Es importante establecer que en toda cadena trófica se pueden establecer tres tipos
de protagonistas, como son los siguientes, en base a lo que es el paso de la energía:
-Los productores, que serían las plantas y que se caracterizan porque tienen la
capacidad de poder generar energía por sí mismos, en concreto a través del
proceso conocido como fotosíntesis.
-Los consumidores, que vienen a ser los animales y que lo que hacen es obtener
energía alimentándose de otras especies. Este sería el caso, por ejemplo, de los
animales carnívoros.
-Los descomponedores. Estos son los seres que lo que hacen es degradar la
materia orgánica que se ha derivado de las otras “escalas” de la cadena alimentaria.
Partiendo de todo eso nos encontramos con el hecho de que la red alimentaria, de
forma triangular, está compuesta de los siguientes niveles, desde el inferior hasta el
superior: descomponedores, plantas y consumidores, donde se encuentran los
herbívoros, depredadores primarios y depredadores secundarios.
Debido a que se trata de una red o cadena, la especie que se come a otra es, de
manera simultánea, alimento de una especie diferente. Por ejemplo: una serpiente
puede alimentarse de un roedor, pero a su vez es presa de un halcón. El roedor,
por su parte, es ingerido por la serpiente y se alimenta de insectos. Así, a partir de
los vínculos entre los integrantes de la comunidad biológica, se conforma la red
alimentaria.
Además de a esa circunstancia, la red alimentaria puede verse afectada por otros
numerosos motivos. Así, en concreto, uno de los daños más serios que puede sufrir
es la lluvia ácida. Y es que esta puede provocar que se elimine, por ejemplo, el
fitoplancton, que es del que se alimentan los insectos. ¿Resultado? Que al
desaparecer ese, estos nos pueden subsistir como deberían por lo que podrían
llegar a morir y eso desencadenaría que, a su vez, las especies animales que comen
esos puedan acabar pasando por el mismo trance y así sucesivamente con el resto
de esta cadena alimentaria.
Aditivos alimentarios
Las sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar su
inocuidad, su frescura, su sabor, su textura o su aspecto se denominan aditivos
alimentarios. Algunos de ellos se llevan empleando desde hace siglos para
conservar alimentos, como ocurre con la sal (en carnes como el tocino y los
pescados secos), el azúcar (en las mermeladas) y el dióxido de azufre (en el vino).
En el transcurso del tiempo se han obtenido una gran variedad de nuevos aditivos
para satisfacer las necesidades de la producción alimentaria, ya que las condiciones
de preparación de los alimentos a gran escala son muy distintas de las existentes
en los hogares. Los aditivos son necesarios para preservar la inocuidad de los
alimentos elaborados y para mantenerlos en buenas condiciones durante su
transporte desde las fábricas o cocinas industriales hasta los consumidores,
pasando por los almacenes y los comercios.
Otros aditivos
Hay otros aditivos que se utilizan por razones diversas, ya sea conservar, dar color
o edulcorar. Se añaden durante la preparación, el envasado, el transporte o el
almacenamiento del alimento y son un ingrediente del producto final.
Los colorantes se añaden a los alimentos para restituir el color que se pierde durante
su preparación o para mejorar su aspecto.
Los edulcorantes se utilizan a menudo como sustitutos del azúcar porque añaden
pocas o ninguna caloría a los alimentos.
Infantil
El concepto de infantil lo usamos extendidamente en nuestro idioma cuando se
quiere hacer referencia a un niño o a todo cuanto tiene que ver con la primera etapa
de la vida humana: la infancia.
La infancia es uno de los períodos de nuestra vida que comienza justamente con el
nacimiento y que concluye cuando empieza otro importante momento, como es la
adolescencia.
Existe una enorme industria comercial que está dedicada a producir entretenimiento
y diversos bienes y servicios que son consumidos directa y exclusivamente por los
niños. Así nos encontramos con libros, películas, ropa, juguetes, contenidos
televisivos, música, por nombrar algunos de los rubros más aclamados por los
niños, que presentan un diseño y una historia especialmente pensada para atraerlos
a ellos.
Y claro, esa atracción se logra a través de las temáticas y las cuestiones que se
sabe más interesan a los chicos que se hallan en la etapa de la infancia. Por
ejemplo, si se quiere crear un personaje de entretenimiento que los atraiga se lo
deberá construir mediante todos esos elementos que le gustan a los niños, que
cante, que baile, que hable de cuestiones graciosas y que se vista de manera
divertida.
Sin lugar a dudas, la infancia, es una de las etapas que más ha cambiado en
intereses, preferencias, juegos, es decir, como consecuencia de los avances
tecnológicos y culturales que se sucedieron… no podemos decir que mi abuelo y yo
hemos tenido la misma infancia, porque obviamente hemos cantado diversas
canciones y nos han gustado diferentes personajes.
Por medio de las relaciones con otros, los niños desarrollan su bienestar y se
desarrollan social y emocionalmente, este desarrollo incluye las habilidades para
tener relaciones satisfactorias con otros, jugar, comunicarse, aprender, discutir
abiertamente y experimentar emociones. En términos generales, la formación a
través de las relaciones es crucial para el desarrollo de la confianza, empatía,
generosidad y conciencia de sí y de los otros. Las relaciones son esas maneras en
las que el bebé llega a conocer el mundo y los lugares donde está. En este contexto
los padres o cuidadores serán aquellas personas quienes proveen el contexto
amoroso necesario para confortar, proteger, motivar y ofrecen elementos para
enfrentar momentos difíciles de la vida. El bienestar social emocional es
frecuentemente conocido por profesionales de la salud mental y del desarrollo como
la salud mental infantil. Entendido como la capacidad de experimentar y regular las
emociones, el establecimiento de relaciones seguras y la confianza para explorar y
aprender, todo en el contexto de la familia y de la comunidad del niño o niña, y bajo
un trasfondo cultural.
Rural
El término rural esta relacionado a la vida y actividad que se desarrolla en un campo,
el cual es un espacio rico en tradiciones que configuran una forma de ser, y que
definen en buena parte la cultura de las naciones, en espacios naturales y en
sustento económico para muchos.
Por otra parte, se ha desarrollado una nueva alternativa económica para los
productores agropecuarios, que es conocida como “turismo rural”, su objetivo es
ofrecer a los visitantes un contacto personalizado, de brindarles la oportunidad de
disfrutar del entorno físico y humano de las zonas rurales, y en la medida posible,
de participar en las actividades, tradiciones y estilo de vida de la población local.
Porque por ejemplo y además de esa diferenciación clásica e indisimulable que les
marcaba de lo que predomina a simple vista en una y otra: las grandes extensiones
de campo fértil versus las enormes construcciones llamadas edificios, la gente del
campo y la gente de la ciudad se diferencian por como visten, usualmente, los
primeros se visten más de entrecasa o con indumentaria que se adecua y sea
cómoda para los trabajos forzados que deben realizar cotidianamente, en tanto, en
la ciudad, la gente suele vestirse como a muchos les gusta decir siguiendo la moda
que impone el establishment o el consumismo imperante en ese momento.
También es casi ley que la gente que vive en una zona rural se relacione más
frecuentemente con sus vecinos, incluso saludándose unos a otros en las calles,
aunque no se conozcan, algo que la verdad, por la extensión primero y por el
individualismo y la rapidez con la cual se vive en las metrópolis, es casi imposible
de ver o de poner en práctica, porque en la ciudad todo se quiere ya, llegar rápido
a casa luego del trabajo, que lo atiendan rápido en un negocio, en el restaurante o
en el médico y esto es porque la gente vive y respira en función del tiempo, cosa
que casi no ocurre en el campo. En los centros urbanos es imposible no encontrar
un negocio o almacén cerrado después del mediodía, en cambio en las zonas
rurales es una norma de estricta observación por todos los habitantes descansar
por la tarde, no tienen esa impulsión casi enferma por el tiempo como los que
vivimos en la ciudad.
En los últimos años, las regiones rurales, además de haber tenido una función de
tipo agrario y ganadero casi excluyentemente, también, han adquirido un importante
uso y explotación para ofrecerle ocio y relax a la gente que vive apiñada en la ciudad
y sometida al stress.
Para delimitar el área rural cada país en América Latina y el Caribe utilizan criterios
particulares, como, por ejemplo: (i) cantidad de habitantes, (ii) tamaño del
asentamiento poblacional, (iii) disponibilidad de servicios básicos, (iv) población
económicamente activa. Si bien no existe un único criterio para definir las áreas
rurales, sin embargo, es muy común considerar definiciones excluyentes entre el
concepto de territorio urbano y el rural, no considerando áreas intermedias. En
pocos casos, como en Colombia, la legislación de ordenamiento territorial considera
el concepto de área de expansión urbana, refiriéndose a zonas que siendo rurales,
por estar muy próximas del límite de la zona urbana, puede, previsiblemente
cambiar de uso del suelo hacia actividades características del ámbito urbano.
Por lo demás, hay que considerar que la organización del espacio, en particular
entre las comunidades de las poblaciones naturales de las regiones rurales,
responde a sus particulares cosmovisiones.
Urbana
Las ciudades presentan características como el predominio de las viviendas
verticales y colectivas (los edificios), el poco terreno destinado a los espacios verdes
y la buena infraestructura en materia de transportes y comunicaciones.
Es posible hablar de zona urbana para nombrar a aquella región que cuenta con
más de 2.000 habitantes, en su mayoría dedicados al sector secundario (industrial)
o terciario (servicios) de la economía. Ante el creciente desarrollo urbano, la
delimitación de una zona urbana contempla diferentes factores que varían de
acuerdo al país.
Se conoce como arte urbano (o callejero, que tiene directa relación con la
denominación inglesa “street art”) a todas las formas de arte que se dan en la vía
pública. Por lo general se trata de actividades ajenas a la ley, lo cual suele despertar
profundas controversias y enfrentamientos entre sus adeptos y sus detractores. Es
posible que el grafiti sea la primera expresión artística asociada con las calles, pero
existen diversas técnicas, tales como los posters y las pegatinas.
Las plantillas (conocidas también por el nombre de stencils) suelen ser utilizadas
para transmitir ideas políticas y gozaron de un particular éxito en París, sobre el final
de la década del 60. Su auge a nivel mundial, sin embargo, llegó a mediados de
1990, de la mano de artistas como Shepard Fairy, de Norte América, quien lideró
una campaña titulada “Obedece al gigante”, expresada a través de posters y
plantillas, que pronto cruzó las fronteras y fue apoyada por personas de varios
países.
Uno de los objetivos del arte urbano es tomar por sorpresa a sus espectadores, y
esto se consigue fácilmente, dado que puede ubicarse en sitios de acceso público
que son visitados por infinidad de personas todos los días. Por lo general, busca la
reflexión sobre diversas problemáticas sociales a través de mensajes irónicos que
invitan a luchar unidos por una sociedad más justa.
El arte callejero surge como una forma de liberar las típicas tensiones y frustraciones
de la vida en la ciudad, de denunciar injusticias tales como la discriminación, la
contaminación ambiental, el abuso de poder por parte de ciertas figuras del
gobierno, y se ha convertido en una parte importante y necesaria del paisaje urbano.
Debido a que estas actividades requieren de mucha mano de obra, el medio urbano
se caracteriza por la gran concentración o aglomeración de masas humanas en
espacios limitados cuya densidad supera como mucho la media nacional en todos
los casos. Muchas veces esta acumulación de personas está agrupada en viviendas
multifamiliares.
Lo urbano es cualquier cosa que tenga que ver con la ciudad. En este sentido, todo
lo urbano es fácilmente distinguible de lo rural ya que son mundos y espacios
completamente opuestos y distintos. Mientras que en el campo o en el ámbito rural
las actividades productivas suelen girar en torno a la agricultura y a la ganadería,
en el ámbito urbano se diversifican mucho más entre industria, servicios y
tecnología. Por otro lado, en el ámbito urbano el paisaje es diferente ya que en él
deja de estar tan presente la naturaleza y si lo está suele ser de manera artificial de
acuerdo a las necesidades o intereses del ser humano. Al mismo tiempo, lo urbano
es una realidad mucho más moderna y compleja ya que al vivir tanta cantidad de
gente en la actualidad en las ciudades, se desarrolla una mentalidad mucho más
abierta al otro y mucho más compleja en cuanto a las dificultades, el stress o el
estilo de vida.
También, la palabra femenino se aplica para referirse al ser que está dotado de
órganos sexuales y es plausible de ser fecundado por otro, por su opuesto
normalmente, que es el masculino.
En tanto, en Biología, el sexo femenino es aquel sexo que produce óvulos; el óvulo
está considerado como la célula sexual femenina por excelencia y es producido
justamente por las mujeres, generalmente, cada 28 días, desde que la mujer ingresa
en la etapa de la pubertad y hasta aproximadamente después de los sesenta años,
cuando le llega la famosa menopausia y la menstruación se retira definitivamente.
Un ser que pertenece al sexo femenino está dotado de órganos para ser fecundado.
Esto quiere decir decir que los integrantes del género femenino producen las células
sexuales que se conocen como óvulos.
La mujer que alcanza la madurez sexual produce óvulos cada cerca de 28 días. Al
madurar en el ovario, el óvulo (que presenta material genético) se traslada a las
trompas de Falopio.