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La ética en acción.

Muchos adolescentes viven al “ahí se va” no quieren pensar, mucho menos cuestionar sus
ideas o conducta. Viven imitando a los demás, buscando un líder a quien seguir y obedecer
o hacen lo que otros (la televisión, los amigos, personas que les rodean) les dicen que
hagan. Sin reflexionar, de su zona de desarrollo próximo se forman una ideología de lo que
es (según estos) el mundo y la vida humana. Y de este modo de ver la realidad forman su
guía de conducta a la par que sus creencias sobre lo que es bueno-malo, verdad-mentira,
justo-injusto e incluso bello-feo. El gran problema aquí es: que tan cierta es esa manera de
ver el mundo y la vida, ¿tendrá buenos fundamentos? O ¿buenos argumentos?, ¿serán ideas
razonables? En ocasiones son pensamientos arbitrarios, generalizaciones apresuradas de
personas con muy escasos estudios sobre el tema en cuestión o gente que impone sus
dichos con prepotencia o como el fuerte que guía a sus sumisos ciegos. Pudiéramos decir
que resultan más ignorantes de la vida humana que la mayoría de los adolescentes.

Para enfrentar tan importante problema se propone traer a estas páginas el pensamiento
de grandes filósofos, excelentes estudiosos del ser humano, esos pensadores que han
estudiado a fondo la ética y la moral. Hombres como Sócrates, Platón., Aristóteles, Agustín
de tagaste, Tomas de Aquino, Ismael Kant, Nicolai Hartmann, Dietrich van _Hildebrand.
Pensadores contemporáneos como Víctor Frankl, Fernando Savater, José Antonio o María
Adela Cortina, entre otros más. Con verdaderos sabedores y saboreadores del ser humano
a los que podemos llamar sabios. Vamos a plantear la ética como un camino y modo de ser
que nos proporcione un sentido valioso para nuestras vidas tanto como una buena vida
humana y ¿por qué no? destellos de intensa felicidad.

El propósito principal de investigar en que consiste esta manera de vivir encuentra tres
grandes planteamientos que dicen: Una buena vida humana cosiste en buscar y lograr
alguna de las siguientes maneras de para por el mundo.

1. Una vida que tenga muchos placeres y lo menos posible de dolor y/o sufrimiento.
2. Una vida que pueda considerarse llena de felicidad.
3. Una vida que cumpla con el deber que tiene todo ser humano en cuanto que es un
ser libre y en pleno uso de razón.

Desde hace más de 2000 años ya se decía que una buena y verdadera moral, es decir, modo
de vivir y comportarse habría de tanto para cada ser humano en lo personal de ellos que es
la sociedad. Pues el hombre es necesariamente único e irrepetible como un ser
irremediablemente social. Por lo tanto conseguir vivir el placer, alcanzar la felicidad o
cumplir con el deber sólo es posible dentro de la sociedad, pues lo que se considere bueno
para una persona habrá de serlo también para los demás. En consecuencia, se va a dar una
breve explicación de la vida como placer, como felicidad y como cumplimiento del deber de
un ser racional.

La ética como búsqueda y logro del placer.

Buena, magnífica idea esa de considerar que todo ser humano intente conseguir placer
mucho y muchas veces, que gran vida esa de gozar todo el tiempo posible, ¿cómo no va a
ser grandioso y muy inteligente disfrutar de la vida antes de que esta se vaya a terminar? Y
esto se puede tener de manera inmediata y directa al momento por medio de alguna droga,
de alcohol o de actividad sexual. Pero…el costo es descomunalmente caro, se puede pagar
con una enorme cantidad de dolor y sufrimiento, quizá con daños permanentes que
desgracien esta misma vida.

Desde hace miles de años ya hubo filósofos que se ocuparon de estudiar este asunto y como
eran muy listo, pensaron que se tarta si de obtener grandes dosis de placer, que duren
bastante tiempo, que sean intensas y se gocen hasta el fondo con cuerpo y alma, pero que
no tengan consecuencias desastrosas llenas de sufrimiento y dolor. Eh aquí el gran dilema,
¿cómo vamos a conseguir placer sin dolor, placer sin daños a nuestra persona? ¿placer sin
perjudicar a otras personas cercanas o lejanas, queridas indiferentes? ¿placer para mí, sólo
para mí y los demás me importan poco? ¿y si otro busca una vida de placer dañándome a mí
que digo y hago?

Cierto es que hay muchos y variados tipos de placer en este mundo, tanto que es difícil
enumerarlos los hay sencillos quizá como respirar y si es aire fresco de un buen paisaje,
mejor comer, beber, defecar u orinar. Hasta otros tan complejos como ser científico, artista
(creador), estadista, benefactor de muchas personas o ayudador-servidor de otras tantas,
feliz o aún mejor causante de personas felices.

De esta manera podemos decir que se trata de preferir los placeres que duren más, sobre
los que duren menos, los que sean más fuertes o intensos sobre los débiles y los que no
traigan consigo dolor-sufrimiento o lo tengan muy poco sobre los que contengan más dolor.
Para llevar a cabo esta preferencia habrá que renunciar o pasar a segundo término a los
pequeños placeres, los que duren poco y los que traigan dolor. Consecuentemente habrá
que buscar primero los durables, fuertes y que traigan menos o ninguna consecuencia
dolorosa. E incluso en ocasiones habrá que soportar el dolor y realizar grandes esfuerzos,
trabajar fuerte por mucho tiempo para conseguir un placer grande y muy deseado.
Todo esto teniendo presente el principio básico del respeto y consideración por los demás
tratando de hacer el placer extensivo a esas otras personas: placer para mí, para ti y de ser
posible para los demás. Puesto que somos seres sociales, necesito de los demás para tener
placer como ser humano y los otros necesitan de mí para tener también dicho placer. Y
desde luego que el placer de uno no sea el dolor-sufrimiento de otro.

Sin embargo esto de tener una vida placentera es algo bastante difícil de conseguir, además
de que en caso de conseguirla queremos algo más complejo y elaborado que es la felicidad,
la cual requiere de otras muchas condiciones para poderse realmente llamar felicidad.
La vida como búsqueda de felicidad.

Esto de procurarnos felicidad es algo de mayor nivel que la idea anterior del placer o
placeres, si queremos ponerla en plural, pero asi como en la primera no era cuestión de
placeres de bajo nivel más propios de un animal que de un ser humano en el asunto de la
felicidad no se trata de un conjunto de placeres o de sentirse bien, agradablemente o muy
contento. Se pretende desarrollar las capacidad y virtudes que corresponden a un ser
pensante-racional a la par que un ser de una gran sensibilidad que lo hace único en el
planeta tierra.

Para proponerte la idea de la felicidad como objetivo en la vida, amigo-a adolescente,


vamos a presentare en las siguientes páginas de este capítulo dos magníficas explicaciones
del ideal humano que es logar la felicidad en la vida. Y se dice magnífica explicación porque
se trata del pensamiento de uno de los grandes filósofos de la antigüedad griega como es
Aristóteles y de un destacado filósofo español de la actualidad, es decir, de José Antonio
Marina. Del primero el que suscribe este libro hace un resumen de su gran obra Ética
Nicomaquea, y el segundo un bosquejo de su libro Aprender a vivir.

Aristóteles.

¿Qué puede enseñarte para tú beneficio un gran filósofo griego que vivió hace 2400 años?
Puede responderse esta pregunta diciendo que por medio de una de sus obras llamada Ética
Nicomaquea te muestra una teoría de cómo vivir una buena vida humana, teniendo como
camino y meta la felicidad. Veamos en que consiste dicha teoría que es válida en este y
otros tiempos.

En esta obra plantea que hay un bien que es el más excelente de todos los bienes de la
acción humana y que este es la felicidad. Lo propio del hombre es una vida basada en el
razonamiento y busca la perfección y con esto varias perfecciones llegando a una máxima
perfección y con esto vivir una vida completa. En esa vida, desde luego que se vive bien y
también se comporta uno bien. Claro que son necesarios varios recursos económicos,
sociales y culturales, luego pues, la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud.
Entendiendo por virtud todo hábito acompañado de razón. Ahora bien, las virtudes se
dividen en intelectuales; las cuales son: sabiduría, comprensión y prudencia. Y en morales:
libertad y templanza.
Más adelante dice que está en nosotros hacer actos nobles o ruines, y también no hacerlos.
Esto es lo que distingue a los buenos y los malos, por tanto, está en nosotros ser buenas
personas o malas personas. Entre los segundos están los que exageran, por ejemplo en el
comer y/o beber o los desenfrenados que desean todos los placeres, ¿cómo tú?, resultado
que a estos ¡se los lleva la tristeza!

Anota que habiendo bienes económicos: los que se miden por medio del dinero y que
exagerar en gastarlos es actuar mal así como también ser avaro (codo), lo bueno es
gastarlos inteligentemente. Aquí aparece ya su famosa “teoría del justo medio” la cual dice:
Nada con exceso todo con medida. Luego habla de controlar la propia vida por medio del
razonamiento algo así como pensar bien las cosas, calcular los pros y contras, es decir, las
consecuencias antes de actuar. Por esto en el caso de enojarse (airarse) con alguna persona,
debe ser en las cosas razonablemente justas y contra quien es debido, en la manera,
situación y tiempo donde hay buen motivo. Está este filósofo en contra de los llama
fanfarrones y que son los que presumen de cosas que no tienen o de acciones que
realmente no han hecho o más grande lo que verdaderamente son.

Dice que son injustos el transgresor de la ley, el ambicioso, el que no actúa con igualdad. Y
por tanto justos son el que respeta la ley y la igualdad. Por eso la justicia es la virtud
perfecta y parece con frecuencia la mejor de las virtudes.

Luego donde trata de las virtudes intelectuales dice que por medio de estas se alcanza la
verdad, y que son: lo que Aristóteles llama arte, (hoy diríamos todo lo que se hace bien, esto
es con habilidad e ingenio, con cuidado y buenas intenciones) ciencia, prudencia, sabiduría,,
intuición. Continua con la afirmación de que la persona prudente es la que piensa
razonablemente sobre las cosas buenas para uno tanto como para otros como, por ejemplo,
las cosas sobre el bien vivir en general. Ahora que, el más alto saber es la sabiduría, en ésta
es necesario saber tanto los resultados como los principios, esto es, la ciencia de las cosas
más altas y el mejor saber. Siendo esto último, podemos decir que la sabiduría nos lleva a la
felicidad.

Más adelante dice que hay tres formas de conducta que deben evitarse: el vicio, la
incontinencia (no poderse contener o controlar) y la bestialidad. Y tres conductas (buenas
pudiéramos decir), virtud continencia (auto control) y virtud sobre humana. Así los
desenfrenados se sienten impulsados a buscar siempre el placer cercano, considerando que
esto es bueno para ellos y quizás poco le importe si esto daña a otras personas, el
incontinente aun cuando no piensa así de cualquier manera persigue este mismo placer.
Después, se afirma que hay tres tipos de testarudos (necios) quienes son los casados
(aferrados) con sus opiniones, los ignorantes y los rústicos (simplemente pudiéramos decir).
El que se aferra a sus opiniones lo hace movido por el placer y el sufrir. Aquí también se
afirma que para la mayoría de las personas la felicidad está acompañada de placer.
Anota que la mistad es una virtud o viene junto con virtud, resultando algo indispensable en
la vida humana. Pues sin amigos no sería deseable vivir, así los ricos, las personas de
avanzada edad, los pobres, los jóvenes requieren, por distintos motivos de la amistad. Esta
virtud se da naturalmente de los padres a los hijos y viceversa e incluso entre animales. Así,
cuando hay amistad entre los hombres no es necesaria la justicia y que cuando son justos es
indispensable que haya amistad entre ellos.

Ahora que no todo es querido o sea amado, únicamente lo amable es decir, lo bueno, lo que
proporciona placer, lo útil. En tanto que los que dicen ser amigos cuando en realidad lo que
buscan es obtener alguna utilidad, los que pretenden conseguir placer o agrado no aman a
la persona por si misma sino lo que aman realmente es el provecho o ventaja que
consiguen. Son los hombres de bien y semejantes en virtudes quienes realizan la amistad
perfecta porque se procuran entre ellos el bien ya que son buenos por sí mismos. Al querer
a un amigo los seres humanos desean su propio bien, pues los hombres buenos son algo
bueno para quienes son sus amigos. Tanto la amistad como la justicia se refieren a lo
mismo, en una relación de amistad verdadera está presente la justicia. También dice
Aristóteles que el hombre bueno es amigo de si mismo puesto que ama su persona, procura
su bien y sobre esté modo de ser es que puede llegar a ser amigo de otro ser humano
semejante a él. No así el que se ama excesivamente al cual podemos llamar egoísta.

De lo antes dicho se concluye que la amistad es una sociedad donde lo que un ser humano
es para él, lo es también para quien sea su amigo o amigos y así como nos queremos a
nosotros también apreciamos a quienes llamamos amigo. Y nos agrada convivir con tales
personas, haciendo aquellas actividades que son interesantes para nosotros los amigos y
que pueden ser el deporte, la diversión o el reflexionar sobre la vida humana, nuestra vida.
Y así llegar a enlazar las virtudes morales con las virtudes intelectuales. Lo cuál será la
realización completa de la virtud, acercándonos a vivir la felicidad.

Plantea Aristóteles que para la virtud moral es de suma importancia encontrar gusto en las
cosas y en los comportamientos que son buenos, es decir, que nos sirven para vivir bien,
porque esto se da durante toda nuestra vida. Sin embargo, el común de las personas
prefiere las cosas placenteras y buscan escapar de las que son difíciles o penosas.
Pudiéramos considerar que todas las personas buscan el placer puesto que todas desean
vivir. En tanto que la vida es una actividad y que cada uno trata sobre las cosas y con las
capacidades que mejor quiere. Y los que realizan una actividad que les gusta consiguen
hacer algo muy bien hecho y que les proporciona un excelente placer. A ti adolescente
amigo-a ¿qué tanto te gusta lo que haces? ¿qué tanto te gusta estudiar y/o trabajar? Si
respondes la segunda pregunta diciendo si y mucho: ya te realizas como ser humano e
incluso eres bastante feliz.

La felicidad, como fue dicho al principio de estas líneas de acuerdo con Aristóteles es la
finalidad del quehacer humano. Sin embargo la felicidad no está en la diversión ya que esta
es una especie de descanso que sólo tiene razón de ser en la medida que dicho ser humano
hace, actúa en cuestiones de mayor importancia. La vida feliz es de acuerdo a la virtud, de
las varias virtudes del ser humano y especialmente de la más alta que es la inteligencia. Y, la
mejor de las actividades de acuerdo con la virtud es la práctica de la sabiduría buscar el
saber, sentir que se ha conseguido algún saber es una verdadera delicia. Cómo las pasiones
no se doblan ante la razón sino por la fuerza. Es necesario preparar el carácter para hacerlo
conforme a la virtud y enseñarnos a querer lo bueno y lo justo.

Después de este resumen de la Ética de ese gran filósofo que es Aristóteles y viendo que el
plantea como objetivo del hombre alcanzar la felicidad, que él dice consiste sobre todo en
conocer, esto es, en el saber y el cumplimiento de las virtudes correspondientes a un ser
pensante-racional es el momento de afirmar que en la Ética hay dos grandes formas de
pensamiento que proponen como objetivo principal del ser humano, alcanzar el máximo de
felicidad, otra cumplir con el deber que corresponde a la persona, al que está moralmente
obligada en tanto que es libre y con la capacidad de razonar.

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