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INTRODUCCIÓN

La ideología de Género nos muestra de forma enriquecida que la ideología de género es

una forma de pensamiento y de actuación totalitaria. En el capítulo I, se menciona partes

de un concepto totalitario se quiere expresar la pretensión de abarcar todos los aspectos

de la vida personal y social del individuo. Quiere ser una nueva forma de antropología,

que pretende “crear” un nuevo ser humano, para luego expandirse e informar sobre el

comportamiento en la vida social. En el capítulo II, se desarrolla el reconocimiento de los

cambios sociales que se pretenden ejecutar desde la política y que afectan a la sociedad

en el individuo, de forma que todo en él se transforme y sea condicionado a un

comportamiento único y por lo tanto más manejable. Como consecuencia de todo esto,

estudia la ideologización de los Derechos Humanos como instrumentos para manipular

los principios de la Salud Sexual y Reproductiva e imponer en países desarrollados o en

vías de desarrollo. A diferencia de otros movimientos totalitarios en la historia de la

humanidad, éste pretende colarse desde el pensamiento del individuo para lograr de forma

natural su manera de comportarse en la sociedad. La ideología de género busca imponerse


de forma totalitaria, mediante el ejercicio del poder absoluto, en especial a nivel

supranacional y en los distintos pueblos y naciones.

Durante el desarrollo del tema se encuentran inmersos diversos conceptos como sexo,

género, ideología de género, etc. el sexo sería el aspecto biológico del ser humano, y el

género sería la construcción social o cultural del sexo.


CAPÍTULO I

LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

1.1. IGUALDAD DE DERECHOS Y NEGACIÓN DE LA NATURALEZA

HUMANA

La ideología de género surgió junto al tercer movimiento feminista, conocido también

como feminismo de género, se tiene que entender que la ideología de género es una idea

neta de la ideología del feminismo. El feminismo es de carácter político social, en la cual

se plantea reivindicar su igualdad con el varón. La primera igualdad que se busco fue la

posibilidad de que las mujeres también tengan derecho al voto y también poder ser

elegidas para cargos de índole política, después de esta, se busco la igualdad civil, es

decir, la igualdad de derechos civiles.

En los años 60´s del siglo XX surge en el mercado la píldora anticonceptiva y junto a ella

una revolución sexual, donde las mujeres en vez de rechazar esta píldora la aceptaron y

de manera conjunta, reivindicaron la igualdad entre varones y mujeres en relación con la

materia sexual. Las denominadas feministas radicales plantean que la historia, ciencia y
religión deben de ser reelaboradas debido a que consideran que estos elementos fueron

creados por el hombre para reprimir a las mujeres. Plantea también que los hombres

logran sentirse poderosos al obtener sexo sin la necesidad de hacer labores domesticas o

criar niños, esto en relación con los servicios sexuales.

Las iniciadoras de la ideología niegan la naturaleza humana al plantear que el ser humano

inicial es un ser sin forma al que hay que moldear y darle sentido mediante un

pensamiento de carácter ideológico-político. Este rechazo a la naturaleza humana plantea

frases como: “no existe varón o mujer natural”, también apoyan al movimiento gay al

mencionar que es un claro ejemplo de que la homosexualidad no es antinatural o la

heterosexualidad es natural.

Una vez negada la naturaleza humana se pueden entender o sostener que las mujeres y

los varones somos idénticos. En ese sentido la cultura es la que nos plantea ser diferentes

y es por eso por lo que debe ser transformada, es decir cambiar su carácter patriarcal y

convertirse en una cultura feminista.

a.3.1. Dos negaciones y una afirmación ideológica

La primera negación es, no existiría la naturaleza humana y la segunda no habría

ningún condicionamiento biológico relativo a la sexualidad. La afirmación

ideológica cada ser humana tendría autonomía absoluta para construir su propio

género. Cada ser humana y cada cultura concebiría subjetiva y autónomamente

que es femenino y que es masculino.

El diccionario feminista Laroussa Ilustrada, define el género como una

construcción social y que se aprende a través del proceso de socialización. Según

Simone de Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a serlo”, es una de las consignas

de la pensadora y activista francesa, quien, a partir de 1949, con la publicación de


su ensayo “El segundo sexo” se perfiló como una de las más grandes feministas

del siglo XX.

La teoría principal que sostiene Beauvoir es que “la mujer”, o más exactamente lo

que entendemos por mujer (coqueta, frívola, caprichosa, salvaje o sumisa,

obediente, cariñosa, etc.), es un producto cultural que se ha construido

socialmente. El segundo sexo, publicado en 1949, en este texto elaboró una

historia sobre la condición social de la mujer y analizó las distintas características

de la opresión masculina.

Además, da este concepto de identidad de género se refiere al sentimiento de

pertenencia al género masculino o femenino.

Marta Lamas expresa lo mismo, "así como cada lengua nombra, cada cultura

realiza su propia simbolización, de la diferencia entre los sexos", que engendran

múltiples versiones, de una misma oposición

a.3.2. Sexo socialmente construido

Ahora bien, este concepto de “sexo socialmente construido”, no queda como una

mera cuestión antropológica inmanente a cada persona, sino que comienza a

expandirse, a medida que se van sacando las conclusiones lógicas de dicho

postulado. El género, no sólo marca los sexos sino marca la percepción de todo lo

demás: lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano”.

Vale decir que el género sería el prisma a través del cual debe observarse toda la

realidad. Aún más, sólo a través del género se podría transformar –o sea

manipular-, la realidad social.


Hablar de género significa dejar de creer que los roles sociales y culturales

asignados a hombres y mujeres son naturales. El análisis de genero implica

necesariamente estudiar formas de organización y funcionamiento de las

sociedades y analizar las relaciones sociales.

En la mayoría de las sociedades existe una desigualdad en el ejercicio del poder

entre hombres y mujeres, en la cual la mujer está marginada. Bajo el enfoque de

género, hombres y mujeres deben construir conjuntamente en la sociedad,

espacios de entendimiento, participación, acceso y distribución con equidad de los

recursos y beneficios.

a.4.a. Estas afirmaciones se completan con la “Declaración del Feminismo autónomo”

(Cartagena, 26.11.96), en el sentido que “nuestro feminismo no es sumarse o integrarse a

las relaciones sociales de desigualdad y poder que otros han definido. Nuestra política no

es hacer una lista de demandas si no el proceso critico de repensar el mundo, la realidad

y la cultura. Nuestro feminismo es inventar la sociedad que queremos construir”.

 Patriarcado: como “el sistema social de opresión de las mujeres con una base

materia, dada por el control de la sexualidad y la extracción del trabajo gratuito

de las mujeres”.

 Feminismo radical: este pretende construir una cultura feminista, capaz de

sustituir a la patriarcal masculina, que lo abarque todo, y, en definitiva, que logre

el sometimiento de los varones, por parte de las mujeres. Está justificada por la

lucha contra el patriarcado.

 Tolerancia: “No se trata de que nos acostumbremos a que aquel o aquella que

nació en un cuerpo que no es el suyo, se cambie el sexo mediante hormonas y

cirugía. Tampoco de que los que nacen con una inclinación hacia el mismo sexo,
formen pareja y convivan como una familia más, engendrando, adoptando o sin

adoptar.

 Se trata de que no adaptarnos a un mundo, donde, a parte de la familia tradicional,

coexistan otros tipos de familias; cambiar al mundo para liberar a las mujeres.

 Eliminar la naturaleza: Eso se consigue eliminando el matrimonio y la familia

tradicional, haciendo lesbianas, homosexuales y bisexuales desde la cuna.

 El sexo: Es únicamente para el placer.

 Las relaciones sexuales: deben ser polimorfas y libres.

 El aborto: también libre.


CAPÍTULO II

El objetivo final: La completa eliminación de las diferencias sexuales en los

seres humanos para un mundo nuevo.

Diferencias sexuales

El psicoanálisis explora la forma cómo cada sujeto elabora en su inconsciente la

diferencia sexual y cómo a partir de esa operación se posiciona su deseo sexual y

su asunción de la masculinidad y feminidad. La teoría psico- analítica ofrece el

recuento más complejo y detallado, hasta el momento, de la constitución de la

subjetividad y de la sexualidad, así como del proceso mediante el cual el sujeto

resiste o se somete al código cultural. El psicoanálisis piensa al sujeto como un

ser sexuado y hablante, que se constituye a partir de cómo imagina la diferencia

sexual, y sus consecuencias se expresan también en la forma en que se aceptan o

rechazan los atributos y prescripciones del género. La identidad “social” de las

personas como “mujeres” u “hombres” la identidad de género y la identidad

sexual estructurada en el inconsciente no son lo mismo. Sin embargo, se suele


subsumir una dentro de la otra; con menor frecuencia, se distinguen ambas cuando

entran en contradicción; por ejemplo, por los conflictos que surgen ante la

existencia de personas cuya identidad sexual no corresponde con su identidad de

género: mujeres que aman a mujeres y hombres que desean a hombres. La manera

en que un sujeto sexuado asume, inconsciente e imaginariamente, su diferencia de

sexo es especialmente relevante en la formación de su identidad sexual.

Por otra parte, las psicoanalistas lacanianas fueron quienes insistieron

en la necesidad de utilizar la teoría psicoanalítica para abordar los

problemas de la diferencia sexual. Especialmente el grupo feminista formado

alrededor de la revista inglesa, se propuso revisar los planteamientos feministas

socialistas, y mostrar cómo el discurso da forma a la acción y cómo hace

posibles ciertas estrategias. Este grupo desarrolló un proyecto

deconstructivista en el sentido más amplio del término, y le negó una

especificidad fundante al feminismo al cuestionar la idea esencialista de la

mujer. Aunque su adhesión al psicoanálisis le ganó acusaciones de

elitista e indiferente a las urgencias políticas, se sostuvo en su

afirmación y difusión de las ideas psicoanalíticas. A diferencia de

otras, las feministas influenciadas por el psicoanálisis lacan i a n o

consideran que la determinación sexual está en el inconsciente.

L a estructuración psíquica del deseo se da de manera inconsciente, y

además lo “femenino” o lo “masculino” no corresponden al referente

biológico. Esta visión no impide la crítica a la definición patriarcal de

“lo femenino” dentro del orden simbólico, sino sólo reitera que el sexo

se construye en el inconsciente independientemente de la anatomía, por

lo que subraya el papel del inconsciente en la formació n de la identidad


sexual, y la inestabilidad de tal identidad, impuesta en un sujeto que es

fundamentalmente bisexual. A excepción de estas feministas inglesas,

el término diferencia sexual se interpretó en la academia feminista

como “diferencia de sexos”. En cambio el género se convirtió en el

sello distintivo del discurso feminista. Y aunque su connotación

psicoanalítica fue ignorada, ganó terreno la idea de que diferencia

sexual implica no sólo anatomías distintas sino subjetividades

diferentes. Las feministas que hablaban de “diferencia sexual”

subrayaban la existencia de algo específico de las mujeres en virtud de

su ser sexual y su función materna. Diversas investigadoras iniciaron

una búsqueda para registrar esa “otredad” o “diferencia” que es lo

femenino pero, no dentro de una cultura “masculina”.

Este proceso del pensamiento feminista condujo, ya en los años

noventa, a la aceptación de que si bien analizar la situación de mujeres

y hombres requiere comprender el género, es decir, las creencias,

costumbres y tradiciones sexistas, homófobas y machistas que se

encuentran insertas en la cultura; también se debe entender que en el

ser humano lo subjetivo juega un papel determinante. Pero este

reconocimiento no desembocó automáticamente en la comprensión de

que lo subjetivo incluye también la forma individual en que el dato

biológico es simbolizado en el inconsciente. Por ejemplo, para

Chodorow las diferencias entre masculinidad y feminidad son el

resultado de que las mujeres desempeñen el papel de madres; e lla

declara: “el hecho de que las mujeres hacen de madres es el único factor

de su subordinación y el más importante”.


Firestone desde le neo marxismo, menciona “así mismo como asegura la

eliminación de las clases económica, con la revolución generada por la clase

sometida (el proletariado), de igual manera garantizar la eliminación de las clases

sexuales con una revolución por parte de la clase sometida (las mujeres). Objetivo

final de la revolución socialista eliminar el privilegio y lograr la distinción de la

clase económica; de la misma forma con las clases sexuales el objetivo no solo es

lograr la eliminación del privilegio masculino sino la distinción del sexo, las

diferencias genitales ya no tendrá ninguna importancia cultural.

Arco ideológico opuesto (pansexualismo)

Varios siglos atrás, la sociedad se dividía estrictamente en dos géneros: “hombres”

y “mujeres”. La inclusión de una persona dentro de uno de estos grupos estaba

condicionada por su condición natural al nacer. Así, si nacías “hombre”, estabas

obligado a sentirte atraído por una persona del sexo opuesto. De la misma forma, si

nacías con los órganos característicos de un ser masculino, estabas condenado a

vivir toda tu vida bajo esa condición. Solo existían dos colores: el blanco y el negro.

La orientación sexual va más allá de la condición física al nacer, pero conforme la

sociedad ha ido avanzando especialmente durante los dos últimos siglos ese blanco

y negro se ha ido deshaciendo en un espectro mayor de tonalidades, reconociendo

otros colores intermedios como el gris marengo o el blanco roto. La condición

sexual se ha ido flexibilizando cada vez más, eliminando esos prejuicios

prehistóricos que determinaban de una forma tan absurda y superficial el desarrollo

de un ser humano. Así, hoy diferenciamos entre heterosexuales, homosexuales,

bisexuales, transexuales; es decir algunos sienten atracción por el mismo sexo; otros

por el sexo opuesto; y así un sinfín de combinaciones. Pero, ¿qué ocurre si


eliminamos las barreras entre esas orientaciones sexuales y dejamos a un lado esa

estricta clasificación? Llegamos, entonces, a la pansexualidad.

 La pansexualidad no entiende de géneros ni orientaciones sexuales concretas, es

una forma libre de entender la atracción entre seres humanos. No está reconocida

en el diccionario de la Real Academia Española. No obstante, su definición

popular es la siguiente:

 Pansexualidad: orientación sexual humana caracterizada por la atracción

sentimental, estética, romántica o sexual independientemente del género o sexo

de otras personas así como toda práctica sexual. Es decir, es la forma más libre y

elemental en la que se pueden concebir las relaciones entre seres humanos. No

entiende de géneros ni de orientaciones sexuales, por lo que pueden ser partícipes

tanto los géneros no binarios(aquellos que no se sienten identificados ni como

hombre ni como mujer) como los géneros binarios (bisexuales, heterosexuales,

homosexuales, etc.).

 Por otro lado la visión del pansexualismo hace referencia a que la familia

biológica eliminara la necesidad de la represión sexual. Así mismo la institución

de las relaciones sexuales, en que el hombre y la mujer tienen un rol bien definido

desaparecerá. Finalmente la humanidad podría revertí a su sexualidad

polimorfamente perversa natural en otras palabras amor entre especies. Eliminar

el género es la clave para eliminar el patriarcado, así tendría que ser un mundo de

poderes compartidos. Surgiría una nueva ética, que permitiera la ambigüedad de

una cultura que supero la división sexual.

Género es un término gramatical que especifica una clase a la que pertenece un

nombre sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma.


En las lenguas indoeuropeas estas formas son tres en determinados adjetivos y

pronombres: masculino, femenino y neutro.

Como se ha dicho ya, el postulado fundamental es que el género es algo construido

por la cultura. Por tanto, hay una esencial igualdad entre los géneros. La diferencia

cultural entre el hombre y la mujer ha sido usada con la finalidad de oprimir al

sexo débil, colocándolo en una situación de desventaja en relación con el hombre.

Para liberarse de esta opresión es necesario que la mujer compita con el hombre -

y gane- en el mundo profesional, aunque para esto abandone necesariamente su

maternidad. Incluso debe lograrse una «fluidez de papeles» hasta el punto de que

sean intercambiables: los hombres deben estar más en el hogar, suplir a las

mujeres para que ellas salgan a trabajar, que haya «equidad» (es decir, igualdad

total) en la división de papeles en el hogar.

Los géneros, incluyendo a los hombres y mujeres de tendencias sexuales diversas,

son también iguales (y deben ser igualmente aceptables en la sociedad) y se asigna

a su tendencia una categoría sustantiva, al punto que se habla de que esa tendencia

provoca unos ciertos derechos humanos.

Antes de hacer una reflexión crítica, deseo mencionar que según parece el término

«feministas de género» fue acuñado en primer lugar por Christina Hoff Sommers

[3] con el fin de distinguir el feminismo de ideología radical surgido hacia finales

de los años sesenta, del anterior movimiento feminista de «equidad». He aquí las

palabras de Hoff Sommers: El feminismo de «equidad» es sencillamente la

creencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Una feminista de equidad quiere

para la mujer lo que quiere para todos: tratamiento justo, ausencia de

discriminación. Por el contrario, el feminismo de «género» es una ideología que

pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer está presa en un sistema patriarca!
opresivo. La feminista de equidad opina que las cosas han mejorado mucho para

la mujer; la feminista del «género» a menudo piensa que han empeorado. Ven

señales de patriarcado por doquier y piensan que la situación se pondrá peor. Pero

esto carece de base en la realidad. Las cosas nunca han estado mejores para la

mujer, que hoy conforma el 55% del estudiantado universitario, mientras que la

brecha salarial continúa cerrándose.

Esta teoría o ideología de género tiene muchas debilidades si se analiza

críticamente:

1. Ante todo, aclaro que no se puede hablar de teoría de género, pues no hay

ninguna demostración empírica de sus proposiciones. En todo caso, estamos ante

una ideología de género. La ideología es una visión reduccionista de la realidad,

con la que se quiere explicar todo lo que sucede. Así, la ideología marxista

pretende limitar la realidad a la contraposición dialéctica de las clases sociales que

explicaría la historia, la sociedad, la cultura, etc. No hay datos empíricos para

soportar este postulado, sino que por el contrario, en un esfuerzo contorsionista se

transforman los datos para ajustarlos a la ideología. En el caso de la ideología de

género, sucede exactamente lo mismo: si los datos niegan los postulados, son los

datos los que son erróneos.

2. Pero la crítica fundamental es que estamos ante una serie de manipulaciones

contra las que debemos estar alerta. La primera es una evidente manipulación del

lenguaje. El concepto sexo no se prestaba para introducir el elemento cultura! y

todo lo que de allí se deriva. Es imposible decir que el sexo de una niña ha sido

construido por la cultura.


Así se usa género para decir algo parecido a sexo, manteniendo del concepto lo

que conviene, pero con una apertura que permite poner unas ideas nuevas,

totalmente ajenas al concepto de sexo y que sirven para los fines de la ideología.

El abandonar un término para usar otro y meter con calzador un concepto en el

término nuevo es una técnica de manipulación usada frecuentemente. Se hace

cambiando un término por otro como en el caso que nos ocupa o usando el mismo

término pero dándole un sentido nuevo. Así también por ejemplo se habla de

«matrimonio» de homosexuales cuando no es matrimonio, sino en todo caso

unión, y se habla de familia ajustándola «a la estructura social del momento»,

definiéndola como «el entorno afectivo que puede incluir la pareja, los abuelos,

los hijos o los amigos».

3. La segunda manipulación es que nos llevan a identificar «igual dignidad» con

«igual identidad». Sabemos que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad,

pero no tienen la misma identidad. No se puede hablar de igual identidad entre el

hombre y la mujer (son dos sexos diversos) y sin embargo, estamos casi obligados

a aceptar que el hombre y la mujer son totalmente iguales, idénticos porque se han

unido los conceptos de igual dignidad y de igual identidad. Y con esto caemos en

la trampa, pues negar la igual identidad nos pondría en la situación de negar la

igual dignidad, y por tanto negar que tienen los mismos derechos, algo que no

podemos hacer. Aquí hay una extensión de un concepto para adherirlo a los

conceptos divinizados o talismanes que por la fuerza que tienen en la opinión

pública estamos obligados a aceptar.


Sucede lo mismo, por ejemplo, cuando queremos exigir algo para un grupo y

hacemos pensar que se trata de derechos humanos inalienables propios de ese

grupo.

4. Luego entra en acción la típica dialéctica de contraposición, herencia del

marxismo: hay un opresor y un oprimido. Ya no se trata de una manipulación

conceptual, como los otras dos, sino emocional. Se parte del supuesto de la

igualdad radical y de que las diferencias son sólo culturales y de allí se manipula

la pasión de las personas. Si el género es una construcción cultural radicalmente

independiente del sexo, el objetivo de la ideología de género será eliminar la

bipolaridad sexual: «La meta no es sólo la de terminar con el privilegio masculino,

sino con la distinción sexual: las diferencias genitales no tienen importancia

cultural».

Dado que la premisa de la ideología de género (las diferencias son sólo culturales)

no se sostiene, la conclusión de que la diferencia construida culturalmente se usa

para oprimir, tampoco se sostiene. Sin embargo, a las personas involucradas, en

este caso las mujeres, que se sienten dañadas por reales actitudes de desprecio de

los varones, se les manipula para que no usen la racionalidad sino su pasión y su

deseo de revancha. Ese mismo mecanismo se usa cuando se reduce la relación

entre europeos e indígenas americanos a una relación de opresor-oprimido.

Independientemente de que en algunos casos haya habido verdadera opresión,

reducir todo a esta contraposición produce que el interlocutor quede ya

negativamente dispuesto y en cierta forma ideologizado.

5. En esta situación, viene la cuarta manipulación que es la de proponer a las

mujeres la realización por la vía de la competencia contra los varones. Aquí es


evidente que se cometen muchas injusticias en relación con las mujeres y se les

manipula con fines oscuros y de provecho de grupos y partidos:

a. Primero porque se les pone a competir con los hombres cuando lo que se debe

hacer es proponer la complementariedad. Los sexos no están contrapuestos. Es

más, están hechos el uno para el otro. Y el contraponerlos es condenar a la

desconfianza y recelo a la inmensa mayoría de la humanidad que vive o vivirá en

pareja. Además, no sé si en esta competencia se hace justicia a las mujeres.

b. Además, por las manipulaciones la mujer termina coaccionada al punto que no

puede escoger con libertad qué hacer en la vida y ya no puede mirar a la

maternidad y vida familiar como un camino de realización. Un botón de muestra

es el informe de Evolución de la Familia en Europa 2007, realizado por el Instituto

de Política Familiar. En el año 2006 han nacido en la UE un millón de niños menos

que en 1982, lo que supone una reducción del 16, 6%. España tiene la edad media

de maternidad mayor de Europa (30,84 años).

6. Al incluir a las personas homosexuales en la ideología de género, se introduce

un concepto un tanto extraño. Se hizo mucho esfuerzo para decirnos que la

diferencia de los géneros es algo producido por la cultura, es una construcción que

hace el ser humano. Sin embargo, en el caso de los homosexuales se está buscando

por todos los medios demostrar que la homosexualidad no es una tendencia fruto

de una disposición psicológica, sino fruto de algo genético, algo físico. De esta

forma se pretende decir que uno es homosexual como es varón para que de allí se

puedan exigir, más de lo que se exige ahora, los así llamados derechos de

homosexuales. De hecho, ésa es su principal reivindicación política: la

consecución de la igualdad legal entre la heterosexualidad y la homosexualidad y


sus expresiones, herramienta según ellos imprescindible para enfrentarse a la

homofobia cultural.

a.5 BREVE SINTESIS

La ideología de género fue concebida por el movimiento feminista radical, cuya visión

del mundo es que el varón habría dominado a la mujer, al relegarla a la vida doméstica y

privada, reservándose para sí la exclusividad de la vida pública, laboral y política.

Para lograr la igualdad de los sexos no habría bastado con otorgarle derechos políticos y

civiles a las mujeres, sería necesario algo más radical; disputar condiciones con los

varones en el poder político, para lo cual la mujer necesitaría incorporarse al mundo

laboral y a la vida pública.

Esta ideología exige como presupuesto dos negaciones:

1) no existe la naturaleza humana

2) los aspectos biológicos del sexo no pueden condicionar al ser humano.

Afirmamos que el género sería el sexo construido socialmente. Lo que significa:

1) En primer lugar, que la sexualidad permearía toda la personalidad de cada ser humano

y, además, toda la realidad de todas las sociedades y culturas. Además, la sexualidad

no tendría condicionamiento biológico, por lo tanto, cada quien gozaría de absoluta

autonomía para determinar en qué consistiría la feminidad y la masculinidad, y en

elegir qué querría ser ahora y llevarlo a la práctica.

El único condicionamiento externo a esa elección de género, sería la percepción que

tenga sobre ello el resto de la sociedad. Se daría una reciproca influencia; lo que uno

elige influiría en todo lo social y, simultáneamente, la elección mayoritaria de la sociedad


influiría en las elecciones individuales. Por lo tanto, solo a través del género se podría

construir un nuevo ser humano, diferente del que habito este planeta hasta el momento,

aun cuando se mantengan los cuerpos de mujer y varón. A su vez, esa nueva persona es

la que construiría una nueva sociedad, donde varones y mujeres se repartirían en partes

idénticas la vida pública y la vida privada.

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