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La trastienda de la hipersexualidad o cómo reconocer a un

adicto al sexo
Perder la pareja, ideas suicidas y problemas laborales. Estos son solo algunos de los
conflictos que genera este trastorno que la OMS define como un aumento excesivo en
la actividad sexual. Un especialista analizó para Infobae los seis indicadores que
delatan que el comportamiento sexual entra en la categoría de adicción

Por Valeria Chavez | 16 de junio de 2017

La adicción al sexo se da tanto en hombres como en mujeres,


en edades que van entre los 20 a los 45 años (Shutterstock)

En términos científicos la palabra "adicción" comporta una fuerte relación


con el objeto adictivo, conductas irracionales para conseguirlo y síntomas de
abstinencia cuando no se lo tiene.

Si de adicción al sexo se trata el deseo se mezcla con el impulso, el placer


con la ansiedad, la tentación con la moral, el peligro o la sensación de riesgo
con la preservación de uno mismo. "La adicción al sexo es un
comportamiento irrefrenable, repetitivo, con culpa y sensación de vacío una
vez que se ha conseguido bajar la tensión sexual". Así la definió
a Infobae el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin.

Y amplió: "Es importante diferenciar que tener deseos intensos y frecuentes


no es sinónimo de adicción al sexo. Todos solemos reconocer cuándo
estamos más dispuestos a los contactos eróticos, hasta es posible
determinar qué tipo de estímulos incrementan el deseo. Es una grata
sensación que nos sensibiliza, preparándonos para sentir placer. Se define
la adicción al sexo como la presencia de impulsos, fantasías, pensamientos
recurrentes de índole sexual que llevan a conductas compulsivas,
ocasionando malestar subjetivo y deterioro en la distintas áreas de su
vida".
Es importante diferenciar que tener deseos
intensos y frecuentes no es sinónimo de adicción
al sexo

El tema volvió al centro del debate porque recientemente un estudio de la


organización británica de asesoramiento familiar reveló que una de cada 20
personas tiene un problema de hipersexualidad. Otras estadísticas aseguran
que en España un millón 600 mil personas están diagnosticadas con este
trastorno que se da más en hombres que en mujeres.

Pero, ¿qué es la hipersexualidad? Según la Organización Mundial de la


Salud (OMS), se trata de un "impulso sexual excesivo". Es decir, un
aumento excesivo en la actividad sexual de una persona que conlleva
consecuencias negativas sociales, emocionales y físicas, como dejar de
disfrutar del sexo para obsesionarse con la cantidad de los encuentros
sexuales. En otras palabras: adicción al sexo.

Según los expertos, la aparición de internet es un estímulo para esta


adicción, con su infinita oferta de chats, webcams, pornografía gratuita,
aplicaciones de contactos y demás "ciberinventos". De hecho, el trastorno
está tan extendido que la OMS ya lo considera un problema grave de salud
física y mental.

Según los expertos, la aparición de internet es un estímulo para


la adicción al sexo (iStock)

Es difícil esbozar un retrato robot fiable del sexo adicto medio. El doctor
Josep María Farré, del Instituto Universitario USP Dexeus (Barcelona),
propuso uno: "Tienen cierta predisposición las personas con características
impulsivas, con control deficiente y búsqueda excesiva de novedades, o con
tendencia al fracaso social".

El estrés, el bajo control de los impulsos y emociones y la baja tolerancia a


la frustración también pueden llevar a desarrollar esta dolencia. El
hipersexual sufre un intenso sentimiento de culpa, se hace continuos
autorreproches y tiene una confusa percepción de lo que es bueno o
malo, mucho o poco. La mayoría compatibilizan este problema con otros.
"El 30% son adictos a tóxicos. Otros, adictos en cadena: al juego, a la
comida, al ejercicio… Un 21% están también deprimidos. Son personas con
carencias graves, y el sexo es su forma de compensarlas. Usan su cuerpo y
el de los demás como un objeto", sentenció Farré.

Las personas adictas al sexo refieren no poder


controlar el impulso que los lleva a tener sexo en
forma urgente

Sin distinción de sexos

Según profundizó Ghedin, la adicción al sexo se da tanto en hombres como


en mujeres, en edades que van entre los 20 a los 45 años (etapa de
constantes cambios y mayor energía física y mental). No se saben las
causas que la provocan, aunque los estudios apuntan a desórdenes en los
neurotransmisores (aumento de la dopamina), y fundamentalmente factores
emocionales: estrés, inseguridad personal, sentimiento de inferioridad,
temores de ser humillados o avergonzados por los demás.

"Las personas adictas al sexo refieren no poder controlar el impulso que los
lleva a tener sexo en forma urgente, lo cual ocasiona serias dificultades en
las distintas áreas: social, familiar, laboral, económica, entre otras-detalló-.
La masturbación compulsiva, frecuentar prostíbulos, sexo express, la
búsqueda imperiosa de material pornográfico, líneas calientes, sitios web,
etc., son algunas de las conductas más frecuentes".

Según el National Council of Sexual Addictionde los EEUU, un 40% de los


pacientes pierden su pareja, un 72% tienen ideas suicidas, un 17% intentó
quitarse la vida, un 27% tiene problemas laborales, un 68% tiene
probabilidades de contraer VIH, un 40% tiene embarazos no deseados y un
36% aborta.

Cómo reconocer a un adicto al sexo

El adicto al sexo tiene sentimientos encontrados: tentación


versus represión (iStock)

El comportamiento sexual entraría en la categoría de adicción cuando:


1) La persona tiene impulsos o pensamientos sexuales perseverantes.
2) Necesidad imperiosa e irrefrenable de algún tipo de contacto sexual:
autoerótico, relaciones hétero u homosexuales, líneas hot, etc.
3) Sentimientos de culpa posterior.
4) Pérdida de tiempo, incapacidad para cumplir con sus actividades
habituales, gastos desmedidos en pornografía, prostitución, etc.; afectación
de sus relaciones amorosas y/o interpersonales.
5) Sentimientos encontrados: tentación versus represión.
6) Abstinencia sexual: inquietud, insomnio, pérdida de concentración, de la
atención, etc.

De la adicción a la sobriedad sexual

Para finalizar, Ghedin explicó que "toda conducta de abuso o francamente


adictiva merece ser tratada para que la persona pueda recuperar el control
de sus impulsos. Es fundamental trabajar sobre la personalidad ansiosa o
temerosa de base para que el hombre adquiera más seguridad personal,
maneje mejor los sentimientos de inferioridad, la tolerancia a la frustración y
empiece a reconocer-y a confiar- en sus potencialidades amatorias".

Y tras asegurar que "no hay tratamientos específicos que 'curen' la adicción
al sexo", el especialista indicó que "se puede controlar con terapias
cognitivas, grupos de 'sexo adictos' y fármacos que calmen los
impulsos y la ansiedad". Los grupos de ayuda se basan en los doce pasos
(como Alcohólicos Anónimos) y proponen como objetivo alcanzar la
"sobriedad sexual", es decir, lograr tener relaciones sexuales no impulsivas
ni generadoras de malestar.

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