La formación perceptiva
Dicha información provendrá tanto del exterior, como de su propio cuerpo. Para poder
recibirla, analizarla y organizarla se pondrán en juego diferentes mecanismos de
recepción, clasificación y organización de la información. De esta manera se irá
conformando un proceso que construirá y reconstruirá saberes sobre esta información
a lo largo de toda la vida.
El esquema corporal resulta entonces una estructura que el niño construye a través
de las diferentes experiencias por las que transita. En términos didácticos dicho
esquema no es un contenido para el niño, ya que el niño no aprende el esquema
corporal, aprende (adquiere, descubre o construye) las nociones sobre dicha
estructura que se convierten en contenidos de la enseñanza. En cambio esta
estructura es un contenido para el docente que lo aprende en su formación con la
intención de apropiarse de saberes que le permitan ayudar a los niños a construirlo.
(en el mismo sentido las capacidades coordinativas, no son contenidos para el niño, si
lo son para el docente que las quiere enseñar o estimular).
Es así como ante una primera diferenciación del propio cuerpo con respecto a los
otros, el niño comienza a reconocerse diferente al mundo externo y la información que
se recibe de él se organiza paulatinamente otorgando un sentido a la misma, "lo otro"
es el afuera, lo exterior, del cual también se comienza a registrar distintos grados y
niveles de información que (así como ocurre con el propio cuerpo) se harán concientes
o permanecerán en algún tipo de registro no conciente.
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LE BOULCH, JEAN. “La Educación por el movimiento en la edad escolar”. PAIDOS, Buenos
Aires.
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Prof Daniela Galluzzo
Estas no son más que representaciones mentales, percepciones y conocimientos que
se integran y organizan con respecto a las otras personas y a las cosas que se
encuentran en el ámbito cotidiano. Podríamos hablar del mundo físico o natural y de
un mundo social, a los que presentamos divididos al único efecto de prolongar un
análisis sobre ambas realidades que se encuentran integradas.
Las nociones que integran estas estructuras cognitivas son diversas y presentan
diferentes niveles de complejidad.
La orientación en el espacio
La enseñanza de los contenidos del primer ciclo deberá ayudar a los niños a
reconocer la existencia de un espacio físico, objetivo, independiente de lo que realicen,
en el que tendrán que situarse para accionar durante las clases (sea en el patio,
gimnasio, ámbito natural o natatorio), de forma cada vez más adecuada.
Es probable que al ingresar al nivel primario los niños puedan orientarse en el espacio
con relación a sí mismos, a los objetos y a los otros, y reconocer nociones espaciales
como: "adelante-atrás", "arriba-abajo", "a un lado-al otro"; situaciones o ubicaciones
con relación a "adentro-afuera", "entre"; relaciones de proximidad o lejanía: "cerca-
lejos", "juntos-separados"; dimensiones de los diferentes espacios: "grande-pequeño".
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Sólo si el docente observa que no están aprendidas, se constituirán en contenidos de
este ciclo.
Por lo tanto, serán diferentes las trayectorias de una pelota que se impulsa para
pasarla a un compañero que la trayectoria que debe imprimirse al mismo objeto para
alcanzar un gol; una situación es atajar o interceptar una pelota y la otra es esquivarla,
querer escapar a un perseguidor o querer tocar a alguien.