Primera parte
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD
blanca
I. Cuatro décadas
de evolución tecnológica
A finales de los años ochenta, Internet tenía poco que ver con lo que
es hoy, y, desde luego, nada que ver con lo que será en el futuro. Hace poco
más de diez años, las pocas personas que entonces se conectaban a la red veían
en las pantallas de sus ordenadores información expresada únicamente en
textos, y no, como sucede ahora, con fotografías, vídeos y sonido. En aquel
momento, la capacidad de procesamiento de los ordenadores no era la actual
y las redes de comunicaciones que se utilizaban tenían también una potencia
mucho menor: un módem que permitiera una velocidad de transmisión de,
por ejemplo, 14.400 bits por segundo, ya era considerado rápido. Sin embar-
go, el crecimiento de la potencia de los ordenadores hizo que rápidamente esa
conexión, a través de líneas telefónicas convencionales, quedara pequeña.
Hoy, los contenidos que llegan a través de la red y los servicios que las
empresas pueden dar y recibir en Internet son mucho mayores, porque el me-
dio ha revelado muchas de sus nuevas posibilidades. Y prácticamente todos
esos nuevos servicios implican la transmisión de ingentes cantidades de infor-
mación a una gran velocidad. Requieren, por tanto, un gran ancho de banda,
o, dicho de otra manera, una serie de infraestructuras de telecomunicaciones
que permitan desarrollar servicios de alto valor añadido y que, además, sean
interactivos entre el usuario y quien los presta.
Sólo con una buena infraestructura de comunicaciones de banda an-
cha es posible desarrollar servicios que hoy parecen de ciencia ficción o, a lo
26 ■ LAS INFRAESTRUCTURAS
sumo, están siendo puestos en funcionamiento de manera muy limitada. En
la actualidad, los 14.400 bits por segundo de finales de los ochenta o princi-
pios de los noventa ya no son suficientes, y se entiende que se puede empe-
zar a hablar de banda ancha a partir de un mínimo de 256.000 bits por se-
gundo, casi 20 veces esa cifra, lo que permitiría la conexión a Internet a alta
velocidad. Pero esa velocidad es sólo un nivel mínimo, porque las aplicacio-
nes que se están desarrollando requieren una velocidad mucho mayor, que
puede acercarse fácilmente a los 2 megabits por segundo.
Aplicaciones como la telemedicina, con la posibilidad de transmitir
vía Internet radiografías en alta definición; la telenseñanza, con diálogo cara
a cara entre el alumno y el profesor; videoconferencia de alta calidad, sin
interferencias y sin necesidad de contar con costosos y exclusivos equipos,
son algunos de esos servicios. Pero hay más: la industria audiovisual, por
ejemplo, está preparando ya la venta y transmisión de películas en alta cali-
dad de imagen a través de Internet, algo que sólo será posible a través de re-
des de banda ancha, y lo mismo sucede con las emisoras de radio.
Y para las empresas, unas redes con gran capacidad de transmisión
proporcionan lo que podría ser el espaldarazo definitivo para el comercio
electrónico. Varios estudios coinciden en que un porcentaje abrumador de
los usuarios de comercio electrónico abandonan la compra por problemas en
la conexión. La banda ancha debería permitir, no sólo que estos problemas
no se produjeran, sino que, además, las empresas pudieran ofrecer sus pro-
ductos a través de la red de una forma mucho más rápida y cómoda para el
usuario, incrementando además la información que podrían ofrecerle. Y la
comunicación interna de empresas dentro de la que circula un gran caudal de
información, o el control de procesos industriales, entre muchas otras, son
aplicaciones que la banda ancha puede contribuir a mejorar.
Una empresa que necesite transmitir a una sucursal un fichero infor-
mático, que ocupe unos 10 megabytes de información, tardará más de 20 mi-
nutos en enviarlos a través de la línea telefónica convencional. En cambio si
dispusiera de una conexión de fibra óptica con capacidad para un megabit
por segundo tardaría 1 minuto y 20 segundos. Si esta diferencia se multiplica
por todos los envíos de información que podrían realizarse al cabo del día,
Tabla 2.1
28 ■ LAS INFRAESTRUCTURAS
sión. Algunas de ellas, como la tecnología ADSL o la RDSI, se encuentran
plenamente operativas. En cambio, otras, como la conexión a través de la red
eléctrica o de emisiones de láser, están en fase de desarrollo o de explotación
comercial incipiente.
Por último, es necesario advertir que, en Internet, la velocidad de
transmisión no depende exclusivamente del tipo de conexión, sino que exis-
ten otros muchos posibles cuellos de botella. La velocidad del ordenador a
través del que se conecta o la capacidad del servidor son algunos ejemplos
de puntos en los que se puede llegar a neutralizar la buena calidad y rapidez
de una red de conexión.
30 ■ LAS INFRAESTRUCTURAS
net. En las empresas se utiliza para la conexión de diversos departamentos o
sucursales, así como en aplicaciones que requieren una alta capacidad de
transmisión. Se trata de una tecnología poco vulnerable a interferencias ex-
ternas y fácilmente adaptable a los cambios que se produzcan en el futuro y
que requieran una mayor velocidad de transmisión.
El gran problema del cable, no obstante, es la lentitud y el coste del
despliegue de la red. La extensión de la red es cara porque requiere práctica-
mente siempre obras de importancia en las áreas urbanas. Pero incluso fuera
de las áreas urbanas, el coste del despliegue es alto y eso explica que sea di-
fícil que en el futuro el cable llegue a las zonas alejadas de los grandes nú-
cleos de población.
Esos costes han hecho que tanto los estamentos políticos como algu-
nas operadoras de telecomunicaciones hayan dirigido sus miradas a otras
tecnologías, tal vez no con tantas posibilidades pero sí más baratas. Por otra
parte, la ausencia todavía de unos servicios claramente definidos que atrai-
gan la demanda de usuarios ha hecho que, cuando las redes de cable han es-
tado desplegadas en los grandes núcleos urbanos, el número de clientes, al
menos por lo que respecta al segmento doméstico, haya sido inferior a lo es-
perado. Esta combinación de pocos usuarios y de elevado coste de la red está
frenando el despliegue más de lo previsto.
2.5. LMDS
La tecnología LMDS (Local Multipoint Distribution System) consis-
te en redes que realizan el último tramo de la transmisión a través de enlaces
de radio. Este sistema, para el cual en España se concedieron, en sus dos va-
riantes, un total de nueve licencias, permite la conexión en banda ancha y la
transmisión de vídeo, voz y datos, y, en principio, es apta tanto para usuarios
particulares como para empresas.
El funcionamiento consiste en que la señal llega, a través de cable de
fibra óptica u otro tipo de conexión, a una antena emisora. Ésta emite la se-
ñal hacia otras antenas receptoras situadas, según los casos, a un máximo de
diez kilómetros.
2.6. Satélite
La conexión a Internet a través de satélite es una posibilidad que per-
miten las compañías que explotan estas redes desde hace unos dos años. Se
trata de una tecnología híbrida, ya que mientras la señal que llega al usuario
lo hace a través del satélite, la que éste envía va por la línea telefónica habi-
tual. Aunque posiblemente en el futuro la situación cambie, por ahora la inter-
actividad del satélite es, por tanto, muy baja. La velocidad de conexión que se
está comercializando hoy en España es de hasta un megabit por segundo.
Las grandes ventajas de esta tecnología son su gran ancho de banda
–de hecho, al mismo tiempo que se realiza la conexión a Internet el usuario
puede estar recibiendo los canales de televisión– y la posibilidad de ofrecer
cobertura a zonas totalmente aisladas. En cambio, el inconveniente es la fal-
ta de interactividad en la conexión a Internet.
32 ■ LAS INFRAESTRUCTURAS
2.8. Telefonía móvil GPRS
Es la llamada generación dos y medio, una tecnología a medio cami-
no entre la telefonía GSM y la tercera generación UMTS. Está siendo co-
mercializada en España desde el año 2001, y, en teoría, permite una veloci-
dad hasta doce veces superior a su predecesor. Su principal ventaja es que es
compatible con la red GSM porque precisamente está basada en sus estánda-
res tecnológicos. Su desventaja, en cambio, es su precio, y la escasa variedad
de modelos.
34 ■ LAS INFRAESTRUCTURAS
tica por lo que a la conexión a Internet se refiere, y otras tecnologías como la
transmisión de datos por láser, pese a algunos inconvenientes, parece ofrecer
unas posibilidades parecidas al cable. Por tanto, pese al enorme debate que
se ha producido en Europa y en Estados Unidos respecto a qué tipo de red de
telecomunicaciones triunfará en el futuro, muy posiblemente veremos dentro
de unos años un escenario en el que convivirán varios tipos distintos de re-
des, que responderán también a usos y a usuarios distintos.