Fischer dice que, para la concepción sociológica, la cultura se define
como “ el progreso intelectual y social del hombre en general, de las colectividades, de la humanidad” . En general, se usa el concepto de cultura en su acepción sociológica, cuando el hablante se refiere a la suma de conocimientos compartidos por una sociedad, y que utiliza en forma práctica o guarda en la mente de sus intelectuales. Es decir, al total de conocimientos que posee acerca del mundo o del universo, incluyendo todas las artes, las ciencias exactas (matemáticas, física, química, etc.); las ciencias humanas (economía, psicología, sociología, antropología, etc.), y filosofía.
l concepto sociológico de cultura tiene una fuerte connotación con la
apreciación del presente, pensando en el desarrollo o progreso futuro de la sociedad, para alcanzar aquello que llamamos el patrimonio cultural de la humanidad o, simplemente, “ la cultura universal” . Es en este sentido que debe entenderse la expresión “ desarrollar la cultura de un país” , implicando desarrollar y ampliar el conocimiento nacional de lo que el hombre (universal) ha sido capaz de desarrollar hasta hoy.
LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
Es una perspectiva para el análisis del fenómeno educativo que utiliza
los conceptos, metodologías y teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social. Como perspectiva se ha nutrido de aportes de sociólogos, pedagogos, psicólogos, antropólogos y economistas, constituyéndose como un campo interdisciplinario. La sociología de la educación debe distinguirse de la pedagogía social, que es una disciplina pedagógica cuyo objetivo es la educación social del hombre, y de la sociología educativa cuya intención, fundamentalmente moral, ha sido la de perfeccionar la conducta del hombre como ser social y a su vez la de mejorar la sociedad. La institución social educativa nos ayuda a relacionar a las escuelas como parte fundamental de las instituciones del estado moderno o contemporáneo y de las funciones estructurales del sistema de organización y producción económico-social; la principal es la socialización. Se remarca así el papel de la escuela en el desarrollo del país y la trascendencia de su acción para posibilitar los cambios que las contradicciones del sistema capitalista requieren para la solución de dichas problemáticas sociales.
La sociología de la educación caracteriza por:
ser una sociología especial. Es decir, es una de las ciencias
sociológicas (como también la sociología de la familia, la sociología del trabajo, la sociología de la religión) que se ocupan de alguno de los aspectos concretos de lo social. En este sentido es una rama de la sociología general, coordinada con las otras sociologías especiales mencionadas.
ser una ciencia de la educación, en tanto que tiene como objeto
de estudio la educación. Esto no significa que sea una ciencia pedagógica, ni que pertenezca a la pedagogía, sino que es una ciencia sociológica que pertenece a la sociología. La sociología de la educación busca plantear el fenómeno educativo, explicarlo como hecho social que es. Explica el fenómeno educativo desde el punto de vista sociológico, no desde lo educativo o pedagógico
ser una disciplina explicativa y descriptiva, esencialmente,
frente a otras que pretenden o tienen por objetivo principal intervenir en el proceso educativo. Esta afirmación que opone a la sociología de la educación a las didácticas y psicología de la educación, no quita que la sociología de la educación posea un carácter provocador y crítico que provoque y oriente con sus resultados, cambios y transformaciones, no solo educativos, también sociales. EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO El lenguaje total (1972) tradicionalmente las metodologías de enseñanza utilizadas en educación, han tenido un enfoque verbalista centrada en la exposición del profesor y transmisiva a través del libro de texto, a través de estos métodos los conocimientos son accesibles al alumno en la mayor de las veces como especulaciones, estos pensamientos normalmente estaban hechos y hasta cierto punto analizados y digeridos por el profesor, de tal forma que al alumno solo le quedaba memorizarlos. Hoy los medios de comunicación masivos codifican la realidad de una forma diferente, contribuyen a que la comunidad adquiera una comunicación más adecuada con la integridad de la naturaleza humana. La percepción visual y auditiva son procesos fundamentales en el acto cognoscitivo. De tal forma que la comprensión no es consecuencia de la audición y/o de la visión, sino que es innata a la percepción. El lenguaje total integra al hombre en un universo perceptivo, donde la percepción opera integrando los diversos sentidos. Es la pedagogía total la que lleva al alumno el placer nuevo y motivador del aprendizaje. El alumno está queriendo saciar su hambre de estímulos, sensaciones y percepciones. Las nuevas generaciones tienen nuevas necesidades y requieren una sacudida sensorial para trabajar y comunicarse. Esto contribuye a captar globalmente una gama de imágenes, sensaciones y sonidos, sin ya siquiera recurrir al proceso de análisis-síntesis. Los nuevos lenguajes nos demuestran que la comunicación no consiste simplemente en la transmisión de ideas, hechos, sino también ofrece nuevas formas de ver las cosas, influyendo y transformando los significados y contenidos. Es por esto que la educación debe promover el desarrollo de aptitudes para asumir las responsabilidades tanto en lo individual como en lo social, en un mundo imprevisible y cada vez menos codificado. Los nuevos lenguajes que transfieren los medios de comunicación social, hacen relevante que no es posible comunicar directamente a la razón sin violentar a la naturaleza humana, es en este sentido que ya sea una revista o periódico, cine o televisión, su propósito no está centrado en hablar directamente a la razón, sino a los sentidos. Los nuevos conocimientos a transmitir en la educación surgirán de las necesidades y circunstancias reales de los educandos y su contexto relacional con la semiótica social y de los medios de comunicación. Para lograr ubicarse en el contexto de la comunicación docente-alumno cada uno debe ir en busca del otro, en una acción de comunicación profunda, esto lograría una auténtica educación. Educación, reformismo y revolución Trataremos el pensamiento de maestros y pedagogos latinoamericanos que pusieron énfasis en pensar un proyecto pedagógico alternativo al tradicional y que cuestionaron las bases de la organización política y administrativa de la educación en su concepción positivista. Nos ubicamos en Cuba, fuente valiosa sobre cómo pensar la política educativa de manera igualitaria, inclusiva y de alta calidad. En el final de su guerra de independencia (1895-1898), cuando el triunfo ya estaba asegurado, Estados Unidos intervino en el proceso para “ayudar a asegurar dicho triunfo”. No fue más que una estrategia política “para anudar lazos de dependencia para el futuro”. “Las instituciones, los mercados y en especial la cultura y la educación, estaban en manos de norteamericanos o de sus personeros. Se implantó el modelo norteamericano, por medio de la imposición, la asimilación y la convicción” (Nascimento, 1995:197). Cuba llega a la revolución en 1959, portando la voz de sus hacedores y la herencia de un pensamiento que vio truncas las posibilidades de materializarse precisamente a causa de autoritarismos, violencia y persecución. Nos referimos a las ideas de José Martí, luego retomadas por Julio Antonio Mella, ambos constituyen las bases fundantes de la pedagogía cubana. El pensamiento de José Martí Los niños fueron sus primeros lectores, para quienes escribió una literatura que no caía en infantilismos innecesarios y que, con belleza literaria, claridad y certeza históricas, ahondaba en temas profundos. Su interés era que los niños americanos cómo se vivía y cómo se vive hoy en América y en las demás tierras. Más tarde dirigiría su palabra a la clase obrera. Durante su estancia en Estados Unidos, fue el impulsor de la “La liga de la instrucción” para los obreros de color de Nueva York. Martí creía en el aula, en la escuela y en la educación sistemática. El valor pedagógico de su obra fue de escaso tratamiento. Según Nassif, dos factores podrían incidir en ello: que las acciones opacaron al hombre de pensamiento; y un modo particular de comprender “lo pedagógico” que en Martí ponía la educación en relación con la vida, idea completamente ajena a la pedagogía de su época. Algunas definiciones de “educación” para Martí: • “habilitación de los hombres para obtener con desahogo y honradez los medios indispensables de la vida en el tiempo en que existen, la educación tiene un deber ineludible para con el hombre conformarle a su tiempo sin desviarle de la grande y final tendencia humana • “Educar es depositar en el hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente ponerlo a nivel de su tiempo prepararlo para la vida…” • “Educar es dar al hombre las llaves del mundo, que son la Independencia y el amor” Se desprenden dos ideas centrales que definirán la tarea educativa: • Preparar para la vida con independencia y amor. El acto pedagógico es para Martí una relación que se debe alimentar con el amor. Los maestros deberán ser capaces de “abrir una campaña de ternura y de ciencia”. La educación como un acto de creación y el agente principal es el maestro. Pero también vio al alumno y los momentos de su desarrollo, proceso que no se debía perturbar, 1 por lo que las escuelas debían ser “casas de razón” para acompañar a los niños a desplegar su propio pensamiento con el acompañamiento juicioso de los maestros. • Situarse en el tiempo propio de cada quien: “… es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época y la época misma”. Martí ya hablaba de algo que alcanzó su momento culmine en el debate pedagógico de América Latina recién en la segunda mitad del siglo XX: la educación popular. Para él, la educación era la base del progreso de los pueblos: “Educación popular no quiere decir exclusivamente educación de la clase pobre, sino que todas las clases de la Nación, que es lo mismo que el pueblo, sean bien educadas”. El pensamiento de Julio Antonio Mella Ubicamos a Mella en las primeras décadas del siglo XX. Se dedicó a la comprensión y militancia por rescatar las importantes raíces históricas de pensamiento, fundamentalmente el ideario democrático, revolucionario, antiimperialista y nacional liberador de José Martí. Su esfuerzo estuvo puesto en la educación de la juventud. Fue fundador y docente de la Universidad Popular “José Martí”. Allí expresó, en práctica política y educativa, las bases de su pensamiento pedagógico que giraba en torno de la revolución y la educación como acción social. Consideraba a los maestros como un “faro luminoso que señala la ruta” siempre. El maestro educa en el aula y fuera de ella y es el que enseña la verdad de la vida que no se olvida nunca. Mella sostenía que se había cambiado de tirano pero no se había logrado una plena liberación. La presencia de Estados Unidos en Cuba perpetuó el estatus de nación colonizada, pasando de los españoles a los norteamericanos. Por ello preocupaba a Mella la formación de la juventud y enfatizó tanto en la educación universitaria, ya que consideraba que allí estaba la génesis de la liberación. “Estas ideas estaban aún enmarcadas en una concepción liberal de la educación, la cual privilegia la cultura e instrucción de la sociedad como vía para lograr las transformaciones sociales que Cuba necesitaba. La lucha por la reforma universitaria era inseparable del combate patriótico por la plena independencia nacional” (Rosales, s/f) Pero su marca de ideas liberales no durará para siempre. Cuando es creada la Universidad Popular “José Martí” se pone de manifiesto la articulación ideológica entre el ideario martiano y las ideas socialistas y retoma la idea de revolución cultural: “…Revolución como revolución cultural capaz de transformar no sólo a la sociedad, sino al propio hombre (…) Para Mella como para Martí, era vital e inaplazable la educación del sujeto de la Revolución: sólo con masas cultas y formadas podría realizarse la obra revolucionaria”.