremonias por los difun­
“Cuando hacían las saetas por espacio de tos en esta misma fiesta”.
cinco días, todos se sangraban las orejas, y
la sangre que exprimían de ellas untábanla “A los diez días de este mes, iban todos
por sus mismas sienes; decían que hacían pe­ en amaneciendo y salían al campo, y hacían
nitencia para ir a cazar venados; a los que no una ala grande donde cercaban muchos ani­
se sangraban, tomábanles las mantas en pena; males, siervos, conejos y otros, y poco a poco
ningún hombre dormía con su mujer en es­ se iban juntando basta acorralarlos todos,
tos días, ni los viejos ni las viejas bebían entonces arremetían y mataban cada cual lo
pulcre, porque hacían penitencia. Acabados que podía. Acabada la caza mataban cauti­
vos y esclavos en un Cu que llamaban Tía-
los cuatro días en que hacían las saetas y
dardos, hacían también unas saetas cbíquíti- matzinco; atábanlos de pies y manos y sacri­
ficábanles”. (Sahagún). (Véase Códice No 14).
tas, y atábanlas de cuatro en cuatro, con ca­
o
Cuzcatlán Típico

KALENDAS — Panquefzaliztli — 15o. MES


(Izar las Banderas)

Se hacía esta fiesta el 3 de Diciembre. bían de matar, pintábanlos de diversos colo­


res, componíanlos de muchos papeles, y al fin
“Al mes décimo quinto llamaban Panquet-
hacían un areyto con ellos, en el cual iban
zaliztli. En este mes hacían fiesta al «Dios
una mujer y un hombre pareados, cantando
de la Guerra» Vitzilopuctli: antes de esta y bailando’’. (Sahagún). (Véase Códice N° 15).
fiesta los sátrapas de los ídolos ayunaban
cuarenta días, y hacían otras penitencias ás­ Desde entonces, se ve que reza la costum­
peras, como era ir a la medía noche desnu­ bre de que los indios bailan durante veinte
días para la celebración de sus fiestas, pues
dos a traer ramos de los montes. En el se­
en ellos es tradicional la promesa de bailar
gundo día de este mes, comenzaban todos a
quince o veinte días para reverenciar al Santo
hacer areyto, y a cantar los cantares de Vit-
Patrón a quien celebran. Entre nuestros in­
zilopuchtli en el patio de su Cú, bailaban dios es bien marcada esta tradición, y ya
hombres y mujeres todos juntos, y comenza­ todos sabemos, que los bailes de «Moros y
ban estos cantares a la tarde, y acababan cerca Cristianos», “Los Coros de ¡¡Jeu!! HJeuü , y
de las diez: duraban estos cantos y bailes veinte otros, duran de quince a veinte días bailando
días. A los nueve días de este mes, apare­ por todos los cantones del pueblo en donde
jaban con grandes ceremonias a los que ha­ se celebra la fiesta.

KALENDAS - Atemoztli - 16o. MES


(Fin de las Aguas)

Según Clavijero es Homomoztli o «Descen­ los dioses en los Cúes, con estos servicios
so de las Aguas». Caía esta fiesta a 23 de Di­ demandaban y esperaban la lluvia. Abste­
ciembre. níanse los hombres de las mujeres y las mu­
“Al mes décimo sesto llamaban Atemoztli, jeres de los hombres: la noche de la vigilia
que quiere decir «Descendimiento del Agua» de la fiesta, para amanecer a la fiesta del
y llamábanle así, porque en este mes suelen Atemoztli. Iban al Calmecac para hacer allí
comenzar los truenos, y las primeras aguas las imágenes de los montes; después de he­
allá en los montes: decía la gente popular: chas llevábanlas tañendo el teponaztle, y sus
“ya viene el dios Tlaloc; andaban muy devo­ sonajas, con la concha de tortuga. Ponían
tos y penitentes rogando a sus dioses por el después todas estas figuras en el oratorio, y
agua, esperando las lluvias. Los sátrapas de luego ofrecían comida a cada una y se sen­
Tlaloc comenzaban a hacer penitencias y sa­ taban delante de ellas: los tamales que les
crificios, ofreciendo copal y otros perfumes a ofrecían eran muy chiquitos, conforme a las
sus dioses, y atadas las estatuas de éllos imágenes, que también eran muy pequeñas
decían que entonces venían para dar agua a (esto quita la duda que ofrece el ver una
los populares, hacían votos de hacer las imá­ multitud de idolejos de que nos están llenan­
genes de los montes (el «Dios Cerro-Valle») do el Museo Nacional), ponían los tamales
llamadas tepictli porque son dedicados a aque­ en unos platillos pequeños, y unos cajetillos
llos «Dioses del Agua», y los sátrapas tomaban con un poquito de mazamorra, y también unos
sus incensarios, que eran unas cucharas gran­ tecomates pequeñítos en que cabía poquito
des agujereadas, llenas de brasas, y los hás- de cacaoatl. Luego los ministros sacábanles
tiles largos delgados, rollizos y huecos, y te­ los corazones a las imágenes, y se la daban
nían unas sonajas dentro y el remate era al dueño de la casa puesto en una jicara
una cabeza de culebra. En ellos sobre las verde. Habiendo ya muerto a todas aquellas,
brasas echaban incienso que llaman yiauhtlí imágenes o estatuas, quitábanles los adornos
y comenzaban luego a hacer ruido, con las con que estaban aderezadas y todos juntos
sonajas que tenían en el hástil y moviéndole los quemaban en el patío con los cajetillos
acá y allá; así principiaban luego a incensar de la comida y todos los petates de juncias
11o. Mes — KALENDA. — OCHPANIXTLI. (Aseado, Barrido). — A esta fiesta los Indios llamaban «Ochpanixtli» que quiere decir:
«Barrimiento», porque en ella ponían al dios que ellos llamaban TOO, que quiere decir: «Nuestra Abuela», la cual ostenta
una escoba en la mano. Sacrificaban indias y otras vestían sus pellejos para bailar delante de la diosa TOO.
verdes con que estaban adornadas las imá­ mas fechas para implantar las fiestas religio­
genes, y todas las alhajas en que les ha­ sas del culto católico. Así, en la “Fiesta de
bían puesto de comer y de beber a las Atemoztli’’, que los indios celebraban el 23
imágenes. Luego comían y bebían todos a de Diciembre, los misioneros celebraban la
honra de las estatuas muertas que se lla­ antevíspera de las ceremonias de la «Pascua
maban «tepíeme». Luego dábanles de co­ de Navidad», y aquellos bailes y cantares
mer y beber a las mujeres que llegaban que antes fueron para sus idolatrías, los in­
a este convite portando maíz, o mazorcas en dios las dedicaron entonces al Divino Niño
los almantos, y ninguna iba sin llevar algo, Jesús, Redentor de la Humanidad.
o mazorcas de maíz basta quince o veinte. El baile y coros del ¡¡JeuH ¡¡JeuH, con sus
En entrando, estábanse aparte, y las festeja­ garruchas adornadas de mazorcas, era el areyto
ban con comida y pulcre. Acabado el con­ en la fiesta de Atemoztli en época bastante
vite se cogían los papeles con que habían lejana a la fecha de la Conquista. Obsérvese
adornado los varales, que estaban puestos en y léase con atención la descripción becba por
los patíos que llamaban tetevitl (llamaban de Fray Bernardino de Sabagún en la kalenda
este modo a las garruchas adornadas con ma­ respectiva, y si el lector ba visto estos coros
zorcas) adornadas con mazorcas y que ponía y bailes del ¡¡Jeu!! ¡¡Jeu!! y todo el ceremonial,
al lado de Tlaloc en su Cú, y a Quetzalcoatl. no podrá menos que encontrar la similitud
Así terminaba la fiesta”, (Sabagún). (Véase de la forma y carácter de la primitiva fiesta
Códice N2 16). de los toltecas y naboas.
Entre los izalcos y otros pueblos de pi­ No sólo esto; la música de esta fiesta de
piles, esta fiesta de Atemoztli, es la que más los izalcos, por su forma, su escala, el diseño
vestigios ba dejado como herencia prebispá­ melódico y el ritmo, no dejan lugar a duda
nica de los toltecas o nahoas. de su primitivismo.
Los misioneros españoles fijándose en las En la segunda parte de este libro, puede
fechas que los indios celebraban para honrar verse la descripción, la música y el estudio
a sus dioses e ídolos, aprovecharon estas mis­ sobre esta ceremonia de los pipiles de Izalco.

KALENDAS - Tififl - 17o. MES


(Recoger el Grano o Fiesfa de ¡a Cosecha)
Correspondía esta fiesta al 12 de Enero. (éstas eran especies de zambumbias sólo que
ahora los indios las hacen de vejiga de toro)
“Al mes décimo séptimo llamaban: Títitl.
debajo de las mantas, y a todas las mujeres que
En este mes hacían fiesta a una diosa que
encontraban por la calle dábanles de talegazos;
llamaban Tamatlecutlí, y por otro nombre
llegaba a tanto este juego, que también los mu­
Tona, y por otro Coscamíaub; a honra de
chachos hacían las talegas, y aporreaban con
esta diosa mataban a una mujer, y después
ellas a las muchachas, de modo que las ha­
de que le habían sacado el corazón, cortá­ cían llorar”. (Sabagún). (Véase Códice Ns 17).
banle la cabeza y hacían areyto con ella.
El que iba delante llevaba la cabeza por los Esto de las talegas o zambumbias, las
cabellos en la mano derecha, bacíedo sus acostumbran, en las fiestas de Enero, allí en
ademanes de baile. Al día siguiente, todos Izalco y en Sonsonate, sobre todo en el ba­
los populares hacían unas talegas como bol­ rrio de Veracruz en la «Fiesta de los Tronos».
sas con unos cordeles atadas, tan largas como En los izalcos, en esta fecha, acostumbran
un brazo; henchían aquellas talegas de cosas un baile que se llama «Tona» y otros le
blandas, como lana, y llevábanlas escondidas llaman ^Shora».

KELENDAS - Itzcalli - 18o. MES


(Casa de Obsidiana)
Comenzaba este mes el 2 de Febrero. que llamaban Xíubtecutli Opecaubqui; hacían
“Al mes décimo octavo llamaban Itzcalli. una imagen a su honra de gran artificio, que
En este mes hacían fiesta al «Dios del Fuego» parecía que echaba llamas de fuego de sí, y
de cuatro en cuatro años, en esta misma adornos todos los principales y señores, y
fiesta, mataban esclavos y cautivos a bonra personas ilustres, y el mismo Emperador, y
de este dios, y agujereaban las orejas a todos comenzaban el areyto de gran solemnidad y
los niños que habían nacido en aquellos años gravedad, al cual llamaban Netecuitotilíztlí,
(4 años), dábanlos padrinos y madrinas. A que quiere decir: «Areyto de los Señores».
los diez días de este mes sacaban «Fuego Este sólo se bacía de cuatro en cuatro años
Nuevo» a la media noche delante de la íma- esta fiesta”. (Sahagún). (Véase Códice NS 18).
gen de Xiubtecutli, muy curiosamente ata­
viada, y encendidos fuegos; luego a la mañana Obsérvese que en esta fiesta, que era la
venían los mancebos y muchachos, y traían de fin de año, todos los indios tenían la cos­
diversos animales que habían cazado en los tumbre de hacer y obsequiar tamales muy
días pasados, unos de agua, otros de tierra, calientes, tal como sigue la costumbre des­
y ofrecíanlos a los viejos, que tenían cargo pués de tantos siglos, que nuestro pueblo en
de guardar a este dios; y ellos echaban en todas las clases sociales obsequian el año
el fuego a todos aquellos anímales para que nuevo el clásico tamal. En esa misma fiesta
se asasen, y daban a cada uno de estos mo= hacían la celebración del «Fuego Nuevo»,
zos y muchachos un tamal becbo de bledos y los españoles, para quitar esa costumbre,
que ellos llamaban «vouhquíléamalli», los cua­ establecieron las alboradas de fuegos artifi­
les todo el pueblo ofrecía aquel día, y todos ciales y cohetes.
comían de aquellos por bonra de la fiesta;
comíanlos muy calientes, y bebían y regoci­ En las fiestas de Noche Buena, los izalcos
jábanse. En esta fiesta, en los años comunes cantan y bailan su famoso areyfo del ¡¡Jeul!
no mataban a nadie; pero el año bisiesto, ¡,‘JeuU, que se prolonga hasfa la fiesfa de Año
Nuevo y sigue basta el Día de los Reyes.
que era de cuatro en cuatro años, mataban
en esta fiesta cautivos y esclavos; después La fiesfa de fin de año era llamada: Vouh-
que habían muerto los esclavos y cautivos, quiltamalqualízélí, y caía según el Padre Sa­
y a la imagen que representaba al «Dios hagún el 8 de Enero, y en él se acababa el
Fuego», llamada Izcocaubquí, estaban apare­ año. Pero según Clavijero el año terminaba
jados y aderezados muy ricamente con ricos el 21 de Febrero.

LOS CINCO DIAS BALDIOS DEL AÑO

A los cinco días baldíos del año les lla­ llamábanla Nencicatl, que quiere decir: «Mu­
maban Nemontemi, a los cuales tenían por jer para Nada».
aciagos. A los que en ellos nacían, si era A los que nacían en estos cinco días acia­
gos, decían que tenían muchos malos sucesos
varón, poníanle por nombre Nemen, o Men-
en todas las cosas, y eran pobres y míseros;
tlacatl, o Nenquizquiquiz, que quiere decir: en general los llamaban Nemo; pero también
«Ni Vale Nada», «Ni Será para Nada», «Ni si eran hombres llamábanlos Nenoquicb, y
Habrá Provecho de El»; y si era mujer, eran vistos con lástima y desprecio.

LOS SIGNOS DEL TONALAMATL Y LAS FIESTAS MOVIBLES

Es bueno saber que el Calendario Mexi­ (5) di as adicionales. El primerose llama To-
cano está constituido a la vez por dos perío­ nalamatl, o «Libro de los Días», y el segundo,
dos: uno de 260 días, o sean 20 trecenas, y denominado Tonalpouali, o «Cuenta de los
otro de 365 días o 18 veintenas, más cinco Días”.
12o. Mes. — KALENDA. — TEOTLECO. (Llegada de los Dioses. — A esta fiesta los indios llamaban «Teotleco» o «Teutleco» que quiere
decir «Subida a Dios o Llegada de los Dioses» y en ella celebraban al dios que llamaban «Ometushtli» y también a «Tezcatlipoca».
María de Baratía

NOMBRE DE LOS SIGNOS DEL TONALAMATL

1— Cipactli............................................ Lagarto 11— Ozomatli...................................... Mono


2— Cuetzpallin................................... Lagartija 12— Ocelotl............................................. Tigre
3— Mazatl ............................................. Venado 13— Olin.................................................. Movimiento
4— Itzcuintli ........................................ Perro 1—Xóchitl............................................. Flor
5— Acatl ............................................. Caña 2 — Callí.................................................. Casa

6— Cozcaquauhtlí............................. Buitre 3 — Míquiztli........................................ Muerte

7— Quiauitl ........................................ Lluvia 4 — Atl .................................................. Agua


8 — Ehecatl ........................................ Viento 5— Malínallí........................................ Liana
9 — Cohuatl ........................................ Culebra 6— Quauhtli........................................ Aguila
10—Tocbtlí............................................. Conejo 7— Tecpatl ........................................ Pedernal

Estos signos estaban numerados por tre­ Cipactli, pues se había contado un múltiplo
cenas, de 1 a 13. de 13 y de 20”. (Barberena).
“El primer grupo comenzaba con el 1 Cí= La nomenclatura generalmente usada para
pactli y terminaba con 7 Tecpatl, como se ve
las veintenas del Tonalpoualli, llamadas me­
en el cuadro anterior. El segundo grupo co­
menzaba con 8 Cípactli. Se continuaba con­ ses, ya la hemos dado a conocer en cada uno
tando en orden cíclico, y al terminar el 13°. de los nombres de las Kalendas, con la tra­
grupo de veinte signos se volvía a decir 1 ducción española de los vocablos.

FIESTAS MOVIBLES

Ia.—“La primera fiesta movible se cele­ 2“.-“En este mismo signo en la Séptima
braba a honra del Sol en el signo que se Casa hacían fiesta todos los pintores, y las
llama Ce=Ocelotl, en la Cuarta Casa que se lavanderas ayunaban cuarenta días; otros vein­
llamaba Nahui-Ollin o Naolín; en esta fiesta te por alcanzar buena ventura para pintar
se ofrecían a la imagen del Sol codornices, bien, y para tejer bien las labores. Ofrecían
e incensaban, y en el medio mataban cautivos incienso y hacían otras ceremonias los hom­
delante de ella a honra del mismo. En este bres al dios Chícomexóchitl, y las mujeres a
mismo día se sangraban todas las orejas, la diosa Xochiquetzal.
chicos y grandes, a honra del Sol, y le ofre­
3a.—En el signo que se llama Cemacatl,
cían aquella sangre . en la Primera Casa, hacían fiesta a las diosas
Nuestros pipiles o nahoas acostumbraron
que se llamaban Cisapitlíti, porque decían
también muchas ceremonias para honrar al
que entonces descendía a la tierra; ataviaban
Sol, al que adoraban como a uno de sus dio­ sus imágenes con papeles, y llevábanles
ses; muchas piezas arqueológicas de barro y
ofrendas.”
otras esculpidas en la piedra, son la confir­
mación de este culto entre nuestros primi­ 4a.— ‘En el signo que se llama Cemecatl,
tivos indios. Hace pocos meses el Diario « La en la Segunda Casa que se llama Ometochtli,
Prensa», díó a conocer en unas fotografías hacían gran fiesta al dios llamado Izquitecatl,
el precioso hallazgo hecho en Izalco, de mu­ que es el «Segundo Dios del Vino», no sola­
chas piezas arqueológicas, entre ellas unas mente a él sino a todos los dioses del vino,
piedras con valiosos grabados y una piedra que eran muchos; aderezaban este día su ima­
con un Sol esculpido, lo que viene a probar gen muy bien en su Cú, y le ofrecían cosas
el culto que nuestros pipiles de Izalco tu­ de comida, y cantaban y tañían delante de
vieron por el Sol. él, y en el patio de su Cú, ponían un tinajón
__ p
de pulcre e iban a beber todos los que cían fiesta, porque decían que este signo era
querían. La primera agua miel que sacaban la de Tezcatlipoca. En esta fiesta hacían la ima­
llevaban a la casa de este dios como primicias . gen de Omecatl, y alguno que tenía devoción
llevábala a su casa para que le bendijese y
5a. — “Ln el signo llamado Ce-Xócbitl, en le hiciese multiplicar su hacienda, etc.
la Primera Casa, hacían gran fiesta a los
principales y señores, bailaban y cantaban a 11a. — “En el signo llamado Ce=Tecpaél, en
bonra de este signo, y hacían otros regocijos, la Primera Casa, sacaban todos los ornamen­
y sacaban entonces Jos más ricos plumajes tos de Vitzilopochtli, y los limpiaban y sacu­
con que se aderezaban para el areyto. En dían y ponían al sol; decían que éste era su
esta fiesta el Señor (el Emperador) bacía mer­ signo, y el de Camaxtle. Los caciques y em­
cedes a los hombres de guerra, a los cantores, peradores ofrecían fodas las preciosas flores,
y a los del palacio . que usan los señores principales, delante de
la imagen de Vitzilopochtli.
6a. — “En el signo llamado Ce=Acatl se ba­
12a. — “En el signo llamado Ce = Ozomatlí,
cía fiesta en honor a Quetzalcoatl, en la Pri­
decían que descendían las diosas llamadas
mera Casa, al «Dios de los Vientos», los
Civapipilti a la tierra, y dañaban a los niños
señores y principales. Esta fiesta la hacían
y niñas hiriéndolos con perlesía, y sí alguno
en la casa llamada Calmecac, que era en
en este tiempo enfermaba, decían que ellas
donde moraban los sátrapas de los ídolos, y
lo habían becbo. Los padres y las madres
donde se criaban los muchachos. En esta
casa, que era como un monasterio, estaba la estos días no dejaban salir a sus hijos, para
que no se encontrasen con estas diosas, de las
imagen de Quetzalcoatl. Este día la adere­
zaban con ricos ornamentos, y ofrecían delante cuales tenían gran temor.
de ella perfumes y comida; decían que este 13a.—“En el signo que llamaban Ce=Itz=
era el signo de Quetzalcoatl.’’ cuintli, decían que era el signo del fuego;
hacían en él gran fiesta a bonra de Xíuctehcutli,
7a. — “En el signo llamado Ce = Míquiztli,
«Di os del Fuego», y en ella le ofrecían mu­
en la Primera Casa, hacían fiesta a Tezcatlí-
cho copal y muchas codornices; componían su
poca, etc.
imagen con muchos ornamentos ricos. En este
8a. — “En el signo llamado Ce=Quiauitl, en mismo signo hacían la elección de los señores
la Primera Casa, hacían fiesta a las diosas y cónsules, y en la Cuarta Casa de este signo
que llamaban Cioalpipilti: éstas decían que hacían la solemnidad de sus elecciones con
eran las mujeres que morían del primer parto. convites, areytos y dones. Después de estas
Decían que se hacían diosas y moraban en fiestas pregonaban luego la guerra contra sus
la Casa del Sol, y que cuando reinaba este enemigos.”
signo descendían a la tierra, y herían con
14a. — “En el signo llamado Ce=Atl, en la
diversas enfermedades a los que encontraban
Primera Casa de este signo, hacían fiesta a
fuera de sus casas. Tenían edificados orato­
la «Diosa del Agua», llamada Chalchiuhtlicue,
rios a honra de estas diosas en todos los ba­
la celebraban todos los que trataban o comer­
rrios donde había dos calles, que les llamaban
ciaban en el agua, ya vendiéndola, o ya pes­
Cioateucalli, o por otro nombre Cioateupan.”
cando. Estos componían a su imagen, y la
9a. — “En el signo llamado Ce=Quiauitl, en ofrecían y reverenciaban en la casa llamada
la Cuarta Casa, que se llamaba Nauhecatl, Calpulli.”
por ser esta casa muy mal afortunada, mata­
15a.—“Los señores y principales, nobles y
ban en ella a los malhechores que estaban
mercaderes ricos, cuando les nacía algún hijo
presos, y también el Señor bacía matar algu­
o bija, tenían gran cuenfa con el signo en
nos esclavos por vía de superstición, y los
que nacían y el día y hora, y de ésto iban
mercaderes y tratantes hacían alarde o demos­
luego a informar a los astrólogos judicíaríos,
traciones de las joyas en que trataban, sacán­
y a preguntar por la fortuna buena o mala
dolas para que las viesen todos, y después
de la criatura que nacía; y si el signo en que
a la noche comían y bebían, etc.
nacía era próspero, luego le hacían bautizar,
10a. — “En el signo llamado Ce=Mallinalli, y si era adverso, buscaban la más próspera
en la Segunda Casa, llamada Umecoatl, ha­ casa de aquel signo para bautizarla.
13o. Mes. - KALENDA. - TEPEILHLJITL (Fiesta de los Montes). - A la Fiesta que celebraban en este mes
los indios llamaban «HUEP CHTLl» que quiere decir «Grande Fiesta»; y la diosa que honraban se llamaba
«XUCHIQUETZALLI», y sacrificaban una india; también en esta fiesta celebraban otra que llamaban
«Pilahuana» que quiere decir «Borrachera de los Niños», y en ella bailaban con las niñas. Para el dios
principal que se honraba era el «Dios Cerro-Verde» o «Tepictli».

P'odeK Magtiabecchiano Xlll 3).


16a.—“De que los padres veían que su hijo 19a.—En los signos llamados Cohuatl y
era de edad para casarse, decíanle que le que­ Tochtli, hacían grandes fiestas en la Primera
rían buscar mujer, y él respondía dándoles Casa y en la Segunda Casa, en honra a los
gracias por aquel cuidado que tomaban de dioses Quetzalcoatl y Tezcatlipoca.
casarle. Luego hablaban al principal que
20a.—“El signo vigésimo y último se llama
tenía cargo de los mancebos, que ellos lla­
Ce=Xochitl, y es el último de todos. Decían
maban Telpucbtlato, y decíanles cómo querían
que éste era bien afortunado, y los que en él
casar a su hijo, que le tuviese por bueno.
nacían eran prósperos y ricos.
Después buscaban un día bien afortunado
de algún signo bien acondicionado, cuales Hasta aquí las kalendas y signos de Sa­
eran Acatl, Ozomatli, Cipactli y Quauhtli. hagún.
Un as viejas que se llaman Títici ataban la
esquina de la manta del mozo, con la falda Tenían también otras dos fiestas, que en
del vípil de la moza; así se concluía el ma­ parte eran fijas y en parte movibles, porque
trimonio con otras muchas ceremonias. se hacían por años interpolados. La una se
17a. — “En el signo llamado: Cuetzpallin, hacía de cuatro en cuatro años, y la otra de
hacían fiestas consagratorías a este signo y ocho en ocho años.
en la Casa que le correspondía. La fiesta que se hacía de ocho en ocho
18a. — “En los signos llamados Mazatl y Callí, años, a la cual llamaban Atamalqualíztlí, que
hacían fiesta al «Dios de la Caza y de la quiere decir: «Ayuno de Pan y Agua», era
Guerra», en la Casa de estos dioses. solemne y revestía grandes sacrificios.

FIESTA A LA DIOSA DEL AMOR: TLACULTEUTL


(O sea otra Venus)

Esta diosa tenía tres nombres: el uno era menor de todas, que llamaban Xucotzin. El
Tlaculteutl, que quiere decir «Diosa del Amor». tercer nombre de esta diosa es Tlaelquani,
El segundo nombre es Ixcuina. La llamaban que quiere decir «Comedora de Cosas Sucias»;
con este nombre, porque decían que eran esto es, que según decían las mujeres y hom­
cuatro hermanas: la primera, era primogénita bres carnales, confesaban sus pecados a estas
o hermana mayor, que a su vez se llamaba diosas cuanto quiera que fuesen torpes y
Tiacapan; la segunda, era hermana menor, que sucias, que ellas los perdonaban.
llamaban Teicu; la tercera, era la de enmedio, También decían que esta diosa Tlaculteutl
a la cual llamaban Tlaco; la cuarta, era la favorecía sus amores.

EL FUEGO NUEVO
La más solemne ceremonia del «Fuego de una alta sierra para que fuera divisado
Nuevo» se hacía cada 52 años; pero siempre por todos, para tranquilidad de los pueblos
se llevaba a cabo la fiesta del «Fuego Nuevo» y regocijo del milagro.
cada año. En México los toltecas iban a un deter­
Había un día señalado para sacar el «Fue­ minado lugar de la sierra que llamaban «vi-
go Nuevo», y entonces cada vecino de los xachtlán», que está en los términos de los
poblados solía echar o arrojar en el agua, pueblos Yxtapalapan y Colhuacan, a dos le­
acequias o lagunas, los dioses y todos los guas de la capital. Esta ceremonia se llevaba
enseres que tenían en sus casas, dejándolas a cabo a la media noche, y el palo de donde
completamente limpias, y después apagaban se sacaba el fuego, estaba puesto sobre el
todas las lumbres, dejando los poblados com­ pecho de un cautivo que fué tomado en la
pletamente a obscuras. Era señalado cierto guerra; sacaban el sagrado fuego de palo bien
lugar donde se sacaba y se hacia la ceremo­ seco, con otro palillo delgado y largo como
nia del «Fuego Nuevo», y era en la cúspide asta; y cuando acertaban a sacar fuego y
estaba ya becba la lumbre, abrían las entra­ nias hechas especialmente para este gran
ñas al cautivo, y sacándole el corazón lo acontecimiento.
arrojaban en el fuego, enseguida echaban el Los ministros y sacerdotes llamaban a los
cuerpo hasta que se consumía en el fuego; que habían venido de los pueblos y tribus,
los que tenían el privilegio de sacar «Fuego que eran los más recios, apuestos y ligeros,
Nuevo» eran los grandes sacerdotes solamen­ pero especialmente grandes corredores, y pren­
te y con especialidad el que era del barrio diendo unas teas de pino hechas a manera
Copolco. Los sacerdotes se reunían vestidos de hachas, corrían todos a gran prisa y a
con los ornamentos de sus dioses, y cuando porfía, para que muy presto se llevase la
el sol se ponía empezaban a caminar despa­ lumbre a los otros pueblos. Cuando ya lle­
cio y con mucha gravedad y silencio, por gaban al pueblo trayendo aquella lumbre,
esto les decían Teunenemi, que quiere decir: con dichas teas de pino, la llevaban al altar
«Caminan como Dioses». Con este paso de del templo y la ponían en un candelero be­
areyto llegaban al lugar de la sierra ya casi cbo de cal y canto, colocado delante del ídolo,,
a media noche, y el gran sacerdote, llevaba y ponían en él mucho incienso y copal. De
en sus manos los instrumentos con que saca­ allí tomaban y llevaban al aposento de los
ba el «Fuego Nuevo»; por todo el camino sacerdotes de los ídolos, dejaban que todos
iba probando la manera de sacar fácilmente los vecinos de la ciudad vinieran a tomar el
la chispa milagrosa. (Esto era quizá para ca­ fuego, y era de ver aquella multitud de gente
lentar con el frote los palos y costara menos que llegaba al templo por su lumbre o «Fuego
hacer el fuego). Nuevo»; y así hacían hogueras grandes en
cada barrio acompañadas de muy grandes re­
Esperaban este momento solemne en el gocijos. Lo mismo ejecutaban los sacerdotes
mayor silencio y obscuridad, perplejos y ate= de otros pueblos, que llevaron la lumbre muy
morízados en ansiedad de lo que acontecería; aprisa y a porfía, porque el que más podía
porque decían que si no surgía o se pudiera correr que otros, tomaba la tea de pino, y a
sacar el «Fuego Nuevo», que sería el fin del toda prisa, casi en un momento, llegaban a
género humano, y que aquella noche y aque­ sus pueblos. Bello espectáculo era el d e los
llas tinieblas serían perpetuas; que el sol no «Fuegos Nuevos» en todos los pueblos, dando
tornaría a salir de nuevo; que de arriba ven­ la impresión de ser de día, tal era el esplen­
drían y descenderían los «tzitzimitlz» que dor de las hogueras sacras.
eran unas figuras feísimas y terribles, que
comerían a los hombres y mujeres, por lo Cada año renovaban el «Fuego Nuevo»,
cual todos subían a los techos de sus vivien­ y todos también renovaban los enseres de
das y ninguno osaba estar abajo. sus casas, poniendo en el suelo nuevos peta­
tes y todos se ataviaban con nuevos trajes.
lodos los pueblos congregados alrededor
de aquel lugar en que se llevaba a cabo la Tenían una tabla antiquísima que era la
importante ceremonia, no hacían más que cuenta de los años, cuyo inventor fué Quet­
mirar hacia aquella parte por donde había zalcoatl. Esta tabla procede de esta manera;
de aparecer la lumbre del «Fuego Nuevo». comienza del Oriente, que es donde están las
«cañas» y dicen ce-acatl, y de allí van al
Cuando ya el gran sacerdote había efectua­ Norte donde está el «pedernal» y dicen ume-
do el milagro de sacar el «Fuego Nuevo», los tepatl: luego van al ábrego, que es donde está
otros sacerdotes atizaban para hacer una gran el «conejo» y dicen, navitocbtlí; y luego tor­
hoguera que se pudiera ver de lejos, y cuando nan al Oriente, y dicen, macuilliacatl y así
todos veían aquella lumbre, luego cortaban sus van dando cuatro vueltas, basta llegar a trece,
orejas con cuchillas de obsidiana, y tomando que se acaban donde comenzó, y vuelven a
la sangre que salía, la esparcían hacía aquella uno diciendo ce=tecpatl, y de esta manera
parte donde aparecía la lumbre. Esta era dando vueltas, dan trece años a cada una de
la ofrenda de su sangre por el privilegio que las cuatro partes del mundo, y entonces se
acababan de obtener. La muchedumbre pro­ cumplen cincuenta y dos años, que es una
rrumpía en un grito unánime de alegría, lue­ gavilla de ellos, donde se celebra el jubileo,
go que veían en lo alto la luz de la hoguera y se saca el «Fuego Nuevo» en la forma ya
y se entregaban a fiestas, areytos y danzas expuesta. El año comenzaba el 2 de Febre­
místicas, practicaban algunas nuevas ceremo­ ro. (E xtractado de Sabagún).
14o Mes — KALENDA. — QUECHOLLI (Ave Preciosa). —A esta fiesta los Indios la
llamaban «QUECHOLLI» que quiere decir «Saeta» que por otro nombre llamaban
«Mitl»¡ y al dios que celebraban era «MIZCOATL».
(Codex Magliabeccbiano XIII 3).
CEREMONIAS AL SOL

Todos los días ofrecían sangre e incienso Ofrecíanle incienso cuatro veces al día, y
al Sol apenas extendía su mano el Dios Sol cinco de noche. Cuando llegaba la noche ofre­
cían incienso, y saludándola decían: “El «Señor
en el Oriente, ofreciéndole sangre de las ore=
de la Noche» ya ha salido, que se llama Yeatl-
jas y sangre de codornices, a las cuales arran=
tecutli, no sabemos cómo hará su oficio o
cándoles las cabezas corriendo sangre las
su curso ’.
alzaban bacia el Sol como ofreciéndola y
Cuatro días ayunaban antes de la fiesta
haciendo esto decían: “ya ha salido el Sol,
del Sol, y al medio día tocaban los caracoles,
que se llama Tonametl Xíuhpitontliquauhtleoa- pitos y trompetas, y pasándose mimbres por
mítl, no sabemos como cumplirá su camino la lengua ofecían aquella sangre, y hasta a
este día, ni sabemos si acontecerá algún in­ los niños tiernos les sacaban sangre de las
fortunio a la gente” y luego enderezaban sus orejas para ofrecerla en aquella hora; hacían
palabras al mismo astro diciendo: “Señor esto sin decir nada, delante de la imagen del
nuestro, haced prósperamente vuestro oficio . Sol, que estaba en un Cú, que llamaban:
Esto hacían cada día a la salida del Sol. Quauhxícalco.

LOS JURAMENTOS Y VOTOS

Los primitivos indios usaban hacer votos guiente forma: “Por vida del sol, por vida de
a los ídolos de servirles con algunos sacrifi­ nuestra señora la tierra que no haré falta en
cios y ofrendas. Tenían también costumbre lo que tengo dicho, y para mayor seguridad,
de hacer juramento de cumplir alguna cosa como esta tierra’’. Y luego tocaba con los
que se obligaban; y sí les demandaban que dedos en la tierra, y llevándolos a la boca,
hicieran juramento para estar seguros de su lamíalos y así comían tierra haciendo jura­
palabra, el juramento que hacían era en la si­ mento.

LOS CANTARES A HONRA DE LOS DIOSES

“Costumbre muy antigua es de nuestro der lo que en ellos se trata, más que por
adversario o enemigo, de buscar escondrijos aquellos naturales, acostumbrados a este len­
para hacer sus negocios, conforme a lo del guaje’’; de manera, que cantan todo lo que
Santo Evangelio que dice: “que quien hace él quiere, entendiéndolo solo ellos, sin que los
demás puedan entender cosa alguna . (Sa­
mal aborrece la luz ’. Conforme a esto, este
nuestro enemigo (el demonio) en esta tierra hagún).
plantó un bosque o arcabuco lleno de muy Esa costumbre de los juramentos arriba
espesas breñas, para esconderse en el y no apuntada, no se ha extirpado del todo toda­
ser hallado, como hacen las bestias fieras, y vía, pues entre los indígenas de Izalco y los
muy ponzoñosas serpientes. Este bosque o de Panchímalco, hay algunos que al hacer
arcabuco breñoso, son los cantares que en juramento tocan con la mano la tierra y se
esta tierra urdió que se le hicieran y usaran la llevan a la boca. Esto pude presenciarlo
en su servicio, como su culto divino y sal­ yo hace algunos años en Izalco.
mos en su loor, así en los templos como fue­ Me contaron después, que en Panchimalco
ra de ellos (los cuales llevan tanto artificio había también esta costumbre.
que dicen lo que quieren, y pregonan lo que Tienen también la costumbre de comer
él manda, y entiéndenlos solamente aquellos tierra, y esta herencia de los antiguos tolte­
a quien enderezaban). Es cosa muy averi­ cas persiste en la raza indígena, sobre todo
guada que en la cueva, bosque o arcabuco en los niños pequeños que hasta se esconden
donde el día de hoy, el adversario se escon­ para comer tierra. El sedimento indígena es
de, son los cantares y salmos que tienen com­ fuerte en estas costumbres, que se encuentran
puestos, y se le cantan sin poderse enten­ también entre muchos ladinos.
Los españoles, sobre todo los santos mí= los indígenas y no indígenas no dejan nunca
sioneros que se dieron a la tarea de convertir de comprar la «Tierra del Señor» para sanar
y civilizar a los primitivos indios, compren- de sus enfermedades. Por eso be dado a
Hiendo lo arraigada que estaba esta costum­ conocer aunque muy exfractadamente las Ka=
bre entre ellos, suplantaron el juramento pa­ lendas de Sahagún, para que el estudioso e
gano, imponiendo la costumbre de comer «Tie­ investigador, leyendo con atención y obser­
rra del Señor» para sanar de sus enfermedades. vando después, encontrará que muchísimas de
Lsfa Tierra del Señor, es blanca como de yeso, nuestras costumbres y fiestas, conservan con
y en todas las romerías religiosas de los pue­ gran fuerza todavía la herencia de nuestros
blos en el atrio del templo la venden, pues progenitores los toltecas.

CUICACALLI
(Casa de Canto)

Así se llamaban unas casas grandes que o Emperador, y bailes en el Cuicacalli don­
habían junto a los templos, donde se ense­ de se enseñaba este arte a los mozos. Aparte
ñaba a cantar, a bailar y tocar. Era obliga­ de los bailes en las casas particulares, que
torio acudir a ellas y se castigaba con seve­ eran frecuentes.
ridad a los que faltaban. Tenían estos edi­ Los músicos pertenecían a una jerarquía
ficios muchos aposentos grandes en derredor especial, eran de descendencia noble, y cuan­
de un gran patio donde se bailaba. do tocaban los instrumentos, se colocaban en
Había ancianos ocupados exclusivamente el centro. Los bailadores elegían compañera
de recoger de sus casas a muchachos de doce tomando de la mano a la que les gustaba, y
a catorce años, para llevarlos al Cuicacalli de todos se arreglaban por círculos concéntricos.
su barrio, y ancianas se encargaban de con­ Tenían dos maestros o guiadores de la
ducir a las muchachas y volverlas a sus casas danza; lo que ellos hacían, los demás lo imi­
después de la fiesta. En todas las ciudades taban. El movimiento de los pies era acom­
grandes había junto a los templos un Cui­ pañado con meneos del cuerpo, de la cabeza
cacalli. El baile era para los toltecas uno de o de los brazos, al compás de la música y
los más preciados entretenimientos, en cuya del canto.
enseñanza y aprendizaje ponían especial em­
Los jóvenes eran extremadamente respe­
peño y atención. tuosos, apenas se atrevían a levantar los ojos
Todos los jóvenes que se educaban en el delante de las doncellas, porque se castigaba
Telpuchcallí iban al Cuicacalli a bailar todas con penas severísímas aún la más pequeña
las noches. falta de honestidad o respeto. Todos can­
Los más grandes de la nobleza, y los mis­ taban y bailaban a la vez. El canto y el
mos reyes, emperadores o caciques, solían baile graves y reposados eran para los Seño­
tomar participación en los mitotes y areytos, res y para las grandes solemínades; y eran
sobre todo en las grandes solemnidades que de compás alegre y movido para los jóvenes,,
se celebraban en el patio frontero al Templo y entonces se permitían ciertos requiebros y
Mayor. amoríos.
Pero aparte de entretenimiento o regocijo, Había otro baile con sonecillos agudos,,
tenía un importante y principal objeto: el acompañado con visajes descompuestos y me­
canto acompañado de baile, desempeñaba el neos impúdicos, propio de gente libertina, al
papel de anales o de crónicas. A falta de que llamaban Cuecuecbcuícatl, que quiere
abecedario, y de lenguaje escrito, constituía decir: “canto que da comezón o cosquilleo .
la única forma de conservar memoria de lo Había muchas clases de bailes y cantos
pasado, literatura y tradiciones guerreras y que cuidadosamente se ensayaban antes de
religiosas. las fiestas solemnes de los dioses a quienes
Había bailes públicos en los patios de los se dedicaban. Con frecuencia usaban los
templos, dedicados a los dioses. Bailes en el disfraces de águilas, tigres, leones, monos,,
patio de Palacio para entretenimiento del Pey cadejos, tunco de monte, etc. El más solem-
15o. Mes. — KALENDA. — PANQUETZALIZTLI. — (Izar las Banderas)'— A esta fiesta la desig­
naban «PANQUETZALIZTLI» que era la mayor de todas las fiestas y al dios que celebraban
se llamaba «VlTZlLUPUCHTLI».
(Codex Magliabecchiano XIH. 3).
ne y apropiado era el baile de Xocbiquetzal, dadas sobre el hombro derecho y con rami­
con gran derroche de colorido y de flores. lletes de flores y abanicos de plumas en las
El ejercicio de baile duraba desde una manos; algunos se presentaban, como dijimos
hora antes de que el sol se pusiera basta un antes, con máscaras de animales fieros o con
buen rato de la noche. Los que tocaban los la mitad del rostro pintado.
instrumentos y profesores se ponían en el En los bailes en los patíos del palacio, se
centro del gran patio, y los alumnos, cogi­ reunían de cuatrocientas basta mil personas
dos de la mano, formaban un círculo en su nobles, principales y aun señores; se alineaban
derredor. en círculos concéntricos en derredor de los
A ciertas horas, que los jóvenes no esta­ músicos, que sonaban principalmente huéhuetl,
ban, había baile para los guerreros y nobles teponaztli, sonajas, caracoles, flautas de barro
llamados Tequihuaque, que bailaban con mu­ o de huesos de animales y trompetas, las te­
jeres mundanas. rribles trompetas de que nos habla Bernal
Gada ídolo tenía sus cantares especíales, Di az del Castillo. Mientras más alto rango
los que ensayaban cuidadosamente varios días tenían las personas, más cerca se colocaban
antes de la fiesta. de los músicos.
“Estos cantares eran compuestos con me­ Los cantos, en general eran alegres, rego­
táforas tan obscuras que apenas hay quien cijados o servían para recordar hechos histó­
las entienda si muy de propósito no se estu­ ricos que no podían ser consignados en de talle
dian y platican para entender el sentido de por medio de sus jeroglíficos, como guerras,
ell as. Yo me be puesto de propósito a es­ victorias, cataclismos, vidas de sus reyes pa­
cuchar con mucha atención lo que cantan y sados, etc. Un ejemplo en Guatemala de es­
entre las palabras y términos de la metáfora tos bailes con letra recordatoria, es el baile
y paréceme disparate y después platicado y de Rabinal Achí o «Baile del Tún».
conferido, son admirables sentencias. Así en
Aquí en El Salvador creemos que el
lo divino que agora componen como en los
baile del Cujtan = Cuyámet, fué como el de
cantares humanos.”
Rabinal, con letra referente a la vida y lu­
“Esos cantares divinos eran llenos de la­ chas de nuestros indios; pero los españoles,
mentaciones y la música muy triste, que me para quitar las prácticas idolátricas, impu­
da pesadumbre oírlo y tristeza”. (D urán). sieron la otra letra con relación al pascol
La invitación para el baile consistía en que que representan y así se conservó tradício-
ocho o diez hombres se ponían a silbar fuer­ nalmente.
temente al mismo tiempo, y los buébuetl y A este baile de Cujtan-Cuyámet, nuestros
teponaztlís que se sonaban muy suavemente. indios le llaman: «Baile del Trozo», como le
Los bailadores se presentaban ataviados llaman también los de Guatemala al baile
con mantas (tilmatli) de distintos colores, anu­ de Rabinal.

TEMPLO DEL SOL


El Templo del Sol estaba adjunto a la Nabui - Ollin, con la cara del Sol en el
Casa de las Aguilas; era una pirámide a la centro.
que se subía por 40 gradas, poco más o me­ Al lado o frente de este adoratorio había
nos, y en la parte superior de la pirámide un patio encalado de siete u ocho brazas, que
había una pieza mediana o adoratorio donde Durán llama Cuauhxícalco, donde estaba la
había una Imagen del Sol “pintada de pincel Piedra del Sol y la piedra agujereada llamada
en una manta, la cual figura era en forma Temalácatl, que servía para el sacrificio gla-
de mariposa con alas y en derredor un cerco díatorio, que se verificaba durante las fiestas
de oro con muchos rayos”. (Durán, Capítulo de Xipe, «El Desollado», cuyo templo tam­
LXXXVIII). bién estaba vecino de este patio.
Esta figura en forma de mariposa de que Aquí en este templo se llevaban a cabo
nos habla Durán, no era otra cosa que el todos los rituales consagrados al Sol.
CASA DE LAS AGUILAS
Le llamaban Cu acuaubtincban, «Morada «Aguilas» y otro donde se reunían los Cal­
o Madriguera de las Águilas», porque era pixques, Mayordomos, Comisarios o Jefes
la principal Orden Militar de la Nación, «Los Políticos, encargados de hacer cumplir en
Caballeros Aguilas», la que patrocinaba este toda la Nación los acuerdos y disposiciones
culto (Tequíbua, Cuacbic, Otómitl, etc.) militares.
Aparte del templo había aposento para También estaba allí un Colegio Militar
los ministros y servidores; contiguo estaban donde los hijos de los nobles aprendían todo
grandes salones destinados para las reunio­ lo concerniente al arte de la guerra. En la
nes con objeto militar: el Teucalli, sala para portada de esta casa, había dos águilas gran­
sesiones o juntas de los reyes o señores; el des, labradas en piedra, por eso se llama ba
Pilcalli, para príncipes o nobles; el Cuaubca llí, Quaubquíaoac (Cuaubquiabuac). (Sahagún,
para los guerreros más distinguidos llamados 177, 2a. Relación).

EL CALMECAC
El Calmecac era un Colegio Religioso para minado para cumplir su penitencia, llevando
ambos sexos. Los señores principales ofre­ consigo las puntas de maguey cada uno a
cían a sus hijos a la casa que se llamaba solas, y llevaba un caracol para tañer en el
Calmecac, pues era su intención que allí se camino. Llevaba también un incensario de
preparasen para ministros de sus dioses. De barro y una bolsa en que iba el incienso,
allí salían los grandes sacerdotes, después de teas y puntas de maguey, caminando desnudo
haber sido sometidos todos los que en él se a poner al lugar de su devoción las puntas
educaban, a rigurosas y ásperas disciplinas. de maguey, metiéndolas en unas pelotas he­
Los padres, cuando llevaban a sus hijos chas de heno, y después regresaban sonando
al Calmecac, después de hablar con los sa­ el caracol. Al que faltaba a esta penitencia
cerdotes y ministros encargados de la educa­ castigábanle punzándole las orejas, el pecho,
ción, llevábanles al adoratorío y se los ofrecían muslos y piernas con las puntas de maguey
a Quetzalcoatl (que era el dios que se ado­ o los azotaban con ortigas. Eran sometidos
raba en el Calmecac). Esta era una casa de a rigurosos ayunos, a pan y agua todo el día,
penitencia y lágrimas, donde se educaban y no comiendo nada hasta la medía noche. Les
formaban los señores nobles. Cada hijo de enseñaban todos los cantares de los ritos,
noble que ingresaba, llevaba ricos presentes que se llamaban «Cantos Divinos», cuyos
y ofrendas al dios Quetzalcoatl; en seguida versos estaban escritos en libros por carac­
los sacerdotes lo tomaban y le ungían con teres; también les instruían en la astrologia
perfumes, y con tinta pintábanle todo el cuer­ indiana, en las interpretaciones de los sueños
po y la cara, y le ponían unas cuentas de y en la cuenta de los años.
palo que se llamaban tlacopatli, le cortaban Eran preparados sacerdotes especíales para
las orejas, sacándole sangre para ofrecerla a cada dios; el sacerdote llamado Quetzalcoa
Quetzalcoatl. servía y era sucesor de Quetzalcoatl; el que
Los muchachos que se educaban en el se llamaba Tlaloctlamacazqui servía a Tlaloc
Calmecac, ya grandecitos, iban a buscar pun­ «Dios de las Lluvias». Y eran dos los lla­
tas de maguey, y a las once horas de la no­ mados sumos sacerdotes: a uno lo designaban
che tomaban el camino para un lugar deter­ Teoteztlamacazquí, y al otro, Tlaloctlamacazqui.

EL TELPUCHCALLI

Telpuchcallí, según su etimología, quiere buenas costumbres, al mismo tiempo que se


decir: «Casa de Jóvenes», es decir, Instituto les preparaba para la carrera pública o de
o Colegio para la Juventud. armas o ya para el ejercicio sacerdotal, según
Este Colegio o Instituto estaba en el las inclinaciones que demostraban los jóvenes.
templo de Tezcatlipoca; en él se enseñaban En cada ciudad había dos o más Telpuchcallí,
16o Mes. - KALENDA. - ATEMOZTLI. - (Fin de las Aguas). - A la fiesta
te decían «ATEMOZTLI» y al dios le llamaban «TLALOC».
(Codex Magliabeccbiano X///. 3).
y en cada uno de ellos había un departa­ Telpucbtlato se llamaba al Jefe o Director
mento dedicado a las niñas y para los niños. del establecimiento. También le llamaban
Teacbcacan, que quiere decir Profesor o Pe­
A estos Colegios concurrían los hijos de
dagogo.
los principales, nobles y reyes, al mismo
Se ocupaban de aprender los bailes reli­
tiempo que los hijos de los plebeyos o de
giosos y profanos, practicar todas las formas
humilde condición.
sociales y ceremoniales, ejecutar fuertes tra­
En estos establecimientos se formaban los bajos físicos o manuales, sembrar los campos,
que en el futuro deberían desempeñar los alzar las cosechas y, además, tenían la obli­
cargos principales en la organización indígena, gación de ir diariamente a la puesta del sol,
tanto civiles como militares. a cantar y bailar al Cuicacalco.

MUSICOS Y CANTANTES
Los músicos y cantantes eran muy res­ como sabios y escolares. Los músicos y can=
petados y estimados entre los toltecas, por­ tantes pertenecían casi siempre a una casta
que conservaban en sus cantares los recuer­ privilegiada, y gozaban de distinciones y ho­
dos del pasado. Por tanto, consideraban a nores que no alcanzaban otros servidores de
los hombres que se dedicaban a estas artes, la nación.

EL AREYTO
Se reunían todos los cantadores y dan­ este y el atambor fuesen muy buenos; tam­
zantes en la casa llamada Cuicacalli, aguar­ bién los meneos que habían de hacer en la
dando a lo que les mandase su Señor, si que­ danza, y los atavíos, insignias o divisas con
ría bailar y probar, u oír algunos cantares de que se habían de componer los que iban a
nuevo compuestos. Tenían a la mano apa­ danzar; señalando también a los que habían
rejados todos los atavíos del areyto: atambor, de tañer el atambor y teponaztli, los que te­
atamboril, los ayacaxtli (sonajas), tetzilacatl nían que guiar la danza del areyto, y señalaba
y cbícabuaztli; flautas tlapítzalli, trompetas y el día de él, para alguna fiesta de los dioses.
caracoles, cuernos y silbatos, con todos los Para entonces el Señor se presentaba con
maestros tañedores, cantantes y bailadores, y riquísimos ornamentos y sus mejores joyas,
los atavíos del areyto para cualquier cantar. lo mismo hacían los príncipes y nobles, pues
Si mandaba el Señor que cantaran los can­ todos encabezaban el areyto en honor a sus
tores de Vexotzíncauitl o Anabuacaiutl, así dioses. Pero si alguno de los cantores, bai­
los cantaban y bailaban con los atavíos del ladores o tañedores bacía falta durante el
areyto de Vexotzincauitl o Anabuacaiutl; y areyto, esto era considerado como delito, y
si el Señor mandaba a los maestros y can­ luego el Señor les hacía prender, y otro día
tores que cantasen y bailasen el cantar que los mandaba a matar.
se llama CuextecaiutI, tomaban los atavíos Veamos lo que dice del areyto «Motolinía»
del areyto conforme al cantar; de modo que —Memoriales Cap. 26—en uno de sus párrafos:
los cantores tenían muchas y diversas mane­ “El Señor con los principales y viejos andan
ras de atavíos de cualquier areyto para los delante de los atabales bailando: estos hin­
cantares y bailes. chen tres o cuatro brazas alrededor de los
El Señor o Emperador lo primero que ba­ atabales, y con éstos otra multitud que van
ensanchando e hinchendo el corro”.
cía era: dictar el cantar que se debía de de­
cir, y mandaba a los cantores que le pusie­ “Los delanteros son dos hombres sultos
sen en el tono que quería, y que le prove­ de los mejores danzantes, que van guiando
yesen muy bien; también mandaba hacer la danza. En estas dos ringleras, en ciertas
aquellas «macetas de ulli» (o sea bolillo se­ vueltas y continencias que hacen, a las veces
mejante al que se usa para tocar la tambora miran y tienen por compañero al de frente,
militar), con que tañen el teponaztli, y que y en otros bailes al que va junto tras de él”.
“En época muy precortesiana el número de po como de los pies, van con más gravedad.
danzantes pasaba de dos mil, pero de la con­ Ciertos levantan y bajan los brazos con mu­
quista para acá, fué disminuyendo y apocan­ cha gracia. Cada verso o copla, repiten tres
do el número que se conserva boy día . o cuatro veces, y van procediendo y diciendo
“Los primeros cantos van en tono bajo, su cantar bien entonados, que ni en el canto,
como bemolados, y despacio; el primer canto ni en el baile, ni en los atabales sale uno de
es conforme a la fiesta, y siempre dan prin­ otro. Acabado un cantar, toma la vez el atabal
cipio de canto aquellos dos maestros, y luego mudó el tono: todos cesan de cantar, e hecho
todo el corro prosigue el canto y el baile ciertos compases de intervalo en el canto, mas
juntamente, y toda aquella multitud traen los no en el baile, luego los maestros echan otro
píes tan concertados, que no discrepan ni cantar un poco más alto y el compás más vivo,
sale uno del compás, haciendo todos los mis­ y ansí van subiendo los cantos y mudando
mos movimientos, con los atabales y cantan- los tonos y sonadas, como quien de una baja,
fes concerfadamenfe . muda y pasa a una alta, y de una danza a
“Los grandes danzadores de España que lo un contrapás. Andan bailando algunos mu­
ven se espantan, y tienen en mucho las dan­ chachos y niños, hijos de principales, de siete
zas de estos naturales, y el gran acuerdo y y ocho años, que cantan y bailan con los pa­
sentimiento que en ellas tienen y guardan . dres. Como los muchachos cantan en prima
“Los que quedan apartados de aquella voz, agracian mucho el canto. A tiempo ta­
rueda (es decir, al lado de fuera) podemos ñen sus trompetas, y unas flautillas no muy
decir que llevan el compasillo, que es de un entonadas. Otros dan silbos en unos hue-
compás hacer dos, y van en movimiento do­ sezuelos que suenan mucho. En estos bailes
ble y meten más obra en la danza... Los sacan muchas divisas y señales en que se
que andan en medio del corro hacen su com­ conocen los que han sido valientes hombres
pás entero, y los movimientos, ansí del cuer­ en la guerra”.

LOS ORNAMENTOS Y ADORNOS QUE USABAN LOS SEÑORES


EN LOS AREYTOS
U no de los aderezos y el primero que ces usaban medías lunas de oro colgando de
usaban los Señores en los areytos se llama­ los bezotes. En el agujero de las narices los
ba quetzalalpitoai, que consistía en dos bor­ grandes Señores, metían unas turquesas muy
las, hechas de plumas ricas de quetzal guar­ finas, u otras piedras preciosas, a uno y a otro
necidas con oro, muy curiosas, y traíanlas lado de la nariz. Del cuello pendía gran­
atadas a los cabellos de la coronilla de la des sartales de piedras preciosas, y de un
cabeza, que colgaban basta las sienes; se po­ collar de oro pendía un medallón con jero­
nían también un plumaje rico y ostentoso a glíficos y una piedra preciosa en medio de
cuestas, que se llamaba: tlaubquecboltzontli ella, que por la circunferencia colgaban unos
muy característico. Adornaban también sus pinjantes de perlas.
brazos con ajorcas de oro; y unas orejeras de Usaban en las muñecas unos brazaletes
oro con discos labrados de jade; se ponían de mosaicos, hechos de jadeíta con unas plu­
también atadas a las muñecas, una correa mas ricas que salían de ellos; y bordadas de
gruesa sobada con bálsamo, y en ella una plumas ricas y con oro, unas bandas que
cuenta gruesa de cbalchivítl, u otra piedra pre­ ceñían su cintura y les caían basta los píes.
ciosa. También se ponían un barbote de Llevaban en las piernas de la rodilla abajo
cbalchivítl, engastado en oro, metido en la grebas de oro muy delgado; tenían también
barba, a veces estos barbotes eran de crista­ en la mano derecha una banderilla de oro,
les largos, dentro de ellos unas plumas azules que en lo alto como remate llevaba un fla-
metidas, que les hacen parecer zafiros. Y mín de plumas de quetzal. Ostentoso era el
otra gran variedad de piedras preciosas, se penachón de plumas de quetzal que ornaba
ponían también en los barbotes. Tenían el su frente, la cabeza del quetzal y las alas
bezo agujereado y de este pendían colgadas, servían de diadema, y la cola caía majestuosa
como que salían de dentro de la carne; a ve­ hacia atrás, con unas plumas muy vistosas y
17o. Mes. - KALENDA. - TITITL. (Recoger el Grano o Fiesta de la Cosecha) -
Celebraban la fiesta llamada «TITITL», y al dios que en ella se festejaba le decían
«CIHUACOATL» o también «TLAM ATECUTLI» que quiere decir: «Mujer Culebra».
(Codex Ml igliabrcch ia no XIII 3).
largas; las alas del quetzal venían hacía las tigua usanza, especialmente en el baile de
sienes como cuernos de hierático simbolismo. «Moros y Cristianos», que de español sólo
Llevaban en la mano unos mosqueadores tiene la relación, pues la indumentaria re­
o abanicos, que llamaban: quetzallícahuaztli; cuerda inmediatamente los ornamentos osten­
en la mano izquierda, pendiente de un bra­ tosos que los sacerdotes, emperadores, caci­
zalete de turquesas, pendían unas bandas de ques y principales usaban en los antiguos
oro. Otras veces acostumbraban a llevar unos areytos en honor de los dioses de los primi­
collares de oro hechos en forma de eslabones tivos toltecas.
de serpiente; y otros llevaban en los areytos Además, el ritmo del baile de «Moros y
ramos de flores simbólicas en la mano, jun­ Cristianos», es completamente indígena, lo
tamente con una caña de humo perfumado mismo que la melodía de las diversas partes
que iban fumando. Otros llevaban unas so­ de este baile (salvo algunos compases de in­
najas de oro, y otras de morrito que iban terpolación española, pero del siglo XVI), son
sonando mientras bailaban. A veces usaban de una estructura y sabor completamente pre-
(según el carácter de la danza o areyto) más­ cortesianos.
caras labradas de mosaicos y de cabelleras Las razones que tengo para suponer ésto
recogidas en la coronilla, adornados con unos las verá el lector en el Estudio y Clasifica­
penachos de oro que salían de las máscaras. ción de Melodías, más adelante.
Los grandes sacerdotes y ministros a veces Hay en este baile de «Moros y Cristianos»
llevaban, además de los ornamentos de rigor, un afán de persistencia indígena en conservar
insignias, símbolos y hasta las figuras de los con toda fidelidad los pasos antiguos que son
dioses, según a quien iba dedicado el ritual los del areyto, los ritmos de su raza, y en todo
del areyto. A los grandes sacerdotes como lo posible también la indumentaria en estos bailes
a los señores, nunca les faltaba el pequeño de sus antepasados. Esto lo han logrado, con
cetro en la mano, pues él, era señal de je­ la repetición constante, en donde hay familias
rarquía y poder. enteras dedicadas a la conservación de estos
Estudiemos bien estos ornamentos que bailes e indumentaria, que desde hace siglos
constituían la indumentaria indígena preco­ vienen legando, como sagrada herencia, a hijos
lonial, y situémonos frente a los bailes indí­ y nietos, como el único tesoro que les quedó
genas actuales, y encontraremos: mucho de después del total despojo sufrido en la con­
los símbolos, figuras y ornamentos de la an­ quista y después de la conquista.

ARTE DE LA CERAMICA EN CUZCATLAN


El arte de la cerámica en el territorio de características, dice de pertenecer a la cultura
Cuzcatlán (ahora El Salvador) llegó a alean- «arcaica».
zar en las antiguas civilizaciones, un grado En los «tipos» encontrados en el nivel
de perfección artística tal, que boy día, ar­ superior, después de clasificar los vasos o figu­
queólogos y artistas, quedan perplejos ante ras que no están pintadas, y estudiar los va­
el enigma de sus símbolos, el material y téc­ sos pintados y decorados, dice que esa clase
nica empleados y la mano prodigiosa que dejó es indiscutiblemente de inspiración «maya».
la emoción de su alma en las maravillosas “Vaillant ba deslindado seis clases de al­
decoraciones de vasos, pebeteros, cajetes, etc. farería: la castaña, la blanca, la del rojo pu­
La cerámica de El Salvador, ha sido estu­ lido, la de tres colores, la grabada de dos
diada por notables arqueólogos, y uno de ellos, colores y la del rojo fuerte sobre amarillo”.
el distinguido científico Samuel K. Lothrop,
La alfarería polícroma del nivel superior,
en un profundo estudio hecho en los diver­
se distingue de la clase pintada del nivel in=
sos niveles o humus encontrados, así como
ferior: (1), por la forma de los vasos; (2), por
por las capas de ceniza, la clasifica en dos
«tipos»: primero, los del nivel inferior (el más los tipos de los modelos decorativos, y (3),
por los colores empleados.” (S. K. Lothrop).
profundo), y el segundo, los del nivel superior.
En los «tipos» encontrados en el nivel Así, pues, en nuestro territorio se han
inferior, después de estudiar y describir sus encontrado en excavaciones llevadas a cabo
en diversas regiones, magníficos ejemplares cos, especialmente cabezas de serpiente artís­
de 1 as valiosas civilizaciones antiguas, que ticamente estilizadas. Están éstas modeladas
corresponden así: Cultura Arcaica, Cultura con habilidad y algunas realizadas de modo
Pre-Maya, Cultura Maya del Antiguo Impe= admirable. Los «tipos» que sirvieron de mól­
rio, Cultura Maya del Nuevo Imperio, Cultura delo y hasta los diversos momentos de ánimo
Tolteca, Cultura Lenca-Matagalpa y la Clase — cólera, alegría, miedo, dolor — están allí
Plumbate. eternizados en la piedra o reflejados en los
vasos. Los alfareros mayas, llevados en su
En la alfarería polícroma maya, se encuen-
afán escultórico, olvidaban el fin del vaso o
tran varias clases, por sus estilos. Los más
vasija basta el punto de que la utilidad de él
decorados y antiguos, son aquellos que repre­
queda subordinada a la forma. El placer
sentan espectáculos mitológicos o religiosos,
estético prima sobre el objeto mismo, y éste
llevando además frisos pintados que rodean
llega a ser un pretexto para que el artista,
completamente el vaso. Otros llevan como
anónimo cree con un claro sentido realista
decoración pinturas humanas (dioses o sacer­
bellas reproducciones de la naturaleza.
dotes y guerreros), figuras de pájaros o aní­
males repetidos en derredor del cuerpo prin­ Este becbo se presentaría como único en
cipal del vaso, en modelos pintados, grabados las civilizaciones aún en formación, como lo
y en relieve. fué la pipil de Cuzcatlán, pero no hay que
En todas esas culturas de las civilizacio­ olvidar que en el mismo sitio donde floreció
nes, se encuentran además ejemplares de al­ la civilización azteca, muchos siglos antes,,
farería de afinidad a cada una de ellas. otros hombres (mayas y toltecas) realizaron
obras tan estupendas como lo dejan presentir
En los especímenes encontrados de la cul­ las admirables ruinas de Teotibuacán y CEi-
tura tolteca, se bailan muchos con represen­ cben-Ytzá, en México, y también todas las
taciones de los dioses: Tlaloc, Tezcatlipoca, ruinas en Centro América, basta donde se
Quetzalcoatl y del «Dios Cerro-Valle» Tepétl-
extendió el límite del antiguo imperio maya..
Techan, o sea el Tzul-Taká de los maya-quichés. Los cuzcatlecos del norte hasta el límite
También se encuentran vasos, con escenas de del río Lempa, fueron herederos de una
oferentes y otros con sacerdotes nabualistas. buena parte de aquella civilización desapa­
Los vasos funerarios eran hechos con arte recida.
y buen gusto, poniendo en ellos todo su es­
En otros lugares de la región pipil, los
mero el artista alfarero. Dad a su creencia
vasos son menos suntuosos, sencillos y obe­
acerca de la resurrección de los cuerpos, los
decen por su forma al fin a que estaban des­
indios rodeaban el cadáver momificado, de
tinados. Todo su valor artístico se concentra
utensilios, ornamentos e insignias y alimentos.
en las pinturas que los ornan. Son éstas,,
Así se han bailado en algunas tumbas, dibujos estilizados de pájaros, serpientes, hom­
restos humanos junto con varios objetos de bres o anímales fantásticos y grecas en colo­
alfarería, vasos sobre todo, con sus dibujos res vivos, sobre un barro bl anco lustroso, o
y pinturas inalterables. Estos han prestado sobre un fondo ocre, o barro claro gris ver­
valiosísimos servicios a la Etnografía, pues las doso.
figuras humanas, animales, escenas, divinida­
des, aparecen como constantes motivos de Entre estas dos escuelas, —la maya y la
decoración. En estos vasos se ven los ras­ pípil-tolteca,— de arte de la cerámica, exis­
tros de las civilizaciones pre = mayas, mayas tían gamas intermedias que, faltas de perso­
del antiguo imperio, mayas del nuevo impe­ nalidad, se presentan menos interesantes por
rio y toltecas encontrados en excavaciones de lo híbridas.
la región central de Cuzcatlán. Se distinguen Visitando el Museo Nacional y algunos
ellos notablemente, según procedan de las pequeños museos particulares, me be dado
culturas apuntadas, o también si son aztecas cuenta de aquel grado superior de cultura
o pipíl-tolteca. de nuestros indios en épocas lejanas, y al
Los artesanos del antiguo imperio maya, otear el ayer de nuestra Patria se siente una
llenos de preocupaciones artísticas, hicieron inmensa emoción por la fuerte característica
sus vasos como sus templos y altares, dán­ de aquella civilización manifiesta en todos sus
doles formas humanas o de animales totémí- artículos domésticos, en los cuales se encuen-
18o Mes. - KALENDA. - ITZCALLI. (Casa de Obsidiana). - Al dios que
celebraban en esta fiesta se llamaba «XlUCTECUCTLl» y a la fiesta la
¿«signaban «ITZCALLI». v,,. -, »
(Q.odex Migliabecchiano A/11 Ò) 9
tran adornos con figuras simbólicas o dioses jetes, vasijas, flautas, pitos, máscaras, etc., etc.
de su teogonia y prácticas rituales. Para dar una idea de la belleza de esas
Tenemos verdaderas obras de arte, como: obras de alfarería daré a la ligera la des­
pebeteros, incensarios, altares, vasos sagrados, cripción de dos ejemplares de mí pequeño
vasos cinerarios, sonajas, urnas, porrones, ca­ museo:

Vao enccnfrado en el Barrio ae San Jacinto Vaso encontrado en terrenos del Cuartel de El Zapote,
de esta Capital, con el Dios Viejo o sea el (Barrio de San Jacinto) de esta Capital. Representa
Mam en una de sus representaciones, vestido
al Dios Joven o Tzul=Taká («Cerro=Valle».)
con la piel de un Lagarto.

El primero es un vaso sagrado cilindrico «Dios Malo» era el que imperaba en los cinco
de 210 mm. de alto por 130 mm. de diámetro; días aciagos en el cambio del año, al cual
tiene arriba, en el borde, un dibujo de petate dedicaban ritos en las fiestas religiosas.
muy bien acabado, y más abajo, paralelo al
El otro ejemplar representa un vaso de
petate, sigue el dibujo de una culebra, lo cual
mayor altura y diámetro que el primero. En
significa, según la opinión de algunos arqueó­
el borde tiene una franja decorativa con «ca=
logos: «El final de una época», aunque podría
tunes»; por el estilo de sus decoraciones, y
ser también una representación de la «Ser­
el dios que representa, que es el Dios Joven
piente Emplumada» o Quetzalcoatl de los
o Tzul-Taká repetido alrededor de la parte
pipil-toltecas. Ostenta en el centro cuatro
central del vaso, éste ba sido clasificado como
figuras del Dios Viejo o sea el Mam en una
un ejemplar de la civilización maya.
de sus representaciones. Este Dios Viejo de
la raza maya representaba al demonio o «Dios Es de notarse también ese perfume tan
Malo» y se adoraba en El Salvador como en peculiar que emanan estos vasos, cuyo origen
Guatemala junto con el Dios Joven «Dios no puede uno explicarse, aunque por tradi­
Favorable» (el Tzul-Taká llamado Tepictli por. ción se sabe que a la arcilla con que elabo­
los pipiles), o «Dios Cerro = V alie», protector raban estos vasos, le mezclaban copal y otras
de los campos y las siembras; mientras que el sustancias olorosas.
EL DIAPASON DEL COSMOS DE LA CORDILLERA ANDINA,
EN LA MUSICA INDIGENA
LA NATURALEZA, FUENTE DE INSPIRACION

Ese embrujo misterioso del Diapasón del instrumentos guerreros del indio primitivo,,
Cosmos de la Cordillera Andina, que late y resuena aún en el corazón de la montaña, en
vibra en el espinazo del Continente Ameri­ las cumbres de la cordillera americana, reper­
cano, desde la coronilla en Alaska, hasta la cutiendo en los ámbitos como una llamada a
extremidad del Cabo de Hornos, ba inspirado las voces de la naturaleza.
la pauta de la música indígena, transmitién­ El sonido del cuerno es bronco, repercu-
dole su fuerza emotiva, su solemnidad hierà­ tente, aterrador.
tica, de igual manera que la poderosa acción El sonido del caracol es duro y vertical
volcánica, que proviene de la gigantesca tren­ como la roca donde nace, templado con el
za de montañas, al influir en el carácter y diapasón del mar, y apretado como las olas
psicología de la raza, plasmó el alma del antes de reventar. Al rudo y doloroso son
Continente Indo-Hispano. del olulante caracol, el indio llama a sus her­
Se impone sobre la música de la raza el manos cuando estalla en su corazón la tem­
mandato inevitable de esa violencia bárbara pestad de una tragedia: la guerra, el peligro,
de la naturaleza. el odio o el espanto.
¡Diapasón del Cosmos Atlante de los An­ Y esa sorda trepidación de los tepuna­
des! ¡Sonidos misteriosos de la Gran Cordi­ huastes, y el tuntuneo de los toscos tambores
llera Andina! Al conjuro de su maravillosa con que los indígenas acompañan las tristes
evocación, renace el espíritu del Continente melodías del «pito de caña» o el lamento de
Indo-Americano, sugiriendo una nueva visión las chirimías, es la que parece interpretar las
de las fuerzas interiores de aquellas antiguas vibraciones del viento, cuando está bajo el
civilizaciones. Música Indo = Americana ins­ influjo del diapasón del Cosmos: porque, como
pirada en la majestuosa altitud de los pica­ en el tronco ahuecado del árbol y del parche
chos y en el misterio de la selva, ¡cuántas restirado y tenso de esas rústicas cajas, así
emociones nos arranca y cuántas revelaciones repercuten en el azul sonoro de las altas se­
nos está gritando! rranías el infinito musical de sonidos y vi­
En algunos lugares indígenas, el pitazo braciones del MELUS= ATLANTE de la gran
sacerdotal del cuerno o el bufido del caracol, cordillera.

TONICA

Sí, en los Andes magníficos del Continente, tono con el diapasón del Cosmos de la cor­
flotan las pautas sonoras de la música indí­ dillera, perciben y captan los sonidos más
gena. Un cíelo siempre azul, esmeralda de aquilatables y aun los muy sutiles de ese
montañas en los horizontes lejanos, y un sol orfeón de voces que son llevadas y traídas
de inmensa pupila abierta que nos baña de por los vientos de la Sierra Madre, y las imi­
ardientes luminarias, be ahí la clave que da tan melancólicamente en sus instrumentos
a los indios la «tónica», para poder cantar con musicales, vaciando en sus flautas de caña y
voces de la raza la música de América. chirimías indígenas toda su alma sensible y
La profunda sinfonía de la montaña, la emotiva.
fresca melodía de los valles, el lejano cantar De todo ese conjunto armonioso, y de los
de la selva, dan ahí su tónica especial, corno cantos de los pájaros flauteros, nuestros in­
deja sentir su cantilena el cristalino madrigal dios toman el melus de su música, así fugaz­
de los torrentes. mente, al pasar cantando la brisa de la mon­
El ventisquero cósmico de los Andes de taña, o el trinar de un pájaro antes de alzar
América es el que hace oír sus voces en la el vuelo.
música de todo el Continente. En arrobamiento casi religioso, el indio
Y así, los indios con su fervor panteísta, busca el aislamiento, el retiro, cuando se em­
con la refinada sensibilidad de su espíritu, a peña en modular esas voces, para captarlas e
interpretarlas mejor en el silencio, de alma a En su tepunahuaste lloró la selva, rugió
alma con la naturaleza, temeroso de que se el volcán y cantó la montaña. Late en él,
pierdan o se apaguen esas naturales pero su­ amorosamente, el corazón de la Madre Tierra,
blimes voces con que canta y se expresa el y el golpe regular y monótono, a veces fre­
panorama magnífico de esta porción central nético y poli=rítmico, traduce ese latir alter­
de la cordillera andina. Ellos, sintiendo nativo y violento de la circulación de las
en su espíritu esas voces, las repiten e inter- ondas telúricas, en las arterías cósmicas. Y
pretan entonces apasionadamente, una y cien así como el caracol marino guarda la música
veces, imprimiendo así a su música esa ca­ de la onda y la espuma, el indio sabe que
racterística inconfundible de simplicidad ru­ en su tepunahuaste (caracol de la montaña)
dimentaria y a la vez de sugestiva monotonía. quedaron las voces del corazón de la Madre
En las cumbres del Quezaltepec, en las Tierra; quedó la música del viento que se
enredó en el árbol, y las voces de la mon­
fiestas dç Pascua suenan sus flautas de caña,
acompañadas de un indio tambor, y la ronca taña que el árbol guardó en su tronco.
vibración que imprimen a éste, es la propia Los acantilados de rocas a lo largo de la
voz del viento rompiendo los pajonales y los Costa del Bálsamo, frente a la inmensidad
hirsutos flecos de la caña brava; mientras las azul del Océano Pacífico, las cascadas y arro­
finas modulaciones de los pifos delgados y pe= yos de los valles son también lugares predi­
aueños, imitan el lamento de la brisa al pasar lectos de inspiración para nuestros indios, que
por la llanada de Cuzcatlán haciendo cantar escuchan con devoción y perplejidad la sin­
las espigas doradas de las mechudas milpas, fonía del mar, el golpe de la cascada o las
o imitando la queja del guarda-barranca y del frescas cadencias de los manantiales. Y en
zenzontle sin abrigo, cuando la naturaleza se recogimiento, embelesados y abstraídos, sin
estremece y llora. Se oye entonces la voz
medir el tiempo, se pasan captando aquellos
más solemne de la montaña en el instrumento
rumores, que a continuación modulan con tal
patriarca de los indios: el tepunahuaste. El
fuerza descriptiva en creaciones musicales,
es el estuche sonoro en donde el indio guar­
dó el tesoro de sus virtudes musicales. que bien podríamos llamar: nafurisfas.

LA CARAMBA

Con su típico instrumento: «La Caramba», En algunos lugares planos de las rocas
imitan a maravilla el cantarino rumor del agua escarpadas de la cordillera, como en lícalapa,
que va corriendo. Insistencia monotona... El los sonidos que sacan al cuerno (Olifante
golpe de la caramba se hace más movido, más indígena), a los caracoles y sacabuches, seme­
fuerte, ¡zumba!... y entonces es el propio gol­ jan el respiro jadeante de la raza y de la
pe de la cascada que repercute en las mon­ tierra bajo este sol del trópico.
tañas: uniforme, unítonal y pausado; mientras Los indios aspiran fuertemente en la bo
los bombos y tambores indios, interpretan el quilla del cuerno y así modulan los semito­
murmullo onomatopéyíco del arroyo al rebotar nos, y los tonos completos ios emiten, insu­
tropezando sobre el pedregal de la hondona­ flando; de igual manera hacen con el caracol,
da, cuando acompañan las cadencias de «La El sacabuche es un recipiente de barro
Caramba» indígena que resuena con ese abe- con un fuerte parche de cuero de venado; ai
jeo apasionado que da a su vieja alcurnia, centro del parche tiene un agujero, y el so­
sin embargo, toda la áspera dulzura de la nido lo obtienen con el frote de un palo un­
sierra costera. tado de cera, que al practicar el «sobíjeyo»,
Cuando el viento se lleva el rumor de la hundiendo y sacando el palo, parece como si
cascada y silba quejumbroso, lo imitan, gol­ estuviera diciendo: «fu=fu=fa!», «fu-fu-fa!», pro­
duciendo así en la atmósfera, como un vai­
peando con su varita, indistintamente a uno
y otro lado del amarre de la cuerda en la vén de ondas sonoras.
parte central, mientras que la mano ahueca­ Al escuchar atentamente esas ondas ron­
da sobre la boca de la calabaza, tapando y cas y estruendosas de entrecortadas modula­
destapando y hace llorar o gemir al viento ciones que vienen de un grupo de sacabuche-
que se aleja despeinando a la cascada. ros y sonadores de cuernos y caracoles, al
que agregan ios «tumbos» de la «sambumbias», charlos. Cuando un indio suena su «cañuto»
parecen dilatarse en las rocas y en el mar, y el tambor resuena acompañando, cierro los
avanzando como una tempestad, basta estre= ojos, y sin esfuerzo me siento transportada a
liarse en el acantilado de la cordillera madre; otra época, frente a un panorama sinceramente
como si se infiltraran por los riscos y cañadas, primitivo y nuestro.
por los pedregales y torrentes en las heridas ¡Es la raza de bronce y obsidiana, que se
del monte, adentrándose en la montaña como mueve y canta con ese ritmo y esa melodía
poderoso suspiro. en el paisaje autóctono!
Esta es la impresión que se siente en Los instrumentos de viento o flautas de
esos lugares apartados, al escuchar esa mú= caña, barro o huesos de animal (como el tía-
sica sorda y estrepitosa de los terribles cuer- pitzalli, el tunalpitzaztli y las chirimías), son
nos, caracoles, sacabuches y sambumbias de distintos.
los indios de la Costa del Bálsamo y en lu­ O
El indio al interpretar un son t melodía,
gares como en Jicalapa, allá en los picachos se aísla con ellos en sus penas y en sus ale­
de las rocas. ¡Es el diapasón atlante del Cos­ grías, y al caminar por el valle de sus pue­
mos de los Andes! blecitos o al ascender por la escarpada sierra,
Y es por eso, que la música indígena pro­ entonces en aquel desamparo silencioso de la
ducida en instrumentos tan rudimentarios, y colina agreste, hace sonar su humilde «pito
con sonidos que a veces parecen híbridos o de caña» (acatpitzaztli) y, se arroba y se re­
desafinados, posee ese raro encanto que sólo coge en su emoción. Se diría, y podría ase­
es capaz de sentir y comprender, aquél que, gurar que así es, que al interpretar su música
como los indios, sienta y vibre con las voces en la escasa «gama» de sonidos de esos ins­
de la naturaleza y la belleza embrujadora de trumentos rudimentarios y primitivos, fueran
la cordillera. sus sentimientos íntimos los que tienen un
Hay giros tonales y modulaciones sobre respiro por medio de los sones o canciones
las cinco notas de su escala primitiva (la ar= que ejecutan, tal es la intensidad de movi­
cáica y la pentatónica), que cautivan por algo miento que les imprime, en la cual se siente
muy íntimo (la voz del ancestro), de añorante que rebosa el dolor de su alma atormentada
lejanía que se siente o se presiente al escu­ y triste.

PSICOLOGIA

En la psicología del indio, hay un com­ Es que sus facultades de percepción es­
plejo que nosotros no podemos comprender. tética están condicionadas de manera muy
El tiene un íntimo goce en su tristeza y aun distinta a la nuestra. Cada raza tiene la mú­
en las pocas alegrías que la vida le brinda, sica en íntima relación con sus capacidades
las exterioriza en la forma melancólica habi­ y su psicología.
tual e inseparable en su manera de ser. La música del indio siempre expresa un
Esas frases musicales de extraña contex­ afán: amor, pan, alegría, dolor, lucha, etc. Por
tura son para el indio la pródiga fuente de eso aún en la alegría su música es triste,
una triste alegría, del afán del goce sensual porque al destruirle sus arcaicos dioses y al
que se traduce en el violento remolinear del ampararse al credo del cristianismo, no han
Cujtan-Cuyámet o el baile de la «Shora» y dejado por esto de sentirse solos y abando­
el de la «Sebastiana», que busca la satisfac­ nados, pues aquellos a quienes les enseñaron
ción sensual y la alcanza sin esfuerzo, casi a mirar como hermanos, ban sido casi siem­
inocentemente. Pero la danza, que es casi pre sus peores verdugos.
un rito religioso para el indio, (por ser una La música es queja, es congoja, pero tam­
ofrenda al dios Falo, dios de la fecundación) bién es un himno a la vida de su tierra
y en la que traduce mayor solemnidad, es la mancillada, y ai sol protector de esta misma
danza del «engendro». tierra.
El indio quejándose, goza a través de esos Pero no sostienen la victoria en su mú­
sonidos graves y tristes que arranca al «pito sica, pues casi siempre al repetir el ritmo, el
de caña o a ía «chirimía»: goza sufriendo pro­ cambio de tonalidad de mayor a menor, en
fundamente. frases continuadas, decae al fin en lánguida
sumisión. Por alegre que pretenda ser una En la poesía del paisaje esos cuadros de
melodía, pesa sobre ella la fatalidad de la la vida del indio en la amplia cordillera ameri­
raza, que se traduce en lamento adolorido. cana, tienen ese complejo matiz «triste-alegre»
a pesar de su apacible serenidad, exactamente
La música por sí sola no ha sido capaz
como el complejo de la psicología de la raza.
de realizar el milagro de crear la alegría de
Así se comprende por qué el indio está feliz
una raza que corporal y espiritualmente ba
allá en el corazón de la montaña, gozando
sufrido tanto.
con la melancólica poesía de la gran cordi­
La música indígena, nacida de la desespe- llera y la majestad de los volcanes, refugián­
ranza, es una continuada queja. La melodía dose en su rancho, o soñando bajo el amate
como el ritmo se someten a la tristeza; aun­ que le brinda sombra; y ese estado de espí­
que la música sea alegre, va decayendo en ritu se traduce y manifiesta, cuando en me­
lamento, que es como herida por la que fluye dio de la desolación en la colina deja esca­
sangre. «Para la raza indígena poco expansi­ par las dulces notas de su «pito de caña»
va, la música significa propiamente el pensa­ con el misterioso tuntunear de su tambor, o
miento; pero este pensamiento es sombría­ cuando en un brote de ritual alegría, engala­
mente triste y amargo. na su rancho o Cofradía con guirnaldas de
El mundo está lleno de música triste, pero flores y sartas de mamey, que se mecen al
ninguna llega a apoderarse de nuestro espí­ compás de los gallardetes sonoros de las ho­
ritu, como ésta de la raza. jas de plátano en la fiesta nupcial.

LA SENSIBILIDAD DEL INDIO

Todas las escenas en los rituales de la de los tambores. Su música es como una
siembra tienen para el indio un íntimo sen­ llamada, ya para la alegría como para el dolor.
tido, en las cuales va envuelta su alma. La familia indígena al escuchar esta mú­
Sentido religiosamente panteísta, cuando el sica profundamente emotiva, no puede resistir
indio rompe el vientre de la Madre Tierra a su poderosa fuerza de atracción y deja su
trazando el surco, donde las mujeres con sus rancho, huyendo del pueblecíto al encuentro
hijos, al son de pastorales indígenas, van del indio músico que toca el tepunabuaste en
tirando el grano y pidiendo el augurio bue­ las noches lunadas (dando a sus ritmos todo
no de la cosecha. Y así, al son de arcai­ el temperamento cálido de esta tierra tropical),
cos instrumentos y de danzas rituales, los o cuando otro de la comparsa suelta la do­
indios amenizan la oración del trabajo, alia, liente melodía de su «pito de caña» o la chi­
en los valles risueños o en las arrugas de la rimía, mientras la montaña, sobrecogida por
alta colina, empapados en su honda tristeza, el misterio de un no sé qué, se pasma y lan­
pero también gozando el deleite de una dulce guidece, cuando el crepúsculo agoniza después
serenidad. Por eso los tambores y las flautas de una orgía de sol.
indígenas de esas regiones desoladas y altas, Es la voz del diapasón del Cosmos de esta
marcan en su música el «.tono» de ese estado porción de la cordillera; es la voz de la Ma­
espiritual de la raza, que se extiende y ha­ dre Tierra captada por la sensibidad de la
bita en esos lugares. Para nuestros indios raza y tan admirablemente expresada en la
esas fiestas rituales son de una profunda música indígena.
emotividad, y es en su música que reflejan Trópico exuberante, pujanza de montañas,
colinas y volcanes, serpenteando en las altu­
ese estado de alma.
Los indios, todo lo expresan con su música. ras de la cordillera; allí en esas alturas la
Así, cuando la tempestad de una pasión azota música indígena captada en las ondas embru­
sus corazones, o el sacudimiento de un desen­ jadoras del diapasón cósmico refleja podero­
gaño les hace caer, rompiendo una ilusión en samente una emoción sincera y fuerte.
brote, entonces el sonido «mate» y triste de Pero en este frenesí de fertilidad hay la
sus flautas, agita en forma brusca el suave armonía del orden natural y la armonía mu­
encanto de aquellos lugares, y de lánguidas sical en el gigantesco concierto de las voces
y dolientes se vuelven híbridas y desesperadas, de la montaña, de la colina, del volcán y del
atronando como huracán en las cavidades y mar, movidas todas por el mágico diapasón
hondonadas, al estallar la terrible percusión del Cosmos.
¡Es la inmensa sinfonía de los elementos! cal, el sol se columpia de las seis de la ma­
Canta el mar, canta la montaña, canta el sol ñana a las seis de la tarde, aplicando su
y el viento. llama recta hacia la tierra. El sol arde y la
Y el indio zambulle su humanidad en esta tierra también es ardiente. Y el indio tam­
música gigante del sol, del mar, del viento y bién sabe vivir armónicamente con el sol y
de la montaña. Aquí, en esta pujanza tropí= con la tierra.

RITUAL INDIGENA

Los indios del primer imperio de Cuzca­ coloniaje, imprimiéndole sus modalidades y
tlán se envolvieron en armonías imprecisas psicología. Justo es reconocer el noble aporte
e ingenuas, como todas las músicas de las de los conquistadores que nos trajeron «una
razas de la humanidad en la primera edad sexta nota» y escala completa después, que
del mundo. Pero después buscaron (como juntamente con los instrumentos de la cultura
todas las razas también) las formas de rendir híspana, enriqueció las posibilidades de la
su adoración y gratitud a los astros por el cultura indígena.
beneficio que aportaban a la agricultura, y En la música nativa priva siempre el sen­
nació la danza ritual y el himno religioso. timiento intangible de las cosas sobre los
Se ensalzó en sus cantos a Túnal («Sol») y seres (en el espacio y en el tiempo). En las
a Quetzalcoatl («Estrella de la Mañana»), y danzas también se encontrará la expresión
se inmortalizó en las danzas el nombre de de una idea profunda inspirada en la obser­
algunos anímales sagrados como el tapir o vación de la naturaleza.
danta, el Cujtan-Cuyámet (tunco de monte), Ahí tenemos la vistosísima danza de los
el venado, y la «Danza al Sol de la Mañana» «Chírilaguas» o «Danza da los Plumeros».
que después los españoles le dieron el nom­ En los giros de los danzarines en rueda, que
bre de «Yegüita». van imitando o evocando la rotación de los
Persisten todavía en los rituales indígenas astros, o el afán de una lucha..., o en los
ante las imágenes del culto católico, y se bailes que interpretan la veneración de sus
escapan aún en las flautas autóctonas, acen­ tótemes familiares o animales de la fauna mi­
tos y ritmos inconfundiblemente primitivos, tológica regional, a los que imitan, haciendo
con un sabor muy marcado de clásico paga­ sus disfraces con sus cueros y sus plumas,
nismo. En el florecimiento de la raza: la mú­ imitando también sus pasos, para salir al fin
sica fué solemne, bierática, panteísta. Era la vencedores en la trama que la leyenda urdió,
raza sin cadenas que cantaba a la naturaleza y que conserva la tradición. Y así cantan,
y a sus dioses, interpretando fielmente las así danzan, al ritmo de típicos sones que vi­
voces de la tierra, sintiendo en su alma la bran no obstante la ronca percusión del te­
grandiosidad del Universo, concibiendo a Dios punahuaste o del atronador tuntuneo de los
en todo lo creado. Y de ahí nació su Na­ tambores de pellejo.
turismo. Después del proceso de la conquista Nadie mejor que el indio sabe qué dicen
y la Colonia con sus encomenderos, decayó las voces prolongadas del viento; sabe el por
en queja, alargándose el lamento de su in­ qué del llanto de la lluvia, y cuándo el can­
menso dolor, a través de muchos siglos y to de los pájaros es trino de alegría o grito
épocas. de dolor» Oye y escucha el romance del río,
La influencia de las Colonias frajo por el suspiro de la milpa, el dolor mudo del
consecuencia la música criolla, más alegre, amate y la placidez misteriosa de la Madre
más sensual, menos profunda y religiosa; Ceiba. Por eso su música es todo esto. Ahí
porque esos extraños motivos musicales no está el pentagrama embrujado de su música.
se inspiraron ni abrevaron en las fuentes Música escrita con trinos y gorjeos, y la no­
propias, ni fueron producto de las inconfun­ ta pedal o el sostenido «calderón», es el grito
dibles voces de nuestro propia naturaleza. del viento en la montaña; que se aleja, que
Pero a pesar de todo, en toda época, la se acerca, que se tiende y prolonga indefi­
música indígena ba sido profundamente pan- nidamente... dolorosamente...! ¡Por eso es
teísta, y ba dado expresión nativa de sello que su música trasciende sentimiento de la
inconfundible, aún a las interpolaciones del Madre Tierra, y el alma de un Continente!
Para poder comprender el alma de las El alma nueva de la raza ba sido mode­
razas nativas del Continente Indo-Híspano, lada por las fuerzas telúricas, en consonan­
es necesario poder percibir el maravilloso cia al mismo ambiente y la propia naturaleza,
diapasón del Cosmos de la gran cordillera, y imponiéndose u oponiéndose “a todo lo que
sólo así podremos llegar a «sentir» y com­ no está formado con la misma tierra .
prender la música o las danzas autóctonas. Música indígena, inspirada en el diapasón
cósmico de los Andes de America, ¡cuanta
La música indígena posee ese poder de sa­
cudir fuertemente nuestro espíritu (que en evocación despierta en nosotros, cuántas re­
algunos es un poco frío bacía las cosas de la velaciones nos está gritando!
¡Pentagrama atlante del Cosmos de la
tierra y la raza), despertando en nuestro yo
algo recóndito, para que entrevea el pasado cordillera!
¡Allí canta la «fónica» embrujadora que
expresivo y romántico de nuestro pueblo, de
nos hace entrever el sortilegio profundo y mis­
nuestra estirpe. Sólo ante el gran poder evo­
terioso del alma del Continente Indo-Hispano!
cador de esa gama melancólica modulada con
Allí ante la maravillosa grandeza de la
las voces sonoras de nuestra cordillera tropical,
cordillera, queda el indio inmóvil, apagase en
reviven en nuestra imaginación las misteriosas
él la percepción de lo material para ir con
leyendas susurradas con el lenguaje brujo del
el subconsciente a penetrar en el augusto
pasado, que nos refiere los heroísmos y an­
silencio lleno de armonía. De este silencio
gustias de aquellas grandes civilizaciones.
mágico, brotan a manera de un vaho musical,
¡Diapasón maravilloso del Cosmos! ¡Voces que, poco a poco, toma cuerpo con inefables
de la raza y de la Tierra! ¡Orfeón a «sotto cadencias, las notas misteriosas de una or­
voce» de las altas montañas, rugido de volcán,
questa invisible.........
lamento tendido del viento en las colinas y
Al conjuro de ese infinito armónico, se
valles..., carcajada trágica del mar, suspiro y
abren los pétalos de su alma, para dar a luz
llanto...! Expresiva visión de ese vasto es­
al mundo una policromía musical saturada
cenario de las serenas montañas y altaneros
del perfume de una escena ideal, una escena
volcanes de América: a su poderoso influjo
ensoñada en el deliquio contemplativo de un
se desvanece en nosotros el espíritu que nos
vasto panorama captado en la pauta sonora
legaron los conquistadores, transformando los
de Los Andes, que comienza a derramar en
viejos conceptos sobre el ritmo y la armonía
su sér a través de sus sentidos embebecidos,
en afinidad al sentido de la tierra, al alma
el encanto azul-sonoro de la armonía cósmica.
de la misma tierra nuestra, descubriéndonos
un panorama nuevo espiritual, que nos apega Y es que allí en la pauta sonora del Cosmos,
y nos hace amar aún más, a la patria. palpita y vibra la melodía infinita de Dios.

DANZA
Todos los pueblos del mundo dijeron su oración danzando.
Para conmemorar iodos los actos de la vida: la danza.
Danza: plegaria, elevación. . . .
Oratoria del gesto; la danza es el discurso rítmico, es la
poesía del movimiento.
Estados de alma, expresados por los ritmos de un cuerpo.
M. Je B.

La música, aunada al canto y a la danza, ñanzas de los misterios, en las más famosas
expresó desde la antigüedad cuanto bay de ciudades de aquella época. En todos los pue­
superanimal en la humana naturaleza, desde blos prehistóricos, que fueron cultísimos, con­
el placer y la alegría no físicos, basta la tra lo que se obstina en creer la ciencia
prehistórica (tales como los tartesios, druidas
magia y la religión.
y morsos), las leyes religiosas y civiles, los
Hubo danzas primitivas en los dos conti­
nentes, que con razón se ban creído derivadas edictos y pregones, las hazañas de dioses y
de misteriosas danzas astronómicas explicati­ héroes, la historia y la religión toda, en fin,
vas de los secretos de los cielos, o sea del estaban escritas en verso, como el Libro de
los Vedas (escrito en sánscrito por el poeta-
movimientos de los planetas y de otras ense­
músico Bharata), arios y los biblia, semitas, teogonias, y las consagradas al Agua en con­
que eran cantados y aun bailados en público memoración del Diluvio. A la danza sagrada
por numerosos coros. o hieràtica, nuestros antepasados la designa­
Los indios pre=bispánicos de nuestro Con­ ron: Mecavaliztli, y a la danza profana des­
fínente, practicaban la danza con un gran tinada a todo festejo que no tenía carácter
respeto y disciplina, y el que trastornaba los sagrado o religioso, le llamaban: Metotiliztlí.
pasos era a veces castigado con la pena de Danzaron en honor de los astros, y hubo
muerte. también danzas guerreras.
Al par que los bardos con sus cantos, Códices palpitantes son las danzas tradi­
siguieron sobreviviendo otras manifestaciones cionales que los indios bailan en honor de
artísticas simbólicas, tales como las danzas sus Santos Patronos en las plazas y atrios
sagradas, mímicas o coreadas, de las que tan- de las iglesias de los pueblos; danzas ritua­
fas huellas quedan aún boy entre los pueblos les, recortadas en líneas geométricas y pasos
primitivos, danzas como la de los vascos y pesados, con el ritmo disciplinado de un solo
cántabros pre-romanos; romances pantomímicos gesto y movimiento unánime.
y gestas o cantos heroicos fragmentarios, con Los anales nos dan cuenta de ejemplos o
los que más tarde compusieron sublimes epo­ ritmos onomatopéyicos con esquemas de dan­
peyas sintéticas, rápsodas ilustres del tipo zas de nuestros antepasados, como la «Pere­
de Vyasa o de Homero, rápsodas colectivos grinación de Aztlán». Los sacerdotes o prin­
y anónimos como los del Romancero, con sus cipales, se ataviaban con máscaras, que ofre­
Arjunas, sus Aquiles y sus Cides. Danzas cían el milagro de hacer estática y eterna la
como las de los taraumaras, los maya-quichés, expresión y el gesto; y los del pueblo se
los lencas, los izalcos, los cbiricanos y los pintaban el rostro para dar característica
quecbúas en el Continente Americano, que han especial a sus bailes.
llamado la atención a cronistas e historiadores La pantomima, la tragedia, el rito o el
como Sahagún, Landa, Troncoso, Brasseur, etc., festín eran caracterizados con la máscara,,
manifestaciones ya muy complejas y pompo­ completando así el misterio y el sortilegio de
sas, con música, canto y aparato dramático sus danzas.
(como el Rabinal Achí), sin faltarles ni las
La danza sube al teocalli, el tectí y el
historias dialogadas y pantomímicas de los
teupixqui la llevan de la mano para celebrar
viejos juglares, ni los cantos religiosos más
un sacrificio.
profundos.
La danza, expresión altísima del senti­ Recios mancebos y morenas doncellas co­
gidos de las manos, celebran un areyto alre­
miento y de la belleza, es el poema ritmo
que nos da la emoción del verso mudo y de dedor de un Cú. El pueblo y los esclavos
la melodía hecha forma, perfección y línea, realizaron danzas a la luz de las antorchas o
en un gesto, una actitud o un giro que flo­ en giro atormentado rodearon a la pira o a
la hoguera; y los cantos lúbricos de los dan­
rece en un vuelo de ese cuadro viviente.
zarines guiaban una terrible Danza del Fuego,
Estudiando las decoraciones de los vasos cuyos gritos y giros se confundían con el
antiguos, los frescos pompeyanos orquestales, roncar trágico de los tepunahuastes y el re­
los frisos y bajo-relieves eróticos de los tem­
doblar de los mil tambores de pellejo.
plos milenarios: bacantes, vestales, sacerdoti­
sas, driadas, sátiros coronados de hojas, bo­ La locura de la danza no terminaba, sino
rrachos de lascivia y de vino, celebran el basta que el frenesí angustioso de sus giros
triunfo del placer, siempre, eternamente dan­ en el torbellino de ritmos, de luces y de
zando. Por ritual de adoración aparecen nues­ humo de copal, los dejaba impotentes en lan­
tros primitivos indios bailando; danzan tam­ guidez profunda, al destrenzar aquietando el
bién como una invitación; danzan para solem­ remolino de la danza.
nizar los areytos o mitotes con que rendían Los primitivos indios de nuestra América
culto a sus dioses, en la guerra, la victoria, demostraban una orgánica predilección por re­
la derrota o la muerte, la alegría o el dolor, presentaciones escénicas. Las pruebas abundan
todo se bacía con el ritual rítmico de la danza. (especialmente en el Perú): danzas religiosas
Las primeras danzas fueron consagradas y civiles de muchos pueblos del Continente
al Fuego, reverenciado en todas las antiguas Indo-Hispano son verdaderas y antiguas pie­
zas de teatro, históricas, míticas, sociales. ejecutada por los viejos; llevan palmas en las
Aquí en la América Central, bastaría recor­ manos, y hacen de tiempo en tiempo reve­
dar al lector las numerosas informaciones rencias respetuosas al jefe de orquesta que
que se encuentran en tantos pasajes de los ocupa el centro del lugar .
libros de Sahagún, Ixtlilxocbitl, Oviedo, He­ Los anales cakcbíqueles de los Xabil, dan
rrera, Benzoni, Tezozomoc, Cogolludo, Diego varías indicaciones sobre diversas danzas mí­
de Landa, Motolinía y tantos otros. ticas, legendarias, guerreras, en algunas de
Esa predilección por el teatro en nuestros las cuales los actores se caracterizaban de
antepasados, fué explotada y aprovechada por anímales. Se podrían citar muchísimos ejem­
los misioneros, sobre todo a raíz de la con­ plos acudiendo a autores antiguos o moder­
quista para propagar las enseñanzas y narra­ nos, y aun a los muy modernos.
ciones bíblicas, aunque con frecuencia fueron No acabaríamos de citar los ejemplos de
desfiguradas y desnaturalizadas de modos muy danzas ejecutadas con música autóctona ver­
curiosos. daderamente racial, entre las diversas ramas
El señor Paso y Troncoso ba publicado de los mayas y los aztecas que sobreviven
algunas piezas escritas en náhuatl = español dentro del círculo que abarca lo que se ba
por indígenas mexicanos, en donde se ve que designado por Antiguo Imperio, y que com­
éstos se han tomado algunas libertades al prende todos aquellos lugares de México y
interpretar aquellas prédicas. Y cita el mismo Centro América, donde aún se conservan
Troncoso, los pasajes que se refieren a la vestigios demasiado elocuentes de aquella for­
Epifanía y al Sacrificio de Isaac. midable y maravillosa civilización de nuestros
Entre las obras de auténtico valor racial antepasados.
y que sobreviven menos adulteradas a pesar Veamos lo que dice a ese respecto la
de los siglos, por la influencia de los blancos, eminente y bien autorizada pluma del Pro­
se pueden señalar: en México, los bailes fesor George Rainaud, Director de Estudios
Tarascos y los Yaraví; Daniel Brinon, publicó sobre las Religiones Precolombinas en la Es­
«El Baile de Güegüence»; el Popol=Buj, se­ cuela de Altos Estudios de París, refiriéndose
ñala las danzas del «Pubuy» (buho), del «Cux» a la música y las danzas: “Podemos afirmar
(comadreja, del «Yboy» (armadillo), del«Xtzul» que a pesar de la escoria que ban podido
(mil pies), de las «Cbitíc» (zancudas), de esta producir cuatro siglos de temor, y en ciertos
última bajo una forma yucateca; Diego de distritos de infiltración de ideas europeas, las
Landa y el Codex bierático de Madrid nos diversas encuestas que se hicieran entre los
dan algunas indicaciones. huastecos, quichés, cakchiqueles, tzendales,
En nota marginal, dice Brasseur: “Esos tzoziles, yucatecos, lacandones, etc, y tam­
nombres son los de ciertas distracciones es­ bién entre los tarascos, zapotecos, pipiles, etc.,
cénicas, a veces mímicas, otras mezcladas con asegurarían una cosecha muy abundante y
danzas, diálogos y música; la mayor parte de muy útil .
ellas las acostumbraban aún (hacia 1860) los Brasseur habla mucho de esos bailes y
indígenas”. El Popol-Buj, había también de los clasificó en tres categorías:
«Hunakpu=Qoy» (mono de los dioses) maes­
1°. — Simples danzas con cantos (areytos);
tros magos —. con certeza Danza Mítica, de la
cual Brasseur dice: “Ballet muy curioso que 2°.—Danzas con recitaciones (mitotes); y
se acostumbra aún entre los indígenas de 3°.—Danzas completas con música, baile,
Guatemala; lo ejecutan en ciertas fiestas del diálogos y empleo de máscaras y trajes apro­
año, llevando máscaras de madera, muy bien piados. «El Varón de Rabinal Achí» perte­
hechas, y los trajes correspondientes a los nece a la 3a. categoría de los dramas completos.
diversos personajes representados. Tienen su
Entre nuestros indios pre-coloniales tam­
música especial .
bién la danza guiada sólo por sones musica­
En la introducción del libro «Rabinal- les, y a veces sólo por la percusión de los
Acbí», Brasseur comenta: “En Yucatán, el
tambores o los tepunabuastes, constituye una
«Pocbob» era la danza de los amantes y de
creación social-relígiosa.
los novios; se acostumbra aún y se baila con
mucha vivacidad. El «Zayí» o tapir, es, por La Danza era en sí una oración, un himno,
el contrario, una danza grave y sería, sólo una ofrenda; la expresión mimada de ideas y
símbolos, una forma colectiva de ese acto tan casi inmediatamente rompen a bailar en ca­
antiguo y tan universal que se podría remon- rácter de lo que están tocando, y si tocan
tar hasta la animalidad misma: el lenguaje solos, automáticamente se ponen a caminar.
por gestos. La Danza es el discurso o reci­ El movimiento y la danza van siempre de la
tación plástica de un mito, una leyenda o de mano con la música autóctona. Esto se debe
una historia. a que ella es el resultado de una íntima emo­
ción, es el aliento, es el respiro de una alma que
En las danzas míticas de nuestros indo-
late en la música. La danza indígena es una
americanos, tuvo y tiene importancia enorme
forma más de expresión de la vida de la raza,
la significación y valor simbólico de sus ges­
y por esta razón cada pueblo tiene diversos
tos, sean individuales o en grupos. Muchos
géneros y variantes de ella: religiosas, gue­
de estos gestos, y figuras en las danzas, le
hablan al Sol, a la «Estrella de la Tarde» (Quet­ rreras, idílicas, fálícas y eróticas.
zalcoatl), al «Dios de las Lluvias» (Tláloc): otros Realizan también danzas nuestros indíge­
son la invitación a la propagación del género nas: en los rituales de la siembra del maíz,
humano, o para conjurar la influencia de los en la tapisca, en la ofrenda de las mazorcas,
dioses malos, etc. y también para implorar el agua buena del
Fácil es comprender por qué en todas sus cielo para las cosechas. Danzas ocultas y mis­
diversiones escénicas, consagradas siempre a teriosas a la orilla del mar, reminiscencias
los dioses de su gentilidad, cualquiera que de los antiguos rituales a Tláloc. Danzas
sea el asunto tratado, nuestros aborígenes se ante un niño tierno muerto, la danza del en­
interesaron mucho por la danza y el canto. gendro de los indios en la Costa del Bálsa­
mo, y otras danzas también guerreras cele­
En aquella visión lejana de las fiestas mes­
brando sus victorias.
tizas, se entrevé en la penumbra colonial, los
cuerpos morenos de nuestras indias, enlaza­ La Danza o Míjtutía, tiene para los indios
dos con los de los gallardos Don Juanes cas­ un valor psicológico especial, siendo para ellos
tell anos. Y se percibe confundido entre el algo más profundo que una simple diversión.
tumulto racial, el taconeo con el cbarrear de En esos seres herméticos y huraños, la mú­
las espuelas del conquistador, al ritmo de los sica significa y expresa propiamente el pen­
iepunabuastes y el lamento inconforme de samiento; y la danza, en la acción, el gesto
las flautas indígenas. y el ademán, es el discurso mudo de una
Oración en Movimiento.
Y así se amasó la uva, mezclando los so­
nes y las danzas de dos razas, que expri­ La Danza de los Cacaoperas con gestos
mieron el fermento, que produjo el vino grotescos, de ritmos bruscos y pesados, tien­
embriagante y embrujador de la música y de mucho al pasado, con su carácter bélico.
hailecitos criollos. La llaman: «La Danza de los Plumeros».
Pero en esta mezcla, ¿quién manda más? Es la clásica danza guerrera acompañada
¿Lo indio o lo híspano? Sobrepuja lo indio. con música lúgubre de cuernos y caracoles
Lo hispano fué la gota de alcohol para man­ al compás de los ritmos del «Tungo» o «Tin­
tener y perpetrar en los tiempos el vino de go» (el tepunabuaste).
la uva jugosa, fué el elíxir gitano moro, que El indio se enardece y embriaga de va­
dió sus ritmos, con la alegría embriagante de lor, con el ronco resonar del tepunabuaste y
su taconeo y de las castañuelas. Por eso el tremendo bufido del cuerno («Las espan­
vemos tantas melodías dolientes y tristes, re­ tables trompetas», que llamó Bernal Díaz del
cortadas con un ritmo alegre, movido e in­ Castillo). La danza de los Aculbuacas, con el
quietante, de aquellas tierras de los hombres típico Cújtan-Cuyámet, cuyo disfraz le trans­
barbados que se cobijaron bajo la valiente forma en «Tunco de Monte», es la danza
capa de Santiago. festiva de la lucha del hombre con la bestia,
Para nuestra raza indígena y aun para la encaminada a provocar el buen humor. De
criolla, la música autóctona es la manifesta­ aquellas clásicas culturas de Indo-Améríca y
ción del movimiento. Jamás se ejecuta entre después de las diversas generaciones e inter­
ell os en forma reposada: suena una frase, polaciones que la invadieron, son la música
una cadencia y en seguida se inicia el movi­ y la danza las que propiamente marcan una
miento. Cuando son varios los que tocan, huella honda y definitiva de la expresión y
rasgos de la raza, dejándonos abierto el ca= aquel ambiente, sin poder retirarse ni abs­
mino, para un ensayo e investigación de una traerse a la imantada atracción e influjo mis­
cultura original. terioso de las manifestaciones musicales indí­
La danza para el indio es trascendental. genas! ¡Es la tierra que atrae y que manda!
Es como la comunión de su cuerpo con la tierra. Los indios ponen una intención psicoló­
gica en sus danzas. Conscientes y respetuosos
Es una posesión de esa tierra tan amada
para su labor, dedican la mitad del año en
y tan suya, que ahora ya es de otros. La
la preparación de sus bailes, a los cuales de­
danza indígena tiene esa ondulación del barro
coran con el panorama siempre atrayente de
apretado y fresco. Ondulación compacta, fir­
su pueblo, y con trajes vistosos y ricos para
me, pero también imperceptiblemente blanda.
lo que no escatiman ningún gasto a pesar de
Esta raza morena se mece en la danza, con
su condición humilde y precaria.
los ojos dulcemente tristes, puestos sobre la
tierra. Su hechizo ondulante, tiene a veces Los danzarines, la mayor parte de las ve­
la serena suavidad de un crepúsculo, o bien, ces, bailan por promesa: al Santo de su pue­
la agitación de una tormenta en la inquie­ blo, o a la mujer a quien aman y desean
tante violencia tropical. conquistar.
La danza es para ellos: religión y amor,
El remolino de la danza se levanta sobre
promesa o esperanza.
los tambores, pitos, chirimías y tepunahuastes;
Un danzarín indígena es para su pueblo,
trenza la música del son interminable como
algo sagrado; tiene jerarquía y poder, siendo
las generaciones, monótona, palpitante y ar­
respetado y admirado por todos los de su
caica como el barro de su estirpe.
clase. Cuando alguno se distingue por mú­
Dulzura y violencia en que se mezcla la sico, cantador o danzante, los indígenas de
esencia viviente de sus almas y sus cuerpos. su pueblo, dicen: «éste ya es persona», y le
Al ritmo de los instrumentos indígenas, laten dan «tratamiento» y atenciones.
los pasos de la danza, y late también el alma Desde la conquista y a medida que las
de la raza. generaciones han ido pasando, poco a poco
Los indios izalcos, elegantes, recios y ata­ se apoderó del indio la tristeza. A medida
viados con trajes ricamente decorados con que transcurrían los años en que celebraban
símbolos de la teogonia de la raza, danzan sus fiestas con música, una profunda nostal­
en la plaza del pueblo. Sus caras color de gia volvía triste esta música, involuntaria­
barro, tienen la inmovilidad de los ídolos. mente, orgánicamente. En todas partes del
Sus pies golpean fuertemente el ritmo, cim­ Continente Indo = Híspano, lloraba esta mú­
bra la tierra, y parece como si ésta respon­ sica, la usurpación y la nostalgia, la sumi­
diera en cada latido al llamado imperioso de sión y la derrota. Parece que se dejaron
la raza, que el hijo de la tierra ejecuta. El conquistar, y mudos y tristes van a donde
cuerpo va erguido; se mueve de una sola los llevan, y hacen lo que les mandan. Pe ro
pieza, como se mece el árbol; pero sus ojos, en la sombra de sus ranchos protectores, co=
sus ojos tristes y huraños, miran para el bij an su dolor; lloraban... y siguen llorando
suelo, hacia la tierra a quien llaman con los por la madre tierra, de la que ellos fueron
pies y a quien acarician con la mirada. Es­ dueños y soberanos. ¡Ah, la antigua tierra!
tas danzas tienen algo de guerreras y mucho El uso del huacal de chicha se hizo más fre­
de religiosas. Imponen y atraen. El indio cuente, y triste y sombría la canción. Y el
danza, y el pueblo entero le rodea como a indio y la canción se ensombrecieron y ami­
un sacerdote, para escuchar con respeto los lanaron, basta el punto de hacerse impene­
ritmos de la danza y las actitudes de su ora­ trables. La danza y el canto emanaban de
ción danzada. Suena el tepunahuaste, y los la vida comunal de la raza, tal como los ra­
semblantes se iluminan; todos se mueven co­ yos emanan del Sol.
mo galvanizados por el mandato imperioso de La música y la danza para el indio son
su voz ronca y guerrera. Grita la chirimía, perfectas; el tiempo no cuenta, por eso son
y los ojos se adulzan, como si en aquel grito interminables; tocando o danzando, toda su
estuvieran las quejas de su alma. vida es presente, y así es como ellos son los
Y en rueda, silencioso y atento, el pue­ seres que, sin darse cuenta tal vez, saben:
blo indígena y el no indígena, se apegan a vivir la eternidad del presente.
El indio de ahora se repliega al rincón- Para comprender esto, y para conocer el
cito de su pueblo, con los suyos, su tribu, sentido de su música y sus danzas, hay que
o los naturales de otros pueblos, y entonces, ir basta ellos, convivir con ellos, penetrar en
con respeto y amor, se entrega al compás de sus almas, caminar con ellos, en la tierra,
su música y al calor de su bebida legendaria por nuestra tierra, pues ahí es donde están
de maíz, la chicha generosa y heroica, a soñar, las odres del vino puro de su música y de
evocar y revivir la tradición que le legaron sus danzas, profundas en su sencillez.
sus mayores, en el enardecido ritmo de sus No desdeñéis así la única fuerza crea do­
danzas autóctonas. ra que renueva la cultura original, la única
¡Oh, cómo es rítmico y bierático el indio que verdaderamente puede llegar a la con­
en el balanceo de la danza! quista de nosotros mismos, para que algún
¡Cómo se mueven sus pies! Hay en todo día CUZCATLAN, como su nombre lo in­
su cuerpo una alegría frenética, un misticismo dica, pueda llegar a ser EL TEMPLO DEL
fanáticamente religioso! SOL.

LA CANCION AUTOCTONA

La canción autóctona la escondieron las montañas azules, nimbadas por las nieves
razas en las selvas bárbaras, entronizándola eternas, y blasonó los valles, poblados y ca­
en el altar de su Mitología, bajo el palio del seríos la canción de barro oscuro y profundo.
Sol y protegida por el «tagüípante» florido El asalto español la dibujó con la gracia
de su devoción. Cantaba solemne en los de aquellas tierras de María Santísima, enla­
«teocallis» de Quetzalcoatl, de Túnal y de zando en sus pasos el taconeo rítmico del
Mezti, y se sacudía frenética en las plazas albaícín andaluz, para hacerle olvidar en un
cubiertas con lajas y embaldosadas con res­ ritmo embriagante los gritos de su carne y
tos de templos bordados de jeroglíficos, le­ los lamentos de su alma.
yendas y símbolos. Atronaba como un hu­ Pero el barro de la canción autóctona que
racán en los campos de batalla, zumbaba en estaba amasado con dolor y con lágrimas, se
los arcos y cantaba en las flechas de obsi­ denunció a través de los siglos en la obscura
diana afilada. Eran las canciones del Sol y tristeza de sus notas, para gritar con más
obsidiana. Cantaba en el barro de los dioses fuerza los ancestros de la raza. A pesar de
y vasos sagrados, y habló con voces profun­ la niebla de los siglos, poco a poco se fueron
das en el orfeón de los bajo-relieves y en haciendo más fuertes sus contornos, basta
los mitos cincelados en la piedra por artífices que todo el pasado presentido y evocado re­
indios, en donde aún sigue cantando la poli­ sonó como una embrujada campana, para ha­
fónica voz de los ancestros. cer resurgir al faisán dorado de la canción
La canción se hizo emigrante y comenzó autóctona, que es como flor hechizada que se
a escalar las alturas de la cordillera. La desprendiera de las alas del tiempo.
llevaban a cuestas como al hijo mimado, las Ahora el panorama de la canción autóc­
tribus errantes. Se perdió en las montañas, tona se ilumina de nuevo con los celajes del
se enredó en las selvas, se echó a soñar en ancestro. El nuevo Sol renace. Marchita y
las pupilas azules de los lagos, fué a jugue­ aletargada permaneció por muchos siglos la
tear a la playa con la espuma de las olas, y canción autóctona, bajo el tupido manto de
cantó con madrigales dulces al río, bajo el la música del Arte extranjero, pero los pue­
amate pensativo y triste. blos indígenas de la raza morena y huraña
Creció ingénua y sencilla en los valles y tejieron silenciosos el huípil luminoso de sus
prados, arrullada por el ritmo sonoro de la canciones, festoneando las luminarias de su fe
lluvia en los inviernos. Trinó en el abanico con el escorzo de sus danzas y sones que
polícromo de las aves canoras. Se meció en golpean sobre el barro obscuro de su dolor.
las hamacas de plumas preciosas en los bos­ ¡Dolor de sometidos, dolor sin redención...!
ques vírgenes y ofició en los rituales del Y así los pueblecitos íntimos, color de
Continente soberano y libre. Brilló la can­ nostalgia y de tiempo, los pueblecitos míos
ción de Jade y Sol, allá en los picachos de y de mis mayores, se arrinconaron a soñar,
a sentir en silencio toda la poesía sentimen­ (Sanciones lamentosas de Invierno: algo
tal de su derrota, ante el magnífico panorama así como si en notas dejara escapar el indio,
que, a pesar de todo, seguía siendo suyo, y las lágrimas que sus ojos no derraman. Es
ante la misteriosa polifonía del Cosmos atlante la canción en la cual va envuelta el alma
de los Andes de América. Y así siguió el atormentada de la raza.
indio cantando después del encadenamiento Canciones de Otoño: sopla en ellas esa
español, encontrando en la oración del canto musical tristeza de los vientos de Octubre y
el bálsamo que adormeciera sus heridas y flota en su diseño musical una angustia lunar,
hondos desengaños. Se le oyó entonces mo­ angustia voluptuosa que en la raza se acen­
dular, en el diseño de sus canciones, el la­ túa en las noches frescas y misteriosamente
mento tendido de su dolor de esclavo. La alumbradas por la luna.
canción antóctona pasó el martirio de hierros Canciones que recuerdan los idilios en el
infamantes, quedó estrangulada en las horcas cafetal perfumado y jugoso. Canción tras­
caudínas del coloniaje, pero renació balbu­ nochante que al lado de la carreta va rayan­
ciente al amparo de ritos católicos, por la do el camino en peregrinación bacía el be­
cariñosa acogida que le dieron los misioneros neficio despulpador.
redentores, para conquistar sus almas por me­
Canción que se echa a soñar, bajo el amate,
dio de la oración del canto.
arrullada por la luna y los suspiros del viento.
Así, pues, fué mentira que se callaran las Canción del Verano: es la canción de las
gargantas indias y que la sombra luminosa noches estrelladas, de las mañanas azules y
de su grito de barro se apagara con la luz los crepúsculos rosados. Se canta a los Zí=
importada por las tres carabelas. Y de aquel zimitl haciéndoles las cruces, cuando se le­
conflicto misterioso de razas diferentes, del vantan en los remolinos de viento, y se les
mestizaje híbrido, de la interpolación impues­ ve alejarse formando pequeñas trombas, en
ta, salió de la carne tatuada la canción au­ las cuales va el Diablo. En el campo em­
tóctona de una nueva época, más honda, más polvado y sediento canta la tumultuosa me­
dulce, con voz martirizada, irredenta, voz am­ lodía de los maquilitshuas con los madre-
parada en la tristeza de su esclavitud y de cacaos. Rosada sinfonía en un coro clamo­
sus dioses rotos. Ni la fuerza de los siglos, roso de tonos. Gama florida, los maquilitshuas,
ni el atractivo de los hombres blancos, pu­ «cinco dedos», que revientan en gemas ro­
dieron alterar los rasgos y características de sadas, para cantar cada uno en su tono espe­
la canción autóctona: es el barro el que sigue cial. «Cinco dedos» que se multiplican, in­
cantando en el esquema de las interpolaciones. vadiendo completamente el lugar de las hojas,
Es la sangre morena que nos dió esta para formar un orfeón en melodía de colores.
tierra la que en nuestras arterías se abre «Cinco dedos», pentafonía del color que se
paso apartando a la otra, para después cantar riza melodiosamente en un cálido entrelaza­
con alegría en que bay lamentos, y con tris­ miento como las voces de un moíete. Y el
teza que se vuelve grito hacia el pasado árbol entero, hecho todo un mazucho de flo­
doloroso, o llamada profètica a una recon­ res, canta, canta la melodía fresca y tropical.
quista de lo nuestro. Canta su doliente canción el trapiche inmo­
La violencia de nuestro trópico esbozó el lador, y el indio, interpretando la música que
modelo variado de su música, que de lánguida flota en el ambiente, la canta en su tónica es­
pecial, fresca, sonora, luminosa, como el color
y añorante se torna a veces en sacudida y
luminosa. La inquietud de los Andes le dio de los maquilitshuat, como el azul de las ma­
el secreto de la agilidad y los cambios. Y ñanas y con el dejo sentimental de las quejas
del trapiche. Cuando se anuncia rumoroso el
al soplo de un embrujo, amasado con lagri­
mas, mitad dolor y mitad bravura, forjó el despertar de la naturaleza, el indio canta tam­
bién a la estrella de la mañana, a su «Nísb-
barro musical de la raza cantora, dorada y
ardiente por nuestro Sol magnifico. tamalero».
Viene la Primavera: entonces la canción
*
* * del indio es como una oración. Cantos que
El indio canta de manera distinta en las acompañan a los rituales de la siembra. Se
cuatro estaciones. Para cada una de ellas canta al Sol, a la Luna, a Tláloc («Dios de
tiene una tónica especial. la Lluvia») y después se rompe el vientre de
la Madre Tierra al golpe del arado, al com- del Cosmos andino, que se perdieron en las
pás de la oración cantada, implorante y ofe­ selvas hurañas, o se hundieron en el corazón
rente Con las primeras lluvias revientan las de las montañas arcaicas.
primeras espigas, y entonces la canción es Y el alma musical de la raza que estuvo
augurio de promesa. Viene la cosecha del marchita y aletargada por brebajes exóticos,
grano sagrado, del maíz, y la canción se torna resurgirá de nuevo más fuerte y visionaria.
alegre, primaveral. Y en los atriles del ensueño cantará lumi­
¡Es la canción que recuerda al campo ver­ nosa en las pautas de América, la canción
de y las espigas rubias! de la raza, en un grito que será carne y nota
¡Canto de las tapiscas y de las atoladas, en el capullo autóctono, que reventará en
con alegría de mes de Abril y frescuras de corola de bella realidad para el Arte americano.
Mayo! Es la canción del «pan nuestro». Busquemos el pasado en el corazón del
Las generaciones irán haciendo a la can­ indio. Es allí en donde quedó escrito con
sangre el tremendo dolor de un Continente.
ción autóctona cada vez mejor en cuanto a
su estructura técnica, revistiéndola de alardes Es allí en donde se esconden las ruinas de
musicales que las modas imponen, pero en el un glorioso pasado.
corazón de la raza, de aquellos que sabrán Seguiremos las huellas de la raza por las
conservar respetando la tradición, tendrá a rutas atlantes, para encontrar en ellas los
pesar de su metamorfosis, que gritar en cada credos musicales; para no desviarnos, consul­
nota, repitiendo y perpetuando la gracia ori­ taremos en el calendario del cíelo, y en la
ginal. poesía de la Naturaleza, el secreto de su
Y los músicos de ahora, del mañana, como sencillez.
los de antaño, abriremos de par en par las Y entonces diremos que la canción autóc­
ventanas del alma, para absorber por ellas tona de América, se hizo con los panoramas
los tesoros del paisaje que es en donde está que se dibujan en las diversas partes del
la tónica embrujadora de la música indígena, Cosmos atlante de los Andes, e irá surgiendo
y volveremos a cargar orgullosos sobre nues­ de la leyenda, protegida por la tradición, sin
tras espaldas el cacaxtle sonoro de la canción alterar su gracia morena, ni sus perfiles de
autóctona, para cantarla como lo hicieron las barro, el diseño cobrizo, inconfundible, y de
tribus de América, que escalaron las alturas una psícofonía fuertemente americana.
ESTUDIO DE ETNOFONIA

ENSAYO SOBRE ETNOFONIA DE EL SALVADOR


LOS PERCUTORES PRECOLONIALES. - FUENTES INFORMATIVAS. - EL INDIO Y LA NATURALEZA.
LOS PEQUEÑOS Y GRANDES PERCUTORES.

]pARA el estudio e investigación de este seo Nacional, museos particulares y en el mío,


Ensayo de Etnofonía de El Salvador he que, aunque pequeño, poseo algunos especí­
tenido que recurrir necesariamente a las diver- menes entre pitos, silbatos y pebeteros que
sas fuentes de información, que aunque muy me han proporcionado datos preciosos e im­
eficientes en cuanto se refiere o los diferentes portantes.
ramos de la Historia, ha faltado el historiador o 3°.—Jeroglíficos y representaciones de ins­
cronista y también el arqueólogo-músico, que trumentos, músicos, actitudes musicales y
dejara la página musical escrita, que supiera danzas, que aparecen en los códices, cerámi­
leer y descifrar el jeroglífico, el símbolo, que cas y bajos y altos relieves.
necesariamente debe existir en la piedra, la
Músicos, danzas, ceremonias y fiestas tí­
cerámica, el códice, etc., etc.
picas en que la música, el canto y la danza
Datos y nombres de instrumentos, danzas indígena, aparecen todavía conservando el
y rituales, es lo que más se encuentra en las vestigio de la tradición.
fuentes de información, pero el dato técnico, Estas son las fuentes que me han facili­
la página musical escrita, la explicación de tado el examen directo, acústico y musical
las formas empleadas por nuestros aborígenes de algunos instrumentos, en los cuales be
en su música y en sus instrumentos, ZVO encontrado sonidos perfectamente aquilatables,
EXISTE. formas, intervalos, ritmos y basta la exten­
sión de algunas gamas características utiliza­
Este es el esfuerzo que ahora debe reali­
das por nuestros indios.
zarse, y al cual debemos todos los folkloristas
de América encaminar nuestra atención y En mi intercambio de estudio con el folk­
estudio, para llegar siquiera a una aproximada lorista don Jesús Castillo, bemos llegado am­
modalidad de lo que pudo haber sido, es y bos a comprobar la relación y origen de
será, nuestra música autóctona o sea: la ex= algunos especímenes o variedades musicales
presión musical de nuestra raza. de nuestros nativos, que tienen, desde luego,
inconfundible característica, forma construc­
Las fuentes que be investigado para este tiva, extensión, movimiento melódico y basta
delicado estudio, son las siguientes: correlación en las frases, a pesar de que cada
nación (G uatemala y Cuzcatlán) conservan
1°. — Historias, crónicas, relaciones, memo­ su fórmula propia. Además, él y yo, bemos
riales, que be consultado en nuestra Biblio­ sido los únicos investigadores de «El Melos
teca Nacional; tratados de Guatemala, México, Autóctono», que para ambos constituye la más
etc. Intercambio de opiniones con el gran pura y fundamental de las fuentes, para la
etnofonísta Jesús Castillo; investigando y es­ creación de la música de nuestros indios.
tudiando observaciones de autoridades mexi­
canas, como: Rubén M. Campos, Daniel Cas­ Más adelante, en la clasificación de las
tañeda, Vicente T. ÍMendoza, Mariano Rojas muestras o variedades autóctonas, me exten­
(Nahuatlato), Antonio Mediz Bolio (M.ayense), deré ampliamente sobre este punto que con­
etc. y otras personalidades de Panama y de sidero el más importante de este estudio.
la América del Sur. Después de los datos e informaciones que
2°.— Instrumental, cerámica y estatuaría he obtenido de las diferentes fuentes, sobre
.precolonial, que se encuentra en nuestro Mu­ todo las literarias, que han sido de gran
valor y de peso para esta investigación, lle­ Ahora bien, un estudio imparcial sobre el
gué a distinguir y basta interpretar mejor, origen de la música nativa de Cuzcatlán, debe
las actitudes musicales, jeroglíficos, códices, comenzar documentándose en la zona mas
símbolos y figuras en la cerámica, en la pie­ original y tradicionalista a la vez: las pro­
dra, para juzgar del instrumento en uso, de vincias de los izalcos; Tacuba y Ataco, en
su forma, del material empleado en su cons­ Abuacbapán; Zona de Occidente: Cbalcbuapa
trucción y de las actitudes de los ejecutantes y sus contornos; todos los alrededores de la
de nuestro país, con el estudio ¿comparativo capital: San Antonio Abad, Mejicanos, Acul-
de instrumentos, música, ritmos y gamas de buaca, Paleca, Ayutuxtepeque, Cuscatancíngo,
los otros países de Indo - América. Valle Mariona, San Sebastián y San Juan
Los Planes, todos estos pueblecitos en donde
El Museo Nacional de Arqueología de
antiguamente se habló la lengua mexicana y
México, lleva a cabo un acucioso y detenido
el nahuatl; igualmente hay que estudiar la
estudio, por medio de la Academia de Música
región de Pancbimalco y sus contornos:
Mexicana, de los bellísimos ejemplares que
Huizúcar, San Marcos, Santo Tomás, Santia­
posee de instrumentos pre-cortesíanos, los cua­
go Texacuangos, Santiaguito, Pancbimalquito
les be estudiado detenidamente con sus foto­
y los Nonualcos, comprendiendo todos los
grafías, dando a todos los dedicados a estos
pueblos del Departamento de San Vicente*
estudios, desde luego, mucha luz, para la in­
para estudiar y conocer las modalidades de
vestigación de la técnica en los instrumentos
la Pegíón Central. Después pasaremos a la
y las formas musicales empleados por nues­
Región Oriental de El Salvador, poniendo es­
tros ascendientes.
pecial atención en la región lenca y sus de­
Siempre es muy importante señalar en rivados o asimiles.
todo estudio etnofonísta las fuentes o cami­
nos utilizados para la información e investi­ Pero el estudio meticuloso de sus mani­
gación, porque ellas son las que fijan el peso festaciones musicales no podría tener base
de 1 as conclusiones que se obtengan y las sólida sin el conocimiento de las fuentes
que orientan en definitiva a los continuado­ originarias: la música de los médicas, de los
res. En este caso, la documentación de que pipiles y de los lencas, derivados de los nahoas
se trata tiene mayor importancia y trascen­ o toltecas y también de los mayas, pues los
dencia, porque el estudio de la Etnofonia pocomames de la región occidental y los len­
es la primera vez que se emprende aquí en cas de la oriental, están clasificados como sub­
Centro América. grupos de los mayas; hay que hacer por lo
menos detenidas y profundas observaciones
“En medio del enorme silencio que rodea
de sus raíces y características esenciales. Pero
a la música indígena o autóctona, existe, a
siendo vastísimo un verdadero estudio cien­
pesar de todo, una historia viva y tangible
tífico de este plan, be procurado sintetizar
de nuestras civilizaciones raciales, descuidada
este programa, para ofrecer a la consideración
por la Historia misma, la cual, celosamente
del estudioso un análisis parcial y esquemá­
resguardada y amorosamente rítualizada, ba
tico de su origen, sus características y clasi­
quedado en gran parte incólume a todos los
atentados y a todas las tiranías: el canto, la ficación de elementos.
danza y las rudimentarias melodías en la Al tratar de abordar este ensayo, he que­
mutación perecedera y variable del meca­ rido detenerme en la consideración, clasifica­
nismo oral. ción y empleo de los elementos de la música
En el canto y en la lengua de nuestros nativa de nuestros diversos grupos raciales,
indios podremos descubrir el alma viva y y al hacerlo así, me be extendido en mis
secreta de aquellas civilizaciones, y analizar observaciones respecto a la Historia y lo que
la altura ética, la sensibilidad colectiva y el nos relatan los cronistas, porque creo que la
orden de las sociedades de Cuzcatlán; porque Etnofonía es una rama científica en el estu­
es en la música de un pueblo en donde ha­ dio de la música y que en ella, cualquier
llaremos plasmadas las manifestaciones mas conjetura o afirmación que se baga como
agudas de su moral y de su estética, y a ella resultado verdadero, tiene que ser lógica­
tendremos que recurrir siempre para averi­ mente experimental, e ir respaldado con ra­
guar la personalidad verídica de una existen­ zones que ampliamente demuestren la tesis
cia histórica. que se expone.
M aria de B a r a i t a

LA MUSICA PRIMITIVA INDIGENA


SU ESTUDIO Y SUS PROBLEMAS

Este ensayo es el primer indicio de estu= ¿Reflejan los estilos musicales de tribus su
dio comparativamente serio que sobre la mú­ historia, así como acontece respecto a otras
sica primitiva se ba llevado a cabo en este formas culturales? ¿Se encuentra en el estilo
país. Las melodías indígenas recogidas y ana­ musical de un grupo la misma suma de in­
lizad as por mí, me engolfaron, sin darme cuen­ tegridad o diversidad como la que se mani­
ta, en el estudio de otras materias para po­ fiesta en sus instituciones y costumbres?
der profundizar más el concepto científico de ¿Los períodos de aceleración o de decadencia
mi trabajo, y cuando mi estudio comenzó a en el desarrollo cultural ban dejado también
estar influido por una curiosidad mayor acer­ huellas en la música?
ca de las formas musicales indígenas, otra He llegado a constatar que cada uno de
tendencia empezó a manifestarse por sí mis­ los grupos indígenas de mi país posee rasgos
ma: la de penetrar en los conceptos antropo­ musicales característicos, de la misma manera
lógicos, bístórícos, etnológicos, lingüísticos y que dispone de una lengua o dialecto propio,
psicológicos en los grupos raciales de nuestro sin dejar por ésto de notarse cierta similitud
país. Y así el interés científico cada vez psicológica, quizá por el clima y la tierra que
mayor, se volcó totalmente bacía el estudio es la que manda y amalgama a los que en
de la música indígena en sus formas espe­ ella se alimentan y viven. Aunque dicho
ciales desarrolladas en su ambiente especial. estilo no presente, necesariamente, un cuadro
La insistencia en el análisis clama por una perfectamente integrado y homogéneo, por el
sobriedad y meditación en materia de técnica becbo de que la cultura de un grupo tam­
sin las cuales no puede llevarse a cabo una poco lo representa. La música, lo mismo que
obra fundamental. Iluminada con nuevos co­ otras fases de la cultura, está influenciada
nocimientos y siendo exigente por la disci­ por cambios, estímulos y retrocesos culturales.
plina científica, gran parte del material de En la historia de los pueblos primitivos, este
épocas anteriores, me vi precisada a reva­ fenómeno puede evidenciarse mejor, porque
luarlos y basta donde me fué posible, reana­ su música está íntimamente conectada con
lizarlos. las actividades culturales de muy distinta
manera que la nuestra actualmente: nosotros
El problema se complica cuando frente cultivamos la música por sí misma.
al panorama musical se pregunta uno: ¿los
grupos indígenas que ban desarrollado formas Por estas razones, la música indígena pue­
culturales características, también despliegan de servirnos de índice en la historia primi­
modalidades y formas musicales distintas? tiva y la fluctuación de sus culturas.

LA MUSICA INDIGENA Y SU AMBIENTE HISTORICO-CULTURAL

Para el músico etnofonista versado o expe­ hay datos acerca del papel del músico indio
rimentado en Antropología y otras materias, en la sociedad primitiva, sobre la función de
este aspecto es el que ha de ser estudiado la música y de la manera en que se integra
especial mente con sumo cuidado e interes. a sus manifestaciones culturales como una
A pesar de que yo estoy muy lejos de ser fuerza activa; encontraréis también algo sobre
ese músico etnofonista versado o experimen­ las ideas que tenían los indígenas respecto a
tado en Antropología, etc., sin embargo, me qué papel desempeñaba la música en sus
be esforzado en presentar en este estudio ritos y ceremonias, Y actualmente lo mismo
muchas cuestiones importantes relacionadas he procurado descubrir en algunos grupos de
con el medio histórico = cultural de la musica raza, qué es lo que significa para ellos el
.primitiva. músico, cómo es considerado y la distinción
Aquí, como se ve en la sección histórica, que le dan.
Cuzcatlán Típico

LA MUSICA Y SU AMBIENTE PSICOLOGICO

Sólo observando mucho y situándose en la melodía. Tomadas éstas y otras muchas


el medio social del indio, se aproxima uno consideraciones, recordamos lo que muy acer­
a escudriñar en campo tan escabroso, porque tadamente dice un musicólogo americano:
ni analizando las formas musicales primitivas “Al parecer, la música no es un lenguaje
ni limitándolas a una descripción formal de la universal. Rasgos que en un estilo poseen
cultura, se podrá arribar al núcleo de ciertos un cierto valor emocional o simbólico, pueden
problemas promovidos por un interés psico­ tener una significación completamente dife­
lógico. Sin embargo, en muchos estilos pri­ rente en otro estilo, o pueden accionar en un
mitivos de nuestros indios, se encuentran medio enteramente distinto .
rasgos característicos dictados ya sea por con­ En el transcurso de la investigación y
ceptos puramente formales o pudiera ser que estudio, hay que poner especial cuidado en
también técnicos. la diferencia entre el funcionamiento «formal
He encontrado, que en algunos estilos in­ y el emocional o simbólico .
dígenas se percibe que prácticamente cada
nota de algunas melodías que ejecutan es A veces sucede, que por nuestra manera
fuertemente atacada o acentuada. Y me be de ver (por nuestra preparación técnica de la
puesto a meditar si el acento no tiene, como cultura europea), nos parece encontrar alguna
para nuestra manera de ver, la función o similitud aparente entre el «contenido emo­
mandato de subrayar los factores expresivos. cional» de la música de la cultura occidental
También be observado que el timbre suave y el de la primitiva indígena y su formula­
y triste que sacan al «pito de caña» en el ción expresiva, pero ésto se debe por lo ge­
«toque de sacrificio» el Viernes Santo, lleva neral a nuestra atención de los factores téc­
el propósito de expresar, así como un «sus­ nicos o históricos, o de encontrarse enredada
piro de agonía», y no simplemente ejecutar con la misma.

LA TECNICA EN LA EJECUCION DE LA MUSICA INDIGENA

Atención especial requiere el estudio de logía de la música indígena primitiva, repre­


la técnica que nuestros indios emplean para sentan un impedimento. Por experiencia be
la ejecución de su música. Después de ha­ llegado a convencerme de que nuestros méto­
ber compilado y fijado las melodías primiti­ dos y conceptos tampoco pueden ser directa­
vas en el papel pautado, se presentan nuevas mente aplicables a los «materiales» primitivos..
cuestiones que surgen a medida que pene­ Para tratar de comprender y analizar cómo
tramos en nuestras investigaciones. Y la pri­ están compuestas las melodías de la música
mera de ellas se refiere a los aspectos téc­ indígena primitiva, es indispensable y nece­
nicos de ejecución por medio de los instru­ sario conocer la técnica instrumental indígena
mentos musicales autóctonos o también de la y vocal también; sin este requisito, jamás se
voz. Estos son problemas de capital impor­ llega a penetrar en el secreto de la música
tancia. Enseguida viene la cuestión de cómo indígena por rudimentaria que ésta sea.
están compuestas o construidas las melodías. El estudio de la técnica instrumental y
Cuáles son las normas establecidas para la vocal presenta dificultades que son de índole
ejecución y la composición; siguen también práctica. Pero hay que tener presente, sin
las cuestiones de investigar el aprendizaje, embargo, que cuanto más perfecta o refinada
enseñanza, normas de estilo o formas, varian­ se vuelve la técnica, tanto mayor será el ma­
tes, modalidades y las características de las terial que se quedará fuera de su alcance.
cadencias y adornos en el desarrollo de las Y si nos empeñamos en hacer más «objetiva»
melodías primitivas. y microscópica esa técnica, nos daría por re­
Aparte del aspecto puramente musical, sultado la inevitable separación que se opera
muchos de estos puntos presentan interés no del medio en que funciona o actúa el mate­
sólo para el psicólogo, sino para el sociólogo. rial. Hay que acercarse cuanto más sea po­
Aquí, como antes, las deficiencias o lagunas sible a la natural y espontánea ejecución de
que se observan en las técnicas de la psico­ los instrumentos o penetrar en el secreto de
María de Baratta

expresión psíquica de la raza para conseguir mentos, en la música primitiva misma de


una pálida idea de lo que realmente es la nuestros indios.
música indígena. Un a vez obtenidos estos conocimientos de
El estudio de los instrumentos musicales la técnica del instrumento indígena, como
empleados por nuestros indios primitivos, es fruto de los trabajos realizados en el terreno
una tarea sumamente difícil y complicada; de la investigación sería y especializada, es­
pero, a pesar de ésto, no be vacilado en taremos en condiciones de fijar los períodos
abordar un ensayo de estudio y análisis de dentro de los cuales se efectuaron los proce­
los instrumentos de la cultura indígena, pues sos de la ritualístíca sagrada o recreativa,
ello representa una parte integral del estudio siempre que nos encontremos en posesión de
de 1 a música primitiva. He tratado, además, versiones originales de las melodías primitivas
de establecer algunas normas en materia de indígenas.
la descripción, clasificación, planteando el pro- Por eso yo no be omitido esfuerzos para
bl ema en el campo científico basta donde me lograr el conocimiento de los instrumentos
lo ban permitido mis conocimientos. Esta musicales de nuestros indios, pues ellos me
rama de la ciencia etnofonística, tendrá que han dado la clave de hallazgos valiosísimos
adoptar normas más explícitas y satisfacto­ y de la mejor penetración y conocimiento de
rias desde el punto de vista técnico y musí- sus formas musicales. A continuación ex­
cal. Requiere, además, mayor acopio de co­ pondré el estudio sobre los instrumentos mu­
nocimientos del fondo cultural y estar en sicales de la cultura indígena, que según creo
íntima familiaridad con la técnica antropo­ hasta abora no se ba llevado a cabo en otros
lógica, siendo insuficiente la que reveían los lugares de Centro América.
catálogos de algunos museos y descripciones
becbas de algunas colecciones particulares. Objetivos. — La necesidad de emprender
El estudio de los instrumentos indígenas este ensayo o panorama de la Etnofonía sal­
primitivos nos ban dado sorpresas importan­ vadoreña, ha sido por referirse a un campo
tísimas, revelándonos problemas de interés cuyo material está rápidamente extinguién­
que van más allá de la mera significación dose y desapareciendo. Por lo tanto, be
terminológica, bístóríca o artística. En mi considerado indispensable acentuar en todo
estudio de instrumentos indígenas primitivos, momento la urgencia de proceder sin dilación
especialmente el que se refiere a las flautas a su recolección, aun cuando otros aspectos
arcaicas y de las civilizaciones tolteca, maya del asunto reclamaran mi atención inmediata
y azteca, se verá cómo la extensión de los para su investigación y estudio.
sonidos que algunas de ellas entregan, con­ Una vez terminada la recolección de temas
servan las dimensiones o gamas de las anti­ y variedades de música autóctona y folklórica,
guas culturas del Oriente. En la música creí muy conveniente volver de lo general a
primitiva, es en donde se bace cada vez más lo específico, para extraer de una gran can­
evidente la influencia de la técnica instru­ tidad de material compilado una referencia
mental en la vocal, o viceversa, y también especial que pueda ser utilizada para disemi­
la influencia general de los factores no mu­ nar el conocimiento pertinente o el extracto
sicales (culturales), a través de los instru­ científico.

EL INDIO Y LA NATURALEZA

Allí está el indio frente al altar de sus tectora de las sombras. Y la montaña virgen,
contemplaciones: la Naturaleza. y las fieras salvajes, en conjunto armonioso con
La tierra se da a él, y sólo él sabe sus todo lo ya dicho, entonan la grandiosa sinfo­
secretos; por eso es que le pertenece. Los nía, la bárbara sinfonía, que sólo el indio
pájaros forman una orquesta, la divina or­ comprende e interpreta, porque él también
questa de trinos y cantos, y sólo él inter­ forma y es parte muy esencial de esta sinfonía.
preta, comprende e imita esta música: oye las Y así, en la garganta de los pájaros apren­
voces de los vientos, y consulta, preguntando dió a leer su música como en un pentagrama,
con la vista y con su alma a las estrellas...! y que después trató de imitar en la flauta de
El Sol es su Dios, y la Luna, la madre pro­ caña, al descubrir tal vez que ésta un día
cantó en la cañada, sonada por el misterio aprovecha las soluciones que la misma da a
de los vientos, anunciándole el milagro del los problemas que el azar le plantea.
instrumento que buscaba para la creación de Y el árbol abatido por el viento, de añoso
su música. tronco, deslavado por las lluvias, perforado
por las aves y ahuecado por el tiempo, ese
Y así, otro día también, al azar del des=
es el ancestro del huehuetl, el tambor y el
canso, a la sombra de corpulentos árboles,
refinado tepunabuaste o teponaztli.
en los cuales las centurias y las aves car­
pinteras habían ahuecado, y en frenesí epi­ La Naturaleza, maestra inagotable y fe­
léptico de sus fiestas y ritos, o en el azora- cunda, dió los ejemplos al indio, para la crea­
miento del pánico o el terror, golpeó con las ción de sus instrumentos y su música.
manos la cubierta y se quedó perplejo al rea­ En seguida, el indio fué imitando los otros
lizar un gran descubrimiento: “el tronco hueco, sonidos de la Naturaleza y los diveros cantos
golpeando la cubierta, habla, hay en él un dios . de las aves, fabricando o improvisando los
ínstrumenfos para formar su orquesta y poder
Y así surgió tal vez el primer instrumento
ejecutar la música que él llevaba dentro, ¡su
musical: obra de la casualidad (poderoso alia­
música!, para solemnizar sus ritos, las guerras,
do del hombre primitivo), resultado del me­
sus fiestas y danzas hieráticas.
dio y de las más elementales observaciones.
Ese, probablemente, fué el origen, “porque Y así, la Naturaleza le dió todo al indio,
el hombre en las remofas edades no interroga pero también él, el indio, se lo dio todo a
a la Naturaleza deliberadamente, sino que la Naturaleza.

EVOLUCION DE LOS GRANDES Y PEQUEÑOS PERCUTORES

Poco a poco, después de innúmeras expe­ ambos parches, es decir, la invención de los
riencias y fracasos, llegó la técnica, para cada bolillos.”
uno de estos tres tambores, que en su prin­ Lentamente el proto-tambor gigante (ver­
cipio fueron rudimentarios, o mejor dicho, dadero titán del sonido) pierde una de sus
naturales; así, en lo que el tronco ahuecado dimensiones paquídérmicas: la longitud, y ad­
pudo darles, o con un simple parche de ve­ quiere las siluetas típicas que han de consa­
nado después (el huehuetl y el tambor), o con grarlo y definirlo: la tambora o el tambor alar­
dos lengüetas afinadas y calculadas (el tepu­ gado.
nabuaste o teponaztli), para el mejor tallado
Y después este tambor se hace manejable,
y la mejor acústica.
llegándolo a construir en dimensiones más
“Del tronco ahuecado, así horizontal con una humanas y prácticas, como aparece aún ahora,
una incisión casual, nació el teponaztli o tepuna­ transportado y suspendido a los hombros del
buaste; y del mismo tronco puesto verticalmente, indio, por cordeles o piales de cuero. Así
tapando la parte superior con un parche de fué llevado tanfo en la furia de las guerras
venado, amarrado con bejucos tal vez, surgió o en la paz de los ritos y danzas religiosas,
el huehuetl; y el mismo tronco ahuecado, con y así le vemos ahora desfilar a la cabeza de
lo rudimentario de la técnica empleada, hace las fiestas y de las tradicionales procesiones.
imperfecta la otra «tapa», la inferior, la que Este descubrimiento que permite al hom­
la fierra proporciona al cilindro del huehuetl bre transportar a donde quiera el sonido, dejó
improvisado; esa imperfección (casualidad ma­ grabada profundamente una enseñanza que
ravillosa) indica el camino de lo hueco, y crea jamás se olvidará: el empleo de los bolillos,
los «pies» del instrumento. Pero aquella ca­ independientemente de su necesidad material.
sualidad maravillosa de la otra «tapa» sugiere De ahí las «claves» y «las piedras sonoras».
una nueva solución práctica e inmediata al
problema de lo hueco: el empleo de otro par­ El tepunabuaste, desde los principios de
che. Y de este modo nace el gigantesco tam­ su evolución, admitió el uso de los palillos o
bor horizontal de los primitivos, y con él la «bolillos», por no obtener la resonancia so­
necesidad de alargar artificialmente las manos bre la superficie del «trozo», sino con un
para que un solo ejecutante pueda batir cuerpo duro como los «palilllos».
De estos tres grandes percutores, el te­ tenso, y que aún ahora lo designan con el
punahuaste fué el que más evolucionó entre nombre de huehuet (nuestros pipiles no usan
nuestros aborígenes, y también el que alcanzó la 1 después de la í.)
una perfección absoluta, por la afinación y Las viejas cofradías de los pueblos de
diferentes intervalos que llegaron a estable- Izalco y San Sebastián (jurisdicción este ul­
cer con dicbo instrumento, como lo veremos timo de la Capital) cuentan: que por tradición
más adelante. se sabe, que existían bellos ejemplares de
El huehuetl entre nuestros nativos no lle­ tepunabuastes y buebuetls, pero que en las
gó al lujo de ornamentación y evolución que antiguas guerras con los indios de otras tri­
alcanzó en México y otros lugares de la Amé­ bus de Guatemala, aquéllos, al tocar retirada,
rica, pues se quedó en su forma rudimentaria cargaron con los instrumentos sagrados y con
y sencilla, fabricándolo en el hueco de un otros ornamentos de los Señores de estas
árbol o en un barril, con un parche bien tierras.

LOS PEQUEÑOS PERCUTORES

Los pequeños percutores, nuestros indios turones, hechos de caracolitos, de pezuñas de


los improvisaron con el uso de objetos ma­ venado, fragmentos de carrizos, dispuestos en
nuales que a su alcance tuvieron, y que poco sartas o collares, para aumentar el efecto
a poco fueron perfeccionando, siempre que sonoro con el ritmo de la danza y el conjunto
estos objetos llenaran, natural o artificialmente, musical. A estas carracas en Guatemala, en
la condición necesaria de lo hueco y la reso* forma de collares, las llaman: chachales.
nancia. En las culturas de Anáhuac, y aquí en
Entonces aparecieron las conchas de toríu* nuestros pipiles, el uso combinado del palo
ga, las piedras sonoras, como instrumentos sonador y la sonaja, fué atributo y símbolo
típicos de pequeña percusión. Algunos frutos de poder y mando en los Dioses, y después,
naturales, ya secos, entregaron también a los de los Reyes y Sacerdotes.
primitivos otro tipo de pequeño percutor: la La bierática y ceremoniosa VARA DEL
sonaja, cuyo instrumento evoluciona en los ALCALDE, adornada con borlas, cintas y
distintos pueblos de la tierra, presentando cascabeles, no es otra cosa que la evocación
diversas variedades, y diferentes nombres. tradicional del antiguo cetro o palo sonador de
Esta misma sonaja, al ser fabricada en me­ los Dioses, de los Reyes y Sacerdotes.
tal, dió origen a otra más pequeña: el chin=
Todavía en algunas danzas tradicionales de
chin; y éste, a su vez, trajo por consecuencia
la época pre-colonial se ve a los danzarines,
la diminuta sonaja: el cascabel. Nuestros in­
que representan a la parte noble en la dan­
dígenas los construían de cobre y oro, utili­
za, llevar en la diestra, en actitud muy hie­
zándolos, ya para ornamentar su indumentaria,
ràtica, el cetro o palo sonador. En la furia
o como instrumento musical de pequeña per­
de la danza, o al calor de la bebida regional,
cusión, en sus areytos o mitotes rituales.
pueden descuidar cualquier prenda de su in­
También desempeñó y desempeña un pa­ dumentaria, pero nunca el cetro de su je­
pel importante entre los pequeños percutores, rarquía.
el palo sonador, que nuestros ascendientes En muchas figuras de los códices se ve
toltecas designaban con el nombre de chica* también que algunos instrumentos que llevan
huaztli o de omichicahuaztli, cuando se adap­ en las manos son, casi siempre, la sonaja en
tan huesos de animal o de hombre para su una y el cetro en la otra cuando son sacer­
objeto, tallándole una serie paralela de pe­ dotes; y sonajas, plumeros o flores, cuando
queños resaltos; nuestros pipiles de Izalco, y son masehuales. Acudían también a los oficios
otros nativos de Cuzcatlan, el chicahuaztli, lo de los Cúes o Teocallis los tlamacazquecuicanime
hacen con una quijada de animal (de macho) (sátrapas cantores) llevando en una mano el
con dientes flojos, y lo designan: charrasca. palo sonador y en la otra mano el temaitl
Las carracas mexicanas, son los colgantes (incensario) con el copal para el rito sa­
o pendientes, de las ajorcas, brazaletes o cin­ grado.
INSTRUMENTOS MUSICALES AUTOCTONOS
Antes que estudiar el carácter y las for- nales. En esta fuente de investigación hay
mas constructivas de la música autóctona, mucho que explorar todavía, y todo aquel que
me empeñé en el conocimiento de sus ins­ se dedique al estudio de la raza, encontrará
trumentos, en los cuales nuestros indios eje­ cosas muy interesantes, comprobando que los
cutaban y aún ejecutan su música tradi­ indios cultivaron la música, como cultivaron
cional. la arquitectura, la escultura, la pintura y la
El estudio y acotaciones minuciosas de poesía. Lo están diciendo también los ins­
estos instrumentos me ban llevado más al trumentos, que además del testimonio de los
convencimiento de que nuestros antiguos abo­ libros, existen todavía, los tenemos ahí, como
rígenes tenían su música, y que cultivaban tenemos aún en algunos pueblos de indígenas
dicho arte en formas completamente origí­ la música viva, tradicional y autóctona.

RESEÑA COMPARATIVA DE LOS INSTRUMENTOS AUTOCTONOS DE EL SALVADOR,


CON LOS PAISES DE MEXICO Y GUATEMALA

Los indígenas usaban la música en sus México, Xul o Xu en Guatemala); la Cornac


solemnidades religiosas y civiles. Bernal Díaz musa (Aíecocolli en México, Tot o caracol en
del Castillo, citado por Paláez, refiere que Guatemala); el Cuerno, (ídem en todos los
habiendo llegado Hernán Cortés a Nito, costa países); los Pifos o silbatos en forma de oca­
de Honduras, penetró como diez leguas al in­ rinas (Tlapifzalli en México, Tafil Kanabaj en
terior y oyó en Tesintle tañer en una fiesta Guatemala): los Jarros Silbadores o Pifos de
atabales y tamboriles, con trompetillas. Pro­ Barro o de Agua (Silbatos en México, Chau=
bablemente serían el tambor, los atabales, el Chau en Guatemala); los Pifos de Barro o de
tepunabuaste y las flautas de caña, de ori­ Piedra (Silbadores Aztecas en México, y Xubak
gen completamente indígena, y que subsisten en Guatemala); la Flauta de Caña o de Barro
aún en la época presente para celebrar sus llamado Pito (Pifo también en México y en
fiestas tradicionales. Guatemala además le llaman Tzijolaj); y La
Los instrumentos musicales autóctonos que Caramba, (que en Nicaragua le llaman Qui=
existen y existieron en Cuzcatlán son: el Te= jongo.)
punahuasíe (Teponayíli en México y Tun en
Todos estos instrumentos son de proce­
Guatemala); el Atabal (Huehuetl en México,
dencia arcaica y algunos de ellos se usan
y tambor cilindrico en Guatemala, que acom­
todavía, como, el tepunabuaste, el atabal, el
paña al Tzijolaj); el Tambor, ídem en todos
tambor, la charrasca, la sambumba y la flauta
los países. Pero a un tamborcito pequeño
de caña o pito. El caracol y el cuerno lo
nuestros indios le llaman (Aíaualné); la
usan solamente los carreteros para guiar sus
Cha trasca (Tzicahuaztli en México); la Sonaja
trenes de carretas por los caminos largos.
(Ayacáchtli en México, Chinchín en Guate­
mala); y la Sambumba, que la llaman los gua­ Dedicaremos algunas líneas para explica­
temaltecos Juque, Estos son los instrumentos ción de cada instrumento, especialmente del
llamados de percusión o de acompañamiento. llamado Tepunabuaste, que desempeña un
5ig amos con nuestros instrumentos meló­ papel importantísimo en la historia de la mú­
dicos o guiadores: la Chirimía (Chililihíli en sica de nuestros indios.

EL TEPUNAHUASTE

El TEPUNAHUASTE es un instrumento angostas, las cuales al golpearlas con dos pa­


tallado en un tronco de árbol, hueco, cilin­ lillos forrados con cera, dan un sonido íncon=
drico, menos por la base que es plana, tiene f undí blemente aborigen. Está decorado con
un pequeño agujero en uno de los lados, y grabados y pinturas de estilo arcaico indígena.
en la parte superior y cilindrica, dos lengüe­ El Obispo Núñez de la Vega refiere, que
tas, una más larga que la otra, abiertas y Votán tenía por sobrenombre «TEP1LNA =
HUASTE. o «SEÑOR DEL PALO PODRE Aludiendo a la manera como se toca el
DO» o «DEL PALO ELLÍECO». Votan era teponaxtli o tepunabuaste, golpeando más o
adorado como «Corazón del Pueblo». El nom- menos fuerte las lengüetas, el general Rafael
bre de «Votán» significa «Serpiente». Era, Cravíoto dice al «prevost» del calabozo en
que lo tenían encerrado los franceses en Pue­
pues, llamado VOTAN: «Señor del Tepuna­
bla, en este precioso soneto que grabó con
huaste». los dientes de un tenedor viejo en una de
Tepunabuaste. Instrumento musical muy las paredes de la prisión:

usado entre los Ckimalhuacanos, es muy pa­ Permita Dios que todo tu «xinaxtle» (raza)
Víctima sea de un fiero «cacomixtli», (tabardillo)
recido al Huehuetl y se toca aún en Cocula Y que tu panza de aserrín y «alpixtlí» (alpiste)
y en otras poblaciones de origen Coca. Sírva en una función de «teponaxtle» (tepunabuaste).

EL TELEFONO DE LOS INDIOS


Averiguando el origen del tepunabuaste, sapos repetían el croar, enviándolo cada vez
un indio ya muy viejo me contaba, que por más lejos hasta oírse a muy largas distancias.
tradición se sabía lo siguiente: De ahí la idea de fabricar un instrumento
que, después de muchos ensayos, dió con el
“Los primitivos indios de estas tierras tepunabuaste, que con su ritmo trataron de
trataban de comunicarse con las tribus leja­ imitar el croar de los sapos, y como el sonido
nas, pero de manera más rápida que enviando de éste se aleja a grandes distancias, y así
mensajeros, pues en caso de urgencia y peli­ obtuvieron en el tepunabuaste una especie de
gro, era indispensable un llamado rápido. teléfono indio, pues ya se sabe que lo em­
Observando y estudiando la Naturaleza, (pues pleaban en sus llamadas guerreras o para
ella fué la gran maestra para el indio), un reunirse con motivo de fiestas.
indio que siempre se sumía en grandes re­ El ejemplar que se observa en nuestro
flexiones frente al altar de la montaña, oyó Museo Nacional, es: un tepunabuaste grande
el croar de un sapo, y observando con oído precortesiano; sus dos notas de las lengüetas
atento, notó que a medida que croaba el sapo, dan un intervalo de tercera y su sonido es
el sonido se iba cromatízando y subiendo de grave; lo emplearon sin duda los indios para
tono; asimismo las vibraciones del croar, se sus llamadas de guerra; este instrumento es
iban como sincronizando, y al alejarse, otros el precursor del xilófono.

MARIA DE BARATTA
y las Autoridades Je San Sebasíián. quienes le prestaron ayuda para sus investigaciones.

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No pude precisar el intervalo ni caracterís­
ticas del instrumento, porque cuando fui al
Arzobispado a demandar tal súplica, no lo
tenía a mano, según me dijo Monseñor.
He visto otros dos en Izalco y Nahuizaleo;
estos son dos ejemplares de tepunabuastes
muy antiguos y de tamaño grande; en estos
pueblos hay también atabales que los indios
suenan con las manos, acompañando al pito
de caña. Los atabales los ponen a tono es­
tirando y templando las cuerdas para restirar
el parche de piel de venado.
Usan también un segundo tamborcito que
acompaña al tambor grande; a este tamborcito
le llaman: «ataualné».
Así, pues, los tepunahuastes que aún exis­
ten aquí en el país, son los siguientes: uno,,
en el Museo Nacional; otro, de la cofradía

MARIA DE BARATTA
estudiando los ritmos en el Tepunahuaste de San Sebastián.

En mis excursiones por diversos pueblos


de indígenas, be encontrado otros tres ejem-
piares de tepunabuastes: uno grande, de mo=
dulación grave y triste, que las autoridades
y cofrades del pueblo de San Sebastián gen­
tilmente me ban facilitado para las represen­
taciones de mi música en los teatros de aquí
de la capital y de San Miguel. El intervalo
que da su percusión es de quinta: DO, SOL,
y su sonido se oye a larga distancia; los otros
dos, son pequeños y sin ningún adorno, y el
sonido es más agudo: uno es de Cuscatan-
cingo y sus lengüetas entregan un intervalo
de tercera menor: DO, Mlb; y el otro es de
un vallecito llamado Valle Mariona; es sen­
cillo y el intervalo que entregan sus dos len­
güetas es de cuarta: DO, F A.
Tengo noticia de que Monseñor Belloso JESUS SENA.
y Sánchez poseía uno grande y muy antiguo, Prioste de la Cofradía del Padre Eterno de Izalco,
que le regalaron los cofrades de Tacuba. quien tiene a su custodia el Tepunahuaste.
de San Sebastián; otro, de la cofradía de café obscuro, su sonido es timbrado como el
C-uscatancingo; otro, de la cofradía de Valle de un xilofón, y las notas o intervalo que
Marions; otro, propiedad de Monseñor Belloso entregan sus lengüetas, son: DO, MI, o sea
y Sánchez; otro, de la cofradía de A sunción una tercera mayor. Los indios algunas veces
de los Izalcos; otro, de la cofradía del pueblo acostumbran dar con los bolillos en las pare­
de Cbilanga; otro, de la cofradía del pueblo des laterales a las lengüetas, en ese caso, este
de Ataco; otro, propiedad del bachiller don tepunabuaste del Miuseo Nacional da en las
Tomás Fidias Jiménez; y por último, otro de paredes laterales las siguientes notas: FÂ, REb.
mi propiedad. Total: diez ejemplares, que se Este ejemplar, como los otros, es antiquí­
han conservado a pesar de las inclemencias simo, y por la calidad especial de la madera
del tiempo y los atentados. o tronco de árbol que ocupaban para cons­
El hermoso ejemplar del Museo Nacional truirlo, se conservan basta abora en perfecto
no tiene ningún adorno: es liso y de un color buen estado.

(Museo Nacional)

(María de Baratta)
El mejor ejemplar de todos los que be
tenido ocasión de estudiar, es el de mi pro=
piedad, que debo a la gentileza y al gesto de
generoso estímulo del ex=Prcsidente Dr. don
Alfonso Quíñónez Molina. A él se lo lleva­
ron de regalo el Alcalde y cofrades de un
pueblo indígena, y sabiendo la dedicación y
empeño que yo tenía en el estudio e inves=
tigacíón de las cosas de la raza, el tradicio­
nalista Dr. Quiñónez M., personalmente lo
traj o a mi casa, diciéndome: “Para que Ud.
lo estudie y baga o reviva la orquesta de
nuestros indios”. Este ejemplar, por su ta­
maño y sonido, creo que es un teotepunahuaste:
tambor divino, tambor de guerra.
Este tepunabuaste es un bello ejemplar
de la época pre=hispánica; los españoles sin
duda al conocerlo, le grabaron con una cu­
chilla esta fecha: 1529. Es el más grande de
los tepunahuastes que be conocido, y está
decorado en ambos extremos, con una greca
del «Macuilsúcbitl»; su sonido es guerrero,
profundo y terrible. Probablemente fué el
Gran Tepunabuaste de las extraordinarias ce­
remonias, tanto religiosas como guerreras. Las
notas qua entrega el intervalo, sonando sus
dos lengüetas, son: 51 b, RE, o sea una tercera
menor, en la segunda octava del piano.
En nuestras viejas civilizaciones, el tepu­
nabuaste es un instrumento que en el arte
musical de los indios, sus ritos, fiestas y sobre
fodo en la guerra, representa un papel enorme.
La adaptación del trozo, como dicen los
indios, consiste en ahuecarlo longitudinalmen­
te, por la parte que ha de servir de asiento
al tepunabuaste y que llamaremos inferior,
dejando en ambos extremos un cabezaí de
apoyo para el instrumento. Estos dos cabe­
zales sirven también de empotramiento a las
dos lengüetas que juegan un cometido impor­
tantísimo en este instrumento. En sentido
transversal, el ahuecamiento del trozo sigue
interiormente la línea y la forma del tepuna­
buaste; este ahuecamiento es lo que consti­
Estas lengüetas, golpeadas por dos bolillos
tuye la caja acústica o armónica del instru­
(olmaitl), que tienen sus extremidades forra­
mento.
das de bule (ulli), son las que producen los
En la parte superior y por medio de dos dos sonidos de que es capaz el tepunabuaste y
incisiones longitudinales y una transversal, cuyo intervalo musical varía con la longitud,,
que las divide aproximadamente en el centro, con la sección de empotramiento y con la masa
una más larga que la otra, se forman dos y distancia como están dividas las lengüetas.
lengüetas (chicaguaztli: palo sonador), quedando Documentada por los códices, anteriores
empotradas, cada una de ellas, en los ca be- y posteriores a la conquista, que aún se con­
zales del instrumento. servan, y con los escritos de los primeros-
cronistas de Indias, así como con las repre­ Según el «Vocabulario» de Molina, tepo­
sentaciones y fotografías de los bellísimos naztli se deriva de teponazoa, (hincharse como
ejemplares de piedra, de tezontle y de madera hidrópico).
que fueron encontrados en las excavaciones
Lechas en la antigua «Calle de las Escalerillas» Montes de Oca, en su obra «Danzas In­
y que se conservan en el Museo Nacional dígenas Mexicanas», anota las siguientes eti­
de México, existían tres maneras de apoyar mologías: “Remí Simeón dice que teponoztlí
el tepunahuaste para utilizarlo como instru­ > es un árbol que lleva ese nombre. Teponazoa:
mento musical. ponazoa, verbo que significa: llenar de aíre
alguna cosa, y agregando la terminación tli,
La primera de ellas consistía en apoyarlo
se podría formar la palabra « teponaztli » ’.
por el tercio medio de su parte inferior, sobre (Dr. Bernardo Reina).
un rollo circular de zacate o tule trenzado
(yahualli, especie de rosca) (’) que, descan­ Rodolfo Schuller cree que teponaztli sig­
sando sobre el suelo, levantaba al instrumento nifica «tocar las espaldas con las manos».
da ndo más sonoridad a la caja acústica, y En los estudios que vengo haciendo de la
obligando al músico a ejecutar en cuclillas,
raza, y el convencimiento que tengo de que
o sentado en un taburete bajo (icpalli), que los indios todo lo imitaban de la naturaleza,
así acostumbraban los indios pre-colombinos, yo creo: que ese nombre de «teponaztli» los
en sus ceremonias y ritos. indios mexicanos lo tomaron de un ave del
La segunda manera de apoyarlo era por agua que Sahagún dice que llamaban folco=
sus dos cabezales, sobre dos horquetas o ca­ moctli y también ateponaztli. Llámase tolco=
balletes de madera, unidos por una tabla en moctli por la voz gruesa que es como un
forma de mesa, disposición que obligaba al retumbo, y «ateponaztli» o «teponazoa», bin-
ejecutante a tocar de pie, como se ve en una ch arse como hidrópico, o sea: voz gruesa como
fotografía citada por Sabagún. retumbo de agua.
Y por último, la tercera, que es una com­ Los antiguos pescadores y cazadores indios,
bi nación de la primera y la segunda, consistía tomaban como un anuncio el canto de esta
en colocar el tepunahuaste sobre el yahual ave para saber sí llovería.
y hacer descansar este último sobre el banco
de madera. Las condiciones acústicas de los tepuna­
huastes radican en su tamaño, el «cupo de
Pero cuando el teponaztli se usaba como
aíre» o caja sonora, el tamaño o dimensiones
«tambor de guerra», se suspendía al cuello
de cada una de las lengüetas vibradoras y
de los jefes guerreros, por medio de un fuerte
también de la densidad de los empotramientos.
cordel que lo sostenía por los dos extremos
del instrumento, o por dos agujeros, situados El tepunahuaste es un instrumento musi­
en la parte central de las paredes longitudi­ cal de percusión, capaz de dos sonidos simul­
nales de la caja acústica o en los cabezales táneos o alternativos.
como se ve en las fotografías de los teponaztlis
La teoría musical de los tepunabuastes
de Tlaxcala y el de Cuauhtli-Ocelotl.
pre-coloniales se reduce, según los ejemplares
Los tepunahuastes de las civilizaciones que be tenido ocasión de examinar, y de otros
pre-coloníales solían estar vistosa y artística­ de que nos dan noticias algunos autores mexi­
mente decorados con tallas en su parte ex­ canos: Rubén M. Campos, Montes de Oca,
terior que a veces llevaban hasta incrusta­ Daniel Castañeda y Vicente T. Mendoza, al
ciones. empleo de los intervalos de quinta (tónica y
Respecto a la etimología de la palabra dominante), cuarta, tercera mayor, tercera menor
«teponaztli», el profesor de la lengua nabuatl y segunda mayor, es decir, que exceptuando la
del Museo Nacional de México, dice que la sexta mayor y la octava los teponaztli pre­
palabra «teponaztli» en dicha lengua quiere de­ coloniales usaban los intervalos de la escala
cir: «ahuecado» (lleno de aire), derivado de pentafónica, como lo demuestran los estudios
la palabra «íepontic». hechos con motivo de las flautas aztecas.
Teponaztli viene de tepaníli (ahuecado), y Esta tesitura, digamos, en el uso de los
de aztli (instrumento). intervalos musicales, viene a demostrar plena­
(1) «Yahualli»: asentadero hecho de esparto o tule. mente el empleo de la escala pentáfona por
nuestros aborígenes, acusando desde luego la PONAXTLE», también usado por nuestros
cultura y el grado de adelanto que tenían indígenas, ofrece tonos de preciosa musi­
en el arte de la música. calidad».

Después de todo lo expuesto en este pe­ “El Profesor don Daniel Castañeda, Jefe
queño ensayo, creo inútil demostrar la impor­ de la Academia de Música Mexicana, depen­
tancia del tepunahuaste como instrumento diente del Conservatorio Nacional de Música,
musical, característico de las culturas pre­ y el Profesor don Vicente T. Mendoza, han
coloniales. Claro es también que este instru­ terminado su estudio y la realización práctica
mento es susceptible de una gran evolución para que el «teponaxtle», instrumento musi­
y que su concurso en pequeños cuerpos de cal aborigen, quede introducido como elemen­
orquesta típica moderna con la introducción to cromático en las orquestas sinfónicas mo­
de su timbre especialmente bello y racial, dernas.”
aporta recursos basta abora desconocidos. ¡Mi sorpresa fué grata! Pues cuando me
presenté como precursora de esta introducción
Si las civilizaciones pre-coloniales, no ex­
del tepunabuaste en mi pequeño grupo de
plotaron los recursos que como instrumento
orquesta típica, no dejó de sorprenderles mí
es capaz el tepunabuaste, por el carácter ru-
disposición de aportar el concurso de un
. dimentarío de aquella música, esto no es mo­ indígena, con su tepunahuaste. Esto lo hice
tivo para que en la actualidad se le tenga
con el convencimiento de que la música que
olvidado y en abandono, sin utilizar sus re­ se ejecutaría requería indispensablemente los
cursos que darían característica inconfundible­
ritmos y timbres tan especiales, tan únicos del
mente autóctona en las orquestas nacionales.
tepunabuaste.
En el año de 1930, en el mes de diciem­ Y como para corroborar mi aserto, vino
bre, al estrenar parte de mi obra que salió la flamante noticia de la introducción del
premiada en el concurso musical promovido teponaxtle o tepunabuaste en la orquesta,
por el Ministerio de Instrucción Pública, y nada menos que por dos autoridades musicales
en mayo de 1931 presenté, respectivamente, mundíalmente reconocidas.
en los teatros de aquí y de San Miguel, mi
El artículo de «Patria» seguía: “El Pro­
grupo «Cuzcatlán Típico», compuesto de: un
fesor Castañeda expuso técnicamente la teoría
piano, un xilofón, un pícolo, un oboe, un tambor
acústica y musical del teponaxtle y presentó
y el TEPUNAHUASTE.
las conclusiones que permitieron a la Acade­
Grande fué la sorpresa del público al ver mia, que es a mi cargo, la construcción de
que presentaba mi grupo no sólo con instru­ los seis teponaxtles cuyas doce lengüetas,
mentos que hacían un conjunto realmente acordadas según la escala temperada en uso
típico, sino que todos nos presentamos con permitieron introducir, por vez primera, el
el traje de nuestros indios, y la soprano chi­ timbre del teponaxtle como instrumento per­
lena doña Blanca del Campo también se pre­ cutor en la orquesta moderna .
sentó como una de nuestras indias izalqueñas “Estos seis teponaxtles, que forman el ins­
para cantar algunas canciones mías. trumento llamado: TEPONÀZTLALPILLI,
fueron construidos por el tallista mexicano
El público aprobó y aplaudió mi atrevi­
Adrián del Águila, bajo la dirección de la
miento de poner en un conjunto musical el
Acad emia de Música Mexicana.”
tradicional y humildísimo tepunahuaste, el
cual tocaba un auténtico indio de mí raza. Ahora bien, a nuestro instrumento de seis
Para muchos fué novedoso el espectáculo, tepunabuastes, le podríamos nosotros llamar:
pues la mayor parte del público ni siquiera TEPUNAHUASPILLI.
conocía al más antiguo y autóctono de nues­ Siendo el tepunahuaste el precursor del
tros instrumentos. xilófono, aportaría a la orquesta un sonido
más bello y vigoroso que éste, dando cierto
Tres años después vi con gran satisfacción
y orgullo de mi parte, un artículo en el Diario reflejo ancestral, misteriosamente armonioso
«Patria» que se titulaba como sigue: «UN en el conjunto.
INSTRUMENTO AZTECA ES INCOR­ Yo creo que ya que no es posible para
PORADO A LA ORQUESTA». El «TE- nosotros, por no tener aquí técnicos ni tallis-
tas para la construcción de los seis tepuna- tarasca y muy usada por los compositores
Eu astes que son indispensables para el TE- modernos.
PUNAHUASPILLI, bastaría con dos, cuyos
Cada tepunahuaste entrega por sí solo una
intervalos dieran dos quintas, uno: de tónica
emisión de quinfa, cuyo uso, en un instru­
y dominante, y otro de quinta de dominante.
mento de percusión es de práctica corriente­
O sea: DO, SOL el primero, y SOL, RE el
mente aceptada y de utilidad innegable.
segundo. Así, tendríamos los cambios de los
acordes de tónica y dominante que constituyen Daremos una explicación gráfica y deta­
casi siempre la música de carácter verdadera­ llada de la teoría expuesta por los Profesores
mente autóctona. don Daniel Castañeda y don Vicente T. Men­
doza, por ser de más grande importancia de lo
Los seis tepunahuastes del TEPUNA- que pudo haber sido y de lo que llegará a
HUASPILLI afinados por quintas ( gama por ser el tepunabuaste en la música autóctona
tonos) nos daría por resultado por ambos de la raza.
frentes en las tonalidades DO y SOL, la He aquí la explicación de las cuatro grá­
gama por tonos, característica de la escala ficas del feponazííalpilli o fepunahuaspilli :

1°. — Tepunahuastes afinados por quinfas cunstancia de que su empleo implica el uso
(gama diatónica). de siete tepunahuastes.
Esta disposición ofrece las siguientes ca­
Consiste especialmente en usar los tepu­
racterísticas y ventajas:
nahuastes afinados por quinfas, como ya hemos
dicho, y en la forma esquemática que se a) Cada tepunahuaste entrega, por sí solo,
ve con claridad en la figura 1 , con la cir­ un «pedal de quinta», cuyo uso en un ins-
frumento de percusión, es, como hemos dicho, Consiste esta disposición en usar única-
de práctica corriente y de utilidad demostrada. mento seis tepunabuastes, también afinados
¿) La afi nación por quintas en cada tepu­ por quintas, pero de suerte que en el frente
nahuaste permite el empleo del refuerzo acús­ inmediato aparezca la gama por tonos, lo mismo
tico que utiliza los primeros armónicos naturales, que en el frente mediato tal como se ve en
ya sean de la serie ascendente (arm. 2 y 3) la figura 2a.
o de la serie descendente (arm. 2 y 3). Este Esta d ísposición presenta las siguientes
refuerzo produce un timbre lleno, como de
características y ventajas:
órgano, e indudablemente es el más apropiado
para la prolongación de los sonidos, es decir, a) Las mismas que las señaladas con las
el que permitirá el uso práctico de valores letras a y h de la disposición anterior, pero
musicales de mayor duración. cambiando las tonalidades de DO sostenido,
RE sostenido y FA por las de FÀ sostenido,
c) Por el frente inmediato aparece la mitad
5OL sostenido y LA sostenido.
de la gama temperada, que se complementa,
por el frente mediato, siguiendo exactamente h) Por ambos frentes presenta, en las to­
la misma disposición común y corriente del nalidades de DO y SOL, la gama por tonos,
piano, órgano e instrumentos similares. Esta característica de la escala tarasca, como ya
disposición facilitará, sin duda, la ejecución bemos dicho.
del tepunahuaspillí, por la educación y cos­ 3°. — Tepunahuastes afinados por terceras
tumbre que se tiene para tocar en los ins­ menores.
trumentos de teclado y sus afines. Esta disposición, que se ve esquemáticamen­
2°. — Tepunahuastes afinados por quintas te en la figura 3, carece de las ventajas a y b
(gama por tonos), señaladas para las dos anteriores; pero pre-
senta las siguientes características muy de para construir el primer tepunabuaspílli o
tomarse en cuenta y consideración, desde el teponaztlalpilli debemos seguir la tercera dis­
punto de vista de nuestra música aborigen, posición, sin perjuicio de que se construyan
especialmente el que se refiere al empleo de — si así lo piden las necesidades del futuro —
la gama pentáfona. los de la primera y segunda. ’
“a) Como cada tepunabuaste está afinado En esta explicación de los señores Casta­
con una tercera menor, que es el intervalo ñeda y Mendoza, he empleado alternativa­
doblemente característico de la gama pentáfona mente la palabra «teponaztle» y «tepunabuas­
básica, (de la octava a la sexta mayor y de la te» para mejor comprensión de aquellos que
quinta a la tercera: DO 2, LA y SOL, MI, sólo conocen el instrumento con el nombre
con tónica DO 1) es factible, con un solo tim= de «tepunabuaste». También introduje en las
bre, bacer patente, a cada paso, la típica pen= gráficas la colocación de los sonidos, escritos
tafonía de nuestros músicos pre-coloniales en el pentagrama, tanto los del frente mediato
(flautas aztecas) en las seis tonalidades del como los del frente inmediato.
frente mediato (tercera menor descendente).” En la simplificación que yo hago de em­
“¿) Modificando la colocación de los tepu­ plear solamente dos tepunahuastes afinados
nabuastes así afinados, tal y como se ve en con dos quintas: una de tónica y dominante
la figura 4a: el número 3 en lugar del número y otra de quinta de dominante, ofrece o im­
2 y el 5 en lugar del 4 y poniendo el 2, el pone que la música que se ejecute sea sólo
4 y el 6 en sentido inverso, aparece por el en la tonalidad de DO mayor, que era la más
frente inmediato, la gama pentáfona básica y empleada en la música de nuestros indios.
la exáfona con sensible a la tónica, que fué Pero al tocar en otra tonalidad se puede
el resultado de la segunda modificación que suplir con el xilofón que es el tepunabuaste
la técnica europea hizo a nuestra música técnico de la orquesta.
primitiva, por medio de las escuelas de canto Más adelante expondré mis observaciones
profano (cadencia del V al I) y cuya gama que be hecho, respecto de los sonidos que
tiene extraordinaria importancia en la forma­ dan una colección de pitos de barro, y el
ción de nuestro folklore del coloniaje.” hallazgo de una escala tetrafóníca en progre­
sión cromática, que acusan desde luego un
“¿?) Para la disposición de que se trata, el
grado de cultura muy adelantada en las for­
refuerzo de la caja acústica, en forma ascen­
mas musicales empleadas por nuestros abo­
dente, sólo puede hacerse por las combina­
rígenes.
ciones de armónicos 5 = 6 ó 3 = 7 (abatido de
una octava), pues de lo contrario hay que En los teponaztles o tepunabuastes pre-
limitarse a reforzar un solo sonido del tepu­ cortesianos, había algunos de forma comple­
nahuaste, utilizando cualquiera de los prime­ tamente arcaica y de usos muy especiales.
ros armónicos. Esta circunstancia, ya sea El Gran Tún de Guerra y el G ran Tambor
por el empleo de los altos armónicos, o por Sagrado, de que nos hablan algunos autores:
el esfuerzo de un solo sonido, bace que el «Latz Tun», el Gran Tun de Guerra. El
timbre del tepunahuaste sea menos «lleno» «Tun» (tunk, en Yucatán), (teponaztle, en
(de órgano), lo «aflauta» y entristece, llevando México), siempre muy empleado, es el Gran
al sentimiento musical, como de la mano, al Tambor Sagrado (Of. la Prefacia).
empleo frecuente de las terceras menores, en «Lotz Gobom», el Pequeño Tambor de
forma descendente, es decir, lo pone de acuer­ Guerra. El «Gohom» (tlapamhuebuetl, de los
do con el uso de la gama pentáfona básica. mexicanos), es el Pequeño Tambor (Of. la
Prefacia).
“Claro está que desde el punto de vista
de la acústica, del mayor «lleno» de los tim­ Aquí los indios lencas, extendidos en toda
bres (arm. 2 y 3) y de las necesidades de la la región del Oriente de la República, le lla­
música clásica (gama mayor) la primera dis­ maban al tepunabuaste: «trozo» o «tingo».
posición (por quintas) ocupa el primer lugar; Ellos, como los demás indios de nuestro
pero buscando precisamente lo que debe ca­ territorio, tienen como sagrado a dicho ins­
racterizar nuestra música y siguiendo con trumento, y lo guardan las diferentes cofra­
fidelidad las huellas de nuestra tradición días como una de las cosas más tradicionales
musical y de nuestra historia, creemos que de la raza y de nuestros antepasados.
Hay la creencia de que el que guarda el instrumento percutor, razón por la cual se le
tepunahuaste posee y conserva todos los se­ debe considerar como el instrumento carac­
cretos de la raza. Por eso es cambiado cada terístico y típico de la música de nuestras
año el guardador, que es el Prioste de la culturas, entre las cuales alcanzó su verda­
Cofradía. dero desarrollo y su máximo esplendor musical.
Las variaciones en el detalle de la reali­ “De esa perfección absoluta del teponaztle
zación del proto-tepunabuaste o teponaztle como instrumento percutor, obtuvieron nues­
abundan, sobre todo en los comienzos de su tros aborígenes un extraordinario conocimien­
evolución. to respecto a la afinación musical, no sólo
Ln la América del Sur, por ejemplo, los del intervalo de quinfa que es el que entrega
aborígenes aguarunas de Bolivia, presentan el huehuetl, sino también de los otros inter­
un curioso tipo ancestral de teponaztle, según valos que usaron como pedales y que según
la relación en el estudio de Hans H. Brunig. se ba dicho ya eran los de segunda mayor,
Entre los nativos de las Isl as Almirantes, en tercera menor, tercera mayor, cuarta justa y
la Polinesia, se usa el tipo de proto-tepuna- quinfa perfecta.”
huaste, con dos amplias ranuras y una gran
La introducción de estos intervalos de
lengüeta; el mismo tipo se usa, con dos gran­
pedal, que directamente entrega el uso del
des perforaciones caracterísficas hacia los ex­
teponaztle o tepunahuaste, y cuyos intervalos
tremos, que tienen por objeto ahuecar el
pertenecen a la gama pentáfona básica, per­
tronco, entre los indios ocainas, del Alto
mitió a nuestros aborígenes el desarrollo de
Amazonas, siendo importante hacer notar que
una música muy superior a la de los pueblos
este mismo tipo también se emplea por los
primitivos, que solamente utilizaron el pedal
yucanes, de Nueva Guinea, en sus gigantes­
de quinta que entregan el huehuetl o el tam­
cos preto-teponaztles, que tienen cerca de dos
bor de doble parche. De ahí que sólo por
metros de longitud, conocidos por el nombre
este concepto nuestra música primogenia no fué
de «Teléfono de los Indios» y que también
primitiva, sino que puede considerarse como
se usan en el Africa Occidental; y en la
rigurosamente civilizada y paralela, en punto
forma más o menos igual, diferenciándose
a posibilidades musicales, con las músicas de
sólo en la posición de las aberturas, se en­ las grandes culturas de la China, el Japón,
cuentra el tepunahuaste en casi todos los
las Indias y también de Egipto y la Meso­
países de Indo-Améríca. En la obra de R. y M.
potamia.
d’Harcourt puede verse la relación de la exis­
tencia del teponaztle en las regiones del Alto La evolución del teponaztle o tepunabuaste
Orinoco, del Río Negro, del Alto Amazonas, ya establecido musicalmente y por su acústica
en las Guayanas y aún sobre las márgenes como instrumento percutor, con dos lengüetas
del Río Xingu. Es empleado por las tribus superiores en forma de H acostada y una
de tunkano, los caverre, los buitoto, los caja de resonancia ahuecada en el tronco de
aueto, los tebuelcbes, los chiríquís, los San un árbol, tal como lo realizaron genialmente
Blas y los jíbaros. Estos últimos lo llama­ nuestros aborígenes, sigue entre nuestras cul­
ban funduli. También Velasco lo cita entre turas, como lo están demostrando técnicamente
los antiguos coras, de la región de Otavalo. autoridades mexicanas (C astañeda y Mendoza)
Pero llama mucho la atención, que sola­ con paso seguro, el camino de su perfeccio­
mente entre los aborígenes aztecas alcanza el namiento en su construccción que lo llevarán
teponaztle un desarrollo verdaderamente defi­ muy pronto a la perfección técnica y acús­
nitivo, tanto desde el punto de vista de su tica para su introducción absoluta en la
empleo musical, como desde el que se refiere orquesta.
a la acústica del instrumento; también alcanza Antiguamente alcanzó su perfeccionamiento
este perfeccionamiento entre los mayas o yu­ también en el tallado que llegó a ser mara­
catecos, entre los maya = quichés y entre los villoso y artístico, como puede verse en las
pipiles de Cuzcatlán, sub-grupos o sub-razas fotografías de los ejemplares de Malinalco y
de las dos grandes civilizaciones: la maya y de Tlaxcala de la Escuela Azteca, y también
la naboa-tolteca. de los Cauauhfli Ocelofl y de los Rostros
A tal grado llega esa perfección que me Mutilados que fueron obra esfos últimos de
parece insuperable e írreponible como fipo de tallistas mixtéeos.
Nuestros indios de Cuzcatlán también te­ de la noche y a las veces a la medía noche.
nían y aún se conservan (entre personas par­ Los atabales eran dos: el uno alto y redondo,
ticulares) ejemplares de tallado artístico, como más grueso que un hombre, de cinco palmos
el de Tacuba y un bello ejemplar que desa­ de alto, de muy buena madera, hueco de
pareció del Museo Nacional, de procedencia dentro y bien labrado por de fuera y pintado;
pre-colonial, que además de sus condiciones en la boca poníanle un cuero de venado
acústicas, aúnen la pulimentación, ingenio y curtido y bien estirado, desde el borde basta
decoración, caricia artística que deleita la vista. el medio. Hace su diapente (quinta) y tá­
Lo demás del tepunahuaste, es necesidad ñenlo por sus puntos y tonos que suben y
guerrera o religiosa que asocia el sonido con bajan, concertando y entonando el atabal con
el rito. los cantores”. En esta parte, como se ve,
el cronista Mendieta se refiere al huehuetl,
La importancia que el tepunahuaste tuvo
en forma muy expresiva y clara. “El otro
entre nuestros aborígenes, se palpa en las atabal (se va a referir al teponaztle) es de
diferentes crónicas y manuscritos de todos
arte que sin pintura (es decir, con pura des­
los clásicos americanistas, de los que extrac­ cripción literaria, sin gráficas) no se podría
taré, como testimonio de estas afirmaciones, dar bien a entender.” Mendieta rehuye la
algunos párrafos. descripción del teponaztle por parecerle muy
Fray Bernardino de Sabagún en el Capí­ difícil, pero, más que todo, por no encontrar
tulo XXVI del Tomo I, al referirse a las instrumento similar europeo con el cual com­
danzas o areytos, dice: “...juntábanse muchos pararlo; y a este respecto es oportuno citar a
de dos o de tres en tres en un gran corro, Motolinía para definir el teponaztle, dice así:
según la cantidad de los que eran, llevando “...y en tanto que se cocían (los tamales)
flores en las manos y atavíos con plumajes: tañían algunos niños con un género de atabal
hacían todos a una un mismo meneo con el que es todo labrado en un palo, sin cuero,
cuerpo y con los pies y manos, cosa bien de ni pergamino”. Continuando el texto de Men­
ver, y bien artificiosa. Todos los meneos iban dieta, se lee: “Este, (se refiere al teponaztle)
según el son que tañían los tañadores de sirve de contrabajo y ambos suenan bien y
atarobor y teponaztli . se oyen lejos. Llegados los bailadores al sitio,
pónense en orden a tañer los atabales, y dos
En el mismo Tomo I, Capítulo XII, dice:
cantores, los mejores, como sochantres, co­
“...cantando y bailando a su modo, danzaban, mienzan desde allí los cantos. El atabal
tocaban caracoles, tambores, teponaztles y
grande, encorado (con parche de cuero) se tañe
sonajas, con que hacen un son al propósito con las manos y a éste le llaman: «Veuetl» (es­
del cantar...” Y así podríamos seguir trans­ critura clásica española), en lugar de huehuetl.
cribiendo descripciones de Fray Bernardino
El otro se tañe como los atabales de España,
de Sabagún, con el propósito de hacer ver con palos, aunque es de otra hechura y llá-
Jos grandes percutores de nuestros aborígenes manie: «teponaztle». El Señor y otros prin­
en época muy lejana. cipales y viejos andan delante de los atabales
Veamos ahora lo que dice el cronista es­ bailando e hínchan tres o cuatro brazas al­
pañol, Fray Gerónimo Mendieta, en la inte­ rededor de los atabales y con éstos otra
resante descripción que hace del huehuetl y multitud que va ensanchando e hinchando el
el teponaztle, pues al referirse al baile cono­ corro. Y oyendo la gente bailadora que los
cido con el nombre de «Rueda Grande», cuya atabales comienzan al tono de ellos, entienden
acotación y esquema se ve representada en el cantar y el baile, y luego lo comienzan.
varios códices, dice: “El día que habían de Los primeros cantos van en tono bajo, como
bailar, ponían luego por la mañana una grande bemolados y despacio...” “...desde horas de
estera en medio de la plaza donde se habían vísperas hasta la noche, los cantos y bailes
de poner los atabales, y todos se ataviaban se van avivando y alzando los tonos, y la
y ayuntaban en casa del Señor y de allí sa­ sonada es más graciosa, que parece que llevan
lían cantando y bailando. Unas veces comen­ un aire de los himnos que tienen un canto
zaban los bailes por la mañana, y otras a hora alegre. Los atabales también van subiendo
de Misa Mayor, y a la noche tornaban can­ más, y como la gente que baila es mucha,
tando ai Palacio y allí daban fin al canto y óyese gran trecho, en especial adonde el vien­
al baile ya de noche o un gran rato andado to lleva la voz, y más de noche cuando todo
está sosegado, que para bailar en este tiempo con sólo un corte de sierra, que la divide.
proveían de muchas y grandes lumbres, y Para tocarlo, lo ponen boca abajo sobre la
cierto ello todo era cosa de ver”. tierra, y quedando las alas en la superficie
El primer cronista de Indias, Gonzalo Her­ (es decir, las teclas donde se suena), éstas
nández de Oviedo, establece también la dife­ son las que tocan con dos palos cortos, cuya
rencia entre el teponaztle y el huehuetl. En punta está cubierta de una resina elástica,
su «Historia General y Natural de las Indias», que los bace saltar para no abogar o confun­
dice: “Algunas veces, junto con el canto, dir el sonido: éste es un gran retumbo, que
hace eco en la tierra, con un continuado Ve,
mezclan un atambor, que es hecho en un ma­
Ve, V e, y es tal, que lo he oído en distancia
dero redondo, hueco concavado, e tan grueso
de dos leguas. De este instrumento usaban
como un hombre e más o menos, como le
los indios desde su gentilidad y hasta ahora
quieren hacer; e suena como los atambores
sordos que hacen los negros; pero no le po­ suelen usar para sus idolatrías; y así lo da
a entender su nombre propio, que es Tankul
nen cuero, sino unos agujeros e rayos que
trascienden a lo hueco, por do rebomba de y no Tunkul como boy lo llaman .
mala gracia”. Observación muy importante y curiosa,
es la semejanza o igualdad en la raíz de la
Esta misma diferencia entre el teponaztle
palabra teponaztle o tunkul, en las tribus o
y el huehuetl de que vienen hablando todos los
sub-razas de las culturas azteca y la maya.
cronistas, la define también el Dr. Francisco
Cervantes de Salazar, testigo presencial de Todos los países que se extienden a lo largo
del Antiguo Imperio Maya y sus derivados,
los acontecimientos de la conquista y cronista
de la Ciudad Imperial de México, que al usaban la semejanza del vocablo: Tunkul, (tepo­
referirse a los bailes y areytos de los indios naztle de los mayas en Yucatán); Tun, (los
en su obra «Crónica de la Nueva España», maya-quichés); Tunkuli, (los aueto y los jíba­
en el Capítulo XX, dice: “...tienen para en­ ros); los tunkano también lo usaban llamán­
tonar, así en el cantar como en el baile, dos dolo Tunk; y los lencas de nuestro territorio
dísignan Tingo o Tungo.
instrumentos en medio de la rueda: uno, como
atabal alto que llega casi a los pechos (el Todas estas palabras son iguales en su raíz,
huehuetl), y otro, como tamboril de palo, y en su terminación hay raucba semejanza.
todo hueco, y en medio sacadas dos astillas (el Ahora veamos la palabra Teponaztle de la
teponaztle), una par de otra del mismo gordor cultura azteca; nuestros pipiles y méxicas,
del palo; en aquellas toca un indio diestro donde antiguamente se habló la lengua pura­
con dos palos que tienen el golpe guarnecido mente mexicana, usan la palabra Tepona=
con nervios, suenan más de una legua... huaztle o Tepunahuaste y en otros lugares de
la República le llaman Trozo. Como sub­
Don Bartolomé del Granado Baeza, cura
razas o sub-grupos de nuestros ascendientes
de Yaxcabá, en su «Informe» (párrafo XII)
los nahoas toltecas, estas palabras son igual­
para describir la diferencia del Xa catán (hue­
mente variantes o derivadas de la palabra
huetl en Yucatán) con el Tunkul (teponaztle
Teponaztle.
de Yucatán), y de la cultura maya, dice:
Los indios buitotos del Amazonas colom­
“...Usan todavía algunas canciones en su
biano, le llamaban Maguaré (Ygará Paraná,
idioma para sus festines y bailes públicos;
afluente del Putumayo).
pero son tumultuarias y sin orden y concier­
to, y las acompañan con una flautílla ronca Del instrumental tupi = guaraní, podemos
(el zubac) y el mitote (tunkul). Este es un citar en primer término el mbaracá, instru­
madero sólido, de figura redonda como una mento que servía para invocar a Tupá y a las
columna y regularmente de una vara de largo fuerzas de la Naturaleza, la primavera y las
y una tercia o poco más de diámetro; tiene plantas; este instrumento consistía en una
una boca (la abertura en el trozo) larga, casi especie de calabaza, con un mango adornado
de extremo a extremo, por donde se ba ca­ de plumas.
vado todo el centro, basta dejarlo en la con­ Al tepunabuaste en Paraguay le llamaban
sistencia de una tabla; en la banda opuesta Trocano, construido con un grueso tronco de
a la boca (parte superior), le forman dos alas árbol hueco cuyas extremidades estaban ta­
(lengüetas o teclas) cuadrilongas que nacen padas y tenían en medio dos aberturas o
de los extremos y se encuentran en medio bocas. Siendo su sonido tan fuerte que atra-
vesaba enormes distancias y servía para telé­ entrañas del Monte Gagxanul: arrebató de allí
fono y foque de rebafo a las poblaciones el formidable instrumento, y bien pronto, a
lejanas. sus redobles que hacían temblar las naciones,
À1 teponaztle o tepunabuaste los maya- sus ejércitos se engrosaron de todas partes.
quichés lo designaban con el nombre de Tunkul. Acabó sus conquistas, y aún las comarcas
del lejano Oriente (Honduras), agrega la tra­
Hay además un tepunabuaste pequeño,
dición, se sujetaron al yugo del Rey Qui-Kab.
ya en desuso, y que los indios pre-cortesianos
llamaban Tecomapiloa. Cuando Qui-Kab, «El Encantador», se
El tecomapiloa era un tepunabuaste de encontró Señor absoluto de aquella tierra,
pequeñas dimensiones, el cual tenía dos aber­ encerró el Tun Sagrado en el Monte Kozintum,
turas díametralmente opuestas; en una de ellas donde ninguno podía verlo, pero todas las
se ataba una cuerda que llevaba en un ex­ noches se ven desde Rabinal las llamas mis­
tremo un huacal, que descansaba en el suelo teriosas que indican su presencia. Es el Ins­
al tocar el instrumento para dar mayor sono­ trumento Terrible del Corazón de la Montaña,
ridad a éste. a cuyo son danzan las piedras preciosas del
Volcán en su fondo.
El íecomapilero llevaba su instrumento bajo
el brazo, según cuenta Fray Bernardino de ¡Dichoso quien pueda penetrar allí! Ese
Sahagún. se hará dueño de las riquezas de los Reyes
del Quiché, y con el auxilio del Gran Tam­
El teponaztle o tepunabuaste es el instru­
bor de Qui-Kab, reunirá a los indios todos
mento rey de las civilizaciones indígenas, y
bajo un mismo cetro y reinará sobre Amé­
la Historia guarda leyendas maravillosas que
rica entera.
se refieren al Tambor Sagrado. Fué el tepo­
naztle el que dió origen a la danza tumultuosa Fué el tun o tepunahuaste que retumbó
llamada Xfzul o «Danza de los Mil Pies», que terrible y amenazador en las altas graderías
se ejecuta todavía en algunos pueblos de la del «teocalli», dando la voz de alarma con su
vecina República de Guatemala, aunque con grito ronco de exterminio y de guerra.
menos personal que como lo acostumbraban Fué el tepunabuaste, que repicó estruen­
antiguamente. doso en todos los bautismos de sangre. Y fué
El teponaztle fué el que inspiró la linda el que lanzó el último desesperado grito atro­
«Leyenda de los Volcanes», que nos cuenta nador y terrible, como protesta de la raza, a
que Qui-Kab penetró con su magia en las la invasión hispánica.

EL HUEHUETL

El origen del Huehuetl no podría precisarse, El huehuetl evolucionó con la experiencia


casi se remonta a los primeros tiempos del dé cada pueblo, tomando desde luego sus
hombre, y puede considerarse desde luego modalidades a través de las razas, usos, cli­
patrimonio musical de la humanidad. mas y costumbres. En nuestras razas abo­
rígenes tuvo su empleo y desarrollo una im­
Se le encuentra entre los polinesios, los portancia enorme: se le consideró como sa­
habitantes de las Islas Célebes, en la tribu grado y se le bacía descansar sobre base
de los Magbetu, entre los primitivos del Con­ hecha de lavas volcánicas, como sí fuera un
tinente Africano, entre los bopis, zuñís y dios (los buicboles) y empleaban el fuego
taños de Arizona y Nuevo México, entre los para restirar el parche.
indios primitivos del territorio mexicano, en­
tre los aborígenes de nuestro Cuzcatlán, en­ Entre nuestros nativos todavía lo adornan
tre los nativos de otras Repúblicas de Centro con guirnaldas de flores en redor del parche,
América, en el antiguo Perú, entre la cultura como si fuera una imagen, y hasfa lo incen-
Maya-Quiché, desde el Istmo de Panamá sarean antes de ocuparlo en sus fiestas.
basta Tehuantepec en donde se le designaba El huehuetl tomó diversas formas enfre
con el nombre de Zacatón. los primitivos, y enfre los aztecas llegó a tal
grado de perfección y lujo que se señalan inferior, en forma de gradas de tres a cuatro
como maravillas de arte los de Tenango y sostenes o «pies», y con los que descansa
Malinalco. sobre el suelo.
Sin duda, como consecuencia del desarrollo El huehuetl tiene sus variantes, las que
alcanzado en la técnica de la cerámica primi­ se designan también con los nombres de
tiva, dió la inspiración a los pueblos que Panhuéhuetl, Tlapanbuéhuetl, Aílapanhuéhueíl y
trabajaron la caja acústica del huehuetl, como Teohuéhueíl.
si se tratara de grandes vasos de barro coci­ La partícula PAN, corresponde al adver­
do, que llegaron a decorar basta en forma bio arriba o encima Panhuéhuetl : (huehuetl
polícroma. gue se toca por arriba), y la partícula TLA
al sustantivo objeto, en este caso: instrumento.
Entre las antigüedades zapotecas de la
Tlapanbuéhuetl: instrumento huehuetl gue se toca
región Oaxaca, se han encontrado cilindros
por arriba.
de barro que, según el Dr. Eduardo Soler,
dice que probablemente sirvieron como cuer­ Así, pues, aunque a primera vista, estas
po de tambores. designaciones no marcan casi diferencia algu­
na, y que a pesar de que algunas autorida­
Holmes asegura que el huehuetl floreció des mexicanas dicen que estas tres variantes
en barro cocido entre los nativos centroame­ no ofrecen también diferencia acústica ni mu­
ricanos, especialmente en Costa Rica y Nica­ sical o de uso, sino que se refieren a un
ragua, como también en los chiriquís de Co­ mismo objeto; yo creo que sí existían dife­
lombia y Panamá. rencias, como lo demuestra el gran folklorista
El huehuetl es el gran percutor de una Rubén M. Campos. Además, los aborígenes
sola pieza, es decir, en un tronco de árbol aztecas eran sabios para designar a cada cosa
tueco, que a veces llega a la altura de 1.00 m. con un nombre especial, sobre todo con la
por 0.60 cms. de diámetro. Sobre la boca supe­ riqueza de vocablos que tenían y que sabían
rior de este cilindro, se coloca el parche de aplicar para cada uso determinado.
piel de venado bien tensa, para ser golpeada En las «Danzas Indígenas Mexicanas» de
con las manos, los dedos o con unos bolillos Montes de Oca, hay los siguientes datos res­
de gran pelota de bule o cera. En la parte pecto a Etimología de la palabra Huehuetl.
pecio el Padre Fray Diego Durán, en su su asiento junto a la tambora colocada al
«Historia de Indias», dice: “Apregonando lo oeste del fuego. Sentóse a cada uno de los
dicho en el ejército de los Señores todos lados a un shaman secundario, y a los costa­
puestos en ala contra los azcapultzalcos, con dos del terceto, se agruparon los servidores
sus rodelas y espadas, el Rey Izcoatl tocó un del templo. Frente al sacerdote principal ha­
pequeño atambor que a las espaldas traía, al bía clavadas en el centro varias flechas de
son del cual alzaron los mexicanos todos los ceremonia, y al pie de ellas el haz de plumas
del ejército tan gran vocería y silbos y otras que caracteriza a dicho sacerdote. Acompa­
algazaras que pusieron gran temor en toda ñaban su canto golpeando la tambora que
la gente contraría...”; y el señor Chavero, en consistía en un trozo de encino ahuecado
su obra: «México a Través de los Siglos», y cubierto en su parte superior con un pe­
comentando la toma de Atzcapotzalco, agrega: dazo de piel de venado sosteniéndose el ins­
‘Di óse al ejército la orden de no atacar antes trumento por medio de tres patas que sobre­
de que el Rey Acolbua sonara el huehuetl que salen toscamente recortadas en la madera.
a la espalda llevaba, como era costumbre entre Reposa el instrumento sobre un disco de lava
los monarcas de su nación. Al despuntar la volcánica, asegurado en el suelo para que
aurora, oyóse a lo lejos el huehuetl de Net­ contribuya a aumentar la resonancia del so­
zahualcóyotl, hízole eco con el suyo el Rey nido. Las estatuas de los dioses se hacen
Itzcoatl y respondió el ejército con un inmenso descansar sobre discos semejantes, que repre­
alarido y con una vocería espantosa mezclada sentan sus escudos, y como el instrumento,
al lúgubre sonido de los teponaztles, que se a semejanza de todas las cosas, es, en con­
oyen a muy larga distancia, y al silbo de cepto de los huicholes, un sér vivo, tiene que
los caracoles’’. sostenerse lo mismo que los hombres y los
dioses. Bate la tambora el oficiante con la
Sahagún, en el Tomo I de «Historia de palma de las manos, produciendo en el inter­
las Cosas de Nueva España», dice: “...Luego valo de los golpes que da con la derecha,
todos los sacerdotes y ministros de los indios toques más rápidos con la izquierda; y aun­
iban a bañarse por mucho frío que hiciese e que las pulsaciones correspondientes son ape­
iban tañendo caracoles marinos y unos chiflos nas sincrónicas, causan a distancia el efecto
(silbatos) hechos de barro cocido. Ocupábanse de redobles iguales. El tiempo es el mismo
estos cuatro sacerdotes en cantar y tañer en que el producido con las dos varillas en el
un atabal y en menear unas sonajas estando Arco Musical de los indios coras, siendo bas­
sentados y esto era en servicio que hacían tante parecido el sonido de ambos instru­
a sus dioses y aún abora lo usan algunos”. mentos, sobre todo a lo lejos, bien que el
Esto mismo se ve en las láminas de los có­ Arco es mucho más sonoro. Varías veces hay
dices del citado autor. que restirar la piel de la tambora durante la
Una de las formas en que se ba conser­ noche, lo cual se efectúa introduciendo una
raja de ocote ardiendo dentro de la caja, a
vado la tradición respecto al uso del huehuetl,
fin de que el cuero se contraiga con el calor.
entre las tribus descendientes de los nahoas,
aparece bien descrita en la obra de Cari A causa de esto, el interior del leño está
siempre chamuscado y cubierto de humo, lo
Lumboltz M. À., de «El México Desconocido»,
que baria creer a un observador poco atento,
quien hablando de rituales y fiestas de los
que se ahueca la madera quemándola .
buicholes en el actual Estado de Nayarit, dice:
“Al poco rato se distribuyó a todos los pre­ Por esta descripción de Lumboltz se ve
sentes el caldo y carne de venado y cuando que la tambora a que él se refiere no es más
todos estuvieron servidos, llevó el sacerdote que el huehuetl.

EVOLUCION

En la evolución del huehuetl, después del 1°. — Actualmente se bate el parche, con las
grado de perfección de acústica y ornamenta­ manos y dedos como antiguamente, empleando
ción, las diferencias entre el uso pre=colonial también a veces unos mazos con grandes bo­
y el actual radica en dos puntos: lillos de cojinete.
2°.—El fuego con la raja de ocote que ñera: en un pozo de piedra o de tezontle de
servía para restírar el parche y subir el so= muchos metros de profundidad, bacía el bro­
nido o tono, se ba sustituido por el empleo quel en la forma de la parte superior de un
de cuerdas o cordeles y templadores, como huehuetl, y le aplicaban, tapándole la boca,
se hace con los atabales y tambores modernos. el parche de piel de animal bien restirado,,
dándole encima para tocarlo, con unos mazos,
En algunos lugares del antiguo México y
gruesos en la parte con que se tocan, y adel­
otras tribus descendientes de aquella civili­
gazándose hacia los extremos; es decir, en
zación, todavía se emplean las primitivas y
forma muy parecida a las macanas. Tienen
rudimentarias formas del buehuefl.
su lenguaje especial, para comunicarse los pe­
Los yaquis tenían y aún lo emplean, un ligros de guerra, aviso de invasiones, de fíes-
terrible huehuetl de resonancia enorme y muy fas y llamadas o rebatos. Es una especie de
original. A este huehuetl lo llaman: Tacata= «Teléfono Indio», y se comunican subterrá­
huruma, y estaba becbo de la siguiente ma= neamente a muy largas distancias.

TESTIMONIOS Y CODICES
Numerosas figuras de códices y fotogra­ turbantes y tocado de plumas, borl as y flo­
fías, así como vasos de cerámica y figuras de res a la usanza maya. La interpretación mu­
barro, existen en las Bibliotecas y Museos de sical de este vaso es bien clara, y da la idea
todos los países del Continente Americano, de la importancia y seriedad que tenían nues­
como testimonio del papel que desempeñó el tros ascendientes, de la música y sus instru­
huehuetl en las diversas culturas indígenas mentos (2). Recuérdese que también el Popol-
de Indo-América. Buj nos habla de las danzas representando
Ejemplar bellísimo es la fotografía de un animales; aquel párrafo del Capítulo Décimo-
vaso de \chamá, que en la obra «Arte y Re­ tercio de la Segunda Parte, dice así: «Cuando
ligión del Pueblo Maya en la Antigua y Mo­ fueron apercibidos por los de Xíbalbá no ha­
derna América Central, 1926», se ve, de E. cían demostración de lo que era, contentán­
P. Diesseldorf. dose con bailar la danza del «Pubuy», la dan­
En este importante ejemplar, se ven cua­ za del «Cux» y el «Iboy», y bailar también
tro figuras humanas disfrazadas de animales el «Xtzul» y el «Cbitíc».
(como era costumbre en sus ritos y represen­ En otro párrafo del Capítulo Quinto, dice:
taciones) representando una escena netamen­ «Inmediatamente comenzaron a sonar la flauta
te musical. Encabeza el desfile un cantante y tocaron el aria de «Hunabpú-Qoy». El
o caballero tigre (probablemente un sacerdo­ «H unapbú-Qoy» o «Mono de Hunaphú», es
te), le sigue uno disfrazado con máscara y un baile curioso y típico que todavía estilan
representando un tatcuázin sonando unas so= los maya-quichés y otros indios de Guate­
najas, después un tocador de huehuetl con mala. Lo acostumbran en ciertas fiestas del año,
máscara y carapacho de armadillo y por con máscaras y disfraces adecuados alasunto.
último, un tocador de concha de tortuga, tam­ También tenían diversos pascóles, como:
bién enmascarado y representando una tortu­ el pascol del Venado, el pascol del Tigre, el
ga. Es una orquesta típica, que podríamos pascol de la Paloma, efe.
llamar: «El Totonqui y su Xin aztlí», es de­ El grupo, pues, es una pequeña orquesta
cir: «El Huehuetl y su Familia». de músicos e instrumentos típicos. El sacer­
dote cantor (el tigre), amenizando el canto;
El caballero tigre va tocado de plumas, y
el sonajero (el tatcuázin), que va marcando
lleva suspendido un cántaro en el pecho, que
el ritmo; acompañando al conjunto con el
al volcarlo sale un raudal de melodía con el
huehuetl (el armadillo); y el último va sonan­
canto interior (1). Todas las figuras van con
do la concha de tortuga como tambor o imi­
(1) El cántaro es otro instrumento musical de los indios. tando tal vez el chicahuaztíí (va disfrazado de
Es tocado dando con la palma de la mano en la boca del cán­
taro, que produce un sonido parecido y más hondo que el del tortuga) y representando cada uno su pascol.
fcuehuetl. Los indios Izalcos lo tocan todavía, dando en la boca Hay también muchos códices representan­
del cántaro o botijuela con un chancleta (alpargata) para bacer
más resonancia en la concavidad del recipiente. En este grabado do rituales y en los que aparecen músicos e
se ve la figuración del sonido, que sale en raudal con la melo­ instrumentos, todos ellos típicos y autóctonos.
día del canto interior, que también se manifiesta en la boca del
caballero tigre que expresa la acción de cantar. (2) Véase grabado del vaso de «cbamá».
DESARROLLO DE UN VASO POLICROMADO DE CHAMA
Ejemplar bellísimo que en la obra «Arte y Religión del Pueblo Maya en la Antigua y Moderna América Central,
1926», se ve, de E. P. Diesseldorff. — Tabla 22. — 138. — J. S. Springer. — Berlín.
Cuatro sacerdotes, cada uno representando su «Pascol» y tocando su instrumento, forman una orquesta celebrando
un ritual. Encabeza el desfile el caballero «tigre» (probablemente un sacerdote) va «cantando» y se acompaña
tocando con las manos el cántaro que pende de su cuello; le sigue uno que representa al «tatcuazin» que va
tocando unas «sonajas»; después va el «armadillo» que toca con las manos el «huehuetl»; y por último va un
tocador de «eoncha de tortuga», representando también a una tortuga.
instrumento. Tiene un signo al lado que bien
pudiera ser la frase musical que está tocando.
A la derecha, el otro «Dios Negro» que
toca un instrumento de viento (Tatil Kanabaj
o el Zubak?), figurándose también el sonido.
Este dios está en actitud de subir una esca­
lera. ¿No será para indicar o significar que
aquella música va a subir basta alcanzar a la
víctima o divinidad en el viaje emprendido?
Obsérvese también que la flauta tiene cuatro
agujeros que corresponden desde luego a los
cuatro sonidos o notas de la escala tetrafóníca
de los mayas, y los maya = quichés. Con el
sonido de la boquilla con los cuatro agujeros
destapados da una nota más, o sea la escala
pentáfona básica, característica de todas las ci­
vilizaciones indígenas en la época pre-coloníal.
Códice Moya de Dresden, página XXXIV,
Este Códice no deja lugar a dudas de la
Entre los más notables es el Códice Maya importancia enorme que tenía la música entre
de Dresden, página XXXIV, representando un nuestros aborígenes. Sus rituales, ceremonias
ritual a la «Diosa del Maíz». La interpreta- y fiestas, en todos los actos de la vida, eran
ción musical de este Códice es muy expresiva acompañados y amenizados con música, can­
y clara. La escena representa un sacrificio, tos y bailes. Los instrumentos eran sagrados
y los tenían en el lugar de mayor respeto
en que la víctima es la «Diosa del Maíz»,
formando el ritual ante el Teocalli, un cuar­ en sus casas o templos, junto con las armas
teto musical en que cada dos músicos repre­ guerreras, como lo describe el «Memorial de
Tecpán-Atitlán». Fué notable el desarrollo
sentan a una divinidad. Los músicos guia­
dores o de la melodía representan al «Dios artístico que alcanzaron los cakcbíqueles: a)
Negro» y los del ritmo o la percusión repre­ en arquitectura, al hablarnos de los castillos
que luntoj (Capítulo XVI) y Belejet-gij (Ca­
sentan al «Dios de la Muerte». Hay un bra­
pítulo XXI), h icieron levantar; de la fortaleza
cero votivo o altar. A un lado, en primer
de Cakjay (Capítulo XIII) y de otras obras;
término, el «Dios Negro» que sostiene un
b) a lus instrumentos de música se les con­
cetro o palo sonador (atributo de los dioses),
cedía una gran importancia: formaban parte
con la mano izquierda, en la derecha tiene
de los atributos que los cakcbíqueles estaban
otro instrumento como matracas (o el Zoch) f),
obligados a dar en Tulán y estos mismos se
y está en la posición peculiar de nuestros
los exigieron a los de Loch y Xet para ad­
aborígenes (en cuclillas), con la cabeza aga­
mitirlos entre ellos, estableciendo poco des­
chada canta en ritual litúrgico, cuyo canto se
pués una fiesta en honor de la música: «/a
figura en el signo que le sale de la boca.
del Tun»; c) durante su estancia en Tulán
Enfrente está el «Dios F», compañero del
«Dios de la Muerte», que está sentado, lle­ daban como tributo,*entre otras cosas, lo que
estuviera grabado, escrito o esculpido.
vando en la mano derecha una sonaja; su
Los músicos eran personas de principal
actitud es de acompañar al que canta. Hay
dos signos «Kan», con una cabeza de animal categoría y empleaban buena parte del tiempo
cada uno. En medio está un Teocalli o Cú en preparar los cantos y danzas, que al repre­
con gradas. Sobre la última grada del signo sentar en el ritual delante del dios y el cacique
su Señor, “era cosa bien de ver”, como dice
«Cab an» (tierra) y encima de éste la cabeza
Sabagún, tal era la disciplina y perfección con
de la víctima representando a la «Diosa del
M aíz». El grito de la víctima se expresa en que ejecutaban el ritmo y las figuras.
Por ser de importancia para testimonio del
un signo.
huehuetl como instrumento pre-colonial, y cómo
A la izquierda está el otro «Dios F», que
era empleado por nuestros ascendientes los ma­
tañe o bate un tambor (huehuetl), cuyo sonido
yas, citaré aquí la interpretación que me sugiere
se figura por las volutas que salen de dicho
el Códice Tro-cortesiano de Madrid, pág. XXI,
(1) De Xulú. desarrollado por el Lie. J. Antonio Víllacorta C.
Códice Tro*Corfesiano de Madrid, página XXI

En el Códice aparecen fres figuras de dio- página musical?) Este Códice lo hunde a uno
ses: el primero, el «Dios B» (¿de la Música?) en largas meditaciones.
está sentado delante de un recipiente en forma En la página XXXIV del Códice Maya de
de tonel (huehuetl), que descansa sobre un Dresden, hay una escena que representa un
soporte de tres pies, de forma y número a ritual, quizá para la invocación «De la Buena
la usanza maya. Toca con la mano la parte Lluvia» al «Dios de las Siembras». Son cua­
superior de dicho instrumento (el parche). tro las figuras, y parece que fueran en pere­
La segunda figura, el «Dios Joven» (Cerro- grinación (¿será una reminiscencia evocadora
Valle?), aparece en la misma posición que el de las antiguas costumbres y ceremonias la
anterior, delante y batiendo idéntico instru­ peregrinación de San Isidro que usan ahora
mento. nuestros aborígenes, para pedir «El Agua del
La tercera figura, representa al «Dios A» Cielo», que hace fecundante y productora a
o «Dios de la Muerte» (¿Man?), por los pun­ la Mad re Ti erra?), para implorar «La Buena
tos negros que se ven en su cuerpo. Está Lluvia».
en la misma posición de sonar el instrumento, Antes de explicar el Códice, daré a conocer
sólo que el recipiente (por su forma se ve que unos datos históricos sobre una antigua ce­
es de barro), se baila dividido borizontalmente remonia llevada a cabo por indígenas de pue­
en dos porciones, indicando tal vez: que se blos fronterizos con los de la vecina Repú­
rompió la vida. blica de Guatemala, que efectuaban peregri­
Los tres instrumentos, en la parte superior naciones y que aún efectúan muchos indígenas
e inferior, muestran la cuerda para resfirar de esta República y de los pueblos fronterizos
el parche, y las tres figuras llevan sobre la de nuestra vecina del Norte, a un lugar mis­
cabeza un adorno representando tres formas terioso de las antiguas ruinas de Copán.
distintas del caracol (el infinito). Tal vez el Indígenas viejos que me han contado esta
son que ejecutan es el de la muerte, o el costumbre, viene a confirmar lo que dice el
viaje a lo que no tiene fit'. distinguido conferencista Lisandro Sandoval
En la parte superior de las figuras hay en la Revista «Anales de la Sociedad de Geo­
una leyenda en jeroglíficos (¿canto litúrgico, grafía e Historia de Guatemala».

CEREMONIA DENOMINADA «IR A TRAER EL INVIERNO»

“Indígenas de este poblado emigraron ba­ bajo toda reserva en buen número los prin­
cía el Sureste, hace cosa de medio siglo, y cipales de cada pueblo y designan una Co­
fundaron el pueblo de Alzatate. Es probable, misión Secreta que hace viaje, saliendo sigi­
y casi seguro, que estos indios y los de Jilo-
losamente y a altas horas de la noche, hacia
tepeque fueron filíales de los Copán; conser­
las ruinas de Copán, con el objeto de «ir a
van aún hasta nuestros días muy curiosas
costumbres que afirman su unión espiritual. traer el invierno», dicen ellos, práctica ésta
Por el mes de Mayo de cada año, se reúnen que consiste en que traen a su terruño, en
sendas vasijas y tecomates, agua del río que que su retorno, a los seis días, lo hacen
pasa por las ruinas. Sin duda que para la bajo la misma forma misteriosa de su salida,
provisión del líquido medían algunas ceremo­ esperando entonces, con toda fe, la fecun­
nias o ritos allá en la fuente, lo cierto es dante caída de las lluvias.”

Códice Muya de Dresden, página XXM1V.

Seguimos ahora con la descripción del vuelto hacia atrás; su cuerpo tiene un ritmo
Códice: de danza. El di os también canta. El jero­
La primera figura, «El Dios B», está sen­ glífico 3°, es un vaso con el signo «Caban»
tado en un árbol que tiene la cruz b, lleva (tierra); y el 4° jeroglífico compuesto que sig­
en la mano un hacha como instrumento de nifica «principio». Tal vez esta figura sígni-
labranza, y que sostiene en actitud hieràtica que: el principio de la lluvia paaa fecundar
con las dos manos. la tierra.
La segunda figura, «El Dios B», está sen­
Estas figuras, que sugieren interpretacio­
tado en una estera o manta de agua, y levanta
el hacha sobre su rostro vuelto hacia arriba; nes musicales, se encuentran en muchas pá­
sus signos, según el Lie. Villacorta, represen­ ginas de los códices mayas, edición desarro­
tan «Viento y Nube». El dios, canta implo= llada y dirigida por el incansable y profundo
rondo la lluvia, y su actitud es de dar o rom­ historiógrafo Lie. J. Antonio Villacorta C.
per con el hacha las nubes para que caiga La labor que desde hace muchos años desa­
el agua. rrolla este dinámico investigador, es gigantesca
La tercer figura, también «El Dios B», está y valiosa. Para él, mi aplauso entusiasta y
sentado sobre la cabeza de un dios («Àkinxoc» sincero como mi agradecida admiración por
¿el «Dios de la Música»?) y bate con las dos la ayuda que aporta a los estudios de la
manos un tambor (el tlapanbuehuetl) con la raza.
técnica característica de nuestros antepasados
para sonar dicho instrumento. El dios está Por último, daremos a conocer aquí un
sentado. Por su forma, el panhuebuefl se Códice como testimonio elocuentísimo de
ded uce que es de barro o tezontle, con el par­ que nuestros antepasados pipiles del territo­
che restirado y sostenido por la cuerda o cor­ rio de Cuzcatlán poseían conjuntos musica­
dón en redor de la parte superior. les e instrumentos autóctonos para llevar a
La cuarta figura, siempre «El Dios B», está cabo sus fiestas y ritos, demostrando también
de pie bajo la lluvia que ya vino, con el rostro su cultura en el arte de la música.
INSTRUMENTOS MUSICALES AUTOCTONOS

Orquesta de Músicos Pipil = Toltecas

Puede verse a los miembros de nuestra sus rituales deben haber sido algo grandioso
antigua orquesta, ejecutando en sus instru­ y raro, pues los cronistas nos describen con
mentos, como sigue: 1°.—Tepunabuaste. 2°.— admiración los conjuntos musicales de aque­
Atabal (tambor que se toca con las manos). llas fiestas.
3°.—TI apítzallí (flauta grande becha tal vez En este Códice se ve sobre el instrumento
de un cuerno de animal). 4°. — Trompeta ate- que toca el músico número 3, el signo solar;
cocollí (o caracol marino). 5°. — Ayacáchtli este mismo signo pende del penacho de plu­
(sonaja); y 6°.—Tzicahuaztli (tallado en un mas de la cabeza del músico número 1 que
hueco de animal); véase la actitud que tiene toca el tepunahuaste; y, luego, tras la cabeza
el músico, de raspar con un hueso pequeño de la figura número 6, está el signo del fuego.
sobre otro grande que sostiene con la mano
Esta orquesta debe estar solemnizando el
izquierda.
ritual de los Caballeros del Sol en alguna
Todos estos ínstrumertos ya están des­ de las liturgias dedicadas a dicha deidad,
critos en párrafo anterior, y el Códice nos que siempre acompañaban con la del fuego
está demostrando la importancia que tenían o Xíuhtecutli, que es como decir «el sem­
para nuestros aborígenes; éllos, que poseían blante del sol que mira con fuego». También
ía técnica, la práctica y el secreto de los en el Códice se ven tres fechas y otros dos
recursos sonoros que podían sacar a dichos símbolos, una de esas fechas o números que
instrumentos, seguramente las ejecuciones en bien pudiera estar determinando al dios siete.

LOS ANIMALES SIMBOLOS

Este capítulo fué escrito en el año de logía», en la sesión de clausura del VIII
1933, y bace algunos días recibí de Madrid, Pleno. Dicho discurso ba sido publicado en
España, el notable Discurso impreso pronun­ el año 1948.
ciado por el Excmo. Sr. don Higínío Anglés, Estudiando sus profundos conceptos ver­
Director del «Instituto Español de Musico­ tidos sobre la música de España, (pues su
Conferencia versó sobre «Gloriosa Contribu- fíteor Deo, es decir: la Santísima Virgen, San
ción de España a la Historia de la Música Pedro y San Pablo, y San Juan Bautista.
u niversal» he encontrado una exposición que San Miguel parece confundirse con San Jorge,
el distinguido musicólogo Híginio Anglés ha­ Patrón de Cataluña. La antigüedad conside­
ce, presentando a grandes rasgos un intere­ raba el pecado como una enfermedad del alma;
sante estudio becbo por el Dr. Marius Sch­ pues bien, el claustro de Ripoll encierra una
neider, de Berlín, Alemania, colaborador del serie de elementos correspondientes a los bai­
Instituto Español de Musicología, y que es les de las espadas, que antiguamente eran
uno de los especialistas más notables en el danzas medicínales. Además, Schneider cree
estudio de la etnografía musical de los pue­ haber comprobado que el claustro responde
blos que poseen una cultura primitiva y en a una tradición visigótica, y supone que el
los trabajos de música comparada. monarca representado allí es San Hermene­
gildo. La columna en la cual figura dicbo
Después de hablar de muchas de las in­ rey, concuerda con el Sábado Santo, día de
vestigaciones efectuadas basta ahora sobre la su martirio. Toda la explicación de las danzas
música y folklore español por el Dr. Sdmeíder, de espadas será documentada en una Mono­
en uno de ellos expone lo que sigue: grafía Musical Etnográfica = Arqueológica so­
“Al estudiar una serie de claustros catala­ bre dichas danzas y la tarantela, y allí el
nes (San Cugat, Gerona, Ripoll, San Benito claustro de Ripoll será objeto de un breve
de Bages), Schneider aplicó una teoría de la estudio.”
India Medieval, según la cual puede simbo­
lizarse cada sonido por un animal determi­ “Schneider continúa trabajando sobre el
nado. Resultó que los animales de los capi­ problema del simbolismo, convencido de que
teles representan dos himnos, uno de los todo el folklore antiguo descansa en un pen­
cuales es el himno a San Gucufate, cuya samiento específicamente musical, y espera
música y letra de la última estrofa se expre­ poder dar dentro de unos años la clave de
san claramente en la sucesión de los anima­ toda la mitología y del folklore español me­
les y de las escenas figuradas. diante esta filosofía del simbolismo. España
le suministra infinitos materiales, porque su
“La novedad de su método al abordar el folklore permite reconstruir aún las tradicio­
problema de los capiteles — problema basta aho­ nes que eran universales en otros tiempos,
ra no resuelto por los historiadores del arte pero que hoy día se han extinguido casi por
ba provocado algunas reacciones por parte completo en otros países. Los documentos
de personas cultas, que se resisten a aceptar arqueológicos suministran la base de todas
una solución musical, sin considerar que en estas costumbres, y tanto su interpretación
la Edad Medía la música constituía un fac­ como el significado simbólico de los hallazgos
tor místico por excelencia. Pero no podemos se verifica mediante un sistema de corres­
negar que la aplicación de tal método tiene pondencias místicas fundadas en la concep­
una exactitud matemática en dos claustros ción musical del universo, tal como la ha
diferentes. Y de ningún modo puede admi­ expuesto el mismo investigador en su libro
tirse el azar —única réplica posible , porque sobre los anímales símbolos. Aclaremos con
al aplicar el cálculo de permutación con sesenta un ejemplo práctico estas frases abstractas.
valores, sólo queda una de las 2,400 solucio­ En el sistema de correspondencias místicas
nes musicalmente posibles, y esta es la que todos los elementos que simbolizan una misma
representa uno y otro claustro. idea se bailan agrupados; así, por ejemplo, al
“Las investigaciones sobre Ripoll, hecha a tono de mí corresponden el dolor, el matri­
base de los elementos simbólicos que ba ob­ monio, el deber, el buey, la vaca y el flamenco,
tenido por vía musical el mismo Schneider, la fecundidad, los ritos de lluvia, el canto
demuestran que la trama del claustro repre­ melísmático, etc. Ahora bien, el can to fla­
senta un acto de purificación del pecado, menco es un doloroso canto melismátíco en
simbolizado por el paso del pecador por el el modo de mí, cuya contrapartida india aún
purgatorio, la muerte del dragón por San actualmente es una canción que sirve para
Miguel y la ablución del pecado. En este impetrar la lluvia. Así, pues, el nombre «fla­
claustro están representados precisamente menco», dado a nuestro cante jondo se explica
aquellos santos que se mencionan en el Con­ sencillamente por su correspondencia simbó-
líca con el animal llamado «flamenco», el cual exponiendo algunos de los resultados obteni­
poblaba en otro tiempo toda la costa medi­ dos por el insigne investigador Dr. Schneider,,
terránea. colaborador de dicho Instituto.
“La musicología comparada abre caminos Aunque mi tesis al interpretar musicalmente
insospechados. Los trabajos a que hemos he­ los códices expuestos, analizando, estudiando e
cho referencia son los primeros de este género investigando las figuras, los símbolos y dioses,
publicados basta aquí. Nunca basta ahora se no es la misma del Dr. Schneider, creo que con
combinaron de tal modo conocimientos etno­ quince años antes que él y sin tener las fuen­
gráficos, arqueológicos, folklorísticos y musi­ tes de información ni la preparación de tan
cales; y merced a tan feliz alianza se ha conse­ eminente musicólogo, ya representa mi modes­
guido obtener estos sorprendentes resultados.” to ensayo un esfuerzo y una gran intuición
Hasta aquí los conceptos expresados del del verdadero camino a seguir, para encon­
notable musicólogo D. Higinio Anglés, Direc­ trar los resultados que se anhelan en esta
tor del «Instituto Español de Musicología», clase de estudios.

TEORIA MUSICAL Y ACUSTICA DEL HUEHUETL

Para saber qué enseñanza musical entrega tervalo producido por la voz humana—, en
a los primitivos en general y a los nuestros el origen de la gama pentáfona básica como
en particular el uso de este gran percutor, la sucesión de cuatro quintas, y cuya gama
veamos lo que dicen los profesores Castañeda (la pentáfona básica) también es común a
y Mendoza: “Una, pero de importancia capi­ todos los pueblos primitivos; de ahí su im­
tal y decisiva: el empleo de la quinta musical portancia capital y decisiva, no sólo como
como intervalo de pedal. En efecto, el sonido pedal para soportar un canto, sino también
del huehuetl, batiendo el centro de su parche, como instrumento generador de la gama mu­
dista un intervalo de quinta del sonido que sical, que es el alfabeto de los cantos”.
se obtiene golpeando el parche a inmedia­ El uso del h uebuetl tuvo su mayor es­
ciones de su periferia; y notad que este in­ plendor entre los aborígenes de la época pre­
tervalo es fijo, cualesquiera que sean las va­ colonial, sin embargo lo usan ahora todavía
riaciones de construcción que se bagan sufrir los nativos, y aunque los fabrican más sen­
al huehuetl y que se impone a nuestro oído cillos (lisos), la importancia musical y acústica
musical de hombres con fuerza irresistible y es siempre la misma, sobre todo entre los
selectiva enfre los sonidos que pueden obte­ aborígenes mexicanos.
nerse en el «glisando» del golpe de bolillo, La acústica musical del huehuetl se dife­
desde el centro del parche basta su periferia”. rencia de los otros dos grandes percutores
“Un a vez más, y en forma casi inesperada, autóctonos, el tepunabuaste y el tambor, en
la Naturaleza señala el verdadero camino: dos puntos importantes:
intervalo de octava entre las voces del hom­ 1°. — 5u caja de resonancia es abierta, y
bre, por una parte, y las de la mujer y los no cerrada como la del tepunabuaste, y tam­
niños por la otra; intervalo de quinta (y de bién del tambor de doble parche.
su complemento, la cuarta) en los primeros
2°. — La altura del cilindro resonador es
gestos de la comprensión humana —la pre­
variable por su caja acústica abierta, conte­
gunta y la respuesta—; e intervalo de quinta
niendo desde luego un cupo de aire mayor
en el pedal del huehuetl”.
(y variable) jugando libremente y mejor las
“Como desde el punto de vista de la mú­ vibraciones.
sica, el intervalo de octava es estéril, el
Por otra parte, la técnica de construcción
descubrimiento primitivo del intervalo de
en la evolución del huehuetl se ba europei­
quinta, que entrega este gran percutor, cuyo
zado, según hacen notar en una fotografía de
uso es común a todos los pueblos primitivos
los Sres. Castañeda y Mendoza, pues en su
C), hace pensar —asociándolo al mismo ín=
construcción moderna se ve que actualmente
(1) Por esta poderosa razón es que yo Le empleado esta emplean duelas ensambladas, a imitación de
forma de QUINTA en la armonización de algunas composicio­ la técnica europea que se usa para la cons­
nes mías, y también por ser el intervalo de quinta el más co =
Tríente en nuestros tepunahuastes. trucción de los toneles.
La resonancia del gran Panhuehueíl es y tenían grandes lumbres y daban grandísi­
solemne y hieràtica. Para tener una idea de mos gritos y silbos...’; y más adelante, en
la sensación musical de este instrumento en el Cap. CLIV, pág. 145, añade: “...pues desde
conjunto con el teponaztli o tepunahuaste, los adoraíorios y torres de ídolos los malditos
veamos lo que dice Berna 1 Di az del Castillo: atambores y cornetas y atabales dolorosos nunca
“...oímos tañer del Cú mayor, ques donde paraban de sonar.
estaban sus ídolos Huichilobos y Tezcatepuca,
El atambor a que se refiere Bernal Díaz
que señorea el altar dél a toda la gran ciu­
del Castillo, era sin duda el tepunabuaste (que
dad, también un atambor, el más triste sonido,
era el más usado de los percutores de esa
en fin, como instrumento de demonios, y re­
época) o teponaztli, y los atabales eran los
tumbaba tanto, que se oyera dos leguas, y
huehuetl y apanbuebuetl, junto con el Gran
juntamente con él muchos atabalejos y cara­
Tambor de exterminio y de guerra que los
coles y bocinas y silbos...’; más adelante en
aztecas llamaban Teohuehuetl.
la página 112: “Pues ya questábamos retraídos
cerca de nuestros aposentos, pasada ya una El instrumento de percusión conocido ge­
grande obra donde había mucha agua y no neralmente con el nombre de tambor (dos
nos podían alcanzar las flechas y bara y pie­ parches) se cree que también fue utilizado
dra, y estando el Sandoval y el Francisco por nuestros aborígenes, y lógico es suponerlo
de Lugo y Andrés de Tapia con Pedro de así, porque la evolución del instrumental de
Alvarado contando a cada uno lo que había los grandes percutores así lo requiere. Pero
acaecido y lo que Cortés mandaba, tornó a llama mucho la atención de que los folklo­
sonar el atambor muy doloroso del Huichilobos, ristas mexicanos, no citen ejemplares genuina-
y otros muchos caracoles y cornetas, y otras mente pre-cortesianos del tambor. Sin embar­
como trompetas, y todo el sonido de ellos go, Federico Starr bace la siguiente cita en
espantable, y mirábamos el alto Cú en donde su obra: “...En Cancuc tienen tres instru­
las tañían, y vimos que llevaban por tuerza mentos primitivos de música: el tambor cilín=
dos gradas arriba de nuestros compañeros... . drico cubierto en ambos extremos con piel, el
En el Cap. CLIII, Pág. 121, dice: “Digamos pito con dos únicas perforaciones y la gran con=
agora lo que los mejicanos hacían de noche cha de tortuga, batida con un fémur de venado .
en sus grandes y altos Cúes, y es que tañían
el maldito atambor, que digo otra vez que era El tambor a que se refiere Starr tiene
el más maldito sonido y el más triste que po= o es semejante al que se encuentra entre los
día inventar, y sonaba lejos tierras, y tañían nativos de Guatemala y también de aquí en
otros peores instrumentos y cosas diabólicas, El Salvador.

EL TAMBOR
Después del tepunabuaste, el tambor le Hubo un período en la historia de la
sigue en importancia en las civilizaciones pre- humanidad donde existió un sistema organi­
coloniales de nuestros indios. Aún ahora es zado de religión, en el cual el tambor era
el compañero inseparable del indio en todas adorado como un dios, al igual que años más
sus manifestaciones. tarde se creyó que las campanas hablaban,
El tambor es el instrumento de todas las que tenían vida, que fueron vestidas y ador­
épocas, de todas las razas y de todos los nadas con ricos ornamentos.
tiempos. ¡La historia, la tradición y la leyenda Nuestros indios adoraban al tepunahuaste
se pierden en la noche de los tiempos...! y al tambor como cosas sagradas. Los mayas
El tambor es el más trágico de todos los le llamaban el tunkul o tepunabuaste con este
otro nombre más propiamente dicho: «tankul»
instrumentos.
Povrbotham asegura que el tambor fué el (mitote) que significa «Ante el Idolo» y tam­
primer instrumento musical conocido al hom­ bién quiere decir: «Se Adora» o «Se Idolatra».
bre; esto es un aserto, a pesar de que ba sido En las civilizaciones indígenas hay tres
disputado por algunos que insisten que el tamaños de tambores: uno grande llamado por
conocimiento y el uso del rustico caramillo nuestros nativos: tamhorón. Este le sirve para
las llamadas o rehatos, convocando a reunirse
vino primero.
y para recoger las limosnas. El mediano, lla­ de la parte exterior hay atravesada una cuer
mado: tambor, y es en el que acompañan sus da de tripa (a veces dos) cuyas vibraciones
sones y la música que tocan con el pito. modifican el timbre.
Y el tambor más pequeño, llamado: tambor-
cito o atahualné, que toca en otra tonalidad
acompañando al tambor y bace también las
veces de redoblante.
En Bolivia a un tambor primitivo le llaman:
«pfutu-wancara» (del verbo aimara pfutsuña:
cavar bondo; tambores cavados, como diría­
mos) y se construyen de una sola pieza, en
un retazo de tronco de árbol de cedro, en el
que se ba vaciado el interior, longitudinal­
mente, basta lograr el espesor deseado. Su
sonoridad es pesada y bronca. Las pfutu-
wancaras se usan más generalmente en los
valles y en los yungas (tierras cálidas). Suele
tañérsela sola la pfutu-wancara, acompañando
las comparsas de bailarínes cantores en las
colonias yungueñas de negros, en la danza
llamada de los «Tundiquis».
En Santiago Texacuangos, me llamó mu­
cho la atención, en la fiesta de ese pueblo, un
concierto de tambores: dos pitos de caña daban
la melodía, acompañados por cinco tambores
de diferentes tamaños y tonos. El conjunto
resultaba pintoresco y raro. La melodía de
los pitos agonizaba en medio del estruendo
de los cinco tambores; parecía a lo lejos un
fragor de batalla el resonar de los tambores,
y la danza que bailaban la llaman: «La Mili­
cia». Es en el único lugar donde he oído
estos cinco tambores.
El tambor es un instrumento que sacude
y conmueve. Danfodio intentó abolir la mú­ Telésforo González (pito) y Juan González (tambor)
sica del tambor en África, al sentirse per­ tocando los clásicos "SONES" en Aculhuaca.
turbado con la música de los vigías noctur­
nos, y el pávido resonar del telégrafo de esa El tambor se toca batiendo el parche su­
venerable y misteriosa tierra. perior con unas baquetas o palillos, y es, prin­
El tambor, tambura, viene de la palabra cipalmente entre los técnicos, un instrumento
árabe TABOR, se cree originario de la India, militar. Marca el compás del paso, sirve para,
importado a Europa por los sarracenos, ha­ señales que regulan la vida de cuartel, y
biéndolo adoptado sucesivamente todas las acompaña en muchos casos ciertas charangas.
naciones de Occidente. Las baterías, (golpes sencillos, dobles, redo­
Ha cambiado muchas veces de dimensio­ bles, etc.) del tambor, todas sus denominacio­
nes, pero su forma general permanece idén­ nes técnicas y elementos rítmicos tienen su
tica. Se compone de una caja cilindrica de traducción en notas. Mencionaremos aquí so­
madera o de metal, cuyos extremos están lamente los elementos rítmicos de las baterías.
cerrados por una piel de asno, de venado o
1°.—El golpe sencillo o seco, llamado ta, pro­
de cabra, llamada parche. Esta piel está tensa
ducido por una sola baqueta.
por círculos de madera, que enlaza un siste­
ma de cordones o de roscas cuya longitud 2°.—El golpe doble o fía, dado por las dos
puede modificarse a voluntad. Sobre la piel baquetas.
1
3°. — El golpe de carga o tra. El acento rít­ Si se va a la casa del tamborero, se verá
mico de este golpe cae sobre la nota breve. que su tambor ocupa el lugar preferente, y
4°.— El redoble sencillo o ra, ra, de 3, 4, 5 está allí como una imagen en su altar.
y más golpes.
El tambor de nuestros indígenas se dis­
5°.—El redoble continuo.
tingue principalmente por llevar en el aro de
Los nombresfde los demás toques o bate= madera, decoraciones de grecas y símbolos
rías son la llamada, la oración, el paso de carga, pintados en colores iguales a los de los hui=
el paso redoblado, el alto, las retiradas, etc. piles o refajos de las indias; esto les da un
Empléase en la orquesta de teatro y basta distintivo verdaderamente típico y racial. Son
en la de concierto en las obras en que inter­ famosos los tambores de Tonacafepeque.
viene el elemento marcial, soldadesco: (Fra
Diavolo, Fausto, Hugonotes, Profeta, etc.) El tambor indio tiene su lenguaje: con
La antigüedad del tambor se remonta a cortos y vivos sonidos invita al baile; explota
los tiempos de Tebas. Los monumentos egip­ y estalla dando la voz de alarma de incendio
cios confirman su abolengo. o de guerra, batiendo rápida y fuertemente
Ha sido en todos los tiempos el insepa­ sin intervalos entre sus golpes; se sacude
rable de la flaufilla o pito, silbo, chirimía, frenético para las fiestas nupciales; tañe con­
chis fuá, chirula, etc. vulso anunciando la muerte; y entonces repite
Es el tambor para todos los actos solemnes, en sonidos profundos y graves como susu­
indispensable en la vida del indio; y tiene rrando: “¡vayamos al crisol del juicio de Dios,
para éste un significado y un lenguaje especial. vayamos... vayamos...!”

Músicos indígenas de Ataco, tocando el Tambor, el Pito y el Ataualné o Tamborcito.


¿De dónde tomó el ejemplo el indio para El tambor del indio, pues, tiene “la insi­
inventar su tambor? ¡Quién sabe...! El no nuación del intento”.
tuvo más maestro que la Naturaleza; allí está ¿No sabes que el indio grita en su tambor:
su libro, allí está su ciencia, allí su altar...! “¿entiendes lo que mi tambor dice?
Yo encuentro que al gotear del agua a
Yo sé lo que dice ese tambor... y siento
intervalos regulares sobre la roca de la fuente
“la insinuación del intento .
y el golpear constante de dos ramas unidas
en el bosque, son de un orden de sonido El movimiento delirante y ebrio de lucha
totalmente diferentes del continuo gorjeo de antecede por fuerza al terrible golpear deses­
las aves o del madrigal que entona el mur­ perado y trágico que acaba como un lamento:
mullo del arroyo. ¿Y por qué? Porque en “...Las glorias de nuestra sangre y nuestra Patria,
este gotear del agua y en este constante Son sólo sombras, no cosas existentes;
golpear de las ramas está “la insinuación del Contra el Destino no hay coraza que resista:
intento”. Y el indio que vió ésto, y el indio Sobre los tiranos baja su mano fría la Muerte...”
que también oyó el gorjeo de las aves, el
madrigal del río, el gotear del agua y el golpe El tambor del indio es: “la insinuación
de las ramas al juntarse, dijo: “ésta es mi mú­ del intento...” Es también la insinuación del
sica, ésta es mi orquesta y trató de imitarla. ritmo en la música de la raza.

LAS FORMAS "FONETICO-IDEOGRAFICAS” Y "FONETICO-SIMBOLICAS”


EN LA ESCRITURA DE LA CIVILIZACION AZTECA Y NAHOA - PIPIL
(Con Relación a la Interpretación Musical de Algunos Códices)

Los pipiles como los nahoas tuvieron su Si lo narrado era breve: un episodio, un
escritura. Los mismos méxicas, en su pere­ becbo aislado, el conjunto jeroglífico se lla­
grinación, traían ya hombres a quienes lla­ maba «tlacuillollí»; o «tlacuilloliztli», si abar­
maban «amoxoaques», que quiere decir: «en­ caba una sucesión de hechos.
tendidos en las pinturas antiguas», nombre “El sentido en que había de leerse la
que parece indicar que eran expertos en la escritura era caprichoso, y a veces de torbe­
escritura. Sus manuscritos los hacían en per­ llino, pues los cuadretes se ordenan en torno
gaminos hechos en dobleces preservados en­ del principal, formando casi espirales. Más
tre dos tapas de madera que les daban apa­ frecuente es que se hallen dispuestos en líneas,
riencia de libros. Y eran los lugares más ya verticales, ya horizontales. El orden de
reservados en donde se guardaba el precioso sucesión que les corresponde se puede dedu­
«amatl» (libro). cir, en primer lugar, de las indicaciones cro­
En los «tecpán» (escuelas sacerdotales) se nológicas que casi nunca faltan en los cua­
enseñaba a leer y escribir. Esta escritura se dretes; y en segundo, del lado al cual vuel­
bacía por medio de jeroglíficos y el que los van la cabeza las figuras. El régimen de
descifraba o interpretaba era el que sabía leer. éstas lo indica la situación de las unas res­
pecto de las otras: las secundarias rodean
El jeroglifico nahoa presenta en grado extremo siempre a la principal.”
el cromatismo significativo. “Los colores hablan”,
Orozco y Berra supone que es casi indu­
decían de los códices los primeros misioneros.
dable que baya existido una escritura hierà­
Los colores o tintas babitualmente usadas
tica usada sólo por los sacerdotes, pero no
eran: blanca, negra, azul, roja, verde, amarilla
se supo nunca como era, por la total desapa­
y morada, en intensidad variable.
rición de los «teoamoshtli» o «libros sagrados».
El verdadero jeroglífico es siempre ideo­ Un indicio de la antigüedad de la escri­
gráfico y simbólico. tura o pintura nahoa, se encuentra en el
Los que se dedicaban a escribir historia grama «abuizotl». Sabagún dice: “un anima-
(ciencia que en nábuat se llama «tlatollotl»), lejo en esta tierra llamado «avizotl»”. Pero
eran llamados «xiubtlaquilo» o sea «pintor el Obispo Planearte y Navarrete supo ver
de años». en él (en el grama representando al animal)
muy atinadamente, un recuerdo del castor, tenares de años antes del arraigo en lenoch-
familiar a los nahoas, cuando pasaron por titlán. Y entonces pudieron pintarlo ya, para
latitudes más frías, seguramente muchos cen­ hacer imperecedero su recuerdo.

LOS GRAMAS O SIGNOS NAHOAS

Los gramas o signos nahoas muestran toda Los gramas nahoas podían ser:
la gradación, todo el hilo, todo el cordón o
1°. — Pictogram as. 3°. — Determinantes.
concatenación que liga los fonogramas con el
simple trazo pictórico. 2°. — Ideogramas. 4°.—Fonogramas.

PICTOGRAMAS

En la reproducción pictórica de un objeto táculos. Sólo que en vez de tenerlos por


podían presentarse varios casos: esponjas, los tomaron como vasijas invertidas
Cu ando el suceso, por lo insólito, no en vías de vaciarse, y así el cerro se connota
podía reducirse al medio común de expresión generalmente por una especie de campana,
fonética o ideográfica, se hacía su reproducción haciendo aparente en la base el interior hueco.
pictórica con todos sus detalles. Si estaba la tal figura pintada de negro, no
significaba solo «tepec» (cerro), sino «tlíltepec»
Así se comunicó a Motecuhzoma la llegada (cerro negro), porque el color de los elementos
de los españoles. De becbo, el Códice en este era significativo, y a veces alteraba grandemente
caso resulta casi una cinta cinematográfica. la idea. lina figura humana pintada con tintes
h) Cuando se quería indicar un objeto lívidos indicaba enfermedad o muerte. El aten­
reproduciéndolo, pero no siempre con absoluta der a los colores complicaba singularmente la
fidelidad, pues ello solía hacerse pintándolos: tarea del intérprete.
I. — Completos, «Citl allí » o «Citai» (estrella). La policromía, no siempre dió una hermosa
apariencia a los Códices. Pues al observar
II.—Completos y en acción, «Ahuizotl».
algunos, vemos que el trazo rápido y conven­
III.—Incompletos o estilizados «Xódaitl» (flor). cional de las figuras, el mismo contorno de
éstas, cortado y duro, los temas tratados, co­
En ocasiones el objeto reproducido adquie­
municaban al conjunto un no sé qué de sal­
re valor fonético o ideográfico. Por ejemplo,
vaje, de cruel ferocidad que contrista y oprime
un árbol (cuahuitl), puede servir para indicar el corazón. En algunos Códices (los de Pe-
«palo» o «madera» (').
ñafiel, por ejemplo) se ve el arte de ese co­
Otras veces, el objeto era reproducido en lorido incomparable que resalta en los trajes
forma convencional, reveladora de curiosos pro= regionales y en el arte vernáculo del tipismo
cesos mentales, v. gr.: extrañados, probable­ mexicano; pero en otros, su aspecto, su am­
mente, de que las fuentes brotasen siempre en biente, es triste, complejo y sombrío.
las faldas de los montes, buscaron los nahoas En ocasiones, la figura no aparece entera.
la explicación del becbo y juzgaron que las La sola cabeza, basta para designar al ser
eminencias en general eran verdaderos recep- completo. Un escudo, «cbimalli», y un haz de
flechas, «mitl», indican guerra («mitlcbimalli» es
(1) Ideografía. — Representación de la idea por la imagen
o el símbolo. una metáfora naboa que se usa para expresar
Ideográfico.—Dícese especialmente de la escritura en que se la guerra), sin que vengan figuras de opuestos
representan las ideas por medio de figuras o símbolos.
guerreros a declarar la idea.
Ideograma.—Signo que expresa la idea.
Determinante.—Que fija los términos de una cosa o idea. Otras veces, el símbolo domina la figura.
Distinguir, discernir.
Un tigre, «ocelotl», significa valor.
Fonético - Ideográfico. — Se dice de un sistema de escritura
compuesto de signos que expresan siempre sonidos y que son,
además, emblemáticos y bacen alusión, con frecuencia, al objeto Pero éstas son expresiones convencionales;
de la frase. (Pedrell). «metáforas» las llama sabiamente Orozco y
Fonético • Simbólico—Se dice de los jeroglíficos compuestos Berra. Y los valores convencionales se hallan
de caracteres fonéticos y simbólicos, que se emplean juntos o
separadamente. (Pedrell).
íntimamente ligados con los ideogramas.
IDEOGRAMAS NAHOAS

«Quetzalcoatl», el gran reformador, el civi­ símbolo. Pero es indudable que entre los
lizador y conductor de pueblos, el que no sólo nahoas lo último predominó. El signo se
fué el Gran dios «Quetzalcoatl» de los azte­ refiere a los viajes del Orto y del Ocaso a lo
cas, sino también de nuestros pipiles de Cuz­ largo del Levante y del Poniente. Unanse sus
catlán, que fué también «Kukulkán» de los focos extremos y se tendrá el «Nahui-Ollin».
mayas y el «Gucumatz» de los maya-quichés Este signo, por metátesis, pasó de repre­
de Guatemala, fué el taumaturgo que dejó sentar únicamente el movimiento del sol, a
la fuerte e imborrable impresión de sus tra­ connotar el movimiento en general.
diciones y profecías, Impresión que hicieron
Un «Nahui-Ollin» sobre el grama «Llallí»
que dichas tradiciones, siglos después, en con­
o sea Tierra, quiere decir muy lógicamente
quistados y conquistadores sublimó basta ele­
«tlatollíni», que a su vez significa terremoto.
varla entre los españoles a pavor respetuoso,
Otras veces el ideograma surgía de la
la abundancia o repetición del «Nahuí-Ollin»,
imagen del efecto a la idea de la causa. Así
signo tan extrañamente parecido a la «Cruz»,
usado con toda amplitud en la escritura naboa. la idea del ciclo sagrado, del siglo de 52 años,
se expresaba con la imagen de los místicos
Quizá en el «Nahui-Ollin» se baya veri­ maderos, a cuyo frotamiento brotaba la llama
ficada la fusión de la cruz cristiana con la en la ceremonia de «Fuego Nuevo». Los útiles
alegoría sabeica de que el grama nahoa es de pintura representaban al pintor, etc.

DETERMINANTES

‘ Los determinantes son lo más atractivo Muchos historiadores nos han dicbo que
en todas las primitivas escrituras, por las era costumbre de las tribus belicosas procla­
extrañas analogías de este género de gramas mar su victoria destruyendo el santuario (Cúes
entre todas ellas. Evidentemente ello revela o Teocallis) del pueblo al cual vencían. De­
un origen único para todas las escrituras. bíase ésto, sin duda, a que los Teocallis o
Un origen arcaico, tremendamente arcaico, Pirámides, eran la principal fortaleza de aque­
pero indudablemente único. Y se admiten que llos pueblos, cuyo coronamiento o final del
puedan haber surgido espontáneamente sig­ Teocalli era un templete de madera, reminis­
nos parecidos en diversos lugares; su seme? cencia, quizá, de las estructuras mayas tan
janza persistente a pesar del múltiple origen, etéreas que adornan el remate de los Cúes.
prueba es de la unidad de criterio que sólo Por eso, cuando en un Códice vése un tem=
puede venir de unidad de la raza humana.” píete envuelto en llamas, puede uno estar se­
(Portillo y Weber). guro que allí se habla de conquista, ya que
Así se explica también la aparición simul­ tal es el determinante de lucha y ¿vencimiento.
tánea de la forma del «pentatono» en la
Cuando ya la figura se va esfumando en
música de varios países a la vez, en el Asia
la escritura azteca, y al fin llega a no signi­
Oriental y en el Continente Americano. Tam­
ficar el objeto que representa, sino el sonido
bién el «signo escalonado»: «cielo y tierra»,
de su nombre, se convierte en «grama», fo­
en los templos de diversos lugares del Con­
nético ya. En ese estado, que es el máximo
tinente Indo-Americano.
progreso alcanzado, la escritura es llamada
En todas partes, el brazo, la mano, el puño, «iconomática».
son determinantes de poder y fuerza.
En todas partes, el píe, las dos piernas, o En la evolución que se verificó en la es­
la huella del pie, significan acción, movimiento. critura naboa (aunque siguiendo siempre los
En todas partes, alguna figurilla que se derroteros tradicionales), las figuras ya no
representaban sólo el objeto o el determinante.
cierne saliendo de un boca, indica la conver­
Adquirían valor fonético, a veces silábico, a
sación, el discurso o el canto.
veces logográmico.
El sol, la luna, tienen por doquier idén=
tico significado cuando se les usa como deter­ Nada más ilustrativo para el caso que ver
minantes. los nombres de algunos «tecubtlís»:
1°. — Ténoch. Se escribe este nombre con 3°. — Tízoc. Este nombre se connotaba coi»
el signo correspondiente a «piedra » o sea una pierna toda llagada. («Tízoc» quiere decir
«tel», y el cacto florido, es decir, el nopal «Tiznado», «Enfermo»), La tradición histórica
«nosbtli». pretende que Tízoc era leproso. Este grama
El todo suena «Té-nosb». sería ideográfico.
En tiempos posteriores el nombre se escri­
2°.—Ifzcóafl. «Itz», piedra obsidiana, «cóatl», bió con el signo piedra, «tetl», traspasado por
culebra. una «espina». Espina se decía «zo». El todo
El nombre se escribía con una serpiente daba «Tézoc» que, con lo fluctuante de las
cuyo lomo estaba erizado de flechas de ob­ vocales en las lenguas primitivas, se aceptaba
sidiana. como fonético de Tízoc.

MOVIMIENTO

Veamos lo que dice con respecto a los sig­ Cada una de estas variedades da origen
nos que expresan movimiento, José López a una porción de sub-derivados, formándose
Portillo y Weber en su valiosísimo y bien verdaderas familias ideológicas más o menos
documentado estudio sobre «La Génesis de ingeniosas.
los Signos de las Letras», del cual hemos Por ejemplo: de «nenemi», vagar, se forman
tomado estos importantes apuntes por consi­ las derivaciones siguientes:
derarlos de suma importancia para la inter­
« Anelnenimi», el que camina despacio,
pretación de los Códices y descifrar la escri­
el perezoso.
tura de signos ideográficos, simbólicos y fo­
néticos. Ya lo han dicho Orozco y Berra y «Acnonenemí», el que ya no camina.
otros sabios especializados en el asunto, que «Cihuanenemi», el que anda como mujer,
el movimiento, en general, cuando es ejecu­ el afeminado.
tado por cosas, se indica con el «Nahui-Ollin». «Cihuanenemi», el mujeriego.
Pero en cuanto a la acción tiene como sujeto
«Tenenemi», el que camina sobre piedras.
a un sér humano, el determinante que se usa
es la huella del pie, «xocpallí». «Macibuanemí», el perseguidor de mujeres.
«Tlatobuenemi», el orador viajero.
La huella del pie humano no es un sim­
ple determinante. Tiene o adquiere, además «Xobacinenemi», el que se pinta como
del valor general ya indicado, diversas acep­ flor, etc.
ciones dentro del sentido general. Todas estas expresiones se forman aña­
Por ejemplo: «temo», bajar, y «témoc», diendo a la connotativa de «nenemi» los sig­
bajó, se expresan con dos huellas del pie, con nos o determinantes correspondientes.
la punta bacia abajo. Al igual que el «xocpalli», el «tlatollí» o
En cambio las mismas huellas invertidas, sean esas volutas que se ciernen sobre las
indican «tleco», subir. Los nahoas sabían figuras humanas, indican conversación y dan
que reposo es inmovilidad, y que ésta no es origen a un vasto caudal de expresiones grá­
más que el resultado del equilibrio de fuerzas ficas, en las cuales intervienen de modo prin­
iguales díametralmente opuestas. Así el verbo cipalísimo.
«morar» o «habitar», se indicaba por medio Orozco y Berra registra aproximadamente
de «xocpalli» (huella del pie) encontrados. tantas diversas acepciones para este signo,
En rigor, podríamos decir que en este caso como para el de movimiento.
las huellas son «vectores».
Hasta aquí las gramas de la civilización
Las huellas divergentes, pero no opuestas, nahoa, que nos vienen a demostrar, que las
indican «nenemi», vagar. Si atrás de la huella civilizaciones se forjan cuando, además de
se dibuja la puerta de una casa, significa contar con los medios de subsistencia abun­
«quiza», salir. dantes, conservan una historia que constante­
Dos o tres «xocpallí» que siguen horizon- mente reviva el pasado, refleje el presente y
Talmente, indican: despedir, arrojar. prediga el porvenir. Las artes, las ciencias
y las industrias necesitan de la Historia para los Ríos, clérigo vecino de la «Villa de Son­
seguir ininterrumpidamente su senda de pro­ sonate», contenía su plana otros caracteres;
greso, porque sin historia todo en el mundo en ellos había partes que denotaban, con cla­
estaría en principio, en gestación. ridad, el contenido de su estructura, y en
otras confusión, por no penetrarse su inteli­
Esos signos gráficos no son, pues, otra cosa
gencia. Pero en otro más pequeño pergamino
que aquellos que universalmente llamamos que me comunicó la curiosidad del venera ble
«escritura». Por consiguiente, es la «conven­ sacerdote Juan de los Ríós, corría de la pro­
ción gráfica», íntimamente ligada a la «conven­ pia forma su escritura, con más o menos in­
ción fonética», la que formando el idioma
teligencia en ella, y sin duda era numeración,,
completo permite que por él se aquilate el
y cuenta. Porque en ella, como en la ante­
estado cultural de un pueblo, ya que el pen­
cedente, se daba principio con esta figura, que
samiento escrito guarda en sí y propaga todos proponemos, para su más clara explicación,,
los progresos de una civilización. (véase figura número 2). Esta divisa, según
La «lengua escrita» está, pues, a tono con declaró Alonso Martín, español muy anciano,
el progreso cultural de los pueblos, porque vecino de la misma «Villa de Sonsonate», por
no sólo es factor de él, sino su verdadera alma. la explicación que de ello le había dado el
Licenciado Cañas, ministro antiguo de los
Nuestros pipiles de Cuzcatlán y de todo
indios, significaba Señor Particular, con este
Centro América también tuvieron sus carac­ jeroglífico o figura, luego inmediata (una figura
teres y modo de escribir, para llevar sus como flor) querían decir: Jotecusocbil, nombre
cuentas y para perpetuar los acontecimientos del «Señor Flor». Pero bahía diferencia en
de su raza y su pueblo. este escrípto, en la formación de los números
En la Revista «Anales de la Sociedad de y calculación de ellos. ’
Geografía e Historia de Guatemala», en el La numeración de los nahoas = pipiles es
número 3, tomo IX, Marzo de 1933, publica muy simple. El signo o grama del número 5
un artículo de Francisco Antonio de Fuentes es la mano del hombre. De ahí parte todo
y Guzmán, escritor guatemalteco del siglo el sistema. El dedo meñique es el 1, el anu­
XVII, sum amente interesante y de un gran lar es el 2, el mayor o medio es el 3, el ín­
valor histórico. En dicho artículo con algu­ dice es el 4, la mano es el 5.
nas ilustraciones, nos damos cuenta de que
El número 6 será cinco más uno. Hay
nuestra civilización pipil tuvo sus gramas para
nombres para diez, para quince y para veinte.
expresarse.
Esta es la base numérica, pues veinte se ex­
El referido artículo se titula: «De los ca­ presa con la palabra «cempohuali», que es la
racteres y modo de escritura de que usaban cuenta de todos los dedos de manos y pies.
estos indios en su gentilidad, en especial el La base de la numeración nahoa y pipil
modo de figuras de que se valieron los pipiles». es 20 — 4 X 5, y para expresar las cantidades
En ese artículo se refiere al descifrado de empléanse once palabras distintas, con adición
un pergamino con gramas en que connotaban de algunas letras de origen adverbial o pura­
la numeración y tributos pagados al rey, “mas mente eufónicas. Dichas once palabras sirven
no como quiera cualquier tributo de Ahau o para expresar los números 1, 2, 3, 4, 5, 10,
Cabeza de Calpul, o de Señor particular, sino 15, 20, 400 y 8,000.
aquel de reconocimiento que se pagaba al Los primeros cinco dígitos se denominan:;
Príncipe, siendo éste un carácter como inscrip­ ce=l, ome=2, yey=3, nahui=4 y macuil=5„
ción o rótulo, que denotaba cosa del haber
Los cuatro siguientes se forman añadiendo
real...”
sucesivamente los antedichos a 5, que toma
Al principio de estas cuentas se ponía el nombre de chico, y así se tiene: cbicobuace
la «divisa grande» (véase la figura número 1) o chicuace=6, chicome=7, chicuey=8 y cbico-
y corría debajo de esta figura por orden se­ nahui=9. El número 10 se denomina matlactli.
guido los números como siguen en la gráfica.
De manera análoga se expresan los cuatro
En otro párrafo dice: «Pero aunque este números que siguen: matlactli occe=ll, ma­
pergamino, que contenía esta cuenta, y me tlactli omome—12, matlactli oroey=13 y ma­
manifestó la amistad del Licenciado Juan de tlactli onahui=14.
El 15 se llama caxtolli, y por adición, como biremos de esto y otras antigüedades muy
antes, se tiene: caxtollí occe=16, caxtolli omome curiosas, y el siglo que ellos numeraban, por
=17, caxtolli omey=18 y caxtollí onabui=19. cincuenta y dos años, contando y dividiendo
La veintena se denomina pohualli, y se cada año en diez y ocho meses, de veinte días,
cuenta por veintenas. con cinco más en el último mes del año, que
Para la numeración escrita empleaban cier­ llamaban de descanso, en que ninguno traba­
tos signos, bastante sencillos y claros, pero jaba, y la demostración de un siglo era en
no tenían noción del valor relativo, ape­ esta forma: una gavilla de varas atadas por
lando a la simple repetición de dichos sig­ el píe, como dando a entender ser junta de
nos. Los más conocidos de esos signos, son: años, que hacían aquella composición. Mas
el madero que me refería el presentado Fray
simples puntos, para las unidades simples,
de 1 a 19; una banderita en forma de P, para Luís Xirón, según la demostración que hizo
la veintena o pohualli (5); una cabellera o un de su propia mano, era en el modo que pro­
círculo dividido por una línea vertical para ponemos al margen.”
el tzontle=400 (7), y un saquito de cacao o
un triángulo con argollíta para el xiquipillí= El grama o signo que representa el fin de
=8,000 (8), que se compone de veinte tzontles. un siglo, y a la fiesta que hacían para solem­
(Véase en la gráfica los signos pipiles del per­ nizar con interesantes ceremonias el nuevo
gamino de que viene hablando Fuentes y siglo, le llamaban «Toxiubmolpilia», o sea
Guzmán). (Véase asimismo la Nota número A). «Liga o Atadura de Años». (Véase el signo:
demostración de un siglo). (25).
Terminando en unas casillas, o tandas,
como si fueran sumas, y remate de cuentas. Y en la figura número tres, según Fuen­
<Véa nse números: 21, 22, 23 y 24). tes y Guzmán, dice que parece que en la
cuarta casilla o cuádrete, cerrar el cómputo
Los indios pipiles, además de escribir con
de un siglo, por encontrarse allí el signo o
figuras y caracteres en pergaminos y mantas,
grama de la gavilla o junta de varas, y em­
también los tallaban y esculpían en piedras
pezar a correr otro, por señalarse en la quinta
y maderos, “con gran curiosidad y primor y
casilla una flor y una corona, “más parece
Fuentes y Guzmán describe uno de estos
haber sido el nombre del Señor, en cuyo
maderos historiales que dice le refirió Fray
tiempo se cerró el siglo, el de Jutecucali, el
Luis Xirón, Religioso Mercedario, y antiguo
«Señor de la Casa», o más propiamente, el
gran ministro de los indios. Al referirse a
«Señor Casa», porque parece lo da a enten­
ese madero dice: “...haber tenido en su poder
der así aquella casa, que se ve pintada en
y según su inteligencia y modo de inscrip­
la primera orden superior de esta planta; y
ciones, era terminación de siglo, en principio
el segundo cacique, demuestra haber sido el
de otro, en el tempo del Gobierno de algún
«Señor Sochíl», de espíritu belicoso, y dado
Señor de los pipiles...’’ “...los cuales tiempos
al ejercicio militar, porque los caracteres de
demostraban en ruedas planas de piedra, como
la penúltima casilla representan haber ven­
se ven algunas en Chiapas, a donde descri-
cido tres batallas...” “...El jeroglífico de la
Nota A. — El número 9 — Partido que pagaba el tributo de
vida de sus Reyes, era magnífico y vistoso
plumas. El tributo del maiz se pagaba y significaba con la como se demuestra, porque para describir la
figuras número 10 y 11, que es espiga de mazorca de maíz. El
tesorero de pumas, se significaba con el número 12. Mas los
vida del Rey, Sínaoam, que era el que denomi­
de oro y plata se significaban con la figura numero 13, y otras naba al cacique, en el tiempo de la conquista
con la figura número 14, porque, o se pagaba fundido en ha-
chuelas o en pepitas, en cañones de pato. La loza se significaba (en Nicaragua) usaron de la figura o empresa
con el número 15. El número lo era dos jciguipiles. El numero que se propone. (Véase la figura número
18, cantidades. Lo mÍ3tno que el numero 19, cantidades. El
■número 20, cuenta de tributos de plata y oro. cuatro.
Signos de Escritura Pipil de los Izalcos, para Fermas Fonético - Ideográficas.
“Conque para representar a Sínacam, pin­ das del pavimento arriba, los partidos que
taban un murciélago, que era el nombre o la sujetó y agregó a su dominio. Pero en la
divisa y armas, de semejante personaje, y primera grada pintando un sombrero de que
para decir que era el Rey pintaban una co­ ellos no usaban en el tiempo de la gentilidad,
rona sobre la figura del murciélago, y los dieron a conocer que fué dominado de la
años de su reynado los representaban con española bizarría; por donde podrá verse, y
aquellos guarismos o caracteres que parecen conocerse, si carecían de entendimiento, y sí
ceros en esta forma”; (la forma de un peque­ con él se aplicaron a toda economía, arte y
ño círculo con un punto en medio) “y los que buena policía...”
imperó aquel gran cacique parece que fueron
nueve, las batallas en que venció, demuestran Todos estos datos sobre los gramas pipi-
baber sido cinco, con este género de demos­ les son de suma importancia, tanto para
tración , (las fajas negras de la última grada, demostrar el grado de cultura de aquella
de abajo para arriba) “y parece que éstas civilización como para facilitar la interpreta­
fueron cinco; luego en otra grada de aquella ción y descifrado de los Códices y escritos
empresa, que es la segunda en orden, mira­ antiguos.

EL ATABAL
El ATABAL es un tambor alto cilindrico, y boy timbales. Dice Cabarrubías en su «Te­
bueco, con agujeros; en la parte superior está soro», que “con los atabales andan juntas las
cubierto por un parche de piel estirada, la trompetas y con los alambores los pífanos.”
cual tamborilean con las manos. Los indios generalmente improvisan este
Este tambor o atabal se suele tocar en instrumento por medio de un barril forrado
algunas fiestas o funciones de nuestros indios. de cuero, con agujeros a los lados. Lo tañen
El nombre de atabal tiene en castellano con las manos demostrando mucha destreza y
sus equivalentes en caja, alambor y tambor. práctica, y lo designan con el nombre de tabal.
En muchas ocasiones son perfectamente sinó­ Los izalcos tienen un son de puro origen
nimos tambor y atabal; en otras con las pa­ autóctono y pre-colonial, que lo llaman tam­
labras tabal o atabal suelen designarse no los bién con el nombre de tabal. Más adelante
tambores sino lo que antes llamaban tímpanos doy a conocer dicho son y su historia.

EL JUQUE O SACABUCHE
Es una vasija especie de orza a cuya boca El SACABUCHE es el nombre del pri­
se adaptaba un obturador de pellejo con un mitivo trombón de varas que formaba el bajo
bueco en el centro, donde una varilla entra de las antiguas orquestas de capilla, compues­
y al moverla con la mano, en la acción de tas de cornetas tuertas, oboes, chirimías, etc.
subir y bajar, produce sonidos bajos y profun­ Durante la Edad Media este instrumento
dos. Sirve para acompañar con otros instru­ se llamó también Estivo Mesnable. Su proce­
mentos los sones y bailes indígenas; algunos le dimiento consistía —dice Cerone— “en alargar
llaman a este instrumento sacabuche (sackbut) los cañones y añadirle los tuertos (tortíl o tor­
y otros le llaman también zambamba o zam= nillos) y era el mismo aplicado a los trombo­
bumbia. (Yo creo que los tres son distintos). nes, trompas y trompetas desde el siglo XV”.
Sahagún dice que el sacabuche fué im­
La voz «juque» no es más que el vocablo portado por los conquistadores; sólo que tal vez
quicbé hue (juc), que significa a la vez: “sonar, los indios le dieron al juque este nombre de
amolar, acepillar, raer”; estas acepciones corres- sacabuche, por la semejanza que encontraron
al mnnn ennar pqa incírnmpnM

LA ZAMBUMBA O ZAMBUMBIA
Aunque algunos llaman también al juque o o de otro animal, bien inflada, y con ella se
sacabuche con el nombre de zamhumha, ésta, en­ pegan o dan vejigazos unos a otros, produ­
tre nuestros indígenas, es una vejiga de toro ciendo un rumor sordo y monótono.
PEQUEÑOS PERCUTORES

La CHARRASCA, es un instrumento produciendo un ruido particular y estridente.


hecho de una mandíbula de animal (una qui- La TORTUGA —Es un carapacho de tortu­
jada de macho, etc,) y cuyos molares flojos ga, que se golpea con una cañita flexible y del­
los frotan con un pedazo de hueso pequeño, gada produciendo un ruido atamborado y triste.

LA SONAJA O AIACACHTLI

La SONAJA consiste en una pequeña a la danza; del tlapanhuéhuetl, instrumento


vasija de barro cocido, hueca, y en el fondo voceador dando el anuncio de guerra, y cu­
algunas semillas o píedrecítas que, al sacu= bierto por una piel de «océlotl» que daba
dirías, producen un sonido mitotero y alegre. gran resonancia; y la de teobuébuetl, el te­
rrible, del Teocalli mayor, voz de alarma y
Nuestros indios, siempre contemplativos y grito ronco de exterminio de la imperial ciu­
observadores, oyeron e interpretaron de su dad carnicera.”
gran libro la Naturaleza, a una ave de color
leonado que canta como suenan las Sonajas El buébuetl era el «gobon» de los quichés.
o Aíacacbtlí, y dice: “cha, cha, cha, pi, xi> xi> Estos también tocaban el «zoch» que quiere
charexi, charexi, cho, cho, cho'\ Oyeron a ese decir: «víbora cascabel». Adaptábanle un
pájaro y nació la Sonaja. mango a manera hisopo, para sacudirlo al
momento de bailar. El «zoch» de los quichés
Hay Sonajas también de calabaza, de mo= era el mismo Aiacachtli o Sonaja.
rrito y también las fabrican de lata, que a
veces son más sonoras. Nuestros indios pipiles tienen otro instru­
mento que llaman «bitoy», y al sacabuche
Este instrumento revistió carácter de reli­ los izalcos le dicen «cuyututun».
gioso en la época pre-colonial de las civiliza­
ciones indígenas. No se separó nunca de los
mitotes o areytos; no se celebró una misa de La CARAMBA es un instrumento uni-
copal, ni se hizo la ofrenda de los corazones cordo (una cuerda), hecho de una larga vara
sangrantes ante el Señor Sol, sin que repi­ de madera medianamente flexible, arqueada
caran con estruendo el chaca, chaca de las como arco de flecha, unida en los extremos
indispensables Sonajas o Aíacacbtlí. por una cuerda de tripa, nervio de animal o
En 1 o alto de los Cúes o Teocallis levan­ alambre de acero; y en una extensión menos
taban hacia el Sol los «Temaitl» (incensario) de la mitad, se amarra el alambre contra el
en sus oficios los «Tlamacazquecuicanime» arco con una pita de cáñamo que sostiene
(los Sátrapas Cantores), y acompañando a una pequeña jicara de morro, cuya boca queda
éstos tañían caracoles, tocaban sus teponaxtlís, libre en el reverso de la vara, templando el
sacudiendo frenéticos las Sonajas en el areyto, alambre según el tono en que se quiera tocar.
festejando a Quetzalcoatl.
Se suena percutiendo con una cañita fina
Nuestros indígenas también usan en sus a uno y otro lado de donde está amarrada
fiestas un instrumento que improvisan con la pita, dando perfectamente un intervalo de
un cántaro de barro, al cual suenan dándole «cuarta»; se hacen modulaciones con la mano
en la boca con una “chancleta” (alpargata hu­ izquierda, tapando y destapando la boca de
milde de género y cuero). También lo gol­ la jicara. Sí se quiere un sonido más fuerte
pean con un caite (cactli) y a este extraño y característico se apoya el extremo inferior
instrumento los indios lo llaman: El Caifero del arco en un tarro o huacal de morro grande,
o Cactleco. produciendo al contacto, un sonido especial,
quejumbroso y profundo. Por ésto probable­
“Los aztecas distinguían claramente el so­ mente en Nicaragua le llaman a la caramba:
nido de sus diferentes instrumentos; si oían «Quijongo», que quiere decir: «modo de decir
el buébuetl, sabían que era una invitación las cosas como quejándose».
La Caramba, era también llamada antigua­ de pie, y descubriéndose la cabeza de un
mente por nuestros indios: «Cbístatl». L1 gorro de lana que tenía, me saludó con mu­
« Chistatl» conserva aún su nombre primitivo cha cortesía. “Siéntese, — le dije solícita dán­
entre los indios de algunos pueblos de ver­ dome cuenta de su pierna baldada—, y cuén­
dadera raza, no así entre los llamados ladinos
teme cómo aprendió esa música tan bella”.
y demás habitantes del país, que la llaman so=
“Pues vea, niña, yo no be tenido «máistro»,
lamente Caramba. En otros lugares del país
lo que sé lo he aprendido de la Naturaleza”;
también la llaman «Guarambamba».
La música obtenida del Chistatl o Caram­ y señalando para lo alto del conacaste, me
ba es dulce, suave y profundamente melan­ mostró unos nidos de chiltotas que colgaban
cólica, pues este instrumento permite muchas de unas ramas, y dijo: “Allí están mis «máis-
modulaciones, giros e imitaciones. tros», los pájaros”.

Entre las imitaciones, hace perfectamente En San Antonio Abad conocí a otro ca­
la de algunos pájaros; el zenzontle, uno de rambista, llamado Juan Peña, quien ba ense­
los de más bello canto en esta región de ñado a tocar la Caramba a sus dos pequeños
América, es imitado por un práctico caram- hijos; de esta manera, los días festivos sale
bista a la perfección.
a la capital y a otros pueblos vecinos, para
ayudarse a la subsistencia, exhibiendo a los
Entre los indios «titiribíes» y «sinufa-
naes» de Colombia, le llaman a la Caramba: dos pequeños niños, que en forma verdadera­
«La Bimba», consistiendo en un arco de mente maravillosa revelan sus temperamentos
madera flexible con una cuerda de bejuco al sonar la Caramba.
resistente como el «cestillo».

El mejor carambista que ba habido en el


país, era un anciano veterano que peleó en
la guerra de Barrios, el cual debido a un
bal azo que recibió en una pierna, quedó im­
pedido desde entonces, concretándose a vivir
sentado debajo de un frondoso conacaste to­
cando el instrumento de su predilección. Se
llamaba Goyo Calero y la esposa y sus hijos
trabajaban para él. Vivía en una finquita de
los alrededores de Soyapango. Un día que
peregrinaba yo por ese pueblo en mis excur­
siones de investigación, oí a lo lejos una
música rara; parecía una ronda de gnomos
fantásticos que danzaban por el aíre al son de
aquel abejeo musical.

Pregunté a un muchacho que nos guiaba,


qué era ese ruido como música, o esa música
que parecía batir de alas fantásticas; el mu­
chacho me dijo: “Es mejor que vayamos
donde ño Goyo para que usted misma vea lo
que hace”. Así fué; nos encaminamos por
unas veredas y barrancos al predio de ño
Goyo; estaba tan embebido el veterano en la
ejecución de su música, que no se dió cuenta
de que bacía mucho rato lo estábamos escu­
chando. Cuando terminó, me apresuré a de­
cirle: “Buenos tardes, señor Goyo”. “Muy
buenas le dé Dios, niña”, me contestó; e in­
mediatamente hizo un esfuerzo para ponerse
Los niños Francisco Peña, de IG años, toca la CARAMBA,
y el pequeño Pablo Peña, de 8 años, es el "punteador".

El niño Francisco Peña, de diez años de de «pedal», que bace resaltar el ritmo, y en
edad, toca la cuerda y con su mano izquierda, los descansos o pausas mantiene la vibración
puesta en la boca de la jicara, bace las mo­ de la cuerda y el sonido.
dulaciones del sonido; el más pequeñito, de
8 anos, llamado Pablo Peña, es el «puntea­ Cuando pregunté al padre de los niños,
dor». Este niño, de un gran sentido rítmico, Juan Peña, quién le había enseñado a él a
maneja el extremo inferior de la vara, sobre tocar el instrumento, respondió: “Nadie, niña,
una cajita de hojalata (en lugar de otros ca= aprendí de mi bella advertencia”.
rambistas que usan un huacal o tarro del Anoté en mi papel pautado uno de los
mismo metal), marcando el ritmo con el «pun­ motivos que me tocaron, y be aquí exacta­
teo». Este punteo es una forma improvisada mente la melodía que entra el Unichordium:

yiúsica de la Caramba y el Punteador,


Como se ve, es un motivo en 2 por 4, o esta música y estas danzas; allá, escondidos
mejor dicho, su ritmo «en dos cuartos», cuyas en el rincón huraño en medio de la sierra,
dos únicas notas que entran en el Idnichordium, en casa del Mayordomo o del Prioste, es
sonando o golpeando con la varita a uno y otro donde cobijan con amor los últimos vestigios
lado del amarre de la cuerda, cantan con las de su respetada tradición.
modulaciones que hace la mano ahuecada
El tepunabuaste es propiedad casi siempre
sobre la jicara.
de las Cofradías, que son también las encar­
La nota «51» en octava alta, lo consiguen gadas de guardarlos y cuidarlos como cosa
tocando a una distancia más baja del amarre sagrada; en falta de los miembros de las Co­
de la cuerda. fradías, se deposita entonces en la Alcaldía,
entregándolo luego que vuelve a formarse la
En la gráfica se ve en una sola línea el
agrupación de los cofrades.
ritmo del «punteador».
Estos son los instrumentos de percusión El pito y el tambor, lo mismo que el tam­
solamente, y que sirvieron y aún siguen sir­ borcito llamado «ataualné» son otros instru­
viendo como para bacer un fondo realmente mentos que cada uno de los músicos exper­
fantástico y sonoro, para que realzara más la tos en tocarlos los guardan en sus casas en
melodía de los instrumentos guiadores, y las el lugar preferente y con gran reverencia.
figuras de las danzas y ritos, que en la época Yo conocía a un tamborero, gran tocador
pre=colonial, eran aparatosas y tumultuarias. de temperamento y larga experiencia, llamado
Instrumentos que sirvieron también para Juan González, y una vez que fui a verlo en su
levantar tempestades en aquellas montañas propio rancho, me encontré con la sorpresa
exuberantes y vírgenes, en las peregrinaciones de que en la pared, sobre el espaldar de su
de guerra, en que los nahuatles, al ejecutar su cama, había una especie de altar en donde
música estridente y pavorosa, conmovían los tenía su tambor. Me contaron después sus
montes y las fieras. Bernal Díaz del Cas­ familiares que, cuando estaba para morir, lo
tillo refiere que, mucho tiempo después del último que hizo fué pedir los bolillos y se
sitio de México, recordaba con espanto el puso a sonar su tambor.
lúgubre sonido de la trompeta de Cuaute-
Continuaremos en seguida con la descrip­
moctzín. ción de los instrumentos melódicos o guiado­
La mayor parte de estos instrumentos res. El ensayo o estudio de estos instrumen­
existen todavía, y los indios ejecutan su mu- tos, me ba animado e interesado cada vez más
sica en ellos en todas sus ceremonias y fiestas. a investigar y llevar adelante este trabajo,
Pero si alguien quiere oírlos y verlos, tiene que si algunas molestias me proporcionó, estoy
que ir al pueblecito indígena, apartado y hu­ suficientemente retribuida por las hondas sa­
milde, para saborear en su verdadero ambiente tisfacciones que he tenido.
ORQUESTA TIPICA DE CHALATESANGO\
que vino a la Capital con motivo del "DIA TIPICO” organizado por María de Baratía.

INSTRUMENTOS MELODICOS O GUIADORES


EN NUESTRA MUSICA INDIGENA
Seguiremos ahora con los instrumentos flauta del dios Pan y la flauta doble. La
melódicos o guiadores de nuestra música ín= travesera contaba o formaba a su vez una
dígena, pero antes dedicaré unos párrafos familia de cuatro individuos distintos.
para hacer una reseña histórica, que creo de La flauta de punta o derecha es, sin nin­
importancia para el mejor estudio de nues-
guna clase de duda, el instrumento más an­
Tros instrumentos. tiguo de música. Aparece en los momentos
El pito o flauta, llamado también flautol, de las edades pre-histórícas como testimonio
es uno de los instrumentos de viento más de las manifestaciones primeras del instinto
antiguos. Allá en 1506, años antes de J. C, musical. Los pueblos greco-romanos rodearon
Tuvo florecimiento. Los griegos conocieron su invención de graciosos mitos impregnados
ya en esta época las flautas de lengüeta de de color agreste y bucólico: la música de las
tres y de seis agujeros. La flauta encontrada flautas syrinx pertenece, en efecto, a los cam­
en Pompeya, que se conserva en el Museo pos, a la montaña y a los bosques. Muéstrase
de Nápoles, tenía una octava de extensión, la flauta travesera u oblicua en los monu­
de «51» a «SI». Los romanos la llamaron mentos egipcios en igual época que el arpa
Fístula. A fines del siglo XIII la flauta tenía con la cual se asocia a menudo. Pasa de
odio agujeros, existiendo una familia completa: Alejandría a Occidente en tiempo del Imperio
la flauta díscantus (tiple), la flauta tenor y el romano. La flauta travesera, que durante
bajo de flauta. Hubo en aquella época flau­ siglos y más siglos siguió paso a paso las.
tas de nueve agujeros, dividiéndose el octavo transformaciones de la práctica musical, per­
en dos semi-tonos, cuyo agujero se cerraba feccionándose basta el punto de convertirse
a medias por medio del dedo meñique de la en uno de los elementos esenciales de la or­
mano derecha. Formaron una familia dividida questa moderna. La flauta travesera destronó
en cuatro clases: la flauta derecha de boca, a la flauta pastoril que no supo despojarse
de pico o de punta; la flauta travesera, la jamás de su simplicidad primitiva. Los com-
positores del siglo pasado hicieron algunas ceremonias. Estas flautas indígenas se dife­
tentativas más o menos afortunadas, en que renciaban en la forma, el tamaño, y desde
le dieron carta de naturaleza en la orquesta. luego en la extensión y distintas escalas que
Pero donde se enseñoreó y tuvo su rei­ emitían. Conforme a la tensión más o me­
nado floreciente fué en las civilizaciones indí­ nos grande de la sonoridad, resultado del
genas, las cuales, como en las culturas de grado de presión, las escalas de las flautas
Occidente, inventaron y fabricaron sus flautas indígenas se puede dividir o clasificar en dos
de diversos materiales, para dar expansión a registros: grave, de «SOL» a «RE» de la
su instinto musical que iba desarrollándose, escala «SOL» bajo dos líneas adicionales;
conforme las necesidades y prácticas, en sus medium, de «RE» a «LA» y a veces a la
cultos y ritos religiosos. octava «RE» (época actual) cuando tiene la
La primitiva flauta indígena, fué simple­ extensión de una octava: agudo, de «RE» a
mente un carrizo de caña (que aún subsiste), «LA» de la tercera octava. Rara vez, o
después las fabricaron de barro cocido, las casi puedo asegurar que sólo las chirimías o
labraron en piedra, o en el hueso llamado flautiílas del sacrificio (y ahora son las que
tibia de un venado. También llegaron a ela­ tocan solamente en el Viernes Santo), llegaron
borar algunas de madera. Por mis observa­ al registro agudísimo, dando las raras notas
ciones y estudios, documentada en datos de que se pueden producir a partir de aquella
fuentes como la azteca y maya (en México), nota; pues tanto la extensión de sus flautas,
y las maya-quichés (en Guatemala), be lle­ así como los intervalos y movimientos en
gado a la conclusión de que nuestros indios que se desarrollaba el diseño melódico de su
tenían diversos modelos o clases de flautas, música, nos dan el dato para hacer esta afir­
que servían o empleaban para sus diversas mación.

CLASIFICACION DE LAS FLAUTAS INDIGENAS


Después de minuciosas investigaciones y Agrupando estos instrumentos probable­
cuidadoso estudio, be llegado a comprobar mente formaban cuartetos, o mejor dicho les
que las flautas indígenas sólo constaban en servían para doblar y extender las partes me­
aquella época de dos individualidades carac­ lódicas de su música que rara vez pasaban
terísticas: la flauta grande o trompeta y la del intervalo de quinta.
flautilla-píto o chirimía, de sonidos más agu­ De las flautas o trompetas indígenas, así
dos o tristes. como pitos y chirimías, nos dan datos pre­
Cada uno de estos individuos posee a su ciosos el Popol-Buj, y manuscritos de los
vez sus variedades o transpositores del ins­ cronistas extremeños. Así, igual y positiva­
trumento tipo, según la tónica de la gama mente más antiguo, lo obtenemos de los
que entrega; de manera que todo la familia bajo-relieves del altar del Palenque y otros
podríamos clasificarla así: de los templos mayas, en los cuales hay fi­
guras de sacerdotes tocando flauta-trompeta,
FLAUTA en «DO» (instrumento tipo)
estando también la figuración del sonido que
FLAUTA en «SOL». emiten.
FLAUTA en «RE».
Los vasos sagrados de la rica y artística
Flautín o chirimía en «DO». alfarería indígena (de diversas civilizaciones)
Flautín o chirimía en «SOL». guardan en figuras y símbolos, que han re­
Flautín o chirimía en «RE». sistido el empuje de los siglos, el dato de
estas flautas o trompetas. Y por último,
Hay que observar que estas clases se su­ también en el drama de Rabinal Achí, Brasseur
ceden por intervalo de «quinta», pues rara deBorburgnos habla de dos trompetas con que
vez pasan de esta extensión. (Hay también los indios acompañaban al íum, en los bailes
ejemplares que comienzan con la “tónica LA de Rabinal. Los Museos de México, Guate­
y otras con la tónica MI”, siempre sucedíén- mala y El Salvador (y algunos museos par­
dose de “quinta a quinta . ticulares de aquí), conservan preciosos ejem-
piares de flautas de barro, muñecos musicales, Además, bay ocarinas de diversas figuras,,
ocarinas, trompetas de piedra, pitos y silba- de la misma época, que también dan una
tos, que están demostrando la cultura de emisión pentáfona o de cinco notas.
este instrumento por nuestros indios en épo­ La flauta de «DO» de nuestros indios,
cas lejanísimas y arcaicas. Los Códices han era simplemente un carrizo de caña, o de
guardado también este dato precioso de la distintos tallos de plantas huecas y también
cultura musical indígena. de barro cocido o de piedra, usada desde
Veamos abora los especímenes o instrumen­ tiempos prehistóricos, siempre con la emisión
tos que pertenecen a la primera individuali­ pentafónica, que con su evolución e influen­
dad, o sean las flautas y trompetas indígenas: cias extrañas, llegó hasta la formación de
los siete sonidos de la escala diatónica, como
í — Flauta Americana (la llamaremos).— explicaremos más adelante.
Instrumento primitivo que consta de cuatro Las notas de esta escala pentafónica en
agujeros y uno en la embocadura; total, cin­ las flautas arcaicas de nuestros indios de
co sonidos. Cuzcatlán, las hemos llegado a comprobar,
mediante un riguroso y detenido estudio de
Forman estos cinco sonidos, una escala los especímenes arqueológicos de nuestro Mu­
pentafóníca, cuya tónica es «DO», variando
seo Nacional, y otros de la colección de mi
a veces las notas que componen esta escala
propiedad.
según la fórmula y las características de cada
lugar. Esta flauta pentáfona estuvo muy El material, así como la forma de nuestras
generalizada en todos los lugares de Indo- flautas arcaicas, no tienen ninguna semejanza
América y me ocuparé aquí, en este ensayo, a los instrumentos similares de otros países
de las principales y mejor comprobadas. To­ del Hemisferio Occidental. Nuestras flautas
dos los especímenes arcaicos de los museos arcaicas, representan figuras de dioses, sacer­
comprueban y aseguran que una de las más dotes, ídolos, animales extraños, caras gro­
antiguas flautas indígenas fué ésta de cuatro tescas, etc.
agujeros y el de la embocadura, con una es­ Vamos abora a exponer un detallado es­
cala perfectamente aquílatable de cinco soni­ tudio sobre algunos ejemplares de nuestras
dos o sea la escala pentafónica. flautas arcaicas o arqueológicas.

ESTUDIO SOBRE FLAUTAS ARCAICAS

Los Pitos o Silbatos Arcaicos.—Los pitos o lleno y bello el timbre, se distinguen de las
silbatos arcaicos en diferentes formas, tienen demás por el acento melancólico y trágico.
varíablamente el número de sus agujeros, Jarros Silbadores. — Los jarros silbadores
produciendo varias notas y a veces basta una
tienen un sonido agudo, incisivo; casi siempre
escala de ocho notas. Su sonido es también
el sonido que dan, produce solamente dos
variable, siendo el de algunos agudo, sonoro notas, pero regularmente sólo una. Estas no­
y aflictivo; otros, dan un sonido llano y aca­
tas o nota se van filando, según va disminu­
riciante, parecido a un canto de palomo; bay yendo la fuerza al insuflar el aíre en el único
en varios tonos, pero su timbre más o menos
agujero o embocadura.
es el mismo. (Estos silbatos sirvieron casi
siempre para la guerra). Los Pitos de Barro. — Hay una gran varie­
dad de estos pitos, de diversas formas y so­
Ocarinas Arcaicas. — Las ocarinas arcaicas nidos. Regularmente tienen dos agujeros y
existen en gran variedad y sonido. Unas el de la embocadura; pero bay también otros
tienen un sonido dulce y triste, pero más de cuatro y cinco agujeros. Sus sonidos son
lleno que el de los silbatos; otras, tienen un la imitación del canto de nuestros pájaros:
sonido inconfundiblemente guerrero y terrible; el zenzontle, la chiltota, el clarinero y la
otras, por el contrario, a pesar de ser siempre paloma del monte.
LAS FLAUTAS ARCAICAS DEL MUSEO NACIONAL DE EL SALVADOR

Hay en el Museo Nacional de El Salvador cédula Jarro Silbador.—En forma de doble


diversas clases de flautas y ocarinas pre- N». 1871 cántara, de barro negro, finamente
coloniales de la civilización tolteca-pipíl y pulimentado y decorado. En el cue­
xnaya-lenca de la Región Oriental de nuestro llo y boca de una de las cántaras está for­
territorio. Voy a exponer aquí el estudio mada la cabeza de una diosa o sacerdote, y
detallado de algunas de ellas, o sea las que sobre el cuerpo, en el frente de la cántara
a mi modesto juicio, conservan el dato musi­ que lleva la cabeza del sacerdote, resaltan en
cal de más valor científico para este estudio. relieve dos pequeños brazos con las manos.
Las dos cántaras en el cuerpo frente, están o en un grito de dolor. Llama la atención
decoradas con tres peces estilizados en relieve que de uno de los ojos de la cara de la diosa,
y debajo de éstos una franja con grecas de­ sale una lágrima de marca exagerada. Esta
corativas de estilo maya. Detrás y al pegue pieza es de barro rojo, recubierta de fuerte
de las dos salientes como mitra con colgan­ capa de barniz blanquecino y con restos de­
tes que caen al lado de las orejas del sacer­
corativos de pintura negra. Es un hermoso
dote, bay una incisión bueca para el escape
y raro ejemplar de arqueología de la civiliza­
de aire que produce el sonido al vaciar el
agua por la única boca de la otra cántara. ción azteca-pipil, (tolteca).
Al vaciar el agua da un sonido agudo y
fuerte, filando poco a poco las siguientes no­ Tiene cuatro agujeros: uno en la boca de
tas: «MI», «Mlb». Vacío sin agua, insuflando la diosa que sirve para dar resonancia a los
en la boca de la cántara, da un sonido agudo sonidos, introduciendo en él el índice de la
con la nota «MI», siempre filando un sonido
mano izquierda; dos agujeros situados uno a
triste como el canto de la lechuza, basta per­
cada lado de las piernas traseras, que tapando
derse en el pianísimo cuando se bace más
delgado el aíre que se emite en ella. La deco­ con los dedos índice y pulgar de la mano
ración de la cabeza y los peces del frente derecha, sirven para determinar los sonidos
bace recordar las figuras peruanas, (recuér­ de la escala que entrega la cavidad de reso­
dese las huacas «del peje cbico y del peje nancia. Y el cuarto agujero está colocado a un
grande»). Probablemente fué el vaso de al­ lado de la pierna derecha de las extremidades
gún sacerdote, por la especie de mitra con
anteriores o delanteras y es el que sirve
que va adornada la cabeza y la decoración
de la vasija. como embocadura para insuflar el aire por él,
obteniendo así unos bellos sonidos que son
como quejas o lamentos humanos, pero de
cédula Jarro Silbador que tiene la forma entonación musical perfectamente aquilatable.
Letra -e* de doble vasija de barro negro, pu­ Por el raro sonido, la expresión de dolor de
limentada con brillo un poco opaca­
la cara y la lágrima que rueda de un ojo, es
do por el tiempo. La forma de las vasijas
acusa elocuentemente la civilización azteca- casi seguro que, esta flauta u ocarina, era
naboa. Aunque en el Perú también bay de una Flauta de los Sacrificios o «Tecoalíztli»,
esta forma. Este jarro sirvió sin duda para para solemnizar los rituales o ceremonias de
guardar esencias sagradas. Al vaciar un poco los sacrificios.
de agua por la única boca destapada de una
de ellas (pues la otra está completamente Esta flauta o Tlapitzalli en forma de oca­
cerrada), da un sonido diafónico en estas
rina me intrigó de tal modo que pasé varios
notas: «SI» y «DO#». En el cuello o gar­
ganta de la vasija que tiene cerrada la boca días estudiándola, haciendo diferentes ensa­
tiene un agujeríto pequeño enfrente y bas­ yos, basta dar con la forma verdaderamente
tante arriba, casi al final del cuello, que al técnica de bacer sonar el instrumento. El
vaciar el agua inclinando un poco la vasija índice de la mano izquierda que se introduce
sale el aíre desalojado por el agua, por la
en la boca de la diosa, bace las funciones
ranura o agujerito del cuello, produciendo
de lengüeta o clavija del instrumento. Esto
el sonido.
tiene sus razones, pues bien sabido es que
los antiguos aplicaban clavijas a los agujeros
cédula Ocarina.—Esta es una ocarina «Te- de sus primitivas flautas con objeto de ce­
42
No.16-3-8-7
coalíztlí» o Flauta de los Sacrificios, rrarlos para evitar que se produjesen sonidos
que estiliza un cuerpo de animal extraños al modo en que se tocaban. Los
tetrápodo, con la cabeza representando a la
sonidos que da tapando y destapando sus
Diosa de la Música «Macuílsúcbitl», que lleva
sobre ésta una ornamentación de otras tres agujeros son: «LA», «51», «DO#», «MI»,
caras zoomorfas. La cara de la diosa expresa «FA#» o sea una gama en pentatono per­
dolor y su boca se abre en acción de cantar fecta, del modo tolteca.
cedula Ocarina. — Ocarina tri-pedal, que otros dos laterales en la parte delantera del
N» 16-6-7-7 tiene el cuerpo en forma de animal cuerpo. Las patitas son tres: dos anteriores
(zoomorfa) y encima de la cabeza, y una en la parte posterior del cuerpo. Entre
la cara de un dios que está barnizada con el cuerpo y la cabeza bay una pequeña plan-
una mezcla de reflejos como piedra plateada. chita de barro con un agujero, que servía sin
El animal abre la boca en acción de cantar. duda para llevar pendiente de un cordón o
Es de loza negra, tipo arcaico, muy pulimen­ collar el instrumento, para utilizarlo en algún
tada. Está formada por la unión de tres esfe­
ceremonial o fiesta. Las notas que entrega
ras unidas: dos de ellas forman el cuerpo, y la
otra, superpuesta la cabeza y cara. Presenta al sonarlo, son cinco: «LA», «SI», «DO#»,
cinco agujeros: uno en la boca (bucal), dos «RE», «MI», que es el peníáfono arcaico, así
laterales en la parte trasera del animal, y como el ejemplar es de filiación arcaica.
cedula Ocarina. — Ocarina «Tecoalíátli» o prolongación aplanada, se encuentra la doble
No. 16-6-1-5
Flauta de los Sacrificios, es un trí­ embocadura, cuyas concavidades acústicas la
pode de barro negro muy pulimen­ forman las respectivas esferas que reciben el
tada. Está formada por dos esferas buecas aire. En la base y muy cerca de la doble
de regular tamaño. En los laterales de cada embocadura, bay otros dos agujeros de mayor
una de ellas tienen dos agujeros que en total amplitud y de forma elíptica para escapar el aíre
son cuatro, que sirven para los dedos índice de la doble embocadura y que insuflando fuerte
y pulgar de ambas manos; en el final del producen una bella sucesión de sonidos diafó­
apéndice posterior de ambas esferas, en una nicos, así: «FaLa», «Sol Do», «La Re», «LaRe»v
al ir destapando cada uno de los tres agujeros, a duda una flauta o Tiapítzalli de los Sacri­
pues el cuarto da un sonido diafónico exacta- ficios, pues las flautas de doble sonido o
mente igual al de su lateral, por eso las dos doble-flautas eran Jas destinadas a los sacri­
últimas emisiones son iguales. Al tapar uno ficios. (Esta escala acusa que el ejemplar es
de los agujeros grandes de la base con el de la civilización tolteca).
pulgar de la mano izquierda, destapando los
cuatro agujeros progresivamente, da un pentá- CE^LA Gran Silbato. — Gran silbato cilín=
tono perfecto, como sigue: «FÀ», «SOL», «LA», No.16-6-0-0
drico, zoomorfo, que representa a un
«DO», «RE». Tiene un sonido guerrero, trá­ animal de pie. Por lo que figura la
gico y grave como el del fagote. Es sin lugar trompa del mismo, sirve de embocadura. Ta»
pando y destapando con la mano la abertura mina el detalle con dos prolongaciones dete­
ventanal rectangular que tiene enfrente en rioradas que indudablemente formaban dos
el pecho, da las notas: «FA», MI», descenso grandes orejas.
característico en la forma arcaica.
Es de barro pulimentado y recubierto de cédula Pequeña Ocarina. — Ocarina peque-
una capa de barniz. Está formado por un No. 28 ña en forma de mujer. Es una fi­
cilindro hueco, vertical, de base plana. Dos gura de «Macuilsúcbitl», Diosa de la
incipientes patitas ornamentales en la cara Música. Tiene atrás, en el asiento, una pe­
antero-inferior, y arriba dos masas circulares queña prolongación que forma la embocadura
aplanadas en relieve a modo de ojos. Ter= con una incisión rectangular debajo de ésta,
para el escape del aire. Sobre el cuerpo sostenido», «MI sostenido», «FA sostenido»,
(atrás siempre), tiene dos agujeros, que tapa­ «SOL sostenido». (Pentáfono arcaico).
dos dan una nota, descubriendo la mitad de
cada uno de ellos, otras dos notas, y destapados
cédula Pifo de Barro. — Pito en forma zoo=
sucesivamente cada uno, otras dos notas. Las
cinco notas que da, son: «MI», «FA#», No. 31 mórfica, con embocadura y dos agu­
«SOL#», «LA», «SI». (Pentáfono arcaico). jeros que emiten cinco sonidos en
estas notas: «SI bemol», «DO», «RE», «MI
Presentando esta pequeña ocarina, la gran bemol», «FA». (Pentáfono arcaico).
particularidad de que tiene otro agujero de
mayor dimensión en la cabeza, que al taparse
y sonar, traspone a una escala cromática con
las siguientes notas: «FA sostenido», «SOL», cédula Pifo de Barro.—Pito de barro con
«SOL sostenido», «LA», «LA sosíenido». ^3 b eza de águila; tiene embocadura
Letra "C"

y dos agujeros que entregan cinco


sonidos en las siguientes notas: «DO», «RE»,
«RE sostenido», «MI», «FA», (Pentáfono hí­
cédula Ocarina Pequeña. — Ocarina peque-
brido, con el semi-tono cromático).
Letra ña» repr es e n t an do a la Diosa de la
-a-
Música «Macuílsúcbitl», con la boca
abierta en acción de cantar; tiene, como la cédula Pifo de Barro.—Pito de barro en
anterior, en una prolongación de la base atrás, Letra forma de moníto, con embocadura y
*b-
la embocadura y dos agujeros que destapan­ dos agujeros, que emiten una pro­
do progresivamente medio agujero y completa­ gresión en la forma siguiente: «MI», «FA sos­
mente, cada uno de ellos, con el de la embo­ tenido», «SOL sostenido», «LA», «LA soste­
cadura da cinco notas, que son: «SI», «DO nido». (Pentáfono híbrido, con el semi-tono
sostenido», «RE sostenido», «MI», «FA sos­ cromático).
tenido». (Pentáfono arcaico).
cédula Ocarina o Pifo de Barro.—Pequeña
cédula Ocarina Pequeña. — Ocarina peque- No. 134 ocarina o pito en forma de un mu­
ñeco mutilado, con embocadura en
16-6-1-8 ña en forma de animal (zoomorfa),
la espalda y dos agujeros en el pecho; al
de barro rojizo, con vestigios de ba­
insuflar destapando medio y completo cada
ber sido pulimentado con una capa de barniz
agujero da estas notas: «FA sostenido», «SOL
de color más rojo y material más fino. Esti­
sostenido», «LA sostenido», «SI»: (Progre­
liza un batracio tetrápodo. La cola bueca
sión arcaica).
forma la embocadura y sobre la espalda tiene
dos agujeros para producir los sonidos.
Tapados los dos agujeros de la espalda, cédula Pifo de Barro.—Pito en forma zoo-
da una nota, y destapando sucesivamente los Letra -O’
mórfica, con embocadura y dos agu­
dos agujeros, se obtienen otras dos notas. Los jeros; las notas que da, son: « SI »,
sonidos de estas notas, son: «MI», «FA soste­ «LA», «SI». (Progresión arcaica).
nido», «SOL sostenido». (Progresión arcaica).

Hasta aquí el estudio de los especímenes


cédula Ocarina Pequeñifa.— Ocarina peque- más interesantes del Museo Nacional de El
No. 57 ñita en forma de animalito, de barro Salvador.
negro pulimentado finamente, con em­
bocadura y cuatro agujeritos que tapados to­
dos dan una nota, y destapando progresiva­ Continuaremos con el estudio becbo sobre
mente los cuatro agujeros dan una progresión otros pocos ejemplares de mí colección par­
o gama, como sigue: «DO sostenido», «RE ticular.
FLAUTAS ARCAICAS
(COLECCION DE LOS ESPOSOS BARATTA)
Número 1 Muñeco = Tlapítzalli o mejor dicho finado; lleva sobre la cabeza un turbante con
es un Huilacapitzt li. Procedencia: decoraciones; las orejas adornadas con argo­
Suchitoto. Tolteca = Pipil. llas o penditntes y rodea su garganta un
Esta flauta o «Tlapítzalli», tiene la forma de collar de gruesas cuentas. Los brazos y manos
un muñeco de pie, y representa a «Macuilsú- están figurados por dos especies de cabeza
chítl», diosa de la música. Es de barro rojo re­ de ave y los picos hacen las veces de mano.
En el pecbo tiene dos agujeros de regular Este lugar de Suchitoto, de donde pro­
tamaño que pasan también por la espalda; cede este raro ejemplar, es especial para el
éstos no sólo servían para llevar suspendido hallazgo de instrumentos musicales de las ci­
el instrumento o flauta al que lo tocaba, sino vilizaciones pre-coloniales indígenas. Debe
que a los lados internamente estos dos agujeros, haber sido un lugar de Templos o Colegios
tienen cada uno de ellos un orificio que sirve de músicos, llamados CUICACALLI, lugar
para el escape de aire al insuflar en los agujeros en donde se preparaban a los músicos y can­
laterales. A cada lado de los brazos o cabezas tores que debían tomar parte en los ritos y
de ave tiene un agujero, y otros dos, uno a ceremonias para honrar a sus dioses.
cada lado de las piernas. Todo el muñeco
Además, el nombre de Suchitoto, en su
es bueco, pero sólidamente trabajado, siendo
etimología, significa: «pájaros entre flores».
un raro y curioso ejemplar por el ingenio Los pájaros fueron los maestros cantores que
con que fué becbo y por los sonidos que da.
dieron el ejemplo de la música a nuestros
Buscando las entonaciones con la embo­ indios.
cadura, tenemos los siguientes sonidos: los dos Observemos la decoración del muñeco: el
agujeros laterales de los brazos, dan la misma
turbante o corona está adornado de flores y
nota: «FA». Los dos agujeros laterales de
los brazos son dos cabezas de pájaros, cuyos
las piernas, dan también una misma nota: picos son las manos. Así, pues, representa
«SI bemol».
exactamente el nombre de Suchitoto (pájaro
Bu scando las entonaciones con la embo­ entre flores), y por tanto podríamos llamar a
cadura y graduando al destapar poco o poco este instrumento musical: Suchítotpiztli (canto
con los dedos índice y pulgar el agujero de pájaro entre flores).
gran de que atraviesa el pecbo y espalda, pero
el del lad o que corresponde a la derecha o Número 2 PEBETERO «Tlapifzalli». Proce-
a la izquierda, según también el lado en que dencia: En el centro de esta capital.
se está insuflando, los mismos laterales de Tolteca = Maya.
los brazos, dan esta gama: «FA», «SOL be­
Pebetero de barro casi blanco, bellamente
mol», «LA», «SI bemol», «DO», o sea una
decorado con pintura esmaltada de color rojo
«pentáfona».
obscuro, sostenido por cuatro píes (tetrápodo)
Procediendo de la misma manera, los dos los cuales están huecos, lo mismo que el fondo
agujeros laterales de las piernas, dan: «LA», del platillo que forma el pebefero. En la parte
«SI bemol», «DO». Pero en octava baja, es inferior de cada uno de los cuatro sostenes
decir que la primera nota «LÀ» de esta pro­ o pies, bay un agujero circular pequeño, que
gresión, es con «LA» en dos líneas adiciona­ al insuflar en cada uno de ellos, da cuatro
les en clave de «SOL». Mientras que la diversos sonidos perfectamente aquilatable?,
progresión de los laterales superiores, comien­ que son: «RE», «RE sostenido», «MI», «FA
za en la nota «FA» del primer espacio en sostenido».
clave de «SOL». (Véase la gráfica número 1).
Como se ve, es una gama «tetrafóníca»
Así, pues, con estas otras notas, tendría­
en progresión cromática, lo que prueba que el
mos una gama o escala en esta forma: «LA», cromatismo fué conocido por los indios mú­
«SI bemol», «DO», «FA», «SOL bemol», «LA»,
sicos de las civilizaciones pre-colombinas. La
«SI bemol», «DO».
escala «tetrafóníca» es característica de los
Es una escala rara y bella, casi podríamos maya-quichés de la República de Guatemala,
decir, una escala moderna al estilo de la que según expone en su libro «La Música Maya-
emplea el gran compositor español Manuel Quicbé», don Jesús Castillo, quien ha con­
de Falla. sagrado su vida al estudio de la música
El estudio sobre este «Tlapitzalli» o flauta, de su raza.
me ba sorprendido con este descubrimiento, Las decoraciones de este pebetero son
y deja un campo precioso para los estudiosos. mayas, y el hallazgo de esta escala «tetra.-
Obsérvese que la escala «pentáfona»: «FA», fónica», guardada en sus cuatro sostenes ó
«SOL bemol», «LA», «SI bemol», «DO», es pies, viene a comprobar las aseveraciones,
repetida en sus tres últimos grados o sea: como forma autóctona de los maya-quichés
«LA», «SI bemol», «DO», una octava más baja. becbas por el etnofonista don Jesús Castillcr.
Número 3 OCARINA. Procedencia: Izalco. zada para sostener y llevar pendiente el ins­
Tolteca » Pipil. trumento que lo tocaba.
Ocarina pequeña de barro blanquecino en Tapados sus cuatro agujeros y sonando por
forma de ave estilizada. Tiene en la parte la embocadura, da una nota y las otras cua­
que hace de cola, la embocadura y cuatro tro destapando progresivamente cada uno de
agujeros sobre el cuerpo en la espalda y en los agujeros. La gama que entrega en so­
medio de éstos se levanta una argolla estili­ nidos perfectamente aquilatables, es: «FA»,
«SOL», «LA» «SI bemol», «DO», o sea una mentado; tiene cuatro agujeros^que entregan
escala «pentáfona» o arcaica. los siguientes sonidos: «DO», «RF», «MI be­
mol», «SOL», «LA bemol».
Número 4 Ocarina Pequeña. Procedencia:
Quelepa. Arcaica. Su progresión da una escala «pentáfona»,
Pequeña ocarina con embocadura y dos híbrido « arcaica.
agujeros. Da solamente tres sonidos: «FA»,
«SOL», «LA». (Progresión arcaica). Número 6 Muñeco «Tlapitzalli». Procedencia:
San Miguel. Tolteca.
Número 5 Mueñeco «1lapitzalli». Procedencia: Muñeco de barro muy pulimentado; lleva
Quelepa. Arcaica. turbante en la cabeza ligeramente decorado,
M uñeco «Tlapitzalli», de barro rojo puli= la boca abierta en acción de cantar; tiene dos
agujeros solamente que dan estos sonidos: El mismo señor Martínez se sorprendió
«SQL sostenido», « LA sostenido». (Bitonal). de la exactitud de la gama perfectamente
«pentatóníca». (Pentatono tolteca integral).
Número 7 Silbato o Pito. Procedencia: Pue­ Como este «Chililitli» existen otros ejem­
blo de Mejicanos. Azteca = Pipil. plares en el país, pero no he teñido ocasión
Silbato de barro con embocadura y un de estudiarlos.
agujero, su sonido es agudo y estridente, da
dos notas en estos sonidos: «RE», «FA», Número h Flauta Maya «Nal o TatiFKanabaj».
(bitonal). Procedencia: Ruinas de S an An­
drés. Maya.
Número 8 Silbato o Pito. Procedencia: Su­ Este valioso hallazgo es propiedad del Dr.
chitoto. Tolteca. Francisco Dueñas. Fue encontrada en recien­
tes excavaciones llevadas a cabo en su Ha­
Silbato de barro con embocadura y dos
cienda «San Andrés». Al tener noticia de
agujeros, su sonido imita el canto de un
esta flauta, por el arqueólogo norteamericano
pájaro, es fuerte y timbrado. Da tres sonidos
Mr. Stanley Boggs, quien víó que extrajeron
en las siguientes notas: «SI bemol», «RE»,
de dichas excavaciones esta preciosa pieza
«MI bemol». «Progresión arcaica).
arqueológica, supliqué al hijo del Dr. D ueñas,
el distinguido caballero don Francisco Dueñas,
Número 9 Silbato o Pito. Procedencia: Chal­ que me hiciera el favor de prestarme esta
cbuapa. Tolteca. flauta para estudiarla, y muy gentilmente fué
Silbato o pito de barro; tiene dos agujeros a su hacienda a traérmela, para satisfacer
y embocadura. A pesar de su tamaño de mis deseos.
pequeñas dimensiones, da varias notas con Confieso que al estudiarla be tenido una
un sonido claro y sonoro. verdadera sorpresa, pues esto me ha compro­
Sus notas son: «DO sostenido», «RE sos­ bado una vez más, que nuestras civilizaciones
tenido», «MI sostenido», «FA sostenido». pretéritas, sí tuvieron su música propia; la
(Tetrafónica). existencia de estos especímenes musicales,
viene a confirmarlo: “Esos instrumentos fue­
Da una escala «tetrafónica» de tres tonos
ron tocados y produjeron música .
y un semitono, híbrido - arcaica.
Esta flauta, como las otras que be estu­
diado, están demostrando, que quien las fa­
Número io Flauta o «Chililitli». Procedencia: bricó no era un ignorante en la ciencia (en
Quelepa. Azteca = Naboa. sus forma« primeras) de la música, pues los
Esta flauta es un precioso ejemplar de sonidos y gamas que entregan, demuestran
«Chililitli»; está formada de barro color gris la técnica y conocimientos que poseían.
obscuro, de material muy fuerte. Tiene la Transcribiré aquí un párrafo de un artículo
base formada por un redondel saliente, como de Mr. Stanley Boggs, titulado: «Notas sobre
los clarinetes; en el tubo de la cámara de las excavaciones de la Hacienda «San An­
aíre, presenta cuatro agujeros: dos abajo y drés», Departamento de La Libertad», y en
los otros dos un poco más arriba. Desgra­ el cual se refiere cómo fué encontrada esta
ciadamente le falta la embocadura que se flauta:
rompió al sacarla y no pudo encontrarse en
las excavaciones; ~ Al mostrársela al distin­ “La Tumba I era igualmente extraña a los
guido flautista y Director del Primer Regi­ adobes de la Ease III b, y había sido abierta
en el piso de la Pl aza, hacia e 1 Norte del
miento de Infantería, señor don José María
muro del porche septentrional de la Fase lia,
Martí nez, él, que es un verdadero profesor
de la flauta, tomó el tubo y buscando con sus de la Estructura I. Esta tumba probablemente
labios la embocadura, la hizo sonar, saliendo no es anterior a la Fase la.
un sonido maravilloso y timbrado; punteando Su construcción sugiere la idea de un
sus agujeros, salió una escala perfecta de arc.ón hecho de lajas grandes de piedra que
«pentatono», en estas notas: «DO sostenido», protegían un esqueleto. También aquí esta­
«RE sostenido», «MI sostenido», «SOL soste­ ban los huesos en malas condiciones, pero
nido», «LA sostenido». quedaba lo suficiente para establecer que se
había inhumado un cuerpo acéfalo en posición colocadas dos pequeñas cuentas tubulares de
contraída, yaciendo sobre su lado izquierdo jadeíta y un hacha de piedra lustrosa. Esta
y mirando hacia el Sur. Junto a la columna última había estado en contacto con una tela
vertebral se encontró una cabeza de serpiente tejida en fo rma de petate, que había dejado
labrada en piedra, con la espiga quebrada, líneas perceptibles sobre la superficie. Es
(figura 2 A); y junto a los píes, una flauta probable que la acción química de la carne
de barro y un vaso trípode con pintura de y tela en descomposición hayan contribuido
estuco. Sobre la clavícula derecha estaban a imprimir estas líneas sobre la piedra.”
Esta flauta de que habla Mr. Boggs, es agujeros que forman las cuentas del collar..
la que aparece en la figura número 11. Es de Los sonidos fundamentales tapando los agu­
barro rojo pálido, su tamaño es de 194 mm. jeros, la embocadura da uno, y destapando
y está decorada en el extremo superior cerca progresivamente los dos agujeros, dan otros
de la embocadura, por una cabeza de ser= dos sonidos; estos tres sonidos, son: «51 be­
píente estilizada, con dos aletas a los lados mol», «DO», «RE». Pero destapando la mitad
(¿pl urnas?) y una rueda como collar alrededor de cada uno de los agujeros, da otras dos
del cuello. En las aletas que rodean la ca­ notas, que en total harían una gama cromá­
beza y en el tubo que forma la flauta, se tica como sigue: «51 bemol», «SI bemol»,.
distinguen restos de una decoración como «DO», «RE bemol», «RE bemol». (Puede ser
plumas estilizadas, becbas con pintura de es­ también fracción de un pentatono perfecto).
tuco color azulado, ya borroso por la acción
del tiempo. Es una verdadera fortuna ha­ Número 13 Flaufa «Tlapitzalli». Procedencia:
berla extraído en perfecto buen estado y Santiago Nonualco. Pipil.
completa; tiene la embocadura ligeramente Por su forma y sonido, ésta es un rarí­
achaflanada y finamente formada, con el agu­ simo ejemplar de flauta primitiva. Es de
jero de escape de aire un poco más abajo barro café obscuro muy pulimentada. El tubo
en la parte de atrás y a la misma altura de de la flauta es cerrado en la base, presen­
donde sobresale la cabeza de serpiente. De tando en el cuerpo dos ligeras reducciones
la mitad para abajo, se encuentran tres agu­ como garganta, con la embocadura en la parte
jeros perfectamente redondeados, con ribetes superior del tubo; dos agujeros laterales en
resaltados, como ojetes, muy finamente pulidos. la parte redondeada de la base y uno después
Insuflando por la embocadura, con los tres de la primera garganta o reducción del tubo
agujeros tapados, da una nota, y destapando o sea en la parte redondeada de enmedio;
progresivamente los agujeros, de abajo para este tercer agujero está en una especie de
arriba, da otras tres notas. Lo más raro de pequeño brocal o saliente, el cual sirve para
esta flauta «Xul» o «Tatil-Kanabaj», es que tapar o destapar con el índice, logrando de
su sonido dulce y triste por la escala que este modo asegurar el tono y evitar que se
entrega y sobre todo por el timbre, da la produzcan sonidos extraños al modo en que
sensación del de una flauta de madera. Las se toca. La embocadura y estos tres aguje­
notas que entrega son: «LA sostenido», «SI», ros dan cuatro notas fundamentales que son:
« DO sostenido», «RE sostenido». O sea una «FA», «LA», «MI», «FA sostenido». Pero
escala «Tetrafóníca». destapando medio agujero da otras notas, ha­
ciendo de llave el agujero medio del brocal,
Siendo esta flauta, como las figuras de
que son: «FA sostenido», «SOL», «LA»,
piedra y de barro encontradas en el mismo
«DO», «MI», «FA», «FA sostenido».
lugar, de modalidad perfectamente maya, y el
sonido que entrega es el de una escala «te­ Hasta aquí el estudio detallado de las
trafóníca» bien definida, esto viene a confir­ flautas arcaicas o arqueológicas de mi país,
mar una vez más, las observaciones de don que creo aportará el dato científico, para aque­
Jesús Castillo, de que la forma musical de los llos que se dedican a esta clase de estudios..
mayas, fué la de su escala «tetrafónica». Como un testimonio a la autenticidad de
estas observaciones y estudios, léase la nota
Número 12 Muñeco. Flaufa. Procedencia: Chal­ señalada en la letra (a).
chuapa. Tazumal. Tolteca.
Flauta que tiene la forma de un sacerdote (a) "Con la gentileza que le es propia fui invitado por doña
María de Baratta, para pasar a su casa a ver una colección de
en actitud bierática; está sentado con las flautas arcaicas, fruto de sus laudables investigaciones en nues*
manos puestas sobre las rodillas; todo el traje tra música autóctona. Verdaderamente sorprendido quedé de
encontrar instrumentos tan preciosos que demuestran el alto
revela que está adornado para un ritual. Tiene grado de cultura musical que alcanzaron nuestros antepasados
la cabeza cubierta con magnífico penacho de indígenas y más creció mi admiración al tener en mis manos una
flauta cilindrica, de cuatro agujeros, a la que solamente le fal­
plumas, orejeras y collar; el gesto de la boca taba la embocadura, falta que me ingenié suplirla con mis labios
acusa la acción de cantar y la expresión de y así logré emitir algunos sonidos, puros, límpidos, cristalinos,
como si realmente fuera una flauta de cristal. Si en algo le es
la cara es de fervor religioso. útil a doña María la opinión de este su servidor, la autorizo
para que haga de ella el uso qee crea conveniente. — (f) José
Esta flauta tiene la embocadura en la parte María Martínez, Flautista-Director de la Banda del Primer Re-,
media del penacho de plumas (arriba) y dos gimiento de Infantería.—San Salvador, 31 de Marzo de 1944.‘>
Seguiremos con la reseña histórica de las cual be copiado algunos especímenes meló­
flautas pre-coloniales: dicos nativos’’. En otro párrafo dice: “En la
actualidad, el Xu de barro y de piedra, está
El Cuyvi.—Esta es una de las flautas más abandonado casi por completo y sólo se usan
raras y características; especie de pífano azteca ya el Xul de caña y el Tzijolaj.
que sólo produce cinco sonidos, o sea una
Pedrell, en su Diccionario Técnico de la
escala pentáfona. Aquí en El Salvador hay
Música, nos da cuenta de una flauta llamada:
restos arcaicos de ejemplares del Cuyvi.
el «Kuara = Puara», flauta de piedra (por el
estilo de la flauta de Pan) hallada sobre el
Tlaníguiguifli.— Construido en un hueso de
pecho de un cadáver, en una antigua pobla­
venado. Este es el nombre verdaderamente
ción de Guatemala. (Por el nombre de esta
originario azteca. Los bay de barro, pero en
flauta, creo que fué en el Perú y no en
forma de pitos o silbatos de guerra aquí en
Guatemala).
el territorio de Cuzcatlán. El de hueso, es
una especie de trompa guerrera, monótona. En Colombia hay unas flautas verticales
llamadas: Tolero y Mora Kragrogo, y el Kamu o
Huilacapifzíli.—Instrumento músico de ba= flauta larga. Tienen también el Kamu Purruí
rro cocido, de origen azteca. Es una especie o flauta de Pan indígena. Hay Tolo macho
de pequeño clarinete, que consta de cuatro y Tolo hembra, flautas; el macho, de emisión
agujeros y cuyo timbre se parece mucho al diatónica de dos notas graves especie de pe­
de la ocarina. Las notas que produce este dales armónicos, con un agujero único prac­
instrumento, cuya altura es de 20 centímetros, ticado en el tubo y el de la boquilla.
son las siguientes: «RE», «MI», «FÂ soste=
El Tolo hembra de emisión pentáfona,
nido», «LA», «DO», del pentagrama de clave
pero que despliega una variedad de sonidos
de «SOL», empezando desde «RE», debajo
que abrazan una extensión melódica superior
de la primera línea. La emisión da una es=
a la octava (Libro de Folklore de Panamá,
cala «pentatonal» de cinco notas de tonos
Narciso Garay).
enteros, muy característica e inconfundible-
mente indígena. En la América del Sur, en Bolivia y Perú,
tienen una inmensa variedad de flautas, las
El sabio Dr. Spínden menciona como ins­
cuales se designan también con diversos nom­
trumentos musicales propios de nuestros in­
bres. Los instrumentos formados por una
dios, la flauta de caña y la de hueso; también
sola caña, como el Pinquíllo, la Quena, la
el Popol-Buj (traducción \illacorta y Rodas),
Kohana, el Aycorí, el Pulula y la Th arca,
nos menciona tres flautas indígenas: el Tatil
son distintos. Están también el Sicus (Zam-
Kanabaj, el Subak y el Cbau-Chau. Todos
poñas) de los aymaras. el Antara de los que­
éstos son propios de la civilización maya-
cbúas, la Taycairpa de la parte oriental andina
quiché de la República de Guatemala, así
(Mojos), manejadas basta por dos personas.
como también la flauta hecha de piedra o
arcilla llamada : Xul o Zu. A propósito de estos instrumentos, trans­
cribo lo que dice el inca Garcilaso en sus
Tatil Kanabaj, instrumento o flauta de épo­
«Comentarios Reales», año 1602, como sigue:
ca pre-bistórica, y que según la traducción de
“Quando un indio tocava un cañuto, respon­
los estudiosos Villacorta y Rodas, nos dan
día el otro en consonancia de quinta o de
una interesante y completa etimología, como
otra cualquiera, y luego el otro en otra con­
sigue: «ta», oír, escuchar; «til», soplar; «kan»,
sonancia, y el otro en otra, unas veces su­
plegaria; «abaj», piedra consistente (el mate­
biendo a los puntos altos, y otras bajando a
rial empleado con que está becbo el pito).
los bajos, siempre en compás. Porque en esos
Jesús Castillo, cultor de la música maya- instrumentos hechos de cañutos de caña, cada
quiché, nos cuenta en un número de la im­
cañuto tenía un punto más alto que el otro,
portante Revista «Anales de la Sociedad de
a manera de órganos.
Geografía e Historia», de Guatemala, en su
artículo que titula: «La Música Autóctona», Y esta es la misma imagen que a través
diciendo: “Los maxes, de Cbicbícastenango, de los siglos inspira aquella ronca sonoridad
poseen también una flauta pequeñísima, hecha de las zampoñas. He aquí otro comentario:
de caña y cuyo nombre es «Tzíjolaj», de la “El viento repetía tristemente los sones de
las zamponas, fingiendo lúgubres salmos de He hecho esta relación de flautas de dife­
órganos de Catedral”, dice bella y elocuente- rentes lugares del Continente Americano, para
mente Emilio Romero, en sus «Balseros del demostrar que el PENTATONO o PENTA-
Titicaca», año 1934.
FONÀ, en las escalas que entregan las flau­
Todas las flautas peruanas son de exten­ tas pre=coloniales de los países aquí citados,
sión varia, pero su escala es siempre la penta­
fué la forma que tuvieron no sólo los incas,
fónica inconfundiblemente incásica. Varía su
extensión de quinta a quinta, pero siempre sino todos los pueblos del Continente Indo-
en la fórmula propia y característica de su Americano, en las civilizaciones pre-colo­
escala incaica. niales.

RESEÑA SOBRE FLAUTAS ANTIGUAS DE CUZCATLAN


Sigamos con las flautas antiguas de nues­ Flautas Trágicas.—Flautas de los coros en
tro territorio cuzcatleco: las tragedias.

El Acatpitzaztli (1).—Los indios pipiles de Flautas «Michailhuitl» o Paratriles.—Flautas


Izalco le llamaban y le llaman todavía a su de 1 os funerales. Servían para acompañar la
flauta indígena: «Acat». Antiguamente era procesión fúnebre de los nobles, sacerdotes
de cuatro agujeros que con el de la emboca­ y caciques. Estas iban acompañando casi
dura daba una emisión de escala pentatonal siempre a las Embarateres.
o pentáfona. De la conquista para acá, ba Flautas Fmbarateres.— Trompetas que acom­
evolucionado aportando dos notas más, como pañaban la marcha lenta de los cortejos.
ya bemos dicho.
Flautas de los Sacrificios o Tecoalizíli.— «Te-
Las flautas antiguas de nuestros indios, coa»: sacrificio. Nombre de unas flautas dobles
según sus usos especíales, las be clasificado o de doble embocadura de los antiguos indios,
con los nombres que ellos le daban y que que empleaban solamente en las .ceremonias de
aún conservan, tal como sigue.* los sacrificios. A veces estas flautas eran
Flautas o Trompetas Guerreras. — Flautas separadas, tocando por turnos, y se juntaban
bélicas. Estas flautas o trompas servían ex­ solamente tocando en distinta gama, en el
clusivamente para la guerra y sus batallas. momento solemne en que el sacerdote arran­
Eran de sonido estridente, espantable y te­ caba el corazón a la víctima, y sangrante lo
rrible, según cuenta Bernal Díaz del Castillo. ofrendaba al dios Túnal (Sol).
Esto de las dos flautas separadas, lo be
FLAUTAS MITICAS, a éstas pertene­ confirmado con un dato que me dió el dis­
cían las siguientes: tinguido violinista salvadoreño Francisco Ló­
pez Navarro, originario del pueblo de Apas-
Flautas Mecavaliztli.—Eran las que tocaban tepeque (jurisdicción de San Vicente, pueblo
música rítualística en sus danzas sagradas y de muchos y buenos músicos que han dado
ceremoniales religiosos. nombre al arte de El Salvador), quien me
contó, que cuando era muchacho le llamó
Flautas Metotiliztli.—Servían para tocar la
mucho la atención en la fiesta patronal de
música profana y acompañar las danzas fes­
su pueblo (la fiesta de Santiago), que un in­
tivas y alegres, como la recolección del grano
dio iba tocando dos flautas a la vez: en cada
precioso del maíz, las fiestas nupciales, la
extremo de la boca ponía una flauta, pun­
fiesta de los adelescentes, bautismos, etc.
teando los agujeros de ambas flautas: la de
Flautas Teycoquiliztli. — «Teycoque» quiere la derecha, con la mano derecha, y la del lado
decir: «rito»; así, pues, éstas eran flautas para izquierdo, con la mano izquierda. Las dos
Jos ritos. Tenían nuestros indios gran variedad flautas daban distintas gamas, y lo que to­
de flautas para estos usos, como ya estamos caba era a dúo, pero con un resultado ver­
viendo. daderamente novedoso y difícil. Cuando el
indio tocaba estas dos flautas simultáneamente
(1) Acatpitzaztli: pito de barro. no admitía que lo acompañara el tambor.
Esto demuestra que todavía hace algunos al dios «Túnal» (Sol). Todos los días al des­
años y tal vez ahora acostumbran el uso de la puntar la aurora, a quien llamaban «Tatzhuí»,
doble flauta. viendo para el Oriente por donde nace el
Acaímicquizti. — Los izalcos llamaron en Padre Sol, a lo cual decían: “Can guisa Túnal”,
época lejanísima (y aún la siguen llamando) tocaban al son del tepunabuaste sus flautas
Acatmícquiztí a la Flauta de los Sacrificios. que llamaban: «Acattúnalztí» (flauta del Sol).
«Acat», pito, flauta; «micquizti», muerte. Estas mismas flautas volvían a sonar, mi­
Siempre la empleaban para el sacrificio en rando bacia el Poniente cuando el Sol se
alguna ofrenda, y también para acompañar a moría, y a esto también le llamaban: “Can
los niños muertos. También la emplean boy calagui Túnal”, hasta que venía la noche a
día para seguir los pasos de la Pasión en la quien designaban con el nombre de: «Tayu-
Procesión del medio día y en la tarde en el gua» o «Yúgual».
Santo Entierro, el Viernes Santo. Da esta
Flautas de la Luna o «Acafmezti».—A esta
flauta unas notas que parecen gritos prolon­
flauta Acatmeztí, le decían los izalcos tam­
gados, en calderón interminable. Estas notas
bién «Acatbtúnanzin», pues a la Luna, más
son aflictivas y contristan el ánimo del que
corrientemente la llaman «Tunanzin»: «Túnal»
sabe comprender lo que dicen.
(Sol), «nanzin» o «nancin», Señora: (Señora
Flautas Mitoteras o Areytianas. — Eran las del Sol); «ácat», flauta. Así, pues, esta es:
que acompañaban las danzas y cantos de los la «Flauta de la Señora del Sol». La Luna
mitotes y areytos en el Teocalli, que según es la pregonera de la buena o mala lluvia para
descripción de Brasseur, se desenvolvían muy sus siembras, así que le guardan gran respeto
aparatosas y solemnes, como describiré más y veneración. «La Señora del Sol», es la que
adelante. Estas flautas servían para entonar guía al indio para el cultivo de sus sementeras.
la melodía guiadora en los pasos del areyto, La luna nueva de Mayo es la fiesta más so­
que se llevaba a cabo en conjunto tumultua­ lemne a este astro, pues es la que les trae
rio, en giros y ademanes, que a pesar del la promesa de vida, o sea: del pan de cada día.
número de danzantes, nadie perdía el paso, Es entonces cuando suenan con más fervor
ni trastornaba el movimiento. las flautas « Acatbtúnanzin».
Flautas Mizcoaflizfli.—Así llamaban a las Flautas Cyfalea o Cyíalcoaliztli.—Era la que
flautas o trompetas que los indios empleaban servía a los pipiles del Izalco para honrar a
para sus cacerías. A esta flauta le decían: la «Estrella de la Mañana», o de la Tarde,
«quechule», que quiere decir: «saeta», y que conocida en la astronomía indígena con el
en lengua náhuat decían: «mitl», porque en nombre de «Quetzalcoatl» o «Serpiente Em­
esta fiesta fabricaban sus saetas (flechas) y plumada», y también popularmente llamada
arcos. Bailaban este día delante del dios que con el nombre de «Nisbéamalero». Es una
se llamaba «Mizeoatl». Le ponían este nom­ flauta delicada y pequeñita, especie de flautilla
bre al principal del pueblo, para que repre­ de caña, de sonidos muy dulces. Se la oí
sentara al dios, y al día siguiente iban a tocar a un indio de Nahuizalco, y me dijo,
cazar con estas flechas y arcos, al son de que ésta era la flauta madrugadora, porque
tambores y trompetas Mízcoatlíztlí. Ayuna­ servía para saludar al «Níshtamalero» a las
ban cuatro días antes, le pintaban al dios tres o cuatro de la mañana; que al escuchar
los ojos y la nariz de negro, atravesándole a su toque se levantaban las molenderas para
ésta un palo blanco. Marchaba el dios a la moler su «nisbtamal», y que mientras sonaba
cabeza de la cacería, llevando en la mano un la flauta nadie salía de sus viviendas, pues
signo que llamaban: «Mízcoatl-Xonoquitl». esto indicaba que la estrella estaba humean­
do y nadie debe verla así; pero cuando la
FLAUTAS ASTRONOMICAS. - Eran flauta dejaba de tocar, ya la estrella estaba
las que empleaban para cantar a los astros, quieta, aunque muy brillante, indicando que
a quienes consideraban como dioses. A éstas había recibido el mensaje de la flautilla lla­
pertenecían las que siguen: mada «Cytalcoalíztlí».
Flautas Tunaleras o «Fúnulpifzalli». (Flauta Las notas que da esta flauta con la de
del Sol).—Así llamaban nuestros pipiles, los la boquilla y sus cuatro agujeros pequeñitos,
izalcos, a las que empleaban para los ritos son cinco, que forman una escala pentafóníca
muy característica, como sigue: «SOL», «LA», y como se ve, su escala carece de semitonos,
«SI», «RE», «MI». Lo raro de esta flautilla formando, por consiguiente, una escala de fo=
es que no da otros tonos, aunque se busquen, nos enteros (pentatónica), netamente indígena.

SEGUNDO INDIVIDUO DE LA FAMILIA DE LAS FLAUTAS


Y SUS VARIEDADES
Veamos abora el segundo individuo de figura casi siempre al lado del teponaxtle y
esta familia, o sean el FJ aufín o Flautilla y la de un tamborcillo, trío de instrumentos que
Chirimía, afinadas en «DO», «SOL» y «RE», se encuentra en casi todos los poblados indí=
según la tónica de la escala que entregan. genas de la tierra de Moctezuma.
La Chirimía.—Este pequeño flautín es co­ También en Guatemala es inseparable del
nocido a su vez con diversos nombres en la tun, y del tamborcito maya, en todos los
ciencia de la música: xalamía, xelamía, xele= pueblos de la región maya = quiché, Alta y
mía, xaramía y chalemía en catalán; chalemel Baja Verapaz. Aquí en El Salvador, hay so­
en francés. Nombres, según el insigne musi= lamente en los lugares en que tienen el te­
cógrafo español Felipe Pedrell, tomados, qui­ punahuaste: los Izalcos, los Nonualcos, Ataco,
zás, del alemán Scbalemy, que significa lo Tacuba, los Lencas y Pancbimalco.
mismo, o del Cbalún de los árabes, todos los
La chirimía indígena difiere mucho de la
cuales parece derivan del griego Calamaulos
española, y no está fabricada tampoco con la
o Kalama.ulos.
técnica de aquélla. La antigua chirimía indí­
La chirimía es de origen español. En los gena era fabricada de barro y de tamaño un
autos sacramentales de Calderón, aparece muy poco más larga y más gruesa que la flauta
a menudo la acotación: “Tocan chirimías y sale de caña; tenía cuatro agujeros y una embo­
(el personaje) acompañado de etc.” Figuraba cadura. »
ya entre los instrumentos de los juglares que
tenía a su servicio el Rey Don Juan I. La de nuestros indios actuales está hecha
en forma muy rudimentaria; sólo los mexica­
Consta en los Dietarios municipales de nos tienen chirimías mejor perfeccionadas,
Barcelona, que el día 23 de Diciembre de 1392 pero aún éstas, no llegan a la categoría de
la Reina de Sicilia se embarcó con espléndido las de Cataluña y de Mallorca. Los indíge­
aparato al son de diez y seis instrumentos entre nas de Guatemala las tienen de madera; los
trompes, trompetes, xelamíes e tabals, (atabales).
nuestros de Cuzcatlán las hacen en carrizo
La chirimía era una especie de oboe tra­ de caña, afinándolas una octava más alta que
bajada groseramente y taladrada por nueve la flauta de caña, y en la embocadura le
agujeros laterales, seis únicamente destinados ponen una lengüetilla de pergamino delgadí­
a taparse por medio de los dedos. Hubo simo o de papel impermeable muy fino, dando
chirimías de varios tamaños para formar cuar­ por consiguiente un sonido más triste y agudo
tetos, o mejor dicho, doblar las partes bucales, como el del oboe. Como las flautas, hay unas
pues regularmente estos instrumentos no ha­ que comienzan con la tónica: «DO», «SOL»,
cían más que doblar el canto, y esto en las «RE», y a veces otra escala en «LA».
mismas catedrales.
Casi todas las chirimías tienen más exten­
La chirimía no ha desaparecido del todo sión que las flautas antiguas, pues los espa­
en Valencia, siendo ya raro bailarla en Ca­ ñoles importaron una nota más, o sea “la
taluña y aún en el resto de España. nota colonial”; después las culturas de Occi­
Pero donde se enseñoreó la chirimía, fué dente en época más reciente, nos trajeron la
entre los naturales de Indo = América, y hay séptima y la octava, formando así la “escala
muchos lugares en donde el modermismo y diatónica”, con cinco intervalos de tono, y dos
filtraciones extrañas no ban logrado extirparla, de semitono, comprendidos entre ocho notas.
constituyendo, antes bien, el instrumento prin­ Esto dió mayor facilidad a nuestros indios
cipal en sus fiestas y ceremonias. Es insepa­ para la formación y ejecución de su música,
rable en las Bandas indígenas mexicanas; y así se explica por qué abandonaron casi
por completo sus flautas antiguas, y por qué El Pito de Caña.—La flauta de caña lla­
ha supervivido la chirimía entre los indígenas mada «pito» (los indios izalcos lo llaman:
de varias regiones del Continente. « Acatpitzaztli») (J), es un pequeño carrizo de
bambú, con seis agujeritos circulares y en el
La chirimía es el instrumento que mejor vértice cerca de la embocadura, un séptimo
se adapta al temperamento triste de los indios, agujero cuadrado. Tapando los seis agujeros
pues con ella pueden dar expansión a sus con los dedos de las dos manos, da muy clara
sentimientos, vaciando toda la infinita tristeza la nota «DO», o la tónica de la escala que
de su alma incomprendida, y ese dolor mudo entrega. Y destapando progresivamente de
en que naufraga desesperadamente la raza. abajo para arriba todos los agujeros, se pro­
ducen sucesivamente las siete notas de la es­
cala de «DO MAYOR». La nota de la octava
Fa Chisíáa.— Flautilla llamada vulgarmen­
se produce con todos los agujeros destapados
te «Bascatibia», que consta sólo de tres agu­
e insuflando más fuerte. Si se quiere tocar
jeros para los dedos de la mano izquierda,
en otra tonalidad, los accidentes o medios
y se toca acompañada de un tamborcito pe­
tonos se producen tapando la mitad del agu­
queño. La Cbistúa o Bascatibia es de origen
jero. Esto lo be comprobado prácticamente es­
vascuense. Los nombres lemosines de este
tudiando la técnica de la flauta de caña o pito.
instrumento, son: Fluviol, Flaviol, Flaujo, Flau-
Hasta aquí el estudio de las flautas indí­
tat, Flautel, etc., que en castellano se llama
genas, y de la escala o sonidos que he encon­
Flautilla o Pito.
trado en ellas. Esto es de suma importancia
para el estudio de la música indígena, y para
El Flautín o Pícolo.—Entre los indígenas poder clasificar y analizar la misma, teniendo
hay una flautilla pequeñita y muy delgada, como base el conocimiento de los instrumen­
de caña de carrizo. Modernamente, la fabri­ tos, además de la previa documentación para
can también de metal o estaño, que imita ambas cosas.
admirablemente al flautín de la orquesta,
(1) «Acatpitzaztli» (Pito de Caña): pifza, pito; acat, caña;
aunque sin los registros de éste. aztli, instrumento.
o

Pito de Caña de Manufactura Indígena.

Clouta Indígena o Pito de Caña


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APUNTES DE INVESTIGACION Y RECADO DEL PENTATONO
EN LA RAZA INDO-AMERICANA
Centro América tiene geográfica e histó­ esto traducido e interpretado por la devoción
ricamente una situación de las más privile­ panteísta del indio, constituye el MATERIAL
giadas de todo el Continente. Contigua a SONORO DE SU MUSICA AUTOCTONA.
Yucatán, la tierra de los mayas con el Petén; La Historia de un país, de un Continente,
sus extensas costas sobre el mar Pacífico y muchas veces (como dice don Máximo Soto
el Atlántico, con el Golfo de México y el mar Hall), tiene una relación estrecha con la es­
Caribe; con mesetas elevadas y altivos volca­ tructura física de su suelo. Y yo agregaría,
nes sobre la cordillera andina, guarda aquí y con la estructura psicológica y moral también.
allá, guarecidos por la costa o en la entraña
Centro América, además de tener un ver­
misma de sus montañas, a los pueblecitos de
dadero tesoro en sus archivos, en manuscri­
raza, con el tesoro todavía inviolado, de cos­ tos, códices, etc., posee ruinas, templos, mo­
tumbres, idioma, música, industrias e indumen­ numentos, estelas, pirámides, que son al tra­
taria. Y el indio de abora, como antaño el
vés de los siglos, historia viva, latente, y
abuelo aborigen, sigue inspirándose y sigue
que nos está repitiendo como el eco, la mueca
leyendo su música en el pentagrama de la
del pasado, lo que fuimos, o mejor dicho lo
naturaleza. Aquellos del Petén como en los
que somos. El indio mismo, su idioma, sus
otros pueblos similares oyen las voces de sus
ritos, sus danzas y sus industrias, historia
lagos sonoros, con las notas ululantes de la
viva también, que nos está gritando, que no
selva; los costeros escuchan la sinfonía gran­
debe morir, que no quiere morir, lo que es
diosa del mar, con los arpegios que el viento
nuestro, lo que somos nosotros y que debe­
canta en los manglares; y los de la montaña, mos conservar y perfeccionar, porque es lo
allá, sierra arriba, se arrebatan, perplejos, ante
que constituye nuestro orgullo como legítimo
el Diapasón del Cosmos de la Cordillera
exponente de nuestra cultura.
Andina......... Cantos de pájaros, voces de los
vientos, arrullo del mar, INSINUACION PUEBLO SIN MODALIDAD PROPIA,
DEL INTENTO, de una rama al chocar con NO ES PUEBLO. PUEBLO SIN CARAC­
la otra, movidas por la brisa, etc., etc., todo TERISTICA, VIVE DE PRESTADO.

RITO Y MUSICA

El arte de la música en las civilizaciones Los principios anímicos que contribuyeron


indígenas pre-coloniales no queda lugar a duda a la existencia formal de la música y la danza
de que existió, como existió la danza. Sus entre los antiguos aborígenes de nuestro Con­
ritos, sus ceremonias, fiestas, etc., nada se ba­ tinente fueron, a no dudarlo, la religión en
cía sin la danza y la música. Podríamos ase­ sus múltiples rituales paganos, sus danzas
gurar más todavía: que las dos, música y dan­ guerreras, las fiestas populares y los ceremo­
za, alcanzaron una relativa cultura dado el niales dedicados a la agricultura.
esplendor y grandeza a que llegaron estas Sin una exégesís prolija de las distintas
razas en el apogeo de su civilización en otros divinidades y mitos de la teogonia indígena
aspectos, como la arquitectura, astronomía, la de México y Centro América, sería imposible
escultura, la alfarería, etc. “Todos aquellos penetrar en el profundo significado que a la
que pretenden dar por desaparecida e inútil música, la danza y aún también a la poesía,
una expresión psíquica, como la constituye dieron los antiguos habitantes de estas tierras.
en algunos lugares la supervivencia del arte Sí la religión es, como enseña Guyau, un
musical indígena, tendrán que negar al mismo sociomorfismo, es muy difícil tropezar con un
tiempo la existencia valiosísima de aquellas estado de civilización donde el enunciado del
grandes civilizaciones aborígenes. Negar a filósofo francés se cumpla con más exactitud
la música india derecho a la vida, sería negar que con las extinguidas y grandes civiliza­
la vida misma”, dice el gran americanista Court ciones: tolteca, maya, azteca y la inca en la
Lange. América del Sur.
Confucio (551 a 478 A. C.) consideraba lamentable con que en nuestro país se ha
la música como uno de los seis factores fun= descuidado el estudio de los antiguos pueblos
damentales de la civilización. La nación ideal, de América: Aymaras, Quicbúas, Mayas,
según Confucio, es aquella cuyo carácter está Cbíbchas, Tupí = Guaraníes, Taraumaras, La-
modelado por Li y Vuch, rito y música. Y los candones, etc., mucho más afines en esencia
caciques y emperadores de las antiguas civi­ de lo que se supone.
lizaciones de América, como que regían con
Dice Vicente Forte: “La concepción que
las normas y leyes que fueron el ideal del
corresponde a la estructuración de la nacio­
gran sabio y esteta oriental, pues la vida de
nalidad, sobre la base de enunciados y sen­
nuestros antiguos aborígenes, se desenvolvió
timientos religiosos, fecundados en la natura­
bajo el índice de RITO Y MUSICA.
leza propia de cada pueblo, crea culturas en
En nuestros pipiles, el sacerdote o teu= las cuales nos es dable comprobar en todas
pixque en quien la humana condición con­ sus manifestaciones, así en las sociológicas o
fundíase con los atributos divinos, basta el políticas como en las espirituales, un sentido
último macehual o vasallo, la socíabilización de homogeneidad y un todo armónico que
se hizo sobre la base de sentimientos regidos mueven nuestras simpatías y captan nuestra
por las fuerzas extrahumanas, e impelida por cá­ admiración”. Y éste ba sido el caso de al­
nones de índole pura y esencialmente religiosa. gunas culturas pre-coloniales del Continente,
El culto de los númenes totémicos inherentes sobre todo las de los mayas en Yucatán y
a todas las primeras manifestaciones religio­ los incas de la América del Sur.
sas en las vidas colectivas, fué, como es na­
La música no escapa a esta función reli­
tural, también patrimonio de los primitivos
giosa y social, que es su verdadera esencia
nabuatlecos y maya-lencas del territorio cuz»
y su más noble destino. En las ciudades
catleco; pero el sentimiento religioso fué acen­ litúrgicas del antiguo imperio maya: Chicben-
tuándose en ésfos bacía las concepciones cos­ Itza en Yucatán, Palenque en el Petén, y
mogónicas y abstractas, afinándose siempre
Copán en Honduras, formando fodas ellas el
más basta llegar a los estados superiores del
primer centro de las grandes culturas de
monoteísmo. El culto a TUNAL y 3 MEZTI
México y América Central, y la azteca de
(el Sol y la Luna), a TLALOC y a QUET­
Teotíbuacán, Taxumal y Mítla o Mictlán en
ZALCOATL (Agua y Viento), protectores
la región occidental de Cuzcatlán, la música
estos últimos de la lluvia fecundadora de los es la expresión suprema del significado pro­
campos, no perdieron nunca la trascendencia fundo y esotérico de esfas ciudades.
enorme que tenían en la vida de nuestros
cacicazgos. Antes al contrarío, fueron los En esta atmósfera litúrgica, la música debió
motivos rituales de dichos cultos los que ser el agente supremo para trasuntar en las
inspiraron los cantares, la música y sobre todo expresiones líricas el contenido religioso del
las danzas admirables, que forman la parte templo de Kukulcán, Gucumats o Quetzalcoatl
más bella y emotiva del acervo lírico indígena. y demás templos consagrados a la veneración
de los dioses mayores. Ese profundo sentido
Todas las manifestaciones superiores de la
religioso que desde sus orígenes tuvo la mú­
creación y del espíritu: arquitectura, música, sica indígena, le da ese carácter doloroso y
danza, poesía, la cerámica y tejidos admira­ elegiaco, que ba inducido a muchos a conje­
blemente simbólicos, estuvieron supeditadas
turas o literaturismos más o menos ingenio­
a la religión, inspiradora suprema. sos, sobre la tristeza de la música indígena,
En todas estas manifestaciones lírico-reli­ pretendiendo algunos que el lamento melan­
giosas, la imaginación riquísima y la exquisita cólico de la misma expresa, entre otras cosas,
sensibilidad del indio de América, encontró el dolor y apocamiento de la raza vencida.
expresiones, así en el cantar como en la danza, Yo creo que las dos causas unidas a la na­
dignas de las culturas más avanzadas. tural psicología del indio, ban dado por resul­
tado el dolor y la tristeza inevitables en su
Las civilizaciones pre-coloniales presentan
música.
caracteres de una profunda originalidad. Gran
parte de la incomprensión ambiente que existe El antiguo imperio de los mayas fué un
entre nosotros sobre el valor de aquellas gran círculo que abarcó territorios de México,
admirables culturas, se debe a la negligencia Guatemala, Honduras y El Salvador. Y sien-
do la destacada cultura de la civilización boy, mañana y quizás siempre. Y las grandes
maya, lo mismo que la de los aztecas, esen= palpitaciones de la vida colectiva se produ­
cialmente formadas de agricultores que vivían cen en armonía íntima con los aspectos de la
en contacto íntimo con la tierra madre y en Naturaleza, que también determina los nom­
contemplación perenne del Universo con el
bres de muchos de sus ritos y danzas.
dios Sol y la diosa Luna, astros benefactores
para su vida agrícola y civil, forzosamente La danza, como todos sabemos, alcanzó
iba a formar aquellas civilizaciones de carác= preponderancia y señorío en las civilizaciones
ter panteísta. indígenas, precisamente porque en ella estaban
La vida sigue el ritmo cósmico, marcado resumidas las normas y leyes de Li y Yuch:
con la sucesión de las estaciones, igual que RITO Y MUSICA.

EL SIGNO ESCALONADO

A las notas dolientes de la palabra y el lógico del signo escalonado ba de buscarse,


comentario instrumental de algunos especíme­ según Posnansky, en las intuiciones geogóni-
nes, expresión arquetípica de la música abo­ cas y antropocéntricas de los antiguos habi­
rigen, únense luego las figuras coreográficas tantes de América. Y de entre éstos so­
de 1 a danza. La plástica en ésta, no es otra bre todo los que formaban las castas sacer­
que la exégesis movida de los signos ideográ­ dotales.
ficos realizados por el arquitecto (que debió El sacerdote fué en las antiguas culturas
ser, en aquellas épocas, escultor y arquitecto), de América, el ordenador de todo el ritua­
y que resumían todo el proceso y desarrollo, lismo y teologías que encontraron su expre­
desde el religioso basta el político, histórico
sión suprema en la arquitectura, en la música
y social de la cultura indígena.
y la danza. Astrónomo, además, y profundí­
Si reflexionamos sobre la exégesis y aná­ simo, hizo que todos los mitos de la teogonia
lisis de los signos ideográficos que se encuen­ indígena se redujeran a un solo índice: la
tran en las figuras de las cerámicas y monu­ Tierra y el Cíelo. Y es necesario meditar
mentos prehistóricos, comprobaremos que todos mucho en ésto, reconociendo el simbolismo
los ideogramas de las obras que aún pueden profundo y la filosofía geognóstica que en­
admirarse en las ruinas de las ciudades ar­ cierra.
caicas, tales como: el signo escalonado, el águila, En muy pocas culturas es dable encontrar
la serpiente, el caracol, el tigre, etc., son sim­
una fusión de las artes esencialmente reli­
bolismos de las concepciones cosmológicas y
giosas: arquitectura, música y danza, en tan
teogónícas, que precedieron a la estructuración
íntima y sugestiva relación, como en la de
religiosa, social y política de las antiguas civi­
los antiguos aborígenes de la América
lizaciones indígenas de México y la América India.
Central.
Todo el simbolismo geognóstico y cosmo­
En los restos de la arquitectura templaría
gónico que se manifiesta en los diferentes
que aún pueden admirarse en Yucatán, Pa­
mitos de la teogonia, constituyen los motivos
lenque, Copán, Taxumal, Cíbuatán, San An­
inspiradores de la decoración en la arquitec­
drés, etc., impera sobre todos los demás un
tura, escultura, cerámica y tejidos, lo recibe
simbolismo que se expresa en esa forma:
la danza que tiene, además, sobre aquellas
angular o escalonada, casi geométrica, común
formas expresivas del arte, la ventaja de au­
en los templos de todas las civilizaciones de
nar en ella el dinamismo plástico (coreografía)
Indo-América, y cuyo origen está en el signo
o mejor dicbo es “la plástica que se mueve”,
escalonado tan admirablemente estudiado
el ritmo, la poesía y el color. A estos ele­
e interpretado por el sabio americanista Pos­
mentos debe agregarse el carácter sociomórfico
nansky.
que le daba la intervención de las masas, sin
Este signo es de verdadera importancia, cuya condición es inútil hablar de creaciones
pues constituye una de las expresiones grá­ estéticas como exponente del arte religioso.
ficas más notables y elocuentes de la icono­ Las grandes festividades en las KALENDAS
grafía pre-hístórica americana. El origen ideo­ azteca, maya, mayo-quicbé, pipil y lenca de
nuestros aborígenes, y de entre ellas la con­ civilizadores, no vulneraron ni desvirtuaron
sagrada a Kukulcán o Quetzalcoatl, fué en la el substráctum originario y social de las an­
danza donde encontró su expresión suprema. tiguas danzas de la raza. Y aunque entre
En la composición coreográfica de las di­ éstas bubo danzas fálicas, tales como la de
versas danzas, el elemento expresivo se rela­ «Oxtum» y la del «Engendro», no fueron la
ciona con el proceso evolutivo del ritualismo expresión grotesca de un sensualismo mate­
religioso, desde el culto de los muertos (el rial, sino más bien el culto al «Falo», símbolo
Tlalocán o Vientos del Sur) y el totemismo, y dios de la fecundación.
basta la serena grandeza del culto de la Ser­ Muchas modificaciones sufrieron al con­
piente Emplumada y el esoterismo profundo tacto de los nuevos elementos que imponían
de la Deidad Solar. la crueldad del esclavista y encomendero (que
Aun las danzas guerreras, o las que eran además de lo que eran, se creían paladines
esencialmente líricas como las amatorias (tal de la fe al divino Nazareno), pero en su
la fiesta de los adolescentes) o las que se fuero interno el indio se mantuvo inmutable
relacionaban con la cosecha y rituales de la a sus antiguas creencias y tradiciones.
siembra, estaban regidas por las concepciones Para corroborar este aserto, bastaria la
religiosas, índice y motivo generador de todas referencia a los serios estudios americanistas
las creaciones, en la vida de las antiguas de autores como J. Uriel García, en su obra
civilizaciones de nuestros aborígenes. «El Coloniaje y las Danzas Indígenas», y la
Muy opuestamente a lo que pudiera supo­ otra también sobre danzas de Montes de
nerse, el materialismo y la grosera sensualidad Oca, para convencernos “que el alma indí=
■que se interpolan en las bellas coreografías gena de América aún permanece intacta , como
indígenas, disimuladas en las idolatrías y tea- acertadamente asevera el notable etnofonista
fralismos misticistas que trajeron los llamados peruano Vicente Forte.

RECADO DEL PENTATONO EN LA RAZA INDO - AMERICANA

Este estudio que a continuación doy a el pentatonísmo, fué esta fuerza o mandato
conocer, lo be creído indispensable y de va­ que como una imposición absolutamente cons­
liosa importancia, para que nuestros estudio­ ciente y original de la emoción humana, brotó
sos y todos en general lleguen a orientarse del subconsciente de las razas.
y comprender el origen de algunas muestras
Las civilizaciones pre-coloniales de Amé­
de música autóctona, así como la comproba­
rica usaron o poseyeron el pentatono íntegro;
ción de las escalas que entregan nuestros
después se ve también la forma del pentá­
instrumentos arcaicos, como también algunas
fono en esas mismas civilizaciones, pero como
modulaciones que persisten aún en las flautas
una reminiscencia de la forma arcaica, y no
indígenas.
de la imposición consciente del pentatonísmo,
Después de leer estos apuntes, se dirán,
pues un examen detenido y el estudio de los
sí esta paciente y difícil tarea no tenía su
instrumentos arqueológicos, nos ha podido
razón de ser, y si no prestarán algún servicio
revelar casi con exactitud, las formas primi­
o aporte para los estudiosos y amantes de la
tivas, tanto del pentatonísmo como del pen­
música autóctona.
* táfono en la evolución del sistema utilizado
* * por los indios de América.
La emoción humana tomó de los elemen-
Sánchez de Fuentes, dice: “Teniendo pre­
■tos físicos los parciales que se identificaban
sente que los indios de América utilizaron,
■con su necesidad estética, formando con ellos
generalmente, la escala “pentatónica o pentá­
un sistema acabado, que estaba en íntima fona”, según la opinión de notables especia­
relación con su psicología, con su sentido
listas en estos interesantes estudios C) que
profundamente religioso y filosófico; naciendo
■entonces el pentatonísmo en un punto remoto (1) También afirman que todos los indios de América
del orbe, o tal vez simultáneamente en varios utilizaron, como forma músical el «pentatono» o la «pentáfona»,
las siguientes autoridades, especialistas en esta clase de estudios:
Tugares de la tierra.
Alice Cunningham Fletcher, J. Walter Tewkes, Tilmore, Frances
Hay fuerzas y mandatos que permanecen Densmore, Helen H. Roberts, Marguerite Beclard d’Harcourt,
ya en germen o latentes en la Naturaleza, y P. Pozzi, Theodor Baker, Dr. Boas, J. Acosta, etc.
nos relatan, confirmando esta aseveración, los modalidades de la música, se acuerda con más
descubrimientos becbos en los países ameri­ exactitud a la pureza y auténtica religiosidad
canos de instrumentos primitivos, como las panteísta del indio de América como la escala
«Antaras» o «Quenas», bailadas en las hua- pentatónica.
cas de la costa peruana, las ocarinas de El modo pentatóníco usado en sus distin­
Centro América y las pequeñas flautas be-
tas formas bastó a los creadores indígenas
cb as de buesos de animales y de tosca ma­ de nuestro Continente pre-híspánico, así co­
dera pertececientes, entre otras razas y tribus, mo a los habitantes del antiguo Oriente, para
a los quecbúas, aymaras, antisanos, tupíes, perpetuar en cantares y música hieràtica, sen­
cbibcbas, araucanos; a las diversas tribus in­ cilla y solemne (tal puede apreciarse en al­
dianas de los Estados Unidos del Norte; a gunas obras peruanas, como el Himno al Sol
los aztecas, yaquis, mayas, quichés, etc., de captado por el compositor Alomía Robles),
México; a los indios de las Antillas, etc....”
toda la gama de las emociones musicales, re­
Todo esto confirma, una vez más, la existen­
ligiosas, épicas y líricas, tan perfecta y ad­
cia del pentatonismo en todo el Continente mirablemente como otras culturas pudieron
Americano.
realizarlo con distintas modalidades.
El mismo Sánchez de Fuentes en otro pá­ La misma afinidad que existe entre la
rrafo dice: “Todo induce a creer que nuestros concepción religiosa de la arquitectura y el
indios adoptaron la escala «beptafóníca» de pentatonismo, se advierte entre aquélla y la
los españoles, y es seguro que antes de la danza.
conquista cultivaron, como todos los indo-
antillanos, la pentafónica, afribufo de mu­ El pentatonismo fué y es una fuerza viva
chos pueblos primitivos, pero desconocida en cuya emigración y transgresión no ba desnatu­
España”. ralizado el origen, y cuyo desarrollo no ba con­
fundido a la forma: sino que el pentatonismo
Y estudiando detenidamente la música de
a través de sus emigraciones, ba sabido reci­
nuestra raza, comprobamos el mismo fenómeno. bir la característica personal de cada pueblo
Analizando y clasificando las diferentes esca­
«respondíedo a la difícil dualidad de natura­
las de distintos países, acusan desde luego lizarse sin desnaturalizarse, y de reformarse
sus relaciones afines, y llegamos a la conclu­ sin transformarse, como lo dice sabiamente
sión de que, el pentatonismo fué la forma Giacobe; y dada su expresión emotiva que ba
arquetípica de las principales civilizaciones podido llenar épocas arcaicas, es de una actua­
indígenas pre-bíspánicas, siendo una modali­ lidad en el arte de muchos pueblos, como lo
dad específica no sólo de la música quicbúa fué antiguamente en otros, y en lugares muy
o incaica, sino de las otras culturas de nues­ remotos.
tro Continente. Los instrumento, los giros
melódicos de algunos especímenes, y el estu­ Basta oír un motivo musical en pentatono,
dio sobre todo de sus escalas, nos comprue­ para sentir desde luego una sensación nos­
ban elocuentemente en esta observación. tálgica de algo muy lejano y muy nuestro,
de algo que nos da añoranza de raza y reco­
El pentatonismo, que es la modalidad cos-
gimiento religioso. Es como un llamado al
niomélica, digamos, de la raza Ande=Americana,
espíritu ancestral que bay en nosotros; y en
tiene por virtud de su bíeratísmo, transpa­
estos misterios, la voz del corazón es la
rencia y carácter anguloso (el signo escalona­
revelación.
do), una profunda afinidad con el concepto
geométrico y templario de la arquitectura. La religión y la música nos revelan el
El parentesco entre estas dos expresiones del secreto ético de la vida misma. Y el penta­
sentimiento y simbolismo religiosos, no debe tonismo como imposición consciente llegó a
sorprendernos. La música, ya lo hemos visto, entronizarse en muchas religiones en el lugar
nació con la religión, y ésta fué, asimismo, de la oración, y que por su influencia senso­
la que inspiró a los admirables arquitectos rial llegó a sistematizar su uso, igual que en
de 1 os templos americanos. Sabiendo que las otras épocas las diferentes formas de la mú­
grandes culturas de América, precursoras de sica ban servido en los diversos eventos de
otras que le sucedieron, fueron las grandes la vida, y que por su función espiritual ha
civilizadoras: foltecas, mayas, aztecas y la inca ocupado siempre lo sutil del pensamiento
del Perú, bay que convenir en que pocas bu mano.
El pentatonismo fue el ideal común de espirituales y materiales habían alcanzado el
las civilizaciones antiguas; inmutable en su grado más perfecto de ordenación y flores­
forma, sencillo en su técnica, de actitud bie­ cencia, los chinos optaron por el sistema del
rática en sus líneas (horizontal y vertical, del pentatono, para expresarse musicalmente, que
signo escalonado; cielo y tierra), es la actitud concebido por inclinación sensorial debía jus­
precisa, es el gesto expresivo, para poder ana­ tamente perpetuarse.
lizar las culturas musicales de aquellas civi-
Desde aquella época basta boy, es decir,
zacíones y sus ramificaciones por todo el
4,672 años, los chinos no han cambiado el
Continente.
sistema inmutable y sencillo del pentatono
Giacobbe dice: “Que el pentatonismo es para expresarse musicalmente.
un grado determinado de cultura estética
El fenómeno de la imposición estética del
musical, que aparece en la trayectoria ascen­
pentatono se ve repetido por muchos pueblos,
dente de un pueblo, una raza o una edad
que, como los chinos, aunque conocían el
hacia su apogeo, en el momento en que la
cromatismo perfectamente y practicaban otras
conciencia colectiva se ba plasmado en orden,
escalas y modos, dieron privilegio a la expre­
unidad y justicia, equidistando tanto de la
sión del pentatonismo.
sociedad bárbara, como de la decadente”.
Tiene razón El pentatonismo fué la for­ Esto obedecía sin duda, en las civilizaciones
ma depurada y florescíente de una gran cul­ de América, a un llamado religioso, en que el
tura. indio, adorando a sus dioses en la Natura­
leza, encontraron que en la forma del penta­
En el imperio chino, bajo el gobierno de tono, los sonidos de tono a tono, se movían
Hoang=ti, en el cual todas las actividades en el signo escalonado, es decir: cielo y tierra.

Ciel o: en donde está el El Gran Oculto, Tierra: la fecundadora, la próvida, que


el que todo lo puede; en donde está Túnal desflora su vientre en dádiva generosa de
(el Sol), el generador de la Tierra; en donde
cosechas, que son el pan del hombre.
está Mezti (la Luna) Nunantzín (nuestra ma­
dre); en donde está Tláloc (Dios de la Lluvia)
Es por esto que el signo escalonado y el
que bace que reviente ei maíz del vientre de
la Madre Ti erra; Cielo en donde está Quet­ pentatono no pueden separarse, pues son los
zalcoatl (Dios del Viento), el que bace cam­ dos la conjugación espiritual en que el indio
biar las estaciones; el que vino a civilizar a resumió todo lo grande que para él existía:
los pueblos, etc. RELIGION Y MUSICA.

HISTORIA Y TRAYECTORIA DEL PENTATONO EN LAS RAZAS DE INDO-AMERICA


En el esquema bístóríco (de Giacobbe, pentatónicas; su espíritu y su empleo. Fué,
tantas veces citado), encontramos que la ra­ como en China, la expresión musical de la
diación emigratoria del pentatonismo, se ex­ religión y del pueblo”.
tendió aceleradamente en Asía. “De China “Así también lo encontramos simultánea­
pasó inmutable al Japón en donde se formu­ mente, con el mismo sentido formal y esencial,
laron los cuatro modos diferentes de escalas en Corea, Siam, Java, Indostán, Mongolia y
Turkestán, manifestado casi siempre en ins­ acústicas menores al semitono, formando un
trumentos de filiación china”. sistema de escalas exóticas de verdadera bí=
persensibílídad, adoptó, para su expresión re­
“En relación al estudio arqueológico de
ligiosa y litúrgica, el sistema pentatonal”.
América, a su etnología y al origen de su
cultura, el pentatonísmo usado como medio “Sir W. I ones en su «On tbe Musical
comparativo, en el aspecto racial, podrá ase­ Modes of the Hindus», nos explica el sistema
verar intuiciones ideales, fijadas por más de dividido en cinco modos (uno más que los
un sabio e inconfirmadas aún, porque muchas japoneses). Estos cinco modos, llamados: Ma=
veces, más que la geología y aún más que la ravi, Db amyasi, Velavali, Híndolia y Desacu,
filología, la musicología puede develar secretos servían para distinguir la última especie de
insospechados y confirmar orígenes inciertos. las tres de los «rag y raginess», antiguas
La Historia nos demuestra que el pentato­ melodías de carácter litúrgico. En su orden,
nísmo es una imposición consciente, porque estas melodías adoptaban las escalas siguientes:
los antiguos orientales que tuvieron la prio­
1°—Las Sumpoorm, que se componían con
ridad de su uso, conocieron no solamente
escalas - eptafónícas;
todas las leyes físico-acústicas, sino también
las especulaciones de relaciones teóricas y los 2°—Las Knadoo, que se componían con
sutiles artificios filosóficos, muchos siglos an­ escalas = exafónicas;
tes que Pitágoras y sus sucesores occidentales”.
3°—Las Codoo, que se componían con
“Continuando la trayectoria de emigracio­
escalas = pentatónicas.
nes seguidas por el pentatonísmo, lo bailamos
en una época remota también en la India. Los cinco modos con la denominación ante­
Este país, que había descubierto divisiones dicha, eran los siguientes:

“Los conocimientos históricos actuales, y cieron los griegos), los chinos llegaron a re­
siguiendo el orden cronológico de los mismos, ducir el conjunto por placer estético, a la
apuntan que el pentatonísmo se ordenó como simplicidad limitada del pentatonísmo”.
sistema musical 3,000 años antes de J. C.
Llegó inmutable el pentatonísmo al lapón
Este sistema era practicado ya, desde mucho
procedente de la China, y los del Celeste
tiempo antes, empíricamente por el Celeste
Imperio formularon los cuatro modos dife­
Imperio, pero correspondió al sabio Ling-Lung
rentes de escalas pentatónicas; su espíritu y
la gloria de coordinar y explicar la naturaleza
su empleo. Fué como en China la expresión
y el empleo de dicho sistema. Es asombroso
musical de la religión y del pueblo, originando
saber que ya en aquella época, es decir,
instrumentos que aún boy subsisten para la
2,068 años antes que Pitágoras, Ling-Lung
ejecución de su música que es pentatónica.
descubriera el origen de las relaciones har­
mónicas (bipertonos) y la división de la octava Después emigró bacia Occidente, no lle­
en los doce semitonos cromáticos y que la gándose a confirmar aún si fueron las con­
extensión sonora alcanzara ya el límite de quistas de los asirios-caldeos bajo el imperio
tres octavas; y más asombra aún, que cono­ de los sargónidas quienes pudieron traer el
ciendo ya el fenómeno generador del sonido elemento musical y expandirlo progresiva­
y sus especulaciones (casi tal como lo cono­ mente por Occidente, o más posible y acerta­
damente tal vez fué la del Imperio de Ale­ mos que la radiación emigratoria del penta­
jandro Magno, que con la fusión de culturas tonismo, no sólo abarcó a toda Asía, sino
pudo conocer, asimilar y enseñar el sistema, que, desde allí se extendió también hacia
bacíéndolo llegar hasta Europa. Sin embargo, nuestro Continente. Recordemos que aunque
se asegura que ya antes del imperio griego, ba sido muy discutido el punto de partida
se conocía el pentatonismo en Persia, por de la gran civilización tolteca, hay muchos
acercamiento geográfico, y más aún por los historiadores que sostienen aún la tesis de
similares de raza, con la India, y de allí pasó que dicha civilización hizo su entrada del
a los países semitas para extenderse bacía Oriente por el Estrecho de Behring. En todo
Egipto, Asía Menor y Grecia antes de las caso, el pentatonismo, o nos vino de allá, o
conquistas de Alejandro. les fué de aquí. Además, ¿cómo se explica
“Pero la verdadera aparición del pentato­ que exista el pentatono en el Perú y otros
nismo en Europa y en forma parcial, se ha lugares del Sur, como también entre los Píe­
encontrado en la codificación monumental e les Rojas de la América del Norte, y hayan
inspirada del canto de la Iglesia Romana, permanecido los pueblos del Centro sordos
llamado también canto gregoriano. En este e ignorantes de una forma musical que iban
canto, fuente de toda la música de Occidente repitiendo en sus peregrinaciones las distintas
y de las revoluciones de fin de siglo, bailamos tribus que emigraban? La «Peregrinación de
el pentatonismo manifestado en forma episó­ Aztlán», la peregrinación de los mayas bacía
dica, pero altísimamente empleado en su poder el Petén y las peregrinaciones de que nos
dramático y en una creación auditiva que los habla el POPOL-BUJ, son ejemplo elocuentes
pueblos de Oriente y de América no cono­ para suponerlo así. Además, la característica
cieron: el empleo melísmático o de la vocali­ mongólica de nuestros tipos indígenas y tam­
zación. Injertado en la profundidad de ma­ bién de los dioses, sacerdotes y guerreros de
tices inefables de los modos gregorianos, el las estelas y monumentos de nuestras valio­
pentatonismo adquiere un acento de vida sas ruinas, demuestran nuestra antigua alian­
dramática tan sublime que lo diferencia total­ za con las razas del Oriente.
mente del espíritu asiático genitivo”. Queda ésto como base para una buena
Estudiando los orígenes de las primeras investigación de la música autóctona, y poder
civilizaciones de nuestro Continente, bailare­ rechazar toda adherencia o deformación.

CONCLUSIONES
Estudiando los diversos modos y formas “y en su límite melódico de séptima menor
del pentatono en el Continente Americano, que encierra las posibilidades del sistema en
encontramos en los incas del Perú tres modos, una indefinición constante”.
generados y utilizados en forma original y
Esos tres modos de los incas, se exten­
sabia. Siendo estos tres modos de construc­
dieron en las culturas similares de Bolivia,
ción idéntica, completan o forman así un sis­
Ecuador y Argentina.
tema de escalas que en la teoría de los hin­
dúes existe en número de dos. En el ejemplo que sigue podemos ver los
Estos modos corresponden a los denomina­ tres modos del sistema pentatonal de los
dos: Dbanyasi e Uindolía (véase el ejemplo A) incas:

“La formación de estos tres modos es mando una sucesión de cuatro quintas justas
idéntica y simétrica, que se generaron (según por escala, y que siendo fragmentos de la escala
Giacobbe) claramente en la teoría de las es­ de seis quintas de DO mayor, eluden el semi­
calas de «quintas» de los chinos antiguos, for­ tono para generar tres modos originados así:
y regidos en la sucesión de quintas por el muy anteriores a la conquista española. ¡Quién
limíte de tercera mayor, cuyas tónicas guar= sa be si muchos siglos antes de la conquista
dan relación de quinta en la forma ingeniosa española, la América no fué descubierta y
arriba expuesta”. conquistada por razas del Extremo Oriente...!
Estas concomitancias analíticas, y estas ob­ Volviendo a los cinco modos de los hin­
servaciones llevadas a cabo por el sabio musi­ dúes, estudiando encontramos que: el primer
cólogo Giaccbbe vienen a dar mucba luz en los modo Maraví en su última nota LA, bajando
estudios americanistas, pues con argumentos una octava, genera el segundo modo Dharoyasi,
basados en estudios verdaderamente científicos y que éste a su vez en su quinto grado SOL,
y como resultado de profundas y largas in­ genera el último modo Desacu; el tercer modo
vestigaciones, con sus hallazgos corrobora la Velavalí en su quinto grado, genera asimismo
posibilidad de un descubrimiento y la unifi­ el cuarto modo Hindolia, como se puede ver
cación con el Extremo Oriente, anteriores, en el ejemplo D.

Quedando así bien definidas dos fuentes


generadoras o ramales de unión:
Volviendo al pentatonismo en América, ya
1°—El Maravi genera al Dbamyasi y éste
hemos visto los tres modos de los incas del
a su vez a Desacu.
Perú, cuyo sistema se extendió desde Huá-
2°—El Velavalí, genera al Hindolia. nuco hasta Cuzco y Puno, difundiéndose ra­
dialmente casi por toda la América del Sur.
El Desacu, quinto modo de los hindúes,
comparándolo con la simetría tonal de los
Siguiendo mis investigaciones, después de
otros cuatro modos, viene a ser el modo
híbrido entre los cinco modos, pues es el un riguroso estudio de los instrumentos arcaicos
de El Salvador, lo mismo que de muchas anti­
único que por la disposición de los tonos,
guas melodías indígenas, be encontrado tres
resulta una inversión de los dos modos de­
modos o formas del pentatono, pero que trans­
signados: Maravi y Velavalí.
portando o siguiendo el orden de los tonos
Los otros dos modos: Dbamyasi e Hindolia, diatónicos de la escala de DO mayor, tenemos
tienen otra forma simétrica tonal. los siguientes modos:
De estos tres modos, el primero, corres­ encuentra en casi todos los lugares de la
ponde al primer modo de los hindúes, deno­ civilización tolteca; por eso creo no equivo­
minado: Maravi; el segundo, corresponde al carme al suponer que, estos modos y formas
tercer modo de los hindúes, denominado: Ve­ del pentatono, fué la que perteneció a la
lavali; y el tercer modo queda como los tres civilización tolteca y sus radiaciones.
de los incas resumidos en dos modos de los
hindúes, aunque de distinta denominación Ahora bien, buscando y estudiando el ori­
y forma. gen técnico, o mejor dicho, las consecuencias
matemáticas y teóricas del pentatono de los
Los tres modos incas están comprendidos incas y el de los toltecas, he encontrado un
(como ya dijimos) en las dos denominaciones hallazgo que bien puede ser una revelación:
hindúes: Dhamyasi e Hindolia; y los tres mo­ que los modos de los toltecas (que se generan
dos pentatonales (llamémosle) de los toltecas de fiel y claramente en la teoría de escalas de
Cuzcatlán, están comprendidos en los dos mo­ quintas de los chinos antiguos, y regidos en
dos hindúes, denominados: Maravi y Velavali. la sucesión de quintas por el límite de la
Estos tres modos pentatonales de los tol­ tercera mayor) son en «modo mayor» y las
tecas, de formación idéntica (por la disposición formas de los incas, en «modo menor», deri­
de los tonos), completan también un sistema vados de los modos toltecas.
de escalas que en la teoría de los hindúes He aquí cómo be llegado a descubrir ésto:
(como en la de los incas), existe en número como en la teoría de la escala diatónica, que
de dos. para encontrar su relativa menor de una es­
En México, Guatemala (el Petén y otros cala mayor, bay que bajar una tercera, por
lugares), como en El Salvador, se ban encon­ ejemplo: en la escala de DO mayor, bajando
trado fragmentos musicales, vaciados en la una tercera, tenemos: LA menor.
escala que corresponde al primer modo de
Lo mismo be becbo con el pentatono en
los hindúes, o sea el Maravi.
los tres modos de los toltecas, y el resultado
Esta misma forma y modos del pentatono, me ha sorprendido más, porque dieron exac­
existe también en muchos lugares de la Amé­ tamente los tres modos de los incas. He aquí
rica del Norte y del Sur. En México se el ejemplo:

Así, los tres modos de los toltecas son «ma­ forma tonal no permite medios tonos, y por su
yores», y los tres modos de los incas son «me­ reducida extensión de cinco notas, forma un sis­
nores». Sólo que, como el pentatonísmo por su tema completamente independiente y original.
Así, pues, las notas límites tanto del pen­ las radiaciones toltecas, el camino para resol­
tatono tolteca como del pentatono inca, (pri­ ver este problema, y recursos de variedad en
mera y quinta nota) se hallan separadas por los medios de expresión.
una «tercera mayor» en el tolteca y una «me­
nor» en el inca, del cuerpo melódico de la es­ Las similitudes que encontramos en melo­
cala, formado por dos tonos sucesivos en el in­ días o períodos musicales pentatonales de di­
ca y dos separados por la tercera en el tolteca. versos países, no debe sorprendernos, “porque
u na disposición tan dísjunta (en ambos modos), con sistemas idénticos los resultados bien
en un orden en el cual el reposo auditivo pueden ser análogos”. Lo que interesa es
de la cadencia no aparece, “no podría tener señalar especialmente las diferenciaciones de
solución de continuidad melódica, por la in­ carácter modal y psicológico que lo caracte­
dependencia disyuntiva de los tonos, y por rizan en cada nación en donde nacjó o se
la falta de funciones relativas de los mismos”. impuso el pentatonismo.

Como no tenemos el séptimo grado en es­ Así podemos ver que: China imprimió al
tas escalas, la «tercera» en la forma de los pentatono un estado de quietismo y serenidad
toltecas como en la de los incas es la que que quedó invariable en sus muchas emigra­
determina los modos de «mayor» y «menor». ciones, diferenciándolo apreciablemente del
El agudo sentido formal y sensitivo de los estado espiritual y afectivamente puro que
incas (dice Giacobbe), parece haberlo enten­ el canto de la Iglesia Romana le b a seña­
dido así, y un detenido análisis del empleo lado. En el Japón, en cambio, difiere de la
de estos modos nos demostrará ampliamente música china por esa «alegría serena» inse­
que la música incaica, como toda la música parable al espíritu tradicional religioso. En
griega, está formada sobre sucesiones meló­ cambio, en su acción dramática es pintoresca,,
dicamente descendentes. patética y sincrónica, como llena de «belleza
graciosa y expresiva» en las manifestaciones
Aristóteles explica el sentir griego a este populares.
respecto, diciendo que todo movimiento me­
lódico «natural» se opera del agudo al grave; Pero en todos estos lugares, el pentato­
puede que los quecbúas no hubieran becbo nismo diverge totalmente con el espíritu dra=
un problema de la cuestión (4), pero estética­ mático y sensorial que los pueblos de Indo-
mente resolvieron sus modos en la forma América supieron comunicarle.
siguiente:
Yo creo no equivocarme al afirmar que:
En la gráfica de Giacobbe están los tres el pentáfono o mejor dicbo el pentatonismo,
modos de los incas, sólo que comienza cada no ba sido solo patrimonio de los incas en el
escala por la última del pentatono; o sea: en Nuevo Mundo. El pentatonismo fué la forma
lugar de RE, FA, SOL, LA, DO, comenza­ corriente en la música indígena de todo el
remos la escala por la última nota, así: DO, Continente, sólo que, en las distintas regio­
LA, SOL, FA, RE, “y entonces la función nes y razas, tenían diversos modos y formaa
atractiva de la nota final, daba apoyo y reso­ de emplearlo.
lución al sistema, y en la misma forma que
los griegos hacían del Parbypate o ante=ulíima Sin embargo, un análisis cuidadoso y com­
nota sensible de un modo, así los incas buscaron plet de los restos musicales de los diversos
en la ante=última nota el camino del reposo grupos, puede dar resultados interesantes, pues
musical”. la trasfusión cultural en Centro América es
un problema importante y de gran trascen­
El misticismo gregoriano y la música he­ dencia.
brea nos han dado bellísimos ejemplos de esa
técnica, dando no sólo a los incas (o mejor Estudiando mucho, investigando profunda­
dicbo al sistema incaico), sino al sistema de mente, con el establecimiento de estudios de
Etnofonía sobre las formas fundamentales de
(1) ¿Y por qué no, aquellas grandes civilizaciones indíge­ restos musicales de las diversas épocas y de
nas no hubieran hecho éllos también un problema de la los diferentes grupos raciales, está abierta la
cuestióp? ¿Acaso las ruinas de las antiguas civilizaciones de
América no tienen tanta elocuencia y cultura avanzadísima ruta para una mejor comprensión del desa­
como las ruinas de la antigua Grecia? rrollo de la cultura centroamericana.
CROMATISMO Y FORMA ARCAICA

La música autóctona de los indios en nues­ nicas» de la modernidad. En el diagrama de


tras regiones americanas, rara vez pasó de una la producción de los sonidos de la escala
extensión de cinco notas en la época pre­ cromática, que nos da a conocer en su estudio
colonia 1. Fué más reducida aún, pues en al­ sobre música e instrumentos chinos Cbib Meng,
gunas regiones se ajustó su diseño melódico vemos que el creador de esto fué Huang Ti,
a una extensión de cuatro notas o sea una 27 siglos antes de Cristo. Pero los chinos
escala tetrafónica, como en las regiones maya- adoptaron el pentatonismo, pues fué la forma
quichés de la República de Guatemala. Ejem­ que satisfizo la aguda sensibilidad oriental,
plos muy elocuentes de ésto, nos ha dado el y su virtud sagrada y ética está consignada
maestro don Jesús Castillo, con sus valiosos en el segundo de los King, o sea el CHI-KING,
hallazgos en esos lugares, mediante una labor Cantos Populares de aquel hombre sabio, de
de años y años de profundo y meditado estudio. gran sabiduría moral, Confucio, y de quien
proviene esta singular opinión: “¿QUEREIS
Brasseur de Bourbourg fué el primer in­
SABER SI UN PUEBLO ESTA BIEN
vestigador que encontró una escala tetrafónica
REGIDO Y BIEN CIVILIZADO? CONO­
con la «tercera menor», en el drama musical
de Rabínal=Achi o Baile del Tun, quien hizo CED SU MUSICA”.
una traducción al francés de la obra escrita La comprobación del conocimiento cromá­
en lengua quiché por Bartolo Zíz, publicada tico lo podemos encontrar en los instrumentos,
en París en 1862. por antiguos que sean, pues en las mismas
En un pebetero de mí propiedad, encon­ naciones que usaron el pentatonismo, dichos
trado en excavaciones en el centro de la instrumentos fueron y son obligatoriamente
cromáticos (por ley física); pero usados en
capital salvadoreña, estudiándolo, comprobé
(como ya se ha visto) una escala tetrafó­ forma pentatonal. Nuestras flautas indígenas
nica de progresión cromática, lo que acusa primitivas, como el rudimentario y sencillo
desde luego un grado de civilización muy «pito de caña», cubriendo solamente la mitad
adelantada. El conocimiento del cromatismo de un agujero practicado en el tubo sonoro,
en las civilizaciones pre-bíspánicas, no es de da la fracción «semitono», que origina sea
extrañar, como lo veremos en seguida. cual fuere el número de agujeros, el sistema
cromático. Así los pueblos de Oriente como
En algunas regiones del Continente de los de América, deliberada y conscientemente
culturas pre = hispánicas avanzadísimas, como optaron la reducción equilibrada del penta­
en los mayas, aztecas, toltecas y los incas de tonismo, porque en él encontraron y sintieron
la América del Sur, poseen escalas especiales los elementos mesurados y expresivos de su
que revelan el adelanto que alcanzaron éstas. bieratismo, de su panteísmo contemplativo y
Los taraumaras poseen una escala «tonal» de su quietismo estético, que nos ba dado, a
de seis notas de tonos enteros, tal como la través del tiempo, frutos diversos y usos
escala debusyana, y los mayas y aztecas insospechados.
usaron otras escalas pentáfonas y exafo-
“Como ejemplo de inmutabilidad musical
nales que acusan, en cambio, el conoci­
es único”.
miento del cromatismo, no siendo extra­
ño ésto, pues los países del Oriente fueron En cuanto a la música y escalas caracte­
los primeros en el conocimiento cromático, y rísticas de algunos lugares más expuestos al
sus escalas fueron numerosísimas, llegando contagio, y habiéndoles quitado además sus
los feórícos chinos a formar 84 escalas deri­ dioses los frailes catequistas del coloniaje,
vadas de la escala cromática de 12 semitonos. muchos músicos (que como se sabe tenían
Pero esta misma escala de 12 semitonos la entre los indios pre = hispánicos jerarquía de
formaron repartida en dos escalas paralelas sacerdotes y nobles), con sus dioses, sepulta­
de «seis tonos» consecutivos, es decir, que ron también sus instrumentos y con ellos el
la primera nota de la escala inferior hacía secreto de su arte, dando lugar a las influen­
«quinta» con la primera de la escala superior. cias perturbadoras de la música de los con­
Lo que viene a ser igual a las «escalas exató­ quistadores.
Las flautillas o trompetas de que nos con el culto fálíco, por ejemplo) de que las
hablan los cronistas y Brasseur de Bourbourg, mismas ideas pueden desarrollarse en el pen­
no resistieron como otras piezas arqueológicas samiento humano en distintos medios geográ­
el peso de las centurias de años, y si se ban ficos sin ninguna influencia ulterior.
rescatado algunas en las excavaciones, entre
Otra observación importante que viene a
ellas algunas ban salido mutiladas e imper­
confirmar aún más la existencia del penta­
fectas, pero para suerte de la Historia y el
tonísmo entre los antiguos habitantes de nues­
estudio, otras se han rescatado en perfecto
tro Continente, es: que el movimiento melódico
buen estado para confirmar estos conceptos.
en la música indígena, con muy raras excep­
En los países del Sur, como en el Cuzco ciones, va del agudo al grave. Los indios
y otras ciudades milenarias, cuyos tesoros para resolver un período melódico, hacían una
fueron sepultados bajo la roca (como en los progresión descendente, casi siempre de la
incas), siendo inviolables para el tiempo y sus dominante a la tónica. Y no se ve el caso
atentados, sí se ban rescatado bellos ejempla­ en los especímenes autóctonos, de que el re­
res que están pregonando la existencia del poso final de un período melódico ascienda
pentatono en nuestras civilizaciones indígenas. a la octava.
Algunos ejemplares arcaicos de flautas en­ Parece como si las civilizaciones indígenas,
contrados en nuestro territorio, demuestran quisieran vengarse, guardando en el miste­
por el número de sus agujeros y por los so­ rioso silencio de sus catunes y en la perece­
nidos que emiten, que su extensión no pasó dera y variable continuidad del mecanismo
de un pentatono o pentáfono, como ya lo oral, todo el secreto de la raza, de su histo­
hemos visto. ria, de sus ritos y de su moral, y en un
hermético mutismo calla, como si a la par del
En el minucioso y especial estudio que be Egipto, por siglos aún, debiera de esperar
llevado a cabo de nuestras flautas arcaicas, el Cbampolión que devele los misterios del
be llegado a comprobar, que aunque por ley pasado.
física sean obligatoriamente cromáticos exis­
tiendo o conteniendo ellos el diatonísmo epí- Establecida la imposición consciente del
tafónico y cromático, en la obturación parcial pentatonismo, el pentáfono que aparece en
de la columna de aire, están de tal manera trozos más antiguos de la música de nuestro
repartidos o dispuestos los cuatro agujeros Continente, fué la forma arcaica y rudimen­
en el tubo, que al insuflar tapando y desta­ taria de la música indígena, en las antiguas
pando progresivamente los agujeros dan el civilizaciones de América.
pentatono integral perfecto. Establecida también la extensión de «quin­
Esto viene a demostrar, que consciente­ ta», en el diseño musical indígena, puede con
mente elaboraron sus flautas o instrumentos un cuidadoso análisis examinarse cualquier
con la medida o extensión para dar la forma trozo musical (que casi nunca pasa de cuatro
compases, repetidos basta que se quiere oír);
pentatonal, sin tener necesidad de bacer o
buscar el pentatono en un instrumento que si aparece una «sexta» nota, téngase casi la
diera una sucesión de sonidos díatonal o cro­ seguridad de que el trozo es colonial, com­
máticos. Además, el número de agujeros (4 probándolo con el examen del ritmo, de la
y el de la embocadura 5), así como la dis­ cadencia o movimiento de la línea melódica.
tancia calculada y consciente, viene asimismo A raíz de la conquista, existió una larga
a demostrar el conocimiento y estudio que lucha de mutuas imposiciones estéticas; de
tenían de la forma adoptada. (Véanse los aquella imposición de aptitudes expresivas,
ejemplos en las páginas de las ilustraciones nació primero inconscientemente y más tarde
de flautas arcaicas). deliberadamente, un injerto musical que co­
rresponde perfectamente al tipo de mestizaje
Yo creo que el pentatono no provino de otro
de ambas razas: es la música criolla, base de
lugar excontínental, sino que nació y desarrolló
nuestro folklore.
independientemente las mismas características des=
de el estado neolitico, semejantes a las civiliza­ Veamos lo que dice a este respecto Cár-
ciones de la India, la Cb ína y el Japón, esta­ los Raigada, etnofonista peruano: “Hay que
bleciendo la teoría inconcusa (como acontece advertir también, que el mestizaje no es, ni
fué nunca absoluto: el herido orgullo autóc­ teísta, escúchase el retumbar monótono y so­
tono retiene para su sagrada intimidad lo que llozante son de los tepunahuastes que laudan
le es espiritualmente propio. La resistencia a Quetzalcoatl, elevando su plegaria con los
pasiva logra mantener intacto el sentimiento cartuchos del sahumo aromoso del copal-pom.
musical aborigen con todos sus elementos Mientras los Teocallis o Cúes, recortados en
constitutivos. Es una retirada táctica: la mú­ el azul-celeste de los trópicos, se levantan
sica mestiza quedará para los mestizos; el espléndidos para cantar con líneas que son
indio conservará pura su tradición, que repre­ gestos, la grandeza de ayer, y que nos sigue
senta siglos de herencia oral”. hablando con voces inaudibles que sólo el
Y cuatrocientos años después que nuestra corazón entiende.
América se conmovió bajo la planta del con­ Las rutas y los campos de la música au­
quistador, la realidad confirma definitivamente tóctona basta hace pocos años en América,
aquella actitud defensiva del orgullo autóctono, permanecieron vírgenes, inexplorados. Pero
aquella reserva enérgica y resuelta, que se ha vino el momento de la revelación, vino el
venido trasfundiendo de generación en gene­ momento en que el ancestro palpitó y vibró,
ración hasta la época actual. Así, tenemos latentizando un imperativo anhelo de encon­
perfectamente diferenciados, tres tipos o gé­ trarse a sí mismo, de manifestarse en todas
neros de música: la música indígena pura o las expresiones con los delineamientos pro­
autóctona; la música criolla o mestiza, y la pios de la herencia racial. La América, co­
música folklórica, que corresponde a cual­ mo todos los países de visión grande, co­
quiera de estos tres tipos o formas, pero mienza a sentir el imperativo de una reacción
con modalidad propia. Música del ambiente, nacionalista: un gran deseo de retornar al
digamos. cultivo de las formas antiguas y propias, a
No bay que confundir, pues, que la música los tiempos de las flautas primitivas, y a los
de aspecto puramente indígena, se distingue instrumentos percutores de ritmos autóctonos.
por la naturaleza de sus elementos sonoros Y es que estos pueblos ban comprendido ya
característicos. que una alta cultura sólo se alcanza perfec­
Tamizando los sentimientos y conceptos cionándose a sí mismo, pues como el árbol,
indígenas, encontramos un sedimento musical “toda cultura humana arraiga en la tierra y
autóctono puro, ingenuo y bello, y veremos de la tierra se levanta”. Y vino el rebusca­
que, a pesar de todo, entre la caligíe de los miento, el atisbo, la inquietud autóctona en
tiempos, se alzan las ruinas y los restos aún tanteos y ensayos, que si no nos han puesto
expresivos que irradian algo original e intenso en el verdadero camino de encontrarnos, ya
de aquella música, que trasciende a sangre y ha despertado en nosotros la necesidad de
lágrimas. Y en las lejanías remotísimas del sentirnos y de SER VERDADERAMENTE
espacio, a modo de música sentimental y pan- CENTROAMERICANOS.

CLASIFICACION DE MELODIAS INDIGENAS


Siendo la música parte integrante de la cada folklorista Henrietta Yurcbenco: “La
cultura de un pueblo, puesto que en ella música es una de las formas de expresión
expresa sus emociones y sentimientos, tiene más profundas de la humanidad; y por ella
que llevar en sí, tanto en su fondo como en sabemos más de los procesos mentales del
su forma, las características de la raza o razas hombre, que por la lectura de volúmenes
que habitaren la región donde esta música es enteros. Por consiguiente, para estudiar a un
producida, pudiéndose en consecuencia dividir grupo humano determinado, es indispensable
o clasificar la música como a sus habitantes, ocuparse también de su música. Estas inves­
en autóctona, en mestiza o criolla. tigaciones revisten gran valor, no solamente
Siendo el principal mestizaje producto de para el antropólogo, como manifestaciones de
la raza española y las tribus aborígenes, de una determinada cultura, sino también para
ahí que en casi toda la América Latina se el compositor y el estudiante de música”.
sienta la influencia de aquella raza. Es extremadamente difícil toda labor que
Veamos lo que dice respecto a las investi­ se encamine a la investigación de nuestra
gaciones de la música de la raza, la desta­ música vernácula, pero es infinitamente más
difícil aún y en extremo delicada, la parte Maya-Quicbé», de don lesús Castillo, al trans­
de esta investigación que se concreta a cla= cribir un párrafo del Dr. Karl Sapper, que
sificar y analizar el material compilado. a su vez cita al investigador americanista
Hay que tener presentes las corrientes Lehmann. Veamos lo que dice el Dr. Sapper:
inmigratorias que pasaron en épocas pre=hís= “El mismo investigador (Lehmann) ha de­
pánicas por nuestro territorio. mostrado que a lo largo de la Costa del Pa­
Por el Norte, nos vinieron primero las cífico ba habido dos corrientes culturales an­
civilizaciones: la tolteca, la maya cuyo antiguo tagónicas: una mexicana hacia el Sur y otra
imperio abarcó parte de varios lugares de sudamericana hacia el Norte, por lo cual se
C-entro América, en cuenta considerable por= han verificado complicadas transmigraciones
ción de la región cuzcatleca (los restos de anti= de pueblos. Hasta la América Central
guos templos y ricos ejemplares arqueológicos, Septentrional ba recibido en Guatemala y
lo comprueban más cada día), la azteca, nahoa- Chiapas restos de esta emigración hacia el
pipil, la maya-quicbé, la de los pocomames, etc. Norte, mientras que Yucatán ba estado ex­
Por el 5 ur, la fuerte civilización inca y puesto temporalmente a la invasión mexicana”.
de otras razas, que desde mucho antes de la Me be visto obligada a citar estos párra­
llegada de los conquistadores emprendían fos de eminentes historiadores, para dar fuer­
peregrinaciones de intercambio comercial, o za al argumento de personales observaciones,
tai vez con el solo fin de peregrinar, que ba como verán mis queridos lectores, al entrar
sido siempre una necesidad innata e imperiosa en materia de la clasificación de melodías in­
en todos los aborígenes del Continente Indo- dígenas de El Salvador.
Hispano. Es oportuno recordar, que el Bál­ Los pocos motivos o temas indígenas que
samo de El Salvador, desde época lejanísima, aparecen en esta clasificación como representa­
se le viene nombrando por Bálsamo del Perú, tivos del MELOS verdaderamente maya, tolte­
designación impropia, pues es bien sabido que ca y pipil de Cuzcatlán, fueron sometidos a lar­
el bálsamo ba sido y sigue siendo producto gas observaciones y estudios, habiendo llevado
exclusivo de la Costa del Bálsamo de nuestra a cabo desde hace muchos años, intercambio
República. Pero los peruanos, desde antaño, de observaciones con el compañero de inves­
venían en largas excursiones, sólo para lle­ tigaciones, el gran etnofonísta guatemalteco
varse el precioso producto, que con el tiempo don Jesús Castillo, quien habiéndolos estu­
exportaron a Europa con el nombre de Bál­ diado, vino a confirmar lo que yo ya tenía
samo del Perú. anotado sobre dichos temas.
Estas corrientes inmigratorias, están seña­ Estas muestras indígenas las be clasificado
ladas en la obra de Etnofonía «La Música como sigue:

PRIMER GRUPO
Las variedades que presentan analogía a que el indio hizo del ejemplo demasiado elo­
cantos de pájaros, o sean aquellas que pue­ cuente que la Naturaleza le daba en los
den haber sido originadas por la imitación cantos ornitológicos.

SEGUNDO GRUPO
Melodías que presentan semejanza con al­ la extensión del diseño melódico, como en el
gunos especímenes aztecas y nahoas, tanto en carácter mismo de la modulación y su forma.

TERCER GRUPO
La integran las inconfundiblemente au­ pos indígenas de nuestro territorio, tanto por
tóctonas de la región maya-lenca, y que la extensión del diseño melódico, como en
tienen modalidades similares en otros gru­ la forma y ritmo.

CUARTO GRUPO
Temas o muestras de procedencia ameri­ tribus de la América del Sur. ¿Interpolacio­
cana precolombina, en las que se siente alguna nes raciales de las corrientes migratorias del
semejanza en ciertas cantilenas de señaladas Norte y del Sur...?
Vamos ahora a tratar las características pájaros selváticos, principalmente con algu­
del PRIMER GRUPO. nos pasajes emitidos por el PITO REAL,
El diseño de estas muestras clasificadas la CHILTOTA, el GUARDA-BARRAN­
en este Grupo, es limitado en su modula- CA y el ZENZONTLE (especialmente este
ción: la manera de frasear tiene una carac­ último).
terística inconfundible; los elementos meló­ Trataremos abora las melodías pertene­
dicos son exactas imitaciones de nuestros cientes al PRIMER GRUPO.

Esta melodía, aunque no tiene una fuerte indígenas de Mejicanos, Aculbuaca, Cusca­
semejanza al canto de pájaros, la be cata­ tancingo y San Sebastián, pertenecientes to­
logado en este primer Grupo, por sentir en dos al grupo azteca = mexicano, en donde se
ella un carácter puramente indígena primitivo. habla la lengua mexicana.
Está toda ella empapada de un cierto hiera­ La escala de esta variedad No. 1 es una
tismo y sentimiento, que evoca desde luego escala «sextafonica», pues tiene la ausencia
algo presentido en nosotros de la raza, en completa en todas sus frases, del 7° grado.
época muy lejana. La manera de frasear no Puede que el 4° grado sea una modificación
es la usai de los iberos; ni es la rudimenta­ becha a raíz de la conquista, es decir, agre­
ria y pobre de otros grupos indígenas del garon el «medio tono» «SI bemol», o sea una
Continente. Es ejecutada con largas pausas sexta nota a las cinco que formaban la escala
que desorientan completamente para captar pentatonal, forma original en que se vació la
el ritmo; pero acercando, cuanto me ba sido melodía.
posible, los diferentes elementos, be logrado La escala original de pentatono sería esta:
esta forma y también para no perder la corre­
FA-SOL-LA-DO-RE.
lación entre ellos. (Véase ejemplo No. 1).
Y la escala formada con la nueva nota
Fué ejecutada en pequeña flauta de carrizo
importada por Jos conquistadores, sería ésta:
de caña; el músico que la ejecutó es un indio
F A—SOL—LA—SI bemol—DO—RE.
llamado Francisco Martínez Santos, en Meji­
canos y Cuscatancingo en el año de 1926, La modulación y giros del diseño melódico
que la aprendió de su padre, y la conservan atraen fuertemente bacía la pristina forma
y transmiten a sus descendientes como una pentatonal, por el énfasis especial puesto en
herencia de familia indígena. La melodía per­ las dos dominantes del pentatono.
tenece al grupo en donde antiguamente exis­ Esta melodía fué ejecutada en ritmo com­
tieron los pocomames (Chalchuapa, en donde pletamente libre, y se me hizo muy difícil
están las ruinas del antiguo templo de Tazu­ acomodarla a la pauta métrica, sin que per­
mal) y ba sido extendida hasta los pueblos diera el sentido estético de sus características.
Variedad No. 2.—Esta variedad pertenece tono. Nótese desde luego la gran similitud
a los mismos pueblos de la variedad anterior del movimiento en los intervalos con la va­
No. 1. Al oírla pude captar mejor el ritmo; riedad anterior No. 1, acusando claramente
los intervalos son los precisos en que se amol­ el mismo origen y época de las dos melo­
da el diseño melódico de esa música indígena días.
pre=cortesiana de las razas maya-quichés (Mam
La escala pentatóníca en que está vaciada
o Pocomam), palpándose en ella esa similitud
esta melodía es la que sigue: FA — SOL —
de la melodía ornitológica de los pájaros de
LA - DO - RE.
nuestras selvas, pues nuestros indios primi­
tivos no tuvieron otros ejemplos que la natu­ Siendo esta misma escala pentatonal, exac­
raleza misma, a la cual ellos imitaban inter­ tamente igual a la de la variedad anterior
pretando con su panteísmo sencillo y profundo. No. í, que ejecutó el mismo indio Francisco
Esta melodía está rigurosamente ajustada Martínez Santos en Cuscatancingo en el
a la escala pentatonal, no habiendo el semi­ año de 1927.

Variedad No. 3.—Pequeña variante, carac­ La escala de esta melodía es pentáfona,


terística por la forma y extensión en que se o sea, los cinco grados de la escala corriente
mueve el diseño melódico; no sube de la 5a. solamente: SOL — LA — SI — DO — RE.
En esta escala pentáfona, es en la que se
o dominante, y este mismo 5°. grado sólo se
mueve el diseño melódico de un sinnúmero de
encuentra dos veces en la 8a. inferior. Hay melodías autóctonas y folklóricas de nuestro
el canto de un pájaro (el zenzontle) en el país, y creo que también de toda la América
primer motivo. Indo-Latina.

Variedad No. 4.—La semejanza grande que La «apoyatura», es el cuarto grado de la


tiene esta melodía con el canto de nuestros escala con que se forma esta melodía, que es
pájaros selváticos, es elocuentísima. Si uno va pentatonal. Siendo exactamente la misma de
a la montaña encuentra que este motivo me­ las variedades No. 1 y No. 2, o sea: FA­
lódico, es semejante al canto de diversas ave­ SOL - LA - DO - RE.
cillas de la misma familia o género. Oyén­ En estas cuatro variantes de nuestro PRI­
dolas me sorprende su canto, de sonidos per­ MER GRUPO queda, pues, confirmado, no
fectamente aquilatables de nuestra escala mu­ sólo que nuestros indios imitaron los diseños
sical. melódicos ornitológicos, sino que, en las for­
La parte melódica, que está bien cons­ mas prístinas de su música, emplearon las dos
truida, tiene como patrón dominante una pro­ escalas características de 5°. grado: la pen­
pensión descendente, sobre todo en el primer tatonal y la pentáfona. (Ejecutó el mismo
motivo; pero examinando el segundo, vemos Francisco Martínez Santos en Mejicanos, 1926).
un fuerte impulso ascendente quebrándose el Siguiendo nuestro orden de clasificación,
motivo con «apoyatura» del 4°. grado hacia pasamos al análisis de las melodías que co­
la «tónica». rresponden al SEGUNDO GRUPO.
Danza de la Malinche.

Variedad No. 1. — Obsérvese en este ejem­ con el canto aludido, cuya música nos la
plo el ritmo y el movimiento del diseño me­ dió a conocer el notable folklorista mexi­
lódico, y comparándolo con «El Canto de la cano Rubén M. Campos (en su obra «Folkore
Malinche» (recogido por el explorador Brinton), Mexicano» publicada por el Ministerio de
nos dice, desde luego, de su gran semejanza Educación).

Esta Variedad No. 1 presenta también La semejanza de sus caracteres distintivos,


similitud con la melodía «La Peregrinación de con las dos anotaciones de la tierra mexicana,
Aztlán», revelándonos, desde el punto de sus nada tiene de extraño, por ser los indios pi­
caracteres distintivos, sus relaciones de origen. piles de nuestro territorio, descendientes de
la famosa civilización tolteca.
La melodía no se extiende más de una
«quinta». El tema de la danza se mueve de Abora, lo que llama poderosamente la
la «dominante» bacía la «tónica», repitiéndose atención es que, esta variedad perteneciente
la dominante una octava más baja. Es eje­ al grupo de raza en donde se habla la lengua
cutada por los indios lencas (subgrupo maya, lenca, tenga rasgos característicos a las dos
lengua lenca, en la Región Oriental de nues­ acotaciones aztecas. Pero estudiando los di­
tra República), en «pito de caña», «tingo» versos grupos raciales de esta Región Orien­
(tepunabuaste) y «tambor». Este mismo tema tal de El Salvador, encontramos, que en mu­
lo repiten, mientras bailan, basta cuarenta chos pueblos de esa zona, se habla también
veces, sirviendo de intermedio entre las repe­ «nabuatl» o «lengua mexicana». Así, pues,
ticiones del mismo, una parte sólo de tambor se trata probablemente de una filtración de
y tingo (el «santo tingo» como dicen los na­ modalidades en esos mismos pueblos. La
tivos), en ritmo 2/4 y 3/4, alternativamente. escala en que se mueve la melodía es «pentá­
Esta variedad la recogí en San Miguel el 8 fona» o sea cinco grados de la escala corriente:
de Mayo de 1923. DO - RE-MI-FA-SOL.
Variedad No. 2. — Examinando este trozo El distinguido etnofonista don Jesús Cas­
comprobamos una vez más, que la extensión tillo, de Guatemala, al conocer esta melodía
del diseño melódico en la música de nuestros con otras del mismo género, escribe: “Esta
indios (sobre todo en la época pre=colonial), variedad la integran algunas muestras seme­
nunca pasa de una «quinta» y muy rara vez jantes a las “inconfundiblemente autóctonas
llega a la «sexta». En esta variedad, el 6°. de la región MAM de Guatemala” (especial­
grado aparece alguna vez: primero, como apo= mente el N° 6, que corresponde exactamente
yatura, y después como grado en la línea al N° 2 de este Segundo Grupo, en la nume­
melódica. En el giro del trino SOL y LA, ración de esta clasificación).
da la idea del sentido imitativo de los nativos
Sigue don Jesús Castillo: “Aquí el pare»
al imitar el canto de los pájaros en ese «trino»
cido es notable por el hecho de desarrollarse
insistente.
la melodía, CASI SIEMPRE, dentro de la
Hay en éste, como en otros especímenes de extensión de una QUINTA (de la TONICA
música indígena, el descenso característico A LA DOMINANTE), con la TONICA re­
en la parte melódica, del «quinto grado petida en la octava superior y la DOMI­
hacia la tónica». NANTE en la inferior. El SEXTO GRADO
de la escala, aparece alguna vez en esta va­
Como variedad de la música autóctona, es, riedad. En cuanto al séptimo, su ausencia es
sin lugar a duda, una de las que más resaltos aquí absoluta”.
tiene del sello inconfundiblemente primitivo.
Pertenece y se conserva en los pueblos TERCER GRUPO.—En este Tercer Gru­
de la misma Región de la Variedad No. 1 po, dijimos, se comprendía las variedades in­
de este Segundo Grupo, o sea en: Cacaope- confundiblemente autóctonas de la región
ra, Cbilanga, Cbirilagua, y San Simón, per= maya-lenca, y que tienen modalidades simila­
fenecientes al subgrupo «maya-lenca» de la res en otros grupos indígenas de nuestro
Reg íón Oriental de nuestro país. El ritmo es territorio. Pues bien, a este grupo pertenecen
de 6/8 y la melodía se mueve más frecuente­ también las DOS VARIEDADES del grupo
mente entre «tónica» y «dominante», llegando, anterior (o sea el SEGUNDO GRUPO), pues
sobre todo en la segunda parte, hasta el 6°. son dos especímenes de legítima procedencia
grado. Intervalos de la que casi nunca pasan de la región maya-lenca, pero nos vimos obli­
las modalidades musicales de los nativos, en gados a ponerlos en el grupo anterior, por
la época primitiva. Fué recogida en la misma ser precisamente los que representan semejan­
fecha y lugar que la anterior. za con algunos especímenes aztecas y nahoas.
Pero como tienen modalidades similares en
Los grados de la escala que abarca la otros sectores indígenas de este país, daré a
melodía de esta variedad, sería en «seis gra­ conocer aquí dos variedades de los indígenas
dos», como sigue: de Mejicanos y Cuscatancingo, que tienen el
mismo patrón en la forma y construcción, de
DO-RE-MI-FA’SOL-LA. las dos variedades de la región maya-lenca.
Variedad No. 1. — Tenemos aquí una pe­ solamente de «dominante» bacía la «tónica»,
queña variedad que por su carácter rudimen­ (El descenso característico en la música del
tario y por la extensión de la frase melódica, indio primitivo).
tiene un íntimo sabor familiar a la Variedad
Las notas de su escala serían:
No. 1 del grupo anterior (que sería también
como primera de este grupo), y que ya com­ DO - RE - MI - FA - SOL.
paramos, que aunque es de legítima proce­
dencia lenca, tiene semejanza con «El Canto Esta melodía tan rudimentaria y sencilla,
de la Malincbe» de procedencia azteca. escuchada allá en el rinconcito del pueblo
indio, dominando el magnifico panorama, y
Esta variedad que abora nos ocupa, es de
sonando a lo lejos el dulce sonecito en el
procedencia del pueblo de Mejicanos (en donde
«pito de caña», con el tuntuneo frenético del
se babló la lengua mexicana), grupo pipil, y
tambor primitivo, se siente un no sé qué en
que, sin embargo, se siente la afinidad entre
lo más recóndito de nuestro sér, despertando
las dos melodías.
en nosotros la evocación emocional, de algo
Nótese que la línea melódica se mueve que aún late con fuerza en nuestras venas;
exactamente en la extensión de 5 grados ¡la herencia de la raza!

Variedad No. 2.—Este es el otro espécimen similares a la otra, sólo que con algunas
de los pueblos colindantes de Mejicanos y inversiones.
Cuscatancingo (grupo mexicano, lengua nabuat) Se desarrolla esta melodía, en los mismos
y que tiene por su estructura y el movimiento grados de la escala que la otra de nuestra
de 1 as frases melódicas, caracteres afines con comparación, del 1°. al 6°. grados:
la Variedad No. 2 del grupo anterior, de la
DO = RE - MI - FA = SOL = LA.
Región Oriental maya-lenca.
La métrica del ritmo es (como la del No. 2 En la melodía interviene el 6°. grado sólo,
a que nos referimos) de 6/8, y la modulación una vez, y tiene la repetición de la «domi­
de sus pequeñas frases, tiene movimientos nante» en la octava inferior.

CUARTO GRUPO. -Variedad No. 1.- de esas regiones, pude escuchar a un indio
Al principio de este ensayo, ya dije de las músico de Valle Mariona, tocar un «son»
diferencias modales tan claramente definidas en su «pito de caña», que comenzó con una
de unos pueblos con otros, a pesar de su escala en «pentatono». Pues aquel «son» es
proximidad. Dije también de que, en una el de la Variedad No. 1 de este grupo que nos
ocupa. Fué recogida en Valle Mariona el 8 Efectivamente, me lo tocaron y pude sacar
de Diciembre de 1925. en limpio que lo que habían tocado era el
Nótese que el movimiento de la frase mismo «son», pero evolucionado. El ritmo
melódica, es el mismo con sus características en. lugar de 6/s, era en 2/4, y la escala de la
de todas las melodías que corresponden a melodía presentaba un grado más, es decir: el
estos pueblos de indios del grupo de Meji­ mismo «pentatono», pero con un grado agre­
canos, Cuscatancíngo, Valle Mariona, etc., to­ gado después del 5°. grado.
dos ellos donde se habló y se babla aún la He aquí la escala de la variedad que te­
lengua mexicana y el nabuat-pipíl. nemos arriba, o sea la forma más antigua:
Pero existe la diferencia de que la escala LA = SI = DO sostenido- MI = FA sostenido.
en que está hecha esta melodía, es «penta- Pentatono perfecto, que si lo transporta­
tónica», forma que, aunque menos frecuente mos a DO, tendremos: DO-RE-MI-SOL-LA,
que las otras, todavía se encuentra en esta que es la misma forma «modal», encontrada
región y también en la de Los Izalcos (lengua ya en otras melodías.
pipil pura). Fué tomada, como ya dije, en el
La escala de la evolución de la misma
año de 1925 en el pueblecíto Valle Mariona,
melodía, sería ésta: LA = SI = DO sostenido -
en la fiesta patronal; bailaban ios indios, y MI-FA sostenido = SOL sostenido.
el pito de caña, tocado por un indio que se
llamaba José Crespin, era acompañado con Y en la transposición de DO tendremos;
tambor por otro nativo llamado Zenón Villa- DO = RE = MI = SOL = LA = SI.
nueva. Aquí, la sexta nota, vino a bacer las fun­
Me tocaron varías veces el «son», y pude ciones de 7°. grado o «nota sensible», sin dejar
constatar, que no se trataba de una casuali­ de ser por ello, «sexta» o «nota colonial».
dad, pues ellos me dijeron “que ésta era la En nuestra música vernacular, hay muchos
manera más antigua del «son», pero que, el ejemplos en que se repiten estas dos formas: el
mismo, abora se tocaba con otras «pasadítas». «pentatono» y la evolución con la «sexta» nota.

Variedad No. 2.—Esta pequeña variedad, En la variedad que nos ocupa, bay la au­
pertenece al grupo de los Izalcos (lengua nabuat- sencia del 5°. grado, como hemos visto.
pipil pura), que en medio de sus formas ru­ Para concluir la presentación de varieda­
dimentarias, tienen sus caracteres distintivos des de este modesto ensayo etnofonístico, en
bastante definidos, como puede verse. El mo­ la que be procurado exponer y demostrar,
vimiento de la línea melódica se extiende después de largas comparaciones, de escrupu­
solamente en 4OS. grados de su escala «penta­ losidad ética y de honrada fidelidad, los carac­
tónica», produciéndose el sonido del 4°. grado, teres distintivos y modales de nuestra música
en octava inferior. Podríamos creer en una vernácula, daré abora a conocer otro precioso
escala «tetrafónica», pero los 4°’. grados tan espécimen de la música autóctona de los
fuertemente definidos del «pentatono», no de­ Izalcos.
jan lugar a duda, pues sólo falta el 5°. grado Todos los pueblos ban cantado desde su
para que esté completa. Este es el motivo origen, obedeciendo a esa necesidad imperiosa
de un baile primitivo zoomórfico, especie, o en el hombre de expresar sus sentimientos
mejor dicho, «Pascol del Tigre», y lo ejecutan por la emoción bacía lo bello y lo grande.
imitando de manera misteriosa y bierática el Los indios también cantaron desde época
paso del tigre en acecho. inmemorial sus tradiciones, sus deseos y es­
Su escala, aunque parezca necio el repe­ peranzas; cantaron a sus dioses en sus ritos
tirla, conviene, para constatar que es la misma sagrados, mucho antes que se conociera la
forma modal del «pentatono» de las anterio­ forma expresiva de la escritura. Sabido es
res, es decir: SOL = LA » SI - RE - ML que en todos los pueblos de Indo - América,
una de 1 as fiestas y ritos más generalizados motísima, se cantan coros en lengua pipil
y solemnes, fué siempre al «Dios de la Lluvia» (y en castellano después de la conquista),
(Gran Señor de la Lluvia). acompañados de danza; es un areyto ante el
Ante el ídolo que representaba al dios, «Señor de la Lluvia» o «Tláloc»; pero después
bacían sus ritos, sacrificios, danzas y coros, del coloniaje, como sucedió con todas las dan­
para que el «Gran Señor» los protegiera y zas y ritos idólatras, conquistados y catequi­
diera mejores cosechas en la siembra del zados al cristianismo, éstas ceremonias fueron
grano nutridor: el maíz. ante Dios, y ritos del culto católico. Por eso
al celebrar las fiestas de la Pascua de Navi­
En Cuzcatlán, nuestros indios hicieron lo
dad, los Izalcos entonan sus coros para pedir
mismo: cantaban coros en las diferentes len­ al Niño = Dios su protección en las cosechas
guas indígenas que hablaban, para implorar
del maíz.
la gracia del agua buena para sus siembras.
A continuación, se verá las dos formas
En tierras de los Izalcos, desde época re­ en que se canta y baila el coro o areyto:

Variedad No. 3.— En el primero de estos ción cuando están cantando los coros, para
dos últimos ejemplos, se verá por su forma distinguir las diferencias entre las dos formas
rudimentaria y su cantilena monótona de un de 1 as variantes.
marcado sabor indígena primitivo, el dato dema­
Deliberadamente be dejado por último las
siado expresivo (y que no deja lugar a duda),
Variedades No. 2 y 3 de este Cuarto Grupo,
de su-origen pre-colonial y verdaderamente
por ser las que en su forma de cantilena
autóctono.
monótona y muy indígena, contienen cierto
La línea melódica se mueve dentro de una aire de familia con algunos especímenes de la
escala perfectamente «pentatónica», en el mo­ América del Sur. Pero, recuérdese lo que
do siguiente: SOL - LA = SI = RE = MI. dije al principio, de las corrientes inmigrato­
Sólo que los sonidos RE y MI, son dados rias del Norte y del Sur, pues bien pudiera
a la octava inferior. Esta variedad viene una ser que, o los nativos del Perú o de otros
vez más a comprobar la existencia del «pen­ lugares, al venir aquellas tribus para comer­
tatono» en la música de nuestros indios. ciar con el producto de la Costa del Bálsamo
(en los pueblos de habla pipil todos: Cbil-
En el segundo ejemplo de esta misma
tiúpan, Cuisnáhuat, Jicalapa, Mízata, etc.), tra­
variedad, vemos la forma más avanzada, no­
jeron estas modalidades o cantilenas de los
tándose desde luego por la extensión de su
países del Sur, o ellos las llevaron allá de
melodía, su evolución de la conquista para
estos pueblos de la Costa Balsamera.
acá. En las dos formas, es ejecutada aún
ahora en los diversos lugares del territorio Lo más probable es, que unos y otros
de los Izalcos, y se necesita de mucha aten­ interpolaron sus modalidades.
Sucede con mucha frecuencia que en al­ TEHUELCHES (tribus de la confederación
gunas variedades de música indígena, se en­ araucana), y con ciertos temas INCASICOS”.
cuentran las dos formas o «modos» mezclados,
“Además de la semejanza de caracteres ya
es decir: unos compases en forma verdadera­
señalada, se nota en los aíres recogidos por
mente «pentatonal» (cuatro u ocho) y el resto
María de Baratta, fuera de ese «aire de fa­
del tema melódico en extensión de «tónica»
milia» que grandes etnofonistas europeos han
a «quinta». A veces se prolonga hasta la
encontrado en el «MELOS» americano autóc­
«sexta» nota o sea el último grado de la
tono, la curiosa PROPENSION AL DES­
«pentatóníca», pero empleando el «semitono»
CENSO que se nota casi siempre, en la ex­
que está después del «tercer grado» en el
presión musical del indio americano.” — Jesús
«pentatono».
Castillo. — Quezaltenango, 3 de Marzo de 1934.
Este mestizaje es muy corriente, sobre todo — «Cronos» No. 511.
en los «sones» que tocan en la llamada «His­
Las materias que componen este estudio
toria de Moros y Cristianos», en que se oye
las vine compilando, investigando y estudiando
restos de música completamente arcaica y va­
desde hace 21 años, con muy serias dificul­
riantes con ritmos muy criollos.
tades para mí, pues no encontré ni un solo
* dato, ni nadie que me guiara en el camino
* *
que me había impuesto, decidida a no retro­
Para terminar, voy a transcribir el último
ceder.
párrafo de un juicio que don Jesús Castillo
(ya varias veces citado) publicó en el perió­ Mi marido y compañero Augusto Baratta»
dico áltense «Cronos»: era en aquel tiempo Director de la Construc­
ción de Grupos Escolares, (nombramiento que
“Los conceptos aquí vertidos no constituyen
recibió del Dr. Alfonso Quiñónez M.) y como
propiamente una critica de su obra tan valiosa,
tenía que viajar por diversos lugares de la
sino un simple estudio comparativo de la estruc*
República, me interesó por las fiestas de indios
Zura y demás caracteres afines al «MELOS»
autóctono de El Salvador y Guatemala (del cual que él había visto en sus excursiones, y desde
María de Baratta y yo bemos sido, respecti­ ese momento,’siempre que había alguna cele­
bración en un pueblo, emprendíamos viaje
vamente, únicos investigadores), expongo mi
opinión al respecto, labor que emprendo con juntos, con el equipo necesario de máquina
la ayuda de una colección completa de temas fotográfica, libretas para dibujar y escribir»
cuadernos de pautas y diapasón, etc. Muchas
melódicos de toda la América pre-colombina.”
veces aconteció que al regresar, nos trajéra­
“Resumen: hay en las compilaciones de mos consigo a uno o dos músicos indios,
María de Baratta semejanza con las existentes costeándoles la permanencia en la capital,
en tierra mexicana. Esto es natural, por ser mientras venían todos los días a tocar lo que
los PIPILES de El Salvador, descendientes les bahía oído en su pueblo, para estudiar
de la famosa civilización tolteca. Los hay mejor y estar bien segura de la fidelidad de los
también análogos a los de la región MAM motivos que tomaba, pues hace veinte años
de Guatemala (el grupo MAM está clasifi­ no existían aquí las máquinas grabadoras, y
cado dentro de la gran familia maya-quiché), aún ahora es muy difícil conseguirlas.
y por último, los bay del género que parece
Desde entonces, vengo en este esfuerzo sin
inspirado en cantos de pájaros, muy análogos
a los que «furtivamente» suelen sorprenderse pausa, visitando bibliotecas, pidiendo libros,
en los indios más huraños de Guatemala.” consultando en labor de intercambio con mu­
chos especialistas del Continente, pero más
“Por último, hay en las compilaciones de que todo, visitando continuamente los am­
la acuciosa etnofonísta cuzcatleca, algunos te­ bientes en donde me ponía en contacto con
mas autóctonos ajenos al material folklórico los ejemplos vivos, tan necesarios para mis
guatemalteco, y en los cuales, sin embargo, estudios. Sin embargo, nunca había querido
noto y SIENTO la procedencia americana dar publicidad a este trabajo, pues siempre
pre-colombina, principalmente en su número 5°. que be vuelto a poner los ojos sobre mis
(que corresponde en esta clasificación al No. 3 apuntes, algo be tenido que rectificar y cam­
de este Cuarto Grupo) y en el que encuen­ biar. He sido rigurosamente exagerada en
tro alguna semejanza con ciertas cantilenas el rebuscamiento de datos que me dieran la
confirmación de mis observaciones. M.e puse pues para entender la cosa más sencilla, es
a estudiar la lengua pipil para granjearme la necesario cultivarse, familiarizarse y adentrarse
confianza de los indios, y conocer mejor la en ella. Nosotros, acostumbrados desde que
psicología de sus expresiones; desde entonces nacemos, a oír música revestida con ropajes de
también nos interesamos, mi marido y yo, por la cultura occidental, ¿cómo vamos a descubrir
la Arqueología, y hoy día tenemos un modesto belleza en la otra, en que se puso empeño
museo con bellos ejemplares de la civilización no sólo en olvidarla, sino en menospreciarla?
maya, y la azteca-pipil de nuestro territorio. Pues en contra de todos esos prejuicios
Todo acopio que se baga de conocimientos me lancé a la empresa de salvar los últimos
es poco para lo que se necesita en esta espe­ vestigios de la música de mí raza. Humilde,
cialidad. El panorama del folklore es inmenso; pobre, rudimentaria, pero expresiva en medio
su estudio, cuestión de una vida, y no alcanza, de su tosquedad. Abora, Cuzcatlán no apa­
pero más grande todavía, es el deber de res­ recerá ante las otras naciones del mundo ci­
ponsabilizarse imponiéndose disciplina en el vilizado, sin su expresión propia. Abora la
trabajo y visión integral y humana para la juventud estudiosa que viene tras de nosotros
realización de la empresa. no achacará a negligencia y olvido, el no ba­
Desde bacía muchos años veía con dolor ber sido capaces de salvar los restos de vida
de verdadera cuzcatleca, que todos los países tradicional, por pobres que éstos sean.
cultos de la humanidad mostraban con orgullo La ruta está trazada, los surcos abiertos;
la expresión genuina de su música vernácula, la cosecha depende de vosotros. Fomentad
unos, y otros, por lo menos, la historia y los las formas vernáculas, que los artistas com­
restos de lo que fué la música de sus ante­ positores vengan a ennoblecerlas y a elevarlas.
pasados. Todos los grandes genios musicales se empe­
En mi país ba habido muchos que han ñaron en esto. Fomentad también el folklore,
negado la existencia de música vernácula pero no ridiculizándolo, sino mejorándolo, para
(ignorando que no bay país de la humanidad que algún día sea el representativo de un
que no baya tenido sus expresiones propias digno aspecto del arte nacional.
en el arte y artesanías, por rudimentarias y El notable escritor argentino y científico
pobres que éstas sean), pero lo que es peor, folklorista Augusto Raúl Cortazar, muy sabia­
que oyendo el humilde pito de caña acompa­ mente nos dice: “El saber cómo era la carreta,
ñado del tambor o de un «tepunahuaste», no significa renegar del avión. Pero es pro­
dicen: “¡éso no es música, yo no le encuentro pósito engañoso y hueco, renovar los medios,
gracia a esa jerga de indios, ni la entiendo! ’ modos y sentidos de nuestra cultura, dejando
Por ahí debieron baber comenzado; lo último a nuestra espalda el vacío de una culpable
sí es verdad: ¡no la entienden! Muy justo; ignorancia de lo que fué”.
SECCION DE FOLKLORE
MUSICAL O FOLKVISA
Nuestro Folklore Musical o FOLKVISA, de la conquista, formó parte sin duda en el
con sus tres raíces originarias (aborigen, es­ «El Mitote», llamado después «Areyto», de
pañola y moro-africana), fué acentuando sus los grandes ceremoniales de nuestros indios
contornos y características, basta fijar su per­ en su gentilidad, y en la época actual sigue
sonalidad y modalidad inconfundibles, en cada teniendo su jerarquía en las ceremonias y
una de las épocas en que nació, desarrolló cultos católicos en los pueblos indígenas.
y evolucionó, basta nuestros días.
El fervor de nuestros indios por la música
Compilados ya, y analizados nuestros bai­ no ha muerto, a pesar de los pesares; en me­
les, sones y canciones populares (como se ba dio de todos sus infortunios es lo único que
visto una parte en la Sección Etnofonísta, y les queda, el consuelo de refugiarse en la
acabaremos de ver más adelante), esta clasi­ herencia musical de sus antecesores y el
ficación, espero, llegará a completar la obra anhelo de perpetuar este rayo de luz espi­
de su afianzamiento. ritual que no habrá nada que pueda extin­
Nuestra música autóctona, une a la origi­ guirla.
nalidad del diseño melódico, cierto hieratismo Los pueblos nuevos de esta América nueva
y aire ritualístico en el ritmo. es precisamente en la música de donde deben
El «son», ba sido y sigue siendo la forma esperar la salud, porque la música es la revo­
menos adulterada de nuestra música autócto­ lución inmediata del espíritu que vive poco
na, cultivado y conservado desde época anti­ de abstracciones, que es profundamente tribu­
quísima, por nuestros indios músicos, que lo tario del ambiente étnico, que se entroniza
lian ido legando unos a otros de generación siempre por la fuerza tradicional en todas las
en generación, por el único medio: la me­ civilizaciones, dándonos por resultado ese acen­
moria y el oído. to inconfundiblemente propio, que es lo que
La música del «son», tiene carácter propio, ansiosamente busca actualmente la aspiración
y es ejecutado en instrumentos indios, que de todo el Continente Americano.
realzan y afirman su personalidad. Los ins­ “La pintura y las artes imitativas tienen
trumentos indispensables para esta música una tradición por crear, a fin de llegar a tra­
autóctona, siempre ban sido: el tepunabuaste, ducir la visión nueva de un espectáculo nuevo;
el tambor, el ataualné, el atabal, la botijuela pero la música podrá contentarse con recoger
o cántaro, el sacabuche, la sambumbia, el pito y conservar la herencia de una tradición se­
de caña, la chirimía y la trompetilla (pito de cular, fuertemente ligada al hombre y a la
caña pequeño). tierra.
Actualmente en algunos lugares intervie­ El Salvador como Guatemala pueden na­
nen la guitarrilla o cuatro, la guitarra y un cionalizar su arte más fácilmente que las otras
violín acompañado de una guitarra o de un naciones de la América Central: la uniformi­
acordeón. Y en las grandes fiestas llevan a dad por una gran mayoría de raza, con len­
toda la familia de los instrumentos percutores guas indígenas existentes todavía de grupos
como la tortuga, la charrasca, sonajas, etc. raciales, y una tradición muchas veces secu­
Muchos son los sones con diferentes rit­ lar que es común a los diversos pueblos que
mos y nombres en todos los pueblos de nues­ antes formaron el antiguo Imperio Maya, y
tro territorio, pero se diferencian todos por los no menos grandes cacicazgos de Cuzcatlán
sus características esenciales de cada grupo y de Guatemala; en estas dos Repúblicas to­
de raza, y por la psicología y forma de cada dos los grupos raciales que mantienen latente
«no al ser bailados. el gran poderío de los Maya-Quichés y de los
Este género del «son» fué siempre un baile Nahoa > Toltecas y Aztecas, bacen que para
de patrón puramente indígena; en época antes estos dos pueblos hermanos sea factible crear
el tipo de cultura más fácilmente nacionaliza- rica ni unidad de raza, ni unidad de tradi­
ble, que las otras parcelas de Centro América. ción artística, y las condiciones del medio
Guatemala como El Sal vador, poseen un no son las mismas en todas partes. Ha habi­
tesoro inagotable en su folklore indígena (más, do intercambio entre los pueblos indo-latinos,
Guatemala que El Salvador), que debe servir pero aunque ciertas modalidades tengan cierto
de base a la estructuración de tipos nacionales. parentesco entre sí (esto se nota más en las
modalidades de origen colonial), cada pueblo
Podremos sin el esfuerzo de una recons­
y cada raza tiene sus características distintas.
trucción artificial, alcanzar un halagador re­ Pero Centro América, en donde se extendie­
sultado, sabiendo aprovechar la realidad viva
ron las dos ramas de la gran civilización
de 1 o que actualmente tenemos, gracias a la
tolteca-naboa, y la poderosa civilización maya
persistencia de los caracteres psicológicos de
desde Yucatán, Guatemala, Honduras y El
la raza que ha permitido conservarla en toda Salvador, si se nos ofrecen las huellas de
su pureza, a pesar del tiempo y de los aten­
estas grandes civilizaciones anteriores a la
tados que se han becbo para hacerla desapa­
conquista, dignas de ser tomadas en conside­
recer.
ración como antecedentes de un nuevo ideal
El indio pipil y lenca de Cuzcatlán, como artístico; la posibilidad de un ideal propio
el indio maya-quiché de Guatemala, danzan varía, necesariamente, a medida de la diver­
y cantan, ejecutan su música y practican sus sidad de condiciones étnicas y de la mayor
ceremonias como lo hacían sus antepasados o menor influencia de una tradición artística
y se encierran en su dolor mudo de haber
Creo que hacer el esfuerzo de un ensayo
perdido su antiguo esplendor, sus tierras, y
de nacionalizar el arte en Centro América
su libertad para actuar y hablar.
no es tarea difícil: la uniformidad casi abso­
Y esta legitimidad espiritual, que insiste luta de razas, de lenguas, y una tradición
y reafirma la continuidad psicológica de la muchas veces secular, que es común a todos
raza, constituye la herencia más preciosa de los pueblos que formaron el antiguo Imperio
nuestros pueblos. de los mayas y el recorrido glorioso de los
En los países centroamericanos herederos na bo as=toltecas por Centro América, bace del
de la civilización maya y tolteca = azteca, en Istmo Central el tipo de cultura más fácil­
do nde quedaron los restos de la música indí­ mente nacionalizable de la América Latina.
gena mejor incrustados, ba sido en Guatemala El indio pipil de nuestro territorio está
y El 5 aívador, pues en los otros países de allí, en todos los pueblecitos de los Izalcos
Centro América prevalece más la música crio­ y en otros lugares en donde se habla la len­
lla, nacida del mestizaje a raíz de la conquista. gua nabuatl; cantan en música humilde, pero
Esto se debe a que en Guatemala como en expresiva, las glorias de sus antepasados; hay
El Salvado r es en donde aún se encuentran piedras grabadas que recuerdan el culto que
el mayor número de grupos raciales, que ce­ rendían en homenaje al sol; siguen llorando
losamente han guardado lo que es suyo, lo el perdido esplendor de la raza, con las mis­
que les legaron sus antepasados. mas palabras, la misma lengua y casi con los
En resumen, podríamos clasificar la música mismos ritos de sus antepasados, triunfando
centroamericana, así: en Guatemala, indígena así de las influencias perturbadoras de la
pura y criolla; en El Sal vador, indígena pura música de los conquistadores; más tarde, de
y criolla; en Honduras, indo-colonial y criolla; la música criolla, y, finalmente, todas las for­
en Nicaragua, criolla y afro-caribe; y en Costa mas de la música de las culturas extranjeras;
Rica, criolla y españolizada, por su colorido y esta legitimidad espiritual, que restablece
y ritmos. y afirma la continuidad psicológica de una
La obra de nacionalización en América raza, constituye la herencia más preciosa de
Latina comprende la casi totalidad de un ese grupo de nuestros antepasados, y de to­
Continente, pero atraviesa todas las zonas, dos los pueblecitos pertenecientes a los pipil-
con diferentes posiciones topográficas y con toltecas.
todos los climas, que abarca pueblos de con­ Aumenta la dificultad del problema en
diciones étnicas y sociales tan diversas, que los lugares donde coexisten la música neta­
toda generalización degeneraría en falsa y mente indígena y la música criolla, resulta­
peligrosa. No se encuentra en toda la Amé­ do esta última del canto indígena, de las can-
cíones y motivos musicales españoles y de en ella los instrumentos originarios que son
algunos resabios de la música moro-africana. asimilables al conjunto sinfónico, para bacer
Pero en los pueblos o lugares en donde pre­ un clima especial y ambiente adecuado a la
domina la población indígena y donde existe obra que se ha de ejecutar.
una tradición originaria, la solución se reduce Queremos deslindar de una vez por todas,
a explotar el folklore indígena o la música el error de confundir ciertas formas musica­
autóctona, que es mucbo más rica y repre­ les, así como adaptar mal las expresiones que
senta una más perfecta expresión de la raza siguen: “música salvadoreña” (es decir, arte
que la música criolla, teniendo, además, todo propio o música nacional, como si dijéramos:
el sabor que le dan los siglos. En México, música polaca o música rusa); “música autóc­
Guatemala y El Salvador, la solución se im­ tona” y “música folklórica”.
pone en favor de la música indígena; en los
otros países de Centro América tendrían como Son muy frecuentes estas expresiones, que
base la música indo-mestiza o criolla. muchas veces no encajan refiriéndose a cierta
clase de música a la cual vamos a designar
Se bace necesario dividir los países centro­ con cualquiera de estos nombres.
americanos, según su tradición exclusivamente
indígena, en pueblos de tradición criolla y Vamos a referirnos a la primera expresión:
afro-caribe o mora, y en pueblos de tradición “música salvadoreña .
indo-criolla o moro-bíspánica, según predomine Es un error muy generalizado el que ba
el carácter indio, el criollo, el español o el becbo considerar como “arte propio” a toda
moro-africano. Pero creo no equivocarme de manifestación inspirada por un tema nacional.
que la influencia melancólica y nostálgica de El carácter nacional de una obra no depen­
la música indígena es la que vencerá; tal vez de del tema mismo (aunque sea salvadoreño,
en otros se sentirá el lejano sabor oriental sino de la forma, del sentimienta propio den­
del canto moro-español; y más al Sur, senti­ tro del cual ba sido tratada, pero sería igual­
remos la orgía rítmica y la sensualidad insa­ mente falso, y un error todavía más grande,
ciable y frenética de la música afro-caribe, sostener o afirmar que la música nacional
que, si no tiene una destacada melodía, ba puede inspirarse indistintamente y con el mis­
enriquecido de Panamá bacia el S ur, con un mo éxito en todas las fuentes. ¡No, de nin­
desencadenamiento de ritmos a la mayoría guna manera!
de los países de Las Antillas y de la América La música nacional, basada en el arte
del S ur. En Centro América solo Nicaragua nativo o popular (ya sea autóctono o folklórico)
y Costa Rica creo que ban tenido un carácter tiende bacia un cierto realismo que la lleva
moro-español más marcado. a buscar en el drama lírico y en el poema
Son insospechadas las posibilidades que sinfónico o en el ballet, sus formas de ex­
el Arte Centroamericano tendría, si se em­ presión más adecuadas. En Centro América,
prendiera una justa científica y bien orienta­ el ballet o el poema sinfónico bailarán un
da, en el folklore y estudio de los últimos amplio campo de inspiración en los poemas
vestigios autóctonos de música indígena, para, y bailes indígenas o en la descripción impre­
con este material, empeñarse esforzadamente sionante de nuestro panorama; y el drama
en la formación o creación de un Arte ver­ lírico podría cantar los rituales y leyendas
daderamente Centroamericano. de las antiguas civilizaciones maya y tolteca-
Teniendo además la ventaja de que son pipíl, la bizarría épica de la conquista, la se­
muchas las iniciativas que en el campo de la ductora galantería de la época colonial, la alta
instrumentación son permitidas a la música y sublime abnegación de los misioneros reden­
latino-americana. Esa causa inevitable del lazo tores y por último la turbulencia dramática
íntimo que liga siempre el fondo a la forma de 1 as democracias en formación o las des­
en todas las manifestaciones del Arte por sus vergonzadas y crudas tiranías.
relaciones entre el color y el diseño, obliga “Nacionalizar no quiere decir excluir, y
a los compositores y músicos americanos a nada sería más pernicioso y estéril en Amé­
buscar en la familia de los instrumentos que rica Latina, donde las tendencias virtuales
forman la orquesta, el colorido particular o del espíritu son todavía confusas, que cerrar
característico que corresponde al giro musical, el camino a la influencia extraña. En todo
o bien bacer que intervengan directamente tiempo, y mientras las corrientes de afuera
no arrastraron a una imitación servil, la corn- sectores sociales sin saber cómo ni cuándo,
penetración espiritual con otros pueblos, el adueñándose del alma popular.
contacto de alma con alma, no bizo más que La música folklórica es la consecuencia de
exaltar la suprema satisfacción de encontrar una situación etnológica especial, formando
el acento personal . un arte que lleva por sello los recuerdos,
Esta compenetración espiritual me parece costumbres y el ascendiente racial, transfun­
más asimi labl e con el pueblo de la Madre diéndose simultáneamente con gran facilidad,
Patria (España), que con ninguno otro pueblo dada la idiosincrasia de la raza, como tam­
por las afinidades de sangre, lengua y psico­ bién las características sobresalientes del am­
logía traídas ya desde la conquista. Nunca, biente, la naturaleza y el clima. El concepto
por ninguna causa o razón, deberíamos de de “música folklórica” es más amplio, pues
distanciarnos de esta compenetración espiri­ encierra, como sabemos, todas las manifesta­
tual y cultural de la Madre Patria, pues ciones del pueblo y, por consiguiente, también
nuestro espíritu latino y también nuestro la música criolla y la música indígena, inclu­
sentimiento racial están fuertemente ligados, yendo desde luego el “canto popular”, que tam­
con lazos de sangre, a esta gran nación que bién es un producto espontáneo del pueblo,
es España. Nuestra incipiente cultura tendría escogido y adoptado por selección de formas,
que aprender mucbo de las naciones sajonas, que supo llegar al plano emotivo de las gen­
no digo que no, pero nunca serían tan asi­ tes, y la expresión típica del carácter étnico.
milables como las de nuestras afines España, No bay que confundir el “canto popular” o
Italia y Francia. El alma latina es toda y “música popular”, con la música popularizada
única en todas estas naciones que llevan el o populachera, como algunos la designan.
sedimento de nuestra psicología, y la América En lo que concierne a la música pre-colonial
el atavismo de la sangre española. que constituye, como ya hemos visto, un caso
extraordinariamente excepcional de manifes­
Volvamos a nuestro asunto y sigamos con
tación autóctona en nuestros pueblos de in­
la segunda expresión: “música autóctona”.
dígenas, cuyas propias condiciones de vida
De este modo sólo debe llamarse aquellos
los ban puesto al abrigo de mayor contacto
rarísimos especímenes o variedades que por
de extraños al grupo de su raza, no puede
su escala, modos, su estructura y originalidad
existir confusión posible.
inconfundible de sus giros melódicos al ser­
vicio de invariables ritmos ya bistóricos, se Definidos ya estos vocablos o expresiones
ban clasificado como los últimos vestigios o que con frecuencia se ban aplicado mal, sólo
restos de nuestra raza antes de la conquista. nos resta decir unas pocas palabras sobre el
Aún entre la música indígena, es muy difícil folklore musical o folkvisa.
determinar y deslindar cuál es lo autóctono Volviendo al terreno nacionalista y dentro
para distinguirlo de lo criollo o mestizo; re­ del criterio del folklore, es necesario también
sultando, después de muchos exámenes, com­ bacer otra distinción de valiosa importancia
paraciones o análisis, que lo autóctono puro (?) para definir claramente las formas de las
se reduce a unos tres o cuatro compases composiciones folkl óricas.
solamente, y ya es mucbo. No hay que confundir en un escrito o im­
El calificativo de autóctono, es una expre­ preso musical, lo que es «folklore-imitación»
con lo que es «folklore-creación». Lo primero,
sión que bay que aplicarla con sumo cuidado
y con muchas reservas, pues nos arriesgaría­ es una copia fiel o fotográfica de un motivo
mos a que se nos tomase por ignorantes o por folklórico, sin quitar ni poner nada de lo que
lo menos pareceríamos pecando de candidez se ve y oye, siendo producto exclusivamente
del pueblo o grupos del pueblo, de autor com­
o ligereza.
pletamente anónimo. Lo segundo, o «folklore-
Entremos abora a la tercera de las expre­ creación», es la obra de arte de inspiración
siones; “música folklórica . folklórica, creación de un artista individual.
La música folklórica es aquella que canta “Hay que diferenciar entre contenido y ves­
o toca el pueblo en los ambientes de cada tidura”.
lugar de nuestro país, y que viene repitién­ Para terminar, volvamos a la labor del
dose desde épocas muy lejanas, o que repen­ folklorista, que no es ni debe ser una labor
tinamente nacen también en cualquiera de los de gabinete (como la han realizado muchos pu-
blicistas), pues éstos incurren en una serie naciones que se dirigen bacía el trópico, y
de faltas y equívocos, que a pesar de rectifi­ que abarca en sus proyecciones la mayor
caciones ulteriores, ya ban cometido el error parte del mismo.
de divulgar entre la juventud estudiosa, datos Vasconcelos ba calificado a este movimien­
falsos y equivocados que no bacen más que to de “retorno bacía el trópico , o sea, de
torcer el camino bastante delicado para la vuelta a una tierra que en otros tiempos fué
realización de estos estudios, deformando con­ cuna de grandes civilizaciones y regazo ma­
ceptos y basta nombres importantes de ritua­ ternal de magníficas culturas .
les o instrumentos, que traen por consecuen­ Esta trasmutación de valores espirituales
cia la confusión histórica. La labor del folklo­
va imprimiendo un carácter nuevo al espíritu
rista requiere, además de la preparación pre­ de la cultura. Centro América, la parte más
via, realizar excursiones prolongadas, consta­
tropical del Continente, late en ella un fervor
tando personalmente todos los ejemplos que
de vida, luz, color, aire, alegría, fogosidad,
están a nuestra vista: investigar, palpar, con­
ritmo, movimiento, actividades multiplicadas,
vivir y estudiar en intima amistad y compe­
riqueza de matices y expresiones, panorama
netración con el grupo de raza al cual nos
variado y siempre interesante, pujanza y desen­
dedicamos, y no basarse en el testimonio de
volvimiento. Sólo nos falta en arte, querer
segundos y terceros, que casi siempre por
ser, y enderezar nuestros pasos con optimis­
mal interpretados deforman hasta el dato más
mo hacia una acción positiva de trabajo crea­
sencillo. dor que sea el devenir consecutivo de esa
En cuanto a la labor científica a desarro­ corriente renovadora, pero empapado del espí­
llarse, ésto ya es cuestión que requiere no ritu fuerte y emotivo de nuestra tierra y nues­
sólo muchos años, sino que depende tanto de tra raza.
la preparación como del carácter y tenacidad Centro América tiene un pasado porten­
en el estudio para lograr un resultado. En­
toso y aunque de él no nos ba quedado sino
contrar el camino bacía sí mismo es lo prin­ los vestigios de sus templos, el misterio de
cipal para que llegue a cristalizarse el ideal sus jeroglíficos, y bajo el arco del ensueño,
nacional del folklorista, además de la inicia­ la leyenda macera, los pétalos de las fatalida­
ción inmediata y la dedicación de muchos años. des ancestrales y devana el hilo de la música
La formación de un arte centroamericano de las fiestas litúrgicas carcomidas por la he­
sería, además de crear una faz original entre rrumbre de sus katunes, tenemos en cambio
las otras naciones del Continente, la conquis­ los recuerdos algo más recientes de la con­
ta de llegar al plano de las naciones cultas, quista, tratándose de una corriente esencial­
tanto más que en nuestro suelo palpitó anti­ mente latina que motivó este trascendental
guamente la expectante grandeza de aquellas como histórico suceso del retorno hacia el
civilizaciones Maya, Tolteca y Azteca, que aún trópico, en donde vemos el heroísmo de los
en el presente siglo siguen siendo motivo de hombres que en él participaron: el acierto y
profundos estudios y admiración de la b u- la visión superior con que procedieron en la
manidad entera. El eminente traductor del mayoría de los casos, en el establecimiento
Popol-Buj, Profesor George Raynaud, dice de nuestras colectividades humanas, en el cre­
en la introducción de su obra: “Nos bastaría do cristiano y las enseñanzas del Divino Na­
estudiar la gran civilización centroamericana zareno, y en la nueva cultura, nacida del suelo
y su bija, relativamente inferior, la mexicana, que les dió nutrición y albergue.
para convenir en el valor intelectual, en la La historia y los monumentos coloniales
superioridad, quizás, de los indígenas del Nue­ que aún hablan de las dos razas que cruza­
vo Mundo”. ron sus itinerarios por estas tierras de barro
La evolución producida de un siglo a esta y jade, ardida en el centelleo de la luz del
parte, pero sobre todo en los últimos veinte trópico, “nos dan idea de la gran capacidad
años en América Latina, nos está imponiendo constructiva del temperamento ibérico y bas­
el deber a los centroamericanos de no quedar taría citar la literatura esencialmente ameri­
rezagados en esa marcha acelerada, en que cana de nuestros cronistas y misioneros, sur­
cada una de las otras naciones aparece con gida exclusivamente debido al gran tacto, a
su personalidad cada vez más definida, notán­ un espíritu conciliador, previsor y casi siem­
dose una corriente muy pronunciada de otras pre protector de los indios”, a los procedí-
mientos equitativos e imparciales, a la adap­ El, el indio, es bilingüe; y nosotros, olvi­
tación inmediata al clima y al ambiente. damos o no supimos nunca el idioma nativo,
“Allí están como testigos silenciosos, pero y hablamos sólo un idioma, el castellano y lo
demasiado expresivos, los elocuentes contor­ hablamos mal.
nos y sólidas líneas de la arquitectura colo­
El indio sigue tocando y bailando su mú­
nial. La reciedumbre de este estilo arquitec­
sica nativa y criolla, y algunas veces hace la
tónico puramente americano, nos demuestra
tentativa de imitar algunos trozos de la mú­
inmediatamente la unidad del pensamiento
sica que está de moda; nosotros no conoce­
ibero-americano a pesar de las grandes dis­
mos la música nativa, y lo que es peor, tam­
tancias que separaban a España y América.”
poco hemos sabido conservar y desconocemos
Allí están también, para expresarlo mejor
también la música criolla o colonial. Por esta
que las palabras, las iglesias coloniales de
México, Guatemala, El Salvador (tan bella­ causa, se han perdido muchas de las formas
mente descritas por la poderosa pluma de tradicionales criollas, y si contamos todavía
nuestro artista Alberto Guerra Trigueros) y con restos de música indígena, música criolla
tantas, tantas otras en todo el Continente y folklore, casi podríamos decir que se lo
latinoamericano, cuyos vetustos conventos con debemos a esta persistencia indígena de venir
sus subterráneos derruidos a modo de brazos desde bace siglos repitiendo sus tradiciones.
rendidos por el cansancio, descansan de los La indiferencia por conocer la música nativa
rigores de la vida colonial y rumian la tris­ y criolla en algunas personas que se llaman
teza de su abandono en el más protundo cultas y por todos en general, no sé cómo
silencio. Pero a pesar de todo siguen a tra­
explicármela: ¿será apatía, poco amor a la
vés de los siglos pregonando con la elocuen­
Patria o qué sé yo? Para terminar recorde­
cia de sus líneas la grandeza y la té que
mos las palabras del gran americanista Curt
realizaron el milagro de aquellos monumentos
Lange:
del arte arquitectónico.
Es admirable cómo el indio en su aisla­ “Pero esperamos que la naturaleza y el
miento y rusticidad, practique siempre y con clima hablarán la última palabra, pues son a
gran té, las enseñanzas religiosas traídas por la vez paisaje y escenario, visión plástica y
el abnegado misionero español, y además, al acción múltiple y son también los que inten­
encontrarse con personas ladinas o blancos, sifican nuestra capacidad espiritual, transmi­
él les babla en «castilla», y volviendo a su tiendo calma e inquietud, en suprema armo­
pueblo, entre los suyos babla su idioma nativo. nía, y con ellos, un hálito de lo eterno”.

LA CULTURA PRE-HISPANICA DE CUZCATLAN


La cultura pre-bíspánica de Cuzcatlán debe Girard es quien con sus profundos estu­
estudiarse situándola en el tiempo de las dios ba venido a confirmar la tesis sostenida
grandes culturas de México y Centro Amé­ por la escuela de americanistas mexicanos,
rica, dado que los caracteres fundamentales de que las grandes culturas de México pro­
de las altas culturas de nuestro territorio ceden del Sur (Centro América), idea emitida
coinciden y son afines en lo general con por primera vez por el Dr. Alfonso Caso,
aquellas culturas. Por estas razones se in­ tomando cuerpo esta tesis en la Segunda Reu­
cluye a todas ellas en la extensa zona cultu­ nión de Mesa Redonda, celebrada en Tuxtla
ral de Mesoaméríca. Gutiérrez en 1942 (Temario: Mayas y Olmecas).
El tema de algunos capítulos de este en­
sayo ban sido el estudio de la zona, límites En esta misma Segunda Reunión de Mesa
y caracteres de nuestros grupos raciales con Redonda de la Sociedad Mexicana de Antro­
relación de las otras culturas de Mesoaméríca, pología, después de estudiar todos los hori­
sus rasgos fundamentales y relaciones, así zontes culturales estudiados en México y Amé­
como señalar el horizonte cultural al cual rica Central, limitaron el número de los ho­
pueden baber pertenecido algunas de las ma­ rizontes a cuatro: el horizonte Arcaico, el
nifestaciones culturales de nuestros indios. horizonte de Teotihuacán, el tercer horizonte
que los arqueólogos llaman de Culturas Loca- “El cuarto horizonte, o Mixteco-Puebla
les, y el cuarto horizonte o Mixteco = Puebla. (900=1500 d. de J. C.) fué en el que aparecen
LI más antiguo de esos horizontes cultura­ por primera vez los objetos de metal, se baila
les de Mesoamérica es el Arcaico (200 d. de J. C.), frecuentemente la cerámica plomiza (plúmbica
el cual tiene como uno de sus elementos típi­ o plumbate), y en algunas zonas, los códices,
cos la cerámica modelada, y se divide este o escritos jeroglíficos, son la expresión del alto
horizonte cultural en cuatro zonas: la Oriental, nivel logrado por el pensamiento indígena”.
de la cultura de La Venta, antes llamada «OI- En este horizonte de la época Mixteca-
meca»; la Arcaica o cultura media, del centro Puebla surgió el gran Imperio Tolteca que
de México; la Occidental o de El Opeño; y
logró ejercer gran influencia cultural hasta
el complejo cultural pre-mayance o Q., cuyos
regiones muy distantes. Sus forjadores, los
límites son difíciles de determinar.
náhuat, le dieron una difusión tan amplia a
Son tres las grandes culturas que emergen su propia lengua, que ésta se llegó a hablar
del fondo común denominado «horizonte Ar­ no sólo en muchos lugares de México y Cen­
caico», las cuales parecen haber dominado casi tro América sino basta Panamá. De Tlapallán
toda el área mesoamericana. Ellas son: la llegaron los Toltecas, y Teotihuacán fué la
Teotihuacana, la Mayance del llamado Viejo sede de este gran Imperio, fundando también
Imperio, y la de Monte Albán en su época la ciudad de Tula, Hidalgo, el cual logró
de auge. ramificaciones e influencias que llegaban hasta
El segundo horizonte cultural de Teoti- Sinaloa en el Noroeste, y a Veracruz, en el
buacán (200 - 600 - d. de J. C.), y del llamado Sureste, así como en época postuma, a otras
Viejo Imperio Mayance en su primera época, regiones del territorio mexicano. Pero Tula
es decir, en las etapas Cbicanel y Tzakol, de sucumbió ante los Cbicbimecas, y la unidad
Ja cerámica de éste y en los períodos II y III política y el arte no logró consumarse sino
de la alfarería teotibuacana. mucho después con la confederación Azteca,
“Entonces son frecuentes las estelas con que se anotó una carrera triunfal de conquistas
fechas y otros glifos que fijan acontecimientos basta que sucumbió en 1521.
de importancia y, como denominador común, “A la caída de las grandes civilizaciones
se encuentra la llamada cerámica de anillo en pre-bispánicas, el área meso-americana se
la base. Esto sin contar con las manifesta­ transformó en un mosaico de culturas locales,
ciones locales propias de estas fases de auge, pero gracias a la arqueología se ba encontra­
como las monumentales construcciones olme- do un denominador común que ba logrado
cas de Teotihuacán y las exquisitas esculturas caracterizar el horizonte llamado de Culturas
y ciudades religiosas mayances de la cuenca Locales: los vasos pintados con figuras hu­
del Usumacinta, el Petén, Itzá y Copán.” manas, el cual permite establecer las relacio­
“A este horizonte cultural, en que la uni­ nes que existían entre las numerosas subdi­
dad de la concepción de algunas artes debe visiones culturales de la época”.
haber correspondido a una cohesión política Es muy importante tener presente estos
basada en conquistas, le siguió el tercer hori­ horizontes culturales en toda investigación
zonte que los arqueólogos llaman de Culturas indigenista; por eso no be vacilado en trans­
Locales (600 = 900 d. de J. C.), porque en él flo­ cribir estos valiosos datos de las conclusiones
recieron manifestaciones vernáculas en todas a que llegaron los científicos en la Segunda
las regiones de México y Centro América.” Reunión de Mesa Redonda celebrada en Tux-
El segundo horizonte cultural o sea el tla Gutiérrez, en 1942.
llamado Viejo Imperio Mayance, se extendió
Conociendo estos datos, nos será más
basta Guatemala, Honduras y gran parte de
fácil comprender y determinar la ubicación
nuestro territorio en El Salvador.
de las modalidades artísticas (danza, música,
Al tercer horizonte o de Culturas Locales etc.), para poder aproximarnos al origen de
pertenecieron todas las modalidades de aquella algunas de ellas. Al estudiar los grupos de
época con sus características particulares de raza de nuestro territorio con sus caracterís­
cada lugar, aunque coincidiendo todas con los ticas esenciales, analizando, comparando e in­
rasgos originales en los diferentes lugares de vestigando cuidadosamente, podremos orien­
Centro América. tarnos con menos probabilidades de fallar,
que sí fuéramos guiados por una corriente pués de cuatro siglos de contacto con los
fácil o aparentemente verdadera. europeos.
Todos los que nos hemos dedicado a la “La tradición constituye la fuerza vital
investigación de los diversos aspectos en el que le permitió sobrevivir y conservar sus
estudio indigenista, hemos llegado a constatar propios valores, pese a las condiciones ad­
que la cultura indígena es esencialmente tra­ versas en que se encuentra desde la Con­
dicionalista, pero también es al mismo tiempo quista, y gracias a la conservación del pasa­
tremendamente hermética, lo que ha impedi­ do en el pesente, podemos comprender lo que
do penetrarla profundamente, sobre todo des­ fué, durante la época arqueológica”.

ORIGENES Y FUENTES DE NUESTRO FOLKLORE


No es mi propósito en estos modestos nista Don Jesús Castillo en su profunda obra
apuntes, sentar afirmaciones absolutas; no, «La Música Maya-Quíché».
pues bien sé que en el campo del conoci­ “Hay también una preocupación que tien­
miento, todo es perfectible y sujeto a rectifi­ de a atribuir un origen importado a cuanto
caciones por aquellos que vendrán con más
aún perdura de la civilización maya-quiché.
preparación y mejores elementos, a escudri­ Esta preocupación es un verdadero efecto
ñar la verdad en el escabroso campo de estas
del prejuicio de razas y demuestra, además,
investigaciones.
un perfecto desconocimiento de la capacidad
Lo único que me ba llevado a este es­ mental del indio.
fuerzo es, a fijar conceptos y datos verídicos “Pero el argumento más contundente que
basados en cuidadoso estudio, respaldados ban creído encontrar los antagonistas del
por documentaciones que importa y se impo­ Melos maya-quiché, es la carencia de una
nen, para evitar torcidas interpretaciones que gráfica capaz de legar a la posteridad el len­
desnaturalicen los orígenes de nuestro folkore,
guaje sonoro de la raza.
extraviando el camino y desorientando a la
“Esta última objeción queda descartada
juventud estudiosa que viene tras de nosotros,
ávida de saber la verdad, para seguir después fácilmente —pese a su recalcitrante materia­
abriendo surcos más amplios y lejanos que lismo— con sólo recordar que ningún pueblo
los que pudimos ni aún soñar prehistórico dejó constancia escrita de sus
ideas musicales. Tal es, por lo menos, la
Hay algo más importante que el afán de
conclusión basta el presente. La gráfica mu­
notoriedad: la verdad tradicional. En el cam­ sical que boy conocemos fué legítima inven­
po de la historia no se puede ni se debe ción del ilustre Guido d’Arezzo, y esta inven­
bacer manifestaciones caprichosas, y cuando
ción no lleva más de un milenio de efectuada.
se trata de dar a conocer elementos y datos Hubo en la antigüedad países que produje­
musicales de nuestro país, bay que demos­ ron un fuerte acopio de temas folk-loríeos
trar con razonamientos técnicos, su autenti­ sin dejar rastro alguno de su gráfica y sin que
cidad, dejando a un lado el imperio de la por ello las ciencias de investigación les
fantasía, por la honradez impuesta de estricta nieguen su legitimidad y les desconozcan su
disciplina. procedencia. Podemos asegurar que cada gru­
Es de sumo interés para todos los que po racial del globo ha tenido su acervo mu­
nos dedicamos a esclarecer los orígenes de sical propio, escaso y rudimentario en algu­
nuestra música autóctona, así como nuestros nos de ellos, abundante y rico en otros. Pero
instrumentos, diafanizar todo aquello que se en ambos casos, los hechos comprueban cons­
refiere a los albores de nuestro folk-lore y tantemente una gran verdad establecida por
por consiguiente a nuestra cultura. plumas respetables: QUE LA MUSICA ES
Ha privado siempre el prejuicio en algu­ UN DON INHERENTE A TODO EL
nos, de adversar o negar la existencia de la GENERO HUMANO”.
música verdaderamente autóctona. A este Otro prejuicio más generalizado todavía,
respecto es muy oportuno transcribir lo que es la influencia moro-hispana, medíante el
di ce la autorizada pluma del notable etnofo- cual toda manifestación espiritual de nuestros
indios, no es más que un reflejo de la civili­ En las regiones indígenas de nuestro país,
zación ibera impuesta por los conquistadores; es donde la música puramente vernácula se
como sí la raza, nuestra raza, se hubiera re­ ba conservado más fuerte; en esas regiones
signado a dejar muertas y completamente es que, al calor de una intimidad familiar
sepultadas sus manifestaciones, tradiciones y dando expansión a sus sentimientos raciales,
costumbres, en que, no sólo ponían su alma, be podido escuchar en sus fiestas, las dife­
sino que constituían para éllos sus necesida­ rencias modales tan claramente definidas a
des espirituales, llegando a ser parte también pesar de la proximidad de unos pueblos con
de sus necesidades físicas. otros en nuestro territorio. En una de esas
regiones (en el pueblo de Cuscatancingo) pude
En los restos de nuestra música vernácu­
escuchar a un indio músico que habían lle­
la que aún se encuentran, los aportes de la
vado de Valle Mariona, tocar en un pito de
música indígena son más importantes que
caña, un «son» que comenzó con una escala
los de la música moro-africana, pues ésfa,
completamente «pentatonal»; be aquí la escala:
apenas si se vislumbra (y muy rara vez)
LA, 51, DO sostenido, MI, FA sostenido.
en algún motivo criollo, de algunos trozos de
la conquista para acá que acusan desde lue­ Escala que anoté inmediatamente, pues
go el mestizaje de mestizajes en la interpo­ vino a confirmar mis anotaciones que tenía
lación hispánica. de esta misma escala (pero transportada en
otra tonalidad) al analizar unos temas indí­
Lo que sí creemos y podemos asegurar genas tomados en años anteriores en los pue-
es, que les caracteres puramente raciales, aborí= bl os de Chalcbuapa y de Izalco.
genes, subsistieron íntegros, libres de toda in=
En mis primeras excursiones me fué muy
fluencia extraña, basta que se contaminaron e
difícil distinguir, en su música vaciada en sus
interpolaron (después de muchos años) con
instrumentos rudimentarios, dentro de algu­
la música española importada por los con­
nos ritmos más o menos españoles, el carácter
quistadores. Más tarde los dos factores (y
particular de la música indígena. Pero en mis
en muy pequeña dosis el moro-africano), el
continuas excursiones y familiarizándome cada
aborigen y el hispano, se fueron amalgaman­
vez más con los indios y sus instrumentos
do, llegando a tomar fisonomía propia merced
y la forma peculiar de sus interpretaciones,
a circunstancias en las que tuvieron que
pude penetrar poco a poco en el fondo y en
pesar influencias de nuestro trópico, de orden
el verdadero sentido de lo que oía y veía,
etnográfico, etnológico, geográfico, etc.
llegando a vislumbrar y sentir el panorama
De esta humilde modalidad que ahora espiritual de la música indígena basta llegar
presenta nuestra música vernácula, modelan­ a distinguir su personalidad particular.
do sus formas propias, robusteciéndolas, ele­ Allá en los últimos días de diciembre,
vándolas y dignificándolas, llegaremos un día en el corazón mismo del pueblecíto indígena
a constituir los diversos géneros en la unidad de Asunción de Izalco, protegido de contac­
de expresión, representativos de nuestra mú­ tos extraños, bemos oído embelesados el tun­
sica autóctona. tuneo del tepunahuaste, acompañando las dul­
La catarata ardiente de este sol tropical ces melodías del pito de caña, ai son de los
que nos baña, el susurro de nuestras mon­ cuales los indios cantan y danzan.
tañas, la cantilena de nuestros ríos y casca­ La música de ellos no tiene influencia ni
das, el trinar de nuestros pájaros, la prima­ europea ni africana. No se siente tampoco
vera de nuestro suelo, han sido y son, con en ella la ardorosa alegría de la música espa­
otros factores anímicos, el crisol donde se ñola. Aunque en la música de nuestros in­
fundieron los elementos básicos de nuestra dios, una primitiva alegría casi salvaje anima
musicalidad. Dice el notable folklorista sur- ciertas danzas, esta alegría no es igual a la
americano Vicente Rossi: “La lírica de los de la música española, pues tiene en el fondo
pueblos nace bajo la advocación del medio un dejo de melancolía característico de la
físico que los rodea, y en relación a la inteli­ raza nativa.
gencia de ellos, obtiene color y gama; así En las anotaciones que he logrado com­
es el llano, el bosque, el lago, la cascada, la pilar, al estudiarlas y analizarlas be llegado
cumbre, y nada de eso admite ser superado a comprobar, comparando las de una región
por ninguna influencia extraña”. con las de otras, que señalan heterogeneidad
estructural, pero esta discrepancia no acusa chas regiones del Continente Indo = Hispano,
influencias extrañas, sino el carácter racial como en los indios de la América del Norte,
del grupo al cual pertenecen y desde luego los tarascos de Michoacán, etc.
con su modalidad fuertemente definida. Esta De esta sexta nota colonial, y de la séptima
diversidad de tipos es la que me ha llevado que llegó con la cultura occidental, los indios
a clasificarlos en la forma que a continua- oyendo los cantos litúrgicos de los misioneros
ción se verá. católicos, los fueron utilizando, pero de ma­
Los indios puros son muy numerosos, pero nera muy especial, imprimiéndoles desde luego
abundan más los mestizos o ladinos. Lo mismo una nueva forma, que a nosotros conmueve
sucede con la música. El elemento hispánico más con la herencia indígena, que con la otra
que se interpoló a raíz de la conquista, en la española que llevamos en sí. La escala pen­
monodia india primitiva, ba modificado poco tatonal primitiva (aunque ya muy rara) con­
a poco su estructura, si bien quedan en ella serva sus privilegios y se mantiene intacta,
los fuertes rasgos indígenas. En los primi­ pues sigue viviendo en nuestros días, alter­
tivos toltecas, pipiles y lencas, la parte musi­ nando junto a la escala nueva.
cal íntimamente unida a la religión era muy Los dos sonidos agregados a los cinco pri­
considerable; esto lo advirtieron los misione­ mitivos han dado origen a un sinnúmero de
ros españoles y lo aprovecharon para catequi­ cantares criollos, que es en donde más se ha
zar a los indios, llegando a ser ellos los ver­ enriquecido el folklore de toda la América.
daderos conquistadores por medio de la música.
La honda expresión que se encuentra, so­
Acostumbraron a los indios a repetir la mú­ bre todo en algunos especímenes de música
sica religiosa y por esta influencia se operó en criolla, a pesar del mestizaje, no ba perdido
parte el mestizaje musical. En parte digo, el sabor y la tónica del abolengo indígena.
pues, en las mismas prácticas religiosas cele­
Un a causa que influye directamente sobre
bradas por los indios aún en la época actual,
los cantos y danzas indígenas, es la polifonía
bacen el culto a algún santo católico, emplean­
del siglo XVI. Las primeras manifestaciones
do sus danzas y música que sirvieron en lejana
de música mestiza datan de la época de la
época para sus idolatrías.
conquista. No hay que perder de vista que
Es natural que la religión católica impuesta
los conquistadores no fueron sino un puñado
a los vencidos haya impresionado profunda­ de hombres entre la enorme masa indígena,
mente el alma indígena, refugiándose en ella y que después, poco o poco, los indios fueron
como un gran consuelo, y reflejando su in­ replegándose en sí, más y más, por los con­
fluencia en el arte musical. Los indígenas tinuos sufrimientos, y la consecuente descon­
pasivos y resignados, aceptaron al menos apa­ fianza que aquéllos sembraron a su paso.
rentemente en su condición de sometidos, la
nueva religión, y al conocer los cantos litúr­ Este recogimiento tácito en todos los na­
gicos, fueron seducidos por la novedad del tivos, se hizo extensivo también a sus mani­
lenguaje musical que los formaba. Sin em­ festaciones y costumbres, y por estas causas
bargo, fieles a su música y sus tradiciones, pudo conservarse mejor las formas de su mú­
no las abandonaron del todo, aunque sí mo­ sica propia o primitiva. He aquí el por qué
dificaron ciertos ritmos y algunos giros de de la persistencia actual de algunas formas
sus cantos autóctonos. completamente autóctonas.
La escala pentatónica y la pentáfona de la El dolor sufrido por los indios en la cons­
«tónica» a la «dominante», que resumía todos tante amenaza y persecución del conquistador,
sus conocimientos musicales (llenando tam­ contribuyó en gran parte a que sus melodías
bién sus finalidades, como lo explicamos ya en sean lúgubres, monótonas y desoladas; ento­
el capítulo del pentátono), se convirtió en sex- naban en son de lamentaciones sus cánticos,
tafónica enlas dos formas también: la escala llenos de profunda amargura al ver perdida
de tonos enteros y la escala corriente con su libertad.
seis grados solamente. A esta sexta nota le Los indios se han servido del baile para
llamo: nota colonial. perpetuar la memoria de notables hechos his­
La escala llamada moderna, de tonos ente­ tóricos. La opresión de los invasores dejó
ros, ya era conocida por los chinos 2,000 años resentimientos tan hondos en el alma indíge­
antes de J. C. y se encuentra también en mu­ na, que la raza se ba tornado enemiga del
- 1
olvido y parece decidida a acrecentar el re­ pañado de una joven de singular belleza,
cuerdo tradicional a los descendientes de los vestidos ambos de largas túnicas azules. Ha­
dominadores. biéndose separado, el viejo fué a sentarse en
El punto de partida, o sea el origen de uná piedra que estaba en la cumbre de un
nuestro folklore, como en todas las naciones, cerro y dispuso que allí se erigiera un gran
yo lo he buscado en la tradición que es el templo, al que se dió el nombre de Mictlán,
alba de la historia, y que no es ni la fábula y se consagró al dios Quetzalcoatl. El gran
ni el cuento. sacerdote, dedicado al servicio de aquel tem­
plo, llevaba el título de «Tecti», que vestía
La tradición es la fé legada por nuestros
túnica azul. En los sacrificios u ofrendas
abuelos, para que nosotros de igual manera
que bacían al dios, solemnizaban las ceremo­
la trasmitamos a nuestros hijos.
nias con sus trompetas, atabales y tepuna­
Bien; pues comenzaremos por la historia, buastes, para acompañar los mitotes y areytos.
para llegar a la tradición: bacia 1486, según se Y de aquella dominación quedó: el jeroglífico,
supone, reinaba en México Abuizotl, octavo el códice, la gráfica expresiva para simbolizar,
emperador, quien ambicionaba extender sus en el relieve de la piedra esculpida, en el
dominios sobre los quichés, cachiqueles, zu= contorno de la vasija modelada, en sus ídolos,
tuiles y mames, que por aquella época ya en sus flechas de obsidiana, en la espiga de
poblaban la parte occidental de Centro Amé­ la milpa pregonera de la mazorca apretada
rica. Para lograr su intento, después de va­ de granos nutridores, y también en el divino
rios fracasos por la rebeldía de éstos, se valió parloteo del zenzontle, flauta mágica que nos
del ardid enviando gran número con el pre­ canta la tradicional música de nuestros indios.
texto de bacer el comercio en el país. Estos Pero de su poesía y de su música, ¿qué nos
indios se establecieron a lo largo del Pacífico, queda? De su poesía se sabe que en México
hablando la lengua mexicana o nabuatl, y a quedaron los sesenta y nueve Cantares mexi­
los cuales llamaban pipiles. Ahuizotl no pudo canos, en idioma nabuatl, por Fray Bernar­
realizar sus planes de dominio, pues le sor­ dino de Sahagún, descubiertos y publicados
prendió la muerte. Los pipiles reconocieron en edición facsimilar por Peñafiel en la Bi­
como Señor a Cuaucmicbin; éste cayó luego blioteca Nacional y que está traduciendo al
en desgracia con sus súbditos por haber que­ español el notable nahuatlato don Mariano
rido restablecer los sacrificios humanos, si­ Rojas, que ba dedicado su vida al estudio
guiendo la costumbre de México y diéronle de la lengua nabuatl. Hay también los can­
muerte a palos y pedradas. Fué llevado al tos del poeta rey Nezahualcóyotl, los de
poder Tutecotzimit, hombre bien intencionado Nezabualpilli, Tetlepanquetzal, Tozcuatotzin
y de buen carácter. y Tecocopoubqui. Es indudable que esos
Los pipiles se establecieron entre el río cantares les servían para entonarlos en sus
Micbatoyat al Noreste y el Lempa al Sudeste, ceremonias, y la confirmación de que fué así
y entre el Océano Pacífico y las montañas de es la acotación que se ba encontrado prece­
la cordillera sobre el valle del mismo Lempa. diendo a cada uno de los poemas, dejando
adivinar que era el teponaztli (tepunahuaste}
Entre los templos que los pipiles fundaron
el que acompañaba el canto con su ritmo de
en honor de los dioses, menciónase el de
las dos notas alternadas, de iónica y domi­
Mictlán o Mita, que en lengua mexicana sig­
nante, o de cuarta, según el intervalo.
nifica: «Infierno o Ciudad de los Muertos”.
Este templo era el más famoso de la región Expondré aquí una de esas acotaciones
pipil: a ese santuario acudían en romería los pre-cortesianas de los aztecas, por encontrarle
indios de todas las comarcas vecinas. Estaba yo en mis observaciones mucha analogía en
situado en tierras del antiguo reino de Payaquí, el ritmo y las palabras, a un cantar de época
al Oeste de la Laguna de Guija; fué cons­ lejanísima y tradicional de nuestros cuzcatlecos..
truido probablemente por los toltecas venidos Según la tradición de los aztecas de su
el siglo XII.
peregrinación de Aztlán, fué el pájaro sagra­
La tradición dice: que el pueblo refería do que habló al caudillo, diciéndole: «¡tihuí!»,
que el origen de ese templo se debía, según ella, «¡tihuí!», «¡vamos!», «¡vamos!», que fué inter­
a un anciano venerable que salió del fondo pretado por el sacerdote como un mandato para
de las aguas de la Laguna de Guija, acom­ proseguir la peregrinación de Aztlán.
Y al llamado de la palabra milagrosa «¡tibuí!», Dicba acotación es pre-cortesiana, y está
«¡tibuí!», va el indio azteca todos los años a prescrito el siguiente ritmo vertido en sílabas
la danza ritual, o bace que sus hijos dancen para regular el canto:
cargados con buacalitos y menesteres de ju­
guete, para mantener viva la tradición sagrada “Tiqui tifiqui tifiqui ti,
de su pueblo. foco íofoco íoíoco foE

He aquí la danza que cada año bailan para recordar la fiesfa de la peregrinación de Aztlán:

Darza de la peregrinación de Aztlán.


Pondré solamente una estrofa de tan bella tradición:

MEXICANO ESPAÑOL
TI HUI VAMOS

TEOPIXQUEH SACERDOTE

Aztafzifzinfin ti, fin, fin, fin, fin, Azfequifas vamos, vámonos azfequifas.
Tihuí, íihuiyan, fifuí, íihuí,
Vamos, vámonos, vamos, vamos.
Tihuí, fihuiyan, fifuí, íihuí,
Aztafzifzinfin ti, fin, fin, fin. Etc., etc.
ATLEPETL PUEBLO

Campa fiyasqueh, eh, eh, eh, eh? ¿Adonde iremos? ¿Adonde vamos?
Campa fiyohuih, ih, ih, ih, ih?
¿Adonde vamos? ¿Adonde iremos?
Campa fiyohuih, ih, ih, ih, ih?
Campa fiyazqueh, eh, eh, eh, eh? Etc., etc.

Comparemos el ritmo y las palabras con que aún se habla en muchos lugares de este
la acotación que yo be encontrado en nues­ territorio, no dejan lugar a duda en esta
tros indios, y que data de tiempo inmemorial: observación.
El ritmo y las palabras, comparadas en
Ticu fuficn cumare Juana, ambas ideologías integrales, están expresadas
ques’fe pechifo no tiene nana. en las dos acotaciones simples y onomatopé*
Como se ve el ritmo, cómo las palabras tie­ yicas, y nos dan la clave del lenguaje canta­
nen gran semejanza con la acotación primera do con cierto sonsonete, tan característico en
y onomatopéyíca de los aztecas, lo que hace su­ todos los aborígenes de Indo-América.
poner que aquella raza emigrante a nuestras Ese canturreo del lenguaje indio subsiste
tierras, nos trajo también, como es natural, todavía en muchos pueblos de indígenas, sien­
sus cantares y sus ritmos. En las ruinas, los do muy notorio en los de Panchimalco (grupo
monolitos, vasos arcaicos de barro pintados pipil de los más puros aún en el país), Acul­
y labrados, pero sobre todo la lengua pipil huaca (sub-grupo .de los mexicanos, lengua
nahuatl), Izalco (grupo de pipiles puros, len­ mostrarle parte del trabajo que llevaba em­
gua nahuatl y sus variantes), los Nahuizalcos, prendido, se entusiasmó y comenzó a contar­
Cuisnahuat, Masahuat y todos los pueblos me todo lo que sabía.
de la Costa del Bálsamo (grupos pipiles autén­ Con gran empeño, paciencia y trabajo,
ticos, lengua nabuatl y dialectos derivados de logré reconstruir esos dos tesoros de folklore
la misma lengua pipil). cuzcatleco, que son dos cantares viejísimos
De ese lenguaje cantado, de las cantilenas de los Izalcos. Estudiando mucho esos dos
y salmodias que acompañaban sus mitotes o cantares, be logrado también bacer la traduc­
areytos en los ritos sagrados y del trinar de ción completa de las estrofas.
nuestros pájaros: el zenzontle, la chiltota, el Las dos melodías de los cantares, son las
guarda-barranca y otros, nacieron los prime­ que acostumbran los indios para cantar estos
ros brotes de la música indígena, y son la poemitas. Los transcribo tal como lo hacen:
fuente de la música autóctona y del folklore
El más antiguo de estos cantares, es el
más puro de la América indígena.
que se titula «Tíábuit Tzuntzúnat», que quiere
Tengo que citar aquí dos documentos tra­ decir: «Vamos a Sonsonate». Obsérvese que
dicionales del folklore nabuatl cuzcatleco, por en el cantar de la «Peregrinación de Aztlán»,
ser la raza pipil la que invadió y pobló mu­ en lengua mexicana, «Vamos», se dice: «Tibuí»..
chos lugares de nuestro territorio. Después y los pipiles de Izalco dicen: «Tiábuit», y
de muchas idas y venidas por varios lugares «Tzuntzúnat» puede ser «Sonsonate»; o un
y pueblos de indígenas, la suerte me llevó río de los contornos, pues a ambos los indí­
donde un anciano que con religiosidad guar. genas de Izalco designan con el nombre de
daba la tradición. «Tzuntzúnat».
Al conversar con él de mis estudios, y He aquí esos cantares:

Dos Cantares Autóctonos de Izalco

NAHUATL ESPAÑOL
«TIAHIHT TZUNTZUNAT» «VAMOS A SONSONATE»

Shihuí shiguica nuna=huey, Venga y tráigame a la señora,


Palti tagágui tey nina, Para gue oiga lo gue te digo,
Taga azu=iníe=a nemeízshmaca, Porgue si no te doy castigo (cuero),
Naja =niáu macrímulina (macúmalina)... ya me voy moviendo...

Tiábuit Tzuntzúnat, nucúnet, Vamos a Sonsonate, mi niña,


Shig ui malsé abrazo, A ver siguiera un abrazo,
Tipa! fiuhíine musía, Porgue si no va mañana,
Naja =nec ma se porrazo. No me doy un porrazo.

Shihuí shupi nunámic, Ven un instante junto a mí,


Palti tagágui tey nina; Para gue oigas lo gue guiero decirte:
A su ti cuchía mían nunámic nu^yúlo. Que si no me guieres, alma de mi corazón.
Ni metzcbmá na huit túmic plaficúa se cuájete. Te doy cuatro pesos para gue compres tu refajo..

A su itéa nesbnécgui, Si acaso no me guieres,


Nía shi neshilhui ishalyu mijefun, No me digas cara de gato,
A su ti nesbnécgui siguápil nu=yúlo. Y si me guieres, mujer de mi corazón,
Ni meízshmá chicuásin íúmin palíícua náhuií lisíum. Te doy seis pesos para gue compres cuatro listones.
Cantar Indígena Izalqueño
Observemos que en el diseño melódico demuestra lo difícil para ellos de aquilatar o
aunque aparece el semitono cromático, esto emitir los medios tonos, notándose desde luego
no es de extrañarnos, pues tengo mis razones la soltura y familiaridad que tienen cuando
(como expliqué ya en otro lugar) para creer que se trata de música tonal. Estas observaciones
el cromatismo no fué desconocido para los las be becbo en diversas ocasiones escuchando
primitivos habitantes de América, pues lo música ejecutada por nuestos indios.
comprueban los sonidos de algunos instru- Me fué muy difícil en este espécimen,
mentos arcaicos, pero que sin duda por la determinar la tonalidad, pero fundándome en
dificultad de encontrar o producir en sus ins­ las reglas de la composición, de que un pe­
trumentos los medios tonos, optaron la forma ríodo melódico jamás descansa en la dominante
fonal (pentatono y exatono) y por ser la forma y menos en una tercera, determiné la tonali­
que deliberada y conscientemente optaron los dad de RE menor, tomándola como tónica o
pueblos del Oriente como los de América, en nota de descanso. En algunas composiciones
la reducción equilibrada del pentatonismo, por modernas el descanso o final es en la domi=
estar más en afinidad con el hieratismo de naníe, pero para dar precisamente la idea de
sus ritos religiosos, de su panteísmo contem­ inconclusas.
plativo y de su quietismo sereno en sus ma­ El semitono cromático de este cantar, ¿no
nifestaciones estéticas. pudiera ser un injerto o parasitismo moro-
Este canto es ejecutado con un dejo y hispano? Puede ser... De todos modos, como
tristeza que casi raya en monotonía, siendo un documento del folklore indo-cuzcatleco de
muy difícil precisar o captar, cuando cantan, nuestros antepasados, es precioso, y se presta
el sonido de MI bemol o MI natural. Esto para un estudio más detenido.

Damos a continuación la letra y música del segundo cantar:

NAHUATL ESPAÑOL
TV1METZ1LHM TE LO DIJE

Nimefzilhui nusa sihuápil: Te lo dije, niña hermosa:


¿Tazgui tejtancualanío, mi alma? ¿Por qué estás brava, mi alma?
Xípampásson mutzunhuilaníe noízuníécun, Tienes trastornada y baja la cabeza,
Tehaniasi muchaltempan. Y de ésto me siento mucbo.

Abinihashan azofeha ticnéqui, Ahora si ya no me guieres,


Hipalmachiguiía hicanaha y para que veas que yo
Nimuchihua nuícban (sentir) No volveré a tu casa,
Niunimumicíía niunimucuepa ; y de arrepentimiento me mataré en la puerta;

Nimuchihua (despedir). Me voy a despedir,


Hijíi númey manelca nichúcat, y en tus manos a llorar,
Azoíeha tea ticnégui y si tú ya no me quieres
Hiniháshan ahiniháspan. Este amor se va a acabar.
Cantar Indígena Izalqueño
Nótese en la letra de estos dos cantares, son buenos memorístas y menos aún la me­
el mestizaje con algunas palabras del español, moria del oído, y al cantar, muchas veces,
que creo son agregados o desfiguraciones del aunque se tenga la memoria del oído, hay
pueblo, pues el indio, si no tiene la palabra personas que no pueden modular el sonido
«alma» en su lengua, tiene en cambio otras exacto de una nota; son tan desafinados y
para expresar sentimiento, como «yúlo» (co­ alejados de la verdadera melodía, que si no
razón), «nuyúlo» (mi corazón), «nicnéquí» (te le dicen a uno lo que creen estar cantando,
quiero), etc. no lo adivinaríamos.
En este cantar, como en el anterior, apa­ Nótese la insistencia en la melodía, del
rece el cromatismo o mejor dicbo el «semi­ quinto grado; y sobre todo en los compases
tono cromático», con el agravante de que el 8 y 9 el d escenso característico de la quinfa
diseño melódico se extiende basta el «séptimo hacía la fónica. Esta forma de cadencia deseen*
grado», cosa casi imposible entre la medida dente de la quinfa hacia la fónica, es casi in­
limitada de la música de los primitivos indios, variable en todos los especímenes de música
pues sus formas musicales nunca excedieron verdaderamente indígena. Hay temas indí­
(como ya hemos dicbo) de una quinfa y des­ genas que no se mueven más que en la ex­
pués de la conquista llegaron basta la sexta tensión de tres o cuatro notas, y en razas
(nota colonial), y esto ejecutando en las dos como la de los maya-quichés de Guatemala,
formas: fonal o sea seis fonos, y la sexíafonal ha llegado el etnofonísta don Jesús Castillo,
con seis grados de la escala. Creo que estos a comprobar la existencia de una escala tetra*
dos cantares indígenas de los Izalcos, han fónica entre los indios de Chichicastenango,
sido desfigurados a través de los tiempos, Quezaltenango y otros lugares de la región
pues no todos los que recogen la tradición maya-quiché.
MUSICA
"La música es una idealización del lenguaje
natural de pasiones y sentimientos".

SPENCER.

Todos los países del Universo en su pri­ unas entre otras, que este aislado Continente
mitivismo, tuvieron casi las mismas formas Americano. Así, su evolución se verificó
pobres y rudimentarias en sus manifestacio­ más rápida, y desde luego, con el concurso
nes musicales. Y en todos también pesó el de todas, se enriqueció y perfeccionó, con
mandato de las influencias de la naturaleza, más facilidad, que la naciente cultura de
es decir, el panorama y sus diferentes situa­ nuestra joven América.
ciones climatológicas. Pero también por este aislamiento de
Si tendemos la mirada bacia los países de nuestro Continente, es que su música es más
Occidente y estudiamos su historia, veremos pura, más nuestra, y resultan con mayor fuer­
cómo en sus instrumentos de estructura im­ za sus características y su emotividad racial.
precisa y extensión limitada les dió una Además, la pujanza de nuestra naturaleza, la
música rudimentaria y pobre, aunque menos violencia de los cambios atmosféricos, las po­
expresiva y fuerte, que la primitiva de nues­ siciones magníficas frente a la majestad del
tro Continente Indo-Hispano. Esto tiene sus panorama, siempre nuevo y siempre emocio­
razones, como veremos en seguida. nal, han dado a nuestra raza una tónica espe­
La música comenzó con la monodia, des­ cial, fuerte y precisa.
pués pasó a la diafonía y a la polifonía, en Para todos los pesimistas que afirman
fin, que alcanza su perfección en el Motete, negando que no hay música autóctona, yo les
del cual nace la Fuga, que apunta ya como contestaría enfática y honradamente que sí;
tal en Joaquín Deprés, y es tomada en cuenta sí hay música autóctona; sólo que para en­
por didácticos, como el dominico Tomás de contrarla, es preciso tener ojos apropiados
Santa María (1565) y había de cristalizar para ver y oídos aún más apropiados para
definitiva y en su más perfecta belleza con escuchar. Se necesita también voluntad, pa­
J. S. Bach, siglo y medio después. ciencia y constancia, pues no se crea de ir a
En la antigua Grecia, por ejemplo, conta­ encontrar una melodía bien construida y com­
ron solamente con el pífano y la flauta de pleta en los restos autóctonos; no, es labor
Pan; los Egipcios, sus trompetillas y una lira de años en constante búsqueda y estudio
muy rudimentaria; los Moros, una siringa, dilatado y paciente, como el del arqueólogo,
etc. y todos ellos tenían tambores e instru­ y siempre alerta de cualquier indicio, para
mentos de percusión, más o menos semejan­ rectificar, afirmar y rechazar, pues a veces se
tes, aunque en distintas formas y nombres. encuentra uno con sorpresas no imaginadas.
En España, Cabezón; Bach, en Alemania, Un giro, la extensión de una nota, dan al
y otros, nos dejaron las muestras demasiado traste, cuando menos se piensa, con la ilusión
expresivas de las formas a que llegó desde de un hallazgo musical autóctono.
su primitivismo basta la evolución del clasi­ Si, tenemos música autóctona, pero si no
cismo musical de Europa. Ea música allá, la tuviéramos, entonces hagámosla; hagamos
no fué más rica en sus comienzos. Las for­ música de carácter regional, música con ritmo
mas usuales de monófona, tuvo a continua­ salvadoreño, con alma y emoción salvadoreña,
ción la diatónica, después tetrafónica, pentá­ con modalidad nuestra. Así, pasados los años,
fona, y por último la polifónica, que alcanzó los siglos tal vez, las generaciones que ven­
en su mayor desarrollo. drán no se encontrarán con el vacío y el
Las formas de escritura eran también po­ silencio de una raza que viene de grandes
bres, por símbolos y números; ejemplo de esta civilizaciones, y que en otros aspectos dejó
forma, es la Yntavolatura. buell as indelebles de su alta visión espiritual.
Las naciones de la vieja Europa tuvieron La América toda, es un continente que
más fácil y continua comunicación y contacto, canta y que danza. Es como una mujer ten-
dida sobre el mar y mecida por los dos océanos. maban: «Tlamacaxquecuicaníme» (Sátrapas
América del Norte, es la cabeza: su música cantores) y «Tlamacaxquemijtutiame») Sátra­
es mental. Yucatán y lo demás de México, la pas bailadores). Los primeros narraban los
garganta: su música es agitación de ola que se hechos del pasado cantando, y a éstos perte­
hincha, para deshacerse en suspiro, caliente de necían sacerdotes nabualistas, que cantaban
emoción; aquí en Centro América canta el co= los conjuros y oraciones, oráculos y senten­
razón. Panamá es la cintura, ceñida por los cias (adivinos, hechiceros), y también el sacer­
mares y con el cincho del canal: su música dote de la medicina (curandero). Los segun­
es estrangulado anhelo de armonía oceánica. dos se encargaban junto con las vestales, de
La América del Su r, las caderas y el vien­ las danzas sagradas, y en otras ceremonias, a
tre: son lá fecundación; por eso su música es las danzas guerreras. En aquella época, no
posesión y cópula: en «joropos», «bambucos», habiendo escritura, éllos fueron algo así como
«la cashua», el «tango», y las danzas pampe­ códices vivientes, la memoria de las tribus.
ras. Los pies, la Patagonia y el Cabo de
Es indudable que cuando se levanta el
Hornos: música en que se agitan los miem­
telón de la historia ya el cultivo de la mú­
bros para sacudir los fríos polares.
sica tiene larguísima vida.
Sus brazos, los fraccionaron los océanos;
Aunque no quedó la partitura o página
pero repican los dedos de una mano sacu­ escrita capaz de transmitirnos sus formas mu­
diendo los abalorios, en los «danzones», «gua­ sicales, los códices, la cerámica maya y íol-
jiras» y «rumbas» cubanas, y se quejan del teca, y algunos restos en templos y dioses de
dolor, en los «lamentos caribes». Y los dedos las culturas Maya, Tolteca y Azteca, tienen
de la otra mano, en las danzas «bawaianas», figuras y relieves que muestran instrumentos
las «papuenses», las «yhíbes» y también los y símbolos que demuestran el cultivo y devo­
ritmos chasqueantes de «Galápagos».
ción por ei arte musical de aquellos pueblos.
Los indios desde una edad prehistórica Cuando el pueblo cantaba danzando, lle­
bastante lejana, ya cultivaban el arte de la vaban palmas, flores o sonajas (como los anti­
música. Los hallazgos neolíticos efectuados guos egipcios) que movían con el ritmo frente
en distintas regiones del Nuevo Mundo reve­ al leocalli.
lan que el indio de aquellos tiempos, no obs­
tante de haber pasado ignorado para ei Viejo La melodía antigua era solemne y pura,
Continente, poseía una cultura, y fabricaba construida sobre una escala «tetrafónica», que
ya instrumentos musicales: silbatos y trompe­ nuestros indios tuvieron (y siguen teniendo
tas de barro, de hueso y de arcilla; instru­ en Chichicastenango) como sagrada, porque
mentos de percusión de muy diversas formas: creían que estos cuatro sonidos estaban ínti­
el tepunahuaste, el atabal, el tamborcito ata­ mamente relacionados con los cuatro elemen­
ualné, el tambor, la tortuga, etc., la marimba, tos de la Naturaleza.
becba de calabazas o de cañas huecas de Los cuatro sonidos de la escala eran, según
bambú; instrumentos de cuerda derivados del éllos, símbolo de 1 a armonía de la Creación.
arco de lanzar flechas, como el unicordo «La Tenían instrumentos cuyas partes están ex­
Caramba». plicadas por relaciones cósmicas: así el tepu­
nahuaste, con su cuerpo abovedado y las
“Parece evidente que el hombre ya hacía
partes planas de 1 os lados, viene a simboli­
música antes de tener palabra y que desde
zar a los cuatro rumbos o los cuatro elemen­
cuando empezó a hablar empezó a cantar ’.
tos. Después de la escala primitiva de cuatro
Y es que el hombre primitivo, no encon­ notas, vino la imposición consciente del pen­
trando otro medio de expresión, se sirvió del tatono, influyendo además el contacto bien
lenguaje de la música para exteriorizar muy comprobado con ei Oriente, y también con el
distintos sentimientos. 1 al lo han comprobado intercambio habido con los Incas del Sur,
las investigaciones hechas en toda la faz del interpoló en sus formas musicales el uso de
mundo. La América India de la edad pre­ la escala «pentatóníca» ya traída de tiempos
histórica, tuvo como otros pueblos de la hu­ anteriores por los Toltecas. También tenían
manidad de esa época, sacerdotes músicos, en uso la escala «arcaica pentafónica», y si­
poetas, llamados con diversos nombres según glos más tarde, cuando el conquistador hincó
sus lenguas: los Aztecas nahuatlatos los lla­ su espuela en el vientre de la virgen Amé-
rica, el indio agregó a su escala una sexta argumento sólo tiene por objeto reconquistar
nota (a la que yo he llamado: nota colonial), el teponaxtle sagrado, robado por otra tribu.
viniendo después con las nuevas culturas de
Al templo, a la guerra, a las peregrinacio­
Occidente, el uso de la escala corriente o
nes y emigraciones, siempre se iba precedidos
temperada.
por el grupo de músicos con todo su reper­
La música guerrera era estrepitosa y agi­ torio de instrumentos típicos por pesados que
tada. Las danzas se volvían entonces más éstos fueran. Los músicos en las grandes
apasionadas y vivas. La música religiosa en ceremonias se hallaban situados inmediata­
los templos (Teocallis), era hieràtica y lamen­ mente después de los dioses y los empera­
tosa, en la cual el motivo melódico se repetía dores o caciques, siendo la mayor parte de
y prolongaba tanto, como si se extendiera ellos sacerdotes. El instrumento por excelen­
basta el infinito... (Esto lo comprueban algu­ cia en todos los lugares indígenas ha sido
nos restos de música autóctona que aún tocan siempre el teponaxtle o tepunabuaste, cuya
los indios en las fiestas cristianas). ejecución ba degenerado mucbo, pues los cro­
nistas cuentan que cuando arribaron los con­
Las ideas de los indios sobre el arte musi­
quistadores, se quedaron maravillados de algu­
cal aparecen en sus representaciones mezcla­
nos tepunabuastístas que tocaban de excelente
das con mitos y leyendas. Ellos atribuían a
manera. Macuilxúcbitl era el dios de la mú­
ios dioses su invención; por eso también iba
sica y también Xochiquetzal era considerada
la música mano a mano con la religión y la
diosa de la música, de la danza y de las flores.
magia.
Nuestros indios actuales no tienen una
Toda su civilización aparece influenciada
idea precisa de lo que es en música una
por ideas emanadas del culto a los astros.
melodía, a que ellos le llaman sencillamente
La música desde luego no podía sustraerse
«sonada» y al ritmo (tampoco conocen esta
a tal influjo. Por eso la existencia y sígni.
palabra) lo designan «el paso».
ficación de la escala tetrafónica en nuestros
indios está bien comprobada, pues el núme­ Al empezar a tocar el indio «pitero» (el
ro cuatro se ve invariablemente repetido y que toca la flauta de caña) hace una «carre-
divinizado en las ceremonias religiosas indí­ rita» (que es de cajón en cualquier tocada)
genas. Para todo, era el número cuatro (léase que podríamos llamar «un registro especial».
«Gollar de Dientes» de la autora, para saber Y cuando en el curso de la ejecución hay
la importancia del número cuatro en nuestros grupos de semicorcheas y corcheas ejecutadsa
indios). Nuestros antepasados los pípil-toltecas, con presteza, ellos dicen que «son adornos».
tuvieron templos = escuelas, destinados sólo a Sucede casi siempre que sus giros meló­
la enseñanza de la música llamada: CUICA­
dicos son variablemente caprichosos, pues no
CALLI. Había la creencia de que con la
tocan dos veces de igual manera, aunque se
música se atraía la benevolencia de los dioses
buenos y propicios para el indio y sus faenas. trate de la misma melodía; por esta razón
Por eso es que la música en los Kúes y resulta muy difícil captar lo que se oye para
Teocallis brindaba consuelo a las tribus, pro­ pasarlo al papel pautado, y sólo insistiendo
ducía el éxtasis en los Teuctis o Sacerdotes y el mucho se logra concretar el motivo musical
frenesí religioso en los creyentes. A veces que deseamos tomar.
el cacique mandaba al cantante que celebrase
En sus grandes orquestas va toda la fa­
en el gran templo de Quetzalcoatl, tal como
milia de instrumentos percutores y las flautas
la serpiente de fuego depura, tal como la tem­
pestad vuela y ruge, tal como se elevan las guiadoras, compuestos así: el músico «pitero»,
profundidades de la mar... que es el que hace de músico mayor; después
viene el «tepunahuastísta» (ellos le lí aman « el
Sabido es que los más preciados frofeos
trocero» —de trozo— o «tepunabuastero»); si­
enfre las tribus que peleaban, eran los ins­
gue el «tamborero», después el «bombero», que
trumentos musicales de las tribus vencidas.
Así se explica por qué un teponaxtle de ori­ toca el tambor mayor; el quinto es el llamado
gen completamente tlazcaltleco, se encontró «ataualné», que es el que va marcando el
después en poder de los aztecas. Y basta «tiempo» o «el paso» de la danza; siguen el
• hay dramas escritos en lengua nabuatleca, cuyo «sacabuche», las «sonajas» y la «tortuga».
LA MUSICA DEL PUEBLO CUZCATLECO
El arte abarca boy día todas las manifes­ está a punto de desaparecer, y en el preciso
taciones de la vida en naciones de gran em­ momento en que esa gran nación está en
puje cultural, como Estados Unidos; en una capacidad (por los profundos estudios de la
palabra, su función allí es omnímoda. ciencia folklórica), de poder verificar su sig­
Nuestros orígenes culturales que son nificado y contenido.
tan múltiples como los de otras naciones, y Elocuente ejemplo nos está dando ese gran
nuestra berencía racial y criolla, nos dan la país americano, en donde su música nativa y
posibilidad de que pueda ser tan rica como folklórica es quizás menos pura y rica que
nosotros pretendamos hacerla. la de los países de la América Latina. En
Las características en la formación de un los Estados Unidos no hay el porcentaje de
arte nacional, son importantes factores que indios que se encuentran en las naciones de
contribuyen desde luego en la evolución de Indo-Améríca, y también no tienen música
la vida musical de una nación, pero no son tradicional; mientras que los países latinos
los únicos elementos que forman la cultura tenemos una poderosa tradición española. Los
o determinan su diseminación. habitantes del Norte no tienen sangre indí­
gena, siendo extraña para ellos la música de
Evitemos la influencia de fenómenos ajenos
sus autóctonos. Podríamos agregar también
a lo nuestro, principalmente europeos, en cuan­
que la mayor parte del pueblo norteamericano
to a imitación servil de aquellas formas (no de
no posee tampoco sangre negra, lo cual equi­
los conocimientos científicos) para poder expre­
vale a decir que las fuerzas características de
sarnos algún día con énfasis que pueda des­
la música negra, si bien los ba influenciada
cansar sobre manifestaciones de rasgos carac­
mucbo (el jazz-band) no les son naturales
terísticamente cuzcatlecos. ni propias. El folklore, poderoso antecesor
La musicalidad de un pueblo no depende de todos los estilos de la música europea, se
de un sólo factor; ésta es el resultado de la presenta de distinta manera en las diferentes
unión o conjunto de todas las actividades regiones de los Estados Unidos. Hay influen­
complementarías, porque cada una de ellas es cias de Nueva Inglaterra en varios de los
importante en sí misma, pero lo es mucbo más Estados de la gran nación del Norte. Pero
en correlación con las demás para el desarrollo sin embargo, esa nación trabaja y se cultiva^
de la cultura. llegando ya a tener en sus compositores mo­
El medio de transacción del arte, no tiene dernos un estilo que con el tiempo segura­
que ser necesariamente el dinero; puede ser mente llegará muy lejos.
de cualquier índole (sacrificios de esfuerzos Henry Cowell, dice: “A comienzos del
y de tiempo, labor desinteresada y bondad siglo XX se manifestó en el estilo musical
en prodigarse) que indudablemente entran en estadounidense una verdadera ola que pujaba
el desarrollo o mantenimiento de la vida mu­ bacía lo nacional y debe decirse que se llegó
sical de una nación. a esa meta con gran facilidad”.
El creciente interés que desde hace veinte “Un grupo de compositores declaró a su
años se ba despertado por la música primitiva vez que «lo indio» era lo único verdadera­
y folklórica en todo el mundo, indica que las mente estadounidense y sostuvo que la mú­
artes de este carácter encierran una valiosa sica indígena debería ser la base para las
significación en la cultura de nuestros días. obras cultas .
Pero este interés, que se nota especial­ Así puedo yo asegurar que «lo indio» es
mente en todo el Continente americano, se lo único genuinamente nuestro, y que junta­
acentúa más pujante e intenso en los Estados mente con lo criollo, constituyen las bases
Unidos. Ellos ban comprendido mejor que para formar con ello las obras que sean el
otros países, la enorme importancia que tiene representativo de nuestra cultura nacional.
para la historia de una nación culta, recoger Aquí vengo a ofrecer lo mejor de lo que
los últimos restos de lo que es propio o au­ aún nos queda de nuestra música indígena,
tóctono; esta urgencia se debe a que en la criolla y folklórica. No quiero afirmar que
bora crítica por que atraviesa la humanidad, a través de los años no puedan haberse pro-
elucido algunas pequeñas deformaciones en “La música india —dice acertadamente
ciertos giros o frases, pero después de mu­ Curt Lange— es perfecta porque satisface
ch as observaciones y comparaciones be to­ plenamente a aquellos que por naturaleza se
mado el motivo más repetido y mejor conser­ deleitan con ella”.
vado en el grupo de raza, con la fidelidad y Cada raza y cada pueblo tiene sus expre­
exactitud que esta labor impone.
siones, y éstas satisfacen plenamente sus
El mérito que tienen estos motivos folk­ necesidades o vibraciones psíquicas.
lóricos que presento aquí, es el de haberlos
obtenido directamente de los intérpretes ori­
EVOCACION Y MEN5AJE.-Vamos,
ginales en un ambiente nativo de cada grupo
mis queridos lectores, a deleitarnos con el pa­
y con la música ejecutada en su propio esce­
norama racial de nuestros pueblecitos indios, y
nario, cuya descripción detallada de cada cua­
ahí en ese ambiente especial, frente a las casi­
dro, va conjuntamente con la música. Los
tas humildes y junto a las gentes sencillas, nos
motivos folklóricos tienen una función defi­
sentiremos más sinceramente cuzcatlecos, más
nida en la vida de cada grupo de raza y sería
humanos y buenos, y también más hermanos,
nulo el resultado si yo hubiera intentado
y sentiremos el tierno e íntimo regocijo de po­
estudiarla separadamente de esa función, por­
der aún escuchar, lo que fué espectáculo tras­
que ambas son inseparables. Es más: el mis­
cendente y emocional en nuestros abuelos los
mo motivo folklórico repetido por otro grupo
indios.
en pueblo distinto, tiene otra función y mo­
dalidad diferentes. Llora y gime el «pito de caña», y nues­
tras almas comprenden lo que quiere decir­
En todos los pueblos de indígenas encon­
nos... Tuntunea el «tambor», y nuestra sangre
traréis por doquiera melodías y ritmos puros
siente el ritmo lejano y latente de nuestra
que aunque en forma rudimentaria y sencilla,
raza brava. Suena el «tepunahuaste», y la
estaban esperando ser sentidos, captados e
selva toda se estremece ¡de júbilo o de espanto
interpretados por alguien que sintiera amor
al sentir la insistencia punzante de esos lati­
por la tierra nuestra, por la vida misma, esa
dos que parece que salen del corazón de la
vida que como el árbol arranca de la entraña
tierra o de la raza.
de la Madre Tierra, latiendo y vibrando con
fuerza irresistible en la sangre de nuestra Vemos bailar a nuestros indios: todos los
raza, ese ritmo que va marcando en el paso semblantes se iluminan de júbilo, nuestros
danzante y airoso de la india que trasciende cuerpos vibran, y apenas podemos contener
a montaña, como el recio mecido del indio nuetros pies para no intervenir en el baile
que lleva el cacaxtle o que lucha en el bos­ que ejecutan.
que con la naturaleza bravia, levantando el Formamos parte en la rueda de especta­
machete para tumbar un árbol o fraccionarlo dores, bace sol, bace calor, nos estrechan,
en leños. sudamos... pero no podemos apartarnos y se­
La música indígena, pese a los que la nie­ guimos viendo y sintiendo...
gan o reniegan desvalorizando basta su humil­ Es la tierra que manda, es la atracción
de condición intrínseca, vive con potencialidad de lo nuestro.
raíl veces mayor que la actividad desganada de
las inquietudes musicales de muchas ciudades. Hund amos la mirada en el pasado, pasa­
Muchos también se expresan con menos­ do muy lejano, y perdámonos en el inmenso
precio de la música indígena, como se despre­ vacío del misterio, para arrancar del espíritu
cia a todo lo que viene de abajo y que es de la raza de aquella época la evocación pal­
humilde. ¡Error muy grande! No queremos pitante de nuestros vínculos atávicos. Aquí
conocernos, y si nos reconocemos, en lugar están; con la voz de la sangre que golpea con
de sentir íntima satisfacción y orgullo, quere­ fuerza, con el latir de mí corazón, de aquel co­
mos pasar por eruditos y cultos, ignorando razón que heredé de mis mayores, vengo a con­
que la base para poder llamarnos de tal mo­ tarte, lector querido, lo que yo be visto y pre­
do, es comenzando desde abajo para poder sentido de mi raza, en el inmenso vacío de los
-escalar planos mejores. Si no conocemos bien tiempos... de los siglos...!
nuestra casa, menos podremos conocer la del Observando las cosas de la raza, queda
'vecino. que en cada una de ellas vemos la expresión
de nosotros mismos; nosotros mismos repeti­ tándolo todo, impasible también porque pue­
mos y vivimos a diario, cosas que creíamos de resistirlo todo...
muertas, o perdidas en épocas ya idas... Y en su concentración irá taciturno como
Diríase que quedó congelada en el rincón los amates, mirando al cielo en las noches
propicio de nuestro sér, aquel esfuerzo supre­ estrelladas, mirando bacia el suelo bajo el
mo de perpetración india, en el invencible baño del sol, para regar con su sudor que
contorno de la herencia racial. santifica a la tierra que trabaja; sus labios
Nuestra raza india seguirá siendo siempre permanecen cerrados, pero con el alma muy
élla, y sólo élla en este rincón de América abierta, oye, y Ies dice cosas en su exalta­
en que floreció, y florece todavía a pesar de ción panteísta, al cielo y a la tierra, que sólo
que los labios de la india saborearon las mie­ él sabe decir, y que sólo él sabe escuchar.
les que le brindó don Juan de España, y Que vuelva a arder en el corazón de la
seguirá floreciendo, pues ya probó que todas raza, el amor puro de nuestros abuelos, y que
las resistencias le son propias... sacuda también fuertemente la recia comple­
¡Raza de mi raza!: es urgente y necesario xión moral del valor y heroísmo para defen­
que revivas de la piedra, creciendo como roca der nuestros sacros derechos...
indomable y robusta; que resurjas del cora­ Raza, que cante, que ría, que llore..., que
zón de la montaña como un cepo inextingui­ grite, que ruja... pero que a todas horas y
ble, para convertirte en ceiba gigantesca; que por todos los tiempos se sientan las voces de
nos cantes en las bellas clarinadas de los la raza... de mí raza!
pájaros, de nuestros pájaros autóctonos que Vamos a sentarnos junto a la consoladora
siguen repitiendo la música que el indio hoguera frente al río, y escuchemos las histo­
escucha desde que existe, y que nosotros rias y leyendas que nos cuentan las voces
imitaremos por los siglos de los siglos...; que del agua que va corriendo...
sigas expresándote en el dulce decir de tu Vamos a soñar a la orilla del Lago de
lengua pipil, balbuciente y jugosa, como el Xilopango, y preguntemos a la «Peña del Eco»
dulce chupar de la caña madura; si oyes can­ el paradero de las dulces doncellas que yacen
tar en lengua, sentirás cosas extrañas y pro­ en el fondo de sus aguas, como holocausto
fundas... la sentirás como voces cariñosas de a los dioses de la lluvia.
seres queridos que se fueron... o como sí
Vamos a descifrar los jeroglíficos, y a in­
fuera tu propio corazón que canta su can­
terpretar las cabalísticas, y a temblar de emo­
tar...!
ción ante la mano roja del genio Yum, de la
Que mí raza siga apretando sus formas misteriosa «Gruta de Corinto»...
broncíneas, con huípil putunqueado, y vistoso
Vamos a escalar las cumbres de nuestro
refajo, con el rojo de las flores de pascua, o
Quetzaltepec, para que allí, muy corazón aden­
del añil obscuro, palmeado con los verdes del
tro de su verde follaje, evoquemos el dulce
quetzal; que ciña su cintura con la faja poli­
canto de los sagrados quetzales que poblaron
croma, en que desfilan estilizados nuestros
en otrora sus montañas, y desde allá en lo
animalitos retozones de la flora cuzcatleca.
alto, en el pleno yagual que forman nuestros
Que el hombre se defienda de la catarata montes y colinas, saciar nuestra mirada con
ardorosa del sol, con su sombrero de ala an­ el bello panorama de Cuzcatlán...
cha tejido de fresca palma y que cuando cruza
Vamos a celebrar el areyto al pie del Teo­
el camino de nuestra tierra morena, sacuda
calli de Tazumal y preguntemos al dios de
sus sandalias y se las eche al hombro, para
su templo: “si ya están aquí o llegarán pronto
sentir en sus pies el beso de la tierra que
los hombres que se esperan...”
canta, shas, shas, shas, shas, al contacto de
su planta sudorosa, para que sepa interpretar Vamos al templo de Mitla o Mictlán, y
al calor de su frote los secretos que la ma­ restauremos el altar sagrado de Quetzalcoatl,.
dre tierra le confía sólo a él... y para que que nos ordenara el anciano que surgió de
más tarde, el niño siga sobre la huella expre­ las aguas del gran lago de Güija en compa­
siva y profunda que dejó su planta en el ñía de la hermosa joven de túnica azul, sím­
camino... Y al peso de la vida, del trabajo bolo de nuestro emblema patrio...
y de su eterno sufrir... irá el indio callado, Vamos a las suntuosas pirámides de Si-
taciturno y paciente, oyéndolo todo, interpre­ buatán y evoquemos los rituales bíerátícos.
que se bacían en bonor de la diosa Ixqueye, misterio y el olvido, los siglos y los hom­
a quien ofrendaban rituales y festejos quince bres...
días; pasemos al palacio en que se efectua- Vamos a suspendernos llenos de amor y
ban los grandes deportes del Juego de la de orgullo racial en esa inmensa interrogación
Pelota; y por último, pasemos al lugar des= que dejaron por los siglos de los siglos, el
tinado a las orgías y bacanales... pasado magnífico de nuestros antecesores...
Vamos en fin a todos los lugares en pere= Y así, suspendidos en el recuerdo, colum­
grinación de la raza, para mantener fresco el piando en el hilo dorado de la ilusión y del
recuerdo de aquella grandeza, esplendor y ensueño, sigamos investigando, sigamos can­
cultura de nuestro Cuzcatlán prehistórico; tando, a todo lo que tenga vibración de nues­
vamos a reconstruir con el sentimiento y la tra sangre, calor de nuestro sol, color de
imaginación lo que dejaron sepultado en el nuestro cielo, y alma de nuestra raza.

ESTRUCTURA DE NUESTROS SONES Y ORIGEN


DE ALGUNOS DE ELLOS

Sabemos que a los indios de todo el Con­ decían las voces de los vientos y el canto de
tinente, no les faltaron nunca motivos de los pájaros; oyó las misteriosas leyendas que
inspiración, tanto interiores como exteriores. le contaba la fuente rumorosa, y al llanto de
Y en cuanto a los primitivos aborígenes de la lluvia o estruendo de la tempestad, se unió
nuestra región de Cuzcatlán, no tenemos por él para cantar el himno al Supremo Creador
qué suponerlos incapacitados de sentir y de del Universo!
crearse un arte musical vernáculo. La existencia de instrumentos y de danzas
Era en realidad esa música (según la re­ autóctonas, nos demuestra elocuentemente la
existencia también de su música vernácula.
lación de los cronistas) un conjunto de soni­
Y por otra parte los ejemplos naturales que
dos que servían como de sombra o fondo,
el indio tuvo para imitar sonidos y basta mo­
para bacer resaltar más la intención del can­
tar o de la danza, en las bizarras ruedas de dulaciones en el contacto íntimo con pájaros
de canto melodioso como el zenzontle, que
bailadores con sus trajes de plumas de des­
emite modulaciones y sonidos de entonación
lumbrantes colores, de sus templos y del tro­
pical cielo de añil y turquesa. Esa música aquilatable, le dió elementos constructivos
musicales, semejantes o idénticos a los que
refleja aún en sus desteñidos restos de abora,
actualmente se emplean como base preliminar
la índole inquieta, guerrera y turbulenta de
de la teoría armónica. Veamos el testimonio
algunas tribus, y a veces era también como
que a este respecto nos da el talentoso folklo­
lluvia de lágrimas en los cántaros de la muerte.
rista guatemalteco don Jesús Castillo: “En
Los indios siempre han tenido predilección efecto, be dicho que aquellos pájaros (los
por el sacerdotal instrumento del «tepuna­ zenzontles) emiten sus sonidos dentro de una
buaste». Podemos decir que la música de escala mayor perfecta, de quinto a quinto
nuestros pipiles, si se componía de muchos grado de esa escala, y por el canto de las
ruidos, tenía ritmos especiales y sonidos ver­ mismas avecillas, se oyen los intervalos de
daderos; de tal modo que, entre la estruen­ segunda, de tercera, de cuarta, de quinta y de
dosa armonía de sus instrumentos podían sexta. Ahora bien; obsérvese que la música
modular melodías con notas precisas, ya de más pura de nuestros indios no usa otros inter­
ellos conocidas, y para cuya emisión se ba­ valos. En esos mismos cánticos se observan
cían instrumentos adecuados, que sonaban síncopas, silencios, calderones, acordes perfec­
con técnica también adecuada; ¡esa música tos de cuarta y sexta arpegiados, transiciones
unida a los cantares y las danzas, debió pro­ rudimentarias de la dominante a la tónica y
ducir un concierto extraño y grandioso! basta modulaciones en estado rudimentario .
El trópico con su violenta y grandiosa Por lo que se ve que este maestro de folklore
naturaleza dió al indio amplitud y elevación cree, como yo, en la existencia de la música
a su espíritu. La naturaleza le enseñó a leer autóctona, así como los medios y ejemplos
en el sol, la luna y las estrellas; supo lo que que el indio empleó para la construcción de
su música y sus sones. Y como si esto no muchos que ya bemos visto, formaban y aún
bastara, el mismo don Jesús Castillo, nos cita forman los sillares armónicos en que des­
la opinión de un maestro guatemalteco: “El cansa la melodía de los sones y la música
connotado maestro capitalino, don Fabián Ro­ indígena en general.
dríguez, me escribe: “Queda demostrado que La melodía de estos sones indígenas, cons­
la música may a = quiche existe y ba existido. ta casi siempre de dos frases, compuestas
Como toda música primitiva, no tiene una por lo regular de dos a cuatro compases cada
armonización científica, pero es original, una solamente, y para resolver bacen el
aparte de que los ritmos del «tun» (el tepu­ descenso característico y siempre patético en
nahuaste guatemalteco), sugieren al composi­ la música indígena de la dominante hacia
tor nuevas ideas en cuanto a estructura ”. Lo la tónica que es la nota de reposo o des­
que demuestra que el reconstructor de música canso.
autóctona debe respetar y mantener el carác­
ter y forma rudimentaria de esa música, de Esta música de los sones tiene un carácter
lo contrario desvía y destruye la fuente de típico de colorido, de ambiente psicológico
origen del arte de una raza. especial, que cualquier estudioso preparado
puede distinguir lo esencial y puramente in­
Ahora, en cuanto a los compositores, ya dígena, y la mezcla o interpolación de la cul­
lo ba dicho el maestro Rodríguez: que los tura hispana. Así, pues, tenemos bien defi­
ritmos del tun o tepunahuaste, sugieren nue­ nidos dos estilos o variedades.
vas ideas en cuanto a estructura, y yo agre­
Los sones de carácter triste, expresivo y
garía: que no sólo para componer una pieza,
bierático, patrimonio y creación de nuestros
sino para instrumentarla, la orquesta tiene
recursos de asimilar los instrumentos indíge­ indios, y el de estilo alegre, bullicioso y entu­
siasta, (los sones criollos y los sones de Pas­
nas o exóticos, y basta haciendo intervenir
en ella a alguno de los instrumentos de nues­ cua) de la raza ladina o criolla.
tros indios para darle más carácter y ambiente Entre estos sones, se distingue también
a la composición en dicbo organismo. desde luego los que son rituales, que son
En las muestras y acotaciones que dejo restos de la liturgia indígena precolonial, y
apuntadas en el ensayo de Etnofonía de la los que son profanos o festivos.
Primera Parte, se ve demostrado el carácter Para comprender y sentir mejor la estruc­
y estructura de la música de nuestros indios turación de la música indígena, es necesario
en la época antes de la conquista y en la oírla en su ambiente, frente a su panorama,
conquista. Siendo que estas melodías guia­ en los instrumentos originales e interpretada
doras de danzas indígenas, son difíciles de y ejecutada por los verdaderos indios. Por­
vaciar en los moldes científicos y al colorido que no se puede valorizar la música primitiva
sonante por diversas causas ya explicadas; o criolla y basta la popular, por noticias o
pero una de ellas es, que la música indígena referencias o fracciones de música que algún
impone una estructura armónica reducida, la­ aficionado le proporcione a uno, no; hay que
cónica y limitada. Su círculo de acción no tener la precaución de ir al ambiente para
pasa de la tónica a la dominante, y rara vez palpar espiritualmente y sentir el material in­
emplea otro colorido y muy rápida e indefi­ trínseco, así como otro detalle interesante que
nidamente. Ese laconismo y limitación se debe es el de observar la particular manera que
al carácter también de sus instrumentos: el los indios tienen para ejecutar su música. Sí
pito de caña (melodía) es un instrumento de separamos esta música de su ambiente natu­
extensión muy limitada (sobre todo antes de ral y se cambian los trozos por otros más
la conquista, que usaban el «pentatono»); el elaborados y técnicos, el producto resultante
tambor y el tepunahuaste (percusión). El tendrá poco parecido con el motivo original.
tambor en su percusión da una nota y el Todos los sones ejecutados con pito y tam­
tepunahuaste da dos notas, según el intervalo bor, es verdad que la melodía es mucho más
que entrega. Las dos notas del tepunahuaste limitada, pero en mi opinión son más intere­
van todas alternativamente, y a veces la sín­ santes por su característica fuertemente racial,
copa la marcan con el bolillo en los laterales que cuando estos mismos sones son ejecuta­
de dicho instrumento. dos con guitarra y acordeón (que también ya
Con estos instrumentos percutores y otros los be escuchado así).
RITMOS
La música indígena es muy variada y muy ritmo, y, detalle admirable: siempre se encuen­
rica en ritmos; no es que sean intrincados o tran y salen bien con la música. Esto no lo
particularmente variados en sí mismos, no, hacen por ignorancia o mal ensayo, pues he
sino que las pautas rítmicas varían con mu­ llegado a comprobarlo, sino que lo hacen cons­
cha frecuencia, pues éstas van marcando los cientemente y con un sentido muy sutil y
estados de ánimo de la danza y la música. refinado del ritmo.
En los ritmos que va marcando el tambor Hay algunas melodías de variedades de
es cómo el indio músico va expresando e in­ épocas pre-cortesianas, que son vaciadas en
terpretando el estado psicológico del desarro­ una forma líbre, es decir, arrítmicas por algu­
llo de la música en la danza, y desde luego, nas notas prolongadas indefinidamente y por
también el estado psicológico del conglomera­ .que el corte del diseño melódico varía muy
do social de su pueblo. Hay una íntima unión caprichosamente. En cambio los sones crio­
de todos los indígenas de un grupo, que llos que nos vienen de la conquista para acá
cuando se reúnen para celebrar sus fiestas tienen el ritmo mejor medido y más movido,
forman apretado círculo alrededor de los mú­ y la melodía, aunque arrastra mucbo de la
sicos y los danzarines, guardando un silencio nostalgia del siglo XVI, se esfuerza por ma­
casi religioso. Pudiera decirse que en tácita nifestar el fuego y la alegría de la mezcla
comunión de ideas y sentimientos, se com­ hispana.
prenden con las miradas y todos tienen el Por otra parte, analizando las formas pri­
alma puesta en la música (su música), en los mitivas de estos sones, como hemos visto ya
que la tocan y en los que ejecutan el baile en la parte etnofonista de este ensayo, vemos:
(su baile). Casi se molestan cuando los que que la rudimentaria melodía se mueve en el
no son de los de ellos se acercan para ver y estrecho límite de cinco notas cuando está
curiosear sus festividades. vaciada en la escala pentáfona o arcaica, o
El músico indio sigue siendo como en la épo­ en la escala pentatónica siempre de cinco no­
ca primitiva, persona principal, siendo conside­ tas pero saltando el semitono de la nota FA,
rado como el sacerdote de la música. Y el indio o mejor dicho del intervalo tonal entre el
músico, cuando está ejecutando, piensa en Dios tercero y cuarto grado de la escala pentatónica.
y sus ideas religiosas, en el amor, en la novia y Los sones construidos en estas dos esca­
en la cosecha del maíz; hay que observar cómo las no pasan nunca de la extensión de la quinta
se concentra el indio que suena su pito y toca nota del pentáfono o del pentatono. Pero en
su tambor, mira sin ver: sueña; su cerebro y la época de la conquista se introdujo el uso
su alma vagan por el infinito... se pierden. de una nota más: la nota colonial, o sea una
Este es el ambiente psicológico del pueblo sexta. El diseño melódico de los sones pri­
indio y su música indígena. mitivos dibuja las frases empleando interva­
El que toca el tambor, bace alarde de ge­ los de segunda, tercera, cuarta y quinta; a
niales combinaciones rítmicas, logrando a ve­ veces en la melodía hace progresiones de tres
ces un acompañamiento verdaderamente sui notas seguidas ascendente o descendentemente
géneris y muy difícil de captar. Usan con o inicia la melodía con las notas de la escala
mucha frecuencia el ritmo de dos por cuatro, en que ésta está construida: así, si la melodía
o mejor dicho, dos cuartos; también emplean está formada en el pentatono, antes de comen­
los ritmos: de cuatro tiempos, de seis octavos, zar, ejecutan seguidamente las cinco notas del
tres cuartos, tres octavos y seis octavos y tres pentatono, o al finalizar la melodía hacen en
forma descendente las notas de esta escala.
cuartos combinados.
Otra característica de los sones indios es En algunas melodías de los sones, sucede
que a veces el tambor va marcando un ritmo que las notas más altas son las más acentua­
y el pito va tocando la melodía vaciada en das o tocadas con mayor énfasis, dando la
un ritmo distinto. Esto mismo acontece en impresión en ciertos casos de acentos sinco­
ciertos bailes, que la música acompaña con pados.
un ritmo y los danzantes subdividen el tiem­ Algunos de estos sones tienen variaciones
po en pasos más ligeros, es decir, en otro o variantes; esto es de suma importancia, por
que a veces oyendo una variante se puede tes o también a la ignorancia, poca retentiva
determinar el grupo de raza al cual pertenece. auditiva o poca pericia en la manera de tocar
El mismo son en otro lugar lo ejecutan dis­ el «pito de caña».
tinto o sea una variante de aquél que escu- Al experto estudioso corresponde deslindar
cb amos de otro modo. Por ejemplo: el son o analizar las causas, para recoger, «volver a
de «El Venadito», en San Antonio Abad, lo producir» (reproducir) cada vez que el son
ejecutan de un modo, y un poco más allá, es ejecutado aquí, allá y más allá, para des­
en Cuscatancíngo, es ejecutado con otra mo­ pués de investigar, preguntar, observar y es­
dalidad o variedad, y los de Valle Mariona, tudiar, escoger las variantes que determínen
con otra variedad. También sucede algunas un valor histórico, antropológico o etnológico
veces que por el estilo y forma de dichas varie­ de nuestros grupos raciales.
dades, se puede constatar el carácter, psicolo­ Además, por las variantes be podido cons­
gía y basta el purismo racial de dichos grupos. tatar los procesos de crecimiento evolutivo y
Otras veces, estas variedades se deben no cultural, así como las ramificaciones de la
a fenómenos psicológicos o raciales, sino que forma musical (aunque rudimentaria y peque­
son el resultado del ingenio de los ejecutan­ ña) de nuestros indios.

ORIGENES

En el esquema histórico que ya hemos esos anímales para nuestros indios eran sa­
visto de nuestras razas y civilizaciones pre- grados y lo siguen siendo todavía.
coloniales, sabemos que los toltecas y los Sin embargo, hay ciertas modalidades y
mayas se extendieron hasta nuestro territorio, variantes que son originales completamente
y por consiguiente, es de suponer y hay razo­ de cada lugar, aunque el nombre sea el mismo.
nes poderosas para ello, de que tanto los so­ Cada pueblo conserva su fórmula o modali­
nes como los vestigios musicales que se encuen­ dad propia de estos vestigios musicales de
tran por todos los lugares en que tuvieron las civilizaciones pre = colombinas.
asiento estas razas civilizadoras tienen su raíz Por ejemplo: el baile de «Cujtán-Cuyámet»,
y origen en aquellas civilizaciones. es un baile exclusivamente cuzcatleco, pues
La historia nos da cuenta de varias dan­ en ninguna parte del Continente se encuen­
zas que usaban los indígenas “entre ellas el tra otro con el mismo nombre; lo mismo su­
baile de «Rabinal Achí», la célebre danza cede con «La Yegüita», «La Partesana» y
«Quiché Vinak» y otras que menciona el otros.
Popol-Buj, entre ellas el baile del «Venado» Y en cuanto al coro areyto de «¡Jeul ¡Jeul»,
que se estila todavía”. es un número completamente autóctono de
los Izalcos, que tiene íntima relación con la
Hay que advertir también que cuando los
Kalenda de la «Fiesta del Maíz» de dicho
españoles pusieron su planta en tierra ame­
grupo pipil.
ricana, primero en México y después en todo
el Continente, éstos fueron los portadores En la relación de cada uno de estos bailes,
llevando de un lugar a otro las formas mu­ veremos todos los datos referentes a su mú­
sicales de nuestros indios que a éllos les sica, origen, evolución y modalidad detallada­
parecieron más inocentes y en las que no mente.
encontraron vestigios de sus idolatrías. Pero Es, pues, un hecho el carácter autóctono
éllos vinieron a comprenderlo tal vez dema­ de los pocos restos de música primitiva que
siado tarde, de que las danzas y música con conservan nuestros indios, y pecarán de muy
nombres de animales, eran a su vez otras poco conocimiento de investigación quienes
formas de sus idolatrías, pues algunos de quieran afirmar lo contrario.
PANORAMA DE LA DANZA EN INDO-AMERICA
"Si queréis conocer el alma de un pueblo, observad
cómo ríe, llora y juega en sus obras de arte”,
EMERSON.

los mitotes y areytos, siendo a su vez fuente


La realidad nos demuestra a diario cómo de nuestra música y sones autóctonos, que
caminan paralelas, con la esencia racial por fuerza tuvieron que crear para acompa­
de los pueblos, sus manifestaciones artísticas. ñar o guiar todas sus danzas, de las que dan
La música, la danza, la literatura, la pintura, la fe todos los cronistas, y también describen
escultura y el teatro, completan la visión exacta el carácter de la música y sus instrumentos,
del panorama espiritual. Hay, pues, que son­ raíz del folklore cuzcatleco. En el arte de la
dear en el alma de los pueblos; saber inter­ danza nuestros indios dieron inequívocas ap­
pretar la risa, el llanto, el juego, la alegría titudes y habilidad, bailando con arte y gracia,
y el dolor, en su vida cotidiana, manifesta­ según testimonio de los cronistas. M. Bíart,
ciones escénicas, música folklórica, cantos po­ da interesantes detalles respecto a los bailes
pulares etc. Humorismo y Dolor. He aquí de los aztecas. Sabagún y Brasseur bacen
los dos grandes espejos psicológicos. lo mismo.
En las antiguas civilizaciones indígenas de La mayor parte de esas danzas eran tan
nuestro Continente, vemos el anhelo profun­ animadas como decorosas y con frecuencia
damente contemplativo y místico, por los as­ acompañadas de canto por los mismos dan­
tros y las manifestaciones de la naturaleza, zantes; mas también había algunas que eran
pueblo panteísta, dispuesto siempre al sacri­ «cancanescas» en grado superlativo, tal como
ficio por sus dioses, que vivió siempre en el famoso «Cuecuextlí», de inverecunda mí­
perpetua exaltación religiosa, confiándolo todo mica y de procaz letra. Ese baile se efectuaba
a lo sobrenatural; por eso produjo un arte en las fiestas de la diosa «Nixtecoihuitl» en •
bierático, solemne, silencioso y lleno de mis­ el mes «Tecuilbuitlzintli».
terio. Por eso los mayas y toltecas y los
La parte recitada de esas danzas versaba
pueblos donde pusieron su planta, fueron
sobre asuntos históricos o leyendas naciona­
una oración y un éxtasis. Sus templos y su ar­
les; pero los españoles, dispuestos siempre a
quitectura en general son una oración en líneas.
ver la intervención del diablo en lo que no
Por eso la danza en nuestros indios es un entendían, prohibieron sus bailes o cambiaban
tributo, mejor dicbo quizás: el símbolo de un
la relación de sus historias, por otras de
sacrificio. El sacrificio de todos los días y
aquellas tierras de las tres carabelas.
todas las horas; pero ennoblecido, sublimado,
esto es, convertido ya en becbo religioso. Eran sus dioses de lo alto: los astros, y
Dentro de ese plano la danza es como llega también los elementos: Quetzalcoatl (el viento),
a ser la culminación poética de un sacrificio, Tlaloc (la lluvia), Xíuctecutli (el fuego), To=
y ya en función de rito, es decir, como ma­ nacacibuatl (la tierra); siendo el hombre, el
nifestación litúrgica, entonces la danza se hu­ animal, las plantas y los fenómenos naturales,
maniza y no puede resultar ajena en su fun­ como ya he dicbo, destellos de aquellas divi­
ción social. Los pueblos primitivos más sim­ nidades. A todos ellos consagraban ritos y
ples y puros en sus expresiones filosóficas o ceremonias para librarse de las acechanzas
artísticas, hicieron de sus danzas una forma de los dioses malos o malos espíritus.
del culto a su divinidad creadora y sustenta­ El panorama tropical y las condiciones
dora. Ellos que vivieron en íntima comuni­ climatológicas influían enormemente en la psi­
cación con la naturaleza, toman de ella el líbre cología de la raza y en el carácter y formas de
ímpetu de su expresionismo, convirtiéndolo las danzas de nuestros indios: amanecer de
en manifestaciones de sus ideas y sentimientos. añil, oro y fuego en las puestas de sol, mon­
La danza tuvo su origen en los ritos reli­ tañas vírgenes íntocadas y ricas, tierra mo­
giosos de la civilización indígena; allí nacieron rena y caliente, naturaleza exuberante y vio-
lenta, como las pasiones del indio que vivió cuando Túnal (Sol) agonizaba en el Poniente,
y vive en comunicación íntima y constante y en todas las ocasiones de su vida. La india
contacto con ella, desafiando a la fiera, al ataviada de joyas, de semillas, de jades y
volcán que ruge y se estremece, al río o al obsidianas, sobre sus flotantes oriflamas de
salto de agua, y el indio enfiebrado por la plumas, sus píes protegidos por cactles de
hoguera del sol de crepitar violento, su mú­ pita o mecate, tejidos con primor, danzaba
sica y sus danzas tienen que baber sido y también, y sus erectos pechos morenos iban
son el reflejo de esta naturaleza. desnudos, recibiendo las caricias del viento
Sólo así se explica el ardor y resistencia y los besos del sol...; su cintura apretada
que el indio pone en sus danzas, y la pasión por la faja polícroma, de la que pendían es®-
que comunica al sonar sus instrumentos. Hay trellas y macacos de oro y plata, en los cua­
grupos de indios que hacen la ofrenda de les iba grabado el acatamiento a su ley y las
danzar (y resisten bailando) noche y día sin insignias de la familia a la cual pertenecía;
descansar basta doce días seguidos. también sus tobillos iban ceñidos por ajorcas,
Al sonido profundo del atabal, y la per­ de las cuales pendían sonoros cascabeles de
oro, que al danzar tintineaban con un ritmo
cusión ronca y vibrante del tepunabuaste, y
solemne y hierático.
al tuntuneo del tambor, uníanse antiguamente
el repiquetear de los cascabeles de oro y sus Nuestros indios instituyeron la danza co­
ornamentos de jade y obsidiana, para ameni­ mo el homenaje más elevado a los dioses
zar los ritos ante el dios Quetzalcoatl. protectores e intercesores. La danza ritual
El indio sabía distinguir claramente la de bierática expresión, se transformaba en
invitación a la fiesta y a la danza, del atabal placer espiritual y corporal, en manifestación
alegre, del atabal y tambor que llamaba a la de la alegría de vivir.
guerra, o del gran tepunabuaste, el terrible En algunas poblaciones indígenas de nuestro
instrumento que en lo alto del Teocalli, frente país, se conserva todavía la tradición de dan­
al ídolo, daba su voz de alarma con su ronco zas muy antiguas y aunque han degenerado
resonar de exterminio y de muerte, cuando algunas, hay viejos indios que las describen
el imperio carnicero arrancaba corazones y con su poesía natural en que se ve que aún
oferente los presentaba a su dios Túnal. viven muy en el alma de la raza.
Y allá en el corazón de la montaña o El 1 ujo y aparato de aquellas danzas se
en el valle risueño, un círculo de danzantes dice que fué ostentoso, y aún abora nuestros
indios se mueven rítmicamente al compás del indios, a pesar de ser pobres, ponen todo su
sonecíto que toca una flauta de caña acom­ empeño al presentarse en ciertos bailes (como
pañada por el tepunabuaste o un tambor, que en la Historia de Moros y Cristianos), vistiendo
percute emotivamente en el caracol de nues­ con alarde de lujo trajes de seda bien bor­
tro audífono como una llamada a la vida dados y adornados con galones dorados y vis­
racial que ya se va... tosos listones de brocados; llevan, además, un
Fluyen entonces de todos los pueblecitos capital en valiosos collares y rosarios de fili­
vecinos, jóvenes y viejos, dejando sus labores grana antiguos de oro y plata.
agrícolas y llegan jubilosos al llamado del En cambio, en otros bailes, van pobre e
golpecito percutor, que revive el ancestro de
improvisadamente vestidos, poniendo solamen­
su raza. Y el hijo de la madre tierra va
te el lujo en la perfección cómo ejecutan sus
vibrante de placer, porque en el origen de
danzas, pues, como ya be dicho, pasan ensa­
su casta hubo un danzante que bailaba en
yando hasta tres o seis meses los ritmos y
todas las ocasiones notables de la vida de su
la relación de sus representaciones.
pueblo, y llevando el ritmo en su sangre lo legó
a sus hijos, y así por herencia viene la tra­ La construcción rudimentaria de algunas
dición de la danza. Danzaba cuando el sol melodías con que danzan, dan la idea de que
nace en Oriente; también al reventar de la sólo son un pretexto para seguir indefinida­
mazorca nutrídora, en el combate, en las man­ mente el ritmo del baile.
cornadas nupciales, en el desenfreno y orgías Pero éllos no podrían bailar con otra músi­
de los triunfos guerreros, en puya ocasión ca, pues los ritmos de la suya propia son esen­
sacrificaban a un caballero del Calmecac como cialmente originales e inconfundibles. Los rit­
«Mensajero del Sol»; danzaban, en fin, también mos de los sones indígenas no tienen semejanza
con los ritmos de las mundialmente conoci­ do, con que acompañaban en sus danzas, co=
das de otras naciones. El movimiento de esos mo la del «Colonché» o «luego de Cañas», y
ritmos es poesía pura, y si desaparecieran ha­ otra guerrera en que bailaban basta ochocien­
bría desaparecido con ellos el alma de una tas personas que llevaban banderolas en las
Taza. manos. Fuera de estos bailes, hay otros que
Creo que sería un deber de verdaderos persisten todavía, y cuyo paso se marca a ve­
hijos de Cuzcatlán, fomentar, recoger y con­ ces con aires indígenas, y a veces con trozos
servar, estimulando en nuestros indios el va­ españoles”.
lor histórico y encanto de estas danzas, pa­ Todavía se conservan en todo el Conti­
ra que éllos las difundan y se empeñen siem­ nente de Indo-Améríca muchas danzas indí­
pre más en revivirlas y mejorarlas. Llagamos, genas en su purismo primitivo, y en las que
como en México y otras naciones apreciado­ se observa que las aprendieron e imitaron
ras de lo suyo, en donde el Ministerio de inspirándose en los movimientos corporales
Educación nombra misiones encargadas de de ciertos animales; de allí el paso del «Tun1
recoger todos los motivos de los indios y de co de Monte», el paso de «La Yegüita», del
los criollos, popularizando y ennobleciendo «Venadito», etc.
así todo lo que les pertenece. Imitemos tam­ Así como la melodía de los sones imita­
bién nosotros, en la medida de nuestras po­ ron el canto de los pájaros, y su ritmo (co­
sibilidades, para que no se acaben de perder mo en los movimientos de la danza) fué imi­
los últimos vestigios de nuestra cultura pri­ tado también, en el correr o trotar de algu­
mitiva. nos anímales cuadrúpedos.
Afortunadamente para la raza y para la Las tribus indígenas de los Hopí, Zuni,
vida típica de nuestro país, el indio ama sus Pueblo y Navajo, que habitan los territorios
tradiciones con religiosidad, y aunque con los de Arizona, mantienen desde remotas épocas
años pierdan algo de su espíritu por la fuer­ la tradición de sus danzas en honor al «Gran
za de la época, el pueblo conserva con el Señor de la Lluvia”. Cada tribu baila su dan­
mismo amor lo que le legaron sus mayores y za típica o de sus antepasados, y al final to­
que constituye fuertemente su psicología. Y das coinciden con la «Danza de las Serpien­
llegada la hora de entusiasmo, se le ve dan­ tes». Una tribu baila, ante la imagen del dios
zar, como en las fiestas de Izalco, de Acul- «Sol de los Semokis» que es también el sím­
huaca o en cualquier otra, siempre a tono con bolo de la danza; otra tribu, baila la danza
el ritmo y ceremonial característico de cada de las «Esparcidoras del Maíz Sagrado»; otra,
lugar. la danza del «Arco Iris»; otra, la principal,
En estas tierras de Cuzcatlán, los viejos baila «La Danza de la Gran Serpiente de
han mantenido la tradición enseñando a sus Plumas»; en ésta, las mujeres cantan sin in­
hijos, para prolongar e inmortalizar la vida de terrupción, viejas consejas de la tribu en su
lenguaje vernáculo; y llegado el momento fi­
sus danzas y canciones, tal como los primiti­
vos habitantes de Indo-América conservaban nal, todas las tribus danzan «La Danza de
el fuego que recibían como don especial, bas­ las Serpientes» ante «El Gran Señor de la
ta que se les reveló el secreto de poderlo LI uvia».
producir. El género de danza cultivado por el Las grandes culturas no han permitido que
indio en la época precortesiana y sus repre­ se perdiera «La Danza Real».
sentaciones fué, más que todo, el religioso y En el antiguo México, los reyes y los
guerrero, aplicado en los ritos a sus idolatrías príncipes danzaban cada cuatro años en la
paganas. celebración del Fuego Nuevo: “Forman afue­
Las danzas profanas eran para las fiestas ra; Moctezuma, que dirige la danza, viene se­
de la cosecha del grano nutridor (después del guido por los otros; los dos grandes reyes:
rito al dios), o en las leyendas y la tradición Netzabualpillí, rey de Tetzcoco y 3. otoquibuaz-
o supersticiones, en las cuales representaban tlí, rey de Tepaneca, vienen a su lado; los es­
farsas con mucbo ingenio. A este respecto pectadores se estremecen de horror mientras
dice el Padre Landa, refiriéndose a los mayas: la danza prosigue”.
“Tenían recreaciones muy alegres, represen­ Nuestros indios ponen toda su alma y sin­
tando farsas con mucbo donaire. Usaban ata­ ceridad en sus danzas, pues en la mayor par­
bales y pitos de caña y de huesos de vena­ te de ellas, lo que representan lo han vivido
y lo siguen viviendo todavía. Está arraiga­ segundo término, que la diosa del trigo, en cu­
do en su yo el sedimento racial, no solamen- yo honor también se practica en otras ocasio­
te el físico sino el espiritual. Y así podemos nes esta danza, se llama «Siete Serpiente». Es
ver que cuando los monarcas del antiguo Méxi­ así como esta danza es una imitación del mo­
co, poseídos de los dioses en la ronda prin­ vimiento serpentino, inconfundible por el sím­
cipesca de Moctezuma: “el emperador entra bolo sagrado que representan y a quien ellos
danzando seguido por los dos grandes reyes, dedican. Esta danza pertenece al carácter de
Netzahualpilli, rey de Tetzcoco y Totoquíhuaz- las Danzas Sagradas, pues el culto de Quet­
tli, rey de Tepaneca, quienes danzan a su la­ zalcoatl o Serpiente Emplumada era uno de
do. El miedo invade a los asistentes mientras los principales de los Sacerdotes del Calmecac
los reyes danzan . y todos los Toltecas en general.
Este miedo, es un miedo religioso, pues Eran famosas también entre nuestros in­
se dan cuenta de que el emperador y los re­ dios, las danzas dedicadas al Gran «Señor de
yes están poseídos por los dioses al que ca­ la Lluvia», y las danzas dedicadas a la ferti­
da uno representa. Y los tres soberanos están lidad de los campos y para pedir la buena
poseídos por los dioses porque creen en ellos. cosecha.
El éxtasis que se ba apoderado de los re­ Los Tarahumaras mexicanos bacen que un
yes, como un fluido magnético, se ba exten­ hombre dance y cante durante toda la noche
dido a los asistentes, infundiéndoles el mie­ frente a una choza desocupada con el propó­
do religioso de sentirse en presencia de los sito de bendecir a los hombres que están tra­
dioses que ven animados por el baile. Este bajando en el campo.
fenómeno se ba podido efectuar, mediante el Los Tarahumaras ejecutan la «Danza del
poder mágico de la sinceridad y de la fuerza Rutuburí» imitando el paso del pavo; la del
espiritual puestos al servicio de la danza. «Yúmare», imita el del conejo, y la del «Ju=
No sólo los Navajos ejecutaban la danza culi», el del cuervo. Montes de Oca en su
de «La Gran Serpiente Emplumada», pues libro sobre «Danzas Indígenas», nos dice: “La
según creo tuvo su origen en la gran cultu­ danza del «Yúmare» se verifica para despedir
ra Tolteca, pues su Jefe Quetzalcoatl quiere al Sol y a la Luna; ejecútase a la luz de un
decir nada menos que «Serpiente Emplumada». fuego mortecino y los danzarines parecen fan­
Cuenta Sabagún, con respecto a una vieja tasmas de un juego de brujas. Los cantos
danza de los Toltecas, lo siguiente: “No ha­ del «Yúmare» dicen: que el grillo quiere bai­
cían cabriolas ni otro movimiento alguno, no lar, que la rana quiere bailar y brincar, que
movían las manos hacia atrás y hacia adelante, la garza azul quiere pescar, que la zorra gris
no hacían movimientos de danza con las manos, aúlla, que la lechuza está bailando lo mismo
no inclinaban el cuerpo, no daban vueltas, no se que la tórtola”.
dirigían en dirección alguna determinada, no Además de la danza sagrada del «Yúmare»,
caminaban hacia atrás; caminaban, danzaban bailan las danzas de «Pascóles»; hay Pascol
queda, lenta, deliberadamente; su danza era del «Venado», de la «Paloma», del «Cuervo»
Una Sola y Gran Serpiente. Nadie bacía mo­ y de la «Serpiente»; en otros lugares de
vimiento alguno, ni había disturbio ni confu­ México tenemos muchas danzas primitivas,
sión. Y abrazaban el cuerpo de las mujeres; de que nos habla Rubén M. Campos, como
sólo a los grandes caciques y a los hermanos la de «La Peregrinación de Aztlán» y la
mayores no se les permitía tomar a las mu­ «Danza de la Mal incbe». Los tarascos tam­
jeres por el cuerpo. Y la danza terminaba bién conservan muchas danzas tradicionales;
cuando había muy poquito sol, cuando el sol citaré otras muy típicas y antiguas: entre los
estaba a punto de desaparecer. Entonces rom­ tarahumaras, indios de la Sierra Occidental
pían la línea y se apartaban caminando. Y de Chihuahua, o llamada también Sierra Ta=
en tadas las casas y en todas partes canta­ rabumara, hay la costumbre de reunirse todos
ban a sus dioses “Dos Gañas (dios del vien­ de tiempo en tiempo para las «tesguinades»
to), y «Siete Serpientes» (la diosa del trigo). o embriaguez colectiva; o bien cuando sienten
Dos detalles de esta danza son particular­ la necesidad de dar gracias adiós por los bene­
mente interesantes: en primer lugar, la forma ficios que recibieron o para implorar alguna
de la danza no es el logro de un objetivo, merced divina. En este último caso, se dan
sino más bien una circulación continua; y en cita para llevar a cabo la celebración de la fiesta
religiosa en la que cantan, danzan y comen. La En El Salvador y Honduras sabemos que
fiesta la llaman «Titigurí», la comida se llama antiguamente se bailaba la danza indígena
«Tónari» y la danza la designan «Yúmare». «El Toncontín», y en la que tomaban parte
La ceremonia es una mezcla de prácticas cuarenta indígenas adornados con hermosísi­
paganas, de creencias indígenas y de ritos mos penachos de plumas, y al ritmo del
católicos. Además del «Yúmare» bailan la tepunabuaste o de varios tambores ejecuta­
danza conocida con el nombre de «Matachi­ ban las diversas evoluciones y figuras. Tam­
nes» y los «Pascóles». Bailan también la bién aquí en El Salvador nuestros indios
«Danza de los Inditos de Cbalma». bailaban antiguamente y todavía se acostum­
Siguiendo la trayectoria de Norte a Sur bra en algunos lugares «El Baile del Palo»,
de nuestro Continente Indo-Hispano, la his­ agregando suertes en el suelo. Entre nosotros
toria nos da cuenta y nos babla de varias una danza muy antigua y verdaderamente
danzas que usaban los indígenas de Guate­ autóctona es el «Gújtan-Cuyámet» (Tunco de
mala, entre ellas el drama = baile: «Rabinal Monte). Bailada antiguamente y aún ahora
Achí», también conocido con el nombre de con sólo la percusión y el ritmo del tepuna­
«Baile del Tun»; la célebre danza «Quiché- buaste, y en algunos lugares acompañada
Vínak», y otras que menciona el «Popol-Buj», también con una melodía muy rudimentaria
entre ellas el «Baile del Venado» que se en el pito de caña. Creo que fué en su forma
estila todavía en muchos lugares tanto en primitiva un melodrama similar al «Rabinal-
México como en Guatemala y El Salvador Acbí», pero que a raíz de la Conquista se le
y en otros lugares de Centro América. impuso la forma que boy practica. O bien
En Guatemala todavía hace cincuenta años pudo ser o es todavía (aunque interpolando
bailaban la danza «Hunahpu- Qoy» en los la ofrenda cristiana, de la conquista para acá)
lugares de Mazatenango y Retalbuleu. Tam­ un Pascol: «El Pascol de Tunco de Monte»;
bién se conocen las danzas escénicas guate­ esto me parece más aceptable.
maltecas, acompañadas de cantos y diálogos, Tenemos en tierra de los Izalcos, los «Co­
superviviendo algunas: la de «Puhuy», la de ros de Jeu! Jeu!», la «Shora», la «Danza de
«Cux», la de «Iboy», la de «Xtzul», la de los Indios Bárbaros» y otras. En otros luga­
«Chitic», la de «El Viejo» (en Quezaltenango), res del Centro, Occidente y Oriente de nues­
la de « Quicbé-Vinak» (en Rabinal). Esta tro territorio, se bailan: «El Venadito», «Los
última encierra la profecía de la Conquista. Negritos», «La Yegüita», «La Partesana», «La
Tenemos también en Guatemala la danza de­ Danza de los Plumeros» o «Conchaguas» (que
nominada «Oxtum», famosa por su liviandad creo es la misma de «El Toncontín»), etc., etc.,
y por sicalíptica. Era bailada al son de largos que no han perdido su carácter primitivo.
cuernos y caracoles, la cual fué prohibida por Brasseur de Bourbourg transcribió en París
las autoridades del coloniaje. El cronista las danzas «Naacbú-Nasumanicu» (Danza de
Fuentes, respecto a esta danza refiere que en los Novios), «Naacbú - Dañamo» (Canto del
una ocasión, queriendo los indios de Alote- hombre) y «Nagzdagañu» (Vientos del Sur o
nango, pueblo inmediato a la ciudad, bacer Baile de la Muerte). Todas de Nicaragua.
uno de sus bailes, que llamaban el «Oxtum», Es también de esa República, la danza deno­
no quiso el Presidente permitírselos, pues ta­ minada: «Vuelta de Jorco», y en Panamá los
les entretenimientos estaban prohibidos, su­ indios de San Blas tienen una danza muy
poniéndose que representaban cosas supersti­ primitiva que denominan: «El Noga Cope»
ciosas del tiempo del gentilismo. Empeñados (Danza Báquica); «El Tamborito», danza au­
los indios en bailar el «Oxtum» llegaron a tóctona de Panamá, así como también la fa­
ofreper al Presidente mil pesos porque se les mosa y vistosísima «Pollera Panameña».
permitiera hacerlo; lo cual, dice el cronista,
Son numerosísimas las danzas de los dife­
despertó las sospechas del General .Meneos,
rentes lugares de la América del Sur, siendo
que mandó castigar severamente a los solici­
de muy destacada cultura las incaicas del Peru,
tantes para ejemplo de los demas. Añade
Bolivia y Brasil.
que en aquel baile, en que los indios danzan
con trajes y figuras de demonios, hacen cosas El gran Imperio de los Incas tuvo en su
increíbles y que se preparan a el con ayu­ vida religiosa y civil suntuosas manifestacio­
nos y ceremonias, no juntándose con sus mu­ nes, en las cuales como parte principal y
jeres y guardando silencio durante varios días. esencial intervenían las danzas. Así, son de
gran renombre en aquel antiguo Imperio: la En Bolivia tiene fama y gran renombre
gran fiesta del «Kbapak Raimi» (Gran Danza la danza de los «Cullahuas» (con una música
Solemne), en el Solsticio de Diciembre, el Mes de aire moderado, y brillante o sombreada,
del Raimi. Enero, el Pequeño Madurar de las según el Modo Mayor o Menor que se emplea.
Mieses («Huchuy Po Koy»); Febrero, el Gran­ En los lugares de Huaícbo, Ayata, Inquisiví,
de Madurar («Hatum Po Koy»); Marzo, Pañal de los Llaneros, de los Viejecitos (Auqui-
Florido, Prado Hermoso («Paucar Huaray»), Auquis), de los Chunchos, etc.
con la fiesta principal de la ceremonia del
Una prueba más de la importancia de la
Fuego Nuevo («Mosok Nina»), en el Equinoccio; danza en los ritos de todo el Continente Indo-
Abril, el de las Mazorcas de M aíz (« Ayribuay»);
Hispano, son las numerosas danzas que para
Mayo, el de la Cosecha («Aymuray»); lunio, el sus diferentes ceremonias, tenían, tanto los
del Inti Raimi («Danza Solemne del Sol»), con guaraníes del Paraguay, como los tupíes del
la Gran Fiesta en el Solsticio; lulío, el de la Brasil y los chiriguanos del Parapítí, tres
Danza Grande del Cobre («Anta Asitua»), que
ramas pertenecientes al mismo tronco étnico.
tiene un significado algo oscuro, para nosotros;
Agosto, el de la Gran Danza Principal («Kba­ Entre los chiriguanos, hoy reducidos por
pak Asitua»), con el Comienzo de la Siembra; los misioneros franciscanos, todavía se prac­
Septiembre, el de la Danza de las Princesas tican algunas danzas como las «Mbapa-Pauré»
(«Koya Raimi»), con la fiesta principal del y la «Ayarísé», con sus correspondientes acom­
Asitua Raimi, en el Equinoccio; Octubre, el pañamientos musicales.
de los Difuntos («Ayamarca»), también con
Sería labor de muchos capítulos reseñar
su fiesta de conmemoración; y, por último,
todas las danzas del Continente Indo-Hispano»
Noviembre, simple transición del mes de
pues a pesar de que muchas han desapare­
«Kbapak Raimi».
cido ya, sin embargo las de más fuerte tra­
En el Perú y Bolivia son famosas también dición y característica se encuentran todavía»,
las danzas de los «Cullabuas» o de «Quenalis», por la devoción y arrullo con que los indios
vestidos con blancos y plegados pollerines tratan de conservarlas.
caminan alegremente o dan vueltas en rueda
al compás de la música. Dice el indigenista Aquí en Cuzcatlán tuvimos y aún super­
peruano Emilio Romero: “El huaiño de una viven, muchísimas danzas, siendo algunas de
vaga alegría triste, floración maravillosa de ellas, bajo todo punto de vista, muy originales
las estepas donde cantan las balalaicas y y verdaderamente autóctonas.
domras... En capítulo aparte me referiré a todas
“La de los «Chiriguanos», con movimien­ las danzas que be visto y oído en mis excur­
tos bruscos y belicosos, tiende a inspirar siones por diferentes lugares de nuestro terri­
miedo y admiración. torio, para lo cual be tratado de clasificarlas
La de los «Choquellas», con el típico Ku» por épocas y en los diversos grupos raciales
sillo, cuyo disfraz lo transforma en mono, es que aún subsisten aquí en El Salvador. Esas
la danza festiva encaminada a levantar el buen épocas serán como sigue: época primitiva,
humor. Es famosa la danza de los «Tundi- época de la conquista y época después de la
quís» en las colonias yungueñas. conquista.
APUNTES DE INVESTIGACION SOBRE DANZAS
HIERATICAS Y RITUALES DE NUESTROS
ANTEPASADOS LOS TOLTECAS
CLASIFICACION DE LOS DIVERSOS ESTILOS DE DANZAS
EN LOS GRUPOS RACIALES DE NUESTROS INDIOS
“La danza es simplemente la vida en un nivel superior".

“La fuerza de esa relación interior, la con­


En época pre = hispánica nuestros naboa- dición de inseparables que caracteriza la for­
toltecas, sin duda alguna efectuaban sus mación del movimiento y la construcción ar­
danzas bieráticas en completa armonía con la quitectónica tienen otra comprobación más:
arquitectura de sus templos (Teocallis o Kúes), en las culturas que se apartan del esquema
así como también con su música. primitivo circular y cuyos individuos cons­
La Arquitectura es la música expresada truyen chozas rectangulares —exclusivamente
en líneas, mientras que la Música es la arqui­ en esas culturas— también la danza coral
tectura expresada en sonidos. La Danza es adopta la forma de una línea recta. La for­
las dos cosas, y aún mucho más: es la Escul­ mación y el desarrollo de la danza circular
tura en la plástica de las figuras e imágenes coinciden esencialmente con la formación y
y es a su vez la Poesía, pues los movimien­ el desarrollo de la choza circular o redonda;
tos y figuras en la danza son tan elocuentes la danza de frente, se vincula con la forma­
como buenos versos. ción y el desarrollo de la choza rectangular.”
Comprueba esta correlación muy clara­
Danza Circular. — La forma más antigua mente el hecho de que también en México
o arcaica de la danza coral es el círculo, y y Centro América en época primitiva, se
todavía los pueblos de todos los Continentes lo construían chozas redondas, y el templo de
hacen así. La danza de frente, de hilera o de Quetzalcoatl también fué redondo. Recuér­
línea, se origina en período posterior. Muchas dese asimismo que la danza dedicada a este
tradiciones lo confirman: los naboas del anti­ «Dios del Viento» o «Serpiente Emplumada»
guo México y América Central ejecutaban también fué circular en círculos concéntricos
sus danzas ceremoniales en forma de círculo, y aún ahora se estila entre los indígenas la
pero las profanas, en dos hileras. danza circular.
“Posteriormente el círculo adquiere signi­ La «Danza del Fuego» (que es el rito más
ficado espiritual. No es el resultado de la antiguo) es danza circular. Y es muy posible
evolución del entendimiento, sino más bien que sea ésta la razón por la cual un pozo
de la conexión existente entre una idea y su constituye el punto central alrededor del cual
reflejo mofor, « porque rodear un objeto es gira la ronda. Además, en ciertas culturas
asumir su posesión, incorporarlo, encadenarlo eminentemente femeninas, el pozo cavado en
o desterrarlo. tierra posee un significado mágico y expre­
“El hombre primitivo habitó en cuevas o sivamente simbólico de la cualidad generativa
en las grietas de las rocas; cuando ya no le del vientre maternal y de la misma tierra en
fueron suficientes para sus necesidades, co­ cuanto es portadora de frutos y cosechas.
menzó a construir una choza, eligiendo la for­ El pozo no era elegido a causa de sus
ma circular. ’ propiedades acústicas, sino que existía una
“Este becbo es tanto más notable, cuanto necesidad espiritual o mágica, para efectuar
que está colocado, en el orden de la danza, la danza circular alrededor de él no sólo en
en un mismo nivel de origen, porque en la América, sino en muchos lugares de otros
danza el círculo es la forma espacial mas Continentes. Ejemplo de esto que decimos,
^primitiva . tenemos en la antigua «Danza de Salomé».
Los mayas, toltecas y aztecas, así como la Estrella de la Mañana; así también había,,
los maya = quichés y nuestros indios pipil- la danza dedicada a los cuatro rumbos y tam­
toltecas y maya = lencas, acostumbraron las bién otras a los cuatro elementos: la de Xiuh­
danzas o rondas de círculo (y aún abora siem­ tecuhtli, al Fuego; la de La Serpiente Emplu­
pre se ejecutan), dobles, triples y basta de mada, al Viento; la de Tonacacihuatl, a la
cuatro y cinco círculos. Tierra, y la de Tlaloc, a la Lluvia.
El número de las rondas y los pasos, de Había danzas también dedicadas a las cua­
los días de baile, de los cantos y repetición tro mansiones, al dios de guerra, de la cace­
de refranes, está supeditado casi siempre a ría, de las cosechas, del maíz, etc., todas tenían
cifras sagradas. un sentido religioso y astronómico a la vez..
El cuatro y el cinco eran igualmente sa­ Casi todas las danzas circulares o rondas,
grados tanto para los mayas como para los tienen su origen en la Danza Serpentina, y
nahoas o toltecas. es así como considerando las incontables alu­
El cuatro es sagrado para los maya-qui­ siones a la serpiente en la mitología y la
chés y para los lencas de nuestro territorio, leyenda de nuestras civilizaciones indígenas,,
y ese número es una guía de las danzas de no será difícil remontarse paso a paso basta
los Cbilangas, Cbirilaguas, Concbaguas, Mon- los principios para llegar a la conclusión de
caguas, Guatajiaguas, etc. cómo la danza serpentina evolucionó gradual­
El cinco, por otra parte, rige las danzas mente a metafórica, lo mismo que la danza
de los nahoas o toltecas, y nuestros pipil- animal de la sociedad primitiva adquiere pos­
toltecas: Izalcos, Nahuizalcos, todos los pue­ teriormente un nuevo significado en las cul­
blos pipiles de la Costa del Bálsamo, Acul- turas más elevadas.
buacas, Mejicanos, Nonualcos, Panchimalcos,
etc. Pero también tiene un mandato sagrado Danza de los Cuatro Rumbos.—Ya que ha­
para estos grupos de raza el número cuatro. blamos de la danza de los cuatro rumbos, es
Por ejemplo la «Fiesta del Fuego Nuevo» muy oportuno saber que aún cuando la danza
se celebraba cada cuatro años y los nobles te­ circular se conoce en todo el mundo, la danza
nían cierta danza ritual que sólo la ejecutaban de frente se limita a las culturas que han
cada cuatro años. Los cuatro rumbos eran adoptado la choza de forma rectangular. No
sagrados, y cuatro eran los dioses que repre­ inferirse por esto que la danza circular apa­
sentaban a los cuatro elementos. rezca forzosamente acompañada de la choza
El gran festival de Quetzalcoatl: los anti­ redonda. La danza circular se halla vincu­
guos mexicanos solían formar en la danza el lada a la choza redonda en su origen y
movimiento de diez círculos de danzarines (es desarrollo, pero en nuestros días no se limita
decir el cinco doble) que ejecutaban en direc­ al territorio ocupado por ésta. “Porque como
ciones opuestas, alternativamente, debido al propiedad cultural primitiva fué tomada de
número tan grande de los que tomaban parte etapas anteriores y pasó a las posteriores,
en dicho festival. Los que estaban en el círculo reteniéndose a pesar de la modificación intro-,
interior cerca de los músicos que ocupaban el ducida en la condición cultural .
centro, daban solamente pasos cortos, hiera- Así la danza de frente, que está unida a
ticos y solemnes; éste lo formaban: el Empe­ su imagen estructural, o sea la choza rectan­
rador, príncipes y sacerdotes; los de los círcu­ gular, y eso no sólo en su origen, sino tam­
los medios, giraban con mayor rapidez: aquí bién y esencialmente en su difusión en la
iban los guerreros, altos dignatarios y nobles;
época actual.
y los que iban en los círculos exteriores, for­
En regiones muy primitivas se manifiesta,
mados por mercaderes y macebuales, parecían
especialmente la relación de la choza rectan­
volar en una ronda demente y frenética.
gular y la danza de hilera, en la vivida cons­
’ Los cronistas cuentan que más de ocho mil
ciencia de los puntos cardinales llamados por
hombres participaban en las danzas ceremo­
los antiguos toltecas las cuatro mansiones o
niales del antiguo México.
los cuatro rumbos.
La mayor parte de las danzas circulares
La historia nos cuenta que: “En un terreno
tenían entre nuestros antiguos toltecas, un
orientado de Norte a Sur y de Este a Oeste»
significado astronómico: la danza de Tonatiub,
los coras mexicanos ejecutaban danzas de ca­
era la danza al Sol; la de Tezcatiploca, era
balgaduras en las cuatro direcciones sagradas ..
la danza a la Luna; la de Quetzalcoatl, era a
Danza circular de los Reyes o Fmperadores y Sacerdotes representando a ios dioses. El del centro representa e VlTZILOPUCHTU,
y bailando alrededor, encabeza TLALOC; le sigue QUETZALCOATL que a su vez va seguido por XlUCTECUCTLI. Las huellas
de los pies indican otra rueda o circulo de bailarines alrededor del dios que está en el centro.

Abajo: dos músicos tocando instrumentos precortesianos. Uno. el ATABAL, que toca con las manos, y el otro suena un carapacho de
TORTUGA y una SONAJA. Ambos al mismo tiempo que tocan, están cantando, figurándose también el sonido de la voz cuando cantan.
( Codex Magliabecchiano XJII, 3).
Nuestros pipiles de Nahuizaleo acostum­ cribe una rara coreografía, que interpretando
bran el día de San Juan, una danza llamada resulta ser una danza cuyos danzarines se dis­
«Los Machines», cuyas cabalgaduras corretean ponían de tal modo, que imitaban en el delinea­
de Norte a Sur y de Este a Oeste o sea miento sirhétrico y quebrado, así como también
también en las cuatro direcciones sagradas. con los movimientos de piernas y brazos, el
En la danza llamada de la «Jalada de Pato», signo escalonado. Esta danza se ejecutaba en
veinte hombres se reunían bace algunos años el patio del Templo Mayor de Huízilopochtlí.
(pues ahora los autoridades las han prohibido), En otro capítulo de su obra, describe una^
en la plaza o campo cerca del pueblo donde figura de danza simétrica-escalonada muy se­
se celebraba la fiesta, dividiéndose inmediata­ mejante a la disposición de las graderías del
mente en dos grupos. En seguida montaban Templo, en la cual los niños ocupaban los
todos en sus respectivas cabalgaduras y al son extremos; para la ejecución de esta danza, los
de una música de pito y tambores, empezaba guerreros lucían brillantes y lujosos atavíos,
la corrida: diez se movían en vertiginosa ca­ danzando con movimientos majestuosos, bie-
rrera hacia el Norte, al pasar por el centro ráticos y uniformes.
tiraban de la cabeza del pobre pato que col­ En la danza ceremonial de los sacrificios,
gaba de un alambre o piale, y así en seguida acudían al templo, disciplinados y silenciosos;
al terminar los diez, venían otros diez hacia el los espectadores también permanecían mudos.
Sur, ejecutando la misma operación. Cuando Los danzarines se presentaban ataviados con
estos dos bandos de veinte hombres se cansa­ guirnaldas de flores amarillas, vestían ricos
ban, venían otros veinte fresquitos a relevarlos, mantos y las caras las llevaban pintadas: la
pero éstos emprendían las carreras de Este a mitad de negro y la otra mitad de amarillo.
Oeste, basta que se llevaban el pato y el que Subían en procesión solemne unos tras de
bacía esta hazaña era el ganador del premio. otros los pisos escalonados del Teocalli, sen­
tándose sobre los talones en forma simétrica,
Danza del Signo Escalonado. —Tengo bien formando el signo escalonado. Después for­
comprobado, después de un minucioso estudio maban varias hileras, cada una en las diver­
de investigación, que la forma empleada en sas graderías, dejando libre la escalinata cen­
la música de los toltecas-naboas, fué el pen­ tral, en donde subían en dos hileras los
tatono (como ya expliqué en la primera parte sacerdotes bailando el areyto ritual y solemne.
de este ensayo), que a su vez fué la forma El guía de la danza anunciaba el cambio de
conscientemente impuesta, pues se ajustaba paso y el guía del canto pregonaba el cantar
en armonía con la arquitectura de sus tem­ que a continuación se entonaría. Cuando la
plos. En estos templos la línea que impera es: danza era cantada, ésta tenía íntima relación
la del «signo escalonado», que, según Posnans­ con lo que se cantaba. El canto era la relación
ky, significa cíelo y tierra. o historia de acontecimientos pretéritos, de las
Esta danza del «signo escalonado» fué sin guerras, pestes, hambres, terremotos y reli­
duda la danza sagrada de mayor significación, giosos que era necesario recordar, para que
por estar en íntima relación con la filosofía los más jóvenes los aprendiesen, y asimismo
arquitectónica del templo o Teocalli de nues­ los fueran repitiendo cuando los más viejos
tros antepasados los toltecas. no existieran ya.
Ya be dicho que si así como el pentatono El guía comenzaba el canto con voz gruesa
en la música fué una imposición consciente y profunda, uniéndose en seguida el coro que
de la civilización tolteca, por ser ésta la forma continuaba el canto; los danzarines pateaban
que mejor expresara el signo escalonado del rítmicamente, efectuando meneos con el cuer­
Teocalli que fué quien lo inspiró, así la «Danza po y las manos “que era cosa bien de ver”,
del Signo Escalonado», es la consecuencia del como dice Sahagún.
templo o Teocalli y del pentatono en la mú­
sica de aquellas portentosas civilizaciones. El Pentatono de la «Danza del Signo Es=
En primer término las figuras de los códi­ caloñado».—Algunas melodías cerradas y bie-
ces y bajo-relieves de los templos, nos están rátícas de danzas muy antiguas de los indios
expresando a gritos la actitud simétrica del de Mesoamérica, se caracterizan por el material
signo escalonado muy semejante a la línea temático que las componen poniéndonos desde
arquitectónica de la gradería del Teocalli luego en contacto con el sentido elevado y
nahoa. En segundo lugar, Sabagún nos des­ simbólico del «signo escalonado», pues su
estructura métrica está vaciada en el penta­ pasos cortos dados bacia adelante, bacía atrás,
tono (cinco tonos), sincopada y muy angular. detenciones o reposo sobre una pierna, des­
“Se toca en secuencia descendente, dando la lizamientos, giros y brincos rectos, bierátícos,
impresión de una piedra que cae por una con ligera contracción del cuerpo; sólo en
escalera, peldaño tras peldaño . (Las grade­ determinados pasajes pueden permitirse los
rías del templo o Teocalli). saltos característicos de la danza de expan­
sión y esto será conforme al espíritu de la
El motivo se inicia siempre en lo alto, y
música y el argumento de la danza que se
de su constante repetición de arriba-abajo se
está interpretando. La expansión de esta danza
forma el conjunto.
es un placentero estiramiento, pero esta frase
El diseño de la danza es de pasos bierá- no basta para definir la danza de torsión o
ticos y uniformes. Los indios norteamerica­ del «signo escalonado». Debe tenerse presente
nos, los mayas, tarascos, los del Petén, los que el acto de procurar, ejecutar y enfatizar
maya-quicbés, los pipil-toltecas (de algunos la distorsión es por definición contrario a los
lugares de El Salvador), los incas y bolivia­ movimientos naturales, y además que toda
nos de la América del Sur, tienen muchas danza, y especialmente la danza primitiva, es
melodías en esta forma. extática. El éxtasis en el sentido que le es
Estas danzas fueron sin duda suntuosas esencial con relación a la «Danza del Signo
e imponentes, pues todos los cronistas espa­ Escalonado» o de líneas rectas, no busca ni
ñoles subrayan su admiración, dedicándoles produce la rutina de lo natural. Evita, como
muy largos y expresivos párrafos en sus la música en el pentatono, las curvas del
crónicas. medio tono que por ley física posee, y que
Estas danzas de ángulos o de líneas rec­ el «signo escalonado» impone de la línea hori­
tas, tenían su fundamento fisiológico en las zontal de un tono, doblar en ángulo a la
danzas de «distorsión» y éstas a su vez en vertical de otro tono; así la danza evita en
las danzas de «giro» y la torsión de todo el lo posible el movimiento en curvas de manos,
cuérpo que conocemos con el nombre de brazos y miembros inferiores, recortando las
«estiramiento». figuras en ángulos, o en líneas rectas. Hay
giros con los píes, pero éstos con las piernas
Muy pocos vestigios se advierten todavía
van en la figura siempre angular o de distor­
de estas antiguas danzas de ángulos o líneas
sión, formando su repertorio de movimientos
rectas, pero si observamos con atención las
extraídos de los modelos esculpidos en sus
figuras en relieves y las esculturas en piedra,
piedras milenarias y seguramente también de
así como las actitudes de algunos dioses y
las visiones irreales y fantásticas que origi­
guerreros en los códices y en la cerámica,
naron a su vez sus templos y esculturas, que
nos será fácil reconstruir el esquema de aque­
un espíritu extático fué también su creador
llas danzas sagradas y bíerátícas. Pero para
y las extrajo de la realidad cotidiana.
ésto es necesario sentir o presentir la elo­
Los movimientos peculiares de estiramien­
cuencia de las líneas o actitudes. La intui­
to que constituyen la parte esencial de las
ción puede ayudar mucbo, pero no basta: es
danzas de torsión o del «signo escalonado»,
necesario ahondar, observar, investigar sin
parecen basta cierto punto un movimiento de
descanso, antes de aceptar o imponer un mo­
expansión impedido, la interrupción de un
vimiento que puede desorientar la historia
balanceo; los brazos y las piernas se doblan
y origen de las manifestaciones artísticas de
en ángulo y todo el cuerpo en su integridad
nuestra raza. entra en “posición de líneas quebradas .
La «Danza de Moros y Cristianos» tiene No es difícil el estudio y comprensión de
muchos rasgos y delineamientos angulares, estos movimientos, pues sometiéndose a la
que son como restos supervivientes de aque­ disciplina de una técnica bien orientada, lle­
llas danzas bierátícas que sólo los nobles y garíamos a la expresión de una danza pura
sacerdotes tenían el privilegio de bailar cada y verdaderamente original de nuestros ante­
cuatro años. La participación de ambos sexos pasados naboa-toitecas. Los movimientos, pa­
era casi mimilar, sólo que las mujeres eran sos y plástica de nuestros indios, se pueden
también de estirpe noble o sagrada. utilizar en diferentes formas y variaciones,
Los movimientos con que se desarrolla pero siempre supeditadas a la técnica y carác­
esta clase de danza son casi exclusivamente ter psicológico de nuestro tema aquí planteado.
El indio pipil en su expresión natural es cas, y que cumplan ellas la misión de desper­
rígido y firme, aunque desenvuelto, y al bailar tar en nuestro pueblo la señorial figura del
da mayor idea de esa firmeza y esa precisión antepasado nuestro que existió dentro y fuera
o bieratismo. La arrogancia de sus pasos, el de la leyenda. La suavidad bierática de los
movimiento de sus piernas, los giros y mane­ giros del bombre que se ve en los grabados
ras de su cuerpo casi nos revelan al ídolo dirá qué modulaciones, basta abora ignoradas
animado, moviéndose en algunos bailes dentro y olvidadas, quedaron recogidas en los peda­
de una forma triangular. zos de piedra intocables, o en los apretones
Contemplemos el pasado en nuestros tem­ del barro modelado, para transmitirse a los
plos de Tazumal, San Andrés y Cibuatán, y futuros descendientes de aquella portentosa
en sus piedras labradas y bellísimas cerámi­ civilización tolteca.

OTRAS ORIENTACIONES COREOGRAFICAS


DE LA "DANZA DEL SIGNO ESCALONADO"

La base para una posible coreografía de la se equilibrarán con las posturas sostenidas,
da nza bierática y ritual de los naboa-toltecas, usando el paso indio.
está en saber utilizar todos los recursos ya En cuanto al origen de los motivos deco­
apuntados, agregando estas otras indicaciones: rativos, será siempre la arquitectura naboa-
La greca ba de ser de tipo angular esca­
tolteca, templos (Kúes o Teocallis), pirámides,
lonado o en triángulo, o en la mitad del cua­
altares, estelas, piedras grabadas y demás or­
tro, pero sin perder la forma del «signo esca­
namentos originales que se necesiten.
lonado» en el piso o en el diseño que forman
el relieve de las figuras que componen el coro. Se representarán rituales, leyendas, cere­
Los motivos del friso en sus diversos aspec­ moniales y temas bistóricos. Los colores a
tos se deben utilizar. emplearse serán aquellos preferidos y usados
Los pasos serán cortos y largos, y otro por los indios naboa-toltecas que se ven en
tanto los saltos. Los movimientos y ritmos los códices a colores.

CLASIFICACION DE LOS DIVERSOS ESTILOS DE DANZAS


EN LOS GRUPOS RACIALES DE NUESTRO TERRITORIO

En nuestra música danzante bay dos ele­ de nuestro folklore que, a no dudarlo, lo que
mentos que ban desempeñado un papel defi­ ahora existe, son las ruinas del valioso monu­
nitivo e importante: uno es el areyto consi­ mento de las antiguas tradiciones. Es por eso
derado como danza y como canto, y el otro que be procurado realizar el esfuerzo de una
es el pascol; ambas formas son primitivas y paciente búsqueda y de estudio comparado
anteriores al Coloniaje. del material recogido, para que no acaben
El primero, fué la forma ritual empleada de desaparecer de la vida de nuestros pue­
en la liturgia sagrada por nuestros toltecas, blos.
y el segundo, fué la forma simbólica del cere­ No obstante de poseer un sinnúmero de
monial totemista de aquellas civilizaciones. datos bien documentados, y cuidadoso estudio
Esta es la razón por qué algunas de nuestras comparado de investigación en la variedad de
danzas indígenas rezuman aún el espíritu de da nzas de nuestros grupos de razas, he creído
los dramas religiosos de tiempos muy lejanos indispensable para un análisis particular y
a la Conquista. clasificación de los tipos principales, emplear
Es en verdad para nuestra cultura, una la terminología técnico-científica con que de­
verdadera catástrofe nacional el becbo de que signa Curt Sach los caracteres motrices fun­
se bayan dejado pasar tantos y tantos años damentales que determinan la característica
sin recoger a tiempo todo el tesoro musical esencial de cada tipo o espécimen.
Según este musicólogo, existen dos tipos dando un ejemplo vivo, de que la danza de
principales de movimiento que se manifiestan saltos o expansión ha sido y es inherente a
con gran claridad y que separan sexos, pue­ la raza indígena de esas regiones.
blos, razas y personalidades; llama él a esos Otra observación mía al mencionar y des­
dos tipos de movimiento: el “de expansión o cubrir la «Danza del Signo Escalonado», y
abierto” y el “de exclusión o cerrado . que hasta aquí ningún musicólogo ni bisto=
Veamos cómo describe estos dos tipos: riador lo ba hecho, es que: así como en
Europa tuvieron el estilo clásico gótico en
“Se caracteriza el primero por una reac­ arquitectura, música y danza, así en la Amé­
ción motriz más fuerte. Puede decirse que rica antigua tuvieron el estilo del signo esca­
casi es una forma de lucha, una salvaje re­ lonado, en la arquitectura, la música y la
belión contra la ley de gravedad. Entra en danza. Como se ha visto antes, ya expliqué
extrema tensión cada uno de los músculos y detalladamente esta tesis del «signo escalo-
bace lo posible por aliviar al cuerpo en un nado», como inspirador y modelador de la clá­
impulso desenfrenado de ascensión. Talón y sica cultura de nuestros toltecas.
empeine se alzan del suelo, y el considerable
esfuerzo de sustentación queda librado a los Veamos ahora el segundo tipo: el “de ex­
dedos. Una de las piernas se alza tanto en clusión o cerrado”. Dice Sach:
el aire que su pie sobrepasa la altura de la “La característica principal de las danzas
otra rodilla, y la danza prosigue sobre una cerradas no es tanto la disminución y estre­
sola pierna. Arquéase el tronco hacia atrás, chamiento de los movimientos masculinos,
se vuelve el rostro hacia el cielo y los brazos pasos y saltos; la constituye más bien el acto
se dirigen hacia arriba. El último nexo que de iniciar el baile, desde un centro fijo de
une el cuerpo con el suelo desaparece: tími­ movimiento, con el balanceo de todo el cuerpo
damente en el brinco, con audacia en el salto. o de sus partes, sobre ambos ejes o en un
Recordamos a menudo el estilo arquitectónico círculo estrecho. Estas danzas consisten en
europeo que surgió, con mayor razón que el balanceo, el vaivén y la suspensión; fluye
todos los demás, del alma extática: el gótico. el ritmo con mesurada simetría y flexibilidad
“También representa una derrota de la a través de los miembros. Contrastan con
carga terrena, un triunfo desafiante de lo las danzas expandidas, pues a menudo sor­
vertical, un empuje singular e irresistible prenden por la calma y la compostura con
hacia lo alto.” que se desarrollan. Sustituyen a veces la
potencialidad desenfrenada con gracia y en­
Culminación de la danza abierta es la
canto, basta con delicadeza; trocan el derro­
danza de saltos. Esta danza la conservan
camiento dinámico por el ideal estático, el
los pueblos pastoriles de Europa en los dis­
anhelo por lograr la quietud, la permanencia
tritos montañeses. Los antiguos griegos la
y balanceo armónico .
bailaban consumadamente. Saltos de altura
e imponderable elasticidad y belleza se pue­ Nuestros indios practicaban una serie com­
den admirar todavía pintados en vasos grie­ pleta de danzas animales, algunas de ellas
gos y pompeyanos que se bailan en el Museo como símbolo sagrado de sus divinidades, tal:
de Antigüedades de Berlín y de Pompeya y la «Danza de la Serpiente Emplumada», sím­
en algunas ilustraciones de los libros de arte. bolo del dios del viento: Quetzalcoatl. En
estas danzas anímales o imitativas, ejecutan
La danza de saltos también existió y existe
variadísimos movimientos y ritmos: saltan,
todavía en muchos lugares del Continente
marcando pausadamente el compás en actitud
Indo-Latino. Quiero recordar aquí a los que
bierática, golpean ei suelo, se balancean, echan
han visto la película que nuestro cameraman
en torsión el tronco bacía atrás, se alzan,
Ben Guillén tomó de las danzas en la fiesta
agitan sonajas, y gritan.
de inauguración del Grupo Escolar «Delfina»
en «La Estancia» del Dr. Atilio Peccorini: Dice Sacb: “Volvemos a nuestra conclu­
en una de las escenas un apuesto nativo de sión: los pueblos que denotan influencia de
Moncagua que tomó parte en la película, bace la danza animal poseen variedad de movimien­
en el trayecto de una carrera, con paso lleno tos y bailan con entusiasmo; los que ignoran
de gallardía, un salto maravilloso, todo efec­ la danza animal, poseen pocos movimientos y
tuado con un ritmo de danza. Esto nos está demuestran muy poca animación en el baile .
El golpe del pie contra el suelo es uni­ origen pipil a tolteca, animosos, abiertos y
versal. Y tan universal como el golpe en el expansivos; mientras que los de la región
suelo es el acto de doblar la rodilla. Aparece oriental, pertenecientes a la raza lenca, son
en dos formas: la posición estacionaria y el más lentos, pero más persistentes, más serios,
movimiento rítmico. En algunos bailes, nues» más ceremoniosos, tal vez más meditativos,
fros indios usan la danza de saltos, así como aunque entregados por completo a la danza,
también la danza de brincos en la que em­ que de vez en cuando dan gritos como des­
plean indistintamente cualquiera de los pies, pertando a la realidad, entregándose de nuevo
mientras que en la danza de saltos, el que al éxtasis de la danza; es por eso que su
baila se separa del suelo con ambos pies a danza es cerrada.
un mismo tiempo. En la región de Occidente, los Izalcos usan
Sin embargo, puede asegurarse que las mucbo la danza de expansión, pero también
danzas de brinco son las más difundidas y en ciertos ceremoniales emplean la danza
las más antiguas entre los indios de nuestro hieràtica y estática. Hay ciertas danzas que
Territorio y aún abora están con ellas fami­ recuerdan o evocan los antiguos rituales de
liarizados, observándose que en los festivales nuestros antepasados pipil-toltecas.
indígenas salen a relucir las características La danza de «giro», los indios izalcos de
•de la danza de brincos. origen naboa = toltecas las ejecutan a veces
con leve arrastrar de los pies; otras, con salto
Sach, dice: “Es una forma moderada del
bacia adelante y hacía atrás, suave vaivén y
impulso ascensional la danza de la rodilla
balanceo de cuerpo, a veces lento caminar o
alzada que consiste en alzar rápida y alter­
presión alternada de los talones, deslizamiento
nativamente la parte superior de la pierna,
y rotación, pero invariablemente mirando ba­
moción que se destaca en descripciones de
danzas de los indios y con frecuencia de los cia la tierra.
Danzando, parece como sí estuvieran rezan­
antiguos egipcios .
do con los pies. Esta danza de «giro» bien
También entre los antiguos indios de Méxi­
pudiera clasificarse entre las «danzas cerradas».
co y Centro América, era característico y lo
La «danza cerrada» es la expresión genui­
es aún, el paso largo o tranco con impulsión
na del poder femenino de concepción, mien­
-bacia adelante, como en el baile de la «His­ tras que la «danza de giro» es la forma más
toria de Moros y Cristianos». pura de la danza de devoción o de ritual.
Cuando los historiantes ejecutan un salto Hay tipos de danzas que representan à
con ambas piernas para dar en seguida un muchos animales indispensables para el hom­
paso largo, están poniendo de manifiesto un bre, o también la caza y sus resultados, la
modelo típico de danza de expansión. batalla y la victoria, la cosecha, etc.; estas
A veces se ofrecen contrastes entre dan­ danzas pertenecen al género de «danza imi­
zas expandidas y danzas cerradas, obedecien­ tativa» o «mímica».
do esto también a contrastes de sexos, pero Contrasta con la «danza mímica» aquella
más aún a contrastes de pueblos y al carác­ que sirve una idea, un definido fin religioso,
ter psicológico de las mismas danzas. sin pantomima alguna, y esta es la «danza
Por ejemplo, los pueblos de los alrededo­ abstracta».
res de la capital: San Antonio Abad en el La «danza abstracta» engendra simplemen­
volcán, Cuscatancingo, Aculbuaca, San Sebas­ te el éxtasis o adopta la forma de la ronda
tián, Valle Mariona, etc., emplean mucbo la mística, en cuyo desarrollo el poder pasa de
danza de saltos, brincos, o de paso largo o los que están adentro a los que se bailan
tranco (danza expandida), mientras los pueblos fuera o viceversa. En las danzas abstractas
del Oriente de nuestra República, como Cbi­ siempre hay algo fundamental que es: el
langa, Cbirilagua, Moncagua y otros, emplean «tú en mí».
la danza de círculo, la simbólica de balanceo A las danzas abstractas pertenecen tam­
_y pasos cortos: dando el ejemplo de danza bién las danzas de «imagen» y la carente de
cerrada. Pero en estos mismos pueblos tene­ ellas, distinguiéndose muy claramente una de
mos ejemplos de danzas de saltos o expandi­ otra. En la de imagen, las formas y movi­
das, como la «Partesana» de Chilanga y la de mientos conservan su estrecha relación con
«Los Plumeros» de Concbagua. Los indios el tema, y aunque en ese caso no describie­
de los pueblos alrededor de la capital son de ran realmente el becbo en sí.
La danza «imitativa» es sujeta al cuerpo. El bailarín extático baila para perder su
Se origina en la idea de que la imitación del cuerpo y convertirse en espíritu. En absoluta
gesto y la posición basta para adquirir un pérdida del yo, se dirige bacia una meta que
poder y hacerlo utilizable. de apariencia se ba transformado en idea.
La danza «abstracta» es «liberada del cuer­ Y así vemos cómo ya en la primitiva
po». Es propósito de su movimiento elevar civilización prehistórica, la danza se había
el cuerpo extrayéndolo de la materialidad ha­ convertido vastamente en lo que es boy: ob­
bitual, basta que con el amortecimiento y jeto de deleíte artístico, fervor religioso y
extinción de los sentidos exteriores, se libera placer social.
el subconsciente y aumenta su poder espiri­ “La historia de la danza creativa se ubica
tual en ascensión extática. en la prehistoria.”

CARACTERISTICAS DEL INDIO


'Quien no baila desconoce el camino de la vida‘.—Jesucristo.
(SEGUN UN HIMNO GNOSTICO DEL SIGLO II)

Mucha razón tiene Curt Sach cuando es­ Esa fuerza sobrehumana que el alborozo»,
cribe lo que sigue: el éxtasis y la hipnosis proporcionan a nues­
“En su proceso mental el bombre primitivo tros indios, queda elocuentemente demostra­
no alcanza a comprender la relación natural da por su inconcebible facultad de resistencia
que existe entre la causa y el efecto. Los al prolongado estado de alta tensión durante
indígenas en su imaginación, espíritus y fuer­ el baile. En la danza, el más débil es capaz
zas que por vías misteriosas influyen en su de realizar milagros de resistencia, puesto que
vida y que algo tienen que ver con el ham­ es cosa corriente que un baile se prolongue
bre y la saciedad, con el alumbramiento, la no sólo todo el día, sino hasta ocho o quince
enfermedad y la muerte, y que, a su vez, se días consecutivos.
bailan sometidos al influjo de ciertas artes Durante la noche, antes de descansar, to­
mágicas que los atraen y les son adversas. man tisanas de yerbas sólo por ellos conocidas
para restaurar las energías e infundir a su
5i observamos detenidamente las costum­
cuerpo y su espíritu nuevos brillos para se­
bres y psicología de los diversos grupos de
guir bailando al día siguiente.
raza en nuestro territorio, nos encontraremos
con sorpresas y revelaciones que estamos muy Además, en los días de la bailadera, las
lejos de imaginar. El indio en su arroba­ novias o esposas de los danzarines, les pre­
miento siente nacer en él un extraño domi­ paran la tonificante bebida de la «potente
nio sobre los espíritus, el poder de obrar en chicha», tazas de chocolate o ponches con
unión con lo sobrehumano y fiscalizar los aguardiente, rodeándolos de atenciones, mimos
acontecimientos que fueron parte de su vida y admiración, que los estimula a seguir rea­
diaria; por eso busca el éxfasís, pues así lizando proezas con el baile.
penetra en el vacío, en aquel espacio donde Las novias se quedan en la rueda de es­
el «yo» se confunde con el infinito. pectadores, cuidándoles un taburete o asiento
La danza tiene ese poder mágico para el para que descansen en los intermedios de la
indio, extinguiendo en él los derechos de la danza; mientras sus novios bailan, los siguen
voluntad y el juicio, en tanto que el cuerpo con la mirada como hipnotizadas en dulce
liberado de sus trabas distiende sus músculos, arrobamiento, y más si en uno de los giros
exagera sus acostumbrados movimientos fuera el danzarín se acerca y la requiere con algu­
de toda proporción o inconscientemente los nas frases de amor, entonces ella se pone
convierée en una danza rítmica. colorada y lo premia con una sonrisa que
“Cualquier danza es y proporciona éxtasis”. ilumina el cuadro y que acompaña con gui­
ños de los ojos.
“Pero es mucbo más intensa la reacción
del bombre primitivo, cuya mente ofrece una Motivos o Temas de Danzas. — Nuestros
débil resistencia a cualquier estimulante y indios bailan en cualquier ocasión y por cual­
cuyo cuerpo indisciplinado reacciona con una quier motivo; nacimiento, ceremonia nupcial,
violencia que para nosotros es extraña . homenaje a los santos de su devoción, con»
certacíón de paz, primavera, siembra, para Estas danzas nos están enseñando mucho
atraer las lluvias, cosecha y para los banquetes del carácter e historia de nuestro pueblo.
de los primeros elotes, que se llaman «atóla- Cuando en mis jiras be contemplado estas
das», así también en las enfermedades y la danzas en las fiestas titulares de cada pueblo,
muerte. “La finalidad de estas danzas es siem­ además de sentir una emoción nostálgica de
pre el mismo: vida, fuerza, abundancia, salud . recuerdos dulces de mi infancia, be encon­
Todos estos temas tienen su expresión trado en ellos como un libro abierto no sólo
adecuada en las diferentes oportunidades por para leer en documentos vivos el encanto de
intermedio de diversas danzas. Así es co­ la verdad tradicional que nos trasmiten, sino
mo en las agrupaciones indígenas y ladi­ proporcionándonos la amplitud de nuestra in­
nas de nuestro territorio, tienen aún la danza terpretación.
de las armas o de guerra, llamada «Danza de Son estas danzas regionales de un gran
los Indios Bárbaros» de los Izalcos, la «Danza valor documental por mostrarnos el alma de
de Novios» para la consagración de las don­ nuestra raza, así como por su valor histórico.
cellas (ellos llaman consagración a la ceremo­ Por eso me be esforzado en recoger todas
nia del «concierto», o sea concertar el matri­ las que han venido a mi alcance desde bace
monio), la «Danza Nupcial» o «Son de la muchos años, con el fin de estimular en los
Ofrenda» para las «Mancornadas» indígenas mismos grupos de indígenas la permanencia
(al matrimonio le llaman «mancornada»), la y mejoramiento de estos bailes que ya se van
«Danza Fálíca» de los indios de la Costa del perdiendo o están próximos a desaparecer.
Bálsamo, para la lluvia y la germinación, o La mayor parte de nuestros baílecitos au­
la «Danza del Sol» para la siembra o la cu­ tóctonos han permanecido hasta aquí casi ocul­
ración de los enfermos (que ellos llaman: tos para las gentes de nuestras ciudades, como
«para que les vuelva el túnal»—sol—), es si el panorama con sus montañas y volcanes
decir, la salud, la luz en la mente y el calor los hubiese cobijado entre sus pliegues para
en el cuerpo. Sería largo enumerar todos los protegerlos del tiempo y sus atentados.
motivos de danzas de nuestros indios, que son Nuestros indios jamás han dejado de dan­
muchos y muy variados, como se verá en otra zar; en la tragedia, el dolor y la alegría, siem­
parte de este ensayo. pre han bailado, conservando y repitiendo lo
Es muy interesante descubrir, que todos que les legaron sus mayores. Hay razón para
estos motivos de danzas tienen en cada región ésto, pues la danza para éllos tiene un sen­
sus características especiales, presentándolos tido religioso, aunque ésta sea profana, como
con una fisonomía distinta, de acuerdo con la si al practicarla pusieran en evidencia aque­
posición geográfica y con los rasgos psicoló­ llas sabías palabras: “El que conoce el poder
gicos de cada grupo de raza. de la danza tiene su morada en Dios .

DANZAS DE FERTILIDAD O FECUNDIDAD

Para nuestros grupos indígenas, ya sean dedor del mayo en las espléndidas noches de
pipiles o lencas, que son pueblos esencial­ luna de verano, son para pedir la fertilidad
mente agrícolas, pues ya sea que recoja frutos de los campos. Esta costumbre o rito alre­
silvestres o cultive la tierra, lo que más le dedor del mayo, dió lugar a los misioneros
importa al indio y de lo que está más pen­ españoles para imponer como costumbre la
diente es que se produzca una lluvia sufi­ adoración de la cruz el tres de mayo en lugar
ciente y a su mero tiempo (como ellos dicen) de los ritos alrededor del mayo.
para las buenas cosechas. La danza del mayo los ladinos la conocen
Es por ello que en el conglomerado pri­ con el nombre de «El Baile de las Cintas»,
mitivo el conjuro que atrae a la lluvia ocupa y ya en otro lugar explicamos que este baile
lugar preponderante en los rituales del culto. es puramente de los indios centroamericanos.
Unido casi siempre al conjuro, van las dan­ También en Yucatán y otros lugares de Méxi­
zas que pueden determinar también la ferti­ co se conoce este baile.
lidad de los campos para las buenas cosechas. En épocas anteriores y aún ahora en mu­
Las danzas que nuestros indios bailan alre­ chos lugares indígenas, al poner la cruz se
revientan cohetes al son d® pitos y tambores, Posiblemente el paso tranco o zancada es
efectuándose al mismo tiempo alegres danzas también un motivo vinculado al crecimiento.
que no son otra cosa que los antiguos ritos Y la prueba palpable la tenemos no sólo en el
de danzas para provocar o pedir la fecunda­ paso que el indio usa para medir la distancia
ción de la tierra. cuando va sembrando el grano del maíz, sino
también en el uso de este paso tranco o zan­
En estas danzas, los que bailan llevan en
cada en las danzas de la cosecha y de la re­
las manos ramas con frutos, y a veces gruesas
novación de la vida, que acostumbran muchos
varas atravesadas de las que cuelgan toda
pueblos indígenas. Ya describiremos en la
clase de frutos; y cogiendo los extremos de
danza del maíz y la lluvia de los lencas, cómo
estas varas ejecutan una danza de ronda cir­
uno de los danzarines va marcando y midien­
cular. En Apastepeque y otros lugares de
do la tierra con el paso tranco, mientras los
San Vicente acostumbran mucbo estas danzas.
otros dos en una danza cerrada va cada uno
Entre los indios de la Costa del Bálsamo, representando su particular intervención de
la mayoría de los ritos para pedir la fertili­ acuerdo con lo que desempeñan en la danza.
dad de la tierra comienzan con la fecundidad
Si observamos con atención el gesto y mo­
humana; por eso llevan a cabo en el equinoc­
vimientos del indio en Jos trabajos de la siem­
cio de verano el ruidoso ritual a la media
bra, veremos que en todos hay un no sé qué
noche que llaman: «La Hora del Engendro»,
de misterioso y solemne ritual, acompañado
despertando a todos los indígenas con estruen­
de una fanática actitud bacia la tierra y el
do de tambores, cuernos y caracoles, que bu­
cielo.
fan como olifantes bélicos, para que se levan­
ten a ejecutar la «Danza del Engendro», des­ Los antiguos nahoas mexicanos bailaban
pués del llamado que la indiada hace gritando: la conocida «Danza de la Culebra», y esta
“¡Y a es bora del engendro! ¡Ya es bora del danza se celebraba durante la fiesta llamada
engendro!”, que es el rito dedicado al dios «Atamalqualiztli», unas veces en el mes
Falo, protector de la fecundación. «Quecholli» o bien en «Tepeilhuitl»; era pre­
cedido por un ayuno de siete días, cifra ca­
Es la danza no solamente a la propaga­ balística (dios siete), usada por los chords
ción de la tribu, sino que también la conse­ aún ahora “durante el rito conmemorativo del
cución de la abundancia del alimento que
«segundo paso del astro por el zenit», cuan­
asegurará también la continuidad de su exis­ do el sol «dobla» la línea del paralelo ’. Los
tencia. ceremoniales a la fertilidad de la tierra y a
Tanto la fertilidad del grano como la fe­ la fecundidad de la mujer reaparecen en esta
cundidad del hombre constituyen en la men­ ocasión, en que las madres cbortís han de
talidad del indio idénticas categorías. sujetarse a un rito de purificación semejante
Nuestros indios tan aferrada y misteriosa­ al que se ejecuta antes de las siembras y
mente arraigados en la naturaleza, condenados durante el equinoccio .
por el destino a estar tan próximos a la tierra, Fray Diego Durán en su obra «Historia
el mar, los árboles y las fieras, “no pueden de las Indias de Nueva España e Islas de
situarse en el exterior, ni en su actividad ni Tierra Firme. 1581», refiriéndose a los anti­
en su pensamiento. La siembra y la cópula, guos mexicanos nos babla de la fiesta grande
la germinación y la preñez, la cosecha y el de los Señores, con motivo de la fiesta de
parto, están todos dentro de una misma «Ebécatl» (Dios del Viento), que caía entre
ley”. julio y agosto, en la época en que se cose­
Es bien sabido que el pateo constituye chan los elotes. Y en nombre y a honra del
para el hombre primitivo un acto de toma de dios viento, se efectuaba un sacrificio humano.
posesión. “En el mito de la creación de los Dicha ceremonia se efectuaba en el templo
uitotos de Colombia, el «padre» tomaba “po­ de Tezcatlipoca, al cual daban aquella honra
sesión del suelo y pateaba sobre él repetidas conmemorando al mismo tiempo a Quetzalcoatl-
veces”. Y cuando la idea de la posesión se Ebécatl (uniendo al dios agrario y del viento).
degenera, el pateo se convierte paralelamente Al mismo tiempo se celebraba la fiesta a la
en un acto de exorcismo. Las mujeres de los diosa «Xilonen» (Diosa de los Elotes).
Lois del Indostán se inclinan en su danza En los Izalcos, una vez doblada la milpa,
bacia la tierra y la golpean con las manos. se preparan para la «tapisca», que por lo re­
guiar la efectúan en la primera quincena de no lo venden, sino que sirve para el consumo
septiembre, en seguida guardan el maíz en de la comunidad. Observamos nosotros que
sus ranchos, quitan de las sementeras las en los ranchos de las cofradías, los indios
imágenes de los montes, los tepíctli o tepegui después de cantar y bailar los coros de «¡Jeul
y también los espanta-pájaros, y bacen ante ¡Jeul», colocan las garruchas adornadas con
ellos y la imagen cristiana, la ofrenda de las mazorcas de maíz con los cuatro colores bacía
mejores mazorcas. A esta ceremonia 1.a llaman el rumbo Oeste que es la patria del maíz.
«el retorno o llegada de los protectores de El tres de mayo, día de la Cruz, nuestros
la siembra», es decir, de todos los dioses que indios lo tienen como un gran día, por ser
han intervenido cuidando de sus siembras en la fecha en que siembran en la tierra los
la temporada agrícola; y esto no es más que
granos para su fecundación y que señala el
el recuerdo tradicional de la fiesta similar de principio de la temporada de lluvias. El gran
nuestros antiguos nahoas-toltecas de la «lle­ dios agrario de la mitología mexicana y de
gada de los dioses», celebrada bacia la misma nuestros toltecas «Tezcatlipoca», era celebrado
fecha en época pre=bispánica. (Bernardino
con la mayor de las fiestas en el mes quinto
de Sahagún). llamado «Tóxcatl». Corresponde «Tóxcatl»
Después de la ofrenda de las mejores exactamente a la fiesta de la Cruz, llamado
mazorcas de maíz y otros granos, se reúnen «El Día Mayor» o «Hueilhuítl» por nuestros
todas las cofradías y efectúan una fiesta con antiguos toltecas, y máxima celebración del
tamales y chicha bailando basta las primeras año religioso, porque señalaba el principio de
horas de la madrugada. Hay que advertir las lluvias y determinaba la fecha de las
que lo que producen las cosechas, los indios siembras.

MASCARAS

Origen de la Máscara.—La máscara tuvo su en otras figuras se ve la persecución de la


origen en la cultura totemista. Nos lo está pro­ hembra con gran verismo, llegando basta la
bando el sinnúmero de figuras compuestas de posesión de ella. Tanto en el primer caso
partes de animales y partes humanas que se como en el segundo, como posteriormente en
encuentran en pinturas rupestres o esculpidas la danza enmascarada de época más reciente
en la piedra y como decoraciones en la rica y madura, el propósito no es sino un conjuro
alfarería de nuestros antiguos toltecas y mayas. de fertilidad. Y 1 as figuras representadas en
Ya sabemos también el papel importante que los códices llevan probablemente verdaderas
desempeñó la máscara en todos los rituales de píeles de animales que ocultan la cabeza o
los antiguos nahoas, y aún abora la máscara for­ una parte mayor del cuerpo. Ejemplo de esto
ma parte integrante en muchos bailes de los di­ es la reproducción litogràfica del bellísimo
ferentes grupos indígenas de nuestro territorio. vaso de Cbamá que representa una orquesta
En las pinturas de algunos códices es muy de anímales, que no son más que hombres
frecuente encontrar figuras humanas con ca­ con pieles de anímales.
bezas de animales, que no son otra cosa que El culto de nuestros antepasados, que eran
máscaras que portan los danzarines como pueblos agrícolas, y la fructífera combinación
ornamentación para la representación de sus de los factores de “extra e introversión”, son
rituales. Ni aún la suposición de que repre­ los que en primer término dan a la danza de
senten una especie de «camouflage» de caza máscara todo su aliento y profundidad, y a
utilizado para cazar al acecho, sería suficiente la máscara en sí su curiosa abstracción y
para destruir la afirmación que vamos a plan­ grotesco aspecto.
tear: las escenas que muchas veces represen­ Examinando atentamente las máscaras en
tan esos códices, en los cuales las figuras el «Bailes de Moros y Cristianos», nuestros
llevan hachas, las cuales levantan al cielo rostros parecen inexpresivos y duros ante
como en actitud de romper las nubes para estas creaciones obtenidas con un poco de
que caiga la lluvia, sugieren un ritual de madera y de laca, obteniendo un efecto vis­
provocar el invierno que fertiliza la tierra; toso e impresionante en el efecto de la danza.
Al mirarlas, mil conjeturas estrambóticas y hermandades llevaban la cara cubierta con
encontradas me sugerían. Pensaba, evocando una capucha provista de dos agujeros para
al «Gog» de Papiní, cuánta razón tenía en los ojos. Y recordamos también al «Pro­
su loca fantasía: “¿Por qué el hombre cubre feta Velado» del Korazán, el Consejo de los
las partes de su cuerpo, incluso las manos Diez» de Venecia, la «Máscara de Hierro»,
(guantes) y deja desnuda la más importante: etc. Guerra, arte, religión, justicia: nada gran­
la cara? Si ocultamos todos los miembros de se bacía sin la máscara.
por pudor o vergüenza, ¿por qué no esconder La máscara es la que nos bace vivir la
la cara, que es, indudablemente, la parte me- ilusión de otra vida fantástica, irreal... y que
nos bella y perfecta?” eterniza el gesto psicólogo-humorístico.
Los antiguos europeos, como los primitivos En el gentilismo de nuestros indios, los
de América, adoptaron y adoptan las másca­ dioses eran ataviados con máscaras, y los
ras para los actos más graves y bellos de «tectis» (papas, sacerdotes) y adivinos, era de
la vida. ordenanza que llevaran máscaras en los ritos.
Los primitivos romanos, como los antiguos A las víctimas y esclavos se les pintaba el
indios, se ponían la máscara para atacar al rostro y el cuerpo. Y pintados o con más­
enemigo en la guerra. Los hechiceros y los caras ejecutaban sus danzas o areytos.
sacerdotes romanos, como nuestros indios Sabagún nos cuenta que al mismo Hernán
primitivos tenían máscaras de ceremonia para Cortés, le ordenaron los embajadores indios
los encantamientos y los ritos. Los actores vestir la máscara y ornamentos del dios
griegos y latinos no recitaban jamás sin más­ Quetzalcoatl antes de presentarse ante el Se­
cara. Los japoneses llevaban máscaras en sus ñor de Moctezuma.
danzas, siendo famosas las que se ponían en
¿No es siempre mejor una máscara super­
el baile llamado: «Genjo-raku».
ficial, que la morbosa máscara de la hipo­
En la Edad Media los miembros de las cresía ?

DANZAS DE MASCARAS

“La danza enmascarada —dice Sacb— se cuando quitan de la visión sus rasgos facia­
origina en una esfera en la que una honda les personales! Y más efectiva es aún cuan­
experiencia mística y extática puede berdir do asume los de otro. Porque es especial­
la consciencia del yo, y en la que un regocijo mente el rostro la sede del espíritu. Adoptar
poderoso puede tener la virtud de abstraer el rostro de otro es vivir, aunque sea por
de 1 as condiciones corporales y liberar la par- un momento, una nueva identidad. Y la más­
fe humana de esa consciencia, pero burilando cara no es otra cosa que el aspecto y deco­
la parte espiritual para convertirla en una rado de ese “rostro de otro”.
consciencia nueva que se bace perceptible a Quien quiera que use una máscara, renun­
los sentidos y que está basada en el orden cia a su propia identidad y asume la de otro.
físico.” El deseo y la costumbre de formar parte de
“La cultura enmascarada, una de cuyas otro yo, en todos los modos posibles, es tan
raíces se ahonda en lo físico, concibe sus fuerte y echa tan profundas raigambres, que
espíritus en formas perceptibles, a menudo un indio que le tocaba todos los años hacer
anímales; y el logro pleno de la posesión de Pey Moro en el baile de la Historia, no
unido a la repulsión completa del yo están podía morirse porque veía frente a sí, colgada
unidas a la pérdida de la fisonomía y la a la pared, su máscara de Rey Moro, basta
figura, con una transformación visible.” que pidió que le pusieran la máscara, y así
La sensibilidad aborigen se impersonaliza con ella puesta exhaló el último suspiro.
y oculta su identidad basta con la danza or­ Los principios de la máscara puede con­
dinaria, ya sea mediante la abstracción del siderarse se remontan al primitivo período de
poder extático, o mediante la imitación de los la decoración de la danza, pero aquélla no tie­
animales en una danza mimètica. ¡Pero cuánto ne conexión natural y necesaria con la danza
más efectiva es la obra de los danzarines en sí. Son muchas las danzas que se ejecu-
fan prescindiendo de la mascara y vistiendo de moros como de cristianos, imitando los
en cambio disfraces o prendas de los ante­ tipos españoles de la Conquista.
pasados, y aún los danzarines del baile de la Pero las danzas de máscaras como fuerza
«Historia de Moros y Cristianos» van en mu­ de alborozo, como medio de vivir otro yo y
lograr otro estado, trae siempre consigo la
chos lugares de nuestro territorio a bailar
ornamentación festiva.
este mismo baile, sin máscara. Pero eso sí,
La máscara es la culminación de lo grotes­
que en dicha ocasión festiva los danzarines co y lo fantástico, acompañado de una riqueza
se acicalan con gran cuidado, pintándose y de color, expresión y de artificio realmente
poniendo siempre la nota característica, tanto impresionante.

RITUAL ARCAICO DEL "BAILE DE LOS PASOS"

En el horizonte arcaico de nuestras cul­ Sin duda el rito del «Signo Escalonado»
turas, se vislumbra la forma más antigua sin estuvo también íntimamente relacionado con
duda del «areyto» entre nuestros indios pre- los movimientos del sol, en los dos equinoc­
toltecas, siendo esta forma el «Baile de los cios, que nuestros indios imitan desde tiempo
Pasos», que creo más primitivo y lejano que la pre-colonial en el rito de «Los Pasos», invo­
«Procesión Sal fariña» o «Paso del Peregrino». cando especialmente de la Conquista para acá
A este «Baile de los Pasos», podríamos a «Jesús de los Pasos».
llamarle «El Areyto Arcaico» por su antigua Sabagún describe el ceremonial del «Fuego
procedencia y forma rudimentaria. Fué sin Nuevo» entre los aztecas, como sigue: «Los
duda la primera forma o sea la que inspiró
sacerdotes se vestían y se componían con los
posteriormente a los pasos más complicados ornamentos de sus dioses y empezaban a ca*
de la «Procesión Saltarína» o «Paso del Pe­ minar, poco a poco, muy despacio (paso a paso),
regrino», y de más profundo significado con y con mucha gravedad y silencio, y por esto
sus creencias teogónicas relacionadas con la decían íeonenemi, que quiere decir: caminan
Astronomía. como dioses, ceremonial equivalente o exacto
El padre Landa se refiere a una ceremo­ al de «Los Pasos», conservado en todos los
nia que los yucatecos efectuaban en la fiesta lugares indígenas.
del «Fuego Nuevo» y “que repetían en la
fiesta que seguía, que era para alcanzar buen Este «Baile de los Pasos» concuerda o
año de aguas para sus panes”. tuvo su origen, seguíamente, en las observa­
ciones de los fenómenos astrales y especial­
A este raspecto dice Rafael Girard: “En mente en el registro cuidadoso y diario en
dicho mes celebraban también una fiesta de­ lo referente a los «Pasos del Sol».
dicada a los Cbac, dioses de la lluvia y de
los panes, con el objeto, según Landa, de Refiriéndose a los cbortís de Guatemala,
dice Girard: “Para llevar la cuenta de los
obtener nuevas lluvias para lograr buenos
alimentos (mismo ceremonial ejecutado por los «Pasos del Señor» (Pasos del Sol), hay se­
chortís actuales, en el equinoccio de primave­ ñales fijas en relieves o accidentes topográfi­
ra). La formación de un “montón de piedras cos que marcan esas diversas posiciones de
con sus escaleras” era el centro de interés del salidas o puestas del astro llamados: «Pasos
rito equinoccial. “Untaban el primer escalón del Sol».
del montón de piedras con lodo del pozo y Los antiguos indios toltecas (como ahora
los demás escalones con betún azul, y echa­ los izalcos y los lencas), sabían y estimaban
ban muchos zahumerios e invocaban a los Cbac también la altura del sol sobre el horizonte,
y a Yzamná, y ofrecían sus presentes”. (Landa). y los toltecas como los cbortís actuales según
Continúa Girard: “Este rito de los esca­ Girard esa altura «la mide por gradas» (tal
lones debe relacionarse con la marcha, cada vez vez esto fué el origen del «Signo Escalona­
más acelerada del sol, a partir del equinoccio, do»), que da en metros o varas y que son
que los cbortís imitan en el rito de «Los variables de un lugar a otro. El mismo nom­
Pa sos», invocando especialmente a «Jesús de bre de «gradas» se apliea a las medidas de
los Pasos». posición en el horizonte. Cuando los puntos
de mira son relativamente cercanos al ob= del areyto, sólo que en éste de «los Pasos»
servatorio, éstos quedan señalados por cru­ no había ni figuras ni «meneos» pues era la
ces que van marcando los «pasos» del sol en forma arcaica y severa del areyto que des­
el horizonte; dichas señales se relacionan con pués vino).
la imagen de «Jesús de los Pasos» (que en Dicho acontecimiento se recordaba también
el ritual católico son los «Pasos de la Pasión»). en la ceremonia del poste de «25 brazas» que
(Girard). se colocaba en el patío del templo mayor, en
En las Kalendas de Sahagún (Historia Tlaxocbimaco y que se volvía a echar en tie­
General de las Cosas de Nueva España) te­ rra may poco a poco, como bajaba el Sol des­
nemos que en el octavo mes se celebraba en pués de su segundo «paso» por el zenit en
el antiguo México la fiesta de los elotes, y el mes de Xocotlbuetzi, que significa, según
en el siguiente, Tlaxocbimaco, efectuaban gran Durán, «la caída del Xocotl».
fiesta al dios solar, Huitzilopochtli, en el tem­ En el treceno mes en que se celebraba a
plo principal, en conexión con el retorno del los dioses «Cerros» (dioses «Cerros-Valles»),
Sol, después de su segundo «paso» por el se cerraba el período de 260 días, mientras el
zenit, becbo astronómico que se mimetizaba mes siguiente, Quecbolli, que era el mes del
además en el «Baile de los Pasos», pues co­ ave de pluma rica, insignia del verano, —que
mo dice el mismo Sahagún: “No danzaban a es a la vez dios tribal— y la celebración de la
manera de areyto ni hacían los meneos como «Fiesta de los Muertos». Los mexicanos co­
en el areyto, sino que iban paso a paso al mo nuestros pípil-toltecas hacían en el trece­
son de los que tañían y cantaban”. (El canto no mes la ceremonia «de derramar el maíz
unido a la danza ritual era siempre una forma en las cuatro partes que su año tenía».

EL AREYTO
Tenemos que referirnos aquí a otra for­ El «areyto» de los toltecas o nahoas lo
ma de danza muy antigua entre nuestros in­ hemos visto descrito así: el Emperador o ca­
dios, es decir, la danza sagrada o ritual, co­ cique y los sacerdotes se dirigían al templo,
nocida con el nombre de «areyto». al compás de sus cantos litúrgicos, danzando
Ya hemos visto que las dos formas bási­ con la disciplina de un solo gesto y un solo
cas de las danzas que atrás describimos: la movimiento. Se movían todos ya hacia la
ronda coral y la danza de frente, han sido derecha, ya bacía la izquierda, todos iguales,
introducidas e inspiradas de afuera, es decir: con movimientos llenos de gracia y de sime­
de una concepción del espacio, de las fuerzas tría, y seguían danzando siempre hacía ade­
y cosas materiales y de muchos otros facto­ lante, retrocediendo y hacía uno y otro lado.
res y fuentes. Pero existen otras dos formas Este paso de «areyto» lo he presenciado
básicas o fuentes, que no emanan del exte­ en la «Procesión del Santo Entierro» el Vier­
rior o factores materiales, sino que son crea­ nes Santo, en Izalco y otros lugares indíge­
das por el dinamismo interno del bombre, o nas de esta República; también lo be visto
sea el mandato psicológico que forma su ci­ en casi todas las procesiones de Semana Santa
clo particular de «tensión» y «distensión» que en Los Altos: Quezaltenango y Cbicbícaste­
constituyen la esencia de todo estilo artístico. nango, en Guatemala, lo que nos demuestra
Sach se refiere a ellas con las denominacio­ la persistencia indígena en mantener la clásica
nes de «Danza Continua» y «Danza de Re­ forma del «areyto» de nuestras antiguas civi­
torno». lizaciones.
“En la d anza continua se mantiene y con­ Si observamos con atención esta supervi­
serva el mismo movimiento, ya sea bacia ade­ vencia de las antiguas formas del «areyto»,
lante o atrás, a la derecha o a la izquierda”. podremos ver los impulsos que contrastan y
«La danza de retorno» oscila; varios pa­ los poderes creadores de la raza.
sos bacia adelante, luego un retorno al pun­ En la primera forma del «Baile de los
to de partida». Pasos», se presenta un movimiento incansa­
Pues bien, el areyto de nuestros antiguos ble bacia adelante, que algunos designan «di­
toltecas, por su forma y clasificación, es una námico»; en la otra forma, el «areyto» es
danza de retorno. un balanceo de oscilación «estático», que es-
Forma en que ejecutaban el AREYTO frente al dios, siempre en danza circular; el Señor o Emperador esfá
en el centro, y véase el que va guiando la darza o AREYTO. El tepunahuaste y atabal acompañan el ritual.
(Codex Migliahecchiano Xlll. 3).
tablece el equilibrio que constituye la armo­ Esquemas de pasos iguales o similares se
nía ideal de toda actitud, nivelando todo mo­ han observado en Norte América, Indonesia,
vimiento, toda tensión, lo mismo que en todo la India y Dinamarca, y los «branles y pava­
proceso y conducta humanos se busca la com­ nas» de los siglos XVI y XVII son vástagos
pensación por los contrarios basta encontrar más recientes de aquellos.
la perfecta armonía.
Este «Paso de Areyto» o «Paso del Pere­
Este paso del antiguo «areyto» de la civi­ grino» fué el paso sacerdotal en los festivales
lización tolteca, (y creo que también los ma­ sagrados de los antiguos toltecas, nahoas,
yas lo tuvieron) es designado modernamente mayas, maya-quichés, pipil-toltecas, etc., de to­
en la historia de la danza por Sach, con el das las civilizaciones pre-híspánícas, y las des­
nombre de «Paso del Peregrino», pero es tam­ cripciones de Sabagún, que recalca su admi­
bién conocido con el nombre de «Procesión ración por los meneos, simetría e igualdad en
Saltarina». los movimientos, nos trae sin querer a la
memoria, el «Paso del Peregrino» que bemos
En la procesión de «La dopada» de San­
observado en muchas ocasiones en pueblos
tiago en Aculhuaca, las «tenáncin» que tienen
indígenas de aquí y de Guatemala, en las
a su cargo la imagen de la Cofradía, «las
cuales caminan con la disciplina de un patrón
serviciantes» que llevan ramos de coruscan­
inconfundiblemente «revertido».
tes flores y las que van haciendo la incensa­
ción con pebeteros votivos, caminan de acuer­ El ritmo que a continuación describiré, y
do con el patrón, decididamente «revertido» que vi en una procesión de Izalco, fué el que
del paso de «areyto» o «Paso del Peregrino». me inspiró para componer la música que titulé
«PROCESION HIER ATIC A».
Este viejo «Paso del Areyto» o «Proce­
sión Saltarina» como llaman otros, es segura­ Pero antes veamos textualmente lo que
mente uno de los más antiguos de todos los dice Sabagún en la Kalenda N°. 8, al describir
pasos de danza que se conocen. las danzas dedicadas en el festival o «Gran
Fiesta de Caballeros», dice así: “Mas todos
Sacb nos describe que los roroímas, cerca
llevaban un buen compás en el alzar del píe
del Orinoco, participan en un festival for­
y en el echar el paso adelante, en el volver atrás,
mando una sola línea encabezada por el guía
y en el b acer de las vueltas”. (Sahagún).
de 1 a danza y sucediendo las mujeres a los
hombres; cada danzarín colocaba su mano Lo que está demostrando muy claramente
izquierda sobre el hombro del que lo prece­ que se trata del areyto en paso de patrón
día, y la procesión se adelantaba lentamente, «revertido» o sea el «Paso del Peregrino».
dando siempre dos pasos hacia adelante y uno El ritmo de la procesión de Izalco es como
bacía atrás. sigue:

Movimiento de la pierna. — Ritmo «tres cuartos».

DERECHA IZQUIERDA DERECHA


ADELANTE ADELANTE ATRAS
IZQUIERDA DERECHA IZQUIERDA
ADELANTE ADELANTE ATRAS

Después continuaban así, comenzando con 1a p ie rn a derecha:

DOS PASOS UNO DOS PASOS


ADELANTE A LA DERECHA ADELANTE

UNO DOS PASOS UNO


A LA IZQUIERDA ADELANTE A LA DERECHA
Alternando con el anterior «revertido». Muy frecuentemente nos escontramos con
Ahora me pregunto: ¿por qué este «Paso melodías que no sabemos a qué danzas per­
del Peregrino» se encuentra especialmente tenecen; pero en el largo intercambio de in­
en los pueblos y procesiones indígenas?, y ¿por vestigación que be tenido con folkloristas de
qué esta persistencia tan marcada en la raza todo el Continente, me han informado que
por conservarlo? La respuesta es muy clara: diversas tribus tienen tanto danzas de retorno
porque esta forma de paso «revertido» o paso como melodías simétricas.
de «areyto», lo vienen practicando y conser­ Pero también es muy atinado considerar,
vando como herencia y legado de sus ante­ que no siempre la danza de retorno sea la
pasados, que han tenido el cuidado de ense­ consecuencia de la forma musical o viceversa,
ñarlo a sus hijos y generaciones, que lo han sino simplemente que ambas nacieron o se
venido repitiendo basta nuestros días. Esto originaron en el mismo impulso motor, y que
mismo ba pasado con la música y sus danzas. este impulso motor está fuertemente ligado
El origen de esta forma de paso, no ha con el movimiento cerrado.
sido muy bien aclarado aún; pero no queda Todos los antiguos cronistas: Oviedo, He­
lugar a duda, que surgió de una necesidad rrera, el Padre Las Casas, Sahagún, Brasseur
espiritual y con un sentido puramente reli­ de B., el Padre Jiménez, etc., nos hablan
gioso. Puede ser que este paso tan simétrico del areyto y mitotes de los indios de estas
de: uno, dos pasos adelante, y uno atrás; uno, regiones. Oviedo, dice: “que los areytos eran
dos pasos adelante, y uno a la derecha; y uno, las rimas o romances que entonaban los na­
dos pasos adelante y uno a la izquierda, nos turales de estas tierras. Cantaban y bailaban
están describiendo el «Signo Escalonado» a un tiempo mismo, recordando sus historias
tantas veces mencionado, y en el que van con el recitado del monótono canto con que
señalando hacia los “Cuatro Rumbos” o sea se acompañaban, y que era interpretado por
bacía las “Cuatro Mansiones Sagradas. todos, en forma de coro, o individualmente,
Es muy probable que este paso tuvo su por el guiador de la danza o relato, cuyas
origen en la época del Segundo Horizonte palabras repetían todos, hasta que el basto­
Cultural o sea cuando florecieron las monu­ nero o director terminaba su historia. To­
mentales construcciones de los templos de mándose las manos unas veces y trabándose
Teotihuacán y las exquisitas esculturas y ciu­ otras de brazo a brazo, seguían todos el ritmo
dades religiosas mayances del Viejo Imperio, de la música con el cuerpo, dando algunos
porque en este Horizonte (200=600=d. de J. C.) pasos adelante y atrás. El relato duraba a
florecieron manifestaciones vernáculas en to­ veces desde un día a otro día, y según el
das las regiones de México y Centro América. testimonio del Padre Las Casas, los areytos
Por otra parte, la interpretación que yo constituían sus fiestas y danzas. (’)
bago de haber sido inspirado en el «Signo Aquí es bueno recordar algunas palabras
Escalonado» creo que es la más razonada por referentes al areyto, de Fray Bernardino de
su antiguo origen y significado. Sabagún, refiriéndose a nuestros indios los
Para terminar recordemos lo que dice toltecas o pipiles, decía: “que danzaban al
Curt Sachs: compás del ritmo y de los ademanes, que a
“La efectiva fusión casi general del canto pesar del número de danzantes, nadie perdía
cerrado y de la danza de retorno, del des­ el paso, ni trastornaba el movimiento. Esto
censo, elevación, avance y retroceso tanto en es de admirarse, porque no todos los danzan­
la música como en los pasos de la danza, es tes llevaban en el areyto el mismo paso, ni
un fenómeno perfectamente lógico y natural. movimiento. Unos giraban dividiendo el com­
Porque este balanceo rítmico, que es casi pás en dos tiempos; otros, en el mismo círculo
como la respiración, corresponde al mismo
curso de tensión y distensión que se refleja (1) El Diccíonaiio Cubano, de J. M. Macías, 1885, sobre
la etimología de la palabra Areyto, dice este notable escritor
en la estructura musical con sus frases in­ que sabiéndose que en los mismos, formaban los indios círculos,
troductora y final terminadas con cadencias para cantarlos y bailarlos, es fácil inferir que «areyto se deriva
de aro, y es por lo mismo una derivación de arito».
provisionales y auténticas. Es una de esas Añade el diccionarista, que para aquellos que consideran
identidades fundamentales que carecen de que estos cantos debieron figurar en sus guerras, como ocurre
boy con las músicas militares, puede admitirse que procede del
explicación intelectual, pero que son recono­ griego «areitboos», os, on, «ardiente en el combate»; voz com­
cidas a priori por una mente alerta’. puesta de arés, eos. Marte, y de thóos, pronto, ágil.
y en rotación contraria, bailaban dividiendo marcando con el paso un ritmo de tres por
el compás en cuatro tiempos, y llevaban un cuatro, pero en esta forma: dos pasos para
movimiento frenético y continuado. Otros adelante y uno para atrás; después, dos pasos
bailaban en línea recta, bieráticamente; éstos para adelante y uno bacia la derecha; en se­
eran los que llevaban la voz en los coros, y guida, dos pasos para adelante y uno bacía
todo ésto lo ejecutaban con unos meneos, en la izquierda; lo que bace en el conjunto un
movimientos uniformes y bien disciplinados, cierto balanceo uniforme que le imprime fuerte
que era cosa de ver”, (f) característica de tonalidad arcaica.
Entre los bailes que todavía sobreviven En el baile de «¡Jeu! ¡Jeu!» es el mismo
en nuestros indios pipiles de Cuzcatlán, se ritmo de dos pasos para adelante y uno bacia
encuentra uno que ba conservado su carácter la derecha, y dos pasos para delante y uno
y forma del verdadero areyto: es el «Coro hacia la izquierda. En el baile de «Moros
Areyto de ¡Jeu! ¡Jeu!» de los izalcos. También y Cristianos», entre mudanzas y giros que
el baile de la «Historia de Moros y Cristia­ son como describe Sabagún el areyto pre-
nos», conserva en sus ritmos, los pasos y cortesiano, hay uno que es: en paso de
mudanzas, lo mismo que en su indumentaria, baile dan dos pasos adelante y dando un
fuerte característica del areyto de época del golpe con el pie derecho en el tobillo del
gentilismo de nuestros indios, y que segura­ izquierdo, lo tiran bacia la derecha; a este
mente tuvo en su lengua (el náhuatl) una paso los historiantes le llaman: «de golpe y
letra relativa a sus proezas y victorias como volado». Los historiantes, de uno en uno los
el «Rabinal-Achí». personajes principales, cantan sus estrofas
Tod as las ceremonias y procesiones religio­ con un sonsonete o cantilena monótona y
sas de nuestros indios en sus pueblos, tienen triste, que creo es una persistencia del anti­
muy marcado el carácter y psicología ritualís- guo areyto de las civilizaciones pre-coloniales;
ticadel antiguo areyto o mitote de aquellos hay algo que me bace sentir y presentir
indios de antes de la Conquista. que es así.
He observado repetidas veces en los izal­ Hl baile de «Los Plumeros» o «El Ton­
cos, nabuizalcos, panchimalcos y en otros gru­ contín», que bailan los cacaoperas y guatajia-
pos raciales, que el paso que llevan en sus guas, tiene también el mismo paso de areyto.
procesiones y aún en muchos de sus bailes En los rituales de la siembra del grano
es como sigue: en Izalco, cuando llevan la sagrado, el maíz, los indios usan el mismo
Urna del Señor en el Santo Entierro, así paso del areyto y en la forma que ya queda
como todos los que van en la procesión, van dicha.
Pero el «¡Jeu! ¡Jeu!» de los izalcos es el
(1) Los aztecas, yaquis, mayas, quichés, etc., y los toltecas.
pipiles, etc , de Centro América, llamaban a los areytos: mitotes
que mejor ba conservado toda la forma por
o batocos. su coro, la música y la danza, que con su
MITOTE. — Danza ritualística. Viene de la voz nabuatl: hieratismo y característica, acusan desde luego
Mitotiani, danzante.
MITOTE. — Fiesta, baile numeroso. Viene de la voz nabuatl:
el verdadero areyto de nuestros pipiles, (’)
Mitoitía (Mo = 5e (y de) itotía = baila) Se baila.
MIJTUUA.—Baile, danza. (1) Al areyto o mitote, también nuestros indios le llama­
MIJTUTIANE.— Danzante, bailarín. ban: «Macevalistli».

APUNTES MUSICALES
Turina dice: “Ritmo es el orden y la pro­ bién él lo lleva en la sangre; pero además es
porción en el tiempo”. el único animal que lo domina. Lo que alcan­
En el Universo entero todo tiene ritmo. ce en su dominio del ritmo puede depender
“Platón negaba a los animales el sentido de su talento y disposición”.
del ritmo. Y esto que por mucho es una ver­ Yo creo que cada raza, cada grupo o ca­
dad, no lo es enteramente”. da individuo, su ritmo va de acuerdo con el
Sachs a este respecto dice: “También el medio psicológico en el cual se mueve. Tam­
hombre tiene tendencia innata al ritmo, tam­ bién a esto podríamos agregar el clima, la
posición topográfica, las características racia= gas como en los coros de «¡Jeu! ¡Jeu!», que
les, etc. Todo forma parte del uno, es decir, golpean en el suelo con las garruchas de ma­
del movimiento. zorcas al compás del ritmo cuando bailan. Y
“El marcador de tiempo primitivo es el muy frecuentemente cuando bailan se colo­
píe que patea’. Al sonido apagado o sonoro can una base en la planta de los caites o
que produce el pateo se opone luego el más zapatos para obtener la resonancia, más que
agudo de la palmada con las manos o sobre en el suelo desnudo.
algunas partes del cuerpo, convirtiéndose és­ Por esta razón es que los danzarines en
tas en otros tantos instrumentos musicales. la «Elístoria de Moros y Cristianos», bailan
“Una clasificación cuidadosa señalaría distin­ calzados, no sólo por el carácter de la danza,
gos entre el palmoteo efectuado con la mano en sí, sino también para obtener mayor re­
abuecada y el que se realiza con la mano plana”. sonancia en el pateo de la coreografía.
Contrastes de efectos muy bellos que pudi­ En muchas danzas, pero especialmente en
mos notar en las danzas de Rosario y Antonio este de la «Historia», se colocan ornamentos
en su paso por nuestro Teatro Nacional. sonoros: rosarios y collares, con pingajos de
Todas las culturas básicas, en su mayoría, “pisto viejo , macacos y monedas antiguas de
permanecen en la etapa del pateo y la pal­ plata, cascabeles, campanitas, pistocbos de lata
mada. Especialmente la cultura española ha y Conchitas marinas, que al danzar producen
aportado grandes recursos a sus danzas con un concierto sonoro, variadísimo y singular.
el pateo y la palmada. Estos ornamentos van sujetos al cuerpo:
En la cultura básica de nuestros indios en el cuello, cinturones o fajas y las muñe­
se encuentra muy intensificado el pateo del cas; el pateo y matraqueo son más efectivos
pie y la palmada sobre el cuerpo. A veces cuando se ponen esos ornamentos en la ro­
reemplazan el pateo con golpes de pérti­ dilla, la pantorrilla y el tobillo.

EL SENTIDO RELIGIOSO Y SIMBOLICO DE LOS INSTRUMENTOS


Una de las cosas más importantes en la y del origen del género humano, en la ser­
cultura indígena (como ya bemos visto más piente que tentó a Eva.
detalladamente en la primera parte de este
Su sonido incisivo e incitante bace am­
ensayo) es el invento de sus instrumentos
biente a la danza y estimula a los danzarines.
de percusión.
La «charrasca» o raspador, es un instru­
Ya bemos visto cómo esos instrumentos
mento que no es un marcador de tiempo, en
de percusión de carácter rítmico y, por lo
el estricto sentido del vocablo, pues el soni­
tanto, extático, producen un ruido regulado,
do que produce carece de la precisión nece­
y consideramos ahora que dichos instrumen­
saria. Se emplea más bien no solamente en­
tos subsisten como parte integral de la dan­
tre nuestros indios, sino en muchas tribus
za desde sus orígenes.
de todo el Continente Americano, como con­
“Pero superior a su función puramente juro de fertilidad. Sólo en ese sentido debe
rítmica es el poder mágico que reside en su interpretarse su uso en la danza. Los indios
forma, en el material de que están construi­ de la Costa del Bálsamo lo tocan en la Dan­
dos y en el modo y ocasión con que se los za del Engendro o Danza Fálica, que ejecu­
emplea, añadiendo este poder a la danza con tan en la luna nueva y a medía noche.
vistas a fines religiosos”.
El «sacabuche», un recipiente de barro,
Por ejemplo: generalmente es un cántaro cuya boca está
Las «sonajas» llamadas también «maracas» tapada con un parche restirado de cuero de
además de su función como marcadoras del animal, en el centro un agujero reforzado
tiempo, tienen el sentido religioso o simbó­ por donde pasa un palo cilindrico untado de
lico de representar al falo de la fecundación, cera que al frotarlo, ya bemos dicho, produ­
y al mismo tiempo el repiquetear del sonaje­ ce un singular sonido onomatopéyíco que es
ro representa a los cascabeles de la serpien­ como si estuviera diciendo: «¡fu, fú-fa! ¡fu,
te, que a su vez es símbolo de Quetzalcoatl fú=fa!». Los indios dicen al que lo toca: ¡apu-
rate vos, aplícale bien el sobijeyo! Para los rrizo de la flauta están encerrados los espí­
indios izalcos el significado de este instru­ ritus de los pájaros cantores de nuestras
mento es que simboliza el acto del engendro. montañas, tales como: el zenzontle, el guarda
No falta en las «mancornadas» nupciales. barranca, la chiltota y el pito real. Y las má­
El «tepunabuaste».—Ningún instrumento gicas melodías sirven para acompañar incon­
de los indios de nuestro territorio, tiene tan tables danzas en las que es evidente la idea
elevado significado religioso como el tepuna­ primaria de los pájaros, pues dichas melodías
buaste. Para ellos simboliza la tierra y lo en su mayor parte parecen la imitación del
que la rodea, y dicen que es el instrumento canto de nuestras aves canoras. Los motivos
de los “cuatro rumbos o las cuatro mansio­ musicales vaciados en el pito de caña son
nes sagradas”. En su cavidad interior bay el para danzas animales, de cosecha, históricas
conjuro vital al que se asocia el llamado que y amorosas o nupciales.
bace el indio al sonarlo con los palillos, cu­ Las culturas de tribus medias nada añaden
yos extremos llevan una pelotíta de cera o aparentemente a los implementos más viejos,
de mantillón bien apretado, produciendo un excepto que perfeccionan los instrumentos
sonido ronco, guerrero y majestuoso, que ba­ rítmicos y echan las bases de un acompa­
ce que nuestros indios digan: “Aquí dentro ñamiento melódico de la danza, con las rudi­
se oye la voz de un dios . mentarias melodías del pito de caña.
El tepunabuaste se emplea en las gran­ Estas melodías tienen probablemente dos
des ceremonias religiosas y guerreras. raíces de origen.
El «pito de caña».—Ya hemos visto en La primera fué sin duda el placer que
capítulo anterior sobre el estudio de las flau­ proporcionan los marcadores de tiempo o
tas arcaicas, la gran variedad y diversos sig­ instrumentos percutores de distinto tamaño
nificados que aquéllas tuvieron en el apogeo y sonido.
de las grandes civilizaciones indígenas de los La segunda raíz fué las melodías vocales
mayas, toltecas y aztecas. El actual pito de de danza, que en su desarrollo pasaron a ser
caña, única flauta que emplean los indios pa­ melodías instrumentales, es decir, vaciadas
ra tocar las melodías que acompañan sus en las diferentes flautas u ocarinas que los
danzas, tiene para éllos (según me dijo un in­ indios emplearon para ejecutarlas. Y es muy
dio de San Juan los Planes en el Volcán probable que los primeros cantos que se ins­
Quezaltepetl, llamado José Crispin) un sig­ trumentaron fueron aquellos cuyas palabras
nificado panteísta, pues creen que en el ca­ y versos habían sido olvidados.

LA MELODIA O CANTO Y SU RELACION INTIMA CON LA DANZA


Ya hemos visto cómo el acompañamiento Antiguamente toda canción se componía
rítmico de la danza así como también el me­ para la danza y es por eso que el canto y
lódico, han tenido el poder mágico de llevar la danza permanecen siempre en íntima vin­
a los primitivos indios con pasión y alboro­ culación. Nacen de la misma fuerza: el im­
zo al éxtasis, que es la esencia misma de la pulso a la moción. Esta es la unidad esen­
danza. Además, el acompañamiento melódico cial que existe entre la danza y el canto.
que en su origen se cantó siempre, tiende a Si investigamos un poco en un radio uni­
establecer una conexión espiritual con el te­ versal a individuos o tribus, a pueblos o ra­
ma o motivo de la danza y el propósito má­ zas, encontraremos siempre que sus melodías
gico del movimiento. y sus danzas están íntimamente enlazadas
El grupo de los Izalcos, de cultura bási­ (como encajadas las unas en las otras), por­
que ambas nacieron o se determinan por el
ca mejor definida en nuestro territorio, nos
mismo impulso tendiente a la moción.
ha servido para el estudio del carácter del
canto de danza primitiva. Entre ellos se en­ Esto lo be podido comprobar en mis lar­
cuentran algunos ejemplos de danza cantada. gas excursiones y pacientes estudios por di­
Entre estos ejemplos tenemos los coros de versos lugares de nuestro país, y me han lle­
«¡Jeul ¡Jeul», que a su vez encierran una gran vado a la necesidad imperiosa de no sólo re­
fuerza cohesiva de la musica tradicional. gistrar las notas o música de dichas danzas,
sino describir las formas, figuras y carácter del indio al tocar su tambor y al castigar al
de las danzas que las acompañan. arroz con el mazo en la piladera. La estre­
cha relación del porte, el estilo, el tempera­
Por eso en la primera parte de este en-
mento, el tiempo y la fuerza se pueden reco­
sayo, en el capítulo de la clasificación de
nocer observando y comparando estas carac­
melodías, ya be anotado las características y
diferencias que existen en cada grupo racial terísticas.
de nuestro territorio. En este mismo capítu­ Cuando el indio camina, ya nos está dan­
lo, be descrito las formas y figuras de dan­ do idea de cómo se va a mover cuando
zas de esos mismos grupos de raza; y más danza. Y cuando el indio babla, ya casi es­
adelante, en la descripción de cada uno de tá cantando, como lo baria al entonar una
ellos, concretaré más detalles. No puede ne­ canción.
garse que es de suma importancia la relación El indio camina en forma cerrada e igual
que tienen los movimientos de la danza y la por los caminos o veredas, pero llegado a un
música, de un pueblo o grupo de raza. tajo del terreno en barranco o de pequeños
El estilo de la música de nuestros indios ríos, entonces salta, como el salto de una
pipil-toltecas y los lencas de Cuzcatlán, no fiera en acecho de su presa, oculta en el
es el resultado del desarrollo o evolución de bosque. Así tenemos dos expresiones de la
la cultura más o menos avanzada de cada naturaleza humana, el carácter motor y la
grupo, no; ese estilo de música indígena nues­ actitud artística: el movimiento natural y el
tra se vincula estrechamente con la raza. Es salto, o como los designa Sachs: «Inmovili­
el mismo estilo de música primitiva de la raza dad» y «Salto», estableciendo marcado con­
mexicana pues las dos están vinculadas al traste de los dos polos que distinguen dos
mismo tronco de origen. tipos de melodía. “La inmovilidad y el salto
Pero en cuanto al estilo de la danza ra­ son asimismo los dos polos de toda danza: la
cial ubicada en cada pueblo, este estilo es danza más reprimida y cerrada de todas, la
muy característico por ser la expresión de un de asiento, y la salvaje y abierta danza de
rasgo que distingue esencialmente a nuestra salto”.
raza: su manera de moverse. Oita el ejemplo de los nativos de las islas
Esta manera de moverse está tan profun­ Marquesas con sus danzas de asiento y los
damente arraigada en su fisiología como en indios zuñís, de salto, en relación con la
los mandatos psicológicos, que la persisten­ correspondiente melodía de la música de am­
cia racial resiste milenios, oponiéndose a las bos grupos.
influencias del ambiente cultural de otras Podrá ser casualidad o no, o puede ser
culturas y basta el cruzamiento o mestizaje. más bien que exista una subordinación efec­
Esta característica determina por igual el mo­ tiva de los movimientos análogos de la melo­
vimiento corporal del danzarín, el movimien­ día como consecuencia o correspondencia ló­
to de la india al moler, la acción del brazo gica entre ambas.

TESITURA Y PASOS
Los pueblos indígenas de nuestro territo­ En los bailes de la «Historia de Moros y
rio de Cuzcatlán, los pipil-toltecas, similares Cristianos», se encuentran características muy
o descendientes del mismo tronco de los tolte­ acentuadas en relación con las melodías que
cas, usan de una forma extrema de movimien­ acompañan dichas danzas, de las formas «ex­
tos expandidos; los danzarines izalcos y los pandida» y de «salto».
de 1 os pueblos de los alrededores de nuestra En los pueblos de la región oriental, en
capital, usan de danzas movidas, en las que donde impera la raza lenca, es más notoria
intervienen a menudo los saltos y movimien­ la forma de danza y melodía cerrada, pero
tos gallardos y atrevidos. La danza de «El brusca y repentinamente también interviene
Venadito» de San Antonio Abad, tiene mucbo el «salto» como un paréntesis de expansión
de estos movimientos de «expansión» y «salto», o un final. Más adelante señalaremos estas
alternando con los de balanceo. Sus melodías características, describiendo cada una de las
son igualmente de balanceo y expansión. danzas.
Sin embargo, es muy curioso que en los “La melodía graduada decae progresiva­
pueblos de habla náhuatl, de raza pipil-tolteca, mente en una serie de pasos; la extensión es
en donde abunda la forma «expandida», tam= muy grande (una octava o más); los interva­
bien se encuentre en algunos bailes religiosos los son cuartas o quintas; hay pulsaciones de
bíeráticos la forma «cerrada», en una suave un solo tono. Esta forma se ba difundido
y animada estructura melódica para la danza, en Australia, en el Estrecho de Torres, entre
que se halla en marcado contraste con el tipo los indios americanos y entre los antiguos
«recitativo» y de «salmo» de la parte cantada, asiáticos, desde los cbkcbis basta los jenissei-
como en los coros de «¡Jeu! ¡Jeu!» de los ostyaks.”
izalcos. Y también el contraste que se nota
La melodía de fanfarria posee la llamada
en los pueblos de raza lenca, en donde es
«triada rota». Se encuentra entre los pigmeos
usual la danza «cerrada» y ritual, en ciertos
de Nueva Guinea Central, los karesau papúes,
lugares en donde se baila la danza de «Los
las tribus montañeses de las Islas Salomón
Pl umeros» de los cacaoperas y la vistosa danza
y los bosquimanos.”
de los concbaguas, se usa mucho la danza de
«salto» y expandida. «La Partesana» de los “La «imitación canónica» se da entre los
chilangas y chírilaguas es también de «salto» sakais y los semangs de Malaca, en Flores,
y expandida, como ya lo bemos visto. Kiwai (al Sud de Nueva Guinea) y en Bu-
gainville (Islas Salomón).”
Todas estas interpolaciones de forma en
sus danzas, obedece, sin duda, en primer lugar Ahora, combinando los tipos de danza
a que superviven aún los restos de otras razas anteriormente descritos con los tipos de me­
en los diferentes lugares, pues en el Oriente lodía de von Hornbostel, la dualidad se ma­
de nuestro territorio, especialmente, hay un nifiesta claramente como puede verse:
conjunto de pueblos y razas de distintas ra=
mas y origen, como ya lo vimos en el capítulo
correspondiente a las razas del territorio de Movimiento Cerrado Movimiento Abierto
Cuzcatlán. Melodía Cerrada Melodía Graduada

Curt Sachs recomienda tenerse en cuenta Imitación Canónica Melodía de Fanfarria


para nuestros estudios la autorizada opinión
de E. M. von Hornbostel, notable musicólogo
que ba sistematizado las melodías de los pue­ Los izalcos de la región occidental de
blos primitivos de la siguiente manera: “Dis­ nuestro territorio, poseen en ciertos rituales
la melodía cerrada, y danzan todos en estos
tingue la melodía cerrada, la melodía gradua­
casos exclusivamente con movimiento cerrado.
da, la melodía de fanfarria y la imitación
Todos los pueblos de la Costa del Bálsamo
canónica ’.
que están comprendidos dentro de la forma
“La melodía cerrada posee cortos motivos de movimiento cerrado, usan también en sus
de dos o tres tonos, pasos cortos basta el tono cantos la imitación canónica. Mientras que
entero inclusive y extensión que no excede los pueblos de los alrededores de nuestra
de una cuarta. La melodía cerrada sólo se capital que pertenecen también en su origen
encuentra entre los vedas que no han expe­ a la raza pipil-tolteca, poseen danzas abiertas,
rimentado influencias exteriores, los andama- y en algunas melodías graduadas de fanfarria,
neses, los yamanes y los alakalufs de Tierra del danzan también con una forma moderada o
Fuego. Se encuentra juntamente con otros modificada del movimiento expandido.
tipos de melodía entre los kenta-semangs, los
El baile del «Venadito» y del «Torito»
papúes del Este de Nueva Guinea y los uito­
en estos lugares, son buenos ejemplos de
tos de la América del Sur. Vo n Hornbostel
nuestra observación.
cree probable, “que este tipo pertenezca a la
cultura que representan los australianos del En cuanto a los izalcos, ya lo he dicbo,
Sudoeste (kurnais),—de cuyas canciones des­ que dan un bello ejemplo de la imitación
graciadamente nada sabemos—y que ba deja­ canónica en los coros de «¡Jeu! ¡Jeu!», así
do rastros también al Sud de Asia (anda- como la danza que los acompaña es en forma
maneses), Tierra del Fuego y California Cen­ de arey to, con el típico «Paso del Peregrino»
tral.” de patrón «revertido».
FORMA DE EJECUCION
En los pueblos que ya bemos señalado a lo maduro, de lo rudimentario o simple a
que existe la danza «abierta o expandida», lo complejo y elaborado. Pensar de esta ma­
la música también es movida y está basada nera es en todo caso muy arriesgado y anti­
en la «alternativa dramática» de lo fuerte y cuado, por cuanto se suplanta el método
lo débil. Estos mismos pueblos de danzas científico, para echarnos por el camino más
expandidas, cantan con gran energía o reci­ fácil, el “de la infortunada costumbre de
tan en cantilena enfática (como en la «Histo­ juzgar por nosotros mismos, mentalidades
ria de Moros y Cristianos») las estrofas de completamente diferentes y distanciadas de
la relación melodramática de lo que se repre­ las nuestras por largos períodos de tiem­
senta, usando a la entrada de sus cantos o po. «Primitivo» y «simple» son en verdad
recitaciones en acento «sforzato», los agudos conceptos que aplicamos con demasiada lige­
«fortissimo», subiendo la voz en el clímax reza. Lo que nosotros consideramos natural,
de la recitación de la estrofa; las escalas o puede no serlo para los seres de aquellas
frases descendentes en «diminuendo» y las antiguas culturas: nuestras ideas de complejo
notas bajas o final de las estrofas cantadas y rebuscado acaso las entendieron ellos como
o recitadas casi no se oyen, pues quedan ca­ lo más sencillo del mundo, pues la idiosin­
si tragadas con el respiro. crasia de los antiguos tenía sus propios im­
A veces también en el canto de «imita­ pulsos e inhibiciones que no coinciden con
ción canónica», la voz abandona la melodía los nuestros”.
del canto, como en los coros de «¡Jeul ¡Jeul», Ahondando en nuestras investigaciones
y se transforma estallando en un griterío encontramos muy claramente la necesidad
salvaje. imperiosa de aprovechar los conocimientos
En cambio en el movimiento expandido adquiridos de la historia de la danza, en la
de la danza y de la música, la vivencia es historia de la música y captar el desarrollo
intensa, momentánea y sin solución de con­ o mejor dicho el carácter y la forma de la
tinuidad. música entre los grupos de razas que nos
El estilo del «movimiento cerrado» care­ interesa estudiar, partiendo de los mismos
ce por completo de las características del elementos básicos que también determinan
«movimiento abierto», y de sus cualidades sus danzas.
dinámicas. Es menos perceptible el contraste Nuestras observaciones y estudio compa­
entre lo altisonante y lo suave y los «sfor- rado de los movimientos de la danza entre
zati» enfáticos casi no los usan. los dos grupos principales de esta tierra de
En el desarrollo del «movimiento cerra­ Cuzcatlán, se fundaron en las características
do», el ritmo es estricto y fijo. Una vez es­ y algunos contrastes que son bien definidos
tablecida la medida, se conserva invariable entre los «pipiles» y los «lencas».
en lo sucesivo. Casi siempre en la mayoría Guiada por las enseñanzas y observaciones
de los casos el compás es binario. científicas de 5achs, he podido establecer las
Tod as estas consideraciones sugiere la idea diferencias y los rasgos más salientes y ex­
de que la historia de la música primitiva no presivos de dichos grupos. Pero estos dos
puede ni debe ya considerarse, como la mayor grupos, a pesar de sus modalidades propias
parte la ha considerado, conforme casi siem­ y características bien definidas, coinciden en
pre al desarrollo o evolución de lo primitivo que ambos danzan en armonía con el cuerpo.
EPOCA PRIMITIVA
SECCION DE OCCIDENTE

Tres cantares autóctonos: uno del Lama- y el tercero, una linda canción tradicional de
fepec (Departamento de Santa Ana); otro, una la Barra de Santiago, estas dos últimas del
canción indígena de Tacuba en lengua náhuatl, Departamento de Abuachapán.

AMELIO ATL

En medio de un collar de esmeraldas for­ quísima ciudad maya, que quedó sepultada
mada al Occidente por una cadena de colínas después de un terremoto. Todos estos luga­
conocidas con los nombres de El Cerro de res están pictóricos de leyenda y de historia.
Santa Lucía, por El Pinar, El Pinalíto y El
En las faldas del Lamatepec, bacia el lado
Pinalón, situada en un extenso valle, se asien­
de El Congo, ahueca sus manos la montaña
ta la legendaria y tradicional ciudad de Santa
india, para sostener el bellísimo cajete de
Ana; bacia el Oriente se yergue aislado el jade, el Lago de Coatepeque, que con sus
cono truncado del Cerro de Tecana, y bacia aguas color de turquesa baña el panorama
el Sur y Sureste* la majestuosa mole exten­ lleno de ensoñación y misterio. Allí antigua­
dida del Volcán de Santa Ana, el legendario mente existió un cacique que tenía una bija
«Lamatepec» (Cerro Padre) de nuestros abo­ de extraordinaria belleza llamada Amelícatl,
rígenes pipiles. la cual se enamoró (según la leyenda que se
A esa privilegiada situación topográfica sin conserva por tradición) de un alférez espa­
duda se debe que el antiguo nombre de Santa ñol que acompañó a Don Pedro de Alvarado
Ana haya sido «Sibuatehuacán», que en el en sus primeras intentonas por conquistar el
idioma nabuatl significa «joven bajada de los
territorio de Cuzcatlán.
cerros».
A pocos kilómetros de Santa Ana queda Pero había un apuesto indio que amaba
la ciudad de Chalchuapa, famosa por la ri­ en secreto a Amelicatl, y cuando se conven­
queza de sus ruinas arqueológicas, en donde ció de su derrota por el hombre que había
se encuentra el templo de Taxumal que con­ venido a arrebatarle las dos cosas más que­
serva los vestigios de varias civilizaciones ridas para él: su amor y su libertad, juró
prehistóricas, y un poco más lejos extiende vengarse y así lo cumplió un día que escon­
su pupila soñadora el pintoresco Lago de dido en la montaña, oyó cantar a Amelicatl,
Guija, en cuyas profundidades yace la anti- con voz enamorada, la siguiente canción:

EN NAHUATL EN ESPAÑOL

Nu yúlu nigneguiti, Mi corazón te quiere,


Estac nu íágat Hermoso hombre mío,
Taha nu túnal, nu shúshit, M eres mi sol, mi flor,
Naba ne te sihuápil. Y yo soy tu mujercita.

Te múmay til nu múmay Tu mano es fuego en mi mano,


Te múchish ne tit nu huelpan: Tus ojos son fuego en mi alma:
Nigneguiti si meízíi nignegui Te quiero como quiero a la luna
Nu tata negnegui si. y como quiero a mi padre.

No había aún terminado la última nota por don Carlos A. Imendía; es tan bella que
cuando los dos amantes fueron atravesados no quiero que se pierda y por eso la engarzo
.por las flechas envenenadas del celoso rival. con los otros motivos de este libro para que
La leyenda y este cantar fueron recogidos se conserve en la posteridad.
CANCION DE TACUBA
Allá en las tierras de Abuachapán, en u n muchacho indio que mi marido se trajo

donde se conserva fresca la tradición de nues­ para ponerlo de mozo en sus trabajos, me
tros indios, se encuentra el típico pueblecito contaba muchos detalles de la vida y costum­
de Tacuba en donde todavía se babla la len­
bres de su pueblo, y entre ellos me cantó
gua nabuatl o pipil y sus habitantes conser­
van el traje típico de sus antiguos morado­ este cantar en lengua pipil o nabuatl, pero
res. Las indias llevan refajo rojo o verde y que presenta la forma híbrida de intercalar
el talle lo cubren con buipíl blanco bordado palabras en castellano, como muchas otras
de colores; los hombres usan pantalones y que hay en el país en esta forma.
cotón de manta, cubriendo su cabeza con el
tradicional sombrero de palma de ala ancha. La música y el cantar de Tacuba son
Todos usan cactles de cuero. como sigue:

ANALISIS. — Como se ve en la música parte, menos la frase del final después de la


de esta canción de Tacuba, tanto el ritmo última coma, tienen un corte y modulación
como el diseño melódico, tienen las caracte­ que les son propios a la música primitiva
rísticas de la forma indígena en cuanto al indígena. En la canción indígena, la música
movimiento de los intervalos en la primera y la letra nacen juntas. Esa frecuencia de
parte; pero en el segundo movimiento de seis calderones en el final de las frases, es una
octavos, el ritmo y la frase musical, serai» de las formas que no dejan lugar a duda
español, dejan sentir un carácter casi lírico, del origen indígena de esta canción, pues el
sobre todo en los tres últimos compases antes calderón en la canción indígena es como un
de retornar al ritmo de dos cuartos. ¡ay! tendido y lastimero, jes un respiro a su
Además, los siete grados de la escala de dolor! La canción indígena sin esta lamen­
Fa Mayor, no dejan lugar a duda de que la
tación de sus continuos calderones, deja de
música de esta canción, fué puesta a la poe­
ser indígena.
sía después de la Conquista, o sea que a
través de los tiempos fué tomando esta mo­ Vemos también que el cantor o músico
dalidad, deformando la forma primitiva. Sin poeta, repartió o encuadró la letra de la
embargo, la primera parte en dos cuartos y poesía, conforme al ritmo o notas de la frase
el retorno al ritmo después de la segunda musical, como sigue:
LETRA DE LA CANCION DE TACUBA COMO ESTA EN LA MUSICA

N AH U ATL £5P¿7VOL
Y ya mis málagas, y ya guien te da,
Cashúmbandúsculas, ITn poquito de risa,
y aunque shúpe nequi, y aunque yo también
Nigui huáshcalas, Quiero reír,
Pero ¡ay! tu camol, Pero ¡ay! tu amor,
Pero ¡ay! tu camol, Pero ¡ay! tu amor,
Shíguala shíguan de loshe, Me hace la noche larga,
La shimisbiagua: mi bien, y no me deja dormir: mi bien,
Arrojé la taltashú, Arrojé por la tierra,
Arrojé la taltashú, Arrojé por la tierra,
Que sólo con la tatamú, Que sólo con la muerte,
Te pudiera yo olvidar. Te pudiera yo olvidar.

Esta, creo que es la forma original de la Como vemos, la forma híbrida que resalta
letra de la música, pues aunque en la forma en la música, existe también en la letra de
que daremos a conocer en seguida se ajusta esta canción, lo que bace suponer que tanto
más ai sentido correcto de la traducción, ya la música como la poesía pertenecen a la
se sabe que las poesías en cualquier idioma, misma época.
pierden mucbo al vertirlas en otro, y sobre
todo la lengua nabuatl que carecía de algu­ Examinaremos en seguida la otra formà
nas palabras que significaran lo mismo que de la poesía, tal como me la dictó el nativo
en el idioma español. de Tacuba.

VERSION DE LA LETRA D LA CANCION DE TACUBA

EN PIPIL EN ESPAÑOL

y ya mis málagas, cashúmbandúsculas, y ya guien te da un poquito de risa,


y aunque shúpe niqui - nigui huáshcalas, y aunque yo también guiero reír,
Pero ¡ay! tu camol, pero ¡ay! tu camol, Pero ¡ay! tu amor, pero ¡ay! tu amor,
Shíguala shíguan de loshe, la shimishiagua; Me hace la noche larga y no me deja dormir;
Mi bien, arrojé la taltashú, Mi bien, arrojé por la tierra,
Mi bien, arrojé la taltashú, Mi bien, arrojé por la tierra,
Que sólo con la tatamú, Que sólo con la muerte,
Te pudiera yo olvidar. Te pudiera yo olvidar.

La letra en pipil de esta canción, esta El muchacho indio que me la cantó, me


«xpresada en uno de tantos dialectos o va­ dijo que muchos en su pueblo la cantaban
riantes del idioma nahuatl, que abundan mu­ así, pero su «tata» le decía “que en su tiempo
cho, tanto por estas regiones, como en la la cantaban «pareja», es decir, toda en lengua .
Costa del Bálsamo de los Izalcos. En donde Tanto el canto como la poesía al ser dic­
se babla el nabuatl puro es en Izalco, Nabui- tada y cantada, fueron dichos con un dejo
zaleo y en Cuisnáhuatl; en las otras poblaciones y sonsonete o cantilena muy difícil de des­
y pueblecitos de esta región, ya son variedades cribir, pues esto es una forma peculiar y
o dialectos del idioma pipil lo que se babla. atávica de la raza indígena.
Es notoria la forma híbrida o interpola­ Este grupo de raza de los indios de Ta­
ción de palabras en español en la letra o texto cuba es de los más puros, pues han conser­
de esta canción; esto se debe síd duda a que vado su lengua, el nabuatl, y sus dialectos
algunas palabras no tienen sus equivalentes de este idioma, su indumentaria típica, sus
en la lengua nabuatl, o que a través de los costumbres y muchas de sus antiguas creen­
tiempos se fueron perdiendo por la costumbre cias subsisten todavía aunque disfrazadas con
de hablar el castellano. el ropaje de los cultos católicos.
«CHASCA, LA VIRGEN DEL AGUA»

Así titula Miguel Angel Espino, cantor “Pero Pachacutec se opone a ese amor..
de Cuzcatlán, a una linda leyenda recogida Sin embargo, todos los días, cuando el sol
por él en Abuachapán (su tierra natal), en abría los ojos tras la montaña, ella escapaba
la que aparece una bella canción que la tra­ de la choza, situada entre un bosquecito de
dición de este pueblo ba mantenido a través guarumos, y se iba a la playa, donde Acayetl
de los siglos. desde su balsa cantaba dulces canciones.
Se deshojan los pétalos de la flor de esta “Pero una mañana fué triste. La Poza,
leyenda, allá sobre la muselina azul de la Barra de El Cajete amanecía dorada por el sol. Un
de Santiago, en las noches blancas de luna, viento frío que se arrastraba raspando los
rientes y estrelladas, líricas hamacas de luce­ piñales vecinos olía a mezcal. Triste y fría;;
ros en las cuales se mecen la fantasía y el triste y callada; triste y solitaria; así estaba
ensueño de los habitantes de la ciudad de la Poza de El Cajete.
los ausoles. “De pronto una canoa apareció. Era Aca-=
En la sonda del estero la suavidad marina yetl. Corría, y ya se acercaba a la playa,,
es la de los vellones del pecbo de las garzas cuando entre los juncos de la orilla un hom­
que allí abundan, y que con la nieve de la bre oculto disparó una flecha. Era un envia­
espuma se dan a la tonsura del viento mati­ do de Pachacutec. El pescador cayó muerto..
zando la seda del piélago azul. “Y cuando el mar se estaba poniendo rojo,,
En sus riberas se goza de una verdadera una mujer gritó en la playa. Era Chasca.
calma rusticana, la Naturaleza luce sin ma­ “Corrió, loca en su dolor. Poco después
quillaje y la luna empuja inocente los algo­ volvía con una piedra atada a la cintura y
dones de las nubes. En este ambiente rico se lanzó al agua. El mar tiró sus olas sobre
de matices, Miguel Angel Espino se inspiró el cuerpo de la virgen.
para contarnos la leyenda que sigue:
“Cuando Pachacutec murió era una noche
“CHASCA era la diosa de los pescadores. de luna. Entonces se apareció por primera
Salía en la Barra de Santiago, en las noches vez Chasca, en su canoa hecha de una madera,
con luna, remando sobre una canoa blanca. blanca, al lado de Acayetl.
La acompañaba Acayetl, su amado. La pesca “En el paisaje de arena y sal, sobre el
abundaba en esas noches. Aún boy día se fondo negro del monstruo que se agita, a la
la recuerda: luz serena de la luna llena, Chasca con su.
Pescador, salió la luna, vestido de plumas, es la eterna nota blanca
desenvuelve íu atarraya: de la Barra.”
*
esta noche es de fortuna, * *
pues ya viene, Otra variedad de esta canción tradicional,,
la hermosa canoa blanca. agrega dos estrofas más, y muchos pescado­
res, en las noches de luna en la Barra de
Nada temas, Chasca es buena,
Santiago, cantan las dos estrofas arriba apun­
no hay quien sea como Chasca tadas, agregando estas otras dos:
que le quita a uno la pena
Hoy cogerás muchos peces,
cuando sale
hoy habrá fiesta en fu casa;
en su gran canoa blanca.
no temas que haya reveses,
“Fué en un tiempo lejano. En la Barra pues es noche
vivía Pachacutec, un viejo rico, pero cruel.
de luna y canoa blanca.
Tenía una hija prometida por él a un prin­
cipe zutubil. Se llamaba Chasca y era bella. ¡A la pesca! Se bace farde
“Un día, ella conoció a un pescador, apues­ y no espera a nadie Chasca;
to mancebo, a quien llamaban Acayetl. Vivía desata sin ser cobarde,
en la Isla del Sanate. que es muy buena
“Y se amaron. la de la canoa blanca.
APUNTES HISTORICOS Y GENERALIDADES
SOBRE LA REGION DE LOS IZALCOS
»
El primer pueblo a donde llegó el con­ El prefijo tecu es contracción de tecutli
quistador Don Pedro de Alvarado, fué el de «amo, señor», y su anteposición a Izalco (cuya
Mojícalco o Mucbizalco, que significa lugar i se omitió por razón de eufonía) sirvió para
de “todos los izalcos” que era la capital de designar la idea de mando, gobierno y sobe­
la tribu o provincia de varios pueblos del ranía.
cacicazgo. En la lengua propia de los izalcos, el pipil,
A orillas de esa población, y al Sur, en tecu significa: señor, amo, padre, etc. (’)
la quebrada llamada de «Los Olotes», existe
¡Los izalcos! Cuánta poesía, cuánta trágica
una piedra denominada «Piedra de la Con­
historia, cuántas sugestiones encierra este
quista», porque, según la tradición popular,
nombre cuya etimología se presta a grandes
en ese punto estuvo Don Pedro de Alvarado
meditaciones, «lugar de las caras embijadas»,
y desde allí requirió a los indígenas para que
¿será por las máscaras o semblantes pintados
se sometieran a España.
que se bacía de rigor en los rituales y en sus
De allí se dirigió a Acaxual o Acaxutla, ceremonias?
un poco al Este del actual puerto de Acajutla,
Los cronistas nos hablan de que los con­
continuando su marcha en dirección casi con­
quistadores y misioneros dieron noticias espe­
traria a la que traía, bacía al interior; a medía
cialmente de este lugar que, basta la fecha,
lengua de distancia, en la llanura, descubrió
es en donde más se conservan las tradiciones
al ejército de nuestros indios, organizados,
de la raza. ¡Ardiente y rebelde raza pipil,
según parece, en Tecuzcalco o Tacuxcalco, pue­
cuya historia ba quedado grabada en las pie­
blo principal de la comarca, viéndose ondear
dras y en las ruinas de su antigua ciudad
en el horizonte los vistosos penachos de rica
colonial!
pluma en las nobles cabezas de los jefes.
En la noebe de los tiempos, cuna de las
Las ruinas de Tecuzcalco se encuentran
primeras tribus aborígenes, más tarde prolon­
un kilómetro al Sur de Sonsonate, y en la
gación y parte del Imperio de Cuzcatlán, que
época de la Conquista era el más populoso
se extendió a lo largo de la Costa del Bálsamo
a juzgar por el ejército que se reunió.
y hoy ostenta huellas inconfundibles de su
Para la independencia de España toda­
peculiar fisonomía y su legítimo carácter.
vía existía; pero en 1823, el P. José Antonio
Peña declaró que quedaría excomulgado el Es el mismo pueblo que acudió al llamado
que osara seguir viviendo allí, por haber sido imperioso de Atlaeatl al estallar en la sierra
profanado el templo por unos campesinos el rebato atronador de los tepunahuastes y
borrachos de la hacienda del Mico, quienes tambores con el ronco bufido de los cuernos
riñeron y uno de ellos fué a caer al propio y caracoles, para que se aprontaran con sus
atrio del templo. La sentencia del P. Peña arcos y flechas a defender Cuzcatlán de la
fué plenamente obedecida, y desde entonces borda invasora de Don Pedro de Alvarado.
Tecuzcalco fué abandonada por sus habitantes. Es el mismo pueblo que presenció la lucha
desigual y cobarde de los castellanos y que
En el ejército que salió a encontrar a
a pesar de ésto, resistieron heroicos y rebel­
Alvarado se encontraban a la cabeza los Se­
des, obligándolos a tocar retirada, llevándose
ñores de Cuzcatlán: Atlaeatl el viejo, Atlaeatl
Don Pedro como trofeo de su hazaña una
el joven y el Príncipe Atonal (Sol de Agua)
certera flecha que Atlaeatl el joven le endosó
denominado Rey por Brasseur de Bourbourg.
en una pierna.
El Oidor García de Palacio, como el P.
¡Es el mismo pueblo que presenció las lu­
OI mos, citados tantas veces por Barberena,
chas fratricidas entre ladinos y naturales de
confirmándolo este último, opinan que la últi­
ma cabecera de la provincia, Izalco, era tam­ aquel Enero inolvidable...!
bién designada con el nombre de Tecuzcalco,
(1) Izalco significa: «Sobre la Serpiente de Obsidiana».
según consta en un informe que dió la Mu­ Izalco ° Itzcoatlco en su etimología es: Itz «piedra obsidiana»;
nicipalidad de esa ciudad a la Dirección Ge­ Coatí «culebra», (se escribía con una serpiente); Co «en, dentro,
neral de Estadística el 22 de Marzo de 1895. sobre*. Ixco «delante, encima».
Tiene, pues, el doble prestigio de ser de Este era el nombre de la hermosa mujer
ayer y de boy, y de conservar todavía en sus que misteriosamente voló al cíelo convertida
costumbres un rezago del pasado. En efecto, en bello pájaro. Comizabualt, quiere decir:
el progreso no ba logrado derribar ni destruir «tigre que vuela».
los grandes rebaños de ranchitas que se acu­ La piedra de la blanca Comizabualt, fué
rrucan allá abajo en donde se co bij an y de­ uno de los tantos dioses a quien veneraron
fienden los últimos vestigios de la raza que dedicándole suntuosos ritas con la magnificen­
por muchos motivos debería redimirse y me­ cia de sus ídolos; tenía varias caras y se le
jorarla para conservar y dignificar lo que hay atribuía la facultad de ver el pasado y el
de más legítimo como pureza autóctona. porvenir, y entre los izalcos fué llamado ese
La evolución de los tiempos no ha logrado ídolo con el nombre de Icelaca, según la re­
tampoco borrar de los aborígenes los hábitos ar­ lación del Oidor de la Real Audiencia en Id
caicos. Todavía las procesiones de boy recuer­ carta que dirigió a Felipe II, don Diego Gar­
dan las suntuosas liturgias del cacicazgo y el cía del Palacio, cincuenta años después de la
boato de las actividades religiosas de la Colonia. Conquista y que visitó Gracias, la antigua
En la vieja plaza, casi en los mismos lu­ gran provincia de Chíquímula y la Costa de
gares en que en épocas lejanas se congrega­ los Izalcos. Icelaca tenía la facultad de saber
ban las inmensas multitudes que celebraban muchas cosas, tenía muchos ojos. Le sacrifi­
los ritos a Quetzalcoatl, Icelaca e Ixqueyé, y caban venados, gallinas y conejos; le hacían
los mitos solares al dios Tunal, celebran ahora grandes festividades en donde se bailaban los
sus fiestas religiosas y profanas. arcaicos areytos y mitotes; llevaban además
En algunos pueblos del antiguo reino de los rostros embijados o embadurnados con lá
Payaquí, Hueytlaco o Tlapallán que compren­ sangre de la piedra de los sacrificios. Sin
día la provincia de Cbiquímula, parte de El duda de esta costumbre vino la interpretación
Salvador y Honduras, se conservaba la tra= de decir que Izalco quería decir; «lugar de las
dición de haber aparecido dos o tres siglos caras embijadas».
antes de la Conquista por los españoles, una Para nuestros indios, desde qué «el águila
mujer blanca y hermosa, muy sabia en mate­ con collar» (el rey de los zopilotes), totem
ria de conocimientos y experta en el arte sagrado, iniciaba su vuelo para anunciar la
adivinatorio, prediciendo el presente y el por­ salida del sol, los cánticos religiosos dedica­
venir, revelando además el pasado. Referían dos a la deidad solar, fecundadora y protec­
que había llevado por el aire una gran piedra tora de la Madre Tierra, se elevaban en los
de tres caras, en cada una de las cuales estaba ritos al iniciarse el día:
figurado un rostro deforme, que simbolizaba "¡Oh Sol, Padre Sol,
el tiempo, y sus tres caras el presente, el bendícenos y protégenos!
pasado y el futuro. Con esta piedra miste­ Haz que la Madre Tierra
riosa se conseguían triunfos en contra de los sea rica y fecunda." '
enemigos en el campo de batalla. Aquella
La mejor prueba de que adoraban al sol
mujer misteriosa, sabia y agorera, les enseñó
la religión que consistía en adorar al gran los izalcos es el hallazgo bace poco en unas
padre y a la gran madre, o sea al abuelo y excavaciones, de unas piedras esculpidas con
a la abuela. Contaban por último también la deidad solar, y otras con la figura del sol.
que después de haber dividido el reino entre El di ario «La Prensa» del viernes 30 de
Mayo de 1947, publicó unos fotograbados que
tres hijos suyos, aquella mujer blanca y her­
mosa desapareció en medio de una tempestad, al pie decían: “Hallazgos becbos en Izalco”.
volando al cielo convertida en la figura de En los suburbios de la ciudad de Izalco han
un lindo pájaro. losé loaquín Palma, el dulce sido encontradas recientemente unas piedras
poeta del Bayamo, en una bella composición con grabados caprichosos de dibujos que se
dedicada al quetzal, el ave de la historia y cree corresponden a jeroglíficos precolombinos.
En 1 as fotos de arriba aparecen dos de las
las leyendas centroamericanas, dice así:
piedras a que nos referimos, y según infor­
"Tal vez la esencia inmortal, mes hay otras con diversidad de figuras, tales
en tí vive y se ilumina, como un sol, una pluma, una lanza, etc.; tam­
de la sabia y adivina bién se ba encontrado un túmulo, hallazgo que
la blanca Comizabualt." se considera como de mayor importancia”.
Y en el diario «La Tribuna» de Mayo 8 es un pueblo o reunión de pueblos de toda
de 1947, leimos esto: “DOS GRUTAS EN la provincia, en donde se observa con mayor
IZALCO. — Esconden joyas arqueológicas que plenitud el tipismo de sus antiguas costumbres.
jóvenes audaces sacarán. — Audaces jóvenes El indio ba permanecido inmutable, como
izalqueños aficionados a las exploraciones ar­ sus piedras milenarias, ante la invasión del
queológicas están preparando una expedición progreso. Guarda con la misma devoción que
para visitar las laberínticas y tenebrosas cuevas ayer el culto de su pueblo materno y mezcla
del Chenej, situadas en el cantón Las Higue­ en lo íntimo de su conciencia las supersticio­
ras, con la esperanza de encontrar algunos nes idolátricas de ayer, con las prácticas reli­
vestigios que permitan establecer si es cierto giosas de boy. Es fuertemente conservador.
que en esas profundas cuevas se albergaron Los avances de una civilización que conoce
algunos de los Señores de Cuzcatlán, cuando a medias y que en lo íntimo rechaza, nada le
buían de los conquistadores hispanos. Llama dicen a sus sentidos. Vive refugiado en el
la atención el becbo de que cerca de ese pasado, como caracol en su concha, y es esto
lugar se encontró un monolito que tiene jero­ mismo lo que bace que en el presente mues­
glíficos de gran semejanza con los del calen­ tre todavía en todos los pueblos de esa región,
dario azteca. Los nativos llaman a ese mo­ una fisonomía tan propia y característica.
nolito: «La Piedra del Sol».”
Sus fiestas, sus duelos y sus hábitos coti­
Hay muchos rituales que guardan profun­ dianos, todo tiene un sello remoto, arcaico,
da relación con las antiguas ceremonias teo­ perfumado de tradición y de leyenda. Sus
gónicas de sus antepasados. procesiones, tan decorativas con sus viejos
Izalco es lugar henchido de leyenda, denso santos ricamente trajeados y sus pululantes
de recuerdos, penetrado de misterio, de tra­ muchedumbres con cbal es de colores planos
gedia y dolor; y también, qué ambiente lleno y fuertes, recuerdan y evocan los cortejos
de sugestión, qué atmósfera tan saturada de suntuosos de caciques presidiendo los desfiles
evocaciones antañeras; todo habla del pasado: litúrgicos de “ir a pedir el bajamiento de las
los viejos muros de la antigua ciudad, la torre aguas en las festividades a Tlaloc”.
campanil en el mismo lugar de las ruinas de Quien baya presenciado los desfiles todas
la iglesia colonial, y que en un tiempo guar­ las noches, desde el 24 de Diciembre hasta
dó la histórica campana que regaló Carlos V, el 6 d e Enero (fecha que corresponde exac­
«M aria A sunción», la que quedó por muchos tamente en las Kalendas de los antiguos tol­
años sepultada en sus ruinas, y cuentan los tecas, con las festividades a Tlaloc, “del baja­
indios que desde el fondo de la tierra sonaba miento de las aguas ); quien haya observado
con su llanto de bronce para anunciarles algo los rituales, ceremonias y la ornamentación
tremendo que vendría a los izalcos... Después de las clásicas «garruchas» adornadas de her­
la desenterraron, y abora se yergue ennoble­ mosísimas mazorcas, y baya escuchado esa
cida por las centurias de años, en la torre característica cantilena, de los coros al cual
le vantada sobre sus ruinas y desde la cual contestan las multitudes con aquel alarido
sigue cantando o llorando, según lo que tiene tremendo del «¡Jeu! Jeu!», no puede menos
que anunciar a los indios. que encontrar relación y analogía con la des­
Izal co es una lección de historia, y es tam­ cripción de Sahagún en la Kalenda de esa
bién el medio de sentirse más cuzcatleco, aden­ fecha: en que las multitudes lanzaban un
trándose en el espíritu bellamente típico de tétrico alarido al tirar en las aguas a las víc­
sus indias trajeadas con vistosos refajos, con timas destinadas como ofrendas en los ritua­
huípil putunqueado, ceñida la cintura con rica les de aquellas ceremonias para conseguir la
y ancha faja bordada de colores; el clima cá= gracia que pedían al dios Tlaloc, de mandarles
lid o o ardoroso, lo refresca el abanicar de sus las lluvias benefactoras para obtener buenas
palmeras que canturrean historias llenas de cosechas.
poesía y de misterio. Allí os hablarán de Estos rituales izalqueños, al presenciarlos
«Don Dieguíto de las Piedras Pachas», del no podemos tampoco dejar de evocar otras
indio brujo llamado «Cunepa», del «Guasha- escenas pre-bispánicas de nuestra América
co», de la «Cuyancúat», etc. indígena, trayéndonos también cierta seme­
Existen aún costumbres que han menester janza no sólo por el estilo de la cantilena
de explicación y comentario. Porque Izalco tan parecido a los cantos litúrgicos incásicos,
sino por ese grito, que nos evoca también nencia donde están las ruinas y la iglesia
aquel alarido desgarrador que lanzara la mu­ colonial de La Asunción, se domina mejor el
chedumbre cuando Tupac Amaru, gran Señor panorama.
de los Incas, desde el patíbulo, se volviera
a contemplar por vez postrera al pueblo de
que era legítimo dueño y Señor.
“Refieren las crónicas que el terrible ulu­
lato de la muchedumbre en aquella ocasión
se escuchó en muchas leguas a la redonda.
Fué algo así como el último grito de protesta
de un pueblo herido y vencido, ante la faz
de sus verdugos y opresores”. Desde entonces
también en aquel lugar, sin duda rememorando
la luctuosa fecha, todos los años, en la pro­
cesión de «Cristo de los Temblores», se repite
el pávido alarido.
Fn Cuzcatlán los indios izalcos, con sus
garruchas adornadas, piden el agua buena y
la bendición a los granos de las mazorcas,
para que éstos fecunden en abundantes y
pródigas cosechas de apreciadas perlas nutrí-
doras; rememorando también en las fiestes de
Navidad, aquellas fiestas a TI aloe en la época
de la gentilidad.
Los indios llaman a los coros de ¡Jeu! ¡Jeu!
«El Tabal» (atabal), y es una de las fiestas
o rituales más tradicionales.
Mantiene el fuego de esta raza y la fe
en sus tradiciones, ese Faro que alumbra, esa
hoguera que funde lo que no ba de vivir:
su terrible Volcán, que como un cancerbero
se levanta y se agita, para recordar a sus
habitantes que el fuego de su entraña no se
ba extinguido, y que está ahí para vigilar y
castigar. Iglesia Colonial 'La Asunción" de Izalco.

¡Oh faro legendario del Pacífico! ¡Oh an­


El volcán indio lanza su canto rojo, en
torcha que alumbras en la implaca ble noche
protesta de fuego al infinito... Altanero y se­
de la raza!... Luminarias que a través de los
reno. Vertical. Su tepunahuaste resuena a
siglos nos fecundan, dentro del maíz que re­
rebato de guerra, bufa como un tigre que
vienta en apretada mazorca, dentro del per­
está regañando; y en el horizonte, el mar
fumado bálsamo que gime bajo el machete
junto al cielo, extiende una sábana de ondas
asesino que le extrae la savia y la vida, san­
y espumas.
grando... sangrando...; dentro del morro que Vamos hacia el pueblo indígena Asunción
se agarra y se pega a la rama que se dis­
de Izalco, pintoresco, aseado. Aquí y allá
tiende entre las grietas de un cercado de
ranchos indios color de tiempo, con techos de
piedras... y dentro de la sangre morena del
paja que parecen pelucas recortadas y pare­
indio, que es roja como el fuego y ardiente
des de tagüipante. No hay cercos, una pie­
como la lava...
dra divide los predios de los naturales y en
¡Ob antorcha que alumbras en la impla­ los patios que rodean los ranchos, no falta
cable noche de la raza... redímela, sálvala! el árbol de morro y los trastos floridos. Nues­
Cuando uno llega a Izalco, la vista del tra curiosidad se escurre por las varas sepa­
paisaje es bella, múltiple, amplísima. Se sien­ radas del tagüipante, ahí dentro vemos unos
te una emoción honda y singular. En la emi­ tapexcos, el metate o piedra de moler, una
pequeña hamaca para el crío y un pequeño que allí se encuentra ”. En la poza los indios
telar; fuera del rancho junto a la puerta asen­ dicen que hay encanto. Pasamos por la Pila
tada en tres piedras, una olla de barro con de «La Cruz Galana», y en el camino nos
olor a frijoles y más allá, sobre un petate, encontramos a Mateo Tájcbin, que según su­
gran número de guacalitos y jicaras negros, pimos era el terror de los izalcos. Seguimos
brillantes, pulidos y laboreados con pajaritos, al rancho de la india más bonita y lujosa
flores, patillos y muñequítos primorosamente del pueblo, Margot Téixin, quien es la teje­
labrados y pintados. Esta es una de las dora de lindas fajas indias y le compramos
principales industrias del pueblo indio. dos. Esta siguápil tiene mucbo don de gen­
Al extremo sur, nos dicen que se encuen­ tes, simpática y muy comunicativa (cosa muy
tra “la tumba de una princesa en la poza contraria al carácter indígena).

MARGOT TEIXIN, india de abolengo que teje las primorosas tajas que no sólo
son la atracción de las siguápiles de la comunidad sino también de los turistas.

Encaminamos nuestros pasos para visitar En el pueblo celebraban la fiesta de La


las Cofradías: de la Virgen de «Los Reme­ Asunción; todo era animación y caravanas
dios», la de «La Asunción», la Cofradía del enteras de indígenas llegaban de otros pue­
«Padre Eterno», recibiéndonos en ésta el blos. Regresamos después de nuestra excur­
Prioste Jesús Séna quien guarda con celo sión al templo para contemplar la devoción
religioso el tepunabuaste de los izalcos, y él o interpretación que de nuestra fe cristiana
mismo es el gran tocador de este instrumento. bace el indio. En el suelo hincados y en
Después seguimos por la «Cuesta del éxtasis se encontraban los asistentes: unas
Muerto» hacia la Quebrada de «Los Olotes»
indias con incensarios recitaban Padres Nues­
para visitar la «Piedra de la Conquista», que
los indios dicen que algunos días en las no­ tros en su lengua, y otros decían sus plega­
ches se oyen los cascos de la caballería del rias como platicando en voz alta con la imagen
castellano. de la Virgen que tenían enfrente.
La Pila de «La Cruz Galana», que a un lado liane una plañía de izóles en flor.
En primer férmino se ve «La Cruz Galana», que los indios diariamenle tienen
la devoción de adornar.

MATEO TAJCHIN, que parece un inocente muchacho y sin embargo dicen que es e!
terror de aquellos contornos Nuestro compañero de excursión don Ricardo Sagrera h.,
le tomó la fotografía, sin que el mismo Tájchin se diera cuenfa.

Intrigada en escudriñar sus almas, me que chorreaba esperma en el pavimento, y que


acerqué a donde acababa de llegar una familia está allí esperando la ofrenda del pueblo.
india, y uno tras otro encienden sus candelítas Un ídolito de barro viviente salpica el
blancas colocándolas en los múltiples cándele- silencio devoto del templo, sacudiendo torpe­
ros emplazados en una redondela de hojalata mente contra el pecho de la madre un chin-
chin de tecomatillo rojo, de Tonacatepeque, después de rezar una oración en voz alta:
con piedrecitas. La india madre ora sentada “¡Ya te lu digo, Vírgencíta, Magrecita! No te
sobre sus talones, y para tranquilizar al cipote lu olvidés, que Jusé me lu da los parabienes
le ofrece uno de sus morros hinchados con por puro gusto, y me lu cela con Juan, y no
la savia de su raza; floreció el pecho sobre lu tengo nada con él. ¡No te lu olvidés,
el buipil de la india cubriéndose pudorosa Magrecita!’’
con la punta de su rebozo tornasol, y en aque= Detrás de la india salieron también la fa­
lia actitud de nobleza humilde, ella se ofren­ milia que entró cuando nosotros llegamos,
da en unión de su crío a la piedad cristiana. después de su ululeo en lengua; sencillos,
Sus ojos no se apartan del altar en éxtasis sinceros, pues aunque en su pueblo no ha­
implorante, de la pena que se adivina en toda bí an casi el castilla, en náhuatl se comunican
su actitud, y así habría estado horas de horas, con su Dios, elevando basta el cielo la ora­
si el idolito no la despierta con el cborrito ción de sus corazones, original y sentida.
parado de una orinada que le regó parte de Uno de ell os, prosternado en cruz, decía
la cara y el pecho. Se limpió con el rebozo en voz alta: “Virgen de la Asunción: mi mil-
y despertando al chico, se salió del templo, pita el año pasadu la perjuicíaron los mana-

La histórica «Piedra de la Conquista», en la que se encuentra estampada


la sandalia de Don Pedro de Alvarado, debido a que al fragor de la batalla
se calentó tanto la piedra que se hundió la planta de la bota de Don
Pedro, quedando allí para la historia. (Sin duda la piedra era de lava
volcánica reciente).

guas; este [año también está muy triste, y bre la piedra labrada que tenemos escondida
nosotros estamos llenos de preocupación. en la «Gruta de Estocal», te haríamos cere­
Nuestro corazón está becbo ñudo también. monias como las de aquel tiempo y te ofren­
Todos nosotros y nuestros hijos sufrimos mu­ daríamos nuestra sangre. La tierra volvería
cho con los ladinos. Sí tú quisieras, en com­ a sus antiguos dueños y tendríamos tareyajes
pañía del Salvador del Mundo, nuestro gran para nuestras siembritas, y el agua sería libre,
Patroncíto, nos ayudarías a que un buen día y nuestras montañas también serían libres
nos libráramos de esta coyunda, entonces so­ como enantes. Pero vos sos quizá con los
ladinos y nos podés jugar una mala pasada, la celebración. Los padres no acaban de reír
porque no vas a querer, ¿verdad? Virgen y llorar, celebrando la hazaña primera del hijo.
Madre, ve si podés conseguirlu con Tata Dios; La principal cofradía de Izalco es La Co­
aquí te echu mí límosnita, ¿alóíshte? fradía de «La Asunción»; el que la guarda es
Así en esa forma rezaban esas gentes sen­ el Prioste llamado Adolfo Mósta, y la Tenance
cillas y humildes. Saben que Dios y la Virgen es su esposa llamada Ramona Shihuáshit.
los están oyendo, por eso al orar lo hacen NAHUIZALCO — Los nabuizalcos que
como si estuvieran hablando con otra persona. quedan bastante cerca de los izalcos, también
Entre los izalcos y los pueblos de toda la tienen más o menos las mismas costumbres
provincia hay la costumbre de que la primera y conservan en forma más pura sus tradicio­
vez que se embriaga el hijo varón, sus padres nes y su lengua. Son menos comunicativos
le hacen una gran fiesta, e invitan a los prin­ que los de Izalco, por estar el pueblo más
cipales del pueblo, para que tomen parte en apartado del contacto con los ladinos.

Lily Jon de Osborne con María de Baratta viendo trabajar a Juana Máte, afanosa
en la tarea de tejer artísticos petates de tule. Esta anciana es Is madre de Cándido
Blanco, el muchacho que por muchos años ayudó en el estudio del idioma náhuatl
a María de Baratta.
Allí trabajan primorosamente el tule, la bablemente en honor a su patrono San Juan
palma y el carrizo. Es famosa la india Juana de Nabuizalco.
Máte, por trabajar artísticamente los petates.
El río de Teixizate en el cantón de Tatalpa, La villa de San Juan de Nabuizalco, fué
está rodeado de leyendas. conquistada por Don Pedro de Alvarado el
En este pueblo los ranchos son más apre­ 24 de Junio de 1524. Por esta razón de ha­
tados unos junto a otros; las gentes casi no ber sido conquistada el día de San Juan, se
se dejan ver, y algunas indias se ven desnu­ le puso San Juan de Nabuizalco. Después
das de la cintura para arriba, detrás del ta= de la conquista, debido a la bravura y tenaz
guipante. En uno de estos ranchos vive Juana resistencia de los indios, Don Pedro de Alva­
Páis, trabajadora de tule, haciendo sopladores, rado dió la orden de dar muerte a todos los
colchones, bolsas, petates, etc. varones del pueblo, asesinato que se cumplió
Grupos de muchachas jóvenes se juntan al pie de la letra, salvándose solamente las
alrededor de «La Pila de las Pulques», y muy criaturas tiernas, en castigo del valor heroico
cerca de allí está el rancho de Juan Isbto, de los nahuizalcos.
un muchacho indio, desnudo también de la Antes de la conquista, era uno de los
cintura para arriba, hermético y tímido; este pueblos más habitados, y según carta de Don
muchacho trabaja con una rapidez asombrosa Pedro de Alvarado a Hernán Cortés, el nom­
las tombillas de carrizo. bre primitivo era el de “Moquicalco” o “Mochi-
En la salida, bacia el cantón Cuyagualo, se zaleo ; y bacía el año de 1528, el hermano de
encuentran las grutas de «Cbanejécat», famo­ Don Pedro, Don Jorge de Alvarado, trasladó
sas porque en ellas los indios celebran sus cuatro familias de colonos de la naciente
rituales con pompa y magnificencia, recordan­ Villa de La Asunción de Izalco, y por este
do y manteniendo la tradición de sus viejas motivo, a la nueva fundación del pueblo, le
costumbres. pusieron Nabuizalco, que traducido del pipil,
Es de notarse que en el pueblo de Nabui- quiere decir: Nabui «cuatro», o sea cuatro
zaleo, casi todos se llaman Juan o Juana, pro­ izalcos.

JUAN ISHTO, muchacho indio que trabaja con una rapidez asombrosa
las tombillas de carrizo. Retratado en su mismo rancho.
La raza pipil-tolteca fué la que pobló Se encuentran situadas estas pilas en las
todos los pueblos de la província de Los Izal­ proximidades de la Villa de Nahuizaleo, a una
cos, pues la lengua que se babla en todo la distancia más o menos de dos kilómetros al
región es el náhuatl y su teogonia y ritua­ Sur del pueblo indígena.
les religiosos son los mismos de los toltecas-
naboas de México y otras regiones de Centro- La principal cofradía de Nahuizaleo es la
América. Entre las curiosidades de origen que lleva el nombre del Patrono, o sea la de
pipil se encuentran dos pilas talladas en la San Juan, y allí se conserva el arcaico tepu­
roca, que los naturales denominan: «Baños de nahuaste bajo la vigilancia del Prioste o Ma­
Atlaeatl», y es tradicional la creencia de que yordomo Mayor. Las cofradías nacieron con
en aquellas pilas se bañaba el gran cacique la institución de las fiestas religiosas de cada
o gobernante del reino de Cuzcatlán. pueblo en tiempos del coloniaje.

JUANA PÁIS, trabajadora de muchos artículos de tule, retratada con sus


hijos en su rancho, dentro del cual tiene grandes manojos de tule.
Tiene en las manos el material de su trabajo.

Es Nahuizaleo donde tuvo origen la cere­ y vendedores van trenzando perezosamente un


monia o ritual designado por los indios con petate de colores vistosos que cruza las calles
el nombre de «Tasbtule». Hay un indígena intercambiando y ofreciendo sus ventas hu­
que tradícíonalmente es el versado en recitar mildemente, canturreando monótona e insis­
el «Tasbtule», y éste a su vez va preparando tentemente.
a los de su familia para que lo repongan Fuertes y firmes se alzan sobre la carga los
cuando falte él, y así se va trasmitiendo esta brazos color de níspero. Las cabezas de las
ceremonia por herencia. indias bajo el canasto, van rígidas, las espaldas
El día de mercado o feriado en Nahuizaleo a plomo, con una esbeltez plástica y los cuer­
es uno de los más animados y sugestivos. pos ceñidos por vistosos refajos se van mo­
Las callecitas coloniales del pueblo criollo viendo a una sola cadencia, con ritmo casi de
abren sus brazos para dar paso a los vende­ danza. A trotecíto ligero y uniforme van lle­
dores que llegan del pueblo indígena y de gando a la plaza; después, despaciosamente, si­
los otros lugares circunvecinos. Compradores lenciosamente, van formando el desfile oferente.
Aquí los canastos con pina, jocotes, las A pocos pasos del pueblo, bacia el camino
cusbtas, el cacao; allí un cacaxtle con nísperos, de Juayúa, en un recodo, está la fuente de
otro con ollas y comales de barro, que relu­ «Las Pulques», donde el agua, al salir del na­
cen fresquítos y rojos, con manchas quema­ cimiento, tiembla, como el follaje estremecido
das por la tortura del horno; más allá un por la brisa. Hay como un diálogo de palpita­
indio anuncia, embutido bajo una carga de ciones entre el bosque y la fuente. Una india
petates de tule de culebra; otro, con tarabi­ joven está sola junto al broquel de línea colo­
llas y cestas de carrizo; todos van iluminados nial. El color de su piel se confunde con el del
por la mágica luz de la esperanza que suaviza cántaro que sostiene junto al espaldar de la
por un momento el mate obscuro de sus pila, para recibir la canción líquida del cbo-
almas tristes... rrito, que haciéndose tirabuzón, se bundejen

Fuente del pueblo ladino de Nahuizalco.

el corazón del barro. Y allá abajo, va rezando noche sobre la desolada palidezîde su frente
una cábala el río brujo de «Teixízate».^ A la espalda trae una bolsa de^pita, y sobre
Ahuecando las manos la sihuápil, recoge la cuma que arrulla en sus brazos, un manojo
un poco de agua y se lava los brazos more­ de flores. Ve a la muchacha, y sus ojos tris-
nos y macizos; luego la cara, el cuello y apo­ tes lanzan un destello apasionado y profundo.
yándose bacia adelante sobre el borde más alto, Llega a su lado, la abraza dándole las flores;
se lava el pecbo aflojando un cordón que frunce luego, juntando su cabeza a la de ella, algo
ligeramente su huípil bordado. Los corales le dice; la mujer se enciende, lo mira inten­
que ciñen su garganta son pálidos frente al samente y juntos se van..., se van por el
jocote maduro de su boca, carnosa y pequeña. camino de Cuyagualo, llegando a las grutas
Inclinada se mira en el agua; el paisaje tiembla de «Cbanejécat», que quiere decir: «Casa del
de emoción ante aquella Venus de barro, y Norte», en donde celebraron el ritual del
basta el calicanto de la fuente de perfil his­ amor...; y allá en la fuente borbota de la
pánico, la besa, untándose en su carne de boca del cantarito la canción de abandono,
níspero. y el paisaje suspira.
Es día de feria en Nahuizalco; alguien Fué el día de la feria en Nahuizalco.
fiene que venir por el camino... Esto no es leyenda; mientras visitaba
De pronto un muchacho fornido, bien plan- Nahuizalco pedí me acompañara un indio de
fado; no trae sombrero, y un mechón rebelde este pueblo que tenía algunos años de traba­
de su cabeza erguida es como un arañazo de jar con mí marido; se llamaba Cándido Blanco.
Mientras yo presenciaba la escena de la fuen- novios se vayan amañando, y por eso ellos
te de «Las Pulques», él me iba explicando habían buscado las grutas de «Cbanejécat»,
que la muchacha había sido ya pedida en para amañarse por su propia cuenta.
matrimonio con sus padres; pero que los tatas Sucede muchas veces que algunos novios
de ella no habían consentido en que el novio se quedan así toda la vida, amañándose, y
se quedara viviendo con ellos durante dos o después no quieren casarse, porque dicen que
tres meses, como es costumbre, para que los entonces ya no van a ser felices.

RITUALES DE LA SIEMBRA

Entre los indios de nuestro territorio existe candil a su imagen, haciendo unos meneos
la creencia de un dios benéfico de la natura­ y señales acompañados de oraciones en su
leza, y sobre todo en los que todavía tienen el lengua, mientras noche a noche va desgra­
privilegio y dicha de sembrar sus maizales, nando las mazorcas que servirán para la siem­
porque creen que el dios de sus antepasados bra. Estas mazorcas que desgranan están
protege sus milpas; mientras que el dios de sagradas, pues son las que bendijo el Niño
los cristianos gobierna el alma. Como el Di os en la Pascua, cuando los indios bailan
bienestar y la felicidad del indígena depende frente al templo con las garruchas adornadas
del resultado de la milpa, no nos debe extra­ de mazorcas en los coros de «¡Jeul ¡Jeul»
ñar que, al mismo tiempo que acepta el dogma Después de desgranado el maíz, lo cubren
cristiano, siga, aunque a escondidas, reveren­ y lo esconden, sin que nadie vea dónde, para
ciando al dios antiguo y observando los ritos que no lo toque ninguna falda de mujer, pues
de sus antepasados. El indio dice; "por un tienen la creencia que si ésto sucede, la milpa
si acasu, no vaya a ser"... Y por mera precau­ no es fuerte y no se pára bien. Todos estos
ción, interpola en sus ritos la fe de los cris­ preparativos del maíz, los indios los bacen
tianos y las formas paganas. con gran reserva.
A este dios protector de la milpa, y que Ya sabemos que el indio tiene su altar
lo consideran dueño del cerro y la campiña, en la naturaleza y le rinde adoración en sus
se le conoce con el nombre de «Cerro-Valle» diversas manifestaciones; la montaña, el río,
en todo idioma indígena. Los izalcos lo lla­ el volcán, la laguna, etc., y para propiciarse
man: «Teotltepet-Cójtan» o «Tépetl-Técban»; la voluntad del dios «Cerro-Valle», «Tepíctli»,
y en los pueblos de la Costa del Bálsamo» lo hace lo posible para satisfacerle espontánea­
designan con el nombre de «Lepictli» o «Te­ mente en todo lo que cree que aquél necesita.
pegui»; y los lencas del Oriente de nuestra Los indios dicen que el volcán nuevo crece
República, lo designan en su lengua: «Era-
porque quiere ser más grande que el vecino;
Kotan»; los kekcbí, lo llaman: «Tzul-Tacá»;
que un lugar sin vegetación quiere tenerla,
en Pocomcbí: «Yut-Kixkab»; y en Quicbecbí:
y que las fuentes cálidas necesitan leña para
«Huyub-Tacaj».
mantener su calor; que no hay que pasar por
A este dios se erigen en algunos lugares los ríos silenciosos porque se secan y esconden,
de Meso-Améríca, aún boy, las cruces de pues son ríos de aguas vergonzosas. Dicen
madera que se encuentran en las cumbres de también, que a los ríos que van corriendo
los caminos. Delante de ellas se ven algu­ hay que cantarles para que sus aguas tengan
nas piedras, y sobre éstas, ramítas con hojas música y vayan más alegres. Así los indios
que han servido a los indios peregrinos para dan a cada «Cerro-Valle», «Tepictlí», lo que
golpear sus pantorrillas, creyendo quitarse el necesita, para después ellos merecer sus fa­
cansancio y que se lo pasan a las ramitas vores.
milagrosas, sintiendo que sus piernas cogen Este dios «Cerro-Valle» se ba becbo de
nuevo vigor para proseguir su camino. grande importancia por su poder sobre el
Durante determinados días los indios no maíz. Y como el maíz es lo primordial en la
tienen relación conyugal, y se entregan a ritos vida de nuestros indios, ellos imaginan al
y ceremonias en un lugar secreto, quemando dios de carácter benigno y lo conciben joven
copal, y alumbran con una mecha de sebo o y hermoso, fuerte y erguido.
Pero este dios bueno en contraposición te­ el maíz, llevando a cabo previamente los ritos
nía que tener como en toda religión el genio adecuados que según sus creencias y tradi­
del mal, que en la creencia indígena quiere ciones, corresponden a los mandatos del Señor
la destrucción del hombre y sus sementeras, Túnal (S ol) a los hombres, por medio de los
porque así obra la naturaleza que deja crecer que bacen de jefes en una comunidad.
las milpas y las viene a destruir en el mo­ Después de la ceremonia de la bendición
mento menos pensado con furiosos huracanes. de las mazorcas, que se efectúa en el areyto
Estos aguaceros torrenciales, las inunda­ del «¡Jeu! ¡Jeu!» el 24 de Diciembre, que se
ciones, los remolinos, las erupciones de los repite durante todos los días basta el 6 de
volcanes, las nubes del chapulín, los atribu­ Enero, Día de Reyes, estas mazorcas se guar­
yen al genio del mal de la naturaleza. Los dan junto a los altares de Iss cofradías, espe­
mayas y los kekchí lo llamaban a este genio rando la fecha de su calendario agrario-rítual
malo.’ «Mam»; y nuestros indios pipiles de (en los primeros días de Febrero) cuando el
nuestro territorio lo llamaban: «Man-Agua» Padre Sol principia su carrera bacía el lugar
(Man, contracción de Mam). Nótese que la del Equinoccio, o sea cuando el Señor Sol
raíz de este nombre corresponde al de los está buscando ya su carrera para llegar al
maya-quichés o sea el «Mam», y que tal vez mero centro y caer en la coronilla de la Tierra
para facilitar la pronunciación, o por su evo­ o en la mera mitad del mundo (paso por el
lución, cambiaron la m en n. zenit).
Aquí nuestros indios suponen que se mul­ Entonces es cuando se lleva a cabo la
tiplica en muchos para causar más perjuicios ceremonia inaugural en las cofradías indias,
y lo designan: «Los Managuas». determinando la tala de montes, indicando
Se lo imaginan, desde luego, lo contrarío el día preciso en gue ha de abatirse la fto=
del dios bueno, y dicen que son con pelo resta a fin de que los troncos y malezas se
largo y muy feos: viejos, enanos, cabezones encuentren perfectamente secos para cuando
y carones. llegue el momento del segundo ritual de la
quema.
El dios «Mam» o «Managua» con la vejez
representa el final del año y hace diabluras Hay la costumbre, entre nuestros indios,
en los cinco días aciagos. Mientras que el dios que la misma noche del Día de Reyes salen
«Cerro-Valle», es joven y hermoso: el año en grandes peregrinaciones para Esquípulas,
nuevo que comienza con la formación del trayendo a nuestra memoria la antigua cere­
grano. monia que indios de Cuzcatlán y de Guate­
mala tenían, de ir hacía ese rumbo a traer
El indio él mismo desgrana su maíz, por­
el invierno, y creo que los indios de ahora,
que sabe que así va a nacer mejor. Los olotes
conservando esa tradición, asocian o unen la
y las tusas los guarda, pues si por descuido
peregrinación cristiana al antiguo ritual.
queman los olotes, se pica el maíz muy pronto;
y sí queman las tusas, se queman las hojas Veamos lo que dice a ese respecto de los
de la milpa antes de crecer. indios chortís de Guatemala, el distinguido
arqueólogo e investigador señor Girard: “Asi­
Los escogidos, los sacerdotes indios, ahora mismo en el día inicial del Tzolkín se imita
llamados priostes de las cofradías, son los que el movimiento diurno del sol, de Oriente a
han de sembrar el maíz, así como antigua­ Poniente, con ritos especiales que terminan
mente eran los que sembraban el cacao, pues al Oeste. En Quezaltepeque (Guatemala), la
de ello depende la buena fecundación y pró­ ceremonia empieza, excepcionalmente, por ra­
vida cosecha. El indio presiente y sabe cuán­ zones que explicaremos adelante, en la noche
do va a reventar en la milpa primeriza el del 14 al 15 de Enero, pero termina al Oeste
alumbramiento de la primera mazorca. en el mismo día inicial del Tzolkín. En esa
Los viejos indios que ahora bacen las ve­ noche sale una delegación para Esquípulas,
ces de sacerdotes en nuestros grupos raciales, es decir, hacia el Oriente de Quezaltepeque,
anuncian con precisión matemática, debida a a traer el invierno, y el 8 de Febrero bace un
su experiencia y observaciones cuidadosas de segundo viaje a San Jacinto (Guatemala),
los movimientos solar y celeste, las fechas en situado al Oeste, cerrando así la trayectoria
que deben prepararse las tierras, quemarse la Este-Oeste, a semejanza del Sol para formar
maleza, sembrar, cultivar, doblar y cosechar un gran día (sinónimo de Fiesta al Sol). Se
inicia en tal ocasión el Tzolkín, con la ben- zorcas lo consideran y lo llaman: «Dios del
dición solemne de las semillas llevadas por Maíz». “El «dios siete», es identificado como
la delegación sacerdotal que ba ido desde «Dios de los Mantenimientos», y en la ico­
el centro basta el sagrado Oeste (San Ja­ nografía mexicana es representado por siete
cinto).” mazorcas de maíz incrustadas en el cuerpo
Los izalcos, al adornar sus garruchas con de una serpiente, llamada: «Cbicomecóatl»
mazorcas para el rito del areyto del «¡Jeu! ¡Jeu!» (serpiente siete)’ .
para que las bendiga el Niño Dios, tienen Cuando llegan a la iglesia entre bombas
muy presente que el número de mazorcas de y cohetes, las di versas cofradías reparten a
cada color sean siete. Así, cada garrucha sus cofrades las garruchas. A esta ceremonia
lleva: siete mazorcas de maíz blanco; siete de le llaman: «se bota el palo», y al entregar a
maíz rojo; siete de maíz amarillo, y siete de cada cofrade su palo, el encargado canta las
maíz negro (’). Pues para ellos estas siete ma­ estrofas que para el caso lleva preparadas.

La Cofradía de La Asunción, en donde se ven apoyadas sobre el rancho


las garruchas adornadas con las mazorcas sagradas. El Prioste las ha
llevado allí después de la ceremonia llamada: «SE BOTA EL PALO».

Esta ceremonia de «botar el palo», es una están ávidos de riego, y basta los pájaros,
reminiscencia de la antigua ceremonia de los como los zenzontles de agua, con su canto,
toltecas del «poste de 25 brazas» que se co­ están llamando el agua.
locaba en el atrio del templo, en TI axocbímaco Ya la tierra está herida y preparada para
“y que volvía a echar en tierra muy poco a poco, la fecundación. El arado va rayando la tierra
como bajaba el sol después de su segundo para escribir, sembrando, el poema de todos
paso por el zenit en el mes Xocotlbuetzi”, que los años.
significa, según Durán: «La Caída del Xócotl».
Pensamos con el poeta:
Del 15 al último de Marzo comienzan a
preparar las tierras para las siembras. En “Al ritmo de la yunta
esta fecha la tierra, los campos, los árboles tiembla la corva esteva,
(1) Estos cuatro colores de las mazorcas representan tam = y el vientre del terruño
bién “Los Cuatro Rumbos” o “Las Cuatro Mansiones Sagradas”
que se encuentran en: el Norte, Sur, Este y Oeste. se despedaza en vida.”
Antes de arar las tierras, después de la de la tribu o comunidad de los izalcos, pues
tala, efectúan casi siempre del T al 15 de si no lloviere oportunamente se perderían las
Abril las quemas, aprovechándose los días más cosechas, sumiendo en profunda amargura a
calurosos del año, que son los que anuncian todos los naturales. Desde entonces quedan
casi siempre que pronto lloverá. pendientes del día de San Isidro, el 15 de
El Domi ngo de Ramos, todas las cofradías Mayo, y sí basta ese día no ha llovido, co­
se encaminan al templo, llevando sus palmas mienzan rogaciones y peregrinajes, llevando
para que el sacerdote se las bendiga; éstas a San Isidro en andas, por caseríos y campos,
les sirven para confeccionar cruces que opor­ pidiendo la buena lluvia; pero si el Santo
tunamente colocará en las cuatro esquinas de no los escucha y no llueve, entonces lo cuel­
sus milpas, para librarlas de los genios malé­ gan de las ramas de un árbol y ahí lo tienen
ficos de los «Managuas». Estas cruces dadas basta que llueve.
por Dios, se recogen después de dobladas las El ritual de «La Acequia del Corozo»,
espigas del maíz y las guardan "por si alguno descrita tan bellamente en el libro: «El Indio»,
tiene que emprender el viaje sin retorno", para por Herrera Vega, está demostrando a lo vivo
ponérselas y que lo acompañen, para librarlo la supervivencia de los antiguos rituales de
de los malos espíritus. nuestros toltecas prebíspánicos, descritos en
Entre los izalcos, desde el Miércoles Santo el Codex Magliabeccíano que corresponde a
se preparan todos los alimentos para Jueves la Kalenda T. La leyenda del Códice, dice:
y Viernes Santo, apagándose las cocinas el «Xílomaniztli» se llamaba la fiesta, pero
Miércoles en la noche, y volviéndose a encen­ también la llamaban «Alcavalo».
der basta el Sábado de Gloría. Este «Fuego Al dios que celebraban se llama: «Tlaloc».
Nuevo», que se enciende este día, tiene íntima (xilotl: elotes).
relación con el antiguo ritual de nuestros Y dice también que en esta fiesta desagua­
toltecas en que cada año celebraban la cere­ ban el agua, sin duda para bacer los regadíos
monia de «El Fuego Nuevo». de sus apantes, pues lo dice bien claro el
El hecho de celebrar la ceremonia de pren­ nombre de la fiesta que se llamaba: «Xiloma-
der «El Fuego Nuevo» en el Equinoccio tiene, níztli», refiriéndose a los elotes.
además, “un significado mágico relacionado En ese ritual de «La Acequia del Corozo»,
con las quemas". para hacer los regadíos de sus apantes, los
Todos los preparativos y rituales referen­ indios izalcos sienten el antiguo mandato del
tes al campo, indios y campesinos ladinos, ancestro de rendir culto y veneración a los
están pendientes del magno acontecimiento elementos: «La Tierra» y «El Agua», es decir
del paso del Sol por el zenit. El Sábado de un culto o ritual en que los indios tácitamente
Gloría, a una orden del viejo prioste de la reverencian a «To nacacibuatl» (La Tierra) y
Cofradía de La Asunción, se efectúan las a «Tlaloc» (Dios de las Aguas).
quemas simultáneamente por todos los con­ Por eso el indio viejo o Mayordomo de
tornos de Izalco. (Rememorando “El Fuego la Cofradía, que bace ahora las veces de sa­
Nuevo”). cerdote, es el que guía con el incensario a
El 3 de Mayo, Día de la Cruz, los prios­ la comunidad india, oficiando en las ceremo­
tes de las diversas cofradías invitan a besar nias de bendecir las aguas y la tierra de los
las cruces que tienen en todas las cofradías, y campos, para que en seguida cumplan bien su
al besarla, los de la comunidad no sólo pue­ cometido: «Túnal» (Sol) padre generador de los
den tomar un poco de fruta, sino que el campos, y «Tlaloc» con las lluvias propicias.
prioste da a cada visitante un puñado de gra= Y las indias, así como van con sus delan­
nos de las mazorcas benditas, para que les tales llenos de flores para irlas desparraman­
traíga la bendición a sus milpas y buenas do en el agua como mensajeras de su espe­
cosechas, dándole la orden a la comunidad ranza para la buena cosecha, así mañana,
de proceder inmediatamente a las siembras ellas mismas, volverán con sus delantales
en un plazo prudencial de cuatro días a una llenos de granos de maíz y otros cereales,
semana. Esa noche bacen fiesta en todas las para irlos tirando en el surco, conforme el
cofradías. Mayordomo y cofrades vayan midiendo con
Con estos rituales se llega al momento sus pasos de areyto o danza revertida, el
más culminante de que depende la existencia lugar donde se tira el grano.
LA SIEMBRA.—El 3 de Mayo, Día de esa primitiva belleza llena de sinceridad y de
la Cruz, se riega el grano en todos los sur­ sentimiento racial. Las mujeres ayudando en
cos de la tierra arada. Los sembradores al
las siembras entonan el himno, que casi siem­
ritmo de oraciones van tirando el maíz en
los surcos que esperan. Después incensarían- pre es una oración cantada; otros bailan, y
do pregonan las oraciones de ritual. Los pitos en todos se nota el espíritu optimista y el
y tambores tocan una música empapada de alma llena de esperanza,

ORACION DE LOS IZALCOS A MANERA DE «TASHTULE» PARA LA SIEMBRA DEL MAIZ

“¡Con que bendito sea el Gracia de Dios! tendé, Singior mío, que siempre be creído en
¡Oh, divinísimo Niño Pagre del cielo y de Tí, como Salvador y bueno para el natural
la tierra!, ayúdame en esta mi siembra y pro­ que cumple y teme el mal, respetando el
méteme de que no será la última. Que el arado el día domingo; que tus servidores los
îadinu no la codiceye, y que el tacuazín y el santos me ayuden en esta mí siembra y alejen
con el viento el cbacuatete y el mapache que
mapache no la vean, ni la huelan, mientras flo­
comen sin trabajar nunca. Líbrame también
rezca y elotee. Que los «Managuas» no me
del tacuazín, alma de brujo. ¡Patroncíto!
la rieguen de las malas aguas, quemándola y Habíale a tu Pagre, creador del universo, y
arruinándola; que los granos de las mazorcas a la Paloma del Espíritu Santu para que
sean apretados y galanes, como mazorcas pri­ Trino en Uno Personas, y ambos todos y
merizas y como collares de dientes, y yo, des­ verdadero, me ayuden también en esta siem­
pués de la cosecha, daré las mejores con una bra. Dios te lu pague, Táta, Nutécu, Tutécu
gallina ponedora para el señor Cura, y una pa Díusb Táta. Amén.”
palmatoria de cera para Tí, como Pagre que El gran Prioste de la Cofradía de La
eres de mi pueblo y mi gente. Sabé y en» Asunción, reza en lengua su oración:

ORACION EN NAHUATL PARA SEMBRAR EL MAIZ

¡Ay! San Jusé, Tutécu pal naja quen ni EN ESPAÑOL:


quen níccba créer, quíúni nicnéqui sbíccba, ¡Ay! S an José, Dios mío, así como creo, así
mu milagru, nujpac tícní nu siembrachín, quiero que bagas un milagro, sobre mí y mi
Tutécu milagrusu. Taja titecuyu güey paraje siembriía, Dios milagroso. Usted es dueño de
Táta, quen níccba créer tícmu tuquey, quíúni grandes parajes, Táta; así como creo en tu
sbíccba mu milagru, niúní metzbuica semu nombre, así baceme el milagro; te llevaré una
tágüil pal taja Táta; naja ni pobre, sema canú candelita para Usted, Táta; yo soy pobre, sólo
frabaju ni pánu, nu Tutécu núpal. por mi trabajo paso, Dios mío.

Esta oración la reza el Prioste antes de basta que él solo se consume, mientras todos
que él y los de su Cofradía se pongan a sem­ rodean el hoyo, unos rezando y otros obser­
brar el maíz; ya otros de la misma Cofradía vando que el líquido se consuma. Ell os dicen
han preparado una gran olla con chilate de o llaman a esta ceremonia: «alimentar la tierra».
maíz sin cocerlo, y en medio del predio que Inmediatamente que el líquido se ba con--
han preparado para la siembra del grano, ba­ sumido, se ponen a sembrar y una vez ter­
cen un gran hoyo vaciando el chilate de la minado el trabajo, uno o dos días después,,
olla, quedando como un poso lleno del líquido el mismo Prioste con todos reunidos reza en,
lechoso. No le echan tierra, lo dejan así voz alta esta otra oración:
AL TERMINAR DE SEMBRAR REZAN ESTA OTRA ORACION

EN PIPIL: EN ESPAÑOL:
Santu Tutécu, Santu Juerte, San Jusé Santo Dios, Santo Fuerte^SanfJosé bendito,
benditu, mamuquetza yec ni numil inté ma= que se pare bien mi milpa, que no la arrastre
quitalusbti íní fracán güitz, tajatí defuensur esta tormenta que viene; Tú eres defensor de
paltejémet; shimuquetzácan yec. Musta niu nosotros; que se pare bien. Mañana vendré
nigüitz sempa. Cren Tutécu Pagre, Ttelpúchi, otra vez. Creo en Dios Padre,‘^Hijo y Espí­
Ispritu Santu. Amén. ritu Santo. Amén.

Pintoresco rancho indígena de Izalco con su íasío florido al lado.

Se bincha el vientre de la tierra grávida La fiesta de los elotes, que coincide con
en gestación sagrada de vida, que dará tam­ el principio de la canícula en el día de San­
bién vida. La tierra está esponjada, recibien­ tiago, determina también la fecha en que deben
do el agua buena del cielo y los rayos del sol prepararse las tierras para las siembras de se­
que la calientan. Por todas partes estallan gunda, llamadas: «tunalmil».
brotes de verdes milpas; más tarde revientan El milagro esperado por el indio, ya vino.
las espigas doradas, y por fin, en la mata fuer­ La bendición del cielo en el pan de cada
te, alumbran las mazorcas, ríentes, de líneas día, está ahí, en las matas cargadas de ma­
aperladas, mazorcas primigenias y galanas. zorcas; si son tiernos elotes, destilan leche
Estas primeras mazorcas, todavía tiernas, son que saborean en guacales de atol, y al sazo­
los elotes, y la fiesta oficial de los elotes se nar, la inseparable cuma del indio le ayuda
celebra el 25 de julio, día de Santiago, en en la tapisca del codiciado grano. El ritual
alegres «afoladas», que son otros de los ritua­ de la tapisca es el más suntuoso entre los
les alegres tanto de los indios como de todos indios, pues él representa para los naturales
los campesinos en general. Hacía el 15 de tener asegurado el pan de cada día.
agosto se celebra el ceremonial determinado Todos los días, antes de la tapisca, el
con «el doblado del maíz». indio se pasea por su milpa contando las ma=
zorcas, a las que acaricia con la mirada y producen vegetales que, al calor solar, flore­
mima como a la muchacha que le va a dar cen, dan frutos, y de éstos se desprenden las
su amor. Y cuando el día liega de la reco­ semillas: maíz. Del último se obtiene pan y
lección, se ponen ropa limpia, se bañan, lle­ chicha: pan, sustento de la vida vegetativa, es
vando a sus mujeres para que participen del sangre, que al vitalizar las células reconstruye
premio de la tierra y el trabajo. los tejidos; o de otro modo: se trasmuta en carne.
La fiesta de la tapisca es alegrísima: revien­ “He aquí nuestra Eucaristía: el Sol Padre,
tan cohetes, toman chicha y bailan al son de crucificado en las cuatro direcciones cardina­
sus clásicos sones. Las primeras mazorcas les, se transforma en pan y vino (chicha), que
que corta, las mide, las pulsa, y por el peso luego viene a ser carne de nuestra carne y
sabe de la calidad del maíz. Le encaja la uña sangre de nuestra sangre. Por ello, en los
a la tusa, la huele, y mordiendo, arranca unos cantos rituales invocatorios de los aztecas, se
granos que el molino de sus dientes tritura. denomina al Sol: «Señor de Nuestra Carne».
Es el bautismo del maíz. ¡Ingénua, sencilla, admirable teogonia!
Y el indio recuerda y comenta cómo en “Raro, o mejor dicho, no existe el pueblo
el vientre de la Madre Tierra fecundó el grano, índovenezolano que no celebre la danza del
al riego de la lluvia que alimenta, y al con­ maíz, quemando copal ante el Idolo y agitando
tacto del sol que le da vida. Recuerda tam­ floridas panojas de tan útil planta. El Idolo
bién a las primeras lluvias que hacen que la es casi siempre (cuando no el arcaico), un
tierra se perfume como la mujer nueva. Y santo del santoral católico.
proclama que por ser tierra primeriza, el fruto “Este mito es idéntico al indo-europeo de
de su vientre ha sido hermoso de fuerza pri­ Baco, Dionysos, Mítbra, Orus; al cbibcba de
mitiva. Zumé o Zué, y al maya de Bacab, o al queshua
Y después, dentro del rancho que bosteza de Ynticsi-Viracocha.”
el humo de la hoguera que arde bajo el comal,
Eran castas privilegiadas en nuestros
se lleva a cabo el ritual cuotidiano del supli­
indios, los sembradores de maíz y del cacao,
cio de la carne del maíz sobre el barro al
cuya mazorca pródiga adoraban, incensariando
rojo que quema y purifica.
con copal sagrado, en liturgia especial, la pro­
¡Generosidad de la tierra nueva, descan­ mesa del grano, que era para ellos alimento
sada, sin castigos de lava, ni agruras de rocas: principal, y moneda bendita.
llana, joven y fértil está ahí en la hostia
blanca del maíz, que viene exhalando el vaho Así vivió y vive aún la raza de los izalcos,
femenino del regazo maternal, para ofrendarse misteriosa y humilde, simbólica y uraña, altiva y
pródiga en el pan de cada día. rebelde; llena de poesía y leyenda, como el maíz
perlado, como el barro perfumado y moreno, co­
G. Ántolínez en «Cristianismo en Amé­ mo la obsidiana que hiere y que mafa, como la
rica», refiriéndose al maíz, dice: caña dulce que gime y que llora bajo la implaca­
“El Sol envía las nubes que lanzan la ble tiranía del trapiche cruel... y se ofrece en un
lluvia fecundante para las sementeras; éstas jarro de mieles milagrosas. ¡Así vivió la raza!

LOS IZALCOS Y SUS DANZAS


Izalco es un pueblo de raza, hundido en apretado por las centurias y teñido con la grana
la sombra de los tiempos. Más allá de las viva de los recuerdos. Los muros huelen a
casas encaladas y chatas por rojos tejados moho, y la yerba agradecida con las trepado­
coloniales, duermen sobre una altura domi­ ras campánulas se rizan cariñosas sobre todo
nando el panorama magnífico entre el Volcán lo que fué, para seguir multiplicándose bacía
y el mar Pacífico, las ruinas de la arcaica el arranque de la cordillera. Y allá abajo,
ciudad donde la antigua sombra se convierte en una hondonada de estas tierras indias, el
en piedra. Piedra que evoca a la historia y pueblo de raza pura y humilde de los izalcos:
provoca a la leyenda. Fragmentos de muros ranchos de paja, huípiles y cacaxtles.
y pilastras que fueron en otra época un gran Hay fiesta en el pueblo, y los indios bailan
templo, residen allí, con resaltos de un estilo, en la plaza. Es 24 de diciembre. Algunas
de las piedras donde repican sus pies, palpi­ ¡Sólo manos puras pueden tocarla.,.!
tan de recuerdos, porque la plaza es una parte ¿Por qué?
de los pisos del antiguo templo. La gruta
¡Perderá el «encanto» y puede enmudecer...!
que está junto a la iglesia, está hecha tam­
bién de piedras inmemoriales, y frente a la “¡Mágica campana, oráculo encantado, no
iglesia se levanta la jaula prisión en donde pierdas tu poder..,!
canta y llora «María Asunción», la campana
Así reza el indio.
legendaria, que pasó muchos lustros medio
sepultada entre las ruinas del antiguo tem­ Una sola campanada de «María Asunción»,
plo. La voz de «María Asunción» es musical y el pueblo entero se pone devotamente a
y sonora: voz de oro, voz de bronce. Esquila escuchar... ¡Es la clarinada de alerta para sus
colonial que regaló Carlos V, Rey de la Ma­ bij os los izalcos!
dre Patria. Es la niña mimada de los izalcos. Hubo india que tejiera una faja primorosa
Es su preciado oráculo. Hechicera de bronce para ceñir con ella el vientre sonoro de «Ma­
que en las noches fatídicas para la raza, anun­ ría Asunción». Era una ofrenda que ella
cia con su voz bruja, profecías dolorosas, pero hiciera en promesa. Y otro indio le tejió
que algún día serán también de redención, una guirnalda con las palmas del Domingo
esperanza y amor... de Ramos, para un voto a la Semana de Pa­
¡La campana tiene «encanto!» sión...
¿Quién lo dice? La Señora Campana, es Madre Soberana
¡La tradición! del pueblo de los indios pipiles.

¡JEU! ¡JEU! - (AREYTO)

Los muros de las ruinas del antiguo tem­ diferentes Cofradías se funden con las pie­
plo, mudos e impenetrables, contemplan seve­ dras de las ruinas del antiguo templo. Dan­
ros a la multitud que danza frente a ellos. za y ruinas, son arcaicas. La raza también es
Estos muros parecen los espectros de la anti­ templo en ruinas. Y la Iglesia nueva, también
gua sombra que siguieron protegiendo calla­ tiene ese sabor rancio, a pesar de las galas
damente a la raza que se mueve y que danza. pasajeras con que la engalanan en cada fiesta.
Es víspera de Navidad. Poco a poco van Todos los pueblos han cantado desde su
llegando los diferentes grupos de danzantes origen, obedeciendo a esa necesidad imperio­
y coristas a la plaza. Las cofradías del «Padre sa en el bombre de expresar sus sentimien­
Eterno», de «La Virgen de los Remedios», tos por lo bello y lo grande. Nuestros indios
del «Niño Jesús», de «La Asunción», etc., etc., también antiguamente cantaron sus tradicio­
han ido desfilando cada una con su coro de nes, sus deseos y esperanzas» cantaron a sus
«¡Jeu! ¡Jeu!», portando las típicas garruchas de dioses en los ritos sagrados, mucho antes que
mazorcas lozanas y prometedoras. se conociese la forma expresiva de la escri­
Rodeados de las mujeres, danzan en ban­ tura. Sabido es que en todos los pueblos de
dos diferentes, cada bando una Cofradía y Indo-América, una de las fiestas y ritos más
cada Cofradía con su música especial. Cada generalizados y solemnes fué siempre al «Dios
grupo está atento a su canción individual, pa­ de las Lluvias» (Gran Señor de la Lluvia),
ra contestar cuando corresponda a su movi­ llamado Tlaloc. Ante el ídolo Cjue represen­
miento y con el grito de ¡Jeu! ¡Jeu! Hay con­ taba al dios, hacían sus ritos, sacrificios, dan­
tinuidad, sin embargo, y se completan de uno zas y coros para que el «Gran Señor» les
a otro. Las disonancias de los diferentes gru­ protegiera y les diera mejores cosechas en la
pos forman una polifonía híbrida, sui géneris, siembra del grano nutridor. En Cuzcatlán
pero que llega a fundirse como el barro de nuestros abuelos precortesianos hicieron lo
las cerámicas. mismo; cantaban en coro en su lengua que
Clamorosa y abejeante la plaza, es como hablaba cada pueblo, para pedir las gracias
un pequeño mundo encerrado en un panal en sus siembras; unos en náhuatl, otros en
de evocaciones y recuerdos. Bajo la síncopa lenca o en lengua cborti, otros en pocomame,
inoportuna del tambor y la híbrida clamoran- etc. Así en las tierras de los Izalcos anti»
cia de los coros, los bailadores indios de las guamente, se cantaron estos coros en lengua
nabuatl, ante el ídolo T. laloc (dios de las lluvias); Hay un árbol especial de largas y rectas
pero después de la conquista, como sucedió con varas, que le nacen a corta distancia otras
todas las danzas y ritos idólatras, convertidos ramas delgadas, propias para ensartar en ellas
y catequizados al cristianismo, estas ceremonias las mazorcas. A este árbol le llaman «árbol
fueron ante Dios, y ritos del culto católico. de la garrucha».
Por eso al celebrar las fiestas de la Pascua
Reunidas las Cofradías, se dirigen a la Co­
de Navidad, los izalcos entonan sus coros,
fradía Mayor, y después pasan todos a la
para pedir al Niño Dios la bendición a sus
Parroquia de La Asunción. Se compone el
mazorcas sagradas, y su protección en sus
desfile de las Cofradías de un número de 80 a
cosechas de maíz. Todas las noches desfila
la población indígena en procesiones, desde 100 indios y a veces llega hasta 150. Al llegar
a la Iglesia referida, comienzan a entonar los
el 24 de diciembre basta el día de los Pe-
yes. En la Noche Buena, se escucha en el coros del «¡Jeu! ¡Jeu!» basta que nace el Niño.
pueblo una tempestad de tambores. Las dis­ La procesión de las Cofradías es trascen­
tintas Cofradías se preparan para el ritual dental y solemne; cada Cofradía, como ya he­
de esa noche. Hay ofrenda de mazorcas. Apa­ mos dicho, lleva su cuerpo de músicos; tam­
recen entre las once y doce de la noche, bién cada uno lleva su cantador, que en to­
acompañando al Niño Dios de María a la do el trayecto, canta con voz monófona y en­
Iglesia de La Asunción. Los tambores de las tonación especial, a manera de «cantilena»
numerosas Cofradías repican llamando a sus litúrgica, las estrofas de ritual, que contestan
cofrades; cada uno tuntunea su toque especial, con pavído alarido los coros del «¡Jeu! ¡Jeu!»
al que acuden presurosos con la ofrenda de Inicia sus coros la Cofradía del «Padre
garruchas vistosísimas, con cíntajos de colores y Eterno» con el cantador más famoso de la
reliquias que bendicen las pujantes y galanas comarca: el indio Zacapa. Después de lim­
mazorcas, siete de cada color de los cuatro maí­ piarse la garganta con una tosida y escupir
ces: blancas, rojas, amarillas y negras. Estas estrepitosamente, Zacapa comienza a cantar
mazorcas, van ensambladas en las estacas, que sus estrofas sonsoneteando una melodía en
los indios designan con el nombre de «manos». Sol Mayor, y en ritmo de 2/4:

COPLAS DE LOS COROS


Vengo a cantar un volado (a) Como el atol de piñuelas
que para este cumplimiento, se cam be a tu querer.
mi hizo un poeta mero fregado 1 Que sea cuesbte o tetelque (b)
con sal y con sentumienío. lo mesmo me cae bien!”
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeuj
Es señor muy ilustrado "Va porque ves que sos blanca
y hombre de pensamiento, crees que sos rosa de altar.
don Cbico Herrera Velado También las yucas son cheles,
al que oirán dentri’un momento pero no sirven sin sal”.
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu!

Va la luna ya salió Después de quererme tanto


y el lucero no aparece te juisies con mi patrón.
ya los pajarillos cantan Pero me queda mi corvo
ya me voy porque anochece. que me cuida más que vos”.
¡Jeu! ¡Jeu!
¡Jeu! ¡Jeu¡
No me plegaré —me dijo— (c)
Pajarito colorado,
al irse a San Salvador,
presíame íu eleversión y aya se quitó el refajo,
para sacarme esta espina y de al tiro me olvidó ” (d)
que llevo en el corazón.
_______ __ i Jeu! !Jeu!
¡Jeu! ¡Jeu!
(b) Cueshte: suave, fino; tetelque: pegajoso, astringente;
(a)—Volado: asunto, motivo. (y 1 legaré: ponerse enaguas como las ladinas; (d) — De al
tiro : de momento.
Por aguí pasó una pava Antes de morir Chilano
chiguitita y vuladora, le encargó a su hijo Juanillo,
gue en las alas lleva flores gue le cosiera el fondillo
y en el picu mis amores. al pantalón de su hermano.
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu!
Y ya me voy despidiendo Va me voy despidiendo
porgue ya no puedo más, verde cojoyo de caña,
y aguí te dejo mi caite gue triste se pone el hombre
para gue te lo comás. cuando la mujer lo engaña.
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu!
Si triste se gueda la Luna Va me voy despidiendo,
cuando el Sol no le acompaña, verde cojoyo de yuca,
cómo se guedará el hombre yo tengo una mi negrita
cuando la mujer lo engaña. con colochos en la nuca.
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu!
Mi tío me dió un consejo / Viva el Sol! ¡ Viva la Luna!
despuesitue loración ¡ Viva la flor del amate!
gue nunca me enamorara Muera ño Chico Peludo
de mujer de pañuelón. tata de Luis Tecomate.
¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu! ¡Jeu!

El Alcalde y Regidor de la población indígena de Asunción de Izalco,


seguidos por la «Cofradía del Padre Eterno» y los Coros del ¡JEUI |JEUI

El cantador de cada grupo canta sus estro­ para el largo recorrido, ocupando casi siempre
fas, y al terminar, todos los de las garruchas todo el siguiente día para dar término con el
contestan en coro: «¡Jeu!» «¡Jeu!»... y así basta último cofrade. A esta ceremonia los izalcos
que canta el cantor de la última Cofradía. la llaman: «dar cumplimiento».
Después cada uno de estos grupos se va a Toda la indiada de los coros ba ido con­
cantar sus cuartinas a su Cofradía y enseguida testando su «¡Jeu! ¡Jeu!» en alarido tremendo,
van a casa de cada cofrade, basta que termi­ pávido y aterrador, lanzado por un conjunto
nan con todos ellos; la noche no es suficiente disonante, de encontrados y diversos tonos.
Es un grito de bárbara evocación. Mientras y el sacabuche con su "adecuado sobijeyo”, va.
cada Cofradía ba ido cantando sus estrofas, los marcando con excitantes ¡fu=fú=fá! ¡fu=fu=fa! el
rezongos del tambor, el atabal, la zambumbia ritmo inquietante y continuo de los bailadores..

Alcalde indígena de Izalco, con el Prioste, llevando el famo­ Los Coros del |JEUI jJEUl, llevando las típicas garruchas,
sísimo GUION, seguido por lodos los Cofrades que portan acompañados por cuatro ataualnés, el tamborcito inseparable,
las Sagradas Insignias de la Cofradía. de nuestra música primitiva.
ESTUDIO
Una parte del análisis de estas dos varian­ Ya hemos dicho que pertenece a la esfe­
tes o variedades, ya la hemos visto en la Pri­ ra del movimiento cerrado, no sólo su danza
mera Parte de este ensayo; por eso ahora de «paso revertido, o paso del peregrino», sino
me concretaré a otros puntos en el presente también la melodía de suave y bierática es­
estudio. tructura, que se baila en marcado contraste
En primer lugar esta fiesta del «¡Jeu! ¡Jeu!», con el tipo recitativo y de salmo de los co­
antiguamente en época anterior a la Conquis­ ros, cuyo canto está representado en los dos
ta, era para celebrar al dios Tlaloc, (Gran ejemplos musicales o variantes (véanse las
Señor de las Lluvias), a quien honraban en variantes No. 3).
-el mes «Atemuztle» (que corresponde a di­ Uno como se cantó antiguamente (ver pri­
ciembre de nuestra época) y dicho festival mera forma).
caía exactamente del 22 al 24 del referido mes. La primera forma vaciada en los cinco to­
Pero los misioneros catequistas, aprovechando nos del pentátono, los cuales se repiten en
la coincidencia de la fecha con la fiesta de corcheas en un diseño que dura tres tiempos
Navidad, enseñaron a los indios a dedicar al de compás binario, haciendo reposo en dos
Niño Dios los rituales que antes dedicaron a negras, y así se repite el diseño basta concluir.
Tlaloc. Los izalcos cambiaron a Tlaloc por Antes de pasar adelante en el estudio de
el Niño Dios, pero la forma y las reminiscen­ la melodía es necesario conocer la forma en
cias paganas, quedaron fuertemente enraiza­ que bailan el areyto, como lo veía yo cuan­
das en sus ritos tradicionales. do tomé la música y demás detalles el 24 de
Prueba de ello es el número 7 en las ma­ diciembre del año de 1925.
zorcas de sus garruchas, que recuerda al dios Los pasos del areyto eran como sigue: uno,
siete de los mantenimientos: «Dios del Maíz», dos pasos adelante, uno atrás y otro al pun­
y recuérdese que en la iconografía mexicana to de partida; uno, dos pasos adelante, uno
es presentado por siete mazorcas de maíz in­ hacia la izquierda y el cuarto al punto de
crustadas en el cuerpo de una serpiente, partida.
llamada «Cbícomecoatl» (serpiente siete). Por No queda lugar a duda después de este
otra parte, los cuatro colores del maíz que análisis, que este areyto de forma tan arcai­
ponen en las garruchas: siete mazorcas blan­ ca, tanto en su música como en la danza, usó
cas, siete rojas, siete amarillas y siete negras, «del paso del peregrino o Procesión Saltari-
recuerdan a los cuatro rumbos o cuatro man­ na», marcando al mismo tiempo en la direc­
siones sagradas bacia las que antiguamente se ción de sus pasos el «Signo Escalonado», que­
dirigían nuestros toltecas a sembrar el maíz. dando perfectamente demostrado, que el «pa­
Y luego la ceremonia de «botar el palo» que es so del peregrino o Procesión Saltarina» fué
una reminiscencia de la «Caída del Xócotl». empleado por los antiguos toltecas, y que este
«Atemuztle» quiere decir «bajamiento de paso lo emplearon porque simboliza perfec­
agua», y en este mes hacían grandes ceremo­ tamente el «Signo Escalonado» que a su vez
nias a Tlal oc, para pedir la lluvia buena en representaba «cielo y tierra» o las cuatro man­
la época de comenzar a sembrar el maíz. siones sagradas.
Este espécimen de los izalcos es uno de Además, su clara disposición simétrica en
los más raros ejemplares, que por el aisla­ el diseño melódico nos está probando basta
miento basta bace pocos años de este grupo la evidencia lo que vengo a afirmar, y que
de raza, y por esa tenaz persistencia que ya he demostrado. Todas las frases de sus
existe en el indio en conservar sus tradiciones cadencias giran invariablemente sobre la tó­
(especialmente las de carácter religioso), ha po­ nica “Sol” y los otros tonos o grados del
dido llegar a perdurar basta nuestros tiempos. pentáfono, hace la reversión y avance del
Es la única forma de areyto, del antiguo «paso del peregrino» y del «Signo Escalonado».
areyto que se encuentra en todo el territorio Y en las dos últimas cadencias se ve claro
de Cuzcatlán. No hay otro en toda la Re­ la respuesta y terminación del tema melódi­
pública, ninguna otra forma o ejemplar, que co. Esto es una genuina formación melódica
pueda comparársele o parecerse. del estilo y forma primitivo y autóctono.
CANTO.—Unas Cofradías cantan la es­ rablemente más ricas. Su reino principal es-
trofa en «tono de lección» que contrasta con el sbamanismo” (en nosotros nahualismo).
el de «letanía» que entonan los coros. En
“Donde el médico brujo realiza ceremo­
cambio otras Cofradías entonan las estrofas nias religiosas, la música se acerca a la ento­
en forma «antifonal» o «responsorial» y en­ nación litúrgica. Y de los cantos del médico
tonces los coros dejan la forma de «letanía» brujo el recitativo ha llegado a través de una
para estallar en un grito salvaje, pávído y larga cadena hereditaria basta la liturgia de
terrible de: ¡JEU! ¡JEU! las religiones más elevadas: vive en el «Sha-
La torturante monotonía de la repetición man» del hindú, como en el «Leinen» del
indeterminada de la música y de la cantile­ judío y en el «Lectio» de las iglesias cris­
na (a) en las estrofas origina el éxtasis. tianas”. (Sachs).
“Ese grito irrefrenado, de cuya altura cae Por eso bemos encontrado esta forma en
la voz repentinamente, sin progresión arqui­ los izalcos, pues es famosísimo el médico bru­
tectónica alguna, sin transición entre la ten­ jo en ese grupo de raza, al cual llaman: «el
sión y la distensión: eso es el éxtasis . brujo Cunepa» o «Cunepán».
La danza en forma de areyto la ejecutan Es famosa también la tierra de estos pi­
con «el paso del peregrino», en ritmo lento, piles, por sus prácticas de «nahualismo» o
y movimiento cerrado, hierático, acompañada brujería, y así se explica, que conforme lo
también por el canto, o con el sonido hori­ descrito por Sachs, el canto «hablado», como
zontal de la percusión del tambor. el «recitado cantado», sea propio en los lu­
¡Qué modelo impresionante nos da este gares en donde impera el sbamanismo (o na­
espécimen de los izalcos! hualismo). “En donde el «sbamanismo» o sea
Por una parte con su restringido y casi la brujería o «nahualismo» perdura como for­
atormentado «canto parlato» en una melodía ma natural suprema, encontramos dos elemen­
que no pasa de los cinco tonos del pentáto­ tos de estilo uno junto al otro: el canto «ha­
no y en forma muy sintética, pero bierática, blado» o recitativo, y el recitado «cantado»
religiosa e integrada por una voz solista y o «canturreado». Un tercer elemento es la
respuesta del coro. exclamación excitada, enfática, patética, y el
cuarto es la carencia de toda forma de can­
Lo más raro en este areyto o coro de los
to clara y simétrica».
izalcos, es que siendo esta danza, bierática y
en armonía con el cuerpo, usen del canto «re­ Esto se bace muy evidente en la canción
citativo» y no enteramente melódico como co­ indígena pura, siendo muy difícil clasificarla.
rrespondería a su forma de danza que está Así, pues, por otra parte continuemos
en «armonía con el cuerpo». El factor deci­ examinando la melodía de la estrofa en la
sivo estriba en que rebasando la órbita de segunda forma (que es como la cantan ahora),,
algunas tribus, el «canto hablado», “invade que las diferentes Gofradías entonan alter­
las culturas a veces más evolucionadas y que nadamente por el guía de canto que cada una
también poseen estructuras tonales incompa- lleva y el coro.
En esta segunda forma, la melodía abar­
(a) CANTILENA. —Sachs refiriéndose al vocablo «Can»
ca un pentátono o sea cinco sonidos (véase
Hiena», dice:
“La palabra cantilena no debe entenderse como confio le=
el ejemplo para determinar mejor). Los pasos
tais (canción suave) en el errado sentido moderno que la con­ de la melodía van de tono a tono; sólo la se­
cibe como una melodía suave y fluyente, sino por el contrario, gunda frase tiene un paso de intervalo de ter­
en el sentido verdadero y original de una canción monótona. cera descendente y otro de cuarta ascendente
Las cantilenas eran cortas canciones de danza, muy pegadizas,
«RE-SOL», y en la primera y última caden­
que se repetían muchísimas veces .
cia hay un paso de semitono «SOL-FA sos­
Cada cantilena estaba integrada por:
Refrán: responsorium, refractorium, ripresa, volta. tenido». La progresión es diatónica, tanto en
Verso: versus o pes. los giros ascendentes como descendentes, ex­
“Resulta interesante notar que los nombres dados a las ceptuando la segunda cadencia que ya diji­
distintas partes de la canción, son palabras relacionadas con el mos, hay una 3a. (tercera) descendente y una
movimiento: volta significa «vuelta» y pes versus, significa «píe
4a. (cuarta) ascendente. Estos dos intervalos,
tornado». Aquí el lenguaje técnico de los poetas y los músicos
ba conservado fielmente el concepto de la danza de retorno que
el de tercera descendente viene preparando
permanece en el fondo de todas las reformas de canto . el salto del otro intervalo de cuarta a su
vez, de «RE-SOL», es un anticipo o anuncio Esta melodía que fuerza sus motivos par­
del grito del coro, que también es con el in­ ciales en una antifonía estrictamente simétri­
tervalo de cuarta ascendente de «RE-SOL». ca, en una forma de canción a la manera de
Estos intervalos de tercera y de cuarta en la liturgia indígena, casi en estilo medioeval,
la música de los pipil-toltecas son muy fre­ tenemos dos primeras frases que terminan en
cuentes y especialmente en el medio de la cadencia provisional, una tercera frase cuya
melodía, pero el salto de estos intervalos en cadencia sube a la nota más aguda del dise­
el diseño melódico, no lo ejecutan en el baile ño melódico, y una cuarta frase finalizada en
del areyto, sino que lo expresan levantando cadencia auténtica descansando en la tónica
las garruchas en que van ensambladas las ma­ «SOL». Dos de 1 as frases terminan y des­
zorcas de maíz con los cuatro colores. cansan en la misma nota «SOL», menos la
tercera cadencia que apoya la voz en la no­
La danza revertida es de cuatro pasos,
ta «SI», la más aguda del diseño melódico
los colores del maíz que llevan en las garru­
de la canción, para luego descansar en la no­
chas son cuatro, la forma de danza es «el
ta «LA».
paso del peregrino», va marcando «el Signo
Escalonado» o sea hacia los cuatro rumbos o Esta forma de la canción permanece fir­
sea las «cuatro mansiones sagradas». me y constante en su ritmo que es binario
Recordemos ahora que el número cuatro y se ejecuta calmada y apasionadamente. Ei
era y es el número sagrado para los pipil- movimiento de la danza, así como en la mú­
toltecas, y también de los maya-lencas, aunque sica, es cerrado, llevando anhelo de estatismo
y simetría. Es también la misma disposición
en éstos hay ciertos distintivos en la mane­
ra de mover el cuerpo, pues los lencas al dan­ contemplativa, ferviente, imperturbable que
zar parecen palmeras movidas por el viento, por el dominio de aquellas castas sacerdo­
tales, le imprimieron estas características que
y los movimientos de una sola pieza de la
han perdurado a través de centurias de años.
cabeza a los pies, les bace parecer como sí
fueran en pos de una visión, o como si los La tribu de los izalcos, una de las más
danzarines fueran movidos por los hilos invi­ primitivas de los pipil-toltecas, de quienes be
sibles de un mandato hipnótico. tomado este areyto, “gustan de la repetición
Los pipil-toltecas de Izalco y los pueblos del motivo como si fuera un friso ornamental”.
de la jurisdicción de nuestra ciudad capital, Cosas así se han conservado como substrato
danzan también con todo el cuerpo o sea de en muchas culturas elevadas.
una sola pieza, pero su porte es más Eierá- Este areyto del ¡Jeu! ¡Jeu! es un modelo
tico y la figura en los pasos de la danza cae precioso de la efectiva fusión del canto ce­
más a plomo. rrado y de la danza de retorno, del descen­
Lo más característico y sorprendente de es­ so, elevación, avance y retroceso tanto en la
ta melodía del ¡Jeu! ¡Jeu! es que ella misma música como en los pasos del areyto, carac­
en el movimiento melódico de sus frases, nos terísticas todas de las formas rituales de la
está demostrando la forma «revertida» del música y danza primitivas.
«paso del peregrino» en sus cuatro cadencias. Pero especialmente en la música del ¡Jeu!
En las dos primeras: uno, dos pasos adelante ¡Jeu! de los izalcos, la estructura melódica
y uno atrás; en las dos últimas: uno, dos pa­ parece hallarse inseparablemente vinculada al
sos adelante y uno a la derecha; uno, dos carácter rector distintivo de ese pueblo de
pasos adelante, y uno a la izquierda. fO 'Z O

EL TIGRE
(Pascol)

De todas ls cosas que pueden imitarse, el ataque, en la buida (constantes movimientos


animal ba sido un motivo no sólo de devo­ de distintas maneras y ritmos) está vinculado
ción religiosa, sino de gran interés imitativo a la actividad motriz del hombre y es tan
para las representaciones danzantes de nues­ extraña su conducta que encanta y cautiva
tros indios. Siempre en movimiento, ya sea constantemente. Y entre todos los pueblos
en la busca de elementos, en la embestida del indígenas, los danzarines imitativos de imagen
móvil de animales, son aquellos para quienes para desagraviar a los animales protectores
la caza propaga y mantiene la vida y con o nahuales, porque en los indios todavía sub­
quienes la actividad enteramente sensorial y siste la creencia de tener vinculación sanguí­
afectiva, propia de la vida animal, coexiste nea y atadura fatal por medio del nabual
naturalmente. con ciertos animales.
Es así como podemos comprender la posi= A esto se debe el origen de los antiguos
ción especial que ocupa la danza imitativa «pascóles», que por berencía tradicional aún
de los animales. El indio, no sólo imita los se conservan en algunos pueblos indígenas.
movimientos y ritmos de los animales que le El «Pascol del Tigre» es uno de los más
son familiares, sino que trata de reproducir antiguos de los izalcos; por eso tuve empeño
sus pasos con artificiosa perfección. Es toda­ en buscar el motivo musical más antiguo,
vía la talentosa herencia de nuestros ante­ pues estas cosas ya están desapareciendo y
pasados, que dejaron la muestra demasiado dentro de algunos años ya no existirá ni el
elocuente en los grabados en la piedra de recuerdo.
estas danzas de animales o pascóles sagrados. Va un grupo como de ocho a diez indios
Es el mismo talento que nos permite admirar disfrazados, según el papel que desempeñan;
las vividas representaciones de la realidad pre­ el asunto de la pantomima presentada en este
hispánica que observamos en las pinturas de pascol es Ja cacería del tigre, que después de
los códices y en los grabados y bajo-relieves muchos giros y bailes con pasos que repre­
de 1 os templos toltecas y mayas. Es el mismo sentan las precauciones y atisbos para llevar
talento que admiramos en la habilidad de a cabo la cacería, ésta se efectúa después de
nuestros indios y ladinos del campo para re­ muchos giros y saltos, que hacen las delicias
producir basta él grado de la ilusión, sobre de los espectadores.
la única cuerda de fibra o de acero de su arco Este baile del «Pascol del Tigre» conserva
musical de La Caramba, de tono armonioso aún (fué tomado en el año de 1921) las ca­
y con la ayuda de la varita mágica que la racterísticas muy marcadas de un baile pri­
bace sonar, reproduciendo o imitando el soni­ mitivo que tiene mucbo de sugestivo y atra­
do que producen en su marcha los habitantes yente, y por la forma cerrada en que se eje­
del mundo animal. cuta todavía, creemos que poco ba variado de
Para nuestros indios, en ese mundo de como fuera en épocas más lejanas, pues con­
ideas totemistas al que van enlazadas muchas serva todavía la forma hieràtica y ceremonial
de sus costumbres y ritos, la danza imitativa con sus pasos casi religiosos o rituales.
de animales se origina en cuatro ideas: el rito Los bailadores llevan como indumentaria
al totem sagrado al cual representan; el con­ un calzón de manta corto o arrollado basta
juro de la caza; el alma del animal o nabual, la rodilla, descubierto el tronco, y llevan en
reciben su propiciación en la danza; y el la cara máscaras de madera que representan
último, que algunos animales tienen poder caras de hombres que, según algunos, repre­
mágico propio: dirigen la lluvia y la luz solar. sentan a sus antiguas deidades. Estas más­
El imitarlos en sus características distintivas caras en realidad tienen algo de extraño y
significa apropiarse de su poder mágico y singular.
utilizarlo. El que bace de tigre, lleva un vestido
La danza imitativa de anímales, pertenece arreglado con pieles de tigrillo de nuestros
por lo general a las culturas básicas, y en la bosques y montañas, y en la cabeza una más­
categoría de las culturas de tribu, se encuentra cara becha de embreado que representa la
en aquellos pueblos considerados patriarcales cabeza del tigre.
y totemistas. Casi todos los pueblos de Indo- El grupo musical estaba compuesto de una
América poseen danzas imitativas de anima­ marimbita de tecomates muy primitiva, además
les, porque casi todos ellos tuvieron o prac­ acompañaba un tamborcito pequeño, llamado
ticaron el culto totemista. ataualné y una flautita de carrizo de sonido
El motivo básico de estas danzas imitati­ bastante fino y agudo. En una bandeja de
vas de animales, no es jamás en estos casos agua colocan un huacal de morro grande em­
el deseo exhibicionista, no; la danza sirve brocado y con un bolillo le dan, al ritmo del
para alcanzar el aumento de animales que son, produciendo un ruido especial, parecido
sirven para la alimentación; sirve también al del tepunabuaste. En este «Pascol del
Tigre» se coloca una enrramada en forma de Este baile de pascol de los izalcos es una
trampa y se suben a buscar a la fiera, al forma directa de los antiguos bailes de los
compás de la música, sin perder el ritmo. toltecas.

ESTUDIO
En la Primera Parte de este estudio, se yor), forma que no conocieron en el Conti­
encuentra el análisis de esta melodía, apuntada nente Americano, sino mucho tiempo después
o clasificada en el Cuarto Grupo, Variante N° 2. de la Conquista, pues aún en Europa, en la
Sólo nos referiremos a otros puntos con re­ época de la Conquista, imperaban todavía las
lación a la danza. formas del Medioevo y del Renacimiento.
Es notorio en esta melodía, la imitación Recordemos un poco la Historia de la Música.
del paso del tigre en el movimiento del diseño Guido d’Arezzo, (995 = 1050), monje bene­
en notas, dándonos la impresión exacta de los dictino, fué quien ordenó estos elementos de
pasos de la fiera, lentos y cadenciosos en la
la música, haciendo dos innovaciones muy im­
silenciosa montaña. Ese ritmo andante de la
portantes: Ia, dar nombre a las notas, tomando
curva melódica, que acusa desde luego una
la primera sílaba de cada fragmento de un
melodía cerrada, no puede ser más expresiva
himno de San Juan Bautista:
y elocuente. La danza de este pascol tam­
bién es cerrada. UT— (DO) queant laxis.
La melodía está vaciada en un pentátono RE — sonaris fibrís
perfecto, cuya tónica es 5OL, sólo que la MI — ra gestorum
cuarta nota del pentátono PE está invertida FA — muli tuorum
a la octava baja. La melodía se mueve sola­ SOL — ve polluti
mente en cuatro notas del pentátono: SOL, LA — bii reatum
LÀ, SI, RE (octava baja), faltando la nota MI
S—ancte I — oannes.
para completar el pentátono.
Este movimiento tan estrecho y cerrado, El SI fué agregado en el siglo XVI.
sólo se encuentra en las melodías de la mú­ La segunda innovación de Guido d’Arezzo
sica muy primitiva. fué: fijar la posición de las notas por medio
En años posteriores, con la evolución de es­ del tetragrama, en el que cada una de las
ta danza, un autor anónimo agregó una segun­ líneas tenía un color diferente.
da parte, la cual ya tiene una extensión que Así, pues, en la época de la Conquista,
sobrepasa a la medida del pentátono, y esto la música que trajeron los españoles no pa­
denuncia que esta segunda parte fué agregada saba de la extensión de seis notas, pues basta
en época moderna. Por eso, en el riguroso en ese siglo XVI se agregó el séptimo grado
análisis de variedades clasificadas como mú­ o sea la nota 51.
sica primitiva, suprimí la segunda parte, por­ La música del Continente Indo - Híspano,
que, como época, no concuerdan. artes de la Conquista, nunca pasó de la ex­
Ahora este baile o «Pascol del Tigre», lo tensión de cinco notas, ya sea en la forma
acompañan con otras músicas, pues ésta bace a rcaica del pentáfono o del pentátono. Por eso
muchos años que la recogí y probablemente en la clasificación de variantes de la Primera

el que la tocaba murió sin dejar herederos Paite de este ensayo, está perfectamente expli­
de su tradición. ¡Cuántas cosas de la raza se cado y analizado el origen y épocas al cual per­
habrán perdido así por no baberl as recogido! tenecen las variantes de los diferentes grupos.
Véase la Segunda Parte en la página de A la sexta nota que aparece en algunas
Sones de Izalco. 2. En esta Segunda variantes, yo le llamo nota colonial, pues esta
Parte, la melodía se mueve en la extensión nota se conoció o se introdujo en la música
de una octava (escala completa de SOL ma­ de nuestros indios en tiempo de la Conquista.
DANZA SALVAJE
(Danza Guerrera)

En esta danza los indios van ataviados una nagüilla de flecos hechos con hojas de
con collares de caracoles marinos, ruedítas de pacayas a manera de plumas.
hojalata y semillas de frutas; desnudos y re= Llevan en la mano derecha el arco con
cios van cubiertos con un taparrabo y ceñi­ la flecha, mientras la izquierda descansa so­
da la cintura^por una faja roja que sostiene bre la cintura; al ritmo de la danza casca­

Desfile de la comparsa en la "Danza de los Indios Bárbaros", por nativos de Izalco.

indígenas de Izalco bailando frente a las tribunas del estadium, (durante el gran Desfile Típico)
la "Danza de los indios Bárbaros".
belean sus collares y flamean las plumas haciendo ademanes y gestos para defenderse
en las cabezas. Bailan en giro cerrando un de supuestos enemigos de otras tribus. Su
círculo, en cuyo centro está el jefe o Caci= señor y jefe, toca un silbato de barro y todos
que al que van rindiendo durante las evolu­ vuelven a levantarse, comenzando otra vez a
ciones coreográficas, homenajes ceremoniosos danzar. Al terminar el baile todos se proster­
al son de la música, que es doliente y que­ nan otra vez ante el Cacique en señal de obe­
jumbrosa. Sus piernas ceñidas con ajorcas, diencia, y al dar éste la orden, se levantan
golpean, golpean el suelo amañadamente, pro­ de nuevo para danzar la parte final. Enton­
duciendo un rumor de huracán o fragor de ces la danza se vuelve frenética, haciendo fi­
batalla. Al danzar, lanzan sonidos guturales guras agresivas, sacudida por un ritmo inquie­
imitando a los primitivos indios de la raza tante y una melodía atormentada. El ritmo se
pipil, y gesticulan constantemente trotando sucede continuado y movido basta el vértigo,
con un paso guerrero, en atisbo amenazante. sin descuidar nunca las actitudes bélicas, y
A cierto punto de la danza, caen a un tiem­ la música de tambores, pitos, tepunabuaste,
po de rodillas (una sola), anhelosos de ma­ cuernos y cbarrascas, es aflictiva y pavorosa.
niobrar con sus flechas tensas en los arcos, Esta es la Danza de los Indios Bravos.

DANZA DEL FUEGO O DE LA MUERTE


En el pueblo de Asunción de Izalco (el espanto; al bailar, mueven también acompa­
pueblo indígena), se lleva a cabo todos los sadamente los brazos, sacando y levantando
años a las once y medía de la noche del lo. de los codos bacía afuera y con los puños ce­
noviembre para amanecer el día 2, una cere­ rrados como en actitud de forcejar. La dan­
monia y ritual verdaderamente primitivos. A za dura más de dos horas, y mientras, se si­
la hora antes dicha, se comienza a oír una gue atizando la hoguera con ocotes y copal.
tempestad de tambores que lanzan a gran dis­ El espectáculo es primitivamente hermoso y
tancia un sonido tétrico y terrible; a medida tétrico.
que uno se aproxima, aquel estruendo se ha­ Presenciando este ritual a la media no­
ce más ensordecedor y se vislumbra en me­ che, en un cementerio, y rodeado de indios
dio de una profunda oscuridad las luminarias semi-desnudos, con aquel ruido pávido y te­
de una gran hoguera; vamos en dirección de rrible de los tambores de pellejo, nos invade
la pira luminosa, y de pronto nos encontra­ una sensación de congoja y de miedo que no
mos en el propio centro del cementerio in­ se pueden dominar.
dígena.
Allí, en derredor del fuego que crepita Una vez terminado el ritual de «La Dan­
sonoro, danzan los indios izalcos completa­ za del Fuego o de la Muerte», se reúnen las
mente desnudos, sólo con un escaso taparra­ mujeres indias a los hombres, llevando en
bos de color rojo, el pelo desgreñado, los píes unas bateítas pequeñas, tamales y comida
calzando caites y en el cuello llevan collares, que van a depositar sobre la tumba de sus
de los cuales penden huesos pequeños y dientes muertos en lugar de coronas; a esta ceremo­
de animal, que producen un ruido singular. nia, ellos dicen «comida para los muertos», y
Suenan atronadoramente los tambores, con enseguida todos abandonan el cementerio y
percusiones profundas y acompasadas, mar­ se van para sus ranchos. Esta ceremonia o
cando el ritmo de la «Danza del Fuego o de ritual se efectuaba bace algunos años en Izalco
la Muerte» y los indios, con movimientos re­ (el pueblo indígena), pero posteriormente dicen
cios, bárbaros y solemnes, golpean con el rit­ que las autoridades del lugar la prohibieron.
mo, cimbra la tierra, y los cuerpos de barro Es una fuerte reminiscencia de aquellos
autóctono se agitan en espasmos de dolor y ritos primitivos de antes de la Conquista.
EL BAILE DE "CUJTAN-CUYAMET" O "TUNCO DE MONTE"
Entre los bailes más generalizados en to­ provistos de lanzas de madera o varas de
da la República en los pueblos indígenas, está huiscoyol. La pareja de la relación lleva más­
el baile de «Cújtan-Cuyámet» o «Tunco de caras: el hombre casi siempre va vestido de
Monte», sólo que en cada lugar tiene su mo­ chistera y de levita (indumentaria vieja y
dalidad propia, pero todos coinciden en el raída); y el que hace de vieja va con un.
testamento o reparto al destazar el tunco, y sombrero adornado de flores de papel o con
con relación más o menos igual, sobre todo flores de pascua naturales; el sombrero es de
en los lugares en donde los grupos de raza palma arreglado en forma grotesca, el vesti­
son pipiles y de lengua náhuatl. do es típico del lugar en el cual ejecutan
En el pueblo indígena de los izalcos acos­ el baile. El que hace de Tunco de Mon­
tumbran, como en otros lugares, este baile en te, está vestido con el cuero de un tunco
las fiestas de Pascua de Navidad. La com­ de monte asegurado sobre una armazón de
parsa se compone: de un personaje que va varas, las quijadas del cuero van arregladas
representando al Tunco de Monte, los encar­ de tal manera que al tirar de unas pitas las
gados de la relación, un bombre y una vieja, mueven como para morder.
(bombre disfrazado de mujer), y el coro o El paso del bailador es una imitación per­
grupo de azuzadores encabezados por uno que fecta del modo de correr del tunco de monte,,
va disfrazado de perro. demostrando una agilidad y expresión en los
En Izalco los del coro van disfrazados en píes al bailar que centraliza desde luego la.
la forma típica de la época primitiva: con ta­ atención de los espectadores. Cuando ya se
parrabos y nagüillas de hojas de pacaya, en lleva a cabo la captura del* Cújtan-CuyámeC
la cabeza un aro de papel dorado y plumas, se comienza a dar relación al testamento en.
van armados de arcos con flechas, y otros esta forma:
“ Cha n ne lomu (lomo) Ni tripa
cían ne íu mayordomu. ya güichan, ña Lipa,
Ni ish Ni íuchi
ya güichan, Luis. ya güichan, Luchi.
Ni gordura Ni íapash
ya güichan, señor cura, ya güichan, Macash.
Ni lengua
Ni un tu
ya güichan, ña Rosendo. ya güichan, tu dijuníu.
Ni pestaña
Ni peyeju
ya güichan, señor Zaña.
ya güichan, señor Alejo.
Ni jiel
ya güichan, ño Miguel. Ni lomu de adeníru
pa ne tu sargentu.
Ni vejiga
ya güichan, tu amiga. Ni cola
ya güichan, Lola.
Ni güergüero
ya güichan, íu cajero. Ni íextejcin
ya güichan, señor Tejcin.
Ni sostecun
pa la cuestión secun. Ni juilo
ya güichan, Cirilu.
Ni costiya
ya güichan, ña Mariya. yomit yecaf
Ni corazón tamil güenet
ya güichan, señor Chón. compagre' .

Cuando han concluido de pronunciar la La May ora Capitana ofrece a toda la con«.-
ofrenda del tunco, la entrada toma posesión currencia tamales con café o chocolate, ade­
de la Cofradía ante la cual han bailado y más de las copitas para refrescar la gargan« =
representado al Cújtan-Cuyámet. ta, como dicen ellos.
LOS GARROBOS
(Pascol)

Entre los bailes indígenas más antiguos desarrolló haciendo giros y contra-giros len
de los izalcos, se encuentra este de «Los Ga­ forma cerrada, pero cuando comienza la per­
rrobos» (Pascol) que bace muchísimos años secución la danza se desarrolla en forma ex­
vi bailar y cantar en la población indígena pandida y de saltos, concluyendo en una ver­
o pueblo de La Asunción. dadera batalla, de la cual algunos salieron
Un grupo numeroso de indios vestidos a golpeados y maltrechos.
la usanza típica antigua, es decir, con panta­ Sin duda por ésto las autoridades prohi­
lones de manta cortos arriba de la rodilla, bieron este baile entre los indígenas, pues
una faja roja enrollada en la cintura, el tron­ dicen que servía para satisfacer malas que­
co descubierto y en la cabeza un pañuelo rencias y venganzas.
también rojo con dibujos blancos, cuyos extre­
mos van amarrados en la nuca. Llevaban som­ En años posteriores, esa antigua danza de
breros de palma rodeada la copa con un los garrobos ba quedado reducida a la fiesta
cordel o pítal gruesa, que se prolongaba for­ o ceremonia que celebran en la «Cofradía de
mando barbiquejo para sostener el sombrero Los Garrobos», en el Barrio de Veracruz, para
debajo de la barba. En la mano todos lle­ la noche del 31 de diciembre, en donde se
vaban largas varas que les servirían para la lleva a cabo la ceremonia de «La Vela de la
cacería de los garrobos. Otro grupo de igual Vara». Pero esta fiesta, ya es fiesta de los
número iban disfrazados de garrobos con las ladinos, imitando a la de los indígenas, sólo
caras pintadas y el cuerpo desnudo sólo con que aquí los garrobos son el público a quien
taparrabos de costal del cual les pendían lar­ en forma forzada les obligan a echar la limosna.
gas colas de trapo retorcidas.
Ei que bace de Garrobo Mayor canta la
El que bacía de Garrobo Mayor cantaba
siguiente estrofa:
la estrofa que a continuación se verá, y al
hacerlo gesticulaba provocativamente hacía el
Desde a leguas se conoce
grupo de los garroberos. Después, al son sola­
mente de tambores, zambumbias, sacabuches el hombre gue's garrobero,
y charrascas, bailaban simulando la cacería pues lleva vara en la mano
de los garrobos. Al principio, el baile se y la pifa en el sombrero.
ESTUDIO
En este baile, en el cual los garrobos dan Su ritmo es de V4, y en el diseño melódico
de vejigazos con las zambumbias a los garro­ tenemos por una parte la tranquilidad de la
teros, no es más que la persistencia de una nota única que se mantiene en los fcompases
forma tradicional de la antigua Kalenda naboa- primero, cuarto, en el tercer tiempo del sexto
pipil que correspondía al mes 17 (12 de enero), y dos tiempos del séptimo; y por otra parte,
en la cual la gente del pueblo daba de tale­ hay saltos de intervalos de sexta entre el
gazos a las muchachas con las talegas (espe­ tercer tiempo del primer compás y el primer
cie de zambumbias) para hacerlas llegar a la tiempo del segundo compás de RE a SI; otro
fiesta, basta que las bacían llorar a fuerza de de cuarta en el tercer tiempo del séptimo
vejigazos (véase la Kalenda N° 17). compás y el primero del octavo con las notas
de LA y RE.
A ese mes de la Kalenda le llamaban:
Hay un salto muy abierto o espandído en
Tititl, y en éste bacían fiesta a la diosa que
el intervalo del tercer tiempo del cuarto com­
llamaban: Tlamatecutli, y por otro nombre:
pás y el primer tiempo del quinto compás,
Tona.
en las notas: RE y DO; este intervalo de
Los izalcos tienen un baile que es de una séptima indica el frenesí no sólo en el movi­
mujer vestida con refajo de luto (azul); a este miento de la melodía sino también en la danza.
baile le dicen: «El Baile de la Shora», que Esto no es extraño, pues como ya explicamos,
antiguamente le decían: «El Baile de la Tona». es un baile que termina en batalla de saltos
Este fué, sin duda, dedicado a la diosa Tla­ y brincos. Después de cantada la estrofa,
matecutli o Tona. continuaban el baile con el ritmo desenfrena­
do del tambor.
Veamos la parte musical de la estrofa
En esta melodía, las notas «blancas» de­
cantada:
terminan los saltos, y las negras los pasos.
Este espécimen musical por su extensión El que canta también baila, aunque lo bace en
melódica acusa desde luego la deformación forma moderada, pero provocativa. La música
o evolución que ba sufrido a través del tiem­ de esta estrofa antiguamente sin duda no pasó
po, pues aunque carece del 6o. grado de la de una quinta (pentáfono), pero con el tiem­
escala SOL, o sea la nota MI, tiene en cam­ po la forma primitiva se perdió o la desfigu­
bio el 7o. grado, o sea la nota FA de la raron personas de poca retentiva del oído, y
escala en la cual modula esta melodía. así llegó basta nosotros.

EL PITERO
(Pascol)

En los izalcos hay muchas coplas cantadas antiguas. En muchas ocasiones los indios*
que también se bailan. Entre las más popu­ acompañados de guitarra y acordeón, cantan
lares se encuentran las de la canción llamada y bailan alegremente las estrofas¿que a con­
«El Pitero», siendo además una de las más tinuación siguen:

Coplas: Ayer juí a íarada Lo busqué con luz,


a'rriar un ternero se jué en el piñal;
y me juí encontrando salió al otro lado,
un hermoso pitero. diciendo: ¡cus! ¡cusí

¡Cújalo, chu! ¡Cújalo, chu!


¡chu, fantasía! / Cújalo, quiero!
Y agárralo duro Que no se vaya
de la rabadiya. el hermoso pitero.
Convido, muchachos, qui1 ay viene la ronda
para el venidero, y se los Vallevar
a ver si comemos
tamal de piíero. Las veces gue chupo
nada más son dos:
Después del invierno invierno y verano,
vine a San Isigro por la graci’e Dios.
con mi sehadera
lie fie tacuacines. Dispensen, señores,
lo mal gui cantado,
Váyanse, muchachos, perú! estoy de goma
váyanse d'costar y niun trago me han dado.

ESTUDIO
En esta ocasión es muy ostensible la línea Conquista evolucionó sufriendo alteraciones)
melódica cerrada, que acusa desde luego que pertenece a la melodía graduada (siete grados),
la danza y la forma de pasos es también decae progresivamente en una serie de pasos;
cerrada. Casi todo el canto recae insistente­ los intervalos son de segunda, cuarta y quinta;
mente con ligeras alteraciones sobre la misma pero en casi toda la melodía hay pulsaciones
nota, sin llegarse a manifestar claramente la de un solo tono, característica inconfundible
curva en la «línea melódica». En medio de de la forma de canción indígena. Esta forma se
lo sugestivo de la melodía, bay algo de sua­
encuentra difundida en casi todos los Estados
vidad, de condescendencia, algo de balanceo de indios en el Continente americano y entre
en el desarrollo del diseño melódico, así co­ los antiguos asiáticos.
mo también es suave y de balanceo cerrado Su ritmo es de % (seis octavos), compás bi­
la danza.
nario característico de todas las danzas cerra­
A pesar de la extensión en que se mueve das, y muy frecuente en las formas musicales
la melodía (sin duda mucho después de la indígenas.
PAGINA DE VARIOS SONES DE IZALCO
Presentamos aquí cinco sones de los más El son titulado «Rey Cristiano», y seña­
característicos de Izalco. lado con el número 3, es otro de los sones
El señalado con el número 1, y titulado: de la «Historia de Moros y Cristianos», y
«Fusilacíón del Rey Moro», es uno de los aunque se siente en él la influencia de las
sones de la «Historia de Moros y Cristianos» formas del siglo XVI, también son bastante
de los izalcos. Aunque los giros del diseño expresivos los acentos y giros usados por la
melódico, lo mismo que el ritmo en 3/8 (tres raza pipil-tolteca.
octavos), nos ponen desde luego frente a las Los sones designados con el número 4 y 5,
formas del siglo XVI, la escala en que está son dos modalidades elocuentes de la típica
vaciada la melodía es la usual de la raza forma estructural de la música pipil = tolteca,
indígena en su forma arcaica o sea la escala con sus repeticiones cada cuatro compases,
pentafónica, pues no pasa de cinco notas de pero su escala, que es una escala completa
la tonalidad de SOL mayor. En el cuarto de siete notas, acusa desde luego ser su
compás tiene como «retardo» la nota RE manufactura de época mucbo después de la
repetida en octava inferior. Conquista. Esto refiriéndose al número 4.
El son señalado con el número 2, ya lo El número 5 tiene la nota de prolonga­
hemos descrito en el Pascol «El Tigre», sólo ción muy usual en la música indígena, pues
que aquí muestra la segunda parte que fué
ya bemos visto detalladamente, en otro lugar
agregada después y en una época bastante
de este estudio, las largas pausas o notas
lejana, pues aunque en la primera parte su
prolongadas indefinidamente por nuestros in­
melodía o tema se mueven en cuatro notas
del pentatono en SOL, la segunda parte em­ dios al ejecutar su música. Este dato es muy
plea la escala sextafónica o colonial, dos formas importante tenerlo en cuenta para saber dis­
que nuestros indios empleaban muy frecuen­ tinguir una variante de estilo verdaderamente
temente en su música primitiva y criolla. indígena.
INDUMENTARIA INDIGENA Y SU EVOLUCION
La historia de la indumentaria indígena cinta azul o encarnada. El pelo, al que dejan
comienza en tiempos muy remotos, y para crecer, se lo recogían bacia atrás, teniendo
poder apreciar los trajes que aún se conser­ cuidado de trenzarlo con un cordón azul o
van por tradición en diversos lugares de la encarnado que en el caso de ser jefe le ter­
República, como los Izalcos, Nahuizalcos, Ma= minaba en borla. En los hombros se ponían
sahuat, Ataco, Tacuba, en Occidente; Pan­ una tilma de hilo blanco labrada con figuras
cbimalco, San Marcos, Tenancingo, Perulapía, de pájaros y leopardos. Por último, era cos­
Texacuangos, Nonualcos, Palecas, Aculhuacas, tumbre agujerearse las orejas y el labio infe­
en el Centro; Cbilangas, Cacaoperas, China- rior y ponerse estrellas de oro y plata.
mecas, Guatajiaguas, Concbaguas, en Oriente,
El vestido de los mazeguales o gentes del
es necesario tomar en cuenta los varios climas,
situación geográfica e influencias de los otros pueblo era de tela de pitas y se formaba
países vecinos, la inmigración de nativos de de un zurrón o camisa larga, cuya falda de­
los diferentes lugares de Guatemala que con­ lantera se llevaba bacia atrás por entre las
tinuamente nos visitan, que han colaborado piernas y la de atrás del mismo modo bacia
en producir ese conjunto típico y bello de su adelante, concluyendo por asegurar las faldas
indumentaria. en la cintura por medio de una faja ancha
con lista de colores, y poniéndose una especie
Esta indumentaria ba evolucionado desde
de faja ancha doblada en la cabeza para res­
la época precolombina.
guardarse del sol. Esa camisa la teñían de
Así como la Historia y la Música con la azul, por medio del añil, y las fajas eran blan­
Danza, la indumentaria indígena puede cla­ cas con listas de diversos colores, que presen­
sificarse en tres grandes períodos, que han taban un conjunto típico y pintoresco.
dejado sus huellas en el desarrollo de ellas
mismas. En época anterior a este traje, sólo usa­
ban en medio de las piernas y hasta la cin­
La precolombina, de la cual bay escasísi­
tura un simple cobertor de colores que lla­
mos datos, apenas si se encuentra alguno que
maban majctlaíe.
otro en los códices y pergaminos antiguos,
en las piedras labradas de los templos, o en El traje de las indias consistía en enaguas
las pinturas de los vasos arcaicos. teñidas de azul con líneas rojas; un huípil
o camisa labrada con hilo de algodón o seda
De la colonial, la más interesante tal vez,
de colores, llevando varias figuras, y para
nos queda un gran acopio de material, palpa­
cubrir la cabeza una tela blanca y cuadrada
ble a la simple vista, aún en la época presente.
de algodón o de colores iguales a la enagua.
La moderna, que viene desarrollándose de
En época anterior a este traje, las indias
algunos años a esta parte, se encuentra in­
llevaban un trapo de colores alrededor de la
fluenciada por la de los ladinos, debido a la
cintura que les cubría hasta las rodillas y de
prédica de los misioneros católicos y las leyes
la cintura para arriba nada. Los indígenas
de 1 as autoridades. Pero aún con todo eso,
sabían llevar joyas que fabricaban con peque­
conservan el sello inconfundible de la tradi­
ños caracolitos marinos, semillas de frutas
ción de su raza.
y dientes de animales.
En época precolombina, el vestido de los
De la Conquista para acá, los indios ban
indios nobles consistía en una camisa y cal­
enriquecido la elaboración de sus telas, y por
zones cortos, blancos, con flecos, y sobre éstos
consiguiente ban mejorado mucbo, haciendo
iban otros labrados más cortos todavía, de tal
más atrayente su indumentaria. El huipil
modo que las piernas les quedaban desnudas.
que usaban de esa época eran verdaderas
El calzado era una especie de sandalias obras de laboriosidad y arte, al cual le hacían
de pita, asegurada por medio de correas sobre bordados simbólicos y tradicionales en los cua­
el tobillo y el talón. Las mangas de la ca­ les se encontraban dibujos de aves o el de una
misa arrolladas basta el codo y amarradas con serpiente estilizadas.
El refajo o «cuasbte» era y es de vistosos Los hilos de colores van enrollados en pa­
colores, con dibujos y símbolos muy decora- litos que parecen lanzaderas. Hay telares
tivos; los hay de distintos colores y bordados grandes de forma primitiva para trabajar con
con «putunque retorcido». Los colores que pies y manos; allí hacen generalmente las te­
predominan en los «cuasbtes» son el azul y las de los «cortes» y perrajes.
el rojo en las indias de Izalco. Las indias Las fajas las tejen en pequeños telares y
de Pancbimalco usan enaguas muy fruncidas en las cuales bordan de memoria las figuras
de ocho varas de vuelo, de tela llamada de de códices y símbolos que han conservado de
«naguilla» y sólo en color rojo; el «paño» que sus dioses y ritos tradicionales. Hay fajas que
llevan en la cabeza es del mismo color de la representan una historia completa en símbolos.
enagua. Los pájaros y peces son símbolos que han
Las indias de Izalco se aseguran el buipil conservado como diseño de su estirpe; la ser­
y el «cuasbte» con una vistosísima y rica faja piente, la gran deidad mística de Quezalcoatl;
bordada en seda de colores. la «5», símbolo de la luna; los muñecos re­
Otra prenda que forma parte de su indu­ presentan a los antiguos gigantes. He aquí
mentaria en invierno para librarse de las las figuras sagradas y veneradas por nuestros
lluvias, son los típicos «zuyacales», que fa­ indios, figuras que a la vez se encuentran
brican de palmera; y también usan «caites» en la piedra y en los vasos arcaicos.
más bien hechos para protegerse los píes. La fabricación de tejidos de la indumen­
En la fabricación de estas telas emplean taria indígena es otra de las artes populares
telares que se ven en algunos ranchos de los en las cuales nuestros indios han demostrado
pueblos indígenas, los cuales son hechos con su ingenio y preparación de alta cultura que
palos que ellos mismos cortan del tamaño que es una de las fuentes de riqueza del país,
desean para su tejido; dos palos en la punta, siendo además motivo de atracción para el
uno en cada extremo, uno de los cuales por turismo extranjero. Esto en cuanto a las in­
medio de dos mecates se suspende de la rama dustrias y artesanías del pueblo podría ser
de un árbol o de una viga del techo del .rancho, una fuente de mayor producción, sí las auto­
mientras el otro tiene un «mecapal»que pone ridades se preocuparan no sólo de proporcio­
el tejedor o tejedora alrededor de la cintura nar a los pueblos indígenas la materia prima
para tenerlo tirante, habiendo otros varios pa­ para la elaboración de sus trabajos, sino que
los que emplean de distintas maneras en el pro­ redimiría en gran parte las miserias y nece­
cedimiento de tejer, principalmente uno que se­ sidades de esas pobres gentes, como han
meja la forma de un cuchillo de madera, que sir­ becbo en Guatemala, que allá el indio trabaja,
ve para separar los hilos y apretar el trabajo. produce y se mejora.
Faja tejida y bordada por Ramona Teixin, la india de Izalco
que es una artista para ejecutar esta clase de trebajos.
Preciosa tela para refajos, tejida y bordada por las indias.
FOLKLORE

NAHUALISMO

Una de las costumbres más arraigadas, a Brasseur ba dado una detallada explica­
pesar de la vigilancia de las autoridades, es ción del origen de la voz «nabualli», (secreto,
el «Nahualismo», la brujería, hechizos, male­ cosa misteriosa, oculta); y de cómo ese voca­
ficios, curanderismo y muchas otras prácticas blo vino a servir para designar cierta clase
de lo más absurdo, que se hallan aún ahora en de b rujería, a la vez que a la raza que lla­
pleno siglo XX muy extendidas en todo el mamos «naboa» o «nahuat». Barberena dice
territorio de Cuzcatlán y también en todos que la raíz primitiva de ese término parece
los países de Indo-América. ser el monosílabo quicbé na: astuto, experto,
Pero de todas las supersticiones de nues­ sabio; raíz de nahual: brujo.
tros indios, sin duda la más curiosa y más Según M. Beuchat, el «Nahualismo» es
fuerte en su tradición era y es el «Nahualismo». una forma sui generis de totemismo.
* El nabualista era un hechicero, un hom­
* * bre dado a las prácticas diabólicas de la ma­
Los ritos nabualístas obedecían a esa re­ gia, la cual tenía entre otros poderes, el de
ligión zoolátríca de los indios, que consistía convertirse en animal; y por otra, era o pro­
en que el alma o espíritu animador del hom­ porcionaba un animal de creación satánica, que
bre, estaba íntimamente ligado a un animal servía de amparo y nahual protector a los indios.
real o fantástico que velaba por su vida y en El P. José Antonio Gay, dice: “Regular­
muchas ocasiones le protegía y cuidaba por él. mente el nabual (o nahualista) comenzaba por
El «Nah ualismo» subsistió muchos años dirigir torvas miradas que llenaban de cons­
después de la Conquista, sin que llegara a ternación y de espanto a la multitud que
desarraigarlo las exhortaciones de los misio­ imaginaba el cúmulo de desgracias que segui­
ría a tan fatídico anuncio. Luego, en el suelo
neros doctrinarios, ni la severidad de los es­
pañoles. Aún abora hay vestigios y prácticas o en algún muro cualquiera, con groseros
de brujerías, de nahuales y hechizos, que trazos, el nahual (nabualista) delineaba los
burlan la vigilancia de las autoridades civiles perfiles del rostro de aquel a quien deseaba
y eclesiásticas. perjudicar y en el lugar correspondiente a las
sienes, fijaba una espina; en el mismo ins­
Los antiguos cronistas creyeron encontrar
tante la persona representada sentía un inten­
en el «Nahualismo» la intervención del diablo.
so dolor de cabeza, que no se calmaba basta
El «Nab ualismo» tuvo su origen en una que el brujo lo curaba con conjuros y en­
antigua ley tolteca que prescribía la obligación salmos, etc.”
fie predecir el horóscopo del recién nacido, Respecto a la otra clase del «Nahualismo»,
extrayéndoles algunas gotas de sangre para el señor Milla, dice: “El indio que tenía que
ofrendarlas a la primera divinidad. elegir nahual, que traducen por compañero,
En algunos de los templos principales se o guardián, se iba a un lugar escondido en
encerraba uno de los caciques más autorizados un monte, junto a un río, o algún cerro soli­
y permanecía recluido un año, haciendo ora­ tario, e invocando con lágrimas a los objetos
ción a los dioses «Tamagastad» y «Zípaitóval», que lo rodeaban, pedía a los demonios le
sin comunicarse con persona alguna; allí le concediesen lo que sus padres habían poseído.
llevaban unos mancebos de comer y beber. Sacrificaba un perro o alguna ave y se dor­
Su salida era celebrada con grandes fiestas, mía, impresionado por lo que acababa de prac­
bailes, convites y le horadaban el cartílago ticar. Entonces, agregan, veía en sueños al­
de la nariz, en señal de que había sido pon­ gunos de los animales cuya forma solía tomar
tífice del templo, lo que se consideraba como el enemigo de las almas, apareciéndosele bajo
un gran honor. I3 figura de león, tigre, culebra, etc.
El indio le pedía abundancia de los ob= un frondoso árbol de pito, llamado «El Pitón
jetos que entre ellos constituían la riqueza, o Arbol Brujo», porque al que tenía la des­
y el animal, acogiendo la súplica, le hablaba gracia de- pasar bajo sus ramas después de
en estos términos: "Tal día irás a cazar; el las seis de la tarde, a esa bora en que los
primer animal que vieres seré yo, y me tendrás pájaros buscan sus nidos, el árbol lo jugaba,
por compañero y nahual en todo tiempo". Con lo entontecía y quedaba prisionero bajo sus
esto dicen aquellos crédulos escritores, (los ramas que se enroscaban y abrazaban al
antiguos cronistas), se establecía de tal modo cuerpo de su víctima. Muchos morían en el
la amistad y Ja unión entre el indio y su abrazo terrible y fatal; otros enloquecían o
nahual, que cuando moría éste, dejaba de se quedaban dormidos por muchos años. Para
existir aquél. Tanta fe abrigaba en eso el transitar por allí, los indios llevaban amule­
«Nahualismo», que creían que el que no tenía tos y conjuros para librarse del hechizo del
nahual no podía ser rico. árbol.
Los izalcos, como todos los indios de nues- El terrible huracán del 7 de junio de 1934
tro territorio, ban practicado siempre el «Na= se llevó el inmenso árbol de pito, no se sabe
hualismo» y brujerías, y continuamente las au­ a dónde, pues no se tuvo noticias. Los indios
toridades apresan y castigan a los que efectúan del lugar dicen: “que se acabó el encanto
dichas prácticas, pero sin lograr extirpar del de El Sauce, que ya no hay poder”.
todo esas costumbres que el mismo Fray Ber­
nardino de Sahagún decía: “que si se dejara Me contaba el mismo indio que estuvo
de predicar y hacerles practicar la Santa Re­ en los trabajos de mi marido durante más de
ligión de Cristo durante cincuenta años, vol­ quince años y que era nativo de Nabuizalco,
verían los indios a sus idolatrías”. Sehagún que él presenció una escena de «Nahualismo»,
todavía les concedía mucbo, pues a pesar de cuando una comadre suya fué a pedirle
habérseles predicado y hacerles practicar la el nahual a la bruja más famosa de aquellos
religión católica, siguen, aunque a escondidas, contornos, llamada «La Bruja Sbibuásbit».
Llegaron al rancho de la Sbibuásbit,y después
practicando sus brujerías.
de adelantarle unas monedas, empezó en la
El brujo «Cunepa», era el indio nabua-
ceremonia nabualista: “En el rancho casi oscu­
lísta, el curandero famoso de la región de
ro flotaba el misterio; en una estaca estaba
San Julián y sus contornos: El Sauce, Santa
un bubo en acecho; en medio de la fatídica
Catarina Masabuat, Cuisnahuat, La Majada
vivienda, un brasero sobre el que ardían pa­
y toda la región de los Izalcos, terror y con­
nes de copal; yerbas milagrosas se retorcían
suelo de los habitantes de esos lugares. Era
bajo el suplicio del reducido infierno. El bubo
considerado como un brujo de gran fuerza,
aleteaba, casi obedeciendo al ritmo de la mano
que usaba de oraciones y cábalas infalibl es,
morena que cimbra el soplador de tule; se
llamándolo por esto: «el brujo Cunepa». Su
atizan las llamas; bay humareda acre y cuan­
fuerza de hechicero, era certera. Entre las
do florece repentina la luz, surge de la som­
hazañas de este brujo se cuenta, que había
bra, detrás de la mano que aviva el fuego,
hechizado un gran árbol de «pito» al que
la bruja que reza ensalmos al ritmo de la
todos llamaban: crepitación aromática. Los ojos de la poseída
“EL ARBOL BRUJO O EL PITON” saltan de las órbitas, la boca se contrae en
Entre El Sauce y Juayúa, entre un punto un gesto de dolor... al tiempo que la bruja
sombrío y desolado del camino, se levantaba musita entre dientes:

EN NAHUATL EN ESPAÑOL

"Tutécu núpal, "Dios para mí,

Tutécu ípal, Dios para él,

Tutécu neshtuctía, Dios me lo mande,

Tutécu ma qui má". Dios me lo dé”.


El fuego en el brasero va menguando; se del exorcismo en cábala fanática, suben tenues,
reflejan las sombras alargadas en el tagüipante misteriosas, temblantes en las volutas sono­
del rancho, y en la penumbra las palabras ras del humo:

EN NÁHUATL EN ESPAÑOL
“ Ma quisa ne nahual, “Que salga el nahual,
Maquiccha librar ni mal, Que libra del mal,
Quen nic tajíánic Como se lo pido
Tutécu TecúnaC. Al Dios Tecúnal”, (fuego, brasas).

Un remolino lúgubre sacudió los contor­ Ha sucedido en muchos casos, dicen ellos,
nos del rancho, arrancándole al indio que que siguiendo las huellas de las cenizas, que
presenciaba ésto (y que me lo contó) un esca­ a veces salen de debajo del tapexco y han
lofrío de pavor, pues al realizarse el embru­ ido a dar a un lugar muy cerca del cuarto,
jamiento del nahual, saltó del brasero croando encontrando al animal nahual vivo y mate­
fatídicamente una gran rana. (Y como me rializado, al cual le dan inmediatamente leche
lo contaron te lo cuento, lector). y alimentos, mientras la misma madre del
recién nacido le da leche extraída de sus
* * pechos, pues es el nahual protector de su hijo
y con aquél vino al mundo.
Los indios de la Costa del Bálsamo tienen
*
la creencia de que todo recién nacido trae su * *
nahual. Por esta razón, todavía ahora en Los indios de Izalco creen también en la
nuestros tiempos, cuando una madre ya está «Cuyancúat», que es una serpiente con ca­
en trance de dar a luz un hijo, colocan debajo beza de tunco y que gruñe como este animal,
del tapexco de la parturienta una alfombra de anunciando los cambios de tiempo.
flor de ceniza, bien tupida, que nadie debe Cuando va a venir un fuerte temporal,
tocar. varias noches antes de comenzar a llover, los
Llegado el momento del alumbramiento, indios oyen que la «Cuyancúat» bufa desve­
en el mismo momento en que nace la criatura, lando a todas las gentes de aquellos lugares.
el padre de ésta alumbra debajo del tapexco Sucede muchas veces que cuando alguno se
y entonces encuentra sobre la ceniza las hue­ ahoga en el río o en los baños de Atecosol,
llas y el rastro de un animal determinado.’ los indios dicen que la «Cuyancúat» lo aper*
gato, loro, culebra, etc., y éste es el nahual coyó para que se abogara, porque las aguas
del niño. tenían hambre.

EL COh ICIERTO
Los izalcos llaman a la ceremonia del ma­ Escogida la futura, se encarga a una o más
trimonio «Concierto» y para llevar a cabo éste personas de representación para que vayan
tienen costumbres especiales. a pedir la mano de la muchacha, llevando los
Los pipiles se casan, o mejor dicho se les correspondientes obsequios; si éstos son acep­
hace casar, apenas llegan a la pubertad. Es tados, se presume que la demanda ba tenido
ese un asunto que corresponde arreglar a los favorable acogida. Esta demanda se repite
respectivos padres, pero en muchos casos ellos por segunda y tercera vez, siempre llevando
también se permiten escoger al que va a ser presentes, y basta verificada esta última, da
su esposo o esposa. Entre ellos esa premura el padre de la novia su expreso consentimiento
porque los hijos tomen estado tiene por objeto y señala el día de la boda.
evitar la prostitución. Llegado un muchacho También acostumbran que cuando el novio
a los 16 ó 18 años, los padres se apresuran quiere dar a conocer sus pretensiones y de­
a buscar una «ichpucbtli» (siguápil joven) seos de ser aceptado por la novia, el mucha­
para su hijo. cho toca la puerta y si salen los padres de
ella les dice que desea que su hija sepa que EL CANASTO DEL PORTE.-«E1 Ca­
quiere casarse con ella y les deja en la puerta nasto del Porte» consiste en el «presente» que
un haz de leña para el hogar. Previas ciertas los «Mancornados» (los desposados) mandan
preguntas de los padres relacionadas con lo a los padrinos después que se acaba la fiesta.
que cuenta el futuro marido para mantener El «porte» consiste, como hemos dicho, en un
a su mujer, llaman a su hija y ésta deter­ gran canasto, sólo que éste va bien surtido
mina si acepta o no al novio. Si lo acepta
con: pasteles, quesadillas, cemita rellena, torta
recoge inmediatamente el haz de leña, y en
seca, chorreadas, shasbamas, biscotelas, salpo-
seguida vienen las tres demandas con los re­
res de maíz, de almidón y de arroz, marque-
presentantes de los padres del novio.
sote embetunado, cemita pelona, almendradas,
El día de la boda, una vez efectuada ésta, bizcochos, pan de yema, tostadas, ojaldras,
un grupo de parientes y amigos del novio etc., etc.
conducen a la novia en andas lujosamente
ataviada, a la cual llaman «tálamo», y la Antes de la conquista, el ceremonial del
ilevan a su futuro hogar. El padre de la casamiento llamado «nonamictiliztlí», era bas­
novia lleva el haz de leña que su hija aceptó tante sencillo: un grupo de parientes iban a
y en la puerta del nuevo bogar le pegan fuego traer a la novia, la cual era conducida en
para llevar a cabo el último ritual. andas, (el «tálamo»), a la casa de sus futuros
suegros, donde se celebraba el matrimonio.
Cuando ya está bien encendido el haz de
Era de cajón que los contrayentes se bañasen
leña, el novio, dando unos pasos bacia atrás,
se viene en seguida y dando un salto sobre el antes de casarse, y bacer sacrificios y ofren­
fuego sin quemarse, ba resistido la prueba; lo das a los dioses para asegurar la felicidad de
mismo tiene que bacer la muchacha. Después los contrayentes. Antes se iba a consultar al
fie esta ceremonia, las «Mutilonas», llamadas sacerdote «nabualista», para que leyera en
así porque son las encargadas de atender a los sus horóscopos y les pronosticara si sería o no
convidados a la boda, cumplen su cometido.
feliz el «Concierto».
En las amonestaciones ya han cambiado, o
mejor dicho, el novio le entrega a la que va El acto matrimonial, presidido por el Ca­
ser su esposa “el collar y el rosario prenda”', cique, se reducía a darse las manos y se les
joyas que indican: “tener posesión o ser dueño.”
ataba de los vestidos durante el tiempo en
«Las Mutilonas» tienen el encargo de ha­ que se consumía un hachón de ocote. En
cer especialmente para los padrinos unos ta­ seguida efectuaban el salto “sobre el jaz de
males que llaman «Revista». linguia” encendido, como lo llaman los actua­
les indios de Izalco, y becbo ésto, comenzaba
el baile y demás festejos.
EL TALAMO. — «El tálamo» es una es­
pecie de trono o sitial, bien adornado con Abora acostumbran también los indios de
ramas verdes y flores, para colocar en él a la
Izalco, que una vez concertado el matrimonio,
novia cuando es llevada a su nuevo bogar,
y en seguida, cuando están en lo mejor de la los padres del novio piden la autorización de
fiesta, se colocan en el «tálamo» los recién los padres de la novia para que su hijo se
casados, para recibir la «ofrenda» que los quede dos meses viviendo en casa de sus fu­
convidados les entregan bailando el «Són de turos suegros, ayudándoles a trabajar y tam­
la Ofrenda» o «Són del Medio».
bién para que los futuros esposos o mancor=
Los convidados hombres cuando uno de nados se vayan amañando, pero resulta que a
ellos quiere invitar a la novia o a otra mujer a veces se quedan amañando toda la vida y el
bailar, se pára enfrente, y con una reverencia matrimonio ya no se lleva a cabo, pues dicen
pone extendida la mano izquierda como pidien­ que si se casan se les va a ir la dicha. Por
do y cuando la mujer lo mira, deja caer encima
eso es que muchos indios, padres de la novia,
la derecha, dando una palmada; ésta es la
manera de pedir una pieza o invitar a bailar. ya no consienten en esa prueba de amañarse
¡Nadie debe rehusar este ritual! antes de la ¿boda.
COMO EDUCA LA MADRE INDIA Un día que almorzaba el señor a quien
A SUS HIJOS. — En uno de mis viajes que la india le preparaba la comida, antes de co­
hice por Izalco, en el patio de un rancho noté menzar, sirvió un plato aparte y llamó al niño
que un niño lloraba porque veía comer a su para dárselo. El muchachito muy contento
madre y ésta no quería darle ni un bocado. lo tomó y corrió a enseñarlo a su madre;
Enternecida de ver esto, que me parecía un ésta, se lo quitó y volviendo donde el patrón
suplicio para el niño, le dije a la india: un poco disgustada le dijo: "veya, singuior, no
—¿Pero cómo tiene valor de estar comiendo güelva a bacer ésto con mi hijo .
sin darle a su hijo que le está pidiendo? — ¡Pero, mujer, sí no le he dado sobras,
—¡Ah! Ud. quiere que se muera. sino que le serví primero a él!
—No es eso, sino que le bace un gran
— ¿Por qué voy a querer que se muera?
mal a mi hijo y a mí. Nosotros bemos naci­
¡Todo lo contrario!
do para el trabajo y para ser pobres, y con
—¡Pos comonó! ¡No ve que acaba de dis= esos condimentos le va Ud. a dispertar y de­
pertar de dormir, y sólo Ja cabeza le ha dis= sarrollar otros gustos, que mañana no podrá
período, la tripa está dormida todavía y, si come, tener ni satisfacer; me la va a exigir a mí
se muere. Por eso Uds. se enjuerman tanto de que tampoco puedo, y va a ser un desgraciado
empacho, porque en dispertando echan a comer y me lu va a bacer a mí también. “Ya lo
y comer y la tripa no está par eso, pues no sabe: bemos nacido pa la pubreza y el trabajo”.
ba dispertado todavía, está dormida güen rato. Estos dos ejemplos encierran además un
gran fondo filosófico en estas gentes, una gran
*
* * conformidad con su forma de vida y, a la vez,
una gran disciplina en la manera de educar
Me contaba un amigo que tiene una finca a sus hijos, obligándoles a la obediencia y a
en jurisdicción de Izalco, lo siguiente: no separarse de sus rancias costumbres.
Una mujer india con su hijo habitaba en En algunos hogares indios es admirable
un rancho de su propiedad; el niño, como de el profundo respeto que los hijos tienen a sus
seis años, era muy simpático e inteligente, padres, pues aún cuando el hijo sea ya todo
al grado de que mi amigo, viendo las extra- un bombre, guarda respetuoso silencio y con
ordinarias facultades del niño, quería adop­ los brazos cruzados en presencia de sus pro­
tarlo para traerlo a la capital a estudiar, pero genitores, a quienes obedece ciegamente y a
la madre nunca consintió.

LA TRIBU DE TIMOTEO LUE

En la «Cuesta Pelona», en un Cantón de los indios, es el que sirve de medio para


apartado llamado «Tbesbcal» (tesbcat o tesb- comunicarse con el mundo que ellos no ban
cal, quiere decir «Piedra del Sacrificio»), si­ querido conocer, y quien les lleva lo que
tuado en un lugar montañoso, existe esa tribu necesitan. Se suben a los árboles para cor­
de indios primitivos puros, que no ban teni­ tar las frutas y allí entre las ramas se las
do contacto con ningún otro grupo de raza. comen.
Viven aislados, huraños y bravos; habitan en No ban visto nunca gente civilizada, y Ti­
cuevas a la orilla de un río, no usan vestido, moteo Lúe les dió tierras para que sembraran
sino un simple taparrabo y tienen el pelo sus granos para su subsistencia.
largo; las mujeres llevan un cuájete cortísimo Un día que Timoteo Lúe llevó a unos
sobre las rodillas, de la cintura para arriba campistas a cazar ganado que él les había
desnudas y el cabello cogido en dos bandas. vendido, la tribu enfurecida salió corrien­
Son de mirar duro que infunde respeto, do a traer sus armas de defensa; entonces
no han bajado nunca al pueblo y viven sin Lúe les gritó: “¡no sean tontos!, son hombres
dejarse ver de nadie. No hablan más que como nosotros”; y con mirada feroz le con­
en su lengua náhuatl. El lugar donde se testaron: "inté, inté, inté, iniqueí taqueíza quen
encuentran es propiedad del indio Timoteo mulato”. Traducción: “no, no, no, éste ya
Lúe, quien ha hecho en el pueblo funciones babla como ladino”. (Llaman mulato al mes­
de Cacique. Este, que conoce las costumbres tizo).
Dicen que en el tiempo del comunismo, y oyó lo que contestaron, cuando Lúe les
a Timoteo Lúe los ladinos lo mataron porque dijo que no fueran tontos que eran hombres
tenía mucho pisto. como nosotros, dieron unos gritos como fieras
y se internaron en el monte). Me lo han con­
Yo no quería creer todo ésto, pero además tado personas serias y caracterizadas que tie­
de habérmelo contado el indígena de nues­ nen propiedades en esa jurisdicción, afirmán­
tro servicio, Cándido Blanco, que iba entre dome, lo que varios indígenas del lugar en
los campistas a la caza del ganado, (y él vió repetidas ocasiones me han contado.

INDUSTRIAS, LEYENDAS Y COSTUMBRES


En este ramo tenemos verdaderos primo­ rística a sus barros. Hay grandes locerías
res que elaboran nuestros indios, muestras de donde los indios trabajan con herramientas
ingenio y arte, de carácter, intensidad y to­ y tornos de estilo muy primitivo: ollas, co­
do ese ingenuo sentimiento del indio impreg­ males, batidores, sartenas, porroncítos, mace­
nado de tristeza y sencillez. tas, jarrones, etc. Todo pasa por las manos
Actualmente es muy crecida la industria laboriosas del indio, saliendo de ellas con el
alfarera en diversos pueblos de la República. sello inconfundible de la raza, pues nuestros
Ilobasco es el pueblo que más se ba distingui­ nativos emprenden estas labores con gran
do por su habilidad en la industria del barro; amor y devoción.
pero lo que le ba dado más renombre es la El pueblo de Tenancingo es famoso por
fabricación de muñecos, y las admirables mi­ sus cántaros, resistentes y refinados, y que
niaturas que son verdaderos prodigios de arte. tienen el secreto de poner muy fresquita el
En la época presente trabajan en diversos agua para beber.
lugares, porrones de caprichosas formas, con Es de lamentar la decadencia de nuestra
pinturas de colores que, aunque de carácter raza en este arte, donde se han caracterizado
muy rudimentario, dan cierta nota caracte­ fuertemente nuestras tribus de América.

EL MORRO EN EL ARTE DE LOS IZALCOS


De sello inconfundiblemente nacional son cales que son verdaderas y pequeñas obras
los artísticos objetos que se elaboran con el de estilo indígena.
morro. Los principales pueblos donde elaboran
Este árbol es algo así como el hermano huacales y jicaras, son: Izal co, Nahuizaleo y
o compañero del indio; rara es la cabaña o el San Miguel; en este último, los trabajan en
rancho indígena que no tenga como guardián blanco y de varios colores, mientras que en
un verde y lustroso ái bol de morro. Del fru­ Izalco y Nahuizaleo sólo los trabajan en ne­
to del morro trabajan artísticas jicaras y hua­ gro. Estos los bacen «labrados» o «pintados»..

Huacal y jicara pintados y grabados per indígenas de Izalco.


La elaboración de huacales y jicaras es las partes que no tienen cera. Así que lo han
muy interesante: parten el morro en dos mi= teñido y pulido, lo dejan secar muy bien, y
fades, cuando son morros redondos especiales por ultimo le dan un baño de agua hirvien­
par» huacales, y a los morros alargados, que do para despegar la cera, quedando en blan­
son para jicaras, sólo les cortan la punta; lue­ co, o sea del color natural del huacal, los di­
go que los lavan y secan, los pulen con una bujos estampados. Con este procedimiento re­
hoja llamada «lengua de vaca» o de «guarumo». producen verdaderas escenas de historias y
Después los pintan con «nacaschcolo» y con danzas de animales en los huacales y jicaras.
tinta que hacen con carbón de piedra y con De la calabaza también elaboran pinto­
limon, ocupando el «mashiasíe» para darles rescos tecomates de diversos tamaños; los hay
brillo y color negro. Los labrados los hacen pequeñítos pintados de varios colores, como:
después que estan bien secos y pulidos, em­ chinchines y sonajas que les sirven para sus
pleando para ésto un pequeño cortaplumas, fiestas. En el pueblo de Tonacatepeque, el
la punta de unas tijeras o un pedazo de vidrio. día de la feria de San Nicolás, se ven infini­
Los dibujos labrados son de lo más capricho­ dad de tecomatillos de sugestivos y chillan­
so y característico: pescados, patitos, pollitos, tes colores. Este pueblo es famoso porque allí
pájaros, ruedas y adornos decorativos. es en donde fabrican los tambores indios y
En los pintados emplean otra forma o téc­ atabualnés, decorados primorosamente y de di­
nica de trabajo: antes de teñirlos de negro y ferentes sonidos y tamaños.
de pulirlos con el brillo, les van formando el De este lugar son todos los tambores que
dibujo y figuras en cera modelados en el hua­ ocupan los indios para las fiestas en los di­
cal; después, tiñen de negro y dan brillo a versos pueblos de toda la República.

LA INDUSTRIA DEL TULE


Del tule tejen los indios petates de varios mesa de trabajar solamente el petate de la Ur­
tamaños. En Nahuizalco es donde más se tra­ na en que acuestan a Jesucristo en el Santo
baja esta artesanía popular, y los indios hacen Entierro el Viernes Santo. Este petate es un
artísticos dibujos muy bien combinados de di­ verdadero prodigio de paciencia y de arte, y
versos colores. El desperdicio del tule lo uti­ aquí en la capital no tienen idea del bellísimo
lizan para la fabricación de sopladores, bol­ trabajo que estas gentes humildes llevan a ca­
sas, esteras, bastones, y también hacen col­ bo allá en el rinconcíto del pueblo. Si al­
chones para sus tapexcos y el acabado de los guien manda a encargarles un petate de esos,
«íahuipaníes» de los ranchos. no se lo hacen ni a precio de oro, porque es
Hay unas viejas indias en Nahuizalco que promesa hecha para el Señor. ¡Así son los
desde bace muchos años han becbo la pro­ indios!

LA PALMA
Muchas son las curiosidades que trabajan industria que sería una fuente de riqueza pa­
con la palma y el carrizo, como: sombreros, ra el país; si las autoridades se ocuparan de
canastas, escobas, tombillas de toda forma y su adelanto y estilización, no se tendría ne­
tamaño y hasta juguetes: sonajas, chinchines, cesidad de importar gran parte de este artículo.
canastillos, tombillitas, etc. Muchos son los lugares donde trabajan la
En la elaboración del sombrero han lle­ palma, pero los sombreros que se han hecho
gado a alcanzar un grado de perfección que famosos por su forma y colorido son los de
puede competir con los europeos. Esta es una Tenancingo.

EL MEZCAL
El mezcal es una de las materias primas tituye para el conglomerado indígena una
que más ba enriquecido la industria de los fuente continua de vida y de trabajo. Las
indios, pues además de las diversas cosas que cosas que más trabajan con el mezcal son:
trabajan con él, el inmenso consumo que hay hamacas, atarrayas, lazos, matates, cebaderas,
de estos artículos y la fuerte demanda cons­ morrales, bolsas, alforjas, arganiilas, etc.
BELLAS ARTES

Además de las artesanías e industrias, las mas antiguos que dan idea del temperamento
bellas artes también fueron y son cultivadas poético de la raza, be aquí una muestra en
por la raza indígena en todos sus aspectos. un fragmento del poema de “Vukub-Cakix .
“Vucub-Cakíx: lo que resta de estas gen­
PINTURA. — Así tenemos la pintura y la tes que fueron inundadas, es ciertamente ex­
línea aplicada con modalidad propia en todas traordinario. Su estado es como el de los se­
sus artes populares o industrias, como lo bemos res sobrenaturales. Yo me engrandeceré so­
visto ya. bre estas criaturas y seré su sol, su aurora
y su luna. Mi esplendor es grande, por mí
En algunas iglesias antiguas de estilo co= existen y marchan los hombres: de plata son
loníal, como en Panchimalco, San Sebastián,
los globos de mis ojos, resplandecen como pie­
Huizúcar, Chalcbuapa y Metapán, se encuen­ dras preciosas, y el esmalte de mis dientes
tran altares con pinturas antiguas en las cua­ brilla como la faz del cíelo. M.is narices re­
les se adivina la paleta y el ingenio indígenas. lucen a lo lejos como la luna; de plata es mi
trono y cuando bajo de él, la superficie de la
LITERATURA. — La literatura también tierra se vivifica .
tiene su manifestación y característica indí­ El “Popol-Vuj” o “Manuscrito de Chichi­
gena inconfundible, en sainetes melodramáti­ castenango’’, otra de las obras de la literatu­
cos, bombas y pantomimas populares en las ra indígena. Tenemos además el drama del
cuales se lee la inspiración y vocación poé­ “Rabinal-Achí”; el libro sagrado de “Chilam-
tica de los indios. Balám”; el memorial de “Tecpán-Atitlán .
Tenemos también los cancioneros popula­ Las poesías de Ixtiílxócbitl, poeta que res­
res, autores muchas veces de la letra, y que tauró la gloria de Netzahualcóyotl, salvando
son verdaderos trovadores de la canción au­ su obra del olvido, ha dejado muestras de la
tóctona y folklórica. poesía náhuatl, idioma que también se habló
Si nos remontamos a la época precolom­ en Centro América y que aún lo hablan los
bina tenemos obras de la literatura indígena pipiles de Izalco. Uno de los más bellos poe­
que son una muestra admirable de la cultu­ mas de Netzahualcóyotl restaurado por el poe­
ra de nuestros antepasados. Entre los poe­ ta Ixtlilxóchiti, es el siguiente:

ULTIMO RUEGO

EN NÁHUATL EN ESPAÑOL

Nonontzin ihguac nimiguix Madre mía, cuando muera


Motlecuilpan nechtlaltoca, sepúltame en el hogar,
Huan cuac tiaz fitlazcalchihuaz y al hacer el pan, espera
Ompa nepampa yonchoca. y por mí ponte a llorar.

Huan tía aca mitzílahílanniz Y si uno en saber se empeña


Áoapillé íleca íichoca, la causa de tu penar,
Xiguilcui xoxouhgui quahuiíl dile gue verde es la leña
Techichocti ica popoca. y gue el humo hace llorar.

En la literatura prebispánica de nuestros el tesoro de la tradición. Unos de los po­


nativos existieron bellos poemas en la tierra de cos poemas de carácter verdaderamente au­
los Izalcos, pero la indiferencia con que bemos tóctono pertenecientes a la tradición de los
visto siempre todas las cosas de nuestra raza, se Izalcos que be logrado restaurar en idioma
han perdido ya y se extinguieron con la muer­ náhuatl, haciendo asimismo la traducción de
te de algunos viejos indios que conservaban ellos, son los dos que ya bemos visto ti­
tulados: “Nimetzili”, que quiere decir “Te lo les sonoros que los indios emplean, obedecen a
dije”; y el otro: “Tiábuit Tzuntzúnat”, que en ciertas leyes, que ellos puede ser que ignoren,
español es “Vamos a Sonsonate”. pero que las practican intuitivamente o por
tradición y de una manera temperamental.
De la Conquista para acá tenemos los au­
tores anónimos que han becbo los melodra­ Ya hemos visto también detalladamente en
mas y sainetes de muchos números musicales, la parte de este ensayo que se refiere a la
y además, bombas, refranes, pastorelas, retin­ Etnofonía de El Salvador, el estudio minucioso
tines, rondas, etc., etc. sobre el carácter, análisis y las formas cons­
tructivas de la música indígena.
MUSICA.—El arte en el aspecto de la mú­ Sól o nos falta agregar que, para nuestros
sica y la danza nos babla muy expresivamente indios, es un precepto la creencia de que para
del temperamento artístico, hierático y profun­ no incurrir en la ira de los dioses, no acos­
damente panteísta de la raza indígena. Rica es tumbraban a hacer nada perfecto, procurando
la flora musical de nuestros indios, como lo esta­ siempre tener algún defecto en lo que era
mos viendo en este ensayo, y aunque se mani­ obra humana, pues lo perfecto sólo era atri­
fiesten los últimos restos de la música viva en bución de los dioses.
un carácter rudimentario por la calidad de
Esto es interesante, pues basta hoy día,
sus mismos instrumentos, no por eso deja de
tanto en los tejidos de las telas como en los bai­
ser bellamente interesante y expresiva, a pe­
les y en las obras que ejecutan en sus indus­
sar de su sencillez e ingenuidad.
trias, les gusta dejar algo que desentone para
Las formas constructivas de la música in­ dar la nota de imperfección a todo lo que ba­
dígena son, como ya bemos visto, un estudio cen. Como he dicho anteriormente, algunos
bastante delicado que requiere mucha observa­ indios no saben abora el por qué de esas tradi­
ción y experiencia, pues aunque la música sea ciones, pero no por eso dejan de practicarlas
de carácter rudimentario, las formas y materia­ fielmente, así como lo hacían sus antepasados.

Templo y fuente del pueblo ladino de Izalcc.


LEYENDAS
Ya hemos dicho que Izalco es un lugar más notables, ya han sido publicadas por
de leyendas, y para dar noticias de todas muchos de nuestros escritores, así pues, sólo
ellas se podrían escribir muchos capítulos. rae concretaré a describir algunas que son
Además, que algunas de estas leyendas, las poco conocidas.

EL "GUASHACO”
Los indios de Izalco, Nahuizalco, San Ju­ sbaco» se lo había llevado. Tenían un bijito
lián y Juayúa, tienen la creencia de un per­ y éste se enfermó; la pobre salía a dar vo­
sonaje de leyenda en figura de mono, que ces al monte llamando a su «Pegru». Des es­
llaman: el «Guashaco». perada cogió a su hijo y se fué al pueblo;
A lo mejor se ve a un grupo de indios, al atravesar la montaña le salió un mono, y
apostados alrededor de un rancho armados de la india encolerizada le gritó: “¡desgraciadu,
sendos garrotes y machetes, para deshacer a no sos «Guashaco», lu sos Pegru que me lo
leñazos, como ellos dicen, al «Guasbaco». querés quitar lo cría, no sos «Guasbaco»,
Una vez, Pedro, marido de una pobre in­ sos lo maridu, ya te lu conozco, sos Pegru!”;
dia, la abandonó, y ella decía que el «Gua­ y la pobre india salió corriendo.

LOS "MANAGUAS”
Por estas mismas tierras de los Izalcos y la tormenta. Después corren a buscar en
también en muchos lugares de la República, donde han caído, y en qué forma, muertos
está muy arraigada la creencia del fantástico los «managuas» zánganos.
personaje o mal espíritu de las aguas, que Un indio viejo me contaba, que cuando
los indios llaman los «managuas» y, según la tormenta anunciaba que traía los «mana­
ellos, tiene la “la figura de un hombre pe­ guas», él ya había preparado un pequeño
queño y peludo como un mono”. Cuando rancho en medio de la milpa, y allí pasaba
viene una tormenta de mala agua para sus la noche cuidando su pobre mílpita, y que
siembras, entonces se reúnen todos los del cuando zumbaba la tormenta y los «managuas»
lugar, portando cuernos y caracoles. En un venían, él óiba que la milpa hablaba y se de­
lugar visible hacen las tres cruces de ceniza, cían unas a otras: “¡agárrense duro!, ¡agárrense
se colocan todos en un punto alto, zumba duro!”. Entonces él salía a formar las 1res
el pitazo de caracoles y cuernos que lanzan cruces de ceniza y pitaba el cuerno, porque
al cielo su ronca protesta, basta que no cesa si nó los «managuas» se paseaban en la milpa.

LA PIEDRA TECUANTET
En la salida de Nahuizalco, camino de Sal- cuando lo han intentado oyen como que la pie*
coatitán, en el lugar llamado «Teshícal», hay dra suspira.
una piedra cuadrada, antigua, que se llama El pueblo entero es guardián de este al­
«Tecuáníeí» (que come), porque dicen que co­ tar, en donde dos veces por semana se llega
me a ía gente, y por eso le ponen flores, pa­ a renovar la tradición. ¡Y ay del que toque
ra calmar la ira de la piedra, atrayendo su o profane a la « Piedra Tecuántet»!
gracia y su benevolencia. Los indios adoran con ritos especiales a
Los indios dicen que oyen voces dentro la piedra, los días lunes y jueves, por ser los
de la piedra, y aseguran también que la pie­ días que más transitan por allí. Los hombres
dra es viva. Lo que más come es a los ni­ llevan lanzas de madera o las herramientas de
ños, ya muchos han desaparecido; las auto­ labranza, blanden los machetes en alto y esta­
ridades han querido quitar la piedra, pero llan en gritería pávida, terrible.
los naturales se oponen porque dicen: «que Este ritual es como el grito rojo de color
puede sobrevenir un castigo al pueblo», pues de las batallas de la raza, es como la remí-
níscencía de las leyendas que ha desteñido el sotros, y el que ve sin interés, solo por ver.
tiempo, y que el recuerdo trae como el ale= Es el sedimento que bay en nosotros de lo in­
tazo postrero de las cosas que ya se van......... dio y lo híspano.
En el ritual, hacen una danza al pie de Y en los indios, es el ancestro que palpita
la colina hasta donde llegan los peregrinos con reviviendo este pávído fervor ante el san­
las manos tendidas y las frentes polvosas en tuario de la Piedra Tecuántet, la supersti­
busca de la oración que salva y de las hier­ ción india cuyo abrazo estrangula a los na­
bas milagrosas que ahuyentan el espíritu ma= turales del pueblo de Nabuizalco; ante la
ïíg no del cuerpo de los poseídos. Al deposi­ piedra que suspira amenazas, que tiembla de
tar las flores, los diferentes grupos recitan misterios y asechanzas, y que abre la boca
esta oración: «Niantihuíizet, guaníitehuícaf ini para tragarse niños. Y si alguien se descui­
mushúshit, palsiníému mu cuálan íipánuí gani= da, la piedra despierta su cólera, y entonces...
gan. Mashi neízmaíi, íecchin; aschcan niahua brama, llora, suspira y se emborracha con la
nigan, íinaca guan Tutécu». sangre de sus víctimas. Otras veces jadea
Traducción: “Aquí venimos y traemos es­ en sofocos, y allá adentro se oye el grito de
tas flores, para que rebaje tu cólera cuando ia víctima atrapada, mordida, devorada.
pasemos por aquí. No me asustés, piedrita; Allí be presenciado esas maceraciones en
abora ya me voy, aquí te quedás con Dios”. lo alto del cerro; cerca de la cueva donde
Un silencio expectante flota en derredor. abría sus heridas de ofrenda antiguamente el
Las palmeras cabeceando en oración, bacen llo­ indio idólatra. Y abora, mientras revientan en
rar sus flecos matizando aquel ritual. los nopales las flores rojas, mientras sangran
Y todos los lunes y los jueves, los indios las pascuas y se vuelven locas las esquilas
peregrinos, tremantes de emoción, naufragan del mediodía, los peregrinos suben por el
en el paroxismo de aquella superstición, más camino basta el cerro, con los brazos llenos
fuerte que el tiempo y que la evolución. de flores amarillas de cacauhqui y sempoaljcú=
Viendo y oyendo el ritual, se siente el alma chitl, mientras los ciegos sostienen diálogos
encendida, solicitada y estremecida por el do­ frente a las estaciones de nubes y de eter­
ble atavismo, por dos sentimientos encontra­ nidad, y allá lejos, alguna nota perdida de
dos: el que acoge y el que rechaza, el que canción nostálgica vuela entre los árboles
punzante se hunde hasta confundirse en no­ centenarios y las chozas humildes.

Ruinas de la antigua ciudad de Izalco.


LA CAMPANA LLORA
¡Elegía de incienso...! Lagrimeo de cirios, “María Asunción me llamo
cuya llama se retuerce en espirales de luz... Cien quintales peso,
que se distiende perdiéndose en el Cosmos...! El que no lo creyere
Que me levante en peso... '
¡Llanto hecho de nube...! Dolorosos toques
de campana... ¡Todo... todo se eleva en ascen­ Así dice la leyenda de la Doncella de Bronce
sión suprema...! y fue regalada por el Rey Carlos V.

¡La doncella de bronce duerme, sueña y Consagrada a la Santísima Virgen de la


llora... llora! Impuso su mística ley con claro, Asunción, patrona del pueblo, en el año de 1533
dulce y triste són por años y años a la va­ por el Ilustrísimo Doctor Don J. Uoca Gómez
liente raza de ios Izalcos, basta que un día de Parada, siendo Vicario de esta Provincia
de conmoción y ruina, se quedó sumergida... el señor Xerónimo Mexía, año MDXXXIV.
entre los restos de su templo palacio...
Pero los indios, han oído siempre, siguen
oyendo todavía, el llanto de la Doncella de
Bronce... ¡llanto de eternidad...! ¡Lo oyen
lejos...tan lejos!

Y cuentan también... que cuando algo


terrible a los indios va a venir, lo anuncia
en su llanto, que es como lluvia de lágrimas...
y como lluvia de lágrimas es, también, en los
cantares de la muerte...!

Dicen que el día de difuntos se oye su


lúgubre tañido desde un lugar llamado «La
Cuestona». A las doce de ese día se oye su
llanto trágico ÿ solemne.

Y cuando empieza a anunciar cosas con


su llanto la Doncella de Bronce, el sol se
bace más rojo, para festonearla en reflejos
con sus rosas de púrpura.........

Un indio poeta de Izalco, cada vez que


escuchaba el llanto de la campana legendaria,
le cantaba de esta manera:

“Los toquis de la campana,


No son para guien morió,
Son para gue sepa yo,
Que me güa morir mangiand'

Campanil en donde se guarda la histórica campana 'María Asunción ¡Y la profecía se cumplió...!


LENGUA PIPIL
•Las razas nahoa = tolteca y maya fueron dios nahuatlatos, sino por algo más fuerte,
crisol magnífico en que las lejanas civilizacio- enraizado en la tierra como la misma raza.
nes se elevaron y esclarecieron. Nos con­ Esto prueba una vez más que nuestra raza
mueve el desfile de nuestros antepasados tolteca tuvo su origen y centro en Tlapallán,
toltecas y mayas, y contemplamos perplejos situado en el antiguo reino de Payaquí entre
el paso silencioso de sus sombras enredadas Guatemala, El Salvador y Honduras. Además,
en los flecos fabulosos de sus leyendas y del la diferencia de nuestro idioma pipil con el
más hermoso y resonante de los escritos mexicano, se reduce a muy pocos detalles,
indios: el Popol-Buj. como la supresión de la terminación tli en
gran número de los vocables aztecas. Entre
Aquellas dos razas dejaron huellas inde­
los aztecas estaba más generalizado el náhuatl
lebles en el Continente Americano. Su idio­
llamado: tecpíltic tlatollí, o lenguaje cortesano
ma: el maya y el náhuatl, labran todavía el
de Netzahualcóyotl, el poeta soberano de Al»
alma de sus postreros descendientes, y la
colbuacán o Texcoco.
geometría-de su arquitectura tira sus líneas
en los santuarios de Yucatán, Teotihuacán, Y el náhuatl de nuestro Cuzcatlán, abun­
Petén, Copán, Tazumal y Cibuatán. También dante en barbarismos, se debe, según el P. Jua-
los artífices de la escultura nos dejaron su rros, a que eran descendientes de plebeyos
grito, en las Venus recortadas en la piedra, mexicanos, que no han de baber hablado el
que nos dan la sensación de la belleza, y náhuatl cortesano de Netzahualcóyotl.
siguen siendo la admiración devota de las Yo creo que la diferencia consiste como
generaciones estudiosas. en nuestro idioma nacional con el castellano-
español.
Los indios de nuestro territorio, como su
lengua, fueron siempre designados con el nom­ Para mí la lengua pipil es armoniosa, mu­
bre pipil. La palabra pipil significa niño. sical, jugosa, y confieso que cuando comencé
Hablar como niños. a practicarla con mis maestros, unos verda­
deros indígenas, sentí una rara emoción, algo
El pipil o náhuatl cuzcatleco, han dicho así como la añoranza de las cosas que, aun­
muchos que es una degeneración del mexicano que no se hayan vivido, laten en nuestro sér
azteca; yo no lo creo así, sino que es una con el llamado del ancestro.
forma cultural del idioma, de carácter local,
Los indios que me guiaban en mis estu­
pues cada pueblo tiene su modalidad propia en
dios, eran: una india de Izalco, Jesús Ascat,
sus manifestaciones culturales, aunque nuestra
y Cándido Blanco, de Nahuizalco. Así pude
población, según algunos historiadores, baya
establecer las diferencias, que a continuación
sido formada por una de las emigraciones
explicaré.
de los proto-nahoas hace muchos siglos, to­
mando en cuenta Jas diferentes invasiones A todos aquellos que se dedican al estudio
de distintas tribus que vinieron a mezclarse de nuestra raza en sus diferentes aspectos:
después, como el que importaron bace como razas, religión, templos, música, etc, es indis­
2,000 años los compañeros de los ulmecas. pensable adquirir un poco el conocimiento de
lY si se conservó el idioma pipil = náhuatl la lengua del grupo de raza que se estudia,
en nuestras tierras después de tantos siglos, como auxilio indispensable para sus investi­
no es por las continuas inmigraciones de in­ gaciones.
Náhuatl, según ei voca­ La letra k campea acer­
bulario de Molina, significa tadamente en las lenguas
«cosa que suena bien». maya, maya-quiché y en el
— «Dulce y armoniosa para kacbíquel.
oírla hablar», — decía M. Nuestros pipiles, en la
Bíart. fonética de su lengua, for­
Orozco y Berra clasifi­ man una sb que da un so­
caron el náhuatl idéntica­ nido mucho más dulce que
mente con el pipil, pues sólo la ch, usando, según el caso,
establecen la diferencia de de las dos formas. La sb
que el primero o nexicano es como la letra inglesa en
fué el náhuatl clásico, el su fónica, y aunque no de­
cortesano, y el pipil-náhuatl biera usarse en el alfabeto
fué el popular, democrático de la lengua pipil, a veces
o plebeyo. su aplicación se bace nece­
El pipil de los izalcos saria para facilitar la pro­
tiene sus dialectos o deri­ nunciación de algunas pala­
vados en todos los pueblos bras. Ya está bien compro­
de la Costa del Bálsamo y bado y sabido que la x la­
en otros lugares de la Re­ tina, correctamente hace las
pública, en donde todavía funciones de la sb para las
se babla, como en Panchi­ personas que saben la fóni­
malco, en Guacotecti, los ca de la x en la lengua pipil,
Nonualcos, etc. En la rin­ cuya fónica, según los casos,
conada comprendida entre el es también como j, pero a
Río Gra nde y el Cerro Bru­ los que ignoran ésto la es­
jo, se hablaba alagüilac, for­ critura de la sb los orienta
mado a influjo de la lengua mejor en la pronunciación.
chorfí de los pueblos veci­ También la letra g, de
nos, según Barberena. JESUS ASC.AT, muchacha indígena de Izalco,
los izalcos, en los nahuizal­
El alagüilac es comple­ que tuvo a su servicio muchos años la autora cos es c. Por ejemplo: shuga,
tamente muerto, y por el y quien le ayudó mucho en el estudio de «llorar» de los izalcos, es
estudio que presentó el Dr. la lengua pipil - náhuatl de dicha región. shuca de las nahuizalcos. La
Brinton a la Sociedad Filo­ fónica de los izalcos es más
sófica Americana el 4 de noviembre de 1887, cerrada, más dulce; y la de los nahuizalcos
se evidencia la similitud, casi identidad, del es más sonora, más fuerfe.
alagüilac con el pipil. Vemos en algunos escritos con frecuencia
El alfabeto del náhuatl mexicano consta de la reunión de ge; esta unión de la g con la e
17 letras: a, c, cb, e, b, i, 1, m, n, o, p, q, t, u, x, y, z, no debe emplearse, porque en lugar de seña­
cuya pronunciación no ofrece dificultad ninguna. lar el verdadero uso de las letras del alfabeto
El náhuatl = pipil de los izalcos tiene las pipil, obscurece la musicalidad y armonía de
mismas letras del mexicano, y sólo hay que los conceptos. Por ejemplo: los izalcos usan
agregar la g y la j. muguetza, y los nahuizalcos muguefza, correcto.
La letra k no debe emplearse en la escri­ Pero hay personas que escriben mugetza, y
tura, pues no existiendo en el alfabeto del esta forma no es correcta. El vocablo mu*
náhuatl mexicano, no veo la razón por qué gueíza quiere decir «levantar». Otro: uapa*
introducir una letra que desfigura no sólo la guich los izalcos, y los nahuizalcos uapaquich,
estética de la escritura pipil, sino que en correcto, y quiere decir «mezcal»; pero escrito
la fonética le es completamente innecesaria, uapagich, «malo». Así, pues, debe evitarse la
pues tiene la c y la q, que desempeñan más unión de la g con la e, como de la g con la í,
correctamente las funciones de aquélla. o sea ge, gí.
La letra k no debe figurar en el conjunto En algunas palabras hay doble 1, que no
de caracteres ni aún para suplir las necesi­ debe leerse como 11. Ejemplo: tlalli (náhuatl
dades de poder escribir la lengua náhuatl. mexicano) «tierra», se pronuncia tlal*li, siendo
digno de notarse que ninguna voz de la len- do al nombre respectivo las palabras: oquichfli,
gua náhuatl mexicana principia con 1. Tenemos «varón» o cihua, «mujer», ligeramente contraí­
también Tlapallán, que debe pronunciarse das, según el caso, así: mijcíluf, «león» y cihua*
Tlapal-lán. mijcílut, «leona».
En la lengua pipil abundan las palabras No tiene formas para los superlativos, ni
que usan la forma tz, siendo, más que una para el comparativo; en cambio, es riquísimo
for ma de escritura, un conjunto onomatopéyíco en aumentativos y diminutivos.
que sirve para representar los sonidos que “Su léxico es asombrosamente extenso,
resultan de tza, tze, etc. Ejemplos: muqueízá, debido, sobre todo, a su prodigiosa aptitud
«niño»; «fzuníécu, «cabeza». para formar derivados verbales. Un verbo
En Izalco, algunos indígenas pronuncian transitivo en su forma primitiva, da por lo
el vocablo pipil meíz, sin la t, o sea «mez», menos once verbales, que son: el sustantivo
que significa lo mismo que meíz; también en «ni», formado del presente de indicativo
nécb, vertido al castellano, resulta ser forma en activa; el de terminación de pretérito im­
dativa del pronombre personal «yo», que quie­ perfecto de indicativo en activa; el que se
re decir «me». Nech o nesh, es radical de toma del pretérito perfecto, del mismo modo
la voz néshíi o néjcfi, que equivale a «ceniza». y voz antedichos; el terminado en líztli; los
Algunos incluyen la letra v en el alfabeto que acaban en las posposiciones n, yan y can;
mexicano, pues 01 mos y Paredes, nahuatlatos el que termina en ni, formado del impersonal
eminentes, aseguran que las mujeres antigua­ del verbo; el adjetivo en oni; el terminado en
mente pronunciaban vevetl, en vez de decir oca, y el que termina en tli o lí, o alguna
ueuetl, o más correctamente huehuetl, «tambor». vez en ti.” (Barb erena).
No debe olvidarse también que antigua­ En cada una de sus transformaciones vuel­
mente los españoles usaban la v como u, y ve a dar el verbo transitivo todos esos ver­
podría citar aquí muchos ejemplos de esta bales; de lo cual resulta que este verbo, por
usanza en la ortografía clásica de los españo­ sus transformaciones e incluido él mismo en
les. Por este motivo, algunos incluyen la v su forma primitiva, y en cada una de sus
en el alfabeto náhuatl. transformaciones, da por lo menos las siguien­
En cuanto a las vocales, sólo la «o» tiene tes palabras:
un sonido que podemos llamar ambiguo, entre “Verbos......................................... 64
«o» y «u». De allí proviene que unos digan
Participios..................................... 64
Teotl y otros Teutl, «Dios» (en el mexicano).
Verbales.........................11X64=704
Lo mismo que pasa en este caso del ná­
huatl de México, pasa aquí con nuestros pipi­ Total..............~832”
les: los izalcos usan la «u» y los nahuizalcos la
El P. de la Rosa, de quien es el cálculo
«o». Por ejemplo: los izalcos dicen túnal y los
anterior, agrega: “Mas no son éstas todas las
nahuizalcos tonal, «sol». Los primeros también
palabras que pueden obtenerse de un verbo
dicen cújían, y los segundos dicen cójfan,
mexicano, porque de los verbales se derivan
«monte».
nombres abstractos y nombres posesivos; v. gr.:
En la lengua náhuatl hay la particularidad de ílafoani viene tlaíocati ser señor o príncipe.”
del gran número de palabras que emplean la En la obra de Fray Bernardino de Sahagún,
consonante 1, precedida de t, combinación muy «Cosas de Nueva España», tenemos prueba
poco empleada en español; en nuestro idioma evidente de la abundancia y riqueza de es ta
casi sólo las palabras derivadas del náhuatl lengua. En dicha obra, las plantas, los ani­
tienen la detonante ti. males, las flores, los minerales, los peces, los
En la lengua mexicana los nombres ter­ dioses, las fiestas, etc., todo es designado con
minados en ti o en tli o tie, que son en gran un nombre propio. En la teogonia podemos
número, forman su plural de diversas mane­ ver la abundancia de nombres para cada rito,
ras, pero las más corrientes son cambiando cada divinidad y las cosas relacionadas con
dicha terminación por la sílaba me, o por la ellos. Y cuando los mexicanos fueron con­
sílaba tin. Así, cuicuiízcatl, «golondrinas», y vertidos al catolicismo, los más altos misterios
cuauhíli, (águila), bace cuauhtin, «águilas». de nuestra religión se bailan bien explicados
Careciendo la lengua náhuatl de género en náhuatl mexicano, sin que jamás baya sido
gramatical, la distinción se bace anteponien­ necesario servirse de voces extranjeras.
“El P. Acosta se admira que habiendo cóyotl, que fueron admirados y conservados
tenido los mexicanos noticia de un Ente Su­ por los literatos españoles del siglo XVf.
premo, creador del cielo y de la tierra, no Dos de aquellos famosos poemas los tra­
hubiesen tenido igualmente en su lengua voz dujo don Fernando de Alva Pimentel (Yxtlil-
para significar lo equivalente al Dios de los Xóchitl), y en nuestra época actual, casi todos
españoles, y al igualmente de todas las na­ se encuentran traducidos por el notable na­
ciones de la tierra, por lo cual los predica­ huatlato mexicano don Mariano Rojas.
dores se han visto precisados a servirse del También bace muchos años reencontró don
nombre español. Pero Javier Clavijero dice José María Vigil en la Biblioteca Nacional de
«jue sí tuvieron este nombre en lengua mexi­ México un códice que se había extraviado,
cana: «Teotl», que significa lo mismo que el con una bella colección de cantares aztecas
de los españoles, pero que éstos, por dema­ (que en parte tradujo Mr. Brinton: «La Pe­
siada escrupulosidad, así como quemaron las regrinación de Aztlán» y el «Canto de la
pinturas, códices y los libros de historia Malincbe», son parte de estos cantares), va­
mexicana, porque tuvieron sospechas de al­ rias fábulas y otras piezas importantes en len­
guna superstición, viendo en todo al diablo; gua náhuatl mexicana.
del mismo modo rechazaron el nombre de
En náhuatl es corriente el empleo de vo­
«Teotl», porque se había usado para signifi­
cablos sumamente largos, (pues pertenece a
car los falsos dioses de su gentilismo”.
las lenguas aglutinantes), vocablos que a ve­
Nuestros pipiles izalcos, emplean una voz ces constituyen verdaderas frases, en los ver­
para significar a Dios; los izalcos dicen: «Nu sos, aún de arte mayor, y a veces una o dos
Técu = Tu Técu», y los nabuizalcos dicen so­ palabras forman verso entero, como en los
lamente «Tu Técu». siguientes, que cita Carochi:
Sin embargo, hay palabras que nuestros
“ Tlauhquechollazíalehualto íonafoc.
pipiles no le encuentran traducción a su len­ Ayauhcozamalot onameyotimani”, etc.
gua; por ejemplo: reino, librar, deudas, y otras;
es por eso que a veces su lenguaje resulta “Está relumbrando con color encarnado
híbrido o bilingüe, mezclando el pipil y el como el pájaro Tlauquechol”, etc,
español. Esto lo be observado también en Nuestros pipiles los izalcos no se queda­
las lenguas indígenas: el mexicano, el maya,
ron atrás en cuanto al arte de la poesía, y
el maya-quiché, el eakebiquel y el lenca, lo
aunque en una forma modesta y sencilla
cual demuestra que hay algunas palabras o
ellos también tuvieron sus cantares. Ya en ca­
voces del español que no tienen traducción
pítulo anterior he dado a conocer dos de ellos,
en dichas lenguas.
que logré reconstruir y que son muestra
En la lengua mexicana hay infinidad de del espíritu poético de la raza, en dos espe­
vocablos, como dijimos ya, terminados en tie, címenes que conserva la tradición.
y casi siempre va antepuesta a esta termina­ También los nahuatlatos de Tacuba culti­
ción tie, la letra x> que al pronunciarla se varon el arte de la poesía, y de los cuales be
debe bacer con la fónica sh.
dado a conocer un espécimen o cantar de
Un ejemplo muy pintoresco, lo tenemos aquellos lugares. Varios cantarcitos en es­
en estas dos estrofas: trofas sueltas en lengua náhuatl se encuen­
Va la helada vejez del canopaxtle tran regados, como las cuentas de un collar,
en varios lugares de nuestro territorio, en don­
Anuncia la llegada del chahuixtle,
de se babla o habló la dulce lengua de Net­
Va los años consumen mi popoxtle
zahualcóyotl.
Cual la gallina el verde canopaxtle.
Da remos en estos ligeros apuntes de la len­
Va no puede sacar la india el ixtle gua náhuatl-pipil, algunos ejemplos y orien­
De aquella blanca y delicada textle; taciones para poder interpretar mejor el pe­
Se muere por comerse un xoconoxtle queño léxico que vendrá a continuación y ías
V se queda tirante en un tapextle. palabras que aparecen en algunos rituales
Prueba evidente de la riqueza de la len­ indígenas.
gua náhuatl son los bellos poemas aztecas y Una exposición gramatical de la lengua
los cantos heroicos del poeta indio Netzabual- pipil llevaría material para un detenido es»
tudío, y yo no tengo tal pretensión, además, Los Nahuizalcos, Cbíltiupán y Cuísb-
de que nos apartaría demasiado del asunto a nábuat usan de esta otra forma:
que se refiere nuestro ensayo.
Ajúni núpal ........................ mío, míos, mía, mías.
La sílabas que expresen el artículo en la Núpal taja.............................tuyo, tuyas.
lengua pipil, cuyo significado es bastante ex­ Ajúni ípal.............................suyo, suyas.
tenso, podemos limitarlo a: determinado e in­ Túpal tejnantin................... nuestro, nuestras.
definido. Azu ípal ............................. mío, mi, mis, mías.
Los artículos determinados son: singular Núpal....................................... mí, mis.
Ne, el, la; Ijqui, lo. Múpal .................................. tu, tus.
Plural: No, Nin, los, las. Ipal.............................................su.
Túpal....................................... nuestro, nuestras.
Artículos indefinidos, singular: Ce, un, uno,
A múpal.................................. vuestro, vuestras.
una. Plural: Cezan, unos, unas. El artículo
Impal ....................................... sus.
en la lengua pipil, siempre es del género
masculino. Sólo para determinar el género
Los demostrativos'.
femenino, se antepone como ya bemos dicho
la palabra cíhuaí, mujer. Yejuatí, ajini, acbca..........este, esta.
En el número existe el plural y el singu­ Tejuatí, ini...........................ese, esa.
lar. Los plurales se hacen agregando al fi­ Yéjuat, Ané, Ni ............. aquel, aquellos.
nal de los nombres las sílabas Me o Tin. Pe­ Ajúni ....................................... esto, eso.
ro en muchos pueblos se concretan a agre­
gar solamente el vocablo gue para pluralizar Plurales:
todas las palabras. Yejuantinin, yejuantinga..estos, estas.
Otra forma entre nuestros indígenas de Yejuantínun ........................esos, esas.
hacer el plural en algunas palabras, es el de Yejuantin .............................aquellos, aquellas.
repetir la primera sílaba intercalando una j
entre ambas. Ejemplo: cuéyat = cuejcuéyaí. Indefinidos:
También usan de otras muchas formas que
Shupi ................................ .....................poco
sería largo enumerar.
Mi ac ............................................................ bastante
Es de hacer notar que cada pueblo indí­
gena en donde se babla el pipil, tienen sus Míac, Zaya ............................................ mucho.
formas o modalidades especiales de construir Itzqui ............................. ,........................tanto.
el idioma. Can ..............,............................................cuanto.
Por estas razones cuesta tanto orientarse Mucbi ...................................................... todo.
en el estudio del pipil en nuestro territorio; Aca, Acame, Tiabca ........................alguno.
uno de los lugares en donde mejor se babla Ayac...........................................................ninguno.
el pipil es Cuisbnábuat.
Ceceme...................................................... cada, sendos.
Los posesivos son: Mubuan ................................................. ambos.
Nu............. mío, míos, mía, mías. Cécem .......................................................varios.
Mu .........tuyo, tuyos, tuya, tuyas. Uelb néjuat............................................ mismo.
Y, Yn ...suyo, suyos, suya, suyas. Míaczaya................................................. demasiado.
Tu ..............nuestro, nuestros, nuestra, nuestras.
Ubgui .......................................................tal.
Amu .........vuestro, vuestros, vuestra, vuestras.
Niuhgui ................................................. tal soy.
Estos adjetivos deben ir siempre unidos
al sustantivo formando una sola palabra, Los pronombres son:
por ejemplo:
Naja ............................. .............................. yo.
Nuyúlu .........................corazón mío. Taja ........................................................... tú.
Muyúlu .........................corazón tuyo.
Yaja ............................................................él, ella.
Yyúlu.............................. corazón suyo.
Inyúlu.............................. corazón de ellos o suyos. Nejémet ................................................. nosotros.
Tuyúlu .........................corazón nuestro. Tejémet ................................................. ustedes.
Amuyúlu ................... corazón vuestro. Yejémet ................................................. ellos, ellas.
Para la conjugación de los verbos bay los Hay también otra forma de pronombres
pronombres verbales que se emplean en unión personales, que son:
de los pronombres personales y son éstos:
Necb........................................ me, a mí
Ni .......................................................... yo. Metz, Mech.................................. te, a tí
Tí ........................................................... tú. A.......................................................... se, a él
Qui ..................................................él. Tec............................................. nos, a nosotros
Níc.............................................. ............ nosotros. Amecb............................................. vos, a vosotros
An o Tic.............................................vosotros. Quin................................................. aquellos, a ellos.
Quín oXí ....................................... ellos. Estos pronombres siempre se anteponen al
Estos pronombres verbales van en la con­ verbo y cuando van en unión de las partí­
jugación acompañados de los pronombres per­ culas suplementales, se intercalan entre éstas
sonales, los que se unen al verbo como en el y el verbo uniéndolas en un solo vocablo,
ejemplo que sigue: por ejemplo:

Naja nitacuibga....................................... yo canto Ninechfzuíajhuac, «yo me canso»; Nimechfzu*


fajhna, «yo te canso»; Techufznfajhuac, «ellos
Taja titacuíbga ....................................... tú cantas
nos cansan»; Tiquinfzuíajhuac, «nosotros los
Yaja tacuihga............................................ él canta cansamos»; Niamechfzufajhuac, «yo os canso»;
Los más comunes de estos pronombres Tiatzufajhuac, «nosotros le cansamos o la
verbales en la conjugación o mejor dícbo los cansamos».
más empleados, son los de primera y segunda Se pueden poner también con los reflexivos
persona, o sean: ni, ti, «yo, tú» y nic, fie, que son los que sirven para indicar que la
«nosotros, vosotros». acción del verbo recae en la persona que la
ejecuta y se forma de los vocablos suplemen­
Ejemplos: nicuaj, «como», fitnucuépa. «vuel­
tales antepuestos a los pronombres que indi­
ves», íicnamá, «vendes», etc.
can posesión, por ejemplo:
Cuando estos vocablos o partículas se jun­ Ninufzufajhuac, «yo me canso»; Timuízufaj*
tan al sustantivo, llevan tácitamente implica­ huac, «tú te cansas»; Mufzufajhuac, «él se can­
do el verbo ser, en presente de indicativo, sa»; Mufzufajhuac, «ellos o ellas se cansan».
por ejemplo:
Estos pronombres son como sigue:
Nítéjlap.............................yo soy fuerte
Nínu........................................................... yo me
Titéjlap ............................. tú eres fuerte
Tímu.............................................. tú te
Quítéjlap ........................él es fuerte
Mu............................................................... él se
Nictéjlap........................... nosotros somos fuertes
Titu ...................,................. ..................... nosotros nos
Antéjlap.............. ........... ustedes son fuertes
Amu................................ vosotros os, ustedes se
Quíntéjlap........................ellos o ellas son fuertes.
Mu...................................... ......... ............ ellos se.
Pero cuando estas partículas o vocablos
Todos 1 os verbos son conjugables me­
se juntaren a nombres que empiecen con la
diante complicadas y numerosas reglas de la
letra i, los vocablos pierden la suya, por
gramática pipil. El verbo haber no existe,,
ejemplo: izfac, «blanco», que si lo unimos con
pero suplen esta falta empleando una forma
vocablos suplementales, resulta así: nizfac, «yo
especial que llena los oficios de aquél.
soy blanco»; quizfac, «él es blanco», etc.
Esta forma es empleando como auxiliar
En algunos casos cuando recae la acción
en algunos tiempos de la conjugación el vo­
dal ve rbo sobre un nombre propio de perso­ cablo quia, y en otros tiempos se sirven del
na o sobre el de distinción o jerarquía sagra­ vocablo ca.
da, a estas partículas o vocablos suplementa­
les se les pone como terminación la letra c, Algunos indígenas de Nabuizalco emplean
por ejemplo: nicnegui in Rosario, «yo quiero para suplir el verbo haber, la palabra Nentuya,
a Rosario»; o en este otro caso: nicfanehgui pero creo que ésto no es muy aceptable en.
in Tunanfzin, «yo amo a la Santa Virgen». la forma correcta de conjugar.
Por ejemplo, los nabuizalcos para conjugar el verbo ser o estar que se dice nica, lo bacen
abreviando el vocablo nica en ni, y tica en ti, así, conjugan de esta manera:
Yo soy ................... Naja ni................... en lugar de .................... Naja nicab ................... Yo soy
Tú eres................... Taja ti ................... en lugar de .................... Taja ticah ................... Tú eres
El es........................ Yaja ca..,.............. en lugar de.................... Yaja cab........................ El es
PLURAL
Nosotros somos... Nj. nicat............ . en lugar de .................... Nj. ticate ................... Nosotros somos
Vosotros sois........ Tj. ancat................ en lugar de .................... Tj. ancate ................... Ustedes son
Ellos son................ Yj. cat..................... en lugar de .................... Yj. cate ........................ Ellos son

El Verbo Niau (Ir)


SINGULAR PLURAL
Naja niau................... .................................. Yo voy Nejémet níaui .............................. Nosotros vamos
Taja tíau ...................................................... Tú vas Tejémet tiaui ... Ustedes van o vosotros vais
Yaj a íau ............. ....................................... El va Yejémet iaui .............................. Ellos van

El Verbo Venir (Uilzi)


SINGULAR PLURAL
Yo vengo................................................. Naja niuitz Nosotros venimos..................................... Nj. niuitze
Tú vienes...................... Taja tiuítz Ustedes vienen......................................... Tj. tiuitze
El viene ................................................. Yaja uítz Ellos vienen ............................................... Yj. uitze

Tengo la conjugación de todos los tiempos de varios verbos, pero sería prolongar demasiado
estos apuntes. Con estos ejemplos se tendrá idea de que al idioma pipil no le falta nada para
considerarse una lengua o idioma completo. (*)

El adverbio se expresa con las siguientes Anteayer............................. Yuipta


partículas: Entonces............................. Uc
Sí............................................ E, quema, quemaca Tarde .................................. Tiutac
No.......................................... Inté, A, te, ma Temprano .......................... Yubuactzíngu
Allí, abí ............................. Nepa, umpa, necbga Nocbe.................................. Yua, yubúac
Allá....................................... Né, uncan Después ............................. Eyubpan
Cerca ...........................,... Unízancbín, peleuía, pa Así ....................................... Yn
Lejos ................................... Huejca Sólo, solamente..............Zan, zanio
Aquí .................................. Nigan Más....................................... Miecpa, tec
Por aquí............................. Ganigan Mucbo.................................. Miac, tec, zaya
Para acá............................ Anic Poco...................................... Sbupi, sbupicbin
Dentro.................................. Ytic Muy....................................... Cenca
Abora, boy......................... Asbcan, asban, ashgan
Cuanto................................ Quezqui
Pronto, presto, luego... Nóman, icuica
Bastante............................. Miaczaya, tlan
Mañana ............................. Muxta
Demasiado ........................ Cenquizca
Pasado mañana............... Huípta
Mucbo.................................. Acbi
Ayer.... .............................. Yaluha
Nunca.................................. Aie, auquic
(1) NOTA.— Estos apuntes fueron escritos «n el año de
Quizá .................................. Anca, azu
1930, y no los quería publicar en este trabajo, pues me pare­
cían sin lugar, después que en el año de 1937 el Br. señor don Jamás.................................... Aubmu
Tomás Fidias Jiménez publicó su valiosa obra sobre idioma
Afuera................................. Isbcu
pipil, en la cual el estudioso encontrará la información necesa­
ria sobre dicba lengua. Debajo................................. Tan, tani
□RACIONES CRISTIANAS EN NÁHUATL

EL PADRE NUESTRO EN LENGUA PIPIL EN ESPAÑOL

Tutécu pal tejémet tinemi tic caltícpalsh, Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado chic sha mu tuquey. Sbibuí pal santificado sea tu nombre. Venga a nos en
tejémet tic mu reino. Sbíccba mu voluntá, tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tie­
quen nital quen ni caltícpalsh. Ni pan núpal rra como en el cielo. El pan nuestro de cada
mucbi ni diá; shineshmá áishcan, Tutécu; shi día, dádnosle boy, Señor; y perdónanos nues­
nejcha ñus deudas quen tejémet timúchat pal tras deudas, así como nosotros perdonamos
tejémet deudores; ma shigacágua tému ni tenta­ a nuestros deudores; y no nos dejes caer en
ción, tec shinéjcha librar pal senma mal. Amén. la tentación, mas líbranos de todo mal. Amén.

Dirigiéndose a Dios, dicen lo que sigue: Dirigiéndose a la Virgen, dicen lo que sigue:

EN PIPIL EN PIPIL
Tata Tutécu, Tutécu pa diush. ¿Ticneshnéqui, Tunántzin? Amén.

EN ESPAÑOL EN ESPAÑOL
Tata Dios, Dios te lo pague. ¿Me querés, Virgencita, Madrecita? Amén.

EL PERSIGNADO EN NÁHUATL

En los diferentes lugares en donde se Cusbé, cusbé, de la man Tusbé; comayaguá


babla la lengua pipil, es muy difícil encon­ motuté, builigüisbte manculía, Técu Tutécu.
trar la manera de signarse en lengua, como Mén.
ellos dicen, pues el persignado en náhuatl Ponemos aquí otra modalidad de persig­
casi se ba extinguido, y si se encuentra es en nado:
una forma bastante incompleta y defectuosa. Piñalis in cruz, misbi guatasbtagua, nibui-
Pero deseando dar el dato folklórico de quil ni huacal, Señor enriqueríumaca, push
cómo lo hacen ahora, aunque sea incompleto pu túrin guamén.
y defectuoso, es como sigue: Curusbé, curusbé, caitule matushé. Amén.

EL SALUDO DE LAS COMADRES

EN NAHUATL EN ESPAÑOL

¡Sacramento del Altar! ¡Sacramento del Altar!


Nu cumále, ¿quen tínéntuc?, ¿tinemítuc Mi comadre, ¿qué tal ba estado?, ¿cómo
yec? se encuentra?
Mu persona yecnémí; sbupinúzan nu cu­ Yo bien; sin novedad, para servirle, mi
mále. comadre.
Níábua nu cumále, velebesencía, tímuib- Adiós, mi comadre, me voy, con permiso;
tazquet. nos veremos después.
CANTOS DE CUNA EN LENGUA NÁHUATL - PIPIL

SHICÚSHI HU CUHAT CANTO DE CUNA


Shicúshi nu cúnaf Dormife, niñifo,
Nicpía fey nicsha, Que fengo que hacer,
Nic pacca mu cincuey, Lavar fus pañales,
Ni mu falía ni faczuma, Senfarme a coser.

Shicúshi nu cúnaf, Dormife, niñifo,


Tzunfécun úyuf, Cabeza de ayofe,
Azunfé ficushi, Si no fe dormís
Méxcua ne cúyuf. Te come el coyote.

Arrurrú nu cúnef, Arrurrú, niñifo,


Nieu palca cújían, Voy para el monfe,
Nicasi mufécu Al alcance de fu papú
Guan ni almuerzo. Con el almuerzo.

Afzuníé ficushi, Si no fe dormís


Nigan nacca mumano, Aquí queda fu hermano,
Ca mefz ijpia, Quien fe va a ver
yahui mefz macea. y fe va a pegar.

La india madre, cuando ya está dormido su Bajito, lo acuesta y le canta en náhuatl lo que sigue

EN NAHUATL EN ESPAÑOL
Shugua, ningio lindu, shúchif canelu, Adiós, niño lindo, flor de canelo,
Iguan mu pucheche finejehufue namurar, Con fus pucheros me has enamorado,
Manel niunic feshfequi niunimeízi guica, y aunque sea robado fe he de fraer
Semu fijlachin ishcúfuc. Un pollo asado.

Y al despertar el niño, le canta, cogiéndolo en los brazos, lo que sigue:

EN NAHUATL EN ESPAÑOL
Shiqui, shigui, shigui, Ven, ven y vengas,
Tínu majeul nu númic, A mis brazos, mi vida,
Machiccha crer azupal ni mefzmaca nu númic, No creas que es para pegarte, mi vida,
Sunfé pal nimetzi ma semu chifus. Sino para besarte.
ALGUNAS FRASES EN PIPIL-NÁHUATL
EN ESPAÑOL EN PIPIL
¡Qué hermosas flores tienes tú!............................. ¡Qué mujmuzapilsb ni sbúcbit tícpíac!
Las he traído del monte............................................ Nalguicátuc tic cojtan.
¿A dónde se £ué?........................................................... ¿Can cayajqui?
Para el río.......................................................................... Caápan.
Mira este papel................................................................ Shiguita ni amat.
¿Cómo te ha ido?........................................................... ¿Quen tíajtuc?
Ven aquí, hombre........................................................... Sbiguí ganigan tácat.
Anda ai) á, mujer ........................................................... Sbinesnemía cihuat.
Recuerdo cuando £uí al campo ............................. Niguel namiqui queman niajquí cojtan.
Entonces yo paseaba ................................................. Queman ni pacbalúa.
Vengo a una molestia: que me prestes dinero Niguis ni mejcba molestar ti nesbnaguiltía
para pagar una deuda....................................... tumin pal nictasbtagua níguiquilía.
¡Hombre! No hay dinero; si hubiera, te pres­ ¡Tácat! Tíana tumin, azunentusquia nimetz
tara; pero ven, concluido este mes, enton­ teneguíltía; niguis cumplir ni mes, anca
ces te prestaré ...................................................... ni metz taneguíltía.
¿Tienes madre?................................................................ ¿Tícpía munan?
Sí tengo ............................................................................... Ej nicpía.
¿Vamos a beber agua?................................................. ¿Tiaguit tíquit at?
Voy a dormir..................................................................... Nia u nicucbi.
Dame un sombrero ................... ................................ Sbinetzsbrrá se sbumpe.
¿Vamos al monte?........................................................... ¿Tiaguit cojtan?
Luego va a amanecer ................................................. Néman yu tatzgui.
Los pájaros cantan ........................... ........................ Neguilut tacuica.
Vamos a bañar al río ................................................. Tiaguit timaltiat.
Luego vamos a venir ................................................. Néman tiu tíguiset.
El sol se está poniendo ............................................ Ne túnal mutalía.
Pronto va a ser de nocbe ....................................... Néman yu cunyugua.
Eres hermosa como la luna..................................... . Ti muzapilsh quen tunantzin.
¿Vamos a traer agua? ................................................. ¿Tiaguit calica at?
¿Vamos al río? ................................................................ ¿Tiaguit cápan?
No quiero .......................................................................... Te nicnécqui.
¿Quieres trabajar? ............................................... ,... ¿Ticnecqui ti tequiti?
No, porque me cansa el trabajo............................. Inté quen necbtzutajbuac ni tequit.
El monte se está quemando .................................. Niu cojtan táta. v
¿Vamos a apagarlo?...................................................... ¿Tiaguit tic seguiat?
Ya vino ............................................................................... Hualajquía.
Ya se £ué .......................................................................... Yajquiyá.
Quiero bañarme ........................................................... Néqui maltia.
Venga acá .......................................................................... Xihuí ganigan.
Mi mamá .......................................................................... Nu na, nunan.
Mi papá............................................................................... Nu tá, nu tat, nu técu.
Su bija ............................................................................... Mu cibua-cúnet.
El bijito................................................................................ Ne cunejcbin.
Los niños .......................................................................... Né cucúnet.
Vamos allá.......................................................................... Tama gané.
No te vayas ..................................................................... Má xu.
Me voy porque viene el agua .......... .................. Niábua quen buitz né xúpank
Ya no llueve........................................................ ............. Inté xúpan áxan.
Lo dijo él ........................................................................... In ac yája.
Ya se durmió el niño................................................ Cuchquía ni cúnet.
EN ESPAÑOL EN PIPIL
Los niños se ríen........................................................... Ne cucúnet’ buetzcat.
Mi dueño ........................................................................... Nu tecuyu.
Para el dueño ................................................................. Pal ítecúyu.
No me digas ..................................................................... Ma xiguilí.
Quiero dormir ................................................................. Nicuchijquía.
Ya se lo avisé ................................................................. Nicna buatíjquía.
No me dijo nada ............................................................ Intácta necbílí.
Téngo dolor de estómago ........................... ,......... Necb cocúhua nuhuíjtí.
Me gusta mucho ........................................................... Necb buelíta saya.
Si vienes, te voy a pegar............................................ Su tí buítz’ niu nimetzmá.
Los niños están jugando, pero ya van a dormir Ni cucúnet’ mabuiltía, pero ya huíta cúcbi.
Tiene ojos muy bonitos ............................................ Quípía íjix galancbicbín.
El se fué para el monte............................................ Yaj a yajquiya ca cójtan.
El sol quema mucho ................................................. Ni túnal patactacbía.
Los niños lloran cuando tienen hambre y frío Ni cucúnet chúcaé’ca quípíá mayau huan cécec.
Ayer temprano................................................................. Yalúa capéina.
En la mañana ................................................................ Ca talhuí.
Está bien ........................................................................... Yaca.
No tengo miedo................................................................ Ma ximajmáhuí.
Tu cabello es negro...................................................... Mu zuncal tzajtíc.
Ninguno................................................................................ Tiáca.
Dame un abrazo ........................................................... Sbinasbinapálu.
Yo quiero comer ........................................................... Naja nequi ni tácua.
¿Vamos a cortar caña?................................................. ¿¡Tiaguit tí tzucua uhuat?
Yo bago una casa........................................................... Naja niccha se calsb.
La joven tiene un guacal pintado........................ Ne cibuápil quicpía buajcalsb ca cuícuil.
Los labrados me gustan................... ...................... Ne pétzulsb néjsba uelita.
Los ladinos no son buenos....................................... Ne mulatos íntéyec.
La tierra es para el hombre.................................. Netál pal tácat.
El río es para todos...................................................... Ne at pal tumucbi.

Voy a comprar un tercio de tule, para hacer Núni cua sí tercios nu túlen, palnícsban
un petate, para irlo a vender y comprar ninúpet, palniábu ni namaca palnicúa
un poco de carne para comer con mis médius nunácau, palnicuabuán núpila-
muchachitos. huan cbicbín.

Sí yo hubiera sabido luego, no hubiera ve= Azu naja nic mati néman inténíguítz
nido con usted. muguan.
No es nada lo que me das para comprar mi Intaccazan tey tinecbima pal nicua nupajyu.
medicina.
No quiero que me digas nada, porque ya no Inteya nicnéqui machinecbili tacca, quen
te quiero. ínteya ni metznéquí.
Ya me voy pues............................................................. Ni agua tel.
Andate pues....................................................................... Sbugua tel.
INSULTOS ENTRE INDIOS
EN ESPAÑOL EN PIPIL
¡Gasa vieja! (Este es el peor insulto que se le ¡Cal pala!
puede dar a una mujer vieja; es una
ofensa para las indias).

¿Qué no te acuerdas quién te dió su pecho ¿Quen inté tiguelmaniqui ca metz mac mu»
para que crezcas, para que ahora que ya chicbigual, pal tiqueya asbcan quetcati
estás grande me abras la boca como si guey ni muten tic tapugua nujpac casu
fuera de tunco? iten cuyámet.

¡Cara de chucho! No es así no más que tenés ¡Híshcalyu pelu! Inté quen sau ticpía ni mu
la cabeza grande. tzuntécun guey.

Si tu madre y tu padre no te ban castigado, Azu núnan guan mutécu inté metzi matuc,
yo te voy a enseñar cómo se conoce dónde naja niau ni metzílguitía quen tic guisbi-
está Dios, para que no bables grandes matí can némi Tutécu, pal inté títaquetza
palabras. gueguey tagtul.

Oídos de conejo ............................................................ Nacastushte.

LEXICO DE LA LENGUA PIPIL-NÁHUATL

EN ESPAÑOL EN PIPIL L EN ESPAÑOL EN PIPIL

Abajo............................................ Tañí. A mí............................................. Tecbga.


Arriba ....................................... Ajcu. Abeja............................................. Chumelu.
Abuelo ....................................... Itatanuy. Abrir............................................. Tapui.
Abuela ....................................... Nuya. Abierto........................................ Pujítuc.
Ahora ....................................... Hasbcan. Abrazo ....................................... Napaluj-hualízti.
Abalorio .................................. Cúzcat. Abrazar....................................... Napalúhua.
Abismo ...................................... Ustut. Abandono................................... Cajuní.
Abarcar....................................... Náhua. Abrevar....................................... Cuni.
Acá................................................. Nigan. Acabar ....................................... Tami.
Acercar....................................... Tzinguijshíí. Acariciar .................................. Tanejgui.
Acido............................................ Sbucu. Acostarse .................................. Mutejga.
Acurrucar.................................. Cuyulu. Adentro....................................... Calijti.
Adiós (despedirse) .............. Shíagua. Adivino....................................... Nabuálsbr.
Adolescente (mujer).............. Cibuápil. Adolescente (bombre)......... Uguíshpilsbr.
Adiós (quien contesta) ... Niahua. Adorar, reverenciar.............. Pacbu.
Acostarse .................................. Nimuteca. Agregar...................... ................ Ticentalía.
Agua ............................................ A, At. Aguado....................................... Ayu.
Aguacate .................................. Náguacatl. Afuera ....................................... Isbrcu.
Adornar....................................... Shepu. Agilidad........................................ Cujuali.
Aguardar .................................. Tejchia. Aguila ....................................... Gapataníbuejga.
Ahí................................................. Nepa, umpa,nechca Allí................................................. Necbgapa, Necbga,
[Nechcapa.
Abora ....................................... Ashan, Asbcan. Aire ............................................. Ejécat.
Alba ............................................ Yuhuatzingu. Al .................................................. Ca, Ga.
Alas ............................................ Inyajtag-palsbr. Alargar ....................................... Pataj=bua.
Alabar, venerar ................... Mauiztilia. Alcalde ....................................... Ala=huaz.
Albura, blancura................... Iztacáyút. Alegre ....................................... Papajguit.
Alegría ....................................... Tepajtí. Alfombra, estera................... Petát.
EN ESPAÑOL EN PIPIL EN ESPAÑOL EN PIPIL
Altar ............................................ Mumúzti. Allá ....................................... Neua , ne, urna, uncan.
Allí................................................. Ne, Nepa, Umpa. Amanecer ............................. Yutajhui o Tatzguíca.
Amar........................................... Tanejqui. Amigo, compañero ......... Cumpa.
Anciana....................................... Ijlámat. Andar...................................... Nejnémi.
Anciano...................................... Chúlej, Shulej. Ancho ................................. Patagua.
Algo ........................... ..............Teya, Te. Ajeno........................................ Tépal.
Amargo....................................... Chichic. Amarillo .............................Tepítin.
Alegre ....................................... Papahquit. Animar .................................. Neyultía.
Anochecer.................................. Tayujhuaqui. Antojo .................................. Cinque.
Anona ....................................... Tecúculshr. Antes........................................ Ishrcu.
Anudar ....................................... Mamujilpi. Añil ....................................... Jiquilít.
Año ............................................ Shibuit. Atar ....................................... Telpiá.
Alzar............................................ Q uiana. Atizar el fuego.................... Sbi=g=un«tuguí.
Andar (¡anda!)........................ Sbú. Armado................................... Nápesh.
Ardilla ....................................... Mutujtzin. Arbol........................................ Cuáguit.
Ap agar ....................................... Cebuica, Quicenguí Aparecido ............................. Cujúc.
Apear............................................ Temujl=ti. Apoyo........... ........................... Tepútze.
Apurar ....................................... Nejl-gui. Aquí ....................................... Nigan, Gach.
Aquel............................................ Ané, Yéguat. Arado........................................ Cucháj-cul.
Anteayer .................................. Uihpta. Apretado ............................. Tejtic.
Arco ............................................ Cumátulsbr. Arder......................................... Tlata.
Arriba ....................................... Acu, ípac. Arroz......................................... Pipilnatzinti.
Arrojar ....................................... Migma. Así........................,.................. Yn.
A solear ....................................... Tunalguía. Atacar .................................. Maga.
Atar ............................................ Telpiá. Aurora .................................. Taztalut o Taztbui.
Ave ............................................ Tútucb. Ayer ....................................... Yalúa.
Ayudar ....................................... Paleguía. Azul ....................................... Shusbrúctic.
Avisar......................................... Nabuatía. Avaro....................................... Tecucu.
Avispa ....................................... Mimiábuat. Aquel....................................... Ané, Yébuat.

Bailar............................................ Míjtutía. Baile ............................................ Mijtutili.


Bajar............................................ Temu, Temulti. Balsa ............................................ Cayucu.
Bacía ........................................... Cajít. Bañar............................................ Maltiá.
Barquía ....................................... Calnua. Barrer ....................................... Uchpagna.
Barro............................................ Talcupilíhui. Bastante....................................... Miac, zaya, acbi.
Bálsamo,...................................... Ujsbit. Batea ............................................ Cusbícalshr.
Batir ....................................... . Pata. Bastón ................................ ,... Tacuzuni.
Beber............................................. Q ui, Cumi. Besar................................ ,.......... Chítus,Tenamijquí
Bien ................. ;..................... Uelj, Yejc. Blanco ....................................... Iztac.
Blando ....................................... Yamánic. Boca ............................................ Ten.
Bocado ....................................... Tutulu. Bola ............................................. Cume.
Bonito ....................................... Yehsbutzin. Borracho .................................. Atine.
Bosque ....................................... Cuabutlan. Botar............................................. Tamina, Tajgali.
Brasas ....................................... Náshrtat. Brazo............................................. Mágculshr.
Brasero ....................................... Tecúnalsbr. Brincar ....................................... Tzicuinia.
Brujo............................................ Nabualsh. Bueno.......................................... Ujlic.
Bruja............................................ Iglámat. Buen ....................................... . Yejc.
Burro............................................ Yaj. Buscar ....................................... Temuá.
Bravo............................................ Cualani. Bótalo............................................ Sbi=c=tajcali.
EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL

Cabaña india .............. Zacalsbr, Tabuípantí. Cabellos ........................ Uej=uey tzunjtzúncalsbfc


Cabellera ........................ Tzúngalshr. Cabeza ............................. Tzuntécum.
Cacao .......... ................. Cacáu. Cactus, tuna................... Ténucb.
Caer .................................. Huétzi. Cajete ............................. Cajít.
Cal....................................... Téneshr. Caliente............................. Tutúnic.
Calentura........................ Cuculizti. Calentar ........................ Tutunia.
Calabaza ........................ Ayut. Calzón ............................. Zala.
Calle.................................. Zulalsbr. Callar ............................. Macag=ua.
Callejero, andariego... Nejnémi. Cama.................................. Tápech, Tapexcu.
Compañero,camarada.. Cumpa. Camisa ............................. Guemit.
Caminar ........................ Nejnémi. Camino............................. Ujti.
Caminito, vereda......... Pashtí. Camino Real................... Ueyujti.
Campo, llano................... Ishtlan. Camarón ...................... Cbacájlin.
Canasto............................. Cbiguijuít. Cantar ............................. Tacuijca.
Canción............................. Tacuijcali. Cantante ........................ Tacuijcani.
Caña.................................. Ujuat. Caña de maíz .............. Zincuyút.
Cara .................................. Ajayágat, Cajcama. Carne ............................. Nágat.
Casa .................................. Calshr, Cban. Caza .................................. Amili, Peg-uili.
Cazar.................................. Amí, Peg=uilí. Caña, carrizo .............. Acat.
Ceniza .......................... Neisbtí. Cera .................................. Mácacb.
Cerca (adverbio)......... Pelehuía. Cerdo ............................. Cuyámet.
Cerdo de monte ......... Cujtán « Cuyámet. Cerro, loma ................... Tépet.
Cima.................................. Tzumpa. Cinco.................................. Mácuilsb.
Cinta, faja....................... Masbtat, Pesbá. Cintura............................. Cíncujcu.
Claridad ........................ Tábuilsbr. Cobija ............... ............ Néjcuen.
Colorado ........................ Cbícbil. Collar ............................. Múcuz.
Comer ............................. Cuá, Tácua. Comida............................. Tacuali.
Cómo.................................. Quen, Tey. Comprar ........................ Ticua.
Conejo ............................. Tusbti, Cítin. Color.................................. Cuicuil.
Cocinar............................. Tamajna. Coser.................................. Tatzuma.
Contar ............................. Púa. Conversar........................ Nutza, Taguétza-
Coral..... ............................ Acuate. Copal........................... ... Cúpalsh.
Correr ............................. Mutalúa o Mutalubua. Cangrejo ........................ Tecuízit.
Carago ............................. Carábu. Comal ............................. Cúmal.
Cercar ............................. Cújlal. Cotuza ............................. Cutuzan.
Cuzuco ............................. Cusbucu. Culebra............................. Cúat.
Corazón ........................ Yulu. Coyote ............................. Cúyut.
Criatura ........................ Nabuatíle. Cruzar ............................. Patilu.
Cruz .................................. Cuícb, Cútic. Cuando............................. Queman.
Cuatro ............................. Nahuí. Cuarenta ........................ Umepuálsbr.
Cuatrocientos .............. Tzunte. Cuerda ............................. Mécat.
Cuerpo ............................. Nacayut. Cuerno............................. Cuacuág=uilsb-
Cuna.................................. Cúzulsb. Cuchara............................. Tauaguantzin.
Curandero ................... Tapahtiani. Curar.................................. Pahtiá.

< OH

Chato.................................. Yacachápacb. Cheje.................................. Cbicútzin.


Chinche............................. Tamáyat. Chinchín, sonaja......... Aiacachti.
Chispa ............ ................ Títmúyut. Chucho............................. Chuchu, Chichi-
r>
£N ESPAÑOL EN NAHUATL ÉN ESPAÑOL EN NAHUATL
Danta.................................. Shrúlüt. Danza ............................. Míjtutili, Tucunti.
Danzar, bailar.............. Mijtutia. Dañar, hechizar ......... Tushrúsha.
Dar .................................. Taüculi, Maga o Quima. De (preposición)......... Pal, Ca, Auj.
Debajo ............................. Tan, Tani. Decir.................................. Ibna, Uilia.
Dedo................... ............... Pilshr. Dame.................................. Sbinetzmá.
Defender ........................ Inté-ajcau. Del....................................... Ga.
Dejar.................................. Nigagcaü o Cajcahua. Delante............................. Ishcu.
Demás ............................. Catee. Desangrar........................ Tanezu.
Descanso ...;................. Cejna. Descansar...................... . Cejnia.
Desear ............................. Nejgui o Nejqúi. Despedir ........................ Palegue o Paleque.
Despertar........................ Ibtza, Isbatía. Decir.................................. Ihna, Uilia.
Destruir............................. Pulug=a. Detrás ............................. Campa, Icampa, Ipan.
Día....................................... Ilbguit. Diez .................................. Matajti.
Dinero ............................. Tumin. Diente ............................. Tan.
Dios .................................. Teut, Tiut, Nü = tecü, Dientes............................. Mútan.
[Tetecu, Tutatzin. Doce .................................. Matajtiumume.
Detrás ............................. Camuipan. Donde ............................. Can, Queman.
Dolor.................................. Cucuashrcualí o Cucúá. Dos .................................. Ume.
Dormir ............................. Cucbí. Dueño ............................. Itecuyu.
Duende............................. Cuyabua. Delante............................. Camúshpan.
Dominar ........................ Malcucbi. Dulce.................................. Tzupélec.
Duro................................. Tecuáj’guaj, Duelo.................................. Cue.

K
El (pronombre).............. Yaja. Eco .................................... Cuyagua.
El (artículo)................... Ne. Echar.................................. Unu.
Ella .................................. Yaja. Ellas, Ellos ................... Yejémet.
Elocuente........................ Tlatuani. Empujar ........................ Tujpegua.
En....................................... Itic, Pan, Tecb. Enagua............................. Cuéyet.
Encima ............................. Icpac, Pa. Enamorar........................ Nenejqui o Nenejgui.
Engañar............................... Shrishricúa. Enfrente ........................ Isbrpan, Ishrcu.
Entonar............................. Tacuijga. Envejecer........................ Cbulejtia.
Escarabajo ................... Atetépiz. Escoba ............................. Utzpan.
Espalda............................. Cúpac. Espiga ............................. Miagua.
Espantar ........................ Muti. Esperar............................. Chiá.
Esposa ............................. Ciguan, Cuel. Esposo ............................. Shalejyu.
Este .................................. Ajini. Estera ............................. Pétat.
Esto, eso ........................ Ajuni. Estrella................. ........... Cítalsb.
Estómago ........................ Yulizcu. Excavar, escarbar....... Mutuca.
Estaca ............................. Tacuzuni. Extender ........................ Patagua.

ir

Familia ............................. Miacajguan. Fallecer............................. Micqui.


Feria .................................. Ilguit. Flor .................................. Sbúcbit.
Frío .................................. Cecee. Fruta.................................. Tajguisbr.
Frijol.................................. Ejut. Fué .................................. Eyajazan.
Fuera.................................... Yaz. Fuego ............................. Tit.
Fuente ............................. Ate. Fuerza ________________ Táínnl<5
O
EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL

Gato .................................. Míshrtun. Garza.................................. Aztat.


Gallo........................... ... Uguíchtíjlan. Gavilán............................. Cuicb.
Gente ............................. Tágat. Garrobo............................ Cúque.
Garganta ........................ Túzcac. Guacal .............................. Guájcalsh.
Girar.................................. Cuepa. Golpear.............. ............ Cbalúa.
Golondrina ................... Meméjan. Gordo ............................. Tumaguaya.
Grande............................. Uey, Guay. Grano de maíz.............. Tagbuíal.
Gritar ............................. Izajci. Guara ............................. Cuezáshin.
Guarida............................. Cban. Guardar.............. .............. Calpiá.
Gusano............................. Ucuilin. Guayaba ........................ Chalúcut.

II

Haber ............................. Unca, Zalcuí. Habitar............................. Nemi.


Hacer.................................. Cbiua, Tai. Hablar .............................. Taquetza, Tatúa.
Hacía.................................. Uic. Hacha ............................. Tatecuni.
Hallar ............................. C aci. Hambre............................. Mayana.
Haz .................................. Tzun, Tzunte. Hechizar ........................ Tajchvuía, Tesbrusbra.
Hechizo............................. Cutzcuat. Herir................................... Nezu.
Hermano ........................ Manu, Pí. Hermosa ........................ Musápilsbr.
Hija >................................ Cib uatélpuch. Hijo .................................. Télpuch, Cúnet.
Hoja .................................. Izguat. Hombre............................. Tácat, Uguich.
Horcón ............................. Talquezálsh. Horrible ........................ Tasbrazca.
Hoy .................................. Asban, Niatúnalsb. Hormiga ........................ Tzícat, Aztat.
Huevo ............................. Tejxiz. Hule .................................. Ulli.
Humo ............................. Pucti. Huir ................................... Cbulúa, Yajquí.

Ir.......................................... Iau, Jamaca. Ida........................................ Iaulí.


Idear.................................. Taneltuca. Ira........................................ Nuzumalí.
Iracundo ........................ Isbtunebua. Igl esia ............................. Cápulsb.
Incienso.. ........................ Cúpalsh. Incensario........................ Apazcúpalsb.
Insecto ............................. Zayuiín. Interior................. ......... Ijti.
Iguana ............................. Ucélut. Izote .................................. Eptzut.
Invierno ........................ Sbupanta. Iluminar ........................ Tima, Tata.

Jarro .................................. Tzutzúculsb. Jade ................................... Cbalcbiuít.


Jaguar ............................. Tacuani. Jardín .............................. Sbujsbruchítalsbr.
Jefe .................................. Pipilsb, Tetecu. Jicara................................... Sbrígalsb.
Jocote.................................. Cilúcut. Joya ............................ ... Cúzgat.
Juguete............................. Aguilte, Aguilsh. Jóvenes.............................. Piltzinmet.
Jugar.................................. Mahuiltiá, Patúa. Junto................................... Cenegmi.
EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL
Labio.................................. Tensbípaísb. Labor ............................. Milsb.
Lad rón ...................... Pusbteca. Lágrima............................. Izáyut.
Lagarto...................... .. Acugue, Tatuluguíaní.. Lagartija ........................ Cuisbrin, Nashrílín.
Laja .................................. Teju. Largo.................................. Uéyac, Cujti.
Lanza ............................. Mit. Lavar.................................. Tapaca.
Lazo ........................ ......... Mécat. Lecho ............................. Tápecb.
Lejos.................................. Uejga. Lengua ............................. Nég=pilshr.
Leña .................................. Cutzintzin. Limpiar............................. Petztíca.
Lo ....................................... Igqui. Loma.................................. Talcbalúyan.
Loro .................................. Tuznene. Los, las............................. In.
Lucero ............................. Cítalsb. Lugar ............................. Ca, cu, can, yan.
Lumbre, fuego.............. Tzínajga, Tit- Luna.................................. Mezti.
Luminoso........................ Tauíla. Luz .................................. Múzcut, Táuilsbr.

Llama ............................. Tilshr, Telsbr.. Llamar ............................. Nútza, Tenutza.


Llanto ............................. Cbugani. Llorar ............................. Cbuga.
Lluvia ............................. Shupanta. Llover ............................. Juetziniá.
Llenar ............................. Tegma. Llegar ............................. Ualau, Ací.

Madre ............................. Nana, Nantzin. Mercado ..#................... Tiánguíz.


Madera............................. Cuáguít. Mía, Mío........................ Nu.
Magia ............................. Sbrusbra. Miedo ............................. Maguí.
M amar ............................. Chícbí. Metal.................................. Tumin, Macacu.
Mano de piedra ......... Metápilsbr. Mirar.................................. Uita, Uísbrta.
Mañana (adv.) .............. Muzta. Mojado............................. Ajui.
M ás .................................. Shupínic, Igpan. Montar............................. Cutejcu.
Mapache ....................... Mapáchín. Morder............................. Itancua, Tencua.
Matar ............................. Tagatíca Mictia. Morro ............................. Cushrícal.
Menear............................. Ulíní. Mover ............................. Ulína.
Mezcal ............................. Uapágbícb. Muchacha........................ Cíguápilsb.
Mí, Me............................. Necb. Muchachita ................... Ciguapílcbin.
Mico.................................. Mico, Usama. Mujer ............................. Cígua.
Madeja ............................. Cílcuya. Moler ............................. Titzi.
Maestro............................. Cunépa, Cunepán. Mono.................................. Machi.
Maíz .................................. Tzíntí. Monte ............................. Cójtan o Cujtan.
Mano.................................. Mey, May. Morir.................................. Miguí o Mícqui.
Manta ............................. Cuasbrti. Mosca ............................. Ishrcuich.
Mañana (sust.).............. Taneci. Movimiento, comoción Usbrlin.
M asa.................................. Tízti. Muchacho.,..................... Uguíshpilshr.
Marido ............................. Ishrulejyu. Muerte ................. ......... Can, Míquízti.
Me....................................... Noch. Música ............................. Tatzutzúnat.

K
Nacer ............................. Nejtzi. Ni (negación................... Nan.
Nada.................................. Inteaca, Tacta. Niña .................................. Cibuapíltín.
Nariz.................................. Yac, Yaca. No....................................... Ma, Te, Inté.
Neblina............................. Ayábuít. Noche ............................. Yúa, Tayugua.
EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL
Nube.................................. Mígztí. Niño ................................... Cúnet, Pilsbr.
Nueve ............................. Chichunnahui. Níspero .............................. Muyútzáput.
Nacido ............................. Néjtzíc. Niztamal ........................ Neisbrtámalsb.
Nadie ............................. Tiaj=ca. Norte................................... Gajcuípca.
Naranja............................. Lala. Nublado ........................ Tacqigzténtuc*
Negro ............................. Cuzma, Tilde. Nunca ............................. Tequéman.
O
Obscuro ........................ Tacumi. Ocaso ............................. Calaguitunalcan.
Ocultar............................. Quínashgui. Ocho................................... Cbicuei.
Ofrenda ........................ Tumin. Oir........................................ Guqui o Quecui.
Ojo .................................. Isbrtu. Oler ................................... Guynécui.
Olor .................................. Céyuc. Olote................................... Ulut.
Olla .................................. Cúmit. Once................................... Matajtiunce.
Oreja....... ,......................... Mácaz, Ijcbin. Orilla ............................. Tenpa, Tenpan.
Oráculo....... ................... Tunalámat. Otros................................... Ug=gui, Ujqui.
P
Padre ............................. Tata, Tatzin. Pulga................................... Técpin.
Pájaro ............................. Tútut. Puerco, Tunco.,........... Cuyámet.
Palma ............................. Zúyat. Pues ................................... Tel.
Paloma ............................. Tatacuiganicbin. Píes ................................... Mucsbi.
Panteón............................. Mita, Mictlán. Pupila ............................. Zantijyu.
Pagar.................................. Tasbrtagua, Tagui. Para „................................. Táipalshr.
Paja .................................. Tzácat, Zúyat. Pared del rancho......... Taguipanti.
Palabra............................. Tentij. Pasear ............................. Pashalúa.
Pan .................................. Tásbcal, Tecbmunegui. Paso ................................... Tan.
Pantalón ........................ Zala. Pascua flor ................... Cujta.
Papa (gran Sacerdote) Teuti o Tecti. Pavo montés................... Tutulín.
Papel.................................. Amat. Pegar, castigar.............. Cuítegui.
Partida, Viaje .............. Egua. Peine................................... Tzúcuatz.
Pasar.................................. Panuía. Peñasco............................. Apa, Tapétat.
Pasado mañana.............. Cuipta. Perdido............................. Púluc.
Pava .................................. Cújzul. Perseguir ........................ Tatujga.
Pedir.................................. Nuni. Pescado............................. Micbin.
Pelo .................................. Tzúncal. Peste................................... Cucúliz.
Peña .................................. Tepísbrit. Perico ............................. Chucuya.
Perder ............................. Púlu. Panal................................... Meimiahuat.
Pereza ............................. Tatzigui. Pegamento ................... Cbauti.
Persona............................. Tágat. Piedra ............................. Tet, Tel.
Pescar ............................. Tatama. Pierna .............................. Neczcuyu.
Petaca ............................. Tumpíat. Piojo................................... Atin, Aatímet.
Parar.................................. Muquetza. Pereza ............................. Tisbcuit.
Perro.................................. Izcuinti. Pluma ............................. Ijguit, Iyugmíu.
Pie....................................... Ieshri. Poder........................ .......... Uejli.
Piedra de moler......... Métat. Pollo................................... Tijlacbin.
Pino .................................. Ucut. Prestar ............................. Tequegua.
Pito de caña .............. Acatpizti. Principal ........................ Pipilshr, Tecuyu.
Platicar............................. Tajtuquetza. Pronto ............................. Nemaná, Neman.
Poco .................................. Shrupí. Puente ............................. Cuagupanti.
Polvo.................................. Teute. Puerca, tunca .............. Ciguacuyámet.
Poner ............................. Nictalía. Puerta ............................. Tápech.
Poner ............................. Tali. Pulsar, tocar................... Matuga.
Probar ............................. Tatúa. Pequeño ........................ Cbiquític.
Pueblo ............................. Techan. Puro ................................... Iyet, Iyat.
Q
EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL
Que (pronombre)........ Tey. Quedar............................. Najga.
Quemar............................. Tagtí. Querer ............................. Nejqúi.
Quien ....... ..................... Can. Queja ............................. Nematilí, Necbugali.
Quince ............................. Cashrtule. Quitar ............................. Quizlili.
Quieto ............................. Titigu. Quinto ............................. Macuilpa.

R
Racimo ............................. Ucbúlsb. Rajar.................................. Tzayajna, Cutupana.
Ra ma................................. Camájculsb, Zálan. Rana .................................. Cálat.
Rancho ............................. Zácalshr. Rata .................................. Tuzan.
Rayo .................................. Tajtatzinilizti. Recolectar el maíz ... Tapishzca.
Rebozo ............................. Mújcuat. Recibir ............................. Quijcuí.
Recto....... .......................... Míntic. Refajo ............................. Cuéyat.
Regadillo ........................ Apante. Regar... ........................... Atcelía.
Regalar............................. Tancujli. Regresar ........................ Cuepa.
Reír ..,............................. Huetzca. Rendir ............................. Mamanqui.
Responder........................ Tajtabua. Reventar ........................ Punía, Tani.
Ribera ............................. Atenpa. Rincón ............................. Shúmulsb.
Río....................................... Apan, Ajat, Can. Risa .................................. Uetzcat.
Rocío.................................. Ajgucb. Rodar ............................. Milúa.
Rodear ............................. Ñaua. Rosa, flor........................ Shúchit.
Rojo .................................. Cbíltic. Ropa .................................. Cuesbpásbra.

«S
Sabio.................................. Tulteca, Cunepa. Saber..,............................. Mati, Cunepane.
Sacar.................................... Quistiá. Sacrificio ........................ Tiztemuá.
Sahumerio, copal......... Yet. Sacudir............................. Tzulu.
Sal......................................... Iztat. Salir, ir............................. Quiza, Alquiza.
Saludar............................... Tanpalu. Sandalia ..............>........ Cacjti.
Santa Virgen Madre... Tunantzin. Sapote ............................. Tzáput.
Sarta, collar..................... Mucuz. Sapo .................................. Tamátzulsbr.
Secar.................................... Uajqui. Seguir ............................. Iztu.
Seis .................................. Mélac. Sembrar ........................ Tatujga.
Sentar ............................. Taliá. Sentir ............................. Majtí.
Señor.................................. Nutecu, Tutécu. Señora ............................. Nantzin.
Ser....................................... Nemi, Quena, Ca. Servir ............................. Yecultia.
Serpiente ........................ Cúuat. Sereno, rocío .............. Ajcucb.
Si ....................................... Ecb. Sin....................................... Inte, Mánel.
Siete.................................. Chicóme o Chicume. Siéntese............................. Chimutalu.
Siembra ........................ Táj-igali. Silla, taburete.............. Cuícpalsbr.
Sobre.................................. Pa, Icpac. Sobrino (mase, y fern.) Mach, Pilutzína.
Sol....................................... Túmal. Solear ............................. Tatunalhui.
Sembrar ........................ Tatuhga, tuca. Sentar ............................. Taliá.
Solo .................................. Tcelsbr. Sólo .................................. Cema.
Sombra............................. Yu, Muyecajyu. Sombrero ........................ Shurope.
Són (que se baila) ... Tamictujtiaya. Sonar, música .............. Tectzutzuna.
Soñar.................................. Temijgui. Soplar el pito de caña Acat-ishpitza.
Suave ............................. Yamánic, Yúlic. Subir.................................. Tejcu.
Subir al cerro.............. Tepetzaya. Su, sus............................. Ni, I.
Sudar.................................. Tunia. Sucia................ Sbrule.
Suelo.................................. Talchíjgua. Suyo .................................. Tu, I.
TT

EN ESPAÑOL EN NAHUATL EN ESPAÑOL EN NAHUATL


Tabla.................................. Cualtápalsh. Tabaco .............................. Yet.
Tamal ............................. Nacayámal. Tambor............................. Huehuet.
Tambor grande.............. Bombu. Tamborcito pequeño.. Ataualné.
Tambor de madera... Tepunahuaste. Tarde.................................. Tiutac.
Tejer.................................. Pijgue. Tempestad ................... Cuejcámílsbr.
Templo .......................... Tiupan, Pan. Tender ............................. Talía.
Tacuazín ........................ Tacuáltzin. Tecolote ........................ Tecúlut.
Tener............................... Pía. Tragar ............................ Tulúbua.
Traer.................................. Shalíca. Traje.................................. Tabque.
Temer ............................. Majmaguí. Temprano........................ Capeina.
Tentar ............................. Matujga. Tía....................................... Aguilshr, Pipi.
Tío....................................... Tajtey. Tierra ............................. Talsbr.
Tigre.................................. Tacuani. Tinaja ............................. Taltzutzúculsbr.
Tocar, sonar................... Tzuntzuna. Tomar, Coger................. Ma, Mana.
Tomate ...................... . Túmat. Torcer ............................. Malina.
Tortear.......... ................... Táshcalugua. Tortilla............................... Táshrcalsbr.
Tortuga............................. Ayutzin. Trece.................................. Matajtiumeí.
Trenza ............................. Chuchúmit. Tres ....... ........................ Yei.
Triste.................................. Matis. Tronar .............................. Tajta.
Trueno ........................ . Tajmún, Tecuini. Tumba ............................. Shru.
Tuyo.................................. Mu, Túpal Taja. Trabajar ........................ Tequiti.

Uno, Unidad .............. Ce. Uña................ ..................... Iztit.


Usted.................................. Tí, Taja. Ustedes.......................... An, Amejuan.

Vag ar.................................. Cunenemi. Valiente............................. Yejca.


Valle, Aldea................... Técban. Valle, Planicie, Campo Tenangu.
Vaso ................. ................ Tatenpagani. Vasija ............................. Apazte, Cájít.
Varón .......................... Uquicb. Veinte .............................. Pualsbr.
Vender ............................. Namaguili. Venir.................................. Uitzi, Ualau.
Ver....................................... Ita, Uita. Verde (color)................... Sbushúhuic.
Vestir.................................. Taguentu. Vestido ............................. Quemit.
Verdura.......... . Quílit. Vez....................................... Pa.
Vida .................................. Nemili. Vieja.................................. Majcbin.
Viejo.................................. Sbulej, Huebue. Viento ............................. Ejécat.
Vivir .................................. Tagati, Neyulti. Volar.................................. Patajni.
Volver, Vuelta.............. Cuepa. Volcán ............................. Ueytépec.
Vos, Vosotros .............. An, Amejuan. Voz .................................. Téntij.

Y
Ya, Luego........................ Nemaná, Ma. Yacer.................................. Némi.
Yerba ............................. Guate. Yerno ............................. Muntí.
Yo....................................... Ni, Naja. Yuca .................................. Cámutz.

X,
Zancudo ........................ Çhilmica. Zarza............................... Tapátzu.
Zorrillo............................. Épat. Zuro .................................... Ulut.
REGION DEL CENTRO
EPOCA PRIMITIVA. — (Horizonte Tolteca).

SAN SALVADOR Y SUS ANEXOS

]\JEXÍ CANOS, Aculbuaca, Ayutuxtepe- En la cultura indígena lo que se verifica


que, San Sebastián, Cuzcatancingo, Va­ respecto de la ornamentación, también ocurre
lle Mariona, San Antonio Abad, San Marcos, en las danzas: es preciso hall arse familiariza­
Huizúcar, Santo Tomás, Santiago Texacuan- do con el motivo para entender su significa­
gos, Panchímalco, etc., etc., todos estos pueblos do; no puede aprenderse ni penetrarse sólo
en donde se habló o se habla todavía la lengua por los sentidos. Este camino lleva posterior­
pipil-náhuatl y también de la raza pipil-náhuatl. mente al convencionalismo del atributo.
La flecha y la lanza que antiguamente
Todo lo referente a la raza pipil-náhuatl,
usaban en las danzas, son reemplazadas a ve­
ya lo hemos dicho al referirnos a los Izalcos,
ces por palos, y la máscara o pintura del
así es que nos concretaremos solamente a
cuerpo, según las oportunidades o medios,
describir sus danzas y algunas costumbres
desaparece.
con sus modalidades especiales que caracte­
Las danzas indígenas nos colma a unos
rizan a cada pueblo.
de fruición y júbilo, pero algo contienen que
En todos estos pueblos se bailan danzas nosotros no alcanzamos. Somos sensibles al
imitativas de animales y otras que a conti­ recuerdo tradicionalista, pero sentimos así
nuación veremos. La danza imitativa fué la mismo que no conseguimos penetrar en la
característica de los Toltecas prebispánicos. potencia de valor que bay virtualmente en­
El danzarín imitativo más simple repro­ cerrados en ellas.
duce la apariencia, el carácter y el movimien­ Pero es necesario que la barrera que nos
to de lo que imita, pero ello es solamente separa de su íntima comprensión la salvemos
una parte de la vida, una parte limitada de con la intuición, sabiendo que estas danzas
la naturaleza agudamente observada, una se­ nos traen los restos de las que se ejecutaron
rie de motivos conexos y repetidos como la en la Edad Media y que como todas las obras
ornamentación naturalista en una superficie de esa época, no sólo están cargadas de sím­
plana. No obstante tal poder de fusión va bolos, sino que derivan de su valor devo-
acompañado del poder representativo o de cional, su cualidad religiosa ritual y mágica,
estilización: todas las culturas indígenas que pero también del poder de su misma presencia.
son “cerradas o introvertidas tienden a re­ No debemos olvidar también que: “La
nunciar a la realidad, procediendo casi siem­ danza es al mismo tiempo un producto y un
pre bacía la abstracción. símbolo de la época”.

BAILE DE "CUJTAN-CUYAMET" (Pascol)


(Tunco de Monte)

El baile de «Cúj tan-Cuyámet» o Tunco pil, de forma muy rudimentaria, acusa desde
de Monte, es una danza indígena que data luego su origen y estilo precoloníal.
de época lejanísima y la melodía de un espéci­ A este baile le llaman también los indios
men encontrado en Aculbuaca y que canta­ de San Sebastián, “El Baile del Trozo , pues
ban también en San Sebastián en lengua pi­ en este lugar, como en Aculbuaca y Paieca,
algunas veces lo bailan solamente acompaña- genas. Es por eso que ese són de “Ofrenda”
do del tepunahuaste, y por eso le dicen “El llamado también “Del Medio”, ahora es gene­
Baile del Trozo” que es a su vez el nombre ralmente conocido con el nombre de «Cújtan-
que le dan en algunos lugares a dicbo ins­ Cuyámet», porque acompañados por él hacen
trumento. la “Ofrenda de su Baile” al Niño Dios Re­
Cuando lo bailan sólo con acompañamien­ dentor.
to de tepunahuaste, lo hacen en una percu= Barberena en su Historia bace la cita si­
sión de las dos notas o intervalo que dan las guiente: “Los pipiles, según dice el Dr. Ro­
dos lengüetas sobre las que golpean los bo­ dríguez, celebraban sus fiestas con músicas
lillos, en ritmo de tres cuartos, (3/4) Allegro, y bailes, y con la legendaria «cubtancuyá-
cambiando el ritmo en seis octavos (%) se­ met», etc”.
gún el desarrollo de la danza. El pascol de Cújtan-Cuyámet, no es otra
En otros lugares indígenas acostumbran, cosa que la danza a la danta o jabalí montés,
además del tepunahuaste, el tambor y el pito, que para los antiguos pipiles era un animal
el cual toca una melodía que varía también sagrado, y a este animal hacían homenaje
en cada lugar o pueblo en que se baila. To­ representándolo en el pascol de Cújtan- Cu­
das esas melodías guiadoras y rudimentarias, yámet o Tunco de Monte.
tienen fuerte característica de la raza y su Ahora esta danza o pascol se bace como
primitivismo. ofrenda al Niño Dios en la Pascua, en el
En Aculhuaca, Mexicanos y sus contor­ pueblo de San Sebastián y otros pueblos de
nos se acostumbra bailar también el Cújtan- nuestro territorio. También lo bailan dedi­
Cuyámet, con un són de novios llamado “La cándolo a San Antonio Abad en Cuzcatan-
Ofrenda”, que sirve para las fiestas nupciales cingo el 16 de enero, víspera de San Anto­
o “mancornadas’ de los indios, llamándolo así, nio, pues en el pueblo que lleva su nombre
porque con este són bacen la “Ofrenda del lo celebran basta en la octava o sea el 23
Medio Real” que es costumbre entre los indí­ del mismo mes.

SAN SEBASTIAN

(El primero de enero, día en que se ce­ por columnas y diagonales retorcidas, arcos,
lebra la Demanda del Niño). volutas y capiteles con mosaicos de madera,
pintados en colores bien combinados. El púl-
Bajo el cálido añil, de un cielo sin dibu­ pito, como un nido suspendido, forma conjun­
jos, caminamos entre casucas de humildísima to armonioso con el estilo de las naves. Es
y pobre arquitectura aldeana unas, y otras como una copa de mosaicos, dorados, arcai­
casi en las afueras del pueblo son ranchos cos y talla polícroma; copa llena de plegarias,
de estilo indígena. Seguimos el camino pin­ oratorias y de un místico y ritual aroma.
toresco y atrayente por el ambiente tan tí­
En los altares hay cuadros valiosos, en
picamente indo-colonial que se vive en cuan­ donde brillan los milagros de la fé. Obras
to se entra al pueblecito de San Sebastián.
tal vez originales de algún misionero pintor,
Nos dirigimos bacía la casa del Mayor­ o, lo más probable, piadosas intenciones, pin­
domo en donde será la ceremonia de la “De­ celazos primatícios de nuestros indios herma­
manda del Niño”, pero antes visitamos la nos. Bermellón de fé viva y zurdez primitiva.
Tgl esia. La Iglesia, es una de las pocas reli­ Allí la paleta indo-colonial vació su creación
quias que se conservan de un puro aunque prístina, de larvas celestes, evocaciones y ta­
sencillo estilo colonial. Adentro, los capiteles lismanes conjurando amagos de herejías, gue­
y los diagonales que atraviesan el techo, es­ rras y pestes.
tán decorados con mosaicos de madera de Las autoridades debieran crear una jun­
estilo colonial. En la Iglesia incendian cinco ta protectora de estas reliquias y también pa­
altares. Cinco sueños dorados de la paleta ra que se encargue de restaurar y mantener
indo-española. las poquísimas joyas arqueológicas y colonia­
De las baldosas al ábside, desparraman les que nos quedan, ya que toda nación ci­
estos altares su vuelco de gracia ingenua, en vilizada y culta protege y conserva sus monu­
decorado indo-colonial. Las naves sostenidas mentos nacionales e históricos.
María de Baratta tomando ritmos y motivos indígenas Juan y Segundo González se prestan gustosos para
del tepunahuastísta de San Sebastián: Zenón Villa- los estudios de música indígena que investiga María
nueva, quien toca al lado de su Sebastiana. de Baratta.

Jujn y Segundo González (tambor y pito, respectivamente), indígenas de Aculhuaca, que tocan sones
típicos para que María de Baratta tome sus anotaciones.
La ceiba frondosa se yergue en la plaza, Primer Regimiento, suelta los sones de mo<ía
extendiendo sus ramas como un palio verde y detrás siguen el Cura Párroco y los cofrades
para cobijar la tradición. Más allá, frente al caminando entre una nube de polvo hacia la
Cabildo y la Escuela, el amate tranquilo y se­ casa del Prioste.
reno nos brinda un trago de sombra y fres­ Música y bailes, repiques y rezos... í Ale­
cura. Los bailadores del Tunco de Monte se en­ gría pueblerina, con alegría franca y sonora
caminan bacia la Mayordomía; van a la cabe­ como la de los cohetes, que rompiendo el
za Zenón Villanueva el tepunabuastista, un re­ azul, estallan soltando en lo alto su carcajada
ducido número de músicos de la Banda del de oro!

Comparsa del beile del «Tunco de Monfe» de San Sébastian.

La comparsa del Tunco de Monte ya está co de monte, que le cubre todo el cuerpo,
bailando frente a la Mayordomía; de los ca­ sujeta a la cintura, sosteniendo con las ma­
seríos y valles cercanos “ban bajado para nos las mandíbulas o quijadas del cuero, las
venir a las fiestas de la Demanda del Niño. cuales mueve y suena al compás del ritmo
¡Hay que ver el arrobamiento de estas gentes del tepunabuaste, tirando de unas pitas o
presenciando las danzas tradicionales! Sien­ cuerdas.
ten, (como he sentido yo) revivir en su san­
El movimiento de los pies de este bailador,
gre la voz y el alma de su raza. Todos están
es lo más admirable, pues va imitando el modo
reunidos en apretado círculo alrededor de
de correr del cuche de monte. Los pies no
los danzarines, sin perder palabra de la re­
se miran de lo veloces que se mueven; el cuer­
lación, y sin despegar los ojos de las peripe­
po gira con donaire y facilidad, barajando las
cias de la danza.
embestidas de la comparsa que lo rodean y
El Tunco de Monte es una trama en que azuzan. Don Bartolo, vestido de negro levitón
se pone de manifiesto un teatro indígena em­ raído y polvoriento, lleva, como su compañera,
brionario. La figuración mímica, la rapidez (un hombre vestido de mujer) máscara risueña
con que los indios declaman las ocurrencias y jocosa; cubre su cabeza con chistera con­
que improvisan para tomar en broma a algu­ temporánea del levitón. La mujer, a quien
no de los espectadores, es para admirar el llaman «La Vieja», lleva sombrero adornado
ingenio y talento artístico de nuestros na­ con listones y flores de papel; el vestido es
turales. de contrastes fuertes y vueludo, para facilitar
El baile representa la cacería de un Tun­ los saltos y movimientos. Un muchachito lleva
co de Monte (el jabalí nuestro) el cual va disfraz de perro, que ladra para ajotar al tunco,
representado por el mejor danzarín del pue­ y el gracejo de la comedía que no falta nunca
blo, disfrazado con la verdadera piel de tun­ en estas danzas.
«Tunco de Monte» en la «Demanda del Niño» de San Sebastián.

Don Bartolo y la mujer van provistos de Por fin dan caza al «tunco», lo matan con el
largas varas y un cuchillo de palo, cuya punta cuchillo de palo, y aquí comienza lo más
va pintada de rojo, simulando sangre, para chistoso de la farsa con el destace o testa-
cuando matan al tunco; entre la relacíÓD y mento del «Tunco de Monte», lo cual se
el baile, cambian de ritmo y figuras, mante­ presta para tomarle el pelo a los mirones o
niéndose el que hace de «tunco» en un «motto conocidos, por la chispa y ocurrencias*de los
perpetuo» que hace las delicias del público. actores.

Bailanndo el «Tunco de Monte» (rente a la Cofradía del Niño Dios en San Sebastián.
A veces se tiene preparada de antemano la Don Bartolo: Perdóname, Padre Eterno,
res, la que es repartida entre los amigos de por tu grande caridad
la cofradía, agregando al regalo la relación que mostraste a vuestro hijo,
humorística que sigue: en la gloría del Tabor.
Recibid, ¡ob, Dios Eterno!,
Un diente,
esta nuestra cortedad.
para el señor Presidente.
¡Haber bajado del cielo,
Ei pellejo,
a nacer en un portal,
para aquel viejo...
que nos acompañen los cíelos,
Un ojo (señalando a una señora)
y en toda la eternidad!
para su antojo.
La cola, La Vieja: Del chanchito me desaparto
para usted, Lola. con un tajito de jamón,
La s orejas, para ponerme gordita
para las viejas. onde pase la junción.
Los chicharrones,
Todo esto recitado con un sonsonete a
paro todos estos mirones, etc.
manera de salmodia, en forma muy especial,
El baile de «Tunco de Monte» de San y que le da un verdadero sello indígena y
Sebastián se distingue porque lleva adornado vernáculo.
el cuero de su disfraz con flores de pascua *
* *
naturales, dando la nota alegre y de colorido
al pascol. También se distingue del baile de En Ataco se celebraba también de la mis­
los otros pueblos, por conservar la forma ma manera el «Tunco de Monte» en las fies­
clásica o preCortesiana de bailar solamente tas del 25 de Diciembre que son muy ani­
con la percusión del «tepunahuaste». madas y típicas, bailando además otros bailes
regionales. Una estrofa del baile «Tunco de
Como después del coloniaje, todas las fies-
Monte», con su modalidad especial, es la
tas y danzas indígenas dejaron de ser ei rito
de sus idolatrías paganas, las adicionaron a siguiente;
las fiestas religiosas, y en San Sebastián, la ¡Júmbele, cuche,
letra de la relación del «Tunco de Monte», vaya a encuevar,
bace mención al nacimiento del Niño Dios que ya mí perrito,
por ser a El dedicado en las fiestas de Pas­ ya lo va a cazar!
cua. La relación en su lenguaje sencillo y
rústico, dice así: *
* *
Don Bartolo: En este día efeuctivo, De regreso de la Mayordomía de San Se­
del nacimiento de Cristo, bastián, en todo ei trayecto y como haciendo
bemos de formar un baile guardia, se levantan a uno y otro lado del
que le llaman de Cuyámet, camino, entre rocas que el sol taja, las tunas
que anda por esos sitios y nopales, que en muda procesión extienden
y por esos llanos; su baraja en un rompe-cabezas infantil.
vos, vieja malvada, te vas con yo,
La tuna (o pitahaya) que se da constante
aprevení tu cuchillo,
y buena, en el corazón rojo y dulce de su
para repartir raciones
fruta, refrescando al caminante en estas tie­
para estos mis amigos;
rras de fuego y aflicción...!
todos estos mis defeuctos
dispensarán, señores míos. Tuna: yo veo en tí a la india hermana,
abnegada, buena y generosa.
La Vieja: ¡Eya pues, me jai a los montes,
ojalá jaye el marrano! El nopal, que se levanta hierátíco y noble
Y dije, con esta cuchilla, entre áridas tierras asesinas; doloroso como
se lo zamparé en la tripa. un Cristo coronado de espinas,..!
¡Ea!. perro valiente, Nopal: para mí, simbolizas al indio de mí
¡sígale, sígale el rastro!, raza, que todavía se yergue altivo y valiente,
si lo puede, agárrelo de la cola a pesar del dolor que lo agobia y las espinas
o lo agarra de las orejas. que lo sangran...!
María de Baratía

CUSCATANCINGO

El baile del «Tunco de Monte-» en Cuscatancíngo.

Pueblecíto viejo, pero siempre niño. reminiscencia humilde de la antigua iglesia


Una vereda angosta en ascensión continua, colonial, y sobre cuyas ruinas se levanta la
nos lleva bacia él... actual. Allí probablemente los españoles cris­
Y allá, suspendido como un nido en el tianos plantaron su templo, para borrar el otro
corazón del follaje, sofocado de verdor, el que el indio pagano tenía en la pirámide del
pueblecito indio, arcaico, humilde. monte: un Kú o Teocalli.
A sus pies, canta el río. En frente, el cono del Quezaltepec.
A la entrada del pueblo, la Madre Ceiba Templo y volcán desafían la altura.
abre sus brazos para recibirnos. Una sola calle larga, larga, se empina básta­
En el otro extremo, sobre la cumbre de la Iglesia.
un montículo, la Ermita del pueblo, como Tres estancos y una escuela. ¡Dolor...

Comparsa del baile de «Cújtan-Cuyámet» en Cuscatancíngo.


Flores de mulatos y parásitas de San Se­ José Crispin, frente a los bailadores del
bastián, dan su pincelada de color, matizando «Cújtan-Cuyámet», está devanando el bilo de
la gama de verdes que rodea al paisaje. la música tradicional, en su pito de caña.
Pájaros flauteros salpican con su canto el Aquí, el «Tunco» es bailado con música
tejido tranquilo del nido pueblerino. de pito, tambor y tepunahuaste.
Fe provinciana, que se eleva en plegaria Concluido este baile, ya despuntan, en­
sencilla de emoción cristiana. trando en la plaza, los del otro grupo. Tin­
En el anda florida de ramos coruscantes, tinean las campanitas y espuelas de los his­
sonríe la Virgen Inmaculada Concepción, con toriantes. Máscaras rientes, de eterno gesto.
sus manos juntas, y sobre su manto azul, Bailes pesados y sonoros, de un solo movi­
ricamente bordado de oro y plata, se des­ miento. Trajes relucientes y vistosos. Fan­
cuelga la nocbe de su cabellera borbotando tasía, color, ritmo. Siluetas bieráticas evo­
en rizos. Cuatro inditas, rechonchas y pin­ cando antiguos sacerdotes mayas. Serenidad
tarrajeadas, bacen de ángeles vivos. pagana y devoción cristiana.
Es 8 de Diciembre, día de la fiesta tra­ El aire se estremece vibrando de canturrias
dicional del pueblo. y oraciones, que puntean los petardos, rom­
El sol baña de oro y púrpura el cuadro piendo las serpentinas sonoras de las campa­
regional. nas fiesteras.
La Mayordomía ba ecbado la casa por la Caligie de pólvora, plegarias y de incienso.
ventana, contratando dos bailes: el «Tunco de Y en las almas sencillas y rudas, bay un
Monte» y ia «Historia de Moros y Cristianos». anhelo cálido de infantil alegría y aliento de

Se prepara la comparsa del baile «Tunco de Monfe»


en el Cantón Villa Mariona.
redención, Tumultuosa, la procesión va en­ taconeo rabioso de los tambores y el tepu­
vuelta en el eco bendito de las oraciones que nahuaste.
dejen la pátina mística de una era cristiana.
Pueblecito viejo, pero siempre niño.
Y allí, sobre aquel pueblo de gracia pri­
mitiva, la vida sofoca su inocencia y aturde Cuscatancingo en fiesta.
su pena, que va deshilacbando en suspiros Ocho de Diciembre.
la música que brota del cañuto de caña, y el ¡Día de Concepción!

Música del baile de «Cújfan - Cuyámef» de Cuscatancingo y San Antonio Abad.

ESTUDIO
Esta melodía, a pesar de que se mueve aún los conquistadores sólo conocían seis gra­
en una extensión de seis grados en la primera dos de la escala.
frase, cinco en la segunda y tercera frases y cuatro
En el ritmo se siente mucho la influencia
en la última, dando un total completo de siete
hispánica, pero tan en íntima relación o fusión
grados de la escala temperada, el carácter y la
digamos con lo indio, que sería imposible
forma en que está tratada la melodía no dejan
separarlas para determinar cuál es lo indio
lugar a duda de su origen netamente indígena.
y cuál lo español. Francamente, sí no fue­
Desde luego que ésta no puede remontarse ra por la extensión en que se desarrolla el
a una época muy lejana, pues como vemos diseño melódico, casi podríamos afirmar su
tiene los siete grados de la escala, y esta origen muy primitivo y netamente indígena.
gama no pudo haber llegado basta nuestros Pero hay también la circunstancia de que
indios, sino en época mucho más reciente este baile en época precortesíana, se bailó
que en la Conquista, pues en aquella época sólo con acompañamiento de tepunahuaste.
Modula o inicia su melodía, siempre en La danza es de estilo cerrado, sobre todo
el segundo grado, y casi todos los intervalos el que bace de tunco, y los de la comparsa,
son de segunda y 1ercera. El ritmo es de seis a pesar de los giros y brincos azuzando al
ocíavos (6/8), ritmo muy usado en la música tunco, no dejan tampoco la compostura’de la
indígena. danza cerrada y circular.

La comparsa del baile de «Tunco de Monte» en San Antonio Abad.

Bailando el «Tunco de Monte» en forma religiosa y bierática en San Antonio Abad.

ACULHUACA
El pueblo de Aculbuaca es uno de los vanta sobre la posición más alta del pueblo,,
más antiguos; queda entre San Sebastián y que al dominar los contornos ofrece ventajas
Paieca. El Templo, que sin duda fué cons= naturales. Desde el atrio del templo que for­
fruido sobre el antiguo Teocalli pipil, se le­ ma una hermosa plaza en cuyo extremo ha»
cía el Poniente se levanta inmensa, erguida anciana del pueblo, un albañil conocido nues­
y majestuosa la ceiba legendaria refrescando tro nos llevó donde un su amigo que frisa­
con su sombra a la plaza y al pueblo. ba por los ochenta años.
De la esplanada del Templo se admira
Conversando con el anciano, me enteré
un imponente paisaje y, como fondo, nuestro
de su inconformidad porque las costumbres
Quetzaltepec que parece vestir un manto de
de su pueblo se estaban acabando de perder,
mosaicos, tal semejan las tierras con las síem=
y que los bailes tradicionales ya no se ha­
bras de milpas, trigos y naranjales.
cían como "enantes"; pues el «Cújtan-Cuyá­
Frente a la ceiba bay un arcaico mojón
met» en aquellas épocas, era un baile que,
de piedra que nos evoca una piedra de los
antes de dar principio, se cantaba un canto
sacrificios, ¿quién sabe!, y allá abajo, ro=
en “lengua” como para ofrecer el baile tra­
deando al Templo, todas las calles y camí-
dicional, el que se bacía solamente al són del
nitos angostos que llevan a las casitas de
“tepunabuaste’.
teja de humilde apariencia que bacen fila a
uno y otro lado de las calles empedradas y Este canto en “lengua” seguido del baile
largas. sólo con acompañamiento de “tepunahuaste”,
Es 24 de Diciembre en el año de 1926 en se acostumbraba en Sa n Sebastián, Paleca y
donde se baila también el «Tunco de Mon­ Ayutuxtepeque. Abora sólo se baila y el
fe» celebrando el nacimiento del Niño Dios canto nadie lo recuerda. Al preguntarle sí
Redentor. En la plaza, con el pueblo apreta­ recordaba la letra del canto, grande fué mi
do en círculo, bacen proezas los danzarines sorpresa al oírle cantar con voz bien timbra­
de «Cújtan-Cuyámet». Di un vistazo y me di da todavía la canción del «Tunco de Monte”
cuenta que era la misma modalidad de San en lengua pipil. La letra de este canto es
Sebastián. Preguntando por la persona más como sigue:

CANCION DE «CUJTAN-CUYAMET»

EN PIPIL EN ESPAÑOL

Cújían = Cuyámet Tunco de Monte


Naja ni mijtutia, Yo vengo a bailar,
Cújían = Cuyámet Tunco de Monte
Naja ni tacuiga. yo vengo a cantar.
Cújían = Cuyámet Tunco de Monfe
¡Tácushu mu íálu! ¡Ande¡ ande a prisa!
Cújían =• Cuyámet Tunco de Monte
¡Shumutálu chigui! ¡Corra, corra, venga!
Can huisa Túnal Cuando el Sol nace en Oriente
Naja ni mijtutia, yo ya me pongo a bailar,
Can Calagui Túnal Cuando el Sol muere en Poniente
Naja ni tacuiga... Triste me pongo a cantar.
Can huisa Túnal Cuando el Sol nace
Shúchit ni mijtutiat, Las flores danzan,
Can Calagui Túnal Cuando el Sol muere
Cacahua tacuígaí. Los zenzonfles cantan.

Este anciano me dió otros muchos datos plegadas de tela azul oscuro con cuadros blan­
referentes a las antiguas fiestas de Aculhua­ cos y rojos; tenían estas enaguas más de diez
ca, diciendo: que los ladinos que no los que­ varas de vuelo; los huípiles eran blancos bor­
rían se habían propuesto desde bace muchos dados también en blanco y en la cabeza lle­
años acabar con sus "sagradas” tradiciones. vaban un lindo paño blanco grande que les
“Los frajes que llevaban nuestras mujeres caía en punta sobre la espalda abajo de la
eran distintos, pues lucían vistosas enaguas cintura. Este paño era de tela transparente y
fina, tejido por ellas mismas. Los rosarios y se someten todos, (como antiguamante le de­
collares eran de lo más rico y artístico; son signaban y decían sacerdote) y los que ba­
los que abora ban quedado como herencia cen las veces de sacristán (que son varios)
sólo para los bailes de “Moros y Cristianos”. se les designaba con el nombre de “Titantes'
“Pero en lo referente a las cofradías, este Este espécimen es un precioso hallazgo
mi pueblo de Aculhuaca es uno de los que en uno de estos pueblos que casi han per­
mejor guarda sus tradiciones. Cada Cofradía, dido ya la práctica de su lengua pipil, pero
tiene un Prioste y un número variable de bace tanto tiempo que ei anciano guardaba
cofrades; tiene igualmente un número deter­ en su memoria esta canción, que no hay du­
minado de “Tenances', otro de “serviciantes " da que “en sus tiempos” como él decía, to­
Cuando se bace junta de todas las Cofradías, davía era corriente hablar la lengua pipil en
entre ellas se elige, para la celebración de ese lugar.
las fiestas, a un Mayordomo, que es quien La melodía de esa canción es como se ve
organiza y dispone las ceremonias y al que a continuación:

Canción de « Cújfan-Cuyámef », de San Sebastián, Pateca y Ayuiuxfepeque.

ESTUDIO
Consideremos este fragmento musical de estrechamente al desarrollo de la forma mu­
la canción «Cújtan-Cuyámet». La melodía sical que entre nosotros.
está vaciada en cinco grados de la escala de Música y canto salieron del canal de la
“DO' ', cuatro diatónicos y el 7°. grado a la inspiración del que las hizo. Otra caracterís­
octava inferior. Esta forma descendente en tica que determina su origen y alianza indí­
la canción indígena es muy característica. gena, es, que todos los tiempos del compás
Modula en intervalos de “segunda” y “terce­ llevan acento, y era tan fuerte la forma de
ra”, sólo hay dos pasos entre el tercer tiem­ marcar estos acentos del indio que la cantó,
po del sexto al séptimo compás y del catorce que costaba trabajo distinguir el ritmo.
al quince compás que tienen intervalos de Las apoyaturas fueron hechas con cierta
“cuarta”, quebradura de la voz casi en lamento. Es
La progresión es diatónica y el ritmo de muy difícil que un ladino pueda hacer esa
tres cuartos (70 es el mismo de los que acom­ modulación como la hace el indio al cantar.
pañan con tepunahuaste este baile. Para convencerse hay que oírlos, y así po­
Esta es una forma de la relación entre dremos comprobar esta observación.
la melodía y el texto, o sea la corresponden­ La melodía de esta canción no tiene na­
cia entre música y poesía, que es mucho más da de triste, pero al oírsela cantar a aquel
íntima en las culturas primitivas que en la anciano, me parecía algo así como un lamen­
mayor parte de las formas corrientes. Es por to. No sé qué hay en las inflexiones de
esto que entre los indígenas el desarrollo de la voz del indio, que conmueve y entristece
la forma poética está vinculado mucho más al oírlo cantar.
PANCHIMALCO
Siendo éste uno de los pueblos indígenas yecto es de ascensión por la colina de Pla­
que mejor ban conservado su tradición y su nes de Renderos; sólo un poco antes de llegar
característica, con el afán de escudriñar en al pueblo, un poco más allá de la Ermita, se
el pasado lejano de mi raza, pregunté a una comienza a bajar basta llegar a una especie
María ( así les llaman a todas las pancbitas) de olla en donde está clavado, entre colinas
cuándo era la fiesta de su pueblo; ella me rocosas con nopales y cáctus, el pueblecito
respondió con su cantadito peculiar: “el ca- de los panchos. À la entrada, su bella Iglesia
turce de setiembre ¿Y qué celebran o qué Colonial, recuerdo bistórico de la importancia
Santo festejan? Y volvió a canturrear: “la que en aquel tiempo tenía este pueblo de raza
Cruz de Ruma’’ (R orna). autóctona, y que aún abora, de todos los pue­
Me encaminé bacia Pancbimalco un 13 de blos cercanos a nuestra capital, es el que
Septiembre de 1931, pues la víspera del Santo mejor conserva el mantenimiento de la sangre
Patrono es lo más importante y alegre en las pura del indio con sus costumbres y tradi­
fiestas de estos pueblos. Casi todo el tra­ ciones.

La bella Iglesia Colonial de Panchimalco. En el fondo se ve el cerro de «El Chulo».

La Iglesia se levanta frente a la plaza; a con esa alegría sana que nada sabe del valor
un lado, el imponente cerro «El Cbulo»; casi que representa para la historia y la vida tra­
frente a la Iglesia la ceiba recordatoria, y dicional de las naciones.
all á en el fondo el mar abanicando con el Llegamos, sintiendo desde luego esa cla­
plumaje de sus olas la temperatura ardiente ridad provinciana y ese ánimo limpio, que
de la costa. da el contacto con estas gentes sencillas y
En los alrededores y a lo lejos, se ven humildes.
apretados rancbitos de paja, acurrucados so­ Enaguas fruncidas de inmenso vuelo apre­
bre el lomo de los montes. Allí se contem­ taban la cintura de las panchas; estas faldas,
pla el arrullo de la Colina Madre, retorcién­ como ya hemos dicho, son de nagüilla típica
dose sobre la tierra india que estrecha en su tejida por los naturales del pueblo, con
regazo los bogares morenos, todos provistos dibujos a cuadros de colores sobre un fondo
de hamacas - cunas, de tapexcos humildes, de rojo obscuro que las indias llaman corte.
hogueras encendidas que calientan alegrando La camisa es blanca, muy descotada y con
los corazones de esas gentes humildes, que revuelos de tiras bordadas en las mangas y
a veces también saben ser tiernas y alegres, el escote. Si es de tela bordada, ellas llaman:
pufunqueada; y si es sólo estampada, le dicen: es en lo que ponen las panchas su esmero y
pin tartajeada. lujo; son tejidos por ellas mismas en peque-
El paño con que cubren su cabeza es del ños telares, haciendo unos de seda con bor=
mismo estilo de la falda, sólo que de cuadros dados que representan figuras de flores y
más grandes y colores más vivos; lo llevan animalitos, que tienen mucbo que ver con
doblado en forma de triángulo y cuya punta sus antiguos cultos. Estos paños de laja llegan
le cae atrás, abajo de la cintura. En este paño a costar basta veinticinco colones.

Lindísimo altar del Señor Crucificado en el Templo de Pancbimalco,


que es el Patrono del Pueblo.

Adornan su garganta con ricos collares lancia de la Liga de las Naciones, por acuer­
de corales y rosarios de filigrana de oro y do de las grandes Potencias.
plata. Los indios visten cotón de manta y Por el contrarío, esto avivaba mi simpatía
algunos llevan pantalón de tela rayada de re­ hacia ellos y me predisponía con cierto enter­
forma, calzan caites y el sombrero es de palma. necimiento. Viéndolos, be pensado con dolor
Imbuida y saturada de principios huma­ en esa indiferencia imperdonable con que se
nistas y raciales, los indios panchos, con quie­ ba visto siempre al indígena, sin preocuparse
nes estuve alternando durante mi excursión siquiera en lo más mínimo por su mejora­
a ese lugar, no me parecieron menos salva­ miento moral y material. Esto no costaría
doreños, ni menos hermanos, porque pertene­ mucbo; con sólo proporcionarles la materia
cieran a esas minorías de raza, de lengua y prima para sus industrias y estimularlos me­
civilización, a las cuales se extiende boy, en jorándolos en sus modalidades, serían fuente
el Antiguo Continente, la protección y vigi­ atractiva para el turismo, a quienes venderían
ías cosas elaboradas por ellos, salvándolos de El indio torvo del tambor grande, no levanta
la miseria en que ahora se encuentran. cabeza tuntuneando bieráticamente su instru­
¡Ya viene la procesión! Dos tambores, uno mento como en ritual pagano. Entra la pro­
grande y otro pequeño, acompañados de dos cesión al templo colonial; allí, donde se con­
pitos, encabezan ei desfile. Adelante del carro, serva en guardia perpetua por dos indios
en tumulto fiestero y cadencioso, viene bai­ cofrades la reliquia histórica del precioso y
lando la comparsa del «Cújtan-Cuyámet». antiguo «Misal», que es una verdadera joya
Las panchas desfilan detrás con candelas de arte indo-colonial, siendo uno de los teso­
encendidas y ramos de flores; van cantando ros de la antigua parroquia. (Pero última­
en desconcierto y gritería, alabados y rezos. mente, en varias ocasiones que be visitado el

AXaria de Baratta con el Alcalde señor don Luis Figueroa


y dos ancianas indias de Panchimalco.

pueblo y la Iglesia, he sabido con pena que calli»; como única decoración en el fonda, un
esta maravilla del arte colonial ba desapare­ inmenso Sol desparramando sus rayos de oro.
cido, pues manos criminales hicieron la pro­ Frente al altar, hincadas en fila india, unas
fanación de llevarse el precioso «Misal»). tras otras, las panchas descansaban sus cuer­
Al entrar a la Iglesia me llamó poderosa­ pos sobre los talones, musitando en voz alta
mente la atención, el altar mayor, arreglado sus oraciones y demandas.
especialmente para ese gran día por los indios. Yo me sentí transportada a una época
El altar estaba formado por una suntuosa lejanísima... Las graderías del Teocalli, el
gradería que nos hizo evocar el antiguo «Teo­ Señor Sol en el fondo y la indiada que
entraba al templo en un paso de arreyto, me Chan Cuyámet, ni lomo,
bacían, sin querer, evocar los antiguos ritos, para don Chico Palomo.
puestos abora con la devoción cristiana al ser=
vicio y en bonor del Santísimo Señor de la Cruz. Chan Cuyámet, ni gordura,,
¡Gentes primitivas raciales que, a través para el señor Cura.
de siglos de civilización, celebran su fiesta
cristiana, pero con modalidad y tal vez con Chan Cuyámet, ni hocico,
sentimientos todavía paganos! Bien decía para el Cura de Opico.
Sabagún: “¡El árbol de la idolaría no está
talado todavía!’ Sólo que los ídolos que abora Chan Cuyámet, ni pellejo,
se adoran, de grado o por fuerza, son: de carne para el señor Vallejo.
y hueso.
La modalidad especial que encontré allí Chan Cuyámet, ni pierna,
del baile de Cújtan-Cuyámet, sólo fué en la para ña Lipa de Cerna.
letra, pues la música era la misma de Cus­
catancingo y Valle Mariona. La ofrenda o Chan Cuyámet, ni costiya».
testamento del tunco lo bacían así: para ño Jusé María.

los últimos restos de la razarpipil en Panchimalco: esta anciana,


María Vásquez, quien habla muy bien la lengua pipif>nábuatl.
SAN ANTONIO ABAD
EL VENADITO. (Pascol)

El Baile de «El Venadito» es una de las Aquí constituye uno de los bailes más típi­
pocas danzas precortesianas que quedan en cos y autóctonos, así como el «Tunco de Mon­
nuestros pueblos indígenas; de esta danza nos te» se baila en casi todos los pueblos indíge­
babla el " Popol* Buj", se baila todavía en nas, en donde se hablaba o babla todavía la len­
Mexico, Guatemala y otros lugares de Cen­ gua pipil-náhuatl. De este pascol hay varian­
tro America. tes muy bellas en casi todo nuestro territorio.

El Carro en la fiesia de San Anionio Abad, en el que lucen los típicos angelitos vivos.

"El Venadito” es acompañado con música revuelos en el escote y mangas; pero sobre
de pito de caña y tambor indio. Uno de los todo lo que las distingue es la gracia como
lugares famosos por la forma en que se eje­ llevan el chai de seda y colores encendidos,
cuta este baile es el pueblo de San Antonio haciendo contraste con el de las faldas.
Abad. Allá encaminamos nuestros pasos el La procesión desfila bajo el palio del cie­
22 de enero de 1928. lo, que se ba vestido también de fiesta con
Por un camino angosto de tierra, bordean­ la puesta del sol; éste, extiende su inmenso
do las faldas del Volcán Quezaltepec, el carro abanico coronando de llamas el picacho del
que nos conducía iba ascendiendo por una Quezaltepec. y parece como si aquella fiesta
cuesta tendida y fácil; sólo un poco antes de lle­ y aquel desfile dirigieran sus pasos bacia ia
gar al pueblo bay un punto difícil por la vio­ montaña legendaria para despedirse del Sol!
lencia de la altura y lo quebrado del camino. Todo se ba iluminado con los celajes que
A uno y otro lado del camino, vegetación revientan en colores, rivalizando con los to­
exuberante, flores, frutos y los cafetales ago­ nos de rosa del paraje que dan los madre-
biados por el peso de sus racimos de granos cacaos en flor.
rojos. El abejeante murmullo de los rezos, se
Llegamos al pueblo; gentes alegres, ani­ confunde con la melodía del pito y el sordo
mosas y fiesteras; pero también dicen que son resonar del tambor. Chales vistosos y borda­
bravos los indios de este pueblo. Las indias dos, cuerpos morenos envueltos en el torna­
cbapudotas y gordítas, de ojos curiosos y son­ sol de humildes rebozos de hilo, desfile autóc­
risas como de granada abierta. Van vestidas tono, alma de la raza, todo parece animarse
con el típico traje de las volcaneñas: enagua al ritmo armonioso del ardor ancestral del
plegada de colores vivos, camisa blanca con sedimento indígena: alma, música y coloi!
La «Tenance» y las «Jarreras» en la Cofradía sosteniendo la Imagen en la fiesfa de San Anfonio.

Invitados por la Mayordomía nos encarni- Bajo el alero del rancho doce muchachas
namos subiendo bacía el volcán por una calle llamadas “tenances’’ molían en las “metat”, el
o camino lleno de polvo que brillaba como grano de maíz tierno o elotes para aderezar
nube de oro con la puesta del sol. los diversos manjares que estaban preparan­
Ya en capítulo referente a las Kalendas do de maíz y de elote, como es costumbre en
en la Primera Parte de este ensayo, bemos esta fiesta de San Antonio Abad. Unas pre­
dicbo algo de lo que vamos a describir aquí, paraban el chilate con nuégados, otras el clá­
pero no está demás recordar y ampliar algu­ sico atol de elote, otras los tamalitos de elo­
nos puntos para demostrar la supervivencia te bien colados, etc.
de las antiguas Kalendas. Nosotros íbamos de un lugar a otro admi­
Llegamos al rancho de la Mayordomía; rando aquellos preparativos. En el patío se
iodo era movimiento, alegría, enramadas de habían instalado los músicos (un cuerpo pe­
hojas de plátano y sartales de hojas de mamey. queño de la Banda del Primer Regimiento)

Nela Mónico y María de Baratta ayudan gustosas a las «Tenances» a moler ei nishtamal,;
para la fiesta del maíz en San Antonio Abad.

— 312 —
y el pito y el tambor ocupaban lugar prefe­ corredor del rancho el cual ba sido prolon­
rente en chebo lugar. Comenzaron a llegar gado por una enramada.
las Cofradías invitadas, y la Mayordomía y Dos de las “tenances ’ no se ban separado
los señores o Caballeros Cofrades de San An­ del altar moviendo sendos incensarios con el
tonio Abad, salían a recibirlos con sus insig­ perfumado copal, y yo creo que la ceremonia
nias y su ceremonial acostumbrado. que se lleva allí dentro es más o menos un
Tod as las Cofradías iban entrando con sus “Tasbtule”, como el que se acostumbra en los
insignias y sus emblemas de la jerarquía a Izalcos.
la cual pertenecen: todas las manos empuñan Los invitados toman asiento en la mesa lar­
insignias, cetros, emblemas y símbolos. Hay ga y las “tenances” ayudadas por las “servi-
algo de misteriosamente primitivo y bierático ciantas”, traen el gran canasto con el “porte”,
en todo este ceremonial. A la llegada de ca­ que así llaman a las viandas becbas todas de
da Cofradía, un toque de tambor y el pito maíz y elotes para obsequiar a sus invitados.
como saludo de ritual, enseguida el cuerpo de
Es costumbre bacer los honores a todos los
banda toca una marcha.
manjares, si nó, lo toman como desprecio. Esta
Los huacales de chicha menudean y allá fiesta es una expresiva supervivencia de la
dentro del rancho bay reverencias y saludos Kalenda NS 8. Los cohetes repican su alegría
con palabreados especiales frente a un altar. loca en el azul, y la raza se aturde con el
Las “tenances” se multiplican en los pre­ consuelo momentáneo de una fiesta, en la que
parativos; ban puesto una mesa larga en el pone el corazón!

EL PASCOL DE «EL VENADITO»

La comparsa del baile de «El Venadi­ el paisaje es espléndido y todo contribuye a


to» es de varias personas: el «tigre», los «ca­ que se sienta una sensación de primitivo
dejos», (diablos), los «cazadores» y «El Ve­ bienestar, sin ambiciones ni luchas y con la
nadito» que es el personaje central de la alegría sana y tranquila de la conformidad,
da nza. La relación va alternada con la danza; José Pérez hace “ritornellos” inacabables de
y el argumento es, que «El Venadito» se ve per­ la melodía sugestivamente racial de «El Ve­
seguido por el tigre que pretende hacerlo presa. nadito». Las figuras se movían con un fervor ,
Los “cazadores” también se lo disputan, y apasionado y los ojos del sonador del pito
los “cadejois bacen la nota del gracejo en la José Pérez, seguían con brillo jubiloso los
farsa. Por último todos danzan en círculo y movimientos de los danzarines. Su hermano
«El Venadito» en el centro, celebrando el que acompañaba en el tambor, estaba pen­
triunfo y la destreza de éste, a quien 5a n diente del pito de caña para intervenir con
Antonio salvó de los “cazadores” y el «cadejo». la sincopa en los giros y fraseos de la melodía.
El danzarín que bace de “Venadito” lleva
INDUMENTARIA.-Las mujeres y hom­ metido basta la cintura un armazón de va­
bres que intervienen en la danza llevan más­ ritas de bambú forrado con el cuero de un
caras y van vestidos con trajes de colores vi­ venado con la cabeza y la ramazón de los
vos y alegres, los sombreros de palma que cuernos. La cara del danzarín lleva máscara
llevan están adornados con flecos de papel de aspecto picaresco y en la cabeza un gorro
de colores y flores artificiales. Las mujeres de fieltro ajustado, adornado también con la
toman parte solamente en el baile en círculo ramazón abundante de los cuernos. Cuando
celebrando el triunfo de «El Venadito». Los baila lo bace con mucha agilidad y donaire;
danzarines, como los asitentes a la fiesta, for­ bail a con los pies pero también con todo el
man un conjunto sugestivo y atrayente con cuerpo en un balanceo tan peculiar que sólo
la policromía de colores. en este baile be visto esa forma de vaivén
Son indios vivaces, sanos y vibrantes. La cadencioso, suave y rítmico. Los píes imitan
clásica bebida indígena, chicha o agua dulce, el movimiento de los pasos del ciervo delica­
no han dejado mucbo campo al aniquilan­ damente, en forma cerrada y defensiva. Los
te y degenerador “aguardiente , entre estos de la comparsa, aún en los movimientos de
naturales de San Antonio Abad. embestir, lo hacen sin brincos y con el vaivén
Allí el clima es fresco y las indias también; cadencioso del ritmo de la danza.
13 —
La “Comparsa”, cuando se va a iniciar la En el mismo pueblo de San Antonio Abad,
danza acompañados de la música, cantan: en años posteriores encontré esta otra variedad:

«EL VENADITO» «EL VENADITO»

Venadito ” “ Venadito ' ’


ya viene “El Venadito” Me gusta tu gran valor,
Que se preparen todos, y por eso celebramos
A darle caza pronto, Al niño Dios Redentor.
Porgue es bien ligeriío. y por eso aguí bailamos
y también es gue cantamos,
“El Venadito” es listo Porgue ahora celebramos
y no hay gue descuidarse Al Niño Dios gue adoramos.
Porgue si él nos ha visto “Venadito” “Venadito”
ya no hay gue disputarse. Que tienes gran bizarría,
Por eso aguí celebramos
Aguí está “El Venadito”
Al Niño Dios de María.
Púyelo usté a la izguierda,
“Venadito” “ Venadito ’ ’
En la derecha el “pito” Que huyendo vas del demonio
Para gue ninguno pierda. Te persigue por bonito
r
Pero estás con San Antonio.
Sálgale usté adelante
Es por eso gue bailamos,
Pa gue no se le escape,
También vosotros cantad,
Váyase usté afrasifo Porgue todos celebramos
¡Se nos va “El Venadito”. A San Antonio Abad.
ESTUDIO
En este baile de «El Venadito» encontra­ En la segunda parte la melodía como el
mos un paralelo similar en la danza y la me­ baile se expanden más festivos y alegres. Es
lodia: nótese, cómo bay algo de suavidad, de el triunfo de “El Venadito” sobre el tigre y la
condescendencia, algo de balanceo en la me­ comparsa.
lodia, asi como tembién es suave y de balan­ En muchísimos pueblos de nuestra Repúbli­
ceo su danza. ca se canta y baila ‘El Venadito” en diversas
Este baile que es uno de los más anti­ modalidades, pero una de las más bellas que
guos tuvo (v aún tiene) cartel entre los Ma­ bemos encontrado es ésta que a continuación
yas y los Toltecas, pues el Popol-Buj y los damos a conocer y que es como se canta y
baila en Cuscatancíngo y en Valle Mariona.
antiguos cronistas nos hablan de él.
Su compás es ternario y la danza, como
también la melodía en la primera parte o sea “EL VENADITO"
en los diez y seis primeros compases, es ce=
rrada y es bailada en forma circular. En la Soy un pobre "Venadito"
segunda parte el compás es binario y aunque Que habito en la serranía,
la melodía, así como el movimiento en la dan­ Soy un pobre "Venadito"
za es más movido y expandido, no por eso
Que habito en la serranía.
su carácter deja de ser hierático y circular.
El primer tiempo del compás en la danza, Como no soy tan mansito
los danzarines lo marcan fuertemente con una No bajo al pueblo de día,
especie de pateo y los otros dos tiempos van Sólo cruzo el matorral
en balanceo suave y uniforme, en la primera Para verte, vida mía.
parte. En la segunda, el balanceo es rítmico
aunque más movido. Quisiera ser perla fina
De tus lucidos aretes,
La melodía en la primera parte se mueve en
intervalos de tercera, alternando con los com­ Quisiera ser perla fina
pases en que la nota tónica es repetida con De tus lucidos aretes.
insistencia y apoyo de descanso. Las sínco*
Para darte de besitos
pas que se encuentran entre el tercer tiempo
del quinto compás y primero del sexto, y V morderte los cachetes.
entre el tercer tiempo del trece y primero ¡Quién te manda a ser bonita
del catorce compás, son marcadas por el que Que’so a mí me compromete!
toca el tambor en el borde del aro que res­
tira el parche. Esta letra es cantada con la melodía de
la segunda parte de “El Venadito” de Pale­
El indio tiene una forma muy especial
ca y San Antonio Abad, pero la parte mu­
para marcar la síncopa, tanto cuando toca
sical que corresponde al baile es una varian­
como cuando baila.
te o variedad distinta a ésta que daremos a
Cuando baila marca la síncopa levantando conocer en seguida y que pertenece como
la rodilla sin tocar el suelo con el pie, y el dijimos a Cuscatancíngo y Valle Mariona.
que toca el tambor no deja el bolillo en el Después bemos podido comprobar que
aire, sino que marca fuertemente en el aro esta misma variedad de la letra es como lo
con un golpe sui=géneris el tiempo mudo, o cantan también allá en tierras de los No­
mejor dicho, ligado de la síncopa. nualcos.
ESTUDIO
El compás de esta melodía es ternario, Cuscatancingo y Valle Mariona es más pura
como la otra que hemos visto, aunque ésta la forma y desde luego más primitiva.
modula en FA mayor y aquélla en SOL Obsérvese también que la síncopa, no está
mayor; cualquiera que tenga oído y esté acos= en el tercer tiempo del compás, como en la
tumbrado a escuchar música indígena, encon­ primera variedad, sino en el primer tiempo;
trará desde luego la analogía no sólo en el esto nos orienta más para pensar en que está
ritmo sino en los elementos que determinan variante es más primitiva y mejor conservada
el diseño melódico. Aunque distintos los dos que la otra. Por otra parte, los acentos van
especímenes, se siente y se oye que son de más marcados, por lo que son una caracte­
«El Venadito». rística inconfundible de nuestra música indí­
En el primero, la melodía se inicia con dos gena pura.
intervalos de tercera; en esta variedad la frase
Otros de los bailes de la época primitiva
comienza con la dominante DO en octava baja
en estos pueblos, son: «Los Negritos» y «Los
repetida dos veces, haciendo con la primera
Díablitos».
nota del segundo compás un intervalo de sexta.
En seguida, alternah los intervalos de cuarta
“LOS NEGRITOS’
y tercera con la insistencia de la tónica como
resolución y descanso; esta es la analogía que El primero, es un baile en el que toman
tiene con la otra del primer ejemplo, y aun­ parte doce muchachos; llevan la cara pintada
que los elementos se mueven diversamente, de negro, en la cabeza un gorro rojo y el
forman ambos un punto de contacto psicoló­ vestido del mismo color; el pantalón ajustado
gico ambiental, digamos, pero su forma acusa arriba de las rodillas, medias y zapatos negros.
movimientos culturales distintos. En las rodillas y en los codos llevan ama­
La primer variante, o sea «El Venadito», rrados unos huacalitos que al bailar bacen
de San Antonio Abad y Paieca, me parece sonar topando unos con otros las rodillas y
más evolucionada y reciente; pero en ésta de los codos con el ritmo de la música, haciendo
sonar al mismo tiempo unas sonajas que llevan sonora, tanto por los pasos que marcan el
en las manos. El conjunto es vistoso por los ritmo, como por la resonante percusión de las
contrastes de color: negro, rojo y el blanco sonajas y huacales al chocar, que suenan de
de los buacalitos. Es una danza circular y distintas maneras.

Música de «Los Diablitos» de Mejicanos.

"LOS DIABLITOS"

En este baile, los que toman parte en él, con cualquier música de moda que dé con el
que son como diez y seis hombres, todos van ritmo de los pasos que acostumbran. La mú­
disfrazados de diablos y con máscaras. Llevan sica de «Los Diablitos», como se ve en el
cuernos y cola; el cuerpo lo llevan forrado ejemplo de arriba, es rudimentaria y sencilla,
con un vestido completamente ajustado, de y sus cuatro compases los repiten indefinida­
punto de medía negro o de tela del mismo mente basta la saciedad.
color, o con levas y mantos llenos de jero- Todas estas danzas las bailan en los pue­
glífi eos. Ocho van vestidos de negro y ocho blos que antes bemos mencionado, con diver­
vestidos de rojo. sas variantes tanto en la música como en la
El baile es cadencioso y podríamos decir reí ación.
que hasta picaresco, llegando tanto en el rito Estos pueblos indígenas anexos a la capital
como en la forma de danzar, a concretar el tuvieron, según dicen los viejos que aún re­
verdadero estilo bufo con el carácter de la cuerdan las tradiciones, muchos otros bailes
mímica y de los movimientos al danzar. primitivos y de gran atractivo, pero a causa
Estos dos bailes sólo ban conservado por de la proximidad de la capital y el continuo
tradición el traje y los pasos, pues la música contacto con los que traían de otras par­
del primero se fué perdiendo al través de los tes cosas nuevas, se fueron perdiendo y ol­
años y las interpolaciones. Abora lo bailan vidando.

Baile da «Los Diablitos» de Mejicanos, en la fiesta dedicada a San Sebastián.


La comparsa del baile de «Los Diablifos» llevando en las manos las sonajas que sacuden al bailar.

FOLKLORE

COSTUMBRES

En todos estos pueblos en donde se ha­ En esta misma ciudad de Santa Tecla
bla la lengua náhuatl, bay más o menos las leimos otro dato de estas prácticas en la pren­
mismas costumbres con ligeras variantes que sa de nuestra capital. Decía así:
los pipil-nábuatls de la región de los Izalcos, “La Oración del Puro en las barriadas de
sólo que allá son más puras y mejor defini- Santa Tecla”.
cías. Pero algunos pueblos como Pancbimalco, “Nuestro activo corresponsal en Santa Te­
Huizúcar, Aculhuaca, Paleca, Mejicanos, Ayu­ cla nos informa lo siguiente: Abundan en los
barrios bajos de esta ciudad muchas mujeres
tuxtepeque, etc., conservan todavía las anti­ de dudosa conducta que se dicen expertas
guas costumbres. en bacer la prueba del puro y otras prácti­
cas diabólicas y ridiculas, explotando con ello
En Pancbimalco y Mejicanos son famosas
la credulidad de gentes sencillas, en apuros
las personas indígenas que se dedican toda­ amorosos.
vía a las prácticas del nahualismo y brujerías, “Las tales hechiceras cuentan con abun­
y bace poco, aquí, vecino a la capital en la dante clientela y ban bailado un cómodo mo­
ciudad de Santa Tecla, las autoridades arres­ dus vivendi. Las personas honradas que tie­
taron a la hechicera Mercedes Vásquez (a) nen ocasión de pasar por las calles orilladas
La Vieja de la Lora, que al ser requisada la se topan a cada paso con las citadas muje­
res que están sopla que sopla el puro y mu­
pieza que ocupaba la maestra bruja, se le
sitando quejumbrosas oraciones, dan vueltas
encontró un verdadero “arsenal” de amuletos y vueltas y lanzan bocanadas de humo hacía
y muñecos que representaba cada uno una las estrellas.
persona que estaba bajo el poder y voluntad “No dudamos que este dato es muy inte­
diabólica de “La Vieja de la Lora”. resante para las autoridades de policía”.
CEREMONIAS PARA LOS QUE SE MORIAN
En los pueblos anexos a la capital que se alabados y cantos despidiendo el alma que
encuentran en los alrededores y aún en las ba pasado a mejor vida. En la misma noche
barriadas de esta ciudad, es costumbre to­ que entierran al que murió, ponen los deu­
davía en los velorios de los muertos hacer dos o familiares en el cuarto, y junto a la
grandes reuniones como si fuera una fiesta. cama en que murió, un vaso con agua y al
Hacen tamales, los amigos de la familia del lado de éste un candil con aceite encendido,
muerto le llevan flores, candelas, pan, aguar­ o una palmatoria de cera durante nueve días,
diente, etc. También llegan plañideras volun­ pues dicen que el ánima de la persona muer­
tarias, que enmedio de lamentaciones y llo­ ta viene todas las noches a tomar agua; y la
riqueos pregonan las cualidades del difunto luz es para que descanse en paz y para que
o difunta en letanía interminable; se cansan no se pierda alumbrándole el lugar en don­
unas y continúan otras basta que amanece y de murió.
entierran al muerto.
A esta ceremonia los indios de Pancbimal­
Al final de los nueve días, se repite la co y los de Santiago Texacuangos le llaman:
misma ceremonia después que ban cantado “El Nabuite ”.

LA DESPEDIDA DEL ESPIRITU


En Panchimalco la pancbita María Vás­ “Pasados los tres días después que se lu jue
quez de setenta años de edad me contaba iníerrar, los juamiliares, acompanguiados de lus
una pintoresca relación de lo que bacen pa­ vecinos y amigus, salen a despedir el espíritu
ra despedir el espíritu del que se ba muerto. pa que no lu esté padeciendu; todos llevan in­
censarías quemando copal y los siete incien­
Para no desvirtuar los conceptos le cedo
sos detide la casa mortuoria, recorriendo to­
la palabra a la pancbita Vásquez: “El espí­ dos los lugares que el dijunfo frecueníiaba, y
ritu del que se ha morida sigue viviendo van diciendo: “Ya te juisfe, andáte del todo,
en su casa, pues no quiere irse, hasta que los no te queremos aquí”; y al llegar al cemen­
juamiliares del dijunto lo despiden. A veces terio le güelven a decir: “Aquí te lu quedás,
no te salgás diay, cuando seya el día de los
hay que despacharlo a puros riaíazos, pues
dijuntos te trairemos tamales, guaro y puros”.
le da por visitar los lugares donde trabajó Después todos llorando le dicen: “¡Ay Nicu
y vivió, así como los lugares que en vida nilalma te juisíe para siempre, baceme mansión
visitó. en la Gloria, con mi Tata de lus cielos!”

DIA DE LOS MUERTOS


EN EL PUEBLO DE INDIOS "LAS HUERTAS”. (Jurisdicción de llobasco)

Los indígenas del lugar llamado “Las Huer­ Y ayote pedimos


tas”, tienen costumbre que al caer de la tar­
Para nuestros caminos”',
de del Día de los Muertos, 2 de noviembre,
llevan ollas de barro con ayote en miel a de­ Ellos cuentan, que esto es lo que dicen
positarlas sobre las tumbas de sus muertos, los muertos, que son “ánimas”, y por eso les
y mientras van depositando las ollas, van di­ llevan el “ayote en miel” para que sigan sus
ciendo en cantilena monótona y triste: caminos.

“Angeles somos, (Esta cuartina en otros lugares tiene dis­


Del cielo venimos tintas modalidades y aplicaciones).
LOS CASAMIENTOS
Cada uno de estos pueblos indígenas tie­ con todos sus condimentos, pero en lugar de
nen sus costumbres y ceremonias especiales cruzarle las piernas metidas en el cuerpo, la
para los casamientos o mancornadas, como ellos mandan despatarrada y con las piernas esti­
dicen. En muchos de ellos se tienen las cos­ radas; cuando va de este modo, la boda o
tumbres como en Izalco, pero en otros varía concierto ya no se lleva a cabo y los padres
según sus rancias tradiciones. de la muchacha devuelven los presentes de
Entre los que bemos encontrado una mo­ las tres demandas.
dalidad especial es en Panchimalco, que como Pero cuando la muchacha merece el ho­
no tienen la prueba del amañamienío de los nor de ser llevada al altar, entonces la ga­
Izalcos, usan de otra forma muy simbólica y llina va como es debido, o sea con las pier­
pintoresca. nas cruzadas y metidas en el cuerpo. Ya es
Después que los indios panchos ban con­ de imaginar la ansiedad de los padres y del
certado el casamiento o mancornada, bacen novio al recibir de vuelta la gallina simbóli­
las tres demandas con los consabidos presen- ca. Enseguida que se recibe así en buen es­
tes, sólo que en la última de las demandas tado la gallina, los padres y el novio van
los tatas del novio mandan una gallina viva donde la futura esposa y le llevan el Rosario
(la gallina simbólica) a la novia, para que ésta y Collar Prenda, que es el que la muchacha
la aderece como es el costumbre y la devuel­ lucirá el día de la boda.
va a los padres del novio al día siguiente de Este “Posario y Collar Prenda” entre los
haberla recibido. indios pudientes, casi siempre es de corales
Esa noche es la más amarga de la novia, pero con cuentas grandes de filigrana de oro
pues los tatas de ésta la ponen en confesión y las cruces también son de filigrana del mis­
de que sí es digna de contraer matrimonio mo metal. Por lo regular estas prendas son
ante Dios y si no ba cometido falta alguna herencia de familia que van pasando a los hi­
con otro. Es costumbre para esta ceremonia jos que se casan.
darle una buena penqueada (paliza) a la mu­ En otros lugares la muchacha no entra
chacha hasta que diga la verdad. Entonces el haz de leña que va a poner a la puerta
se procede a la preparación de la gallina, que de su rancho el novio o pretendiente, y con
va de este modo: si la muchacha confesó al­ esto se tiene por no aceptado el novio ni su
gún desliz, entonces la gallina es aderezada demanda de matrimonio.

LAS SIEMBRAS
Los panchimaicos tienen más o menos los tierra quizá que los Izalcos, y se resisten a ven­
mismos rituales o ceremonias para llevar a derle a los ladinos sus predios; cuando algu­
cabo la siembra de sus sementeras que los na vez por necesidad se deciden, aunque re­
Izalcos. Aman la tierra entrañablemente y por ciban el dinero por la venta, sucede con fre­
un palmo de terreno que les quieran quitar cuencia que se siguen considerando dueños de
cuando algún vecino tira sus alambrados pa­ lo que han vendido.
ra separar su terreno, son capaces de dar la Casi todas las querellas del pancho y has­
vida defendiendo lo suyo, o se la quitan a otro ta sus crímenes son causados por la defensa
que pretenda arrebatarles su tierra querida. apasionada que bacen de la tierra que consi­
Estos indios están más enraizados a la deran suya.

PARA SEMBRAR LA HUERTA

Para sembrar los pichones de huerta el ciendo un palabreado oracionado, y al pichón


indio de Panchimalco lo hace de la manera le hacen señas del grueso y tamaño que quie­
siguiente: dan tres pasos para adelante y tres ren los plátanos y el racimo.
para atrás, después tiran el pichón en el bo­ Después que han concluido de sembrar los
yo, y al sembrarlo lo inclinan para el sol di­ pichones, se retiran pero sin darle la espalda
a la siembra; basta después que la ban per­ pensión, ño Inocente muy tranquilamente le
dido de vista, se dan vuelta y continúan su contestó: “pos vea, patroncito, vos lu sabés
camino. Dicen que no les dan la espalda por­ mejor que yo; no be tráido nada de fruta
que si nó se resienten y entristecen al dejar­ porque nuáy nada, pues el jalón eléufrico se
las solas; y también por reverencia bacia la la 11 eva toda o la seca”.
Madre Tierra, para que los acoja y los baga
Mi buen amigo qué iba a contestar ante
progresar y fructificar.
semejante razón y la frescura con que lo de­
* cía. El jalón eléufrico a que se refería el in­
* *
dio eran las radio-difusoras, pues decía que
Me contaba un amigo que tenía una fin­ también éstas habían acabado con los coyoles,
ca en jurisdicción de Huizúcar, que el Ma­ y que por eso ya no se “chupaban coyoles
yordomo o mandador llamado ño Inocente, en miel porque el jalón eléutrico había seca­
después de traerle grandes carretadas de fru­ do los coyolares.
ta de las cosechas, derrepente ya no trajo
Y como estas costumbres y otras que el
nada.
indio practica se podrían contar muchas que
Inquiriendo el patrón la causa de esa sus­ darían material para un libro.

HUIZUCAR

El pueblo de Huizúcar está envuelto en Cuentan que allí el Jueves Santo apare-
una malla de riquísimas leyendas y supersti­ recía un Cangrejo Aureo y el Toro con cuer­
ciones. Su mitología resplandece como una nos de oro y plata; y aseguran muchos que
historia, aún a través de las centurias. Dicen viven en ese pueblo que el Jueves Santo de
que este pueblo sintió muy en su entraña cada año llega una apuesta y bella india
el dolor de la Conquista, y tuvo gallardas Princesa de otras Edades, a bañarse con
rebeldías. En las noches calladas y trágicas su huacal de oro y jade a la fuente de
el cacique Huizot velaba bajo el palio del Aseseco.
cielo a la luz de la luna pidiendo a las es­
Y que en el cerro de Tenancingo, en los
trellas y a sus dioses le iluminaran para im­
días de Semana Santa en que no ban de so­
pedir el asalto de los conquistadores.
nar campanas, bace oír su voz con su lúgu­
Pero la luna reía en el firmamento, las bre tañer un tepunahuaste encantado. Pro­
estrellas permanecían mudas y los dioses no bablemente el de un guerrero sacerdote de
se veían. Y en aquel pueblo heroico y soli­ las huestes de Atlacatl.
tario, brillaron tintineando las espuelas de Cuentan los nativos que en los baños «La
plata del conquistador, que traía otra sangre, Cascada» se produce todos los años durante
otra lengua, otras armas y sobre todo un em­
los días Jueves y Viernes Santos, un caso raro
blema sencillo y portentoso, el emblema de
y prodigioso, pues en las aguas de «La Cas­
la Cruz, que entonces no comprendieron pe­
cada» se encuentran millares de pececitos de
ro que después adorarían abrazándose a El
lindos colores, que dicen es obra de «Los
para consuelo de sus dolores. Genios Encantados».
Todavía en ese pueblo quedan los vesti­ Hay una poza tallada en roca viva por la
gios de los personajes mitológicos: la Sigua- Naturaleza que se llama «La Pilona», en don­
naba, el Zípitío, el Cadejo, el Duende y tan­ de muy a menudo se escucha el ronco resonar
tos otros que se ban enseñoreado en muchos de la gigantesca campana que se hundió bace
lugares de este Cuzcatlán histórico. siglos en señal de protesta, porque ciertos
indios antañeros e influyentes se opusieron
Eran famosos los sacerdotes nabualistas
a la edificación del Templo cristiano en ese
que se transformaban en monos, tuncos, mur­
lugar de «La Pilona».
ciélagos, etc., y aún abora a Huizúcar se le
menciona con respeto por sus encantamientos En el centro del pueblo de Huizúcar y
y poderes mágicos. bacia el rumbo Norte, se yergue majestuoso
y altivo un árbol de níspero, en cuyas ramas Este Templo Parroquial tiene una bella
cuelgan sus nidos los pájaros cantores. Dicen leyenda, que en sus mayores detalles se ba
que fué mudo testigo de las flagelaciones de perdido, pero las gentes de allí cuentan que
los indios, pues atados a su tronco eran cas- joyas de oro y plata de distintas formas y
tigados por los hombres blancos. Pero tam­ tamaños, velan como talismán de encanta­
bién este árbol presenció el milagro y consuelo miento al pie de cada pilastra, “pues cuando
que recibieron sus hermanos del pueblo, de se estaba construyendo, cada indígena echó
los misericordiosos misioneros españoles, qué parte de su tesoro en cada hoyo que se abría
expusieron muchas veces sus vidas para de­ para levantar los pilares que abora lo sostie­
fenderlos y confortarlos con las sabias ense­ nen . El embrujo del tesoro que guardan las
ñanzas del Divino Nazareno. bases de 1 as columnas se ba extendido a las
Este árbol presenció el prodigio de estos naves; de manera, dicen, que el Templo no
misioneros en levantar el hermoso Templo ha podido sustraerse al mágico poder de seres
colonial, con altares que ostentan el arte y invisibles que antaño determinaban el destino
ia gracia del estilo de aquella época. de cada sér humano.

LA HISTORIA DE UNA INDIA QUE PERDIO A SU MARIDO

En este pueblo de Huizúcar a una india En eso al zope se le ocurrió disparar por
se le murió el marido, y estaba la pobre pen­ el trasero algo que le estorbaba, y la india
sativa debajo del alero del rancho, sin encon­ más impresionada todavía, dijo: “¡Así, así tam­
trar consuelo a su dolor. Sentada en una cuca bién era el escupiíir de mi maridu! ¡Ay, igua­
(banco de madera), miraba con tristeza hacia
litu como el zope! ¡Ay!”
un árbol de carao seco; derrepente un zope
proletario fué a descansar en una de las ramas *
del carao que apenas podía con su visitante. * *
La india, añorando a su querido muerto, co­
menzó a exclamar: “¡Ay, así me lu era mi Las danzas que se bailan en sus fiestas, son
maridu, negrítu, negritu como el zope! ¡Hasta las mismas de que hemos hablado, correspon­
su gorritu blancu él lu tenía, igualitu como dientes a este grupo de pueblos aledaños a
el zope! ¡Y así lu pasaba, triste, triste como la capital, y las costumbres, ceremonias y ritos
el zope! ¡Agacbaditu, encogidu, así, así lu pa­ para los acontecimientos más importantes de
saba mi maridu!’’ su vida, son también más o menos los mismos.

LOS NONOALCOS
(Horizonte Tolteca y Protolenca)

Vamos a referirnos abora a uno de los anti­ y de la Conquista de El Salvador, dice: «Tehua­
guos grupos de nuestra raza tolteca o nahoa: cán (fundada por el contingente naboa que se
los Nonoalcos. estableció en Nequepio) es vocablo de origen
Según Barberena, los antiguos toltecas nabuatlaco”.
construyeron o fundaron, entre otras muchas En el párrafo anterior nos dice, refirién­
ciudades, las de Copán, Quiriguá, Mitla, Tehua­ dose a los toltecas: “Ellos, en memoria del
cán y Güija; ellos, en memoria del Nonoalco Nonoalco en que estuvieron, bautizaron con
en que estuvieron, bautizaron con ese nombre ese nombre una comarca, etc., etc.” Y en la
una Comarca notablemente fértil, al Sur del continuación del párrafo o sea “Tehuacán
Cbicbontepeque, donde hoy están los pueblos (fundada por el contingente naboa, etc.), sigue
de Santiago, San Juan y San Pedro, los tres diciendo: “No creo que haya recibido ese nom­
de apellido Nonoalco. bre en recuerdo de su homónima de México,
Tehuacán ha de baber sido la metrópoli conocida con el nombre de «Tehuacán de las
de esa comarca del Antiguo Nequepio. Granadas», sino por baber sido un santuario,
Berberena, en el penúltimo párrafo de la o bien por lo pedregoso de la localidad en
Nota No Í00 de su libro «Historia Antigua que fué fundada. En efecto, Teocán o Teohua*
cán, como escriben algunos, significa «lugar La importancia de esa gran Provincia o
de los dioses», y Tebuacán quiere decir «lugar Estado de los Nonoalcos lo demuestran las
pedregoso»’. ruinas de la metrópoli Tehuacán que era la
Por otra parte, en el capítulo titulado capital y que probablemente fué fundada por
«Monumentos Arqueológicos de El Salvador», los toltecas mucho antes de que fueran a
dice en el párrafo 157, hablando de las ruinas México a fundar tal vez en recuerdo de ésta,
de Tebuacán: “Como dijimos en la nota 104, la otra «Tehuacán de las Granadas» de que
Tebuacán era la metrópoli de nuestra región nos babla Barberena, y también la gran Teo-
nonoalca y fué fundada por los primeros maya* tihuacán que fué la metrópoli de los toltecas.
guiches que llegaron por acá, entre el territorio Barberena, refiriéndose a la etimología de
que después ocuparon los pipiles y el de los Tebuacán, dice: “que varias interpretaciones
cbontales de Cbaparrastique, de la misma raza se han propuesto de la palabra de que tra­
que los tehuacanos ’. tamos: para unos, significa «piedra de Dios»;
Yo creo, como dijo en el primero de los para otros, «lugar hueco»; para otros, «lugar
conceptos al referirse a Tebuacán, que fué abundante en culebras»; para otros quiere
fundado por los toltecas, pues la etimología decir «vamos de prisa», etc., etc.’’
también del nombre lo está demostrando. Pero Si tomamos en cuenta la autorizada opi­
también creo que antes o posteriormente hubo nión de nuestro sabio Maestro Gavidia, que
en ese lugar la fusión de dos razas, la de los bace muchos años en interesante e ilustrada
toltecas de que habla primero Barberena, y la conferencia en la Universidad Nacional nos
de 1 os protolencas de que habla el Profesor demostró que él creía que la cuna de nuestras
Lardé, que en el «Estudio de Lenguas India­ grandes civilizaciones maya y tolteca estaba
nas de El Salvador», dice textualmente: “No aquí en El Salvador, opinión que abora vie­
está demás observar aquí que el lenca, según ne corroborando Girard, que dice ‘‘la cuna
los trabajos de Cyrus Thomas, está íntima­ y asiento de las grandes civilizaciones no
mente emparentado con el xinca de las cer­ estuvo en México, sino aquí en Centro Amé­
canías del Paz (o populuca - lenca), de modo rica y sobre todo en nuestro territorio de
que los protolencas se extendieron antigua­ Cuzcatlán’, es muy acertado pensar que Te­
mente por todo el territorio salvadoreño, salvo huacán y la región nonoalca fué uno de los
tal vez la región ocupada por la familia de asientos primeros de los grandes civilizado­
los cbortíes-pocomames, y que más tarde fue­ res toltecas.
ron en parte desalojados por los ulúas y los Así también tenemos toda la región de
pipiles, aquéllos llegaron por el Oriente y Chalcbuapa y del Guija; la primera donde
éstos por el Ocaso”. tuvo asiento la gran civilización maya-pocomán
Más adelante al referirme a las modalida­ y la segunda donde estuvieron las ciudades
des musicales de estos lugares, explicaré con de Güijar y Tzacualpa, tal vez prolongación
los ejemplos de ellos mismos, los motivos que de la luminosa y primitiva Provincia de Tía»
tengo para pensar con el Profesor Lardé, y pallán y en donde se fundó la clásica Tula
por eso no creo que Tebuacán baya sido fun­ o Tollán.
dada por los maya-quichés, como asegura en Por otra parte tenemos los lencas que,
su segundo párrafo el Dr. Barberena. como ya hemos visto por la autorizada opi­
nión del Profesor lorge Lardé, fueron los
Planearte dice: “que también se ba dado proto-lencas o proto-mayas, y quién sabe si
el nombre de yaquis a los xicalancas y no- estos lencas no fueron allá en tiempos remo­
noalcas que acompañaron a los ulrnecas en tos a fundar las maravillosas ciudades en
su viaje del Tomoancbán hacia el Sur’’. Yucatán de Cbicbén-Ytzá. Uxmal y la ciudad
Barberena dice a este respecto: “que unos maya de Copán en Honduras.
y otros eran toltecas, con la diferencia de que Cuando se desenvuelvan más esos estu­
en los primeros predominaba el elemento na boa dios en nuestro territorio y se tome más in­
y de que vinieron basta el siglo XII; en tanto terés por las excavaciones e investigación de
que en los segundos predominaba el elemento nuestras ruinas, se encontrarán con seguridad
maya-quicbé y vinieron mucho antes. Eso sorprendentes revelaciones que asombrarán al
explica la gran comprensión que se ba dado mundo de los científicos y sociedades arqueo­
al epíteto tolteca”. lógicas americanas.
Mucha razón tiene Frans Blom, autor de “En la parte central se hallan unos rec­
«La Vida de los Mayas», cuando dice: “La- tángulos de piedra canteada, que se supone
mayor parte de la historia antigua la tenemos son los cimientos de los edificios que ocupaba
que buscar bajo la superficie. En los túmulos, la aristocracia de Tehuacán’.
en las tumbas y basureros bay increíbles “El más notable de esos restos es una,
contribuciones a la sabiduría. Grandes rique­ loma artificial (montículo) que mide 60 metros
zas artísticas están enterradas, y hoy nos de N. a 5. por 35 metros de E. a W., y que
empezamos a dar cuenta del valor de estas tal vez era la base del templo mayor .
cosas”.
“Al Sur de un lugar que parece haber
“La arqueología no es una caza aburrida sido la plaza, hay una pirámide truncada, de
de cazuelas o restos de muertos. Es historia base rectangular, de 65 metros de E. a W.,.
primitiva. El hombre ba vivido en esta tierra por 40 metros de N. a S.. y que aún mide unos
por miles de años; boy nos respalda una gran 20 metros de altura. Sus flancos ban de ha­
acumulación de experiencia humana. El bom­ ber sido graderías de piedra canteada, a juzgar
bre ba sobrevivido a las guerras, pestes, pros­ por la apariencia que presenta, y se cree que
peridad y depresiones; a veces muriéndose de en su cima había un templo, como en la
hambre, y a veces nadando en oro. La curva generalidad de los cúes de nuestros indios _
de la vida humana sube y baja, se alarga (Barberena).
atravesando la historia, la arqueología, hasta
Barberena dice: que llama la atención de
el borroso pasado de la geología .
los arqueólogos respecto al nombre que con­
Y termina así: “En el suelo de la América serva el paraje en que están esas ruinas:
hay capítulos de historia antigua tan emocio­ «Opico».
nantes y tan importantes como los capítulos
El Dr. don Antonio Peñafiel en su «No­
que se han excavado en los alrededores del
menclatura Geográfica Mexicana» dice res­
Mediterráneo. Poco a poco crecen nuestros
pecto a ese vocablo: “Alteración fonética de
conocimientos, y poco a poco nosotros los
la palabra mexicana yopi=co, que literalmente
americanos de hoy, empezamos a darnos cuen­
quiere decir «lugar en que se arrancan cora­
ta de que enriqueceremos nuestra propia cul­
zones»; de co, lugar; pi, arrancar, y vollof o
tura con estudiar el libro de sabiduría
yullofl, corazón. Y adelante agrega: "yopi=co,.
que se halla escondido en nuestra propia
del mexicano; lugar de Yop/, o Xipa o Totee,
tierra”.
el señor espantoso y terrible que pone temor;
Volviendo a nuestro tema: las ruinas de se le representa vestido con una piel humana
Tebuacán están ubicadas en la falda oriental desollada de un sacrificado”.
del Cbichontepeque, entre la ciudad de San “Probablemente ese era el Patrón de Te­
Vicente y la población de Tecoluca, en tierras buacán y por eso conservó su nombre, como
pertenecientes a la hacienda «Opico», propie­ acontece abora respecto a muchos pueblos -
dad de la familia Ángulo. (Barberena).
Squier y Bancroft visitaron esas ruinas a Otro monumento famoso de esta región
mediados del siglo pasado, pero antes ya ha­ nonoalca es el de la «Piedra Pintada», a
bía becbo una descripción detallada de estas orillas del Titihuapa, a donde, según el Dr.
ruinas don Darío González, quien las estu­ Rodríguez, iban los indios de Apastepeque a
dió haciendo una interesante descripción en celebrar sus sacrificios en honor de sus dio­
1891. ses. “Es un altar de piedra de sacrificios, a
la vez. En ella están pintados pies y manos,
Según esos datos, los restos de una serie
imágenes del Sol y de la Luna e inscripcio­
de terraplenes rectangulares, escalonados, se
nes geográficas”. (J. J. Laínez).
encuentran de Norte a Sur, “con murallas de
piedra, que desde luego sugieren la idea de Téngase presente esta Piedra de Sacrificios
inmensas graderías, y de que aquello era una de Apastepeque, y todos estos datos, para
plaza fuerte a la usanza indígena. Muchas mejor interpretación de la descripción de al- =
calles, bastante bien empedradas, se bailan gunos rituales y también de los motivos mu­
todavía en buen estado de conservación’. sicales que vienen de esta región.
LOS NONOALCOS Y SUS DANZAS
'LA PICA" O "PARTESANA"

Hemos puesto a los nonoalcos y desde Ixtepeque; era una especie de Congreso de
luego a San Vicente y sus anexos en el ho­ «Partesanas», llevando todos su cuerpo espe­
rizonte tolteca-protolenca, porque encontramos cial de música de pito y tambof, portando
en estos pueblos modalidades afines en su cada pueblo en vistoso desfile las ofrendas
música y danzas, a nuestros indios pipil- que llevaban al Señor de Esquipulas.
toltecas de la región de los izalcos y los Aún ahora acostumbran que la Mayordo­
anexos a nuestra ciudad capital. mía de Apastepeque sale a encontrarlos a
Pero también hemos encontrado entre sus todos, según van llegando; después de reuni­
bailes tradicionales, un número que conserva dos en la Mayordomía, ésta ocupa un lugar
el nombre exactamente igual, y el baile tam­ arreglado para el acto; y todos, después de un
bién, como lo acostumbran los lencas y en saludo ceremonioso, entregan al Mayordomo,
donde ba tenido origen, el llamado «La Pica» por su turno, los que llevan la «Partesana».
o «Partesana». Aunque la música en la Pro­ Entonces, la Mayordomía con los de la Cofra­
vincia de los nonoalcos tiene su modalidad día del Señor de Esquipulas y las comparsas
propia, el baile y comparsa es exactamente de las diferentes «Partesanas» que ban llegado
como la de los lencas. para ofrendar al Señor, se dirigen al Templo.

Esto es muy significativo, pues viene a Allí el Mayordomo hace entrega de sus
comprobar la tesis del Profesor Jorge Lardé, «Partesanas» a los que Ies corresponde en
que dice: “que los proto-lencas, antes de que los diversos grupos, y acto continuo comienza
llegaran los toltecas, ocupaban la mayor parte el baile de todas las «Partesanas» en honor
del territorio de Cuzcatlán, salvo la región del Señor de Esquipulas.
maya-pocomán de Chalchuapa”. El espectáculo es verdaderamente pinto­
Es verdad que los indios, con ese espíritu resco y vistoso, pues los que portan lanzas,
nómada que tienen de ir de un lugar a otro, los de los arcos, las banderas y «Partesanas»,
ban llevado y traído algunas modalidades de todos las llevan adornadas con listones de
otros pueblos y otras razas de nuestro mismo colores encendidos, que en los giros y pará­
territorio. Así este baile de «La Partesana» bolas que describen en el aire, bacen un
es también conocido en algunos lugares de conjunto novedoso y llamativo.
babla pipil, pero con modalidad completa­ Aquel conjunto (me contaba un amigo
mente peculiar en cada pueblo, y no le lla­ músico de ese lugar), tiene todas las caracte­
man «Partesana», sino de otras maneras. En rísticas de un fragor de batalla, pues esta
los izalcos hay un baile parecido que lo de­ danza es guerrera. Una vez terminado el baile
signan con el nombre de «La Milicia» y en de todas las Partesanas, cada comparsa frente
otros lugares le llaman «Los Lanceros». al portón del Templo, de uno en uno, después
de muchas genuflexiones y reverencias, con
Los tres nonoalcos, Yxtepeque, Apastepe­
una rodilla en tierra, clavan sus armas y des­
que y demás pueblos de San Vicente, ponen
pués de santiguarse, entran al Templo con
empeño y tienen bellos bailes de «Partesana»,
las ofrendas que cada Cofradía lleva para el
tan buenos como en los lencas, que es en
Señor de Esquipulas.
donde tuvo su origen dicbo baile.
Este baile de «La Partesana» es un pá­
Todos los demás bailes que acostumbran lido vestigio que ba llegado basta nosotros
en estos lugares, son los mismos de los pipil- de aquellos antiguos y precortesianos bailes
toltecas de Jzâlco y de todos los pueblos en de los mayas, en que representaban las terri­
donde se babla el nábuat. bles batallas de los «Caballeros Tigres» con
Antiguamente, en la celebración del Señor los «Caballeros Aguilas». Pero después de
de Esquipulas en Apastepeque, se reunían la Conquista, a este baile guerrero de nues­
los bailes de «Partesanas» de los tres nonoal­ tros indios, los españoles le pusieron el nom­
cos, San Pedro Ostuma y también el de bre de «Partesana».
; : t
El baile de «La Partesana» es uno de los rentes pueblos, pondremos la modalidad de
pocos vestigios que ba sobrevivido de aquellas «La Pica» o «Partesana» de San Vicente,
suntuosas danzas guerreras de nuestros ante­ para que apreciemos la diferencia de «La
pasados los protolencas. Como no es posible Partesana» de los lencas que veremos más
poner aquí todas las modalidades de los dife­ adelante.

ESTUDIO
Esta melodía tiene un marcado sabor ar­ luciones en el aire, los danzarines se mue­
caico, aunque para gustar ese sentido verda- ven bieráticamente y con la presteza de su
derameste rancio y primitivo, es necesario brazo es que cogen la lanza o partesana, para
oírla en los instrumentos indígenas y tocada volverla a lanzar por el aire.
por los indios. Si la tocamos en el piano o Como he dicho, a pesar del carácter gue­
en cualquier otro instrumento, pierde mucbo rrero de esta danza, tiene a la vez mucho de
de su carácter y psicología ambiental por no religioso. Es como si dijéramos: el ritual de
ser vaciada en su instrumento que da el ver­ las armas.
dadero timbre, que e:s como se puede apreciar El rito y la modulación de los elementos
su sabor bellamente primitivo. de esta melodía son elocuentemente indígenas.
Ei diseño melódico se mueve en la pri­
Creo que esta melodía en su primitivismo
mera parte en intervalos de tercera y segunda.
estuvo vaciada en un pentatono de SOL,
Su ritmo en seis octavos (6/8) es marcadamente
pero a través de las centurias de años, per­
guerrero o de fanfarria. Hay una frase de
dió su gama pentatonal, y de la conquista
paso entre la primera y segunda parte en
para acá le interpolaron esa sexta nota (o nota
progresión diatónica; la segunda parte se ini­
colonial) de DO, lo mismo que la progresión
cia con la insistencia de la nota DO y los
diatónica que comienza con la guinta RE,
intervalos de segunda son más numerosos, no
habiendo sino uno solo de tercera entre el El movimiento mismo de los intervalos nos
segundo tiempo del penúltimo compás y el está diciendo de la forma pentatonal en su
primero del último. origen; luego la segunda parte no pasa de
La danza como la melodía, a pesar de su una extensión de cuarta.
espíritu guerrero, podríamos más bien clasifi­ La progresión diatónica que comienza con
carla en el grupo de las melodías y danzas la guinta RE, haciendo una escala de seis
cerradas o bieráticas. Aquí la expansión la notas, es un pasaje de adorno a que los indios
efectúan las lanzas y partesana con sus evo­ en sus ejecuciones están muy acostumbrados.

«LAS HONRAS»
Vamos a referirnos ahora a una ceremo­ de los cofrades y Mayordomo, que llaman
nia y música que los nonoalcos emplean ac­ «Las Honras».
tualmente para la designación o convocatoria Me contaba un amigo vicentino que cono-
fi —
cía bastante las tradiciones de su tierra y de Cuando el Mayordomo oye el toque de
los nonoalcos, que esta música antiguamente, «Las Honras» sale inmediatamente a la puerta
en época precolonial, servía para designar a y con los brazos cruzados y muy serio escu­
los sacerdotes y guerreros que oficiarían en cha aquel Himno de Honor; sale enseguida
los sacrificios. Pues los indios conservan por con su sombrero y acompaña a los músicos
tradición el recuerdo de los ceremoniales y para seguir en cada una de las casas de los
sacrificios que llevaban a cabo en «La Piedra cofrades repitiendo la misma ceremonia. Cuan­
Pintada o de los Sacrificios» de Apastepeque. do llegan a donde el último, ya están todos reu­
Con esta música de «Las Honras», acom­ nidos y siguen en procesión para la Alcaldía a
pañada de cinco tambores, van abora de casa dar parte de que comienzan los preparativos,
en casa del Mayordomo y cada uno de los para lo cual ban convocado al Mayordomo y
cofrades, nombrándolos o convocándolos para a los cofrades. En seguida se encaminan a
el Congreso, dicen ellos. casa del Mayordomo y después de unas buenas
Lo más notable de «Las Honras» son los tazas de chocolate y tragos de aguardiente
cinco tambores que van dispuestos de este vienen los palabreados y reverencias con sa­
modo: un tamborón grande indio, dos tambo­ ludos y amaneramientos, que son muy usua­
res medianos cilindricos que los indios llaman les entre los indios para sus ceremonias.
PE quinto, un tambor más pequeño como re­ Este toque de cinco tambores o sea «Las
doblante, que le llaman caja, y un tamborcito Honras», los nonoalcos dicen que tuvo su
pequeñito llamado ataualné que bace las veces origen en su Provincia; pero yo sé que tam­
de punleador en el acompañamiento. bién los izalcos la tienen, sólo que le llaman
Cada uno de los cinco tambores va hacien­ «La Honra» y acompañan solamente cuatro
do distinta percusión en el ritmo, y aunque tambores.
la melodía del pito varía muchas veces, el Ponemos aquí la melodía de «Las Honras»
conjunto y ejecución de los cinco tambores recogida por mí estimado amigo Salvador Mar­
es siempre el mismo desde época muy lejana. tínez:

ESTUDIO
Esta melodía de «Las Honras» por más ella las modulaciones y carácter de la música
que acompañe al conjunto primitivo de cinco criolla.
tambores, en una ceremonia que conservan Su ritmo de dos cuartos que da idea de
los indios desde tiempo inmemorial, esta me­ lo marcial, la forma, sin embargo, de cómo
lodía, repito, aunque se siente en ella el estilo van repartidos los valores en las diferentes
v la forma de la música vieia. resalta en
danza muy a la usanza de los españoles en música hispana con la india, resultando de
tiempo de la Conquista. este mestizaje esa forma de música antigua*
Esto no es de extrañar en la Provincia pero criolla.
de los Nonoalcos, pues como veremos en otro Regularmente el toque de «Las Honras»
motivo musical de este mismo lugar, con mo­ se hace solamente con la percusión de los
tivo de los casamientos indígenas, se com­ cinco tambores, que como todos tocan de dis­
prueba que en estos lugares quedó muy bien tinta manera, resulta un conjunto lleno de
plasmado el estilo e interpolación de la novedad e interés.

MOTIVOS DE SAN VICENTE

Vamos ahora a referirnos a cada uno de los estas «Recordadas»; por ahora no quiero pasar
motivos que aparecen en la página titulada en alto esta melodía para señalar el marcado
«Motivos de San Vicente»: aire y estilo criollo de aquella época, como lo
El primer motivo o sea «Música de la hicimos notar en la melodía de «Las Honras».
Antigua Recordada de San Cayetano», es la Sí oímos y observamos con atención estas
melodía más antigua que se conoce con que dos melodías, sentiremos la afinidad de estilo
cantaban hace muchísimos años las clásicas y el aire de familia, digamos, del lugar y la
«Recordadas de San Cayetano» en San Vi­ época.
cente. Este número, como los dos que vienen:
Cuando tratemos el folklore religioso nos «Son del Sacrificio» (Apastepeque) y «Pito
concretaremos a la descripción detallada sobre de Pasión», los debo a la gentileza del amigo
Profesor José M. Martínez, que es de San Martínez; nuestro siempre admirado y muy
Vicente, ciudad que tiene gran renombre por apreciado Francisco López N. (cariñosamente
los notables músicos y artistas que ba dado, llamado Chico López), notable violinista y
siendo éllos gloria y renombre para la Patria. artista de corazón, quien se dió todo a su
Patria como concertista y maestro; y tantos
De allí son Domingo Santos, notable com­
otros de este San Vicente luminoso para el
positor y maestro; todos los de la familia
arte de la música.
Miranda, músicos y artistas; el notable flau­
tista y Director de Banda Profesor José María Pasemos abora al segundo motivo:

«SON DEL SACRIFICIO»

Según me contaba el profesor José María Este «Són del Sacrificio» es uno de los
Martínez, este motivo data de época pre­ más raros y bellos especímenes de música
hispánica, y los indios de Apastepeque indígena primitiva que be encontrado en el
dicen que servía para la celebración de los país.
antiguos sacrificios que se llevaban a cabo Se siente en la melodía esa tristeza nos­
allá en el santuario de la «Piedra Pintada», tálgica y ese ambiente lejano, lejanísimo.........
a orillas del Titihuapa, que se hacían para de lo que fué la música de nuestros ante­
solemnizar a sus dioses. Esto mismo lo dejó pasados.
escrito el Dr. Rodríguez («Historia Antigua
y de la Conquista», páginas 256, nota 161, Do n Cbemita Martínez me cuenta, que aún
del Dr. Barberena) quien sin duda recogió el ahora que los indios tocan en la Procesión
dato con los naturales de este lugar, que de los Pasos del Viernes Santo, se siente al
conservan fresco el recuerdo de sus tradi­ oírla un no sé qué de llamada racial que no
ciones. es de esta época. Lo comprendo perfecta­
mente, pues tocada en su instrumento indí­
Véase este «Són del Sacrificio» en la pági­ gena que da el verdadero timbre y por un
na de «Motivos de San Vicente». Estudiando indio músico de San Vicente, ya me imagino
el movimiento del diseño melódico, se siente la expresión de esa música.
desde luego su origen primitivo y de música
Otra característica del motivo de que nos
puramente indígena. Allí está la síncopa in­
ocupamos, es el efecto melódico de las notas
confundible de la música primitiva pura. Esos
negras y de las frases cortadas por los silen*
silencios que están en el primer tiempo de diez
cios, que bacen en el conjunto un efecto de
compases, dan la idea o mejor dicho la im­
ritual hierático y de muerte, verdaderamente
presión de la síncopa que se encuentra en el
impresionante.
último y primer tiempo de los compases 7 y 8,
y el último y primer tiempo de los compases Pasemos al tercer motivo de esa página
15 y 16. musical o sea el que se titula:

«PITO DE PASION»

Este es un motivo que abora los indios La melodía de este «Pito de Pasión» creo
de San Vicente tocan en las procesiones de que es de manufactura más reciente que el
Semana Santa y también en los Vía Crucis otro. Luego, en el pentagrama de abajo, ve­
de los Viernes de Cuaresma, pero con todo mos el motivo del tambor que le sigue; esa
y que es la melodía de su diseño, personal y percusión del tambor es muy usada por los
raro, no tiene la característica y primitivismo
indios cuando el pito toca en las procesio­
del primero.
nes.
Las notas blancas que hacen pausas más
prolongadas que el primero, en conjunto con El último motivo de esta página de San
las frases de semicorcheas y corcheas en írecillos, Vicente es una «Ronda» que los niños de
no nos dicen del ambiente hierático y ritual este lugar acostumbran cantar en las noches
que se acentúa en el primero. de 1 una, conocida con el nombre de:
«LA NIÑA DOLORES»

A ésta le llaman Ronda de Tecoluca, por= Aunque las Rondas las trataremos en ca­
que de ese lugar es la modalidad que vere- pítulo aparte en el Folklore de los Niños,
mos en seguida, y que en el colmo del entu= nos referiremos a ésfa, por estar en la página
siasmo a veces hasta los grandes cantan «La de los «Motivos de San Vicente», pero esta
Niña Dolores», formando juegos y coros que misma Ronda es conocida con diversas moda­
resultan alegrísimos y muy pintorescos. Los lidades en muchos lugares de nuestro terri­
niños de todos los lugares de San Vicente torio. La modalidad de Tecoluca y de todos
no la sueltan en sus juegos. los pueblos de San Vicente, es como sigue:

LETRA DE LA RONDA «LA NIÑA DOLORES»

Lengo una canasta Con red y madera,


Lien ita de flores, Cbin chocolat.
Para que sé case
Lina mariposa
La niña Dolores.
Que pasa por aquí,
Sota Sota Cambre De día y de noche
Que enrolla la cera No deja dormir.
Esta Ronda la cantan en rueda formando la pureza de su forma, como ésta de Tecoluca
parejas y el niño o niña que sobró (pues en la región de los nonoalcos en San Vicente.
siempre el número es impar) va al centro; La medida de sus cuartinas, así como la
concluido el canto se abrazan y el que queda originalidad de sus versos y de su música,
solo, se pone en el centro para comenzar el nos llevan casi a la conclusión de que dicha
juego de nuevo. Ronda tuvo su origen en esta región de San
Habiendo tantas modalidades de esta Ron­ Vicente. La característica sobre todo de esa
da, pues en San Miguel se conoce otra varie­ segunda estrofa:
dad con el nombre de «La Canastilla», y en
Sota Sota Cambre
otros lugares también de la región de Oriente
Que enrolla la cera, etc.
de nuestro territorio, se conoce con los nom­
bres de «La Viuda» y «La Viudita» a otras es tan peculiar y de modalidad inconfundible,
dos veriedades de dicba Ronda en aquellos que al oír esta estrofa se sitúa uno sin querer
lugares, ninguna nos parece tan original por en la región de los nonoalcos o San Vicente.

COSTUMBRES
Más o menos en las supersticiones y cos­ y después le ponen un incensario con copal,
tumbres de nacimientos, matrimonios y ritua­ haciendo ciertas ceremonias y oraciones.
les en las siembras, todos los pueblos de habla Llegado el momento de las siembras, vuel­
náhuatl tienen las mismas; pero en algunos ven a los lugares en que dejaron escondidas
lugares de la región nonoalca participan tam­ las «jicaras» con los granos, y con las mismas
bién de ciertas modalidades y costumbres de precauciones las llevan de nuevo a su Cofra­
los antiguos pueblos protolencas. día para repartir el grano entre los interesa­
Una de las prácticas supersticiosas de los
dos, recomendándoles se ayunten con sus
nonoalcos, en la agricultura, es: que después
esposas y que en seguida vayan a sembrar
de escogidas y cte haber recibido la bendición
al campo las semillas. En el campo se repi­
las mazorcas de maíz y Tos otros granos que
han destinado para las siembras, los colocan ten las mismas ceremonias de la raza pipil,
en unas «jicaras», y así las llevan a poner sólo que, aunque las mujeres ayudan a sem­
ante los altares de sus imágenes en las Cofra­ brar el grano, éstas deben tener cuidado de
días, y luego el Prioste de cada una de ellas, que sus enaguas no pasen par encima de las
las lleva; con mucho misterio y sigilo a en­ semillas, pues tienen la creencia de que si esto
terrarlas en un .hoyo, cubriéndolas con tierra pasa nace vano el maíz. »
NACIMIENTOS

Cuando un niño nace, después de cortarle La mazorca que ba servido para esta ope­
el ombligo, cuyo acto constituye un ritual ración, es guardada en una «jicarita» especial,
religioso, buscan siempre el lado por donde
para sembrar sus granos en ritual esmerado,
está el sol, y efectuada esta operación, colo­
can el resto del cordón umbilical sobre una pues estos granos deben producir el primer
mazorca de maíz y lo cortan con una cuchilla alimento sólido destinado al niño después de
de pedernal, arrojándolo después al río. su destete.

CASAMIENTOS

Las ceremonias para los matrimonios ó suspendidas en largas barras de madera atra­
conciertos son las mismas de los izalcos y de vesadas, que llevan sobre sus hombros dos
todos los indios nabuatlacos. Pero tienen una indios y que atraviesan la calle de un lado
forma especial de llevar el porte o las ofren­ a otro.
das que los padrinos y convidados tienen el Otros en lugar de carne llevan mazorcas
gusto de obsequiar. de maíz y de cacao; detrás vienen otros que
En dichos casamientos acostumbran llevar llevan atados de dulce, frutas y flores, for­
desde la casa del novio, con pitos y tambores mando todos ellos un desfile pintoresco y
como en procesión, grandes lonjas de carne muy característico.

PARA SEMANA SANTA

En la fiesta de Semana Santa, en los Después de la procesión del día siguiente,


pueblos de Teotepeque, Ixtepeque y Apaste- o sea el Viernes Santo, pasan todos, músicos
peque, los indios acostumbran la celebración y cofrades, el señor Cura e invitados, a la
con ceremonias especiales. La víspera del casa del Prioste, en donde éste con sus fami­
Viernes Santo, un indio va cargando la in­ liares y «tenances», les presentan a cada uno
mensa cruz que servirá para la crucifixión, de los invitados, sendas «jicaras» tapadas con
haciendo todo el recorrido de los Pasos de pañuelos de seda tejidos por ellos mismos,
Pasión. Otros indios muy ceremoniosos van conteniendo pinole caliente, espeso y aromoso.
por delante y por detrás incensariándolo con Al presentarle a cada convidado su «jicara»,
copal que sahúman en braseros o incensarios se inclinan diciendo: “Aquí lu tenés tu obli­
con pajaritos de barro rojo laboreados de verde. gación . Y cuando ya todos lo tienen su
Todos caminan ceremoniosamente tres pasos obligación, toman el pinole, con gran etiqueta,
para adelante y uno para atrás, basta que haciendo los elogios de la sabrosa bebida
llegan a la Cofradía. de maíz.

CEREMONIA DE IR A TRAER EL INVIERNO

Los nonoalcos acostumbran una ceremonia caminata dando un rodeo, pasando por una
que tiene las características de un ritual pri­ quebrada que sólo en el invierno corren por
mitivo. Después del 3 de Mayo, si ven que ella las aguas de otros ríos.
no ba llovido, se reúnen todos los vecinos Ellos dicen que van a traer el invierno,
en un lugar que se encuentra en la cumbre y mientras caminan, recitan preces y oraciones
de un cerro que se llama Conacastillo, y a mirando para el Oriente. El regreso lo efec­
las 12 del medio día en punto salen en si­ túan en la hora que el sol ya se ba ocultado
lenciosa peregrinación hombres y mujeres, en el Ocaso, y sucede que, con seguridad, al
llevando cada uno en la cabeza una piedra entrar al caserío, ya obscureciendo, comienzan
de regular tamaño. a caer las primeras lluvias de una buena tor­
Hacen el descenso por una vereda, cami­ menta. ¡Quién sabe qué secreto es este!
nando cuesta abajo; después siguen en larga Pero el caso es, que personas que han pre-
senciado este ritual y el eficaz e inmediato El año siguiente hicieron lo mismo; pero
resultado de las lluvias, se han quedado ma­ la maestra tuvo buen cuidado de no reírse,
ravilladas de este misterio. y basta les recomendó regresaran pronto para
Una profesora de la Escuela que estuvo que no se mojaran.
dos años en ese lugar, me contaba que los Esta es la misma peregrinación que hacen
dos años hicieron la misma ceremonia con los izalcos y otros pueblos fronterizos a Es-
igual resultado. quipulas, en rememoración de la antigua ce­
La primera vez que la presenció, se puso remonia que estos pueblos hacían “para ir a
a reír, creyendo ingenuidad de los indios, traer el invierno’’.
por llevar a cabo aquella peregrinación con En todos los lugares de indígenas y tam­
las piedras, pero una india anciana que la vió bién los campesinos de fincas y haciendas,
le dijo: “No se ría usted, ni se burle, niña, acostumbran estas peregrinaciones y van con
pues cuando vea venir la tormenta, vará que la imagen de San Isidro o de otro santo, en
el «Señor de la Lluvia» manda el agua para rogaciones para alcanzar la gracia de la lluvia
proteger nuestras siembritas’’, y así fué. para sus siembras.
SECCION DE ORIENTE
EPOCA PRIMITIVA

RAZA DE LOS LENCAS


Y A hemos dicho algo sobre los lencas lugar (Se Encimó) se habían establecido hacía
en la parte histórica de este ensayo, y muchos siglos unas pocas familias que decían
aunque algunos historiógrafos (Barberena en­ “eran de los pocos, los escogidos”. Y que por
tre ellos) dicen que provienen de los maya- baber elegido ese lugar que quedaba en lo
quichés, bay otros etnólogos modernos y pro= alto de una cima, le llamaron al pueblo que
fu ndos investigadores que afirman que los se estableció: «Se Encimó».
lencas de nuestro territorio fueron los proto- Y quién sabe sí de esta región emigraron
mayas, es decir, una raza que llegó o estaba siglos más tarde bacía el Norte para ir a
en nuestro territorio mucho antes de que los fundar tal vez Copán, el Petén y Cbicbén-Itza.
mayas aparecieran en Centro América. Girard, con sus estudios y sus obras que está
Los lencas de Cacaopera y de Torola, me publicando, ha venido a revolucionar comple­
aseguraba un tío mío que siempre vivió por tamente las antiguas tesis proclamadas y de­
esa región, así como mí padre que nació en fendidas por los historiadores, y sus razones
Se Encimó (ahora San Simón), aseguraban que apoyadas en profundos estudios e investi­
por tradición sabían de sus antepasados, que gaciones, están esclareciendo muchos puntos
ellos eran los mayas puros. Contaban también que basta abora habían permanecido a obs­
que los viejos antepasados decían que en ese curas.

TRADICIONES DE LOS LENCAS


CREENCIAS RELIGIOSAS
Como las tradiciones son la antorcha que ella abundantes restos en las cercanías de San
va alumbrando el camino para llegar al prin­ Miguel, especialmente a unos dos kilómetros
cipio y origen de las razas, no be vacilado bacia el Norte”.
en relatar aquí algunas tradiciones recogidas Vamos a referirnos a los lencas de las
con personas ancianas nacidas por esta región márgenes del río Torola, en donde se encuen­
de los lencas, que seguramente darán alguna tran las ramas de esta raza. El pueblo de
luz en estos estudios, máxime que de ellas Torola, por ejemplo, es antiquísimo y se ignora
poco o nada dicen los Tratados de Historia. en qué época fué su fundación. Está situado
Barberena en la nota 106 en el Capítulo Pri­ como a 40 kilómetros al Norte de San Fran­
mero de la Tercera Parte, de su Historia, dice: cisco (Morazán), capital del Departamento de
*Aún respecto a Cbaparrastique, que era bas­ Morazán.
tante grande y populoso, no se sabe nada de su Antiguamente todos los pueblos lencas de
historia precolombina, etc.” Y en el capítulo estos lugares creían con fe ciega en los «Ge­
séptimo, «Ideas Religiosas», dice: “Nada, ab­ nios Espíritus», a quienes adoraban como dio­
solutamente nada, se sabe respecto a las ses, y decían que éstos vivían en los cerros
creencias religiosas de los chontales de Cha­ y montes, (el dios «Cerro - Valle»), y que a
parrastique”. Más adelante, hablando de los veces el «Espíritu Grande, el Oculto», se había
monumentos arqueológicos del país, dice: “De aparecido en forma de «Serpiente» (el Kukul­
la ciudad de Chaparrastique, capital del te­ cán), según refieren personas muy ancianas de
rritorio del mismo nombre, nada nos dicen esos lugares que oyeron contar de sus abuelos
los cronistas del siglo XVI; mas existen de las antiguas tradiciones de sus antepasados.
Aún ahora estos lencas no han logrado le lia man «Misilán», pero que ahora les dai>
cortar los lazos que los atan a las antiguas el nombre de «Autor» o «Maistro»; éste tiene-
creencias y tradiciones, y siempre existen los sus ayudantes, y para sus ceremonias hace
sitios y señales donde se reunían (y tal vez algunos años llevaban también un pavo mon­
lo hacen ahora todavía) los indios lencas, para tés (animal sagrado entre los lencas) para
llevar a cabo sus rituales, pidiendo a sus sacrificarlo en un altar improvisado, cuya san­
dioses (los Espíritus Genios), y bajo la enra­ gre servía para reverenciar al dios «Cerro-
mada misteriosa de sus creencias, se entre­ Valle» o «Era=Kótan».
gaban de lleno a los sortilegios y mil bru­ Tenían que las tranquilas aguas de la
jerías, por medio de las cuales se transfor­ laguneta era el mejor sitio para reunir a los
maban en distintas cosas y animales que se «Genios» de otros cerros; así, la última cere­
les antojaba. monia servía para invocarlos y sacrificaban
En la cima de una pequeña loma que se otras aves, cuya sangre ofrendaban a dichos
encuentra como a un kilómetro de Torola y «Genios» para que les fueran propicios ea
que los indios llamaban volcán, se reunían sus siembras.
para hacer sus peticiones a sus dioses, «Es­ El prioste o sacerdote llamado «Misilán»
píritus Genios» que residían en los cerros daba principio a sus ritos, llevando en su
(el dios «Cerro-Valle», llamado por los lencas diestra un gran incensario becbo de barro
«Era=Kótan»); a este cerro abora se le conoce adornado con pajaritos y símbolos; quemaban
con el nombre de «Tablón de Torola». incienso y copal en abundancia, dando vuel­
Allí hablaban con su dios «Era=Kótan» y tas alrededor de aquel gigantesco espejo (que
aunque no se les presentaba en persona, esto parecía el pequeño lago en que se refle­
tenían la seguridad de que los estaba escu­ jaba el sol), 11 amando a los «Genios» y al
chando por las manifestaciones que de él dios «Cerro = Valle», de la manera siguiente:
recibían. Hay en ese lugar dos pequeñas “Bénguen lus Genius, amigus del que lu
prominencias o cerros, en medio de los cuales tenemus in este bulc.án, bénguen, bénguen;
se nota que aún en la época más seca del benilo bos Géniu del Cerru de la Babilonia (’);
verano, se mantiene la vegetación y la hierba benilo bos también que estás en el Cerru
ostentando frescura y verdor. Esto era hasta Masaya (3); bénguen, bénguen, aquí lu tenemus
hace poco tiempo una pintoresca laguna de un regalitu para osté”.
cristalinas aguas. Mientras el sacerdote estaba en estas cé­
Esta pequeña laguna no tenía peces y lebres pláticas, sus ayudantes ejecutaban el
jamás se secaba. Eran más frecuentes los sacrificio del pavo y las otras aves, pendien­
ritos en este lugar, cada vez que necesita­ tes de las patas y colocados en un postecito,.
ban la lluvia de las aguas buenas para sus bajo un arco adornado con belecbos y flores
siembras. del campo de varios colores. En recipiente
Los sacerdotes y caciques, ahora repre­ especial recogían la sangre del pavo y de las
sentados en el jefe y los cofrades, dan la otras aves. El sacerdote continuaba en sus
orden religiosamente en la fecha del 25 de pláticas llamando a los «Genios» con el in­
Abril que aún llaman: «La Semana de San censario en la mano: “Bénguen, bénguen, Ge­
Marcos», para que comiencen las siembras nius divinus a gozar de la sangríta del jolotiyo
de sus milpast trabajo que terminan a más y tortolitas que lu ofrecemus, para que lu
tardar el 29 del mismo mes. echés tu bendición del cielo; queremus agüita
Concluidas estas faenas, ya están enten­ para que las milpas nu se pierdan; lu quere­
didos de reunirse al día siguiente muy de mus buena cosecha del maicitu, el frijolitu;
mañana en la cima del volcán a orillas del todu te lu pedimus de corazón”.
terso lago, todos aquellos que tuviesen ne­ Terminadas estas peticiones, todos los con­
cesidad del agua del cielo. currentes sentían una extraña y agradable
Antes que el sol abra su pupila en el brisa; las cristalinas aguas parecían moverse
Oriente, se encuentra reunido en el lugar el
(t) Babilonia: Cerro situado al Oriente de Torola, en
pueblo entero: hombres, mujeres y niños. territorio bondureño, que también antiguamente era encantado,
Preside esta reunión el indio más anciano o según estas tradiciones.

jefe de la cofradía, quien oficia en carácter (2) Masaya: Cerro situado al Poniente de Torola, en ju­
risdicción de Colomoncagua (Honduras) que igualmente lo bao.,
de sacerdote o ministro de la religión, al que tenido por encantado.
misteriosamente; esto, según entender, era que nace el agua, ni mantiene piedras, ni arenas,
los «Genios» estaban reunidos y era el mo­ aunque le pasen por encima las crecientes de
mento propicio para ofrecer el sacrificio. In­ la quebrada.
mediatamente cogía el sacerdote, muy reve­ Este fenómeno hizo creer a los indios
rente, con ambas manos, el vaso o jarro que lencas que aquel lugar era la entrada y la
contenía la sangre de la víctima, y levantán­ salida del «Genio», imaginándose que la cas­
dolo cuanto era posible, mandaba que todos cada era la «puerta del cerro»; por consi­
se arrodillasen; considerando el acto muy so­ guiente, continuaron frecuentando este lugar;
lemne, todos caían de rodillas, y entonces el desde luego, uno de los más viejos entre
sacerdote arrojaba el contenido al fondo del los naturales fué encargado de llevar la ba­
agua y se quedaba con las manos juntas en tuta en las ceremonias, haciendo de Misi-
actitud de profunda reverencia y en silencio. lán, Autor o Maístro, en quien confiaban los
Terminadas así estas reverencias todos se demás, que con algún divino modo llamaría
retiraban a sus viviendas a esperar la tor­ al «Genio» a fin de que se les presentara en
menta, que ya se empezaba a formar en el alguna forma.
Oriente; tal era la fé que tenían, que creían Así, pues, aferrados nuestros protagonistas
que si no llegaban luego a sus viviendas, les en la creencia de que con la perseverancia
caería el gran aguacero. Las siembras eran llegarían a ser dueños del «Genio» deseado,
bien logradas y todo se les concedía, porque no cesaban de ir f recuentemente a visitar el
recogían pingües cosechas. lugar de la cascada, fijando su atención en la
Ll sacerdote se daba por muy satisfecho, pileta llena de agua, en la cual depositaban
aprovechando las carnes del pavo sacrificado siempre la ofrenda que llevaban, que no era
y no exigía ninguna remuneración por sus sangre, como anteriormente, sino que ésta era
oficios rituales. una cumbita de jicara preciosamente labrada,
Con el transcurso del tiempo, todo fué con dibujos y símbolos finamente pulimenta­
cambiando, porque llegaban personas de otras dos, llena de atole del mejor que podían
partes, que no creían en los falsos dioses y condimentar y herméticamente tapada; ésta
se burlaban de las creencias de los naturales, era colocada en el lugar destinado, e inme­
y comenzaron los desacuerdos quedando re­ diatamente, como por encantamiento, se perdía
ducidos a un corto número los creyentes de vista, no porque fuese gran cantidad de
en los tales «Genios», y para no ser objeto agua, sino cosa del encanto; esto era muy sa­
de burlas fueron prescindiendo del erróneo tisfactorio para los oferentes.
fanatismo, al grado que abandonaron el sitio Cuando esto pasaba, se ponían a llamar
de las reuniones en la cima del llamado vol­ al «Genio» en su lenguaje acostumbrado, y se
cán, y no tardó mucbo tiempo en desapare­ dió el caso de que en una de tantas visitas
cer el mencionado lago. al citado lugar y los repetidos llamamientos,
Pocos años después, como viniera la nueva quiso el mal llamado «Genio» presentárseles,
generación, quiso ésta continuar en las mis­ habiéndolo hecho en forma de serpiente, (esta
mas creencias y costumbres de sus antepasa­ es la forma en que se figuraba o represen­
dos, mas no lo consiguieron en el mismo lugar taba al dios «Cerro = Valle» por antiquísima
por haber desaparecido para siempre el en­ tradición; véase lo referente a dicho dios
cantado lago. Pero los indios insisten en «Cerro = Valle» en la primera parte de este
encontrar un lugar adecuado para ponerse ensayo), pero no común, pues jamás habían
en condiciones favorables con los menciona­ visto otra igual. (¿Kukulcán?...)
dos «Genios»; el dicho volcán es muy abun­ Este reptil, nadando en las cristalinas y
dante de agua en todas direcciones, y hacia el misteriosas aguas de la pileta tan pequeña,
rumbo Poniente se encuentra una quebradíta daba un brillo esplendoroso con sus matices
de agua permanente, conocida con el nombre de de púrpura, oro y plata que eran los colores
«Maragua»; en ésta hay- una pequeña cascada, que ostentaba como plumajes. ¡Oh, qué sor­
que la forma una inmensa roca; cerca del borde presa para los fervorosos lencas! Mas cuando
de la cascada, en un ligero repecho de la laja, esta extraña serpiente, erguida la cabeza sobre
a dos varas poco más o menos de distancia el agua, quiso hablarles, lo inició con un silbido,
del «lecho» de la corriente, se encuentra un y después se expresó en estos términos: “Yo
pequeño hueco que permanece lleno de agua soy el «Genio» que deseáis ver. He oído
en todo tiempo, sin que se note de dónde vuestros continuos reclamos. Yo soy el há-
hito en este volcan, pero no me es permitido a la cual asistían los entrantes. Al amanecer
presentarme ante vosotros en todo tiempo; el día primero de enero, en las horas de la
tan sólo me veréis el día primero de enero mañana se reunían los miembros de la mu­
de cada año. Venid todos a verme en ese nicipalidad saliente en la sala consistorial,,
tiempo y os acompañaré”. para ir a traer de uno en uno a los nuevos
Terminado el discurso de la serpiente, que funcionarios a sus respectivas casas, acom­
apenas pudieron comprender los pobres indios, pañados de gran alegría de música de pitos
desapareció, dejándolos perplejos, y como ale­ y tambores pequeños que llamaban cajas. Una
targados sin el menor juicio para cerciorarse vez reunidos en una casa, que para ellos es
si lo que habían visto y oído era una reali­ como un templo y al que llaman «Calpul »*
dad o simplemente un sueño. en el momento en que rendían la protesta
Estos crédulos indios, después de largas legal, delante de un crucifijo que colocaban»
boras de estar absortos, sumamente pensati­ en la mesa, daban fuego a unas cuantas do­
vos, y volviendo a su completo estado normal, cenas de cohetes y bom bas.
siendo ya la bora del crepúsculo, que más La «vara» o insignia que entregaban al
podía la nocbe que el día, trataron de regre­ nuevo Alcalde, era de doble altura de las
sar a sus bogares, muy alegres por la extraña que entregaban a los demás miembros, estan­
visión que tuvieron aquel día que para ellos do lujosamente adornada con flores artificiales
era el más dichoso de su vida. hechas de esmaltes de muy variados colores,
Tan pronto como regresaron a sus casas, de manera que deslumbrara al fijar la vísta
daban a cuantos encontraban a su paso, la muy en ella.
fausta noticia del aparecimiento del apetecido
Pasado este acto, al que asistieran muchos
«Genio», refiriendo la manera cómo les habló
de los principales ciudadanos, en cuenta dis­
y describiendo la forma en que se les pre­
tinguidas mujeres, se dirigían en grupo al
sentó. Esta noticia fué para la mayoría de
Templo a dar gracias a Dios, los salientes
los pobladores lencas un gran acontecimiento,
por baber salido con bien de su año de ser­
que en breve tiempo fué sabido por todos,
vicios, y los entrantes a encomendarse e im­
causándoles grandísima alegría, y más, porque
plorar la misericordia divina para el buen
tal acontecimiento tuvo lugar en los últimos
éxito de sus actuaciones administrativas en
meses del año.
el año que se iniciaba. Y lo que menos fal­
¡Oh, con qué impaciencia esperaban estos
taba en todos estos actos era la «chicha»*
naturales que se llegase el día primero de
bebida embriagante con la que se inspiraban
enero, para ver el colmo de sus bellas espe­
basta el grado de emborracbaise, acabando
ranzas!, pues no esperaban del «Genio» otra
por cometer algunos desórdenes. Varias veces
cosa que las metálicas riquezas, sin tener mu­
en estas condiciones llegaban a la Iglesia,
cbo que trabajar.
aunque no todos, pero es el caso que mien­
Y tal como lo esperaban, así se les con­
tras unos rezaban muy devotamente ante el
cedió, aunque no generalmente, pero sí hu­
altar de Dios, otros sólo saboreaban la em­
bo muchos ricos que atesoraron bastante
briagante «chicha».
plata mediante los favores que recibieron del
«Genio»... Terminada la devoción, que no duraba
Antes de terminar este relato, es necesa­ mucho tiempo, el nuevo Alcalde, con su alta
rio conocer algo de las antiguas costumbres vara enflorada, se colocaba frente al altar
de los lencas de la región del Torola: la sentado en un sillón, y entonces todos los
elección del Alcalde era completamente libre; concurrentes, hombres y mujeres, ofrecían
el candidato o ciudadano electo para asumir en actitud reverente y sumisa, sus respetos
el cargo debía ser indiscutiblemente de los a su nuevo mandatario, presentándose de uno
naturales, jamás era admitido otro que no en uno con lás manos juntas a la altura deb
fuera de su casta; importaba poco que el pecho, haciéndole una profunda reverencia,
agraciado supiera o no supiera firmar; bas­ para retirarse...
taba que fuera de los más ancianos y adicto Dejamos al pueblo impaciente esperando
a las creencias del pueblo, pero sí eran gene­ que se llegara el primero de enero para salir
ralmente todos respetuosos al juramento. del desengaño, si era o no tangible la pro­
Los munícipes cesantes bacían en el cabil­ mesa del «Genio» cuando se les presentó por
do una gran fiesta el día último de diciembre, primera vez en la pileta encantada.
Veremos, pues, el resultado: habiéndose vara enflorada inició la marcha bacía el lu­
llegado por fin el día señalado, en uno de gar de la pileta encantada, que era el foco
tantos años (por no poder precisar la fecha), de sus más risueñas esperanzas. La marcha
quiso el pueblo celebrar este nuevo aconte­ era a paso lento, en paso de procesión, tan­
cimiento con el mayor entusiasmo posible; to por las múltiples incomodidades del cami­
acordóse que el Alcalde debía ser el que no, como porque así debía ser, aunque el re­
encabezaría la gran comitiva, con amplias fa­ greso se hiciera de noche en sus primeras
cultades para que él, como Jefe de la Comu­ horas, porque la luna se encontraba en su
na, dispusiera la mejor manera de llevar a completo plenilunio.
cabo aquella empresa, y en el caso de que Hizo alto esta gran comitiva cuando se
el «Genio» los favoreciera con algunas rique­ encontraba a corta distancia del referido lu­
zas, también las repartiera entre sus gober­ gar y sólo se presentaron ante el “Genio”
nados. aquellos que antes lo habían visto, llevando
El muy señor Alcalde, orondo con todos consigo la urna en que pensaban conducir el
los honores que su pueblo le hiciera, dispuso encanto de la población. En efecto, no es
dar sus órdenes así: que una vez terminados dable cómo pintar la indecible alegría que
los actos acostumbrados en la Iglesia, se re­ tuvieron nuestros amigos los lencas cuando al
tirarían a tomar sus alimentos cotidianos y estar en torno a la pileta, vieron surgir a la
que estuviesen prontos a reunirse en la Sala serpiente maravillosa sobre el agua, a la que
Consistorial o Calpul al toque de los tambo­ con todo acatamiento pusieron muy cerca la
res, y al mismo tiempo debía estar preparada urna e inmediatamente aquel sagrado reptil
una litera adornadita con flores, en la cual se introdujo en ella; tapándola muy cuidado­
iría colocada una urna de regular tamaño, samente regresaron con todo respeto a colo­
también adornada lo mejor posible, y que dos carla en la litera.
personas honorables cargarían con estas cosas Hecho todo esto, comenzó la armoniosa
para conducir al «Genio» a la población. Los música de pitos y tambores de aquellos ins­
músicos, por lo consiguiente, debían preparar pirados músicos y los enmascarados “Negri­
sus instrumentos, y sin que faltase ningún tos” entablan sus divertidos bailes haciendo
detalle, debían también prepararse los juga­ piruetas, brincando en cuanto con un píe, con
dores y bailadores de la «Partesana» y los el otro, sonando los cencerros con una mano
«Negritos» bailarines con sus respectivas co­ y la otra bacía atrás, sacudiendo la cola de
sas, que eran unas banderitas rojas y más­ vaca como si las moscas les fastidiaran, y
caras con largos bigotes y barba; unas colas gritando de vez en cuando de una manera
de vaca con mango y cencerros Lechos de especial como para imitar a una bandada de
jicaras pintadas a colores. pericos que vuela alegre en el espacio. (’)
Fué encargado de estos preparativos, el
Los de las banderitas, a su vez, colocados
primero de los Regidores, a fin de que nada
a unos veinte pasos de la litera, llegaban apa­
faltase al llegar el momento de la reunión. reados de dos en dos, moviendo en sentido
Cuando el Alcalde creyó conveniente reu­ circular sus banderitas hasta tocar con ellas
nir al pueblo, mandó tocar los tambores por la urna. Y los de la Partesana, cuyos instru­
todas las calles del pueblo, lo que puso en mentos eran unas largas púas de hierro con
movimiento a todos sus moradores, y en me­ crucero del mismo metal enastadas en piezas
nos de una hora estaban reunidos en el Ca­ de madera tallada como de un metro de lon­
bildo Municipal hombres, mujeres y niños gitud, hacían sus evoluciones colocados unos
movidos por la curiosidad de ver al «Genio», detrás de otros a regular distancia, lanzando sus
cosa que no era dable a todos, sino a deter­ instrumentos hacia arriba cogiéndolos en el
minadas personas. aire de la púa, sin tocar la madera, esto lo
Estando ya reunido el pueblo y cumpli­ hacían unas veces de pie y otras hincando una
das las órdenes del Alcalde, se procedió a rodilla. Después de un buen espacio de tiem­
organizar la procesión yendo los hombres ade­ po el señor Alcalde ordenó que se organiza­
lante y en pos de éstos las mujeres. /En me­ ra la procesión en la misma forma anterior
dio del grupo de hombres iba la litera, tal
como se ordenó, y el señor Alcalde, a la ca­ (1) Esta danza de «Los Negritos», no es otra que la de
beza de la gran comitiva, ostentando su alta «Evocación a la Siembra», que veremos más adelante.
para regresar. Una vez puesta en orden toda blación, hasta por muchos años que duró esta
la comitiva, se emprendió la marcha hacia el devoción de que cada primero de enero iban
pueblo.' los músicos, los bailarines y los de en procesión a traer al «Genio» para que les
la Partesana, adelante, parándose en cada si­ dejara bastante plata.
tio apropiado para ejecutar sus maniobras, de De repente nace la completa desconformi­
manera que cuando habían llegado a la sala dad; la codicia y la envidia, que fueron la
municipal ya era de noche, caminando a la causa de muchos desórdenes entre los mora­
luz de la luna, y tan pronto como llegaron, dores, considerando el egoísmo de los Alcal­
colocaron la urna en la mesa, y también em­
des que siempre ellos se creían únicos due­
pezó la fiesta. Ai compás de la famosa mú=
ños de las riquezas emanadas de sus diabó­
sica, empezaron sus mejores bailes, entre és­ licas creencias, y la falta de civismo para
tos el ‘Fandango”, que consistía en unos sal­
manejar la cosa pública y sin buenas mane­
tos descomunales entre las parejas de hom­
ras para mantener la buena armonía entre
bres y mujeres, sin cogerse siquiera las manos.
sus gobernados, que dejó de ser el pueblo
Los vestidos que usaban en las fiestas eran unido de antes.
los mismos que les servían en el trabajo. Los ¿Qué resultó de esto? Que los mismos
hombres vestían anchos calzoncillos y largas
pobladores dieron motivo para que el encan­
camisas que les bajaba hasta las rodillas, he­
to se perdiera, después de muchos años de
chas de manta que ellos mismos fabricaban.
estarlos favoreciendo, pues se llegó el día en
Las mujeres semídesnudas, porque sólo de
que inútilmente fueran en procesión, como
la cintura hacia ahajo se cubrían con telas
solían hacerlo, a buscar a dicho «Genio» que
de la misma manta en forma de sábana que
para siempre desapareció. Advirtiendo que la
también les servía para arroparse en la noche
pileta de agua en que encontraban a la ex­
durante el sueño que les obligaba al descanso.
traña serpiente, aún existe sin que haya ve­
En los bailes había que ver cómo goza­ rano que la seque, a pesar de que el clima
ban y divertían a los espectadores; los hom­ en este lugar es bastante ardiente.
bres poco se recortaban el cabello, las muje­
Mas, sin embargo: con el transcurso de los
res no hacían más que echarse la cabellera
largos años, algunos vecinos extendieron la
hacía atrás, recogida con un cordón de colores.
noticia de que en la mencionada pileta, habían
Nunca les faltaban sus “bombas” que se visto una diminuta mojarrita no común, pues
echaban mutuamente en medio de los bailes. brillaba en el agua como sí fuera oro genui­
En esta forma pasó la fiesta en honor al no; a esta novedad concurrían varias gentes
Genio , que nadie se dió cuenta a qué ho­ curiosas a ver si era cierto lo que decían,
ras desapareció, porque cuando lo desearon dándose el caso que para unos era cierto,
ver nuevamente, y con más urgencia aquellos porque la veían, para otros era falso, porque
que nunca lo habían visto, sólo encontraron no lograban verla; pero aquellos que tenían
la urna llena de monedas de plata, que fué la dicha de contemplar la hermosura de la
el colmo de los deseos del pueblo, de lo cual mojarrita, sintieron el deseo de pescarla y
todos se dieron cuenta, unos porque lo vieron viendo que en tan poca agua sería una em­
y otros porque les contaron, del resultado de presa fácil de realizar, se ponían en obra,
la llegada del “Genio” a la población. primero con la pura mano; no siendo posible,
Al siguiente día el señor Alcalde recogió llevaron atarraya, chincharlo y canasto para
todo aquel dinero, y para agradar al pueblo coger la mojarrita, pero jamás pudieron ven­
mandó a comprar uno de los mejores bueyes cer ni con tantas cosas aquella dificultad,
que hubiera en la jurisdicción, que en aquel porque en cualquier instrumento que caía
tiempo los bueyes se desarrollaban muy no se detenía. Al fin, cansados de batallar,
enormes. abandonaban el puesto.
Este buey se destazó en la plaza pública A este caso tan extraño se le dió mucha
y se repartió entre todos los pobladores, con importancia; fué la admiración de cuantos
lo que la mayor parte de los vecinos queda­ hombres intentaron coger la mojarrita, y vol­
ron conformes, y en cambio otros quedaron vían (aunque no generalmente pero sí muchos
descontentos al ver que el Alcalde se reservaba viejos) a creer que aún existía el encanto en
todo el dinero. Pero esto en nada afectó hasta la dichosa pileta, e hicieron varios ensayos
ahora la buena armonía que reinara en la po­ buscando la manera de sacar algún provecho
de aquel nuevo encanto, pero por desgracia Así de vez en cuando tenía sus momen­
toda diligencia fué infructuosa. tos de lucidez, y era cuando refería algo de
Tuvo conocimiento de estas cosas un mu­ cuanto sufrió en aquel infructuoso trabajo.
chacho que a la sazón vivía cerca del lugar Este caso hace muy pocos años que sucedió,
encantado, y dijo que él se consideraba capaz, ^egún lo refieren personas jóvenes que han
a vencer aquellas dificultades mediante su au­ visto la especie de locura de que fué vícti­
dacia y el mucbo valor que le caracterizaba. ma el infortunado pescador...
Se dió pues a la tarea de ir todos los días que *
sus quehaceres se lo permitían, a pescar la * *
mojarrita, pasando días enteros sin lograr lo Volvamos una vez más a hacer reminis­
que deseaba; apenas tenía el gusto de tocar­ cencia de las costumbres que acompañaban a
la, insensiblemente se le escapaba de las manos la vara enflorada de los alcaldes, que tam­
y así se pasaba largas horas, olvidando bas­ bién fué relegada al olvido.
ta la necesidad de comer. Para probar si el nuevo Alcalde iba a
Era tan tenaz en su empresa, que aban­ ser bueno o malo para con el pueblo, tenían
donando sus obligaciones al trabajo, se dedi­ estos naturales lencas, muy bien guardado
có con tal ahinco a apoderarse de la «moja­ en la Iglesia, un antiquísimo y artístico lagar­
rrita», que ya fué tarea de todos los días; to, perfectamente tallado en madera y de un
viendo que el agua, aún siendo tan poquita regular tamaño, que lo veneraban como a
no podía coger el precioso pececillo, se una vera efigie de la divinidad. Había al ser­
propuso un día llevar un gran huacal para vicio de la Iglesia un grupo de mujeres en­
botar el agua de la pileta, con la idea de cargadas del aseo y ornato del templo, y en­
que en lo seco, sí la cogería muy bien para tre las cosas de mayor obligación que tenían
que no se le escapara. Dos cántaros de agua que hacer, era llevar el «Santo Lagarto» a
será lo más que puede tener la referida pile­ bañarlo a la quebrada grande (que así llaman
ta, —dijo— y, ¡cuál no sería su sorpresa al pa­ a una quebrada que corre al oriente de la
sar la mayor parte del día botando agua y la pi­ población que nace del mismo volcán referi­
leta como si no le sacaran una gota! ¡Jum! do); en dicha quebrada hay una poza que lla­
¡Juro al diablo que boy cogeré esta maldita man «del Santo»; a este lugar, y con todo aca­
pescada! Y descansando un corto tiempo, si­ tamiento llevaban al referido lagarto; apenas
guió su ardua tarea. El sol ya se ocultaba estaban a la orilla de la poza, lo tiraban a
en el Ocaso, cuando por fin el agua se iba nadar. ¡He aquí el gran misterio! Si el lagar­
poco a poco disminuyendo al grado que la to, al caer en el agua, se iba a lo profundo
mojarrita quedó brincando en lo seco. de la poza, entonces teníase por sentado que
¡Abora sí sos mía!, le dijo, y se lanzó co­ el Alcalde iba a ser muy malo con el pue­
mo un felino sobre su presa, costándole no blo; siendo para el pueblo una gran satisfac­
poco trabajo ver en sus manos aquel dorado ción ver nadar al «Santo Lagarto», y después
pescadito. Buscó sitio donde sentarse a des­ de bañarlo bien, lo llevaban a la Igl esia y lo
cansar para contemplar mejor aquel objeto colocaban en el Altar, junto al Patrono del
apetecido que tanto trabajo le había costado. pueblo que hasta la vez, es la imagen de
¡Oh, resultado fatal! Apenas se hubo sentado, «Santiago de a Caballo». Dicbo lagarto tenía
cuando le sobrevino un profundo sueño, y sobre el lomo un agujero, que servía para
se quedó dormido con el pescadito en las colocar la vara enflorada del Alcalde después
manos, bien apuñado a no dejarlo moverse, de las ceremonias antes referidas. Advirtíen-
pensando llevárselo para que sus familiares do que esta operación la bacían solamente
lo conocieran también. el primero de enero, muy de mañana, de ma­
El pobre muchacho ha despertado en al­ nera que apenas pasaban los actos religiosos,
tas horas de la nocbe. Desorientado, buscó al­ el nuevo funcionario, con toda reverencia co­
rededor de sí, con todo esmero su pescadito, locaba la vara enflorada en el «Santo Lagar­
andando aquí y allá, que por poco cae en- la to», quedando sostenida con la mano del
cascada. Repitiendo a cada momento ¡ah, mi Patrono, con lo cual quedaban terminados
pescadito!, ¡ah, mi pescadito! Finalmente, todos los actos y ceremonias de la toma de
pues, el valeroso muchacho quedó completa­ posesión...
mente loco, sin que poder humano baya po­ Terminadas estas costumbres, se ignora
dido volverle a su estado normal. qué fin dieron al «Santo Lagarto».
Estas tradiciones de los lencas de Torola serpiente, saliendo de las aguas, no es otra
las he relatado aquí, tal como las recogió cosa que el recuerdo que conservan de su
de los labios de algunos ancianos indios del antiguo dios «La Serpiente Emplumada» o
lugar el señor don Aquilino Argueta C., «Kukulcán».
pues en esta relación detallada y sencilla, hay Estas, pues, eran y siguen siendo las an­
datos preciosos que dan mucha luz en las
tiguas creencias religiosas de la raza lenca,
creencias religiosas, leyendas y tradiciones de
que eran las mismas de los mayas.
esta raza lenca de las cuales poco se sabía.
Como hemos visto en esíe interesante re­ Otro dato que encontramos aquí, que no
lato, van de la mano la leyenda y la historia, deja lugar a duda de que los lencas y los
así como fueron también antiguamente unidas mayas son en su origen la misma raza, es
las dos cosas en las antiguas ceremonias de que los lencas han adorado como sagrado el
los mayas y los toltecas. «Santo Lagarto», como lo describe el señor
Vemos también muy claro que los lencas Argueta en esta relación; y el lagarto, como se
adoraban e invocaban a los «Genios de los sabe, era una de las divinidades de los mayas.
Cerros», que no es otro que el dios «Cerro- En Cacaopera hay una altura llamada
Valle», que tanto los mayas como los toltecas «Cerro de los Güegüechos», en el que se
adoraban. También se desprende de estas encuentra un agujero como cráter, y a su
tradiciones, que el «Genio» a quien tanto entrada bay una piedra que tiene grabada
invocaban y que se les presentó en forma de una serpiente y dos leones.

LEYENDA LENCA

Otra de las leyendas muy populares entre —¿Cómo así?


los lencas y que conservan por tradición, es
—Te dará muchos hijos, que serán bravos
la siguiente:
Cuentan los indios viejos que un Caci­ guerreros, que bien necesitáis para las guerras
que, joven y apuesto, buscaba una muchacha que vendrán con otros cacicazgos, y cada uno
para hacerla su esposa; pero era necesario, de esos hijos traerá nabuales valientes e in­
para esto, que la doncella tenía que llevar co­ vencibles. Unos serán nabuales tigres, otros
mo dote tres manos bien cargadas de rica
águilas, otros leones, y entre ellos también
pluma de quetzal, otras tres de vistosas plu­
tendréis nabuales quetzales, guacamayas y
mas de guacamaya, y las otras tres de plu­
mas del guarda-barranca; de lo contrarío, no guarda-barrancas.
sería su esposa. Lleno de admiración y de gozo, el Cacique
Nadie se presentó. La rica pluma de los
contestó:
pájaros sagrados, era sólo para los sacerdotes,
príncipes y nobles guerreros. — Al momento que venga, será mi esposa.
Pasaron los días... Y entonces llegó una
Llegó la madre con su bija, y el soberano
india de media vida, de continente respetable
indio quedó maravillado de la extraordinaria
y mirada atrayentemente misteriosa:
belleza de la joven. Dos cosas llamaron po­
— Señor, — le dijo,—yo tengo la esposa que
derosamente su atención: su cuerpo estatuario
buscáis: es mi hija.
y la húmeda belleza de sus ojos negrísimos*
—¿Pero sabéis cuál es la condición? —re En media mirada envolvió al joven Cacique,
plicó el Cacique.
quien sintió desde luego que le había robado
-Lo sé. Mí bija no te traerá las plumas, el corazón.
pero te dará algo más poderoso de lo que pedís.
Se casaron y cuenta la leyenda que cada
—¿Qué es ello? nueve lunas le nacía un hijo, quien traía al
—El tesoro que te trae es su vientre de nacer un bravo nahual, como lo había pro­
barro fecundador y predestinado... metido su madre.
SECCION DE FOLKLORE

GENERALIDADES Y COSTUMBRES
H-'CE algunos años todavía, en los lencas caballo hasta el pueblo, y una vez efectuado
era costumbre que cuando se iba a el matrimonio, convidaban al señor Cura a
demandar o solicitar en matrimonio a una la fiesta, regresando todos en alegre cabalgata.
muchacha, el novio, acompañado de sus pa­ Los hombres se encargaban de llevar en ancas
dres y familiares, encabezaba el desfile de una a las mujeres, y tocaba al señor Cura el ho­
gran comitiva. nor de llevar a la novia, pues él tenía que
entregarla después de la fiesta al marido pa­
Los padrinos llevaban los presentes a la
ra que se la llevara a su casa que de ante­
novia de parte de los padres del novio, y un
mano le había preparado.
familiar hombre era el encargado de pregonar
en la calle, frente a la casa de la novia, los La muchacha sale llorando de su casa y
haberes del novio y todo con lo que contaba los padres de ella también lloran, pero los
para mantener su futuro hogar. familiares y amigos hacen que la música to­
que más alegre y la fiesta sigue hasta que
Ll desfil e se inicia ba en las primeras horas consumen todo lo que tenían preparado. En
de la noche, con música de pito y tambor, seguida se forma otra comitiva que se encar­
cohetes y algunas botellas de aguardiente, ga de ir a encaminar al señor Cura, y así
para brindar por los futuros esposos. Cuando se acaba la fiesta en celebración de la boda.
la música había tocado dos piezas, como para
Es condición indispensable para la novia
avisar que allí estaban, comenzaba el pregón
y las invitadas,'saber montar a caballo, pues
a grandes voces haciendo el elogio de las
aunque sean llevadas por los hombres en
cualidades del novio y los bienes que tenía
ancas de sus cabalgaduras, estas van al galope,
y ofrecía a la que llegaba a solicitar en ma­
tanto por lo largo de las distancias en donde
trimonio.
viven, como también de que ir así volando
Si los padres, después de oír todo lo pre­ es parte del ritual en sus matrimonios, y a
gonado, convenían con su hija en aceptar al esto le llaman: «La Machimboda».
novio, entonces se abría la puerta y pasaban
Sucedió una vez, que en una boda bien
los padres del novio, acompañados de las ma­
rumbosa, pues los padres de los contrayentes
drinas. para hacer la primer demanda y en­
eran gentes de dinero, el novio en las donas
tregar los primeros presentes. Aceptados
que dió a su futura esposa, le regaló un
éstos, los padres de la novia hacían pasar
vestido blanco con enagua de pretina bien
adelante al novio y venían las presentaciones
plegada. Así pues, la novia india iría al
del caso, llenas de ceremonias y saludos.
templo a casarse "plegada”, (como ellas llaman
Mi entras, afuera frente a la casa, seguía la
al cambio de traje, por el cuayde de india que
música, los cohetes y las libaciones hasta que
generalmente usan) y entre las prendas iba
salían los demandantes, para emprender el
un vueludo fustán de tiras bordadas, para
regreso a casa del novio.
dar alegría inferior al vestido de novia; tam­
Por tres veces se repetía la misma cere­ bién le envió un par de botines blancos de
monia, con intervalo de ocho días cada una. elástico y un hermoso chal de seda blanco
Concertado el matrimonio, se ponía un plazo con bien tejida y larga barba pregonando su
de dos años, y una vez vencido éste se lle­ alcurnia.
vaba a cabo la boda. Se encaminaron todos en los machos al
Como la casa de estos indios lencas que­ pueblo y después de efectuado el matrimonio
daba casi siempre retirada de la población, emprendieron el regreso, siempre cada hom­
toda la comitiva de la boda tenía que ir a bre llevando en ancas a una mujer. A la
novia, como era de ritual, la llevaba el señor a cada momento estaban en la cabeza de ella
Cura en el anca de su cabalgadura, y era el y del señor Cura y tenía que ir pendiente
punto de atracción de las miradas de toda de asegurárselas debajo de las piernas. Allá
la comitiva. a medio camino, sintió el señor Cura que la
No se sabe si fueron los botines o las novia pujaba y llegó un momento que se
tiras bordadas del vueludo fustán de la no- agarró de su cintura como sí fuera a desma­
via, pero es el caso que el caballo que ma­ yarse. Entonces el señor Cura gritó a los
nejaba el señor Cura se puso nervioso y ecbó que iban adelante: “¡Apúrense, alcancen al
a correr como alma que lleva el diablo detrás novio y díganle que venga, que a la novia
de toda la comitiva. le ocurre una cosa!’’
La novia, aunque sabía montar, con su Entonces la navia, con voz entrecortada,
nueva indumentaria no dejaba de sentirse le dijo al señor Cura: “Perdónelo so mercó
incómoda, pues con la carrera vertiginosa del y con su permiso, señor Cura, pero derre­
caballo y el viento, la enagua con el fustán pente también me ocurren dos cosas”.

UN INDÍO LENCA EN UN DIALOGO CON SU ENAMORADA

Le dice él: “Tan bonito que te lo sois con picardía y buscar la picardía. Eso es bueno,
esa tus naguas jaajiado, te lo parecéis mi ca­ pero no es tan bueno porque a la mujer le re­
labazo con su correa amarrado . sulta malo, porque peca con la insolencia y el
La india le contesta: “¡Ah, jiero! Voish insolente debe hacerlo todo casándose para
sólo te lu sois gaeno para la siguanigua cali- que vea por la familia”.
cantigua, pipísbcananaisbca, mursurulero, na- El vuelve a decirle: “Dayo conmigo un
buitistimero, pipishcamirumiru”. merced perdonayo lo atrevido, pues por decirlo
Traducción; “Tú sólo eres bueno para la esta raison selnora yo lo hey venido”.

EL PERSIGNADO EN LENGUA LENCA


“Emuruzungue ipsurrepsum mirumiramba- las dicen en su lengua, y se puede decir que
mirumíremba etetulipigaisbte tulipigué pam- los pueblos en donde se babla ésta, entre
paramunusecum tataishca pataisbca. Amén.” ellos no hablan sino en su idioma, y rara
vez, sólo cuando alternan con ladinos, se les
Casi todas sus oraciones los indios lencas oye hablar en español.

LAS HUANCADAS

En los pueblos del Oriente de la Repú­ lectos, algunos ya extintos; sus habitantes,,
blica, especialmente todos aquellos de la raza algunos son naturales y otros son ladinos
lenca, «Las Huancadas» constituyen una de que hablan el español.
las ceremonias y fiestas más tradicionales. El cambio o toma de posesión del nuevo
Especialmente en Gotera y en Sensembra Alcalde el primero de enero se solemnizaba
«Las Huancadas» revisten un esplendor y con los «huancos» (gente venida de otra po­
animación que ban becbo fama en aquellos blación, extranjeros, por eso les llamaban los
contornos. Esta población de Sensembra fué «buancos») y a la fiesta le llamaban «Huan-
fundada, según una antigua inscripción baila­ casco». Esta fiesta se hacía con músicas,,
da en la portada del Templo, el año de 1601; bombas, cohetes y recamarazos, bailes, etc.
se encuentra situada en la falda sur del vol­ El «Santo Tingo» era la música preferida,,
cán de Cacaguatique, en terreno accidentado de veneración y respeto. («Santo Tingo»,
y fértil, abundante de fuentes inmediatas y decían al tepunabuaste, pues los lencas a
ríos de aguas potables de muy buena calidad. dicbo instrumento le llaman «Tingo»).!
El origen de sus habitantes fundadores Había también juegos o batallas de «Par­
pertenecieron y aún pertenecen a la raza lenca tesanas» y bailes de «Los Negritos»; celebra­
y su idioma es el lenca o sus derivados dia­ ban la fiesta libando con aguardiente que
ellos mismos fabricaban (que llamaban ava principio a la fiesta de toma de posesión del
fuerfe o juerfe), que no era otra cosa que nuevo Alcalde.
aguas fermentadas. Tomaban también chicha En la fiesta, las «Tenances» eran las en­
que ellos llamaban faga liso; esta chicha la cargadas de preparar la comida y atender a
bacían y bacen todavía de maíz, la que fer­ todos los invitados.
mentada, entre más días, coge mucba fuerza El baile seguía al compás de la música
y produce grandes borracheras. del «Santo Tingo»; el «Tingo» o trozo estaba
Los del baile de «Los Negritos» eran los alumbrado con candela grande de cera. A
encargados de hacer la avanzada para tomarse este instrumento lo tienen como sagrado, por
las campanas del pueblo, y al sonar éstas en eso le llaman «Santo Tingo» (al tepunahuaste).
repiqueteo victorioso, dando la señal de que El músico trocero, tocaba, y los bailadores,
han caído en poder de «Los Negritos», los bailaban, cantaban y bebían alrededor del
diferentes gr upos de «Las Huancadas», avan- «Santo Tingo», al que de vez en cuando le
zaban con sus instrumentos de combate, sus bacían reverencias y ceremonias.
músicos y danzantes. El grupo que repre­ En la noche bacían la velación, repartiendo
senta y se llama «La República», da de beber a los invitados tamales, cbocalate, chompípe,
y comer gratis a todos basta embriagarse; pollos, patos y toda clase de comestibles.
bay una bacanal de indios de lo más alegre En seguida todos los bailes: «Partesanas»,
y bulliciosa. En seguida viene la clásica y «Los Negritos», «La Yegüita» y adelante el
típica «Jalada de Pato», y hombres y mujeres «Santo Tingo» iban a festejar al señor Cura.
toman parte en la corrida. Ya puede el lec­ Seguían las atenciones de los señores
tor imaginarse, después de la comida y la «Huancos», quienes al llegar a ese lugar ha­
fiesta, ¡qué de escenas y cuadros sensacio­ bían formado su Municipalidad y ésta, sus
nales resultan en la dichosa «Jalada de patrullas para hacer guardar el orden. La
Pato»! autoridad local se sometía desde el primer
En la toma de posesión de la «vara» del momento a la jurisdicción de la «Municipali­
nuevo Alcalde, 1 as ceremonias eran las mis­ dad H uanca». Por la tarde, se retiraban ya
mas que ya bemos descrito, sólo que aquí, concluidas las fiestas e íbanse encaminada por
el penúltimo día de Diciembre recogían sus ordenada procesión, en demostración de gra­
insignias o bastones que enfloraban y ador­ titud y reciprocidad. Así terminaban las so­
naban con borl as, colocábanlas al pie de Ja lemnes « H uancadas» en las fiestas de cambio
Santa Cruz que en un estrado tenían puesta de Alcalde el primero de Enero.
perpetuamente, la que adornaban con un her­ Todas estas festividades se iniciaban pri­
moso arco enflorado, venerando muy respe­ mero en el templo en honor del Patrono del
tuosamente a la Cruz; los bastones allí per­ pueblo de Sensembra, que es todavía San
noctaban y en la mañana del siguiente día, Ped ro. Antes de terminar las ceremonias re­
en procesión solemne eran llevados al altar ligiosas en la Iglesia, los devotos cantaban
de la Iglesia; con esta ceremonia se daba estas canciones:

CANCIONES DE LOS DEVOTOS

Señor San Pegru, Santo Señor San Pegru,


que me llenen mi huacal fe lu estamos celebrando
y para otro año fa día, dejarnos llegar
venirlu a llevar. otro año, fe lu haremos mejor!

ESTUDIO
En esta ceremonia de «Las Huancadas», de aquel territorio, que además usan un fes­
encontramos algo muy significativo que nos tival al que llaman: «Fiesta Huanca». Los
hunde en profundas meditaciones. Primero, « Huancos » del Perú eran guerreros tan fe­
la palabra «Huancadas», pues este vocablo es roces y valientes que con el pellejo de sus
el mismo que emplean los Incas del Perú enemigos hacían tambores, que a su vez lla­
para designar a los habitantes de cierto lugar maban «Tambor Huanco».
Segundo, llama mucho la atención, que comerciar con productos que ellos no tenían,
los lencas de estos lugares, llamaran «Huan=- sobre todo con nuestro famoso producto de
eos» a los que llegaban a su fiesta, (precisa­ la Costa del Bálsamo, (el bálsamo de El Sal­
mente porque eran gentes llegadas de otra vador) que después impropiamente ios perua­
población, extranjeros como ellos decían) y nos dieron a conocer al mundo con el nom­
les dieran en señal de cortesía y distinción, bre de «Bálsamo del Perú»,
el mando temporal de la población. En este intercambio comercial probable­
Todo esto hace suponer lo que dije en la mente, trajeron o llevaron ellos estas mo­
Primera Parte de este Ensayo, al estudiar la dalidades similares, que se encuentran, tanto
Variedad No. 3 en sus dos formas, pertene­ en los pueblos de la Costa Balsamera como
cientes al Cuarto Grupo. Dije que esta Va­ en esta fiesta de los lencas llamada como la
riedad, tiene cierto aíre de familia con algu­ de los peruanos: «Las Huancadas». No puede
nos especímenes de los Incas del Perú, re­ explicarse de otro modo esta similitud de
cordando las corrientes inmigratorias del Nor­ modalidades.
te y del Sur de nuestro Continente, pues bien Lo más probable es que en estas corrien­
pudiera ser que, o los nativos del Perú o tes migratorias o comerciales, unos y otros
de otros lugares, al venir aquellas tribus para interpolaron sus modalidades.

BOMBAS QUE USAN EN LOS MATRIMONIOS LOS LENCAS


El — De donde venís i paloma blanca, El — Chorchifa, piquito de oro,
A alegrar mi corazón, Préstame tu barnición,
A llevarme toda mi alma Para sacarme una espina
Y llevarme todito yo. Que traigo en mi corazón.
Ella - No vengo a llevarte a vos, Ella — Esa bombita que me has echado
Vengo por verte otra vez, Me ha causado mucha risa,
Por si no me lu has olvidado Pues pareces gallo asado
Me lu vuelvas a querer. Revolcado en la ceniza.
Ella - Se va fu paloma blanca, El — La bomba que fe soltaste
Se va para no volver, Me ha causado indignación,
¡Adiós ilusión perdida! De va/de eres tan galana
¡Adiós para no volver! Pues no tienes educación.
El — Adiós, palomita blanca, Ella — Debajo de un limón verde
Te vas y dejas tu nido; Donde nace el agua fría,
Tu amor es sólo un recuerdo, Entregué mi corazón
Va jamás íu canto oiré. A quien no lo merecía.
Ella - Dos corazones unidos El — Bien me decía mi fío,
Puestos en una balanza, Después de una oración,
El uno pide justicia Que nunca me enamorara
Y el otro pide venganza. De mujer sin corazón.

Aunque estas bombas pertenecen a la a conocer en esta sección una de las cancio­
época de la Conquista para acá, he querido nes más populares de los lencas, lo mismo
ponerlas aquí para determinar mejor las mo­ que algunos refranes y dichos.
dalidades de los lencas. También daremos

CANCION POPULAR
Es suficiente el tiempo que te hey querido Que para mí, fu serás mi tesoro
Equivocado seis años perdi Y aunque fu no fe acuerdes de mí.
¡Cómo es posible que vuelva a fu lado
Mis pajaritos fe lo están llamando
Para que después fe deshagas de mí!
A cada rafa fe lo dicen: ¡juí, juíl
Allá un triato de un alma querida Vos no quieres güir al pajarito,
Que aparenta a la imagen que adoro, Porque vos no ¡o quieres a mí.
Hay también en estas tierras, una estrofa DICHOS
humorística muy popular que sirve para to­ El verte es como no verte
marle el pelo tanto a una mujer como a un y por verte vine aquí,
hombre. Es ésta: Ayer penaba por verte
y abora porque te vi.

El coyote siguió a la iguana El enamorado pobre


Que no tuviese que dar,
Y la iguana le iba huyendo,
Que se eche cal en los ojos
El coyote por irla siguiendo Para no ver ni desear.
En la iguana se metió. Porque; el enamorado pobre
y la dama pedigüeña,
¡Ja, ja, ja, ja; ja, ja!
Ella le dice, tengo hambre
¡Ja, ja, ja, ja; ja, ja! y él le dice: ¡Ab, malaya!
¡Quién cogiera!
(se repite cantando).

REFRANES
OTROS DICHOS
Poné primero bien tu ojo
Donde pegarás con íu bala, Echate ese trompo en la uña.
Porque si no lo portés
Sobre de tí se resbala, Acaso tu jolote.

Traga confites, Sí, son frijoles que masca el chancho.


Purga espinas.

Quien espinas por confites da Vegua que no cría no relincha.


Obra con grave maldad.
Tienes nariz de Rey Xope.
Aparenta la bondad
Con la amarga voluntad.
Tíralas al viento y cázalas al vuelo.
Paráfe bien en un puesto
Para que no sufras el siniestro. No metas tu nariz en el agua

El que se lanza sin ver Porque se pasa a la boca.


Al suelo va sin querer.
Péguesete la sarna.
Viejo majadero,
Le sobró la vida Cual la tiña es la envidia.
y le faltó dinero.
De todas estas bombas, refranes y dichos, Estos dichos y refranes de la tierra de
bay variantes y modalidades en cada lugar los Lencas me parecen bastante originales, lo
de nuestro territorio y también en todo el mismo que algunas bombas, por ejemplo las
Gontinente Indo-bispano. Sin embargo, hay cuatro primeras, tienen el carácter y la moda­
algunas que son verdaderamente autóctonas,
lidad de las gentes de estas tierras.
pues son el producto de la chispa y talento
naturales del pueblo.

INDUSTRIAS
El patrimonio de la región lenca, es el con lo fresco no se revienta la «treya», le lia»
cultivo del maguey, cuya materia prima les man ellos. En el invierno la hilada de la pita la
sirve para la industria de la jarcia. bacen a cualquier bora del día, porque el mez­
Del maguey sacan la fibra para elaborar cal al torcer la pita está dócil. Gon este mate»
pita. Por la mañana o tarde hilan la pita en rial hacen toda clase de jarcia como: lazos,
fornos en el verano, y lo hacen así porque matates, hamacas, alforjas, atarrayas, etc.
Los domingos sacan a la venta sus traba- Trabajan eí morro, pero de manera dis­
jos y realizado, con ese dinero compran más tinta que los Izalcos. Hacen huacales y jica­
mezcal para seguir hilando en la semana ve­ ras, sólo laboreadas en blanco o pintadas de
nidera y así sucesivamente pasan el tiempo colores.
trabajando para ganarse la vida. Cultivan una clase de morro de jicara de
También tienen telares primitivos en que forma muy especial; es una especie de cala­
tejen sus telas, perrajes, toallas y servi­ bazo largo, grueso y parejo, que sólo en esos
lletas. lugares se da.

ALFARERIAS

El barro lo trabajan con primor y de for­ se trabaja esta industria, pues la materia pri­
mas muy artísticas y acabadas. Son famosos ma del carey que sale de la tortuga es pa­
los barros de Guatajiagua trabajados en ba­ trimonio solamente del Puerto de la Unión,
rro blanco con artísticos dibujos en rojo en en donde abundan las tortugas de tamaño muy
diferentes formas: cantaritos, ollítas, cajetes, grande. Los habitantes de estos lugares ha­
sartenes, comalitos, ánforas, etc. cen primorosos trabajos de carey, en donde
Se dedican también mucbo al cultivo o revelan su habilidad y gusto artístico para la
trabajos de la pluma de diversos colores, pues elaboración de tan importante industria.
en esos lugares bay muchas guaras o guaca­ Entre las cosas que más llaman la aten­
mayas de vivos colores y otras aves de varia­ ción se encuentran: peinetas, peines, pulseras,
das plumas. aretes, argollas, anillos, peinetones españoles,,
Otra de las industrias que es una fuente estuches, cajitas, cofrecitos, etc., etc. Todos
de riqueza para esos lugares es la industria estos objetos llevan incrustaciones de oro, y
del carey. En ninguna parte de la República tiene una gran demanda por el turismo.

RELIQUIAS ARQUELOGICAS DE LOS LENCAS


En la región lenca son muchas las reli­ que damos a conocer a continuación de estaa
quias arqueológicas que demuestran los ves­ páginas, lo mismo que una descripción ilustrada
tigios de una antigua y portentosa civilización. sobre la Gruta de «La Labranza» y otras reli­
Entre las más notables se encuentran las si­ quias arqueológicas de esta región.
guientes: las ruinas de Quelepa, las ruinas del El Túnel de Piedra debajo del río Toro-
cerro Koroban, la gruta de «La Labranza», el la se encuentra a orillas de un lugar llama­
Túnel de Piedra debajo del Torola, la «Gueva do «Quebrada Honda»; bay un gran hueco
del Gonde», la «Gruta de Corinto» y otras, etc. como gruta de piedra que da paso a un lar­
En 1 as ruinas de Quelepa, se ban encon­ guísimo túnel o subterráneo de roca pura,
trado valiosas piezas arquelógicas, y ban sido que atraviesa por debajo todo el ancho del
descritas detalladamente por el Dr. Atilio río Torola, y va a salir a una distancia de
Peccorini en interesante estudio publicado legua y media, a un lugar que denominan:
hace algunos años. Las ruinas del cerro de «Las Mesas». Ya han querido atravesar el
Koroban las describe en interesante relación lugar muchas personas, pero al llegar como
don Jeremías Mendoza en sus «Curiosidades a la mitad, se les apagan las luces sin poder
Históricas» en la «Monografía de los Lencas» continuar, viéndose obligadas a regresar.

LA GRUTA DE CORINTO

Pero quiero referirme especialmente a la vive por allí) llegan los indios lencas a orar en
«Gruta de Gorinto», porque en ella hay cosas determinados días en su lengua nativa, que­
importantes que pueden orientarnos a esta- mando copal ante la deidad que representa
bl ecer el origen de los indios lencas. Esta un dios de su mitología, que es un ídolo gra­
«Gruta de Corinto» es llamada por los indios bado de gran tamaño y rodeado de una le­
de aquellos contornos «El Santuario de Pie­ yenda en letras simbólicas esculpidas en re­
dra de Nuestro Señor». A esta inmensa gru­ lieve, lo mismo que muchas manos rojas y
ta de piedra, (me contaba un pariente que otras figuras de hombres como sacerdotes.
En esta gruta también los indios llevan a alfabeto judaico. Eusebio (Praeparatio evange*
cabo rituales y ceremonias que efectúan so­ lica, lib. X, cap. V) y San Jerónimo (Episf ad
lamente entre ellos y no permiten que nadie Paulam. De alphabefo hebraico) atribuyen a
que no sea de su raza presencie. ese vocablo la significación de «bueno». Gar­
El Dr. don Santiago Barberena bace una cía Blanco (Anal, de la escrit, y lengua hebrea)
interesante relación describiéndonos la Gru­ pretende que quiere decir «lodo», y el Dr.
ta de Gorinto, situada, dice, en el territorio Barzilay (Ideografía semítica} la bace derivar
ocupado por los lencas. Entre otras cosas de de un verbo equivalente a “replegarse o en­
la interesante relación del Dr. Barberena re­ roscarse”. Esta última interpretación corres­
producimos aquí algunos párrafos que es ne­ ponde con la que enseña Gesenio en su
cesario conocer: Thesaurus philol, criticus respecto a la signifi­
“Está vaciada en una roca, en forma de cación del signo de dicha letra, cuyo nombre
buso esférico, siendo sumamente clara. La significa «SERPIENTE».
cara interna de la bóveda, que es de piedra, “Y, en efecto, según observa el Dr. Mar-
está cubierta de innumerables inscripciones, de zolo (Brevíssimo sunto della storia delTorigine
distintas formas, pintadas con una sustancia ro= dei caratferi alfabetici) la figura de la letra
ja, la mayor parte de ellas, y a una altura, hebrea thef en los alfabetos semíticos es la
en tal número y de tal tamaño, que no cabe de una serpiente, representada, como dice él,
sospechar sean obra de uno o más ociosos. “nell’atto di erigersí e di procederé”. Grabada
El tiempo y sobre todo la incuria han borra­ así, corresponde, lo mismo que la mano en
do más o menos completamente algunas de el sistema de jeroglíficos fonéticos egipcios,
esas inscripciones. De las que mejor se con­ al sonido de nuestra T, que también es la
servan citaré una que representa un hombre inicial del vocablo Teotl de la lengua náhuatl”.
alto y desnudo, parado, haciendo arco con las Como se ve, es muy significativo bajo to­
piernas. Hay gran número de figuritas apa­ do punto de vista estas dos interpretaciones
readas, cogidas de las manos, y muchísimas expuestas por el Dr. Barberena: la primera
manos aisladas, de tamaño poco mayor del de los antiguos egipcios cuya significación de
natural, pintadas de varios colores (unas ro­ la mano en la escritura egipcia que corres­
jas, otras azules, otras amarillas, etc., etc.) pondía a la letra T, como inicial de Tof, que
También se ven otras figuras, que parecen era a su vez el nombre del más conocido de
jeroglíficos. Vese asimismo otra figura, medio sus dioses, y esta letra T se encontraba gra­
borrada, que representa un hombre con res­ bada en la mayoría de ios antiguos monu­
plandor y otro adorándolo . mentos del valle del Nilo y también en las
“Esas numerosas manos de la Gruta de manos de los dioses y en el pecho de las
Corinto constituyen por sí solas un curiosí­ momias.
simo monumento petrográfico de muy alta Y la segunda interpretación es: que este
significación. La mayor parte de ellas están mismo vocablo Tof corresponde al hebreo leh,
extendidas y con los dedos separados y ha­ nombre de la novena letra del alfabeto ju­
cia arriba”. daico, y que significa: “replegarse o enroscar­
Entre muchas e interesantes consideracio­ se” y cuyo signo de dicha letra significa «ser­
nes que expone el Dr. Barberena, me referi­ piente». Esta letra grabada así corresponde,
ré a dos que me parecen las más interesan­ lo mismo que la mano en el sistema de je­
tes para nuestro punto de vista: “Sabido es roglíficos fonéticos de los egipcios, al sonido
que la mano era en la escritura acrofóníca de la letra T, que también es la inicial del
de los antiguos egipcios, el signo correspon­ vocablo Teotl de la lengua náhuatl.
diente ai sonido de nuestra T, como inicial Según estas dos interpretaciones, significa
de Tof, nombre de esa parte del cuerpo. Aho­ la mano nada menos que, en la primera, «Dios»
ra bien, Tot, o Thot, es el más conocido de y en la segunda: «Serpiente». ¿Será entonces
los dioses egipcios, y la letra T (fau) es un que esa mano de la Gruta de Corinto signi­
signo misterioso que se encuentra grabado en fica al dios Kukulcán?
la mayoría de los antiguos monumentos del Pero estas dos interpretaciones, creo que
valle del Nilo, en las manos de los dioses, tanto la de los egipcios como la de los hebreos,
en el pecho de las momias, etc., etc. están muy alejadas de nuestro punto de vis­
Ahora bien, el egipcio fot corresponde al ta o sea la civilización y raza que pudo dejar
hebreo feth, nombre de la novena letra del estos grabados de la Gruta de Corinto.
Creo más aceptable que la raza de los ma­ “Roja es la mano de hombre pintada so­
yas al llegar por (o tal vez ellos estuvieron bre la pared, lo mismo sobre el estuco fino,
aquí primero) estas tierras, dejaron la marca que sobre la piedra pulida, a lo alto de un bra­
de su civilización en esos jeroglíficos de la zo levantado por un hombre de pie. Es tal y
Gruta de Corinto así como en tantos otros como si un hombre hubiera empapado su ma­
de diversos lugares de nuestro territorio. Sin no en sangre, y la hubiera apoyado, de palma,
afirmar nada, veamos lo que dice don Enrique sobre el muro. Es una cosa que bace temblar.”
Camacbo en su obra titulada «América a “Muchas manos bay de éstas que marcan
través de los siglos» (de la cual se publica­ con sus signos rojos los desiertos templos
ron los dos primeros tomos y una parte del antiguos, a lo largo y a lo alto de las pare­
tercero), al referirse a la religión de los des de piedra silenciosa. En las salas huecas
antiguos mayas, dice: “Se le edificó un segun­ y oscuras, no hay nada que bable sino esas
do templo, tan suntuoso como el primero, manos, que parecen vivas y que hablan sin
donde se adoraba a Zamná bajo el nombre voz. Tú las oyes, pero no las entiendes.
de Kab = u1, o ¡a mano que opera y obra. En
efecto, una mano era la imagen, la forma “Su señal de sangre no está sólo en la
superficie, sino que traspasa el revoque de cal,
bajo la cual fué presentado el legislador a
los ojos del pueblo; mano mirada por todos y traspasa la piedra gruesa, y a veces llega
como el talismán más precioso contra los ma­ al otro lado, como si el muro hubiera chu­
pado la sangre de la marca roja, y en todo
les, contra todas las dolencias; mano que to­
cada por los enfermos, que llenos de confian­ el cuerpo ancho de la pared se hubiera pin­
tado igual por dentro...”
za concurrían al templo de Izamal, curaba in­
defectiblemente; mano, finalmente, que fué “En los tiempos en que llegó Maní, que
reproducida en miles de lugares’’. quiere decir que «todo pasó», éste fué su
Kabul o mano obradora de Izamal era, pues signo y su anuncio.’
el nombre que le daban a Zamná en este No es remoto, ni deja de ser posible, que
segundo templo maya, que era la «Casa de los lencas, que fueron, según la opinión de
la Mano Milagrosa». algunos arqueólogos, anteriores a los mayas,
El primer templo, que era donde venera­ hayan marcado esta Gruta de Corinto con
ban el pensamiento de Zamná, se llamó Pa= la mano de sangre, como indicando que «todo
pholebae, que quiere decir: «Casa de la fren­ pasó». O también pudo baber sido, que al
te llena de relámpagos». extenderse la civilización maya basta estos
Ricardo Mímenza Castillo en su libro «La lugares, dejaron allí estampada la marca y
Civilización Maya», bace una cita de Eligió An­ signo que se encuentra en casi todos los
cona, que dice: “Casi todas las construcciones templos antiguos del Mayab.
mayas están marcadas con una señal que es­ Meditemos profundamente en ésto; estu­
tremece generalmente al que da mira. Es la diemos, investiguemos, y probablemente nos
impresión de una mano roja estampada en la pa­ encontraremos con revelaciones y sorpresas
red, con los dedos abiertos y extendidos. Los insospechadas. Siendo esta Gruta de Corinto
indios dicen que es la mano del genio o Se= uno de los monumentos arqueológicos de ma­
ñor (Vum) de los edificios, que desde las re­ yor importancia, sería bueno que los estudio­
giones invisibles vela por su propiedad ”. sos y entendidos en la materia hicieran un
Antonio Medíz Bolio en su bellísima obra detenido estudio de esta gruta, levantando un
“En la Tierra del Faisán y del Venado ”, nos plano, dibujos, fotografías, detalles, etc., para
dice: “En las paredes de los viejos templos del publicarlos en la «Revista del Museo Nacio­
Mayab, en las .ciudades muertas, bay estam­ nal», también como dato informativo para los
padas, muchas veces, una mano de sangre”. científicos de otras naciones.
DANZAS DE LOS LENCAS
Ya hemos visto en el Capítulo de Apuntes Con raras excepciones, como en algunos
de Investigación sobre las danzas indígenas pasajes de 1 a danza de «La Partesana», y en
de nuestro territorio, las características y for­ algunas mudanzas y giros de la danza de
mas de cada grupo de raza. Pero no está «Los Plumeros», usan de la forma expandida o
malo recordar que los lencas en la mayoría abierta.
de sus danzas conservan ese carácter bierá- Vamos a referirnos abora a las principales
tico y religioso, siendo por tanto sus bailes danzas de los lencas, y sobre todo a aquellas
en forma cerrada. que son características de cada región.

"LA P A RT ES A NA" (Danza Guerrera)


Véase antes de leer esta relación de «La los lencas, pues esta danza como que ba tenido
Partesana», el estudio de investigación sobre su origen en este grupo de raza. Los indios
esta melodía, en el Capítulo sobre Clasifica­ de Chilanga y de Cacaopera, ai compás del
ción de Melodías Autóctonas de la Primera son que tocan el pito y el tambor, saben
Parte de este Ensayo. (Segundo Grupo Var. bailar con sus lanzas de astas bastante gran­
No 1). des que terminan en una punta de metal,
«La Partesana» es un baile cuya melodía, adornada a los lados de la gran punta con
así como algunos rasgos que aún se conser­ unos colochos del mismo metal en forma de C.
van en la coreografía, son comprobadamente Los lencas llaman a esta lanza: «Fala» o
precortesianos. «Partesana».
Ya hicimos en la Primera Parte de esta El número de danzantes varía; nunca son
obra también el estudio comparativo con otro menos de cuatro los lanceros, llegando a veces
espécimen mexicano llamado «La Danza de el número basta doce; siendo acompañados
la Mali ncbe». Tanto aquella melodía de «La también por otro número igual de los que
D anza de la M alincbe» como esta melodía de llevan las banderolas, otros las varitas ador­
«La Partesana» son de una autenticidad au­ nadas con listones, y otros los arcos adorna­
tóctona y de una antigüedad irrefutable. dos con reliquias y borlas de lana. Es un
' No bay en toda la República lugar en baile de comparsa numerosa y de un efecto*
donde se baile mejor y con más arte y suntuo­ vistoso y atrayente. Con destreza de mala­
sidad «La Partesana», que en el territorio de bares, arrojan muy alto sus lanzas, bacién-

Indios lencas llevan en hombros a un ídolo en e I «Desfile del Cacique»


durante fas fiestas del Centenario de San Miguel.
dol as dar por el aire muchas vueltas sin dejar cuatro indios que llevan cuatro varas, en cuyo
ni una vez de tomarlas al descender ya in­ extremo está una sonaja de morro amarrada
vertidas por la espiga, para volverías a elevar con cintas de colores, las cuales acompañan
una y más veces. Mientras dos de ellos mi­ también con el chaca=chaca de su percusión
den ceremoniosamente distancias al compás al golpear marcando el ritmo de la danza.
de la música, los otros dos arrojan por lo alto Cuando los lanceros de «La Partesana»
sus lanzas, basta que viene el momento en han concluido sus evoluciones y giros, entra
que todas las lanzas evolucionan por el aire en escena, zandunguera y rítmica, «La Ye-
dando un efecto fantástico y bélico pero a la guita» de Cbilanga, siguiendo después el baile
vez muy sugestivo y artístico. de «Los Negritos» y «Los Gracejos», pues
La música es tocada por un pito, tambor todos estos bailes casi siempre van unidos
y un tamborcito pequeño, al que llaman caja, en las fiestas de los lencas. Siguen por va­
por indios lencas de Cbilanga o Cacaopera. rios días bailando en las fiestas que siguen
El ritmo de la melodía es de seis octavos (6/s) en los caseríos y ranchos del pueblo en donde
y los tambores llevan primero un ritmo de son recibidos con tamales, cohetes y chicha.
fres cuartos (3/4), haciendo una mudanza en se­ La melodía que sigue fué tomada de los
guida de dos cuartos (2/4), después de venir acom­ indios lencas en las fiestas del Centenario
pañando la melodía en ritmo de seis octavos (6/8). de la fundación de la ciudad de San Miguel
Forman parte del cuadro con los lanceros el 8 de Mayo de 1930.

MUSICA DEL BAILE DE «LA PARTESANA»

< Voy a describir aquí a largos rasgos mis Caballeros Aguilas de las antiguas jdanzas
impresiones e interpretación sobre la danza guerreras de los mayas. Pero delante de todos
de «La Partesana», cuando la vi bailar en ellos va el más joven, el más valiente y
aquellas memorables fiestas de la raza lenca. aguerrido de los danzarines, el de «La Par­
«La Partesana» es Danza Guerrera, y por tesana», (que porta una lanza más pequeña
lo tanto es también Danza de Fecundidad. terminada en forma de cruz), quien quizá
Están reunidos los indios lencas frente al antiguamente simbolizaba al fuerte señor Ka=
templo, para bacer al Santo Patrono la ofrenda kucapat, quien con su dardo resplandeciente
de su Danza Guerrera, como antiguamente lo alzado sobre su cabeza, era la admiración de
hacían frente al poderoso señor Kakucapaf, su pueblo.
que volaba sobre los indios mayas en su nube Los de las banderolas hacen guardia a los
roja resplandeciendo su dardo de oro sobre guerreros, mientras llega el momento de inter­
su cabeza. venir en la danza marcando símbolos con los
Truena el «Santo Ti ngo» (Tepunabuaste), pasos y las banderas.
y resuenan los tambores sobre la plaza con Y siguen los lanceros danzando con paso
grito de batalla. de combate; llevan la lanza nueva en su mano
“¡La batalla es la fiesta de los hombres!” fuerte apoyada contra su pecho. La lanza es
Se enardece la sangre en los indios que recta, como erguido es el indio que la empu­
bail an «La Partesana» y se llena de júbilo ña, y es ligera como la habilidad del que la
el ánimo de los que presenciamos la Danza lanza y coge. Los arqueros también vuelan
Guerrera. y rompen el viento con el giro que el brazo
Viendo a los lanceros de pedernales agu­ les infunde.
zados y a los que mueven los arcos adorna­ Antiguamente los arcos disparaban flechas»
dos de cintas y borlas de colores encendidos, abora zumban formando serpentinas con las
pensamos en los Caballeros Tigres y en los cintas y borlas de colores chillantes.
«La Partesana» describe parábolas en el tadores que rodea a los apuestos danzarines
espacio azul, y mientras ella actúa, los lance­ guerreros.
ros, los de los arcos y banderolas, hacen ve­ Se termina la danza de «La Partesana»;
nias, hincan la rodilla, chocan las armas des­ se hacen la venia vencedores y vencidos, pa­
cribiendo símbolos con sus actitudes y figuras, sando después de dos en dos, y en la puerta
haciendo el fondo a ías coreografías de «La del templo, hincando una rodilla, clavan en
Pa rtesana». el suelo sus armas y después de una incli­
Ponca el «Tingo» con grito de batalla, nación, pasan al templo para bacer la ofrenda.
respondiendo atronador el tambor, y el pito Unas mujeres quedan esperando y otras con
insistiendo basta la saciedad en el motivo incensarios de oloroso copal, van junto al
musical, azuza a los danzarines guerreros que amado bailador para incensar la ofrenda.
bailan con gallardía y regocijo. El que no
Así terminó la Danza Guerrera de «La
dance y luche como valiente, no merece la
Partesana».
flor nueva de la doncella india, que lo mira
y espera en silencio en el círculo de espec­ “íLa batalla es la fiesta de los hombres!”

ESTUDIO
Vemos también que en esta danza se pre­ nupciales y también en las hestas de las co­
senta una antigua o arcaica relación entre la sechas o al fecundar los granos.
lanza y la vara de ia vida, entre la danza de Recordemos aquí lo que muy acertada­
armas y el conjuro de fecundidad. Este he­ mente dice Sachs al respecto: “Y a la luz
cho se hace tanto más indiscutible cuanto de la muy antigua relación entre la danza de
que ia danza de armas más primitiva que se batalla y la danza amorosa, entre el conjuro
conoce: “La danza de la lanza de los wal= de la vida, el hondo significado de la danza
chandis australianos es interpretada por los de armas en ocasión de la siembra y la co­
mismos danzarines como imitación de la coha­ secha, en los ritos de iniciación de las donce­
bitación, representando al falo la lanza em­ llas, en las ceremonias nupciales y en los
pleada”. funerales se bace clarísimo. Gasi todos los
Y ya hemos visto que nuestros indios conjuros de fecundidad son al mismo tiempo
lencas llaman a su lanza que emplean para conjuros defensivos, incluso la danza de
el baile de «La Partesana»: “fala o partesana”; armas”.
teniendo las lanzas que emplean para su baile
Sachs destaca claramente los siguientes
efectivamente la forma de un falo, como po­
motivos en las danzas guerreras o de armas:
drá verse en la ilustración que corresponde
a la «Monografía sobre ios Lencas» de don 1— El juego de batalla.
Jeremías Mendoza. 2— El arma como defensa contra los espíritus.
Esta “fala o partesana” va en íntima relación 3— El arma como conjuro fálico de fecundidad.
con la vara de la vida, representada en las 4 — El juego del palo.
largas varas que cada uno de los cuatro que 5 — Las danzas de figura.
acompañan a los lanceros lleva como arma y
a ese largo palo le han unido el sonajero “De estos motivos, los tres primeros son
adornado de listones. Con ellos golpean rít­ los más antiguos, si se consideran su signifi­
micamente el suelo, con golpe fuerte. A cada cado y su extensión; el cuarto y quinto son
golpe, ellos y todos los demás comparsas res­ notoriamente más recientes; el quinto, por lo
ponden con un hondo grito: ¡uh! jub! ¡uh! menos en la forma que es común en Europa.

La lanza, el arco y la flecha, lo mismo que Más adelante, en otro párrafo, dice: “En
la vara de la vida con la sonaja en el extre­ el hombre el impulso de la batalla y el sexual
mo, debido a sus formas y a su función de se bailan tan estrechamente vinculados como
atravesar, son indudablemente atributos fáli- en el ciervo, que combate cuando entra en
eos en la danza. El significado fálico de estas celo. El éxtasis de la sangre y del amor flu­
armas, pues, explica el hecho de que los len­ yen juntos en la vida como en la danza, que
cas dancen este baile de «La Partesana» con también aquí toma la vida como modelo; a
sus lanzas que ellos llaman fala, en las fiestas menudo se agrega una danza erótica a una
guerrera o al participar en una danza gue= collar de plumas blancas alrededor del cuello),,
rrera, experimentan las mujeres su influjo vulgarmente «zope», a pesar de que es una
sexual”. águila; y a esta danza de «La Partesana»,
Además esta danza de «La Partesana», es también la designan con el nombre de «La
una danza expandida o abierta, por más que Danza del Zope», en lugar de decir tal vez
los giros y movimientos tengan un sentido como se acostumbró antiguamente: «La Danza
religioso. El asalto que forma parte de esta de los Caballeros Aguilas». A través de las
danza guerrera al lanzar por el espacio la “/ala centurias de años, todo se ha ido perdiendo,,
o partesana”, demuestra claramente que a esta máxime sabiendo que los misioneros españoles
danza guerrera en su impulso de batalla, va pusieron particular empeño en hacer olvidar
unido muy estrechamente el conjuro de fe­ los nombres y la intención de los antiguos
cundidad. ritos.
Me ba llam ado poderosamente la atención
Viendo a esos indios lencas ejecutar su
el por qué ese nombre del «zope» (léase
danza de «La Partesana», se ve y se siente
águila) en una danza cuya indumentaria, las
esa frenética devoción del éxtasis de la ba­
armas que portan de lanzas primitivas (pues
talla y la fiebre de la victoria, que hacen
Milla dice en su Historia de Centro América
entrever también la unión del combate mano
refiriéndose a Cuzcatlán, al hacer mención de
a mano con el éxtasis en el conjuro de la
una carta de Alvarado a Cortés, “en que le
fecundación.
refiere que en un encuentro que tuvo, des=
Así fueron a no dudarlo antiguamente las pués de la toma de Acajutla, vió a unos
danzas guerreras de los Caballeros Aguilas indios armados de unas grandes lanzas, como
y los Caballeros Tigres. Esta, de nuestros de treinta palmos ), los arcos, las varas con
indios lencas, es un vestigio conservado por sonajas representando la vara de la vida, todo
tradición y herencia de aquellas danzas. denuncian el primitivo origen a pesar de que
Hay un dato muy significativo para creerlo la intención o idea moderna vayan encami­
así: los indios lencas llaman al rey de los nadas a desviar la primitiva significación, que
zopilotes (que es una especie de águila con están bien manifiestas en la coreografía.

DANZA DE "LA YEGÜITA"


Esta danza de «La Yegüita» tiene su ori­ fiestas de la Pascua de Navidad, que dan
gen en el Oriente de la República, en los principio el 20 de Diciembre, siendo el día
pueblos donde se babla la lengua «lenca», es más alegre el 24; pero los bailadores vienen
decir, en Chilanga, Cacaopera, Torola, Chiri­ desde Chilanga, pues los indios de este lu­
lagua, Guatajiagua. etc. gar son verdaderos artistas en su baile tra­
Siempre va acompañada la comparsa de dicional.
«La Yegüita», de «La Partesana» y su con­ Este baile de «La Yegüita», no se baila
junto. En los pueblos lencas se baila para en ningún otro lugar de la República, sólo
las fiestas de sus Patronos frente al Templo en los pueblos de la raza lenca en la región
y el Cabildo; en San Miguel se baila en las de Oriente de nuestro territorio.

IMñllMCNTAPIA

El que bace de yegüita, lleva asegurado do mucho con caites de suela y correas de
en la cintura una armazón de varas en forma cuero como sandalias. Bailan alrededor de
de albarda forrada de tela pintada, llevando la Yegüita y en paso de danza, cuatro indios
en la parte de enfrente una cabeza pequeña portadores de sendos garrotes, y que al termi­
de caba lio muy bien imitada con crines de nar las diferentes figuras coreográficas, acom­
mezcal, y en la parte trasera una cola de la pañadas de vez en cuando por gritos, bacen
misma fibra. Cubriendo una parte del cuerpo un simulacro de pelea o batalla, y este es
de la armazón con una azalea o mantillón, el momento en que interviene la yegüita
para dar más naturalidad al disfraz; calzones para desapartarlos y ponerlos en paz repar­
y cotón (camisa que llevan con la falda de tiendo también palos y coces a diestra y
fuera) de manta, sombrero de palma a la siniestra, pues ese es su principal cometido
usanza de su pueblo, y baila descalzo o cuan­ en la danza.
Durante el desarrollo de los diferentes mo que la repetición de ocbo compases de
giros coreográficos, el pito de caña y el tara- la melodía.
borcito o caja tocan el mismo sonecito, sin Dato curioso: los dos músicos indios que
variar la melodía que está vaciada en ocho tocan el pito y el tamborcito, en lugar de
compases solamente, que siguen después de cansarse, a medida que tocan cobran más ar­
un trino prolongado indefinidamente, lo mís= dor y siguen con mayor entusiasmo y fervor.

ESTUDIO
«La Yegüita» representa entré nuestros puede verse en el Capítulo referente a la
indios, uno de los bailes más antiguos y au­ Cl asificacíón de Melodías Indígenas en la
tóctonos. Aunque su nombre de ahora es el Primera Parte, Segundo Grupo, Var. No 2.
de un animal importado por el coloniaje bace Hay dos versiones respecto al nombre pre-
muchísimos años, conversando con viejos in­ cortesiano de «La Yegüita»; unos dicen que
dígenas de algunos pueblos de la región lenca, se llamaba: «Uita Talguín Cacma», que en
me aseguraron que su verdadero nombre fué
lengua lenca quiere decir: «Danza de la Be­
otro, y que los españoles se lo cambiaron.
bida en Cal abaza» o danza báquica.
Esto es casi seguro, más que por tradición
por el carácter mismo de la melodía, que es La otra versión asegura que se llamaba:
de marcado sabor indígena. «Uita Yasa Shaga». Traducción: «Danza al
La danza de «La Yegüita» tiene su origen Sol de la Mañana». Esta es más aceptable,
en los pueblos de la raza lenca, como ya be­ por la semejanza que tiene la palabra «Yasa»
mos dicbo, y el estudio sobre su melodía (Sol) con «Yax» (Yegua) en lengua lenca.
Además, los españoles con ese afán que por «yegua», tanto por la semejanza del vo=
tenían de ver al diablo en las manifestaciones cabio en lengua lenca, como por el ritmo de
bieráticas y rituales de nuestros indios, no es la danza que tiene el mismo paso de la carrera
extraño que cambiaran el nombre de «sol» del animalito, que es alegría de la primavera.

Indígenasjencas de Chirilagua’bfilando el son de «La Yegüita» en las solemnes fiestas


del Centenario de la ciudad de San Miguel.

El diseño melódico de este son preseñta rio de la fundación de la ciudad de San Mi­
carácter propio y puramente vernacular, y su guel el 8 de Mayo de 1930.
ejecución siempre estuvo y está aún enco­ En 1 os diversos pueblos del territorio lenca
mendada al «pito» (flauta de caña o de carrizo) hay muchas variantes de esta melodía, pero
y al «tamborcito» o «caja». con ligeras alteraciones que creo más bien
En los especímenes que be encontrado y obedecen a la falta de pericia para tocar el
estudiado de nuestra música autóctona o folk­ pito, o a ligeros caprichos de inspiración de
lórica, éste une a la originalidad del diseño los músicos indios. Pero el fondo melódico
melódico y de su ritmo, no sólo su variedad de este espécimen es siempre el mismo, siendo
sino cierta morfología que le imprime un sello éste que presento aquí el más puro y más
verdaderamente regional. antiguo reconocido por todos los que desde
tiempos muy remotos vienen oyendo el mo­
Como puede verse en el ejemplo gráfico, tivo musical de «La Yegüita». Sobre todo,
la música comienza con sólo la percusión del fué tomado de uno de los más viejos toca­
tamborcito indio, en cuatro compases y en dores de esta melodía y era nativo de Cbi­
ritmo de seis octavos (6/8) peculiar y caracte­ langa.
rístico en las melodías de danzas precorte»
Con el transcurso de los años, y mucbo
sianas; después inicia la melodía el pito de
caña, con un trino (el canto de un pájaro), después de la Conquista, algún poeta anónimo
abordando en seguida el tema, con transicio­ del pueblo, dispuso ponerle letra a la melodía
nes y modulaciones en forma rudimentaria, de «La Yegüita», sin duda para corearla
de la dominante a la tónica, sin pasar de los cuando los indios de la comparsa la bailan.
intervalos usuales en la música de nuestros Damos a conocer aquí esa letra, advír-
indios, y por eso me confirma su origen pre- tiendo, que en su primitivismo sólo se bailó
cortesiano. Esta melodía fué tomada en las y esta letra es de manufactura y usanza de
fiestas indígenas en celebración del Centena­ tiempos muy posteriores a la Conquista.
LETRA DE "LA YEGÜITA"
La yegüita es bien briosifa, Corre hasfa dentro del agua,
Dale que dale por pinturera. Y apuestan que, es Cacaopera.
La Uegüita es ligerita, El que monte la Vegüita,
¿Quién es que monta ia gurupera? Será el más listo en la campaña.
La Vegüita es de Cbilanga, Siendo nerviosa y chiquita,
Por eso es lista y opera. Para esto, sí, se quiere maña.

DANZA DE "LOS NEGRITOS"


Ya me be ocupado en párrafos anteriores, las mudanzas dan un grito gutural y primi­
a esta danza de «Los Negritos», pero por tra­ tivo los de la pareja, que es contestado en
tarse, primero, de formar parte de los bailes coro por los del círculo. En esta forma se
que acompañan a «La Partesana», haremos la baila en muchos pueblos de la zona oriental
descripción de su indumentaria y su coreo­ de la República.
grafía de como la acostumbran en la mayor La otra forma, creo que los indios lencas
parte de los pueblos de la raza lenca. perdieron y olvidaron el verdadero nombre y
En segundo lugar, quiero señalar aquí una sentido de la danza que ejecutan, y entonces,
doble interpretación que bacen los indios por decir algo, dicen que es la misma de «Los
lencas, de esta danza de «Los Negritos», en la Negritos».
cual modifican la indumentaria, el sentido o
Yo creo que se trata de una confusión
simbolismo y basta el carácter de la danza.
Vamos a describir las dos formas, para lamentable entre ellos mismos, y no hubo
quién les recordara que esta danza es una
determinar las diferencias. Regularmente «Los
Negritos» de Las Huancadas y de otras fies­ danza astral de evocación a la siembra, pues
todo indica serlo así.
tas de los lencas, van ataviados con chaque­
tas o levitas de colores vivos, pantalones co­ Voy a describir aquí, la danza que vi eje­
rrientes, llevando un pañuelo rojo hecho nu­ cutar en las fiestas de la inauguración del
do al cuello; usan además unas polainas de Grupo Escolar «Delfina», que obsequió el Dr.
cuero adornadas a los lados con cascabeles Peccorini en su hacienda «La Estancia».
sonoros, y en las rodillas y los codos se ama­ De esta danza ya hice una ligera descrip­
rran tinos buacalitos embrocados, que al cho­ ción en el capítulo de las creencias religiosas
car unos con otros producen un sonido pe­ de los indios lencas de Torola, pues allí se
culiar. En los tobillos se ponen unas grandes baila también ésta que voy a describir, aunque
espuelas con campanillas, que al bailar acom­ con una ligera variante que después señalaré.
pañan el ritmo con su tintineo. Llevan unas El origen y significado de esta danza de «Los
sonajas que sacuden al compás de la danza Negritos» se ba perdido a través del tiempo.
que ejecutan, levantando mucho una pierna No obstante puede determinarse partiendo
y después la otra. Es una comparsa de doce del estudio de los motivos separados, que nos
bailarines, pero danzan por parejas de dos dan las características indiscutibles de una
en dos, mientras los otros forman círculo. En ceremonia de vegetación.

DANZA ASTRAL DE EVOCACION A LA SIEMBRA


Frente al Templo Maya o Grupo Escolar de henequenes inmensos, sirviendo de fondo
«Delfina» en la hacienda «La Estancia», te­ el volcán, los indios lencas bailan una danza
niendo por escenario el campo abierto y co­ ritual, hieràtica y bajo todo punto de vista,
mo decoración el bello panorama sembrado es una danza astral de evocación a lá siembra.
INDUMENTARIA
Los danzarines van vestidos con sus tra­ va significando la «lluvia», así como los go­
jes corrientes, muy limpios, sólo que en la rros rojos, tal vez simbolizan el Sol.
cabeza llevan una especie de gorro hecho de Los de dorola, se recordará, llevan estos
varias vueltas con un lienzo o pañuelo rojo, chorros o colas de fibras de henequén, atrás
y atrás del mismo pende o cae una cola o de la cintura; en esto se diferencian de los
chorro de fibras de henequén que me parece que bailaron en «La Estancia».
COREOGRAFIA

Llevan en la mano derecha una sonaja dar la Tierra con la siembra, y los tres con
que al sacudirla al compás del ritmo de la los chorros de henequén simbolizan la «Llu­
danza producen un chaca=chaca singular, in= via» benefactora para la germinación del grano.
terrumpido de vez en cuando por un grito Estos indios vienen desde tiempo inme­
parecido al de las danzas fálicas. morial repitiendo la forma y el sentido de
Al danzar llevan los tres danzarines la esta danza por tradición, pero probablemen­
cabeza inclinada y con los ojos miran devo= te con los años, perdieron su relación simbó­
tamente hacia la tierra. La danza la ejecutan lica y el nombre de este ritual, que siguen
en forma circular y cerrada. La actitud de repitiendo sin saber ni ellos mismos tai vez
los danzantes es solemnemente hieràtica, y lo que significa. O puede ser también, que
los tres llevan pasos diferentes ai danzar. deliberadamente oculten (también por tradi­
Uno baila en el centro y por la flexión ción) el nombre y significado, por la prohi­
del tronco en el movimiento de rotación que bición que los sacerdotes misioneros les im­
bace al ir bailando, creo que es el que re­ pusieron de no ejecutar ni representar en las
presenta al Sol, Los otros dos bailan al re­ danzas nada que tuviera algún sentido de
dedor formando un círculo, pero uno lleva sus antiguas teogonias idolátricas.
un paso «tranco» como midiendo la tierra o Así es como aparentemente ban hecho
señalando la distancia en que debe sembrar­ creer que confunden las dos danzas, la de
se, y el otro con paso de «areyto» dos para «Los Negritos» (que es bien distinta) y esta
adelante y uno para atrás, es sin duda el otra, que la llaman del mismo modo, por ha­
sembrador del granó. El del centro representa ber perdido (aparentemente también) el hilo
al Sol que gira, ' calentando para hacer fecun­ de su tradición.

Indios lencas bailando airosamente la danza de «Evocación a la Siembra», en el festival ofrecido por el Dr. Atilio Peccorini
en la inauguración del Grupo Escolar «Delfina», obsequiado por él, en su hacienda «La Estancia».
ESTUDIO
Los motivos astrales se encuentran en sas —y este podría ser su significado— ad­
muchas danzas, pero especialmente en las hiere a lo que puede percibirse, la forma y
circulares. La dirección del movimiento, es= el movimiento. Los indios, por lo tanto, re­
tríctamente orientado en dirección del curso producen mediante los giros y movimientos
solar, u oscilando entre la dirección o contra, en la danza, la idea a quien van dirigidos, y
no pueden explicarse de otra manera. la realización de los hechos deseados o para
La influencia astral se hace evidente cuan- asegurarse de su consecución, para atraerlos
do los danzarines, además de bailar en forma y dominarlos.
circular, deben mirar en dirección determina­ Los lencas son bierátícos en sus danzas,
da. Dos de los danzarines miran hacia la tie­ pero sus cuerpos movedizos poseen movimien­
rra constantemente, pero el del centro de vez tos expresivos y variados a pesar de su paso
en cuando vuelve la cabeza con la rotación ritual y monorrítmíco hacía adelante y bacia
del tronco mirando hacia el Este. Por eso atrás. Diríase que estos indígenas intentan
creo que el del centro representa al Sol y expresar en esta danza todos y cada uno de
que esta es una danza astral. los poderosos estímulos mentales que experi­
A esta danza la podemos considerar como mentan, de una evocación o de un ruego he­
acción religiosa o expresión de la analogía o cho a sus dioses, para la feliz realización
hechizo de la formación. La esencia de las co­ o resultado de lo que están pidiendo.
En esta danza se ve y se palpa la expre­ grupo de raza, crea una cultura que lleva des­
sión de la oración danzada. de el recolector de alimentos basta el nivel
Es la misma disposición contemplativa, del agricultor, y se manifiesta en la danza y
bierática imperturbable, en forma cerrada que la música por el movimiento cerrado y su
por el dominio de las características de este anhelo de estatismo y simetría.

ESTUDIO
El diseño melódico de la música nos es­ te por el tamborcito y las sonajas que sacuden
tá diciendo muy elocuentemente, que la for­ los tres que ejecutan la danza, se siente una
ma empleada antiguamente en todo el motivo música de ritual religioso al mismo tiempo
musical de la danza, fué el pentatono. que de un sabor primitivo y racial.
En los ocho compases de la primera línea La forma de las cadencias, los intervalos,
todos están vaciados en pentatono, salvo el las notas de adorno y los trinos, nos están
SOL sostenido de las dos notas de adorno del
demostrando las características de la música
segundo compás, que más bien creo fué un del grupo de los lencas, y ese aire de fami­
capricho o improvisación del que tocaba el lia que se encuentra en la música de «La
pito, pues en las otras notas de adorno que Yegüita», que es otro de los bailes del mis­
están hechas en la misma forma no aparece mo grupo lenca.
el SOL sostenido.
Los ocho compases que siguen en la se­ Casi siempre al final de cada ocho com­
gunda línea, están en perfecto pentatono en pases, los danzarines emiten al mismo tiempo
el modo de DO. En la misma forma y modo un grito, un grito primitivo y sui-géneris,
están los primeros cuatro compases de la última que es como una llamada o un excitativo pa­
línea, pues los cuatro compases finales, por los ra animar los giros de la danza.
medios tonos y la extensión, acusan una des­ La melodía de esta música, como vemos,,
figuración o interpolación a través del tiempo. es de una belleza primitiva muy expresiva y
Repetimos, que esta melodía fué y ha si­ se siente en ella todo el fervoroso panteísmo
do casi todo el tiempo en forma completa­ de aquella raza (nuestra raza) lenca que vi­
mente pentatonal. Acompañada frenéticamen­ vió en contacto tan íntimo con la naturaleza

BAILE DE "LOS PLUMEROS" O DEL "TONCONTIN"


Como única evocación genuinamente indí­ No hay en toda la República una danza
gena, nos quedan algunas danzas que han tan pomposa y de adornos tan vistosos como
sobrevivido a pesar de los siglos transcurri­ esta de «Los Plumeros».
dos, aunque mutiladas y sin el esplendor y El gran penacho va extendido sobre la
ritualismo que les eran propios. Una raza que cabeza en forma de abanico, y formado
va desapareciendo en la desoladora penumbra por plumas de todos colores, entre las que
del olvido va dejando un pálido reflejo co­ lucen, alineados en círculo, redondos espe-
mo recuerdo de su antiguo boato y señorío. jitos o pedazos de vidrio, y sobre la fren­
La danza de «Los Plumeros», que bailan te uno cuadrado más grande. El plumero o
los indios de la región lenca, como en Ca­ abanico va sujeto o descansando sobre un>
caopera, Torola, Guatajiagua, Conchagua, etc., casco de embreado grueso o asegurado en
tiene mucba semejanza con la llamada: un fuerte turbante de tela de muchas vuel­
« Los Mali nches» de Oaxaca, tanto por la tas en derredor de la cabeza y sostenido de=
vistosa indumentaria, como por la nobleza de bajo de la barba. Pende del casco o del tur­
ios pasos en la coreografía de los cuatro dan­ bante sartas de colmillos de animal o semi­
zarines de «Los Plumeros». llas de frutas; van vestidos con una casulla
Estos cuatro principales de la danza llevan bl anca o verde con galones de papel platea­
en la cabeza un inmenso penacho o turbante do y dorado, asomando los pantalones tam­
de ostentosas plumas de guacamaya y forogós, bién galonados. Llevan en la mano derecha
que los bace aparecer como antiguos sacerdotes, una sonaja de morro pintada de rojo, con
o nobles guerreros, celebrando un solemne píedrecitas o balines que producen un soni­
ritual de laantígua liturgia protolenca. do incisivo y seco; y en la otra mano un ce­
tro de plumas iguales a las de los turbantes. Antiguamente eran verdaderas mujeres las
Presentan la cara descubierta y los ojos tie­ que bacían parejas con los de la comparsa,
nen un brillo especial bajo el resplandor mul­ pero desde bace algunos años, éstas ban si­
ticolor de los turbantes o penachos de plumas. do reemplazadas por hombres disfrazados de
Los cuatro danzarines de «Los Plumeros», mujeres.
bailan de dos en dos y cada dos de ellos llevan
Los de la comparsa así que termina el
una comparsa de seis que en total bacen doce,
baile, se proveen de un látigo, y la empren­
bailando cuando les toca hacer los honores
o el fondo a cada pareja de «Los Plumeros». den contra los muchachos que los siguen to­
Estos doce bailarines de la comparsa van reándolos; con ios látigos los asustan, hacien­
enmascarados, unos llevan trajes de hombres do mil gracejadas y piruetas, que bacen las
y otros van disfrazados de mujeres. delicias del populacho.

COREOGRAFIA
El paso de la danza de los cuatro plu­ ritual cuyo nombre no quieren o no saben
meros, es sosegado, grave y lleno de nobleza, recordar.
pero patean con fuerza y energía que retiem­ Los danzarines de «Los Plumeros» bailan
bla el suelo; mueven las sonajas y los cetros de dos en dos, seguidos y formando círculo
de plumas con movimientos adecuados con por los seis comparsas de cada pareja. En el
los brazos y manos. En la mudanza de paso desarrollo de la danza, bacen dos círculos
ejecutan saltos tan atrevidos y flexiones del concéntricos y por último, los cuatro de «Los
tronco, que parece estar en presencia de una Plumeros» bailan en el centro, y los doce de
embestida de batalla. Los saltos largos se la comparsa forman un gran círculo. Las so­
combinan entre estos indios lencas con un najas resuenan incesantemente y los de la
grito convulsivo de imtroducción, o en las mu­ comparsa bailan con ritmo más movido y
danzas de paso en los giros de la danza. A agitado.
pesar de que en ciertos cambios hay saltos Esta danz3 de «Los Plumeros» es una de
y flexiones en forma «expandida y abierta», las más antiguas de nuestro territorio. Es
no por eso pierde su delineamiento hierático original de los lencas, y antes de conocerse
y su sentido de ritual religioso. con el nombre de «El Toncontín» o de «Los
So n los últimos vestigios de la antigua y Plumeros», sin duda se le designaba de otra
aparatosa danza del «Toncontín», que a su manera en relación con algún rito pagano,
vez fué el nombre que nuestros indios le pues su indumentaria proclama a gritos su
olieron a una antigua y precortesiana danza primitivismo.

La guardia del Cacique, y en el extremo de la derecha, indígenas lencas que bailarán la autóctona danza
de «LoSjPlumeros» o danza de «Los Penachos». (Fiestas del Centenario de la ciudad de San Miguel).
ESTUDIO SOBRE LA MUSICA

El diseño melódico de esta danza se mue­ de extraño, y es una de las formas del mes­
ve en un ritmo de seis octavos 6/8, y su ex­ tizaje muy frecuentes en la música indígena.
tensión en la primera parte es de un penta* Los dos puntos en que la danza es abier­
tono perfecto, sólo con la repetición del Do ta, como en la melodía, son: en el sexto com­
en la octava inferior. La segundo parte está pás de la primera parte o sea en el intervalo
vaciada en peníáfono, o sea una escala de cin­ de octava Do a Do, y en el primer tiempo
co sonidos seguidos, en el que se encuentra del tercer compás de la segunda parte con el
el semitono Si bemol, y la tónica se repite intervalo también de octava de Fa a Fa. Dos
en la octava superior. saltos bien característicos de melodía abierta,
Esta combinación de pentatono y pentáfo* que nuestros indios también la marcan e in­
no, es muy corriente en la música indígena terpretan en paso de danza abierta o expandida.
primitiva, pues el pentatono y la forma ar* En esta danza, sobre todo, se nota ese
caica del pentáfono, anduvieron casi siempre salto atrevido y gallardo del indio lenca, que
de la mano en la construcción de melodías es una de las características acentuadas de
primitivas. este grupo de raza, dándole a la vez al con­
junto danzante y a la suntuosidad de sus
El ritmo de la primera parte es más mo­
trajes, un sello de imponente y primitiva so­
vido que en la segunda, pues en ésta se ve
lemnidad que impresionan.
como una tendencia o actitud de hieratismo
ceremonioso que van marcando con el paso De nuestro estudio de investigación, sa­
en la danza y las sonajas. camos en consecuencia: que sólo la primera
parte de la música de esta danza pertenece
La melodía nos da una sensación de le­ a la época primitiva, por su forma pura de
janía con cierto dejo de tristeza, que nos pentatono y sus giros melódicos; la segunda
produce también un sentimiento de nostalgia parte, aunque emplea la forma arcaica de la
y añoranza de algo que presentimos muy escala pentafonal muy usada también en la
nusetro y de nuestra tierra. música primitiva pura, por los giros y modu­
En la segunda parte, sin embargo, senti­ laciones del diseño melódico se siente muy
mos, sobre todo en la apoyatura sobre el se* marcado el estilo de la música criolla.
mitono, algo de las modulaciones pastoriles de Esta segunda parte debe de baber sido-
la época colonial. Esta influencia nada tiene agregada después de la Conquista.
"EL TIGRE Y EL VENADITO"
Los indígenas de otros pueblos de la zona bombre y otro disfrazado de mujer; los dos
Oriental de la República, acostumbran también llevan máscaras de viejos, y en la mano blan­
él baile de «El Tigre y el Venadito». deo un garrote con el que azuzan al tigre y al
Llevan como comparsa una pareja de un venadito en las luchas y pantomimas del baile.

INDUMENTARIA

ES que representa o bace de venadito, que representa la cabeza del tigre y el cuerpo
lleva una larga casulla hecha de cueros de cubierto atrás y adelante con pieles de tigre.
venado y la cabeza cubierta con una máscara La ideología y los giros de la danza es más
que representa a la del venado con la rama­ o menos como lo hemos visto ya en otros
zón de sus cuernos. Otro va con máscara lugares.

Indígenas lencas bailando el son de «El Tigre y el Venadito» en las tiestas del Centenario ]
de la fundación de la ciudad de San Miguel

Esta fotografía fué tomada en las fiestas frenéticamente unas sonajas hechas de bejucos
del Centenario de la ciudad de San Miguel. y pequeñas láminas de lata o fragmentos de
Véase la actitud de lucha o acecho que hierro que tienen forma alargada y que al
tienen el tigre y el venadito, mientras la pareja sacudirlas dan un rumor de carillón.
de viejos que hacen de comparsa, bailan con
En muchos lugares también acostumbran
ritmos y movimientos imitando a los viejos.
bail ar «La Historia de Moros y Cristianos».
Detrás de la pareja de viejos está el que
toca el tambor, y cubierto por el que bace Pero estos dos últimos bailes nacieron des­
de venadito está el que ejecuta el són con pués de la Conquista, o mejor dicho la forma
el pito de caña acompañando a los danzarines con que ahora se conoce con el nombre de
de «El Tigre y el Venadito». « Historia de Moros y Cristianos » fué el
En esta sección de Oriente también se nombre que los conquistadores le impusieron
bailan otros bailes, como «Los Gracejos», que a un antiguo baile, que la letra y coreografía
llevan puesta una máscara parecida al hocico aludían a sus teogonias y prácticas idolátricas,
de un cerdo, un pañuelo colorado cruzado o la rememoración de acontecimientos o suce­
entre pecho y espalda, y en las manos agitan sos notables de aquellas civilizaciones.
NOTA DE PRESENTACION
Para terminar estos apuntes sobre la raza un honor para mí, en darle el puesto que le
lenca de la región oriental de nuestro terri­ corresponde en este mí modesto trabajo, para
torio, creo necesario decir dos palabras de dar a conocer a mis apreciables lectores la
presentación de la «Monografía sobre los Len- palabra autorizada de don Jeremías Mendoza,
cas», del señor don Jeremías Mendoza, que com- investigador acucioso de la raza lenca, en esta
pletará cd forma valiosísima mis deficien­ Monografía que el autor titula: «Curiosidades
tes anotaciones sobre dicbo grupo de raza. Históricas de la República de El Salvador».
El señor don Jeremías Mendoza era her­ «El pueblo de Cacaopera en el Departamento
mano de mi padre el Dr. don José Angel de Morazán. Estudio Arqueológico, Etnográ­
Mendoza, y yo era una tierna niña de cuna fico, Filológico y Geográfico». Por Jeremías
cuando él me vió la última vez. Mendoza. Obra ilustrada con varios grabados,
Pasaron los años, y cuando la prensa del jeroglíficos v un mapa topográfico. América
país comenzó a comentar algo sobre mis afi­ Central. 1913».
ciones folklóricas, mi tío, que vivió siempre Todo esto está escrito en la carátula del
entregado a sus labores agrícolas allá en el pue­ libro manuscrito, pero en la vuelta de esta mis­
blo Delicias de Concepción, supo de mi inclina­ ma página dice así: “Páginas Históricas sobre
ción bacía el estudio sobre las cosas de la raza. la Raza Lenca de la República de El Salvador”.
Hace algunos años, una tarde, se presentó Escogemos este segundo título del autor,
a mi casa un señor preguntando por doña para presentar dicho trabajo, pues lo consi­
María Mendoza de Baratta; yo soy, le respondí. deramos más adecuado, por la amplitud y la
Es que vengo a cumplir un encargo que fo rma, relacionado con el tema que nos ocupa.
me dió mi padre antes de morir; me llamo Creo será de interés para el lector, pues
Victorino Mendoza y soy hijo de don Jere­ además de su valor histórico, etnológico, lin­
mías Mendoza. güístico y arqueológico, encontrará muchos
Después de las frases de sorpresa y ale­ datos y curiosidades basta abora desconoci­
gría en conocer y tener noticias de familiares dos, de la raza lenca, tan importante como
de mí padre, le dije: “Estoy a sus órdenes; la pipil de nuestro territorio.
en qué puedo servirle”. Con lenguaje sencillo, pero sincero y con­
Abrió un paquete envuelto en un papel, vencido, expone el autor sus observaciones.
y me dijo: “Mi padre estimaba mucbo este Hay momentos en que se siente en sus pá­
librito manuscrito, que él en largo tiempo ginas al poeta, al artista; pero se trasluce
de excursiones ky estudio pudo llevarlo a siempre en los conceptos al hombre estudioso,
feliz término. Antes de morir me lo entregó al investigador, al pensador que se hunde en
con el encargo de que, sí algún día lograba largas meditaciones para arrancar del estudio
conocer a la bija de su hermano, María Men­ la revelación o la conjetura científica, del tre­
doza de Baratta, quien él sabía que se había mendo misterio que rodea al pasado.
dedicado a los estudios de la raza y el folklore, En esta obra todo es interesante, pero una
le entregara estos apuntes, diciéndole: «que él de las partes que reportará un concurso im­
se los dejaba, porque tal vez sacaría de ellos portante a la ciencia, es el estudio que pre­
algún provecho». Y aquí los tiene, me dijo, senta del idioma de los lencas o sobre la
entregándome el libro”. lengua lenca, mejor dicho, pues creo que basta
Lo tomé, y al bojearlo, grande fué mi abora no se ba publicado aquí un trabajo
emoción, primero por el carácter de la letra, similar. Esto será un aporte valiosísimo para
casi igual a la de mí padre y a la de un her­ los filólogos, pues les presentará una gramá­
mano mío que ya murió. No podía despren­ tica y léxico del idioma lenca, para hacer un
der la vista de sus páginas, pues a las pri­ estudio comparado con vocabularios publica­
meras frases pude darme cuenta, de que era dos sobre dicba lengua.
la sangre de los míos la que hablaba en mí. A continuación va, pues, «Páginas Histó­
Emocionada le di las gracias y le prometí ricas sobre la Raza Lenca de la República de
que en la primera ocasión que tuviera daría El Salvador», por don Jeremías Mendoza, y que
a conocer la obra de mi tío, pues un trabajo es para mí muy grato presentar a mis queri­
así era una lástima que permaneciera ignorado. dos lectores.
Por eso ahora creo un deber y es también Tiene la palabra el Autor.
PAGINAS HISTORICAS
DE LA RAZA LENCA

DE LA

REPUBLICA DE EL SALVADOR

Estudio Arqueológico, Etnológico, Filológico y Geográfico


por

JEREMIAS MENDOZA

Obra Ilustrada con Varios Grabados y Jeroglíficos

AMERICA CENTRAL

=1913=
ñnte Scriptum
h N el año de 1895 publique por la prensa una fíeos, mis escritos revelan mi rusticidad y solo
narración histórica del pueblo de Cacaopera, puede excusarme el deseo que tengo de ser útil
donde expuse concisamente los caracteres de la con mis escasos conocimientos. Otra circunstan*
raza, sus usos, sus costumbres, su idioma y otras cia que favorece a mi ánimo, es que varios ami*
varias apreciaciones sobre el estado actual de su gos de alta pasición social, me han estimulado
civilización. Este humilde trabajo fue acogido a ello, creyendo que el acopio de datos que con*
tiene será de algún provecho para la formación
con benevolencia por el público, y tuvo la buena
suerte de llamar la atención de los más sabios de nuestra Historia Patria. Así se verá más
lingüistas de Europa y América. Desde enton* adelante que no se circunscribe a los estrechos
límites de su pequeño círculo, como lo indica el
ces no han escaseado las cartas de personas dis*
tinguidas: unas, suplicándome traducciones en di* título, sino que se extiende a un gran pueblo, a
cho idioma; otras, estimulándome a que lleve (oda una raza, cuyos hechos han estado envuel*
adelante un estudio más profundo, y yo he sido tos en las sombras del misterio, y que hoy gra*
consecuente con todas, sacrificando algunas horas cías a los descubrimientos empiezan a revelarse.
de mi trabajo diario para satisfacer sus deseos. Sólo falta el concurso de mis compatriotas
Entre las personalidades a que hago alusión, para la realización de la obra; el sendero ya
.mencionaré a los ilustrados Doctores don E. de está trazado y a ellos corresponde decidir si se
P. Castells, miembro de la Sociedad Bíblica marcha hacia adelante o si se retrocede ante la
Americana; don José María S. Peña, historiador desconsoladora palabra de...: ¡imposible!
nacional y Redactor de la Revista “Costa del
Pacífico”; don Walter Lehmann, Profesor de len* Cuando escribo estas líneas, muchos de los
guas en los Estados de Alemania, y el virtuoso ancianos que me revelaron sus secretos y sus tra*
Sacerdote, don José María López Peña, autor diciones, lo que tuvo lugar en confidencias ínti*
de varias obras católicas y Director del popu* mas, ya duermen en el sepulcro el sueño eterno
lar diario “El Centroamericano”. de la muerte, y antes que el recuerdo se borre
de mi mente, lo pongo en el papel con la sa=
Como lo indiqué al final de aquella modes* tisfacción de cumplir con un deber agregando
ta publicación, mi objeto fué dar a conocer al* esta página en el libro de nuestra Historia.
gunos datos importantes, que más tarde servirán
de punto de partida para desarrollar con mejo* Los actuales indios se preocupan poco por
res elementos la verdad histórica de los tiempos su pasado, hasta el extremo de ver con indife*
anteriores a la Conquista ; y ya que algunos es* renda sus antiguas tradiciones, y por eso he te*
crifores se han dedicado a esa labor científica nido que luchar con grandes dificultades para
deseosos de hacer luz en esa época remota, he llegar a la terminación de estos apuntes; sin em*
creído conveniente amplificar mi estudio, basado hargo, como fiel artista pongo ante los ojos del
en el testimonió de los mismos indios, que han atento lector, el paisaje histórico tal como yo lo
sabido conservar sus tradiciones desde tiempo in* he copiado, sin añadir ni quitar nada, porque
memorial, y en sus obras de arte, que han sido esto sería afear la obra con toques apócrifos in*
desenterradas por excavaciones hechas en los lu* dignos de un hombre, que sólo desea poner de
gares que habitaron, manifiesto la luz de la verdad.

También hay otro testimonio elocuente que Hecha esta ligera exposición de mis ideas,
no dejará lugar a dudas: la escritura jeroglífi- penetramos en la sociedad de los indios, para
ca hecha por los aborígenes en las grutas, lajas que los sigamos paso a paso en su peregrinación
y piedras, y es lo que ahora me impulsa a pu* sobre la tierra, y podamos apreciar el valor
blicar este pálido bosquejo, esperando que el ge* científico de sus restos arqueológicos, y todo lo
neroso lector sea indulgente si en él encuentra demás que ha servido de hase a su desenvolví*
muchos errores. Dedicado a la agricultura co* ■ miento, hasta llegar a nuestros días, llevando en
mo he vivido desde hace algunos años, y por sus manos el estandarte de una relativa civili*
•otra parte, alejado de los grandes centros cientí* zación.
PARTE ARQUEOLOGICA
PROEMIO

I-fl
*
NTRE los pueblos indígenas que hay en
la zona oriental de la República de El
escribir su historia, apreciando para ello sus
manuscritos e instituciones, como prueba irre»
futable de su adelanto material e intelectual»
Salvador, ninguno encierra en su jurisdicción
sino por el contrario, más bien contribuyeron
territorial tantos recuerdos bistóricos, como
a su destrucción, dejando en la oscuridad los
Cacaopera.
hechos más trascendentales. Por esta circuns­
La vida activa y laboriosa de sus habitan­
tancia, lo poco que hoy sabemos es por una
tes ha venido desenvolviéndose en medio de
tradición incompleta, debido al estado de ig­
las evoluciones del tiempo, dejando en pos
norancia en que se encuentran los actuales
de sí la huella indeleble de un progreso
indios, que difieren mucho de sus antepasados,
realizado en edad muy lejana.
en razón de que aquéllos se ilustraron según
Sus restos arqueológicos y sus costumbres
los adelantos de su época.
sencillas, sirven hoy de norma para retocar
con idénticos colores, el cuadro paradisíaco Para coordinar todos estos becbos ba sido
de su antigua historia. Y no puede ser de necesario un estudio dilatado, analizando basta
otro modo, cuando vemos a ese pueblo mecer los detalles más insignificantes, a fin de que
su cuna en medio de las delicias del campo, la obra resulte, si no del todo exacta, por lo
y luego abrir sus ojos a una relativa civiliza­ menos bastante aproximada.
ción, reproduciendo casi con la misma pureza Las cosas se conocen por sus cualidades
las escenas bíblicas de los primeros siglos. o atributos, como también es un principio de
De aquí se deduce que los indios no eran Filosofía, que todo efecto tiene su causa; si
del todo ignorantes, como se cree general­ la existencia de la luz nos descubre la causa
mente; ni tampoco vivían en la indolencia que la produce, ya sea un astro, un incendio
alejados del trabajo. Sus necesidades hicieron o un foco luminoso cualquiera, ¿por qué, pues,
poner en acción sus energías y así se dedi­ las ruinas de edificios, la escritura jeroglífica,
caron a todas las faenas en la lucha por la las pinturas y los objetos de arte, no nos
existencia. Tuvieron que cultivar la tierra podrán servir para estudiar el carácter de un
para arrancar los frutos destinados al sustento pueblo y delinear su historia? También es
y al regalo; que construir habitaciones cómo­ muy lógico deducir, que esas obras que han
das, para librarse de las vicisitudes e intem­ sobrevivido a sus artífices al través de los
peries del tiempo; que fabricar objetos de arte, siglos, no fueron ejecutadas por una horda
para los usos comunes de la vida; que esta­ de salvajes, si no por una raza algo civilizada,
blecer Asambleas, para la solución de los que vivió como nosotros en constante labor
grandes problemes sociales; que levantar al­ en pro de su bienestar social, y que después,
tares, para el culto religioso, en honor de sus concluida su misión sobre la Tierra, sucum­
divinidades; y por último, que cimentar bajo bió al empuje del destino en cumplimiento de
el amparo de las leyes justas, un Gobierno las leyes de la inestabilidad humana. Pero ba
Nacional y progresista, para sostener la inte­ dejado recuerdos que atestiguan su pasado
gridad del territorio y vengar los agravios de esplendor: hay monumentos, que hablan de
sus agresores. su poderío; hay anales escritos en piedra, que
Todo este conjunto se presenta en la mente muestran su historia; hay objetos de arte,
del pensador, al contemplar los últimos restos que descubren sus usos y sus costumbres;;
de esas ruinas y los rasgos más someros del hay, en fin, el último resto de esa raza, en
genio activo de esa raza. las postrimerías de su existencia, que ha
Sólo es de sentir que en la Conquista, abierto ante nuestros ojos el precioso caudal,
los españoles no bayan fijado la atención en de sus tradiciones...
CAPITULO I

RUINAS DEL ANTIGUO PUEBLO DE CACAOPERA


El primitivo pueblo de Cacaopera ocupaba cementerios, y por las dimensiones de los
cuatro llanuras situadas a tres kilómetros al demás se comprendía que ban de haber per­
Oeste del pueblo actual. Se sabe por tradi­ tenecido a seres de estatura bien desarrollada,
ción, que los indios abandonaron ese lugar donde se ve que con el transcurso del tiempo
por la escasez de agua en la estación seca, la raza ba degenerado. Ahora pregunto ¿serán
y que los grandes pantanos que se formaban los actuales indios descendientes de aquéllos,
en los inviernos, eran un obstáculo para la o los huesos en cuestión son de otra raza ya
marcha progresiva de la población. Lo más extinguida? Esto está en la íncertidumbre,
probable es que se baya verificado después y sólo los jeroglíficos escritos en aquella fecha
de un gran incendio que debe baber destrui­ y el estudio anatómico y antropológico de
do las casas, por baber sido construidas con hombres versados en la ciencia, podrán des­
madera y paja. cifrar el enigma.
Esos prados están boy en poder de labra­ Otro sepulcro se encuentra en la «Cueva
dores, que los ban cultivado en varios puntos de Agua Fría»: lo descubrió una señora que
con plantaciones de maíz, caña de azúcar, por casualidad llegó a ese lugar; vió que una
maguey y huertos de plátanos; pero se nota piedra labrada asomaba una parte afuera de
que en época remota existió allí un gran la tierra; entonces escarbó y la sacó junto
pueblo, como lo comprueban las ruinas y los con los huesos de un esqueleto. La piedra
vestigios de las casas que basta el presente era de moler maíz; tenía la figura de un rec­
ban resistido a la acción destructora del tiem­ tángulo regular, algo cóncava en la parte
po. Los cimientos de esas construcciones son superior, y la inferior estaba sostenida por
en su mayor parte de figura circular, fabrica­ tres patas de la misma piedra. En otra ex­
dos con lodo y piedras, y por esta circunstan­ cavación que se hizo en la misma cueva, se
cia, los vecinos los llaman: “ruedas de compás?. bailaron los huesos de otro esqueleto, y con
Se ha averiguado que no conocieron las ellos un vaso de loza fina; su figura era cilin­
tejas de barro cocido, y sí las demás obras drica, de color amarillo oscuro y adornado en
de alfarería, tales como: vasijas, cántaros, su contorno con figuras alegóricas.
ollas, comales, sartenas, cajetes, incensarios y Estos dos objetos, si bien recuerdo, fueron
vasos de varías formas; obras éstas que tra­ remitidos a San Salvador el año de 1889.
bajaban con bastante finura y que hoy sería En esa vez también se mandó un ídolo de
difícil de imitar. También eran muy hábiles piedra, que se bailó en el plan de una arada,
en el arte de labrar piedras; con ellas bacían en la jurisdicción del pueblo de Torola.
pilas, morteros y piedras de moler de uso Los dueños de la heredad de «Nueva Es­
doméstico. peranza» tienen edificada su casa en ei mismo
Las llanuras que ocupan las ruinas tienen lugar donde bay ruinas antiguas: haciendo
los nombres de «Llano del Nance», «Pueblo unos trabajos de agricultura desenterraron
Viejo», «Nueva Esperanza» y «Agua Fría»; una vasija de barro cocido, que tenía la figura
todas ellas forman planos desiguales, separa­ de una copa grande; estaba pintada de colo­
dos por bordes y prominencias de traquiíos y rado y en la parte inferior tenía un aro cir­
esquistos. Parece que en las dos últimas exis­ cular que terminaba en tres patitas. Después
tían los panteones, pues en ambas se ban en el patio de la casa sacaron a barra una
desenterrado esqueletos humanos, en cuevas pila pequeña de piedra labrada, de figura
donde han permanecido sin mojarse con las rectangular, provista en la parte inferior de
lluvias. «Nueva Esperanza», es una pequeña cuatro patas de la misma piedra y en los
necrópolis: hace poco tiempo que unos jóvenes extremos tiene dos apéndices o asas con mol­
descubrieron un sepulcro construido debajo duras. Esta pila la obsequiaron al autor de
de una roca; el interior era hueco, en figura este libro, quien la guarda con estimación,
de bóveda; bajo la cripta natural estaban los porque más tarde servirá para exhibirla en
huesos de dos esqueletos, que probablemente nuestros museos.
han de baber sido de hombre y mujer. Noté También en otras partes he tenido ocasión
<jue el espesor de los huesos del cráneo, era de ver objetos que han sido desenterrados
algo superior a los que boy se sacan en los en los lugares que habitaron los antepasados,
57 —
y que por su forma, su construcción y el ma­ las labores agrícolas casi las han destruidor
terial de que están fabricados, se remontan el arado principalmente, ha perdido la mayor
a una civilización extinguida ya con el tras­ parte de los cimientos, que boy sólo se miran
curso de los siglos. Su descripción sería demás en los terrenos quebrados o en los respaldos
porque con ello cansaríamos al generoso lec­ de las lomas y collados.
tor; como muestra, basta con los que quedan En cuanto a la situación geográfica del
citados. antiguo Cacaopera, la que dejo descrita es
la aceptada generalmente; sin embargo, hay
La más notable de las llanuras es la del
quienes opinen que estuvo primero en la cum­
«Pueblo Viejo», tanto por su posición central
bre del cerro del Tizate, entre las líneas ju­
como porque allí tuvo su asiento principal la
risdiccionales de Lolotiquillo y Sociedad: tam­
parte más distinguida de la población.
bién ahí se miran vestigios de casas y exami­
Al lado del Norte, existían anteriormente nando dicho lugar con alguna atención, se
los escombros de un gran edificio, que mu­ descubre la huella de un pueblo desaparecido.
chos suponían que eran las ruinas de un Sobre ésto no hay datos históricos ni tradi­
suntuoso templo; pero es más probable que cionales que atestigüen la verdad; talvez se­
baya sido la espaciosa mansión del Cacique. ría otro pueblo diferente, pero de la misma
En el «Llano del Nance» y «Nueva Espe­ raza, que en tiempos lejanos se fundieron en
ranza», sólo hay cimientos de casas; en «Agua uno solo, para establecerse definitivamente en
Fría» hasta éstos han desaparecido. el sitio que boy ocupa. A principios del si­
Al presente se necesita mucha observa­ glo XVI, Cacaopera ya estaba en ese mismo
ción para identificar esas ruinas, porque es­ lugar, según algunos documentos reales de
tán cubiertas de vegetación y que también esa fecha.

CAPITULO II

GRUTA DE CORINTO

Los cacaoperas (’) poseían cerca del pueblo servían para colgar hamacas, o talvez ador­
de Lislíque, una hacienda de ganado en aquel nos, macetas de flores y luces, en los días
tiempo con el nombre de «La Cueva», en solemnes de sus alegres fiestas.
alusión a una que había en el centro de su ¿Sería esta gruta la morada de algún per»
extensión territorial. Esta hacienda fué ven­ sonaje célebre, o un lugar sagrado adonde
dida en nueve mil pesos, a varios capitalis­ los indios iban en peregrinación para ofren­
tas de los pueblos vecinos y allí han edifi­ dar sus tributos a la divinidad? Quizá esto
cado el nuevo pueblo de Corinto. último sea lo más probable: todavía en tiem­
La gruta queda a poca distancia de la po­ pos posteriores, los cacaoperas, hacían todos
blación y es un monumento del arte antiguo. los años una romería a ese lugar, que boy
El interior está pintado con figuras simbóli­ la verifican en otro llamado «La Estancia»
cas, quizá representaciones materiales de las por haber quedado «La Cueva» en la juris­
divinidades que adoraban, o alegorías en ho­ dicción y dominio de Corinto.
nor de los héroes que realizaron grandes Examinando con cuidado la galería que
hazañas. decora a esta gruta, se ve que las pinturas
son de un simbolismo elevado: está en gru­
Estas pinturas son figuras humanas en
pos que cada uno repiesenta una historia, un
varias posiciones y se han conservado intac­
culto a una leyenda heroica.
tas basta la fecha; sólo que los vecinos han
Ha sido afición en el hombre retratarse,
ahumado parte de ellas, haciendo incendios
según es su perfección física; así hicieron los
de madera en el interior. La cavidad es de
indios en esas figuras que son una imagen
regular extensión, casi del tamaño de una
de su fisonomía, sólo con algunas variaciones
casa común; muy clara porque penetra la luz
imaginativas, donde el artista tomó en la na­
del sol y la entrada está en dirección al
turaleza los coloridos necesarios para comple­
Oriente. En los bordes tiene unos agujeros
tar su obra y así poner en alegoría a un ser
o argollas de la misma piedra, que sin duda
abstracto o metafísico. Obeciendo a esta li­
(1) Se entiende: los habitantes de Cacaopera. cencia artística, los indios dibujaron figuras
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humanas con rabo, a semejanza de los mo- Otro tanto debe haber sucedido en estos
nos; pero no es porque en realidad las baya pueblos, que como aquél, se ballab an sumi­
babido, sino que lo hicieron para patentizar dos en la más refinada idolatría;
la fealdad de la imperfección humana, cuan- También no es de dudar que esa pintura
do sumergida en asquerosos vicios toca las antigua tenga alguna relación con la magia,
puertas de la bestialidad o animalidad. pues es sabido que los indios la practicaban,
Y casi todos los pueblos de la antigüe­
y para ello, buscaban ios lugares más solita­
dad así lo hicieron, para poner un correctivo rios como lo eran las grutas, los cerros y
a los extravíos y debilidades de los hombres. barrancos.
Los griegos ilustraron sus pinturas dando
vida en los lienzos a seres imaginarios, como De sentir es que esta hermosa gruta no
Quimeras, Faunos, Sátiros, Centauros, Har­ baya llamado la atención de los Gobiernos y
pías, Náyades, Ninfas y otras muchas pro­ de los hombres de ciencia, que muy bien de­
ducciones fabulosas inventadas por su ardien­ biera figurar en nuestros textos de enseñan­
te fantasía, para equilibrar el edificio social za, como un recuerdo bistórico de los tiem­
poniendo freno a las pasiones; como también pos precolombinos.
con su genio fecundo dieron forma material En cierta ocasión la visitó el doctor don
a sus olímpicos dioses, inmortalizando su nom­ Santiago I. Barberena y la describió en un
bre con la escultura de sus bellísimas esta- artículo que publicó por la prensa; después
tu as, que ban pasado a la posteridad con las de él, nadie se ba ocupado de ella, hasta boy
ficticias narraciones de su mitología. que se dedican estas mal forjadas líneas.

CAPITULO III

GRUTA DE LA LABRANZA

Esta gruta es una de las curiosidades que con el dedo en una materia blanda, se nota
Cacaopera tiene en su jurisdicción territorial: que esa leyenda que en otro tiempo hablaba
es un gran monumento por su valor históri­ y es muda hoy para nosotros, ba atravesado
co, el más notable en su género en esta re­ el trascurso de muchos siglos.
gión oriental, pues es una prueba evidente del Lo escrito está en líneas horizontales al
grado de civilización a que llegaron estos in­ suelo basta la altura de tres metros, poco más
dios, antes del descubrimiento de la América. o menos: enfrente de este libro misterioso, bay
Se encuentra al N. O. de Cacaopera, cer­ una piedra algo grande y casi redonda sepa­
ca de las hermosas vegas del río de Torola. rada por un espacio, como de cinco metros;
Para llegar a ella, primero se pasa por un también allí se miran jeroglíficos semejantes a
terreno escarpado y una fila de barrancos, los primeros, pero en distintas combinaciones.
de donde se divisa en la parte baja un pin­ Las primeras líneas que están cerca del
toresco valle: hay allí una cabaña con su re­ suelo, ban sido desfiguradas o casi borradas
baño de ganado. A medida que se avanza, por la gente ignorante que a diario visita la
es necesario salvar abismos, pasar precipicios gruta, creyendo que esos signos son fierros
y descender por un terreno quebrado pobla­ y marcas de herrar ganado que diseñaron los
do de bosques, donde se exhibe una vegeta­ antepasados.
ción vigorosa. Cuando se ha llegado al fondo En la parte baja del frente escrito, bay
del valle, se extiende bacia el Noroeste una unos agujeros como hechos con barreno, de
finquita con huerto de plátanos y poblada de diez a doce centímetros de diámetro: es de
árboles frutales, se pasa por la puerta del suponer que hayan servido para colocar lu­
vallado de la finca, subiendo después una ces y adornos en las ceremonias que bacían
pequeña pendiente, hasta llegar al pie de un en bonor de sus divinidades; ésto prueba el
barranco donde se ve un paredón de laja co­ espíritu religioso de la raza, que era, puede
mo un libro abierto... allí está escrita con je­ decirse, en lo que hacían descansar el funda­
roglíficos, talvez la historia de esa raza que mento de la sociedad.
está ya próxima a extinguirse. A pocos pasos con dirección al Sur, se
Por el aspecto de la laja y las huellas de encuentra la gruta que en dimensiones es
la escritura, que parece baber sido trazada casi igual a la de Corínfo, siendo más exten-
sa en lo largo y por consiguiente más oscu­ sidad, para él es un monumento de arte, que
ra. La entrada forma un arco y se desenvuel­ pone de manifiesto a la humanidad presente,
ve en un cañón que se prolonga algunos me­ la civilización de otra en la edad pasada.
tros adentro del cerro: yo penetré como diez Los pueblos son como el hombre: pasan por
con un hachón para examinarla minuciosa­ diferentes fases para llegar a su mayor perfec­
mente y nada hay notable que llame la aten­ cionamiento; así se ha visto en los anales
ción del visitante; sin duda con el tiempo y históricos de todas las naciones: en la India,
las grandes hogueras que de continuo bao en Egipto, en Grecia, en Poma, cuyos ade­
hecho en ella, se borraron las pinturas que lantos han llegado hasta nosotros en sus obras
la decoraban; sólo miles de murciélagos vue­ colosales.
lan en la oscuridad y salen afuera en gran­ La escritura con jeroglíficos era común
des bandadas. Cuando se mira con dirección entre los egipcios, con ellos hacían las ins­
a la puerta parece la nave de un pequeño cripciones de los monumentos y los epitafios
templo con su techo cóncavo. Hay adentro que escribían en los sepulcros. En las bo­
derrumbamientos de traquiíos semejantes a pie­ cas del Nilo, Roseta y Damieta, han sido la
dra litogràfica y en un extremo tiene dos po­ clave de que se han servido los sabios para
zos pequeños, donde caen diseminadas unas descifrar esa escritura simbólica, y boy los
gotas de agua: el interior está cubierto de es* misterios de esa raza, ya nos son revelados
taiacíiías y estalagmitas y sólo en las orillas en la Historia.
se ven plantas rudimentarias, como heléchos, ¿No pudiera suceder otro tanto con la
musgos y liqúenes. escritura antigua de la gruta de «La Labran­
za»? Y también ¿no pudiera descubrirse al­
Enfrente se extiende el soto con su poéti­
guna analogía con los jeroglíficos de otros
ca arboleda entrelazada con lianas que se
pueblos, para sacar de ahí el hilo de la raza
cruzan en todas direcciones o formando fes­
y saber de dónde y cuándo vinieron nuestros
tones que cuelgan, donde anidan parásitas de
antepasados a esta tierra de bendición? Eso
flores muy bellas; infinidad de pajarillos de
será resuelto en el porvenir y quizá en no
los colores más vivos vuelan de rama en ra­
lejano día... cuando las investigaciones cien­
ma, o aletean con gracioso primor, para exba­
tíficas desvanezcan las sombras del pasado y
lar después de su arpada garganta, melódicos
muestren a la faz del mundo los resplando­
gorjeos, que contrastan dulcemente con el
apacible rumor de la brisa y el potente res de la verdad!
¡Oh razas extinguidas! ¡Pueblos borrados
bramido del caudaloso Torola.
de la vida! En otro tiempo vosotros venera­
Estos parajes cubiertos de una vegetación bais este lugar como sagrado y nadie hubie­
exuberante muestran su eterno verdor como ra osado profanarlo en vuestra presencia! En­
en perenne primavera, haciendo resaltar a la tonces vivíais felices celebrando vuestras fies­
vez la rica variedad de sus matices: las flo­ tas religiosas en alegre sociedad, haciendo
res abren sus nacaradas corolas al blando so­ resonar con la alegría de los bosques, vues­
plo de los céfiros; se derraman los perfumes tros cantos matutinos! ¡Qué triste y qué solo
en invisibles efluvios y resuenan todas las está abora vuestro santuario! ¡Antes se al­
armonías en las profundidades de los bos­ bergaban en él seres inteligentes y libres;
ques, bajo un cielo azul salpicado de nube- boy es guarida de fieras y morada de vampi­
cillas de nítidos colores que reflejan la luz ros, las aves fatídicas de la noche oscura!
temblante del sol naciente o los primeros al­ ¡Oh hermanos del pasado! ¡Vosotros no ha­
bores del día... En presencia de estas belle­ béis muerto para nosotros! En los monumen­
zas, el alma siente una emoción inefable y tos, en las ruinas, en las obras que os han
le parece contemplar los ecos virginales, el sobrevivido, vemos todas vuestras energías y
tierno idilio que deleitó a nuestros primeros se manifiesta la grandeza estética que en otro
padres, en medio de los encantos embriaga­ tiempo arrobó vuestras almas en un deliquio
dores del paraíso! sublime! ¡En las obras de arte aún palpita
Para la gente común, esta célebre gruta vuestro corazón! ¡Los pensamientos que vues­
nada tiene de interesante; mas, para el hom­ tras manos trazaron en perdurable roca, co­
bre de ciencia, hay allí una fuente de testi­ mo mensajeros del amor y la esperanza, silen­
monios históricos de gran valor, y lo que pa­ ciosos boy, nos hablan en el lenguaje mudo
ra otros no es más que un objeto de curio­ del sentimiento! ¡En esos signos miro correr
vuestras lágrimas mezcladas con hondas que­ ¡Sí! ¡Vosotros amásteis, sentisteis en vues­
jas, que cubrieron de luto vuestras noches de tra existencia fugaz, el oleaje de llamas con
dolor! ¡También adivino los días alegres y que Dios ba encendido las almas desde los
venturosos, cuando soñábais con la felicidad, primeros albores de la Creación! ¡Amásteis
en medio de Jas delicias de un encantado lo más hermoso que vieron vuestros ojos:
paraíso! los astros resplandecientes!. y les rendísteis culto
Los que leemos en el gran libro de la en esta Ermita solitaria...
naturaleza el eterno idilio de los seres, los Han pasado los tiempos en medio de las
que admiramos la epopeya infinita de los pre­ evoluciones del planeta; vuestros cuerpos fue­
destinados a la gloria, vemos reflejar en las ron consumidos por el ánfora misteriosa de la
pardas grietas de esa laja parlante, una cla­ tierra... pero vuestros espíritus, purificados
ridad celestial que emana de un foco divino en la excelsitud del amor divino, viven eter­
y que en lenguaje místico se llama... ¡amor!... namente en el seno infinito de Dios...!

CAPITULO IV

LLANO DE LAS MESAS, CUEVA DEL CONDE Y POZA BRUJA

Al Noroeste de Cacaopera, allende el río los árboles de los alrededores. Se encuentra


de Torola y cerca del valle Yancolo, se ex­ al Noroeste de Cacaopera, entre el valle de
tiende una planicie muy hermosa, donde hay Ocote Seco y la cañada de Katancha. Es de
varios batos de ganado y chozas diseminadas vasta extensión y muy oscura: en el interior
de gentes pobres, que viven de las labores tiene varios departamentos, que aún no han
agrícolas: es conocida generalmente con el sido explorados por las dificultades que se
nombre de «Llano de las Mesas», porque en presentan y algunos creen que hay profun­
realidad forma varios planos separados unos dos abismos que pueden interponerse al pa­
de otros por alcores y prominencias. so con peligro de la vida. Sea como fuere,
En una de las extremidades del llano prin­ lo cierto es, que a más de la densa oscuridad
cipal, hay un barranco que va en declinio que reina en ese lugar solitario, es guarida
basta el río; en el respaldo se encuentra una de fieras y animales ponzoñosos.
especie de cueva, que no es más que un En esta cueva no hay pinturas ni jeroglí­
túnel natural formado en la laja y que se ficos; la describo aquí, porque se sabe por
puede atravesar de un lado a otro. Cuando tradición que los indios la frecuentaban anti­
se llega al centro de la oquedad, aparece el guamente, y puede ser que en ella hayan
techo como un puente suspendido en alto; ocultado sus ídolos y otros objetos, consi­
bajo esa faja que es de pura piedra, presen­ derados como sagrados a la llegada de los
ta un recodo donde hay un frontón con jero­ españoles. Seg ún el testimonio, aseguran al­
glíficos escritos por los antiguos indios. En gunos, que en las riberas del río de Torola,
las inmediaciones se han hallad o figuritas de en el punto denominado «Poza Bruja», hay
loza fina, piedras labradas y otros objetos de un petroglifo de regulares dimensiones, seme­
uso doméstico. jante al que está en la gruta de «La Labran­
Otro lugar notable es la «Cueva del Con­ za», y es fama entre ellos que en las noches
de»: los vecinos la llaman así, en alución a silenciosas y apacibles ahí se verificaban mu­
una orquídea de ese nombre, que abunda en chos fenómenos extraordinarios.

CAPITULO V

CERRO DE CUKINCA

No he tenido oportunidad de explorar este recerse a los desventurados mortales. Desde


cerro, que por tanto tiempo ba exaltado la la antigüedad, Cukinca es célebre por los
imaginación de las gentes sencillas y supers­ cuentos tradicionales que le atribuyen y los
ticiosas, suponiendo que es un lugar encan­ muchos sucedidos que a diario se han verifi­
tado donde moran espíritus, que tienen la cado, por causa de los atrevidos que han osado
propiedad de tomar figura material para apa­ escalarlo para descubrir sus secretos. Ha sido
el punto favorito a donde han acudido los que al caer y chocar con la estalacmita de
que desean poseer tesoros sin que les cueste la laja, produce un sonido que el eco repite,
trabajo. semejante a la palabra Cukinca, de donde se
ba originado su nombre.
Según cuentan las gentes, el solicitante,
no tenía más que llegar a la punta del cerro, Pero lo que más llama la atención del
donde bacía la evocación con varias ceremo­ visitante, es una pintura de figura humana
nias mágicas; luego se le aparecía el dueño que está en el centro; la fisonomía es horri­
del encanto, bajo la apariencia de un elegante ble... Tiene cuernos en la cabeza y una larga
caballero y entonces se ajustaba el trato, que cola que le pasa arriba del cuerpo; está en
consistía en recibir grandes riquezas en cam­ una posición sesgada, con un brazo extendido
bio del alma. Este negocio se aseguraba pri­ bacía adelante y el otro vuelto atrás. Según
mero con una escritura firmada con la sangre me la han descrito los que la ban visto, es
del interesado, y el ceremonial terminaba con el facsímile de un mono grande, y por ésto
que el supuesto caballero marcaba con su creen las gentes estólidas que es el retrato
fierro de herrar al sindicado. del diablo.
Entre el vulgo crédulo e ignorante, corre
Esta circunstancia nada tiene de extraño,
de boca en boca una lista larga de individuos
si se toma en cuenta que en aquella época
que de abí sacaron sus capitales, y que boy
esas figuras eran comunes, siendo solamente
después de muertos vagan errantes en las som­
un producto de la imaginación y que servían
bras de la noche, condenados a una miseria
para representar en alegorías las imperfeccio­
extrema, solicitando el rescate de la vida, para
nes o las virtudes humanas. También es de
salir de penas, porque están sirviendo de tizo­
nes en el infierno. notar que desde los tiempos mosaicos es cos­
tumbre entre los creyentes de pintar el ángel
Hasta aquí, la fábula; abora voy a referir caído, bajo la figura más horrible o ridicula;
lo que sé por datos de personas fidedignas y aún en nuestros tiempos se exhiben esas
que lo han visitado, sin quitar ni poner nada
figuras en las festividades religiosas, donde
a su sencilla narración.
el pueblo despliega todo su genio humorístico,
Cukínca está situado al Norte de Cacao- oyendo de algún histrión la antigualla prover*
pera, más allá de los llanos de Joateca y en bial de la loa del diablo.
la línea divisoria entre esta República y la
de Honduras. Allí corre el pequeño río de Por otra parte, ¿qué cosas no vemos en
San Antonio, el cual desciende de la serranía la pintura moderna que decora nuestros edi­
de Juniguara, por un terreno casi intransita­ ficios, como Catedrales, Museos, Teatros, Aca­
ble, cubierto de grande y robusta arboleda; demias, Gimnasios, donde el artista ha arran­
se sigue su curso hasta llegar al valle de cado a su genio creador, para esculpir o es­
Azacualpa, en donde forma una gran poza
tampar en la piedra, la tabla, el lienzo o el
que sólo tiene una entrada por estar rodeada
bronce, las quimeras más sublimes de su
de abismos; al lado Norte se extiende un
exaltada fantasía.
paredón de laja que en la parte inferior lo
bañan las aguas del río; allí, pues, y a varios
Sea esta breve explicación una disculpa
metros de altura, bay escritura jeroglífica igual
o parecida a la que be mencionado en los para los pobres indios; y obsérvese, que la
capítulos anteriores. imaginación combinada con el libre albedrío
obra según el adelanto intelectual y moral
A un lado del barranco bay una meseta del individuo, y esto es lo que contribuye
de piedra donde están dos pozos pequeños para educar su sentimiento estético»
de figura circular, que constantemente están
llenos de agua, sin notarse a la simple vista No cabe duda que este cerro singular
de dónde mana. haya sido también un centro social donde
En otro extremo tiene una abertura y de los aborígenes bacían sus ceremonias religio­
la parte alta se desprende una gota de ¿'gua sas, como en otros lugares análogos.
CAPITULO VI
CERRO DE KOROBAN
Este cerro queda al Sur de Cacaopera, en En la cumbre se extiende una altiplanicie
la jurisdicción de Lolotiquillo, y lo hago figurar tapizada de grama y allí se ven las ruinas de
aquí, porque las ruinas que contiene son pa­ una ciudad antigua, tales como cimientos de
recidas a las precedentes y pueden haber edificios y túmulos de piedras (’).
tenido un mismo origen. Estos cimientos, en su mayor parte; son
Es algo elevado y su cima bastante escar­ de figura rectangular y de regulares dimen­
pada; puede decirse que es intransitable en siones, habiendo algunos que abarcan una
casi todo su contorno, porque está rodeado superficie de 15 a 20 varas; bay otros de
de precipicios, y para subir por el lado del construcción diferente y tan angostos que
Oeste bay que pasar por una garganta estre­ sólo tienen 5 varas de ancho por 12 y más
cha, o más bien, un pretil de laja donde ape­ de largo. En el lado Norte bay tres túmulos
nas caben los pies, siendo abismo a uno y fabricados con lodo y piedras, que probable­
otro lado que lo separa del cerro del Tabanco. mente son sepulcros. Sobre el más grande,
A este punto tan peligroso lo llaman «El el Presbítero don Santiago Orellana colocó
Cantil». Por el lado Este, la ascensión es una cruz y mandó construir un kiosco con
más fácil, porque se puede ir en caballería, techo de zinc, a donde iba con los fieles de
siguiendo el camino del «Portillo de los Que­ Lolotiquillo a celebrar una función religiosa;
brachos»; pasa por la cuesta del cerro del pero esta devoción concluyó con la muerte
«Jolote», atravesando después una cañada, de tan virtuoso sacerdote, y el kiosco, dejado
basta subir a un pequeño plan, donde bay en abandono, fué destruido por los rayos.
una Quinta; de allí la travesía se hace a pie, A poca distancia de las ruinas y descen­
pues para llegar a la parte más elevada sólo diendo hacia el Este, se llega a un frontón
hay como 200 metros f). de laja que parece dosel, donde estaban pin­
En esfce lugar la perspectiva es variada, al tados anteriormente el sol y la luna en medio
par que majestuosa... ¡Qué multitud de pano­ de otras figuras alegóricas. En la actualidad
ramas los que decoran los alrededores! Por un sólo hay unos pocos jeroglíficos, hechos con
lado el extenso valle con su vegetación verde- pintura colorada; lo demás ba desaparecido
oscura, donde se miran diseminados varios por la acción de las lluvias, y que también
pueblos y ciudades; la costa del Océano Pa­ un morador de ese lugar hizo un horno debajo
cífico, con su línea de soberbios volcanes; el del techo y ahumó una parte de dichas pin­
Golfo de Fonseca, con su jardín de pintores­ turas. En la base del barranco hay unos
cas islas, en las que sobresalen por sus di­ agujeros vaciados en forma de cubilete, que
mensiones la del Tigre, Zacate Grande y Mar­ ban de baber servido para colocar jicaras
tín Pérez; y por el otro, el vasto horizonte cuando bacían sus fiestas religiosas; algunos
az ul que se pierde en las profundidades de suponen que ese era el altar de los sacrificios (2).
la República de Honduras con sus cordilleras Bajo ese pabellón de piedra, el indio in­
y montañas que se suceden unas a otras, tonso se postró deslumbrado por el esplendor
como enormes fortificaciones de un ejército del sol y dedicó todas sus ternuras al astro
de gigantes. apacible de las noches. El tiempo, con su
A pesar de las escabrosidades de estos mano destructora, ba respetado ese templo
parajes solitarios, la mano regeneradora del misterioso para patentizar a las generaciones
hombre ba estampado en ellos su sello culti­ que se suceden, los extravíos de la inteligen­
vando basta los montes inaccesibles; ba hecho cia humana. Abora nuestro espíritu, sediento
desaparecer los bosques seculares para plantar de impresiones, busca en esos signos medio
el maíz y el índigo, la caña de azúcar y el borrados el desenlace del drama, y después
sabroso maníot que muestran su apacible de una meditación desesperada, concluye con
verdor como para significarle el buen éxito que no lo encuentra... Pero su dedicación no
de sus esperanzas! le es desconocida, y be ahí el primer escalón
(1) La altura de este cerro es de 3,089 píes sobre el nivel (1) De esta piedra hacían los indios los dardos de las fle­
■del mar, según los cálculos de la Intercontinental Railway Com­ chas y otros instrumentos industriales y agrícolas.
mission, que publicó el Monthlv Bulletin of the International (2) Se habrá fijado el lector que en todos estos altares hay
Bureau of the American Republics, en el mes de Septiembre esos agujeros circulares que sin duda desempeñaban un papel
de 1904. interesante en las ceremonias, lo que pruebo la igualdad de rifas.
que es necesario recorrer para llegar al final haciendo alarde de su gran esplendor..............!
de la jornada. ¡Oh, diosa benigna! Tu presencia jamás
¿Y quién al contemplar esos altares cubier­ llenó de angustia aquellos sencillos corazones!
tos de musgo, donde se ba acumulado el polvo ¡Tampoco amenazaste castigarlos con horríso­
de los siglos, no trae a su mente el recuerdo na tempestad, por el descuido de sus obliga­
de la raza que los edificó para acudir allí en ciones sagradas..., y sí, les robaste muchas
los grandes conflictos de la suerte, a implorar lágrimas, cuando envuelta en la sombra de
un socorro o un alivio a sus penas ante su la Tierra te creían muerta para siempre!
Divinidad favorita? ¿Quién no descubre el
¡Tú presidiste el nacimiento de tus púdi­
noble fin a que fueron destinados, o el alto
cas vírgenes y presenciaste su martirio, cuan­
misterio por el cual se llegaba a la solución
do fementidas en sus votos eran conducidas
del gran problema de la vida? Sí, entonces
al horrible suplicio...! ¡Y quién sabe, oh madre
el sol era un misterio..., un misterio inescru­
luna, de cuántas cosas bayas sido testigo,
table que a la inteligencia no le era dado
que nosotros ahora, con nuestra débil penetra­
sondear ni comprender. ¡El era la Providen­
ción, no podemos adivinar ni traducir en tus
cia del Mundo, la Divinidad tutelar de la
libros de piedra!
humanidad! ¡Por él vivían todos los seres,
y él era también el que engalanaba la Tierra Como estas deidades eran tan buenas, jun­
con bellezas emanadas de su seno! tas y bellas ¿por qué no rendirles culto?
Los pajarillos lo saludaban al clarear el día ¿Por qué no adorarlas con toda la vehemen­
con armoniosos cantos; las flores abrían sus cia del corazón, con todas las facultades del
perfumadas corolas para recibir su tierna ca­ espíritu? Ellas se repartían el destino de los
ricia en un tibio beso de amor; los árboles seres! el sol durante el día y la luna en la
reverdecidos por el aliento balsámico de la noche. ¡Ay de aquellos que nacían o morían
primavera se desmayaban al peso de sus do­ cuando estas divinidades no estaban presen­
rados frutos, sazonados por él para regalo y tes en el ciclo! ¡Esos eran bijos de la sombra;
delicia de sus bijos: el cervatillo inocente su destino lo marcaba la fatalidad; su muerte
saltaba gozoso sobre la humilde hierba en los era espantosa y después... irían a la tiniebla
intrincados laberintos de la pradera, para ser eterna!
ofrecido después en sublime holocausto a tan Tal era, trazada a grandes rasgos, la creen­
bondadoso dios, y la nítida fuente, orlada de cia religiosa de aquellos tiempos; el amable
lirios y violetas, brindaba alborozada su agua lector perdonará esta pequeña disgresión, aun­
cristalina, para limpiar en el altar las impu­ que necesaria ai objeto de este libro. Así se
rezas que pudieran profanarlo...! estimará mejor la elevación de ideas de estos
Si este cuadro seductor tenía lugar duran­ indios, muy superiores a las sectas de otros
te el día, la noche presentaba otro no menos pueblos que adoraban los animales, los árbo­
solemne. En el infinito azul, la casta diva, les y las piedras, y que, por otra parte, en
ostentaba su hermosura rodeada de un cor­ sus ritos abominables hacían sacrificios huma­
tejo de brillantes estrellas y a su lado como nos en aras de esos seres inferiores, lo que
un centinela iba el hermoso niytamalero, ( ) boy causa horror al verlo consignado en la
(1) Asi llamaban las gente* del pueblo al planeta Venus. Historia.

CAPITULO VII

SINOPSIS HISTORICA DE LA CIUDAD DE KOROBAN


Según la tradición de los indios del pue­ tros como divinidades celestiales. Ignoraban
blo de Gotera, boy ciudad de San Francisco, la causa por qué fué abandonado ese lugar,
en tiempos remotos existió al Noreste de aque­ que probablemente ba de haber sido en los
lla población, una opulenta ciudad llamada tiempos próximos a la Conquista, como se
Korobán, donde residía un Cacique y grandes infiere por el estado y naturaleza de sus rui­
señores; los demás pueblos vecinos eran sus nas. Después, los últimos restos de los mis­
aliados y mantenían con ellos relaciones de mos indios, fueron a establecerse en las ori­
amistad y comercio; los habitantes eran nu­ llas del Río Grande, donde fundaron el pueblo
merosos y rendían culto al sol y la luna, como de Gotera. Esta relación la basaban en el
los antiguos peruanos, considerando estos as­ testimonio de sus progenitores, y ellos la re­
ferian como para probar la nobleza y distin­ liando las industrias, las artes y las ciencias
ción de su descendencia. denotan relaciones internacionales de alta
En esto puede baber un fondo de verdad, trascendencia política; viajes instructivos por
pues todavía en tiempos posteriores los indios países más civilizados, o jiras continentales
de los demás pueblos reconocían la suprema­ de gran mérito científico, y por último, exqui­
cía de Gotera. sito tacto social para vivir independientes de
Pero ¿de dónde vinieron los fundadores otras naciones más poderosas, manteniéndose
de la extinguida Korobán? He aquí una cues­ en una esfera de acción sostenida con he­
tión difícil de resolver, como lo es el origen roísmo por medio del valor y del trabajo.
de los demás pueblos americanos; sólo sé, que Pero el rasgo más característico era la se­
al dirigir el pensamiento a esos tiempos remo­ paración de castas, que prohibía severamente
tos, se presenta como un hecbo real e indis­ el enlace de unos pueblos con otros de dis­
cutible, la afinidad de razas, por la símilidad tinto origen, y en eso consiste que aún bas­
de costumbres y la identidad de los restos ta el presente, no olviden esa costumbre,
arqueológicos. considerando la mezcla como un delito con­
La historia refiere casos singulares sobre tra la raza. Así se observa en nuestros pue­
la amalgama de razas en estas comarcas, y ya blos indígenas que, aunque estén cerca y vi­
que viene al caso, voy a relatar uno que tu­ van en contacto, no se revuelven ni confun­
vo lugar entre los indios de Cbaparrastique, den, evitando todo lazo carnal que pueda de
boy San Miguel. algún modo modificar su organización física, o
En cierta ocasión, por agresiones hostiles, causar grandes trastornos en sus usos y afec­
declararon la guerra a los habitantes de allen­ ciones morales. De aquí que baya diversidad
de el Goascorán: cuando los dos ejércitos es­ de idiomas en una misma comarca, y que las
taban frente a frente, en vez de combatir costumbres también cambien de un pueblo a
quedó la ofensa inulta, porque arreglaron la otro; lo mismo que las facultades intelectuales,
paz con un tratado de amistad, haciendo que que en unos indios se manifiestan elevadas,
sus hijos se unieran mutuamente, lo que ve­ en otros, casi nulas, llegando su rudeza bas­
rificaron fundando una nueva ciudad en el ta tocar los límites de la idiotez... Unos son
punto de la disputa, a la que dieron el nom­ vivos, inteligentes, trabajadores y de índole
bre de Nacaome, es decir, dos carnes ('). afable; otros, haraganes, desidiosos, zopencos
¿No sucedería otro tanto en estos pueblos, y mal intencionados. Pero también es notorio
cuya fusión se baya operado en siglos remo­ que en estos pueblos de indios es caso muy
tos, y que después obedeciendo a causas po= raro encontrar uno que no tenga una profe­
líticas, se hayan separado para formar nuevos sión útil, o una industria lucrativa, que les
grupos? Los indios del pueblo de Lislique, dé vida propia y los mantenga basta el pre­
en el departamento de La Unión, hablan el sente en un estado de relativa independencia:
mismo idioma de los cacaoperas, sólo con muchas de sus costumbres están en abierta
pequeñas variaciones en el tono de la pro­ oposición con las leyes del Estado, y más,
nunciación y el cambio de significado en al­ con el sello que la moderna civilización im­
gunas palabras. ¿No serán, pues, los lisliques prime en los pueblos que marchan triunfan­
un desmembramiento de los cacaoperas y és­ tes bacia un glorioso porvenir.
tos de Korobán? La tradición calla en este
Por las anteriores razones, creemos sin te­
punto y sólo la filología nos descubre la afi­
mor de equivocarnos, que la antigua ciudad
nidad de raza, en los rasgos más salientes de
de Korobán era el núcleo de esa raza singu­
su lengua y sus costumbres. lar, cuyos últimos restos encontramos en Ca­
Que estos pueblos estuvieron en íntimas
caopera y Lislique, (*) y que para sintetizar
relaciones, no cabe la menor duda. Su posi­
en la historia, se ba bautizado con el nom­
ción geográfica en un circuito como de vein­ bre de raza Lenca o Písbi, como su armonio­
te leguas de diámetro, bace imposible que
so idioma.
hayan vivido en el aislamiento. Lo mismo
que el progreso realizado, ya modificando las (1) Los indios da Gotera casi se han extinguido a medida
que se han civilizado; los pocos que han quedado, viven en los
costumbres, ya introduciendo innovaciones y suburbios y «n las fincas rurales dedicados a las labores agrí­
reformas en las instituciones, o ya desarro- colas; y Gotera, que en la antigüedad ejerció la hegemonía en
los demás pueblos, también ahora goza de superioridad, figuran­
(1) Nacaome. que es la voz primitiva, es palabra compues­ do como Capital del departamento de I^orazán, con el honroso
ta de Nácat, carne y orne dos. título de Ciudad de San Francisco.
PARTE ETNOLOGICA
PREAMBULO

lpARA mayor claridad y que esta obra puertas de sus bogares; mirémosles todavía
tenga un orden cronológico arreglado, voy con la sonrisa en los labios y la esperanza
a dar principio a esta parte narrando las anti­ en sus corazones, alimentando en sus almas
el dulce sueño de un venturoso porvenir^
guas costumbres, de las cuales muchas están
consignadas en nuestra historia; así se compren­ mientras se llega el despertar de un día eter­
derá mejor el origen de las que todavía prac­ no en que un pueblo heroico y más podero­
tican. Comencé por las ruinas, enseguida des­ so, /es guita su libertad en cambio de una nue­
cribí las grutas, después exploré los cerros; va era de progreso. (1)
abora voy a sacar en relieve lo demás que
falta, para completar este imperfecto trabajo. (1) A la luz de la verdad, son innegables los bienes que la
Conquista proporcionó a estos pueblos; pero los indios, apega­
Véase, pues, cómo vivían los indios en
dos de un modo supersticioso a sus prácticas genuinas, ¡a con­
aquel tiempo feliz, cuando el tormento de un sideraron como un gran mal, porque minaba por su base, el
yugo civilizador aún no había tocado a las edificio que ellos habían levantado.

ETOPEYA DE CACAOPERA

CAPITULO I

GOBIERNO E INSTITUCIONES

El Gobierno de este pueblo lo represen­ En caso de guerra, el Cacique se ponía,


taba un Monarca, que llevaba el nombre de a la cabeza del ejército, y ataviado con sus
Cacique, (l) quien a su vez tenía otros em­ insignias honoríficas, marchaba a los campos
pleados inferiores que se llamaban Huyás; (12) de batalla.
éstos ejercían el mando civil y militar, bacían Sus armas eran flechas y hondas, con lo
cumplir las leyes y administraban la justicia que lanzaban proyectiles a largas distancias;
con arreglo a la voluntad del Soberano. su instrumento bélico, el hututo o bocina, que
Para la resolución de las grandes cues­ regularmente lo bacían de un caracol de mar.
tiones políticas y sociales, había una Junta o La divisa militar se componía de morriones
Con sejo, compuesto de nobles y principales. y turbantes, adornados con plumas de quet­
Las leyes eran promulgadas por pregones zal y guacamayas. (’) Su táctica era la as­
que tenían su verificativo en los lugares más tucia: velaban el sueño a sus enemigos y, al
públicos, y sus disposiciones las acataban los menor descuido, acometían dando grandes
súbditos sin ninguna reserva; si alguna vez gritos y descargando sobre sus contrarios una
resultaba que eran calificadas como arbitrarias, lluvia de flechas y piedras que casi siempre
injustas o antipatrióticas, en el mismo acto los bacía dueños del triunfo.
eran reconsideradas por la Junta de Princi­ La política exterior la ejercían emisarios
pales, y con las modificaciones necesarias, se de la clase más distinguida, que en cumpli­
ponían de nuevo en todo su vigor y fuerza. miento de su elevada misión, llevaban ricos
presentes a su destino; pero eran desconfia­
(1) Nombre que significa: Jefe Supremo, Militar y Noble.
•Que hubo Cacique en este pueblo, se comprueba con sus rui­ dos, y por eso, siempre mantenían espías en
nas; y más, con su antigua organización civil y administrativa, los lugares sospechosos, que pasaban bajo la
cuyas prácticas han llegado basta nuestros tiempos al través
de las generaciones, como se verá en las páginas que siguen. (3) Estas aves de vistosos colores y largo plumaje, toda­
(2) Se traduce, Mandarín; así llaman boy a los Alcaldes. vía Eay en la montaña de Juniguara cerca del pueblo de Joateca..
apariencia de comerciantes, agricultores o emi­ más severas. El adulterio lo castigaban po­
grados. Cuando el caso llegaba, eran los que niendo al culpable en manos del agraviado,
llevaban los primeros rumores de la guerra, para que éste ejecutara su venganza conforme
y entonces se rompían las hostilidades con su voluntad, aunque algunas veces se conce­
una lucha sangrienta y mortífera. día el perdón cuando mediaba algún impedi­
La campaña concluía con un tratado de mento físico o moral.
paz, donde se indemnizaba de algún modo al A los criminales les aplicaban la pena»
vencedor, y en señal de amistad y como una según el grado del delito cometido; pero a los
prueba de reconciliación, levantaban montones homicidas y sacrilegos siempre los ultimaban
de piedras o plantaban árboles en medio de desbarrancándolos en los abismos.
alegres y ruidosas fiestas (’). El mayor y más escandaloso de los delitos
El Cacicazgo o Poder Supremo, era here­ era la traición; su influencia perniciosa con­
ditario y sólo podían ejercerlo los nobles y taminaba a toda la familia; al convicto de
valientes. Los de abolengo distinguido no este alto crimen no le permitían ni los ho­
podían, en ningún caso, contraer matrimonio nores de la sepultura; su cadáver, expuesto
con los de la clase inferior; pero éstos podían en el lugar más sucio, era escarnecido por
ascender a la nobleza por su valentía en los el público y servía de ejemplo saludable a la
combates y por el relevante mérito de sus sociedad.
virtudes. Afortunadamente en aquel tiempo ventu­
Era prohibida la poligamia y el concubi­ roso estos países gozaban de tranquilidad y
nato lo miraban como una imperfección social; los traidores eran escasos; no como ahora que
a los infractores los hacían sufrir las penas abundan y basta se sientan en el solio del
Poder, donde con mayores bríos siguen cau­
(1) En alguno* lugares todavía se miran esos montones sando el mal o sus semejantes o labran la
de piedras, que por cierto son muy diferentes a los túmulos ruina completa de su Patria...!
o sepulcros, construidos con el mismo material. Es probable
que éstos Layan servido de mojones, para señalar las nuevas
¡Ojalá fuera destruida esa plaga en las
posesiones adquiridas pot el triunfo, Repúblicas democráticas de la América Española!

CAPITULO II

RELIGION

Es proverbial el espíritu religioso que dis­ Hacían litación al pie del altar, con cua­
tinguía a los antiguos indios, que daban a todas drúpedos y aves, y lo perfumaban con resi­
sus ceremonias un carácter solemne y divino. nas aromáticas que extraían de algunos árbo­
La religión era mezclada en todos los ac­ les y que ponían sobre brasas en un incen­
tos sociales, y considerada como una ley su­ sario de loza. El pavo común o chompipe,
prema, llevando sus prácticas basta la más era una ave sagrada, la criaban con mucha
refinada superstición. estimación y les servía para sus sacrificios
Según se observa en las figuras y esque­ honoríficos.
mas que hay en las grutas, lajas y piedras, Cuando alguno resultaba loco, era que
profesaban el Sabeísmo, combinado con otros había tenido susto, (’) y por eso, había perdido
ritos, como el cuito de los ídolos y la necrodulia. el espíritu; entonces iban en piocesión al lu­
Creían en la inmortalidad del alma, en las gar donde la enfermedad había tenido origen,
penas y premios de la otra vida y en la y ahí hacían algunas ceremonias nigrománti­
perfección moral del individuo, para llegar a cas, quemando al mismo tiempo gomas oloro­
su completa felicidad; pero también eran adic­ sas, con lo que levantaban el espíritu y obte­
tos a las brujerías, a los sortilegios y hechi­ nían la curación del enfermo.
cerías, con lo que atacaban a sus enemigos, Los Ministros de la religión, eran los Mi-
haciéndoles aparecer en el cuerpo enfermeda­ silanes, (varón del sol) que boy les dan el
des extrañas y turbándoles el reposo cón la nombre de Autores. Estos se ocupaban en
aparición continua de fenómenos espirituales,
conocidos generalmente con el nombre de es* (1) He procurado emplear en este libro, sus mismos tér­
minos o provincialismos, para la mejor interpretación de mis
pantos. lectores.
practicar las ceremonias concernientes al cul­ tregaran a vicios licenciosos y repugnantes,
to y eran tratados con mucho respeto y re­ por más ilegales o indecorosos.
verencia. A las mujeres consagradas al ser­ El misterio de la muerte era venerado
vicio religioso, las llamaban Yorraicús, (don­ como un dogma religioso. Cuando moría al­
cellas de la luna), boy las nombran Tenances, guno, fuera principal o de la clase común,
y su oficio era adornar el altar v mantener era velado por sus parientes y amigos, que
encendidas las luces, como las Vestales de lo bañaban y lo ataviaban bien con sus me*
los antiguos romanos. Para la iluminación jores prendas, para que marchara a su última
rara vez bacían uso de hachones de ocote, sino morada. Durante la noche lo tenían en píe
de una especie de velas que fabricaban de o sentado en un banco, como si hubiera es­
cera negra de colmena: esta costumbre la tie­ tado vivo, mientras los acompañantes se en­
nen todavía y a esas velas les llaman barretas. tregaban a la bebida de chichas y a comer
El matrimonio se efectuaba de los diez a abundosamente toda clase de golosinas. Al
los doce años de edad y era ajustado por los siguiente día sepultaban el cadáver con todos
padres de los novios, que las más veces éstos los objetos que había usado en vida, como
no se conocían antes, sino basta el día.de la instrumentos de labranza, vasos, flechas, etc.
boda. Las ceremonias y las fiestas duraban A las mujeres las enterraban con la piedra
varios días y después el padre del joven se de moler maíz y sus trastos de cocina; y es
llevaba para su casa a los recién casados y por eso que hoy se bailan todas esas cosas
seguían viviendo con él, como si ambos hu­ en los sepulcros.
bieran sido sus hijos. En este punto se ba El duelo duraba unos pocos días, y en
querido desacreditar a los indios, atribuyén­ ese üempo cuidaban la casa con religioso
doles prácticas inmorales o incestos abomina­ recogimiento y dejaban por la nocbe, en un
bles; pero todo no es más que una impostu­ lugar apartado, un vaso lleno de agua, comi­
ra de los enemigos de la raza americana. das y frutas, para que se regalara el espíritu
La costumbre de unir en matrimonio a del difunto.
los hijos desde la infancia tenía por objeto Hecho todo lo concerniente a los funera­
un fin moral de alta trascendencia: despertar les, las cosas volvían a su nivel común para
en sus tiernos corazones un amor puro que entregarse de lleno a las faenas de la vida,
en el curso de la vida asegurara su porvenir sin demostrar en sus semblantes la menor
con la fidelidad y honestidad de la unión huella del pesar, que pocos días antes había
conyugal, evitando así que los jóvenes se en­ herido a sus corazones.

CAPITULO III

CIENCIAS, ARTES E INDUSTRIAS

La ciencia de estos indios puede decirse La Magia era para ellos la primera de
que era rudimentaria, sí es que puede lla­ las ciencias; y así, no era el patrimonio de
marse ciencia al conjunto de conocimientos muchos sino de unos pocos y para ello debían
necesarios sólo para los usos comunes de la investir un carácter de dignidad exento de
vida. Que eran fieles observadores de la vulgaridades. He dicho en otra parte de este
naturaleza, es innegable; porque de otro mo­ libro que estos indios creían en la inmorta­
do no hubieran realizado el grado de progre­ lidad del alma, y en eso no hay exageración:
so a que llegaron. para algunos que ignoran la Historia les pa­
La ciencia la poseían solamente los Mi­ recerá extraño, considerándolos destituidos de
nistros de la religión y los Nobles, que eran toda idea metafísica; pero basta un ligero
los que calculaban el tiempo, arreglaban las examen analizando sus prácticas, para salir
leyes, modificaban las costumbres y bacían la del error. La evocación de los espíritus for­
curación de los enfermos; que para eso te­ maba parte del ritual, y así los vemos ren­
nían conocimiento de los cambios siderales, dirle una especie de culto en sus ceremonias
estudiaban la índole e inclinación de los ha­ religiosas, como lo hacían algunos pueblos de
bitantes y sabían las virtudes terapéuticas de Asia, Africa y la Oceania. De este principio
algunas plantas y resinas, bálsamos vegetales y invisible e inteligente se servían para la cura­
aceites que sacaban de los animales selváticos. ción de los enfermos. En las imperfecciones
morales hacían una ceremonia que ellos lla­ riales, y sí en sus ideas metafísicas, de las
maban obligación, y que consistía, en un sa­ cuales muchas están boy envueltas en las
crificio honorífico y una procesión de peniten­ sombras del misterio.
cia: bacían los exorcismos necesarios en medio Conocían las revoluciones de algunos as­
tros, y les servían para medir el tiempo y
de zahumerios, y así quitaban la causa de la
guiarse con acierto en sus labores agrícolas.
enfermedad, que casi siempre la atribuían a
Con este fin, durante el curso del año, obser­
la influencia de los malos espíritus.
vaban con mucbo cuidado el movimiento apa­
Analizando detenidamente sobre sus doc­ rente del sol por las constelaciones del Zodía­
trinas filosóficas, se bace casi imposible que co y fijaban el equinoccio de primavera en la
no hayan tenido alguna noción de un Princi* constelación de Tauro, es decir, en las Ca­
pió Eterno, Creador y Gobernador de todo lo britas, a las que ellos llamaban Sáva. Cuan­
que existe; aunque de ello no encontremos do el sol tocaba este punto, era seña infali­
ninguna huella en sus manifestaciones mate­ ble que empezaban las lluvias.

Jeroglíficos de la gruta «La Labranza».

No tenían un sistema completo de conta­ días o un mes. Este sistema es el Quinario


bilidad, pues para sus negocios comerciales o o lunación, cuya base es cinco, empleado en
permutas, contaban sólo por manos; el tiempo la mayor parte de los pueblos aborígenes de
por soles, como por ejemplo: un sol, era igual la América, y con él llegaban a contar regula­
a unj'día; y seis manos de soles, a treinta res sumas, como se verá en la siguiente tabla:
IDIOMA LENCA CASTELLANO Para mayor claridad véase traducida literalmente la anterior tabla.

Tíbás ..................................... 1 Uno........................... 1


Burro.......................... 2 Dos.................................................................... 2
Guabciá ............................................................... 3 Tres ......... 3
Botarro .............................. 4 Cuatro ............................................................... 5
Panacás ............................................................... 5 Cinco o unamano.............................................. 6
Panacás tibás ................ 6 Cinco y uno................................................ 6
Panacás burro ................ 7 Cioco y dos ................................ 7
Panacás guabdá .......... 8 Cinco y tres....................................«.................. 8
Panacás botarro ................................................. 9 Cinco y cuatro.................................................... 9
Burro panacás ........ 10 Dos cincos o manos .............. ............................ 10
Burro panacás tibás ........................................ 11 Dos cincos y uno ............... 11
Burro panacásburro .......................................... 12 Dos cincos y do9 ............................................. 12
Burro panacás guabdá ...................«................. 13 Dos cincos y tres ........................................... 13
Burro panacás botarro ..................................... 14 Dos cincos y cuatro ..................................... 14
Guabdá panacás .................... ........................... 15 Tres cincos o manos ................................ 15
Guabdá panacás tibás ....................... 16 Tres cincos y uno ............. 16
Guabdá panacás burro .................................... 17 Tres cincos y do9 ..... 17
Guabdá panacás guabdá .................................. 18 Tres cincos y tres ......... 18
Guabdá panacás botarro .................................. 19 Tres cincos y cuatro ................................. 19
Botarro panacás ........ 20 Cuatro cincos o manos............. 20
Botarro panacás tibás........................................ 21 Cuatro cincos y uno .............. 21
Botarro panacás burro ...................... ................ 22 Cuatro cincos y dos .......................................... 22
Botarro panacás guabdá........ ........................... 23 Cuatro cincos y tres .......................................... 23
Botarro panacás botarro ................................. 24 Cuatro cincos y cuatro..................................... 24
Panacás»pánacam................................................ 25 Cinco manos.......................... ........... ................. 25
Panacás tibás-pánacam ............. ........................ 30 Seis manos o cinco y uno de manos................ 30
Panacás guabdá-pánacam ............ ... ...... ........ 40 Ocho manos o cinco y tres de manos..... ....... 40
Burro panacás-pánacam...................................... 50 Diez manos o do9 cincos de manos ...... 50
Burro panacás burro-pánacam........................... 60 Doce manos o dos cincos y dos de manos... ... 60
Burro panacás botarro»pánacam ..... 70 Catorce manos o dos cincos y cuatro de manos 70
Guabdá panacás tibás-pánacam ........................ 80 Dieciséis manos o tres cincos y unode manos 80
Guabdá panacás guabdá-pánacam ....... 90 Dieciocho manos o tres cincos y tres de manos 90
Botarro panacás-pánacam ......... ........ ............. 100 Veinte manos o cuatro cincos de manos......... 100

De la Geometría tenían idea de algunas y que mezclar en las ceremonias religiosas


figuras con el trazo de líneas y superficies. bailes de enmascarados, con sonajas y casca­
Ásí vemos que a menudo hacían uso de líneas beles, donde relataban historias fabulosas en­
rectas, curvas y quebradas; de ángulos, trián­ tre moros y cristianos, que era el plato del día
gulos, cuadriláteros y rectángulos; la circun­ en aquella época. Por eso es que todavía se
ferencia con sus diámetros y radios; el seg­ ve esa costumbre en los pueblos de indios,
mento, la cuerda y la tangente; el polígono, que es más bien española que americana.
el cilindro, el cono, etc. En los jeroglíficos La suntuosidad de los nuevos templos,
y en sus obras de arte se hallan todas estas superiores en todo a sus toscos altares de
aplicaciones de las figuras, y es de advertir piedra, y por otra parte, los dogmas sublimes
que las sujetaban a cierta medida dada, para del catolicismo, borraron de sus espíritus, no
su perfección simétrica. sólo su escritura sino también sus antiguas
La escritura era por medio de jeroglíficos, creencias, para adorar con todo el fervor de
de la que se conservan algunos restos graba­ sus corazones al verdadero Dios.
dos en lajas y piedras; lo más extraño es que De las artes liberales conocían la pintura
los actuales indios no pueden descifrarlos: y la música, pero de un modo embrionario (').
con el trascurso del tiempo perdieron la clave.
Sus pinturas se han conservado intactas
Sin duda los españoles, para apartarlos de la
hasta el presente, siendo notorio que han pre­
idolatría, los hicieron olvidar su propia escri­ valecido algunos colores, como el azul y colo-
tura para enseñarles otra más correcta, como
lo era la castellana, y de este modo inclinarlos (1) Hasta la fecha no se han hallado en las ruinas obra*
al culto católico, que era en lo que basaban el esculturales de gran mérito artístico; labraban piedras finamente
para hacer objetos de uso común, pues es probable que tam­
objeto principal de la Conquista. Y para ello bién hayan fabricado ídolos y vaso* sagrados, como lo hicieron
tuvieron que luchar con muchas dificultades, otros pueblos quizá menos civilizados.
rado; sus creaciones imaginativas sólo se limi­ ideas metafísicas, i amblen pintaban alegorías
taban a la formación de bosquejos de figuras alusivas a los héroes o a sus dioses, como las
humanas, de animales y esquemas, para la que se miran en la Gruta de Gorinto y las
representación de cosas inmateriales o exponer mm Lox? pprrn d#» Knrnnán.

Jeroglíficos de la grufa «La Labranza»

La música estaba en pañales; sus instru­ se hayan borrado con la humedad y la acción
mentos eran el pito, la chirimía y otros, y el química de la tierra, durante tantos siglos.
tamboril. Al compás de sus sonatas, se en­ En la agricultura dedicaban su mayor aten­
tregaban a los placeres del baile, y así bacían ción al cultivo del maíz, la yuca, el plátano
honores a los caciques y solemnizaban sus y gran variedad de árboles frutales; pero el
fiestas religiosas. cacao constituía toda su ambición y lo cui­
En las artes de alfarería eran diestros y daban con esmero, porque, a más de su bebida
muy hábiles; sus obras, fabricadas con esmero sabrosa y nutritiva, representaba un valor
y simetría, descubren un gusto estético elevado intrínseco: era moneda efectiva y con él bacían
y una solidez digna de encomio, que después sus negocios comerciales, en el sistema de
de estar enterradas tanto tiempo, se ban sa­ manos, como lo dejo apuntado arriba (*).
cado intactas de las ruinas, como sí fueran (1) En un documento que obra en el Archivo Municipal
consta que en el siglo XVII los indios tenían grandes cacabua-
hechas recientemente; es de admirar que en tales en un terreno comunal. Yo supongo que el nombre del
los trastos de loza las pinturas y dibujos no pueblo, de ahí puede haberse originado.
De las plantas industriales tenía la pre­ nos que acompañaban al Conquistador Pedro
ferencia el maguey: de sus fibras tersas y de Alvarado.
flexibles fabricaban las hamacas donde dor­ En esta región de la República, y princi­
mían; los morrales en que recogían sus frutos; palmente en Cacaopera, siempre ba babido una
los cordeles con que sujetaban los anímales especie de maguey al estado silvestre, que
salvajes, y los cables o maromas con que va­ llaman mezcal cimarrón, y sin duda ese era el
deaban los grandes ríos. Esta preciosa planta que los indios beneficiaban, antes de conocer
es originaria de México y no se sabe a punto el ágave mexicana.
fijo cuándo fué traída a El Salvador; algunos Esta industria mezcalera, todavía prevalece
opinan que fueron los nabuates, en el siglo II y es la que actualmente constituye la rique­
de nuestra Era, aunque es más probable que za del pueblo y el patrimonio de sus habi-
hayan sido los españoles o los indios mexica­

CAPITULO IV

ORIGEN Y RASGOS DISTINTIVOS DE LA RAZA

La tradición nada dice acerca del origen alegre, jocoso y bromista; son contados los
de los indios de Cacaopera; la Historia, apo­ de carácter terco y reacio, que regularmente
yada en los hechos que se verificaron en tiem­ son más feos; quizá sean mezcla de otra raza
po de la Conquista, los hace descender de inferior.
una rama de los antiguos chontales. Lo cierto En general son trabajadores, diligentes,
es que no se parecen a los demás indios de activos en sus negocios y obedientes a la
los pueblos vecinos, ni física ni moralmente, autoridad; sobresaliendo en casi todos una
pues presentan rasgos singulares que no tie­ vivacidad natural que bace difícil engañarlos.
nen los otros. Con sus amigos son muy serviciales y desin­
Son de regular estatura, de cuerpo bien teresados; y así, como sus antepasados, traba­
formado, cabeza oval, frente algún tanto espa­ jan con habilidad obras de mezcal, como ha­
ciosa, ojos vivos y animados, nariz aguileña, macas, cabestros, alforjas, jáquimas y morrales.
sin nada o poca barba, pelo liso y algo hir­ Les agrada las relaciones con los blancos,
suto, las manos y los pies medianos, el color que ellos llaman ladinos, a quienes manifies­
trigueño pálido que tira a moreno, con un tan singular cariño; pero se necesita mucbo
cutis fino. Es caso muy raro encontrar un tacto para tratarlos: a la menor falta se re­
indio que sea flaco, todos son gordos, mos­ sienten y muestran su disgusto, y después es
trando en la complexión de sus miembros, el difícil contentarlos, ni aún con regalos que
tinte de una completa salud. El genio es entonces ya los rehúsan.

CAPITULO V

MODERNAS COSTUMBRES

Como be dicho anteriormente, en este pue­ En la época de la Conquista mezclaron


blo ban prevalecido algunas de sus costum­ con sus costumbres algunas ceremonias de la
bres primitivas, basta nuestros días; lo que se antigua usanza española, y como basta el pre­
explica considerando que los indios las miran sente todavía las practican, de ellas voy a
como un precioso legado de sus antepasados ocuparme en este capítulo.
y que el deber les obliga a no olvidar jamás. El primero de Enero de cada año se cele­
Así les parece vivir felices... Sólo les preo­ bra una función religiosa que generalmente
cupa el avance que toma cada día la ola civi­ llaman «Fiesta de Año Nuevo». Entonces
lizadora del siglo, que miran como una sen­ tienen lugar los bailes de los danzantes: éstos
tencia a muerte de su propia raza. Y en ello van vestidos con saco, llevando la cara en­
tienen razón, pues es una verdad evidente vuelta con un pañuelo colorado y en las
que la raza blanca va destruyendo a las demás, manos un cbincbín de jícaro montés, que sue­
donde quiera que enarbola su estandarte, el nan al compás de la música; en la cabeza
cual tiene por lema: libertad y progreso. ostentan un vistoso morrión de plumas de
guacamayas. Otros van enmascarados, con En este pueblo, los ciudadanos que ya han
trajes de hombre o mujer, llevando en las servido dos años de Alcalde quedan exclui­
manos un azote, con que amenazan a los mu­ dos del servicio para el resto de su vida; y
chachos, que les bacen ingeniosas travesuras. no los demás empleados, que van por escala
Así andan por las calles y casas, haciendo ascendente, empezando algunas veces de al­
miles de muecas y piruetas a la gente que los guaciles basta llegar a la categoría de alcaldes.
sigue para divertirse. f) Las festividades más solemnes son las del
En ese día tiene lugar el “tope de vara”, 1°. y 15 de Agosto; entonces es cuando se
es decir, que el Alcalde saliente se avista con ponen en práctica los bailes más curiosos,
el entrante, en medio de ceremonias muy ori­ como son: el de «Los Gracejos», «Los Negri­
gínales y de obsequiosos cumplimientos. Cuan­ tos» y el juego de «La Partesana».
do ésto ba pasado, el nuevo Alcalde, acom­
pañado de los demás Munícípes, va a oír la Los Gracejos (2) llevan puesta una máscara
parecida al hocico de un cerdo, un pañuelo
misa para que el Cura de la Parroquia ponga
colorado cruzado entre pecho y espalda y en
en sus manos un bastón alto que en la parte
las manos agitan temblorosamente unas sona*
superior tiene una cruz. Esto tiene lugar en
jas, hechas de bejuco y pequeñas láminas de
el altar mayor, y ese bastón, que ellos con­
metal, que tienen la figura de una argolla
sideran como sagrado, lo guardan con vene­
alargada, o más bien, de una elipse. Detrás
ración en un altarcito que bacen en una casa
van otros bailadores, formando en dos filas
especial a la que dan el nombre de celda.
y portando unas espadas de huacal; hacen pos­
El mayor alguacil es el guardador de ella y
turas y mudanzas presentando la punta de la
tiene la estricta obligación de mantenerla con
espada hacía adelante y cruzándolas con un
luces durante todo el año, con fondos de su
suave golpe de tiempo en tiempo. La música
peculio; por eso, ese empleado debe tener
algún caudal y ser de reconocida honradez de este baile es la chirimía y el memorable
para el buen desempeño de sus funciones. tamboril.

Figuras y Jeroglíficos del Cerro de «Koroban».

Los Negritos van bien vestidos, con levi­ pies descalzos y llevan en los talones dos
tas o sacos de color; en las pantorrillas se enormes espuelas de campanillas. Estos no se
ajustan unas polainas de cuero adornadas con cubren la cara: cuando van a bailar, lo que
cascabeles en sus partes laterales, tienen los bacen al compás del pito y el tamboril, for-
(1) Este es el baile de «Los Plumeros». (2) Este baile ya está quedando en desuso.
man en dos filas, una enfrente de la otra o En el mes de septiembre se reúnen los
hacen dos semicírculos y el Negro Mayor ocu­ Principales del pueblo, para designar con ante­
pa Ja cabeza. El baile se ejecuta por parejas, lación la persona que debe desempeñar la Al­
uno de cada línea o fila y ocupan el centro; caldía, en el siguiente año: una vez hecha la
suenan constantemente unos chincbines de designación, el candidato propuesto nombra
jícaro montes, que producen un rumor seco, los Mayordomos que deben servir en el mis­
característico, parecido al canto de las guacal* mo año, escogiéndolos entre sus parientes o
chías; van pareados rozándose los hombros, amigos y desde entonces empiezan los prepa­
pero en lados opuestos, teniendo el uno la rativos para los Convites. Esta es una cere­
espalda, donde el otro tiene la frente. La monia que bien merece describirse en estas
habilidad consiste en la destreza al bacer una páginas, por ser una nota saliente en sus
mudanza a la voz de “burra” y un grito, que costumbres.
da n los bailarines, haciendo a la vez un mo­
El convite tiene su verificativo en la casa
vimiento rápido sobre los talones, donde que­
del Mayordomo, que al efecto, en el día seña­
dan en una posición opuesta a la que antes
lado, se encuentra engalanada y llena de ale­
tenían. El hurra y el grito lo contestan todos
gres concurrentes. Al presentarse el convidado
en coro y cuando la música ha concluido, los
en el umbral, una especie de ujier lo recibe
bailadores ocupan nuevamente sus puestos y
con fina atención, dándole al mismo tiempo
entonces otra pareja sale a la arena con ma­
una vara de hilo de ovillo para que fabri­
yores bríos. La gracia de este baile está en
que ramilletes. Con este fin, en medio de la
no dejarse espolear del compañero, que en
casa hay una mesa grande cubierta de flores
el curso de las mudanzas lo busca disimula­
y de hojas muy primorosas: allí es donde se
damente... y en no golpearse o herirse a sí
ve la habilidad y pericia de cada uno, ha­
mismo.
ciendo con solo aquel cabo de hilo, el ma­
El baile o juego de «La Partesana», lo ba­ yor número de ramilletes. Cuando alguno no
cen montados en caballería y lo mismo van puede tejerlos o que se demuestra lelo des­
en dos filas, ejecutando por intervalos algu­ cubriendo su escasa aptitud, les causa gran
nas evoluciones. A cierta señal del jefe, se chiste y todos celebran de un modo festivo
separan dos, uno de cada línea, ocupando el su torpeza.
centro o la cabeza de las filas; luego arrojan
Concluidos los ramilletes, se colocan en
a lo alto las partesanas dando vueltas en el
otra mesa que está al pie de un altarcito,
aire y las cogen con destreza por la punta
también hay un haz de velas sin encender.
antes de caer al suelo; entonces se saludan
con una venía, dando al mismo tiempo un Después, en la mesa grande, se sirve una
golpe en el hierro de las lanzas y las cruzan suculenta comida: arroz, frijoles y frutas de
exhalando grandes gritos. También lo bacen diversas clases. Los comensales tienen a su
a pie y en ese caso son cuatro los que tiran espalda un asistente, que entre los casados
las partesanas. Detrás van otros con unas es la esposa; ésta recoge los sobrantes y los
banderolas que, en determinado momento, las lleva a su casa para comerlos con su familia.
agitan en el aíre de derecha a izquierda, ha­ Terminada la comida, el Autor, (’) reza
ciendo resonar sus gritos con los de los de­ unas oraciones alusivas al caso y después se
más: a continuación siguen otros danzantes, desfila en procesión, llevando consigo los ra­
que llevan una especie de varita, que en la mos, basta llegar al templo, y en el Altar
parte gruesa ostenta un haz de listones de Mayor, el Autor llama por sus nombres a
vistosos colores Estos, que también están cada uno de los concurrentes, dándoles una
en dos líneas, sale uno de un lado y va a candela para encenderla a una imagen y en
encontrarse con otro que viene de la fila el lugar que él recomien da. O
opuesta, jugando entre los dedos de las ma­
nos las varitas y cuando ya están frente a
(1) El Autor. es el Maestro de Ceremonias, que en la ac«-
frente, se saludan con una venia, volviendo tualidad representa a los Misilanes de los antiguos.
de la misma manera a ocupar sus puestos
(2) Recuerdo que una vez a mí, me nombró a Sania Verá*
respectivos. La música de estos bailes tam­ nica, y ya que habían principiado las ceremonias no bailaba el-
bién es ei pito y tamboril. lugar que le correspondía; entonces me vi obligado a pregun­
tarle al Autor, que me dijo riéndose: “ándate, caray, a las andas,
de los muertos, que ahí es el punto; donde por cierto no estuve
(1) Esta varita, en lenca, se llama Mansílí. muy a gusto, como lo comprenderán mis amables lectores.
QA
Hay otras costumbres que no las pongo mosas enaguas de prefina, confeccionadas con
aquí, porque se ba alargado mucbo este tra­ variadas y ricas telas; la colla y la manteleta
bajo y todavía falta para su terminación. Co­ blanca, por el lujoso pañolón de seda y otras
mo un rasgo digno de notarse, bago constar: prendas más de gracioso adorno; y los hombres,
que las mujeres ya están dejando el antiguo ya aspiran por andar peripuestos a la ladina,
cuájete azul con que se refajaban, para lucir her­ vistiendo regulares trajes de géneros de color.

CAPITULO VI

METAMORFOSIS DE LA RAZA INDIA AMERICANA POR SU MEZCLA CON LA RAZA BLANCA

Es un hecho comprobado por la ciencia, ellos, el culto divino consagrado al verdadero


que la organización de la raza india, es in­ Dios, al Dios de la Naturaleza, al Supremo
ferior y más débil que la europea. Esto se Ser, Creador y Gobernador del Universo!...
atribuye a la influencia del clima, a la clase Esa ha sido su obra en los pasados si­
de alimentación, a las costumbres, a la índo­ glos; ahora pone sus energías en la perfección
le dejativa, que en conjunto, son el resultado física y el desarrollo intelectual y moral de
de una vida sedentaria. las demás razas. Aquí en la América está
Lo contrario sucede con la raza bl anca borrando en el antiguo cuadro el tinte hos­
que, constituida de elementos más potentes co de una raza meticulosa, para fijar en el
y aquilatados, ha llegado al máximum de su lienzo su hermosa transfiguración. Esto será
desarrollo físico e intelectual, por su tenaz obra de mucbo tiempo, pasarán años y años,
constancia en el trabajo y su asidua dedica­ se sucederán las generaciones; pero ella no
ción a todos los ramos del saber humano. desmaya en su misión redentora, avanza con
Esta raza, en su elevada misión sobre el pla­ paso rápido, sin volver atrás en sus grandes
neta, no busca sólo su perfección, sino que conquistas, que son las que han de purificar
procura el mejoramiento de las otras. Ella, al mundo de las escorias que lo profanan.
ba conquistado el mundo con su inmenso po­ Estas dos razas forman una antítesis, la
derío, y en ella está encarnado el ideal de una es contraposición de la otra; y sin em­
todo progreso: su expansión ocupa toda la bargo, en medio de la distancia que las se­
redondez de la Tierra, y en donde quiera para, tienen afinidades simpáticas, que con el
que pone su planta, instruye, educa, civiliza y tiempo vienen tejiendo la complicada trama
perfecciona. de una raza heterogénea, creada por la selec­
La historia relata sus grandes hazañas, ción mutua, y que en el porvenir será la
sus inventos y sus descubrimientos: es el manifestación de la nueva raza americana.
cerebro del mundo, el corazón de toda la hu­ La mezcla de la raza blanca con la roja,
manidad; sus latidos repercuten hasta en las ba dado vida al tipo moreno, caracterizado por
desiertas soledades del polo; la luz de sus es­ su hermosura voluptuosa; aunque no tenga
píritus ba traspasado el dombo infinito de el delineamiento simétrico de su arquetipo
los cielos y ha sorprendido a los astros en en proporciones acabadas de una bell eza es­
sus revoluciones; ba rasgado el velo azul del piritual, y que también le falte la esbeltez
firmamento para ascender jadeante hasta el estatuaria de un cuerpo delgado y gentil,
polvo diamantino de las nebulosas y las ba como la palmera de nuestros bo sques; en
resuelto en torbellinos de soles; ba surcado cambio tiene contornos delicados, curvas de­
los mares dominando la bravura de las olas liciosas, rasgos atrevidos y abultamientos pro­
y desafiando los embates de la tempestad en vocativos, que se desbordan en sedosa, níti­
el vórtice del abismo, para llevar sus con­ da y exquisita morbidez. Y todo este precioso
quistas hasta los países más remotos; se ba conjunto contrasta armónicamente con unas
apoderado de los elementos de la naturaleza, mejillas pudorosas, tan frescas y suaves co­
para convertirlos en agentes de su trabajo y mo los pétalos de la rosa; con unos ojos vi­
de sus pensamientos; olla, ba sido, en fin, la vos, lúcidos, decidores... de mirada ardiente,
que ba derramado la civilización en los de­ magnética e irresistible; con un genio alegre
más pueblos, disipando las tinieblas de la ig­ y comunicativo y un carácter noble basado
norancia, para poner ante sus ojos los res­ en el orgullo de pertenecer a esta bella por­
plandores de la luz e infundido en todos ción del mundo. Este nuevo tipo, lo admiran
los viajeros que vienen de la vieja Europa, nomía? ¿Será que esas organizaciones imper­
principalmente en nuestras mujeres, que tie­ fectas son el resultado de un cruzamiento
nen en sus gracias toda la poesía de nues­ híbrido, operado en siglos remotos y que aho­
tros campos y en sus ojos, la esplendorosa ra, al pasar por el crisol del atavismo, vuel­
luz de este cíelo tropical. Este es el resul­ ven a su estado primitivo? De esto nada di­
tado. ce la ciencia; lo cierto es, que el tipo indio,
La raza india, pues, va purificándose pau­ sui géneris, desaparece por la asunción de la
latinamente; bastan cuatro o cinco generacio­ raza blanca, que lo pule y perfecciona, bajo
nes para que la sombra cobriza desaparezca la presión de su potente naturaleza... De mo­
y surja la morena. ¿Y cuál será la causa de do que, dentro de poco tiempo, la raza roja
ese dominio que la raza blanca ejerce sobre americana, con todo su aparato de singula­
las demás? ¿Por qué predomina ella, en la res costumbres, pasará a la Historia, como
generación, quitándoles a las otras su poder, ban pasado ya muchas del antiguo Continen­
basta el extremo de borrar del todo su fiso­ te, quedando de ellas sólo su recuerdo!...
PARTE FILOLOGICA
IDIOMA DE CACAOPERA

j-f N este pueblo, desde tiempo inmemorial, El análisis ortológico encuentra una diver­
se babla el idioma conocido científica­ sidad de vocablos monosílabos, disílabos, tri­
mente con el nombre de «lenca». Ignoro cuál sílabos, polisílabos... y en las voces homófonas,
sea la etimología de esa palabra; su significa­ equívocas y sinónimas, guarda una distinción
ción en la misma lengua es algo vaga; algu­ determinada por el uso de los acentos.
nos indios la traducen por la tierra, el mundo, Tiene inflexiones propias y afijos para se­
el planeta que habitamos; de modo que idioma ñalar el significado de las palabras compues­
lenca, metafóricamente hablando, quiere decir: tas, o expresar con claridad lo¿ derivados de
el idioma de la tierra. Otros lo llaman písbi, otras primitivas.
esto es: palabra del pueblo, en alusión a su Puede decirse que carece de letras mudas,
carácter puramente nacional. pues la H, antepuesta, algunas veces tiene
un sonido gutural parecido al de la G, sobre­
Como quiera que sea, lo cierto es que no
saliendo la pronunciación fuerte de la K y
es un dialecto caprichoso, como creen muchos, la Y, que contrasta con el sonido suave de
sino un idioma gramatical y filosófico, sujeto la L, la P y la 5.
a reglas y a principios, con abundancia de La C, cuando se encuentra en medio de
palabras que tienen su significado propio y
dos vocales, en algunas palabras, tiene el so­
que sirven muy bien para expresar todas las nido combinado de la misma C con la G,
afecciones humanas.
como por ejemplo: yálaca, hermoso, se pro­
Su pronunciación es sonora y melodiosa; nuncia casi yálaga.
su construcción elegante, haciéndose notar una El alfabeto consta de 24 letras, y es como
armonía de tonos por la variedad de los acen­ sigue: a, b, c, ch, d, e, f, g, b, i, j, k, 1, m, n,
tos y tiene la ventaja de escribirse como se ñ, o, p, q, r, s, t, u, y.
babla. Las vocales son cinco, como en castellano,
Hay palabras graves, agudas, esdrújulas y y su pronunciación es análoga: á, é, í, ó, ú.
esdrujulísimas, que no presentan el inconve­ Y como el sonido fonético de las demás
niente de ser muy largas, como en otros letras del alfabeto es también igual, creo
idiomas. inoficioso detenerme en este punto.

CAPITULO I

NOCIONES GENERALES

En lenca las partes de la oración son ocho: Para formar el plural, en algunos nombres,
nombre, pronombre, verbo, participio, adverbio, sólo se agrega una s final; pero en otros, bay
conjunción, preposición e interjección; carece de sufijos que unidos al nombre expresan mul­
artículo, aunque en realidad hay ciertas voces titud, esto es en obsequio al uso común y a
que lo sustituyen en algunos casos; por lo las reglas particulares del idioma, como:
tanto, bajo el punto de vista filosófico, estas paníbuálkara, el plural de hamaca; karagual
partes pueden reducirse a tres esenciales, que karagí, el plural del p., que en ese caso re­
son: nombre, verbo y partículas. sulta más bien una palabra compuesta.
Los números son dos: singular y plural, El artículo lo determina la naturaleza del
como en el presente caso: yorra, hembra, sin­ nombre, pues va tácito, entendiéndose según
gular; yorras, hembras, en plural. Man, árbol, el género o calidad que lo distingue, como
singular; manbuálkara, árboles, en plural. en los ejemplos siguientes: man yálaca, el
árbol hermoso; amú yálaca, la nube hermosa. nante, se entiende según la significación o
Donde se ve que el adjetivo no se modifica, sentido lógico del nombre; es decir, cuando
pues carece de género, o más bien no tiene expresa animal macho o hembra o cosas que
desinencias genéricas. a ell os se refieran y pertenezcan, como misil,
Los géneros son tres: masculino, femenino varón, masculino; yorra, hembra, femenino;
y neutro. Como carece de artículo determi­ yelka, río, masculino; appa, piedra, femenino.

«Fala» o «Partesana» de los indios de Cacaopera

Muchas veces la voz yorra o máirro, se pos­ Occidente o donde se pone el sol; mar = bikáf,
pone a los nombres de los animales o cosas, Sur o donde está el mar.
para determinar el género femenino, como: Esta lengua no tiene terminaciones espe­
yán=máirro, la venada; siendo yán, el venado ciales para formar el nombre aumentativo y
o masculino. diminutivo, sino que se hace uso de las pa-
labr as bailka y chíki, y así se dice: omba*
Los nombres neutros se distinguen por su
builka, por hombrachón, bombronazo; máirro*
significación indeterminada, como: sásaca, lo
chíki, por mujercilla y mujercita.
verde; lalá, lo colorado, sin referirse a ningún
Hay también algunos nombres tomados del
objeto a cosa.
castellano, pero que el uso los ha localizado,
Los nombres compuestos se forman por la como kurrál, fiéraba, amika, ele., que su origen
agregación sucesiva de palabras, que en con­ ha sido las palabras: corral, fiera, amiga, etc.
junto, expresan una idea y así hay algunos Una coincidencia en este sentido, sería acep­
que tienen basta tres, como: lan - sal = naka, table en unas pocas palabras, mas no en un
Oriente o donde nace el sol; güín - sal = naka. número tan crecido, como el que tiene este
Norte o donde nace el viento; lan * kánnaba, idioma. La Conquista ensanchó en sus espí-
ritus un horizonte más extenso con la repre­ Pretérito Perfecto
sentación de nuevas ideas y de impresiones Singular
desconocidas y así hubo necesidad de agregar Y. pisguanenali Y. había hablado
M. pisguanenalam T. habías hablado
a su propia lengua un conjunto de voces de K. pisguanenala E. había hablado
otra, para completar o suplir la esfera de Plural
sus conocimientos. Y. pisguanenaca N. habíamos hablado
Los pronombres personales son tres, en M. pisguanenalámbira V. habíais hablado
singular y plural, ejemplo: K. pisguanenaláguali E. habían hablado.
Pretérito Pluscuamperfecto
LENCA Singular CASTELLANO Singular
LENCA CASTELLANO
Yámigi Yo
Mánigí Tú Y. pisguamali Y. hubiera hablado
Karagí El. M. pisguamalam T. hubieras hablado
Plural K. pisguamala E. hubiera hablado
Plural
Yámtacagi Nosotros Y. pisguamalaca N. hubiéramos hablado
Manigualgi Vosotros M. pisguamalámbira V. bubiérais hablado
Karagual-karagí. Ellos. K. pisguamaláguali E. hubieran hablado.
Por regla ganeral hay que observar: que el pro­ Futuro Imperfecto
nombre personal pierde una o do9 de sus últimas Singular
sílabas cuando antecede a un verbo sustantivo; lo
mismo en las oraciones donde dicbo pronombre va Y. pisguajím Y. hablaré
pospuesto al verbo, o más bien, al final haciendo veces M. pisguajaman T. hablarás
de complemento, como en los ejemplos siguientes: K. pisguájaíi E. hablará.
Plural
Singular
Y. pisguajamdaca N. hablaremos
yami kin Vo soy M. pisguajamámbira V. hablaréis
Maní kalam Tú eres K. pisguajáguali E. hablarán.
Ká kari. El es.
Plural Futuro Perfecto
yamía kala Nosotros somos Singular
Klaniguál kala Vosotros sois Y. pisguanayajím o pis»
Ká káguaii. Ellos son. guanemsu Y. habré hablado
¡Yala bar yálaca dáinalam maní! M. pisguanayejamam T. habrás hablado
K. pisguanayejali E. habrá hablado.
¡Qué hermosas flores tienes /«/ Plural
Los verbos tienen desinencias invariables, su­
jetas a un orden fijo y se conjugan como en caste­ Y. pisguanayejamdaca N. habremos hablado
llano, por números, personas, modos y tiempos. En M. pisguanayejamámbira V. habréis hablado
este idioma no hay más que una sola conjugación K. pisguanayejáguali E. habrán hablado.
cuyo infinitivo termina en jalt. Modo Imperativo
Para muestra véase cómo se conjuga el verbo Singular
hablar y otros, que son regulares.
Písgua mánit Habla tú
Modo Indicativo Písguan kárat Habla él.
Tiempo Presente Plural
LENCA CASTELLANO
Singular
Pisguán yámtacat Hablad vosotros
Pisguanuguali karaguál
Yámigi písguati Yo hablo kárat Hablen ellos.
Mánigi písguatam Tú hablas
Karagí písguata El babla. Modo Subjuntivo
Plural Tiempo Presente
Yántacají pisguataca Nosotros hablamos Singuiar
Manigualgi pisguatámbira Vosotros habláis Y. pisguaneniquiyú Y. bable
Karagual-karagí pisguatáguali Ellos hablan. M. pisguanemayu T. bables
Pretérito Imperfecto
K. pisguanyu E. bable.
Plural
Singular
Y. pisguaca N. hablemos
Y. pisguatiali Y. hablaba M. pisguámbira V. habléis
M. pisguatialam T. hablabas K. pisguanuguali E. hablen.
K. pisguatiala E. hablaba.
Plural Modo Infinitivo
Y. pisguataliaca N. hablábamos Písguajali Hablar
M. pisguatialámbira V. bablábais Pisguatáguali Hablando
K pisguatialáguali E. hablaban. Pisguanenala Haber hablado.
CONJUGACION DEL VERBO TENER Modo Imperativo
Singular
Modo Indicativo LENCA CASTELLANO
Tiempo Presente Dáina manit Ten tú
LENCA CASTELLANO
Singular Dáinam kárat. Tenga él.
Y. dáinati Y. tengo Plural
jM. dáinatam T. tienes Dáinam yámtacat Tened vosotros
K. dáinata E. tiene. Dáinanuguali karaguál
Plural kárat. Tengan ellos.
Y. dáinataca N. tenemos
M. dáinatámbira V. tenéis Modo Subjuntivo
K. dáinatáguali E. tienen. Tiempo Presente

Pretérito Imperfecto Singular


Singular Y. dáinaneníquiyú Y. tenga
Y. dáinatíali Y. tenía M. dáinanemayu T. tengas
M. dáinatialam T. tenías K. dáinayu. E. tenga.
K. dáinatiala. E. tenía. Plural
Plural Y. dáinaca N. tengamos
Y. dáinatialaca N. teníamos M. dáinámbira V. tengáis
M. dáinatialámbira V. teníais K. dáinanuguali. E. tengan.
K. dáinatialágualí. E. tenían.
Infinitivo
Pretérito Perfecto
Dáinájali Tener
Singular Dáinatagualí Teniendo
Y. dáinanenali Y. había tenido Dáinanenala. Haber tenido.
M. dáinanenalam T. habíais tenido
K. dáinanenala. E. había tenido.
Plural
CONJUGACION DEL VERBO IR
Y. dáinanenalaca N. habíamos tenido Modo Indicativo
M. dáinanenalámbira V. habías tenido Tiempo presente
K. dáinanenaláguali. E. habían tenido.
Singular
Pretérito Pluscuamperfecto Y. guate Y. voy
Singular M. guatam T. vas
Y. dáinamali Y. hubiera tenido K. guata. E. va-
M, dáinamalam T. hubieras tenido Plural
K. dáinamala. E. hubiera tenido Y. guataca N. vamos
Plural
M. guatámbira V. vais
Y. dáinalaca N. hubiéramos tenido K. guatáguali. E. van.
M. dáinamalámbira V. hubierais tenido
K. dáinamaláguali. E. hubieran tenido. Pretérito Imperfecto
Futuro Imperfecto Singular
Singular
Y. guatiali Y. iba
Y. dáinajím Y. tendré M. guatialam T. ibas
M. dáinajamam T. tendrás K. guatiala. E. iba.
K. dáinajalí. E. tendía.
Plural
Plural
Y. dáinajamdaca N. tendremos Y. guatialaca N. íbamos
M. dá inajamámbira V. tendréis M. guatialámbira V. ibais
K. dáinajáguali* E. tendrán. K. guatialáguali. E. iban.
Futuro Perfecto Pretérito Perfecto
Singular
Singular
Y. dáinanayajím o dái»
nanensu Y. habré tenido Y. guaDenali Y. había ido
M. dáínanayejamam T. habrás tenido M. guanenalam T. habías ido
K. dáinanayejali. E. habrá tenido. K. guanenala. E. había ido.
Plural Plural
Y. dáioanayejamdaca N. ba bremos tenido Y. guanenalaca N. habíamos ido
M. dáinanayejamámbira V. habréis tenido M. guanenalámbira V. habíais ido
K. dáinanayejáguali. _ E. habrán tenido. K. guanenaláguali. E. habían ido.
Pretérito Pluscuamperfecto Pretérito Imperfecto
Singular Singular
LENCA CASTELLANO LENCA CASTELLANO

Y. guamali Y. hubiera ido Y. gualbatiali Y. lloraba


M. guamalam T. hubieras ido M. gualbatialam T. llorabas
K. guamala E. hubiera ido. K. gualbatiala. E. lloraba.
Plural Plural
Y. guamalaca N. hubiéramos ido Y. gualbatialaca IM. llorábamos
M. guamalámbira V. hubierais ido M. gualbatialámbira V. llorábais
K. guamaláguali. E. hubieran ido. K. gualbatialáguali. E. lloraban.
Futuro Imperfecto Pretérito Perfecto
Singular Singular
Y. guajím Y. iré Y. gualbanenalí Y. había llorado
M. guajamam T. irás M. gualbanenalam T. habías llorado
K. guájaii E. irá. K. gualbanenala. E. había llorado.
Plural
Plural
Y. guajamdaca N, iremos
M. guajamámbira V. iréis Y. gualbanenaca N. habíamos llorado
K. guajáguali E. irán. M. guaibanenalámbira V. habíais llorado
K. gualbanenaláguali. E. habían llorado.
Futuro Perfecto
Singular Pretérito Pluscuamperfecto
Y. guanayajim o guanensu Y. habré ido Singular
M. guanayejamam T. habrás ido Y. gualbamali Y. hubiera llorado
K. guanayejáli E. habrán ido. M. gualbamalam T. hubieras Horado
Plural
Y. guanayejamdaca N. habremos ido K. gualbamala. E. hubiera llorado.
Plural
M. guanayejamámbira V. habréis ido
K. guanayejáguali E. habrán ido. Y. gualbamalaca N. hubiéramos llorado
M. gualbamalámbira V. hubierais llorado
Imperativo K. gualbamaláguali. E. hubieran llorado.
Singular
Guate manit Vete tú Futuro Imperfecto
Guanyu kárat Vaya él. Singular
Plural
Guanám yamtacát Id vosotros Y. gualbajím Y. lloraré
Guanuguali karagual kárat Vayan ellos. M. gualbajamam T. llorarás
K. gualbajali. E. llorará.
Modo Subjuntivo Plural
Tiempo Presente
Singular
Y. gualbajamdaca N. lloraremos
Y. guaneniquiyu Y. vaya M. gualbajamámbira T. lloraréis
M. guanemayu T. vayas K. gualbajaguali. E. llorarán.
K. guanyu E. vaya. Futuro Perfecto
Plural
Y. guanenaca N. vayamos Singular
M. guanenámbira V. vayáis Y. gualbanayajín o gual-
K. guanuguali E. vayan. banensu (!) Y. habré llorado
Infinitivo M. gualbanayejamam T. habrás llorado
Guate Ir K. gualbanayejaií. E. habrá llorado.
Guataguali Yendo Plural
Guananenala. Haber ido. Y. gualbanayejamdaca N. habremos llorado
M. gualbanayejamámbira V. habréis llorado
CONJUGACION DEL VERBO LLORAR K. gualbaoayejáguali. E. habrán llorado.
Modo Indicativo Modo Imperativo
Tiempo presente Singular
Singular Gualba manit Llora tú
Y. guálbati Y. lloro Guálbam kárat. Llore él.
M. guálbatam T. lloras Plural
K. guáibata. E. llora. Guálbam yámtacat Llorad vosotros
Plural
Gualbanuguali karagual
Y. gualbataca N. lloramos kárat. Lloren ellos.
M. gualbatámbira V. lloráis
K. gualbatáguali. E. lloran. (1) También se dice: Yámigi gualbanenemtu.
Modo Subjuntivo Las conjunciones, son: yála, que sirve para unir
Tiempo Presente las oraciones compuestas; sás, para deducir una con­
Singular secuencia en las complejas, y la y griega, que se
lenca CASTELLANO usa eD el enlace de las partes de un todo o en la
Y. gualbaneniquiyú Y. llore enumeración de muchas cosas, etc. Ejemplos: Nati
M. gualbanemayu. T. llores. suguaoán parrím, yala tiquitguanin lan-birám; (quiero
K. gualbanyu E. llore. descansar en la hamaca, que be trabajado este día).
Plural Durrú irají bámisa, sás yámigi guate yárrajali aymá;
Y. gualbanenaca N. lloremos (esta tierra es buena, luego voy a sembrar maíz).
M. gualbanenámbira V. lloréis Carrán y yurra, (ei cerro y el monte).
K. gualbanuguali E. lloren. La interjección, se expresa con las palabras
Infinitivo siguientes: iDioscúarel ¡Deveras! ¡Omba! ¡Hombre!
Guálbajali Ll orar ¡Sás! ¡Pronto! ¡Nayfal ¡Nada!, etc.
Guaibatáguali Llorando En la oración, algunas veces se cambia el orden
Gualbanenala Haber llorado. (!) gramatical de las palabras, en obsequio de la ele­
gancia, por el rifmo y la melodía de las frases.
He puesto estos verbos porque son regulares Así se dice: Maírro bas kílima yálaca dáinata; que
y así se conjugan en su mayor parte; pero bay otros su tenor literal es: la mujer un cabello hermoso tiene;
que pueden considerarse como irregulares y defec­ en vez de: Máirro dáinafa bas kílima yálaca; la mujer
tivos, por cambiar de radicales y terminaciones, como tiene un cabello hermoso, como se dice en castellano.
lo vería el amable lactor, en el ejemplo del verbo
SER, que es irregular y defectivo. El adverbio se La construcción en este idioma e9 muy com­
expresa con las partículas siguientes: plicada, debido a la variedad en el uso de las
LENCA CASTELLANO
partes que componen una oración, y así, no puede
establecerse una regla general. Por lo común se
Ende Sí sigue el orden natural de las palabras, cambiándolo
Guaca No solamente cuando resultare una redundancia o una
Karandio mú Allí cacofonía; y en este caso, hay veces que se empieza
Karán Allá con el sujeto y se concluye con el verbo y viceversa.
Múkata ‘ Cerca Como en el ejemplo anterior que el verbo está en
Atát Lejos lugar del complemento y que también puede cons­
írandí Aquí truirse así: Dáinata bas kílima yálaca máirro; que su
Irá Ahora tenor literal es: Tiene un cabello hermoso la mujer.
Sás Pronto
Aqui-tipá Pasado mañana La prosodia de esta lengua es rica y melodiosa
Aqui-tifamu Anteayer. por la armonía de tonos originada por la prodigali­
En las preposiciones, algunas veces bacen uso dad de los acentos. De aquí que su pronunciación
de las mismas del castellano y otras lo expresan sea breve y su modulación rítmica especial, exten­
modificando la terminación del sustantivo a que se diéndose ésta, desde el sonido suave, silbante, lin-
refiere, como en el siguiente caso: Yáju guapúc kicará, güi=dental, basta ei gutural fuerte en cambios rápi­
parri/72 dala; (tráeme mi sombrero, está en la hamaca). dos o acompasados, que dan a los vocablos una
Donde se ve que la preposición del bablativo en se expresión verdaderamente musical; y así, abundan
forma con sólo agregar una m al sustantivo hamaca. las palabras con dos acentos que sirven para marcar
la emisión de la voz en ese sonido mixto de esdrú­
(1) En la Gramática Je la Lengua Castellana, por don julo y grave, como el que tiene el castellano en
Fernando Velarde, el pretérito perfecto de indicativo, tiene la algunos adverbios de modo, terminados en mente y
siguiente ^desinencia, que por un olvido no la incluí en los que en lenca no tienen una terminación igual, sino
verbos anteriores:
Singular
que varían a lo infinito. He aquí unos ejemplos:
Y. guálbali Y. lloré Kílaguáta, dáinajamdáca; en otros la terminación es
M. guálbalám T. lloraste. esdrújula, como: dáinafámbira, y por último aguda,
K. guálbala E. lloró. v. g.: guanáncafiguá, etc.
Plural En Ortografía, sólo presenta el inconveniente
Y. gualbataca N. lloremos de que se pueden confundir en la escritura la k
M. gualbalámbira V. lloréis con la c y la j con la g; por lo demás es fácil, llano
K. gualbalaguali E. lloran. y correcto.

CAPITULO II

VOCABULARIO LENCA
CASTELLANO LENCA LENCA CASTELLANO

Arbol Man Agua Lí


Piedra Appa Luna Aicu
Monte Yurra Sol Lan
Yelka Cerro Carrán
CASTELLANO LENCA CASTELLANO LENCA

Nube Atnú Brasil (árbol) Macár


Fu ego Laguáli Caballo Darráy
Viento Güín Dormir Yábuna
Casa Hú Ayote (fruta) Igua
Tierra Durrú Caña de azúcar Naná
Varón Misil Armado (cuadrúpedo) Kisú
Hembra, joven Yorra Bañar Idíguajali
Muj er Máirro Lavar Sácajali
Dolor Acáguata Yo Yámigi
Pájaro Guásirri Tú Mánigi
Nido Uyá El Karagí
Hoja Maniaca Nosotros Yámtacagi
Verde Sásaca Vosotros Maniguálgi
Colorado Lalá Ellos Karagual-Karagí
Blanco Sáju Tener Dáinajalí
Amarillo Mayú Querer, amar Nati
Negro, oscuro (color) Mulka Andar Dibúnan
Individuo Yábirra Alcalde Huyá
Indio Dábi Maíz Aymá
Ladino Mulkám Tortilla (de maíz) Hin
Sombrero Guapúc-guapúk Comer Dúri
Calor Kalórtita Frijol Pac
Frío Tústata Huacal Barrán
Nocbe Irranta Cumbo o jicara Tútu
Día Lántaca Atole o chilate Káurre
Oj o Kunkán Chile (fruta) Cuma
Iglesia Teópan Garrobo (lagarto) Aluba
Cabeza Guará Camarón Yúsu
Grande Huilka Cangrejo Arrán
Pequeño Cbíki Illumina Urrunni
Hermoso Yálaca Gato Michi
Feo Fiéraba Perro Hálu
Boca Tamaguá Zopilote Kusma
Brazo Cárrika Zacate Tún
La palma de la mano Pánama Cabestro (lazo) Káme
Derecho Aidica Paloma Iltuyo
Izquierdo Básaka Gavilán Assa
Abajo Batic Güis (pájaro) Cbúriki
Arriba Ruc Buho Iskirrí
Delante Tácan Plátano Pá
Detrás Manacát Guineo Inkina
Cabello, pelo Kílima Zapote Tapá
Viejo Huskán Aguacate Sial
Algo Baybés Jocote Urrá
Poco Dánmisa Matasano Güilí-güilí
Mucbo Báybaya Carago (árbol) Kápi
Bastante Yalabéska Carago (fruta) Katdán
Hambre Táli Tempisque Párruma
Sí (adv. de afirmación) Ende Jagua o Irayol Güirrutapá
No (adv. denegación) Guaka Olla Sarra
No quiero Na quisanca Cántaro Inti
El campo, el llano Ltppi Comal Tapit
Barranco Cusní Leña Dane
Falda (de cerro) Pálka Hamaca Parrí
Cerco Kurrál Ir Guate
Mío Ayki Venir Aírajali
Tuyo Ayma Abrazar Bilúcjali
Ajeno Ayni Beber Dípajali
Ribera Yelka-urriaka Llegar Utúoajali
Dejar Dastaira Traer Yájujali
Moler Guita Alza Upútijail
Maguey Sírru Llorar Guálbajali
Mezcal Sírruka Jolote o pavo Uuáu
Sacar Sígjali Hinchado, mórbido Sieda
Oscuridad Ruinicá Irse Yaguatáguali
CASTELLANO LENCA CASTELLANO LENCA

Carne Nacát Guatusa (cuadrúpedo) Kiki


Tormenta Irra Ardilla „ Susu
Enagua Yus Conejo „ Koneconde
Calabaza, tecomate Suna Zorrillo ,, Masú
Venado Yán Gato de monte Micbekótan
Cigarros, puros Güilí Nutria de cerro Guilúcarrán
Dulce de caña Yayá Ratón Muí
Encender, atizar Páytíjalí Rata Darrarra
Pescado Yái Lobo o coyote Güirro
Muerto Cúlam Tig re Namá
Matate, morral Gualí León o puma Guarrí
Horcón Lúbu Rey de zope (ave) Guásapa
Viga Kalán Cuervo Alalamul
Coyol ¡(árbol) Yúcuman Perico Sucúy
Saliva Tahalí Urraca Gualan
No hay Langua Gorrión, zum»zum Surr
Jugar Kútijali Tórtola Paupau
El gallo Piyú=apú Cbísmuyo o Tijuilillo Tícbul
La gallina Piyú=máirro Pájaro león Tícman
No quería Natiala Corpintero (pájaro) Güit=güit
Matar Culinájali Salicolcbón, guacalcbía Guakacacao
Pegar Na cadúajali Garza Urrú
Dame Ni quiá Guaco (ave) Guácdagua
Guayabo (árbol) Tur Alama de perro (ave) Tamín
Quiebrahacha Surruguá Zenzontle Irra-gualbayá (0
Laurel Suguán Pajuil Tiquizól Tiquisúl
Pronto, luego Sás Pavo montés (faisán) Uoán»kótan
Cantar Butatáguali Codorniz Güincbirík
Amanecer Yakájali Gavilán sarado Guascúy
Mi sombrero Guapúc kikará Escarabajo (insecto) Bunaúrr
Tu huacal Barrán makará Mapacbín (cuadrúpedo) Gualá
Tu cabello Kili makaiá Pezote Langualá
Hombre Omba Ara o Guacamaya AlalaJalá
De veras, es verdad Dioscuáre Salamandra (reptil) Unamá
Este Irají Escorpión, alacrán Mik'd
Aquel Manijí Lagartija Curruru
Bueno Bákaca o bámica Gusano Bil
Malo Fiérakaca Culebra Yerra
Reír Isnáguate Sapo Guarr
Como Caradí Tortuga Yada
Poniendo Kannaba Hormiga Sukúl
Trabajo Tiquitguanán Zompopo Itít
Qué Yala Hormiga guerreadora Insukúl
El Cristo, Crucifijo Guití Pulga Pasár
Palabra Pis Lombriz Yubíl
Palabras Písbía Mosca Marra-marra
Idioma, lengua Písbi Mosquito Sirra«sirra
Tu palabra Pasma Mariposa Lapú-lapú
Orion (constelación) Piúuca Panal de miel Súpu
Las Cabritas (constelación) Sáka Colmena Ala-durrú
Flor Bar Miel Ala
Delantal, pañuelo Páyaca Abeja, avispa Halas
Un Bás Huevo de gallina Kín
Cada Hícát Clavellina (flor) Urrijilá
Matata, alfolí Gualíka Berberillo (árbol) Tatá
La cara, el semblante Maláy Decir Nalí
La nariz N amná Dormir Yabunájali
La oreja Tupál Trabajar Tiquítguajali
La garganta Sahúma Dar Niquiala
El hombro Suyuma Correr Itigua
El antebrazo Micbima Volver Unala
Las mamas o pezones Suma
Los pies Silín (1) Nombre compuesto de irra, tormenta, y gualbayá, que
Diente Nini llora; de modo que quiere decir: gue llora cuando viene la-
Las manos Pánacam tormenta..
CASTELLANO LENCA CASTELLANO LENCA

Yo vuelvo Yámigi únali Cerca Múkata


Tú vuelves Mánigi únalano Cerca párate, bombre Múkata kana omba
El vuelve Karagí únala Ven aquí, mujer Aira iramdímáirro
Nosotros volvemos- Yámtagí unalaca Recordar, pensar Kalabítatí
Vo sotros volvéis Ntanigualgi unalám- Recuerdo cuando estuve en el Kalabítatí cam upúm
birá llano daránica
Eli os vuelven Karagual karagí una- Entonces yo paseaba Yámigi udiútatialí
láguali ducám
volar Píguajali Entonces Ducám
Mi tierra Durrú-qui Pasear Udiújalí
Mi pueblo Güína»qui Enfermo Lú
Tu pueblo Güínama Enfermar Lúputa
Doler Acaguatáguali Acostar Uranán
Polvo Hisi Acostarse Uranáni
Sembrar Yárrajali Levantar Upana
Estar Dájali Levantarse Upánajali
Estoy Dáíi Tapezco de varas Guisan
Estás Dálam Laja, talpetate Apáilala
Está Dala Rezar, orar, oración Dios písguajali
Estamos Dalaca Papel Haroát
Estáis Dalámbira Ver, mirar Lájali
Están Daláguali Mira este papel Hamát irají laja
Vivo Talka El fantasma Yús-sisí
Defender, despertar Talgua La aurora Amulalá
Yo me defiendo Yámigi Tálguatí ¿Cómo te ba ido? ¿Máy guálam?
Te defiendes Tálguatam Estoy bueno Bámisa dálam.
Se defiende Tálguata
Nos defendemos Talguataca Vengo a una molestia, que me prestes dinero para
Os defendéis Talguatámbira pagar una deuda.
Se defienden Talguatáguali Airatí manin mókis, liguambos niquiásita asibos
¿A dónde se fué? ¿Marám guala? duanitanan.
Para el río Yéikaticá dala
Puerta Taká iHombre! No hay dinero; si hubiera, te prestara; pero
Puerta de casa Hú-taká ven concluido este mes, entonces te prestaré.
Puerta de cerco Kurral-taká ¡Omba! Lí nguan langua dangüela nacasitamali teyo
Cercar Kurralti
aira mosirad saguarán nacajím.
Yo llego Yámigi utúnati
Tú lleg as Máoígi utúoafcam ¿Tienes madre? ¿Amika dáinata?
El llega Ka ragí utúnata Sí tengo. Ende dáinaté.
Nosotros llegamos Y. utunataca No tengo. Guaka dáinaté.
Vosotros llegáis M. utunatámbira ¿Vamos a beber agua? ¿Guataca li dipajali?
Ellos llegan K. utunatáguali Voy a dormir. Guate yabunájali.
Traer Yájuta Dame un sombrero. Niquiá bas guapúc.
Mi bijo Misaki ¿Vamos al llano? ¿Uppi guataca?
Mi bija M asakiyorra Amanece. Yaka.
Hermano mayor Paiki Luego va a amanecer. Sás yakaguálí.
Hermano menor Hal aiki Los pájaros cantan. Guásirri butatáguali.
Dinero, moneda Línguan Vamos a bañar al río. Guataca yelka idíguajali.
Mil pa, maizal Guárrima Luego vamos a venir. Sás aira jámdaca.
Arbol grande Mán builka El sol se está poniendo. Lán karagí kannaba.
Arbol pequeño Mán cbiki Pronto va a ser de noche. Sás irranta guájaii.
Arboleda, bosque Mánbuálkara Eres hermosa como la Máni kalam yálaca áicu
Escobilla (planta) Mulú luna. caradí.
Copinol Búa ¿Vamos a traer agua? ¿Guano lí yerájali? (*)
Nance Pul ¿Vamos al rio? ¿Guano yelka?
Andar Diújali No quiero. Naquisanca.
Correr Itíguajali ¿Quieres trabajar? ¿Nat.ánji tiquitguanán?
Parar Kana No, porque me rinde el Guaka, yala yurruguatí
Sentar Anda trabajo. tiquitguanán.
El pecho Cutí El llano se está quemando. Uppi karagí la guanabayá.
El traje Síguaca ¿Vamos a apagarlo? ¿Guano mulínajali?
Pronto el sombrero Guapúc-kanna Yo quiero comer. Yámigi yá durinán natí.
Colia. manteleta Páyu ¿Vamos a cortar maguey? ¿Guano sirrú cátjali?
Iragar Kalba
Caminar Kapna H/rr nlminrv< UallpQ ('TnQnrt lí t-t a íArrcínlf
CASTELLANO LENCA CASTELLANO LENCA

Yo bago una hamaca. Yaraigi tát parrí. Vosotros venís. Maniagualgi aúatámbira.
La joven tiene un huacal Yerra bas dáinate barrám- Ellos vienen. Karaguabkaragí airatáguali
en las manos. has pánacam. Yo venía Yámigi airatiii.
¿Vamos al monte? ¿Guano yurra? Tú venías Mánigi airatiálam.
Yo vengo. Yámigi áírati. El venía Karagí airatiála.
Tú vienes. Nlánígi áiratam. Nosotros veníamos. Yámtacagi airatialaca.
El viene. Karagí áirata. Vosotros veníais Maniagualgi airatialámbira
Nosotros venimos. Yámtacagi airataca. Ellos venían Karaguahkaragí airatialáguak.

CAPITULO III

EL LENCA, EN LAS ARTES, LAS CIENCIAS Y LA LITERATURA

Àunque a primera vista parece que este Llena sus manos de lindas flores
idioma, no tiene un número suficiente de vo­ y cuando en ellas no caben más,
ces para extenderse basta los conocimientos Con su regalo de mil colores,
modernos, creo que puede expresarlos en un Vuelve a los brazos de su mamá.
estilo sencillo y natural, sin el ropaje florido
de otras lenguas, ajeno al carácter de los in­ Mientras se aleja, como las flores
dios, que exponen sus ideas en términos cla­ Sus dos mejillas se ven brillar,
ros y concisos, sin ambajes ni profusión de y la persiguen las mariposas
figuras retóricas. Sus frasess on lacónicas, ter­ Que en /os campos vienen y van.
minantes, concretas, imitativas; no hacen de­
rroche de adornos superficiales e inconvenien­
VERSION LENCA
tes; sus pensamientos van directamente al
objeto, o como se dice vulgarmente, se van al
Kári rinrín: mántaca barhuálkara,
grano; pero con elegancia, sonoridad y pureza,
ydímnala güín irracaguá,
mostrando no pocas veces, ingenio en sus
yurra Karaguál Karagí lapú=lapú,
anécdotas y sagacidad en su conversación.
Piguaí kínala, áirat guatáguali.
En la literatura es armonioso v correcto
principalmente en la Bucólica, el Idilio y la yorra chiki yaka guan san
Elegía; se presta para narrar las escenas de Guala bar rija amika áica,
la vida rural, donde campea en poéticas y yálaka misa amulalá caradí
variadas descripciones y todo con sencillez y Kílaguata tucái lan ñacáguala.
originalidad.
Man hicát urrijilá
Como muestra véase la traducción de los
Tata tur barhuálkara,
siguientes versos del poeta argentino R. O.:
Diúctata áima siguacam
Guapúc chiki, caradí páyaca.
Es la mañana: (nardos) (') hojas y flores
Mueve la brisa primaveral,
Pánacam ucútita bar yálaca misa
M en los montes, las mariposas,
Buluila ya afunasan
Vuelan y pasan, vienen y van.
Niquiá jal únala yala misa
Badfa únala amika cárrika.
Lina niñita madrugadora
Va a cortar flores para mamá,
Guanáncafiguá bar gual caradí
y es tan hermosa que basta la aurora
Kamayaca lan caradí yakátita,
Vierte sobre ella más claridad.
Capáitata gualí lapú*lapú gualií
Líppiláp gualím, áirat guatáguali.
Tras cada árbol de clavellina,
De berberillo y arrayán,
Para hacer esta traducción, no ha sido
Gira su traje de muselina,
necesario intercalar palabras castellanas, sino
Su sombreriío, su delantal.
que todas están en el mismo idioma, tal co­
mo lo hablan los indios y de conformidad
(1) Para traducirla he tenido que cambiar nardos por ho»
jas, por no haber equivalente. Hecha por el autor. con su construcción gramatical; pero también
’ ba ra i i a

sepan mis lectores, que los indios ignorantes, flacas, ojos de gafo y cabeza calva como la del
tal vez no la comprenderán, como los que tie­ zopilote.
nen alguna ilustración; así sucede aún en el Si bien estos indios son generosos con
mismo castellano, que el vulgo intonso se los blancos, no les gusta que éstos aprendan
queda oyendo misa, en las composiciones ele­ su idioma, y es que ellos quieren de ese mo­
vadas, como por ejemplo, la Oda de Quinta­ do reservarse el secreto de sus prácticas tra­
na a la Invención de la Imprenta. dicionales: muchas veces el autor de estas
Cuando los blancos o ladinos, (como dicen líneas les ha explicado la necesidad que hay
ellos) chapurrean algunas palabras atropellan­ de escribirlo, para perfeccionarlo y trasmitir­
do la concordancia y variando el tono caden­ lo a las generaciones venideras, porque una vez
cioso de la pronunciación, les causa gran ri­ muerto el idioma, el pueblo también desaparece.
sa y les dirigen bromas en la lengua, como: Con lo expuesto basta para esta reseña
Mulkám sin chupa, michi kunkán guará páila, histórica; el estudio completo de este idioma
guará kusma... que quiere decir: Ladinos, nalgas será objeto de una obra aparte.
PARTE GEOGRAFICA
GEOGRAFIA DE CACAOPERA
CAPITULO I

DESCRIPCION TOPOGRAFICA

Cacaopera es un pueblo que pertenece al en el departamento de La Unión, bace una


departamento de Morazán, en la región orien­ vuelta de concavidad pasando por el Norte
tal de la República de El Salvador: está si­ del pueblo de Corinto y entra al territorio de
tuado en la base Norte del cerro del Clarín, Cacaopera casi a la par del Valle de la Ca­
a 16 kilómetros de distancia de la ciudad de lavera y después de un curso de 12 kilóme­
San Francisco Gotera y como a uno del río tros de extensión, toca el encuentro de la
Torola. Su extensión territorial es aproxima­ Quebrada Honda, donde abandona esta ju­
damente de 144 kilómetros cuadrados, y con­ risdicción para dirigirse a las de Osicala,
fina, al Norte, con las líneas jurisdiccionales .Meanguera, Gualococti, El Rosario, San Isi­
de Joateca y Meanguera; al Oeste, con la vi­ dro, Torola y Carolina; y por último desagua
lla de Osicala, Delicias de Concepción y Yo- en el Lempa, al Norte del pueblo de Nuevo
loaiquín; al Sur, con el mismo Yoloaiquín y Edén de San Juan, en el departamento de
Lolotiquillo, y al Este, con la villa de Socie­ San Miguel.
dad y Corinto. El pueblo está adentro de un predio co­
El clima es templado y benigno en los altos, munal cercado de piedras, donde tienen sus
donde soplan las brisas que vienen de las fincas de maguey; y aunque las casas están
montañas fronterizas de la República de Hon­ diseminadas en un terreno desigual, cada día
duras; pero en los valles es ardiente y un se introducen mejoras en la construcción de
poco malsano. edificios. Cuenta con un hermoso templo, con
Los terrenos, en su mayor extensión son elegante portada de cal y canto, hecha por
raquíticos y por esta causa no son propios los españoles; un amplio Cabildo Munici­
pora la Agricultura; sólo los aluviales en las pal; una Casa Curai o Convento; dos ca­
orillas del río Torola, son ventajosos para el sas de escuela; un edificio destinado para las
cultivo de cereales. Carece de vegas regables, reuniones públicas, llamado Calpúl; dos cár­
porque todos los ríos que cruzan la jurisdic­ celes, una para hombres y otra para mujeres;
ción corren por cauces profundos y escarpa­ un panteón cercado con muro de adobe y
dos y así es difícil la plantación de buenas varias fuentes naturales, para el servicio pú­
fincas; sin embargo, en los parajes húmedos blico. Tiene Oficina Telegráfica, en comuni­
y sombríos, crecen con lozanía y fructifican cación con la Capital, por la vía de Osicala
con precocidad el café, el cacao, el plátano, la y la ciudad cabecera del departamento; y dos
caña de azúcar y gran cantidad de árboles planteles de enseñanza primaria, donde reci­
frutales. ben educación los niños de ambos sexos.
El río más notable es el Torola, que atra­ El número de habitantes pasa de 4,000,
viesa la jurisdicción de Este a Oeste; recibe y de esta cifra, un 10% son blancos o ladi­
como afluentes el río Chiquito o de Gorinto, nos: los nuevos pueblos de Corinto, Joateca
la quebrada de las Huertas, la de Yancolo, y Delicias de Concepción, desmembraron una
la del Cordoncillo y otras de menor impor­ parte considerable de su territorio, lo mismo
tancia. Esta arteria fluvial tiene su origen en que su población, la que antes excedía de
los llanos de Monteca, en la República de 9,000 almas.
Honduras, atraviesa las montañas de San Juan La industria consiste en la elaboración del
y San Antonio del Norte y penetra a El maguey o mezcal, es bastante lucrativa, y por
Salvador al Oriente del pueblo de Lislique, eso este pueblo tiene vida propia y un mo»
vimiento comercial activo con los demás pue­ portancia, y otras fiestas religiosas en los días
blos vecinos y los fronterizos de la Repúbli­ lo. de enero, 15 de febrero, 3 de mayo, lo.
ca de Honduras. Fabrican hamacas, matates, de agosto y lo. de noviembre.
alforjas, gamarras, cabestros, jáquimas, etc. Cuenta con valles y caseríos, como el de
Estas obras tienen mucba demanda, por ser Agua Bl anca, donde hay todos los años una
muy superiores en calidad, a las que bacen corrida de patos, el 24 de junio, celebrando
en los demás pueblos. el día de San Juan: la concurrencia es algo
Cada año se celebra una feria el 15 de numerosa y se verifican ventas comerciales e
agosto, día de la Asunción de Nuestra Se­ industriales. Después siguen los de Yancolo,
ñora, que es la patrona del pueblo, donde se Junquillo, Sunsunlaca, el Ocotillo, la Estan­
verifican negocios comerciales de alguna im­ cia, la Calavera, la Ermita y otros.

CAPITULO II

ULTIMOS ACONTECIMIENTOS

Este pueblo vivió aislado mucho tiempo Cuando en las postrimerías del siglo pa­
sin consentir en su interior la habitación de sado la floreciente ciudad de Jucuapa fué
los blancos basta el año de 1880, que un se­ convertida en ruinas, en pocos minutos, por
ñor de la ciudad de Cbinameca compró la un gran terremoto, más de doscientos indios
primera casa a hurtadillas de los indios; de acudieron en el acto al lugar del siniestro a
esa fecha en adelante Cacaopera abrió sus prestar voluntariamente su socorro a los dam­
puertas a la inmigración ladina, contándose al nificados, y fueron muy útiles sus servicios
presente una colonia regular. en la demolición de los escombros, de donde
se sacaron muchas víctimas. Otro tanto hi­
A principios de este siglo sufrió una gran
cieron el 21 de Junio de 1875, en la memo­
ruina: un incendio voraz destruyó en un mo­
rable asonada de la ciudad de San Miguel,
mento casi la cuarta parte de la población,
que también casi convirtió en ruinas a la
porque las casas eran pajizas en su mayor
hermosa sultana de Oriente, entregada al saqueo
parte; abora ya las construyen con tejas y
y al incendio del petróleo; los indios llegaron
de moderna arquitectura.
a tiempo de prestar sus servicios al Gobierno
En sus anales históricos cuenta con un constituido del Mariscal don Santiago Gon­
rasgo digno del mayor encomio: desde la Ad­ zález, y fueron de los primeros salvadoreños
ministración del Benemérito de la Patria, que penetraron a la plaza, junto con las fuer­
Capitán General don Gerardo Barrios, los zas hondureñas, comandadas por el General
indios pagaban al Supremo Gobierno un im­ Bardales, Comandante entonces del Puerto de
puesto para que no hubiera estanco de aguar= Amapala. En estas dos expediciones, los ca­
diente en su pueblo, concesión que duró basta caoperas eran capitaneados por el Coronel don
el año de 1885, porque un Gobernador y Fél ix Nolasco, de grata memoria para estos
Comandante General del Departamento, que pueblos ultra-lempinos. Hago constar estos
no pudo seducir a los indios a que tomaran hechos para que el amable lector se ponga
parte en sus maquinaciones contra ¡a ley, les al corriente de la conducta de estos indios,
castigó poniéndoles el estanco por la fuerza como ciudadanos y como patriotas, y su ge­
y en contravención a lo acordado por el Su­ nerosa actitud en los grandes conflictos que
premo Gobierno que al hacerlo tuvo en mira han hecho zozobrar y gemir el desgarrado
la moralidad pública y la paz de los bogares. suelo de la Patria...!

CAPITULO III

EL CORONEL DON FELIX NOLASCO.


RASGOS BIOGRAFICOS

No hay pueblo, por pequeño que sea, que pre descuella una figura colosal que se ha
no tenga su historia, que es la galería mágica elevado sobre el nivel común para abrir triun­
donde desfilan en procesión luminosa los héroes fante las puertas de la inmortalidad. Esos
y los genios: es el campo fecundo donde siem­ personajes raros están investidos de una na-
turaleza casí divina: hacen el sacrificio de su momento. Nolasco fué al puerto, acompañado
vida por el bien de sus semejantes; despre­ de otros Diputados, a recibir a sus compa­
cian los placeres del mundo y los honores triotas, y desde entonces fué amigo y corre­
fementidos de la fortuna, para llevar consigo ligionario de los valientes Generales Barrios
la corona del martirio y convertirse, por me­ y Cabañas.
dio de una trasmutación sublime, en reden­ Con estos honrosos antecedentes y dotado
tores de la humanidad. de una alma a lo Aristides, supo infundir en
Y hoy que me he impuesto la difícil tarea el corazón de su hijo un reguero de nobles
de presentar ía silueta histórica de un pueblo, sentimientos, y en su cerebro la fulgente
incurriría en una gran responsabilidad si de­ llama que caracteriza a los seres superiores.
jara en el silencio y el olvido su figura más Don Félix no visitó las aulas; su educación
prominente, alma mater de su regeneración la recibió de su mismo padre, en el seno del
social y de su marcha triunfal hacía el pro­ hogar, en medio de los halagos de su mimosa
greso. Me refiero a la alta personalidad del madre y los tiernos cariños de sus demás
Coronel don Félix Nolasco, cuyo altruismo hermanos, entre los cuales sobresalía por su
hizo abandonar los límites de su país natal, para gallardía y talento el Presbítero don Fran­
extenderse a más dilatadas regiones. A él, cisco.
pues, van consagradas las presentes líneas, Empezó su carrera pública como Juez Rural
como un deber de justicia tributado a su del Departamento de San Miguel, el año de
memoria imperecedera. Los vínculos de con­ 1869. En seguida estuvo con su padre desem­
sanguinidad que con él me ligaron, no son un peñando la Secretaría de Cacaopera, hasta el
obstáculo para que no pueda poner en relieve año de 1872, en que fué electo Diputado a
sus grandes méritos y sus bellas cualidades la Asamblea de ese año. Cuando en 1875
en todos los actos de su vida pública. fué erigido el nuevo Departamento de Gotera,
El Coronel Nolasco vió la primera luz en él fué su primer Gobernador y Comandante
el pintoresco valle El Llano Grande, en la General, durante la Administración del Ma­
jurisdicción de Cacaopera, el año de 1836. riscal don Santiago González.
Fueron sus padres los señores don Ildefonso En la guerra que estalló entre El Salva­
Nolasco y doña Josefa Méndez, descendiente dor y Guatemala el año de 1876, prestó sus
el primero de notable familia española, y la servicios como militar, y después de la memo­
segunda, originaria de la ciudad de San Fran­ rable batalla de Pasaquina, la más sangrienta
cisco, que también pertenecía a una familia que se ha registrado en esta tierra oriental,
de abolengo distinguido. Don Ildefonso no marchó a la capital de la República a pre­
fué un hombre vulgar; dotado de un gran sentarse y ofrecer su cooperación al Supremo
talento, cursó las Ciencias en la ciudad de Gobierno. Este alto funcionario lo designó
Sonsonate, bajo la dirección del Padre Mén­ para que asistiera a una Junta de Notables,
dez, logrando en poco tiempo adquirir gran­ que el General Justo Rufino Barrios, Presi­
des y sólidos conocimientos. En su regreso dente de Guatemala, presidía en el Occidente
de aquel lugar, fué nombrado Juez de Ia. Ins­ de esta República, con el objeto de designar
tancia del Distrito de El Sauce, puesto que una persona de su conveniencia para Presidente
desempeñó dignamente; después fué electo de la República, y él mismo propuso al Dr.
Diputado, varias veces, a la Asamblea Na­ don Rafael Zaldívar. En esa vez, como en
cional, en representación del Departamento otras, el señor Nolasco puso en acción su
de San Miguel. Liberal neto por convicción, ascendrado patriotismo rechazando con todas
se alistó a ese Partido desde muy joven y sus energías aquella forzosa imposición, porque
en él cursó su vida pública; hizo buenos ser­ a decir verdad, aquí en Centro América esas
vicios a su Patria. El año de 1843, siendo Juntas son farsas, que sólo sirven para encu­
miembro de la Asamblea, fué uno de los brir arbitrariedades y desvergüenzas, y así,
Diputados que trabajaron en el ánimo del Go­ aparecer en el exterior como países libres y
bierno para que se decretara la amnistía y civilizados.
desembarque en el Puerto de La Libertad, Calmados ya los ánimos con el triste
de los liberales centroamericanos que venían desenlace del drama, el señor Nolasco volvió
en el barco «Coquimbo», los cuales fueron al seno de su familia a disfrutar de los pla­
fieles a la causa de la Federación, y acompa­ ceres de la vida privada e independiente en
ñaron al General Morazán hasta su postrer su mansión solariega de El Llano Grande.
_
Los indios de Cacaopera lo sacaron de su sincero y que mucbo se complacía en repetir
retraimiento, nombrándolo su Mentor en los todos los días las oraciones que su cariñosa
.asuntos públicos, basta el año de 1881, que salió madre le enseñara a la orilla de la cama en
-electo Senador, por el Departamento de Gotera. las noches de su infancia. Y con todo esto
Como militar figuró en las valientes filas no era fanático ni supersticioso: sus creencias
del Mariscal don Santiago González, quien le tenían por base la verdad y la razón...
concedió el ascenso a Coronel del Ejército, Era el año de 1881. Nolasco, estaba en
por su pundonor y honradez. Era liberal por la Capital de la República, en su misión de
idiosincrasia, y muchas veces defendió ese Senador, cuando le acometió terrible enfer­
partido de los ataques de sus adversarios; medad: el Supremo Gobierno mandó asistir­
fué enemigo de los tiranos y los odiaba con lo por una junta de notables médicos, pero
toda ia fuerza de su corazón; su carácter no- los esfuerzos de la ciencia fueron impotentes
ble jamás se humilló ante las miserias donde para salvar aquella preciosa existencia, y en
se arrastran las almas pequeñas y ruines; su una noche tibia y silenciosa del mes de abril,
pan lo ganó honradamente con el sudor de estando rodeado de sus amigos y cuando se
su frente, y su vida no le costó ni un gemido le creía fuera de peligro, exhaló su postrer
ni una lágrima a su Patria. Para que acep­ aliento en brazos del que escribe estas líneas.
tara un empleo, era necesario rogarlo y con­ Este cuadro fué desgarrador para todos los
vencerlo de la necesidad que había para ello. allí presentes, que en medio de su angustia
Como prueba de ésto, véase el siguiente pá= derramaban lágrimas de dolor! Su muerte
rrafo, tomado de una «Reseña Histórica» del fué una verdadera apoteosis; sus honras fú­
Departamento de Morazán que publicó «El nebres parecían regias; a su entierro asistie­
Porvenir» de San Francisco, que dice así: ron todas las clases sociales y empleados del
“Al regreso de San Miguel, el Padre Cruz Gobierno. Hubo elogio fúnebre, donde va­
recibe una carta (del Mariscal González) en rios oradores narraron a grandes rasgos los
la que le decía: “He dispuesto crear el De­ hechos más culminantes de su vida y sus
partamento de Gotera, pero con ¡a precisa con* exequias las celebró el muy ilustre doctor
adición de que haga convenir al Coronel Félix don Antonio Adolfo Pérez y Aguilar, actual
Nolasco que acepte el nombramiento como (jo* Arzobispo de esta Iglesia Metropolitana.
bernador y Comandante’ . Tan luego fué re­ Hoy su tumba, perdida entre la humilde
cibida esta comunicación, el Padre Cruz, acom­ hierba, también es olvidada por sus amigos
pañado de los más importantes vecinos del y compatriotas! ¡Qué fugaces son las glorias
lugar, se dirigió a «El Llano Grande», hacienda de este mundo! ¡Y qué fementidos los afec­
de los Nolasco, jurisdicción de Cacaopera; y tos de los seres que nos amaron! ¡Todo con­
como era natural, aquel hombre, todo patrio­ cluye en el sepulcro!...
tismo y buena voluntad, aceptó, por repetidas Don Félix Nolasco fué el ídolo de todos
instancias, el puesto que se le señalaba . Por estos pueblos (’) y su muerte una pérdida irre­
este pasaje se comprenderá el temple de aquel parable para la Patria, que tenía en él a
espíritu que jamás se dejó seducir por mez­ uno de sus hijos predilectos: que este recuer­
quinos intereses ni por honores mal adquiri­ do sea un estímulo para su familia y una
dos. Era muy religioso y en los actos de su gloria para los indios de Cacaopera.
■ vida siempre tuvo gran respeto a la creencia
(1) Sería de justicia que Ja Honorable Asamblea Nacional,
de sus mayores”; esta circunstancia lo bacía en vista de sus importantes servicios, contenidos unos pocos
simpático ante los que lo trataban de cerca, en esta breve relación, decrete se le levante una estatua en
el Parque de la Ciudad de San Francisco o en la Plaza de
y no se avergonzaba, como otros hombres Cacaopera, para perpetuar su memoria, como se ba becbo en
presumidos, de confesar que era «católico» ot* os departamentos de la República en casos análogos.

CAPITULO IV

AáENTALIDAD DE LOS INDIOS

Al presente, los indios se encuentran bas­ Entre los intelectuales figura en primera lí­
tante civilizados, contándose muchos instruidos nea, mí dilecto amigo, don Timoteo P. Luna, ins­
en varias materias y aptos para desempeñar ios truido en ciencias ocultas y médico de locos por
medio de un tratamiento científico-experimental
puestos públicos.
Ha sido uno de los principales que me han Las antiguas costumbres van desaparecien­
suministrado datos para la formación de la pre­ do a medida que el pueblo avanza por la vía
del progreso; lo mismo que su hermoso idioma
sente obrita. Después le siguen los señores don
que ya sólo se habla en los valles y caseríos,
Guillermo Martínez, don Camilo Luna, don quizá al finalizar el presente siglo quede en la
Francisco Sánchez, don Macario Martínez y lista de los idiomas muertos; la juventud que
otros, que los dejo en silencio en obsequio a hoy se levanta, en vez de aprenderlo le tiene
la brevedad. cierta aversión y sólo habla el castellano.

IN MEMOR AN

Don Antonio Martínez, que era uno de Hay otros nombres que se recuerdan con
los hombres más distinguidos, le sorprendió gratitud, por sus inolvidables servicios, como
la muerte en este año; en él perdió Cacao- son los señores don Olayo Luna, Claros Gó­
pera a uno de sus mejores hijos; fué discí­ mez, Hilario Luna y Marcos Ramírez; indios
pulo del autor, quien ha sentido mucho su infatigables, que con sus patrióticos esfuer­
desaparición. zos contribuyeron al adelanto material e in­
También fué colaborador en la presente telectual de su pueblo: sentidas lágrimas so­
historia, principalmente en el idioma y las bre sus sepulcros y paz eterna a sus espí­
costumbres. ritus!

CONCLUSIONES

APOLOGIA DE LOS INDIOS

Después de una meditación profunda vi­ tiempo para llegar hasta nosotros. ¿Y qué
no a mis mientes el recuerdo de aquella ra­ más? Estaban organizados en naciones bien
za, juzgada con injusticia por historiadores gobernadas, en pueblos bien cimentados, bajo
mal prevenidos. Los indios han sido consi­ el amparo de leyes justas; en sociedades, en
derados como salvajes destituidos de inteli­ fin, que como las nuestras, marchaban en
gencia y de sentimientos generosos; se ha vis­ constante labor hacia la meta de un verda­
to en ellos, una casta un poco superior al dero progreso. ¿Gomo pudo ésto haberse reali­
mono, concediéndoles solamente un instinto zado siendo una turba de salvajes? Así, no
humano de poco alcance para realizar su vi­ se concibe ninguna sociedad, los pueblos se
da material, y esto, por tener el don divino hubieran destruido unos con otros y habría
de la palabra; se les ba mancillado, atribu­ sido una Babilonia, dando por último resul­
yéndoles la negra mancha de caníbales e in­ tado que hubiera triunfado la ley del más
humanos, con prácticas indecorosas y espe­ fuerte... Pero no fué así: aquí habían muchos
luznantes en sus ritos y ceremonias; han si­ Gobiernos, con su respectivo territorio, que
do tratados con horrible crueldad por la raza reconocían por Patria; los Caciques eran ami=
superior, creyendo que sus despojos no hacen gos y aliados, y en caso de peligro se unían
falta en la totalidad de la especie humana!... para defender sus derechos de todo poder ex=
¿Y qué dirán ahora en vísta de los gran­ tremo. Y fué por eso que cuando los espa­
des descubrimientos de la ciencia y de los ñoles penetraron en el Continente, la triste
resultados obtenidos de su elevación moral, noticia fué enviada a los cuatro vientos y los
realizada en estos últimos siglos, por la líber* indios se prepararon para la lucha; y desde
tad y el progreso? entonces empezó para ellos un viacrucis cíe
Los indios de antaño sabían escribir, nos crueles sufrimientos, regando con su sangre
han dejado grabados en piedra sus recuerdos; los mismos campos donde habían sido felices..
sabían pintar, sus cuadros tienen un colorido Esta época de atrocidad es conocida en la
que refleja el espíritu de su época; eran ar­ Historia con el nombre de «Guerra de la
tistas consumados, lo vemos en la huella im­ Conquista», que más bien debiera llamarse
borrable de sus obras, que han salvado el «Guerra del Exterminio»! Y si no que ha-
bien las sombras de Atahualpa, de Atlacatl, La explotación de minas hizo muchas víc­
de Tecúm-Umán, de Moctezuma, de Guati- timas, donde murió casi una cuarta parte ex­
raosint, de Kahonabo, de Anacahona y mil tenuada por el hambre y la fatiga.
más... pero dejemos este cuadro conmovedor Este odio hacía los blancos, ha permancído
y sombrío, que errores fueron del tiempo y no como encarnado en la raza, aún hasta en los
de España, y volvamos a nuestra narración. tiempos presentes; pero va amortiguándose a
Los indios, eran hospitalarios basta el más medida que entran en el carril de la civili­
alto grado. Esto lo prueba el testimonio del zación (’).
Almirante, el inmortal Colón, en su diario
Que los indios, no eran caníbales, lo prue­
del primer viaje a la América. Refiere que
ba don Fernando Colón, hijo del Almirante,
cuando llegó a la isla «Española», boy Santo
Domingo, el Cacique Guacanagari, lo recibió que acompañó a su padre en uno de sus viajes
a la America. Refiere aquel ilustre historiador;
con clemencia y dulzura, haciéndose su gran-
que los indios, guardaban huesos humanos en sus
de y fiel amigo; entonces estableció una Co­
casas, como una reliquia de familia, y que la
lonia en los dominios de este Monarca, en la
nota de antropófagos, con que se pretendía desa*
costa de la isla y dió el mando de la Guar­
nición, al valiente Rodrigo de Arana. Los creditarlos, era a todas luces injusta.
españoles, confiados en la superioridad de sus Ahora volvamos la vista, aunque sea de
armas, y en vísta de que Colón se había mar­ paso, a los indios del presente: son sumisos,
chado, exigieron del generoso Cacique, oro, obedientes, generosos, trabajadores y valientes.
tierras y mujeres... y todo se los concedió de Como intelectuales, cultivan las ciencias y
muy buena voluntad, porque había ofrecido las artes, con el mismo éxito que los de ori­
a su amigo, dar toda clase de auxilios; pero... gen europeo; y así hemos visto muchos doc­
los Chapetones, no estaban satisfechos, su co­ tores y sacerdotes, indios; poetas, pintores y
dicia exigía mayores sacrificios, y llevaron su filarmónicos, indios... Como artistas figuran en
ambición a tal extremo, que en poco tiempo primera línea, demostrando tener un senti­
casi habían arruinado aquella magnífica por­ miento elevado y un gran corazón!
ción de la isla. Esto causó hondo pesar en ¿Y qué diremos tratándose de sus virtu­
el corazón de los indios, que veían en sus hués* des cívicas, de su valor indomable y de su
pedes blancos, a sus peores enemigos; entonces, carácter noble, basados por idiosincrasia en
Kahonabo, Señor de las Monta ñas de Cíbae, el amor a la familia y al terruño que los vió
se vió obligado a tomar las armas para po­ nacer? La lucha por la libertad hizo subir al
ner fin a tantos males y cayó como un rayo cíelo una procesión de mártires; pero al mis­
sobre la pequeña Guarnición Española, que mo tiempo, surgió del fragor de la batalla,
a la sazón estaba dividida por discordias de una falange de heroicos Capitanes indios, que
rapiña, y la destruyó completamente. Guaca­ por su genio audaz, han llegado hasta la
nagari, se batió con heroísmo defendiendo a cumbre del poder y de la gloría (2).
sus protejidos; pero salió gravemente herido
Moralmente, cumplen con precisión mate­
del combate y tuvo que huir con los suyos.
máticas sus deberes sociales; y cuando se tra­
Cuando Colón vino en su segundo viaje y
supo el desastre, por boca de Guacanagari, ta de un sacrificio, son los primeros en arro­
que le narró el fin trágico de la Guarnición, jarse al peligro: lo hemos visto en nuestras
guerras, donde el indio ha desplegado todo
creyó en su sinceridad y buena fé, y siempre
su heroísmo defendiendo palmo a palmo el
siguió siendo su distinguido amigo.
sagrado suelo de la Patria!
Después de este luctuoso acontecimiento,
los indios pusieron en acción todas sus bon­ ¡Qué injustos son los que juzgan a los
dades para agradar a los Conquistadores; así pobres indios sólo bajo el aspecto de su ser
los vemos ayudándoles en todos sus trabajos físico, olvidándose de sus cualidades intelec-
como sí hubieran sido animales de carga o bes*
tías de tiro. Los abusos escandalosos hicieron (1) Tal vez esta fué la causa para que en algunos pueblos
los indios, se negaran a rendir culto a imágenes que tenían la
cambiar su bondad en odio hacía sus cru- misma fisonomía de sus opresores; sin duda por eso los Españo­
delísímos verdugos, y este odio fué aumen­ les, las pintaron de negro, para que no tuvieran recelo, y así
atraerles al culto católico.
tándose a medida que los hostigaban en tra­
(2) Como el Excelentísimo Benemérito de la Patria, Ge­
bajos forzosos, duros y pesados, los cuales no neral Benito Juárez, Presidente de México, y algunos más, en
tenían niDguna recompensa. las otras Repúblicas de Hispano-América.
tuales y morales, que es lo que constituye el la raza... ¡Esos tiempos ya pasaron! El he­
rasgo más característico de su antigua y pa­ cho glorioso de nuestra independencia, dió vida
sada grandeza! a un Gobierno democrático, proclamando el
reino de la libertad y puso fin a la Nobleza
Por eso, ahora ponemos en relieve sus
palaciega, que con su influencia perniciosa era
buenas aptitudes y levantamos de la ruina y una verdadera calamidad para estos infelices
los escombros su genio sepultado por tanto pueblos. Desde entonces, los indios también
tiempo; y esa labor, despreciada por unos, y son recibidos en la comunión de los grandes
vista con indiferencia por otros es muy digna
ideales y marchan por el sendero del progreso
de alabanza, como un estímulo para esa cas­ a su perfección tanto física como intelectual;
ta desheredada de los favores que Dios con­
todos los hombres son iguales ante la ley y
cede a los seres privilegiados, que han teni­ no tienen más título de honor que el de ciu­
do la dicha de venir al mundo dotados de
dadanos de un país libre, ya sean de origen
una estética belleza... Cacaopera o indios Americanos; tienen las
Al trazar estas líneas, no he tenido en mismas prerrogativas, idénticos derechos, igua­
mira presentarme como escritor para elevar les garantías y unidos todos por los vínculos
a los indios a la categoría de semi-dioses, de una fraternidad sagrada, trabajan sin des­
sino, que por un acto de humanidad, he que­ canso por el bienestar y engrandecimiento de
rido hacerles justicia en la Historia; tampoco una misma Patria.
ha sido mi intención dañar el amor propio
de los que todavía sueñan con la nobleza de Dios, Unión, Libertad y Progreso.

FIN
DE LA PRIMERA PARTE
COLABORADORES DE ESTA OBRA

Lista obra comenzó a editarse por dispo= Todos los grabados de “CUZCATLAN
sición del Prof. Don Rubén H. Dímas, quien TIPICO” fueron ejecutados por disposición
fué nombrado por el Consejo de Gobierno del Ministerio de Cultura en los TALLERES
Revolucionario Ministro de Cultura, pero el DE LA ESCUELA DE ARTES GRAFI­
actual Sr. Ministro Galindo Pobl, le dió ira- CAS. Quiero dejar constancia de mi recono­
pulso y amplío apoyo para que fuera una cimiento, a todo el personal de la Escuela por
realidad dicha publicación. la buena voluntad e interés que pusieron en
la ejecución de los grabados.
Todos los dibujos de los códices a colores
y en negro, lo mismo que las fotografías de los Los grabados de la sección ENSAYO
dos tomos y la caligrafía musical de las Varieda­ SOBRE ETNOFONIA DE EL SALVA­
des de las tres épocas: época primitiva, de la DOR, se hicieron por orden del Prof. José
Conquista y después de la Conquista, fueron A. Orantes, cuando estaba de Sub-Secretarío
ejecutadas por el Ing. Don Augusto C. Ba­ de Instrucción Pública en el Gobierno del
ratta esposo de la autora. General Martínez, pues dicho funcionario ya
había decidido editar esta obra.
La caligrafía musical de los números gran­
des y de las Estilizaciones musicales, fueron Quiero dejar constancia en estas líneas
hechas por el calígrafo Sr. Don Manue 1 Bo- de mí eterna gratitud para todos y también
laños. en forma especial, para Don José B. Cis­
neros padre y para Don José B. Cisneros h.,
Las fotografías de la Sección de Los Izal­ quienes ampliamente y con sumo- interés han
cos, fueron tomadas por el artista Don Ricar­ colaborado para la mejor presentación de es­
do Sagrera b. cuando fuimos en gira de es­ te trabajo.
tudio a esos lugares, y a su gentileza debo
la exclusividad para esta obra. M. de B.
EDITADO EN LOS TALLERES GRAFICOS C I S N E R OS-SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C, A.
« ' - • ’ ' •’ • !

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