Introducción
Históricamente, la ordenación de las áreas de trabajo, es casi tan vieja como el
hombre mismo. Las primeras «distribuciones» eran producto del hombre que llevaba
a cabo el trabajo, o del arquitecto que proyectaba el edificio. Hay muchos ejemplos
en los archivos que ilustran el arreglo de lugares de trabajo, y que contienen pianos
de edificación. Todos muestran un área de trabajo para una misión o servicio
específicos, pero sin que parezcan reflejar la aplicación de ningún principio.
En un entorno globalizado cada vez más las compañías deben asegurar a través
de los detalles sus márgenes de beneficio. Por lo tanto, se hace imperativo evaluar
con minuciosidad mediante un adecuado diseño y distribución de la planta, todos los
detalles acerca del qué, cómo, con qué y dónde producir o prestar un servicio, así
como los pormenores de la capacidad de tal manera que se consiga el mejor
funcionamiento de las instalaciones.
Esto aplica en todos aquellos casos en los que se haga necesaria la disposición
de medios físicos en un espacio determinado, por lo tanto, se puede aplicar tanto a
procesos industriales como a instalaciones en las que se presten servicios.
¿Cuándo es necesaria una nueva distribución?
En general existen gran variedad de síntomas que nos indican si una distribución
precisa ser replanteada. El momento más lógico para considerar un cambio en la
distribución es cuando se realizan mejoras en los métodos o maquinaria. Las
buenas distribuciones son proyectadas a partir de la maquinaria y el equipo, los
cuales se basan en los procesos y métodos, por ende, siempre que una iniciativa de
distribución se proponga, en su etapa inicial se deberán reevaluar los métodos y
procesos, de la misma manera que cada que se vayan a adoptar nuevos métodos o
instalar nueva maquinaria, será un buen momento para evaluar nuevamente la
distribución. Algunas de las condiciones específicas que plantean la necesidad de
una nueva distribución son:
1. Departamento de recepción
● Congestión de materiales
● Problemas administrativos en el departamento
● Demoras de los vehículos proveedores
● Excesivos movimientos manuales o remanipulación
● Necesidad de horas extras
2. Almacenes
● Demoras en los despachos
● Daños a materiales almacenados
● Pérdidas de materiales
● Control de inventarios insuficientes
● Elevada cantidad de material
● Piezas obsoletas en inventarios
● Espacio insuficiente para almacenar
● Almacenamiento caótico
3. Departamento de producción
● Frecuentes redisposiciones parciales de equipos
● Operarios calificados que mueven materiales
● Materiales en el piso
● Congestión en pasillos
● Disposición inadecuada del centro de trabajo
● Tiempo de movimiento de materiales elevado
● Máquinas paradas en espera de material a procesar
4. Expedición
● Demoras en los despachos
● Roturas o pérdidas de materiales
5. Ambiente
● Condiciones inadecuadas de iluminación, ventilación, ruido, limpieza
● Elevados índices de accidentalidad, incidentalidad o repentina alteración de
la tendencia
● Alta rotación del personal
6. Condiciones generales
● Programa de producción caótico
● Elevados gastos indirectos
7. Expansión de la producción
Muchas de las hoy plantas de producción pequeñas, serán mañana fábricas de
tamaño medio. Este crecimiento se tornará gradual y constante y deberá
considerarse siempre la distribución de la planta en la planeación estratégica de la
organización.
8. Nuevos métodos
9. Nuevos productos
Aun cuando para la fabricación de nuevos productos se utilicen los procesos
existentes en la compañía, siempre deberán considerarse los posibles nuevos retos
de manipulación de materiales, que con seguridad se presentarán. Del mismo modo
que aumentará la presión sobre el espacio para fabricación con que se cuenta.
10. Instalaciones nuevas
La función principal de una instalación nueva es la de permitir una distribución más
eficiente. En este caso se tiene la oportunidad de eliminar todos aquellos aspectos
estructurales y de diseño que restringen un óptimo funcionamiento de la
organización. El diseño del nuevo edificio debe facilitar el crecimiento y la expansión
que se estimen necesarios.
Los problemas que se pueden tener al realizar una distribución en planta son cuatro,
estos son:
● Proyecto de una planta totalmente nueva: Aquí se trata de ordenar todos
los medios de producción e instalación para que trabajen como conjunto
integrado. El ingeniero de distribución, puede empezar su trabajo desde el
mismo principio. Su distribución determinará el desafío de los nuevos
edificios y la localización de todas las entradas y salidas de los servicios.
Pero debe compaginar su deseo de economías en la producción con el valor
de reventa de los edificios, instalaciones y maquinaria. Este caso de
distribuci6n en planta se suele dar solamente cuando la compañía inicia un
nuevo tipo de producci6n o la fabricación de un nuevo producto o cuando se
expansiona o traslada a una nueva área. Esta clase de misión raramente es
realizada por un solo hombre y generalmente incluye a varios especialistas
además de los ingenieros de distribución. Este es, tal vez, el menos frecuente
de los cuatro tipos de Distribución.
● Expansión o traslado de una planta ya existente: En este caso los
edificios ya están allí, limitando la acción del ingeniero de distribución. El
problema consiste en adaptar el producto, los elementos, y el personal de
una organizaci6n ya existente a una planta distinta que también ya existe.
Este es el momento de abandonar las viejas prácticas y equipo, y lanzarse a
mejorar los métodos.
● Reordenación de una planta ya existente: La forma y particularidad del
edificio limitan la acción del ingeniero. El ingeniero debe tratar de conseguir
que su distribución sea un conjunto integrado. También en este caso se ve
limitado por unas dimensiones ya existentes del edificio, por su forma, y por
las instalaciones en servicio. El problema consiste en usar el máximo de
elementos ya existentes, compatible con los nuevos planes y métodos. Este
problema es frecuente sobre todo con ocasión de cambios de estilo o de
modelo de productos o con motivo de modernización del equipo de
producción.
● Ajustes en distribución ya existente: Se presenta principalmente, cuando
varían las condiciones de operación. He aquí algunos casos típicos: los
ingenieros varían el desafío de ciertas piezas; las ventas exceden las cuotas
previstas por el "estudio de mercado; la administraci6n emprende la
fabricación de un producto adicional, pero similar; los ingenieros de proceso,
hallan un método o un tipo de equipo mejor; el control de materiales desea un
transportador (cadena) diferente. Todos ellos significan ajustes en la
ordenación de las áreas de trabajo, del personal y del emplazamiento de los
materiales. Estos ajustes representan los problemas de distribución mas
frecuentes. En este caso, el ingeniero de distribución, debe introducir
diversas mejoras en una ordenación ya existente, sin cambiar el plan de
distribución de conjunto, y con un mínimo de costosas interrupciones o
ajustes en la instalación. Pero sean de la clase que sean los problemas de
distribución con que se tengan que enfrentar los ingenieros, lo hacen
básicamente del mismo modo. Buscarán los mismos objetivos, aún a pesar
de que estos y las consideraciones involucradas pueden ser de muy distinto
calibre.
Otros Factores
Él peso, volumen o movilidad del producto
OTRAS DISTRIBUCIONES
Distribuciones híbridas
Lo más frecuente es que en una estrategia de flujo se combine elementos de un
enfoque por productos y un enfoque por procesos. Esta estrategia de flujo
intermedio requiere una distribución híbrida, en la cual algunas partes de la
instalación están dispuestas por producto y otras por proceso. Ejemplo no fabril: las
tiendas de venta minorista, donde el gerente puede agrupar todos los productos
similares, facilitando que los clientes encuentren los artículos que buscan –
distribución por procesos- al mismo tiempo que la distribución conduce al cliente por
trayectorias predeterminadas, por ejemplo, a lo largo de una serie de pasillos
prevista, con lo que se maximiza la exposición del cliente a la mercadería de la
tienda, estimulando las ventas.
Distribución celular
Célula puede definirse como una agrupación de máquinas y trabajadores que
elaboran una sucesión de operaciones sobre múltiples unidades de un ítem o familia
de ítems. Es la distribución híbrida más conocida. La denominación de distribución
celular es un término relativamente nuevo, en tanto que el fenómeno no lo es en
absoluto. Busca, en esencia, beneficiarse simultáneamente de las ventajas de la
distribución por producto (Eficiencia) y por proceso (Flexibilidad).
Consiste en agrupar elementos con las mismas características en familias y
asignarles su grupo de trabajadores y maquinas. En ocasiones dejarán productos
terminados o servicios finales y otras serán componentes, caso para el cual deberán
situarse junto a la línea de ensamble principal. Un tipo esencial de esta distribución
son las células de Tecnología de grupo (GT). Ejemplos: manufactura de circuitos
impresos para computador, confecciones, o en uso de componentes metálicos para
vehículos, tuercas, tornillos, etc.
Esta metodología conocida como SLP por sus siglas en inglés, ha sido la más
aceptada y la más comúnmente utilizada para la resolución de problemas de
distribución en planta a partir de criterios cualitativos, aunque fue concebida para el
diseño de todo tipo de distribuciones en planta independientemente de su
naturaleza. Fue desarrollada por Richard Muther en 1961 como un procedimiento
sistemático multicriterio, igualmente aplicable a distribuciones completamente
nuevas como a distribuciones de plantas ya existentes. El método (resumido en la
Figura 2) reúne las ventajas de las aproximaciones metodológicas precedentes e
incorpora el flujo de materiales en el estudio de distribución, organizando el proceso
de planificación total de manera racional y estableciendo una serie de fases y
técnicas que, como el propio Muther describe, permiten identificar, valorar y
visualizar todos los elementos involucrados en la implantación y las relaciones
existentes entre ellos (Muther, 1968).
El diagrama brinda una visión general del SLP, aunque no refleja una característica
importante del método: su carácter jerárquico, lo que indica que este debe aplicarse
en fases jerarquizadas en cada una de las cuales el nivel de detalle es mayor que
en la anterior.
Fases de Desarrollo
Las cuatro fases o niveles de la distribución en planta, que además pueden
superponerse uno con el otro, son según Muther (1968):
Fase I
Localización: Aquí debe decidirse la ubicación de la planta a distribuir. Al tratarse
de una planta completamente nueva se buscará una posición geográfica competitiva
basada en la satisfacción de ciertos factores relevantes para la misma. En caso de
una redistribución el objetivo será determinar si la planta se mantendrá en el
emplazamiento actual o si se trasladará hacia un edificio recién adquirido, o hacia
un área similar potencialmente disponible.
Fase II
Distribución General del Conjunto: Aquí se establece el patrón de flujo para el
área que va a ser distribuida y se indica también el tamaño, la relación, y la
configuración de cada actividad principal, departamento o área, sin preocuparse
todavía de la distribución en detalle. El resultado de esta fase es un bosquejo o
diagrama a escala de la futura planta.
Fase III
Plan de Distribución Detallada: Es la preparación en detalle del plan de
distribución e incluye la planificación de donde van a ser colocados los puestos de
trabajo, así como la maquinaria o los equipos.
Fase IV
Instalación: Esta última fase implica los movimientos físicos y ajustes necesarios,
conforme se van colocando los equipos y máquinas, para lograr la distribución en
detalle que fue planeada.
Estas fases se producen en secuencia, y según el autor del método para obtener los
mejores resultados deben solaparse unas con otras.
A continuación, se describe de forma general los pasos del procedimiento.
Paso 1: Análisis producto-cantidad
Lo primero que se debe conocer para realizar una distribución en planta es qué se
va a producir y en qué cantidades, y estas previsiones deben disponer para cierto
horizonte temporal. A partir de este análisis es posible determinar el tipo de
distribución adecuado para el proceso objeto de estudio. En cuanto al volumen de
información, pueden presentarse situaciones variadas, porque el número de
productos puede ir de uno a varios miles. Si la gama de productos es muy amplia,
convendrá formar grupos de productos similares, para facilitar el tratamiento de la
información, la formulación de previsiones, y compensar que la formulación de
previsiones para un solo producto puede ser poco significativa. Posteriormente se
organizarán los grupos según su importancia, de acuerdo con las previsiones
efectuadas. Muther (1981) recomienda la elaboración de un gráfico en el que se
representan en abscisas los diferentes productos a elaborar y en ordenadas las
cantidades de cada uno. Los productos deben ser representados en la gráfica en
orden decreciente de cantidad producida. En función del gráfico resultante es
recomendable la implantación de uno u otro tipo de distribución.
Entre otros aspectos, el proyectista debe considerar en esta etapa las exigencias
constructivas, ambientales, de seguridad e higiene, los sistemas de manipulación
necesarios, el abastecimiento de energía y la evacuación de residuos, la
organización de la mano de obra, los sistemas de control del proceso, los sistemas
de información, etc.
Esta información resulta de vital importancia para poder integrar los medios
auxiliares de producción en la distribución de una manera racional. Para poder
representar las relaciones encontradas de una manera lógica y que permita
clasificar la intensidad de dichas relaciones, se emplea la tabla relacional de
actividades (Figura 3), consistente en un diagrama de doble entrada, en el que
quedan plasmadas las necesidades de proximidad entre cada actividad y las
restantes según los factores de proximidad definidos a tal efecto. Es habitual
expresar estas necesidades mediante un código de letras, siguiendo una escala que
decrece con el orden de las cinco vocales: A (absolutamente necesaria), E
(especialmente importante), I (importante), O (importancia ordinaria) y U (no
importante); la indeseabilidad se representa por la letra X.
En la práctica, el análisis de recorridos expuesto en el apartado anterior se emplea
para relacionar las actividades directamente implicadas en el sistema productivo,
mientras que la tabla relacional permite integrar los medios auxiliares de producción.
Conclusión
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