Horacio Capel demuestra que la Geografía antes y después de los padres de la Geografía; Humboldt
y Ritter, no gozaba de prestigio entre los científicos. Cuando la Geografía adquiere pues el rango
universitario no ha de creerse que esto viene precedido de un avance, más bien al contrario, va
precedido de una evolución negativa, no se la valoraba excesivamente por limitarse a la descripción.
La Geografía a finales del siglo XIX y principios del siglo XX es resultado del pensamiento
filosófico y de los enfoques científicos dominantes, y por supuesto, por los intereses de la
comunidad científica.
El objetivo de Humbold es una visión general de la Tierra, a la que consideraba como un todo
orgánico, en el que todas sus partes eran interdependientes. La interdependencia, es la concepción
unitaria del mundo. Humbold intenta buscar dentro del caos aparente de fenómenos inconexos, una
armonía procedente de las relaciones de elementos diversos.
Su método era empírico e inductivo; acopiaba datos, bien medidos, luego comparaba y localizaba.
No buscaba la descripción de lo individual sino de lo general, considerando al paisaje como el
resultado de interconexiones de fenómenos.
Ritter va a ejercer una gran influencia en la Geografía, tiene una amplia formación histórica
y filosófica, pero también cursó estudios en ciencias naturales y matemáticas. Ritter se dedicó a la
docendia llegando a ocupar la cátedra de Geografía en Berlín.
En Ritter ejercen amplias influencias Rousseau y el pedagogo Pestalozzi. Ritter concede a las
formas espaciales gran importancia, la reconstrucción del todo partiendo de la observación de lo
simple a lo más complejo. En su obra se ve una preocupación para hacer de la Geografía una
disciplina universitaria. Su objetivo científico es el de estudiar las relaciones entre la superficie
terrestre y la actividad humana.
Ritter en su obra vuelve a los conceptos que encontramos en Humboldt, sin embargo Rittel hace
más incapié en el papel del hombre. Su carácter teleológico le lleva a deducciones deterministas,
aunque reconoce que los cambios tecnológicos, especialmente, en los transportes pues modifican las
relaciones espaciales de un momento a otro.
La institucionalización de la Geografía.
A pesar del avance que supone la obra de Humboldt y Ritter, la Geografía sufre un retroceso.
El mapa del mundo se sigue completando en el siglo XIX.
Las sociedades geográficas fueron muy heterogéneas desde su fundación, y tomaron rumbos
diferentes. Aparecen vinculadas al colonialismo europeo, así pues, gozaron de ayudas económicas
de los gobiernos.. Destacan la Societé Géographique de París, seguida por la de Berlín y por la
Real Sociedad Geográfica de Londres.
En 1885, había 94 sociedades con un total de 50.000 miembros. Sin duda alguna, no todas las
Sociedades Geográficos desempeñaron el mismo papel y disponían de los mismos medios.
Es importante también tener en cuenta los medios de los que disponen los investigadores. En
el siglo XIX se fortalecen los instrumentos de difusión de los trabajos y de la investigación, así
como el intercambio de ideas incluso la cooperación internacional.
A lo largo del siglo XIX se organizan encuentros y se crean organizaciones que garanticen el
desarrollo de la Geografía.
Los congresos son, por lo tanto, instrumentos que favorecían el desarrollo y consolidación oficial de
la disciplina como ciencia.
4. Revistas geográficas
Las revistas geográficas tienen su origen en los siglos XVII y XVIII, muestran un desarrollo
apreciable, sobre todo en Alemania. En el siglo XIX adquieren una gran difusión y pronto
comienzan a aparecer revistas más especializadas.
Las revistas periódicas de carácter geográfico son el medio de publicación de un gran porcentaje de
producción científica. Son instrumentos imprescindibles para el profesional de la Geografía.
En España la revista periódica más difundida es; Estudios Geográficos, de Madrid, publicada por el
CSIC. La revista más citada en las Bibliografías Geográficas internacionales es Soviet Geography,
de EEUU.