La Evaluación de riesgos es una parte del proceso preventivo que consiste en estimar la magnitud
de aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la información necesaria para que la
o el empresario esté en condiciones para tomar la decisión apropiada sobre la necesidad de
adoptar medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de medidas que deben adoptarse.
• Permite establecer medidas preventivas y/o correctoras acordes con los resultados de dicha
evaluación.
• Debe servir para proporcionar medios de participación de los trabajadores y trabajadoras en todo
lo que afecta a su seguridad y salud
El empresario deberá realizar una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad y salud de los
trabajadores, teniendo en cuenta, con carácter general, la naturaleza de la actividad, las
características de los puestos de trabajo existentes y de los trabajadores que deban
desempeñarlos.
Igual evaluación deberá hacerse con ocasión de la elección de los equipos de trabajo, de las
sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los lugares de trabajo. La evaluación
inicial tendrá en cuenta aquellas otras actuaciones que deban desarrollarse de conformidad con lo
dispuesto en la normativa sobre protección de riesgos específicos y actividades de especial
peligrosidad. La evaluación será actualizada cuando cambien las condiciones de trabajo y, en todo
caso, se someterá a consideración y se revisará, si fuera necesario, con ocasión de los daños para
la salud que se hayan producido.
Las actividades de prevención deberán ser modificadas cuando se aprecie por el empresario, como
consecuencia de los controles periódicos, su inadecuación a los fines de protección requeridos.
Cuando se haya producido un daño para la salud de los trabajadores o cuando, con ocasión de la
vigilancia de la salud prevista en el artículo 22, aparezcan indicios de que las medidas de
prevención resultan insuficientes, el empresario llevará a cabo una investigación al respecto, a fin
de detectar las causas de estos hechos.
a. La evaluación inicial de los riesgos que no hayan podido evitarse debe extenderse a cada uno
de los puestos de trabajo de la empresa en que concurran dichos riesgos.
b. Contenido de la evaluación:
Se tendrán en cuenta:
- Las condiciones de trabajo existentes o previstas, tal como se definen en el art.4, apartado
7 de la L.P.R.L
- La posibilidad de que el trabajador o trabajadora que ocupe o vaya a ocupar dicho puesto
sea especialmente sensible, por sus características personales o estado biológico conocido,
a alguna de dichas condiciones.
• Naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos, así como sus intensidades,
concentraciones, etc.
• Otras características (organización, ordenación, etc.) que puedan influir en el nivel de riesgos
existentes en el puesto.
La ley no fija el sujeto u organismo que puede realizarla, pero se entiende que tendrá los
conocimientos y experiencia necesarios para ejecutar dicha evaluación. Las personas que la
realicen, además de lo anterior, estarán integradas en un equipo multidisciplinar. Si lo realiza una
sola persona deberá hacer la evaluación desde una visión igualmente multidisciplinar.
• Funciones de nivel básico: permite realizar evaluaciones elementales de riesgos, así como
establecer medidas preventivas del mismo carácter, compatibles con su grado de formación.
• Funciones de nivel intermedio: permite realizar evaluaciones de riesgos, salvo las reservadas
específicamente al nivel superior.
• Funciones de nivel superior: Permiten realizar evaluaciones de riesgos cuyo desarrollo exija:
• Debe realizarse una evaluación inicial de todos los riesgos que no hayan podido evitarse en cada
uno de los puestos de trabajo de la empresa.
• Se debe realizar una nueva evaluación de los puestos de trabajo cuando los mismos puedan
verse afectados por:
etc.
-Se incorporen al puesto tareas que se han omitido en la evaluación inicial, por su carácter no
habitual o porque se hayan añadido a las funciones de dicho puesto.
-Se detecten daños para la salud que indiquen que las medidas de prevención adoptadas son
inadecuadas o insuficientes.
No existe una metodología o normas fijas sobre el modo de realizar la evaluación de riesgos. El
método dependerá de los objetivos que cada grupo se plantee, nivel de exigencias y concepto
social que se tenga de la seguridad y salud, medios de que disponga la empresa, etc.
No obstante, cuando se aborde dicha evaluación deberán tenerse en cuenta siempre dos
principios:
• La evaluación debe estar estructurada de modo que se estudien todos los elementos peligrosos y
riesgos importantes teniéndose en cuenta, además, las operaciones no habituales, esporádicas,
fuera de horas,…
Para llevar a cabo la evaluación de riesgos se pueden adoptar varios enfoques, basados
normalmente en los siguientes principios:
• Estudio de las pautas de trabajo, para evaluar la exposición a los diferentes tipos de peligro.
• Análisis de los factores psicosociales que pueden causar tensión en el lugar de trabajo y de las
interacciones que pueden producirse entre ellos y con otros factores en el contexto del entorno
laboral y de la organización.
• Estudio del tipo de organización necesaria para mantener las condiciones de seguridad.
Todas estas observaciones realizadas pueden compararse con los criterios establecidos para
garantizar la seguridad y salud basados en:
• Requisitos legales o exigencias legislativas que marcan los niveles de control de determinados
riesgos mediante el cumplimiento de los requisitos establecidos en dichas normas.
Así mismo, enumeraremos todas las tareas que se desarrollan en los diferentes puestos de trabajo,
con el fin de incluir todas las actividades (cíclicas, periódicas o esporádicas) que se desarrollan en
la empresa.
Para cada tarea o actividad puede ser preciso obtener información sobre una serie de aspectos:
a. Identificación de peligros: determinación de los elementos peligrosos en todos los aspectos del
trabajo. Para llevar a cabo esta tarea se deberá:
Con el fin de ayudar en el proceso de identificación de riesgos suele ser útil categorizarlos en las
diferentes formas: mecánicos, eléctricos, sustancias, etc. y expresarlos a través de sus
manifestaciones externas:
• golpes y cortes
b. Identificación de todas las personas que pueden estar expuestas a los elementos peligrosos.
Para ello, se tendrán en cuenta las interacciones entre los trabajadores y los elementos peligrosos.
• se debe prestar especial atención a los grupos de trabajadores y trabajadoras que puedan estar
expuestos a mayores riesgos.
• Para realizar estas etapas del análisis de los riesgos deberá solicitar el acompañamiento de los
Delegados y Delegadas de Prevención.
Para cada peligro debe estimarse el riesgo, determinando la potencial severidad de los daños que
pueda originar (consecuencias) y la probabilidad de que ocurra.
a. Severidad del daño: Para determinar la potencial severidad del daño deben considerarse las
partes del cuerpo que se verán afectadas.
b. Probabilidad de que ocurra el daño, que puede expresarse a través de una clasificación:
• histórico de accidentes.
A título de ejemplo, reseñamos el método de evaluación propuesto por la NTP 330 del Instituto
Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Nivel de probabilidad
En función del nivel de deficiencia de las medidas preventivas y del nivel de exposición al riesgo, se
determinará el nivel de probabilidad (NP), el cual se puede expresar como el producto de ambos
términos: NP = ND x NE
Nivel de deficiencia
Nivel de exposición
El nivel de exposición (NE) es una medida de la frecuencia con la que se da exposición al riesgo.
Para un riesgo concreto, el nivel de exposición se puede estimar en función de los tiempos de
permanencia en áreas de trabajo, operaciones con máquina, etc.
El resultado de la evaluación de los riesgos debe servir para hacer un inventario de acciones, con
el fin de diseñar, mantener o mejorar los controles de los riesgos. Es preciso planificar la
implantación de las medidas de control que sean precisas, tras la evaluación de los riesgos.
La alternativa que debe considerarse en primer lugar será siempre la eliminación del elemento
peligroso. No obstante, aunque siempre debe estudiarse esta alternativa, en muchas ocasiones no
podrá ponerse en práctica debido a que el elemento peligroso y el riesgo forman parte integral de
proceso laboral.
En ocasiones, puede ser factible la sustitución de máquinas, materiales o sustancias que entrañen
peligro. No obstante, antes de llevar a cabo la sustitución deben evaluarse sus consecuencias y
analizar si la sustitución es la opción más apropiada.
Cuando existen varias alternativas, deben evaluarse las ventajas de cada una de ellas. Deben
decidirse las medidas a adoptar y los equipos de protección a utilizar. En esta fase es importante la
participación de los trabajadores y trabajadoras para comunicar su experiencia sobre la eficacia de
las medidas.
Aunque nos encontremos en niveles de riesgo tolerable (por ejemplo, niveles de ruido por debajo
de los límites establecidos) se puede intentar mejorar las condiciones de trabajo. Hay que
asegurarse de que las medidas adoptadas no influyan negativamente en el nivel de riesgos de
otras personas.
La evaluación de riesgos debe ser, en general, un proceso continuo. Por lo tanto, la adecuación de
las medidas de control debe estar sujeta a una revisión continua y modificarse si es preciso.
La evaluación inicial deberá revisarse cuando así lo establezca una disposición específica. En todo
caso se revisará si cambian las condiciones de trabajo, y especialmente si se han detectado daños
para la salud o se haya detectado a través de los controles periódicos de salud las medidas
preventivas son insuficientes.
Asimismo, deberá revisarse la evaluación inicial con la periodicidad que se acuerde entre la
empresa y los representantes de los trabajadores y trabajadoras.
Los procedimientos de participación de los Delegados y Delegadas deben ser objeto de un acuerdo
previo al inicio de la evaluación de riesgos.
Este acuerdo debe producirse en el seno del Comité de Seguridad y Salud, o en su defecto entre
el Designado para la Prevención por el empresario (o por el empresario mismo) y los Delegados o
Delegadas de Prevención.