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PORTADA

INTRODUCCIÓN
Dentro de la Comunidad Internacional, las personas se interrelacionan unas con otras
para satisfacer sus necesidades sociales, culturales y económicas. Muchas de estas
relaciones sociales vinculan a las personas en términos jurídicos cuando estas están
reguladas por el Derecho Internacional Privado. En este contexto, las personas pueden
encontrarse en la situación de crear un vínculo contractual con personas de otro país.
En otros términos, dos sujetos, establecerán una relación jurídica regulada por el
Derecho internacional privado, como lo es, la material contractual, y dicha relación es
reconocida por el ordenamiento jurídico. Un sujeto se vincula con otro sujeto bajo las
normas del Derecho internacional. Por esta razón, resulta crucial realizar un estudio
descriptivo en el que se indague por la naturaleza, desarrollo y aplicación de las Normas
de Derecho Internacional Privado en materia contractual y como es que los países
regulan dicha materia en su sistema jurídico interno. Comprender su concepción en el
mundo jurídico internacional, permitirá entender otros conceptos más generales o
específicos con los que se vincula. Con este estudio, entonces, se busca vislumbrar
conceptos fundamentales que construyen parte del presente trabajo.
Para cumplir con nuestro propósito, este trabajo se compone de una visión
general del tratamiento de los contratos en el Derecho Internacional Privado,
pasando luego por el tratamiento legal en nuestro sistema jurídico, así como los
diversos aportes que se han realizado en la investigación de dicha materia. Se
desarrollarán conceptos generales, los elementos que conforman una relación
contractual internacional, la importancia que posee; también la diferenciaremos del
tratamiento legal con otros sistemas otros jurídicos. Y al final, anotamos una serie de
CONCLUSIONES que se derivan del presente trabajo académico.
CONTRATOS INTERNACIONALES

1. DEFINICION DE CONTRATOS INTERNACIONALES

La Convención Interamericana sobre Derecho Aplicable a los Contratos Internacionales


(CIDACI) publicada en la Gaceta Oficial Nro. 4.974, de fecha 22 de Septiembre de 1995,
de la Organización de los Estados Americanos, establece que un contrato es
internacional si las partes del mismo tienen su residencia habitual o su establecimiento
en Estados Partes diferentes, o si el contrato tiene contactos objetivos con más de un
Estado Parte. Esta convención se aplicará a contratos celebrados o en que sean parte
Estados, entidades u organismos estatales, a menos que las partes en el contrato la
excluyan expresamente. Sin embargo, cualquier Estado Parte podrá declarar en el
momento de firmar, ratificar o adherir a esta Convención que ella no se aplicará a todos
o a alguna categoría de contratos en los cuales el Estado o las entidades u organismos
estatales sean parte. Cualquier Estado Parte podrá, al momento de firmar, ratificar o
adherir a la presente Convención, declarar a qué clase de contratos no se aplicará la
misma.

De lo antes señalado, se desprende, que corresponde a los Jueces que conozcan del
proceso, calificar si se trata de un contrato internacional de acuerdo a la norma
supranacional, o más bien se calificara de acuerdo a la legislación interna del Estado a
la cual pertenezca el Juez. Con ello se quiere significar, es que la convención define a
los contratos de una forma amplia cuanto a los criterios de su internacionalidad, bien
sea tomando como base su residencia habitual o el establecimiento de ambos pero
sometidos a diferentes legislaciones.

Maekelt, Villarroel, Resende y otros (2005) señalan la importancia de la


conceptualización al establecer la importancia de conocer lo que distingue a un contrato
internacional de un contrato interno. No sólo determinar si se encuentra en presencia de
un contrato que puede estar sometido parcial o totalmente al derecho de uno o más
ordenamientos jurídicos, sino que también pueden plantearse problemas en cuanto a la
validez de una cláusula de elección del derecho extranjero aplicable a un contrato que
tenga todos sus elementos localizados en un solo país o con respecto a la posibilidad
de recurrir a un árbitro extranjero, cuando este tipo de asuntos esté reservado solamente
a los casos de la contratación internacional; y, además, para determinar cuándo procede
la aplicación de una legislación material uniforme referida a los contratos
internacionales.
2. ELEMENTOS DE UN CONTRATO INTERNACIONAL.

Los elementos o requisitos fundamentales de un contrato internacional son de tres


tipos:

 Elementos personales: se trata de las partes o personas físicas o jurídicas que


intervienen en la relación contractual. Con respecto a éstos, será necesario
conocer su capacidad para contratar y su representación legal o voluntaria por
otras personas. Es importante que en un contrato internacional se identifiquen
las partes con precisión en cuanto a datos de localización (nombre completo,
tipo de sociedad, dirección, ciudad y país) como fiscales y de los representantes
que firman en nombre de la empresa. Todo ello conviene verificarlo con
escrituras de constitución y de apoderamiento aportadas por las partes
respectivas.

 Elementos formales: no existe ninguna obligatoriedad en cuanto a la forma de


los contratos internacionales. Así se deduce del Convenio de Viena sobre venta
internacional de mercaderías de 11 de abril de 1980, al establecer que los
contratos no están sometidos a ningún requisito de forma, ni siquiera el escrito,
y que podrán probarse por cualquier medio, incluso por testigos.

 Elementos reales: son los bienes o servicios a intercambiar por las partes. El
objeto del contrato serán cosas y servicios que estén dentro del comercio y que
sean posibles, lícitos y determinados.

3. CARACTERISTICAS:

Los contratos internacionales, al ser un medio de creación de obligaciones entre las


partes deben de cumplir una serie de características de entre las cuáles las más
importantes son las siguientes:

 Redacción precisa en cuanto a claridad, concisión, congruencia y concreción,


eliminando y excluyendo los términos ambiguos, genéricos y equívocos en la asunción
de las obligaciones. Este aspecto es esencial en la redacción de contratos
internacionales ya que las diferencias culturales e idiomáticas entre las partes implican
siempre dificultades de comunicación y entendimiento que deben reducirse al máximo
a la hora de interpretar los términos del contrato. © globalnegotiator.com
 Adaptación a la cultura jurídica de la otra parte, especialmente cuando quien inicia la
relación comercial busca clientes, distribuidores, o socios, desde una posición de menor
poder de negociación. Así por ejemplo en países de cultura anglosajona (Reino Unido,
Alemania, Estados Unidos), los contratos suelen ser más extensos y prolijos que países
asiáticos o de América Latina.

 Búsqueda de la cooperación entre las partes, tratando de redactar el contrato más


desde una perspectiva de acuerdo en cuanto a la forma de proceder y regular las
relaciones comerciales, que como un instrumento de cobertura jurídica en los riesgos
que puedan acaecer. Esta característica es especialmente importante cuando se hacen
negocios con empresas de ciertos países emergentes en los que no existe la cultura de
respeto a los pactos que se realizan en contratos con empresas extranjeras, ni tampoco
protección legal al respecto.

 Uso de contratos en versión bilingüe (español-inglés, español-francés,


españolalemán) cuando no exista un idioma común entre las partes. En el caso de
países como China o Rusia es habitual que las empresas extranjeras realicen contratos
en ingléschino o inglés-ruso. Por el contrario en India, prácticamente la totalidad de los
contratos que se realizan con empresas extrajeras son únicamente en inglés. Cuando
se hacen contratos bilingües debe incluirse una cláusula de "idioma" en la cual se
determina cual es el idioma prioritario para la interpretación del contrato en caso de
conflicto.

 Formación del contrato: la realización de un contrato internacional implica cumplir una


serie de fases entre las que se encuentran, la preparación, oferta, formación y ejecución.

4. DETERMINACIÓN DE LA JURISDICCIÓN
5. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA. VERTIENTES DE LOS
CONTRATOS INTERNACIONALES

La doctrina y la jurisprudencia han señalado que los contratos internacionales pueden


ser visto desde dos ópticas una desde el punto de vista jurídico, que es cuando se
supone la existencia o presencia de un elemento extranjero en la relación contractual,
tomando para ello la nacionalidad, domicilio de las partes contratantes, así como el lugar
de su celebración o ejecución del contrato.

Según Maekelt, Villarroel, Resende y otros, (2005) para deducir el carácter internacional
de un contrato con la presencia de un elemento extranjero en la relación contractual ha
servido de presunción a favor de la calificación del contrato como internacional, pero
ello no implica una caracterización definitiva.

Hoy día, la opinión mayoritaria considera que no es suficiente que uno de los elementos
del contrato escape de la soberanía de un Estado para deducir que el contrato tiene
carácter internacional. Es preciso, como lo señala la doctrina española, corroborar la
relevancia jurídica del elemento extranjero y verificar si la finalidad social de los hechos
reclama o no una reglamentación internacionalizada.

Y el otro punto de vista es el económico, que se refiere cuando entran en funcionamiento


los intereses económicos de dos o más Estados. Como el caso que se presentó en el
año 1997, entre la Embotelladora Caracas C.A y otras constituidas y domiciliadas en el
País, así como Pepsi Cola Panamericana S.A., constituida en el Estado de Delaware de
Estados Unidos de América y domiciliada en Venezuela. Aquí el criterio económico se
basó en la forzosa incidencia del comercio internacional el cual tiene por objeto los
contratos y el renombre mundial de las marcas que identifican los productos
comercializados en nuestro país.

Los estudiosos de esta materia en particular, han criticado que no es suficiente la


presencia o existencia de un elemento extranjero, para considerar al contrato como
internacional, pues, señalan que se hace necesario tomar en cuenta la relevancia
jurídica del elemento extranjero el cual permitirá o no su regulación a nivel internacional.

6. DERECHO APLICABLE A LOS CONTRATOS INTERNACIONALES.

6.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES.


El principio de la autonomía de la voluntad en virtud del cual las partes que celebran un
contrato internacional pueden elegir el derecho que regirá su relación goza de
aceptación generalizada en el mundo actual. No obstante, algunos países todavía se
muestran reticentes ante esa facultad de elección de la lex contractus.

Por otro lado, si bien es común —sobre todo cuando intervienen abogados en la
negociación y redacción— que en los contratos inter nacionales se inserte una cláusula
de elección del derecho, ciertas vicisitudes pueden impedir que se aplique el derecho
elegido. También puede suceder que por las características propias de la relación
jurídicas, las partes no crean necesario introducir en el contrato una elección expresa
de ley aplicable, en el entendido de que sería lógico que se aplicara el derecho de cierto
país. Pero las expectativas de las partes no siempre coinciden con lo que la ley dispone.

A fin de que no vean frustradas sus expectativas, es importante que los contratantes
conozcan las normas de conflicto que regulan la materia en los diversos países con los
que su contrato está vinculado: si admiten el juego de la autonomía, si le dan prioridad
al lugar de ejecución o al lugar de celebración del contrato, si le confieren al juzgador un
amplio margen de valoración en la búsqueda del país con el que el contrato presente
mayor proximidad.

6.2. REGLAS DE DERECHO INTERNACIONAL APLICABLES A LOS


CONTRATOS.

 LAS REGLAS PARA DEFINIR CUAL ES LA LEY APLICABLE A CON


CONTRATOS INTERNACIONALES.

Ordinariamente el código civil u otras leyes nacionales contienen las reglas de conflicto
para definir la ley aplicable; sin embargo, estas reglas de conflicto que son parte del
orden jurídico nacional, varían en cada Estado. Quien aplica estas reglas es el juez ante
quien se presenta un conflicto. Él, como parte de su actividad jurisdiccional, tendrá que
discernir qué reglas de conflicto aplica, que por la general son aquellas del lugar donde
ejerce su jurisdicción, y luego, con la ayuda de dichas reglas, determinar cuál es la ley
aplicable al contrato en litigio.

 La Autonomía Conflictual

En el Derecho Internacional Privado moderno se admite como regla general para la


determinación de la ley aplicable a los contratos internacionales a la autonomía de la
voluntad, en un doble alcance: material y conflictual. Según la autonomía material, las
partes pueden determinar el contenido del contrato, ante lo cual habrá que reconocer la
naturaleza supletoria de las normas legales respectivas, salvo los límites impuestos por
las leyes imperativas. Según la autonomía conflictual, las partes pueden escoger la ley
que regirá el contrato.

Aunque con antecedentes que se remontan al siglo XV, la autonomía de la voluntad en


los contratos internacionales fue reconocida en un fallo de la Cour de Cassation francesa
de 5 de diciembre de 1910 en el caso American Trade Company contra Quebec
Steamship en el que se aceptó que los contratos, en cuanto a su formación, efectos y
condiciones, se rigen por la ley que hayan escogido las partes, lo que permitió que
posteriormente la doctrina y las legislaciones europeas la aceptaran a pesar de las
restricciones que ha sufrido en algunas épocas de la mano de teorías basadas en la
necesidad de intervención del Estado en la economía en aras de salvaguardar el orden
público. Asimismo, en los Estados Unidos, conforme a lo que aparece en la Sección 186
del Restatement of the Law of Conflict of Laws, las partes son libres para determinar la
ley aplicable a contratos internacionales.

En la doctrina se acepta hoy en día de forma general que la posibilidad que tienen las
partes de escoger la ley del contrato genera una seguridad jurídica preventiva, en el
sentido en que evita conflictos posteriores entre estas y también permite la
determinación de la ley aplicable al juez ante quien se demande la causa que
eventualmente se origine, además de facilitar la realización de los intereses materiales
de las partes puesto que les permite escoger el derecho que resulte más adecuado para
resolver sus intereses y satisfacer sus necesidades, lo que genera ahorros en costos de
transacción, de información y autoriza escoger una ley neutral de forma que ninguna
imponga la suya a la otra, además que permite salir adelante satisfactoriamente frente
a la indeterminación del factor de conexión prevalente propio de las reglas de conflicto.
Por ello, es considerada una de las reglas básicas aceptadas por el Derecho
Internacional Privado contemporáneo de contratos, como lo establece el considerando
11 del Reglamento Roma I: “La libertad de las partes de elegir la ley aplicable debe
constituir una de las claves del sistema de conflicto de leyes en materia de obligaciones
contractuales”.

Con el reconocimiento de la autonomía conflictual se intenta superar la concepción


asumida durante mucho tiempo según la cual se entendía que las reglas de conflicto
eran imperativas y no podían derogarse por acuerdo entre las partes. A continuación se
hará referencia a la forma como se encuentra reconocida en los instrumentos de
Derecho Internacional Privado.
En los instrumentos modernos de Derecho Internacional Privado se reconoce de forma
unánime a la autonomía conflictual. En este sentido dispone el numeral 1 del artículo 3
del Reglamento 593/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de junio del
2008, sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I) (en adelante
Reglamento Roma I):

Artículo 3

Libertad de elección

El contrato se regirá por la ley elegida por las partes. Esta elección deberá manifestarse
expresamente o resultar de manera inequívoca de los términos del contrato o de las
circunstancias del caso. Por esta elección, las partes podrán designar la ley aplicable a
la totalidad o solamente a una parte del contrato.

El antecedente inmediato de esta disposición lo constituye el artículo 3.1 de la


Convención de Roma de 1980 sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales,
cuyo texto era el siguiente:

Articulo 3

Libertad de elección

1. Los contratos se regirán por la ley elegida por las partes. Esta elección deberá ser
expresa o resultar de manera segura de los términos del contrato o de sus
circunstancias. Para esta elección, las partes podrán designar la ley aplicable a la
totalidad o solamente a una parte del contrato.

En América Latina, el reconocimiento de la autonomía conflictual en materia de


contratos internacionales es todavía oscuro. En efecto, los Tratados de Montevideo no
establecieron dicha posibilidad y como lo destaca Santos Belandro, después de arduos
debates evitaron hacer referencia a la voluntad de las partes como elemento
determinante de la ley aplicable. No fue sino hasta la Convención de México de 1994
que se reconocería especialmente dicha posibilidad. El artículo 7 de dicho Convenio
dispone:

Artículo 7

El contrato se rige por el derecho elegido por las partes. El acuerdo de las partes sobre
esta elección debe ser expreso o, en caso de ausencia de acuerdo expreso, debe
desprenderse en forma evidente de la conducta de las partes y de las cláusulas
contractuales, consideradas en su conjunto. Dicha elección podrá referirse a la totalidad
del contrato o a una parte del mismo [sic].
La selección de un determinado foro por las partes no entraña necesariamente la
elección del derecho aplicable.

Esta ha sido reconocida por la doctrina como una de las innovaciones más importantes
hechas por la Convención de México de 1994 al Derecho Internacional Privado
latinoamericano, fundada en el interés de dotar a los particulares de seguridad jurídica
en el comercio internacional.

Cabe señalar que aunque en otras épocas se ha considerado que las partes debieran
escoger una ley que tuviere puntos de conexión con el contrato, en la actualidad la
tendencia parece ser en pro de dejar en plena libertad a los contratantes, de manera
que pueden escoger cualquier ley estatal así esta no tenga puntos de contacto, ni
objetivos ni subjetivos con el contrato. Es lo que se desprende del artículo 3.1 del
Reglamento Roma I y del artículo 7 de la Convención de México de 1994, y también así
lo reconoce la doctrina.

Debe destacarse que existe una importante diferencia entre la fórmula europea y la
latinoamericana, especialmente en cuanto al significado que puede tener la “ley” y el
“Derecho” a escoger, sobre todo en cuanto a la posibilidad o no que tienen los
contratantes para pactar como aplicable al contrato un instrumento que no tenga el
carácter de ley estatal. En el caso europeo se ha asumido que cuando las partes
escogen una determinada ley como reguladora del contrato, se entiende que se refieren
a las normas materiales vigentes en el respectivo Estado, con exclusión de las normas
de conflicto. Es lo que surge del artículo 20 del Reglamento Roma I, norma que excluye
el reenvío. En el Derecho europeo, la interpretación que se dio conforme a la
Convención de Roma de 1980 y también se da actualmente sobre la base del
Reglamento Roma I, es que los contratantes deben escoger una ley estatal, entendida
como una norma dictada por los organismos del Estado constitucionalmente facultados
para ello, basándose para asumir esta postura en una interpretación restrictiva el artículo
311. Sobre esta base, resulta difícil que se admita como ley del contrato la referencia
que las partes hagan a la lex mercatoria o a instrumentos de soft law, como pueden ser
los Principios de Unidroit sobre los Contratos Comerciales Internacionales, los cuales
no obstante, podrían ser incorporados “por referencia” al contenido del contrato,
posibilidad admitida por el considerando 13 del Reglamento Roma I: “(13) El presente
Reglamento no impide a las partes incorporar por referencia a su contrato un Derecho
no estatal o un convenio internacional”.

En este aspecto, la Convención de México de 1994 ha dado un paso adelante para


permitir que las partes pacten como ley del contrato, instrumentos que no tengan
naturaleza de derecho estatal. Ello se advierte cuando en el artículo 7 se señala que las
partes podrán escoger el “derecho” aplicable al contrato. Adicionalmente, en el artículo
9, que establece las reglas para la determinación de la ley aplicable en defecto de
elección, se indica que el tribunal deberá tener en cuenta principios generales del
derecho comercial internacional aceptados por organismos internacionales, además de
las normas, las costumbres y los principios del derecho comercial internacional, así
como los usos y prácticas comerciales de general aceptación con la finalidad de realizar
las exigencias impuestas por la justicia y la equidad en la solución del caso concreto”,
según lo dispone el artículo 1013.

Por el contrario, en el arbitraje internacional, sí se ha admitido que las partes puedan


escoger como ley del contrato, un instrumento que no tenga la naturaleza de Derecho
estatal. De hecho, en los reglamentos de arbitraje internacional, como el de la Comisión
de Naciones Unidas para el Derecho Comercial Internacional y el de la Cámara de
Comercio Internacional de París, en lo referente a la ley aplicable al fondo de la
controversia no se emplea la palabra “ley” sino “normas de derecho” o “normas
jurídicas”. Es por ello, que existe un amplio consenso en este campo sobre el valor de
la lex mercatoria como un Derecho anacional que, ya sea las partes o los árbitros,
podrían designar como aplicable al fondo de la controversia. Resulta entonces
recomendable que cuando las partes pacten que el contrato se regirá por un instrumento
de soft law o hagan una referencia general a la lex mercatoria como ley del contrato,
pacten adicionalmente arbitraje internacional como forma de solucionar sus conflictos,
puesto que será más factible a que los tribunales arbitrales reconozcan a aquellos
instrumentos como reguladores del contrato, a que lo hagan los jueces estatales.

 DETERMINACIÓN DE LA LEY APLICABLE EN DEFECTO DE


ELECCIÓN.

No siempre las partes pactan la ley que regirá el contrato. Ante ello es necesario acudir
a las reglas de conflicto para determinar cuál será la ley nacional aplicable.

En Estados Unidos la jurisprudencia ha tendido a aplicar el derecho que resulte más


apropiado en virtud de los puntos de contacto más significativos con la relación
contractual. Esta regla fue acogida en Auten vs. Auten. En el caso, referido a la ejecución
de un contrato de separación entre los cónyuges que se había celebrado en Nueva York,
que además era la ley del foro y donde estaba domiciliada una de las partes al celebrar
el contrato, se decidió aplicar las leyes inglesas al considerar que el juez no debía
considerar solamente la ley de celebración o cumplimiento del contrato sino la del lugar
de contactos más significativos con la relación contractual. Esta regla ha sido
incorporada en el Restatement of the Law of Conflicts of Laws s. 188, donde se
establece que los puntos de contacto más significativos que deben tomarse en cuenta
para establecer la relación más estrecha y así la ley aplicable son:

a. Lugar de celebración del contrato

b. Lugar de negociación del contrato

c. Lugar de ejecución

d. Lugar de la materia objeto del contrato

e. Domicilio, residencia, nacionalidad, lugar de constitución de la persona jurídica y lugar


de negocio de las partes.

Esta concepción influenció la estructuración del principio de proximidad fundamentado


en que el contrato se rige por la ley con la que tenga los vínculos más estrechos que fue
asumido por el Convenio de Roma de 1980 y por ende, el Reglamento Roma I, en norma
que prevé la posibilidad de que las partes no pacten la ley aplicable al contrato. En este
sentido, el Reglamento Roma I dispone en el artículo 4.1:

A falta de elección realizada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3, y sin perjuicio de


lo dispuesto en los artículos 5 a 8, la ley aplicable al contrato se determinará por las presunciones
establecidas en los parágrafos a) a h) del art. 4.1, que se refieren a ocho tipo de contratos
distintos, cuya ley aplicable es siempre la de la residencia habitual del prestador característico.

El antecedente de esta norma es el artículo 4.1. de la Convención de Roma de 1980,


que establecía que a falta de elección el contrato se regía por la ley del país con el que
presente vínculos más estrechos, lo que se presumía señalando que el contrato tenía
los vínculos más fuertes con el país en que la parte que deba realizar la prestación
característica, tuviere su residencia habitual en el momento de celebración del contrato,
o su administración central, tratándose de una sociedad, asociación o persona jurídica.

Este sistema de presunciones generó interrogantes e inconvenientes, sobre todo en


cuanto a qué debiera entenderse por prestación característica. Igualmente, en cuanto a
la primacía del concepto de “vínculos más estrechos” por sobre las presunciones de la
norma en relación con la prestación característica, en la jurisprudencia existieron casos
que hicieron que prevaleciera el primero, como por ejemplo el fallo de la SAP alicante
de 12 de diciembre del 2003, según el cual los vínculos más estrechos del contrato se
determinaron no sobre la base de la ley que regía en el sitio de residencia habitual de
quien debía ejecutar la prestación característica, sino por el idioma y nacionalidad de
los contratantes.
No obstante, otros sectores prefirieron aplicar la ley que rigiera en el país donde tenía
su residencia habitual quien debía ejecutar la prestación característica, por entenderlas
como “presunciones fuertes”. Castellanos cita en este sentido la SAP Barcelona, 21
marzo del 2003, que en un caso de compraventa internacional en el que el vendedor
(prestador característico) tenía su sede en España, decidió aplicar el Derecho español,
pese a que las máquinas objeto del contrato debían instalarse en Austria.

En relación con el concepto “prestación característica”, se entendió de forma mayoritaria


la prestación no dineraria objeto del contrato, como por ejemplo tratándose de
compraventa sería la obligación de entregar el bien, no obstante que no hubo decisiones
uniformes sobre el particular. El Reglamento Roma I, como una forma de superar la
incertidumbre derivada de la calificación de la prestación característica, distingue en el
artículo 8 la que se entiende por tal en algunos contratos en particular:

Ley aplicable a falta de elección

1. A falta de elección realizada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3, y sin perjuicio


de lo dispuesto en los artículos 5 a 8, la ley aplicable al contrato se determinará de este modo:

a) el contrato de compraventa de mercaderías se regirá por la ley del país donde el vendedor
tenga su residencia habitual;

b) el contrato de prestación de servicios se regirá por la ley del país donde el prestador del
servicio tenga su residencia habitual;

c) el contrato que tenga por objeto un derecho real inmobiliario o el arrendamiento de un bien
inmueble se regirá por la ley del país donde esté sito el bien inmueble;

d) no obstante lo dispuesto en de la letra c), el arrendamiento de un bien inmueble celebrado con


fines de uso personal temporal para un período máximo de seis meses consecutivos se regirá
por la ley del país donde el propietario tenga su residencia habitual, siempre que el arrendatario
sea una persona física y tenga su residencia habitual en ese mismo país;

e) el contrato de franquicia se regirá por la ley del país donde el franquiciado tenga su residencia
habitual;

f) el contrato de distribución se regirá por la ley del país donde el distribuidor tenga su residencia
habitual;

g) el contrato de venta de bienes mediante subasta se regirá por la ley del país donde tenga lugar
la subasta, si dicho lugar puede determinarse;

h) el contrato celebrado en un sistema multilateral que reúna o permita reunir, según normas no
discrecionales y regidas por una única ley, los diversos intereses de compra y de venta sobre
instrumentos financieros de múltiples terceros, tal como estipula el artículo 4, apartado 1, punto
17, de la Directiva 2004/39/CE, se regirá por dicha ley.

Carrascosa indica que el legislador comunitario escogió estos ocho contratos teniendo
en cuenta que son los más difundidos en la contratación internacional, con lo que “el
legislador intenta, con ello, determinar la Ley aplicable a los mismos [sic] de un modo
rígido, seguro y directo”. En los casos de contratos que no se encuentren enumerados
en la lista, o cuando los elementos del contrato correspondan a más de una de las letras
a) a h) del apartado el artículo 4.2 establece que aquellos se regirán por la ley del país
donde tenga su residencia habitual el que deba realizar la prestación característica del
contrato, ante lo cual deberán ser los tribunales a quienes corresponderá hacer tal
calificación para lo que seguirá siendo válido el concepto que había acogido la
jurisprudencia mayoritaria de considerarla la prestación no dineraria, aunque resultará
complejo determinarla en los eventos en que las prestaciones correlativas sean ambas
no dinerarias.

Igualmente, el numeral 3 de dicho artículo establece una cláusula de escape conforme


a la cual si del conjunto de circunstancias se desprende claramente que el contrato
presenta vínculos manifiestamente más estrechos con otro país distinto del indicado en
los apartados 1 o 2, se aplicará la ley de este otro país, lo que permite cierta flexibilidad
al juez a la hora de establecer como reguladora del contrato una ley con la que este
presente vínculos más estrechos42. Finalmente, el numeral 4 establece una cláusula de
cierre en la que señala que cuando la ley aplicable no pueda determinarse con arreglo
a los apartados 1 o 2, el contrato se regirá por la ley del país con el que presente los
vínculos más estrechos43.

Cabe señalar que la teoría de los vínculos más estrechos para la determinación de la
ley aplicable a contratos internacionales, fue adoptada por la Convención de México de
1994 en el artículo 9°, norma que establece:

Artículo 9

Si las partes no hubieran elegido el derecho aplicable, o si su elección resultara ineficaz, el


contrato se regirá por el derecho del Estado con el cual tenga los vínculos más estrechos.

El tribunal tomará en cuenta todos los elementos objetivos y subjetivos que se desprendan del
contrato para determinar el derecho del Estado con el cual tiene vínculos más estrechos.
También tomará en cuenta los principios generales del derecho comercial internacional
aceptados por organismos internacionales.
No obstante, si una parte del contrato fuera separable del resto del contrato y tuviese una
conexión más estrecha con otro Estado, podrá aplicarse, a título excepcional, la ley de este otro
Estado a esta parte del contrato.

La norma interamericana da un amplio margen al juez para la valoración al no


estructurarse, a diferencia de la europea, sobre puntos de contracto rígidos y tampoco
a presunciones44. También cabe resaltar la posibilidad que consagra de acudir a
principios adoptados por organismos internacionales, como pueden ser los Principios
de Unidroit, con lo que la normativa americana permite la adopción no solo por las partes
sino también por los jueces, de las reglas de la lex mercatoria, punto en el que resultan
también más amplias que las europeas.

Ante la que parece ser una negativa de los Estados en adherir al Convenio de México,
valdría la pena que los operadores jurídicos –abogados y jueces– intentaran aplicarla
por lo menos en el caso colombiano, por la vía del artículo 7 de Código de Comercio,
norma que establece la posibilidad de tomar decisiones con base en tratados no
ratificados por Colombia. Ha de recordarse que ya en la exposición de motivos del
Proyecto de 1958, antecedente del Código vigente, sobre el particular se señaló:

Los tratados internacionales con fuerza de ley constituyen reglas de derecho que operan como
verdaderas leyes comerciales; por eso lo que se invoca en este cuarto lugar son los tratados que
no tienen esa fuerza de ley, pero que recogen una experiencia internacional provechosamente
utilizable para llenar los vacíos de las demás reglas adoptadas. Con ello se salva, una vez más,
la tendencia del derecho comercial hacia su unificación internacional, con indiscutibles ventajas
para el comercio del país1.

No obstante, a lo largo de la Historia del Derecho Internacional Privado en materia


contractual, con el objeto de uniformar las Reglas de Conflicto aplicables a los con-
tratos internacionales, se han hecho y se han venido haciendo varios esfuerzos de uni-
ficación por medio de tratados o convenciones. Los principales son los siguientes:

 La Convención de la Haya sobre la ley aplicable a los contratos de compraventa


internacional de mercaderías (Convention on the law applicable to international
sales of goods), del 15 de junio de 1955. Entró en vigor el 1o. de septiembre de
1964 y está en vigor sólo en 8 países: Dinamarca, Finlandia, Italia, Noruega,
Suecia, Suiza y Nigeria. Sus principales reglas son:

1
OVIEDO ALBÁN JORGE (2012) “LA LEY APLICABLE A LOS CONTRATOS
INTERNACIONALES(THE LAW APPLICABLE TO INTERNATIONAL CONTRACTS)”. Revista
Colombiana de Derecho Internacional – Universidad de la Sabana. Pp. 122-144
a. la ley aplicable al contrato internacional es la que las partes hayan elegido
por cláusula expresa o se infiera con claridad de las disposiciones del
contrato.
b. A falta de lo anterior, el contrato se rige por la ley del país donde tiene su
domicilio o está establecido el vendedor, si ahí recibió la orden de entregar
las mercancías, o por la ley del lugar donde está establecido el comprador,
si fue en ese lugar donde el vendedor recibió la orden de entregar las
mercancías. Este es básicamente el criterio del lugar de perfeccionamiento
del contrato.
 Dada la poca difusión que tuvo esta convención, y la aprobación en 1980 de la
nueva convención sobre compraventa internacional, se hizo un nuevo esfuerzo
para unificar las reglas de conflicto respecto de este contrato. Fue otra
Convención de la Haya sobre la ley aplicable a los contratos de compraventa
internacional de mercaderías, publicada el 22 de diciembre de 1986. Esta
convención no ha entrado en vigor, pues sólo la firmaron cuatro estados,
Argentina, República Checa, Holanda y Eslovaquia, y sólo Argentina la ha
ratificado. Los criterios para elegir la ley aplicable son básicamente los mismos
que la anterior convención:
a. Rige la ley que las partes hayan elegido expresamente, o que se infiera que
eligieron por las disposiciones del contrato.
b. A falta de elección expresa, rige la ley del lugar donde el vendedor tenga su
establecimiento al momento de perfeccionarse el contrato.
c. Pero rige la ley del lugar de establecimiento del comprador, si en ese lugar
se llevaron a cabo las negociaciones y se perfeccionó el contrato estando
ambas partes presentes, o si el vendedor tiene que entregar las mercancías
en ese Estado, o si el contrato fue predeterminado por el comprador que hizo
una licitación para adjudicarlo al mejor postor.
 Con una finalidad más amplia y con mejores resultados se hizo entre los países
que formaban la Unión Europea, la Convención sobre la Ley Aplicable a las
Obligaciones Contractuales, en Roma el 19 de junio de 1980. Aunque no se
refiere expresamente a contratos internacionales, sino a obligaciones
contractuales, de hecho se aplica en los casos en que hay conflictos de leyes, lo
cual sucede evidentemente en los contratos entre partes establecidas en países
de la Unión Europea. Es una convención que está en vigor entre los países que
conformaban la Unión Europea y los que se han adherido posteriormente, a los
que se pide que se adhieran a esta convención. Es una convención más amplia
y compleja que las anteriores, por razón de su propio ámbito material que es
también más amplio. Sus reglas principales de conflicto son:
a. Rige la ley que las partes eligen expresamente, o que resulta elegida por
inferencia de las disposiciones contractuales o de las circunstancias; las
partes pueden variar la elección de la ley aplicable. A falta de elección:
b. El contrato se rige por la ley del país con el que tenga un vínculo más
estrecho. Se precisa esta regla con algunas presunciones: i) Se presume que
el contrato tiene un vínculo más estrecho con el país donde está establecida,
al momento del perfeccionamiento del contrato, la parte obligada a la
prestación característica del contrato (en general se entiende por prestación
característica aquella diferente al pago de un precio), ii) Si el contrato tiene
por objeto derechos reales sobre inmuebles, se presume que el vínculo más
estrecho es con el país donde están ubicados los inmuebles, y iii) Para el
contrato de transporte de mercancías se presume el vínculo más estrecho
es el país donde el transportista tiene su establecimiento principal, si dicho
país es también el lugar de carga o descarga de las mercancías, o el lugar
donde el cargador tiene su sede principal, en los demás casos.
 En el ámbito americano se aprobó, en el marco de la V Conferencia
Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP V), la
Convención Interamericana sobre Derecho Aplicable a los Contratos
Internacionales (México, 17 de marzo de 1994). La convención entró en vigor,
pero únicamente entre dos países que la han ratificado: México y Venezuela; sus
reglas principales son:
a. El contrato se rige por el derecho elegido por las partes, por pacto expreso,
o cuando puede inferirse claramente esa elección de las disposiciones y la
conducta de las partes. Las partes pueden variar de común acuerdo el
derecho aplicable.
b. A falta de elección, el contrato se rige por el derecho del Estado con el cual
el contrato tenga los vínculos más estrechos. A diferencia de la convención
de Roma, no establece presunciones de vínculos más estrechos, y sólo
indica que el tribunal tomará en cuenta “todos los elementos objetivos y
subjetivos que se desprendan del contrato” para determinar con qué Estado
existen los vínculos más estrechos.
c. Una novedad importante es que añade que además del derecho del Estado
que resulte aplicable, regirán el contrato, “cuando corresponda, las normas,
las costumbres y los principios del derecho comercial internacional, así como
los usos y prácticas comerciales de general aceptación” (artículo 10).2

7. EL PERÚ EN EL MARCO DE LAS REGLAS DE DERECHO


INTERNACIONAL PRIVADO APLICABLES A CONTRATOS.

 MARCO LEGAL

Las reglas de Derecho Internacional Privado en el Perú están comprendidas en los


artículos 2046° al 2111° del Código Civil. Estas reglas deben ser concordadas con las
reglas de Derecho Internacional Privado establecidas por el país o países de las
personas con las que se ha celebrado el contrato.

 APLICACIÓN DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES.

Como primera regla general, debe tenerse en cuenta la existencia de Tratados


Internacionales suscritos por el Perú. De ser el caso, estos tratados serían los aplicables
a las relaciones contractuales en lo que fueran pertinentes. Ante la falta de Tratados
Internacionales aplicables, se utilizarán entonces las reglas de Derecho Internacional
Privado contenidas en el Código Civil y, ante el vacío de estas, se aplicará la doctrina
en materia de Derecho Internacional Privado.

 APLICACIÓN DE LA NORMATIVIDAD EXTRANJERA.

Si de acuerdo a las normas de Derecho Internacional Privado del Perú, se deben aplicar
disposiciones legales extranjeras, dichas disposiciones solo serán aplicadas en tanto no
contravengan al orden público internacional o a las buenas costumbres. Si de acuerdo
a la legislación extranjera aplicable existe un derecho que debe ser respetado, dicho
derecho será exigible también en el Perú en tanto sea compatible con el orden público
internacional y las buenas costumbres.

 DERECHOS DE NACIONALES Y EXTRANJEROS.

Un punto a tomar en cuenta también es que se debe tener en claro que el Estado
peruano reconoce a los extranjeros los mismos derechos y libertades que a los
nacionales, lo que constituye una garantía de protección a la inversión y a la celebración

2
ADAME GODDARD, JORGE (2005) El Derecho de los Contratos Internacionales. Instituto
de Investigaciones Jurídicas-UNAM. Pp. 5- 8.
de operaciones comerciales. Así, el artículo 2046° del Código Civil establece lo
siguiente:

“Artículo 2046°.- Igualdad de derechos para peruanos y extranjeros.

Los derechos civiles son comunes a peruanos y extranjeros, salvo las prohibiciones y
limitaciones que, por motivo de necesidad nacional, se establecen para los extranjeros
y las personas jurídicas extranjeras”.

 RECONOCIMIENTO DE PERSONAS JURÍDICAS EXTRANJERAS.

En la medida que la gran mayoría de operaciones contractuales se celebran entre


personas jurídicas, resulta importante establecer cuál es el reconocimiento o la
posibilidad de operar que tienen las personas jurídicas extranjeras en nuestro país.

Para tal efecto, el artículo 2073° del Código Civil prevé lo siguiente:

“Artículo 2073°.- Existencia y capacidad de persona jurídica privada

La existencia y la capacidad de las personas jurídicas de derecho privado se rigen por la ley del
país en que fueron constituidas. Las personas jurídicas de derecho privado constituidas en el
extranjero son reconocidas de pleno derecho en el Perú, y se reputan hábiles para ejercer en el
territorio del país, eventual o aisladamente, todas las acciones y derechos que les correspondan.
Para el ejercicio habitual en el territorio del país de actos comprendidos en el objeto de su
constitución, se sujetan a las prescripciones establecidas por las leyes peruanas. La capacidad
reconocida a las personas jurídicas extranjeras no puede ser más extensa que la concebida por
la ley peruana a las nacionales”.

Queda claro entonces que las personas jurídicas extranjeras son reconocidas por
nuestra legislación y pueden realizar operaciones en nuestro territorio, sujetándose a la
legislación nacional que sea aplicable a tales operaciones.

 DETERMINACIÓN DE LA JURISDICCIÓN

La jurisdicción hace referencia a los tribunales de justicia que son competentes para
resolver un conflicto, en este caso, derivado de una relación contractual. Ciertamente,
en la celebración de un contrato entre personas de distintos países, suele elegirse el
mecanismo del arbitraje como mecanismo para la solución de conflictos, en cuyo caso,
las partes podrán establecer dónde será llevado el arbitraje y quiénes serán los árbitros.

Pero, si se opta por el sometimiento a tribunales de justicia, entonces la regla general


es que será competente el Poder Judicial pactado por las partes. Ante la falta de acuerdo
sobre la jurisdicción, se aplicarán las reglas de Derecho Internacional Privado. Para
estos efectos, el Código Civil dispone que los tribunales peruanos son competentes para
resolver los conflictos sobre relaciones patrimoniales, como las derivadas de un
contrato, en los siguientes casos:

a. Cuando se ventilen acciones relativas a derechos reales sobre bienes situados


en la República.
b. Cuando se ventilen acciones relativas a obligaciones que deban ejecutarse en
el territorio de la República o que deriven de contratos celebrados o de hechos
realizados en dicho territorio.
c. Cuando las partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción.

Estas reglas se aplican exclusivamente a la competencia de tribunales judiciales y no


afecta la facultad que tienen las partes para someter a arbitraje las relaciones de
contenido patrimonial. Existe una figura denominada como sumisión tácita, que se
produce cuando una persona se apersona al proceso judicial sin cuestionar la
competencia del tribunal, en cuyo caso se entiende que ha aceptado dicha competencia.

 LEGISLACIÓN APLICABLE

Tanto o más importante que la determinación de la jurisdicción aplicable al contrato,


resulta ser la determinación de la legislación aplicable, pues dicha legislación determina
la validez y exigibilidad de las obligaciones contenidas en el contrato. Además, la
legislación que se determine como aplicable, será la que utilizarán los tribunales de
justicia competentes para resolver un conflicto derivado del contrato. Veamos a
continuación las reglas para determinar la legislación aplicable.

a. Legislación sobre la Formalidad del Contrato.


La formalidad de los contratos se rige por la ley del lugar en que se celebran o
por la ley que regula la relación jurídica objeto del acto. Cuando el contrato se
formaliza ante funcionarios diplomáticos o consulares del Perú, se observarán
las solemnidades establecidas por la ley peruana.
b. Legislación aplicable a las obligaciones contenidas en el contrato
En virtud de la libertad contractual, las partes pueden acordar la legislación
aplicable a su contrato, pudiendo optar entre la legislación del país de alguna de
ellas o incluso por un país ajeno a la relación.

A falta de acuerdo entre las partes, las obligaciones del contrato se regulan por la
legislación del país en el que se deban cumplir. Si se deben cumplir obligaciones en
países distintos, se aplican las leyes del lugar donde se debe cumplir la obligación
principal. Si no se puede determinar cuál es la obligación principal, se aplica la
legislación del lugar de celebración.

 PRESCIPCIÓN DE LAS OBLIGACIONES

La determinación de la prescripción de una obligación resulta muy importante en las


operaciones comerciales pues de ellos depende la exigibilidad de una obligación
durante la ejecución del contrato. Los plazos de prescripción aplicables podrían variar
en función de la legislación aplicable, por lo que de acuerdo a nuestro Código Civil, la
prescripción aplicable a un contrato internacional sería la establecida en la legislación
que sea aplicable a las obligaciones de dicho contrato, según hemos visto en el punto
anterior.

 RECONOCIMIENTO DE SENTENCIAS EXTRANJERAS

En el supuesto en que un conflicto derivado de un contrato hubiera sido resuelto en un


tribunal extranjero y se requiere que la sentencia emitida surta efectos en el Perú, será
necesario determinar si existe un tratado internacional que le reconozca efectos a dicha
sentencia. Ante la falta de un tratado, la sentencia extranjera será válida y exigible en el
Perú con los mismos alcances con los que el país del tribunal que emitió la sentencia,
reconozca a las sentencias emitidas por tribunales peruanos (Principio de
Reciprocidad)3.

3
NORTHCOTE SANDOVAL, CRISTHIAN (2011). “Reglas de Derecho Internacional Privado
Aplicables a Contratos”. Actualidad Empresarial Nº 240 - INSTITUTO PACÍFICO. Pp. 1-2.
8. MODELOS DE CONTRATOS INTERNACIONALES.

Tenemos los siguientes:


CONTRATO DE DISTRIBUCIÓN
CONTRATO DE JOINT VENTURE
CONTRATO DE KNOW HOW
CONTRATO DE COMISIÓN
CONTRATO DE LICENCIA DE MARCAS
CONTRATO DE AGENTE INTERMEDIARIO
CONTRATO DE FRANCHISING – FRANQUICIA
CONTRARIO DE FACTORING
CONTRATO DE LEASING

8.1. CONTRATO DE COMPRA VENTA

 QUE ES EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL


Para el profesor Sidney Bravo Melgar “el contrato de compraventa internacional, es
aquella modalidad contractual, que permite a una persona natural o jurídica de un
determinado país, comprar mercaderías a otra persona jurídica o natural de distinta
nacionalidad, a cambio de un precio convenido”; por su parte el maestro Aníbal Sierralta
Ríos define que: “La compraventa internacional representa una de las funciones básicas
del comercio exterior: la de transacción. Es una operación de intercambio por medio de
la cual se entrega una cosa determinada contra su equivalencia en dinero. Ampliamente
puede definirse como una convención mutua en virtud de la cual se obliga el vendedor
a entregar la cosa que vende y el comprador el precio convenido por ella. Es un vínculo
entre la producción y el consumo internacional de bienes y servicios”.

Para nosotros, el contrato de compraventa internacional es el acto jurídico por el cual


más de dos personas de distinto país transan sobre mercaderías a cambio de un precio
determinado, donde una de las partes resulta vendedor y el otro comprador; el contrato
puede convenirse por la forma que las partes establezcan.

Es importante destacar que el 11 de abril de 1980 se aprobó en la ciudad de Viena,


capital de la República de Austria, la Convención de las Naciones Unidas sobre los
contratos de compraventa internacional de mercaderías y consta de 101 artículos, con
el objetivo de definir un régimen uniforme para los contratos de compraventa
internacional que sea aplicable en lugar de las legislaciones nacionales sobre la materia,
esto es, un derecho que rige relaciones entre personas privadas de diversa
nacionalidad. Es importante esta norma por las consecuencias prácticas de facilitar los
intercambios de bienes, capitales y servicios en el contexto de la mundialización
económica, precisando que la Convención sólo regula la compraventa de mercaderías.

El Perú se adhirió a esta Convención el 22 de febrero de 1999, a través del Decreto


Supremo N° 011-99-RE

 CARACTERISTICAS PRESENTA EL CONTRATO DE COMPRAVENTA


INTERNACIONAL

CONSENSUAL.- Como todo contrato en general, reposa sobre el acuerdo de


dos voluntades (importador – exportador/ vendedor/ comprador) que deben
convenir en la integridad de las cláusulas del contrato, entre ellas referido ha:
mercadería, precio, plazo, obligaciones, responsabilidades, formas de resolver
los conflictos, etc.
b. BILATERAL.- Es la presencia de dos prestaciones: prestación y
contraprestación, que son los contenidos patrimoniales de cada una de las
obligaciones creadas por el contrato y que estarán a cargo de cada parte
contratante.
c. ONEROSO.- Reposa en la ventaja o utilidad que el contrato origina, siendo
beneficioso o lucrativo para ambas partes.
d. CONMUTATIVO.- Las obligaciones o prestaciones que emergen del contrato
deben ser apreciados inmediatamente, es decir el valor de la mercancía debe
ser equivalente al precio pactado.
e. PRINCIPAL.- Porque el contrato de compraventa internacional tiene
existencia propia y de ella pueden emerger otros contratos accesorios, siendo
particular la traslación de dominio, por la naturaleza de la transacción, el cual no
necesariamente coincide con la traditio.
f. NOMINADO.- Es regulado de modo preciso e inconfundible por la Convención
de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional
suscrito en Viena en 1980.
g. DE LIBRE DISCUSIÓN.- Porque las partes, en igualdad de situaciones,
establecen de mutuo acuerdo, los extremos del contrato, sin presiones de
ninguna índole. Cada parte actúa en defensa de sus propios intereses y tienen
la oportunidad de discutir, analizar, contra-oferta.
h. DE EJECUCION INSTANTANEA.- Las obligaciones emergentes del contrato
se cumplen de una sola vez, en un solo momento, el vendedor trasfiere su
dominio y el comprador adquiere la mercadería; en el Comercio internacional
puede ser también de tracto sucesivo, cuando las obligaciones de ambas partes
o de una de ellas, se ejecutan en prestaciones periódicas y sucesivas, como
ocurre

 NORMAS PUEDEN APLICARSE EN EL COMERCIO INTERNACIONAL

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa


Internacional de Mercaderías, aprobado por la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) en la ciudad de Viena – República de Austria el 11 de abril de 1980.

Normas jurídicas nacionales de los contratantes, en el caso de la compraventa


internacional puede ser la ley del estado del exportador o importador.

En los contratos de compraventa internacional de mercaderías puede incorporarse los


INCOTERMS de la Cámara Internacional de Comercio.

También puede considerarse la Ley Uniforme de Venta Internacional de Mercaderías


(ULIS, su abreviatura en inglés); Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales
Internacionales; Principios de Derecho Contractual Europeo (PECL); Modelo de
Contrato ITC para la Compraventa Comercial Internacional de Productos Perecederos;
Contrato Modelo para la Compraventa Internacional de la CCI – Bienes Manufacturados
para la Reventa.

 QUE ELEMENTOS DEBE CONTENER EL CONTRATO

Objeto del contrato.

- Identificación de las mercancías, cantidades y calidades.

- Precio de las mercancías.

- Forma de envío de las mercancías.

- Momento y forma de pago.

- Entrega de las mercancías.

- Entrega de los documentos.

- Certificación del producto.

- Obligaciones de las partes.

- Patentes y marcas.
- Vigencia del contrato.

- Legislación aplicable.

- Sometimiento a arbitraje.

- Firma del contrato.

 ES NECESARIO INCORPORAR LOS INCOTERMS?

En la actualidad el uso de los INCOTERMS en la compraventa internacional es frecuente


e importante porque permite que las relaciones comerciales de las partes sean mucho
más claras. Los Incoterms regulan exclusivamente los derechos y obligaciones de las
partes respecto al contrato de compraventa y la entrega de las mercancías vendidas,
controlando y reduciendo el riesgo de complicaciones legales. Actualmente existe la
versión INCOTERMS 2010.

 PARTES EN EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL

EL VENDEDOR ó Exportador, normalmente es una empresa constituida conforme a las


normas internas del país donde realiza sus operaciones comerciales.

EL COMPRADOR ó Importador, también suele ser por lo general una empresa dedicada
al comercio internacional y en ambos casos, uno de los contrates se encuentra ubicado
– domiciliado en otro país.

8.2. CONTRATO DE DISTRIBUCIÓN


Citando al profesor Sidney Bravo Melgar, “El contrato de distribución es un contrato
atípico, ya que no cuenta con una norma legal que la regule; este contrato catalogado
doctrinariamente como consensual, permite al fabricante de diversos productos
venderlos a una persona denominada distribuidor el cual se encargará de las ventas al
menudeo, vale decir, el distribuidor cumple una función de intermediación entre los
fabricantes y los consumidores. El distribuidor tiene beneficios por la diferencia existente
entre el precio de compra y el de venta, ello es muy conocido como precio de reventa.
El contrato de distribución se patentiza desde el momento en que una determinada
empresa que fabrica determinados productos, encarga a otra compañía, especializada
en comercializar, la introducción y distribución de estos productos en una determinada
zona o mercado. Obviamente para que el contrato se concrete, el productor de los
bienes se compromete a suministrarle los bienes al distribuidor, para que éste los venda
por cuenta y nombre propio a los consumidores en general”.

 CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE DISTRIBUCIÓN


- Es oneroso.

- Es atípico, no cuenta con una ley especial propia.

- Es conmutativo.

- Es bilateral.

- Es un contrato de adhesión, en vista que su gran mayoría las clausulas del contrato
han sido elaborados unilateralmente por el fabricante vendedor y el comprador –
distribuidos se ceñirá a dicho contrato.

- Es un contrato no formal, puede ser verbal o escrito o las forma que las partes
establezcan, lo importante es que los acuerdos deben acreditarse.

- Es consensual.

- Tracto sucesivo, el objetivo del contrato no se cumple tan sólo con uno o más actos
determinados, sino que suele prolongarse en el tiempo y se van repitiendo las
transacciones comerciales de manera sistemática.

- Exclusividad, se reserva la exclusividad en favor del distribuidor – comprador y dentro


de una zona determinada, por tanto el fabricante, productor no puede por sí mismo, ni
a través de la tercero, vender los productos otorgados al distribuidor dentro del plazo
pactado.

 DERECHOS DEL FABRICANTE

- Establecer el precio de venta de sus productos o servicios.

- Percibir el monto correspondiente a la mercadería remitida – vendida al distribuidor.

- A ejercer los medios legales en caso de incumplimiento del distribuidor.

 OBLIGACIONES DEL FABRICANTE

- Entregar la mercadería en la forma pactada.

- No realizar ventas directas en la zona reservada al distribuidor, salvo pacto en


contrario.

- Informar el valor de los nuevos productos y consensuar sobre ellas.

- Cumplir con los compromisos vinculados a la publicidad.

 DERECHOS DEL DISTRIBUIDOR


- Exigir que se cumplan los aspectos concernientes a la publicidad acordada, cuya
finalidad radica en promocionar los productos materia del contrato.

- Exigir el envío de las mercaderías señaladas en el contrato y en la cantidad


establecida.

- Beneficiarse con el margen de reventa correspondiente a los productos distribuidos,


previstos en el contrato.

 OBLIGACIONES DEL DISTRIBUIDOR

- Dar cumplimiento a las normas de venta y a las directivas pertinentes que imparta el
fabricante.

- No excederse de la zona de distribución establecida en el contrato.

- Vender los productos materia del contrato, observando el cúmulo al que se obligó en
el acuerdo.

- Distribuir el producto con exclusividad en favor del fabricante, siempre y cuando se


haya establecido ello en el contrato.

- Permitir al fabricante efectúe la fiscalización debida conforme al contrato.

- Realizar la publicación respectiva en el territorio o zona señalada como área de


distribución, con la finalidad de promocionar los productos objeto del contrato.

- Pagar al fabricante las facturas de compra de las mercaderías establecidas en el


contrato.

- Mantener un stock idóneo de los productos a distribuir, siempre y cuando la naturaleza


y el valor de ellos lo posibilite.

- Mantener una dotación de personal acorde con las actividades de distribución que
realiza.

- Conservar un stock eficiente de repuestos, cuando se trata de productos complejos.

- Prestar un servicio de garantía a los adquirientes de los productos vendidos, si ello


hubiese sido previsto en el contrato.

- Mantener un buen sistema informático y de contabilidad, a fin de facilitar al fabricante


en las respectivas tareas de control.
- Mantener en buen estado de conservación los productos que vende.

 PARTES EN EL CONTRATO DE DISTRIBUCIÓN

EL FABRICANTE, productor, importador o mayorista, constituido como empresa


comercial quien provee los bienes – productos al distribuidor.

EL DISTRIBUIDOR, normalmente es una empresa constituido para dichos fines y es


quien adquiere los bienes o productos del fabricante para colocarlos en el mercado.

8.3. CONTRATO DE JOINT VENTURE


Joint Venture = Juntos en la aventura.

El Joint Venture es el acuerdo de varias personas (naturales, jurídicas o mixtas) que


deciden aportar bienes o servicios para ejecutar un proyecto o actividad económica en
común o el mejoramiento de la misma, dentro de un tiempo determinado. Las personas
que participan en ella no pierden su autonomía ni independencia, se trata de realizar un
negocio en común favorable a todos.

Para el profesor Sidney Bravo Melgar, el contrato de Joint Venture, “es un contrato sui
géneris, sui iuris con características y elementos peculiares. A través del contrato traído
a colación dos o más empresas; personas naturales o jurídicas, nacionales y/o
extranjeras, acuerdan asociarse, para combinar conjuntamente sus recursos y
actividades para la ejecución y concreción de un negocio específico, para lo cual
compartirán riesgos y responsabilidades. El Joint Venture es un contrato que
paulatinamente se va patentizando en nuestro país, a través de normas jurídicas de
distintos rubros”.

En vista que el contrato de joint venture puede optar una variada modalidad de
características, resulta muy difícil definir el contenido de este contrato y en este contexto,
el maestro Juna M. Farina intenta definir de la siguiente manera: “el contrato de joint
venture es un acuerdo que se celebra entre dos o más empresas que mantienen sus
respectivas autonomías jurídicas con el fin de realizar un objetivo común mediante la
aportación de recursos y la administración compartida de ellos”.

 ELEMENTOS CONTIENE EL CONTRATO DE JOINT VENTURE


a. Concurrencia de dos o más personas – empresas.

b. Existencia de un acuerdo que regula derechos, obligaciones y responsabilidades.

c. Los participantes mantienen su autonomía e independencia empresarial.


d. Aportes que pueden ser en dinero, bienes, tecnología, servicios, administración,
conocimiento del mercado, etc.

e. El objetivo común que debe definirse en el acuerdo.

f. Determinar la administración de los aportes para el logro de la finalidad propuesta.

g. Se trata de una inversión de riesgo y no de una inversión financiera.

 CARACTERISTICAS DEL CONTRATO DE JOINT VENTURE

- Es consensual, requiere de un acuerdo.

- Es oneroso, las partes ejecutan prestaciones valuables en dinero.

- Pluralidad de personas o empresas.

- Posibilidad de exigir el cumplimiento de obligaciones entre participantes.

- Contrato atípico e innominado, porque carece de una normativa especial y no tiene


una definición específica de carácter legal.

- Es autónomo y principal, pues no depende de la existencia de otros contratos.

- Confianza (fiduciaria), los asociados se deben el uno al otro lealtad, debe existir
confianza recíproca entre los contratantes.

- Carácter ad-hoc, porque está destinado a un objeto específico.

- Beneficio económico en común, dependiendo de los aportes de cada participante.

- Concurrencia de pérdidas en general, puede reservarse que sólo algunos soporten las
pérdidas.

- Conmutativo, en vista que las prestaciones a cargo de los coasociados son


equivalentes.

- Fin lucrativo, normalmente las partes persiguen obtener un lucro o beneficio


económico.

- Puede optar varias modalidades.

 VENTAJAS DEL CONTRATO DE JOINT VENTURE

Para el socio local:

- Acceso al capital extranjero.

- Acceso al financiamiento extranjero.


- Incorporación de tecnologías y marcas extranjeras, entendiendo por las primeras no
sólo las actuales, sino también las que se pueden aportar en el futuro o actualizar
mejorándolas.

- Ingreso a mercados de exportación.

- Beneficio de las expectativas gerenciales.

Para el socio extranjero:

- Acceso al capital local.

- Manejo en el manejo gerencial local.

- Acceso al financiamiento local.

- Empleo de la mano de obra del país receptor, que generalmente es de bajo costo.

- Acceso a contactos e influencias de todo orden del socio local.

- Contactos que se requieren para las aprobaciones gubernamentales, cuando son


necesarios u obligatorios.

 INCONVENIENTES PRESENTA EL CONTRATO DE JOINT VENTURE?

Se afirma que, a pesar de sus muchos usos y beneficios potenciales, los Joint Venture
frecuentemente fracasan y crean problemas. Los riesgos posibles incluyen problemas
de soberanía, pérdida de autonomía y control y pérdida de ventajas competitivas por
inflexibilidad estratégica. Algunos de estos inconvenientes se deben a la inexperiencia
relativa de las firmas en el manejo del Joint Venture. Otros se deben, en parte, a la
ignorancia gubernamental respecto a esta opción estratégica, así como políticas
comerciales no realistas y la incapacidad de los propietarios para utilizar
adecuadamente este contrato.

ELEMENTOS QUE DEBE CONTENER EL CONTRATO DE JOINT VENTURE

- Identificación de las partes.

- Denominación del Joint Venture.

- Delimitación del objeto contractual y actividades.

- Designación de la empresa líder, que asume la función de coordinar la actividad de las


empresas participantes.

- Duración del Joint Venture.


- Solución de conflictos, sea en un tribunal judicial o arbitral.

- Determinar al o representantes.

- Responsabilidades de cada participante.

- Inscripción del contrato en el Registro Mercantil donde estén inscritas cada una de las
empresas nacionales integrantes del contrato.

- Terminación y disolución del contrato.

 PARTES EN EL CONTRATO DE JOINT VENTURE

Por su característica especial, en el contrato de Joint Venture pueden participar más de


dos empresas de diferentes países que constituyen una sociedad, generalmente en el
país de residencia de u

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