PAATA BURCHULADZE
FRANCISCO ARAIZA
dosier: |
fMODEST MUSSORGKI
VLADIMIRj
ASHKENAZY
25 años
de grabaciones
PHILIPS
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Philips Ciassics diríjase a su
establee i miento especializado
Haendd
El lesiin de Alejandro
WaUmson • flobson • Srown • Siafford • Varcoe
Coio Monteverdi • Engllsh Baroque Soloisls
John Ehot Garctiner
2 CD 422 053-2
Vlvcldl: Hiydrr
HOfTiena|o a Danzas suecas Síntomas 101 y 103
Las 4 estaciones! 2 conciertos yvandfiaus, Leipzig Orquesta del sigla XV]ll
Satvatore Accaido • I eolisti di i/, . • h H
Frans Biuggen
CO/tP/MC 422 065-2/1/4 2 CO 420 S32-2 CD 422 240-2
I
Orquesta Nacional de Francia • Lorin Maazel en 49? 076-2 CD 422 235-2
CO'LP'MC 422 379 2'V'4
Edita
SCHERZO EDITORIAL. S.A.
C/ Marqués de Mondéjar. 11 - 4.° C
28028-Madhd.
Telef. 19I| 146 76 22
Fa* (911 2J6 IB 64
Presídeme
Gerardo Queipo de Llano
Director
Amonio Moral
Director Adjunto
Javier Alfaya
Redactor Jefe
Enrique Marlinez Miura
Consejo de Redacción
Javier Alfaya. Robertu Andrade Maldc. Domin-
go del Campo Castel. Santiago Manin Bermódei.
Amonio Moral. José Luis Pérez de Aneaga, Ar-
luro Reverter. José Luis Télleí.
Administración
Año IV n.° 32 - MARZO 1989 - 425 pts.
Cristina Mülel.
Secciones
Redacción en Barcelona: Rogír Alier. Redacción
en Valencia' Blas Conés. Discos: Enrique Pérez
Adrián. Libros: Xnan Manuel Carreira. Alia fi-
delidad: Al/redo Orozco. Danza: Roger Salas.
Ja/i: Ebbe Traberg. Música contemporánea: Jo-
sé Igés.
SUMARIO
Colaboran en este número:
Javier Alfaya. Julio Bravo, Ricardo de Cala, M.D.
Calvocoressi, Domingo del Campo Castel, San- OPINIÓN 4
són Carrasco. Xoan Manuel Carreira. Luis Fer- ACTUALIDAD 8
nando Cravajal Bláziiuez, Miguel Ángel Coria,
Blas Corlé!, Pedro Elias, Lucrecia Enseñar, Ma- — Francisco Araiza, la serenidad de Werther, Julio Bravo 22
nuel Carda Franco, Florentino Gracia Uirillas, — Paata Burchuladze, un Boris de corazón tierno, Joaquín Marlin
Francisco Gutiérrez, Enrique López-Aranda. Ken- de Sagarminaga 24
neth Loveland, Santiago Marlin Bermiídez, Joa-
quín Martin de Sagarminaga. Enrique Martínez ESTUDIO:
Miura, Blas Matamoro, Antonio Moral, Wolf- — Las Sinfonías de Hartmann, Eduardo Rincón 32
gang Amadeus Mozart, Agustín Muñoz Jiménez. REPORTAJE:
Alfredo Orozco Buezo. Rafael Ortega Basagoiti,
Enrique Pérez Adrián, José Luis Pérez de Arlea- — El Centro de Documentación Musical. Entrevista con Jacinto Torres,
ga, Elena Posa, Gerardo Qucipo de Llano Onam- Arturo Reverter 40
día. Arturo Reverter, Jordi Ribera i Bergós, ENTREVISTA:
Eduardo Rincón, Roger Salas, Ebbe Traberg.
— Vladimir Ashkenazy o nadie es perfecto, José Luis Pérez de Arteaga 43
Diseño de portada: ACTUALIDAD DISCOGRAFICA 51
Salvador Alarcó DISCOS 52
Foto de portado: Polygram Ibérica (DECCA). ESTUDIOS DISCOGRAFICOS:
— Una noche en la opereta, Arturo Reverter 60
Publicidad. Redacción — Ashkenazy y Decca: 25 años caminando juntos, Joaquín Marlin de
y Administración Sagarminaga 61
Scherzo Editorial, S.A.
Marqués de Mondéjar, II - 4.* C — Novedades bartokianas, Santiago Martin Bermúdez 62
1802 8-Madrid — Delirium Clemens. Cletnens Krauss dirige Parsifal. Enrique Pérez
Teléf. (91| 246 76 22 Adrián 63
Imprime:
ESTUDIO BIBLIOGRÁFICO:
MOV IEG RAF. S.A — Al fin Schoenberg, Santiago Martin Bermúdez 64
C/ Estigia. 3 y 5 LIBROS 65
28037 Madrid LA GUIA DE SCHERZO 66
Tfno.: 204 95 03
DOSIER: Mussorgski. 1839-1989 67
Fotocomposición — Boris Godunov: la palabra como música, Arturo Reverter 68
Lumimar, S.A. — Las versiones de Boris Godunov, Arturo Reverter 70
Albasaní, 48-50
28037- Madrid. — Verdad y locura, Santiago Martin Bermúdez 74
Teléf. 204 30 01 — Realismo vital, Domingo del Campo Castel 76
Fas (91) 256 18 64 — Mussorgski canta para Debussy, Pedro Elias 80
— Las grabaciones operísticas, Fernando Fraga 82
Depósito legal
M-41822-198! — Mussorgski: Técnica y estilo, M.D. Calvocoressi 86
ISSN-O213-4R02 DANZA:
— Vianants, por buen camino, Roger Salas 90
SCHERZO es una publicación de carácter plural ALTA FIDELIDAD:
y no pertenece ni está adscrita a ningún orga- — Croft, la artesanía hecha arte, Francisco Gutiérrez 92
nismo público ni privado. La dirección respeta — Primicias de una cápsula formidable: Van den Huí, Al/redo Orozco 94
la libertad de expresión de sus colaboradores. JAZZ:
Los lentos firmados son de la exclusiva respon- — Episodios, Ebbe Traberg 96
sabilidad de los firmantes, no siendo poi tanto
opinión oficial de la revista. EFEMÉRIDES 98
Scherzo 3
-opinión-
Nueva etapa
hacia el futuro
uestra revista ha cumplido tres años. Tres modestia de nuestros medios, pero estamos
N años de presencia en la vida cultural del
país de una publicación especializada no
es pequeña hazaña. A lo largo de ese tiempo
seguros de que si somos capaces de seguir
disfrutando de la confianza de nuestros lectores,
de estar a la altura de sus exigencias, podremos
SCHERZO ha crecido, ha ganado prestigio y enfrentarlo con posibilidades de una amplia
lectores. En cierto modo, al mirar hacia atrás, superación.
ya podemos hablar de unos tiempos heroicos en Por otra parte, SCHERZO desea también ir
los Que la revista hubo de vencer muchas hacia una relación más estrecha con sus lectores,
dificultades, muchas carencias, hasta convertirse tratando, en la medida de lo posible, de seguir
en un producto digno de Quienes desde un las fluctuaciones de sus opiniones para así poder
principio creyeron en ella. Ahora, con la corregir, mejorar, abandonar viejos caminos e
perspectiva que clan esos tres años, con la revista iniciar otros inéditos. Para ello encontrarán
plenamente consolidada, queremos iniciar una ustedes en este número un sondeo realizado por
nueva etapa que mire hacia el futuro. Un futuro un instituto especializado acerca de qué piensan
que se presenta —no podía ser menos— los lectores sobre el producto de nuestro
complejo pero a la vez altamente prometedor. trabajo. Queremos saber con la mayor exactitud
Para iniciar esa nueva etapa SCHERZO se ha posible qué defectos o qué virtudes, qué
comprometido en un proceso de insuficiencias o qué aciertos encuentra en ¡a
reestructuración. Una de las medidas que se ha revista su público.
tomado ha lido la de reforzar el Consejo de
Redacción. Tres nombres bien conocidos en el Nuestro fin último es servir a la música y, por
mundo de Ui nuisica —José Luis Téltez, José lo tanto, a ¡a cultura de nuestro país. A nadie se
Luis Pérez de Arteaga y Roberto Andrade le oculta que la música sigue siendo entre
Malde— pasan a formar parte de él. Por otra nosotros —y por razones históricas que no es
parte, la baja de nuestro compañero Arturo del momento dilucidar— el patito feo del
Reverter, recientemente nombrado de nuevo entramado cultural español. Desde aquí, desde
Director de Radio 2 de Radio Nacional de SCHERZO, llevamos ya tres años tratando de
España, ha sido cubierta por Javier Alfaya, que que no sea asi, de que la música consiga en
a partir de este número asume las junciones de España ese papel esencial que debe tener y que
director adjunto de la publicación. de hecho tiene en los países más desarrollados,
Con estos cambios pretendemos que SCHERZO al Este y al Oeste.
gane en agilidad, en capacidad informativa. Al hacer balance de estos tres últimos años no
Nuestro propósito es que ¡a revista cubra una queremos hacer un acto de afirmación narcisista,
gama periodística más ancha, se guíe por sino presentarnos a nuestros lectores —que son,
criterios que quieren ser cada vez más en suma, los que nos han permitido llegar hasta
profesionales. Posiblemente el reto sea aquí— con el mismo propósito de dedicación y
complicado, en especial si se tiene en cuenta ¡a entrega con que nos presentamos el primer día.
4 Scherzo
-opinión-
EL DISPARATE MUSICAL
L os acontecimientos se precipitan,
como se fue al precipicio la repre-
sentación del mío caro Don Gio-
vanni, del teatro de La Zaizuela (bruta
cosa), como se ha precipitado en su re-
se descalzó en el anfiteatro del Real duran- ¡Uuuh!, probablemente el mismo que dice
te la Novena de Beethoven, obsequiándonos (caso verídico y reciente, durante la incom-
con el estreno mundial de la Oda al queso pleta versión del oratorio navideño de Bach
de Camemben que Ravel, no tan imagina- por Herreweghe) que «esto es como el dis-
tivo n¡ tan antihigiénico, no hubiera mejo- co pero en bajilo» (?), o aquel otro que co-
greso japonés la ONE, que tocó mi Sin- rado. Recuerdo a la señora que, presa de mentó (mismo concierto; fue una tarde
fonía 40, cual si fuera la Quima de furor pulseril, llenóse el brazo de pulseras curiosa, como verán) que lo que hacía el con-
Shostakovitch, como se columpian algu- del más variado diseño y calibre, aunque, certino antes del concierto era muy impor-
nos gallegos que no aguantan la prime- eso si, todas ellas muy sonoras, hasta que tante, porque «daba la nota». Ese mismo
ra crítica, corriendo el riesgo de ser conseguimos echarla (esto ocurrió durante público, o parecido, es el de los «pianos sin
alguaciles al guací lados, como se preci- un concierto de Karajan; el director austría- pedales» (clavecines), el violoncillo «sin pin-
pita el gobierno jugando a tuya-mía con co no le metió la batuta por el ojo porque cho» y cosas por el estilo.
los sindicatos. Tutto va que mí fa preci- le pillaba demasiado lejos). Recuerdo, có-
pitar a mi también. mo no, al famoso aquel que obtuvo la en- Recuerdo cierta ocasión en que el ilustre
trada en la beneficencia (creo que de ésie ya crítico A.F. Cid citaba con sorna a vina se-
En la radio y en la tele vuelve el sol les hablé), roncando a bronquio furioso para ñora que. a su lado, había exclamado «¡Qué
por do solía y los calviños atacan de nue- mayor asombro de Brüggen y Leonhardt susto!» al comenzar la Danza infernal del
vo, conducidos por la mano digital de (aclaro que estaba en la segunda fila). Por príncipe Kastchei en el Pájaro de fuego de
Solana; pienso si esta vez regresaré a recordar, recuerdo al inefable sujeto que Stravinsky. El suslo me lo llevé yo cuando,
Salzburgo, mal que me pese. Sólo falta abrió un paquete de polvorones y crrrrish, durante la reciente y excelente versión que
que Scherzo otorgue los premios disco- crrrrrash, se entretuvo en aplastar uno a uno de esta suite interpretó la O.N.E. con el di-
gráficos de Ritmo, y entonces sí que me los papelitos de celofán. El último lo termi- mitido López-Cobos (les digo yo que no
las piro definitivamente, ahora que el di- nó de aplastar justo an(es de que me deci- aprenderemos nunca), contemplé el progra-
rector de la revista me ha puesto teléfo- diera a darle una bofetada. Omito en esta ma y leí «Danza informal del rey Kastchei».
no, telefax y personal computer. relación los incontables casos de bronquitis Se ve que la danza, agresiva donde las ha-
Qué duda cabe que estas cosas depri- crónica que afloran al final de cada movi- ya, la bailaba el buen rey... en pololos. Ex-
men. He buscado en mi baúl de partitu- miento (producto, intuyo, del incontenible traña indumentaria, vive Dios. Y en medio
ras y me he puesto a cantar, con permiso efecto tusígeno de la coda), así como los de todo esto, el aficionado normal, al que
de Da Ponte, esta bella aria de Las sempiternos aplausos prematuros en el últi- le gustaría que tantas cosas mejoraran, que
Bodas: mo tiempo de la Quinta de Tchaikowsky. se ganara en nivel, que nuestros maestros no
los butacazos de los tardones y otros más tuvieran que emigrar, etc., etc., y etc. Por
de uso común. el momento estamos como el rey Kastchei,
Se asoma Solana
la lele (i chiama o sea, en pololos.
la lele li chiama
din din. din din! En el otro extremo, encontramos al exqui-
in due pasai sito, tan fino, tan delicado, que aplaude Rafael Ortega
da quella puoi gir
Vien poi l'ocassione
che vuolmi i¡ Guerrone • pretw\ interésame),
f
che vuolmi ¡I Guerrone
don don, don don! (Je(Düitia • //iM rihaw hoy mhmo
in tre sal!i lo vado a servir. llámenos!
Scherzo 5
opinión
BACHILLERÍAS ÁNGULOS
6 Scherzo
opinión
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actualidad-
8 Scherzo
actualidad
Scherzo 9
actualidad
Amplio repertorio
10 Scherzo
actualidad
El director de la
Orquesta
Municipal
de Valencia,
Manuel Galduf.
Scherzo 11
• actualidad
12 Scherzo
octuolidod
Actividades de
la Fundación
Las cuentas dela lechera Albéniz
Siempre son bien venidas las ideas con las oporlunías enmiendas, prevé, La Fundación Isaac Albéniz ha pu-
que contribuyan a fomentar y a difun- en su n.° 1, «el máximo fomento de la blicada recientemente el primer núme-
dir el esiudio y la enseñanza de la mú- formación musical y la selectiva promo- ro de su Bolelín Ñolas de Música. La
sica y a ampliar su campo de acción a ción de actividades musicales en el ám- revista da muestra de la principal preo-
través de la multiplicación de activida- bito de la Comunidad de Madrid». cupación de la institución, la investiga-
des y el ensanchamiento de sus horizon- Entre los principales «principios y pro- ción en torno a la figura y la obra del
tes. Es el primer paso que, luego, a lo pósitos» se apuntan: Cooperación con genial pianista y compositor. Varios
mejor, tiene una continuación prácti- otras Administraciones, oferta de ac- trabajos de este n." 1 del Boletín —de
ca o, a lo peor —y esto suele ser lo tividades (con especial atención a ¡a aparición bimestral— giran en torno a
normal—, acaba perdiéndose en el va- promoción de la Orquesta Sinfónica de Albéniz: Lorca y Albéniz, por Federi-
cio o en la noche de los tiempos. Pero, la Comunidad y a la organización de co Sopeña; Granados y Albéniz, por
en fin, algo es algo y, por pequeño o, un ciclo de zarzuela), potenciación del Antonio Fernández Cid, una opinión
al contrario, por utópico que parezca fomento de la demanda a través de la personal de Julián Gallego sobre el mú-
debe ser acogido con interés y buenas formación y la divulgación, de la reno- sico, y un comentario de Alvaro Ma-
dosis de confianza; aunque ésta, en la vación pedagógica del profesorado y rías de la interpretación de Fruhbeck de
mayoría de los casos, se vea defrauda- del desarrollo, «si es posible», de la Es- sus transcripciones de obras del cata-
da o aunque las más de las veces se ha- cuela Superior de Música de la Comu- lán . Notas de Música evidencia también
ya dado pie para edificar castillos en el nidad, «aprovechando la celebración en un saludable interés por los problemas
aire o para hacer las cuentas de la Madrid del Congreso de Musicología de la educación musical en España.
lechera. de 1992»... Otra edición flamante de la Fundación
Pero, ¿cómo no aplaudir en este or- es el folleto Imágenes de Isaac Albéniz.
den de cosas la Resolución n.° 134 del Ahora recemos para que algunos de Con selección de Enrique Franco, se
plan de la Asamblea de Madrid de 24 estos propósitos puedan no sólo llevar- reúnen aqui evocaciones de Albéniz de
de noviembre de 1988 sobre moción se a efecto, sino —lo que a veces es más J.R. Jiménez, D'Ors, Pía, Pedrell, Tu-
10/88 R. 3.657 presentada por el gru- importante— encauzarse de la manera rina, textos del propio Albéniz, y poe-
po parlamentario de la todavía llama- más inteligente, rigurosa y culturalmen- mas a él dedicados por Lorca, Alberti
da Alianza Popular? Tal Resolución, te productiva. y J.R. Jiménez.
Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO a partir del número por períodos
renovables automáticamente de un año natural (diez números), cuyo importe 4.000 pesetas (1) abonaré de la
siguiente forma:
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D Por talón bancario adjunto
O Por giro postal
D Con cargo a la Cuenta n.* de —. ,(2)
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(1) LiJ luKiipcionci pari ti eimniero imponirin por correo ordinario 5.000 pcicr.li y por ivi6n 6.000 peielii p i n Europa y 7 000 p i n
Amina y deberin « i ibonid» medíame cheque baAcino.
(2) Táchele ID que no procedí.
Nombre ___^—.—.^______^^_^^^^^^^^^^^__^^_^^^__^_____^
Domicilio
Pob lición Te lí fono
Scherzo 13
actualidad
14 Scherzo
actualidad
Los virtuosos
de Berlín
La brillantez de Thiollier
M»drfd. Hotel Rilz; 27-1-88. Obras de Scriabin, Raehmaninov y Gershwin.
Midrid. Auditorio Nacional 14, 16 y M de enero
de IWW. Obras de Ofíi-nbach. Mendélssohn, cidos de cámara. Este año tendremos
Betthovcn. Schónberg. Telemann, J. S. Bach, R. intérpretes rusos próximamente en el
Strauss, Brillen, StrawinsVy. Mozari y Tchaikows-
ky. Ernó Sebestyen, violín; Marisa Tanzini, piano; salón del Ritz con la actuación del Trío
Orqueüa de Cámara de [a Filarmónica de Berlín. Tchaikovsky (31-IH, 1-IV), que toca-
Organizado por la Universidad Auló- rá el Trio del compositor que da nom-
noma de Madrid, organismo que nos bre al grupo, así como un Diverlimento
lleva obsequiando con sus interesantes de Mozart y Tríos de Beethoven y Shos-
ciclos durante varios años, se celebró takovitch. El recital guitarrislico de Er-
para deleite del personal los conciertos nesto Bitetti (21, 22-1V), que recorrerá
de los Pilharmonischen Virtuosen Ber- un largo camino temporal y estilístico.
lín. El conjunto, integrado por 15 pro- El pianista francoamericano Francois
fesores de la famosa Orquesta Joél Thiollier ofreció un concierto con
Filarmónica de Berlín, es una forma- músicas rusoamericanas y otro sólo con
ción de cámara que data de hace trece composiciones francesas. En el prime-
años. ro de ellos, que es al que se refiere esta
En sus tres convocatorias hizo exhi- crónica, se mostró dueño de una técni-
bición de una rica programación que ca deslumbrante, construyó bien y pla-
abarcó desde el barroco, pasando por nificó la dinámica convincentemente.
lo clásico y romántico, sin dejar fuera La página de Scriabin para la mano iz-
partituras como las de Schónberg, Stra- quierda. Preludio y Nocturno, Op. 9,
winsky y Britten. fue vista como una prolongación del
La fama de esta prestigiosa forma- mundo chopiniano. Consumado intér-
ción viene fundamentalmente respalda- Francois-Joel Thiollier prete de Raehmaninov, cuya obra pia-
da por la categoría individual de cada Por tercer año consecutivo, el Hotel nística completa ha llevado al disco,
uno de sus integrantes, como así vinie- Ritz, de Madrid, ha organizado un bre- Thiollier salvó con aparente facilidad
ron a demostrar en cada una de las pá- ve ciclo de actividades musicales acom- las grandes demandas de las Variacio-
ginas interpretadas que desgranaron pañadas de los placeres del paladar. Son nes sobre un tema de Corelli. Una sin-
con una dinámica justa, bellísimo tim- las conocidas veladas cenas-concierios tonía especial se produjo entre el
bre y cuidados matices. Para los asis- (viernes, 21,30 h.) y res-conciertos (sá- intérprete y la música de Gershwin, del
tentes, sin duda, fueron tres veladas de bados, 18,00 h.>. Naturalmente, se se- que ofreció varias obras, sobre todo una
auténtica demostración de música con paran ambos actos para garantizar la vital y colorista, Rhapsody in blue, que
mayúscula. La visita de un conjunto de integridad de la audición. Dadas las en ésta su redacción original para tecla-
esia categoría es la ansiada por un pú- condiciones del salón donde se desarro- do transmite con más fidelidad el tipo
blico como el nuestro, que no puede, llan las sesiones, se cuenta para éstas de originalidad del norteamericano.
desgraciad amen le, escuchar conjuntos únicamente con solistas y grupos redu- E. M. M.
camerísticos con esa perfección todos
los días, dada, digámoslo, con senti-
miento, la mediocridad que por nues-
tros lares aún se pasea.
La difícil tarea
Ahora bien, una vez más —si se me Madrid. Auditorio National; 29-1-89. Obras de Mozari y Mahlcr. Valeri e [gor Oísirakh, violín y viola.
permite— se patentizó que perfección Orquevia Ciudad de Barcelona. Director: Íranz-Paul Decker.
no conlleva emoción y, en algunas de La visita de la Orquesta Ciudad de tuo —pero Valeri con un sonido un tan-
las partituras ejecutadas por los pro- Barcelona ha servido para calibrar la si- to áspero—, los Oistrakh hicieron un
fesores berlineses estuvieron ausentes tuación de la centuria y reflexionar so- Mozart a la rusa, serio y sin ligereza.
tales emociones que muchas de ellas sa- bre la tarea que aún tiene ante sí el La misma pesantez fue transmitida por
bemos que tienen, aunque se apreció titular. La orquesta catalana ha logra- Decker a la orquesta, cuyo acompaña-
enteramente el empaste perfecto, lo cris- do salir del grave bache de este tiempo miento pasó por alto la mayoría de los
talino y la falla de rozaduras, tan difí- atrás y su estado ya no es alarmante. matices. Decker se enfrentó a la Quin-
cil en conjuntos de cuerda. Con una cuerda homogénea y un me- ta de Mahler con las armas de un maes-
La Universidad es un buen camino tal sólido, los problemas parecen cen- tro artesano. Alzó el edificio, pero la
para todas las enseñanzas. En el primer trarse en estos momentos en la expresión trágica o la variedad de en-
día de actuación de la Orquesta de Cá- deficiente madera. Decker y la acerta- foques y colores se le perdieron entre los
mara de la Filarmónica de Berlín resultó da política de contratación son los res- dedos. La respuesta orquestal fue alen-
bochornoso, o más bien molesto —al ponsables de la recuperación del tono. tadora, sobresaliendo los solistas de
nienos a mí me lo pareció, como por los Un buen nivel técnico debe ser la meta trompeta y trompa. La cuerda presen-
gestos a los ejecutantes— la constante de la presente titularidad, porque en el tó algo de pérdida del empaste única-
interrupción del público, que bien por terreno artístico la prestación del direc- mente en el Adagietto.
despiste o por falta de saber, interrum- tor alemán es más discutible. El concier- Es importante señalar que la Sala A
pía entre tiempo y tiempo con sus to oído en Madrid dentro del ciclo de del Auditorio no está completamente
aplausos. la ONE puede ser sintomático de los aislada, como se pudo comprobar por
El que quiera aprender que vaya a la pros y los contras.del trabajo de Dec- la intromisión de sonidos parásitos en
Universidad, ya lo dice el dicho. A es- ker. La obra de Mozart se salvó ape- la Sinfonía de Mozart. Urge encontrar
tas alturas seguimos igual. nas por la intervención del dúo solista. una solución a esto.
M. C. F. Afinados y con fácil entendimiento mu- E. M. M.
Scherzo 15
actualidad-
16 3. 4, 5 Marzo 1989
18 Schcrzo
actualidad
Scherzo 19
actualidad
R como una pesadilla tímidamen- que se hizo agobiante en las partes más
te caligariana, volvió a Madrid banales y de relleno, que un director
el héroe goethiano luciendo el elegante avisado se hubiera sacado de encima rá-
ropaje sonoro de romanticismo/»; de pidamente para ir corriendo al grano.
te por secciones, el sonido aparece en-
lubado o duro en ocasiones, la
afinación, por momentos, incierta; pe-
ro el material es de categoría en volu-
siécle de Jules Massenel, Más le valie- El grano aquí venía de mano de Arai- men y extensión (un poco apretado el
ra haberse quedado orillado, esperan- za y Soffcl. El tenor tiene un merecido extremo agudo). Charlotte no estuvo
do convocatoria de superiores prestigio internacional, conseguido por tan mal parado en la concepción escé-
propósitos y oportunidades. sus versiones de Mozart y Rossini. Su nica, oportunidad que la cantante, de-
En un decorado esquemático, de li- voz es bella, joven y sana; el intérprete senvuelta actriz, supo aprovechar. Fue
neas oblicuas, enire opresivos negros, es inteligente y canta con musicalidad lo más estimulante de la noche, por en-
blancos letárgicos, el azul latino del cie- y pasión. Pero en Werther el instru- de, sin parecemos no obstante la Char-
lo y el rojo de universal y lópica sim- mento sonó brillante las menos de las lotte soñada.
boiogía, se nos contó esta vez el drama veces, opaco las más; con inestabilida- Eva Lind tuvo el tipo físico y la voz
de amor, deberes y muerte. Esquema des peligrosas en la continuidad y re- exacta que demanda Sophie, y Loren-
y abstracción, pues, en la escena, pero dondez del sonido, incapaz de perfilar zo Saccomani, habitual Albert (lo fue
sin evitar los responsables la pincelada una media voz con color, de fraseo ve- en Madrid en la anterior edición de
realista (flores, demasiadas sillas, espe- lado. Con la complicidad de la direc- Wenheren 1977 con Kraus), barítono
jo), normalmente colocados allí para ción escénica, empero, el personaje muy lírico con la octava aguda ya un
estorbar, no iniegrándose en una acción resultó chato y anémico: un pobre in- tanto forzada y débil, cumplió correc-
que obligaba a los cantantes a arrastrar- feliz mal vestido, que se merece, por tamente. Echeverría, suficiente de voz
se por el suelo, incómodamente para el simple, el desdén de Charlotte. No obs- en el Magistrado, mal propuesta su ca-
actor y más para el canto. Una direc- tante, Araiza tuvo los mejores momen- racterización escénica.
ción escénica Iría y concisa, de lángui- tos en el acto III: agudos seguros, la En fin: un Werther para archivar en
dos y medidos movimientos, donde popular aria cantada con firmeza y ar- un cariñoso olvido.
resulta chócame la aparición final de dor. Pero esperamos en un futuro es-
los niños, muy en día de Navidad, ves- cuchar al lenor en un papel que le Fernando Fraga
tidos de angeliios.
Este tipo de espec-
táculos suelen tener
una idea general,
una perspeeriva o
punto de vista con-
ceptual. Al que co-
menta se le escapó
(¿el ojo distorsiona-
do del suicida futu-
ro?). Sea cual sea su
plan, lo que impor-
ta a la postre es que
el resultado final
funcione. Aquí que-
dó un espectáculo
teatral lúgubre, mo-
nocorde, feo, tedio-
so y barato (quizás
esté aquí el origen de
todo).
En el foso se vivió
la misma abulia que
en la escena se vio.
Grisura y monoto-
nía de Gómez Mar-
tínez en una versión
sin contrastes, de
buena sonoridad en
los dos momentos
orquestales (mejor
en el intermedio que
en la introducción). Pora Sojj'el yfrancisca Araiza durunle una reprewilaaon del a Werther» en el Teatro de ¡M Zarzuela,
20 Scherzo
AUDITORIO
XI CICLO
NACIONAL
DE MÚSICA DE CÁMARA
Y POLIFONÍA
Temporada 1988/89
PROGRAMACIÓN: MARZO
HIJAI Ocíelo Sdiubrn Dos [amasias postumas (en Do menor y w Do mayor "GrazcrT
Hundid Ocíelo - Párela en Mi bemol Sonata en Re mayor, Op. 53
Dnmck} Pailita núm i Bnhms Sonata núm. 3, Fa menor. Op. 5
Mmrt Serenata en MI bemol mayor, KV 375
Cuarteto Rosáni
CICLO C BrunUda Gíanneo
Manuel Regó, piano
Moorf Sonata KV30cn Sol mayor
MtnddMdhn Sonata en Fa mayor
BMhwtn Seis danzas alemanas para dos nolines, violonchelo y oolribajo Oniüson Cuarteto para violin j puno y cuaima de cuerdas, Op. 21
R o ó i Sonata núm 3 en Do mayor
Sonaa núm, 6 en Re mayor
iuaak SuiK'MyQt-
Dvmk Quinteto en Sol mayor, Op. TI
Horario de conciertos: 19 JO h.
MINISTERIO DE CULTURA
actuolldod
22 Scherzo
actualidad
sean los intérpretes que trabajen con él, dos cuestiones. «Por un lado, el deseo Idamante, tremendamente conmove-
más positivos serán los resultados. Y la de abordar personajes que me permi- dor. Y, por ejemplo, el que todos acu-
de los registas en cuestión de jerarquía, tieran una mayor expresividad y que tu- san de ser el más frío escénicamente, el
de personalidad. Soy partidario de las vieran más entidad escénica; por otro Ottavio, enfoca su hacer a una razón
producciones lanío muy perfectas, en lado, reconocí que mi voz podía desa- de carrera, a un hambre políiica, por
las que todo está pensado y milimetra- rrollarse y evolucionar, como les ocu- ser el nuevo Comendador, que le lleva
do, como de aquellas en que se deja lu- rre a muchos cantantes —ahí está, por a hacer cualquier cosa con tal de casarse
gar a la improvisación y la libertad. ejemplo, Mirella Freni, que de papeles con Doña Anna».
Pero las dictaduras como Zerlina o Des-
de los directores de pina pasó a cantar
escena son una mo- Werther otros roles de mayor
da, y aquél que tra- ofrece al entidad vocal como Idamante, el favorito
te de imponerse con- la Manon Lescaut,
tra vienio y marea cantante muchos por ejemplo».
no tiene nada que recursos Cuando se le pre- Puestos a escoger entre el ramillete
hacer. Pero insisto; gunta a Francisco de personajes mozartianos que ha abor-
la personalidad in- expresivos Araiza si Mozart es dado Araiza, el tenor se queda con tres;
fluye mucho en el re- la mejor escuela de el Ottavio de Don Giovanni, el Tami-
sultado final. También he podido tra- canto, abre una sonrisa teñida de picar- no de La flauta mágica y, por encima
bajar con los mejores, que, aunque día y complicidad, mueve la cabeza y de todos, el Idamante de Idomeneo, sin
tienen un concepto muy claro de la ópe- afirma: «Con Mozart se corre el peli- duda su favorito en esta terna, y «el
ra, se saben adaptar a las circunstan- gro de perder la voz. Y si no que se lo máximo personaje mozarliano para
cias del montaje, y a las posibilidades pregunten a Mario del Monaco, que es- mí». De los otros, hay dos que están
expresivas de los intérpretes». tuvo a punto de perderla por querer apuntados en primer lugar en la agen-
En el capitulo de voces, reconoce cantar Mozart». Retoma su tono, más da de Francisco Araiza. Don Carlos y
A raiza que «son pocos los artistas que serio, y asegura: «Mozart es, sin nin- Andrea Chenier. Son los próximos per-
son excepcionales, pero no nos pode- guna duda, el compositor más difícil. sonajes que contribuirán a llenar el re-
mos quejar de falta de voces». Puestos Su estilo, su música, envuelven al can- pertorio del mexicano, cada vez más
a hilvanar una lista de nombres, se de- tante en un corsé, al que es muy difícil surtido.
canta, entre los actuales, por Mirella adaptarse. Y luego, cuando se ha con-
Freni o Montserrat Caballé, y recuer- seguido entrar en él, hay que llenarlo Protagonista de numerosas grabacio-
da con admiración también las voces de completamente, pero con una dificul- nes, Francisco Araiza no es de los que
Fritz Wünderüch, Franco Corelli o Bir- tad añadida: jamás puedes irte siquie- las desprecie; antes al contrario, «es un
gitt Nilsson. Pero, sobre todo, la del ra un poco, has de ceñirte perfectamen- privilegio poder dejar un documento,
barítono canadiense George London. te, sin que sobre ni falte nada. La in- un testimonio de mi arte. Pero las gra-
«Es, sin duda, mi ídolo principal; la en- terpretación de Mozart es un producto baciones nunca podrán tener el efecto
carnación, para mí, de un artista ideal, sin medias tintas. O se canta bien o se del directo, de la representación. Por
con disciplina, seriedad, personalidad, canta mal, pero nunca hay resultados eso estoy más en la linea de Karajan,
técnica, y expresión tanto física como medianos. Mozart es un espejo en el que asume el riesgo de grabar las cosas
vocal. Es, creo, una de esas personas que todas las virtudes y todos los de- de una vez, sin dejar lugar a las repeti-
escogidas, con un destino trágico, ca- fectos se pueden ver con una transpa- ciones o a las mejoras». Confiesa el te-
paces de tener una idea de lo que les es- rencia única». nor mexicano que el disco del que se
pera». No tuvo ocasión de cantar con encuentra más satisfecho es del Te
él. Sí llegó a conocerle, y guarda de él Ese temperamento que Araiza asegu- deum de Berlioz, que grabó con Clau-
un graio recuerdo. '«Después ide Reti- ra poseer, y que gusta de verter en sus dio Abbado. Y entre sus proyectos ac-
rarse, se convirtió en director de la Ope- personajes, contrasta con la fama de tuales hay uno muy interesante, en el
ra de Washington; quiso llevarme para frialdad que todos los héroes tenoriles que ya está sumido: la grabación de la
cantar el Alfredo de La Traviala, pero del genio de Salzburgo tienen: «En Mo- versión original completa —«es la pri-
yo aún no quería entrar en ese reperto- zart no existe el carácter ideal. Todos mera vez que se hace», afirma— de Los
rio. Tuvimos una larga conversación, sus personajes tienen virtudes y defec- cuentos de Hoffmann; en él aborda el
de más de cinco horas, en la que yo tos muy humanos. Y no son tan fríos papel protagonista, con Jeffrey Tate
aprendí muchísimo. Al día siguiente su- como se quiere ver. No olvidemos que como director, y con un reparto en el
frió un ataque al corazón del que ya no Mozart es un proto- que Samuel Ramey
se recuperaría, me dejó profundamen- tipo del Sturm und canta los cuatro pa-
te impresionado». drang. Sus persona- Con Mozart peles de bajo; Eva
jes están llenos de se corre Lind es Olympia;
expresividad, pero Jessye Norman, An-
ésta se encuentra el peligro tonia; Anne Sophie
Mozart muy restringida por de perder von Otter, NicMau-
el estilo, por las di- se; y, si acaba de de-
La voz de Francisco Araiza empezó ficultades técnicas la voz cidirse, Agnes Baltsa
a alzarse gradas, en buena parte, a sus que se han de resol- será Giulietta.
interpretaciones en las óperas de Mo- ver, que hacen que la faceta «Pero ella todavía no ha grabado na-
zart y Rossini. Hoy, sin embargo, no interpretativa quede un poco en segun- da», concluye Araiza.
son más que una parte de su reperto- do plano. Pero Mozart brinda al can-
rio, en el que han entrado títulos co- tante toda la gama de posibilidades Julio Bravo
mo Fausto de Gounod, La bohéme de expresivas. La entrada de Tamino, en
Puccini, Manon de Massenet o Los La flauta mágica es una de las más dra-
cuentos de Hoffmann de Offenbach. máticas de la historia de la ópera. Y lo
En su decisión influyeron, reconoce, mismo el encuentro entre Idomeneo e
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actuolldod-
Sangriento
Lear
Londres English Naiional Opera. 24-1-89. Rei-
nmrm. Lear.
Una cosa es lotamenle cieria acerca
del estreno británico de Lear. Hacía
muchos años que no veíamos una es-
cena londinense ian generosamente ro-
ciada de sangre. El horror se apilaba
sobre el horror. El tema podría ser dis-
culpado como una cuestión menor, pe-
ro de hecho es ferozmente relevante. La
clara intención de Reimann es golpear
con música que bombardee los tímpa-
nos. Tiene éxito. Eike Gramss le ha se-
guido literalmente, y lo que tuvimos en
el London Coliseum fue una sucia y
realista traducción visual de lo que
Donald Adams (Corvnel Frank), GríJJ Khys Jones (Frasch), Atan Opte (Dr, talke) y Li- oímos. ¿Qué más puede pedirse a un
lian Watson (Adele) en «El Murciélago), del Covenl Garúen.
productor? Con el fondo de los desnu-
dos decorados de Eberhard Matthies
(muebles esqueléticos, unos pocos col-
gajos y gasas) y la mayor parte del re-
Un Murciélago festivo parto con extrañas vestimentas (Renate
Schnitzer), la locura estaba implícita,
dando a la producción de Gramss una
Londres Royal Opera House Covcnt Garden. fuerza pasmosa. Incluía ésta una espec-
La viuda alegre. También fue así la tacular tormenta, absolutamente mara-
9-[-Hy. Slrauss, Dic Hedermaus.
Adele de Lilian Watson. Ambos pro- villosa por la iluminación de Paul
La llegada del año nuevo es un mo- baron la vieja verdad, que los mejores Pyant. El primer contacto con el libre-
mento tradicional para lanzar una nue- cantantes de la opereta vienesa son in- to de Claus H. Henneberg sugiere la
va producción de opereta, pero a pesar variablemente los mejores cantantes de mano de un pequeño Boito. Se admira
de anunciarse asi, El Murciélago del Mozart. Carol Vaness cantó algunas la habilidad con que ha condensado el
Covent Garden no es toialmente inédi- bellas frases como Rosalinde, y sumi- drama por medio de una mirada teles-
to. Utiliza aún los decorados de Julia nistró unas idiomáticas czardas. El Al- cópica de episodio en episodio y una
Trevelyan Ornan, ¿y por qué no, pues- fredo de Dennis O'Neill fue una astuta cuidadosa selección. A pesar del cha-
to que logran ser espectaculares, artís- caricatura de un tenor italiano. Este pucero pero necesario expediente de
ticamente satisfactorios e identificable- magnifico tenor escocés, reconocido traducir a Shakespeare al alemán y lue-
mente vieneses al mismo tiempo? Par- como (al en el Metropolitan de Nueva go de nuevo al inglés, la obra tenía una
te de la coreografía de Frederick Ash- York y otros lugares por su Duque de resonancia shakesperiana (el reparto hi-
ton también permanece. John Cox Mantua, mostró un don insospechado zo casi milagros en sus batallas con la
añade a las ideas heredadas algunas va- para ta comedia y la improvisación, orquesta de Reimann). Se puede argu-
liosas suyas a la producción, que mue- añadiendo bromas propias. El Falke de mentar en defensa de la partitura de
ve fluidamente. La realización es asi Alan Opie fue el perfecto manipulador Reimann que King Lear es un drama
más bien diferente de la de Frosch. Un de situaciones. El efectivo coronel violento, asi que, ¿por qué no una mú-
pequeño tropezón es la sustitución del Frank de Donald Adams y la sofistica- sica violenta? Violenta, pero con loques
carcelero borracho por un vivido narra- da Orlofsky de Claire Powell contribu- más sutiles que Reimann coloca aquí y
dor, estupendamente interpretado por yeron también a un reparto bien allá. Son efectivos los deslizados en
el actor escocés Griff Rhys Jones. equilibrado en el que el trabajo en equi- cuartos de tono y los acordes en clus-
Nos encontramos con una nueva ver- po estaba implícito. ¡ers colocados astutamente. Pero iodo
sión inglesa de utilidad debida al nove- La dirección de Adam Fischer sugie- llegaba a ser secundario por el asalto
lista John Mortimer, enlazando esto re que lleva a Viena en la sangre, aun- a los sentidos del estridente metal y por
con las numerosas alusiones tópicas del que en un par de puntos insistió más la percusión en particular. Los mefa-
tercer acto, Jones tiene un material de lo deseable en el rubaio. La cuerda les fueron colocados a la izquierda, las
ideal para sus talentos específicos. Es aguda de la orquesta perdió algo reque- percusiones, golpeadas inmiserícorde-
un maestro en la medida, sabe hasta rido lustre aterciopelado, pero en ge- mente siguiendo a Reimann, a la dere-
dónde ensanchar una línea de peso, y neral el acompañamiento fue brioso. Se cha. El público fue cogido en el fuego
cómo introducir al público en sus con- dieron hermosas intervenciones corales cruzado. Antes de llegar a la mitad es-
fidencias. Tuvo un éxito hilarante. El (la preparación de Robin Stapleton es- tábamos agotados. La obra aún conti-
Eisenstein elegantemente interpretado tá demostrando ser de calidad) y exce- nuó, mas bien como si un boxeador que
por Thomas Alien fue extraordinario. lentes danzas de Viviana Durante y ha derribado a su oponente le propinase
Se mueve con naturalidad en la opere- Wayne Eagling. Una ocasión realmen- unos cuantos golpes más en las costi-
ta vienesa, como ya supimos por el te festivas, en suma. llas para estar seguro. El plan de Rei-
montaje de la Welsh Naiional Opera de Kenneth Loveland
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Gimell THE TALLIS SCHOLARS
Difícilmente la valoración positiva y entusiasta sobre un conjunto vocal puede ser
más unánime que la obtenida por THE TALLIS SCHOLARS
PALESTKINA MASSES
M I » Brtvls
PALESTHINA (1525/6-15**)
Paleslrina. Mma Brevis Tomás Luis de VICTORIA (1548-1611)
Pileslrinai Missa Nasce la gioja mia RÉQUIEM
Palciiiina: Nastc la gjojá mía (madrigal) Vena c&t ifl luctum
Campicl DiK (48.25) COGIMOOe Campact Disc (46.51) CDGIMM
LP(DMM) 1585-Ot LP (DMM) 1585-1
Chiüme Cassette 1585T-0P Cbrom? Cassecií 15B5T-1
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CARLO GESIALDO
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Mista Osculetur Me
Para dos con»
THE TALLIS SCHOLARS
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RECORD ING (DDD) CD GIM 018
Harmonia Miindi Ibérica, Avda. Pía del Vent, 24, 08970 Sant Joan Despí.
octuolidod
30 Scherzo
actualidad
Novedad y repertorio
La Opera de San Francisco, que tie- con la Opera de Ginebra se programa tista Marilyn Horne, como Orlando,
ne su sede en la War Memorial Opera Mefislofele, de Boito, ópera que vuel- sobresaliendo'en el equipolde|cantan-
House, ha dado a conocer su progra- ve paulatinamente a instalarse en el re- tes.
mación para el año 1989. Se aprecia en pertorio de los teatros internacionales. F.n la temporada 89 de la Opera de
la misma un inteligentemente consegui- Samuel Ramey encarnará el diabólico San Francisco se recuperan varios mon-
do y no muy frecuente equilibrio entre personaje central. La dirección musical tajes anteriores. Asi, dos títulos verdia-
títulos del repertorio tradicional y obras corresponde a Maurizio Arena y la es- nos, Falstaff y Olello, subirán a las
que raramente, o más difícilmente, ac- cénica, a Roben Carsen. También en tablas de la War Memorial Opera Hou-
ceden a los escenarios. Luego de algu- nueva producción se va a ofrecer en San se en la producción del no hace mucho
nos recitales y varias sesiones de baile! Francisco el Idomeneo mozartiano, desaparecido, Jean-Pierre Ponnelle, en
la temporada propiamente dicha se ópera seria, cuya incorporación al gru- ambos casos la dirección musical de Ka-
abre, ya en el mes de junio de este año, po de las grandes óperas de su autor zimierz Kord. Lorengar, Horne, Cow-
con Saiyagraha, la ópera repetitiva en tanto debe a la labor de Harnoncourt. drich, Stewart cantan en Falstaff,
lengua sánscrita de Philip Olass, con la Será, sin embargo, John Pritchard el di- Ricciarelli, Mauro y Ellis, en Otella
que el teatro norteamericano atiende a rector de estas representaciones, con Dos óperas italianas más y dos alema-
la moderna creación de su país. Entre puesta en escena de John Copley. Los nas completan las previsiones: Aída, di-
las nuevas producciones de la Opera de personajes principales están confiados rección musical de Cal Stewart Kellogg
San Francisco se cuenta la presentación a Karita Mattila (Ilia), Nancy Gustaf- (Swet, Zajiik, Popov, Noble), Madama
de la versión en tres actos, acabada por son (Elettra), Wieslaw Ochman (Idome- Buííerfly, con Pritchard y Farruggio co-
Cerha, de Lulu, de Berg, en un monta- neo) y Hans Peter Blochwilz mo responsables de la orquesta y la es-
je de Lotti Mansouri y con dirección (Idamante). Una novedad más, y ver- cena (Hartliep, Redmond), Lohengrin,
musical de John Mauceri. El reparto, daderamente significativa, es la incur- con Charles Mackerras en el foso y
que presenta a Ann Ranagulias en el pa- sión en el corpus operístico vivaldiano Wolfgang Weber como firmante del
pel principal, comprende también a con Orlando furioso en una producción montaje (Haeggander, Randova, Vogel)
Evelyn Lear, antigua Lulu discográfica que retoma la versión de Pier Luigi Pizzi y, por fin, Die Frau ohne Schaílen, di-
con Karl Bóhm, ahora como la conde- para el Teatro Filarmónico de Verona, rector musical Christoph von Dohnan-
sa Geschwitz, y al veterano Hans Hot- de 1978. De nuevo el no muy fino esti- yi, escénico Grischa Asagaroff
ter como Schiolch. En coproducción lista Pritchard a la batuta y la belcan- (Johnson, Jones, Silja).
ORQUESTA)W D TENERIFE
Lo mejor de la música a tu alcance.
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•studio-
de la Octava), recurriendo de esla for- comenzar la primera de ellas en la per- después de la inteligencia, la persona-
ma a una técnica uniforme para roda cusión y el metal, desarrollándose el res- lidad y la fuerza creadora mostradas en
la sinfonía. Es más, no podemos dete- to, como indicamos más arriba, hasta la Primera sinfonía, puede llegarse en
nernos aquí, aunque sería muy intere- terminar en un coral. esta Segunda a esla especie de híbrido,
sante hacerlo, en examinar los puntos Los movimientos se suceden prácti- bien escrito ¡no fallaría más!, con una
de enlace que existen entre estas fugas camente sin interrupción y Lágrimas; el bella orquestación con momentos de un
múltiples, gracia;, a sus desarrollos ar- cuarto movimiento comienza utilizan- hermoso lirismo, pero que, a menudo,
mónicos, a las fórmulas rítmicas em- do como enlace una célula temática na- nos suena a falso y que difícilmente po-
pleadas en el sujeto y contrasujeto y, en cida del tema de Simplicisimus, que ha demos identificar con el Hartmann an-
general, en iodos los artificios contra- sido la base del movimiento anterior. El terior y posterior. Y si el problema no
puntísticos que dan unidad (y variedad, canto, subrayado a veces por potentes reside, como yo creo, quizá equivoca-
aunque ahora sea lo primero lo que nos estallidos de la percusión, tiene el rit- damente, en la utilización de material
interesa) a cada uno de los movimien- mo de una marcha fúnebre dividida en antiguo, sin duda el compositor em-
tos fugados de Karl Amacleus Hart- cinco secciones. El paso de la primera prende en ella un camino que felizmente
mann. Pero ya es hora de que a la segunda se efectúa por medio de abandona de inmediato.
abandonemos las generalidads, por un cambio de lempo (Piü mosso); de és-
muy importantes que sean para com- ta a la tercera, por medio de un sirin-
prender la técnica compositiva de Hart- gendo, a la cuarta por medio de un Fuga virliiosística
mann y vayamos al examen de la obra cambio de intensidad y a la quinta por
en sí. el enlace de unos compases del piano X J A Tercera sinfonía, un encargo de la
sólo. Y aquí se impone definitivamen- Radio de Munich, fue compuesta en
te el ritmo fúnebre, subrayado por la 1948 y está basada, como decíamos, en
Lamento sinfónico percusión y una trompeta. Es uno de los obras anteriores: algunos movimientos
tiempos más bellos e impresionantes de de la Sinfonía Klagegesang (1944-47), y
L A Primera sinfonía, ululada Lamen- la sinfonía y seguramente una de las el primer movimiento de la Sinfonía trá-
to o Fragmentos sinfónicos, data de mejores páginas de Hartmann. gica, escrita en 1940, durante el terrible
1935-36, pero fue revisada dos veces: en Una ligera pausa da paso al quinto exilio voluntario de Hartmann con el
1947-48 y en 1950. La primera de estas movimiento, Súplica, en el que la eco- nazismo. La Tercera se estrenó el 10 de
revisiones se estrenó en mayo de 1948, nomía de medios llega al extremo de in- febrero de 1950, en Munich, por la Or-
en Frankfurt, por la Orquesta Sinfóni- troducir el movimiento eon una sencilla questa Sinfónica Bávara, dirigida por
ca de la Radio de la ciudad (si hay paí- recitación acompa" 5 ' 1 ' 1 ''" '- percusión, Brich Schmidt. En ella, Hartmann vuel-
ses afortunados en los que cada gran para proseguir con una melodía acom- ve a utilizar básicamente el dodecafo-
ciudad posee su radio y su orquesta, pañada por una ligera orquesta, con so- nismo, que casi había abandonado en
aunque no sean «la capital de la Euro- nidos sostenidos de la cuerda y toques la Segunda. Naturalmente, como ocu-
pa postmoderna», cuna de la movida..., in crescendo de una campana, que nos rre a través de toda su obra, la utiliza-
emporio de cultura ¡Ay!); dirigida por llevan al final de la obra. ción que hace del sistema dodecafónico
Winfried Zillig; la versión final, la re- La Segunda sinfonía, también titula- es libre, y va más por el camino de Berg,
visión de 1950, fue estrenada en 1957, da Adagio para gran orquesta, se estre- a quien, como habíamos dicho, admi-
el 22 de junio, por la Orquesta Sinfó- nó el 10 de septiembre de 1950, en el raba profundamente, que por el del se-
nica de Viena, dirigida por Niño San- Festival de Donaueschinguen, por la rialismo weberniano, a pesar de haber
zogno, con Hilde RÓssl-Majdan como Orquesta de la Südwest Symphony, di- sido su discípulo. La obra está dividi-
solista. La obra está basada en cuatro rigida por Hans Rosbaud. Escrita en un da en dos grandes movimientos: el Largo
poemas de Wall Whitman: I, Miseria; solo movimiento (aunque, de hecho, co- de la primera parte está escrito sólo pa-
II, Primavera; IV, Lágrimas, y V, Sú- mo decíamos más arriba, no es real- ra cuerda, a la que acompañan levemen-
plica; el tercer movimiento, de los cin- mente asi) que podríamos calificar por te algunos timbales, el arpa y el
co que tiene es puramente orquestal y su forma de rondó, debido a la recu- lam-tam, y utiliza con frecuencia for-
está basado en un tema de la única Ópe- rrencia temática, aunque el tratamien- mas canónicas. Es prácticamente un
ra que escribió Hanmann. Simpticius to sea muy libre, está también cercana preludio a la fabulosa fuga que va a ve-
Simplicisimus, desarrollado en cuatro a la forma de la variación. Después de nir a continuación. Esta, Allegro con
variaciones que van creciendo gradual- una introducción con un tema que no fuoco, es efectivamente una fuga virluo-
mente en intensidad hasta Negar, des- dice gran cosa y un breve pasaje imila- sísttea, en la que se utilizan procedi-
pués de la cuarta, a un coral que cierra tivo, la obra entra en un terreno que no mientos de passacaglia, variación de los
el movimiento, un intermedio relativa- convence demasiado. Algunos comen- sujetos de la fuga, etc. El sujeto, casi
mente tranquilo dentro del tenso dra- taristas han utilizado la adjetivación de bachiano, es expuesto, en primer lugar,
matismo de la obra. Los movimientos orienta/izante. Para mí, más bien creo por la cuerda, después de una brevísi-
primero y segundo, Miseria y Primave- que sufre de la utilización de un mate- ma introducción en la que los timbales
ra, van casi enlazados, separados tan só- rial anterior, aunque no tengo natural- son casi protagonistas. Después lo será
lo por una ligera pausa, pero así como mente pruebas de ello y sólo lo juzgo por la trompeta y el clarinete, que en-
el primero es casi un declamado sprecli- así por i;reer que en ella hay cierta re- tran una vez ha terminado la exposición
gesang (aunque ganando en intensidad gresión estilística y. en cierto modo, téc- por la cuerda y el sujeto aparece ya va-
y melodía dramática a medida que nica. Pero es algo difícil de ver, ya que riado. A partir de este momento, Hart-
avanza hacia el final), el segundo. Alle- en los puntos de referencia más cerca- mann recurrirá a todos los artificios
gro con brio, es más lírico y nos recuer- nos, la sinfonía anterior, la Primera, uti- para conseguir una fuga de considera-
da lejanamente a los Gurreiieder de liza poemas y, por tanto, contiene cierto bles proporciones, sin caer en la mono-
Schónberg. Las variaciones del tercer programa dramático, y en las siguientes, tonía: intervención del xilófono, la
movimiento comienzan después de es- de la Tercera a la Sexta, vuelve a utili- celesta y algunos instrumentos de per-
cucharse una breve frase del clarinete zar en todas ellas materiales antiguos. cusión hacia el centro de la fuga, antes
con la exposición del tema por la vio- Lo de menos es conceptuar o no como de iniciar un nuevo episodio. Para ter-
la, expuesta dos veces, repetido por el orientalizante la temática de esta sinfo- minar en un Allegro furioso en el que
violonchelo, también dos veces, antes de nía; lo importante es la estética, como el metal y los timbales exponen el tema
34 Schcrzo
XXVIII SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA
CUENCA 13 - 19 MARZO 1989
LUNES, 13 M u z o . Iglesia de San Pablo, 19,30 b. JUEVES, 16 Marzo. Igletia de San P*b4o. 19,30 h.
ORQUESTA Y CORO DE LA RTV ESPAÑOLA WIENER AKADEM1E
"¡n Exspeclationt ResunedümU Domini", de C. Halffter CONCENTUS VOCAUS DE VIENA
(Obra de encargo de la II Semana, 1963) "Jeplha", oratorio en versión «cínica, de G. F. Haendel
Solista barítono: a determinar Producción del festival de Saliburgo
"Officúun Defanctorun", de C. Halfíter Solutas: CURTÍS RAYAM, PAUL ESSWOOD, CLEN1S
UNOS, MONIKA LENZ, ERNST JANKOWITSCH.
Director; CRISTÓBAL HALFÍTER
Director de escena: FEDERIK M1RDITA
MARTES, 14 M a n o . Iglesia <k Sao Pablo, 19,30 h. Director: HERBERT BOT.K
ORQUESTA DE LA RTVE Y CORO UNIV. DE LEÓN
Coproducción: p^inHJI^'^i'lti'lifi^
"Gaiuüum et spes", de C. Halffter
"Jmtontm aidmae" y "Beati", VIERNES. 17 Mano. Iglesia de Sao Pablo, 17,00 h.
doa moteles para coro a capeila, de C, Halffter
CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LA
Obra de encargo de ta XXVIII edición RADIO DE HAMBURCO (NDR)
"Regina coeli", de C. Halffter
"Tannhauser", en concierto, (versión de Dresdel.deR. Wagner
. Solutas: M. JOSÉ SÁNCHEZ. MARÍA ARAGÓN,
JOAN CABERO, LUIS ALVAREZ Solistas: M. SCHENK, K.KONIG, K. M. SANDVE, S. LOENZ,
E. WLASCH1HA. T. SCHULZE, R. SCHOLZE, S. HASS,
Director del Cora: SAMUEL RUBIO H. L1SOWSKA, S. KRÜGER.
Director: CRISTÓBAL HALFFTER
Director: HEINZ FRICKE
AYUNTAMIENTO
* CUENCA
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36 Scherzo
- estudio
Scherzo 37
estudio-
co de las variaciones del Scherzo hasta drán una espléndida recompensa pare-
tres trompas, cuatro trompetas, trom-
terminar en un tiempo indicado Muy cida a la que obtuvieron con la difícil
bones, tuba, timbales, percusión, celes-
rápido, salvaje. Ofrenda musical o El Arte de la fuga,
ta, arpa, piano y la cuerda. La obra se
pero esta vez desde una perspectiva con- divide en varias secciones que sería inú-
En esta última sinfonía la compleji- temporánea. til enumerar sin tener el texto del poe-
dad de las formas fugadas que emplea ma. Después de una introducción
Hartmann en ambos tiempos exigiría orquestal que nos lleva hasta el com-
un detallado desmenuzamiento de la pás 155 de la partitura, el barítono co-
partitura, y podríamos encontrar es- Sinfonía cántala mienza el recitado del texto, al que la
pléndidos hallazgos formales. Hart- orquesta acompaña ¡iberamente. En su
mann llega a hacer de la fuga una orquestación Hartmann recurre, con
forma tan perfectamente dominada que » ARA terminar este largo artículo — frecuencia, a efectos instrumentales en
le permite el utilizarla absolutamente in- largura a la que, lo juro, obliga la com- los que no es pródigo en obras anterio-
tegrada dentro de grandes movimientos. plejidad del sujeto—, examinemos, res, tomo, por ejemplo, los sonidos
Otro aspecto que merecería un deteni- aunque sea someramente, la que pue- flalterzungue en la madera y en el me-
do estudio en esta sinfonía (y en otras de considerarse la Novena sinfonía de tal, y procede a una continua variación,
obras de Hartmann, por descontado), Karl Amadeus Hartmann, la titulada consiguiendo sobre una línea melódi-
es su utilización del motivo como célu- Gesangsszene, una especie de cantata ca en la que abundan los deslizamien-
la básica para partir hacía la búsqueda o sinfonía cantata para barítono solis- tos cromáticos de la voz, una partitura
de una temática unitaria, recurso que ta y orquesta basada en la obra Sodo- de una enorme riqueza expresiva, qui-
consigue en esta obra con una rara per- ma y Gomorra, de Jean Giraudoux, zá la más rica que haya compuesto es-
fección y que indudablemente heredó una obra encargada por la Hessicher te gran músico. Pero no pudo terminar
directamente de su maestro Webern e Rundfunk, compuesta entre 1961 y la obra, la orquesta se interrumpe y el
indirectamente, como es natural, de 1963. Como vemos, está un poco a ca- cantante ha de reciiar sólo los últimos
Schónberg. A los lectores que hayan te- ballo de la composición de la Octava. nueve versos. ¿Se confirma con esto
nido la paciencia de seguirme hasta La estrenó la Orquesta de la Hessicher una vez más la vieja superstición de que
aquí por ef no muy fácil camino de la Rundfunk, ridigida por Dean Dixon, y algunos de ellos llegan a la cuarenta y
música de este gran compositor, les pi- fue cantada, nada más y nada menos, uno, otros a la ciento cuatro o se que-
do esa misma paciencia cuando se pon- que por Dietrich Fischer-Dieskau. Or- dan en la cuarta, que también ocurre.
gan a escucharle; que hagan un quesia nutrida con la madera a tres a
pequeño esfuerzo, volviendo a él de la que se añaden el corno inglés, clari-
cuando en cuando y, sin duda, obten- nete bajo y contrafagot, y en el metal Eduardo Rincón
Orquesta Sinfónica
y Coro de RTVE
Temporada 1988-1989
Taatro Monumental
MADRID
38 Scherzo
Turner
Música Clásica Genova 5. 28004 Madrid.
Tel:410 44 19
40 Scherzo
-reportaje
destinado al propio INAEM y a otros el único que reúne las condiciones que tores, intérpretes y personalidades que
organismos de la Administración: in- exige la IAMJC. En las Jornadas de Es- han protagonizado esa etapa histórica
formes, resúmenes, datos de todo ti- tudio sobre Documentación Musical que se nos ofrece de principio a fin.
po... Y otra parte se orienta al público; que se celebraron en Cádiz a finales de Con independencia del valor artístico
no solamente al erudito o investigador, 1986, a las que fueron invitados los di- de las fotografías, que pasan del millar,
sino también al intérprete, al estudian- versos centros existentes en España, así se trata de un corpus documental de ex-
le, a! comerciante, al aficionado... Una como los representantes de las Comu- traordinaria coherencia y de muy gran
parcela de esta labor, no necesariamen- nidades Autónomas, se encomendó al valor testimonial.
te la más importante, es la de las pu- Centro de Documentación Musical del S.—El cierre del Teatro Real ha sig-
blicaciones. Lo primero que hicimos INAEM la representación nacional. nificado el reciente traslado del Centro
fue una especie radicalmente austera de Presentamos nuestra candidatura el a una nueva sede. ¿En qué medida es-
libro blanco de la música en España, año 87 en la asamblea de Amsterdam to perjudica o beneficia a los servicios
un censo, un catálogo de recursos mu- y, tras los informes pertinentes, a fina- que ofrecen?
sicales. Hemos iniciado otra línea de les del 88, en Estocolmo, se tomó el J. T.—Al disponer de más espacio,
publicaciones, y puedo decir sin falsa acuerdo unánime de recibirnos, como hemos habilitado unas salas para los
modestia que con bastante éxito, que miembro de pleno derecho en este or- usuarios en las que, además de los fi-
es la recuperación de textos clásicos, y ganismo internacional. cheros y obras de referencia, existen pu-
lo hacemos procurando no interferir ni
entrar en el terreno de nadie, pues ahí
están desde hace más de un siglo para
quien se interese por su edición. Den-
tro de este epígrafe, tan importante pa-
ra la historiografía y la documentación
musical española, la primera publica-
ción ha sido una edición facsímil del
Diccionario Biográfico Bibliográfico de
Músicos Españoles, de Baltasar Saldo-
ni, fuente esencial de consulta a pesar
de los errores propios de una obra de
nuestro romanticismo tardío. En esta
misma línea se sitúa la edición que ac-
tualmente preparamos, en este caso no
facsímil, sino traducida del francés, de
la Historia de la Música, de Rafael Mit-
jana, escrita con destino a la Enciclo-
pedia del Conservatorio de París que
dirigiera Lavignac. Redactada a prin-
cipios de siglo, es la primera historia de
la música española, en la que se perci-
be la huella de nuestras primeras gene-
raciones de investigadores .serios, como
Eslava, Barbieri y Pedrell. Mantiene en
buena parte su vigencia y, sobre todo,
aporta un excelente resumen de nues-
tro XIX. Naturalmente, al igual que la
obra de Saldoni, saldrá acompañada de
Jft
extensos índices que, sin tocar ni un
punto ni una coma del original, facili- Jacinto Torres
ten su uso. S.—¿A qué obliga este nombra- pitres de trabajo con lectores de
S.—La labor del Centro de Docu- miento? microfilmes y microfichas, teclados
mentación Musical también es conoci- J. T.—Se celebra una asamblea electrónicos para la consulla de parti-
da fuera de nuestras fronteras. anual en la que cada país expone sus turas y un terminal de ordenador para
Hablemos del espaldarazo recibido ha- aportaciones, además de unas sesiones acceder a nuestra base de datos y a los
ce poco en Estocolmo. de discusiones técnicas. En nuestro ca- fondos bibliográficos. Existe, asimis-
J. T.—Ha sido algo realmente im- so debemos servir también de portavoz mo, un pequeño laboratorio fotográ-
portante. En el Consejo Internacional de los demás centros de documentación fico y quisiéramos poner pronto en
de la Música, en la UNESCO, se inte- que hay en España. marcha los servicios de audio y de vi-
gran una serie de secciones de actividad S.—No hace mucho se ha produci- deo. Habrá que ver si se resuelve el
profesional; una de ellas es la Asocia- do otra noticia en relación con la am- asunto de las dotaciones para adquisi-
ción Internacional de Bibliotecas y Cen- pliación de los fondos del centro. ción de equipos, porque la verdad es
tros de Documentación, que tiene una J. T.—Efectivamente, y se trata de que nos falta de casi todo menos ganas
rama profesional especifica: la IAMIC, un material especialmente valioso: el de trabajar, ideas y proyectos, proyec-
International Association of Music In- archivo fotográfico de Gyenes, referi- tos perfectamente definidos y a punto
formation Centres. Esta asociación do a la etapa del Teatro Real de Ma- para empezar a andar, pero todo de-
constituye un grupo de proyección drid como sala de conciertos. Es por pende de cómo vayan las cosas con la
mundial del que España se encontraba tanto una documentación cerrada, ho- superioridad de cuáles de esos proyec-
ausente. No somos afortunadamente el mogénea, de un periodo de 22 años en tos reciban luz verde.
único centro de documentación musi- el que la cámara de Juan Gyenes retra-
cal que existe en nuestro país, pero sí ta, concierto tras concierto, los direc- Arturo Reverter
Scherzo 41
vladimir ashkenazy
el músico completo
( m i l H4flñELI
BEETHOVEN
IHfc VI0I.1N SONDAS
1 t z hak Ftilmjn
U._LJ I i U Ik
¿TCHUMAW VLADIMIR ASHKENAZY SYMPH0N1E
T i Ó PH]LH-\RV,(JM.\™
VLADIM1R A "
HKENAZY
. s^r-^-.r ,l.t,n<;\w<,,twu<f . IJ,
A ««travisto
Wladimir Ashkenazy,
o nadie es perfecto
Lja conversación que se transcribe en las siguientes páginas tuvo lugar el pasado 12 de
enero, en el Hotel Edén Maspalomas de Gran Canaria, durante el segundo día de actuación
de la Royal Philharmonic de Londres en el V Festival Internacional de Música de Canarias,
al que la orquesta británica acudió con su actual titular, el pianista y director Wladimir
Ashkenazy. Varias personas intervinieron decisivamente para que esta charla pudiera
llevarse a cabo, y es justo agradecer desde aquí su interés: Rafael Nebod, director del
Festival canario; Alfonso Aijón, empresario responsable de la gira española del conjunto; y,
muy en especial, Didier de Cottignies, de Decca Records Ltd., que tramitó, día a día y hora
a hora, esta entrevista con el propio Ashkenazy. Esta conversación fue grabada por los
equipos de Radio Nacional en Las Palmas, con Vicente Torres como ingeniero de sonido,
con destino a Radio 2 y al programa El mundo de la fonografía, para su emisión en el mes
de marzo del año en curso; la dirección de Radio 2 ha autorizado la publicación previa de
la transcripción en esta revista.
Wladimir Ashkenazy, nacido en Gorki en 1937, es un personaje complejo. Músico
sobresaliente, cuya actividad pianística es sobradamente conocida y apreciada
—Premio Reina Isabel en el 56, Premio Tchaikovsky en el 62, innumerables grabaciones y
actuaciones por todo el mundo—, Ashkenazy afronta en estos días una carrera como
director de orquesta que absorbe la mayor parte de su tiempo; tras haber sucedido a André
Previn como Director Artístico de la Royal Philharmonic, en 1987. a fines de este 1989
tomará también el relevo de Riccardo Chailly en la titularidad de la Sinfónica de la Radio
de Berlín. De hablar suave y pausado, con aspecto de sabio distraído, Ashkenazy cautiva a
las orquestas por su trato de artista que no se da importancia alguna; a la vez —como
ocurriera la misma tarde de la entrevista— puede mostrarse autoritario, quizá caprichoso,
para exigir que se cancele un contrato de grabación televisiva al no hallarse en vena a la
hora de la filmación, para —la otra cara de la moneda— pedir disculpas, tras el incidente,
a todo el equipo de registro por «los problemas que hubiera podido causar». El mismo lo
dice, cuando cita a Billy Wilder y Some Like ¡1 Hot: «Nadie es perfecto». Ashkenazy, esta
«buena persona difícil» —descripción de uno de sus músicos—, tiene la palabra.
Scherzo 43
entrevisto
CHERZO. — Usted fue alumno en Moscú de teníamos allí a un excelente grupo de músicos, y ahora mis-
S
Lev Oborin, que a su vez había sido alumno de mo el festival se manliene a un nivel artístico muy alio.
Igoumnov, que lo fue de Siloli, es decir, una S.—Usted ha cultivado la dirección de orquesta desde fi-
escuela rusa del leclado distinta de la de Neu- nales de los años 70, hasta el pumo de que las nuevas gene-
haus, el maestro de Richter, Gile/s o Lazar Ber- raciones de melómanos acaso le conocen más en esta faceta
rnan. ¿Significó algo para usted el trabajar en que en la de pianista. En la actualidad, con la Roya) Phil-
una escuela diferente de la de esa rama de pia- harmonic como titular, con la Sinfónica de la Radio de Ber-
nistas? lín en ciernes y con frecuentes invitaciones en Cleveland, cabe
ASHKENAZY.—Bien, verá, yo no soy un experto en las preguntarle cómo se las arregla para sobrevivir. ¿ Qué ha si-
escuelas pianísticas. Sé que Neuhaus era una personalidad do del pianista Wladimir Ashkenazy?
importante, un gran artista, y pienso que también fue inte- A.—¡Bueno, todavía toco mucho, y a menudo! He limi-
resante recibir algunas de sus lecciones; probablemente Obo- tado más mi trabajo con ciertas agrupaciones: pof
rin era distinto, pero esto se relaciona con la personalidad: ejemplo, ya no colaboro con la Orquesta Philhar-
dos personas disiintas trabajan de modo diferenie. Pero la monia, porque, además, en Londres no se
verdad es que no puedo comentar mucho acerca de estas dos puede trabajar con otra orquesta cuan-
escuelas, incluso le diría que no estoy muy interesado en el
tema; sólo sé que dos personalidades fuertes tienen ideas di-
ferentes, y ambos eran fuertes personalidades. Oborin era,
por otra parte, profesor de piano exclusivamente, y con él
no se veían otras materias. Otros profesionales se ocupaban
de la música de cámara, o de música orquestal... aunque es-
to último era mejor prepararlo uno mismo, si se estaba inte-
resado. Con Oborin sólo trabajé el repertorio pianístico,
ninguna otra disciplina. En el Conservatorio, eso si, había
una clase de música de cámara, a la que estábamos obliga-
dos a asistir: allí toqué lama música de cámara como cual-
quier oiro estudiante del centro.
S.—En 1956 ganaba usted, a los 19 años de edad, el Pre-
mio Reina Isabel; sin embargo, dejó pasar seis años hasta
que se presentó al Concurso Tchaikovsky de Moscú, en 1962,
que también ganó. ¿Por qué dejó transcurrir ese lapso de
tiempo?
A.—Yo no estaba interesado, en absoluto, en el Concur-
so Tchaikovsky, pero las autoridades soviéticas me obliga- Sol»
ron a presentarme: me dijeron que si no actuaba en el
Tchaikovsky podía dar mi carrera por terminada, así que fue
un ultimátum, o más exactamente, un chantaje. Bueno, SK
podía haber dicho que no, siempre se puede, pero las conse-
cuencias habrían sido desastrosas; como acabo
de decir, de no haber concursado, ellos
habrían cortado mi carrera en seco, para
siempre.
S.—Aunque usted reside actualmente en
Suiza, según creo, se instaló en Londres en
1963, y desde 1968 ha tenido pasaporte is-
landés, ha vivido en Reykjavik.
A.—Sí, es cierto, y sigo siendo islandés.
S.— Supongo que no le importará que al-
guien de un país mediterráneo le pregunte qué
ha encontrado un hombre cosmopolita como
usted en Islandia.
A.—(Riendo, mientras asiente con la cabeza)
¡Oh, Islandia es un país muy especial! Por su geo-
grafía, por su geología, por su hermosa natura-
leza: sus paisajes son muy singulares, fuertes,
desolados... hermosos, a mí me encanta estar allí.
No se parece a Finlandia, como a veces se dice,
no, no: es algo único, completamente único, no se do eres titular de una, y yo ahora
parece a ninguna otra parte del Norte de Europa. estoy vinculado a la Royal Philharmo-
En Reykjavik creé un festival de música, que he dirigi- nic. Ahora mismo mi tiempo se divide entre
do durante bastantes años, aunque ahora me confor- esta orquesta, la Sinfónica de la Radio de Berlín y
mo con ser su presidente honorario; trabajé mucho la de Cleveland, donde hago cuatro o cinco semanas de
al comienzo, e invité a muchos artistas, que venían a conciertos al año, acompañadas de grabaciones... Cierta-
tocar por emolumentos más simbólicos que otra cosa, ya mente es mucho, lo sé, pero es el tipo de vida que me gus-
que en el festival teníamos muy poco dinero. No era, des- ta, y lo disfruto.
de luego, una versión islandesa del festival de Marlboro S.—Todo esto que cuenta me recuerda un poco la capaci-
en la época de Casáis, no, era otro tipo de organización. Pe- dad asombrosa de Daniel Barenboim para hacer muchas co-
ro creo que fue muy bueno para el país, porque cada dos años sas a la vez.
44 Scherzo
entrevisto
A.—(Agitando la mano en signo de admiración) ¡Bueno, S. —¿ Hasta dónde se puede llegar en esta linea de actuar
Daniel es una personalidad increíble, yo lo admiro mucho! sin director? Quiero decir que locar y dirigir a la vez un Con-
Ahora no tenemos muchos proyectos para hacer juntos mú- cierto de Brahms parece yo imposible...
sica de cámara, porque «Danny» tiene ahora, mismo muchos A.—(Abriendo los brazos, en gesto dubitativo) Pues... todo
problemas con esa nueva Opera de París, la de la Bastilla, es posible, no crea. De hecho, hace poco, como experimen-
que ha tratado de organizar... Hemos colaborado mucho en to, interpreté el Finale del Concierto en Re menor de Brahms,
el pasado, en las series del South Bank en Londres, hemos dirigiendo y tocando, para la BBC, en un programa de tele-
grabado los Conciertos para dos y tres pianos de Mozart... visión. Y salió muy bien, sin problemas: yo creo que todo
y hace [res o cuatro años «Danny» me pidió que participara es posible, siempre que pueda usted contar con una orquesta
en sus series de música de cámara en la Orquesta de Paris, de primera clase y con tiempo para ensayar, y también con
hicimos La consagración de la primavera en versión a dos un repertorio conocido,.. Brahms, en este sentido, no supu-
pianos, pero en los últimos tiempos sólo hemos trabajado so problema alguno. Desde luego, si avanza usted más, den-
juntos esporádicamente... tro del repertorio romántico, la cosa será cada vez más difícil,
S.—No sé si por seguir los pasos de Barenboim, pero us- porque es más complejo escuchar todo lo que está pasando,
ted ha grabado el año pasado los cinco Conciertos pianísti- seguir la línea del piano cuando cada vez hay más notas y
cos de Beethoven en Cleveland, en el doble papel de solista tas texturas son más densas, todo lo cual incrementa la difi-
y director —como Barenboim ha hecho en Berlín—,• usted cultad.
ya había llevado al disco estas obras, sólo como pianista, con S. —¿ Cómo tomó la decisión de pasar de dirigir, desde el
Soltiy la Orquesta de Chicago. ¿Qué le ha supuesto esta nuevateclado, los Conciertos de Mozart, a abordar Vida de héroe
experiencia? de Strauss o Cinderella de Prokofiev? ¿Qué le hizo pasar al
A.—¿Tocar sin director, quiere decir? Bueno, como to- papel de director al uso?
das las cosas tiene sus ventajas e inconvenientes, pero, fun- A.—Es una decisión que nunca lomé abiertamente, no hu-
damentalmente, lo he pasado muy bien: hay, si, algunos bo nada, ninguna obra, que me hiciera decir: «Quiero diri-
momentos que plantean una cierta dificultad al no haber di- gir», ni tampoco ha habido nada que me haya impulsado de
rector... pero que son posibles de realizar... forma directa a ello, nunca he buscado dirigir. Debo decir
S.—¿En el Emperador, quizá? que nunca he tenido un impulso en pos de la dirección o, ¿có-
A.—No... Bueno, un poco, pero no demasiado... Básica- mo se lo diría?, es que... Es que siempre me pareció tan com-
mente todo va derecho, sólo en dos o Ires pasajes, para con- plicado dirigir que nunca pensé que me lanzaría a hacerlo,
certar a la orquesta, he tenido que dirigir moviendo la cabeza, pero, de alguna manera, los acontecimientos me llevaron ha-
pero con una orquesta ian buena no es difícil hacerlo. En cia la dirección, ha sido un poco... como mi destino, mi si-
concierto lo he hecho ya dos veces, con Cleveland y con la no... pero nunca decidí deliberadamente: «Ahora me loca
Philharmonia, y ha sido muy agradable... /Riendo, con una dirigir y lo voy a hacer», no, no soy de ese tipo de perso-
palmada) ¡Todos lo pasamos muy bien! ¡No, de veras, fue nas... (Pausa de unos segundos, medita las palabras que va
muy agradable! a emplear) ...No soy (an arrogante, no he pretendido decir
ORQUESTA DE PORTO
PORTUGAL
Director Musical Jan Latham-Koenig
El Gobierno.de Portugal está patrocinando la
formación de una Orquesta de nivel internacional.
La Orquesta tendrá como base la ciudad de Pono e
iniciará sus actividades el 1." de Octubre de 1989.
AUDICIONES
para lodos las categorías en tas secciones de:
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Schcrzo 45
entrevisto
que iba a aprender a dirigir de la noche a la mañana, no... las grabaciones, una por una. Sí tomé una decisión propia
pero, poco a poco, he ido aprendiendo... en cuanto a Luonnotar, que es una pieza fantáslica, sobre
S. —Si me permite esta observación, cuando se le ve diri- la creación del mundo, y pedí grabarla con Elisabeth Soders-
gir se advierte una técnica bástanle heterodoxa, pero que, sin tróm. Y, aunque no me acuerdo ya muy bien de la graba-
embargo, genera resultados sonoros. ¿ En qué medida puede ción, también insistí en lener En saga, que es una página que
estar ello relacionado con ¡a excelente relación personal que me gusta mucho: acaso un poco temprana dentro de la evo-
usted crea con los instrumentistas de las orquestas? lución de Sibelius, pero que encierra ya todo el gran Sibelius
A.—Pues... no lo sé. no puedo comentar nada sobre este posterior.
punió... S.— Volviendo al piano, usted realizó, en los años 60, una
S.—Uno de los primeros pasos del director de orquesta gran interpretación discográfica de la Sonata Hammerkla-
Ahskenazy fue un interesante ciclo sinfónico de Jean Sibe- vier de Beelhoven; algunos años después, le oí comentar en
lius que usted llevó al disco y al condeno con la Orquesta un programa de ta BBC que no se hallaba del todo satis/e-
lunca
he buscado
dirigir,
siempre me
pareció
tan
complicado.
Nunca pensé
que me
lanzaría
a hacerlo
Philharmonia. Hay en su interpretación de esta música un choconesa versión y, efectivamente, la volvió a grabar. ¿Có-
setnido de la naturaleza, si me acepta esta expresión, que re- mo fue ese proceso interpretativo?
cuerda tanto a las legendarias versiones de Kajanus como a A.—Proceso... (Con deje irónico} Yo lo llamaría un pro-
las más modernas de Rozhdestvensky. ¿Quéle llevó a la de- ceso ordinario... No, mire, me sentí a disgusto con la prime-
cisión de interpretar estas obras, además del profundo afec- ra grabación, volvi a estudiarla y traté de tocarla mejor, es
to que evidentemente siente usted por ellas? tan simple y ordinario como eso.
A.—Pues... pasa lo mismo que antes, que tampoco hubo
una decisión premeditada. Yo hablé con mi compañía de dis- S.—¿Hay, para usted, algo de especial en esta obra?
cos, cuando decidimos que yo empezara a grabar obras co- A.—¿Algo especial? Bueno, usted lo sabe tan bien como
mo director, y discutimos varias piezas de música: el yo, la Hammerklavier es una sonata muy fuera de lo corriente,
repertorio que ellos deseaban más tener en catálogo era Si- y no creo poder decir algo nuevo sobre la materia... aparte
belius, y a mí me pareció muy bien. Yo había escuchado va- de tocar la pieza (Riendo/. Es una obra muy larga, muy com-
rias de las Sinfonías, pero me las i uve que ir estudiando para pleja, con un largo tiempo lento y una Fuga increíblemente
46 Scherzo
entrevisto
compleja, llena de energía, ¡y también con una derla suerte se marcó. Pero, como le digo, no me atrevo a hacer predecir
de improvisación inierna! Es una obra difícil desde muchos cómo podrían haber sido unos Conciertos n." 28 o 29, pero,
puntos de vista, y no sólo pianísticos: no sé, siquiera, si es en cualquier caso, serian una revelación, de eso estoy seguro.
posible conseguir una interpretación satisfactoria, que haga S. —Me gustaría pasar a una música completamente dis-
justicia a todas sus facetas conjuntamente. Es que esta mú- finta, la de Shostakovitch, que usted ha comenzado a grabar
sica... (Se queda callado durante unos instantes, aprieta las en términos orquestales con la Roya! Philharmonic —la Quin-
manos)... es una de esas músicas que no imporla cuánto tiem- ta Sinfonía y los Cinco fragmentos, Op. 42—; durante esta
po reflexiones sobre ella ni cuánto esfuerzo le dediques, ¡nun- gira interpreta usted la Novena Sinfonía, que acaba de gra-
ca es suficiente!, porque esta música, en cierto sentido... no bar. ¿ Tuvo oportunidad de conocer en persona a Shosla-
debería ser tocada, sólo pensada, porque, desde el momento kovitch?
en que la tocas, en que la materializas, algo se pierde...
S.—Otro mundo seria el de los Conciertos pianísticos de A.—Si... pero no tuve ocasión de tratarle, sólo coincidí
Mozart, a los que Paul Henry Lang o Robbins Landon con- con él unas pocas veces, asi que no puedo decir que le cono-
ceden casi más importancia evolutiva que a las óperas de es- ciera muy bien en el terreno personal. Creo que alguna vez
teautor. ¿Cree que Mozart, de haber vivido veinte años más, me escuchó tocar... Y como persona... Bueno, ya le digo que
habría terminado escribiendo algo parecido, por ejemplo, al no tuve oportunidad de tratarlo mucho, pero el hombre que
Concierto en Re menor de Brahms? usted veía era un tipo muy nervioso de persona: su vida fue
A.—No, no lo creo, pienso que habría coniinuado en la muy difícil, ya que él sufrió mucho con la actitud oficial ne-
misma dirección, quizá con una mayor introversión; pero con gativa, y no es fácil, desde luego, para un hombre con la mag-
un genio de ese calibre siempre es peligroso especular, ¿sa- nitud de talento funcionar a gusto en un estado totalitario,
be?, los medios de desarrollo del talento de lo que yo llamo ¿sabe usted?, pero, de alguna manera, él tendió una via que
un genio son imponderables para la gente ordinaria como no- le permitiera extraer lo mejor de si mismo. Era una persona
sotros, asi que sería tonto, o ridículo, por mi parte, predecir muy compasiva, y muy amable, también muy nervioso, y yo
hacia dónde habría ¡do Mozart. Pero, aún así, juígando por creo que esencialmente... ¿cuál seria la palabra?, quizá in-
sus modos de expresión y por el tiempo histórico en que vi- trovertido... Creo que tuvo una vida muy trágica...
vió, me cuesta imaginar a Mozart arribando a los mismos S.—Es curioso comentar con personas provenientes de la
modelos de expresividad de Brahms, incluso de Beethoven; Unión Soviética la credibilidad o no del libro Testimonio de
creo que permanecería en su misma área expresiva, pero con Solomon Volkov. ¿Se halla usted entre los que niegan toda
importantes diferencias dentro de los límites que él mismo credibilidad al libro, los que conceden a la obra un cincuen-
Scherzo 47
entrevisto
Arriba (Izqda.i: Con Barry íuckwei! e llzahk Perítnun. en 1968, en el Brtihms Horts ¡rio. (DchaJ: Con Kontl'tishtn, en 1963, durante
la grabación del Concierto para piano N." 2 de Rachmaninov. Abajo (Izqtlaj: Con Lonn Maazel en 1963. ¡Dcfta.J: Con Malcolm Frager
en 1964,
la por ciento de veracidad o los que la aceptan in loto, aun es más bien poco saiisfactoria, creo yo: hay mucho material
admirándose de que Shosiakoviich pudiera contarle lanías repetitivo, y parte de ese mismo material no es muy atracti-
historias al Sr. Vo/kov? vo desde el punto de vista temático, ¿me comprende?, pero
A.—Bueno, es un tema sobre el que no puedo pronunciar- esio, al menos para mi, no es tan importante, ¿sabe?, por-
me, aunque, por lo que yo conozco, e! libro es sustancial- que, ¿cuántas obras maestras hay que son imperfectas? Lo
menie verídico, por lo menos en lo que hace a los hechos que yo aprecio es la validez de esta pieza, lo que tiene de úni-
básicos, generales. co corno obra, y creo, en términos de lo que es la produc-
ción global de Tchaikovsky, que se trata de una página muy
S.—Usted parece sentir un gran aféelo hacia una página especial, desacostumbradamente oscura, desacostumbrada-
de Tchaikovsky que oíros maestros no tienen en muy alia con- mente lóbrega —para lo que es la música de Tchaikovsky—,
sideración: me refiero a Manfred, que suele interpretar con y tiene esa peculiar dimensión, también infrecuente, con esa
frecuencia. especial expresividad, desde luego una expresividad trágica;
A.—¿Y cómo es que hay gente a quien no le gusta? A mí porque Tchaikovsky es, a menudo, dramático, pero no tan
siempre me ha gusiado, pese a que no es una obra maestra, a menudo trágico, y esla pieza lo es de arriba abajo, y creo
es una partitura muy imperfecta, sobre todo en la forma, que que por eso la aprecio en especial, aunque no pretendo decir
48 Scherzo
•ntrcvisto
7SM22 2 7 630212
J 7886702
769661J 7630202
COMPACT
DIGITAL AUDIO
- discos •
ACTUALIDAD
DISCOGRAFICA
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discos
52 Schcrzo
discos
francamente buena, aunque el pianisla pe- el sonido. Este último punto —el sonoro— dad. Este es, entre otros, el caso de Michel
ca con frecuencia de exceso de pedal, con es algo que va tornándose un tanto preocu- Cor relie. Organista, compositor, pedagogo,
la consiguiente pérdida de claridad. pante, ya que he tenido la misma y crecien- Corrette escribió a lo largo de su dilatada exis-
No obstante, creo que EMI va a editar la te sensación en lodos los conciertos que le tencia—1709a 1795—gran cantidad de mú-
integral de estas Sonatas en la versión que he escuchado últimamente. Ignoro por qué, sica de muy diversa índole: órgano, música
grabó con su marido, Daniel Barenboim. pero es claro que Barenboim, antes posee- de cámara, música para la escena, cántalas,
Aunque d presente ejemplar es reconfortan- dor de un sonido grato, redondo y con am- moteles, etc. Su obra, sin excesivas compli-
te para quienes admiramos a esta artista, no plia gama dinámica, parece haberse conver- caciones estilísticas ni formales, no está exen-
es menos cieno que probablemente la ver- tido en productor de un sonido duro, hirien- ta, a pesar de su sencillez, de cierta
sión con Barenboim sea más recomendable. te, poco matizado y desde luego nada ade- originalidad. Precisamente esa sencillez, uni-
Por otra parle, la duración de este disco es cuado para obras como éstas. da a la claridad y al carácter alegre de su mú-
un punto raquítica, incluso para un disco de sica, hace sumamente grata la audición de
precio medio. Y no olvidemos a quienes, pe- En suma, discos bien grabados, bien apro- estas paginas.
se a coslai más, lidera el campo en estas So- vechados y con interpretación muy poco
natas/ Richler-Rostropovitch (Philips); esto convincente para quien esto firma. Salvo ra- El Nouveau Livre de Noéls, conjunto de
es lo que se dice un listón muy, muy difícil zones poderosas (o sea, pesetas) me iría siem- melodías basadas en temas populares, par-
de superar. pre a por la versión de Arrau (Philips). ticipa, sin duda, de este espíritu desenfada-
Aunque cueste más, merece la pena. do y jovial. Aunque lá composición puede
interpretarse en el clavicémbalo o en el ór-
R.O.B. R.O.B. gano, es no obstante esle último instrumento
el idóneo para su ejecución. Las múltiples
CHOPIN: La? 21 Nocturnos. Daniel Baren- COPLAND: Appalachian Spring, The Ten- combinaciones
mite, su colorido,
sonoras que el órgano per-
su capacidad de imitación,
boim, piano. DG Gallería 423 916-IGGA-2 der Land. Boston Symphony Orchestrar Aa- son aspectos que contribuyen
(2 CDs, DDI). 58"13" y S6'3é"). a esta acerta-
ron Copland. Billy the fíid-Ballet suile. The da elección. Michel Chapuis, con muy buen
Dentro de la miniserie de álbu- PhilidelphiH Orchestra: Eugene Ormandy. criterio, ha elegido para esta grabación un
mes dobles que DG ha comen- RCA Victor-ADD GD86802. 6ó'O7". órgano de 1783, que, sólo por su especial
zado a comercializar en el La música del compositor nor- adecuación a este tipo de música, sino tam-
catálogo de Gallería, nos llega Éste con la teamericano Aaron Copland bién por su delicioso sonido, mantiene in-
colección de los Nocturnos chopinianos gra- , , tiene para algunos un atracti- tacto el interés a lo largo de toda la obra.
bada por Barenboim. vo puramente epidérmico. Si bien es cierto Chapuis, intérprete con éxito en diversas
Barenboim, pianista excelente en Brahms, que su obra no carece de títulos banales, de ocasiones de otros autores franceses —
Mozart, Beethoven (aunque siempre según sabor cinematográfico —El poney colora- Clérambault, Dandrieu, Couperin— no de-
le da) o Schubert, notable en Liszt (cuando do puede ser un ejemplo—, Copland nos ha frauda tampoco en esta ocasión. La lectura
lo tiene en dedos) más por expresividad que dejado un buen número de partituras muy que realiza de estas páginas es clara y diá-
por medios técnicos particularmente llama- significativas dentro de la historia musical fana. Esta claridad, unida a un empleo muy
tivos, no da, al menos en este disco, la sen- de su país. Desde una perspectiva influida adecuado de los diversos registros y sus múl-
sación de encontrarse especialmente a gusto fuertemente por la tradición europea —era tiples combinaciones, proporciona a cada
con Chopin, o por lo menos con este alumno de Nadia Boulanger—, nadie como una de las piezas un bellísimo ambiente so-
Chopin. él ha sabido pintamos la nostalgia de las in- noro. En definitiva, estamos ante una gra-
mensas llanuras de su tierra y la melancolía bación de sumo interés en la que intérprete
La iniegral de los Nocturnos está muy e instrumento hacen pasar al oyente una ho-
bien tocada, aunque aquí y allá se aprecian del cowboy solitario o evocar las canciones
religiosas de la secta de los Tembladores. El ra de auténtico disfrute.
tempi un tanto acelerados para la atmósfe-
ra esencialmente intimista de estas obras propio Copland garantiza la autenticidad de
{Nocturnos 1,2 6 6, por ejemplo). El uso Appalochian Spring al frente de la Sinfóni-
del pedal es, en más de una ocasión, harto ca de Boston, recreándose en las largas me- F.C.U.
discutible, por cuanto a costa de conseguir lopeas que alternan el oboe y el clarinete.
con ello un prolongado legato, se emborro- Unos aílos después de realizarse este re-
na hasta límites que Pollini, Zimerman o Po- gistro el propio Copland grabaría una selec- COUPERIN: Troisiéme Livre de piéces de
gorelich (por citar sólo a los relativamente ción de su ópera The Tender Land con clavecín. Ordenes ¡Sy 16. Octavo Preludio
jóvenes-contemporáneos del argentino) nos Richard Cassily y Norman Treigle encabe- de L'Art de toucher le Clavecín. Blandí ne
han demostrado innecesarios. Temo, por zando el reparlo. En esta ocasión la prota- Verle!, clave. CD Aslrée Auvidus. E 7759.
otra parte, que salvando posibles diferencias gonista es únicamente la orquesta y resulta AAD. 52"50"; Distribuido por Harmonía
de edición, no acabo de entender su empe- sobresaliente el concurso de los cobres de la Mundi.
ño en atacar los trinos —en su mayoría— Sinfónica de Boston a lo largo de toda la
justamente en la forma clásicamente consi- suite. La integral de Couperin, gra-
derada como inadecuada (léase comenzar los os® bada hace unos diez años, nos
llega en discos compactos, sin
trinos precedidos por apoyaturas o notas de Varias canciones nostálgicas a las que an-
adorno situadas en la misma ñola principal tes hacíamos referencia y una desenfrenada una sola arruga. La interpretación de Blan-
del trino repitiendo ésta, en abierta contra- danza mexicana se dan cita en la reducción dine Verlet fue acogida con peros, no entien-
dicción con la advertencia, un tanto contun- orquestal del ballet sobre Billy el Niño. Aun- do por qué. Las versiones de Scott Ross, de
dente, de Paderewski, por ejemplo, de que resulta algo más blando que Copland, Leonhardt (su último disco) son del más al-
iniciar tales trinos con la nota superior). alguien tan ejercitado en estas lides como to nivel, peroVerlet parece transmitir la mú-
Eugene Ormandy es un digno continuador sica del Gran Siglo con todas sus
Se me podrá decir que tal detalle es una de la estética del creador de esta música. connotaciones. Los pueblos bfbaros con-
nimiedad, pero es sólo un ejemplo de algu- funden el refinamiento francés de la época
nas libertades que el pianista argentino ex- con la frivolidad. ¿Frivola la pesadilla raci-
J.M.S. niana, frivola la lengua (¡!) helada de Sa-
tiende a cuestiones de matiz (transformando de? Detrás del badinage latían las pasiones
algunas p en/, concluyendo en forte loque más extremas, se vivía entonces a un ritmo
viene abocando irremisiblemente al final pia- CORRKTTE: Nouveau livre de Noels. Mi-
no, caso del final del Nocturno n." 15, u ol- chel Cbapuis, órganos. ASTREE, E 7745. mucho más frenético que el de hoy, a un rit-
vidarse de que existen los pp y ppp, que son Compacto AAD <49'4I"). Distribución: mo ávido. Europa era muy próxima a lo que
bien distintos del mp o el p). Harmonía Mundi. será dentro de unos arlos: la gente y las ideas
viajaban mucho y muy rápidamente. Bach
Por otra parte, el planteamiento tampo- Nombres como los de Lully o estudiaba a Couperin, Haendel y Scarlatli
co resulta demasiado convincente. Frente al Rameau ocupan, por derecho tocaban en un mismo salón.
lirismo, el inlimismo y la nostalgia que nos propio, un puesto de primacía
transmite Arrau, que atina a la perfección en el escenario de la música francesa de los Hay un poema de Julio Maruri (Málaga,
con ese inconfundible clima del Nocturno siglos XVII y XVIII. Otros músicos france- cuando yo la vi) que tiene mucho que ver
de Chopin, la aproximación de Barenboim ses de estos siglos no han sido tan afortu- con esta época humana y muy cruel, y con
se antoja apresurada, forzada en el mbato nados, no sólo en su propia época, sino la interpretación de Verlet: Las niñas del
—que rompe lempo y mensaje—, dura en también en su proyección hacia la posteri- procurador/aceitunas con tenedor/Y los
Scherzo 53
discos
chavales del gafíán;/pan sin pan,/Enire ver- En resumen disco de serie económica ple- za en el algo mejor. Esta concepción puede
geles,/pero de rosas y claveles,/ namente recomendable, en el que et arte de resultar dura incluso hoy; no ha de extra-
La dualidad era una de las bases de la si- Ansermet y Alicia de Larrocha brillan en una ñarnos que en su momento más de un cléri-
tuación francesa, se necesitaba una cosa y interpretaciones que el paso de los años con- go se rasgase las vestiduras, más aún
su conirario. A propósito de Ladouceet pi- firman como modélicas. teniendo en cuenta que el compositor galo
quanie (Orden XV), Beaussant cita a Ma- llevó sus libertades bastante más allá de la
dame de Gen lis (una conocedora), hablando A.M.J. orquestación o la forma de la composición,
de una bella: su defecto reside en querer ser para entrar a saco en el texto católico de la
únicamente picante, cree que una persona misa.
dulce sólo puede ser insípida, en este aspec- FAURE: La bonne chanson. Gerard Sou-
i»y, barítono. Dalton Baldwin, piano CD En efecto, nos encontramos con la supre-
to Blandíne Veriet consigue una interpreta- sión total del Dies ¡rae y con el añadido de
ción idiomática, quizás con más imaginación Philips Legtndarv Clissics 420 775-2 ADD.
72'35". un último número extra (In Paradisum) con
que sus pares: juega con e! ritmo de la obra el que se intenta evitar un final incoherente
(6/8), entreteniendo una ambivalencia cons- con la filosofía general de la composición.
tante entre [resillos y corcheas. En Los ver- A raíz del ensayo Un arte bur-
gués deRoland Barthes se desen- Este se produciría con el Libera me, por la
geles floridos (Orden XV) Leonhardl, con carga de cierta angustia que contiene el tex-
una maestría admirable, ordena el laberin- cadenó en Francia una cierta
moda que puso en entredicho el arte de Ge- to. Es curioso, sin embargo, que el Libera
to de los ornamentos en un jardín a la fran- me de este Réquiem se antoja el número me-
cesa, privilegiando la Razón. Blandine Verlet rad Souzay. Esta reedición llega a punto pa- nos conseguido de toda la obra; no parece
se inspira en los poli mimos indefinidos, en ra cortar toda crítica. sino que el compositor no se encontrara a
el aspecto visual de la partitura para evocar Los ciclos de melodías pertenecen a todas gusto con el texto, con lo que el carácter de
les langueurs tendres de Watteau. (Había las épocas de la creación faureana; Souzay, la música tiene poco que ver con el de la le-
que ser francés por una vez y poseer las dos tanto como Baldwin, encuentra unos mati- tra. Pese a la amplitud de medios utilizados,
versiones.) Blandine Verlel es grave, core- ces adecuados. En las primeras melodías éstos casi nunca se utilizan al límite de sus
lliana en La Míneme, faureana en La Do- (contemporáneas de los cuartetos con pia- posibilidades, y siempre nos movemos en un
do, scarlaiiiana en L'Evaporée; toca La no) Souzay se cierra a! exterior para abrir- clima de contención y serena meditación. La
Conti con una gracia incomparable, y res- se al interior, con pudor, evocando el continua y aparente —pero nunca
petando los usos de la época, separa chiaroscuro de las falsas relaciones cromá- espectacular— presencia de órgano y arpas
L 'Himen-A mour en dos partes (Majestuo- ticas, de las enarmonias (Le secret). Los Op. añade solemnidad y lirismo a esta peculiar
samente, Galantemente) irreconciliables. 58 y 61 corresponden a la época milagrosa pero convincente obra.
del Sexto y Séptimo Nocturno, del Primer
Si el Couperin de Blandine Verlet ha man- Quinteto, de Prometeo. Souzay canta Cinq Te Kanawa y Milnes prestan una contri-
tenido a una parle de ¡a critica a una dis- melodies de Venise, sin énfasis, casi a me- bución notable en sus breves cometidos (me-
tancia respetuosa, es quizás porque la fiebre dia voz, evocando el silencio poblado de pre- jor ella que él, aunque afortunadamente no
que anima su interpretación evoca una ma- sencias impalpables, adoptando el tono de es obra de grandes apuros vocales, que le pi-
nera de vivir absoluta, en cierta manera ana- la confidencia amorosa, del misterio de la llarían en mal momento; no obstante, resulta
crónica. Imaginemos, por un momento, a intimidad. En La bonne chanson Souzay es un punto plano). La prestación de los con-
Bach y Scarlalti interpretados dentro del más apasionado, pleno de alegría, pero sin juntos canadienses es muy notable, aunque
mismo espíritu. convulsión ni frenesí. En los Op. finales, la batuta de Dutoit, siempre correctísima,
contemporáneos de Penelope del Quinto Im- rara vez emociona (y aquí no iba a ser me-
promptu, el intérprete se torna más grave, nos). Buenas lecturas de la suite de Pelléas
P.E. pero encuentra los acentos de la juventud
eterna (Fauré tenia entonces 77 años) para y de la Pavana completan un disco intere-
cantar... que la quiero, que te quiero... sante por las obras que contiene, grabadas
FALLA: El sombrero de 3 picos. Danza de extraordinariamente (como siempre con es-
la Vida Breve, y Noches en los Jardines de (...que je vous aime, que jet'aime...)y ...Jigo tos intérpretes) y con generosa duración. No
España. Teresa Berganza. Alicia de Larro- sediento de grandes viajes (... car j'ai de obstante, sigo esperando el disco de Duloil
cha. Orquesta de la Suis.se Romandc. Direc- grands départs inassouvis en moi). que se salga de las pautas de la corrección
tores: Ernesl Anscrmel Sereiu Comissiona. exquisita... pero un tamo fría.
DECCAOvatioB41777i 2(ADD. 68'46"). En una interpretación fresca, moderna,
paradójicamente más próxima al Quinteto
Desde que en febrero de 196! Fauré di Roma que a la media-lima enton- R.O.B.
Ansermet registrara el Sombre- ces practicada en Francia, Souzay y Dalton
ro de tres Picos y la Danza de Baldwin firman un disco indispensable pa-
La Vida Breve en el Victoria Hall de Gine- ra descubrir, conocer o profundizar en el HAENDEL: Dixit Dominus. NisiDominus.
bra, su registro se iba a convertir en uno de universo faureano. Salve Regina. Arleen Aagcr, Lynne Dawson,
los hitos discográficos de todos los liempos, sopranos; Diana Monligue, contrallo. Leigh
primero por la calidad de la grabación que P.E. Nixon, John Mari A i nsley, tenores; Simón
aún hoy sigue siendo modélica por su diná- Birchall, bajo. Cor» y Orquesta de la Aba-
mica y claridad y segundo porque Ansermet, FAURE: Réquiem, Op. 48. Pelléas et Mé día de Westminster. Director: Simón Pres-
que estrenó el Sombrero cuarenta aflos an- lisande, suite Op. 80. Pavana para coro y Ion. ARCHIV 423 594-2. Compacto. DDD.
tes, lograba una recreación inteligente y ver- orquesta, Op. 50. Kirl Te Kanawa, sopra- 56'22".
sátil de esta pagina, poniendo de manifiesto no. Sherrill MUnes, barítono. Coro y Or- El programa que nos propone
su colorido, fuerza rítmica y su españolis- questa Sinfónica de Montreal. Dir.: Charles este disco está marcado por
mo sin caer en lo folklórico. Señalemos co- Dutoit. DECCA Compacto 421 440-2DH una gran unidad: tres compo-
mo parte especial del éxito del maestro suizo (DDD, «3*11"). siciones litúrgicas escritas por Haendel en
la participación de un instrumento tan dúc- Roma en el plazo de tres meses de 1707. Di-
til y maravilloso como era la Orquesta de El Réquiem de Fauré es una
la Suisse Romande de aquellos años. suerte de mundo aparte que, xit Dominus, la más extensa y madura de
por la misma filosofía en que las obras escogidas, afirma el estilo propio
La presencia de la pianista catalana Ali- se basa, puede no resultar del gusto gene- de un músico de veintidós años. No estamos
cia de Larrocha para interpretar las Noches ral. Acostumbrados a obras de gran conte- todavía ante el Haendel sensual de los ora-
en los Jardines de España añade un nuevo nido dramático (Mozart o Verdi, cada uno torios y las óperas de su etapa inglesa. La
aliciente a este bien aprovechado compacto en su estilo) o diferentes, pero con tintes en- cierta rudeza que cabe apreciar es entendi-
de 68 minutos, toda vez que el arte y musi- tre lo triste y lo trágico (Brahms), encontra- ble como un elemento dramático más. Haen-
calidad de la pianista española conjuga ad- mos que Fauré entiende la muerte como un del adopta aquí, sobre todo en los dos
mirablemente con el mundo de Falla, de suave tránsito a una felicidad posterior, y primeros títulos grabados, una teatralidad
quien es una de sus máximos creadores. Lás- traduce esta filosofía sin ninguna concesión acorde con las manifestaciones religiosas del
tima que un poco refinado Comissiona des- a la galería. Su Réquiem se aleja así de trom- barroco italiano. Dixit Dominus nos revela
luzca el conjunto global de la interpretación petas, juicios finales, lutos, temor y dolor, su manejo seguro de un amplio dispositivo
y que la orquesa suiza, en 1970 no tenga la para acercarse a la paz. a la devota súplica de solos, coro y orquesta. No tan ambicio-
versatilidad de los años de Ansermel. de una felicidad desconocida, a la esperan- sa es la partiluta áeXNisi Dominus, aunque
54 Scherzo
discos
igualmente demostrativa de la seguridad en De los autores mencionados, Franz Xa- delssohn— que, en realidad, no aportan gran
el estilo. La Salve Regina cuenta con la pre- ver Richter es, sin duda, el que se mantiene cosa dentro de la producción del músico
sencia de la soprano solista y un importan- en la linea más conservadora, teniendo siem- hamburgués. El autor escribe estas páginas
te papel del órgano en su tercer tiempo, que pre presente la tradición a lo largo de toda pensando, de manera especial, en el luci-
llega a tomar el carácter de un concertante. su trayectoria artística. Su obra recoge las miento y capacidad técnica de los solistas,
El trabajo conseguido a las órdenes de Si- nuevas tendencias musicales, sin menospre- que eran, precisamente, él mismo y su her-
mon Presión logra versiones ejemplares de ciar las antiguas. Sus primeras composicio- mana Fanny. Este extremo es de suma im-
estas obras poco conocidas de Haendel. nes acusan una clara influencia de la joven portancia para valorar estas composiciones,
Magnífico ei coro por materia vocal y afi- Escuela de Viena. La proximidad de esta hasta el punto de existir un enorme desequi-
nación. Excelente también la labor de la música al Barroco es patente, aunque ya en librio entre orquesta y solistas. El centro de
cuerda de la-orquesta de la Abadía de West- ella se pueden percibir de forma diáfana cier- gravedad recae en estos últimos de forma ex-
minster. Refulgente belleza tonal de su so- tos elementos estilísticos propios del precla- cesiva, quedando el conjunto orquestal en
nido y una gran vitalidad impulsada por la sicismo vienes y de Mannheim. un segundo plano.
batuta de Presión. Destaca entre las inter-
venciones de los solistas vocales la partici- El compacto que motiva estas lineas con- En el compacto que motiva este comen-
pación de Árleen Auger en la Salve Regina, tiene tres sinfonías de Richter y una de Karl tario se han recogido los dos conciertos men-
que acierta con el espíritu de contención de Kohout. No veo muy lógica la inclusión de cionados. En líneas generales, la interpre-
la pagina. este segundo autor en el disco, salvo que se tación es bastante diáfana, existiendo una
atienda a criterios de coetaneidad. Si consi- aceptable coordinación entre ambos solistas
deramos que Richter legó a la posteridad no y, a su vez, entre éstos y el elemento orques-
E.M.M. menos de 69 sinfonías, lo más adecuado ha- tal. Los pianistas Anthony y Joseph Para
bría sido incluir en el disco alguna otra de tore realizan una lectura acorde con el
HAYDN: Conciertos para Violoncillo n. " este autor, sin necesidad de rellenarlo de ma- espíritu que preside estas páginas, demos-
I y 2. Heinrich Schiff; «lio. Academia St. nera —a mi juicio—, poco acertada. La Or- trando, en consecuencia, un gran virtuosis-
Marti n-in-lhe-Fíetds. Ncvilh Marriner: di- questa de cámara eslovaca, bajo la batuta mo y un excelente dominio técnico del
rector. CD PbUipvDigilal 410 923-147'13" de Bohdan Warchal, ofrece de estas pági- instrumento. No obstante, la interpretación,
HAYDN: Sinfonías Hon. 94, «Sorpresa» nas una interpretación brillante, muy ajus- tanto por los solistas como por la orquesta,
Hab. 101, «El Reloj». Orquesta Filarmónica tada en los tempi. La perfecta coordinación peca de una visión romántica tal vez excesi-
de Loidrts: Eugea Jochunt. CD Galleria- de los diversos instrumentos de cuerda, muy va, si se considera que nos encontramos ante
Digitally Reraaslered-ADD 413 «83-2 bien empastados, es otro factor positivo a un Mendelssohn juvenil y, sobre todo y de
52'W". tener en cuenta. A ello debe sumarse el mag- modo especial, no hay que olvidar que el pa-
nífico sonido de la grabación, que, induda- trón inspirador de estos conciertos es el más
De las obras para violoncillo blemente, contribuye a realzar el interés por puro clasicismo, siendo Mozarl, en concre-
oficiales de Haydn w el Con- la audición de estas obras. No debe olvidarse to, quien se halla latente en el substrato ins-
cierto en Re el grabado con un aspecto esencial en esta música. Me re- pirador de estas páginas. Esta apreciación
más asiduidad (Feuermann, Fournier, Ros- fiero a! elemento dinámico, que en ta Escuela no resta fuerza, en absoluto, a los aspectos
tropovitch), aun cuando el Concierto en Do de Mannheim desempeña un papel decisivo positivos arriba considerados. De justicia es,
—descubierto mucho después de la muerte como forma de expresión. Este dinamismo por otra parte, subrayar la existencia de mo-
de su autor—, es notablemente más queda patente en la versión ofrecida por la mentos muy bellamente logrados en la in-
hermoso. Orquesta de cámara eslovaca, en la que los terpretación que se comenta, como ocurre,
Marriner y Schiff se enfrentan a ambos fuertes contrastes caracterizan el desarrollo por ejemplo, en ta lectura del movimiento
con gran espíritu de cooperación y el cello musical. El paso repentino de un suave pia- lento del Concierto en Mi mayor.
suena siempre excelentemente integrado, pe- no a un vibrante fortisimo, asi como la len-
ro e! talento de ambos intérpretes es desi- ta progresión de los temas de piano a forte, En definitiva, considero que estamos an-
gual. Marriner —pese a sus inquietas idas son conseguidos por esta formación orques- te un disco interesante, no tanto por la cali-
y venidas en cuestión de repertorio—, con- tal con naturalidad y perfecto equilibrio dad de las obras que contiene, como por el
tinúa siendo un gran haydniano.y un acom- sonoro. nivel interpretativo y, sobre todo, por tra-
pañante de privilegio. tarse de composiciones poco conocidas e in-
Por su parte, Schiff se desenvuelve correc- No quiero terminar sin insistir de nuevo habituales en ei repertorio mendelssohniano.
tamente y se le advierte como un intérprete en un punto negro del que suelen adolecer
más seguro y con menos fallos que en su eje- la mayor parte de los discos compactos y al F.G.U.
cución madrileña con Sanderling —tocó el que ya he aludido en otras ocasiones. Me re-
Concierto en Re—, pero su sonido no es es- fiero a los comentarios que acompañan a los PUCCINI: Tosca. Optra en tres actos.
pecialmente bello ni amplio, ni posee la her- discos, que, en general, son flojos y pobres Ltonlyne Price (Tosca). Giuseppc di Sltfa-
mosa capacidad modulatoria de de contenido. En este caso la regla se con- no (tavgradossi). (iiuseppe Taddei (Scar-
Rostropoviuh ni tampoco su expresividad. firma una vez más. Hecha esta salvedad, la pia). Cario Cava (Angelotli), Fernando
Por todo ello parece un tanto exagerada la audición del compacto comentado resulta Coren* (Sacristán), Piero de Palma (Spolel-
crítica que ba promovido el nombre de
Schiff, un instrumentista de moda, a la can- sumamente agradable. ta). Filarmónica de Viena: HerWl von Ka-
didatura de segundo celtista mundial. Mu- F.G.U. rajan. DECCA-ADD 421 670-2. II3'4O".
rió Navarra pero siguen vivos los veteranos Tosca es una ópera suficiente-
MENDELSSOHN: Conciertos para dos pia- ÍSSG mente célebre como para que
J.M.S. nos y orquesta. Anthony y Joseph Parato- las renteradísimas audiciones
re, pianos. Orquesta Sinfónica Rias. hayan llevado a establecer una clara jerar-
Diirctor: Uros Líjeme. CBS MK 4ZSZ3. quía entre las muchas versiones llevadas al
KOHOUT: Sinfonía en fa menor. RICH- Comparlo DDD <63'3I"). disco. Esta de Karajan, espléndida, tiene su-
TER: Tres sinfonías. Orquesta dt cámara es- ficientes méritos para optar al segundo pues-
lovaca. Director: Bohdan Warchal. ORI'EO La labor concerlistica de Men-
delssohn se centra esencialmen- to, pisándote los talones a la mítica de Víctor
C 165R81 A. Compacto DDD <55'09") Dis- te en los dos Conciertos para de Sabata.
tribuido por Harmonía Mundl.
piano, de los años 1831 y 1837, y, sobre to- Karajan propone una lectura de la obra
La denominada Escuela de do, en el magnifico Concierto para violín totalmente alejada de sus actuales manieris-
Mannheim, fundada a mediados de 1844. Estamos ante obras de la época de mos. Siempre ha tenido este director una ten-
del siglo XV11I por el composi- madurez, de modo particular en lo que afec- dencia a controlar en exceso los efectivos
tor de Bohemia Johann Stamitz, constituye ta a la última de las citadas composiciones. orquestales, que en ocasiones despliega con
un importante puente de unión entre el ba- Frente a estas páginas existen otras menos inusitada potencia. En el presente caso esto
rroco y el clasicismo. A ella pertenecieron conocidas. Me refiero, en concreto, a los no coarta la fundamental impresión de es-
también Franz Xaver Richter, Ignaz Holz- Conciertos en Mi mayor y La bemol mayor, pontaneidad y fluidez, a la que viene a su-
bauer, Christian Cannabich, Kari Stamitz, para dos pianos, escritos por Mendelssohn marse un sentido teatral innato y nos lleva
hijo del fundador, entre otros. Esta Escue- al rondar los 15 años de edad. Se trata de a pensar en una loma en vivo que se benefi-
la dio un impulso decisivo a la formación ciase de impecables medios técnicos. Lo más
del estilo clásico dentro de la música. obras de circunstancias —reuniones y con- importante, con todo, es que Karajan actúa
ciertos privados en casa de los Men-
Scherzo 55
discos
desde un plano de perfecta fusión con las el cuarto y último tiempo, el Allegretto, en SCHUMANN: El peregrinaje de la rosa.
voces, y no produce la sensación de super- el que predominan los temas de inspiración Helen Donath, Kan Lovaas, Julia Hamarf,
posición que hace tan molestas algunas de tzigane, se pueda acusar a los intérpretes de Theo Allmeyer, Bruno Pola y Haits Sotín.
sus grabaciones posteriores. excesivo perfeccionismo en un sonido que Coro de la Sociedad Musical de la Ciudad
Los cantantes son muy adecuados, aun- carece de la aspereza que requieren los ins- de Dusseldorf, dir. por Han muí Sfhmidt y
que su trabajo se ve empañado en algún as- trumentos de cuerda para este tipo de mú- Orquesta Sinfónica de Dusseldorf, dir. por
pecio. La Price no tiene ei timbre medite- sica, y que contrasta fuertemente con el Rafael Frühbeck de Burgos. EMI Slereo
rráneo requerido para el papel y la dicción tiempo anterior, un Scherzo que recuerda las ADD. 555-CDM-7694462. Duración: 65,23
es imperfecta. Présenla las veladuras típicas sonoridades menos trágicas de tos viejos minutos.
de su raza en los graves y en algún sonido lándler, pero interpretado con gran energía,
central, pero cania con una pasión y un des- junto a un Trio ejecutado con aire de invo- Schumann compuso este orato-
bordamiento tales que se nos acaba plantan- cación religiosa. rio profano en 1851, con ei obje-
do toda sonriente en el cenáculo reservado tivo, cumplido en el estreno, de
a Callas, Olivero y Kabaiwanska. A Di Ste- Aunque en principio pueda parecer lo que lo cantaran unos treinta amigos acom-
fanoel año de la grabación —1962— le sor- contrario, pienso que al despojar al Allegret- pañados de piano, en su casa. Los versos per-
prende ya en pleno declive. La voz está muy to del aire zíngaro se pierde la unidad del tenecen a un tal Moritz Horn, y recogen
opaca, el canto carece de variedad y los pia- concepto por quedar así tnvializado el sen- todos los tópicos del romanticismo tardío,
nos se traducen en falsetes. Al llegar los agu- tido trágico al que antes me he referido, eje sin ahorrar señoritas virtuosas, flores empa-
dos la voz pierde el poco esmalte que le de toda la obra. padas de rocío y amores a la luz de la luna.
queda y el sonido es forzado e incoloro. E.L-A.D.
El maestro renano no fue dolado con es-
Quedan sólo la comunica ti vi dad y los bue- pecia! genio dramático. Sus oratorios, su ópe-
nos propósitos. Taddei estaba en un momen- SCHUMANN: Condeno para piano en La ra Genoveva, adolecen de languidez y
to vocal mucho mejor, lo que no acaba de menor. MOZART: Concierto para piano estatismo, quieren huir de un tinglado tan
demostrarse plenamente en ísta Tosca por n. ° 2¡ en Do mayor. H. von Karajan, di- promiscuo hacia la intimidad de la música
culpa de algunas durezas que hacen sonar rector; D. Lipa!ti. pianista. Philharmonía de cámara. Esta Rosa no escapa a las serias
la voz algo estancada. El Interprete parece Orchestra. Orchestre du I-estival de Lucer- de incomodidas y extrañeza de sus obras
encontrarse bajo la órbita de Gobbi —como ne. Disco compacto EM1 «Kefeirnces». Mo- gemelas.
han señalado algunos críticos—, a! tener per- no CDH 7-69792.2 ADD 58'22". Sene
manentemente activados sus registros más media económica. Con ello colabora el débil libreto de Horn,
truculentos, pero como es mucho mejor vo- la historia de una rosa convenida en mujer,
calista le supera ampliamente en todos los A veces las casas discográficas siguen cri- que se adapta mal a la vida terrenal y mue-
pasajes donde hay que apianar y cantar a terios de selección que tienen poco que ver re, recuperando su forma original. Ni celes-
flor de labio. con un progrma de concierto, aunque este tial ni humana, esta criatura en perpetuo
concierto sea para escuchar en casa, como exilio es una imagen alegórica del artista ro-
ocurre en este caso en que reúnen dos inter- mántico, perdido siempre en mundos ajenos
Con la excepción de Piero de Palma los y transidos de nostalgia.
secundarios no son demasiado refinados. pretaciones de Karajan y el pianista Dinu Li-
Cario Cava y Fernando Corena llevan a ca- patti siguiendo el orden temporal en que En 1975 se exhumó la partitura en esta eje-
bo una curiosa pugna por ver quién lo hace fueron grabadas. Y así, escuchar primero el cución ahora reeditada. El nivel general es
peor, imponiéndose finalmente el segundo. Concierto para piano de Schumann y a con- homogéneo y correcto. Los cantantes cum-
tinuación el 21 de Mozart resulta un tanto plen con solvencia vocal y musical, las ma-
chocante. Aparte de esto, por lo que se re- sas son competentes. Frühbeck dirige de
J.M.S. fiere a las interpretaciones en sí, la del Con- modo impersonal, distante, como querien-
cierto de Schumann, grabación de estudio do marcharse, igual que ia rosa, a lugares más
SCHUBERT: Quinteto D 956 en Do mayor. de 1948 con la Ph i I harmonía Orchestra, es apropiados. Una partitura tan poco incitante,
Bernard Greenhouse, cello. Cuarteto Jui- muy equilibrada en la relación de la orquesta desde luego, retacea a cualquier intérprete
lliard. Pisco compacto CBS MK 42383. con el piano, tanto en el sonido como en el desde el comienzo, pero el esfuerzo, desde
DDD. 55'27". concepto, romántico por excelencia. Lipal- el punto de vista documental, merece un
ti fue un pianista de gran sensibilidad y Ka- franco elogio.
Esta obra postuma de Schubert rajan ha cuidado al máximo las posibilidades fl M.
escrita poco antes de su muer- expresivas del solista (y, por supuesto, de la
te, con una extensión poco co- parte orquestal) con el resultado de una bri-
mún en este género de composiciones, es- llante versión, matizada sin exageraciones, SOLER: Misa en Fa Mayor. Magníficat n."
tá muy alejada de la tranquila nostalgia pero con suficiente fuerza expresiva como 1. Motete comedetis Carnes. Coro y Orques-
del Quinteto «La Trucha». Calificada por para que no pueda ser tachada de ecléctica. ta de Cámara Villa de Madrid. Dior. José
A. Einstein como obra «sui generis» según En cuanto al Concierto de Mozart, no soy María Barquín. Etnos CD-02-A-I0. Madrid,
se hace notar en el folleto, pero no por ello muy entusiasta de las versiones que Kara- 1988. Compacto A1ÍD (3«'21"). Reprocesa-
menos bella, requeriría un análisis que, aun- jan ha hecho de las obras de este composi- do del d¡MTO de igual signatura. Madrid 1983.
que tan sólo fuese a título de introducción, tor. Es más, pienso que quizá el mismo
rebasaría el breve comentario de una criti- Karajan no debe estar tampoco de acuerdo Sin duda alguna la reedición de
ca discográfica. En esta grabación realiza- con sus propias versiones, pues desde hace este disco es oportuna al ampa-
da en estudio en 1988, una característica ya años, que yo recuerde, poco o nada ha ro del centenario de Carlos III y
destacable en primer lugar es la conjunción dirigido de la música de su paisano, salvo del interés editorial de otro Magníficat de So-
y empaste conseguidos entre el cello de Ber- el último Don Ciovanni de Saizburgo. Me ler en edición de James Dalton y con la in-
nard Greenhouse, miembro del Trío Beaux refiero a una cuestión de concepto, no de minente salida de la monumental edición de
Arts, y el resto de los intérpreies, el Cuarte- calidad, sin dejar por ello de reconocerle el los Villancicos por Arte Tripharia a cargo de
to Juilliard, uno de los grandes conjuntos genio. Ambos, director y solista, hacen una Paulino Capdepón. El nos, por su parte pre-
de cámara de la actualidad. En términos ge- versión romántica, pero llena de contrastes, senta en sociedad la nueva serie de CD que
néricos nos ofrecen una versión que resalta lo que hace que la audición, en la que, igual- alternará reprocesados del fondo de catálo-
la grandeza del sonido, a veces violento, cer- mente, se equilibran a la perfección orquesta go con novedades absolutas. Esta grabación,
cano al último Beethoven tan admirado por y piano, se siga con interés. Las cadencias, concretamente, vio la luz en el año del cen-
Schubert, con un claro predominio del sen- del propio Lipatti, son adecuadas al concep- tenario del Padre Soler gracias a un patro-
tido trágico. La monotonía en la que puede to romántico de la versión y en ellas el pia- cinio del Ministerio de Cultura y obtuvo una
caer esa obsesión repetitiva de los temas de nista hace gala de su gran técnica y de su excelente aceptación de mercado. En la ver-
la que Schubert no pudo o no quiso librar- capacidad expresiva. Por tratarse de una gra- sión en CD es aliciente la mejora de soni-
se nunca, se evita aquí en gran medida con bación lomada en directo de un concierto do y unas sustanciosas notas de Andrés Ruiz
una constante fluctuación de la expresividad; del Festival de Lucerna de 1950, es evidente Tarazona escritas para la primera edición y
la creación del climax deriva unas veces ha- que la calidad del sonido no es muy buena, que permanecían inéditas, pues ésta publi-
cia la tensión exteriorizada y otras hacia esa aunque sí aceptable. có un breve texto del P Eutimio Bullón, res-
tensión íntima tan característica de Schuben ponsable de las transcripciones interpretadas.
en su incesante busca de si mismo. Quizá en A cinco años vista del centenario de So-
ler, parece haber cambiado un tanto la pers-
E.L-A.D.
56 Scherzo
discos
pectiva acerca de su figura por et lumhra en principio, si bien éste, como los VERDI: Messa da Réquiem. M¡relia l'reni
enriquecimiento bibliográfico que el siglo anteriores, es comentario que debe tomarse (soprano), Chrístt Ludwig (contrallo), Cario
XVIII español ha tenido en este lustro. Los con todas las precauciones propias de la Cossulla (tenor), N icol ai Úhíaurov (bajo),
prólogos de Dallon y Capdepón habían de audición de un disco sin haber tenido oca- Sociedad de Can I o de Viena (dir.: Helmul
liaer nuevas luces sobre la cuestión del So- sión de escuchar al artista en vivo, que es Froschauer) v Filarmónica de Berlín (dir.:
ler compositor litúrgico, como confio que lo donde de verdad se aprecian estas cosas. Lo Herbírt von Karajan). DGG Slefeo 41321S-2
haga el recién aparecido libro de Amonio que es más importante, sin embargo, es la CGA 2. Duración: W55".
Gallego sobre la música en la España de Car- más que notable musicalidad que el disco re-
los III. Sin conocer aún ninguno de estos tex- vela, esto mucho más difícil de construir con Reproducen estos compactos
tos, mi impresión es escasamente entusiasta habilidades electro nicas. Así, su Tchai- la grabación de 1972 y sirven
aun comparando esta producción con la de kovsky es perfectamente coherente, román- para evaluar, una vez más, a
otros autores ibéricos estrictamente contem- tico pero sin perder el norte, con las debidas Karajan en el repertorio italiano, en el cual
poráneos. Soler parece alinearse abiertamen- fluctuaciones de lempo, con una exposición se desempeña con su habitual soltura y su
te con la tradición poli coral y no muestra extremadamente clara, con una muy exten- falla de adecuación, unidas a un divismo que
especial interés por los nuevos lenguajes de sa gama dinámica —sabiamente manejada— se acentúa con los años. El director salzbur-
los clasicismos que, por otra parte, bien co- y dosificando muy bien la tensión. La ver- gués es lánguido cuando ha de ser lírico y
nocía. Es un músico litúrgico hondamente sión es, pues, de muy alto nivel, y cuenta con pomposo cuando ha de ser patético. Su or-
conservador, incluso arcaizante en el mote- un excelente acompañamiento de Ash- questa suena rica pero molesta, por su afán
te, y escolástico y a mi me resulta monóto- kenazy. de protagonismo y la postergación de las vo-
no y fallo de interés el grado de interrogarme ces, decisión imperdonable en este tipo de
acerca de si la atención prestada a esta mú- Por fortuna, Tchaikovsky es mejor pa- obras.
sica no es sino un reflejo de la justificadísi- trón para apreciar las cualidades o los de-
ma atención que mereció su obra fectos de un violinista que Wieniawski, cuyo En otro sentido, su germánico desmayo
instrumental. No creo, como bien explicó concierto, esencialmente dirigido al mayor tiene a mal traer, a menudo, a los cantan-
Amonio Martin Moreno, que para los mú- lucimiento técnico del solista, resulta cómo- tes, como puede observarse en el caso del
sicos españoles del XVIII pudiera haber con- do de escuchar muy de tarde en tarde, si bien tenor {Ingemisco y comienzo del Hostias).
tradicción entre la práctica de una estética personalmente creo que su escucha repeli- Los solistas, solventes en lo vocal e im-
moderna en la música de salón y la práctica da resultaría un tanto cansina. Asi pues, po- pecables en lo musical. Las masas, excelen-
de una estética antigua en la música de tem- co más se puede decir de esta versión que tes. La reformulación en compacto,
plo. Esto es meridianamente evidente en el no sea confirmar que ei violinista norteame- espléndida de dinámica y de profundidad de
caso del Padre Soler quien incluso no pare- ricano luce aqui sus excelentes recursos planos.
ce encontrar contradicción entre sus teorías técnicos.
musicales publicadas y la práctica cotidia- B.M.
na como maestro de capilla. En resumen, disco muy interesante por lo
que tiene de poder descubrir a quien es, sin
duda, un artista notable. Grabación y acom- VERDh La Fono del destino. Tebaldi, Del
Las versiones resultan un tanto descuida- pañamiento excelentes y duración generosa. Monaco, Baslianini, Slmionato, Siepi. Co-
das en la afinación y medida, no pudiendo Será interesante comprobar qué hace esa rena. Atcademia di Sania Cecilia, Roma.
juzgar otros parámetros como el interpreta- otra gran artista llamada Anne-Sophie Mut- Francesco Molinari-Pradelli. UECCA
tivo por ser ajenos, a lo que se ve, a las in- ter, con el Concierto de Tchaikovsky, en su 421598-2. ADD. Duración: 164'3Ó".
tenciones del director. Es difícil, por ello, reciente versión con Karajan. Alda. Tebaldi, Bergonzi, Simio nato, Mac-
hacerse cabal idea de las composiciones así neill, Van Mili, Corena. Filarmónica de Vie-
como dilucidar si pequeñas cuestiones se de- R.O.B. na. Singverein der Musikfreunde. Herberi
ben a la partitura establecida por el P. Bu- von Karajan. DECCA 414087-2. ADD. Du-
llón o habrán de atribuirse a cantantes, TCHAIKOVSKY: Sinfonía Manfred, ración: I 5 0 W .
instrumentistas y director. Op. S8. Orquesta Sinfónica de Londres. Di-
rector: Mietiael Tilson Thomas. CBS Mas- Dos registros que Decca pre-
X. M. C. senta, junto a otros tres más,
terworks MK 76982, compacta ADD.
• * .
SS'2S". Grabación: Londres, 1979. en una primera entrega de su
TCHAIKOVSKY: Concierto para violin y colección, a precio medio, Grand Opera. La
orquesta en Re mayor, Op. 35. WIE- Notable interpretación, más Aída de 1959 reúne al equipo más idóneo
NIAWSKI: Concierto para violin y orquesta centrada en los aspectos mera- que la época podía ofrecer. Es una versión
N,° 2 en Re menor, Op. 22. Joshua Bell, mente orquestales de la parti- dominada por la marimandona batuta de
tura que en su verdadero contenido. Hay un Karajan, que logra efectos de gran origina-
violin. Orquesta de Cleveland. Dir.: Vladi- indudable interés en la dinámica, de tal for- lidad, pero que, a menudo, se consiguen en
mir Ashkenazy. DECCA Campado. 421 ma que la transparencia conseguida es un lo- detrimento del intérprete vocal. Las voces
716-lDH (DDD. 58'39>->. gro indiscutible; hay también flexibilidad y parecen, pues, situarse en un segundo pla-
Joshua Bell es un joven (tiene absoluto respeto a lo escrito por el compo- no, en favor de una orquesta, rica de mati-
21 años) violinista norteameri- sitor. Sin embargo, el primer movimiento ces y contrastes, aunque de una concepción
cano que parece estar llevando (una de las cosas más grandes escritas por demasiado germánica en su pesantez. Tebal-
a cabo una fulgurante carrera. Quien esto Tchaikovsky) carece de garra dramática y di, ya se sabe, fue la Aida indiscutible de su
firma no ha tenido ocasión de escucharle an- está lejos del idiomatismo de un Rozhdest- generación, que, con Karajan, aparece me-
tes de esta oportunidad, su segunda graba- vensky, de la genuina vehemencia de Mar- nos cargada de afectación y vulgaridad, con-
ción para Decca (el debut, con el consabido kevitch o del tremendismo desbordado de siguiendo sus mejores momentos en el ac-
Mendelssohn-Bruch, para esta misma casa, Ahronovich. La lectura de Tilson Thomas to 111 y en la escena final. Bergonzi es, qui-
data de 1987). en su conjunto posee cierta elegancia, pero zás, desde Pertile, el mejor Radamés que se
carece de emotividad y siempre da la sensa- ha escuchado en disco y con eso ya se dice
Aunque este tipo de carreras meteóricas ción de distancia, como de no creerse dema- bastante en su favor. Slmionato es una Am-
a cargo de jóvenes virtuosos terminan con siado lo que está pasando allí (algo muy neris espléndida y MacNeil un Amonasro
frecuencia en meros espectáculos de técni- distinto a la buena versión de la Tercera Sui- eficaz. Los dos bajos. Van Mili y Corena,
ca y mecanismo superlativos, no es menos te del compositor ruso, hecha por el direc- de rutina, con mejores resultados en otros
cierto que de vn en cuando surgen intérpie- tor norteamericano al frente de la repertorios.
les excepcionalmente maduros, que se sitúan Filarmónica de Los Angeles, también para
pronto, con toda justicia, en lo más alto del CBS). En definitiva, y como decíamos ai Con La Forza de 1955 estamos en la an-
escalafón (caso de Mutter, Pogorelich o Z¡- principio, notable lectura, a mucha distan- títesis: e! director impersonal y de oficio que
merman). cia de cualquiera de las siguientes: Rozhdest- deja a los cantantes, para bien o mal, a su
Joshua Bell, además de afortunado por vensky (Melodiya), Markevitch (Philips) o libre albedrio. La versión, en conjunto, pue-
poseer un magnífico instrumento (Stradiva- Maazel (Decca). Si usted tiene cualquiera de de aún competir con las dos más recientes
rius, 1726), muestra desde el principio, co- estas tres no le hace ninguna falta ésta que de Muti y Sinopoli. Lo mejor de ésta de
mo cabia esperar, medios técnicos sobrados, comentamos. Molinari-Pradelli es la presencia de dos vo-
afinación inatacable y un sonido redondo, ces como las de Siepi y Bastianini, redon-
extremadamente grato. La cantidad no des- E.P.A. das, rotundas, intérpretes de bravura,
Scherzo 57
discos
además. Tebaldi consigue dar a tas páginas y la Elisabel h para la Opera de Viena (final- cumbres interpretativas en lo que al mundo
líricas, abundantes en Leonora, [oda la mor- mente suspendida por motivos de salud), del lied se refiere, comparable al también mo-
bidez y seducción de su canto. A pesar de más el proyecto (escénico, de esludio) de una délico Italienisches L'ederbuch en versión de
la aleatoriedad del registro agudo esta crea- esperada Isolda. Es en el apartado discográ- estos mismos artistas pero grabado para EM1
ción es de las más logradas por ta soprano. fico, no obstante, donde esta dedicación ad- (esperamos su reedición en compacto), o a
Simionalo da el relieve suficiente al imposi- quiere mayor relieve: después de la mórbida otros recitales de canciones de Wolf impres-
ble personaje de Preziosilla, y Corena, aquí Elsa con Solti y la Sieglinda con Levine (su- cindibles en cualquier discoteca: recordemos
más en su terreno, es un Melitón muy apro- perior a la anterior que firmó con Jartows- la sensacional aportación de Fischer-Dieskau
piado. Queda Del Monaco, torpe en la línea, ki>, nos llega este recital, grabado en y Barenboim en su grabación integra para
borroso en el fraseo, pero, quién puede du- diciembre de 1987, donde se incluyen cua- Deutsche Grammophon en tres álbunes de
tro heroínas wagnerianas de diverso empleo. tres Lps. cada uno, o tas interpretaciones ya
darlo, hace un Alvaro vital, heroico, con es-
clásicas de Rosvaenge / Raucheisen (Acan-
tatura. La voz de Norman, en principio, no po- ta). Hotter / Moore (EMI), Schwarzkopf
F.F. see el color y el aliento a que estamos acos- / Furtwángler (EMi-Références, comentado
tumbrados en este tipo de repertorio. Y en el n? 5 de SCHERZO) o Fischer-Dieskau
automáticamente se piensa en las dos últi- / Richter (DG). Como acertadamente expre-
VERDI: La Traviara. Joan Sutherland, Car- mas representantes más cualificadas del mis-
io Bergonzi. Roben Merrill. Orquesta y Co- sa Wemer Oehlmann en el libreto que acom-
mo: Flagstad y Nilsson. El instrumento de paña a estos discos «estamos en presencia
ro del MaKgio Música le í'iorentlno. Direc- Norman es oscuro, carnal, cálido frente al
tor: Sir John Prilchard. Duración: I32'23". de canciones de una profunda seriedad, con
de aquéllas: fosforescente, infrahumana, fir- resonancias de melancolía y tragedia y con
Fecha de grabación: 1963. 2 CD DECCA me y fría. El estilo, a su vez, también es dis- un humor con ciertos matices de amargura.
411 877-1. tinto. El arte de la soprano americana parle Sobre todo ello extiende la música la luz y
de dos fundamentos: el fraseo destacado el esplendor colorista de un mundo meridio-
Como la mayoría de las casas (musical, textual) y el color vocal que utili-
discográficas Decca está de- nal fantástico, cuyo sol inspira y clarifica la
za según el estado anímico que es preciso tra- oscuridad, cuyo impulso infunde alas a lo
sempolvando sus archivos so- ducir. Sin duda, la larga experiencia en el
noros, lo que permite al melómano actual pesado en una estilizada gracia llena de rit-
repertorio de cámara tiene aquí su impor- mo». Los discos han ganado en claridad y
acceder a antiguas versiones ya descatalo- tancia. Con Wagner, entonces, esto no es ex-
gadas que en muchos casos, como el presen- definición sonoras en su trasvase a compac-
cepción: en las dos páginas que el disco to (al menos a juicio de quien esto escribe)
te, son de un elevado interés artístico. recoge de Tannháuser, Dich, íeure Halle y
La Traviata que ahora nos ocupa nos per- y vienen acompañados por los poemas tra-
Allmáchl'ge Jungfrau, es fácilmente com- ducidos al inglés y al francés y, además, es-
mite disfrutar de una Sutherland y un Ber- probable esta particularidad. La voz, que ríe
gonzi en espléndidos momentos vocales. Si tudios firmados por el citado Oehlmann,
y exulta en la primera intervención, se tor- John Warrack y Gustav Kars. El artículo de
bien Sutherland puede parecer algo mono- na ensoñadora y velada en la plegaria. La
lítica y con algunas carencias en lo que a in- Oehlmann aparece traducido, excelentemen-
balada de Senta es un milagro de variedad te, al castellano por Daniel Vega (de nuevo
tensidad en el fraseo y sentido del drama se expresiva (los Johahoé, por ejemplo) y pro-
refiere, aquí sobresalieron Scotto y sobre IO- felicidades al grupo PolyGram). En defini-
gresión dramática. En et Wagner más pesa- tiva, un clásico de la fonografía en insupe-
das Callas, también es cierto que la técnica do: la muerte de Isolda (con ésta son [res las
y la perfecta organización vocal de la can- versiones en disco de Norman: además de
tante nos dejan atónitos. Las tremendas di- la presente, con Davis en 1975 y la contem-
ficultades de coloratura del primer acto son poránea de Karajan en vivo de Salzburgo) rables condiciones técnicas.
E.P.A.
superadas una tras otra con una pureza y está dicha con una concentración y profun-
una facilidad asombrosas. Bergonzi, por su didad asombrosas, sin que le falte a la voz,
parte, ofrece un magnífico Alfredo del más en las secciones finales, el impulso y la fuerza
puro estilo ver di ano, en el que resaltan su
magnífica línea de canto y el dominio abso-
de ataque necesarios. RECITALES
luto de su [écnica de emisión, que le permi-
te un tota! control del volumen y uno de los Lo menos atractivo de este magnífico re- DECAMERON: Baila» inmódicas del Ars
fraseos más variados que hemos oído en es- cital es el fragmento de El ocaso de los dio- Nova florentino. Esther Lamandier, canto
te personaje. ses. Brünnhilde es un rol que, seguramente, y acompañamiento instrumental. ASTREE
jamás la Norman se planteará llevar a la es- E 770*. compacto. 44'55". Distribuido por
Merrill, poseedor de una bella y pastosa cena. Existen, sin embargo, momentos me- Harmonía Mundi.
voz barí tonal, aunque acuse en cierta medi- morables de su Inmolación; aquellos que
da el lógico declive impuesto por los años corresponden a cuando la protagonista mi- El titulo del disco no remite a
y en consecuencia la voz resulte un lanto pe- ra hacia su interior, que son los menos. Ade- las canciones que cierran cada
sante, canta con nobleza y línea el nada fá- más la voz parece tener más dificultades con una de las jornadas de la obra
cil Germonl. el registro agudo que en las otras páginas. de Boccaccio. En ella hay, desde luego, in-
Es, pues, el más flojo de los cualro fragmen- dicación de músicas concretas, que lamen-
A su vez, Sir John abre todos los cortes tablemente no se han conservado. El trabajo
de la partitura ofreciéndonos las repeticio- tos recogidos en el disco.
de Lamandier pretende más bien proporcio-
nes de las cabateítas, y realiza una dirección Klaus Tennstedt acompaña desde el foso narnos un retrato sonoro del siglo XIV flo-
que sin merma de su personalidad intenta a la soprano con la debida presencia y vi- rentino, y en realidad sólo una de las
ofrecer el mejor servicio posible a los can- gor; tampoco se le pide otra cosa que el que páginas, Ato son au'al i' mi voglia de Lau-
tantes. sirva suficientemente al juego de la soprano. rentius Masii de Florentia, pone música a un
En resumen, una interesante grabación de poema del propio Boccaccio. Las baílale
Travima, que, sin ser la mejor, permite es- F.F. aquí reunidas nos dan una idea del bello ar-
cuchar el sorprendente virtuosismo de Sut- te del canto desarrollado en la ciudad del Ar-
herland y el magisterio vocal y estilístico de WOLF: Cancionerorapuflo/(SpanisehesLw- no, sobre cuya floración sí que nos informa
Bergonzi en sus mejores momentos. derbuchl. FJissbplh Schwarzkopf (soprano), // Decomerone. Destacan en este grupo la
Dielrich Fi*cher-Oieskau (barítono), Geiald anónima Lucenie Stello y un elocuente ejem-
R. de C. Moore (piano). Deutsche Grammophon, se- plo del estilo del célebre Landini, Angélica
rie Gallería, 423934-2, álbum de dos discos bella. (Sobre el Ars Nova florentino pueden
WACNER: Fragmentos de Tratan undlsol- compactos AÍ)D. Duración» S5'39" y verse algunos datos en SCHERZO n.° 27,
de, Tannháuser, Derjliegende Hollánder, 46'33'" Grabado en el L'fa-Tonsludio de Ber- pp. 78-83).
Gólterdámifterung. Jessye Norman con la Ifn en diciembre de 1966 y enero de 1967. Re-
London Phi I harmonio Orchestra, dirigida procesado a digital en 1988. Esther Lamandier como cantante que se
por Klaus Tennstrdl. EMI CDC 7497591. acompaña a sí misma recupera un tipo fre-
DDD. Duración: 60'13". '' .Lmijii I ' " o c o £|Ue l * e c ' r ^ e u n o s discos de cuentísimo en la iconografía de la época. La
ÍSIDS© los que se han escrito ríos de tinta práctica está además avalada por el mismo
Jessye Norman, en esta etapa I " " * * ' I y que, por lo tanto, no vamos libro que presta su nombre al registro. La
de su carrera, parece inclinar- otra vez a insistir sobre lo ya dicho. Apun- sensacional artista, con su personsltsjmo es-
se bastante hacia el repertorio temos solamente para guía de los más jóve- tilo, nos propone un rescate de la manera
wagneriano. Ahí están su Sieglinda del Met nes que estamos en presencia de una de las de cantar en el Trecenlo. Sin duda una hi-
58 Scherzo
discos
potesis y cuyo grado de belleza queda pen- Tres homenajes fugaces, inte- encabezados por E lisa bel h Schwarzkopf.
diente del juicio del receptor. La grados por piezas cortas com- Estas regrabaciones reúnen piezas extrac-
peculiaridad del timbre de la voz, y sobre puestas «a la mayor gloría de tadas de versiones integrales y recitales que
lodo el modo de adornar, en cascada, na- Haydn» o con motivo de las muertes de Fau- datan de 1965 hasta 1980, es decir la etapa
cen que las recreaciones de Lamandier no ré y Roussel. media y madura del tenor. Su voz ya no es
provoquen un reconocimiento universal. En El contenido de este disco nos muestra una la juvenil y casi adolescente de las comien-
todo caso, la incansable vivacidad de sus in- serie de obras de interés desigual, de las que zos, pero ha ganado cuerpo y redondez, res-
terpretaciones otorga una luz diferente, solo las firmadas por Debussy y Ravel se es- plandece en el agudo y es persuasiva y
siempre atractiva, a las músicas a las que se cuchan alguna vez. Muchas de las piezas, en seductora en las medias voces y el canto
acerca. Ocurre indudablemente así con esle su brevedad, son insuficientes para dejar piano.
Decamerón, grabado en 1980 y pasado al so- constancia del estilo de su autor, pero la se- En cuanto al estilo, Gedda conoce la sen-
porte de compacto en I98Í. Al firmante só- lección no carece de interés en razón a su lime ntali dad de la opereta y la maneja con
lo le queda reconocer que forma parte de los propio carácter de rareza, ya que, bien mi- elegancia, sobre todo en el repertorio tardío
que se rinden al hechizo de Lamandier. rado; ¿Cuántas veces tenemos oportunidad (Lehar y Kalmann). Offenbach y Strauss exi-
de escuchar el Preludio Elegiaco de Paul Du- gen más distancia y mi; acentuada ironía.
kas, el Fox-trot de Conrad Beck o la Pieza Las resultados musicales son óptimos. La vo-
E.M.M. sobre el nombre de Fauré de Floren! cal idad, a pesar de los años transcurridos,
Schmitt? es brillante en cualquier caso.
DÚOS PARA SOPRANOS: Obras de Mon- La principal intérprete de estas músicas. Los directores escogidos —Franz Allers,
leverdi, Ciríssimi. Dvonik (Duelos moravos Margaret Fingerhut, es una pianista britá- Willy Boskovski y Willy Matees— son es-
op. 32), Humperdinck (fragmento de Hún- nica muy al uso, que ha estudiado con Vla- pecialistas en el género, lo cual es una ven-
sel und Gretel) y Richard Slrauss (Fragmen- do Perlemuter. Poco tiene que ver, en taja frente a otros nombres de mayor nivel
to de Der Rosenkavalier). Elisabelh verdad, con el estilo de su maestro, ya que técnico y estético pero que, metidos a ope-
Schwarzkopf e Irmgard Seefried, sopra- se trata de una ejecutante toda dedos, de téc- releros, se quedan cortos en cuanto a carác-
nos, (ierald Miwire, piano (las Ires primeras). nica suficiente aunque algo seca. ter, desenfado y esa sutil pizca de vulgaridad
Orquesta Ph¡Iarmonía: Krips (Hansel). Fi- que la opereta requiera.
larmónica de Viena: Ka rajan (Rosenkava- J.M.S.
lier). KMl-références CDH 69793 2 CU ADD Algunas páginas, como las de El país de
75:42 mns. las sonrisas. Sangre vienesa y El barón gi-
LE BELLE EPOQUE DI) PICCOLO. lano. figuran entre los prototipos de Gedda.
Se trata de un antiguo y famoso Obras de Danuré. Genio, Danjou y Mayeur. Soprende oírlo en el Danilo de La viuda ale-
álbum que ha sido reforzado con (El Mirlo Blanco, Baile de Máscaras, la Tór- gre, obra en que va asociada a Roussillon.
HMiMID
otras grabaciones (en este caso tola, el Nido, Carnavalde Venecia...jieun- Agradable novedad es e! aria de París de la
operísticas) de estas dos magnificas intérpre- Louis Beaumaudier; piccolo, Jean Koemer; offenbachiana Bella Helena.
tes en su mejor época (1947-1956), para con- piano & Maxence I arrien; piccolo. C ALIO-
PE 9*67-Digital. 71*23". Distribuido por a M.
seguir uno de los discos más generosos en Harmonía Mundi.
tiempo que ha dado hasta el momento el for-
mato CD. Ante discos como éste cabe poco El piccolo estuvo de moda en
que decir tras haber relacionado los nombres,
el de la recieniemente fallecida Irmgard See- Francia en el último cuarto del
siglo XIX y se lo asoció tanto
MÚSICAS
fried y el de la legendaria Schwarzkopf,
acompañadas por Gerald Moore. Puede con- a las bandas militares como a los cabarets TRADICIONALES
siderarse que las obras, en sí, no están servi- y salones de danza.
das como se debiera. Es cierto que ni En el presente disco se suceden Caprichos,
Fantasías y Polkas sin que pueda apenas dis- PAYS BASQUE: Arrunoa. Beñat Achiary
Carissimi ni Monteverdi pueden ser acom- (canto), Michel Doneda (saxofones sopra-
pañados al piano, inst rumen lo que no pu- tinguirse dónde terminan unas y comienzan
otras, pese a que todas conserven un cierto no y sopranino), Dominique Kegef (chelo e
dieron ni soñar. Y que los Duelos moravos israj), Xavier Legasa (contrabajo), Ninh Le
de Dvorak deben ser cantados en checo, ya marchamo de música clasica. La aparición
del piccolo está obligadamente anticipada Quan (percusiones), Josean > Jesús Artze
que su composición fue un acto de afirma- (txalaparla). Txarranga de Uslaritz dirigida
ción checa frente al área germánica. Todo eso por el pianista, cuyo anlinefinado acompa-
ñamiento parece más propio del fox-trot que por Píen* Haira. C.'D Ocora (Serie: En Kran-
es cierto, y sin embargo, la escucha de ésto, ce). DDD. C 559045. 74'50".
que constituía el disco originario, es una de esta música.
auténtica delicia porque nos encontramos an- Por su parte el superagudo flautín, tam- No estoy muy seguro que este
te las mejores voces posibles, muy en esti- poco demasiado expresivo en si mismo, ha- disco tenga que ser comentado
lo a pesar del piano, y muy fieles al ce de los múltiples pasajes de pícalo legado en la rúbrica Músicas tradicio-
compositor bohemio a pesar del alemán en su principa! credencial gracias a la endia- nales. Los cantos de origen popular vasco
que están cantados los Duelos. Debemos mi- blada habilidad de Jean-Louis Beaumaun- arreglados y armonizados por varios com-
rarlo sobre todo como un recital, en el que dier el abundante frullato de Carnaval de positores (unísono de un saxofón soprani-
surgen obras que, a pesar de estas desubica- Venecia o el dúo de flautines de El Nido nos no y de la voz en el primer canto, utilización
das de su contexlo, foncionan en virtud del proporcionan un gozo momentáneo, pero al de un contrabajo en el duodécimo canío pa-
arte (creo que indiscutible) de dos voces y final acaba imponiéndose una cierta mono- ra «restituir el ambiente nocturno y apasio-
un acompañante ya míticos. Los dos poco tonía dictada por el característico sonido del nado de la melodía»...) acompañan unos
conocidos fragmentos operísticos redondean instrumento. poemas musicados por el intérprete que in-
el recital. Adviértase que el fragmento de Ka- terviene como compositor. Tampoco se trata
rajan no es el de su grabación de los 50 (con Casi hora y cuarto a solas con el piccolo de rev/val, nos dice Bcñat Achiary en la pre-
Schwarzkopf, pero sin Seefried), sino que es es bastante tiempo. El afilador del barrio sentación, sino de memoria en marcha: no
un registro de 1949. Para los amantes de las nunca se detiene tanto tiempo bajo la sé bien cuál puede ser la diferencia, porque
voces más bellas de aquellos tiempos, privi- ventana. si la voz (sana y robusta) y algunos instru-
legiados en esta materia, se (rata de un dis- J.M.S. mentos pertenecen a un cieno patrimonio
co imprescindible y legandario. cultural, los arreglos y muchos instrumen-
N ICOL AI CEDDA: Arias de operetas de tos pertenecen a las corrientes estéticas (o
ideológicas) del revival. Estoy hablando de
s. M. a Johann Slrauss, Millóckcr, Lehar, Kalnuan problemas formales que intervienen enlre el
y Offenbach. Acompañamiento de varias or- espíritu y la letra. Volví a escuchar el disco
questas. KMI Sludio Stereo ADD, C DM 7 de Matteo Salvatore (comentado en
HOMMAGES i HAYDN, ROUSSEL Y 69506 2. Duración: 68.06 minutos.
FAURÉ: obras de Debussy. Dukas, Hahn, SCHERZO. diciembre 88) y la diFerencia es
Dtady, Ravel & Widor; Delage, Honegger, Nicolai Gedda empezó tempra- abismal: no me refiero, ya, solamente a la
Poulenc, Talismán, Beck, Hoeré« & Mil- namente a cantar operetas para forma, sino a la implicación exisiencial de
haud; Ravel, Enesco, Aub«rt, Se h mil I, el disco y todos recordamos los intérpretes.
Koechlin, Ladmiraul & Roger-bucasse. aquella serie inaugurada, en los anos 50, que
dundos 8578 C-D DDD 56'48". reunía a nombres ilustres del canto vienes, P.E.
Scherzo 59
•studio discogrófico
60 Scherzo
•stvdlo discogrófico
Scherzo 61
•studlo discogrófico
Novedades bartokianas
pudimos comprobarlo en su visi-
62 Scherzo
•studio discográfico
Scherzo 63
estudio bibliográfico
Al fin, Schoenberg
C omo sus propios títulos
dejan translucir, estos
dos volúmenes integran
documentos. El primero, sólo de
carácier epistolar, obra todos
da por sus entusiastas seguido-
res y discípulos. Schoenberg es
exigente para con su obra, pero
desprendido en sus derechos eco-
nómicos, hasta el punto de pe-
ellos del compositor Arnold dir más ayuda para, por
Schoenberg. El segundo incluye ejemplo, Webern (carta 71 y
cartas de Schoenberg y Kan- otras) que para sí mismo. Algu-
dinsky, otros lexlos de ambos ar- nos detalles importantes de su vi-
tistas y reproducciones de obras da parecen más dramáticos de lo
plásticas. En este segundo volu- que debieron haber sido (como
men reseñado hay, además, un ia acusación de antisemitismo a
articulo de Harmut Zelinsky re- la Bauhaus, caso que en el segun-
lativo a ambos artistas. _ do de los libros aparece más do-
cumentado, hasta el punto de
El interés de estos libros es ex- que las culpas se las lleva la bue-
traordinario, como tendremos na y lenguaraz Alma Mahler, a
ocasión de razonar a continua- la sazón esposa de Gropius).
ción. Sin embargo, no poseen el Schoenberg no admite que la
mismo interés para cualquier pú- comprensión de su música y
blico interesado en la música. El otras músicas sea cuestión de
aficionado medio sentirá un in- gustos, como le recuerda a Dow-
terés general lógico. El aficiona- nes, críiico del New York Times,
do a la música del siglo XX, a los a propósito de Mahler (carta
grandes clásicos de nuestro siglo, 230), pero en otra carta sostiene
un interés especial. El aficiona- algo no contradiclorio, sino
do que tiene un conocimiento in- complementario: «no es el mú-
terdi se iplinario estará especial- sico profesional, el músico que
mente interesado en el segundo vive de su arte, quien es indispen-
volumen, donde la dimensión de sable para mantener en pie la cul-
artista pictórico de Schoenberg tura musical, sino que lo es el
se potencia con su relación con aficionado, y ha sido siempre el
Kandinsky. aficionado quien de verdad ha
fomentado el cultivo del arle»
El libro de Corlas de Schoen- (carta 250). Schoenberg intuyó
berg es apasióname, ni más ni algo de lo que podía suceder con
menos, si se está interesado en la su aportación, cuando comparó
peculiar y difícil carrera de uno el desprecio hacia la misma en vi-
de los músicos aportadores más da con la posible apoteosis de la
grandes de nuestro tiempo. Aun- misma iras su muerte, como así
que los cinco períodos en que es- fue en los largos años de Darm-
tá dividida la correspondencia Caricatura de Rudolf Hermán. stadi: «La segunda mitad de este siglo hará
(desde 1910) aparecen precedidos malo por sobreestimación lo que la prime-
de notas biográficas y relación de obias, es nos limitamos a la que puede servir de in- ra mitad ha dejado en blanco en mí por in-
necesario un pequeño conocimiento previo troducción a quienes pretendan acceder a los fraestimación».
de la vida y la obra de Schoenberg. Aquí dos libros que ahora reseñamos.
aparece una dificultad, ya que et libro de
Muchnik es demasiado breve, al tratar de los El libro de Cartas de Schoenberg no es,
tres compositores de la Escuela de Viena {La en modo alguno, una autobiografía indirec- El libro de Kandinsky y Schoenberg pa-
segunda Escuela de Viena, de Nieghbour, ta. Es tan sólo una selección de cartas reali- rece destinado a personas más versadas en
Griffiths y Perle, extraído del New Grove) zada por Slein a partir del material existente, artes plásticas que en música, pero existen
y el de Stuckenschmidt (Rialp, 1964) debe ya seleccionado por el tiempo, por el pro- notas explicativas a lo largo de todo el vo-
de estar agotado hace tiempo. Por su par- pio composilor, por circunsiancías de per- lumen. No se trata de la clásica monografía
te, el de Rosen, es monográfico, no biográ- didas y omisiones. Sí es un conjunto con apéndices documentales, sino justamen-
fico, y se trata sobre todo de la estética y documental ampliamente significativo. Par- te lo contrario: una colección de documen-
la obra del compositor (Antoni Bosch, le del mes de enero de 1910 y llega hasta dos tos (cartas, textos teóricos, obras dramáticas
1983). En consecuencia, la biografía más a cartas del 27 de junio de 1951, tres semanas de ambos: El sonido amarillo de Kandinsky
mano habrá que buscarla en oiro idioma. antes del fallecimiento del compositor. La y La mano feliz de Schoenberg, reproduc-
Por ejemplo, la excelente biografía- riqueza de estos documentos epistolares no ciones pictóricas de los dos) que incluye dos
monografía de Rene Leibowitz en la colec- es resumible. Basle reseñar que abarca lo- apéndices como estudios de los mismos (los
ción Solféges (Ed. du Seuíl, varias reedi- do lo que de interés pueda haber con respec- artículos de Jelena Hahl-Koch, editora del
ciones). to a la obra de Schoenberg, a su actitud volumen, y de Harmut Zelinsky, casi cien
aparentemente iluminada con respecto a la páginas de las 240 totales). Precisamente, el
misma, su insobornabilidad, su falta de di- orden de lectura podría ser el contrarío, y
En cambio, para situar perfectamente el plomacia, su profundo sentido moral. Al- empezar con eslos estudios para proseguir
encuentro entre Kandinsky y Schoenberg, gunas relaciones personales están muy con el resto, que aparece antes. El artículo
además de las notas y lo que se desprende documentadas aquí, como la que hubo en- de Jelena Hahl-Koch trata de los elementos
de la edición de la señora Hahl-Koch, dis- tre el músico y Hermann Scherchen (véase que caracterizan los estilos de Schoenberg
ponemos de un excelente librito, con ilus- la curiosa evolución, desde la regañina de y Kandinsky hacia la época en que se cono-
traciones de Kandinsky y oíros pintores del la carta n." 21 hasta el reconocimiento de cieron, la historia de su amistad y las coin-
Blaue Reiter, en especial los malogrados la importante labor de dicho director para cidencias de sus pretensiones. El artículo de
Franz Marc y August Macke, muertos en el con la música de la Escuela de Viena). Ve- Zelinsky es sumamente complejo y necesita
campo de batalla durante la primera gran mos a Schoenberg ayudando a todos sus co- conocimientos previos, pero es de enorme
guerra. Se traía de Der Blaue Reiter. Un ex- legas, polemizando con editores, directores, interés para la reconstrucción que supone del
presionismo alemán, de Paul Vogt, edita- animadores, al tiempo que se configura co- tras fondo cultural alrededor del que se mue-
do por Blume {Barcelona, 1980). Desde mo un artista cuya soledad no queda palia- ven ambos (como la participación de
luego, hay más amplias biografías, pero aquí
64 Scherzo
libros
Scherzo 65
-lo guío d * sch*rzo-
66 Scherzo
dosier
Mussorgski, 1839-1989
Scherzo 67
dosier
I ladimir
Sttasov,
crítico
musical
y mentor
/leí Grupo
ríe lo.1. Cinco.
Retrato
de Repin.
El poeta
LUI'O tlruma
fui' la ha\t>
partí la ópera
de Muworg'iki
Museo
Pushkin,
Leiiingrado.
68 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989-
cente, primero en un diálogo con Boris y iuego en un desola- después de referirse a que la escritura margina a propósito
dor canto conclusivo. Es curioso el paralelismo que a la postre cualquier tentación «occidentalista» por lo que respecta al
se establece los destinos de los dos protagonistas: tanto el pue- acorde de séptima, destaca «el sentido pro fu ndam entre re-
blo como el Zar se quedan solos. El primero, abandonado belde y por ello humano, popular-nacional de la ópera, la
a su suerte, engañado; el segundo, el usurpador, incapaz de institución vigorosa, dura, voluntariamente desprovista de
vencer sus remordimientos, viviendo en atroz drama expia- hedonismos y orientalismos románticos, oscurecida por una
torio que acaba con la muerte, con «la negra oscuridad». coloración que rechaza las imágenes fantásticas y sugestivas,
Pero, sin duda, la gran originalidad de la obra reside en pero que tiene el valor dialéctico de los lancinantes contras-
el iratamiento dado al discurso instrumental y vocal partien- tes en blanco y negro». Con todo, la base es la línea melódi-
do de una idea básica: servir a la palabra y a sus significa- ca, siempre continua, siempre adaptada al acontecer
dos: «Mis personajes, en escena, deben expresarse dramático, plegada al carácter o psicología del personaje tra-
exactamente como hombres normales. Es preciso que el es- tado. El ropaje orquestal no posee brillos externos, pero se
píritu, el carácter, la fuerza de sus entonaciones, sostenidas integra de forma magistral, austera y directamente, en la ac-
por la orquesta que continúa de alguna manera su línea, el ción interior y exterior, formando con la voz un lono indes-
soporte musical de la palabra, den el el blanco. Mi música glosable fluido y profundo, heredero directo de la técnica
debe ser una reproducción del lenguaje de los hombres hasta monteverdiana.
en sus matices más insignificantes. O, dicho de otra forma: La idea de componer Boris se la sugirió a Mussorgski el
«las sonoridades de la palabra humana», consideradas to- historiador Nikolski en 1868. La base era el drama de Push-
mo manifestaciones del pensamiento y de la emoción, deben, kin sobre el que fue preciso realizar una implacable labor de
sin exageración, sin violencia, devenir en una «música» verí- poda y reducción a fin de convertir sus más de veinte cua-
dica, fiel pero artística». Desaparece asi la vieja línea diviso- dros en un libreto articulado susceptible de ser puesto en mú-
ria entre la música y la palabra, que acaban por formar y sica. La ópera quedó terminada en diciembre de 1869 y fue
ser una sola cosa. Algo que, no muchos años después, lleva- presentada al comité de lectura del Teatro Miriinski de San
ría a sus extremas consecuencias Leos Janácek. Las auda- Petersburgo que la rechaza en 1871. Numerosas razones mo-
cias de escritura que todo ello conlleva en Mussorgski tivaron la decisión: la carga crítica que la obra destilaba pa-
—aplicables también, sobre todo, a su inconcluso Khovam- ra el régimen zaris!a, la aparentemente extraña e inconexa
china y algunos de cuyos aspectos examina casi con lupa el estructura dramática, la falta de una protagonista femeni-
trabajo de Calvocoressi recogido en este dosier— se centran, na. Mussorgski redactó en seguida una segunda versión que
en lo armónico, en el sutil y elaborado cromatismo cuando suponía la inclusión de numerosos cambios y la construcción
la situación lo requiere (intervenciones del jesuíta Rangoni, de un cuadro con prima donna. Sin éxito porque un nuevo
por ejemplo), escalas de tonos enteros, con especial fijación rechazo se produjo en 1872. Pero las presiones ejercidas por
en el significativo acorde de quinta aumentada, los rasgos algunos amigos del compositor y el hecho de que el asunto
modales derivados de la aplicación de esquemas tradiciona- empezara ya a traer cola determinaron que, finalmente, la
les rusos conectados con el antiguo folklore, y el bardo Ria- ópera fuera admitida y estrenada el 27 de enero de 1874.
binin ayudaron a Mussorgski en su labor de búsqueda)... Es
importante la opinión de un expeno como Pestalozza, quien Arturo Reverter
Scherzo 69
dosier
N
umerosos avatares hubo de sufrir la versión original tanie en el diálogo entre Pimen y Grigori.
de Boris Godunov. Desde 1906 se ha impuesto en io- 4) Una posada cerca de la frontera lituana (acto 1, escena
dos los escenarios la revisión de Rimski-Korsakov. 2).
Ello no significa que sea ésta la única versión realizada des- 5) Habitaciones del Zar en el Kremlin (acto 2). Esta se-
pués de la muerie de Mussorgski, ni tamposo que hoy en día, gunda versión es mucho más larga, pues a lo escrito en la
y desde hace ya unos vcinlc años, no se haya venido conside- primera suma la canción del mosquito (nodri/a), el juego de
rando que el auténtico mensaje de la obra, la enorme y trá- las palmas (nodriza y Fiodor). la escena del loro (Feodor y
gica belleza que posee, tienen su máxima definición en la Boris) y la escena del reloj de carillón (Boris).
escritura primigenia, en la realizada, con todas las imperfec- 6) Habitaciones de Marina Mnishek en el castillo de San-
ciones que se quiera, pero de forma genial por el músico Ka- domir (acto 3, escena 1).
revo. de ahí que hoy sean cada vez más los teatros que 7) Los jardines del castillo de Sandomir (acto 3, escena 2).
incorporan a su repertorio la partitura original en alguna de 8) Una sala en el Kremlin de Moscú (Muerte de Boris) (acto
las modernas revisiones. Un ejemplo de ello lo tenemos en 4, escena 1).
el Gran Teatro del Liceo que en 1985 representó la obra de 9) Un claro en el bosque cerca de Kromi (acto 4, escena
acuerdo con estas premisas. En Madrid pudo conocerse la 2). Esta escena, la llamada revolucionaría, utiliza parte de
versión original en año 1981 en el montaje del Teatro Kirov la música de la escena 6 de la primitiva versión.
de Leningrado.
Conviene, por tamo, consignar de manera concisa —sena-
lando sus esenciales características— las versiones de Boris Rimski-Kursakov, 1891-1895. Entre esos anos el que fue-
Godunov de las que se tiene noticia: ra íntimo amigo de Mussorgski reorquestó el Acto polaco y
Mussorgski, 1869. Viene constituida por las siguientes sie- pulió la escena de la coronación, aparte de otras modifica-
te escenas. ciones de la partitura origi-
nal abreviada. En 1906 se
1) El patio del monaste- decidió a llevar a cabo la re-
rio Novodievichy (pró- visión de la segunda versión
logo). de Mussorgski en nueve es-
2) La plaza del Kremlin cenas. De 4.245 compases
de Moscú (escena de la co- que constituían la partitu-
ronación). ra original de Mussorgski,
3) Un celda en el monas Rimski rcelaboró nada me-
terio de Chudovo (celda de nos que 3.560 (consultar al
Pimen). íespecto al interesante tra-
4) Una posada cerca de bajo que José Luis García
la frontera lituana. del Busto en el n.° 476 de
5) Apartamentos del Zai la revista Rilmo, noviem-
en el Kremlin. bre de 1977. Posteriormen-
6) Una pla/a i'renie a la IL1 Ippolilov [vanov recons-
catedral de San Basilio en i ruyó la escena de San Ba-
Moscú. silio, que en ocasiones se
7) Una sala en el Krem suma a las otras nueve (de
lin (Muerte de Boris). manera dramáticamente no
demasiado lógica, desde
Mussorgski, 1872. Esüi luego).
versión aparece estructura-
da en nueve escenas que M.' Shostakoviich, 1940. Esta
reparten en un prólogo v HHlHüe IgPLIOiMHIK < CU BLífflHEHIElfb ClHKb Ht revisión atiende fundamen-
cuatro actos: lalmenie a la orquestación,
n n a n o j A T i a f t í r i ra DOCTAJÍOBKIII KA CIÍKIUÍK I U
1) El patio del monaste- +OPTEHbHtíO Cl mfUEITb sin cambiar notas, melo-
rio de Novodievichy (pró- días o armonías, aunque
logo). Este fragmento os edulcorando bastante el te-
más cono que el de la ver- lido orquestal mussorgskia-
sión de 1869. Hay un corte no y acortando algo las dos
en la segunda entrada del iíi U" <cln> nyun
escenas del Acto polaco.
oficial de policía, y en hi Ln todo caso, una revisión
significativa exclamación mucho más respetuosa que
del pueblo. «Si nos han B.EKCCL1HnK? la de Rimski. La versión
reunido para llorar, tam- I ue presentada en el teatro
bién podíamos haber ido a Kirov en 1959. Posterior-
hacerlo frente al Kremlin'). l'mititlti tle ht pítnttittii itn^i/Hil dv líim\ (iiniíuiiii'. mente, se montó en el Me-
70 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989-
El trabajo de Rimski-Korsakov
Atlanta DH/OI ifíinn). i fiiintru S/uirkt". tAt'iiiul i -\nmi ( u.w ti <
ilnrl cu i-I \ffir<i/wltiuti tlt- \IICUI )ruk rl iiim l''l¡ Dado que la revisión más conocida es la de este composi-
tor, puede ser interesante conocer con mayor detalle cuáles
fueron las modificaciones más importantes llevadas a cabo
por el que fuera intimo amigo de Mussorgski, sin duda uno
de los grandes orquestadores de todos los tiempos. Su labor
ha sido en general muy criticada por los estudios, aunque no
puede negarse que el público la aceptó desde siempre y que
los cantantes y directores la prefieren a la más agresiva y os-
cura de Mussorgski, que sin duda ortorga menores posibili-
dades al lucimiento.
E! critico italiano Fedele D'Amico sintetiza en tres puntos
las innovaciones de Rimski-Korsakov:
Primero, la dramaturgia, campo en el que las intervencio-
nes del arreglista no son demasiadas, aunque de gran enti-
dad. Por ejemplo, la inversión de los dos últimos cuadros,
ya comentada; o la modificación del segundo cuadro del Ar-
co polaco: mientras Mussorgski otorga papel preponderante
al jesuíta Rangoni, Rimski lo hace desaparecer, convinien-
do el final de esta escena en un apoteosis a la italiana.
Segundo, modificaciones de tonalidad, métrica y armonía.
Pueden señalarse al respecto:
— En la escena de la coronación, las entradas sucesivas
del coro, con bruscas modulaciones de unas a otras, suenan
Una escena del tíurts Goílunov del Teatro Bulshoi tle MII.MII. CU 1927. en Mussorgski como frustradas, de manera desordenada. En
Scherzo 71
doctor -
Arturo Reverter
72 Scherzo
DISCOS
MUSICAL
Los Clásicos de la música
DEAL
rCMUSICAL
CARLOS «I - W 1 - 18013 - IMDHD
dosier
De la verdad y la locura
l Boris Godunov de Mussorgski es fiel, en lo esencial,
E al de Pushkin. La estructura dramática del drama de
este poeta favorito de los músicos rusos de ambos si-
glos es plenamente shakesperiana y, como Shakespeare, Push-
EL ZAR.—¡Que le den una limosna! Pero ¿por qué llora?
YURÓDIVI.—Los niños no dejan de meierse con el po-
bre Nikolka... Haz que les corten el cuello, como se lo cor-
laste al zarevich.
kin se permite alguna mentira histórica a fin de conseguir una LOS BOYARDOS.—¡Idiota, fuera de aquí! ¡Llevaosaeste
superior verdad poética. Tal es el caso de la muerte del zare- idiota!
vich. En primer lugar, Boris no mandó matar a ningún ni-
ño. En segundo lugar, el verdadero Dmitri murió por EL ZAR.—Dejadle. Reza por mi, pobre Nikolka. (Exit).
accidente. En tercer lugar, de haber sobrevivido no hubiera YURÓDIVI.—(Va tras él) No, no, no se puede rezar por
tenido derecho al trono, es decir, nunca fue zarevich. En cuar- el rey Herodes... Lo prohibe la Virgen.
to lugar, el reinado de Godunov se inscribe dentro de ¡a am- La actitud de Yuródivi no es la hazaña de un valiente, ni
plia peripecia de anarquías posteriores a la muerte del zar Iván siquiera la temeridad de un insensato. Es la simple verdad
el Terrible. Sin embargo, este crimen aparece en el drama y que sale de la boca del loco. Michel Foucault trató de pasa-
en la ópera como una realidad que marca la ilegitimidad del da este tema en su amplia monografía que describe el paso
boyardo convertido en zar y le da una dimensión personal de ¡a concepción dramática de la locura en el Medievo al gran
que encaja perfectamente con los desgraciados acontecimien- encierro de lo que él llamaba la «época clásica» (siglos XVII
tos que llevarán, a partir del silencio impuesto de este cri- y XVIII). Estamos en una época en que parece concederse
men, a la gran confusión de mil mentiras voceadas, en especial cierta lucidez al loco, determinadas posibilidades criticas fren-
el efímero reinado del primero (pues hubo varios) de los fal- le a los supuestos cuerdos: «La locura y el loco llegan a ser
sos Dmitri. A ese silencio sólo parece escapar la crónica de personajes importantes en su ambigüedad: amenaza y cosa
Pimen —que permanece oculta— y la voz de Yuródivi — ridicula, vertiginosa sinrazón del mundo y ridiculez menuda
que se escucha en público. de los hombres (...) La denuncia de la locura llega a ser la
En los Boris de Pushkin y Mussorgski iodos los persona- forma general de la crítica. En las farsas y solies, el persona-
jes —zar, pueblo, boyardos, imposior, nobleza polaca— en- je del Loco, del Necio, del Bobo, adquiere mucha importan-
gañan o se engañan. Si aceptamos esa verdad poética frente cia. No está ya simplemente al margen, silueta ridicula y
a la «menor» verdad histórica, el único que no se engaña y familiar: ocupa el centro del teatro, Lomo poseedor de la ver-
además dice la verdad sin miedo es el Yuródivi, el loco po- dad, representando el papel complementario e inverso del que
bre y vagabundo que en la breve escena XVII del drama de representa la locura en los cuentos y en las sátiras. Si la locu-
Pushkin (donde todas las escenas son breves, brechtianas, po- ra arrastra a los hombres a una ceguera que los pierde, el
dríamos decir) mantiene este diálogo con el zar, frente a ia loco, al contrario, recuerda a cada uno su verdad: en la co-
catedral. media, donde cada personaje engaña a los oíros y se engaña
YURÓDIVI.—¡ Boris, Boris, los niños no dejan de meter- a sí mismo, el loco representa la comedia en segundo grado,
se conmigo! el engaño del engaño: dice, con su lenguaje el necio, sin aire
74 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989
Scherzo 75
dosier
Realismo vital
alvo Boris Godunov en sus dos versiones , Mussorgski La evolución de sus ideas acerca del teatro lírico tenía que
76 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989
ski contestó con cierta rudeza: «Ya tenemos bastante Orien- melodía en moldes rítmicos previsibles y determinados por
te con Judilh«, refiriéndose a la ópera de Serov, músico de una versificación de métrica muy restringida, Mussorgski
la escuela germánica de Rubinstein, sedicente wagneriano mostraba no menor recelo hacia el sinfonismo germánico cu-
aunque en la práctica más afin a los modos de Meyerbeer. yo trabajo temático se le antojaba mecánico y pedantesco,
Salambó tal vez se pretendió una anú-Judith pero no logró y a su sistema de modular como mecanismo de meditación
esquivar muchas de sus limitaciones y manierismos. La in- entre tonalidades remotas prefería una confrontación de
fluencia francesa chocaba con vetas culturales muy profun- ideas, sin que su choque fuese dulcificado por un procedi-
das y se revelaba superficial a pesar de que Salambó estaba miento de transición, no dudando, en definitiva, en disolver
en una órbita de modernidad que no tenía Han de islandia la construcción periódica regular en prosa musical.
de Hugo, un primer proyecto juvenil que no prosperó. El valor profético de El Matrimonio es innegable. No se
publicó hasta 1901 en su versión original para canto y pia-
no. Rimski-Korsakov orquestó algunas páginas y en 1926
El paso del Rubicón Ippolitov-Ivanov hizo una nueva versión. En 1938 Cherep-
nin reorquesló la obra con gran lacio pero añadiéndole dos
En j n junio-julio de 1868 Mussorgski escribió el primer acto cuadros compuestos enteramente por él.
de El Matrimonio según un relato de Gogol con la concien-
cia de que iba a crear una ópera de un estilo nuevo, auténti-
camente rusa, difícilmente trasladable a otra lengua a causa Segunda crónica histórica
de la elección de las entonaciones, de la posición de los acen-
tos, amen de las situaciones, y personajes no 1 menos|intraduci- Ljas épocas de crisis colectiva en las que las estructuras se
bies a otra área cultural. «Después de El Matrimonio, se ha tambalean y evidencian su carácter de tramoyas institucio-
cruzado el Rubicón. Esto es prosa viviente en música», es- nales dejando desnudo en primer plano el espíritu popular
cribió ese mes de julio de 1868 a Ludmila Shestakova. Se da- apasionaban a Mussorgski, cuyo agudo sentido realista le ve-
ba cuenta de la significación del experimento y también del daba aislar temas individuales del contexto histórico, A es-
riesgo de poner música a un texto en prosa, algo que Balaki- tos periodos de conmoción y alumbramiento en los que hay
rev juzgaba demencial. una transmutación de valores al ponerse en tela de juicio los
La idea de musicar una obra palabra por palabra tal co- establecidos, pertenecen el interregno que había precedido al
mo fue escrita sin la reelaboración de un libreto según era advenimiento de los Romanov en Boris, y los años de la Re-
habitual, vino a Mussorgski de Dargomishki quien empezó gencia de Sofía y la llegada al poder de Pedro 1 en Khovan-
a componer El Convidado de Piedra de Pushkin en 1866, ad- china; y todavía pensó Mussorgski en un tercer drama popular
hiriéndose al credo del realismo ruso cuyo manifiesto había que se quedó en proyecto, la Pugachevina, sobre la revuelta
sido La Relación estética de arte y realidad de Nicolai Cher- campesina dirigida por Pugachev durante el reinado de Ca-
nichevski obra que aportó la base doctrinal a la literatura rusa talina II.
a partir de Gogol. Pero Dargomisnki aún utilizaba un texto Mussorgski empezó a seleccionar materiales para Khovan-
escrito en verso blanco y no en la pura prosa de El Matrimo- china en 1872; el libreto, si puede llamarse asi, escrito por
nio y luego de pasajes del Boris. él, evoca la etapa entre los años 1682-9 en la que se produce
Técnicamente ésto implicaba nada menos que el desman- un cambio de orientación en la historia rusa, con la conspi-
telamiento de la tradicional estructura periódica, factor esen- ración del príncipe Khovanski contra la dinastía Romanov,
cial de la organización rítmica y fundamento de la melodía la aniquilación de los Raskolnikis o viejos creyentes que ha-
cantable. El abandono de la sintaxis tradicional suponía ex- bían rechazado las reformas del Patriarca Nikon en 1654 y
presión y sentimiento antes que simetría y estilización. Es- el triunfo final del joven zar Pedro 1 sobre la oposición polí-
céptico hacia el estilo de la ópera italiana que constriñe la tica y religiosa.
Scherzo 77
-dosier
El propio compositor explica muy bien el plan primitivo: pira a la totalidad; en relación con Boris abre una dialéctica
«En el centro de la acción se sitúa la majestuosa figura de que abraza la más rotunda afirmación y al mismo tiempo su
Dosifei, el jefe de los Raskolnikis, un hombre vigoroso, enér- contrario.
gico, de un espíritu penetrante, de una gran experiencia. El
es el desencadenante, el que mueve a la acción a los dos prin-
cipales: Khovanski, el representante de la vieja Rusia fanáti-
ca Y Golilzin, el de la Europa Occidental por la que crecía Epílogo ucraniana
el interés en el entorno de la zarina Sofía. Ciertos persona-
jes, diversos elementos del distrito alemán de Moscú y de los Ei proyecto para La Feria de Sorochinlsi, una ópera cómi-
cuarteles de los Strelsi (mosqueteros), el pasior alemán y su ca basada de nuevo en gogol, se remonta a 1874, pero el tra-
vieja hermana, sus jóvenes sobrinas, dos sectarias oxiodo- bajo no se inició hasta 1876, simultáneamente durante varios
xas, de las que una, Marfa, rebosante de vida y de pasión años con Khovanchina, lo que fue perjudicial y contribuyó
(una especie de mujer de Putifar) se opone a la otra, Susan- a que ambas obras quedasen incompletas. Sólo la introduc-
na, adusia, amargada, fanática, el joven Pedro con su guar- ción fue orquestada; el resto fue escrito para canto y piano.
dia, la zarina Sofía, inteligente, enérgica, rodeada de su Faltaban por componer escenas intermedias del primer ac-
salvaje milicia, el cónclave de los Raskolnikis, al autodafe vo- to, una parte considerable del final del segundo, íoda la ac-
luntario de los sectarios como coronación de la pieza cuan- ción del primer cuadro del tercero y la mayor parte del último
do Dosifei comprende que la vieja Rusia se extingue y que cuadro de este mismo acto.
una nueva nace, todo esto constituía un conjunto de moti- Tras la muerte del compositor se sintió la necesidad de com-
vos del máximo interés para una ópera». pletarla; Liadov, a petición de Rimski-Korsakov, fue el en-
Mussorgski no pudo llevar a feliz término tan ambicioso cargado pero poco a poco fue desentendiéndose de la tarea
programa y la obra quedó incompleta a su muerte. Rimski- y al fin sólo revisó y orquestó cinco números. César Cui rea-
Korsakov se encargó de terminar y orquestar la partitura si lizó una versión de 1915-16, y Cherepnin otra en 1923. Fi-
bien realizó numerosas modificaciones y cortes en los mate- nalmente en 1933 Vissarion Chebalin compuso la música de
riales dejados por su amigo; una versión de Shostakoviich las escenas que faltaban, reutilizó el material temático de
de 1959 pretende recuperar ciertos aspectos del original. Mussorgski y orquestó el conjunto de la obra.
Khovanchina es una crónica panorámica en el sentido de En La Feria de Sorochinlsi se recogen dos fragmentos de
Shakespeare que traduce el credo artístico e ideológico de su Miada, una ópera colectiva proyectada por Mussorgski y sus
autor, su rechazo del cosmopolitismo vacío y su defensa del compañeros de grupo en 1872 que no llegó a buen puerto:
espíritu ancestral de su pueblo, tantas veces derrotado y siem- una escena de multitud en el mercado y otra, ésta nocturna
pre renaciente, que le había revelado plásticamente la visión y diabólica, que no es sino la versión coral del célebre poema
del Kremlin durante su visita a Moscú. Por más que se hable sinfónico Noche de San Juan sobre el Monte Pelado. La ac-
de una vuelta a la granel opera desde una perspectiva morfo- ción se desarrolla en Sorochintsi, la población ucraniana don-
lógica que se fija en dúos, monólogos, cortejos, etc., estas de nació Gogol, y ello da pie para el despliegue de un rico
figuras hierálicas, especlrales y vehementes, prójimas al leatro malerial folklórico revelando la extraordinaria capacidad del
griego, y ai mismo tiempo heredadas de una plástica de es- compositor para observar con autenticidad la vida popular
tirpe bizantina, participaban de estos estados alucinatorios en sus más abigarradas manifestaciones. Su humor robusto
colectivos ames de que verdadera representación dramática que linda con la farsa no se queda en costumbrismo, pues
activa. continuamente irrumpe lo fantástico y lo surreal dentro de
La gran austeridad de la música no impide explosiones pa- la vida cotidiana. F.l folklore no será en suma para él simple
sionales en el personaje de Marfa. I.os Viejos creyentes ins- ilustración sino factor de liberación de estereotipos conven-
piran melodías grandiosas que hunden sus raíces en las velas cionales de la música que sólo se nutre de sus propias pautas
más profundas. Para crear un mundo contrapuesto de des- formalizadas y al mismo tiempo punto de encuentro de fuer-
pliega toda una música que evoca la apertura de Pedro I a zas procedentes de arquelipos inconscientes con otras resul-
Occidente y cuya función decorativa se logra por la vía del tantes de su libre imaginación creadora.
pastiche que tanto desconcierta a veces. Así Khovanchina as- Domingo del Campo Caste!
78 Scherzo
K CURSO INTERNACIONAL
DE MÚSICA HISTÓRICA
canto:
ISABELLE POULENARD
viola da gamba:
PERE ROS
flauta de pico:
ALDO ABREU
violín barroco:
BARRY SARGENT
laúd:
KONRAD JUNGHÁNEL
(del 20 al 26)
orquesta barroca:
EDUARDO LÓPEZ
coro:
GERMÁN TORRELLAS
JUñTñ DE fíñüñUJm
Canse/errs de Cuítur¿ conferenciante:
Información: ANTONIO MARTIN MORENO
Dirección General de Fomento
y Promoción Cultura!.
Consejería de Cultura -Junta de Andalucía director:
Cl. Santa María la Blanca, 10
41004- SEVILLA JUAN CARLOS RIVERA
M I J A S
16 AL 30 DE JULIO
dosier
Inspiración melódica
\\JVlientras el alma de Mussorgski se cierra a la esperan-
za, a la ensoñación, a las quimeras, lengua antigua y fa-
miliar...»
Estudio XII
rr
i
Sin Sol (lii: Los dios de com0 concepto creador en el final del acto IV de Pelleas. pa-
fiesta eslan lejos! _ ¡ . • . r _i r
ra esperar la catástrofe con indiferencia.
Debussy evoca «un cielo estático en el cual nubes melan- Cataba sis melódica
cólicas flotan y se disuelven en una agonía grisácea».
iNoes tanto el empleo del cromatismo entendido como una
delicuescencia o como una sensación friolera por parte de
los dos compositores, ni tampoco la repetición de una mis-
ma nota entendida como un grado cero de la melodía, tarta-
mudez animada por su peculiar estructura rítmica, sino la
SlKlurnes (1: Nuages) combinación de estos dos elementos que Mussorgski fue el
primero en emplear para la expresión de la desolación, del
estancamiento, de la depresión.
Silencios magnéticos (Debussy emplea, también, las notas repetidas con un efecto
más vital en la Sonata para vioíin, en Serenade interrompue...,
JVIussorgski crea islas de silencio en medio de las frases que pero bebiendo en otras fuentes, mediterráneas esta vez.)
nuestra imaginación intenta colmar; interrupciones, más que Notas repetidas y cromatismo, doble negación del elemento
rupturas, evocan las horas inmóviles, la suspensión tonal, el melódico, transforman a través de una operación sonora las
estancamiento rítmico, la instancia expresiva: estructuras horizontales en armónicas estructuras verticales.
80 Scherzo
Musiorgshl, 1839-1989
Cantos y danzas de la muerte I Poco importa cómo se analicen los acordes 3 y 4 (Mi con
pedal de Re, Sol con sexta, Fa sostenido menor con séplima,
La con sexta... la solución está al final del canto).
De soir...
mA ib
i1,
Scherzo 81
dosier
82 Scherzo
Mussorgíki, 1839-1989
Nicolai
Ghiuselev
como
Dosifei
en 1981
no o bajo) y más en la concepción (¿qué potenciar, el canto no puede ofrecer. El juicio no es tan favorable al juzgar su
o la palabra?). Las versiones que existen son del Este o inte- Varlaam y Pimen, sin gracia el primero, artificioso el segun-
gramente rusas, al lado de las más o menos occidentaliza- do. Oedda y Zareska cumplen con holgura. A destacar el Ran-
das, según el número de elementos que intervienen en la goni de Kim Borg. Dobrowen, brillante y hueco, con un
realización. Las segundas, las soviéticas, suelen beneficiar- conjunto coral modesto. Diez años después, EMI repite la
se, en principio, del sonido vigoroso y denso de sus conjun- experiencia tripartita de Christoff, con mejor base orquestal
tos corales e instrumentales, con lo que tienen ya un loque y coral y realización técnica superior. Christoff, menos bri-
de color decisivo, a más de contar, a menudo, con la homo- llante vocalmente, aparece más maduro como intérprete, sin
geneidad y conformidad del equipo solista. De todas las ver- convencer aún su Varlaam. Está peor acompañado por un
siones que se conocen va a continuación un breve, por Ouzounov rutinario de voz ingrata y una Evelyn Lear, gran-
imposición de espacio, juicio valoratívo. dísima cantante pero en un papel fuera de su órbita. El resto
Antes de iniciar el relato estimativo de los registros com- del elenco es desigual y Cluytens está magistral, aunque su
pletos de Boris Codunov se impone una alusión a la figura dirección puede sonar poco genuina.
de Feodor Chaliapin. Su interpretación del atormentado zar La versión yugoslava de 1954, la única que durante cierto
ha sido (y es) modelo para sus continuadores. A pesar de sus tiempo era accesible al público español, es más bien modes-
excesos divísticos, su Boris tiene aún hoy un impacto extraor- ta, aunque seria. Las de 1960 y 1963, ambas del Bolshoi, con
dinario y podemos sentirnos satisfechos de que se haya con- numerosos cortes (las otras también tienen su cirugía) cuen-
servado en disco casi el 90% del papel y en diversos momenios tan las dos con un reparto prácticamente idéntico a excep-
de su periplo artístico, amén de sus concepciones de Varlaam ción del personaje central. En la primera es un truculento pero
y Pimen. Un relato de la historia discográfica del Boris no impactante Petrov; en la segunda George London pone ima-
puede iniciarse, pues, sin una alusión a este magnífico artista. ginación e intensidad en este papel que tantos éxitos le supu-
En 1985, Melodram, en su serie Connaisseur, publicó una so. En las dos ediciones figura la que quizás es la mejor
representación del Metropolitan de 1946. De acuerdo al gus- Marina del disco: la apasionante Irina Arkhipova.
to de la época está cantada en italiano, con corles y cambios La versión Decca de 1970 lleva la impronta de Karajan:
sustanciales, pero que aquí se cita por el formidable reparto claridad y énfasis de lectura, contrastes, brillo. Espléndido
que auna a un Pinza auténticamente soberbio con el Dimitri cantante, Nicolai Ghiaurov a veces cae en la ampulosidad que
de Tucker y la Marina de Rise Stevens, ambos espléndidos. alienta la batuta. Vishnevskaya impone su temperamento
El resto no desmerece: Moscona, Baccaloni y, en papeles me- arrollador, a la par que el víbralo característico y Spiess cum-
nores, dos jóvenes con futuro, Jerome Hiñes como un sar- ple discretamente. Muy cuidado el conjunto, destacan el Pi-
genio y Roberl Merrill como Tehekaloff. Un reparto de lujo men de Talvela y el Rangoni de Kclemen. Versión en suma
para una versión espuria, pero atractiva por voces. muy occidentalizada, pero esplendorosa.
La edición de 1949 merece un recuerdo por Alexander Pi- El registro búlgaro de 1973, frente a la anterior, es de una
rogov, impresionante Boris por poderío y color del instru- austeridad y sobriedad asombrosas. Cuenta con un Boris res-
mento vocal, un tanto desigual en la definición del personaje. petable, Ghiuselev, y una Marina de altura, la Miltcheva. El
La versión EM1 de 1952 es un festín Christoff, ya que el mismo Ghiuselev hace Pimen: discreto.
magnífico cantante búlgaro se ocupa de los tres bajos impor- En 1976 se grabó la única versión de la partitura original
tantes de la ópera. Los resultados, no obstante, son diver- del Boris de Mussorgski: la firmada por Jerzy Semkow para
sos: su Boris es profundo, lleno de matices (el cuadro del EMI, con un equipo polaco rodeando a Martti Talvela, óp-
Kremlin es un prodigio de definición psicológica), medido timo cantante como siempre, de medios redondos y túrgidos,
entre canto y recitado. Quizás el mejor que el disco moder- pero intérprete aquí insípido, sin alma. Quizás se deba a la
Scherzo 83
dosier
DISCOGRAFIA
La feria de Sorochintsi
Cherevii, Parásita. Griizlio. Chivria; cora, orquesta, director. Marca.
— Latka Korosheiz, Wilma Bukovetz, Miro Brajnik,
Bodgana Striar. Opera Nacional de Ljubljana. Samo
Hubad. Philips (1956).
— Gennady Troitsky, Ludmila Belobragina, Aleksei Us-
manov, Antonia Klescheva. Radio Moscú. Yuri Ara-
novich. Melodía (1969).
Kl matrimonio
— Nikolas Agroff, Charlotte Demazures, Jean Mollien.
Filarmónica París. Rene Leibowicz. Oceanic (1950).
Salambó
— Ludmila Shemchuk (Salambó), Gheorghi Seleznev
Arkhipava IMurlü) vA. Ognivuei- {ütaijeu tril el Btihhui. t-n (Matho-EI Balear), William Stonc (Spendius-
1970.
Aminachar), Giorgio Surjan (Sacerdote). Rai Italia-
filosofía con que se encaró la versión: limarla todo lo posi- na Milán. Zoltan Pesko. CBS (1980).
ble de influencias rimskianas. Se consiguió con ello dar la
razón a quien opina que debe interpretarse la edición Rimski- Kh ovan I china
Korsakov, tal es la monotonía y grisura de los resultados del Dtr.tifei. tván Khovanski, Andrés Khovanski, Cotitzin, Marfa. Coro, or-
registro. Interésame sólo por tratarse de la única grabación questa, director. Marca.
basada en el original de Mussorgsky. — Reizen, Freidkov, Neichaiev, Oulianov, Preobrazhens-
El regisiro Philips de 1978-1983 parece discontinua en el kaya. Bolshoi. Chaikin. Melodía (1946).
clima, quizá debido a ese lapso en su realización. Está bien — Changalovich, Tzveych, Marinkovich, Siartz, Buga-
dirigida por Fedoseyev y el repario es correcto, con una Ark- rinovich. Opera Belgrado. Baranovich. Decca (1954).
hipova (otra vez) aquí ya algo desmejorada. Mejor resulta- — Ghiuselev, Petkov, Bodurov, Michailovich, Miltche-
do global consigue Mark Ermler, aglutinando en 1985 a un va. Opera de Sofía. Margaritov. H. Mundi (1971).
buen lerceto (Nesterenko, Obrazlsova y Atlantov) con el sos- — Ognivtsev, Krivchenja, Piavko, Maslennikov, Arkhi-
tén, siempre considerable, del Bolshoi. pova. Bolshoi. Chaikin. Melodía (1972).
Por último, una versión polaca de 1987, recogida en vivo,
dirigida por Salanowski es anecdótica y circunstancial. Boris Godunov
Fernando Fraga Bons. Marino. Dmitri. Vartaam. Pinten, Shutiki. Conjunto. Director.
Marca.
— Pinza, Stevens, Tucker, Baccaloni, Moscona, de Pao-
lis. Metropolita. Cooper. Melodram (1946).
— Pirogov, Maksakova, Nelepp, Lubenzov, Michailo-
vich, Chanaev. Bolshoi. Golovanov. Chant Monde
(1949).
— Christoff, Zareska. Gedda. Christoff, Bielecki. Coro
ruso París. Radio France. Dobrowen. EM! (1952).
— Changalovich, Bugarinovich, Brajnik, Cvejic, Pivnic-
ki, Andresevic. Opera Belgrado. Baranovich. Decca
(1954).
— Petrov, Arkhipova, Ivanovsky, Geleva, Reshetin, Sul-
pin. Bolshoi. Melik-Pashayev. Meiodia (Hispavox)
(1960).
— Christoff, Lear, Ouzounov, Christoff, Lanigan. Opera
Sofía. Conservatorio París, Cluytens. EM1 (1962).
— London, Arkhipova, ivanovsky, Geleva, Reshetin,
Sulpin. Bolshoi. Melik-Pashayev. Columbia (y CBS)
(1963).
— Ghiaurov, Vishnevskaya, Spiess, Diakov, Talvela,
Maslennikov. Radio Sofía y Opera Viena. Filarmóni-
ca Viena. Karajan. Decca (1970).
— Ghiuselev, Miltcheva, Damianov, Tchavdarov, Ghiu-
selev, Bodurov. Opera de Sofía. Naidenov. Harmo-
nía Mundi (1973).
— Talvela, Kinasz, Gedda, Haugland, Mroz, Pustelak.
Radio Polaca. Semkow. EMI (1976).
— Vedernikov, Arkhípova, Piavko, Eisen, Maiurin, So-
kolov. Radio URSS. Fedoseyev. Philis (1978-83).
— Nesterenko. Obraizsova. Atlantov, Eisen, Babikine,
Lissovski. Bolshoi. Ermler. Chant Monde (1985).
— Kozcerga, Racewicz, Wojciechowski, Oasiapiuk. Wiel-
ki de Varsovia. Satanowski. Capriccio (1987).
F.F.
Boris Chrísloff en ¡inris (Jodunov.
84 Scherzo
harmonía
mundi
harmonía harmonía
mundi mundi
IBÉRICA •SÉRICA
LUTGI ROSS1
ORATORIO PARA LA SEMANA SANTA
{_£*; Acts Flonssants Dir Willium Oiralie
Agnes Millón. Jill Feldman, Mand-Claude
VdLÜn, Monique Zanclli, soprano*
Dominiquc Vise, Vidcent Dorras, Gcrard
Leinc, coüiia icnorcs
ian Honcyman, MicheL Laplente. Jan-Pau!
HAYDN BOCCHER1N1 FcHichccouit, Tenores
CONCIERTOS PARA VIOLONCF.I.LO Phibppe CüDtiir, Francois Frsncois Fauche,
Llms ClarcT AnTDiúe Sicot, hajoi
Y el Conjunfc In&lnjmcnlal
Dir. üeorge Makom LES ARTS FLORISSANTS.
HMU9Ü52O4 HMC 901297 CD
MÜNTliVERDl BEETHOVEN'RIRTWANr.LER
Vispcias pma la ñ « u de Sania Barkata OCHO SINFONÍAS
The Saleen Orrtolan - Egmoni - L^onorc 111
Harry Oinsjopbcis. diiccIDf rDMONOPHONIQUED. Dwíi
CDA 66311/2 CD 6h 22' 30'•
RPC 32522.24 CD
HYPERION
dosier-
86 Scherzo
Mussorgsk!, 1839-1989
Scherzo 87
dosi«r
firmando así los esquemas modales y tonales, en lugar de Tanto previstas como inesperadas, las modulaciones pue-
enturbiarlos. La selección es intuitiva. La armonía que va a den encontrarse en un enarmónico. Cuando ello es así, nun-
seguir es difícil predeterminarla. No es necesario hacer hin- ca es un síntoma de desesperan/a. Mussorgski no es infalible,
capié en este punto hoy en día, por cuanto la mayoría de es- por supuesto, y pueden encontrarse algunas torpes modula-
tas innovaciones forman parte de la práctica habitual y la ciones, desperdigadas aquí y allá, en su obra. Dejando de la-
mayoría de nosotros hemos aprendido a conservar lo que do algunos bosquejos y diseños abandonados, tenemos de
nuestros oídos perciben y no lo que los tratados técnicos se- su pluma una pieza verdaderamente absurda: siete compa-
ñalan; pero en tiempos de Mussorgski todo esto era muy des- ses del coro del pueblo en la escena de San Basilio (primera
concertante. versión de Boris Godunov) del siguiente cariz:
Un ejemplo especialmente interesante lo encontramos en
Boris Godunov, en la Canción de los monjes vagabundos.
Mussorgski extrajo el lema del repertorio de un cantante po-
pular. Está en Fa eólico y cada nota en la armonización per-
tenece al acorde de novena mayor en Mi b o es una nota de
paso:
La canción termina en intervalo de quinta Fa-Do y el coro Cuando escribió la partitura completa Mussorgski desechó
siguiente irrumpe bruscamente en Fa sostenido eólico. Com- este pasaje, sustituyéndolo por una sencilla e impresionante
parándolo con la posterior armonización de Rimski- música, integrándola con el resto del precioso coro. La ma-
Korsakov de la canción original: yoría de los otros ejemplos que se pueden aducir son livia-
nos y no requieren mayor atención.
Las melodías de Mussorgski con frecuencia surgen ondu-
ladamente, más que como un movimiento prolongado en
una sola dirección. Consisten, como norma, en pequeños o
moderados intervalos. Intervalos mayores de sexta se encuen-
podemos comprender el brillante tratamiento que le da Mus- tran muy escasamente en sus obras de madurez, si exceptua-
sorgski (]). mos los climax líricos o dramáticos (o cómicos). Sus lemas
Nunca se detiene excesivamente en una sola armonía. Ex- instrumentales, especialmente los lei/tnolive de sus óperas,
cepciones tales como un intervalo de cinco compases en la ocupan una pequeña extensión, habitualmente no más de una
tríada en La sostenido mayor en la plegaria de Salambó o sexta. Se inclina a utilizar pequeños grupos de notas funda-
los seis primeros compases del Andantino de la plegaria de mentales que van desde negras punteadas a semicorcheas y
Boris, son tan escasos como para olvidarlos. tresillos que introducen una mayor variedad. Sólo una blan-
La movilidad de su armonía se manifiesta en la secuencia ca aparece en la versión inicial del monólogo de Boris. Sa-
de las triadas mayores en Mi, Do sosienido, La, Fa sosteni- vishna está toda en negras; La fiesta, exactamente igual, salvo
do. Re, Sol bemol, Mi bemol, Do, La bemol, bajo una linca una blanca. No existen valares más largos que las negras
melódica extremadamente sugestiva en Si mayor, cuando en punteadas en la canción profética de Marfa (Kovanchina, acto
la celda de Pimen, Grigory describe su sueño: «Desde la alta II). Por supuesto hay excepciones; así, utiliza nueve valores
e interminable escalera asalté la elevada torre, desde lo más en Esfinge y en El viento salvaje sopla: ocho en la Serénala
alio contemplé Moscú». (Canciones de danza y muerte).
Otro ejemplo especialmente interesante es el comienzo de Teniendo presente que estamos esencialmente ante un com-
Trepak (Canciones y danzas de la muerte) en el que la tona- positor de música vocal, no debemos olvidar el hecho de que
lidad principal, Re menor, se introduce a través de tríadas la prosodia de los textos que utiliza impone ciertas condicio-
de Fa mayor. La menor y Fa sostenido; un comienzo muy nes —que predeterminan, por ejemplo, si las frases deben
efectivo, que Rimski-Korsakov, en la edición postuma de su comenzar con un compás fuerte o con un acento, tienen ca-
obra, suprimió transportándolo a la tonalidad principal. rácter femenino o masculino, etc.—. Pero si examinamos al-
Todos los artificios armónicos que Mussorgski emplea son gunas de estas melodías que están diseñadas para seguir los
notas de paso y pedales. También usa libremente las apoya- dictados del texto, o en el estilo de las melodías vocales (co-
turas, especialmente al comienzo de las frases y secciones; mo en el lema principal del preludio de La feria de Soron-
pero rara vez recurre a suspensiones o anticipaciones. Se in- chinlsi), vemos que raramente comienzan con un compás
clina por utilizar acordes en su propio valor más que como fuerte o tienen un final femenino. Mussorgski otorga a la voz
partes de un esquema armónico, pero no ignora el hecho de una tonalidad armónica real (prefiere la repetición de una
que este valor depende, en gran medida, del contexto —al nota a modificar su altura) y confiar a las suspensiones y apo-
comienzo de Trepak, por ejemplo, el fuerte contraste entre yaturas el acompañamiento. Del mismo modo, cuando se re-
los acordes iniciales y la aparición, en la tónica, del tema prin- quiere un especial énfasis al inicio de una frase, recurre
cipal de la canción, es altamente significativo. habitualmente a las apoyaturas (no tan frecuentemente co-
Lo mismo que con los acordes, sucede con las modulacio- mo para el acompañamiento) más que a un compás fuerte.
nes. Podrán estar más o menos preparadas (incluso proce- La métrica y el ritmo de sus frases vocales pueden estar
der de una tonalidad distante) o resultar inconexas. El salto condicionados o no por el texto. En Savishnu la métrica del
más arriba mencionado de Fa eólico a Fa sostenido es un ca- texto es quíntuple, y la música la sigue sin apartarse un ápi-
so concreto. El cambio entre esta tonalidad y la del salvaje ce. En el Ragamuffin el ritmo ternario se sustituye aquí y allá
coro inicial de la Revolución es particularmente digno de men- por el quintupíe, sugerido por el propio texto. En la canción
ción en este aspecto, y el efecto resulta espectacular. de cuna de Eremushka la música no siempre refleja la métri-
88 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989
Cuadro represemanttu una reunión musical del Musca del XIX. Entre los asistentes upuio-en li/s componentes fiel Grupo de los Cinco,
Pintura de Mikhatluv.
cade 9 +7 del texto. En Kalistratushka la métrica no resulta de Re menor. Igualmente sucede con las conclusiones for-
afectada por el curso de la música, que está llena de cambios males, a menos que sirvan para un propósito específico. La
de compás y en la que varias notas se utilizan para una sílaba. conclusión formal de la escena de la muerte de Boris es un
Este último recurso es raramente utilizado por Mussorg- significativo epílogo, una valiosa peroración musical. En la
ski, excepto para producir efectos líricos o reproducir parti- escena de la Revolución había que evitar un procedimiento
cularidades de la entonación. No existe rastro de ello en el similar y Mussorgski, sabiamente, permite que la música aca-
papel de Pimen (Boris Godunov) o en el de Boris, excepción be sin una cadencia marcada, (al como sucede en la primera
hecha del arioso de la segunda versión, en la que se utilizan escena.
temas compuestos para Salambó. El primer acto de Kovanchina termina con una disonan-
Otra de las características de su estilo musical, generalmente cia (el tañido de la campana de la catedral). También una
la más advertida, es la variedad en las indicaciones de com- canción puede terminar en una disonancia (por ejemplo: La
pás. Usa prácticamente todas las clases de compás, tanto si- canción del arpista y La canción del niño, Savishna, que fi-
métrico como asimétrico, y a veces varios, en rápida sucesión. naliza en intervalo de cuarta). Puede encontrarse en una so-
En Con la niñera (Cuarto de los niños) el ritmo cambia vein- la tonalidad, rozando apenas otras tonalidades en su decurso,
ticuatro veces en veinticinco compases. En el otro extremo o modular libremente, e incluso finalizar sin retornar a la to-
tenemos Savishna, en un intenso rilrno quíntuplc que nunca nalidad principal; asi en la Serenata de la muerte, en un bas-
se quiebra. Mussorgski recurre muy escasamente a las sínco- tante ambiguo Fa sostenido menor, aunque las cadencias
pas. El único ejemplo a gran escala lo encontramos en la se- principales están en La mayor o menor, la última en menor.
gunda paite del acto III de Kovanchina. Los materiales utilizados en la textura pueden derivar del
Su prurito de realismo saca provecho de muchos de estos tema o temas principales (Trepak, La nana de la muerte, Ra-
rasgos estilísticos que están en concordancia con el principio gamuffin) o tener carácter misceláneo, variando conforme
de «máxima especificidad, mínima estilización». Y ello se con- lo hace el texto.
creta, poi ejemplo, en la escasez de grandes saltos, de sus- Nos queda finalmente la cuestión del estilo instrumental.
pensiones, de anticipaciones, de fuertes contrastes en el valor Considerando que Mussorgski era un excelente pianista, do-
de las notas, que fácilmente podriañ conducir a un declama- tado para la improvisación, debemos decir que su escritura
torio exceso de énfasis. Concatenaciones audaces y bruscas para el piano es menos interesante de lo que cabria esperar.
modulaciones se emplean con forluna para lograr efectos de Incluso Los cuadros de una exposición, su obra maestra en
fuerte, intenso énfasis. Lo mismo ocurre con las apoyatu- este terreno, carece en ocasiones de carácter. Por otro lado,
ras. Los cambios de armonía o de compás contribuyen a pre- en alguno de sus acompañamientos, la estructura es bastan-
cisar y robustecer. También es característico el nada ostentoso te ingeniosa y eficaz: Trepak, La nana de la muerte y los tres
tratamiento de los finales femeninos. últimos números de Salambó son ejemplos de ello.
Pasando a temas estructurales, vernos de qué manera aplica
los mismos principios. Las transiciones formales a las que M.D. CALVOCORESSl
opone el hechizo de la estilización las usa escasamente: pue- tt)e !U libra: Mussorgski, Cap. XI)
de uno imaginarse la debilidad del comienzo de Trepak con Dentón üntl Suns Ltd. 1,'tndon 1978.
una transición del acorde de Fa sostenido menor al acorde Traducción: Gerantv Queipa de Llano Onaindio.
Scherzo 89
danzo
90 Scherzo
danzo
Aja coreografía
franco-española
Maguy Marin se
encuentra en las
Islas Canarias
montando una <
pieza suya para
el Ballet del
Atlántico. Es la
primera vez que
esta creadora tra-
baja con una
compañía espa-
ñola. La pie/a,
que no es una
creación nueva,
dura entre 17 y
20 minutos.
Igor Yebra.
Scherzo 91
alta fidelidad
92 Scherzo
alta fidelidad
Scherzo 93
alta fidelidad
I.u
familia
,lc
lápsulus
Van
t/en Huí
al
completo
94 Scherzo
alto fidelidad
do cuál es la fuerza de apoyo óptima, utilizado un disco que considero esen- en el orden de los 1,5 gramos. En todo
es decir, hay que medir la cápsula de cial, a saber, Arias de Haydn, por Tere- caso, y ello es normal, se pueden reali-
una forma lo más amplia posible, lo que sa Berganza y Raymond l£ppard (disco zar experimentos en más y en menos.
supone la necesidad de un cierto Erato de gran categoría). La escena so- Con brazos de alta precisión (Technics
tiempo. nora tiene mayores dimensiones con la EPA-100 o SME 3.009-Serie IV) se pue-
En consecuencia, es probable que MC-1, si bien la Decca resulta imbaii- de descender sin problemas a la cifra de
dentro de algunos meses se pueda pro- ble en música de cámara. El tamaño de 1,3, dado que la habilidad de lectura de
ducir un informe más compleio que el un trío o un cuarteio resulta más exac- la MC'l es magnifica. El diseñador no
actual sobre este componente, cuyas pri- to con la Decca, pero para escuchar la facilita cifra de elasticidad, pero a juz-
meras escuchas han revelado ya algunas Sinfonía A/pina (Rudolf Kempe, diri- gar por los resultados audibles hay que
cualidades de absoluta excepción, co- giendo la Dresden Staatskapelle) la suponer que ésta sea muy alta.
mo, por ejemplo, una enorme natura- MC-1 ofrece una cierta veniaja. La duración estimada de la aguja es
lidad en la reproducción del sonido. No Repito, en todo caso, que lo que an- de unas 2.500 horas. Naturalmente, es-
repara el oído en aspectos concretos de tecede es una primera impresión que se- ta cifra es relativa, pues depende en una
graves, agudos o medios; la MC-1 lee guramente habrá de ser perfilada más cierta medida del estado de los discos
de suerte que no se fija uno más que adelante mediante un análisis más com- a reproducir y de las fuerzas de apoyo
en la música en bloque sin distraerse en pleto y minucioso. Habrá que oír en lo- empleadas. Esta cifra de duración de
detalles concretos; se (rata, pues, de un do caso cómo suena la MC-1 después aguja tiene una cierta relevancia econó-
componente muy equilibrado. Quienes de las primeras ochenta y cien horas de mica, como fácilmente puede compren-
gusten del sonido espectacular y rim- uso. Lo normal es que el sonido mejo- derse, y más si se tiene en cuenta que
bombante ya pueden ir descartando la re después de las primeras horas de el precio estimado de la VDH MC-1 so-
MC-1 de sus planes de compra. He de rodaje. brepasa las 100.000 pesetas. La duración
perfilar algo más estas primeras impre- La VDH MC-ONE tiene ya muy bue- normal de los diamantes de lectura no
siones; la MC-1 es una cápsula de un na prensa. Me refiero naturalmente a la suele rebasar las 1.000 horas. Las úni-
gran realismo y, al propio tiempo, no prensa fiable. Por ejemplo, la norteame- cas excepciones que conozco son la pre-
exenta de una cierta exuberancia. Des- ricana Stereophi/e incluye este modelo sente de la MC-1 y las Deccas, cuyos
de luego, ambos adjetivos son compa- en el grupo A (el mejor) de cápsulas lec- diamantes tienen una duración estima-
tibles. Si tuviese que establecer algún toras. El grupo A comprende seis co- da de unas 5.000 horas. En el caso de
tipo de parangón entre la MC-1 y algu- sas, siendo las otras cinco las siguientes: la MC-1 el cambio de aguja tiene que
na sala de conciertos conocida diría que Koetsu Signature, Linn Trolka, Mons- realizarse en fábrica.
la acústica de la MC-1 semeja grande- ter Alpha Generis, Ortofon MC-3.000 Para terminar, una consideración; re-
mente a la del Royal Albert Hall de y Sumiko Virtuoso DTi. Esta selección, sulta muy chocante, y en cierto modo
Londres; allí la cuerda alta suena con que es la última que ha hecho Stereop- paradójico, que en plena ascensión del
una plenitud enorme, y casi se podría hile, viene recogida en la edición de disco compacto estén incorporándose
hablar de coloración si no fuese porque abril de 1988. Por su parle, la británica al mercado Hi-Fi componentes de lec-
estoy tratando de describir escuchas en Hi-Fi News proclama la victoria de la tura de discos de vinilo de absoluta ex-
directo. Al hacer estas consideraciones MC-l en liza con las siguientes joyas: cepción, como es el caso de este último
pienso si en muchos casos no se atri- Cello Chórale (Mark Levinson), Gol- irabajo del Dr. Van den Huí. ¿No será
buyen a algunos componentes de audio dring Gerard Louis (también con dia- que la citada ascensión del CD no ten-
defectos que no son tales, si tenemos en mante VDH), Kiseki Purpleheart, ga otra vertiente que la puramente co-
cuenta que la música se puede oír de mil Sapphire, Koetsu Black K y Monster mercial? ¿No será que estamos pasando
maneras y que las dichas mil maneras Alpha 2. El informe firmado, nada me- otra-vez de la pluma estilográfica al bo-
han de ser consideradas como correc- nos que por Martin Colloms, es cate- lígrafo? Porque de lo que no cabe du-
tas. Después, sí existe orden de prefe- górico al proclamar la victoria de la da (por ahora) es que en un plano
rencias, el tema corresponde ya al gusto MC-1 sobre su distinguida competencia. puramente musical el Nuevo producto
de cada uno. Pasemos a conocer sus datos técni- está a años luz del disco analógico de
cos esenciales. vinilo. Pero éste es un tema a tratar en
Naturalmente, no se puede evaluar un otra ocasión y con la extensión que se
componente de audio sin establecer al- Como ya se ha indicado antes, se tra-
ta de una cápsula de bobina móvil de merece.
gún tipo de comparación. Siempre ha-
cen falta referencias. A la hora de alta salida, pese a lo cual no puede ser
escribir estas lineas la MC-1 ha sido conectada directamente a un previo, por Alfredo Orozco
comparada, como es natural, con una mucha ganancia que éste tenga. He he-
Decca Gold con diamante VDH que, a cho la prueba y no resulta. Puede oír-
mi juicio, constituye una cota muy al- se, pero de una forma muy mediocre.
ta. La Decca suena con una mayor pre- El propio diseñador recomienda el em-
cisión; el sonido de la MC-1 resulta más pleo de un pre-p reamplificador, cuya
envolvente y en ambas se percibe la fi- impedancia sea del orden de los 40 oh-
nura excepcional del diamante de lec- mios (música clásica) o 15 ohmios (mú-
tura. Es lo único que tienen sica pop). El diseñador no recomienda c/HlKriis, Í7 -,T f |.: « » 29 41
técnicamente en común ambas cápsu- el empleo de transformadores. En to-
las, por lo demás tan distintas. Repitien- do caso, el pre-pre mediocre o técnica- Todos I I H día*
M ú t k i Clásica en directo
do el esquema de comparar cápsulas mente inadecuado no pondrá nunca de De lunts a nieves y a las 23.30 CICLOS
con salas de conciertos, si la MC-1 es relieve las excelencias de esta cápsula ex- DE MÚSICA CLASICA, dedicados a un
el Royal Albert Hall, la Decca Gold cepcional. Mis audiciones han sido he- amor, a un esulo o a un período de la
Historia de la Música
VDH seria el Musikverein de Viena. Es- chas con el Denon HA-1.000 y con el Viernes, sábados y domingos, d&s actua-
te tipo de diferencia se aprecia grande- Thorens PPA-990. De los dos, el que ha ciones a las 30.30 y las 2.1,30.
mente en la reproducción de voces dado mejores resultados ha sido el
donde la Decca gana en claridad y la Denon.
VDH en ambiente. A estos efectos he La fuerza de apoyo recomendada está
Scherzo 95
Jazz
96 Scherzo
jazz-
Scherzo 97
EFEMÉRIDES
l/IH/1643: Muere en Ro- crita por los autores cita-
ma el compositor y orga- dos en 1855.
nista italiano Girolamo 17/111/1844: Nace en Va-
Frescobaldi. duz (Licchtenstein) el
2/III/1824: Nace en Li- compositor, organista y
tomysl (Bohemia) el com- director de orquesta Jo-
positor Bedrich Smetana. seph Gabriel Rhein-
3/III/1806: Fallece en berger.
San Petersburgo (actual 18/111/1844: Nace en
Leningrado) el composi- Novgorod el compositor
lor valenciano Vicente ruso Nikolai Andreievitch
Martín y Soler. Entre su Rimski-Korsakov.
inmensa producción so- 19/111/1859: Estreno en
bresale la ópera Una Co- el Teatro Lírico de París
sa Rara (1786) y que de Fausto, ópera de
conoció tal éxito que lle- Charles Gounod basada
gó a eclipsar a Las Bodas en la obra nomónica del
de Fígaro de Mozart que escritor J.W. Goethe.
se representaba ese mis- 20/111/1915: Nace en
mo año en Viena. (Un Schilomir (Ucrania,
fragmento de la ópera de U RSS) el pianista Svjato-
Martín y Soler (Oh quan- lav Richter.
to un sí del giubilo) sé hi- 21/111/1839: Félix Men-
zo tan célebre que el delssohn dirige en la Ge-
propio Mozart lo incluye wandhaus de Leipzig la
al final del Acto II de su primera audición de la
ópera Don Giovanni). En Sinfonía en Do Mayor
1796 fue nombrado Con- («La Grande») de Franz
sejero de la Corle del Zar Schubert.
Pablo I. 22/111/1687: Muere en
4/III/I791: Estreno en París el compositor italia-
Viena del Concierto para no Jean-Baptiste Lully.
piano y orquesta n." 27, 23/111/1703: Antonio Vj-
K. 595, último de este gé- valdí es ordenado sa-
nero compuesto por cerdote.
W.A. Mozart. 24/111/1904: En el Teatro
5/111/1887: Nace en Río de La Zarzuela de Madrid
de Janeiro (Brasil) el se estrena Bohemios, zar-
compositor Heitor Villa- zuela en un acto con li-
Lobos. breto de Guillermo Perrín
6/111/1825: El cuarteto y Miguel de Palacios con
Schuppanzigh estrena en música del maestro Ama-
Viena el Cuarteto de deo Vives.
Cuerdo n, ° 12, op. 127, Aiban Berg vino por Carmelo. 25/111/1909: Fallece en
de Ludwig van Beeiho- Madrid el compositor ali-
ven, obra que está dedicada al Prínci- 14/111/1903: En el Teatro Price de Ma- cantino Ruperto Chapí. Entre sus obras
pe Nicolás de Galitzin. drid se estrena Su Alteza Imperial, zar- para la escena (más de 160) destacan El
7/1II/1875: Nace en Ciboure (Francia) zuela en tres actos con líbrelo de Sinesio Rey que rabió. El tambor de granade-
el compositor Maurice Ravel. Delgado y música de Enrique Morera ros, Margarita la tornera y La Revol-
8/111/1869: Fallece en París el compo- y Amadeo Vives. tosa.
sitor Héctor Berlioz. 15/111/1936: En el Festival de la Socie- 27/111/1808: Estreno en Viena de la
9/111/1902: üustav Mahler contrae ma- dad de Música Contemporánea, cele- versión italiana de La Creación de F.J.
irimonio con Alma Schindler. brado en Barcelona, se estrena el Haydn. En esta ocasión asistió el com-
10/111/1844: Nace en Pamplona el vio- Concierto paro violt'n y orquesta («A positor a la que sería su última apari-
linista y compositor Pablo Martín Me- la memoria de un ángel») de Alban ción en un concierto.
litón de Sarasate y Navascués. Berg, Esta obra está dedicada a Manon 28/111/1916: Bajo la dirección de Bar-
11/111/1830: En el Teatro La Fenice de Gropius, hija del segundo matrimonio tolomé Pérez Casas se estrena en el Ho-
Venecia se estrena la ópera Capuieti e de Alma Mahler, fallecida el año ante- tel Ritz de Madrid la suite orquestal de
Montecchi del compositor Vicen/.o rior. Fue interpretado por Louis Kras- El amor brujo de Manuel de Falla (con-
Bellini. ner, violinista que había encargado e! cierto organizado por la Sociedad Na-
12/111/1954: Hans Rosbaud dirige en concierto, y dirigido por Hermann cional de Música).
Hamburgo los dos primeros actos de Scherchcn. 29/111/1874: Bedrich Smetana dirige en
Moisés y Aarón, ópera que Arnold 16/111/1871: Estreno en el Teatro Real Praga el estreno de la Sinfonía n." 3 de
Schónberg dejó inacabada. de Madrid de la ópera Marina, libreto Antonin Dvorak.
13/111/1700: Nace en Besancon (Fran- de Francisco Campodrón y música de 31/111/1685: Nace en Eisenach (Alema-
cia) el flautista y compositor Michel Pascual Emilio Arríela. Versión operís- nia) el compositor y organista Johann
Blavet, tica de la zarzuela del mismo título es- Sebastian Bach.
98 Scherzo
PIANOS
>• I I I I I I H I I I <
ETROF
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AL SERVICIO (RMj DE LA MÚSICA
REAL MUSICAL
CARLOS II 1. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels 241 30 09 - 241 31 06
28013 MADRID