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LAS ENSEÑANZAS DE PTAHHOTEP

(D. Kurth, Las enseñanzas de Ptahhotep, Madrid 2002)

El pretexto para las enseñanzas

(Enseñanza del administrador de la ciudad, el visir Ptahhotep), bajo la majestad del Rey
del Alto y el Bajo Egipto (Asosi), que viva por siempre y hasta el fin de los días. (…)

Las enseñanzas

Aquí comienzan las doctrinas, con contenido perfecto, que pronunció el noble, el
príncipe, el padre del dios y amado del dios y del Rey, el más anciano hijo mortal del Rey,
el administrador de la ciudad, el visir Ptahhotep, para que convierta a los ignorantes en
sabios y para la correcta realización del perfecto discurso, provechosas para aquellos
que las observen, nocivas para aquellos que no les presten atención.

Y le dijo a su hijo y sucesor:

1 No seas arrogante a causa de tu sabiduría; al contrario, déjate aconsejar por los


ignorantes igual que por sabios, pues no se pueden alcanzar los límites del arte, y no hay
ningún artista que haya alcanzado la perfección. El discurso perfecto está más oculto que
la piedra verde y, sin embargo, se puede encontrar entre las mujeres que están en el
molino.

2 Si en una reunión del Ayuntamiento se te opone un orador que expone los


pensamientos de tal manera que se muestra superior a ti, entonces dobla los brazos y
arquea la espalda, pero no dejes que provoque a tu corazón, porque no puede prevalecer
sobre ti siendo de igual condición. Si alguna vez dice algo incorrecto, debes
desprestigiarle no oponiéndote a él en ese asunto; entonces se dirá de él que es un
ignorante, y tu dominio sobre ti mismo se enfrentará a su alto rango en pie de igualdad.

3 Si en una reunión del Ayuntamiento se te opone un orador similar y de igual condición


que tú, debes, en estas circunstancias, hacer resaltar tu superior inteligencia y callar
cuando él dice algo incorrecto. Grande será su rechazo entre el auditorio juicioso,
mientras que tu nombre dejará un buen recuerdo entre los altos funcionarios.

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4 Si en una reunión del Ayuntamiento se te opone un orador que es débil y n es de igual
condición que tú, no dirijas furiosamente tu inteligencia contra él aprovechándote de que
es tan débil; no le prestes atención, pues él mismo se castiga. No te dirijas a él para
aliviar tu corazón, no reconfortes tu corazón con aquel que tienes delante, pues es
malvado aquel que perjudica a un débil de espíritu. Si finalmente se hace lo que tú
piensas, le derrotarás mediante el rechazo de los altos funcionarios.

5 Si estás en un puesto administrativo y das órdenes a muchas personas, aspira siempre


a ser irreprochable y que tu orden no contenga ninguna injusticia; pues la verdad y la
justicia son grandes, su virtud es duradera y nunca fue conmovida desde el tiempo de
Osiris, sino que siempre fue castigado aquel que violó las leyes. (…)

7 Si eres uno de los que se sienta a la mesa de un hombre que es más grande que tú,
acepta, entonces, aquello que te ofrezca y coloque ante ti. Debes mirar a la comida que
está ante ti, y no poner tus ojos en el anfitrión, pues su bienestar sufre cuando se le
inoportuna. No le hables antes de que él se dirija a ti, porque nunca se puede saber lo
que desagrada al corazón. Pero si hablas cuando él se dirija a ti, entonces aquello que tú
digas será agradable para su corazón. En lo que concierne a un grande que se sienta
detrás del pan, su disposición depende de su bienestar, y cumplirá los deseos de aquel
que facilite su bienestar. Siempre fue así, que la intención de la noche se hace realidad
tras la cena, pues es el bienestar el que por las noches estira sus brazos, y el grande
cumple el deseo del hombre que se lo ha proporcionado. Así queda la comida del pan
bajo los auspicios del dios, y es tonto el que se lamente por esto.

8 Si eres un hombre en que se confia para ser enviado por un grande a otro grande, y
éste te envía, se entonces meticuloso y cumple para él la embajada tal y como te haya
dicho. Pero ten cuidado de que a través del mensaje no te conviertas en un difamador
que irrite a un grande contra otro grande. Manténte firme en la verdad y no te apartes de
ella; en ningún caso se repite como embajada aquello que quien te envía haya podido
decir en cierta ocasión para desahogar su corazón. Asímismo, tampoco hables sobre
ningún hombre, sea grande o pequeño, pues su bienestar sufre de este modo.

9 Si trabajas el campo con la cosecha y, quiera el dios, crece magníficamente bajo tu


mano, no te vanaglories de ello ante tu vecino, pues gran veneración y respeto gana
aquel que calla en esta situación. Y en lo que atañe a un rico con carácter fuerte, puede
hacerse respetar en la asamblea del pueblo como un cocodrilo.

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Tampoco te enorgullezcas ante aquel que no tiene hijos, ni seas grosero presumiendo de
numerosa prole, pues hay muchos padres que viven afligidos, así como muchas madres
que han dado a luz y son menos felices que otras mujeres. Además, un hombre solo
puede ser alguien a quien el dios permita progresar, mientras que el señor de una gran
familia es alguien que debe encontrar la suerte en el servicio al dios.

13 Si te encuentras en una antesala, manténte en el lugar que te corresponda, aquel que


te fue indicado el primer día. No te ofendas en caso de que no se te reciba, porque sólo
es segura la entrada de aquel que avisa de su llegada, y tiene un buen lugar aquel que
está tras el que ha sido llamado. La antesala tiene, por tanto, su orden, y todos los
asuntos se contemplan allí según un reglamento. Sólo el dios y el Rey deciden quién
debe ser recibido, y por ello aquellos que emplean los codos no son atendidos.

18 Si deseas que dure la amistad de una casa en la que has entrado como señor, como
hermano o como amigo, sea donde fuera que tu entres, cuídate de acercarte a las
mujeres, pues no es bueno para el lugar en el que tales cosas se hacen.

Desacertada es la mirada cuando se dirige a las mujeres. Un hombre dañará de


mil maneras aquello que es útil y bueno para él mediante una breve mirada que es como
un sueño. Y se está en peligro de muerte cuando se pretende sexualmente a esas
mujeres. Es un mal consejo en estas ocasiones: “mata a tu rival”; porque cuando te
dispongas a hacerlo, tu propio corazón se rebelará contra ello.

Quien por la sed de mujeres se comporta de forma incorrecta, no tendrá éxito en


nada de todo aquello que se proponga.

19 Si deseas que tu conducta sea correcta, manténte lejos de todo espíritu maligno.
Guárdate de la codicia, la peor enfermedad, pues es incurable y no se puede superar.
Ella enfrenta al padre y a la madre con los hermanos de la madre, ella separa al marido y
a su esposa. (…)

20 No seas codicioso en el reparto de la herencia, no reclames nada que no te


corresponda. No seas codicioso frente a tus parientes, porque la petición del pacífico
renta más que la exigencia del insolente; por el contrario, aquel que una y otra vez se
enfrenta a sus parientes sale perjudicado, pues nadie querrá hablar más con él. A
menudo se ansía sólo una pequeñez que suscita la enemistad en alguien que, en otras

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circunstancias, sería amistoso.

21 Si eres adulto y fundas una familia, debes amar a tu esposa como le corresponde.
Llena su estómago y viste sus espaldas, el aceite de ungir es el producto de
conservación para su cuerpo. Alegra su corazón mientras viva, pues ella es un campo
fértil para su señor.
No discutas con ella ante un tribunal, ni alimentes la fuerza de su cólera si su ojo
mira como un viento tempestuoso.
Por otro lado, así puedes mantenerla durante mucho tiempo en tu casa; debes
ponerle límites, porque es como el agua. Su vagina recibirá el derrame y parirá conforme
a su destino, como un canal; a pesar de esto, de lo que la mujer está deseosa es de que
el canal sea creado en ella.

23 No debes secundar ninguna conversación malvada, ni siquiera debes escucharla,


pues es la exteriorización de uno que no sabe dominarse. Divulga sólo lo que tú hayas
visto, no lo que únicamente hayas oído; no prestes atención a esto último, no hables de
ello en ningún caso. (…)

24 Si eres un hombre sobresaliente que se sienta en las reuniones del consejo de su


señor, reprime tu corazón pensativo hasta que piense de manera excelente. Su silencia
es más valiosos que una palabra florida; únicamente debes hablar cuando hayas
encontrado la solución al problema. Sólo un experto debe hablar en la reunión del
consejo, pues hablar es más difícil que cualquier otro trabajo; únicamente aquel que lo
domina le servirá y le será útil.

26 No molestes a un poderoso que está muy atareado. No enojes el corazón de un


hombre que está muy ocupado, pues al dirigir su infausta cólera contra el que le
importuna, pierde el bienestar que tanto aprecia.
Sin embargo, el poderoso se preocupa siempre por el sustento y el bienestar de
los otros, junto con el dios y el Rey; por eso se debe hacer siempre aquello que él
aprecia. (…)

27 Enseña al superior al que sirves aquello que le sea útil, y procura que tu enseñanza
tenga lugar delante de todo el mundo; de esta manera tú consigues que su señor te
atribuya su inteligencia y tú te beneficiarás de la fuerza de su actuación.
De este modo el estómago de este ser querido se sentirá satisfecho y tú verás
cómo cubre tu espalda, puesto que, siendo su enseñanza cosa tuya, él fomentará el

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sustento para tu casa. Así, una vez más, progresará tu compañero de alta posición al que
tanto valoras, y él, con seguridad, te profesará gran afecto.
Esto significa también que aquellos que te quieren te seguirán queriendo; y
observa que quien quiere hacerte caso favorece la fuerza de tus obras.

28 Si eres hijo y ayudante de un miembro del tribunal y tiene la misión de zanjar


discusiones entre las personas, toma como norma lo que establezcan los documentos. Si
hablas, no seas partidista. Procura que tu mentor no se vea obligado a decir en tono de
reproche: “Altos funcionarios y jueces: éste es parcial al tratar el asunto”. Es mucho mejor
en tu caso que te ajustes a las disposiciones legales.

30 Si te consideran inferior por haber conseguido riquezas tras haber sido antes pobre, y
esto ocurre en tu ciudad, que tú conoces muy bien, y recuerdas perfectamente cómo te
fue en el pasado, no des rienda suelta a tu corazón y no te vanaglories de tu riqueza, que
simplemente te ha llegado como un regalo del dios; sin embargo, tampoco debes ponerte
por detrás de otro que es igual que tú y que le ha ocurrido lo mismo que a ti.

31 Inclínate ante tu superior que da órdenes en el palacio del Rey, porque entonces
conservarás tu casa con todo lo que hay en ella y tu salario no será tocado. Mal le va a
quien se opone al superior, pues se vive gracias a su benevolencia, y no se te va a
romper el brazo si te descubres para saludar. (…)

32 No debes consumar el coito con un muchacho como si fuese una mujer, porque tú
puedes distinguir aquello que está prohibido y es malo aquello que hace bien a tu
corazón. No hay verdadera satisfacción en aquello que desea su cuerpo, y por eso no se
debe pasar la noche haciendo cosas prohibidas sólo porque encuentre satisfacción, si
para ello antes ha quebrantado su corazón.
34 Se amistoso y de amplias miras mientras vivas. Si algo sale del almacén no vuelve a
entrar nunca más. Esto es especialmente deseable en la distribución general de
determinada cantidad de pan, pues el que tiene un estómago vacío se queja. Se
convierte en enemigo aquel a quien se perjudica continuamente; no le provoques tanto
que termine atacándote. La bondad y la generosidad de un hombre permanecen en la
memoria durante ciertos años según la importancia de su cargo.
(…)

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TEXTOS DE LAS PIRÁMIDES

Fórmulas 1834-1837:
Es el rey [quien engendró] la tierra y quien preside a los dioses que están en el cielo
(como hace) el dios Geb, que está a la cabeza de los Nueve Dioses. Es el cielo –su
madre- quien lo trae al mundo y (lo) mantiene vivo cada día, como el dios Re,
apareciendo con él en levante y extinguiéndose con él en poniente, sin que su madre Nut
se separe de él en el transcurso de cada día. Su hijo mantiene en vida a este rey y
procura alegría y goce a su corazón, a la vez que pone en orden el Alto Egipto para él,
organiza el Bajo Egipto para él, destruye las fortalezas de Asia para él y aplasta a todos
aquellos que le son hostiles sometiéndolos a su poder.

Fórmulas 273-274:
Es el rey quien da instrucciones a los hombres, quien juzga a los vivientes en los
dominios del dios Re, quien deja oír su palabra en esta región pura donde se ha instalado
en compañía de aquél que juzga a los dos dioses. El rey porta el mando en su cabeza y
empuña el cetro que lo purifica. El rey toma asiento entre quienes bogan en el barco del
dios Re (sólo) ordena lo que es perfecto y lo cumple, pues el rey es un gran dios.

ESTELA EL CAIRO DG 20543

Ella (= la reina Neferukayet) ha reorganizado el Alto Egipto –la vanguardia de las gentes-,
desde Elefantina hasta Afroditópolis, con mujeres, gobernadores de hut y dignatarios de
todo el país.

MOALLA, INSCRIPCIÓN Nº 2

Horus me envió a la provincia de Edfú por su bien, al objeto de reorganizarla, cosa que
hice. Horus deseaba que yo la reorganizase, y por eso me envió a este nomo, para
instaurar en ella el orden. Sin embargo, hallé la Casa de Juu (= el nomo de Edfú)
inundada como un gereget, descuidada por quien había sido su responsable y arruinada
por las decisiones de un miserable.

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N. Kanawati y M. Aber-Raziq, The Teti Cementery at Saqqara. Vol. 5: The Tomb of
Hesi, pp. 22-23, 37-38, láms. 33[b], 59[b]

El noble del rey, Hesi, declara: yo fui escriba del estado en tiempos del faraón Izezi. Fui
inspector de escribas del estado en tiempos del rey Unis. Y fue el rey Teti, mi señor,
quien me nombró administrador del estado y quien me nombró chambelán real. Su
Majestad dispuso que se hiciera esto por mí porque Su Majestad conocía mi nombre
cuando recibí (el cargo de) escriba de sus manos, pues no había nadie más que él
conociese y de quien pudiera decirse “¡(es) alguien sabio!”. Yo ejercí como escriba a las
órdenes de Su Majestad, a la cabeza de los escribas. Yo ejercí como dignatario a las
órdenes de Su Majestad a la cabeza de los dignatarios. Su Majestad solía disponer que
yo bajase hasta la gran barca sagrada de palacio para que pudiera surcar las rutas y que
fuesen aparentes mis dones (lit. “y que mis dones fueses realizados” como si yo fuera un
chambelán real, cuando (en realidad) no era más que un administrador del estado.
Nunca se había hecho nada igual para alguien de mi condición. (Además), debido a mi
actividad, Su Majestad (únicamente) solía consultar asuntos conmigo de entre todos los
dignatarios, cuando yo no era más que un inspector de escribas del estado, debido a que
Su Majestad conocía mi nombre, que era más distinguido que el de cualquier otro
servidor.

PAPIRO BERLÍN 9010

Fue Sobekhotep quien trajo el documento que hizo aplicar User, el noble del rey e
intendente de intérpretes, en provecho de su esposa y de sus hijos (afectando) a todos
los bienes que se hallaban bajo su control [= de User], de modo que sean así satisfechos
todos los hijos de User, de tal modo que el primogénito sea tratado de acuerdo con su
condición de primogénito y el benjamín de acuerdo con su condición de benjamín. Sin
embargo, Chau afirmó que su padre no había dispuesto nunca tal cosa en modo alguno.
Por ello, si Sobekhotep trae tres testigos fiables, en quienes se pueda confiar, y que
pronuncien (este juramento): “¡Que tu poder se manifieste contra él [= litigante], oh Dios!”
(corroborando) que fue de acuerdo con lo dispuesto por User que fue establecido ese
documento, entonces (los bienes de User) continuarán bajo la responsabilidad de
Sobekhotep, una vez éste haya traído estos testigos ante quienes fueron pronunciadas
estas palabras [= de User], de tal manera que Sobekhotep seguirá siendo (su)

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usufructuario [lit. uno que es beneficiario sin destruir]. Ahora bien, si él no consigue traer
esos tres testigos ante quienes hayan sido pronunciadas tales palabras, entonces
ninguno de los bienes de User continuará bajo su custodia, sino que pasarán a su hijo [=
de User], el noble del rey e intendente de intérpretes, Chau.

URK I 2

Él (= Mechén) adquirió, de manos de numerosos trabajadores-nesutiu, un campo de


doscientas aruras, y le fue entregado un campo de cincuenta aruras perteneciente a (su)
madre Nebsenet, del que ella había dispuesto un documento de imytper en provecho de
sus hijos (= de Nebsenet), y la parte de cada uno fue fijada de acuerdo con un acta real
de toda oficina.

URK I 11-12

[De acuerdo con el decreto] que he dispuesto. No autorizo a [mis hermanos], hermanas,
cualquiera de mis descendientes, inspectores de los ritualistas del ka, controladores de
los ritualistas del ka, o [ritualistas del ka]… para que transfieran en provecho de sus
siervos, [siervas], hermanos o hermanas lo que les he entregado [(a saber), campos,]
gentes o cualquier bien que yo les haya confiado para realizar con ellos ofrendas de
invocación, excepto si es para hacer ofrendas [de invocación para mí con ellos en la
necrópolis], en la tumba de mi dyet que se halla (en las inmediaciones) de la pirámide de
Quefrén, de acuerdo con la dotación de campos, gentes [y todo tipo de bienes que les he
transferido para que realicen las ofrendas de invocación para mía por medio de ellos].

CUENTOS DEL PAPIRO WESTCAR 1, 19 – 4, 15

El príncipe Kefrén se levantó para hablar y dijo:


-Recordaré para ti, Majestad, un episodio de la vida del venerable rey Nebka, tu padre,
que le aconteció con una visita al templo Ptah en Menfis.
Cuando Su Majestad llegó a Menfis ordenó llamar al supremo chereb Uba-oner. El
chereb tenía una esposa que en una ocasión, mientras estaba en el templo, vio a un
hombre y nada más verle ya no supo el lugar del mundo en que se encontraba. De
inmediato le envió a una criada que tenía con ella para decirle: “Ven y pasaremos juntos

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una hora; ponte tus vestidos de fiesta”. Y le adjuntó una caja llena de vestidos y él vino
con la criada.
Al cabo de unos días, conociendo que Uba-oner poseía una casa en la orilla del lago, el
hombre el propuso a la mujer:
-Uba-oner tiene una casista solitaria a la orilla del lago; podríamos pasar allí un rato.
Y ni corta ni perezosa, la mujer envió el siguiente mensaje al jardinero: “Manda preparar
la casa a la orilla del lago”. Luego, la mujer se encaminó allí y el tiempo pasó entre los
amantes. Cuando se hubo puesto el sol, el hombre bajó al lago y la criada le ayudó en el
baño. Pero el jardinero se apercibió de todo, y apenas amaneció, el jardinero corrió a
contarle a su señor lo que había pasado.
Tras oírle, Uba-oner dijo:
-Tráeme mi cajita de ébano y oro.
Y el jardinero lo hizo. El chereb extrajo entonces su buril de oro y con él modeló un
cocodrilo de cera de apenas siete centímetros sobre el que Uba-oner recitó una fórmula
mágica y añadió:
-¡Atrapa a todo el que venga a bañarse a mi lago! –luego le entregó el cocodrilo al
mayordomo y le dijo-: Cuando el hombre se meta en el agua para bañarse como todos
los días, arroja el cocodrilo tras él.
El jardinero se fue, llevando consigo el cocodrilo de cera.
Aquel mismo día, la mujer de Uba-oner envió de nuevo recado al jardinero, mandándole
preparar la casita del lago, porque deseaba pasar allí unos días. El sirviente proveyó la
despensa de toda clase de manjares. A mediodía llegaron los amantes y disfrutaron
intensamente de la tarde.
Al ponerse el sol, el hombre fue a bañarse como solía, y el jardinero arrojó al agua el
cocodrilo de cera, que en pos de él se trocó en un cocodrilo de siete metros. En un
instante agarró al hombre y desapareció con él bajo las aguas.
Mientras tanto, Uba-oner pasó siete días en compañía de su Majestad el rey Nebka, y
durante este tiempo el hombre permaneció en el agua sin respirar. Pero cuando
hubieron pasado los siete días, el supremo chereb Uba-oner se presentó al rey Nebka y
le dijo:
-Dígnate venir a contemplar un milagro acaecido en tiempo de Tu Majestad.
El rey le acompañó al lago, y Uba-oner llamó al cocodrilo y le dijo:
-Trae aquí al hombre.
Y el cocodrilo se lo trajo. Su Majestad el rey Nebka preguntó:
-¿No será peligroso ese cocodrilo?
Entonces Uba-oner descendió al agua, lo agarró con fuerza y lo transformó entre sus
manos de nuevo en un cocodrilo de cera. Acto seguido, el supremo chereb Uba-oner

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contó a Su Majestad el rey Nebka cuanto había sucedido en su casa entre aquel hombre
y su mujer, tras lo cual Su Majestad le dijo al cocodrilo:
-Llévate lo que es tuyo.
La cera se convirtió al instante en escama cuando el cocodrilo se hundió en el fondo del
lago y ya no volvió a saberse nada de él ni del hombre.
Su Majestad el rey Nebka mandó entonces que llevasen a la mujer de Uba-oner al
campo situado al norte del palacio, y allí fue quemada y sus cenizas arrojadas al río. Esta
historia aconteció en tiempo de tu padre el rey Nebka y figura entre los hechos del chereb
Uba-oner.
Dijo entonces el rey Keops:
-Que le ofrenden al rey Nebka mil panes, cien jarros de cerveza, un buey y dos medidas
de incienso; y al supremo chereb Uba-oner una torta, un jarro de cerveza, un gran trozo
de carne y una medida de incienso, pues se ha visto la prueba de su ciencia.
Las órdenes de Su Majestad fueron cumplidas.
Luego el príncipe Beufre (…)

LAS LAMENTACIONES DEL SABIO IPUER

"… Se están produciendo acontecimientos que no habían tenido lugar desde la noche
de los tiempos: el rey ha sido derrocado por el populacho. Aquel que había sido
enterrado como Halcón ha sido extraído de su sarcófago. La cámara de la pirámide ha
sido saqueada. Se ha llegado a un punto en el que un puñado de individuos que no
sabían nada del gobierno han despojado al país de su realeza (…) La sala del juicio,
sus archivos, han sido saqueados, los despachos públicos allanados y las listas del
censo destruidos, los funcionarios son asesinados y sus documentos robados (…) El
Nilo golpea y no se labra..., las mujeres son estériles, ya no se concibe..., los pobres
se han apoderado de la riqueza y quien no tenía ni sandalias es ahora dueño de
inmensas fortunas..., las puertas, columnatas y muros arden..., el desierto se abate
sobre el país, los nomos son destruidos y los asiáticos han llegado a Egipto desde el
exterior (…) La justicia está contigo, pero lo que tu propagas por todo el país con el
murmullo de la revuelta, es la confusión (…) Ordena, pues, que se te rindan cuentas"

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