1. Concepto de temperatura 1
1.1. Los puntos fijos de temperatura 3
1.2. La escala de temperatura de acuerdo a ITS - 90 4
2. Sensores de temperatura 5
2.1. Termocuplas 6
2.2. Termopares estándar 7
2.3. Termopares no nobles 17
2.4. Termopares nobles 19
5. Termorresistencias 60
5.1. Sensores de termorresistencia estándar 60
5.2. Cálculo del valor de temperatura a partir
de su resistencia 62
5.3. Tolerancias 62
5.4. Clases adicionales o tolerancias extendidas 63
8. Histéresis de termorresistencias 71
NOTAS
• Este trabajo ha sido preparado en base a material suministrado por el Ing.
Rolando Navesnik, de Telemeter S.R.L.
•Coordinación: Ing. Victor F. Marinescu
MEDICION DE TEMPERATURA
MEDIANTE SENSORES DE
CONTACTO
1. Concepto de temperatura
Desde un punto de vista físico, calor es la medida de la
energía contenida en un cuerpo debido al movimiento irregular de
sus moléculas o átomos. Al igual que una pelota de tenis, que
posee mayor energía cuando se incrementa su velocidad. La
energía interna de un cuerpo o de un gas se incrementa cuando
aumenta su temperatura. La temperatura es una variable que, junto
con otros parámetros tales como la masa, calor específico, etc.,
describe la energía contenida en un cuerpo.
La medida básica de la medición de temperatura es el grado
Kelvin. A cero grado Kelvin las moléculas de cualquier cuerpo están
en reposo y no desarrollan ninguna energía térmica. Por eso no hay
posibilidad de temperaturas negativas al cero grado Kelvin, ya que
no puede haber un estado de menor energía.
En el uso cotidiano está más divulgado el uso de la escala
Celsius (previamente centígrado ). Su cero esta posicionado en el
punto de solidificación del agua, dado que este punto es muy fácil
de reproducir en la práctica. Extendiendo la escala Celsius a la
mínima temperatura posible, donde todo el movimiento molecular
cesa, alcanzamos -273,15 °C. Esta temperatura Celsius equivale a
0 °K.
En países de habla germana las diferencias de temperatura
se especifican usualmente en grados Kelvin. Por lo tanto la
diferencia entre 60 °C y 35 °C es 25 °K. En otros países las
diferencias de temperatura se miden en grados Celsius y, por lo
tanto, debe aclararse en el contexto si el valor corresponde a una
temperatura o a una diferencia de temperatura.
El hombre tuvo la habilidad de medir temperaturas a través de
sus sentidos dentro de un rango limitado. Cuantificar la medición de
temperatura no le fue posible; sin embargo, la primera forma cuanti-
1
tativa de medición de temperatura fue desarrollada en los comienzos
del siglo XVII en Florencia. Dependía de la expansión de una
columna de alcohol. La escala fue basada en la máxima temperatura
del verano y la mínima del invierno. Cien años mas tarde, el
astrónomo sueco Celsius reemplazó ésta por una escala basada en
los puntos de ebullición y solidificación del agua. Esto ofreció la
posibilidad de que el termómetro pudiera ser escalado, en cualquier
momento, entre estos dos puntos, guardando cierta correlación si se
usaba el material apropiado.
Una definición inequívoca de la temperatura fue conocida
recién en el siglo XIX, a través de las leyes de la termodinámica. En
principio esta temperatura puede ser determinada por cualquier
método que derive de la segunda ley de la termodinámica. Por
ejemplo, despejando de la ecuación general de los gases P.V = n.
R.T. donde:
4
1990 ha comenzado a regir una nueva escala, la escala
internacional de temperatura ITS - 90.
La nueva escala fue necesaria dadas las numerosas
mediciones en diferentes laboratorios a través del mundo, que
demostraron inexactitudes en las determinaciones previas de los
puntos fijos de temperatura. La tabla que sigue reproduce los
puntos fijos definidos de la ITS - 90 y sus diferencias con la IPTS -
68.
El termómetro que permite la interpolación dentro del rango
de -259 a 961 °C es la termorresistencia de platino. La ITS -90
específica bajo qué requerimientos de pureza de material se debe
ensayar y medir, de manera de no alterar las características de este
termómetro. Además esta termorresistencia deberá ser calibrada a
determinados puntos fijos.
2. Sensores de temperatura
Cada proceso en la industria debe ser controlado de alguna
manera, y esta necesidad, con frecuencia, incluye la medición de
temperaturas.
Se dispone de una gran variedad de sensores de temperatura
para llevar a cabo esta tarea, tal como se muestra en la Tabla 2. El
ingeniero debe decidir cuál de los sensores es mejor para una situación
en particular.
Tabla 2. - Hay una gran variedad de métodos para la medición
de la temperatura.
2.1. Termocuplas
6
2.2. Termopares estándar
7
Tabla 2.2.1. - Temperaturas limites de acuerdo a las clases
de termopares segun IEC 584 - 2.
Clase 1 2 3
Tipo
------------------------------
R
hasta + 1600 °C ------------------------------
S
Figura 2.1. :
Escala
termoeléctrica.
Variación
termoeléctrica
promedio ∆E / ∆T
para una diferencia
de temperatura
entre 0 y 100 °C de
un termoelemento
contra platino
8
Tabla 2.2.2. - Tolerancias limites para termopares estándar
(referencia junta fría 0 °C) según IEC 584 Parte 1.
(1) La desviación máxima debe ser calculada como el mayor valor de las dos expresiones : el valor en °C o su equivalente calculado
reemplazado (t) por la temperatura en cuestión.
(2) Normalmente, los termopares y los cables compensados se suministran con las tolerancias especificadas por encima
de - 40°C. Para termopares utilizados por debajo de -40 °C, debe entenderse que sus tolerancias son, para ese material, mayores
que las especificadas en clase 3. Si se precisa que respeten las tolerancias según clase 1, 2 y/ó 3 debe comunicarse expresamente
al proveedor, con lo cual normalmente es necesaria una selección especial de los materiales.
9
En la Tabla 2.2.3. se comparan las capacidades de los termopa-
res para enfrentarse a distintas condiciones ambientales.
Si la aplicación es adecuada
Tipo Atmósfera Atmósfera Atmósfera Vacío Atmósfera Temperaturas Vapores
oxidante reductora inerte sulfurosa Subcero metalicos
B Sí No Sí Si durante No No No
poco tiempo
R Sí No Sí No No No No
S Sí No Sí No No No No
J Sí Sí Sí Sí No > 500 °C No Sí
K Sí (1) No Sí No No Sí Sí
T Sí Sí Sí No Sí Sí
Sí
E No Sí No No Sí (2) Sí
Sí
10
(como ser hidrógeno o monóxido de carbono ) y cuando se encuentran
presentes vapores metálicos (ej. : plomo o zinc) o no metálicos (ej. arsénico,
fósforo o azufre).
Nunca se lo debe usar con un tubo de protección metálico o termovaina
(a partir de aquí, simplemente se la menciona como vaina).
Figura 2.2.1. : Tolerancia limite para termopares estándar, clase 2, según IEC
584 parte 1.
12
Tipo J ( Fe - CuNi)
13
más aluminio, silicio y manganeso, razón por la que la norma IEC la
especifica NiCr-Ni. El Tipo K es el termopar que más se utiliza en la
industria, debido a su capacidad de resistir mayores temperaturas que
el termopar Tipo J.
Los termopares Tipo K pueden utilizarse en forma continua en
atmósferas oxidantes e inertes hasta 1.260 °C y constituyen el tipo más
satisfactorio de termopar para uso en atmósferas reductoras o
sulfurosas o en vacío.
Tipo T ( Cu - CuNi)
14
características especiales que no se encuentran en los tipos estándar,
lo cual los hace adecuados para aplicaciones especiales. Las carac-
terísticas y la fem de salida pueden variar de un fabricante a otro, razón
por la que se debe consultar al fabricante en relación a aplicaciones
específicas.
Hay una aleación en particular, muy difundida en nuestro país,
que debemos considerar por separado. Se trata de la aleación hierro -
constantán Fe - CuNi, quizás la más difundida antes de la homologación
de las normas ANSI MC 96.1 (IPTS - 68) y DIN 43710, las más
importantes a nivel mundial. La curva de esta aleación, identificada por
IEC con la letra L, presenta una diferencia con la Tipo J vista
anteriormente, aún cuando sus composiciones químicas sean similares,
de casi 13 °C en 800 °C. Sin embargo, en nuestro medio, se la
confunde con su similar Tipo J.
En la Tabla 2.2.2. se detallan las características de los termo-
pares no estándar más comunes disponibles hoy día en la industria de
procesos.
Para una correcta elección del termopar adecuado es imprescin-
dible el conocimiento exacto de las condiciones de trabajo. En el rango
de trabajo por debajo de los 300 °C, hay poco peligro para cualquier
aleación termopar, salvo la tendencia natural a la oxidación del
elemento hierro (Fe) del termopar Fe - CuNi.
1)
Por arriba de los 400 °C, los termopares no nobles comienzan a
oxidarse en el aire, en particular los elementos de cobre (Cu) y hierro
(Fe). En temperaturas superiores a los 700 °C todavía es factible utilizar
en atmósferas reductoras el termopar hierro - constantán. En
temperaturas cercanas a los 1.000 °C, se utiliza con éxito la combina-
2),
ción níquel cromo - níquel (NiCr - Ni) en caso de atmósferas oxidantes.
Se la puede utilizar también a mayores temperaturas pero en desmedro
de su vida útil.
(1)
Se distinguen dos grandes grupos de termopares, que se
denominan nobles y no nobles. Se refiere a los termopares que
combinan materiales preciosos, tales como los del grupo del platino (Pt)
y del rodio (Rh) fundamentalmente para los nobles y a los restantes
como los no nobles.
(2)
La aleación níquel cromo - níquel se conoce en todo el mundo
también como Cromel - Alumel (Cr - Al), que es una marca comercial
15
Tabla 2.2.4. - Características de los termopares no estándar.
registrada por Hoskins Inc. de EE.UU. Sin embargo la composición
química de ambas denominaciones es exactamente la misma, con el
agregado, además de Ni y Cr, de aluminio (AI) y vestigios de
manganeso (Mn). En consecuencia la curva mV / °C es exactamente
igual para ambas denominaciones.
17
efecto de los hidrocarburos no está comprobado), surge una corrosión
en el níquel - cromo (NiCr) en la que puede visualizarse una corrosión
selectiva de cromo (Cr) (figura 2.3.1.).
Este tipo de oxidación se conoce comúnmente como "verdin" ya
que a la vista tiene una apariencia muy similar con aquél. El hecho de
que en esta aleación se oxide primeramente el cromo produce que en
la superficie de la aleación se forme una cascarilla de oxidación
cerrada que limita una oxidación posterior.
Con esta oxidación aparecen grandes cambios de la fem del
termopar luego de períodos de trabajo no muy prolongados, incluso a
veces después de unas pocas horas.
El elemento níquel (Ni) del termopar es especialmente sensible
al ataque por vapores sulfurosos en los hornos, cosa que ocurre con
frecuencia en hornos alimentados por combustibles líquidos.
La resistencia al ataque por sulfuros puede llegar a aumentarse
un poco en el níquel por el contenido de manganeso (Mn) en relación
con lo que sería en caso del níquel puro, pero aún así aparece el
ataque
JP JN TP KP KN RP SP RN BP BN
TN EP SN
EN (1)
99.5 … … … … … … … … …
Hierro
… … … … … … … … …
Carbono …(2)
… … … 2 … … … … …
Manganeso ... (2)
... (2) … … … … … … … … …
Azufre …
Fósforo …(2) … … … … … … … …
…(2) … … … … … … … …
Silicio 1
…(2) 45 … 90 … … … … …
Níquel 95
…(2) 55 100 … … … … … … …
Cobre
…(2) … … 10 … … … … … …
Cromo
… … … … 2 … … … … …
Aluminio
Platino … … … … … 87 90 100 70.4 93.9
… … … … … 13 10 … 29.6 6.1
Rodio
(1) Los tipos JN, TN, y EN suelen contener pequeñas cantidades de distintos elementos para controlar la fem térmica, con las
correspondientes reducciones en el contenido de níquel o cobre o ambos.
(2) El hierro termoeléctrico (JP) contiene pequeños, pero, variables cantidades de estos elementos.
18
sulfuroso sobre el níquel en los alimentados por combustibles como ser
gas o diesel - oil, o bien debido a los vapores existentes en los hornos
de templado por aceite, por desprendimiento de vapores con contenido
de azufre de los ladrillos refractarios o cementos cerámicos, o a
consecuencia del agregado de polvos que son necesarios para algunos
procesos térmicos. En la figura 2.3.2. puede verse el resultado típico de
un ataque por sulfuros sobre el níquel.
Similar ataque sufre el elemento constantán (CuNi) de la ter-
mocupla de Fe - CuNi en presencia de gases sulfurosos. Bastan
algunas centésimas de por ciento de contenido de azufre, para que se
produzca el ataque del CuNi con la consiguiente fragilidad intercrista-
lina.
19
Figura 2.3.2. : Ataque por
vapores sulfurosos sobre el
níquel puro (Ni) del NiCr - Ni.
(Aumento 300: 1)
22
6% - PtRh 30% en diversos polvos cerámicos y luego exponiéndolos en
aire a 1.400 °C durante 50 horas; en la figura 2.4.2. pueden
observarse los resultados obtenidos. En el caso de la alúmina pura no
se observan grandes modificaciones, pero si para Mullite (silicato de
Al), y aun mas para dióxido de silicio.
A posteriori se estudió la influencia del silicio, comprobándose
que no era en si el silicio el causante de la contaminación sino el hierro
siempre presente en el silicato técnico usado normalmente.
Esto último se volvió a comprobar embebiendo un termopar de
PtRh 10% - Pt en los materiales consignados en la Tabla 2.4. y
exponiéndolos a aire a 1.300 °C durante 2 horas. Según puede
observarse, el cuarzo de alta pureza no modificó la fem; de los
materiales conocidos los más inertes resultaron la alúmina pura
(Alsint) y el óxido de magnesio, el cuarzo y la silimanita (Pythagoras).
Otras protecciones
23
tores de termocuplas, en un medio agresivo que, a través de la
oxidación, llega a provocar la inutilización de dichos metales.
Las llamas de quemadores con un componente importante de
monóxido de carbono (Co), los hidrocarburos y los compuestos
sulfurosos llevan al material a un estado quebradizo, producto del
enlace sulfuroso o por carburización. Para estos procesos se dispone
de materiales de protección sobre la base de hierro - cromo (FeCr) y
hierro - cromo - níquel (FeCrNi) con el agregado, con muy buenos
resultados, de aluminio, silicio y manganeso.
24
Su misión es únicamente la de trasladar la junta de referencia
hasta un lugar adecuado (de temperatura estable o conocida) y luego
utilizar, para compensar el error, cualquiera de los dos primeros
sistemas de compensación de junta de referencia.
En el caso del tercer sistema de compensación (figura 3), la
finalidad del cable compensado es llevar el sistema de compensación
automática hasta un lugar con temperaturas inferiores a 60 °C, ya que
todos estos sistemas son electrónicos y trabajan con temperaturas
ambiente entre -10 y 60 °C.
Los cables compensados reproducen las mismas curvas de
respuesta y de tolerancia mV/ °C que las termocuplas entre aproxima-
damente -25 y 200 °C. Se las utiliza sólo por razones económicas, ya
que su composición química difiere de las aleaciones de termocupla,
buscándose entonces que los materiales sustitutivos sean más
económicos que éstos.
Ejemplo de calculo para una señal de termocupla dada,
conocida la temperatura de junta de referencia, necesitamos conocer
la temperatura (en junta de medición) real
Para un termopar tipo K (NiCr - Ni) según IEC 584 con una
temperatura de 35 °C en junta de referencia y una señal
termoeléctrica (fem) en junta de medición de 8.298 mV.
25
Buscando la temperatura correspondiente a 9,705 mV en la tabla
mV / °C, encontramos que la temperatura real es 239 °C.
26
Ejemplo: KX: cable de extensión para termocupla tipo K, aleación ídem
termocupla
RCA :cable compensado para termocupla tipo R, aleación
especial, material tipo A.
27
Tabla 3.2. - Sistema de identificacion de colores para cables compensailos.
DIN 43714 ANSI / MC 96.1
Termocupla IEC 584 parte 3
Material Tipo Aislación Individual Cubierta Aislación Individual Cubierta Aislación Individual Cubierta
exterior exterior
Positivo Negativo Positivo Negativo Positivo Negativo exterior
Cu - CuNi * U Rojo Marrón Marrón Rojo Marrón Marrón -------- -------- -------
Cu - CuNi T Marrón Blanco Marrón Rojo Marrón Marrón Azul Rojo Azul
Fe - CuNi * L Rojo Blanco Blanco Rojo Blanco Blanco -------- ------- -------
Fe - CuNi J Negro Blanco Negro Rojo Azul Azul Blanco Rojo Negro
NiCr - Ni K Verde Blanco Verde Rojo Verde Verde Amarillo Rojo Amarillo
NiCr-CuNi E Violeta Blanco Violeta Rojo Negro Negro Violeta Rojo Violeta
Pt10Rh - Pt S Naranja Blanco Naranja Rojo Blanco Blanco Negro Rojo Verde
Pt13Rh - Pt R Naranja Blanco Naranja Rojo Blanco Blanco Negro Rojo Verde
Pt30Rh - Pt6RH B -------- -------- -------- Rojo Gris Gris Gris Rojo Gris
Termocupla BS 1843 JIS 1610-1981 NF C 42 - 323
Aislación Individual Cubierta Aislación Individual Cubierta Aislación Individual Cubierta
Material Tipo
exterior exterior
Positivo Negativo Positivo Negativo Positivo Negativo exterior
C u - CuNi * U -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------
Cu - CuNi T Blanco Azul Azul Rojo Blanco Marrón Amarillo Azul Azul
Fe -CuNi * L -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------- -------
Fe - CuNi J Amarillo Azul Negro Rojo Blanco Amarillo Amarillo Negro Negro
NiCr - Ni K Marrón Azul Rojo Rojo Blanco Azul Amarillo Violeta Amarillo
NiCr - CuNi E Marrón Azul Marrón Rojo Blanco Violeta Amarillo Violeta Violeta
Pt10Rh - Pt S Blanco Azul Verde Rojo Blanco Negro Amarillo Verde Verde
Pt13Rh - Pt R Blanco Azul Verde Rojo Blanco Negro Amarillo Verde Verde
Pt30 Rh - Pt6 R H B -------- -------- -------- Rojo Gris Gris -------- -------- -------
* Termoelementos según DIN - 43710 - La cubierta exterior puede identificarse con una hebra del color correspondiente
electromotrices de los termopares, las tolerancias están indicadas en
µV y también en °C, pero sólo aplicables a la temperatura que se indica
en la columna de la derecha.
Esto significa que por ejemplo: Un termopar tipo J conectado
mediante un cable de extensión tipo JX, clase 2. Si la medición de
temperatura se mantiene' constante en 500 °C y los terminates y el
cable de extensión tienen a to largo de su longitud una variación de
temperaturas desde -25°C hasta 200 °C, la temperatura indicada no
varía más de ± 2,5 °C.
29
Figura 3.2. : Fuerza electromotriz (fem) para 100°C (referencia 0°C) para
cables compensados, cables de extensión de acuerdo a IEC 584.
30
rápidamente en las conexiones en bornes o conectores. La unión del
hierro y el cobre, por ejemplo en la conexión del elemento positivo y un
cable de conexión de cobre representa una celda electroquímica. En
presencia de humedad, esta celda Ileva a la formación de una unión
galvánica con incremento de la corrosión. La resultante de corrientes
parásitas puede introducir serios errores en la medición.
Por esa razón, se prefieren terminales estañados y cables
estañados a conductores o terminales desnudos de cobre. Como el
estaño, en la escala termoeléctrica es mayor que el hierro, para el
elemento positivo (hierro) se utiliza un pasivado de su superficie, que
reduce esta reacción.
Frecuentemente se escucha la pregunta de cuando es posible
conectar termoelementos a cables compensados con elementos
estándar de conexión de cobre o bronce, como conectores o borneras.
Aparte del problema de corrosión de dos metales diferentes, efectiva-
mente es posible bajo ciertas condiciones.
Si utilizamos un conector convencional con contactos de cobre,
para conectar el elemento positivo de un termoelemento de Fe - CuNi
(es decir el elemento de hierro), a continuación de otro termoelemento o
cable de extensión, debemos verificar que la temperatura en cada
extremo de la conexión Fe/Cu y Cu/Fe sea la misma.
La fem (fuerza electromotriz) producida en las uniones Fe - Cu y
Cu - Fe se cancelan una con otra a la misma temperatura por tener
polaridad inversa y el mismo valor. Esto independientemente del valor de
temperatura y del material de la unión.
31
Tabla 3.3.2. - Accesorios de conexión.
Cuando la conexión debe realizarse con gradientes de tempera-
tura importantes, por ejemplo a través de una pared aislante con
diferentes temperaturas de un lado y del otro, o cuando por conducción
térmica del termoelemento o el cable existen diferentes temperaturas
en un lado y otro de la conexión, se utilizan conectores compensados
especiales.
33
4.1. Construcción tipo compactada
34
junta de medición de las termocuplas con blindaje metálico pueden
tener tres configuraciones distintas:
• Soldada al extremo de la protección metálica.
• Aislada del extremo de la protección metálica.
• Expuesta fuera del extremo de la protección metálica.
Soldando los alambres al extremo de la protección metálica se
logra hacer masa con ella, se los protege de daños mecánicos y
condiciones ambientales adversas y se asegura una construcción
hermética a la presión. La velocidad de respuesta de este tipo de
construcción se encuentra entre la velocidad de la junta expuesta (la
más rápida) y la aislada (la más lenta). De cualquier manera éstas
son mucho más rápidas que las termocuplas convencionales, por su
pequeño diámetro.
La junta aislada es similar a la junta puesta a masa, salvo por
hallarse eléctricamente aislada del blindaje y tener una respuesta
más lenta.
La junta expuesta posee la respuesta más rápida de las tres
configuraciones, pero no es hermética a la presión o a la humedad y
los alambres se hallan expuestos al ambiente. Esto podría Ilevar a la
corrosión y/o corto circuito eléctrico debido a la conductividad del
medio del proceso.
La termocupla compactada es mecánicamente más robusta
que la termocupla convencional con alambre aislado, y se la puede
doblar o conformar con radios de curvatura muy reducidos,
aproximadamente tres veces el diámetro de la protección.
Esta termocupla puede ser cargada a resorte dentro de un
tubo o vaina de protección (cuando se requiere protección adicional -
Ver figura 4.1.2.) para garantizar el contacto con el fondo de la vaina
o el tubo, a fin de obtener una rápida respuesta.
Tienen una gran respuesta al impacto y a la vibración. Pueden
tener junta de medición con cabezales de conexión, salidas de cable
compensado o fichas.
Se dispone de termocuplas compactadas con diámetros exter-
nos desde 0,5 hasta 15 mm. Los blindajes pueden hacerse de una
gran variedad de materiales, siendo los mas comunes los de aleacio-
nes de níquel - cromo y aceros inoxidables.
Pueden fabricarse de, prácticamente, cualquier largo y se produ-
35
cen con los tipos de termopar no nobles ("J", "K", "T", "E") pero no con
termoelementos de platino ("S", "R" o "B") por no tener la ductilidad
necesaria para resistir la trefilación.
Muchas veces no precisan de cables de extensión o compensados
ya que se pueden continuar hasta las borneras de conexión o los mismos
equipos de medición, aprovechando su flexibilidad como cables de
extensión y tienen la ventaja de poder atravesar zonas de alta
temperatura y alta presión.
A causa de sus diámetros pequeños la distancia entre el
termoelemento y la protección metálica es mínima y se debe tener
cuidado con la resistencia de aislación;
se debe recordar que la resistencia
decrece rápidamente a temperaturas
elevadas. Las temperaturas máximas
de operación dependen de los
diámetros de las termocuplas. Aquí,
nuevamente mayores diámetros
resisten mayores temperaturas.
La figura 4.1.3 muestra la
relación para temperaturas de
operación continua, de dos tipos de
termocuplas diferentes. (En este
caso tipo "K" NiCr-Ni y "N" NiCrSi-
NiSi).
Una ventaja que mencionamos
en estas termocuplas es su alta
resistencia a los choques y
vibraciones por su solidez entre
termoelementos y protección.
36
Pero esto a su vez acarrea una mayor deriva en el tiempo de la
señal termoeléctrica, primero por la constante solicitación mecánica
producto de la diferencia de coeficientes de dilatación termoelemen-
tos/vaina.
Segundo, el poco espacio entre éstos facilita la contaminación de
los termopares por la protección metálica.
Existen estudios que muestran que el oxígeno en los materiales
de Ilenado en la forma de aire, agua o dióxido de carbono es
responsable de esto.
Este actúa como medio de transporte para el equilibrio de las
concentraciones de sulfuros y carbono en la protección metálica y los
termoelementos, y esto cambia la composición química de los mate-
riales.
Estos conceptos sobre contaminación, responsabilizando a la
protección metálica, vuelven a verse en la investigación de Bentley
sobre termocuplas compactadas tipo N de 3 mm de diámetro con
protecciones de diferentes tipos.
Por esta razón se trata de usar protecciones metálicas lo más
parecidas en su composición química a los termoelementos. Para
termocuplas tipo N el fabricante recomienda utilizar Nicrosil, un
37
material de composición similar al termoelemento positivo de esa
termocupla.
41
inmersión de la vaina en procesos de fusión de metales no ferrosos o
tratamientos térmicos por baños de sales con desprendimiento
corrosivo o radiación térmica intensa, que afectarían el cabezal
directamente si la construcción fuese recta.
Por su parte, en la figura 4.2.5., puede observarse una construc-
ción convencional del tipo "J" o "K" (NiCr - Ni o Fe - CuNi) con vaina
simple o tubo protector metálico, y la diferencia en el montaje en caso
de ser vaina cerámica.
Los distintos materiales disponibles para tubos y vainas de
protección, y sus costos relativos, se detallan en la Tabla 4.2.6. Se usa
Marcas registradas de
(1) Cabot Corp. High Technology Material Div. (2) International Nickel Co. (3) Kanthal A.B. (Suecia)
42
Tabla 4.2.8. - Aplicaciones y especifcaciones de tubos de protección para termocuplas
Tabla 4.2.8. - Aplicaciones y especificaciones de tubos de protección para termocuplas (continuación)
Tabla 4.2.8. - Aplicaciones y especificaciones de tubos de protección para termocuplas (continuación)
Tabla 4.2.8. - Aplicaciones y especificaciones de tubos de protección para termocuplas (continuación)
Tabla 4.2.8. - Aplicaciones y especificaciones de tubos de protección para termocuplas (continuación)
Tabla 4.2.9. - Guía de selección de materiales para servicio en ambientes corrosivos
Tabla 4.2.9. - Guía de selección de materiales para servicio en ambientes corrosivos (continuación)
Tabla 4.2.9. - Guía de selección de materiales para servicio en ambientes corrosivos (continuación)
Tabla 4.2.10. - Regímenes de temperatura para distintas
clases de aislación
Tipo general de aislación Régimen general
máximo de temperatura,
°C
PVC
+99
Nylon +176
Teflón +260
Kapton +371
Fibra de vidrio +482
Asbestos +538
Cerámica - Cordierite o Mullite +982
Cerámica - Silimanita +1.600
Óxido de Magnesio compactado (Mg 0) +1.730
Cerámica - Alúmina +1.800
el acero al carbono como índice base, con un factor de 1,0 y los costos de
los otros materiales se dan en valores relativos. De esta forma, el titanio,
cuyo factor es 12,0 resulta doce veces más costoso que el acero al
carbono.
51
y aceite dentro de la vaina. El relleno no debe congelarse o hervir a las
temperaturas encontradas en el proceso y no debe reaccionar quími-
camente ni con la vaina ni con el sensor. Para las instalaciones
horizontales o con el extremo abierto hacia abajo se puede usar grafito
en grasa en lugar de líquido.
Cada uno de los metales tiene distinta conductividad térmica.
Pbr ejemplo, el acero inoxidable posee una menor conductividad que el
cobre. Sin embargo, los ensayos han demostrado que no hay una
diferencia significativa en el tiempo de respuesta entre una vaina de
acero inoxidable y una vaina de cobre; las diferencias entre las
velocidades de transferencia de calor de las distintas vainas metálicas
son insignificantes si se compara la velocidad de transferencia de calor
desde el proceso a la vaina con la velocidad de transferencia de calor
desde la vaina al sensor y con la respuesta del sensor.
Otro factor a tener en cuenta al emplear tubos y vainas es el
efecto de conducción térmica. Puesto
que el tubo o la vaina salen fuera del
proceso habra una distribución de
gradientes de temperatura en su
longitud, y si el tubo o la vaina no se
encuentran insertados to suficiente-
mente profundo dentro del proceso,
esos gradientes provocarán inexac-
titudes en la medición.
a : Cabezal
b : Cuello
c : Rosca a proceso
d : Aislador cerámico
e : Vaina metálica
f : Termocupla
g : Longitud de la vaina
h : Longitud del cuello
52
Para eliminar dicho efecto, la longitud de inserción dentro del
proceso debe ser por lo menos diez veces el diámetro de la vaina
exterior.
El tiempo de respuesta también depende del espesor de la
pared del tubo o la vaina. Cuanto más delgada es la pared, más rápida
es la respuesta. Puesto que una de las funciones importantes de los
tubos y vainas es brindar resistencia mecánica; con el espesor de la
pared habrá un compromiso entre su velocidad de respuesta y su vida
útil.
53
Tabla 4.4.1 - Límites de velocidad para vainas rectas y cónicas
(vainas de diámetro interior de 1/4 pulgada
y diámetro exterior de 3/4 pulgadas)
54
carburo de silicio, que no es hermético a los gases pero resiste la
acción de corte del golpe directo de llama y es más resistente al
shock térmico y mecánico que la alúmina pura (99,7 %). Sin embargo,
posee una pobre conductividad térmica.
Se dispone también de tubos secundarios metal - cerámicos;
éstos resultan superiores a los tubos de cerámica pura en lo que hace
a la resistencia al shock mecánico y térmico, y brindan una respuesta
termica más rápida.
55
En consecuencia, las temperaturas se igualan recién después
de algún tiempo. En ocasiones, al valor T se to denomina tiempo de
respuesta o constante de tiempo, y es el tiempo en que la indicación
de la diferencia entre v2 y v1 cambia 0,632 veces, valor que se
-1
obtiene de (1 - e ) = (1 - 0,368) = 0,632. En este tiempo t63, el
sensor responde con el 63 % del valor del salto de temperatura.
De las expresiones (1) y (2) se desprende:
57
En el ejemplo dado anteriormente, en el tiempo t99 se llega a
119 °C: Después del tiempo t99, la lectura está en el entorno de la
tolerancia del equipo de medición.
Es interesante consignar aquí la relación entre el t99 y otros
tiempos significativos:
58
material de la placa que se utiliza; si ese material Ilegara a ser un metal
con mejor conductividad térmica, las mediciones del tiempo de respuesta
darían menores valores y no podrían establecerse comparaciones.
El usuario debe tener presente que estos parametros son muy
importantes y que deben estar medidos y ensayados con mucha
seriedad. Además, si se considera que estos ensayos se Ilevan a cabo
en condiciones ideales de laboratorio, cuando en realidad los sensores
se usan en medios industriales, generalmente en condiciones más
desfavorables, se deberán calcular tiempos más prolongados.
Esto es así especialmente en la medición de temperaturas en
superficies donde, por lo general, hay que enfrentarse con superficies
ásperas u oxidadas, detalles, éstos, que alteran los valores medidos.
59
5. Termorresistencias
60
Los coeficientes tienen los siguientes valores:
61
resistencia respecto del valor nominal a 0 °C:
Donde
R = Resistencia medida en Q
t = Temperatura calculada en °C
Ro, A, B : Parámetros según IEC 751
5.3. Tolerancias
62
La tolerancia clase A es aplicable sólo en el rango de temperatura
de -200 a +600'°C. En cambio, la tolerancia clase B es aplicable en el
rango completo de temperatura de -200 a +850 °C.
63
Tabla 5.4. - Clases de tolerancias.
64
Los sensores de este tipo son insensibles al shock mecánico y
las vibraciones, y por su excelente resistencia al ataque químico
pueden usarse, en ocasiones, directamente sumergidos en el medio a
medir. Existen versiones con tubo de extensión de vidrio y también de
doble bobinado. Se utilizan en el rango de -200 a 400 °C.
65
6.3. Sensores de temperatura de platino - cerámica tipo PK
66
6.4. Sensores de temperatura de platino en lámina flexible
67
Se producen en tamaños de 2.0 mm x 2.5 mm hasta 3.2 x 10 mm.
En vista de su muy pequeño tamaño y del mínimo espesor del sustrato
(0,3 mm), estos sensores tienen una alta velocidad de respuesta.
Tienen la ventaja de poder producirse sensores de valores
nominales de 500 y 1000Ω en un área mínima, a diferencia de lo que
oeurre con los del tipo platino - vidrio o cerámico.
Los sensores de temperatura de película fina combinan las
ventajas de los sensores a termorresistencia de platino, tales como
intercambiabilidad, gran estabilidad en el tiempo, repetibilidad y amplio
rango de temperatura con los beneficios económicos que produce la gran
escala de fabricación.
Son del mismo tipo constructivo que los anteriores, pero monta-
dos dentro de un cilindro cerámico abierto en un extremo y luego
sellado con una frita vítrea. El cuerpo cerámico ofrece una protección
adicional a solicitaciones
mecánicas y su forma cilíndrica
lo convierte en reemplazo de los
del tipo bobinado cerámico pero
de menor costo. El rango de
temperatura es -50 a 300 °C.
68
Figura 6.5.: Esquema
constructivo de un sensor de
temperatura de platino del
tipo película fina.
69
como, por ej.: deriva : 0.05 % por año, son apenas informativas si no hay
indicación sobre las condiciones operativas. Los cambios cíclicos de
temperatura, variando ésta entre límites superior e inferior, afectan a
todos los componentes del sensor, mucho más que cualquier otra
exigencia continua.
Se alcanza una estabilidad importante aun bajo condiciones de
temperaturas variables mediante termorresistencias cerámicas en las que
el arrollamiento está embebido en un polvo, lo cual conduce a que existan
muy pocas uniones mecánicas.
El alambre resistivo se puede dilatar libremente en relación con los
otros materiales constructivos. Se protege de los esfuerzos mecánicos
que provocan cambios en la estructura metalográfica y, por lo tanto, en
la resistencia eléctrica. Investigaciones recientes han mostrado que las
termorresistencias cerámicas sufren cambios en su valor nominal de
menos de 0,1 °C cuando se expusieron a temperaturas entre 700 y -200
°C durante 130 horas.
Se llevó a cabo, durante el mismo período de tiempo, una prueba
de solicitación térmica, entre los 900 y -200 °C para los modelos que se
usan para temperaturas mayores que 600 °C. Esto produjo una
duplicación de las variaciones del valor nominal hasta de 0,2 °C.
70
térmica del vidrio utilizado sea lo más próximo posible al del platino.
Aún así, hay tensiones mecánicas producidas durante la fabrica-
ción que conducen a derivas a largo plazo; en consecuencia, es
necesario estabilizar la termorresistencia mediante un proceso de
envejecimiento artificial.
La resistencia total decrece hasta que alcanza un valor constante y
allí permanece en un valor permanente. Este tratamiento de
envejecimiento es parte del proceso de fabricación de la termorresis-
tencia, de tal manera que su uso posterior no de como resultado cambios
importantes durante las etapas iniciales.
Otro efecto que depende mucho del límite de la capacidad de la
termorresistencia es la histéresis. Ésta se interpreta como el cambio
reversible en la resistencia nominal Ro, la cual depende de si la
solicitación térmica previa estaba dentro del rango de temperaturas
positivas o negativas. Una prueba con termorresistencias de vidrio Pt 100
indicó una histéresis de 0,1 °C cuando la solicitación térmica fluctuó entre
-200 y +300°C.
8. Histéresis de termorresistencias.
71
nominal están en un rango por debajo de 0,03 °C, un valor que puede
considerarse de una exactitud adecuada para todas las aplicaciones de
instrumentación.
72
está expuesto a variaciones de temperatura comprendidas entre -20
y+60°C?
La resistencia de la línea es de 8,12 Ω. Esto representa el 6,8 %
del valor de la Pt 100 a 60°C. La línea de la termorresistencia está
expuesta a una diferencia de temperatura de 80 °C; los errores resultantes
son aproximadamente 0,068 x 80 °C = 5,46 °C. Como simplificación, se
supone que el cobre y el platino tienen el mismo coeficiente de
temperatura y los cálculos se basan en una termorresistencia Pt 100 a
50°C. El error ocasionado por esta simplificación es tan pequeño que este
método simplificado es suficiente para estimar el error previsible al usar un
circuito de dos hilos.
73
cambiarse rápidamente, dado que ellos forman una unidad compacta. En
caso de reparaciones en vainas sin inserto intercambiable, es
absolutamente esencial asegurar la hermeticidad.
9.3. Autocalentamiento
74
pronunciado debido a que la disipación del calor es mucho más rápida.
En el caso de mediciones durante tiempos prolongados en gases
estacionarios diluidos, esta pequeña perdida de potencia puede condu-
cir a errores en la medición; en tales casos, el efecto de autocalenta-
miento tiene que medirse en las condiciones de trabajo. La temperatura
se mide haciendo circular diferentes valores de corrientes, y mientras
que la temperatura del cuerpo o fluido medido permanece constante. El
coeficiente de autocalentamiento E es el siguiente:
75
una caída de tensión ocasionada por un cambio de resistencia
dando lugar así a un error en la medición. Es posible tanto un
incremento como una disminución del valor de resistencia resultante
dependiendo del signo de la tensión termoeléctrica parásita
producida. La magnitud de este error depende mucho de las
características del sistema electrónico de medición; en particular,
cómo interpreta una tensión como temperatura.
Un método simple para diagnosticar tales errores debidos a
tensiones termoeléctricas parásitas, consiste en la realización de dos
evaluaciones con la corriente de medición en direcciones opuestas.
La existencia de una diferencia entre las dos mediciones se debe a
la tensión termoeléctrica generada por el sistema de medición.
77
El cociente entre el tiempo 90% y el valor mitad es aproximadamente 3:1,
y depende mucho del diseño de la termorresistencia. Muchos fabricantes
especifican ambos: el tiempo del valor mitad y el del 90%, dado que esto
proporciona una indicación sobre la función transferencia de un
termómetro.
El cociente entre t50 y t90, en el caso de una función exponencial,
es siempre 3:1. Un valor menor de t50 para el mismo t90 indica un
crecimiento de menor pendiente en la primera parte de la curva. La
especificación de ambos tiempos proporciona de este modo, una
indicación cualitativa de cuánto se desvía de la función exponencial la
función transferencia de la termorresistencia. Para el usuario, esto es
relativamente poco importante; el valor t50 ó t90 es más significativo para
la estimación del retardo en la medición con una termorresistencia en
particular.
78
corta. Por otro lado, esto conduce a excesivas pérdidas de calor por
disipación. La profundidad de inserción (la longitud de la parte del
sensor expuesta al medio a medir) depende, también, del tipo de medio
y de la cantidad de calor transferido por éste en la unidad de tiempo.
Un líquido de rápida fluencia, por ejemplo, transfiere más calor y
es, por lo tanto, más capaz para compensar la conducción térmica de
la termorresistencia que el aire estacionario. Para mediciones en
líquidos, es generalmente suficiente tener la mitad de la longitud de
inserción en comparación con una instalación para un gas.
Un ejemplo demostrará el efecto del diseño en el error por
conducción del calor. Cuando se usan en mediciones de calor, las
termorresistencias tienen que tener un error que no exceda 0,1 °C.
Esas condiciones son:
• Temperatura medida: 80°C
• Temperatura ambiente: 20°C
• Medio a medir: agua con una velocidad de fluencia de 0,1 a 0,2 m/ seg.
Particularmente en termorresistencias cortas con una longitud de
inserción por debajo de los 50 mm, el alcance de la exactitud arriba
especificada ocasiona problemas que deben resolverse mediante
cambios en el diseño. El cable de conexión se toma directamente de la
termorresistencia y es de cobre. La conexión térmica entre la
termorresistencia y la vaina se mejora mediante pasta conductora de
calor. En caso de ausencia de cualquiera de las precauciones especia-
les para el desacoplamiento térmico, habrá un error por conducción de
alrededor de 0,3 °C. Se logra una mejora del orden del 50% reduciendo
el diámetro de la vaina en la zona de la termorresistencia.
El error de 0,15 °C para este modelo de termorresistencia aun
no satisface los requisitos del criterio de la prueba. Finalmente, el
desacople térmico del cable de conexión y la termorresistencia reduce
el error a 0,03 °C, representando una mejora en un factor de 10
comparado con la versión original.
79
por los errores de conducción de calor. Los criterios principales de
construcción de termorresistencias, con referencia al error por conduc-
ción de calor, se enumeran a continuación.
El uso de vainas de protección adicionales incrementa el valor de
la resistencia térmica de la termorresistencia. Además, el calor fluye
hacia el exterior a través de las vainas. Son, siempre preferibles las
mediciones directas, si son posibles.
Cuando se usan vainas de protección existe la posibilidad de
depósitos de suciedad entre el interior del mismo y la termorresistencia,
o que exista oxidación de las superficies metálicas. El resultado es, otra
vez, una transferencia del calor más pobre y, por ende, hay un
incremento en el error por conducción.
Las cortas longitudes de inserción dan como resultado un gran
gradiente de temperatura entre la termorresistencia y sus alrededores, y
en consecuencia un gran flujo de calor. Es recomendable entonces
seleccionar la longitud de inserción más larga posible.
Bajas velocidades de fluencia dan como resultado una mínima
transferencia de calor a la termorresistencia. Deberá entonces seleccio-
narse para una medición el lugar donde sea máxima la velocidad de
fluencia.
Las partes externas de una termorresistencia, tales como el
cabezal y los tornillos de sujeción, intercambian calor con los elementos
circundantes. Las partes exteriores de una termorresistencia se deberán
construir con aislación térmica a fin de evitar las pérdidas de calor.
El intercambio de calor con los alrededores se incrementa también
por las corrientes de aire en el exterior de la termorresistencia. Ésta no
deberá instalarse en ubicaciones con fuertes corrientes de aire. Cuando
sea posible deberá protegerse mediante una lámina de metal o
dispositivos de características similares.
La buena conductividad térmica de la termorresistencia y una
superficie de intercambio grande de las partes externas, incrementan la
transferencia del calor a los alrededores. Es recomendable, entonces,
usar termorresistencias cuyas partes externas (vaina, cabezal) tengan
una superficie mínima. La conductividad térmica de la vaina en la
dirección de su eje puede reducirse intercalando anillos plásticos. Esto
produce una reducción apreciable del error por conducción del calor sin
deteriorar la respuesta dinámica de la termorresistencia.
80
10. Calibración y certificación 10.1
Calibración
81
exactitud se determina por el tipo de medición que se precisa.
El sensor o termorresistencia se calibra colocándolo a una
temperatura conocida, determinando la lectura producida por esta
termorresistencia (resistencia, tensión termoeléctrica, etc.) y compa-
rándola con el valor esperado. El calentamiento se logra por medio de
baños termostáticos con líquidos, hornos o celdas de punto fijo
dependiendo del rango requerido. La temperatura se mide con una
termorresistencia certificada. Durante esta comparación es importante
asegurar que no hay diferencia de temperatura entre la termorresis-
tencia certificada y la que se prueba. En una celda de punto fijo, se
consigue la temperatura exacta y conocida de la conversión de fase; no
hay comparación con una termorresistencia certificada. Las celdas de
punto fijo proporcionan gran exactitud; en celdas de punto triple de agua
es posible alcanzar una exactitud mejor que 0.005 °C.
Es práctica general, durante la calibración, medir la resistencia de
aislación, a la temperatura ambiente y a la máxima temperatura,
también después de esfuerzos térmicos de tiempo prolongado. La
termorresistencia se somete, por ejemplo, durante 20 horas a la máxima
temperatura. El cambio en el valor nominal proporciona una primera
estimación de su estabilidad.
La calibración puede aplicarse a termocuplas, termorresistencias
y también a todo otro elemento de medición de temperatura. Si bien las
termocuplas pueden en principio calibrarse a similares tolerancias que
las termorresistencias dada la mucha menor estabilidad en el tiempo
respecto de las termorresistencias esto es recomendable. El certificado
de calibración contiene a menudo recomendaciones referidas a la
inestabilidad previsible y al período de validez descripto y las
condiciones de calibración, así como las condiciones de referencia, por
ejemplo las condiciones operativas bajo las cuales tienen validez los
resultados.
82
medición. Además, hay una demanda creciente de los usuarios más
exigentes de normas de calidad de productos.
Las demandas especialmente exigentes surgen de la norma ISO
9000, la que describe el concepto global de un sistema de control de
calidad. Si un fabricante emite certificados basados sobre esta norma,
es necesario que los aparatos de control más significativos para la
producción, puedan cumplir las normas internacionales. El cumpli-
miento de una norma internacional significa que se documenta la
calibración de los dispositivos de prueba de modo tal que las
mediciones reales cumplan las mencionadas normas legales.
En Alemania, estos laboratorios están vinculados al Servicio de
Calibración Aleman (DKD) que está subordinado al laboratorio nacional
PTB en temas de instrumentación. Esto asegura que los aparatos de
medición que se usan en un laboratorio DKD puedan cumplir inequívo-
camente las normas internacionales y por lo tanto también las
termorresistencias que se usan allí.
Durante la calibración oficial, la termorresistencia se verifica a
diferentes temperaturas tal como se describió anteriormente. Los
valores medidos se usan para determinar los parámetros de la curva
característica y se emite un certificado de calibración de las mediciones
realizadas. Es importante en relación a esto que la termorresistencia
sea certificable bajo las normativas del servicio de calibración. Esto
cubre particularmente la prueba de estabilidad del valor nominal
después de estar expuesta a la máxima temperatura de uso permitida,
así como la estabilidad de la resistencia de aislación. Si una termorre-
sistencia no cumple estas condiciones, no se acepta para certificación.
Se ha desarrollado un tipo especial de termorresistencia patrón
certificable para conseguir alta estabilidad a fin de permitir su uso bajo
rigurosas condiciones industriales. Las termorresistencias de precisión
del mercado están frecuentemente diseñadas de modo tal que el
arrollamiento resistivo está libremente suspendido a fin de asegurar
una solicitación química y mecánica mínima a través de los materiales
de montaje.
Los golpes y la vibración, no obstante, Ilevan rápidamente a la
fractura del arrollamiento. Mientras tales termorresistencias presentan
una estabilidad de señal muy alta, del orden de 0,001°C o mejor, su
baja resistencia mecánica no permite su uso en aplicaciones
industriales.
83
El sensor de temperatura de tales termorresistencias es similar al
sensor de una resistencia de vidrio bobinada en alambre con el
agregado especial que las terminaciones del sensor bobinado en el
cuerpo de vidrio están dispuestas como un circuito de 4 hilos. La
conexión al conector puede también estar hecha de platino de modo tal
que queden excluidos los efectos tales como las tensiones
termoeléctricas parásitas.
Las termorresistencias de vidrio están protegidos por una vaina de
protección metálica para proteger de las influencias exteriores dispo-
niendo de perforaciones en la zona de sensado a fin de reducir el tiempo
de respuesta. El rango de temperaturas se extiende desde 0 hasta
180°C. La estabilidad durante períodos prolongados es mejor que
0,015°C después de 250 horas de operación a la temperatura máxima.
10.3. Certificación
84
11. Conexión de termorresistencias
V=I.R
85
compensacion se ajusta entonces hasta que el instrumento indique una
lectura de 0°C. La resistencia de compensación, junto con la
resistencia de la línea, igualan exactamente el valor de 10 ohms. La
resistencia de compensación, suele tomar la forma de un arrollamiento
de alambre resistivo, de modo tal que el balance consiste en el
desenrollado del mismo. Debido a la relativamente compleja operación
de compensación y el hecho de que esto no compensa los efectos de
la temperatura sobre la línea de medición, el uso de la técnica de 2
hilos está volviéndose gradualmente obsoleta.
86
despreciarse, La caída de tensión determinada de esta manera es
independiente de las propiedades de los cables de interconexión.
En ambos circuitos, de tres y de cuatro hilos, debe recordarse
que la extensión del circuito no se toma siempre justo sobre el
elemento sensor. La conexión desde el sensor hasta el cabezal
terminal de la termorresistencia, la Ilamada conexión interna, toma
frecuentemente la forma de un circuito de dos hilos.
Esto da como resultado problemas similares a aquellos
tratados bajo la discusión de los circuitos de dos hilos, aunque en una
longitud mucho menor.
La resistencia total consistente en la suma de las conexiones
internas y la termorresistencia misma se define en la especificación
DIN 16 160 como la resistencia de la termorresistencia armada.
87
mejor va en desmedro de hacer mayor la distancia que tiene que viajar
la señal no amplificada.
Para mediciones en atmósferas riesgosas, la instrumentación
utiliza circuitos intrínsecamente seguros acorde a EN 50 014 y EN 50
020. Los circuitos intrínsecamente seguros están diseñados de modo
tal que en ambos casos, bajo condiciones normales o bajo falla, no hay
nunca energía suficiente almacenada en el circuito para disparar una
explosión, por ejemplo, a través de una chispa. Si se instala un transmisor
en un área riesgosa, éste debe ser uno de diseño intrínsecamente seguro.
Los transmisores de dos kilos se suministran tanto para las
termorresistencias como para las termocuplas.
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