SILENCIO
SILENCIO
pMUJER DE ESPERANZAp
Sabemos que una luz poderosa brilla ya para el pueblo que camina
entre las sombras. Sabemos que el Reino crece al igual que el grano de
mostaza hasta que se manifieste en plenitud. Sabemos que la última
palabra no la tiene la mentira, ni el llanto, ni la esclavitud, ni la muerte.
Sabemos que la paz y la justicia no son sueños imposibles, lo sabemos, en
esta esperanza vivimos, y por eso caminamos sin desfallecer y nada logra
derrotarnos.
Confío en Ti...
María nos regala esta esperanza. Ella tiene fe en la vida. No es
evasiva, ni pesimista. María nos da esperanza a todos los que lloramos, a
los que nos sentimos oprimidos, a los que desesperamos de la vida, a los
que sufrimos los fracasos y ya no tenemos fuerza para sonreír.
Confío en Ti...
María nos da esperanza porque lleva dentro a Jesús y nos lo
entrega. Y, en Él, nuestra vida, nuestros afectos y defectos, nuestros
trabajos y descansos, adquieren su sentido. Nada nos aplasta si lo
tenemos a Él; nada nos destruye si caminamos con Él. Y entre luces y
sombras, entre el dolor y la esperanza, no damos lugar al desaliento.
Cada día somos capaces de nuevas aventuras emprendidas con audacia.
Confío en Ti...
SILENCIO
pMARÍA, MADREp
SILENCIO
Monición de entrada:
En este mes de Mayo dedicado a la Virgen hacemos hoy una memoria especial de ella y
pedimos por todas las madres del mundo, especialmente por las mamás dominicas, para que la
Virgen sea su modelo, su consuelo y su ayuda.
Queremos que esta eucaristía sea hoy acción de gracias por nuestras madres. Siempre las hemos
tenido a nuestro lado y a ellas les debemos lo que somos y tenemos. Danos un corazón grande para
perdonar sus fallos, agradecer lo que nos dan y amarlas como se merecen.
Peticiones de perdón:
- Por las veces que hemos exigido a nuestras madres más de lo que nos pueden dar y les hemos
hecho sufrir. SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por las veces que hemos engañado a nuestras madres, por las veces que hemos abusado de su
confianza. CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por las veces que no las hemos entendido ni hemos sabido ponernos en su lugar. SEÑOR, TEN
PIEDAD.
Ofrendas:
Con el vino y el pan llevamos hoy al altar tantas cosas recibidas de nuestras madres y que
sería imposible enumerar aquí: el primer alimento, las primeras letras, tantas noches sin dormir, su
preocupación constante, su paciencia y su gratuidad en todo.
Con las flores, todo lo bello que de ellas hemos recibido, nuestras virtudes y bondades.
Traemos todas estas cosas ante Ti, Señor, porque sabemos que todo lo bueno que hay en este
mundo viene de Ti y Tú lo santificas en la mesa del altar, bendice el amor de nuestras madres y
hazlas cada día más parecidas a la Virgen.
Peticiones:
1) Por la Iglesia, por la paz en el mundo, por todos los que sufren dolor e injusticia. ROGUEMOS AL
SEÑOR.
2) Por todas las madres del mundo, para que vivan su maternidad como una vocación y sepan hacer de
sus hijos niños felices y adultos responsables. ROGUEMOS AL SEÑOR
3) Por todas las madres que están sufriendo porque no pueden alimentar a sus hijos o no pueden
darles una educación, para que terminen sus angustia. ROGUEMOS AL SEÑOR
4) Por todas las mujeres embarazadas que por distintas razones tienen miedo de tener un hijo, para
que reciban mucha fuerza y valentía, para que la confianza en Dios les ayude a no cometer jamás el
crimen del aborto. ROGUEMOS AL SEÑOR
5) Por todas nuestras madres, para que reciban paz, consuelo y alegría, para que se superen cada día
y sigan avanzando por el camino de la santidad. ROGUEMOS AL SEÑOR
6) Por todas las madres que ya no están entre nosotros para que no nos cansemos de dar gracias por
ellas y le pidamos su ayuda, pues ya gozan de la felicidad del cielo. ROGUEMOS AL SEÑOR
7) Por todos nosotros, para que seamos hijos agradecidos, pacientes, generosos y responsables de
nuestros padres. ROGUEMOS AL SEÑOR
En esta celebración queremos que nuestra acción de gracias sea por nuestras madres, por la mía y
por la de cada uno de los que estamos aquí. Un gracias muy grande a Dios por la mujer que tuvo el
coraje de llevarnos nueve meses en su seno y que no se ha separado de nuestro lado. MAMÁ:
- Gracias por tu dedicación
- Gracias por tus consejos
- Gracias por tus noches y sus días
- Gracias por tu paciencia
- Gracias porque a pesar de no estar de acuerdo en todo siempre nos entiendes
- Mamá. Gracias por todo
Señor, da a nuestras madres salud y alegría. Dales todo lo que se merecen y que tantas veces no
sabemos agradecer. Gracias por darme una madre, Señor.
Dia de la madre
Posted on 10 mayo 2012 by La Verdadera Libertad
Malo
Jesús escucha ese piropo que le dicen de María: «Bendita la madre que te trajo al
mundo». Homilía del Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, Perú.
Estamos hoy celebrando el día de la madre. Vengo de Roma de estar con el Santo
Padre, con Juan Pablo II, y para mi éstas dos noticias tan importantes, la de celebrar el
día de la madre y la de recordar el amor que el Papa tiene a la Iglesia, a las mujeres, a
las madres y a todas las familias, me conmueven.
Hoy quisiera decirles en sus hogares como Pastor de la Arquidiócesis: ¡Feliz Día de
las Madres! y también reflexionar con ustedes, pues el día de la madre no es solamente
ofrecer, como muchos hacen, un regalo o un detalle de cariño – que creo está muy bien -;
sino fundamentalmente reconocer nosotros, como Iglesia, lo importante que es la madre
para la sociedad.
Antiguamente se decía: «madre sólo hay una», y pienso que es verdad. Recordemos
a la madre ejemplar de todos nosotros, la Virgen María, quien llevó en su vientre
purísimo durante nueve meses al Hijo de Dios. En ese tiempo surge en Ella un amor sin
límite a ese Niño, Jesús, que será infante, joven, y finalmente Hijo suyo en la cruz. Por
eso, mamás, todas ustedes deben ser el ejemplo y el recuerdo de esa Madre de Dios.
Mamás, ustedes nos han llevado en su vientre durante nueve meses en que ya su
amor, nos acompañaba. Por todo ese cariño, levanto mi voz haciendo eco a la voz del Papa,
y les digo: ¡mamás, cuiden a sus hijos no concebidos todavía, cuiden a esos hijos que
acaban de ser fecundados, que están en su vientre, y que hoy lamentablemente los
exponen al miedo del aborto!
Mamás, vean a María, vean en Ella el ejemplo. Hoy en su casa, en su hogar, algunas
lejos de sus hijos, algunas cerca de ellos, algunas en el lecho del dolor de un hospital,
otras privadas de su libertad. Siempre vean a María como su ejemplo.
El ser madre es de tal categoría, es de tal clase, es de tal maravilla, que es también
tan hermoso cuando las mujeres lo asumen con responsabilidad. Por eso Jesús escucha
ese piropo que le dicen de María: «bendita la madre que te trajo al mundo».
Esos piropos de amor en la época de Jesús son los mismos que hoy también les
decimos a nuestras madres, ¡benditas mamás!, que han sabido cumplir el rol a veces
difícil, a veces sacrificado, de ser madres, ese rol de educar a sus hijos. Una educación
que supone cariño y ternura.
Dicen los médicos que los bebés ya reconocen la voz de su madre cuando están en el
vientre. Ya empieza un cariño. Por eso cuando hoy celebramos este día de la madre no
queremos solamente hablar de regalos, queremos hablar de María, de la Virgen,
queremos hablar de las mamás a ejemplo de María; queremos hablar de los hijos, para
que sepan querer mejor a sus madres, no sólo de palabra, sino con actos.
Qué daría una madre por ver una sonrisa de sus hijos. Cuantas veces las madres
mendigan una palabra de cariño, de agradecimiento, de perdón. El encuentro de las
madres y sus hijos es algo que ilumina el mundo.
Por eso el Papa con tanta preocupación nos dice al mundo de hoy: la familia, la
maternidad, los hijos, son realmente grandes valores. Y yo quiero que en este mes de
mayo, que recién empezamos, hagamos una gran cruzada del santo rosario, porque la
familia que reza unida permanece unida.
Madre mía, a ti me dirijo, a través de estas palabras, te pido María que te acerques
a todas estas madres que hoy te buscan, para que tú, Madre Santa, las bendigas, las
abraces con cariño y las llenes de fortaleza.
Y a ustedes, padres, papás, les digo que si tienen algún rencor o alguna dificultad –
que siempre puede haberlos – éste es el día de decir: esposa, te quiero tanto… Hay
tantos modos de ser cariñoso entre el hombre y la mujer en el matrimonio.
Busca las palabras y háblale con cariño, dale un abrazo, dale un beso, dile que le
pides perdón, que la quieres más que nadie. Pero que no sean sólo palabras. Cuántas veces
el marido sin querer hace sufrir a su esposa, cuántas veces los hijos no saben devolverle
a su madre con cariño, con obediencia, y con oración, todo su sacrificio.
Por eso el evangelio de hoy según San Juan, nos recuerda lo que Jesús nos dijo:
«hijos míos me queda poco para estar con ustedes y les quiero decir que les doy un
mandamiento nuevo, el que se amen unos a otros como yo los he amado».
Por eso en esta Gran Misión “Remar Mar Adentro” que hemos puesto en marcha aquí
en Lima, le dedicamos a nuestra Madre esta cruzada de oración del rosario. Madre mía
bendice los hogares, haz de las mujeres como lo han sido siempre, hermosas criaturas
que dan cariño, ternura y comprensión.
La mujer es más fuerte que el hombre. Tiene los mismos derechos, los mismos
deberes, la misma dignidad, pero además tiene un toque especial, la feminidad, la
ternura, el cariño, la agudeza, ese ser mujer, que las hace ser diferentes -ni mejores ni
peores- algo que las hace que estén orgullosas de ser mujeres, el ser madres.
Les digo unas palabras del Papa Juan Pablo II, quien es un ferviente defensor de la
maternidad, del papel de María y del papel de la mujer y de la esposa; nos dice el Papa:
afirmamos que la mujer es la que recibe amor para amar a su vez.
Mamás, Dios las ha hecho para ser amadas, pero no para que se queden con ese
amor, sino para dárselo a los demás, y por eso tengan la fortaleza de saber levantar esos
hogares, cuando el hogar se tambalee, cuando se encuentra débil, ahí esta la Virgen con
ustedes para decirte a ti mujer y madre, ama a tus hijos.
Que el Señor Jesús bendiga todos sus hogares, en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Así sea.