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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES

TEMA

LA PRUDENCIA SOCIAL

DOCENTE: MADUEÑO VASQUEZ ALAIN ESTEBAN

INTEGRANTES:

 CARLOS DAVID AGUILAR FILINCH

 ANAIS ARACELY ALFARO BASCONSUELOS

 JIM BRIAN VALENCIA GARCIA

 GABY PERALTA VARGAS

 ELVIS KEVIN CAMACHO CHIPA

 ABEL OJEDA HUAMAN

CUSCO - 2018
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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................... 3

PRUDENCIA SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL EN LA PERSPECTIVA DE LA COMPLEJIDAD 6

TRABAJO SOCIAL TRANSFIRIENDO SENTIDO DE PRUDENCIA SOCIAL EN EL

CAPITALISMO CONTEMPORÁNEO ................................................................................................... 7

PARADIGMA ANALÓGICO PRUDENCIAL .................................................................................... 8

CONSIDERACIONES FINALES ....................................................................................................... 13

CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 14

BIBLIOGRAFÍAS ................................................................................................................................. 15
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INTRODUCCIÓN

La prudencia social es un enfoque teórico que se construye en los aportes y premisas científicas

que permitan repensar desde una perspectiva del pensamiento complejo la práctica profesional y

la intervención social en Trabajo Social. El escrito problematiza este enfoque en el marco de la

necesidad de un rediseño de la intervención social y del modelo de gobierno en contextos sociales

complejos dominados por la inequidad, la violencia, la criminalidad y la percepción de temores

sociales.

La prudencia como aquella virtud que nos permite discernir entre lo que es bueno y lo que es

malo, y nos dispone a realizar el bien como una virtud que nos lleva a ser cautos y a reconocer las

implicaciones de nuestros actos, de modo que obremos siempre de la forma correcta. Gracias a la

virtud de la prudencia las personas pueden aplicar los principios morales en casos particulares sin

incurrir en error. Por otro lado, cada persona puede aclarar las dudas que tenga sobre el bien que

puedan hacer o el mal que deben evitar. Lo contrario a ser prudente es ser irreflexivo y actuar sin

considerar las posibles consecuencias de nuestros actos.

En la vida social es una virtud necesaria para poder perseguir el bien común.

es la virtud que deben poseer aquellos que ejercen la autoridad. Mediante ella el gobernante

comprende su deber de respetar los derechos de todas las personas, garantizándole las libertades

civiles para que puedan disfrutar de bienestar social y desarrollo. La prudencia se manifiesta en

un uso adecuado de los recursos, que salvaguarde los derechos de las generaciones futuras y que

considere una apropiada distribución de los bienes entre todos los ciudadanos. También es reflejo

de prudencia la planificación social y económica, la preocupación por la preservación del medio

ambiente y la consideración del impacto de nuevas biotecnologías.


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No solo los gobernantes deberían poseer esta virtud, sino que también todos los ciudadanos están

llamados a meditar sus pasos y a considerar las implicaciones de sus acciones. Es fundamento del

respeto a los demás y se convierte en compromiso en la defensa del bien común

El ser prudente no significa tener la certeza de no equivocarse, por el contrario, la persona

prudente muchas veces ha errado, pero ha tenido la habilidad de reconocer sus fallos y

limitaciones aprendiendo de ellos. Sabe rectificar, pedir perdón y solicitar consejo. Esta

capacidad promueve las buenas relaciones sociales.

PRUDENCIA SOCIAL

La prudencia social, en tanto enfoque teórico que busca enriquecerse de las premisas del

pensamiento complejo (E. Morin, 2001 ; 2008; 2010) y que abreva de las aproximaciones

sociales contemporáneas de otras escuelas de pensamiento y teorías sociales como la violencia

simbólica (P. Bourdieu, 2014), lo conocido desconocido (S. Zizek, 2014), el socioanálisis (G.

Bajoit, 2008; 2013), los procesos de subjetivación (M. Wieviorka, 2011), el análisis de políticas

públicas, (nos puede permitir dimensionar los alcances de la práctica profesional de Trabajo

Social en términos de una intervención social compleja –denominada así porque supone un

devenir personal y profesional de Trabajo Social en actor social, un proceso de transformación

ética, teórica, epistémica y contextual en su forma de pensar e interpretar la realidad, de

racionalizar y sistematizar sus prácticas e investigaciones para elaborar diagnósticos, proyectos y

programas sociales, de formular estrategias de atención social, de evaluar los resultados de la

intervención, de formular políticas públicas y políticas sociales, de anticipar/desarrollar procesos

sociales asociados al porvenir social y de las comunidades, no desde los ideales, los valores y los

fines personales sino desde el examen y la compleja articulación de voluntades, potencialidades,


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intereses, proyectos, trayectorias y sistemas de vida entreverados en contextos sociales y

comunitarios dominados por inequidades, violencias, criminalidad y percepción de temores

sociales

La prudencia social se asocia entonces aquí a la práctica profesional y a la intervención social

compleja –denominada así porque supone un devenir personal y profesional de Trabajo Social en

actor social, un proceso de transformación ética, teórica, epistémica y contextual en un modelo

mental complejo para pensar e interpretar la realidad (A. V. Duque, 2013: 34-58), sistematizar

sus prácticas e investigaciones, elaborar diagnósticos, proyectos y programas sociales, formular

estrategias de atención social, evaluar resultados de la intervención, formular políticas públicas y

políticas sociales, anticipar/desarrollar procesos sociales para el porvenir social y de las

comunidades, no desde los ideales, los valores y los fines personales sino desde el examen y la

compleja articulación de voluntades, potencialidades, intereses, proyectos, trayectorias y sistemas

de vida entreverados en contextos sociales y comunitarios dominados por inequidades,

violencias, criminalidad y percepción de temores sociales. Prudencia social implica así, por un

lado, una epistemología del pensamiento social desde la complejidad [“la visión, desde

Richmond , de la actividad profesional de Trabajo Social como producto y productor de sus

relaciones sociales y de su entorno, con capacidad de modificarse y modificarlo”, donde el

conocimiento está inseparablemente unido al hacer, la unidad intrínseca entre teoría y práctica (B.

Travi, 2011: 3-9)]; y asumir la complejidad de las realidades y procesos sociales en el desarrollo

de la intervención social compleja, resolviendo así la dicotomía entre la externalidad y la

internalización de las relaciones sociales/individuales/comunitarias en cuanto objeto y

consciencia, y como aquí se sugiere, diseñar premisas, propuestas y alternativas inéditas, en el

ejercicio de una praxis ética de la intervención social en contextos complejos [del saber vivir
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juntos en sociedad, formulación coherente, operativa, entre la conceptualización, la mediación de

actores, la gestión y la formulación, la redefinición de las condiciones y el sustrato de las teorías

que emergen de la sociedad del riesgo y la re significación de las estrategias propia de una

intervención social en contextos sociales complejos (Matus, 2009: 106)], que revitalicen los

vínculos y el tejido social comunitario.

PRUDENCIA SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL EN LA PERSPECTIVA DE LA

COMPLEJIDAD

Dado que trabajar socialmente implica construir un patrimonio profesional, de excepcional aporte

y consecuencias, con la sociedad, la ciudad, el Estado, el mundo, en virtud de la (re) construcción

de lazos sociales, de confianza y de bienestar participativo y democrático, la exploración,

diagnóstico y evaluación de los sujetos, los hechos, los procesos, los contextos que implican (el

rediseño) relaciones y conductas sociales, implica la importancia de asumir el desafío del

pensamiento de la complejidad (Morin,2008) para la práctica profesional y la intervención social

de Trabajo Social. Complejidad que supone una reforma del pensamiento y la acción social, del

auto compromiso de Trabajo Social en su formación y ejercicio profesional, el (re) diseño de

estructuras de sus modelos analíticos/empíricos y de interpretación de la realidad social, la

estructura de relaciones sociales/la anticipación de los regímenes de acción/interacción que

sustentan] la comprensión y el desarrollo de la práctica profesional y la intervención social

[reconocimiento/legitimación y resultados] para y con los actores, las políticas y las instituciones:

el pensamiento de la complejidad que supone un nuevo bagaje teórico/epistemológico y una

transformación personal/profesional para el ejercicio de su vocación/responsabilidad de actor

social. Prudencia social para reconocer, en principio, que la práctica profesional y


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particularmente la intervención social, son un problema paradigmático, que requieren en su

abordaje una reforma del pensamiento, de la formación y del ejercicio de la profesión.

TRABAJO SOCIAL TRANSFIRIENDO SENTIDO DE PRUDENCIA SOCIAL EN EL

CAPITALISMO CONTEMPORÁNEO

Trabajo Social es capaz de hacer surgir cualidades sociales y re (construir) procesos y tejidos

sociales inertes, revertir vacíos de poder, de desconfianza y de temor social permanente; puede

incidir en la calidad de las relaciones y los vínculos sociales, en la formación de organización de

comunidades y la intervención con colectivos, bajo la premisa de que la sociedad, como todo, se

halla en cada individuo, en calidad de todo, a través de su lenguaje, de su cultura, de sus normas y

de sus organizaciones. Por eso es posible asumir que el sentido de la prudencia social en

escenarios de adversidad y contextos complejos dominados por la violencia/criminalidad e

inequidades sociales implica el reconocimiento de hechos/procesos sociales que entreveran

relaciones sociopolíticas, de división y de dominación, desde lo que se puedan concatenar

decisiones éticas personales y la fuerza psicológica propia de una pedagogía socio comunitaria de

la autonomía (Francescato, 2013:7), lo que podrá coadyuvar a fortalecer estrategias de

sobrevivencia y auto preservación en un sistema económico predominante cifrado en injusticias

sociales e incertidumbres económicas –veta extraordinaria a explorar desde Trabajo Social. Es

necesario advertir las profundas contradicciones al interior de las clases medias y la gente que se

está quedando rezagada, teniendo por telón de fondo una transformación profunda de las

instituciones y de las expectativas que tiene la gente acerca de la relación entre la economía

política y la cultura (lo que a su vez nos debe llevar a comprender las modificaciones que la

tecnología está introduciendo en el sistema capitalista y en qué medida las tecnologías se


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emplean tienen implicaciones en inequidades sociales y problemáticas sociales). Desde una

perspectiva de prudencia social y con los marcos/contextos de observación/recursos epistémicos/

hacia diseños sociales coherentes en las prácticas, estrategias y procesos de intervención social

complejos que se definan para tal situación problema, impulsando la formación de valores y

prácticas de reconstrucción de la creencia en uno mismo (desde la perspectiva de género hasta la

defensa de los derechos humanos por vías socio/institucionales múltiples), de respeto por sí

mismo y del otro [en la lógica del pensamiento complejo un sí mismo y otro por definición no

unívocos: diversidad en lo uno y relatividad de lo uno, alteridad de lo uno, incertidumbres,

ambigüedades, dualidades, escisiones, antagonismos], pero a su vez, para saber responder a las

nuevas lógicas de mercado e impulsar procesos de intervención socio comunitaria hacia la

consolidación del ejercicio de derechos sociales, de ciudadanía democrática y desde una lógica de

garantía de independencia profesional frente a intereses de partidos y compromisos políticos,

encauce la reversión de arbitrariedades institucionales, policiales y de gobierno que en el caso de

la Ciudad de México potencialmente estarían inhibiendo/renovando prácticas de injusticia,

vulnerabilidad y fragmentación sociales. En la lógica del pensamiento de la complejidad, en tanto

la globalización o su vertiente neoliberal excluye cuestiones fundamentalmente humanas, es

necesario saber transformar con los otros sus sentidos de vida, sus capacidades de

comprender/transitar consigo mismo y con los otros, las relaciones sociales y los problemas de

vida o muerte implicados en persistir en la vida y en convivir con el mundo actual.

PARADIGMA ANALÓGICO PRUDENCIAL

La actitud de dominio, abuso y sobreexplotación característica del antropocentrismo, pone en

peligro al planeta, así como de la misma manera en el biocentrismo se pierde o minimiza la


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responsabilidad al desaparecer del escenario al sujeto humano. Esto significa buscar un punto

medio entre la actitud antropocéntrica y la biocéntrica, la analogía es la vía adecuada en cuanto es

proporción. Sabemos que ésta es una difícil tarea, que implica construir una Educación

Ambiental basada en un nuevo paradigma humano, la hermenéutica analógica nos anima y

estructura para plantear un paradigma analógico que sea el modelo interpretativo de la realidad

humana con la naturaleza. Un modo de ver el mundo basado en el respeto, la responsabilidad y el

equilibrio proporcionado y no la imposición, el abuso y la irresponsabilidad. Es urgente también

hacer un análisis crítico que reconsidere seriamente la noción de progreso que había prevalecido

bajo el paradigma antropocéntrico que concibe el bienestar humano a partir exclusivamente del

uso-abuso de los recursos y el consumismo a diestra y siniestra. Nuevo progreso que pugne bajo

el modelo analógico del uso prudente de los recursos, la actitud responsable y del resarcimiento

de los daños causados a la naturaleza. En otras palabras, esta Educación Ambiental Analógica

propiciará una conciencia ambiental incluyente y equilibrada que tome como elementos

fundamentales los principios, valores, actitudes y el desarrollo de las virtudes, como la prudencia

por ser la virtud analógica por excelencia; así como asumir la responsabilidad del cuidado de la

naturaleza, evitando el olvido de la misma, cayendo en un extremo desproporcionado pensando

que lo único importante es el bienestar humano como lo concibe el antropocentrismo. “A estas

alturas de la historia se hace cada vez más evidente la necesidad de contar con unos principios

morales que cuenten con el respaldo unánime de todos los pueblos y culturas del planeta, si es

que queremos afrontar responsablemente los graves problemas que ensombrecen el presente y

amenazan el futuro (sobretodo el hambre, las guerras y el deterioro de la biósfera), con su secuela

de catástrofes ligadas al cambio climático.” (Cortina 2001: 141). De lo anterior se desprende que

es necesario ampliar los linderos de las consideraciones morales, y reconocer la urgencia de una

moral universal que se aplique a nivel planetario, y que promueva una verdadera toma de
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conciencia para una nueva Educación Ambiental y que enseñe el respeto a la vida, la práctica real

de los valores, que promueva la práctica de las virtudes, que genere creatividad, que propicie el

diálogo. Que exalte valores ambientales como la tolerancia, la amabilidad, la sustentabilidad, el

reciclaje, el re-uso, la suficiencia, la eficacia, la durabilidad, la solidaridad, la mesura, la

redistribución, la prevención, el ahorro de energía, el respeto, la moderación, etc. Elementos que

pueden ser considerados como valores analógicos, si me lo permite el Dr. Beuchot por supuesto y

que se podrían insertar en una ética analógica que se fundamente en acciones moralmente

responsables y tengan como base el respeto a la naturaleza, al ser humano y a las otras especies

que habitan el planeta. Para que poco a poco se vaya erradicando el paradigma antropocéntrico

que ha reinado desde hace muchos siglos y que ha provocado y justificado el daño a la biósfera, y

las actitudes tan irracionales que han sumido a la Tierra por entero a la lucha encarnizada por el

poder, el dinero, la posesión, la guerra, la falta de solidaridad, la inconsciencia, la ignorancia y la

ambición humana que innegablemente han sumido en la miseria económica, cultural, social y

espiritual a gran parte de la población mundial en distintas épocas. Por lo que me atrevo a pensar

que entre las raíces del problema ecológico está la falta de moralidad, la ignorancia y la ambición

humana; en consecuencia debemos como seres humanos asumirnos como portadores de una

especial responsabilidad moral frente a su capacidad técnico-científica como potencialmente

destructora de la vida en la tierra. Debemos considerar que para enfrentar la actual situación

ambiental, no basta la información, es necesaria la apropiación de distintos valores y virtudes que

hagan realmente más consciente y humana en un sentido amoroso nuestra relación con el mundo

y que efectivamente implique un cambio de actitudes y un desarrollo de las virtudes –en especial

la prudencia-, que motive acciones de manera individual o colectiva que nos permitan resolver y

prevenir problemas ambientales. Se propone entonces una educación basada en un paradigma

analógico prudencial. Nuevo paradigma hermenéutico que evite el consumo desmedido e


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irresponsable y promueva el consumo responsable y prudencial, siempre pensando en las

consecuencias de nuestros actos. Esto es, sólo consumir lo que se necesita, ni más ni menos,

precisamente lo justo y lo equilibrado. En cuanto a la sobreexplotación de los recursos,

reflexionar y educar a las nuevas generaciones subrayando el casi agotamiento de los recursos

naturales y la deforestación de los bosques, para lograr que el uso de los recursos de manera

prudencial y evitar el abuso. Educar en el respeto y el uso proporcionado de los recursos que nos

dota la Tierra. Hablando de la sobrepoblación, hacer una campaña de concientización de la

urgente necesidad de evitar seguir poblando el planeta indiscriminadamente, promover una

planificación familiar prudencial y equilibrada. Hermenéutica analógica prudencial con la

naturaleza que aborde el modelo de las cinco R: Reduce, Recicla, Reutiliza, Retorna y Repara

como acciones concretas y específicas que tienen como sustento el real y desarrollo de la virtud

de la prudencia y que nos lleve a la sustentabilidad que permita la preservación del ambiente. Los

pitagóricos abordaron la noción de virtud (areté) como mesura, al tratar de explicar la

proporcionalidad implícita en los números y en la armonía celestial. Así la manera de estar en el

mundo y de relacionarse con la naturaleza es a través de la acción humana modulada

proporcionalmente. Desde la antigüedad existe el imaginario de la naturaleza basado en el respeto

prudente y moderado. La mediación y la proporcionalidad fundamentan a la analogía, y ésta es la

manera prudente de aproximarse a la naturaleza. “Los pitagóricos tienen la idea.

Aristóteles también hace referencia a la prudencia en la Ética a Nicómaco en la que explica que la

virtud de la prudencia tiene inherentes todas las demás virtudes positivas hasta el punto de que el

hombre prudente puede ser llamado bueno éticamente. El hombre prudente es aquel que busca el

bien en sus acciones de acuerdo al criterio de la justicia. Es decir, tiene la sabiduría necesaria para
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hacer lo correcto de acuerdo a las normas que diferencian el bien del mal. Tomás de Aquino

considera que la prudencia consiste en encontrar el término medio.

Valor de la prudencia es fundamental en una vida plenamente consciente porque la persona

prudente es aquella que reflexiona sobre las consecuencias de sus actos antes de realizarlos.

¿Cómo entrenar la virtud de la prudencia?

1. En primer lugar, utilizando la razón como luz sobre los sentimientos y el corazón. Tómate tu

tiempo para deliberar sobre decisiones importantes y no actúes por puro impulso.

2. La prudencia también se adquiere a través de la madurez de la experiencia y de la sabiduría

que aportan los años. De forma habitual, una persona de sesenta años es más prudente que un

joven de veinte años porque ha vivido más.

3. Analiza un hecho concreto desde distintos puntos de vista para tener una visión global y no

parcial de la realidad.

4. La prudencia también se cultiva en las relaciones personales. En este sentido, evita las

preguntas indiscretas ante otra persona y respeta la intimidad de los demás.

5. La prisa y la prudencia no son buenas consejeras porque vivir con sabiduría implica tomarte tu

tiempo y tu ritmo para reflexionar sobre la realidad en profundidad.

6. Hazte preguntas a ti mismo para establecer un diálogo interior que te permita alcanzar la

verdad de las cosas.

7. Busca el consejo de un mentor, es decir, de una persona con experiencia y sabiduría que puede

asesorarte con su experiencia vital. Es un gesto de humildad pedir ayuda.


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CONSIDERACIONES FINALES

La hermenéutica analógica está fundada en la virtud de la prudencia tan necesaria de recuperar en

este siglo de crisis medioambiental, para dotar a los individuos de un imaginario social de la

naturaleza que tenga como fundamento el respeto y la moderación. Elementos indispensables

para que las acciones humanas estén en caminadas y fundadas en decisiones y elecciones

prudentes que permitan el cuidado del ambiente y el restablecimiento del equilibrio. La

hermenéutica analógica rescata la noción antigua de moderación, proporción y mesura

proponiendo a la virtud de la prudencia como la virtud analógica por excelencia. Se trata

entonces de interpretar a la naturaleza bajo un razonamiento encaminado al respeto y al bien

cósmico. Que evite los extremos interpretativos como el exceso y la deficiencia para que se

puedan evitar los vicios y las malas acciones que sólo dañan a la naturaleza. “Esta hermenéutica

analógica o prudencial (phronética), según veremos, es algo que necesita en nuestro tiempo, en el

que la hermenéutica está siendo tironeada por posturas univocistas y equivocistas, de modo que

se debate entre hermenéuticas unívocas y hermenéuticas equívocas, haciendo falta una

hermenéutica analógica, que en verdad cumpla con ese ideal de que la hermenéutica tenga por

modelo la phrónesis” (Beuchot 2007: 93).


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CONCLUSIONES

La prudencia social es la virtud que permite abrir la puerta para la realización de las otras virtudes

y las en camina hacia el fin del ser humano, hacia su progreso interior.

El valor de la prudencia social no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que

nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más trabajo nos cuesta es reflexionar y

conservar la calma en toda circunstancia, la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de

decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la

emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y

adecuada información.

La prudencia social nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, edifica

una personalidad recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos,

generando confianza y estabilidad en quienes nos rodean, seguros de tener a un guía que los

conduce por un camino seguro.

La falta de prudencia social siempre tendrá consecuencias a todos los niveles, personales y

colectivas, según sea el caso. Es importante tomar en cuenta que todas nuestras acciones estén

encaminadas a salvaguardar la integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del

respeto que debemos a todos los seres humanos.


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BIBLIOGRAFÍAS

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instrumentos de supervisión de la práctica profesional. Murcia. DM. Puig, C. (2010) La

supervisión en la intervención social. Un instrumento para la calidad de los servicios y el

bienestar de los profesionales. Universitat Rovira I Virgili, Tarragona, Tesis Doctoral,

consultada el 22 de noviembre de 2014

(http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8438/Tesi.pdf?;jsessionid=B56802A1D597D0CAA3

A37CDB44876463.tdx1?se quence=1)

 Bajoit, G. 2013. “Hacia una teoría socio analítica de la relación social”. Universitas.

Ecuador. UPS: enero-junio.

 Bourdieu, P. 2014. On the State. Polity Press. De la Fuente, J. R. 2012. “Impactos de la

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 Duque, A. V. 2013. Metodologías de intervención en Trabajo Social. Palimpsestos de los

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 Gracián, B. 1995. Oráculo manual y arte de prudencia. Edición de las Obras Completas en

la Biblioteca Castro. Madrid. Turner. Vol. II. Máxima 89.

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 Lahire, B. 2012. “De la teoría del habitus a una teoría socio psicológica”, Revista de

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