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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE

SAN MARCOS
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS
SOCIALES

Monografía sobre factores de índole


económica asociados a la Corrupción: el
caso Alberto Fujimori

Profesor:
Góngora, Manuel
Aula:
206
Alumnos:
Báez Zevallos, Alan Alfredo 17120207- Eco. Internacional
Vilela Pablo, Jean 17120207- Economía

Ciudad Universitaria, marzo de 2018


La corrupción plantea graves problemas y amenazas para la estabilidad y
seguridad de las sociedades al socavar las instituciones y los valores de la
democracia, la ética y la justicia; y al comprometer el desarrollo sostenible y el
imperio de la Ley. Ha dejado de ser un problema local para convertirse en un
fenómeno trasnacional que afecta a todas las sociedades y economías. Se
requiere de un enfoque amplio y multidisciplinario para prevenir y combatirla
eficazmente. Su prevención y erradicación son responsabilidad de todos los
Estados y estos deben cooperar entre sí, con el apoyo y la participación de
personas y grupos de la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y
las organizaciones de base comunitaria, para que sus esfuerzos en este ámbito
sean eficaces.1

1
Adaptado del Preámbulo de la Convención de las Nacionales Unidas contra la Corrupción
ÍNDICE

1. Introducción

2. Planteamiento del problema

2.1 Descripción del problema

2.2 Formulación del problema

2.3 Hipótesis

3. Objetivos

3.1 Objetivo general

3.2 Objetivos específicos

4. Marco Teórico

4.1 Corrupción: definición

4.2 La República del Perú y la corrupción

4.3 La década perdida, el Consenso de Washington y la instauración de


regímenes neoliberales en América Latina

4.4 El caso peruano: Alberto Fujimori y la instauración del neoliberalismo


en el Perú

4.5 Los noventa, la década del fujimontesinismo

5. Conclusiones

6. Bibliografía
INTRODUCCIÓN

Esta monografía desarrolla una investigación descriptiva-causal sobre los

factores económicos asociados a la corrupción en el Perú en la década de los

noventa durante el gobierno de Alberto Fujimori.

En la primera parte de la monografía, formada por los dos primeros

subcapítulos del marco teórico, se define la corrupción y describe cómo esta

afectó al Perú durante toda su vida republicana.

En la segunda parte, descrito en el subcapítulo siguiente, se realiza un análisis

causal que muestra las condiciones- el fracaso de las políticas de sustitución

de importaciones en la década de los ochenta- que propiciaron la instauración

de las políticas económicas del Consenso de Washington en Latinoamérica.

En la última sección del trabajo, la más amplia de la investigación y compuesta

por el cuarto y quinto subcapítulos, se describe cómo el empoderamiento por

parte de Alberto Fujimori sobre todas las instituciones del Estado permite la

implantación de un régimen económico afín al Consenso de Washington y,

simultáneamente, el surgimiento de una red de corrupción, liderado por

Vladimiro Montesinos y el mismo Fujimori, que copa y destruye la mayoría de

instituciones del Estado peruano.


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

2.1 Descripción del problema

En los últimos tres gobiernos, periodo en el que Odebrecht sostiene


haber pagado sobornos en Perú, esta empresa brasileña consiguió
que el Estado Peruano le abonara más de 1,600 millones de dólares
en total por sobrecostos en los contratos de obras y concesiones que
se les adjudicó entre 2001 y 2016, según la base de datos elaborada
por el portal de periodistas de investigación de Convoca Investiga
Lava Jato. Este monto solo incluye los proyectos aprobados por el
gobierno central, pues si se añaden los de gobiernos regionales y
municipales la cifra bordea los 2 mil millones de dólares.

La gestión presidencial de Alejandro Toledo es la que registra el


mayor incremento de presupuesto en proyectos otorgados a
Odebrecht (más de 1,100 millones de dólares); en orden
decreciente, sigue la segunda administración gubernamental de
Alan García (más de 490 millones de dólares); y finalmente la
presidencia de Ollanta Humala (más de 20 millones de dólares). Esto
evidencia un deterioro de la democracia y la promesa de bienestar
general que esta significa.

Así, en el curso de Epistemología se propuso elaborar proyectos de


investigación monográfica que den cuenta sobre los factores de
índole económica asociados a la corrupción en Perú y en el caso de
la presente monografía, de manera específica, el desarrollo de este
fenómeno durante el gobierno de Alberto Fujimori.

2.2 Formulación del problema

¿Qué relación existe entre la vigencia del sistema neoliberal y la


corrupción en el Perú?

2.3 Hipótesis

El principal factor económico de la corrupción en el Perú es la


vigencia del sistema político económico neoliberal.
OBJETIVOS
3.1 Objetivo general

Establecer una relación causal entre la vigencia del sistema político


económico neoliberal y la corrupción en el Perú.

3.2 Objetivos específicos

1. Describir la corrupción en la vida republicana del Perú.


2. Mostrar las condiciones que propiciaron la instauración del
régimen neoliberal en el Perú.
3. Explicar cómo el empoderamiento de Alberto Fujimori permitió
la instauración del régimen neoliberal y, simultáneamente, el
surgimiento de una red de corrupción durante la década de los
noventa.
MARCO TEÓRICO
4.1 Corrupción: definición

La definición de corrupción es compleja, pues este es un fenómeno


de naturaleza política, económica y cultural. Así, diversas
instituciones han propuesto definiciones que a continuación
listamos.

Transparencia Internacional – TI (año 2000). Corrupción es el uso


indebido del poder otorgado para beneficio privado. La corrupción
entraña conductas por parte de funcionarios en el sector público o
sus allegados, por las cuales se enriquecen indebida e ilegalmente
mediante el mal uso del poder que se les ha confiado. TI distingue
entre la corrupción de pequeña escala y la corrupción de gran
escala. La corrupción de pequeña escala o de supervivencia es la
que practican los funcionarios públicos pésimamente
recompensados y que dependen de sueldos muy magros. Esta
corrupción puede ser un simple reflejo de una mucho más dañina a
niveles superiores. A menudo la corrupción de gran escala, que
involucra funcionarios públicos de alto nivel, implica grandes
sobornos internacionales y cuentas “ocultas” en bancos extranjeros.

Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas – PNUD (año 2003).


La corrupción es el mal uso de los poderes públicos, cargo o
autoridad para beneficio privado mediante el soborno, la extorsión,
el tráfico de influencias, el nepotismo, el fraude, la extracción de
dinero para agilizar trámites, o la malversación de fondos. Si bien a
menudo la corrupción se considera un problema de los empleados
públicos, también prevalece en el sector privado. Banco
Interamericano de Desarrollo – BID (año 2001). La corrupción abarca
actos realizados por funcionarios que usan su posición con fines
propios, o bien lo hacen a pedido de otros, a fin de obtener beneficios
para sí mismos o para terceros. Entre las actividades corruptas se
encuentran el pedido, la oferta o el recibo de sobornos,
consideraciones o comisiones clandestinas, la extorsión, el uso
impropio de información o bienes, y el tráfico de influencias.

Banco Mundial - BM (año 2000). Por lo común, la corrupción se


define como el abuso de un puesto público para ganancia privada.
El BM desglosa el concepto, y hace principal hincapié en la distinción
entre la corrupción como captura del Estado y la corrupción
administrativa. La corrupción como captura del Estado se refiere a
las acciones de individuos, grupos o firmas, tanto en el sector público
como en el privado, para influir sobre la formación de leyes,
reglamentaciones, decretos y otras políticas gubernamentales para
beneficio propio. La corrupción administrativa se refiere a la
imposición intencional de distorsiones en la implementación de las
leyes y reglamentaciones existentes a fin de dar ventaja a
protagonistas estables o no estables.

Sin embargo, la definición en la que nos apoyaremos fue propuesta


por el historiador Alfonso Quiroz: “el abuso de los recursos públicos
para así beneficiar a unas cuantas personas o grupos, a costa del
progreso general, público e institucional”.

4.2 La República del Perú y la corrupción

Cimientos socavados de la temprana República (1821 – 1859)

En este ciclo, se constata que después de la independencia de la


República recién fundada, esta heredó las prácticas propias del
sistema colonial, caracterizadas por el patrimonialismo, en el cual los
militares cumplieron un papel preponderante.

Nuestros héroes libertadores (San Martín y Bolívar, y ni qué decir de


Gamarra) se apropian de manera abusiva y prepotente de fortunas
a costa de expropiaciones, de recompensas jugosas que se hacen
otorgar y de tributos en nombre de la independencia y de su
sacrificio. Son los responsables del grave endeudamiento fiscal
llevado a situaciones penosas de miseria.

La herencia nefasta de Gamarra, específicamente, sienta las bases


de la República y de los problemas burocráticos y financieros del
Estado. Se hace elegir repetidamente y construye su clientela de
apoyo incondicional con empresarios privados, a los que compra con
jugosos adelantos para sus negocios, haciéndolos acreedores
privilegiados del Estado y leales a él, y aplasta a La Mar en sus
intentos reformadores.

El sinuoso camino del desastre (1860 – 1883)

Un nuevo ciclo de corrupción sería iniciado por la explosión del auge


guanero, que se materializaba en una engañosa prosperidad
urbana, en donde los costos de la corrupción llegaron a 108 millones
de soles en 1870, como producto del manejo malintencionado de la
deuda pública, los contratos de obras y de la concesión guanera.

El historiador también demuestra que las sospechas cotidianas de


obras públicas infladas y sobrevaluadas no son temas de nuestra
época. En este capítulo dedicado a los corruptos arreglos financieros
de las élites del país, refiere cómo ciertos discursos de políticas
de inversión parecen repetirse entre décadas, sobre todo en los
hipos temporales de bonanza económica. Así, apenas unos cuantos
años antes de la guerra con Chile, «se desató un frenesí en la
contratación de obras públicas para la construcción de ferrocarriles,
proyectos de irrigación, puentes, embarcaderos, muelles, edificios
públicos y mejoras urbanas sin un cálculo sólido de su rentabilidad y
factibilidad. Sin embargo, estas obras públicas se anunciaron a la
ciudadanía como la varita mágica que llevaría a la riqueza y el
desarrollo». Eso ocurría ya entre 1868 y 1879.

Asimismo, los empresarios son protagonistas de jugosas historias de


corrupción. Son esquilmados por los militares caudillos durante las
guerras de la independencia, pero luego se desquitan y entienden el
juego del poder. Un momento entre muchos son los vales de
manumisión que Castilla les paga a los poseedores de esclavos
cuando la esclavitud es abolida. Castilla termina siendo un tímido
reformador y promotor de un proceso de indemnización cargado de
favoritismo pagado puntualmente entre 1860 y 1861. No salen las
sumas cuando se trata de verificar cuántos esclavos había y cuantos
se indemnizaron.

La modernización y sus secuaces

Entre 1884 y 1930 se presentaría un nuevo ciclo de corrupción,


iniciado con la recuperación de la posguerra del Pacífico, marcada
por la implementación de medidas para el freno de la corrupción, las
cuales serían totalmente abandonadas y malogradas por las
prácticas corruptas fortalecidas durante el oncenio de Augusto B.
Leguía.

Dictadores venales y pactos secretos (1931 – 1962)

La reconstrucción del orden institucional, después del oncenio de


Leguía, llevaría a constantes choques políticos que sirvieron de
cortina de distracción para los tratos ilegales en las compras de
armas y en el manejo de la deuda externa.

A veces la búsqueda de pactos políticos trascendió las fronteras:


Como cuando en 1936, de acuerdo con el investigador, los apristas
intentaron convencer al presidente boliviano de aquel entonces para
que les ayudase a derrocar a Óscar R. Benavides. En caso de
triunfo, los complotados antiimperialistas prometían que nuestro país
«no se opondría a que Chile cediera a Bolivia una salida al mar a
través de territorios que habían sido peruanos».
Y así, en ese contexto histórico de política oportunista y clientelista
y supuestos líderes patriarcales en cada página del detallado
estudio, salta la pregunta sobre si acaso la falta de escrúpulos y la
corrupción no son excesos del poder sino más bien algunos de sus
fundamentos.

Asaltos a la democracia (1962- 1990)

Entre 1963 y 1989 la corrupción de nuevo reinó. Un ejemplo de ellos


se encuentra en los militares y su clásico modelo de gobierno, a
través de decretos ejecutivos en donde la ineficiencia y la corrupción
llevaron a constantes déficits, de nuevo financiados con
sospechosos contratos de deuda externa, costumbres que no fueron
ajenas al gobierno populista de Alan García, que dejaría al país
sumido en una fuerte crisis económica.

Conspiraciones corruptas (1990 – 2000)

Liderado por la dupla Fujimori-Montesinos, quienes a través de la


cooptación de todas las ramas del poder público, tras el autogolpe
de 1992, gozaron de plenas libertades para hacerse con los fondos
públicos en beneficio propio, una red mafiosa captura el Estado
peruano y destruye hondamente sus instituciones, generando
consecuencias nefastas que, aun dieciocho años después, se dejan
sentir.

4.3 La década perdida, el Consenso de Washington y la instauración de


regímenes neoliberales en América Latina

La década de 1980 representa para América Latina una época


caracterizada por el estancamiento a causa de los elevados precios del
petróleo y el aumento de los costos de la deuda externa, originados en
los altos niveles de los tipos de interés. Ante esta problemática, muchos
países latinoamericanos como Brasil, México y Argentina, se vieron
forzados a suspender el servicio de la deuda externa, lo cual obligó a los
organismos financieros internacionales a negar el refinanciamiento de
ésta. El desequilibrio macroeconómico de la década de 1980 se
caracterizó porque “el dólar se apreció, las exportaciones de las materias
primas se colapsaron y los mercados para las exportaciones no
tradicionales experimentaron una contracción”; todos estos elementos
habían sido fundamentales en el crecimiento económico de las décadas
anteriores y sin embargo, paradójicamente, se habían convertido en
obstáculos para impulsar dicho crecimiento. Un detonante de la crisis de
la deuda fue sin duda la recesión económica mexicana: “en agosto de
1982, México se quedó sin reservas y no podía pedir más préstamos,
por lo que se vio forzado a declarar la moratoria de su deuda. En tan sólo
unas semanas toda la región cayó en lo que posteriormente se conoció
como la ‘crisis de la deuda’”. Otra determinante fue la apreciación de la
moneda estadounidense, debido principalmente a la crisis petrolera de
inicios de la década. La experiencia del proceso inflacionista que generó
la primera [crisis petrolera] lleva a adoptar políticas sumamente
restrictivas. Las autoridades de Estados Unidos consideran que para
evitar la inflación, hay que restringir el incremento de la masa monetaria
en circulación y aumentar el precio del dinero (del dólar) mediante la
subida de tipos de interés.

Hacia finales de la década de 1980, era claro que la gran mayoría de los
países de América Latina había fracasado en su modelo de desarrollo.
El crecimiento basado en la sustitución de importaciones, impulsado
desde la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), y la
hostilidad hacia el capital extranjero originada en la teoría de la
dependencia, manifestaron toda su inoperancia cuando ocurrió la crisis
de la deuda externa. El escenario era evidentemente caótico y su
relación con la deficiente gestión de los Estados saltaba a los ojos: altos
déficit públicos, mercados financieros reprimidos, mercados cambiarios
artificialmente controlados, mercados de bienes cerrados a la
competencia mundial, restricciones a la inversión extranjera, empresas
estatales ineficientes, rígidas relaciones laborales y derechos de
propiedad mal definidos. La relación entre este modelo de gestión
económica y la recesión generalizada, la alta inflación y los problemas
de la balanza de pagos, no eran ya motivo de debate. Era evidente para
toda mente sensata. La búsqueda de un modelo económico abierto,
estable y liberalizado se cristalizó con la formulación del Consenso de
Washington (CW) en 1989, cuyas reformas de política económica
estaban basadas en una lógica de mercado caracterizada por la apertura
y disciplina macroeconómica. América Latina requería (de acuerdo con
los resolutivos del CW) de un modelo económico abierto y estable. Por
un lado, la apertura económica consistía principalmente en una serie de
medidas que permitieran y facilitaran el comercio internacional entre los
países en vías de desarrollo y los desarrollados, con la finalidad de
impulsar el crecimiento económico de la región. Por otra parte, la
disciplina macroeconómica proporcionaría la estabilidad económica a
partir del control de las finanzas públicas del Estado, para lograr efectos
económicos, políticos y sociales positivos. En noviembre de 1989, el
Instituto Internacional de Economía llevó a cabo una conferencia bajo el
título “Latin American Adjusment: HowMuch Has Happened?”. En ella,
John Williamson (profesor de dicho Instituto) presentó un resumen sobre
las que él consideraba las principales reformas que en Washington eran
necesarias para restablecer el crecimiento económico de América
Latina. En la conferencia participaron destacados economistas y
representantes de los organismos internacionales, quienes llegaron a un
consenso acerca de los diez instrumentos de política económica que
Williamson presentó como los objetivos prioritarios, y que los Estados
latinoamericanos debían tener para salir del bache económico. Este fue
el origen de lo que Williamson denominó “Consenso de Washington”. El
CW presentó otro programa de ajuste estructural, después de Bretton
Woods, para remediar los problemas derivados de la crisis de la deuda.
En esencia, dicho programa de ajuste fue diseñado para la región
latinoamericana y después éste se hizo aplicable para cualquier región
del mundo. Lo que este nuevo programa de ajuste estructural pretendía
era: [...] identificar aquellas políticas que las principales instituciones de
Washington, tales como el Tesoro de los Estados Unidos, el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo, consideraban claves para la restauración del crecimiento en
América Latina. Empero algunos objetivos prioritarios ya habían sido
aplicados en forma pionera por el gobierno de Margaret Thatcher. Sin
embargo, estas políticas económicas sólo se habían manifestado en
países industrializados y agrupados en la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), por ello, la idea de
aplicar estas políticas en países en vías de desarrollo resultó novedosa.
En América Latina, Chile aplicó políticas similares a las del Consenso de
Washington; sin embargo, el modelo chileno no fue atractivo para los
países latinoamericanos, debido a que el país tenía un régimen de
carácter dictatorial. “No obstante, a partir de la década de 1980, Chile
logró un auge económico sostenido”,18 por ello la existencia de un
modelo local de crecimiento económico exitoso en Latinoamérica reforzó
poderosamente la aceptación del Consenso de Washington. Debe
señalarse que el fundamento teórico de las propuestas del CW eran la
teoría económica neoclásica y el modelo ideológico y político del
neoliberalismo. Es por ello que una de las características del modelo
chileno consideraba al Estado “como un factor que dificultaba que el
sector privado generase crecimiento”.19 Tanto en el modelo inglés como
en el chileno, el sector privado desempeña un papel fundamental en el
crecimiento económico; después, con la formulación del Consenso de
Washington quedó claro que los protagonistas de las actividades
económicas eran el sector privado y el vapuleado Estado y su rol
regulatorio; sólo de esta manera se lograría la estabilidad económica que
América Latina necesitaba después de la crisis de la deuda. Sin lugar a
dudas, el papel del sector privado en el cambio de modelo económico
era fundamental, principalmente porque los recursos para impulsar el
crecimiento económico iban a provenir tanto de los organismos
internacionales como de este sector; de tal manera que las reformas de
política económica no sólo tenían que responder a las exigencias de los
gobiernos latinoamericanos, sino también a las necesidades y
exigencias de seguridad en sus inversiones por parte de importantes
capitalistas interesados en disminuir el papel interventor del Estado en
las actividades económicas. De esta manera, la lógica de mercado del
nuevo modelo cobraría sentido, garantizaría y fortalecería su hegemonía
en el rumbo de la vida económica latinoamericana

4.4 El caso peruano: Alberto Fujimori y la instauración del neoliberalismo


en el Perú

Alberto Fujimori Fujimori fue gobernante del Perú entre 1990 y 2000. Su
mandato estuvo marcado por un golpe de Estado (1992), múltiples
violaciones a los derechos humanos y sonados casos de corrupción. Fue
extraditado en 2007 desde Chile y sentenciado a una pena de 25 años
de cárcel por homicidio calificado, colusión, peculado y otros delitos
contra la administración pública.2 La administración del presidente
Fujimori es, probablemente, la más analizada desde diferentes ópticas
en la historia del Perú (Murakami, 2007), pues fue "durante el Gobierno
del ingeniero Alberto Fujimori que se organizó un sistema nacional
centralizado de corrupción” y se instauró el sistema político económico
neoliberal.

“A inicios de 1990, el país entero se preguntaba si el Perú tenía futuro,


pues, la crisis económica y política era de tal magnitud, que el país
amenazaba con colapsar. Entre 1988 y 1989 el PBI per-cápita cayó en
23%, la inflación llegó a bordear 2,800% en 1989, la presión tributaria
llegó a reducirse al 7% sobre el PBI, la balanza de pagos llegó a tener
un déficit de 12.5% sobre el PBI en 1988, todos estos resultados se
reflejaron en un incremento del desempleo urbano de 4.8% en 1987 a
7.9% en 1989 y una disminución del índice del salario real promedio de
100 en 1987 a 41 en 1989. El primer gobierno de Alan García (1985-
1990) terminaba en medio de la más profunda crisis económica de
después de la segunda guerra mundial, debido a una coyuntura
económica internacional desfavorable, pero sobre todo debido a una
política económica “heterodoxa” aplicada sin tomar en cuenta las
restricciones económicas internas y externas. La distorsión de los
precios relativos generados por la política monetaria y fiscal, condujo a
graves desequilibrios macroeconómicos: las brechas: externa, ahorro-
inversión y fiscal se incrementaron sustantivamente. Pero lo más grave
es que el gobierno no tuvo ni el ánimo ni los instrumentos para efectuar
un drástico ajuste, pues, eso hubiera equivalido a volver al sistema
financiero internacional, del cual el Perú había salido cuando el FMI lo
declaró inelegible en 1986, ante la decisión unilateral del presidente
García de no seguir pagando la deuda en los términos previamente
pactados. Sin acceso al crédito internacional el gobierno no puedo

2
Degregori, C. I., & Guerrero, C. M. (2007). El nacimiento de los otorongos: el Congreso de la República durante
los gobiernos de Alberto Fujimori (1990-2000) (Vol. 30). Instituto de Estudios peruanos.
resolver el déficit de la balanza de pagos y estabilizar la economía.
La inestabilidad e incertidumbre económicas, acarreadas por la
hiperinflación y la recesión, tuvieron efectos sobre la credibilidad no sólo
de las políticas económicas “heterodoxas”, sino también sobre el sistema
de partidos existentes hasta entonces. Para autores como Cotler (1990,
1993) Grompone (1995), el fracaso del gobierno de Alan García, fue
también el fracaso de una débil estructura de partidos resucitados en
1980, después de la dictadura militar de 1968-1980. Quizás por esto en
las elecciones municipales de 1989, un independiente como Ricardo
Belmont derrotó a todos los partidos políticos y dio la voz de alerta sobre
las preferencias electorales en contra de los partidos políticos.
Por otro lado, la hiperinflación debilitó las instituciones públicas, debido
a la reducción de los recursos fiscales, que ocasionó un abandono
progresivo de las funciones económicas y sociales del Estado,
generando su encogimiento, aún antes de las reformas liberales. Pero,
como sucede con el fin de las hiperinflaciones la economía se dolarizó,
hacia mediados de 1990 2/3 del dinero en circulación eran dólares
americanos, lo que significaba que pese a la crisis externa no había una
escasez absoluta de divisas. Paradójicamente, un gobierno pro-estatista
y nacionalista, como el de Alan García, redujo el tamaño del Estado, a
través de los efectos perversos suscitados por sus propias políticas. Al
final de este gobierno, la mayor parte de organismos públicos no
funcionaban normalmente por falta de recursos.
Como en el Perú las desgracias no vienen solas, a la crisis económica y
política se agregó la violencia de los grupos insurgentes y terroristas, del
Partido Comunista del Perú “Por el sendero luminoso de Mariátegui”,
más conocido como Sendero Luminoso, y el Movimiento Revolucionario
Tupac Amaru (MRTA), que comenzaron sus acciones a inicios de la
década de 1980. Su lucha armada y sus actos terroristas habían ido
creciendo año a año, hacia fines de los ochenta la mitad del territorio
peruano estaba en situación de emergencia y, estos movimientos, se
constituyeron en amenaza al Estado y la sociedad peruanas. Desde un
punto de vista económico las acciones terroristas tuvieron un costo en
stocks de capital, en producción y en el empleo. Entre 1980 y 1990, el
Senado de la República (1992) estimó una pérdida de 20 mil millones de
dólares de capital (fábricas bombardeadas, centrales y torres de
electricidad inutilizadas, puentes, edificios, centros de investigación, vías
de transporte, y costos de oportunidad), que constituía la mitad del PBI
anual. Esta destrucción de recursos y de capital tuvo un impacto en el
empleo, los ingresos, las migraciones . Estas pérdidas contribuyeron al
debilitamiento del Estado, del sistema económico y a la reducción de las
inversiones (Gonzales 1998).
Desde un punto de vista ideológico, Sendero Luminoso contribuyó a la
polarización. Hacia fines de los años ochenta había sólo dos ideologías
en pugna, el neoliberalismo de la extrema derecha representada por el
Movimiento Libertad, liderado por el escritor Mario Vargas Llosa y el
maoismo de extrema izquierda de Sendero Luminoso. La ideología de
otras organizaciones políticas, de centro, derecha e izquierda, se vio
diluida en la crisis de los partidos políticos. Ante el mortífero accionar de
Sendero Luminoso, muchos pensaban que sólo había el neoliberalismo
como alternativa.
Así, la situación previa al ajuste estructural se caracterizó por una
profunda crisis económica, combinada con la crisis de partidos políticos,
en un ambiente de violencia y terror, que en su conjunto generaron la
mayor crisis del Estado peruano, después de la segunda guerra. El país
parecía estar al borde del colapso y las soluciones eran escasas. Así, el
Perú había llegado al fin del ciclo del modelo intervencionista-populista
(Gonzales 1995) y se habían creado las condiciones apropiadas para
que el “péndulo peruano” se moviera en la dirección opuesta, hacia el
neo-liberalismo, considerado como un “mal menor” frente a las
pretensiones de sendero luminoso y su líder Abimael Guzmán.”3

Así, presionado por EEUU y apoyado por la mayoría de la población


peruana, se abrió el camino a la instauración del régimen neoliberal
mediante un golpe de estado en abril de 1992.

4.5 Los noventa, la década del fujimontesinismo

El gobierno de Fujimori organizó un sistema nacional centralizado de


corrupción. Este sistema tuvo como piedra angular y organismo de
mando al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN)" (Iniciativa Nacional
Anticorrupción, 2001: 9). Así, después de haber llegado a la Presidencia
del Perú por vía democrática en 1990, Alberto Fujimori disuelve el
Congreso el 5 de abril de 1992 provocando "la instauración de un
gobierno llamado de emergencia y reconstrucción nacional, que disolvió
el Congreso, intervino el Poder Judicial y el Ministerio Público, desactivó
la Contraloría General, disolvió los gobiernos regionales e impuso una
cúpula en las Fuerzas Armadas" (Iniciativa Nacional Anticorrupción,
2001: 7).

Refiriéndose a los dos primeros años de gobierno previo al denominado


"autogolpe", la Iniciativa Nacional Anticorrupción (2001: 6) identifica que
"en esa etapa constitucional terminó de madurar el proyecto de copa
miento y captura del Estado y la construcción de un régimen autoritario"
(Iniciativa Nacional Anticorrupción, 2001: 6). Desde el momento del
"autogolpe" hasta 1998, "se dictaron de manera sistemática las normas

3
Tomado de “http://blog.pucp.edu.pe/blog/economiaperuana/2007/04/16/economia-politica-de-la-
era-neoliberal-peruana-1990-2006/”
legales para copar el Estado. Se aprobaron leyes inconstitucionales que
lo permitieron y se debilitaron todos los sistemas de control del Estado"
(Iniciativa Nacional Anti-corrupción, 2001: 7). Como consecuencia,
"desaparecieron la responsabilidad pública y el control de la
responsabilidad. Los otros poderes se convirtieron cada vez más en
guardianes, defensores y soporte del régimen; las autoridades se
sometieron a la extorsión, el chantaje y la prebenda" (Iniciativa Nacional
Anticorrupción, 2001: 7).

El Procurador ad hoc Anticorrupción, José Ugaz, lo recuerda así:


"cuando nosotros iniciamos las investigaciones, descubrimos con
sorpresa que en realidad era mucho más grande y más grave de lo que
originalmente nos lo habíamos planteado como hipótesis. (…).
Originalmente, en una pizarra (…) comenzamos a pegar papelitos para
tratar de identificar. Y para cuando nos dimos cuenta, lo que teníamos
era una gran telaraña donde estaban todos los niveles importantes de
poder" (en entrevista).El problema era amplio y complejo. "Es un hito sin
precedentes (…) en la historia de América Latina: no hay un solo caso
en el que una organización criminal haya copado literalmente al Estado
(…).En el caso peruano fue, literalmente, una captura del Estado", dice
Ugaz (en entrevista) al referirse a esta primera etapa de los años
noventa. Hacia finales del año 2000, al poco tiempo de haber comenzado
un tercer mandato, el período de Fujimori termina. 4

La década nefasta: 1990-2000

“Compra” de canales y de líneas editoriales (Perú / 1998 - 1999)

Con el fin de favorecer la imagen del gobierno de Alberto Fujimori y


propiciar su re-reelección, el ex asesor presidencial Vladimiro
Montesinos se reunió con los propietarios de los principales medios de
comunicación para ofrecerles y entregarles miles de dólares a cambio
de su complacencia en la línea editorial de sus programas televisivos o
de periódicos.

Prensa chicha (Perú / 1998 - 2000)

Durante el gobierno de Alberto Fujimori hubo un manejo político


sistemático de la llamada “prensa chicha” para defender al régimen y
atacar a sus opositores. Esta estrategia del fujimorato se inició pocos
meses antes de las elecciones municipales de 1998 y estuvo motivada
por la puesta en práctica del Plan de Contingencia que desde 1998 se

4
Degregori, C. I., & Guerrero, C. M. (2007). El nacimiento de los otorongos: el Congreso de la República durante
los gobiernos de Alberto Fujimori (1990-2000) (Vol. 30). Instituto de Estudios peruanos.
adoptó en secreto entre Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori con un
solo objetivo: garantizar la reelección del año 2000.

Donaciones en gobierno de Fujimori (Perú / 1990)

Desvío de fondos por 6 millones de dólares en el manejo de las


donaciones que captaron en Japón los hermanos del ex presidente
Alberto Fujimori a través de las ONG Apenkai y Aken, que fueron
creadas cuando el ex Jefe de Estado llegó al poder y manejaron fondos
cercanos a los 40 millones de dólares. El dinero se destinó a la
construcción de centros educativos y de salud, como parte de la política
“populista” de Fujimori para las elecciones de 1995 y 2000. Apenkai tuvo
entre sus directivos a Rosa Fujimori, Pedro Fujimori, Absalón Vásquez.
Las donaciones fueron manejadas directamente por el entorno familiar y
los amigos de Fujimori.

Casa Militar de Palacio de Gobierno y compras del Ejército (Perú / 1991


- 2000)

Entre 1991 y el tercer trimestre del año 2000, Fujimori utilizó un


procedimiento irregular y subrepticio que instauró con el fin de obtener
fondos en efectivo del Servicio de Inteligencia Nacional. Dichos fondos
eran destinados a realizar obras o a adquirir bienes. Dichos fondos eran
retirados por jefes y sub jefes de la Casa Militar de Palacio de Gobierno,
y la adquisición de bienes y ejecución de obras fueron realizadas por
Unidades Operativas del Ejército, bajo órdenes directas de Fujimori.

Decretos de urgencia secretos (Perú / 1990 - 2000)

Desvío de casi mil millones de dólares de los fondos de la privatización


(lo cual implicaba malversación) hacia el sector Defensa para la
adquisición de equipo bélico, que resultó deficiente y en ocasiones
inservible. Esta disposición de fondos se materializó a través de 22
decretos de urgencia considerados secretos porque no fueron
publicados en el diario oficial El Peruano.

Pucalá (Perú / 1999)

“En el caso de la transferencia de acciones de Agroindustrial Pucalá una


vez más se aprecia el uso abusivo e indiscriminado de los decretos de
urgencia. En efecto, luego de que la Comisión de Venta de acciones
declarara desierta la subasta, el Estado intervino a través del DU 037-99
y modificó la conformación de la Comisión de Venta, integrando a los
representantes de las acciones del Estado y defenestrando a los
miembros originarios. Asimismo, por medio del DU 049-99 se otorgó́ a
los miembros de la Comisión de venta derecho a veto respecto a
cualquier acto tendiente a frustrar la transferencia y se modificó́ para el
caso específico de Pucalá, una disposición muy puntual del Reglamento
de las Instituciones de Compensación y Liquidación de Valores, referido
a la necesidad de que la empresa emisora-en el caso en cuestión
Pucalá- confirmara la validez de los certificados físicos de acciones que
se encontraban en Cavali, antes de proceder a desmaterializarlos
(cambio de título físico a anotación en cuenta). El DU 049-99, estableció́
que si en el plazo de dos días Pucalá no confirmaba la validez de los
títulos, bajo su responsabilidad, Cavali procedería a la
desmaterialización. Cabe resaltar que la desmaterialización sumada a
las órdenes de venta con plazo de ejecución abierta, que Wiese Sab hizo
firmar a los trabajadores, permitió́ que las acciones de Agro Industrial
Pucalá ingresaran a Rueda de Bolsa los días 2 y 3 de setiembre de 1999,
favoreciéndose así́ la adquisición de estas por parte del Consorcio
Cromwell Assets”.

Compra de productos chinos (Perú / 1990 - 2000)

Bajo el pretexto de beneficiar a la población, el gobierno de Alberto


Fujimori promulgó diferentes dispositivos legales que ampararon
adquisiciones de productos no idóneos a las necesidades de la población
peruana y en cantidades innecesarias. En forma simultánea, esto generó
un clientelaje político que fue utilizado para establecer una serie de
negociados en favor de los representantes de las corporaciones chinas
ante el gobierno peruano.

Privatización de Electrolima (Perú / 1994 -1996)

La empresa regional de servicio público de electricidad Electrolima fue


privatizada entre 1994 y 1996. Y con ello se generaron enormes
privilegios tributarios, alza de tarifas y reducción de la mano de obra en
el sector eléctrico.

Acoso tributario a empresas (Perú / 1990 - 2000)

Los representantes legales de las empresas auríferas Engelhard Peru


S.A., Inversiones Trinidad S.A., Metales y Agregados del Perú S.A.,
Souht Traders S.A., Negociaciones Representaciones SRL, Afimetal
SRL, JB Procesadora de Metales SRL, JB Intermediadores SRL, Aurifera
Korijaqui S.A, Inversiones Minera Kriete S .A. y PANEXIN S .A.
denunciaron la existencia de una presunta red de corrupción, compuesta
por funcionarios de la Sunat, abogados externos vinculados a Vladimiro
Montesinos Torres, al ex congresista Víctor Joy Way. A través de ellos
se amenazan a los directivos de estas empresas parar iniciarles juicios
penales y retenerles montos pagados de impuestos a cambio de
cuantiosas sumas de dinero o de entrega de oro físico.
Hayduk (Perú / 1995 - 2000)

Extorsión a accionistas de empresa Pesquera Hayduk SA, procesados


por delito de tráfico de drogas, con la finalidad de obtener recursos para
financiar la campaña reeleccionista de Fujimori.

Fraude electoral (Perú / 2000)

Alberto Fujimori Fujimori y su entonces asesor Vladimiro Montesinos


Torres pusieron en marcha un plan de contingencia para garantizar la
reelección de Fujimori en el 2000 y una amplia mayoría en el Congreso.
Entre estas acciones aparecen la falsificación de firmas a favor de la
agrupación “Vamos Vecino”, la falsificación de firmas a favor de “Perú
País con Futuro”, la falsificación de firmas a favor de “Perú 2000”, el
fraude en Miraflores, el fraude en Chachapoyas y el uso de recursos del
estado a favor de la re-reelección.

Re-reelección de Fujimori (Perú / 1998 - 2000)

En noviembre y diciembre de 1999 el ex Comandante General del


Ejército General José Villanueva Ruesta convocó a una serie de
reuniones, realizadas en las instalaciones del Servicio de Inteligencia
Nacional, entre Vladimiro Montesinos y jefes militares del país con el fin
de planear, coordinar y ejecutar los actos ilícitos que asegurarían la
reelección de Alberto Fujimori Fujimori en el 2000. Entre estas acciones
se encontró el control de los medios de comunicación a nivel nacional.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El caso de Alberto Fujimori abona la hipótesis principal del curso, pues
existe una relación consecutiva entre la instauración del régimen
neoliberal y el surgimiento de una red de corrupción que capta y dstruye
las instituciones del Estado peruano.

Sin embargo, al observar el desarrollo histórico del país se evidencia que


los grandes ciclos de corrupción están presentes en toda época, sean
estos de régimen económico feudal, mercantil capitalista o neoliberales.

Por tanto, es necesario estudiar el surgimiento de la corrupción desde


una perspectiva distinta a la mencionada en la hipótesis, pues esta no
da cuenta de la corrupción en regímenes distintos al neoliberal.

Finalmente, se recomienda, para un posterior estudio, investigar la


relación que podría existir entre la acumulación de poder y la corrupción
como mecanismo del mismo.
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