INTRODUCCIÓN
Para la aplicación del enfoque integral de la Atención Primaria en Salud se deben valorar aspectos no sólo
biológicos sino también psicológicos, sociales y espirituales. Dentro de los aspectos psicosociales
encontramos el estrés como un factor fundamental que puede desencadenar enfermedad, a través de procesos
complejos que involucran a los sistemas edocrino, neurológico e inmunológico. En esta guía abordaremos
uno de los instrumentos más importantes en la valoración del estrés y su impacto en el desarrollo de la
enfermedad: La Escala de Reajuste Social de Holmes y Rahe. Inicialmente se expondrá la relación entre los
factores psicosociales y enfermedad, y posteriormente se describirá la escala en cuanto a su utilidad y
aplicación.
El objetivo de esta guía es ofrecer y motivar la utilización de una herramienta de valoración que integre los
aspectos biológicos, psicológicos y sociales en la práctica clínica diaria. La aplicación de este instrumento
facilitará una atención en salud más humana dirigida al logro de una mejor calidad de vida de las familias
asignadas en cada localidad.
CONTENIDOS
OBJETIVOS
El estrés o tensión sin angustia es una situación afín a los seres humanos, y cierto grado de tensión es
necesario para el funcionamiento normal de la persona. Cuando la tensión se acompaña de angustia y supera
los limites que puedan ser controlados se denomina distrés; este distrés que conlleva pérdida de control sobre
la tensión dispara mecanismos sico-neuro-inmuno-endocrinológicos, los cuales –a su vez- generan desajustes
neuroquímicos y hormonales, facilitadores de la aparición de enfermedad. El término de uso popular para
significar el distrés, es “estrés”. Aunque se maneja en el cotidiano, es poco reconocido por la población como
un factor que incluye en la salud.
Sin embargo, en la práctica de la Medicina Familiar es de común observación que el cambio de situación en
cualquier aspecto de la vida puede influir sobre el estado de salud. Holmes y Rahe, en 1967, crearon una
escala que consta de 43 ítems; le preguntaron a las personas sobre eventos cotidianos de la vida, a cada uno
se le dio un peso basado en qué tan estresante era ese evento para la persona y ponderaron el reajuste
requerido. Postularon cómo la acumulación de eventos, sean éstos positivos o negativos, produce riesgo
biosicosocial para enfermar o presentar síntomas o trastornos viscerales que, obviamente, contribuyen a
empeorar la problemática que trae la persona. De los 43 ítems, entre los diez y quince más estresantes se
relacionaron con eventos familiares.
Algunos investigadores como Harol Wolf y Adolfo Meyer aportaron pruebas de gran peso de que los eventos
vitales, al producir reacciones psicofisiológicas, juegan un papel importante en la génesis y evolución de
muchos trastornos.
La simultaneidad de situaciones familiares positivas o negativas produce en efecto acumulativo que propicia
la mayor probabilidad de enfermar en un tiempo cercano a la ocurrencia de esos eventos. Por ejemplo, si una
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persona tiene una separación reciente, está cambiando de vivienda, su hija mayor va a ingresar a la escuela
por primera vez, y además tiene programada una cirugía electiva, al aplicarle la Escala de Holmes y Rahe se
encontrará que tiene varios factores de riesgo y se debe proponer la postergación de la cirugía electiva, debido
a que la probabilidad de complicación por el gran distrés y la depresión alteran el sistema inmune y los
mecanismos de defensa.
No es extraño, por ejemplo, que un anciano que enviudó recientemente muera de un infarto del miocardio,
diciéndose, entonces, que “se murió de tristeza”. Pero no sólo los eventos negativos influyen sobre la salud;
también sucesos considerados como positivos se asocian con enfermedades. Es el caso de la novia que
amanece con bronquitis el día de la esperada boda.
Utilidad
La Escala de Holmes y Rahe asigna un valor numérico a los diferentes eventos de la vida, según su potencial
de contribuir al comienzo de la enfermedad. Esta herramienta es de gran valor debido a que aporta señales que
permiten realizar intervención anticipatoria y valora los riesgos por el equipo de salud.
Como se describió, se puede aplicar individualmente y relevante en la medida que se correlacione con el
riesgo de cada miembro y el rol que esta persona ocupa en la familia. Por ejemplo, el mayor riesgo lo presenta
la madre, o la abuelita, o la persona generadora del ingreso.
Aplicación
Se le entrega a la persona una hoja en la cual están descritos los ítems de la Escala. Se le solicita subrayar los
eventos que se le han presentado en el último año.
Luego de señalar los ítems en la escala de Reajustes Social se suman las puntuaciones asignadas a cada uno
de ellos. Con el total es posible observar el riesgo relativo de enfermar, según la siguiente tabla:
BIBLIOGRAFÍA
• Arias, L, y, Duarte, A. Módulo de Actualización Médica. Ascofame. Primera edición.
Bogotá (Colombia). 2004. 135- 138.
• Arias, L, y, Alarcón, M. Medicina Familiar en la Práctica. Editorial Catorse. Cali
(Colombia). 2000. Págs. 78-79.