Anda di halaman 1dari 5

Séptima prueba

El francés antiguo es un francés «italianizado»

Si el francés proviniera del latín por el proceso de evolución


ocurrido a través de los siglos, el francés del siglo XI debería ser
intermediario entre el latín y el francés del siglo XXI. Ahora bien, no
es eso lo que encontramos. El francés antiguo difiere muy poco del
francés de hoy.
Si quitamos todas las palabras del francés antiguo que son
diferentes de las del francés moderno y las comparamos al italiano y
al latín, observamos que la regla general es que las palabras del
francés antiguo no se parecen al latín y que son, casi todas,
intermedias entre el francés y el italiano.

El francés antiguo se encuentra entre el francés y el italiano


El cuadro que se presenta a continuación da la traducción en
francés moderno, en italiano y en latín, de palabras del francés
antiguo extraídas de dos novelas antiguas: ENÉAS, de Salverda de
Grave, y LE CONTE DE GRAAL, de Chrétien de Troyes, escritas hacia el
año 1 200. Coloqué la columna de palabras en francés antiguo entre
las columnas de francés moderno y de italiano para mostrar la
continuidad fonética.

Francés moderno Francés antiguo Italiano Latín


AIDE AIUDE AIUTO AUXILIUM
BAIE BAILLE BAIA SINUS
CE/CET CIST QUESTO HIC
COUP COP COLPO ICTUS
COUR CORT CORTE AULA
EPÉE ESPEE SPADA GLADIUS
ÉTRANGER ESTRANGIER STRANIERO EXTERNUS
FEMME FENNE DONNA UXOR
HIVER INVERN INVERNO HIEME
JAMBE GAMBE GAMBA CRUS
JE JO IO EGO
LA SIENNE LA SOUE LA SUA SUUS / EJUS
LE LI IL No existe artículo
definido en latín.
MAÎTRE MESTRE MAESTRO DOMINUS
MANTEAU MANTEL MANTELLO PALLIUM
MARTEAU MARTEL MARTELLO MALLEUS
MASSUE MASSE MAZZA CLAVA
MEME MESME MEDESIMO IDEM
NÉANT NIANT NIENTE NIHIL
PEAU PEL PELLE CUTIS
VÊTIR VESTIR VESTIRE INDUERE VESTEM

El articulo LI aparece claramente como intermedio entre el


francés moderno LE y el italiano IL. El pronombre JO es intermedio
entre JE e IO. La palabra ESPEE es intermedia entre EPEE y SPADA.
Ocurre lo mismo con cada una de las palabras de esta tabla. El
francés antiguo se aproxima fonéticamente al italiano, pero no al
latín.
En el cuadro siguiente, coloqué las palabras del francés antiguo
que son totalmente diferentes de las palabras del francés moderno.
Se parecen al italiano, pero no se parecen en nada al latín.

Francés moderno Francés antiguo Italiano Latín


BEAU-FILS FILATRE FIGLIASTRO GENER
JETER BOUTER BUTTARE JACIO
MAINTENANT ORES ORA NUNC
TROMPER ENGEIGNER INGANNARE DELUDERE

Después de haber descubierto en el primer cuadro que algunas


palabras del francés antiguo eran intermedias entre el italiano y el
francés moderno por efecto de una transformación fonética continua,
hemos descubierto en el cuadro siguiente que existen casos en los
que palabras del francés antiguo son diferentes del francés moderno,
pero semejantes al italiano y no al latín.
Frente a las semejanzas evidentes de numerosas palabras italianas
y francesas, los etimologistas han recurrido con frecuencia al
Renacimiento y a la influencia cultural italiana de esta época. En
este caso, estamos en 1 200, y los contactos entre el reino franco e
Italia son, en este tiempo, extremadamente reducidos.
Más bien, en el segundo cuadro tenemos la prueba de que la
evolución de las lenguas conduce a veces a la desaparición de ciertas
palabras.

La falsa semejanza entre el francés antiguo y el latín


Con frecuencia, los comentaristas de textos antiguos se refieren al
latín para explicar por qué una palabra francesa antigua no se parece
al francés moderno. De esta manera, BEAUCOUP se decía
antiguamente MOULT. Esta palabra, comparada con el latín MULTUS,
que se le parece bastante, es considerada, por tanto, de origen latino.
Ahora bien, yo constato que las palabras del francés antiguo que
se parecen a las palabras latinas también se parecen siempre a las
palabras italianas. No he encontrado un solo caso en el que la
palabra francesa se parezca al latín sin que se parezca igualmente al
italiano.
Le recuerdo, estimado lector, que la similitud entre las palabras
italianas y las palabras latinas puede tener dos causas: o bien las
palabras tienen el mismo origen indoeuropeo, o bien las palabras
italianas han sido tomadas en préstamo del latín.
Además, estas palabras del francés antiguo que se parecen al latín
no nos fueron transmitidas directamente por la lengua latina sino que
surgieron del italiano, del cual guardan la traza. Así, la palabra BON
(bueno) se decía BUEN y se parece más al italiano BUONO que al latín
BONUS; de igual manera, la palabra NÔTRE se decía NOSTRE y se parece
más al italiano NOSTRO que al latín NOSTER.

Francés Francés antiguo Italiano Latín


ANGE ANGELE ANGELO ANGELUS
ANNEAU ANNEL ANELLO ANNULUS
AUTRE ALTRE ALTRO ALTER
BEAUCOUP MOULT MOLTO MULTUS
BON BUEN BUONO BONUS
COLERE IRE IRA IRA
CUISINIER QUEU COCUO COQUUS
DANS EN IN IN
FEMME MULIE MOLIE MULIER
NOBLE NOBIL NOBILE NOBILIS
NOTRE NOSTRE NOSTRO NOSTER
ROYAUME REGNE REGNO REGNUM
SE SI SI SI
TOMBER CADER CADERE CADERE

Pretender que el francés antiguo nos acerca al latín viene de la


pereza intelectual o de la mala fe. No, el francés antiguo no se
encuentra entre el francés moderno y el latín, sino que es
intermedio entre el francés moderno y el italiano.

El supuesto sistema casual del francés antiguo

El sistema casual del francés antiguo se presenta siempre como


un estadio intermedio entre el latín clásico y el francés
contemporáneo y, más aún, como una prueba de la transformación
progresiva del latín en francés.
Sylvie Bazin-Tacchella, profesora de la universidad de Nancy,
retomando la tesis oficial en su libro «Initiation à l’ancien francais»
(Ediciones Hachette, 2001), expone:
«Los sustantivos se declinan en francés antiguo (…) Esta flexión
es una herencia del sistema latino, muy simplificado. Mientras el
latín presentaba seis casos, la lengua medieval no contaba sino con
dos».
Simplificado, en efecto, el sistema casual del francés antiguo,
según la norma oficial, sería el siguiente:
En todos los casos diferentes al nominativo, no hay diferencia
con el francés contemporáneo. Para el caso del sujeto, el nominativo
masculino se distingue colocando una “s” en el singular y ninguna
desinencia en el plural.

Mi comentario:

1. Se necesita mucha buena voluntad para ver un residuo de


declinación latina en esa pequeña “s” que aparece cada cierto
tiempo en los textos escritos en francés antiguo. Estamos
hablando aquí de textos del siglo XIII, es decir, escritos
apenas ocho siglos después del desplome del Imperio
romano, cuando pensamos que el griego guardó todos los
casos, excepto uno, y casi siempre idénticos, durante 25
siglos. El latín nos dejó únicamente una pequeña “s” como
toda herencia de sus abundantes declinaciones. Los que
sostienen la tesis oficial de un origen latino de las lenguas
romances se contentan en verdad con muy pocas cosas.

2. Lo que llaman pomposamente sistema casual se resume de


hecho a esto: las “declinaciones” del francés antiguo son
estrictamente idénticas a las del francés contemporáneo con
una sola diferencia, el nominativo, y bajo la condición de que
sea masculino y que termine en consonante. Pero para
asociarlo al latín, se presenta esta ligera marca del
nominativo masculino bajo la forma de un sistema casual.

3. Para comprender el trasfondo de estas cosas vamos a analizar


la declinación de los artículos definidos en francés antiguo:
Caso sujeto

Masculino Femenino
Singular li la
Plural li les

Caso diferente al sujeto

Masculino Femenino
Singular le la
Plural les les

Quiero recordar que las lenguas romances se separan en


dos grupos en lo que se refiere al plural de los sustantivos: el
grupo de las lenguas habladas en Francia, en España y en
Portugal, y el grupo de las lenguas habladas en Italia y en
Rumania. Las primeras construyen el plural con “s”, las
segundas lo hacen con “i”, lo que me lleva a concluir que las
lenguas romances tienen el mismo origen, el italiano antiguo,
pero que al mismo tiempo podríamos considerar que existían
dos variantes dialectales de este italiano antiguo.
Constatamos que los artículos definidos del francés antiguo
son idénticos a los del francés contemporáneo, con la única
excepción del nominativo masculino.
Parecería que el francés antiguo da testimonio de dos
formas dialectales. Para el nominativo masculino, el francés
antiguo podría haber adoptado la forma “ítalo-rumana”, y en
todos los otros casos, la segunda forma. Tenemos claramente
ante nosotros las dos formas romances conocidas.

4. Autocrítica: Mi proposición funciona para los artículos


definidos pero no nos explica la presencia de una “s” en el
singular del caso sujeto y su ausencia en el plural. ¿Se trata
de un artificio ortográfico de los letrados? En cualquier
hipótesis que se haga, ver en esta pequeña “s”, como es el
caso de la señora Sylvie Bazin-Tacchella y sus colegas
especialistas del francés antiguo, una “herencia” de la
segunda declinación latina, es creer en la obra y gracia del
Espíritu Santo. ¡Solicito a los universitarios de permanecer en
el más estricto marco secular, y sobre todo solicito no
inventar trazas del latín tan tiradas por los cabellos!

5. Por concentrarse en esta pequeña “s”, la señora Sylvie Bazin-


Tacchella ni siquiera percibe que el material sobre el que ella
está trabajando, el francés antiguo, es esencialmente francés
contemporáneo. He ahí una prueba viviente de la estabilidad
de las lenguas. Este francés con ocho siglos de antigüedad
nos ha transmitido su sintaxis, su gramática y 90% de su
vocabulario, a pesar de todos los trastornos inconmensurables
que Francia ha conocido durante estos ocho siglos. En el
plano gramatical, el francés antiguo nos ha transmitido
mucho más que esta pequeña “s” residual que nos habría
transmitido el latín.
¡Qué falta de discernimiento, qué ofuscación en el dogma por
parte de ciertos profesores universitarios! Si la señora Bazin-
Tacchella y sus colegas ven latín en esta “s”, es porque razonan al
revés y parten del postulado de que el francés viene del latín. No,
señora. Diga más bien que usted está haciendo la hipótesis de que
esta “s” sería un residuo del latín, pero no presente esta “s” como
una prueba del origen latino del francés.
En conclusión: lo que se presenta como un sistema casual se
resume a la diferenciación de los masculinos en el nominativo. Y
más aún, la desinencia particular propia de este caso está limitada a
únicamente a los sustantivos y los adjetivos que terminan en
consonante. Los especialistas han creído ver en esta desinencia
particular un residuo del sistema casual del latín. Le dejo a usted
juzgar.

Anda mungkin juga menyukai