LA ERA DEL VACÍO

El autor quiere dejar claro todos esos aspectos que componen la sociedad de
hoy en día, incluyendo las costumbres del individuo contemporáneo de la era del
consumo masivo, el modo de socialización y de individualización que caracteriza
esta era. Socialmente hablando, es una era totalmente diferente y de manera
global, una combinación de acciones y valores, aunque también corresponde a
la fractura y desgaste de la sociedad como tal, una sociedad basada en la
información rápida y estimulación de las necesidades y del morbo.

También se plantea que el razonamiento individualista impera, cada quien

piensa en sí mismo, dejando fuera aquellos factores pequeños que resaltan la
humanidad, o al menos el concepto que debería tenerse sobre humanidad.
Teniendo en consideración que en la sociedad actual reina la indiferencia,
estancamiento y demás, estamos regidos por el vacío.

El narcisismo es una de las tantas cosas que en esta obra se hacen

mención, alegando así, que con este se pasa de un individualismo limitado al
individualismo total. El narcisismo imposibilita las asociaciones como grupos de
asistencia y ayuda mutua. El individualismo reside en colectivos de intereses
miniaturizados. El narcisismo aparece como un nuevo universo del individuo, en
el cual él se relaciona con él mismo y su cuerpo, carente de los últimos valores
sociales y morales que coexistían.

También se puede decir que es una era de escapada donde no hay una base
sólida de nada; todo es líquido, como diría Bauman.

De los tantos datos recopilados en base a la lectura y análisis de la obra, hay

información externa que sirve como refuerzo a las ideas del autor; El narcisismo
permite entonces el abandono de la esfera pública y por ende, el aislamiento
social. Para que el desierto social resulte viable, el yo, debe convertirse en
la preocupación central.

El miedo moderno a envejecer y morir es parte del narcisismo: el desinterés por

las generaciones futuras intensifica la angustia de la muerte.
La seducción y lo efímero se han convertido en el principio que organiza la vida
colectiva moderna; una sociedad dominada por la frivolidad. Este auge de la
seducción ha aniquilado la cultura. La moda se presenta como el agente por
excelencia de la espiral individualista y de la consolidación de las sociedades
liberales. Los ciudadanos se sienten poco interesados por la cosa pública, en
todas partes predomina la desmotivación y la indiferencia hacia la política.

La cultura mediática se ha convertido en una máquina destructora de la razón y

pensamiento, y la publicidad y diversión industrializada manipulan y estandarizan
las conciencias. Lo superficial pasa a ser la verdad histórica de la era de la
seducción generalizada.

En conjunto, las personas están más informadas, aunque más desestructuradas,

son más adultas, pero más inestables, y más abiertas, pero más influenciables.
La independencia va unida a una mayor frivolidad, la tolerancia se acompaña
con más indiferencia y relajamiento en el tema de la reflexión; La moda no
encuentra el modelo adecuado ni en las teorías de alienación ni en las de alguna
óptima “mano invisible”, no crea ni el reino de la desposesión subjetiva final ni el
de la razón clara y firme.