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Aportes tecnológicos y Herencia cultural en el periodo prehispánico

Aportes tecnológicos.
Speech #1

Los cinco periodos destacan, o cambios en el modo de adquirir alimentos y en los


patrones de asentamiento, o hitos tecnológicos. Por ejemplo, durante el Periodo I, no
existe evidencia de la producción de alimentos mediante el cultivo de plantas, costumbre
que sí caracteriza el periodo siguiente, II. Durante el Periodo IV aparecen la orfebrería,
los grandes metales y la cerámica pintada y modelada con pericia, rasgos que señalan,
a la vez, la transición de un patrón de asentamiento caracterizado por pequeños caseríos
y campamentos a otro dominado por aldeas con centenares o miles de habitantes.
Aunque el inicio del Periodo V coincida, en lo teórico, con la consolidación de las
sociedades jerarquizadas, política y, en cierta medida, culturalmente diferenciadas
entre sí —los ‘cacicazgos’ de los antropólogos—, esta generalización sigue siendo
insatisfactoria porque, aún para estas fechas, hubo bastante variabilidad regional en lo
que respecta al tamaño y a la densidad de población, al grado de sedentarismo y
nuclearización de los asentamientos y, por ende, a la naturaleza y envergadura del poder
político.

Speech #2
Según la documentación del Dr. Cooke y Sánchez Herrera los indígenas precolombinos
eran insignes artesanos, labraron utensilios de piedra volcánica usados en faenas
diarias y agrícolas, se dedicaron a la alfarería policromada, crearon figuras humanas
con diversas motivaciones añadidas, trabajaron la madera, el marfil y orfebrería. De
esta época también se han encontrado herramientas de piedra clásica, como puntas de
lanzas, raspadores, cuchillos para matar, desollar y descuartizar mamíferos ya extintos.
Dichos instrumentos han sido ubicados en el Lago Alajuela y en Sarigua, en las
Provincias de Colón y Herrera, respectivamente.

Para su sustento el nativo era cazador y recolector, cazaban mastodontes y caballos


nativos que por su alto consumo se fueron extinguiendo y enfocaron su cacería en
animales más pequeños. Recolectaban semillas y frutos que había en el territorio. Y
para este sustento de población los nativos tuvieron en cuenta factores climáticos y
demográficos para el sembrado y tecnológicos para desarrollar técnicas que satisficieran
sus necesidades.

Speech #3
Los instrumentos que se utilizaban y que ellos crearon para cazar eran de hueso piedra
y madera, puntas de proyectil, raspadores para despresar, punzones y golpeadores.

Estas herramientas de piedra eran sorprendentemente parecidas a las de la tradición


tecnológica conocida como ‘Clovis’ en Norteamérica, la cual alcanzó su apogeo unos 9000
años a.C. y a otra subsiguiente que producía una clase de punta de lanza llamada ‘Cola
de Pescado.’ En Panamá se han hallado los utensilios de piedra de estas tradiciones
llamadas ‘paleoindias’ en varios sitios de los cuales los que han proporcionado, los datos
más precisos son Lago Alajuela, La Mula-Oeste, Sitio Nieto y la Cueva de los Vampiros.
Este último sitio, localizado en la desembocadura del río Santa María, es tan sólo el
segundo en toda la América Central donde estas clases de artefactos se han asociado
con fechas de carbono-14.

Los artefactos que se consideran los blasones de la arqueología panameña son la


cerámica pintada con diseños geométricos y de animales, las piezas de oro, las alhajas
de conchas marinas y las estatuas y metates de piedra.

La cultura material de estas gentes era sencilla. La cerámica ‘Monagrillo’, reportada


únicamente en el Caribe y Pacífico de Coclé, Veraguas y Azuero, era muy rústica siendo
mal cocida y adornada con formas y decoraciones sencillas, en tanto que las
herramientas de piedra que se producían para esta época eran mucho más ordinarias
que las que usaron los primeros inmigrantes de la tradición ‘Clovis’.

Speech #4
El arte alfarero mejoró ostensiblemente al producirse vasijas cuidadosamente acabadas
y pulidas, aptas no sólo para guardar líquidos o alimentos, sino, también, para trasmitir
información ideológica mediante diseños pintados o incisos y modelados. Durante este
periodo también se utilizan una mayor variedad de utensilios de piedra, los cuales están
relacionados con cambios en la intensidad de la producción de alimentos y en la forma
de preparar los productos más importantes, por ejemplo, navajas de jaspe para los
quehaceres domésticos y hachas pulidas para cortar y trabajar la madera.
El maíz, provisto ya de más hileras de granos más harinosos, se molía sobre metates
cuidadosamente construidos y provistos de soportes y, en Chiriquí y Veraguas, tallados
en forma de jaguares.
Algunas de estas innovaciones tecnológicas pueden explicarse como el resultado de la
evolución natural de las técnicas existentes de producción. Otras se introdujeron ya
completamente desarrolladas desde fuera del istmo. Tal es el caso de la orfebrería, la
cual apareció en Panamá para comienzos de la Era Cristiana procedente de Colombia o
la costa de Ecuador.

El hombre intervino en los procesos de las plantas utilizando como fertilizante el agua
rica de nutrientes del fondo del lago y pudo incrementar su productividad y asegurar su
sustento desarrollando sistemas de riego adaptándolas a sus necesidades

Sembraban yuca, pues esta no requería de mucho trabajo y producía abundantes


cosechas hasta en suelos infértiles, se sembró también maíz, plátano, papa, frijoles,
calabazas, aguacate, frutas, esto determino para la población una variedad en su
alimento y más posibilidades de una vida sedentaria.

Speech #5
Es en las tecnologías de la subsistencia, tales como la agricultura, donde puede
observarse claramente la impronta aborigen como legado cultural. Es comprensible, a
la luz de la realidad ecológica, la oposición por parte de los conquistadores hacia
tales técnicas y la pervivencia de las mismas hoy día. La agricultura de roza, con el uso
de la tradicional coa se impuso permanentemente.

En la obtención de la proteína de origen animal, encontramos también la impronta


autóctona. La pesca artesanal en Panamá guarda aún reminiscencia aborigen. Las
canastas de cono invertido a nasas, los arpones dentados y toda la técnica asociada a la
pesca de la tortuga y de peces de gran tamaño pertenecen a la tradición aborigen.

En la cacería, si bien el arma de fuego ha casi borrado toda traza cinegética aborigen,
su huella aún persiste en el “ojeo” de animales en los campos o “sembrados” o bien en
abrevaderos naturales; las trampas para aves y pequeños mamíferos son también del
mismo origen. La abundante proteína animal procedente de la cacería y de la
semidomesticación o cautividad de mamíferos fue reemplazada por la ventajosa práctica
de la domesticación de grandes reses y aves de corral.

En las tecnologías asociadas a los alimentos, en relación en su acarreo, envase,


procesamiento, etc., también se ubica un buen legado cultural indígena. La cestería y
sus derivados estilos configuran el clásico medio de acarreo de la producción: las “jabas”
y los “motetes”.

La alfarería, hoy a un nivel artesanal agonizante, puede observarse en técnica primitiva


que excluye el uso del trono europeo, en algunas comunidades de Coclé, Azuero y
Panamá Occidental. Los indígenas precolombinos de Panamá eran artesanos insignes.

Son realmente muy pocas las influencias de orden social que pueden detectarse aún hoy,
como herencia cultural indígena, en la cultura nacional. No es de extrañar que así sea.
El rompimiento de la estructura socio-política de las culturas conquistadas, fue lo
primero que se produjo, por determinación expresa de la cultura conquistadora.

Destacan también las costumbres mortuarias y Centros ceremoniales ubicados en


Chiriquí y el Caño en Coclé, todos aportes a la herencia cultural panameña.

Speech #6
¿Diversidad cultural?

Durante el Periodo IIB (6,000-3,300 a.C), se tienen las primeras evidencias de la


diversidad cultural en el istmo. Entre el 6.550 y 4.300 a.P., grupos humanos que vivían
en abrigos rocosos y pequeños campamentos a cielo abierto en la cordillera central de
Chiriquí, cerca de Fortuna y Caldera, usaban un conjunto de artefactos muy distinto al
de sus vecinos contemporáneos en el Pacífico de Coclé, Veraguas y Azuero76 (Figura 7
c). Cuando Anthony Ranere descubrió estos sitios localizados dentro de bosques
húmedos pre-montanos a principios de la década del ’70 propuso que sus habitantes no
eran agricultores, sino cazadores y recolectores de productos arbóreos, como corozos,
nances, algarrobos (Hymenea courbaril), hipótesis que compagina con aquélla de
Piperno77 que sostiene que, en sus etapas iniciales, la producción de alimentos en el
Neotrópico se restringía a las márgenes de los bosques secos.

En su insuperable adaptación y dominio del hábitat tropical, nuestros grupos indígenas


transmitieron aún hasta hoy, la protección, cuidado y sistemas efectivos de subsistencia
que no tienden a arrasar sino a conservar su naturaleza. Los más importantes ríos
caudalosos se encuentran en las comarcas indígenas. Algunos de ellos han derivado en
la construcción de hidroeléctricas pero sin beneficio para los pueblos indígenas. El
destino y uso de estos recursos han creado conflicto, porque no se quiere reconocer lo
que por siglos ha costado su conservación, pero que sin embargo, constituyen las
principales fuentes de agua para todos los panameños y panameñas.

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