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entrevistas:

PAATA BURCHULADZE
FRANCISCO ARAIZA

dosier: |
fMODEST MUSSORGKI

VLADIMIRj
ASHKENAZY
25 años
de grabaciones
PHILIPS

Ultimas ediciones
Para mas información sobre las nuvecjaoes ae
Philips Ciassics diríjase a su
establee i miento especializado

Haendd
El lesiin de Alejandro
WaUmson • flobson • Srown • Siafford • Varcoe
Coio Monteverdi • Engllsh Baroque Soloisls
John Ehot Garctiner
2 CD 422 053-2

VlwaMI: Kwttt «MW* canta arias da Chopin;


Los 6 conciertos para VIW Mozart. Gounod. HosS'ni. Weber y Dvorak Sonaiss 2 y 3
Masaimo Paris • I Musici Orquesta Philharmonia • John Pritchard Mitsuko Uchida
CD/LP/MC 422 051-2/1/4 CD 422 073-2 CO 420 949-2

Vlvcldl: Hiydrr
HOfTiena|o a Danzas suecas Síntomas 101 y 103
Las 4 estaciones! 2 conciertos yvandfiaus, Leipzig Orquesta del sigla XV]ll
Satvatore Accaido • I eolisti di i/, . • h H
Frans Biuggen
CO/tP/MC 422 065-2/1/4 2 CO 420 S32-2 CD 422 240-2

Gala cte !• UNESCO 19W Schubert Norman


Plácido Domingo. Lucero Tena. Simón Cates, Sonata 19. Momentos fti La gira europea 1987
Jultan Lloyd Webber, Shlriay Verreit. ate. Alfred Brendel Geolfrey Parsons. piano

I
Orquesta Nacional de Francia • Lorin Maazel en 49? 076-2 CD 422 235-2
CO'LP'MC 422 379 2'V'4
Edita
SCHERZO EDITORIAL. S.A.
C/ Marqués de Mondéjar. 11 - 4.° C
28028-Madhd.
Telef. 19I| 146 76 22
Fa* (911 2J6 IB 64
Presídeme
Gerardo Queipo de Llano
Director
Amonio Moral
Director Adjunto
Javier Alfaya
Redactor Jefe
Enrique Marlinez Miura
Consejo de Redacción
Javier Alfaya. Robertu Andrade Maldc. Domin-
go del Campo Castel. Santiago Manin Bermódei.
Amonio Moral. José Luis Pérez de Aneaga, Ar-
luro Reverter. José Luis Télleí.
Administración
Año IV n.° 32 - MARZO 1989 - 425 pts.
Cristina Mülel.
Secciones
Redacción en Barcelona: Rogír Alier. Redacción
en Valencia' Blas Conés. Discos: Enrique Pérez
Adrián. Libros: Xnan Manuel Carreira. Alia fi-
delidad: Al/redo Orozco. Danza: Roger Salas.
Ja/i: Ebbe Traberg. Música contemporánea: Jo-
sé Igés.
SUMARIO
Colaboran en este número:
Javier Alfaya. Julio Bravo, Ricardo de Cala, M.D.
Calvocoressi, Domingo del Campo Castel, San- OPINIÓN 4
són Carrasco. Xoan Manuel Carreira. Luis Fer- ACTUALIDAD 8
nando Cravajal Bláziiuez, Miguel Ángel Coria,
Blas Corlé!, Pedro Elias, Lucrecia Enseñar, Ma- — Francisco Araiza, la serenidad de Werther, Julio Bravo 22
nuel Carda Franco, Florentino Gracia Uirillas, — Paata Burchuladze, un Boris de corazón tierno, Joaquín Marlin
Francisco Gutiérrez, Enrique López-Aranda. Ken- de Sagarminaga 24
neth Loveland, Santiago Marlin Bermiídez, Joa-
quín Martin de Sagarminaga. Enrique Martínez ESTUDIO:
Miura, Blas Matamoro, Antonio Moral, Wolf- — Las Sinfonías de Hartmann, Eduardo Rincón 32
gang Amadeus Mozart, Agustín Muñoz Jiménez. REPORTAJE:
Alfredo Orozco Buezo. Rafael Ortega Basagoiti,
Enrique Pérez Adrián, José Luis Pérez de Arlea- — El Centro de Documentación Musical. Entrevista con Jacinto Torres,
ga, Elena Posa, Gerardo Qucipo de Llano Onam- Arturo Reverter 40
día. Arturo Reverter, Jordi Ribera i Bergós, ENTREVISTA:
Eduardo Rincón, Roger Salas, Ebbe Traberg.
— Vladimir Ashkenazy o nadie es perfecto, José Luis Pérez de Arteaga 43
Diseño de portada: ACTUALIDAD DISCOGRAFICA 51
Salvador Alarcó DISCOS 52
Foto de portado: Polygram Ibérica (DECCA). ESTUDIOS DISCOGRAFICOS:
— Una noche en la opereta, Arturo Reverter 60
Publicidad. Redacción — Ashkenazy y Decca: 25 años caminando juntos, Joaquín Marlin de
y Administración Sagarminaga 61
Scherzo Editorial, S.A.
Marqués de Mondéjar, II - 4.* C — Novedades bartokianas, Santiago Martin Bermúdez 62
1802 8-Madrid — Delirium Clemens. Cletnens Krauss dirige Parsifal. Enrique Pérez
Teléf. (91| 246 76 22 Adrián 63
Imprime:
ESTUDIO BIBLIOGRÁFICO:
MOV IEG RAF. S.A — Al fin Schoenberg, Santiago Martin Bermúdez 64
C/ Estigia. 3 y 5 LIBROS 65
28037 Madrid LA GUIA DE SCHERZO 66
Tfno.: 204 95 03
DOSIER: Mussorgski. 1839-1989 67
Fotocomposición — Boris Godunov: la palabra como música, Arturo Reverter 68
Lumimar, S.A. — Las versiones de Boris Godunov, Arturo Reverter 70
Albasaní, 48-50
28037- Madrid. — Verdad y locura, Santiago Martin Bermúdez 74
Teléf. 204 30 01 — Realismo vital, Domingo del Campo Castel 76
Fas (91) 256 18 64 — Mussorgski canta para Debussy, Pedro Elias 80
— Las grabaciones operísticas, Fernando Fraga 82
Depósito legal
M-41822-198! — Mussorgski: Técnica y estilo, M.D. Calvocoressi 86
ISSN-O213-4R02 DANZA:
— Vianants, por buen camino, Roger Salas 90
SCHERZO es una publicación de carácter plural ALTA FIDELIDAD:
y no pertenece ni está adscrita a ningún orga- — Croft, la artesanía hecha arte, Francisco Gutiérrez 92
nismo público ni privado. La dirección respeta — Primicias de una cápsula formidable: Van den Huí, Al/redo Orozco 94
la libertad de expresión de sus colaboradores. JAZZ:
Los lentos firmados son de la exclusiva respon- — Episodios, Ebbe Traberg 96
sabilidad de los firmantes, no siendo poi tanto
opinión oficial de la revista. EFEMÉRIDES 98

Scherzo 3
-opinión-

Nueva etapa
hacia el futuro
uestra revista ha cumplido tres años. Tres modestia de nuestros medios, pero estamos
N años de presencia en la vida cultural del
país de una publicación especializada no
es pequeña hazaña. A lo largo de ese tiempo
seguros de que si somos capaces de seguir
disfrutando de la confianza de nuestros lectores,
de estar a la altura de sus exigencias, podremos
SCHERZO ha crecido, ha ganado prestigio y enfrentarlo con posibilidades de una amplia
lectores. En cierto modo, al mirar hacia atrás, superación.
ya podemos hablar de unos tiempos heroicos en Por otra parte, SCHERZO desea también ir
los Que la revista hubo de vencer muchas hacia una relación más estrecha con sus lectores,
dificultades, muchas carencias, hasta convertirse tratando, en la medida de lo posible, de seguir
en un producto digno de Quienes desde un las fluctuaciones de sus opiniones para así poder
principio creyeron en ella. Ahora, con la corregir, mejorar, abandonar viejos caminos e
perspectiva que clan esos tres años, con la revista iniciar otros inéditos. Para ello encontrarán
plenamente consolidada, queremos iniciar una ustedes en este número un sondeo realizado por
nueva etapa que mire hacia el futuro. Un futuro un instituto especializado acerca de qué piensan
que se presenta —no podía ser menos— los lectores sobre el producto de nuestro
complejo pero a la vez altamente prometedor. trabajo. Queremos saber con la mayor exactitud
Para iniciar esa nueva etapa SCHERZO se ha posible qué defectos o qué virtudes, qué
comprometido en un proceso de insuficiencias o qué aciertos encuentra en ¡a
reestructuración. Una de las medidas que se ha revista su público.
tomado ha lido la de reforzar el Consejo de
Redacción. Tres nombres bien conocidos en el Nuestro fin último es servir a la música y, por
mundo de Ui nuisica —José Luis Téltez, José lo tanto, a ¡a cultura de nuestro país. A nadie se
Luis Pérez de Arteaga y Roberto Andrade le oculta que la música sigue siendo entre
Malde— pasan a formar parte de él. Por otra nosotros —y por razones históricas que no es
parte, la baja de nuestro compañero Arturo del momento dilucidar— el patito feo del
Reverter, recientemente nombrado de nuevo entramado cultural español. Desde aquí, desde
Director de Radio 2 de Radio Nacional de SCHERZO, llevamos ya tres años tratando de
España, ha sido cubierta por Javier Alfaya, que que no sea asi, de que la música consiga en
a partir de este número asume las junciones de España ese papel esencial que debe tener y que
director adjunto de la publicación. de hecho tiene en los países más desarrollados,
Con estos cambios pretendemos que SCHERZO al Este y al Oeste.
gane en agilidad, en capacidad informativa. Al hacer balance de estos tres últimos años no
Nuestro propósito es que ¡a revista cubra una queremos hacer un acto de afirmación narcisista,
gama periodística más ancha, se guíe por sino presentarnos a nuestros lectores —que son,
criterios que quieren ser cada vez más en suma, los que nos han permitido llegar hasta
profesionales. Posiblemente el reto sea aquí— con el mismo propósito de dedicación y
complicado, en especial si se tiene en cuenta ¡a entrega con que nos presentamos el primer día.

4 Scherzo
-opinión-

EL DISPARATE MUSICAL

£1 rey Kastchei en pololos


E n mi último articulo dejé sin tratar cuando debe y... cuando debería tirar toma-
un tema que tenia in mente hace tes (para mayor perversidad, suele incluso
tiempo, por mor de Luisito, como ya aplaudir más lo peor). Los bolos, que los ha
saben Vds. V es que cuando prima la actua- habido y bien gordos, raramente se han sal-
lidad de tan fulgurante astro, pues hay que dado con broncas mayores, especialmente
estar a lo que se celebra, al loro (¡Qué apro- en las localidades más caras. Hombre, no
piado!, o mejor, ¡qué guau, digo yo que se es que yo pretenda que esto acabe como sí
escribirá asi el palabro), que dirían ahora los fuera una verdulería, pero si que una cosa
amigos del lenguaje neo/.oológico. es la corrección y otra la mojigatería, espe-
El tema en cuestión me asaltó cuando, cialmente cuando se ha pagado un buen di-
asistiendo hace unos meses a una represen- nero por la localidad. En Europa se tienen
tación de la Staatsoper vienesa, fui testigo las cosas muy claras: se paga y se exige. Aquí
no, aquí se paga (por cierto cada vez más,
de la bronca que se le monto al tenor de tur- aunque según el Sr. Rodrigue/ Braun, cuya
no. Bien es cierto que el pobre lo había he- cuenta debe
cho bastante mal, pero no lo es menos que co, y sí no,tener basiantes ceros, aún es po-
por estos pagos se han sufrido desastres peo- Scherzo en elvean el suelto que reprodujo
res. Recordé entonces otra similar, algunos barba San Josén.° 30) y luego,., si sale con
años atrás, en el misma local (la víctima fue fía que uno no ytermina
si no la Purísima, filoso-
de entender.
un director de orquesta), y medité sobre las
conductas de nuestro hispánico público. Si Una prueba más de que el español no pro-
i— UNA BROMA MUSICAL - i Vds. se paran a pensar, seguro que cada ve- testa casi nunca, especialmente cuando po-
terano en la asistencia a conciertos recuer- dría tener razones para hacerlo. Ese público,
da anécdotas para rellenar esta sección o ese tipo de público, por no generalizar, es
durante un aflo. Vo recuerdo a la joven que el que alucina cuando oye un ¡Fuera! o un

L os acontecimientos se precipitan,
como se fue al precipicio la repre-
sentación del mío caro Don Gio-
vanni, del teatro de La Zaizuela (bruta
cosa), como se ha precipitado en su re-
se descalzó en el anfiteatro del Real duran- ¡Uuuh!, probablemente el mismo que dice
te la Novena de Beethoven, obsequiándonos (caso verídico y reciente, durante la incom-
con el estreno mundial de la Oda al queso pleta versión del oratorio navideño de Bach
de Camemben que Ravel, no tan imagina- por Herreweghe) que «esto es como el dis-
tivo n¡ tan antihigiénico, no hubiera mejo- co pero en bajilo» (?), o aquel otro que co-
greso japonés la ONE, que tocó mi Sin- rado. Recuerdo a la señora que, presa de mentó (mismo concierto; fue una tarde
fonía 40, cual si fuera la Quima de furor pulseril, llenóse el brazo de pulseras curiosa, como verán) que lo que hacía el con-
Shostakovitch, como se columpian algu- del más variado diseño y calibre, aunque, certino antes del concierto era muy impor-
nos gallegos que no aguantan la prime- eso si, todas ellas muy sonoras, hasta que tante, porque «daba la nota». Ese mismo
ra crítica, corriendo el riesgo de ser conseguimos echarla (esto ocurrió durante público, o parecido, es el de los «pianos sin
alguaciles al guací lados, como se preci- un concierto de Karajan; el director austría- pedales» (clavecines), el violoncillo «sin pin-
pita el gobierno jugando a tuya-mía con co no le metió la batuta por el ojo porque cho» y cosas por el estilo.
los sindicatos. Tutto va que mí fa preci- le pillaba demasiado lejos). Recuerdo, có-
pitar a mi también. mo no, al famoso aquel que obtuvo la en- Recuerdo cierta ocasión en que el ilustre
trada en la beneficencia (creo que de ésie ya crítico A.F. Cid citaba con sorna a vina se-
En la radio y en la tele vuelve el sol les hablé), roncando a bronquio furioso para ñora que. a su lado, había exclamado «¡Qué
por do solía y los calviños atacan de nue- mayor asombro de Brüggen y Leonhardt susto!» al comenzar la Danza infernal del
vo, conducidos por la mano digital de (aclaro que estaba en la segunda fila). Por príncipe Kastchei en el Pájaro de fuego de
Solana; pienso si esta vez regresaré a recordar, recuerdo al inefable sujeto que Stravinsky. El suslo me lo llevé yo cuando,
Salzburgo, mal que me pese. Sólo falta abrió un paquete de polvorones y crrrrish, durante la reciente y excelente versión que
que Scherzo otorgue los premios disco- crrrrrash, se entretuvo en aplastar uno a uno de esta suite interpretó la O.N.E. con el di-
gráficos de Ritmo, y entonces sí que me los papelitos de celofán. El último lo termi- mitido López-Cobos (les digo yo que no
las piro definitivamente, ahora que el di- nó de aplastar justo an(es de que me deci- aprenderemos nunca), contemplé el progra-
rector de la revista me ha puesto teléfo- diera a darle una bofetada. Omito en esta ma y leí «Danza informal del rey Kastchei».
no, telefax y personal computer. relación los incontables casos de bronquitis Se ve que la danza, agresiva donde las ha-
Qué duda cabe que estas cosas depri- crónica que afloran al final de cada movi- ya, la bailaba el buen rey... en pololos. Ex-
men. He buscado en mi baúl de partitu- miento (producto, intuyo, del incontenible traña indumentaria, vive Dios. Y en medio
ras y me he puesto a cantar, con permiso efecto tusígeno de la coda), así como los de todo esto, el aficionado normal, al que
de Da Ponte, esta bella aria de Las sempiternos aplausos prematuros en el últi- le gustaría que tantas cosas mejoraran, que
Bodas: mo tiempo de la Quinta de Tchaikowsky. se ganara en nivel, que nuestros maestros no
los butacazos de los tardones y otros más tuvieran que emigrar, etc., etc., y etc. Por
de uso común. el momento estamos como el rey Kastchei,
Se asoma Solana
la lele (i chiama o sea, en pololos.
la lele li chiama
din din. din din! En el otro extremo, encontramos al exqui-
in due pasai sito, tan fino, tan delicado, que aplaude Rafael Ortega
da quella puoi gir
Vien poi l'ocassione
che vuolmi i¡ Guerrone • pretw\ interésame),

f
che vuolmi ¡I Guerrone
don don, don don! (Je(Düitia • //iM rihaw hoy mhmo
in tre sal!i lo vado a servir. llámenos!

Una vez cantada se ha producido la


catarsis y me he quedado muy relajado.
SOTO MESA ¿478583/2482927
Prueben ustedes y verán... t'o^t.miíU'Ir \urTi.icift 2
S.KI f i-llr*1 ÍVrl J
W.A.M. ¡3 años de experiencia nos avalan JHIIM HMWIt)

Scherzo 5
opinión

BACHILLERÍAS ÁNGULOS

El oído y la vista Pero, ¿qué hacer con la ONE?


A
bróchense los cinturones, por- an pasado ya tres meses desde en cuanto al gran Gennadi Rhozdest-
que va una historia de la mú-
sica en quince líneas.
Al principio Dios creó el mundo y
lo hizo regirse por la armonía de las
H que estalló la crisis en el seno
de la Orquesta Nacional, con la
dimisión del que fuera su titular, Jesús
López Cobos. No vamos a entrar aquí
vensky, ha venido, ha triunfado y, co-
mo no podía ser menos, se ha
marchado.
Y la ONE sigue sola, como soltero-
esferas. Al final, cuando ya estaba un en un asunto sobre el que ya se ha es- na que no tiene quien la corteje, como
poco cansado, fabricó al hombre y crito mucho en esta revista. El affaire novia abandonada al pie del altar. Y la
a la mujer. Al cabo de milenios és- López Cobos ha sido, sobre todo —co- crisis sigue, previsiblemente agravada,
tos crearon los ritmos para acompa- mo ya señalamos desde esta misma porque no hay orquesta en el mundo
ñar las rareas rutinarias y las columna—, un indicio, una anécdo- que soporte esiar durante mucho tiem-
melodías para dar eficacia a los ritua- ta reveladora de lo que anda mal en po abandonada al albur, sin nadie que
les mágicos: entonces, todo el mun- las instituciones musicales españolas, se ocupe de ella de una manera conti-
do era músico, el guerrero, el que es casi lodo. Dejó claro que las po- nua y concienzuda. No hay que ser nin-
agricultor, el mago... Después, la es- líticas culturales no se improvisan, no gún agorero para decir que sin un
pecialización en algún instrumento se llevan a cabo sólo mirando a una du- maestro que dedique sus energías a le-
segregó a algunos individuos del resto dosa galería de notables, sino trabajan- vantar la orquesta, a darle una perso-
de la tribu, aunque sin cobrar por do día a día, organizando, planificando nalidad diferenciada, a hacerla
ello: la función del músico era un para el futuro. Precisamente lo que aquí respetarse a sí misma, a creer seriamente
añadido a las tareas productivas. Si- no se hace nunca. en sus posibilidades, la situación de la
glos más tarde encontramos a extra- ONE va a pasar enseguida de ser esta-
vagantes seres viviendo de su mester Pero bien: agua pasada. Hasta cier-
to punto, porque los problemas estruc- cionaria deniro de su gravedad a gra-
u oficio: seres menesterosos llamados vísima. Y entonces se estará a un paso
juglares o ministriles, siempre al ser- turales siguen ahí, intactos. La ONE
vicio de reyes, papas, municipios o está melida en un impasse que, de pro- de que nadie como no sea un suicida
longarse, puede resultar dramático. Pa- artístico quiera hacerse cargo de ella.
cabildos. Poco a poco se separó de
san los meses y se oyen, aquí y allá, Los optimistas —en España hay al-
este grupo la figura áulica del com-
rumores. Hubo optimistas las primeras gunos, aunque parezca increíble— le
positor, que al cabo de centurias ha
semanas que dieron pábulo a los más guiñan a uno el ojo y dicen: ¿y si Rhoz-
logrado ver reconocidos sus derechos
disparatados: que de la ONE se iba a destvensky acepta y lo tenemos como
de autor (hágase cuenta el lector que
hacer cargo Neumann, Bernard Hai- Ulular el año que viene? A uno, inme-
sólo esta batalla dura desde Boecio
tink, Rhozdestvensky, no se sabe qué diatamente, se le vienen a la cabeza cier-
hasia la fundación de la S.G.A.E.,
gran figura más. Pasada la oleada pri- los nombres, el más ilustre de los cuales
sin que aún esién todos los problemas
mera las cosas se han remansado, pero es el de Sergiu Celibidache, pero tam-
resueltos).
por pura inercia: nadie puede estar pro- bién el de Peler Maag y algún otro. To-
Sigamos. Aparecieron nuevas es- palando bulos el día entero sin cansar- dos perecieron víctimas de choques que
pecia I izac ion es: intérprete, transcrip- se. Y, aunque la insensatez sea una se podían haber evitado, de gremialis-
tor, arreglista, musicólogo, crítico, característica bastante difundida entre mos estériles, del corrosivo escepticis-
ambientador, asesor, ingeniero de so- nosotros, de vez en cuando algún sen- mo de quienes no creen ni en sí mismos.
nido, productor, manager... lo que 1
sato se pregunta quién diablos va a que - Siendo realistas, hay que pensar que
ustedes quieran. Todas son muy dig- rer venir a entregarse a la ardua tarea el tiempo apremia y que las soluciones
nas y muy necesarias. (Quizá en este de sacar adelante una orquesta en per- no son fáciles. Nunca lo han sido. Pero
orden de cosas convendría incluir a petua crisis, en un país de segundo or- ya es hora de que se empiecen a tomar
cocineros, barman's, gruppie's, lim- den denlro del concierto músico las cosas en serio, a tomar los proble-
piadoras, servicio de orden, impreso- universal. Asi que, nada de Haitink. Ni mas de raíz y a intentar —aunque sólo
res, publicitarios, diskjolíey's, nada de Neumann, porque el veterano sea intentar— que la ONE no siga de-
transportistas y demás personal que y espléndido titular de la Filarmónica . rivando hacia la nada.
hace posibles los eventos musicales Checa ha manifestado su deseo de re-
que acontecen en la rúa, pero, tran- tirarse de la dirección de orquesta. Y Javier Alfaya
quilos, que todo se andará). Todo
ello no supone sino un salto cuanti-
tativo en la división de funciones del
perficie y no puede ser eludida: ¿cuál es la
creador. Se trata de una vuella a los REVISTA DE PRENSA esperanza de vida de un disco coinpacto?
orígenes: iodos somos músicos, todos Evidentemente se trata de una pregunta que
creamos y, por tanto, todos cobra- no gusta a las casas editoras. ¿No dijeron y
mos derechos por ello. repitieron durante los dos o tres años del lan-
El problema surge cuando se pro-
duce el salto cualitativo y los músi-
El compacto zamiento del CD que se trataba del primer
soporte irrompible y eterno? Sin desgaste por
el uso, sí, como todos los discos de lectura
cos (de cualquier clase y condición)
exigen sus derechos de imagen. Has-
en peligro óptica, pero eterno ciertamente no. La capa
de aluminio no permanece indefinidamente
la ahora daba igual ser guapo o feo, reflejante. Eslá, en efecto, amenazada des-
El asumo eslalló hace unos meses: artícu- de el momento que, al envejecer, el baño pro-
si se tocaba decentemente o se com- los publicados por la revista británica New
ponía con gracia. Pero, si a partir de tector se resquebraja, volviéndose permeable
Scentisi, luego recogidos por el diario The y deja de ser una defensa contra la oxida-
ahora vamos a discutir los derechos Guardian, hicieron saber con claridad que ción (.,.(. Según los especialistas, una capa
de imagen... MÍ amigo Sancho diría cienos CD cubiertos por una capa de mala así, en condiciones normales y estables, de-
un refrán a propósito: «La vista es calidad forren un elevado riesgo de conver- bería jugar su papel protector, al menos quin-
tirse en ilegibles antes de diez años (...). Una ce o veinte años. Es poco y mucho a la vez.
la que trabaja». S.C. preocupación fundamental ha calido a la su-

6 Scherzo
opinión

Que venga Dios y lo vea Algunas sugerencias


Sr. Director:
urame las últimas décadas mu- do esta nueva cocina lírica con babéli- Aprovecho este contacto para hacerles al-

D chos compositores fatigaron el


más invendible solipsismo. No
pocos de ellos, asi como sus epígonos,
cos libreril (qué concertantes, sólo en el
bar del Berlitz pueden oírse cosas así),
obligando a los cantantes a rugir como
gunas sugerencias:
¿Qué tal un monográfico sobre la inter-
pretación de la música antigua con instru-
mentos originales y otro sobre grabaciones
se afanan hoy en conquistar el público pitecántropos («torniamo all'antico e históricas? Pienso que son dos campos en
mercado y tratan por todos los medios sará un progresso», decía un célebre los que somos muchos los aficionados que
de recuperar el tiempo perdido inven- maestro; pero no creo que pensase en agradeceríamos una orientación.
tando una música que, por no tener pa- la prehistoria) y otras morrocotudas ¿Para cuántos de los lectores de Scherzo
sado, carece de futuro —aunque goza ocurrencias por el estilo es dudoso que es útil la sección de sonido? A mí francamen-
de presente: mantenida por una candi- la sociedad se reconcilie con la música te me sirve para poco, a la hora de renovar
alguna parte de mi equipo. Y en mi medio
da burocracia cultural que premia su contemporánea. social (soy médico) nú equipo es uno de los
adhesión inquebrantable; santificada No pretendemos, quede claro, contra- de más alio nivel. Bien está que se nos in-
por intrépidos cronistas que disfrazan poner un academicismo sin sustancia a forme de las últimas y más caras novedades
la opinión de información; protagoni- esas inverosímiles construcciones fabri- de vez en cuando, pero pienso que no esta-
zada, en fin, por ciertos orates que dis- cadas con los escombros de la vanguar- ría de más tratar también segmentos del mer-
frutan sus placeres solitarios merced a cado más modestos, pero quizá más
dia. Pero hay que decir que apuntalar frecuentados por los lectores.
las subvenciones estatales, esta horríso- curiosidades y ruinas, ya desmoronadas
na murga, eco de la era tecnoindustrial, en todo el mundo, no parece razonable Y, por último, ¿qué tal un correo o bolsa
que ya se acaba, se resiste a desapare- de compra, venta e intercambio del lector?
ni, menos aún, necesario: la Adminis- Reciban un saludo y mi sincero agradeci-
cer junio con ella y sigue matando a la tración oferta caros productos que na- miento por su labor.
música de risa y al público de aburri- die demanda. Debería, por el contrario, Jesús Palacio Lapuente
miento. empeñarse en ampliar y diversificar el Reus
Ahora resulta, ya digo, que algunos público; apoyar decididamente a las or-
apelillados innovadores andan atarea- questas regionales; intengrar la música
dos en resucitar el melodrama, a lo peor
convencidos de que ayudado por la vis-
en la educación de los niños y de los
adolescentes;... Si ésia que proponemos
Brindis
ta podrá el oído entender sus simula- no es una mejor y más auténtica polí- Sr. Director:
cros de sintaxis musical, en realidad tica musical que venga Dios y lo vea. Con ei ruego de su publicación, le remito
meras acumulaciones de ruidos y soni- O mejor, que vaya este nuevo y —por esta carta y una fotocopia de la crítica y va-
loración que del disco Misa Criolla hace
dos que no alcanzan nivel de articula- fin— expeditivo ministro de Cultura y Michel Philippoot en el n." 8 de la revista
ción alguno. Loable actitud ésta de lo mire, a ver qué dice de tan estrepito- Reperioire, correspondienie al mes de
tender puentes al respetable; más —y si so asumo. noviembre del pasado año. Como puede
por lo anterior no bastase— sazonan- Miguel Ángel Coria comprobar le concede un 9, calificación re-
servada a las grabaciones «tres exception-
nels». Si esa grabación se hubiese hecho en
Poco, teniendo en cuenta todo lo que se ha cualquier lugar de nueslra vecina Francia, es
dicho y repetido sobre la solidez y longevi-
dad del compacto (...). El peligro, que ha sus-
CARTAS muy posible que le hubieran dado un punto
más. para conseguir el «10 Repertoiren, equi-
citado grandes inquietudes entre las editoras,
no es imaginario: los compactos son fabri- La metacrítica y el valente al «coup de foudre», de su valora-
ción. Esa es, precisamente, mi puntuación
cados economizando poi ciertas sociedades
en dificultades, y el problema va a consistir tesoro de zagazig subjetiva.
en descubrir y denunciar la fabricación de No quiero empezar una polémica sobre la Soy suscriptor y simpatizante entusiasta
compactos dudosos. Hermoso irabajo de in- crítica de la crítica, ni tampoco decir que hay de la revista SCHERZO y. en esta ocasión,
vestigación para las revistas especializadas y dos críticas, la buena y la mala (la mía y la le agradecería mucho que, junto a esta car-
las asociaciones de defensa del consumidor otra), sino preguntar ¿no sena más intere- ta, publicase los versos que siguen, escritos
(...). Antes de que estos problemas llegaran sante una información sobre las interpreta- como pequeño homenaje a la labor que rea-
al gran público algunos fabricantes impri- ciones para los posibles compradores en ve?. lira en el mundo de la cultura musical mi pai-
mían ya pequeñas series de compactos me- de dar consejos a los músicos para que me- sano y amigo, José Luis Ocejo.
talizados con oro. A su vez, Denon acaba de joren sus interpretaciones? Qué tat instru-
comercializar su serie «Gold». El precio de mentista emplea demasiado rubato en BRINDIS
estos discos es disuasivo (¡casi el doble que Schumann, otro, demasiado poco en Bach A un trinitario blanco le ha otorgado
los otros!), pero ahí están los resultados: ca- (o viceversa), que tal director, al juicio de La Virgen de La Bien Aparecida,
lor, frío, humedad, nada merma su rebosante uno, es demasiado rápido, e t c . , presupone una lluvia de dones, asumida
b[¡llante7 (...). Reemplazando, con gran primero: que nuestro gusto particular pue- como un canto de paz multiplicado.
aumento de precio, el aluminio y el poli car- da interesar a alguien, segundo: que existe Don de organización, bien demostrado
bonato por el oro y el vidrio se pueden pro- una interpretación ideal y que los críticos pa- al transformar un FIS casi sin vida
poner CD no para la eternidad, pero sí para recen ser los únicos en conocerla. Indicar que en Festival en auge, mantenida
algunos siglos... los tempi empleados pertenecen a una escue- su fuerza original y renovado.
la determinada, o que el rubato permite una Don de la ubicuidad; jamás cansado,
determinada interpretación dentro de una ni triste o afligido. ¿Es la Coral
Jean-Marie Piel cierta tradición pueden ayudar al hipotéti- Salvé la que te salva, concertado,
Diapasón co lectoi en su compra. ¿Objetividad?, no lo de tu quehacer complejo y fatigado?..
creo; más bien banalidad de base de la gra- ¡Bravo! por la carrera musical
mática generativa. La proposición es ladina: que José Luis Ocejo ha conquistado
entre las dos estructuras chomskyanas (la Tras la presentación del disco Misa Crio-
profunda y la superficial), hay sitio para la lla el 22-12-88, en el hotel Bahía, de Santan-
subjetividad radical. La proposición es am- der. Con gracias anticipadas, le envía un
bigua: no quito ni pongo rey, pero sirvo cordial saludo.
a mi señor.
Javier Casanueva
Santander

Scherzo 7
actualidad-

Kovanchina, entre lo mediocre y lo admirable


Barcelunu: ür¡in Teatro del Liceo. 16 de enero de za de las esclavas persas del Acto IV, de las mejores intervenciones que le re-
198y. Muswnuki: Kavanchma. Renata Daltin, Bu- debido a la impericia de determinados
¿a Baldani. Mauri/.io Frusoni. Wieslaw OrfimiUi, cordamos, particularmente por la ple-
Harimuí Welker, Maiii SalmniiMi. Marlii lalveta, instrumentistas de las maderas), así co- nitud y homogeneidad en el sonido:
Florindo Andreolli, Anloni Lluch, Alíred Werner, mo un equilibrio entre foso y escena ca- algunas voces trémulas en la sección fe-
ele. Dirección Musical: János Kulka. Direción Cs- si absoluto. El coro, uno de los
cemea: Emil Bochnakuv. liscenograha: lossil menina no empañaron una actuación
Soumbaladivili. Vestuariu: Valen Levenial. Coreo- protagonistas de la obra, amén de ha- que no dudamos en calificar de
grafía: Valentina Savma (Producción: Optra de ber realizado el gran esfuerzo de apren- ejemplar.
Sofía). derse su parte en ruso, ha tenido una Una ojeada al equipo de voces nos
obliga a pasar por alto actuaciones co-
Dijimos ya en su momento que el ras- mo la de la estridente soprano Renata
go más ¡mporlanie en lo lócame a la Daltin (Emma), o la del inaudible te-
elección de los lílulos do la actual tem- nor Maurizio Frusoni (Andrei Kovans-
porada liceística era el recurso a obras ki) y centrarnos en este espléndido par
que pedían a gritos su reposición. Ko- de bajos finlandeses llamados Martti
vanchina, no representada desde la tem- Taivela y Matti Salminen. Taivela, con
porada 1961-62 (con Miroslav una voz inmensamente bella y estentó-
Changalovich), era una de ellas. Aho- rea, en muy buen estado aún y una im-
ra hemos podido, por fin, recuperarla, ponenle presencia escénica, ha dado
aunque lo inadecuado de la vetusta pro- vida a Dosifei, líder de los Antiguos
ducción usada haya ensombrecido unos Creyentes. Su actuación desde su entra-
resultados finales que, en un principio, da en el Acto I hasta su monólogo y
prometían ser muy altos. alocución a sus hermanos en el V, no
Uno es consciente de que no es igual ha tenido un solo momento de decai-
de fácil alquilar una producción de Ko- miento. Con una voz menos bella, pe-
vanchina que alquilar una de La Tra- ro asimismo impactante por su potencia
viaia o La Bohérne. Pero, aun así, la y carnosidad, Salminen ha personifica-
elección no ha podido ser más desacer- do a un Ivan Kovanski como debe ser:
tada; es difícil, por no decir imposible, violento y fanfarrón, pero también te-
establecer la relación entre lo que nos rriblemente humano. En tercer lugar
han propuesto los señores Bochnakov, merece situarse a la Marfa de Ruza Bal-
Soumbatachvili y Levental y la Kovan- dani, Mezzo con voz de agradable tim-
chinu, de Mussorgski. Ese sol amarillo bre, pero con graves poco consistentes
chillón que asoma coquetamente tras y temblones. Aun admitiendo que a la
las cúpulas bulbosas de la catedral mos- mejor página de su paríiceila (la mara-
covita del Bienaventurado Basilio; esos villosa nenia del Acto 111 ¡skhodila inla-
strelilsi (arqueros) de opereta; esos ros- diochenká) le faltó el aliento lírico y la
tros empolvados próximos al clown; afinación indispensables, la garra y la
esas encofiadas doncellas rusas propias expresividad con que había dicho la es-
de los ballets Berioíka; ese I van Ko- cena de la profecía en el II y toda la es-
vanski ebrio, que intenta unos pasos de cena final con Andrei la rehabilitan a
ballel con sus esclavas persas; en fin, ese nuestros ojos (y a nuestros oídos).
conjunto de sandeces que hemos leni- Dignos de cualquier teatro de ópera
do que soportar en el escenario del Li- que se precie se han mostrado Wieslaw
ceo nos parece muy lejano del punzante Ochman como Oolizyn (lenor de bri-
drama planteado en Kovanchina, que llante voz, pero con algunos agudos mal
profundiza en una época que —con la enfocados), Harmut Welker como
llegada de la brutal europeización de Tchakloviti (barítono algo impersonal,
Rusia a cargo de Pedro el Grande— lle- pero enfrentado valientemente a su aria
ga a su ocaso. Por todo ello, la Kovan- del Acto III) y el diminuto Flor indo An-
china del Liceo ha sido una Kovanchina dreolli, excelente tenor de carácier, en
que, en lo teatral, no merece lomársela el nada fácil papel del escribano. Caso
muy en serio. raro en el Liceo, pero, en lo que a se-
Todo lo contrario ha sucedido con la gundas partes se refiere, ha habido en
parle musical del espectáculo. A pesar la mayoría de los casos cometidos de
de que se ha recurrido a la aburrida ver- notable calidad.
sión de Shostakovitch (bastante pródi- Consignemos, en fin, la esforzada la-
ga en aderezos gratuitos) y de que el bor del Ballet del Teatro de la Zarzue-
Acto 111 ha sido mutilado sin piedad la, dirigido por Maya Plisetskaya, que
(léase el Coro de Antiguos Creyentes y en la mencionada Danza de las escla-
todo el personaje de Susanna), el hún- vas persas tuvo que evolucionar sobre
garo János Kulka ha conseguido un no- el omnipresente y molesto entarimado
table rendimiento de la orquesta del en forma de X importado de Sofía.
teatro (con algún raro momento de in- Marín Taivela y Kuza Baldani en «Ko-
flexión, como, por ejemplo, en la Dan- vanchina». Jordi Ribera Bergós

8 Scherzo
actualidad

La sinrazón de Arabella de los jóvenes en el umbral de la vida.


Estrecho le venía el papel de Mandryka
a Rudolf Constan!in, desangelado en lo
Bircdoiu. üian Teatre del Liceu; 1 de febrero de 1989. Arabelta, de Richard Slrauss. Lucía Popp. ¥.¡\-,¡-
canoro y en lo teatral. Hermann Becht,
tina Laki. Rudolf Constantin, Hennann Becht, Peier Seiffert. Patricia Johnson. Chmlof Perick; direc- como conde Waldner, mostró chispas de
ción orquestal: Pierre Médecin; dirección escénica: Romano Gandolfo y Viicorio Sicuri; dirección del picardía en su interpelación, que se
coro. Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatro del Liceu. Producción de la Opera de Niza. perdieron en el letargo dominante. En
cuanto a la orquesta, hay que recono-
En la última escena de Arabella, la dejó traslucir unos méritos nada desde- cer que se trata de una partitura difí-
joven ofrece un vaso de agua a su pro- ñables, voz pequeña, pero interesante. cil, bajo la batuta de Christof Perick,
metido en señal de entrega y reconci- Sin embargo, ni en el dúo del primer ac- osciló entre la corrección, la irregulari-
liación. En cambio, el público, al to consiguieron comunicar todo el liris- dad y la labor esforzada.
término de la función podía tener la mo que compositor y libretista dieron
sensación de que le acababan de echar a esta escena que expresa las fantasías Elena Posa
por encima un jarro de agua fría.
La gracia, la ironía, la melancolía o
la alegría burbujeante que enmarcan los
ensueños ilusionados de las dos herma-
nas y sustentan el encanto de esta ópe-
ra estaban lastimosamente ausentes.
Hofmannsthal y Strauss quisieron re-
crear una atmósfera decadente —la Vie-
na de 1860—, en la que la frivolidad y
los juegos de conveniencias pretenden
disimular la ruina, pero donde todavía
cabe un rayo de esperanza. Por ello, la
capacidad de plasmar, de dar vida so-
bre las tablas y desde el Toso orquestal
a un ambiente es fundamental en una
representación de Arabella. A tenor de lo
que se presenció nadie iníentó insuflar
ese espíritu a esta puesta en escena. Y
con estas cartas sobre la mesa nada obli-
gaba a programar este tilulo. Aunque
se dispusiera de un as como Lucia Popp
—que debutaba en esta ocasión en el
Liceu—. Una buena carta en una baza
sin pies ni cabeza poco significa.
La sórdida producción de la Opera
de Niza —los responsables de la esce-
nografía y de los figurines permanecían
en el anonimato en el programa de
mano— era un atentado conlra e! buen
gusto —e incluso contra el malo—. La
mezquindad de los decorados rayaba en
la caricatura. Lo mismo cabe decir de
la dirección escénica de cuya existencia
sólo dejó constancia la letra impresa.
Pueslas asi las cosas, el trajín de la
familia Waldner para evitar hundirse en
la miseria (acto I), la brillantez y los
equívocos del baile de carnaval tacio II) Lucia Pupp
y el malentendido que crispa los ánimos
hasta que todo se pone en claro en un
final feliz (acto III), quedaron en imá- CURSO DE PIANO
genes pobres y movimientos deslabaza-
dos que nada sugerían del ritmo y la
chispa de una comedia.
IX Festival Internacional de Música de Torroella de Montgri
Algunas óperas pueden salvarse, por
lo vocal, por lo música! cuando falla el BRUNO CANINO
as pee lo teatral. No es ese el caso de 19-30 de Agosto de 1989
Arabella. Sin iniención, sin complicidad
en la intención y en los matices, el per- Información: Juventudes Musicales
sonaje de la protagonista que se eleva
como un ser noble e ingenuo sobre las Apartat 70
maquinaciones y los errores de los de- 17257 TORROELLA DE MONTGRI
más, queda sin sentido. Lucia Popp en- (Girona)
tregó flexibilidad, estilo y belleza vocal
que quedaron flotando, deslucidos, en Secretaría: (972) 75 83 96
este contexto. La soprano Krisztina Laki

Scherzo 9
actualidad

Tradición y modernidad Jóvenes a la


conquista
La XXVIII Semana de Música Re- de Haendel Jephla, que se hará en
ligiosa de Cuenca, que de nuevo, y
para evitar la coincidencia con el bu-
versión escénica (dirección: Federik
Mirdita). Entre los cantantes previs-
de Murcia
llicio ciudadano que origina la Sema- tos para este Jephla destaca el mag- Desde hace ocho años se desarro-
na Santa, se celebra durante la precé- nífico contratenor Paul Esswood. A lla en la Autonomía murciana el
deme (13 al 19 de marzo), ofrece sie- su vez, el registro romántico se con- Festival Internacional de Orquestas
ie sesiones musicales claramente fía al Coro y la Orquesia de la Ra- de Jóvenes. Lo que en principio fue
agrupables en bloques distintos. Dos dio de Hamburgo. La ópera román- una convocatoria modesta, sin más
concierios dedicados a la figura de tica Tannhauser, evidentemente no pretensión que la de reunir duran-
Cristóbal Halffter, como creador y una obra directamente religiosa, pe- te unos días a unas cuantas, pocas,
como intérprete, ya que será él quien ro con una temática conexa por el de- formaciones orquestales de jóvenes
empuñe la batuta, suponen el lado sarrollo de la idea del arrepentimien- estudiantes para tocar y solazarse
más moderno de la semana. Con la to, se va a ofrecer mediante el siem- en comunidad, se ha convertido,
Orquesta y Coro de RTVE, y con el pre discutible procedimienío de la
ejecución en concierto, más paradó- andando el tiempo, en un certamen
Coro de la Universidad de León el se- de rango internacional y de rasgos
gundo día, Halffter repasa una par- jica esta vez por estar junto a la es-
te significativa de su producción cenificación de Jephla. Se cuenta perfectamente definidos, estableci-
religiosa: In Expeclatione Resurrec- para este Tannháuser con la artesa- dos ya con claridad a partir del 87.
lionis Domini (encargo de la II Sema- nal batuta de Heinz Fricke y un re- Además de la lógica presencia de
na), el gran fresco Officium parto vocal no muy sobresaliente. los conjuntos, dos españoles (or-
Defunctorum, Gaudium et spes, ca- Los conjuntos de la NDR han pro- questas de la comunidad organiza-
racterística de las preocupaciones hu- gramado también a Brahms, la alter- dora y del Conservatorio de Vigo)
manísticas de su autor, Jusíorum nativa a Wagner en la música y cinco extranjeros (orquestas del
animae, Beati y Regina Coeli. Dos germana del momento, del que se Conservatorio de Bratislava, de la
programas de la Wiener Akademie y oirá el Réquiem alemán, con direc- Academia Musashino de Tokio, el
el Concentus Vocalis de Viena, que ción de Edmon Colomer, una de las Conservatorio de Estrasburgo, del
se consagran al Barroco y el Clasicis- batutas españolas en alza del actual de Milán y de jóvenes de Badem-
mo. El primero, dirigido por Martin panorama... Finaliza la semana con Badem), se han programado la
Haselbóck, en torno a una temática una actuación del excelente grupo cuarta edición del concurso de vio-
que se ha buscado definir con el tí- británico The Tallis Scholars, que di- loncello y la quinta del de violín,
tulo // Sepoicro, presenta obras de rige Peter Phillips, consagrada a la una muestra de música de cámara
Haendel, Bach, Aumann y Mozart. música de los compositores america- y la segunda edición del concurso,
El segundo, que tiene a Herbert Bóck nos de época colonial Gutiérrez de también internacional, de compo-
como director, presenta el oratorio Padilla y López Capillas. sición. La primera la ganó el cata-
lán García Demestres, con Recuer-
do, para tenor, viola y orquesta de
cámara, obra que será interpreta-
da a lo largo del festival. Se ha pre-
visto, asimismo, la inclusión de la
obra encargo, algo que ya se ha ins-
titucionalizado y que este año es la
titulada Settecento, del prolífico
Tomás Marco.

Amplio repertorio

La muestra, que se extiende des-


de el 19 al 25 de este mes y que dis-
curre por 18 municipios, aparte la
capital, da lugar a interesantes con-
frontaciones e intercambios, y re-
corre, como parece lógico, un am-
plio repertorio desde el barroco a
nuestros días. El responsable artís-
tico de este certamen, en el que in-
tervienen la Universidad de Murcia
y su Comunidad Autónoma y que,
sin duda, es pionero en nuestro
Cristóbal Halffler país, es Juan González.

10 Scherzo
actualidad

El Te Deum de Cano en el Palau


Vtlrncia. Palau de la Música. 27 de enero de I9B9. Concierto a beneficio de Manos Unidas. L. Beeiho- no y barítono. La pureza de timbre de
ven: Obertura «Egmont». Schumann. Concierto para piano en la menor; César Cano: Te Deum para Isabel Rey y sus sólidos sobreagudos
dos coros mixios. coro de cámara, solistas y orquesta sin/ornea. Orquesta Municipal de Valentía. Coro
de Valencia. Orfeón Universitario. Isabel Rey, soprano; Itxaro Menisaca, me/zo; Manuel Cid, tenor; que tuvieron que remontar la masa or-
Francisco Valls, barítono; E. Pire? de Guzmán, piano. Dirección: Manuel Oalduf. Palau de la Música. questal y coral en los comienzos de la
10 de febrero de 1989. R. Wagner: Viaje de Sigfrido por el Rhin; Amando Blanqucr: Concierto para obra; la seguridad técnica de Francisco
guitarra homenajea J. R. Jiménez Sibeliu?: Sinfonía n.° 2 en re mayor. Orquesta Municipal de Valen-
cia. Narciso Yepes. guitarra. Dirección: Manuel Galduf. Valls en su aria, de ingrata tesitura agu-
da, en torno al paso de la voz.
El estreno del Te Deum, de César Ca- dos coros mixtos y uno de cámara. Es- Del segundo concierto, apuntado en
no, fue en la catedral, en 1988, en el curso ta simetría, las proporciones sonoras de la cabecera de esta crónica, hay que des-
de la conmemoración del 750 aniversa- las distintas parles, mantienen el equi- tacar la interpretación del Concierto pa-
rio de la conquista de Valencia por Jai- librio y la tensión progresiva de la obra, ra guitarra, homenaje a Juan Ramón
me I. En aquella ocasión, ni la mayor hasta un bello coro a cappella que pre- Jiménez, obra del compositor valencia-
parte de la crítica pudo estar presente cede al breve coro final, de brillante so- no, Amando Blanquer (1935), y que da-
ni las condiciones acústicas, que debie- noridad. ta de 1974. La obra tiene en conjunto
ron ser (erribles, dada la percusión de La unidad musical de la obra se ba- un carácter episódico, programático, en
la obra, fueron las adecuadas. Si el es- sa en siete series de doce sonidos dife- el que subyace la lectura poética juan-
treno ceremonial ya se había produci- rentes, que generan, a su vez, series rramoniana. Las características de Blan-
do, el estreno musical es éste del Palau interválicas que permiten una sutil va- quer, como su sentido tímbrico y
de la Música. César Cano (Valencia, riación melódica. En efecto, como afir- conocimiento de los instrumentos, des-
1960) cuenta, para su edad, con nume- ma el propio compositor: «A despecho tacan, sobre todo, en el sugestivo
rosos estrenos y premios. Como otros de la gastada y aburrida vanguardia an- «Adagio-cadenza». Aquí también, Nar-
compositores valencianos actuales su timelódica, mi intención es reivindicar ciso Yepes supo hacerse oír mejor. Lo
música tiende a afirmarse frenie al pe- la melodía como germen interno de la digo porque la acústica de la sala A del
ligro de la dispersión, al efecto del abis- composición». La orquesta, que inclu- Palau no favorece precisamente la audi-
mo, como afirma el compositor Ramón ye música electro acústica, está llena de ción de instrumentos como la guitarra
Ramos, por la libertad de elección es- fuerza expresiva, conscientemente frente o el clave. La Orquesta Municipal, en
tética. La música de Cano, como en este a las corrientes actuales de música sin- ambos conciertos resenados, ha vuelto
Te Deum, no renuncia a formas ante- fónica suborquestal. Riqueza melódica a demostrar el progreso de loda la sec-
riores y obedece a lina ley de ordena- y rotundidad en la orquestación que de- ción de cuerdas y ciertas debilidades en
ción, sintetizando armónicamente finen, pues, el carácter de la obra. El el viento, particularmente en los meta-
distintas opciones creativas. En el le Coro de Valencia, una de las más sóli- les. Quiero señalar el buen nivel actual
Deum se usan formas tradicionales, co- das formaciones surgidas en la ciudad de los violonchelos, como demostraron
mo arias, corales, fuga tos, salmodias y desde hace muchos años, y el Orfeón en el Concierto para piano, de
una doble fuga. Tiene cuatro arias pa- Universitario estuvieron magníficos. Schumann.
ra cada uno de los solistas, cuatro dúos, Manuel Cid y lt*aro Mentxaca sirvie-
que se cantan en castellano, y coros, en ron bien su papel. Pero quiero destacar
latín, en los que se suceden y combinan las dificultades en las partes de sopra- Blas Cortés

El director de la
Orquesta
Municipal
de Valencia,
Manuel Galduf.

Scherzo 11
• actualidad

Desaprovechar una gran orquesta


Después de un buen comienzo —co- cambiados por Beethoven —Séptima—
mentado por Arturo Reverter en estas y Berlioz —Fantástica—. En su lugar,
mismas páginas en el núm. 31 de vendría el actual director titular de la
SCHERZO—, el Festival de Música de orquesta londinense, el norteamerica-
Canarias continuó su andadura bajo el no Michael Tilson-Thomas.
signo de una maldición. La huelga de Tilson-Thomas (Hollywood, 1944) es
Iberia, primero —que afectaba de for- un director de indudable buena técni-
ma grave a los traslados de las diferen- ca, gesto claro, conocedor de su oficio
tes orquestas e intérpretes que acuden y excelentes dotes musicales. Cuando
al festival—, y toda una serie de suce- se le ve dirigir, inmediatamente te cau-
sivas cancelaciones de última hora, des- tiva su seguridad y gran facilidad en el
pués —entre las que destacaron las de manejo de la orquesta, que le respon- Labeque.
Maazel, Accardo y Gavrilov—, pusie- de milimétricamente a todo cuanto su las
ron en un apretado jaque a los organi- batuta ordena. Pero, luego, los resul- Beethoven— o carecen de contenido y
zadores del evenlo canario. tados finales son otros bien distintos de expresión romántica —Sinfonía
Precisamente, una de las cancelacio- los ínicialmente planteados. Thornas, Fantástica—. Su Mozart —Exsuttate
nes que más daño ha hecho a esta quin- que es alumno de Boulez, tiene al igual Jubilóte— estuvo carente de intención
fa edición del certamen musical canario que éste una extraordinaria capacidad y estilo, fue aburrido y se salvó gracias
fue, sin duda, la de Lorin Maazel, que, para desgranar la partitura y ordenar a la feliz intervención de la soprano ru-
como ya informábamos en el anterior los diferentes planos y dinámicas. No mana afincada en Israel, Sylvia Green-
número de SCHERZO, había roto re- obstante, su planteamiento se queda ahí berg, que hizo gala de un excelente
y sus versiones están carentes de ¡ma- instrumento vocal y gran musicalidad.
Aseado conductor
Lo único —no pude escuchar el Ti//
Eulenspiegel y la Sinfonía en tres mo-
vimientos de Stravinski por llegar tar-
de al concierto a causa de la huelga de
Iberia— que realmente mereció la pe-
na de lo oído a Thomas fue la Rapso-
dia Española de Ravel, que tuvo una
extraordinaria factura: manejo del ru-
bato sensacional, color e imaginación.
Con todo, al final, la sensación fue de
haberse desaprovechado una gran or-
questa con un director —inexplica-
blemente titular de la misma— que no
pasa de ser un aseado conductor y que
tiene su mejor repertorio en la música
de nuestro siglo y, fundamentalmente,
en la de su país.
Tras los conciertos de la London
Symphony y Tilson-Thomas en el im-
presentable Teatro Quimera de Tene-
rife, donde se oye todo menos música,
pudimos comprobar una vez más —es-
ta vez ya en el Teatro Pérez Galdós de
Mic/iaef Tilson-Thamas. Las Palmas— la versatilidad, calidad
.laciones con la Orquesta Sinfónica de g i nación y tensión interna. Todo pare- instrumental y empaste de una de las
Londres el pasado mes de diciembre, ce quedarse desvaído y superficial. No agrupaciones de cámara más importan-
cuando director y orquesta se enfren- va más allá. Sus interpretaciones de las tes de cuantas pululan por ahí: la Orp-
taban a la maratoniana jornada de ha- obras —al menos de las oídas en el fes- heus Chamber Orchestra. Al día
cer las nueve sinfonías de Beethoven, tival canario— difícilmente pasaron de siguiente —22 de enero— las hermanas
junto con otras dos centurias inglesas,. lo epidérmico o, como diría Celibida- Lebeque nos ofrecieron un recital, co-
en un solo día. Aparte del mayor o me- che, de lo simplemente bonito. En to- mo es habitual en ellas, lleno de virtuo-
nor interés del director franco- das ellas faltó esa articulación final que sismo, conjunción y compenetración.
americano, también es cierto que los las aparta de la superficialidad y las ha- Su Rhapsody in blue, modélica, vibran-
programas Ínicialmente previstos eran ce simplemente diferentes. Por lo de- te y llena de swing, hizo que el público
mucho más interesantes que los que tu- más, son enormemente frías y de la sala saltase en un auténtico al-
vimos que oír después: Bruckner —Oc- racionales. Otras veces, son directa- borozo.
tava— y Mozart —Júpiter—, fueron mente inocuas —Sinfonía núm. 7 de Amonio Moral

12 Scherzo
octuolidod

Actividades de
la Fundación
Las cuentas dela lechera Albéniz
Siempre son bien venidas las ideas con las oporlunías enmiendas, prevé, La Fundación Isaac Albéniz ha pu-
que contribuyan a fomentar y a difun- en su n.° 1, «el máximo fomento de la blicada recientemente el primer núme-
dir el esiudio y la enseñanza de la mú- formación musical y la selectiva promo- ro de su Bolelín Ñolas de Música. La
sica y a ampliar su campo de acción a ción de actividades musicales en el ám- revista da muestra de la principal preo-
través de la multiplicación de activida- bito de la Comunidad de Madrid». cupación de la institución, la investiga-
des y el ensanchamiento de sus horizon- Entre los principales «principios y pro- ción en torno a la figura y la obra del
tes. Es el primer paso que, luego, a lo pósitos» se apuntan: Cooperación con genial pianista y compositor. Varios
mejor, tiene una continuación prácti- otras Administraciones, oferta de ac- trabajos de este n." 1 del Boletín —de
ca o, a lo peor —y esto suele ser lo tividades (con especial atención a ¡a aparición bimestral— giran en torno a
normal—, acaba perdiéndose en el va- promoción de la Orquesta Sinfónica de Albéniz: Lorca y Albéniz, por Federi-
cio o en la noche de los tiempos. Pero, la Comunidad y a la organización de co Sopeña; Granados y Albéniz, por
en fin, algo es algo y, por pequeño o, un ciclo de zarzuela), potenciación del Antonio Fernández Cid, una opinión
al contrario, por utópico que parezca fomento de la demanda a través de la personal de Julián Gallego sobre el mú-
debe ser acogido con interés y buenas formación y la divulgación, de la reno- sico, y un comentario de Alvaro Ma-
dosis de confianza; aunque ésta, en la vación pedagógica del profesorado y rías de la interpretación de Fruhbeck de
mayoría de los casos, se vea defrauda- del desarrollo, «si es posible», de la Es- sus transcripciones de obras del cata-
da o aunque las más de las veces se ha- cuela Superior de Música de la Comu- lán . Notas de Música evidencia también
ya dado pie para edificar castillos en el nidad, «aprovechando la celebración en un saludable interés por los problemas
aire o para hacer las cuentas de la Madrid del Congreso de Musicología de la educación musical en España.
lechera. de 1992»... Otra edición flamante de la Fundación
Pero, ¿cómo no aplaudir en este or- es el folleto Imágenes de Isaac Albéniz.
den de cosas la Resolución n.° 134 del Ahora recemos para que algunos de Con selección de Enrique Franco, se
plan de la Asamblea de Madrid de 24 estos propósitos puedan no sólo llevar- reúnen aqui evocaciones de Albéniz de
de noviembre de 1988 sobre moción se a efecto, sino —lo que a veces es más J.R. Jiménez, D'Ors, Pía, Pedrell, Tu-
10/88 R. 3.657 presentada por el gru- importante— encauzarse de la manera rina, textos del propio Albéniz, y poe-
po parlamentario de la todavía llama- más inteligente, rigurosa y culturalmen- mas a él dedicados por Lorca, Alberti
da Alianza Popular? Tal Resolución, te productiva. y J.R. Jiménez.

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Amina y deberin « i ibonid» medíame cheque baAcino.
(2) Táchele ID que no procedí.

Nombre ___^—.—.^______^^_^^^^^^^^^^^__^^_^^^__^_____^
Domicilio
Pob lición Te lí fono

Números atrasados: 425 pías.

Scherzo 13
actualidad

Rozhdestvenski y la Nacional: la lección del maestro


Madrid. Audi torio Nacional. 12 y 19-11-89. Obras de Mozan, Brahms, Zemlinsky. Klaus Beeker, oboe. de la Nacional es mucho más comple-
Obras de Gcrhard. Castillo. Falla. Pedro Corostola, violoncello. Coro y Orquesta Nacional. Director:
Genmadi Rozhdesivenski. jo y preocupante que el de un simple
cambio en la titularidad, por muy ilus-
Los conciertos dirigidos por G. cierto para cello de Castillo; y una tre que sea el maestro en cuestión. La
Rozhdestvenski a la Orquesta Nacional versión integra de El sombrero de tres ONE sigue en un estado preocupante
no pueden despacharse simplemente picos. Si Don Quijote sonó insuficien- y no parece en absoluto exagerada la
con juicios valorativos artísticos. Se traía te, mejorable, más por concepto que afirmación de que a la orquesta actual-
de algo demasiado significaiivo en el por ejecución, el Sombrero fue desu- mente le falta o le sobra la mitad de la
proceso de descomposición interna de sado, arbitrario en ocasiones, pero muy plantilla y que además sigue sin cum-
esa institución pública con fines priva- original en su propuesta. No es poco, plir sus obligaciones públicas: retrans-
dos que ha venido siendo la ONE. después de tantas versiones viciadas, misiones —los dos últimos conciertos,
Rozhdestvenski es uno de los cinco o después de tanto compatriota rutinario que en principio estaban previstos pa-
seis grandes maesiros vivos y ha veni- y pesado. En este mismo concierto el ra que se dieran por radio, tuvieron que
do a dirigir la Nacional en un momen- arte violoncellístico de Pedro Co rosto la ser nuevamente cancelados ante las exi-
to delicado. El maestro López Cobos brilló por gran gusto y enorme sensibi- gencias económicas de los músicos— y
—según parece— ha hecho lo posible lidad, no sólo por esa técnica que se le una mayor presencia en otras ciudades
por impedir que maestros como el di- supone y que le conocemos. españolas.
rector ruso se pusieran al frente de la Las soluciones al problema, obvia-
ONE en plena temporada. La gran pa- mente, están en el 1NAEM, que inex-
radoja es que, tras la dimisión de Ló- Rumores infundados plicablemente alarga y alarga una
pez Cobos, sea el propio Rozhdest- situación que no tiene otra solución quo
venski, milagrosamente libre en estos Durante la estancia del maestro la que tantas veces hemos apuntado
días, quien le sustituya y consiga un éxi- Rozhdestvenski en Madrid, no faltaron desde estas páginas: hacer una profun-
to ruidoso. rumores —no confirmados— de que al da reforma de la orquesta y luego con-
director soviético se le iba a proponer tratar a un maestro solvente y dispuesto
la titularidad de la Orquesta Nacional. a trabajar concienzudamente. Sólo así
Con independencia de que esto hubie- sería posible que la ONE remontara la
Los resultados crisis y recuperara el esplendor de
ra sido verdad y en el supuesto de que
Pero Rozhdestvenski es un grandísi- Rozhdestvenski hubiese aceptado —lo antaño.
mo artista, no un constructor de or- cual es mucho suponer—, el problema Amonio Mora!
questas. Es un maestro que necesita un
conjunto a su altura, aunque también
sabe obtener provecho de lo que haya.
Eso ha sucedido en sus dos semanas
con la ONE, donde ha habido de to-
do: en un primer programa, excelentes
prestaciones del Coro Nacional en el
Salmo 13 de Zemlinsky (justo es decir
que el Coro, encantado literalmente
con Rozhdestvenski, acaba de estrenar
un excelente titular, BlancaforI); dos
Mozart lentos, de una concepción con-
traria a la que hoy se impone, pero muy
musicales, lógicos e impecables, con un
virtuoso discípulo de Holliger al oboe,
Klaus Beeker, muy mozart i ano, de gran
fraseo y clasico concepto; unas muy be-
llas Variaciones Hayan desgranadas
con maestría. El segundo día el gran
maestro soviético hizo frente a un pro-
grama íntegramente español, el ya pre-
visto a comienzos de temporada,
doblemente interesante por la catego-
ría del maestro y por las pocas veces
que la ONE hace música española: ha-
bía un estreno-recuperación, la versión
íntegra del ballet Don Quijote, de Ro-
berto Gerhard, el gran compositor es-
pañol del siglo XX que nunca
acabamos de instalar en el repertorio;
un estreno en Madrid de una obra con
más oficio que inspiración, más mimé-
tica que con cosas de contar, el Con- Rozhdesl venski LORENZO BENNASAR

14 Scherzo
actualidad

Los virtuosos
de Berlín
La brillantez de Thiollier
M»drfd. Hotel Rilz; 27-1-88. Obras de Scriabin, Raehmaninov y Gershwin.
Midrid. Auditorio Nacional 14, 16 y M de enero
de IWW. Obras de Ofíi-nbach. Mendélssohn, cidos de cámara. Este año tendremos
Betthovcn. Schónberg. Telemann, J. S. Bach, R. intérpretes rusos próximamente en el
Strauss, Brillen, StrawinsVy. Mozari y Tchaikows-
ky. Ernó Sebestyen, violín; Marisa Tanzini, piano; salón del Ritz con la actuación del Trío
Orqueüa de Cámara de [a Filarmónica de Berlín. Tchaikovsky (31-IH, 1-IV), que toca-
Organizado por la Universidad Auló- rá el Trio del compositor que da nom-
noma de Madrid, organismo que nos bre al grupo, así como un Diverlimento
lleva obsequiando con sus interesantes de Mozart y Tríos de Beethoven y Shos-
ciclos durante varios años, se celebró takovitch. El recital guitarrislico de Er-
para deleite del personal los conciertos nesto Bitetti (21, 22-1V), que recorrerá
de los Pilharmonischen Virtuosen Ber- un largo camino temporal y estilístico.
lín. El conjunto, integrado por 15 pro- El pianista francoamericano Francois
fesores de la famosa Orquesta Joél Thiollier ofreció un concierto con
Filarmónica de Berlín, es una forma- músicas rusoamericanas y otro sólo con
ción de cámara que data de hace trece composiciones francesas. En el prime-
años. ro de ellos, que es al que se refiere esta
En sus tres convocatorias hizo exhi- crónica, se mostró dueño de una técni-
bición de una rica programación que ca deslumbrante, construyó bien y pla-
abarcó desde el barroco, pasando por nificó la dinámica convincentemente.
lo clásico y romántico, sin dejar fuera La página de Scriabin para la mano iz-
partituras como las de Schónberg, Stra- quierda. Preludio y Nocturno, Op. 9,
winsky y Britten. fue vista como una prolongación del
La fama de esta prestigiosa forma- mundo chopiniano. Consumado intér-
ción viene fundamentalmente respalda- Francois-Joel Thiollier prete de Raehmaninov, cuya obra pia-
da por la categoría individual de cada Por tercer año consecutivo, el Hotel nística completa ha llevado al disco,
uno de sus integrantes, como así vinie- Ritz, de Madrid, ha organizado un bre- Thiollier salvó con aparente facilidad
ron a demostrar en cada una de las pá- ve ciclo de actividades musicales acom- las grandes demandas de las Variacio-
ginas interpretadas que desgranaron pañadas de los placeres del paladar. Son nes sobre un tema de Corelli. Una sin-
con una dinámica justa, bellísimo tim- las conocidas veladas cenas-concierios tonía especial se produjo entre el
bre y cuidados matices. Para los asis- (viernes, 21,30 h.) y res-conciertos (sá- intérprete y la música de Gershwin, del
tentes, sin duda, fueron tres veladas de bados, 18,00 h.>. Naturalmente, se se- que ofreció varias obras, sobre todo una
auténtica demostración de música con paran ambos actos para garantizar la vital y colorista, Rhapsody in blue, que
mayúscula. La visita de un conjunto de integridad de la audición. Dadas las en ésta su redacción original para tecla-
esia categoría es la ansiada por un pú- condiciones del salón donde se desarro- do transmite con más fidelidad el tipo
blico como el nuestro, que no puede, llan las sesiones, se cuenta para éstas de originalidad del norteamericano.
desgraciad amen le, escuchar conjuntos únicamente con solistas y grupos redu- E. M. M.
camerísticos con esa perfección todos
los días, dada, digámoslo, con senti-
miento, la mediocridad que por nues-
tros lares aún se pasea.
La difícil tarea
Ahora bien, una vez más —si se me Madrid. Auditorio National; 29-1-89. Obras de Mozari y Mahlcr. Valeri e [gor Oísirakh, violín y viola.
permite— se patentizó que perfección Orquevia Ciudad de Barcelona. Director: Íranz-Paul Decker.
no conlleva emoción y, en algunas de La visita de la Orquesta Ciudad de tuo —pero Valeri con un sonido un tan-
las partituras ejecutadas por los pro- Barcelona ha servido para calibrar la si- to áspero—, los Oistrakh hicieron un
fesores berlineses estuvieron ausentes tuación de la centuria y reflexionar so- Mozart a la rusa, serio y sin ligereza.
tales emociones que muchas de ellas sa- bre la tarea que aún tiene ante sí el La misma pesantez fue transmitida por
bemos que tienen, aunque se apreció titular. La orquesta catalana ha logra- Decker a la orquesta, cuyo acompaña-
enteramente el empaste perfecto, lo cris- do salir del grave bache de este tiempo miento pasó por alto la mayoría de los
talino y la falla de rozaduras, tan difí- atrás y su estado ya no es alarmante. matices. Decker se enfrentó a la Quin-
cil en conjuntos de cuerda. Con una cuerda homogénea y un me- ta de Mahler con las armas de un maes-
La Universidad es un buen camino tal sólido, los problemas parecen cen- tro artesano. Alzó el edificio, pero la
para todas las enseñanzas. En el primer trarse en estos momentos en la expresión trágica o la variedad de en-
día de actuación de la Orquesta de Cá- deficiente madera. Decker y la acerta- foques y colores se le perdieron entre los
mara de la Filarmónica de Berlín resultó da política de contratación son los res- dedos. La respuesta orquestal fue alen-
bochornoso, o más bien molesto —al ponsables de la recuperación del tono. tadora, sobresaliendo los solistas de
nienos a mí me lo pareció, como por los Un buen nivel técnico debe ser la meta trompeta y trompa. La cuerda presen-
gestos a los ejecutantes— la constante de la presente titularidad, porque en el tó algo de pérdida del empaste única-
interrupción del público, que bien por terreno artístico la prestación del direc- mente en el Adagietto.
despiste o por falta de saber, interrum- tor alemán es más discutible. El concier- Es importante señalar que la Sala A
pía entre tiempo y tiempo con sus to oído en Madrid dentro del ciclo de del Auditorio no está completamente
aplausos. la ONE puede ser sintomático de los aislada, como se pudo comprobar por
El que quiera aprender que vaya a la pros y los contras.del trabajo de Dec- la intromisión de sonidos parásitos en
Universidad, ya lo dice el dicho. A es- ker. La obra de Mozart se salvó ape- la Sinfonía de Mozart. Urge encontrar
tas alturas seguimos igual. nas por la intervención del dúo solista. una solución a esto.
M. C. F. Afinados y con fácil entendimiento mu- E. M. M.
Scherzo 15
actualidad-

te de la proporción y descuidan alar-


mantemente la ¡imbrica— perjudica
Perplejidad notoriamente la nitidez, fluidez y ter-
sura del discurso sonoro, que parece El mar y los
Madrid. Auditorio Nai-iona, 26 y 21 de enero de
1989. Obras de Ivés, Strauss. Dvorak. Mo¿art y
permanentemente aquejado de arritmia
y apresado en el juego inconsistente de náufragos
Tchaikovsky. Kaiia y Marielle l.abequeT pianos los contrastes epidérmicos, enemigos
London Philharmonic Orchestra. Diretíor: Sem- acérrimos de la buena administración Madrid. Icalni Munumcniul. lfi. 17-11. Orques-
yon Bychkov. de las dinámicas, que es la que favore- lii sinluníij di KTVK, dirigida pur Antonio Roí
Marhá. Solista: l.ella Cuherli «soprano). Progra-
ce la creación de tensiones (y relajacio- ma: InHiilutruin y Alfagru de MiLhaud, Si-héhé-
ras estos dos conciertos de la Fi-
T larmónica de Londres dirigida
por Bychkov, uno para lbermú-
sica y otro para la Universidad Com-
plutense (en honor de los Reyes), uno
nes) internas y la que, en definitiva,
acaba por otorgar personalidad y co-
herencia a las texturas como sujetos re-
presentativos de una aproximación
rtiztide de Kuvel, Sinfonía WEUIIÍIU de Tomás
Mar™ > El mar de líebuv-,).

Mucho mar en el programa de estas


interpretativa lógica, musical, creativa. noches: Debussy, las goletas decaden-
no tiene más remedio que sentirse per- tes de Ravel-Tristan Klingsor partien-
plejo. ¿Este joven, impulsivo y bien Bychkov emborronó casi de conti- do hacia puertos de ensueño, la
plantado, de piel cetrina y rasgos arme- nuo, en una falsamente excitante lec- borrasca expresionista de Marco y una
nios, es el mismo que, según cuentan tura, la Sinfonía del Nuevo Mundo de fragata barroca (¿hubo fragatas en el
las crónicas y se recoge profusamente Dvorak, llevada en un desaforado mo- barroco?) en el Milhaud d'aprés Cou-
en el programa de mano, sustituyó a vimiento de sístole y diástole, engala- perin. Toda singladura tiene sus ries-
Muti en 1985 con la Filarmónica de nada con el oropel del potente brillo gos, aunque el capitán sea intrépido.
Berlín con éxito inenarrable, la dirigió orquestal de la excelente Filarmónica de Curiosamente, el mejor empleo de
luego muchas otras veces, entusiasmó Londres. No planteó adecuadamente la Ros fue en la obra de Marco, la cual,
a todos los públicos y encandiló a for- parsimoniosa elaboración de las célcu- aunque pobre de ideas es rica en sumi-
maciones como las de la Radio de Ba- las melódicas que vertebran la «Paté- siones bartokianas. Ros la atacó (nun-
viera o Concertgebouw y arrasó en tica» tchaikovskiana, confusa en ca mejor dicho) con ímpetu y
Londres? ¿O el que, triunfante también muchos puntos y demasiado rudamente patetismo, ayudando a conmoverse al
con los mejores conjuntos del nuevo trabajada: nada de! morbo, de la an- auditorio ame la insistenecia de la par-
continente, fue aplaudido en la Opera gustia y del trágico pesimismo que con- titura.
Lírica de Chicago por su Don Giovan- tiene la obra —perfectamente expli- Milhaud fue leído con una sonoridad
ni y aclamado repetidamente en Buf- cado, con gran orluduAÍa y originali- excesiva y empastada que poco contri-
falo, de cuya Orquesta Filarmónica es dad musicales, por el autor— trascen- buyó a situarnos en estilo. Luego apa-
titular? ¿O, en fin, el receptor de ya nu- dió en la superficial aproximación. reció Cuberli, mona y elegante a más
merosos premios discográfieos y, a par- Poco rutilante y más bien rutinaria la no poder, correcta cantante y estudio-
tir de julio del pasado año, nuevo versión de la Sinfonía n." 3 de Ivés, sa intérprete. Se midió con una parti-
director de la Orquesta de París? No es apresurada y espesa la de! Don Juan de tura inadecuada a sus medios: falta de
que este hombre, nacido en Leningra- Strauss y discretas, en una línea no muy anchura en el centro, de hondura en el
do en 1952, sea eso que se llama un respetuosa de los valores estilísticos, las grave, y de sensualismo en todo el re-
piernas: tiene soltura y seguridad en el de los dos conciertos mozartianos. En gistro. Ros tocó como si la soprano no
podio, flexible y moderna técnica ges- ellos brillaron con luz propia, correcta hubiera llegado, produciendo esa ama-
tual, memoria y capacidad comunica- dicción, adecuado fraseo y perfecto en- ble conversación en sordina que suele
dora; además se desenvuelve al piano tendimiento las hermanas Labeque. darse en estos casos, en que la voz ha
con limpieza y discreción, como lo de- de integrarse plenamente en la rica tím-
mostró en el Concierto para tres pia- brica de la orquesta.
nos de Mozart. Pero de eso a poseer la A.R. Desde luego, la obra más arriesgada
talla que tantos éxitos y y con mayores promesas de recompen-
críticas favorables ha- sa era el Debussy, página suprema, lle-
cen presuponer va cier- na de rincones, compleja e implacable.
ta distancia. A sus con- El director acertó, sobre todo, en los
cepciones musicales les dos úliimos movimientos, diría que más
falta rigor, claridad en el central. Puso siempre arrestos y
conceptual, mesura y empuje, logrando, a menudo, colores
equilibrio. Casi todo re- seductores, no obstante una impruden-
sulta desmesurado, ex- te tendencia al bochinche en la percu-
cesivo, fácilmente bri- sión, que parecía un monstruo oceánico
llante. La luz y el aire bebiéndose el sutil mar debussyano. Se
no circulan libremente echaron en falta, a momentos, un po-
entre las fornidas y ma- co más de cuidado rítmico y un autén-
sificadas estructuras fa- lico diálogo de contrapuntos. Quizás
bricadas con escasa un par de ensayos, accesorios habrían
gracia, poco sentido de permitido al imaginativo director cata-
la respiración y discuti- lán señorear sobre su nave y sobre el
ble planificación rítmi- piélago de la partitura. La orquesta res-
ca. La obsesión de cons- pondió bien, sobre todo en el metal y
truir un climax cada po- en los solos de la madera. Los violon-
cos compases —com- celos, opacos y los violines, aunque efi-
partida con otros mu- caces de timbre, no siempre obedientes.
chos directores de hoy,
que han perdido el nor-
Semyon B.M.
16 Schcrzo
ORQUESTA Y CORO
AUDITORIO
NACIONALES
NACIONAL
DE MÚSICA DE ESPAÑA
Temporada 1988/89
PROGRAMAQON.MARZO

16 3. 4, 5 Marzo 1989

Coro Nacional de España


Director: Carlos Kalmar
CICLO III

Solistas: Karina Georgian, violonchelo


Paloma Pírez Iñigo, soprano
María Aragón, mezzmopnno
Andro Molnar, tenor
Enrique Baquerízo, bajo
* Concierto para violonchelo y orquesta en
Mi menor, Op. 85
Kodaly * Psalmus Hungaricus
* Te Deum

17 10, 11, 12 Marzo 1989

Coro Nacional de España


Director: Gerd AJbrecht
CICLO I

Solistas Tina Riberg, soprano


Rafael Tafeo, recitador
Grieg * PeerOynt

18 17, 18, 19 Mareo 1989

Coro Nacional de España


Director Joluinnes Moesus
CICLO II

Solistas: Lynda Russe), soprano


Úrsula KUIIZ, mezzosopnmo
Scol Weir, tenor arias
Anthon) Rotít-Johnson, tenor evangelista
Luis Altare!, bajo arias
Douglas Lawrence, bajo cristo
Ekkehard Weber, viola de gamba
Bach Pasión según San Juan, BWV 245

19 31 Marzo. 1,2 Abril 1989

Director: Cristóbal Halffter


Solista: Hdnrkh Schiff, violonchelo
CICLO III

Del Campo * Obertura madrileña


Halffter • Concierto para violonchelo y orquesta núm. 2
MouMorgskj-Ravd Cuadros de una exposición

Primera vez por la O.C.N.E.


Horario de conciertos
Viernes y sábados 1930 h.
Domingo 11,30 h.
Con et patrocinio de IBERDUERO
actualidad

Con los pies Maunders versus Süssmayr


en la tierra Madrid. Auditorio Nacional, Sala A, 17 de febrero de 1989. Mozart: Réquiem. Lynda Russell, Patricia
Bardon. Heinz Hopfnerr, Juhn Broecheler. Orfeón Donostiarra. TheEnglish Chambei Oi*chesira. Di-
rector: Edmón Colomer.
Madrid, S de febrero de 1989, Auditorio Nacio- Ríos de tinta han corrido en torno al programas de mano, aunque sí se re-
nal, Sala A. Shostakoviich: Concterlv n. " 2 para Réquiem de Mozarl, obra singular so- coja lo que parece ser un texto explica-
violin: Brucknc-r: Sinjonian. " 7. Orquesia Sinfó-
nica de Delroil. Gidon Kretner. violin. Director: bre la que se ha edificado una especie tivo suyo— es el que emplea normal-
Gunlher Herbig. Ciclo Ibermmica. de leyenda. Hasta hace pocos años han mente Hogwood en sus últimas inter-
llegado las discusiones acerca de su pretaciones de la obra —una de ellas
Erguido, algo solemne, cadencioso, creación. ¿Qué compuso exactamente hace cuatro temporadas en el Real— y
de geslo amplio y medido, sobrio, no el músico salzburgués? ¿Qué sus discí- el que ha usado ahora Colomer para es-
exento de cierto aire señorial. Asi se pulos Eybler y Süssmayr? La versión te concierto incluido en el ciclo Iber-
muestra el director alemán Gunther que se interpreta desde hace mucho música.
Herbig, actual titular de la Sinfónica de tiempo es la completada por este últi- El director de la JONDE ha realiza-
Detroit. Es un maestro sólido, compe- mo a partir de lo dejado por su maes- do, con claro entendimiento, una alien-
tente, conocedor de su oficio —lo que tro y, en parte, orquestado por Eybler: te aproximación a la partitura asi
hoy, con tantos aficionados en el po- más o menos hasta el final del Hostias preparada huyendo de énfasis. Alarga-,
dio, empieza a ser hasta raro—, que excepto el Lacrymosa, del que única- mientos y acentuación romántica, tan
empuña la batuta con seguridad y mu- mente aparecían redactados ocho com- habituales, respetando fielmente indi-
cha seriedad (quizá demasiada), que pases. El discípulo, ni brillante ni caciones y eligiendo fraseos y tempi
posee unas loables dotes de construc- genial, aunque si aplicado, hizo lo que muy lógicos, aunque en ocasiones, con-
tor y da muestras de saber siempre dón- pudo, utilizó la música del Kyrie para forme a la costumbre, puedan parecer
de están los puntos neurálgicos que el Cum Sanclis final y creó de nuevo apresurados: Rex tremendae, por ejem-
delimitan las dimensiones, proporcio- cuno el Sancius, el Benedictus y el Ag- plo. Criterios, filológicamente impeca-
nes y líneas básicas de una partitura. nus; y la partitura quedó, en cualquier bles, que quedaron diáfanamente
Hizo gala de todo ello a lo largo de una caso, muy presentable. Es, como se ha expuestos y comprensibles, aun cuan-
Ümpia, clara, bien calculada, inteligen- dicho, la que se ha venido empleando do la versión adoleció de ciertas faltas
temente edificada versión de la Sépti- durante decenios y la que ha dado lu- de ajuste y careció a veces de mordien-
ma Sinfonía de Bruckner, obra gar a las grandes ¡rn-r"—*- •; Jn es de ca- te dramático. Excelente el coro —con
frecuentemente maltratada. La visión rácter romántico. agudos algo calantes de las sopranos—,
de Herbig no tuvo nada de retórico y El musicólogo inglés Richard Maun- magnífica la orquesta —tratada por la
fue muy escrupulosamente explicada, dersrealizó en los últimos años una re- batuta pensando sin duda en que sus
debidamente contrastada y concisa- visión en profunidad expurgando la instrumentos podían haber sido de
mente dibujada; lejos del énfasis y de obra de loda intervención de Sússmayr época— y regulares los solistas: discre-
la socorrida hinchazón de texturas. La considerada infiel a Mozart o a lo que la, musical y un tanto opaca la Russell;
batuta, no muy variada pero eficaz, di- ésie hubiera presumiblemente, si no se entonada, algo escasa de la redondez
señó con mesura y propiedad las pro- hubiera muerto, hecho. Así, elimina en que sólo los años dan a una voz de con-
gresiones, aquilató las dinámicas, cuidó su edición Sancius y Benedictus y reor- tralto como la suya, Bardon; impresen-
los climax y distribuyó los bloques so- questa, utilizando los ejemplos de La table, esforzado, permanentemente
noros con habilidad consiguiendo una flauta mágica y del Tilus. gran parte de calante el sustituto Hopfner, ni sombra
interpretación a la que no le faltó trans- la edición conocida, escribiendo por su de lo que fue; rudo y demasiado bari-
parencia, que tuvo acentos muy convin- cuenta una fuga tras el Lacrymosa, un tonal, Broecheler.
centes y que contó con una notable Amén, completando el borrador origi- Se interpretó antes una rareza como
realización de las difíciles codas de pri- nal de Mozart redescubierto por Plath la Cantata masónica K. 623. De propi-
mero y cuarto movimientos. Los tem- hace 25 años. Este trabajo de Maunders na, un espléndido motete.
pi, bien equilibrados, contribuyeron a —de quien no se dice ni palabra en los A.R.
reforzar la general impresión. Concep-
ción y ejecución —sin el tradicional
otras veces golpe de platillos en el
Adagio— muy distintas a la de la más
espectacular versión que semanas atrás
brindara, desde una óptica más espec-
tacular y brillante, Maazel con la Filar-
mónica de Berlín. En iodo caso,
ninguna de las dos caló en el fondo
trascendente y en la cambiante expre-
sión tímbrica de esta singular música.
Excelente colaboración prestaron
Herbig y la muy notable orquesta de
Detroit, al siempre sorprendente violin
de Kremer, discutible en cuanto a afi-
nación, muy libre y elocuente, que en-
contró la manera de encantarnos y casi
hechizarnos en esa irregular partitura,
que es el Concierto n." 2 de Shosta-
kovitch.

A.R. Edmon Colomer ROS RIVAS

18 Schcrzo
actualidad

Acis y Galatea La desidia de


Herreweghe
Mwtrid. Audiiorio Nacional; 24-1-89. Nebra, Re-
ifuiem. Haendel. Dixil Dominus. Solistas. La Cha-
pelle Royale. Director: Philippe Herreweghe

En las páginas de SCHER2O han si-


do constantes las expresiones de admi-
ración —la última en el número
anterior— hacia el arte directoría] de
Philippe Herreweghe. La búsqueda del
equilibrio, la preocupación por el esti-
María lo, el trabajo de clarificación de las par-
A /majano les del coro son —¿o hay que decir ya
en primer eranl— los puntos de partida de su for-
plano, ma de hacer música. Nada, o casi na-
como da, de todo esto estuvo presente en el
Galatea
Madrid. Circulo de Bellas Artes; 21-1-89. Literes. Ara y Calatea. Almajano, Alvarez. Cabero, Fernán-
concieno del ciclo conmemorativo or-
dez, Casariego, Guijarro, Villa. Muñoz. Coro Sebastián Durónr Conjumo instrumental "Al ayre espa- ganizado por Caja de Madrid en su ses-
ñol». Dirección escénica; Carlos Harmuch. dirección musical, tduardo López Ban/o. Dirección artística: quicentenario. Delante de lo escuchado
Alicia Lázaro. es inevitable plantearse si los intérpre-
Como cierrre, y también, de algún al que se sumaban otros músicos parti- tes, en especial, como es lógico, su di-
modo, como punto álgido, del 1 En- cipantes en este Encuentro, causó una rector, habían preparado seriamenie el
cuentro de Música Antigua de Madrid impresión alentadora, que hace pensar concierto que, por cierto, contó con una
pudo verse la representación de la zar- en la proximidad de grupos españoles asistencia mínima, o se disponían a pa-
zuela barroca Acis y Galatea (1709), le- barrocos de talla. No debe ocultarse, sin sar un mero trámite, dado que acaso
tra de Cañizares y música de Literes. La embargo, que no todas las intervencio- piensen que Madrid no merece un es-
recuperación, a la que deberían seguir nes eran del mismo nivel. De nuevo, al- fuerzo mayor. Los problemas no salva-
otras muchas, es de por sí un hecho gunas elecciones criticables en el instru- dos fueron demasiados: desafinación de
positivo. La obra, anterior por cierto a mental: las castañuelas, mucho más re- la cuerda, que contrastaba brutalmen-
la homónima de Haendel en una déca- lacionadas en la música española de la te con la buena labor en este sentido de
da, presenta una música de calidad, to- época con la danza que con el teatro lí- la Orquesta del Collegium Vocale-Gante
talmente acorde con la que se hacia en rico y la oportunidad perdida de incluir en la visita precedente de Herreweghe,
el resto de Europa a principios del al hispánico bajón en vez del fagot, co- desajustes, solistas de poco nivel. Su-
XVIII. El tratamiento que e! texto ha- mo se hizo. Se dio, asimismo, un no- mándose a las deficiencias técnicas, las
ce del tema mitológico está atravesa- table desequilibrio entre los numerosos interpretaciones fueron planas, inexpre-
do por un irónico despego, tipo de instrumentos que hacían el continuo y sivas y sin asomo de interés por la crea-i
mirada hacia el legado pagano de la an- los escasos que llevaban la melodía. La ción de un mundo estilístico. Un poco
tigüedad que también encontramos en dirección de López Banzo, eficaz pero menos mal el Dixit Dominus, dicho sin
los más grandes escritores españoles del tosca, reveló poco instinto teatral al de- vitalidad y haciendo peligrar el valor
Barroco. La saeta del humor se clava, jar unos segundos de tiempo muerto mismo de la obra la inerte lectura del
sobre todo, en la figura, entre mons- antes de dar las entradas. Réquiem de Nebra.
truosa y ridicula, del cíclope Polifemo.
El montaje puso de manifiesto la es- E. M. M. E. M. M.
casa adecuación del Salón de Colum-
nas del Círculo de Bellas Artes. Acis y
Galatea habría precisado un teatro en
toda regla, tanto por las necesidades es-
Concurso Andrés Segovia
La Universidad Complutense de Madrid ha creado, como recuerdo y ho-
cénicas como para contar con una ca- menaje al genial guitarrista que nos dejó no hace mucho tiempo, el Concurso
pacidad mayor para el público. La Internacional de Guitarra «Andrés Segovia». La institución académica quiere
puesta en escena fue demasiado pobre así prolongar su relación con el nombre del artista, iniciada con el doctorado
y tampoco se suplió la carencia de me- «honoris causa» de Segovia. El concurso se desarrollará en el marco de los
dios con imaginación. El trabajo de ac- cursos de verano de la Complutense, con sede en El Escorial. Las pruebas co-
tuación fue también el lado más menzarán el próximo 25 de julio, admitiéndose las solicitudes recibidas antes
endeble en la incorporación de los per- del 15 de mayo. Consistirán las pruebas en una eliminatoria con tres obras
sonajes. Mucho más estimable la di- libres (una de autor español) y otra final, para los que hayan superado la pre-
mensión vocal, sobresaliendo Lola via. En esta fase definitiva los participantes deberán preparar un programa,
Cesariego (Acis) y Marta Almajano cuyo interés también será tenido en cuenta por el jurado, de dos partes de 25/30
(Galatea), posiblemente la .revelación de minutos de duración cada una. Este programa constará obligatoriamente de
la tarde. Conceptualmente discutible la piezas de los vihuelistas, guitarristas clásicos, algún compositor romántico en
introducción de músicas ajenas —de transcripción y autores contemporáneos. Los premios previstos son de 1.000.000
Martín y Coll— a la zarzuela, para de pesetas y 10 conciertos por España durante la temporada 89/90, 750.000
completar la duración deseada. El con- y cinco conciertos, y 500.000 y dos conciertos.
junto instrumental «Al ayre español».

Scherzo 19
actualidad

Lúgubre, anémico, aburrido Werther


convenga y no en Werther, que dio la
impresión de quedarle un poco grande.
Doris Soffel, al contrario, dio a su
Charlotte presencia vocal y escénica. 1.a
mezzosoprano alemana no tiene una
evestido de colores litúrgicos, La lectura pecó de excesiva lentitud, voz precisamente atractiva: es estriden-

R como una pesadilla tímidamen- que se hizo agobiante en las partes más
te caligariana, volvió a Madrid banales y de relleno, que un director
el héroe goethiano luciendo el elegante avisado se hubiera sacado de encima rá-
ropaje sonoro de romanticismo/»; de pidamente para ir corriendo al grano.
te por secciones, el sonido aparece en-
lubado o duro en ocasiones, la
afinación, por momentos, incierta; pe-
ro el material es de categoría en volu-
siécle de Jules Massenel, Más le valie- El grano aquí venía de mano de Arai- men y extensión (un poco apretado el
ra haberse quedado orillado, esperan- za y Soffcl. El tenor tiene un merecido extremo agudo). Charlotte no estuvo
do convocatoria de superiores prestigio internacional, conseguido por tan mal parado en la concepción escé-
propósitos y oportunidades. sus versiones de Mozart y Rossini. Su nica, oportunidad que la cantante, de-
En un decorado esquemático, de li- voz es bella, joven y sana; el intérprete senvuelta actriz, supo aprovechar. Fue
neas oblicuas, enire opresivos negros, es inteligente y canta con musicalidad lo más estimulante de la noche, por en-
blancos letárgicos, el azul latino del cie- y pasión. Pero en Werther el instru- de, sin parecemos no obstante la Char-
lo y el rojo de universal y lópica sim- mento sonó brillante las menos de las lotte soñada.
boiogía, se nos contó esta vez el drama veces, opaco las más; con inestabilida- Eva Lind tuvo el tipo físico y la voz
de amor, deberes y muerte. Esquema des peligrosas en la continuidad y re- exacta que demanda Sophie, y Loren-
y abstracción, pues, en la escena, pero dondez del sonido, incapaz de perfilar zo Saccomani, habitual Albert (lo fue
sin evitar los responsables la pincelada una media voz con color, de fraseo ve- en Madrid en la anterior edición de
realista (flores, demasiadas sillas, espe- lado. Con la complicidad de la direc- Wenheren 1977 con Kraus), barítono
jo), normalmente colocados allí para ción escénica, empero, el personaje muy lírico con la octava aguda ya un
estorbar, no iniegrándose en una acción resultó chato y anémico: un pobre in- tanto forzada y débil, cumplió correc-
que obligaba a los cantantes a arrastrar- feliz mal vestido, que se merece, por tamente. Echeverría, suficiente de voz
se por el suelo, incómodamente para el simple, el desdén de Charlotte. No obs- en el Magistrado, mal propuesta su ca-
actor y más para el canto. Una direc- tante, Araiza tuvo los mejores momen- racterización escénica.
ción escénica Iría y concisa, de lángui- tos en el acto III: agudos seguros, la En fin: un Werther para archivar en
dos y medidos movimientos, donde popular aria cantada con firmeza y ar- un cariñoso olvido.
resulta chócame la aparición final de dor. Pero esperamos en un futuro es-
los niños, muy en día de Navidad, ves- cuchar al lenor en un papel que le Fernando Fraga
tidos de angeliios.
Este tipo de espec-
táculos suelen tener
una idea general,
una perspeeriva o
punto de vista con-
ceptual. Al que co-
menta se le escapó
(¿el ojo distorsiona-
do del suicida futu-
ro?). Sea cual sea su
plan, lo que impor-
ta a la postre es que
el resultado final
funcione. Aquí que-
dó un espectáculo
teatral lúgubre, mo-
nocorde, feo, tedio-
so y barato (quizás
esté aquí el origen de
todo).
En el foso se vivió
la misma abulia que
en la escena se vio.
Grisura y monoto-
nía de Gómez Mar-
tínez en una versión
sin contrastes, de
buena sonoridad en
los dos momentos
orquestales (mejor
en el intermedio que
en la introducción). Pora Sojj'el yfrancisca Araiza durunle una reprewilaaon del a Werther» en el Teatro de ¡M Zarzuela,

20 Scherzo
AUDITORIO
XI CICLO
NACIONAL
DE MÚSICA DE CÁMARA
Y POLIFONÍA
Temporada 1988/89
PROGRAMACIÓN: MARZO

30 2 de niaríO de 1989. jueves

Harmonía Cámara de Bratislava


CICLO B
34 16 de marzo de 1989, jueves

Dimitri Bashkirov, piano


CICLO A

HIJAI Ocíelo Sdiubrn Dos [amasias postumas (en Do menor y w Do mayor "GrazcrT
Hundid Ocíelo - Párela en Mi bemol Sonata en Re mayor, Op. 53
Dnmck} Pailita núm i Bnhms Sonata núm. 3, Fa menor. Op. 5
Mmrt Serenata en MI bemol mayor, KV 375

31 7 de mano de I9R9, martes CICLO A 35 21 de marzo de 1989, martes

The Tallé SchoUars


CICLO B

Quinteto Mediterráneo "Música española del Renacimiento"


Mentí Diwrúmento en Fa mayor, núm. S. KV. l\i Obras de Guerrero, LoboyMixate
Roda Quinlelocn Mi bemol mayor, Op. 8!, mira. 2
Edwvuní Quiniela en Re menor
Ijgtti Seis bagatelas

36 28 de marzo de 1989, martes CICLO C

32 9 de marzo de [989, jueves

City of London Sinfonía


CICLO C Orquesta de Cámara Española
Director Odiv C l i p
5oSslas: Angd Beriün, como ingle
Aludes Donwpiei, a p i
Director titular Ritan! Hkkoi Hijdn Smíonia núm. 25 en Do mayor
Solista: Mran Fried, VÍOÉI Mouui la bromamuíKál, KV. 522
Hmdri Conceno grosso, Op. 3, núm. 2 PHtm Fantasía para como ingüs, arpa y cuerda
Dtf» On hcanng Ihe firal ackoo Brillen Sinfonía simple, Op. 4
Mamt CaiáenDraim.5 para violin en La mayor, K. 219
Dvonk Romanzas para vtolin y orquesta
Serenata para narda

37 30 de marzo de 19S9, jueves CICLO B

33 14 de marzo de 1989, martes

Cuarteto Rosáni
CICLO C BrunUda Gíanneo
Manuel Regó, piano
Moorf Sonata KV30cn Sol mayor
MtnddMdhn Sonata en Fa mayor
BMhwtn Seis danzas alemanas para dos nolines, violonchelo y oolribajo Oniüson Cuarteto para violin j puno y cuaima de cuerdas, Op. 21
R o ó i Sonata núm 3 en Do mayor
Sonaa núm, 6 en Re mayor
iuaak SuiK'MyQt-
Dvmk Quinteto en Sol mayor, Op. TI

Horario de conciertos: 19 JO h.

Con el pal rocino Oe

MINISTERIO DE CULTURA
actuolldod

Francisco Araiza, la serenidad de Werther


espués de haber cancelado su in- En el medio está la virtud, dice el re- tión de gusto personal, y mi opinión es
D tervención, la temporada pasa-
da, como el Rodolfo de La
bohéme, Francisco Araiza lia podido,
frán. Y ahí ve también Araiza su visión
de Werther, a medio camino, asegura,
entre la contenida, estilística, de Alfre-
que puede implaniarse, pero sólo has-
ta cierto punto; y ahí entra la labor de
un buen director, que corrija y deje cla-
por fiii, cantar en La Zarzuela. Su úni- do Kraus, y la más romántica de, por ro cuál es el término justo».
ca carta de presentación en Madrid, dis- ejemplo, José Carreras. «Creo que de-
cos aparte, fue un recital dentro del be haber una combinación de ambos.
desaparecido ciclo de Grandes Recita- Werther es un personaje exuberante,
les Líricos. Para el tenor mexicano, excesivo. Su naturaleza está fuera de lo Los directores
aquélla fue una ocasión «extraordina- normal, y él lucha contra ello, quiere
ria, que recuerdo con mucho cariño, adaptarse al mundo que le rodea. Al no No es Francisco Araiza de los que
con una atmósfera estupenda». No du- lograrlo, su naturaleza se rompe y vie- piensan que cualquier tiempo pasado
da ni un instante en apuntarse a la lis- ne el suicidio. Pero musicalmente, Mas- fue mejor. «Hay muy buenos artistas,
ta de espera para volver al Teatro Real senet es el clásico francés. Tiene un muy buenos directores y muy buenos
cuando éste vuelva a ser coliseo operís- estilo especial, tan clásico, tan purista, registas. V yo he tenido —y tengo— el
tico. «Por supuesto, estaré encantado que casi requiere una forma de cantar privilegio de trabajar con los mejores».
de cantar allí de nuevo». De momen- mozartiana. Pero siempre hay que darle Sobre la pretendida crisis de grandes di-
to, reconoce sentirse muy satisfecho de la mayor expresividad posible, aunque rectores, el mexicano no se suma a esa
haber podido venir a Madrid. «Este era sin llegar a caer en el verismo». teoría: «Los directores modernos están
un debut que esperaba con mucha an- La entrada del estilo verista en todas obligados a ser mejores que sus prede-
siedad. Siempre había tenido hambre las inierpretaciones es uno de los ma- cesores, por dos cuestiones: una, los
de conocer al público operístico espa- yores pecados de los cantantes actua- adelantos técnicos y las mayores posi-
ñol, y después de la magnífica experien- les. Araiza tiene las ideas claras bilidades que tienen en este sentido; y,
cia que tuve en Barcelona, en que se respecto a este punto —su conversación además, porque la posibilidad de com-
produjo un contacto muy especial con demuestra que la inteligencia es una de paración es mucho mayor, hay muchí-
el público, tenia verdaderas ganas de sus virtudes—. «Vivimos en una épo- simos más puntos de referencia, y se les
poder cantar en Madrid». ca en la que tenemos conocimiento de exige en consecuencia. No hay más que
Todo en Francisco Araiza rezuma se- todos los estilos, pero sigue siendo el ver la Opera de Viena, donde la orques-
renidad. Una serenidad que contrasta verista el que mejor asimilamos, el que ta veta a casi todos los directores».
con el exceso del personaje con el que nos resulta más fácil de entender, por- Al tenor no le procupan —asegúra-
se ha presentado en Madrid: el Wert- que nos habla más directamente, y has- las dictaduras («que existen, sí») de los
her fe Massenet, que cantó por prime- ta cierto punto es lógico que tratemos directores musicales y escénicos. De la
ra vez en Munich en 1987. A él se de proyectarlo en todos los papeles que de los primeros, dice que «un director
refiere el tenor mexicano como «uno de interpretamos. No deja de ser una cues- inteligente sabe que cuanto mejores
mis sueños dorados. La emoción que
sentí desde el momento mismo en que
me puse a estudiar el personaje fue úni-
ca, especial. Es, desde luego, mi per-
sonaje preferido». Entre los factores
que convierten Werther en favorito de
Araiza está la posibilidad de volcar en
él una fuerte carga sentimental. «Es, sin
duda, un personaje en el que la expe-
riencia personal tiene mucho que decir;
es más, prácticamente vive de ello.
Werther ofrece al cantante muchos ma-
tices expresivos, hay una gran huma-
nidad en él. No olvidemos lo que
Goethe dice en la presentación: "Des-
pués de haber leído su hisloria no ha-
brá nadie que le niegue una lágrima a
este pobre"». Musicalmente, Araiza
tiene idénticas razones para poner esta
ópera en el primer lugar de sus prefe-
rencias: «ese mismo lenguaje se encuen-
tra en la música de Massenet, y hasta
ahora todas las veces que he cantado
esta obra han sido experiencias mag-
níficas». Francisco Arwztt. UJJOr I).(i.

22 Scherzo
actualidad

sean los intérpretes que trabajen con él, dos cuestiones. «Por un lado, el deseo Idamante, tremendamente conmove-
más positivos serán los resultados. Y la de abordar personajes que me permi- dor. Y, por ejemplo, el que todos acu-
de los registas en cuestión de jerarquía, tieran una mayor expresividad y que tu- san de ser el más frío escénicamente, el
de personalidad. Soy partidario de las vieran más entidad escénica; por otro Ottavio, enfoca su hacer a una razón
producciones lanío muy perfectas, en lado, reconocí que mi voz podía desa- de carrera, a un hambre políiica, por
las que todo está pensado y milimetra- rrollarse y evolucionar, como les ocu- ser el nuevo Comendador, que le lleva
do, como de aquellas en que se deja lu- rre a muchos cantantes —ahí está, por a hacer cualquier cosa con tal de casarse
gar a la improvisación y la libertad. ejemplo, Mirella Freni, que de papeles con Doña Anna».
Pero las dictaduras como Zerlina o Des-
de los directores de pina pasó a cantar
escena son una mo- Werther otros roles de mayor
da, y aquél que tra- ofrece al entidad vocal como Idamante, el favorito
te de imponerse con- la Manon Lescaut,
tra vienio y marea cantante muchos por ejemplo».
no tiene nada que recursos Cuando se le pre- Puestos a escoger entre el ramillete
hacer. Pero insisto; gunta a Francisco de personajes mozartianos que ha abor-
la personalidad in- expresivos Araiza si Mozart es dado Araiza, el tenor se queda con tres;
fluye mucho en el re- la mejor escuela de el Ottavio de Don Giovanni, el Tami-
sultado final. También he podido tra- canto, abre una sonrisa teñida de picar- no de La flauta mágica y, por encima
bajar con los mejores, que, aunque día y complicidad, mueve la cabeza y de todos, el Idamante de Idomeneo, sin
tienen un concepto muy claro de la ópe- afirma: «Con Mozart se corre el peli- duda su favorito en esta terna, y «el
ra, se saben adaptar a las circunstan- gro de perder la voz. Y si no que se lo máximo personaje mozarliano para
cias del montaje, y a las posibilidades pregunten a Mario del Monaco, que es- mí». De los otros, hay dos que están
expresivas de los intérpretes». tuvo a punto de perderla por querer apuntados en primer lugar en la agen-
En el capitulo de voces, reconoce cantar Mozart». Retoma su tono, más da de Francisco Araiza. Don Carlos y
A raiza que «son pocos los artistas que serio, y asegura: «Mozart es, sin nin- Andrea Chenier. Son los próximos per-
son excepcionales, pero no nos pode- guna duda, el compositor más difícil. sonajes que contribuirán a llenar el re-
mos quejar de falta de voces». Puestos Su estilo, su música, envuelven al can- pertorio del mexicano, cada vez más
a hilvanar una lista de nombres, se de- tante en un corsé, al que es muy difícil surtido.
canta, entre los actuales, por Mirella adaptarse. Y luego, cuando se ha con-
Freni o Montserrat Caballé, y recuer- seguido entrar en él, hay que llenarlo Protagonista de numerosas grabacio-
da con admiración también las voces de completamente, pero con una dificul- nes, Francisco Araiza no es de los que
Fritz Wünderüch, Franco Corelli o Bir- tad añadida: jamás puedes irte siquie- las desprecie; antes al contrario, «es un
gitt Nilsson. Pero, sobre todo, la del ra un poco, has de ceñirte perfectamen- privilegio poder dejar un documento,
barítono canadiense George London. te, sin que sobre ni falte nada. La in- un testimonio de mi arte. Pero las gra-
«Es, sin duda, mi ídolo principal; la en- terpretación de Mozart es un producto baciones nunca podrán tener el efecto
carnación, para mí, de un artista ideal, sin medias tintas. O se canta bien o se del directo, de la representación. Por
con disciplina, seriedad, personalidad, canta mal, pero nunca hay resultados eso estoy más en la linea de Karajan,
técnica, y expresión tanto física como medianos. Mozart es un espejo en el que asume el riesgo de grabar las cosas
vocal. Es, creo, una de esas personas que todas las virtudes y todos los de- de una vez, sin dejar lugar a las repeti-
escogidas, con un destino trágico, ca- fectos se pueden ver con una transpa- ciones o a las mejoras». Confiesa el te-
paces de tener una idea de lo que les es- rencia única». nor mexicano que el disco del que se
pera». No tuvo ocasión de cantar con encuentra más satisfecho es del Te
él. Sí llegó a conocerle, y guarda de él Ese temperamento que Araiza asegu- deum de Berlioz, que grabó con Clau-
un graio recuerdo. '«Después ide Reti- ra poseer, y que gusta de verter en sus dio Abbado. Y entre sus proyectos ac-
rarse, se convirtió en director de la Ope- personajes, contrasta con la fama de tuales hay uno muy interesante, en el
ra de Washington; quiso llevarme para frialdad que todos los héroes tenoriles que ya está sumido: la grabación de la
cantar el Alfredo de La Traviala, pero del genio de Salzburgo tienen: «En Mo- versión original completa —«es la pri-
yo aún no quería entrar en ese reperto- zart no existe el carácter ideal. Todos mera vez que se hace», afirma— de Los
rio. Tuvimos una larga conversación, sus personajes tienen virtudes y defec- cuentos de Hoffmann; en él aborda el
de más de cinco horas, en la que yo tos muy humanos. Y no son tan fríos papel protagonista, con Jeffrey Tate
aprendí muchísimo. Al día siguiente su- como se quiere ver. No olvidemos que como director, y con un reparto en el
frió un ataque al corazón del que ya no Mozart es un proto- que Samuel Ramey
se recuperaría, me dejó profundamen- tipo del Sturm und canta los cuatro pa-
te impresionado». drang. Sus persona- Con Mozart peles de bajo; Eva
jes están llenos de se corre Lind es Olympia;
expresividad, pero Jessye Norman, An-
ésta se encuentra el peligro tonia; Anne Sophie
Mozart muy restringida por de perder von Otter, NicMau-
el estilo, por las di- se; y, si acaba de de-
La voz de Francisco Araiza empezó ficultades técnicas la voz cidirse, Agnes Baltsa
a alzarse gradas, en buena parte, a sus que se han de resol- será Giulietta.
interpretaciones en las óperas de Mo- ver, que hacen que la faceta «Pero ella todavía no ha grabado na-
zart y Rossini. Hoy, sin embargo, no interpretativa quede un poco en segun- da», concluye Araiza.
son más que una parte de su reperto- do plano. Pero Mozart brinda al can-
rio, en el que han entrado títulos co- tante toda la gama de posibilidades Julio Bravo
mo Fausto de Gounod, La bohéme de expresivas. La entrada de Tamino, en
Puccini, Manon de Massenet o Los La flauta mágica es una de las más dra-
cuentos de Hoffmann de Offenbach. máticas de la historia de la ópera. Y lo
En su decisión influyeron, reconoce, mismo el encuentro entre Idomeneo e

Scherzo 23
actualidad

Paata Burchuladze: un Boris decorazón tierno


Es el bajo de moda y présenla en España, Salzburgo, Vierta, La scala y el Metro- terminadas sílabas. En Italia prima la
polilan se lo dispulan habilualmente y sus anfitriones se llaman Karajan, Abba- construcción de la melodía, las frases
do, Muli o Levine. ligadas, el sonido muy trabajado.
Su carácter es reposado, calmoso, como afirma que es corriente en su ¡ierra, sin S.: Su consagración internacional se
embargo su afición favorita es la caza de osos en las montañas de su Georgia produjo, posiblemente, en el año 84, en
natal. Su poderosa voz le asegura un lugar de preeminencia en los grandes roles el que su Ramfis en una Aida del Co-
de carácter como el Boris o la Kovánchina de Mussorgski, Don Cario o Nabucco vet Carden representó un triunfo rotun-
de Verdi, si bien él afirma que su satisfacción es mucho mayor cuando se enfren- do. ¿Lo sintió como el comienzo de una
ta con un puñado de canciones en el marco intimo de un recital. gran carrera en aquel momento?
P.B.: En cierta medida sí, una noche
CHERZO: Los países eslavos han S.: Creo que tiene grabada la función afortunada. Era la primera vez que ha-
S sido trodicionalmente fuente de un y hoy le hace reir...
gran número de buenas voces gra-
cía el Ramfis fuera de la U.R.S.S. y fue
P.B.: Sí, es verdad, pero en su mo- como una gran entrada en el mundo de
ves. En la liturgia ortodoxa las parles mento fue algo importante. la ópera, de la mano de Pavarotti, Ric-
de tenor parecen pobres al lado de las S.: En el año 78 consigue una bolsa ciarelli y Menta.
de bajo, cuerda de inmenso prestigio en de estudios para completar su forma- S.: ¿ Cuáles son los personajes de ópe-
estos países ¿Qué factores cree que han ción en La Scala de Milán. Es¡a nota- ra que más han marcado su carrera?
determinado su preeminencia? ¿El cli- ble experiencia le lleva a estudiar, entre P.B.: Muy especialmente el Boris, del
ma? ¿Ciertas peculiaridades fona- otros, con Giulietta Símionato. ¿Qué di- que me atrae en especia! su vertiente hu-
tohas...? ferencias encuentra entre la escuela ru- mana y frágil. También el Dosifei de la
PAATA BURCHULADZE: La tradi- sa y la manera italiana de entender el Kovánchina, el Mefistófeles de Boito,
ción de bajos rusos es muy notable, y canto? el Felipe II de Don Cario o el Zacearía
aunque yo soy en realidad georgiano, P.B.: Nosotros hacemos depender de Nabucco.
considero un elogio que alguien se re- muchas veces el canto de los acentos de S.: Se ha sentido tentado por los pa-
fiera a mí como un bajo ruso. Creo que la propia prosodia del lenguaje. Esto te peles bufos?
el clima tiene ind¡dablemente que ver da una libertad enorme a la hora de en- P.B.: No, lo bufo no me interesa en
con la abundancia de buenos bajos, ya fatizar el carácter de un determinado absoluto. Apenas he cantado el Basilio
que el frío es bueno para las voces gra- personaje, alargando o destacando de- de El Barbero de Sevilla.
ves. Indudablemente nuestra mayor ca-
lidad está en estas voces y ello ha
atraído a los compositores, quienes han
escrito cosas fabulosas para esta cuer-
da. También hay una gran relación en-
tre la voz de bajo y el carácter ruso, el
carácter ruso —el mío propio— suele
ser reposado, amigo de la calma, y el
bajo lo personaliza muy bien.
S.: ¿A qué bajos ha admirado en es-
pecial?
P.B.: A Nicolai Ghiaurov y a Cesare
Siepi, ambos magníficos. De los ante-
riores me entusiasma la voz rotunda de
Alexander Pirogov, que no hizo una
gran carrera internacional porque en los
años cuarenta los cantantes salían muy
poco de la U.R.S.S.
S.: Usted nació en Tiflis, Georgia. Es-
tudiaba ingeniería en ¡os cursos noctur-
nos de la escuela técnica local ¿Cómo
fue tomando cuerpo ¡a idea de dedicar-
se al canto?
P.B.: Bueno, yo siempre hice las dos
cosas paralelamente, de manera que
mientras eslaba estudiando ingeniería
me preparaba simultáneamente en el
Conservatorio de Tiflis estudiando can-
to y piano. Lo que me decidió fue una
representación de Fausto de Gounod
montada por el taller de ópera del Con-
servatorio, en la que con apenas 22 anos
me asignaron el papel de Me fisto fe les.
Al cantar la Serenata coseché mi pro-
fesión. Digamos que el primer aplausc
sobre un escenario me atrapó para
siempre. l'uutu Bunliulodzi'. KJIO: ULtCA

24 Scherzo
actualidad

S.: ¿Y el Osmin de El Rapto ? Tiene


usted un físico adecuada.
P.S.: No. Lo que sí he cantado mu-
cho es el Leporello de Don Giovanni,
pero le doy un enfoque mucho más se-
rio de lo que es habitual.
S.: Importancia y dificultad de los re-
citales de Heder.
P.S.: En mi vida ariistica el recital tie-
ne una importancia enorme, siento el
contacto con el público de manera más
directa y también más sutil. Además
exige una gran tensión cantar un puña-
do de canciones de Glinka, de Mussorg-
ski o de Rachmaninov y expresar en
sólo unos minutos unos sentimientos
para los cuales la ópera pone a su dis-
posición un acto entero; toda la respon-
sabilidad es del cantante, que se encuen-
tra desnudo ame el público sin contar
con el apoyo de decorados, maquillaje
o vestuarios.
S.: ¿Le satisfacen más los recitales que
la ópera?
P.B.: Sin duda son para mi mucho
más gratificantes.
S.: Usted tiene un contrato bastante
Como un torrente
Madrid, 2 de febrero de 1989, Auditorio Nacional, Sala de Cámara. Obras de Tchaikovsk i. litinka, Arenski,
particular con la Opera de Tiflis. Quiero Rubinsiein, Dargomizhsky, Radimaninov. Paala Burchuladic bajo; Ludmilia Ivanova. piaña Sesqui-
que nos detalle un poco a qué exigen- ccnlcnaiio Caja de Madrid.
cias le somete.
P.B.: Durante el año tengo que can- He aquí una voz muy interesante, una con gran arrojo y decisión, procuren
tar quince funciones en este teatro. El rara avis en un tiempo como el presen- una evidente aspereza y ocasionen una
resto del tiempo me pertenece absolu- te en el que las masculinas van, cada vez reducción de la redondez. Las medias
tamente. de manera más alarmante, de capa caí- voces no son casi nunca ortodoxas, al
S.: ¿Hace unos años no le exigía mu- da; en particular las graves. Y la de Bur- sonido no aparece montado; son apia-
cho más? chuladze pertenece a esta extra fia namenti en los que la voz sale mal pro-
P.B.: ¡Oh, sí! Por supuesto. Hace especie. Se trata, en efecto, de una voz yectada, con disminución muy sensible
unos años sólo podía salir de la Unión de auténtico bajo, consistente, espesa, de frescura y armónicos. Porque —y es
soviética para cantar en los países del sólida, extensa, homogénea, ancha y uno de sus talones de Aquiles— la téc-
Oeste durenta tres meses al año. El res- potente; de color grato, que recuerda al- nica del bajo georgiano es por ahora li-
to del tiempo estaba ligado a ellos. go —aunque es menos rica y menos mitada, escasamente variada y su canto,
S.: ¿Quéproyectos nene en cuanto a hermosa— ala del Ghiaurov y de los falto de finura, es más bien tosco, pro-
actuaciones en directo? buenos tiempos, en cuya caiegoría de pio —qué duda cabe que ello puede ser
P.B.: Dentro de nada el Nabucco con bajo cantante, antes que profundo, pue- a veces una viriud— de los campesinos
Mutí en Filadelfia, en marzo el Ré- de situarse. La emisión resulta muy na- de su tierra, aquejado de innegable mo-
quiem de Verdi con Karajan en Salzbur- tural, sin prevenciones y pocos notonía.
go, en abril y en mayo Luisa Mitler con artificios, los ataques se producen con Con este nada despreciable bagaje
Patané en La Scala. También recitales inusitada valentía aun a despecho de Burchuladze ofreció un concierto ruso
por toda Europa y una gira por Japón forzar el sonido o desequilibrar el exac- en el que su voz —también muy rusa,
en Junio. En Julio otro Nabucco en Ve- to punto de apoyo. La contundencia y menos madura pero en la línea de las
rana, otro Réquiem de Verdi con Kara- volumen del instrumento atronaron el de los Pirogov, Petrov, Reisen, quizá
jan en Salzburgo para agosto, en espacio tan cargado de resonancias de más baritonales, y superior con creces
septiembre y octubre El Barbero y Aida la Sala B del Auditorio Nacional. Na- a la de Nesterenko— circuló cómoda-
en el Metropolitan con Levine, en no- turalmente, no todo es positivo en esta mente, amoldándose con bastante sol-
viembre conciertos con la Filarmónica importante voz: su misma facilidad, su tura a cada pieza destacando sobre todo
de Nueva York y Mehta y en diciembre exultante vitalidad y salud actúan co- en aquéllas dotadas de mayor aire ope-
la inaugiración de la temporada de La mo enemigos deniro de cada para pro- rístico. Brindó dos propinas; una mag-
Scala con Las Vísperas Sicilianas y ducir ligeras variaciones (imbricas, nifica Pulga de Mussorgski, puede que
Muí i. pérdidas de esmalte, opacidades. No da lo mejor de la noche, y una discutible,
S.: ¿Y en los estudios de grabación? la impresión —aunque en las canciones escasamente matizada y nada graciosa
P.B.: Kovánchina con Abbado, que integrantes del programa no se Calumnia del Barbero rossiniano, en la
acabo de cantar en Viena, Sansón y Da- precisaba— de que la zona más profun- que se observaron sus principales defec-
lila con Baltsa y Domingo, la Sinfonía da de la tesitura tenga la misma con- tos. Colaboró al piano, sin demasiada
n," 13 de Shostakovitch con Ashkenazy tundencia que el medio grave, el centro fortuna, aunque aplicada y fielmente,
y Las Vísperas Sicilianas con Muti, con y el agudo, a pesar de que también las Ludmüla Ivanova.
Zancanaro y Merritt como compañeros escaladas hacia la parcela más alta (Mis Hay una voz, una espléndida voz de
de reparto. en El día se acaba de Arenski y Balada bajo cantante. El artista se está toda-
de Rubinstein y Fa en Un fragmento de vía haciendo.
Musseí de Rachmaninov), realizadas A.R.
Joaquín Martín de Sagarmínaga

Scherzo 25
actuolldod-

Sangriento
Lear
Londres English Naiional Opera. 24-1-89. Rei-
nmrm. Lear.
Una cosa es lotamenle cieria acerca
del estreno británico de Lear. Hacía
muchos años que no veíamos una es-
cena londinense ian generosamente ro-
ciada de sangre. El horror se apilaba
sobre el horror. El tema podría ser dis-
culpado como una cuestión menor, pe-
ro de hecho es ferozmente relevante. La
clara intención de Reimann es golpear
con música que bombardee los tímpa-
nos. Tiene éxito. Eike Gramss le ha se-
guido literalmente, y lo que tuvimos en
el London Coliseum fue una sucia y
realista traducción visual de lo que
Donald Adams (Corvnel Frank), GríJJ Khys Jones (Frasch), Atan Opte (Dr, talke) y Li- oímos. ¿Qué más puede pedirse a un
lian Watson (Adele) en «El Murciélago), del Covenl Garúen.
productor? Con el fondo de los desnu-
dos decorados de Eberhard Matthies
(muebles esqueléticos, unos pocos col-
gajos y gasas) y la mayor parte del re-
Un Murciélago festivo parto con extrañas vestimentas (Renate
Schnitzer), la locura estaba implícita,
dando a la producción de Gramss una
Londres Royal Opera House Covcnt Garden. fuerza pasmosa. Incluía ésta una espec-
La viuda alegre. También fue así la tacular tormenta, absolutamente mara-
9-[-Hy. Slrauss, Dic Hedermaus.
Adele de Lilian Watson. Ambos pro- villosa por la iluminación de Paul
La llegada del año nuevo es un mo- baron la vieja verdad, que los mejores Pyant. El primer contacto con el libre-
mento tradicional para lanzar una nue- cantantes de la opereta vienesa son in- to de Claus H. Henneberg sugiere la
va producción de opereta, pero a pesar variablemente los mejores cantantes de mano de un pequeño Boito. Se admira
de anunciarse asi, El Murciélago del Mozart. Carol Vaness cantó algunas la habilidad con que ha condensado el
Covent Garden no es toialmente inédi- bellas frases como Rosalinde, y sumi- drama por medio de una mirada teles-
to. Utiliza aún los decorados de Julia nistró unas idiomáticas czardas. El Al- cópica de episodio en episodio y una
Trevelyan Ornan, ¿y por qué no, pues- fredo de Dennis O'Neill fue una astuta cuidadosa selección. A pesar del cha-
to que logran ser espectaculares, artís- caricatura de un tenor italiano. Este pucero pero necesario expediente de
ticamente satisfactorios e identificable- magnifico tenor escocés, reconocido traducir a Shakespeare al alemán y lue-
mente vieneses al mismo tiempo? Par- como (al en el Metropolitan de Nueva go de nuevo al inglés, la obra tenía una
te de la coreografía de Frederick Ash- York y otros lugares por su Duque de resonancia shakesperiana (el reparto hi-
ton también permanece. John Cox Mantua, mostró un don insospechado zo casi milagros en sus batallas con la
añade a las ideas heredadas algunas va- para ta comedia y la improvisación, orquesta de Reimann). Se puede argu-
liosas suyas a la producción, que mue- añadiendo bromas propias. El Falke de mentar en defensa de la partitura de
ve fluidamente. La realización es asi Alan Opie fue el perfecto manipulador Reimann que King Lear es un drama
más bien diferente de la de Frosch. Un de situaciones. El efectivo coronel violento, asi que, ¿por qué no una mú-
pequeño tropezón es la sustitución del Frank de Donald Adams y la sofistica- sica violenta? Violenta, pero con loques
carcelero borracho por un vivido narra- da Orlofsky de Claire Powell contribu- más sutiles que Reimann coloca aquí y
dor, estupendamente interpretado por yeron también a un reparto bien allá. Son efectivos los deslizados en
el actor escocés Griff Rhys Jones. equilibrado en el que el trabajo en equi- cuartos de tono y los acordes en clus-
Nos encontramos con una nueva ver- po estaba implícito. ¡ers colocados astutamente. Pero iodo
sión inglesa de utilidad debida al nove- La dirección de Adam Fischer sugie- llegaba a ser secundario por el asalto
lista John Mortimer, enlazando esto re que lleva a Viena en la sangre, aun- a los sentidos del estridente metal y por
con las numerosas alusiones tópicas del que en un par de puntos insistió más la percusión en particular. Los mefa-
tercer acto, Jones tiene un material de lo deseable en el rubaio. La cuerda les fueron colocados a la izquierda, las
ideal para sus talentos específicos. Es aguda de la orquesta perdió algo reque- percusiones, golpeadas inmiserícorde-
un maestro en la medida, sabe hasta rido lustre aterciopelado, pero en ge- mente siguiendo a Reimann, a la dere-
dónde ensanchar una línea de peso, y neral el acompañamiento fue brioso. Se cha. El público fue cogido en el fuego
cómo introducir al público en sus con- dieron hermosas intervenciones corales cruzado. Antes de llegar a la mitad es-
fidencias. Tuvo un éxito hilarante. El (la preparación de Robin Stapleton es- tábamos agotados. La obra aún conti-
Eisenstein elegantemente interpretado tá demostrando ser de calidad) y exce- nuó, mas bien como si un boxeador que
por Thomas Alien fue extraordinario. lentes danzas de Viviana Durante y ha derribado a su oponente le propinase
Se mueve con naturalidad en la opere- Wayne Eagling. Una ocasión realmen- unos cuantos golpes más en las costi-
ta vienesa, como ya supimos por el te festivas, en suma. llas para estar seguro. El plan de Rei-
montaje de la Welsh Naiional Opera de Kenneth Loveland
26 Scherzo
-octuolidod-

mann incluye el encadenado de las


escenas con interludios orquestales, a
noble capturado por una sociedad his-
téricamente cruel y astuta. Su cega-
El baile de
la manera de Berg en Wozzeck y Brit- miento fue un momento estremecedor
ten en Peler Grimes. Pero lo consigue
con menos fortuna, simplemente por-
que lo hace con música que no se me-
de la producción. Nada se escatimó; es-
to es algo que uno no llevaría a ver á
su iímida y anciana tía. Como Edmun,
los directores
moríza fácilmente, de modo que no se Alan Woodrow presentó un personaje
consigue el efecto de resumir lo visto claramente perfilado, de seguro domi- El flujo y reflujo, las mareas de
en tanto se prepara lo que ha de seguir. nio sobre la escena. La Cordelia de Ro- uno u otro signo, los más inespera-
Paul Daniel lo dirigió todo con un frío, sa Mannion, pintada con fe y simpatía, dos cambios se producen de continuo
confidencial control y dibujó una alta- contrastaba vivamente con la loca mal- en el que podríamos llamar el mer-
mente disciplinada ejecución de una or- dad retratada por Phyllis Cannan co- cado de las batutas. Los directores de
questa cuyo virtuosismo fue premiado mo Goneril y Vivían Tierney como orquesta —esa especie próxima a ex-
con merecidos aplausos. Regan. En las primeras escenas estos tinguirse, al menos tal y tomo hasta
Sobresaliendo de un reparto excelen- personajes tienen una fuerte declama- hace poco se la ha conocido, y que
te, el bajo-barítono americano Moníe ción. Más tarde, tienen desafiantes lí- va siendo sustituida por la del meca-
Jaffe daba vida al papel principal. Fue neas vocales acrobáticas, las cuales no o de la marcapasos— viajan, se
un triunfo de actuación intensa, soste- fueron manejadas con mucha versati- trasladan, hoy están aquí y mañana
nida con resistencia y cantando siem- lidad. El sensible Edgar de Christopher allá: ensayan poco o nada y entien-
pre, cumpliendo fielmente cada una de Robson, el Bufón de Eric Shilling y el den cada vez en mayor medida la mú-
las brutales demandas de Reimann. Kent de Nigel Douglas estuvieron to- sica de forma aséptica, ofreciendo
¿Cuántas veces, se pregunta uno, pue- dos inteligentemente caracterizados. con las pulidas —cuando lo son—
de un cantante incorporar este papel sin Lear, estrenada en Munich en 1978 agrupaciones sinfónicas versiones
perjudicar gravemente su voz? Pero al y presentada desde entonces en varios perfectamente standar!zadas, de con-
final Jaffe parecía más fresco que nun- centros europeos y americanos, ha tar- sumo; eso sí, envueltas en los colori-
ca, habiendo evitado la desesperación dado una década en llegar a Londres. nes del compacto y dotadas de
o el trágico colapso, que nosotros nos Ahora impresiona más como una ópe- espectacular brillantez. Aunque ya se
temíamos. El Gloucester de Rodney ra para ser respetada que disfrutada. sabe que no es oro todo lo que
Macann estuvo bien delineado y cáli- Pero se trata claramente de un logro en reluce...
damente cantado, de modo que el per- su género.
sonaje fue expresado como un carácter Kenneth Loveland
En el permanente tráfago, en este
tráfico cada día más mercantil que
propiamente musical, los saltos de
una titularidad a otra, de un puesto
a otro son moneda corriente. Pierde
uno ya la noción de las cosas y se des-
pista al no recordar quién es ahora
el titular de esta o aquella formación.
Y todo se complica si tratamos de
aclarar las diferencias —y retener los
respectivos nombres de quienes ejer-
cen estos empleos— que hay entre un
principal director invitado y un direc-
tor asociado, o entre un asistente y
un titular invitado; o entre éstos y
aquéllos... Un lío, vamos. Y si no lo
creen, lean esta información que nos
envía la oficina de prensa de la Or-
questa Sinfónica de la BBC de
Londres:

«Los directores de la Orquesta Sin-


fónica de la BBC. La BBC hizo pú-
blico en abril que Andrew Davis será
en nuevo litular de la Orquesta Sin-
fónica de la BBC. Sustituirá a Sir
John Pritchard en octubre de 1989.
Lothar Zagrosek tomará el relevo de
Peter Eótvós como principal director
invitado en la misma fecha. David
Atherton permanecerá en esta cali-
dad de principal director invitado
hasta el citado mes, cuando Oliver
Knussen llegue a ser director invita-
do asociado. Gunter Wand continúa
P. Calillan. M. Jujje y V. l'ivnwy en el Suimnat O/n-iu. como titular invitado».

Scherzo 27
actualidad

Giulini en Munich de la cual fueron saliendo distintos te-


mas, siempre relacionados con la mú-
sica. Hablamos de acústica, de su
misterio, de la dificultad de enconlar
( i ü l f i j . Id, 17 y 18 de diciembre. Mozart: Cim- una sala contemporánea con una acús-
fifrm para piano y orquesta n." 23 en Lo rnuvnr,
Bruckncr: Sepuma Sin/unta en Mi mayor, ürques- tica realmente buena y del grave error
[a Filarmónica de Munich. Mana Joao Pires, pia- de modificar salas existentes con una
no. Director: Cario Mana üiuhm. buena acústica reconocida, no sólo con
e! riesgo de no mejorarla, sino incluso
«Nada es tan ineficaz como abordar de perderla. Una insinuación de mi afi-
una obra de arte con las palabras de la ción por la escenografía dio pie a que
crítica: de ello siempre resultan equívo- me hablara de sus trabajos en colabo-
cos más o menos felices. Las cosas no ración con Lucchino Visconti, de su ad-
son tan comprensibles y descriptibles miración por él, por el respeto tan
como generalmente se nos quiere hacer grande que sentía, a la hora de montar
creer. La mayor parle de los aconteci- una ópera, por la música y el composi-
celebración mientos son indecibles; se consuman en
un ámbito en el que jamás ha penetra-
do palabra alguna, y más indecibles que
tor; frente a la preocupación actual de
algunos escenógrafos y directores de es-
cena por hacer las cosas de manera di-
Hay directores a los que al cabo de todo son las obras de a ríe, existencias ferente pero no necesariamente mejor,
los años terinina por identificarse con misteriosas cuya vida perdura, al con- o de ir en contra del autor y de la mú-
determinadas obras; a ellas se dedican trario de la nuestra, que pasa». sica. Una pequeña acuarela desvió la
con unción al entrar en una vejez fruc- conversación hacia la pintura, expre-
tífera, resumidora, en la que los deta- (Rainer Maria Rilke, Carlas a un jo-
ven poeta. Carta I). sando su admiración por quienes tienen
lles pasan a segundo plano y en la que la capacidad de crear directamente una
lo que se busca, al parecer, es la sus- No es difícil imaginar lo que puede
suponer para una simple aficionada, obra que pueda transmitir sentimien-
tancia, la misma esencia de la música. tos, emociones. Aquí tuvimos que in-
Cario Maria Giulini es un ejemplo pre- sumergirse durante casi una semana en
una gran sala, la de la Filarmónica de terrumpir la conversación porque el
claro. Hombre sabio, humanista, pro- tiempo de la pausa finalizaba y el en-
fundo, gran persona, el maestro Munich, llena, rebosante de música,
porque el maestro Giulini hace música sayo debía proseguir.
italiano, que nació en 1914, dirige ya
bastante menos y, cuando lo hace, si- desde el primer ensayo hasta el último Paseando por la Nueva Pinacoieca,
túa en el atril partituras fundamenta- concierto. El mismo ha expresado en al entrar en una sala, uno de los cua-
les de la historia del arte de los sonidos, distintas ocasiones que «dirigir es inten- dros expuestos me atrajo repentina-
generalmente sinfónico-corales: Ré- grar, es hacer música para todos por- mente, era un paisaje de Caspar David
quiem de Verdi, Réquiem de Mozart, que todos son importantes y porque, Friedrich, Riesengebirgstandchafl, per-
Réquiem de Fauré, Réquiem alemán de esencialmente, la música es una viven- manecí largo rato mirándolo, tal vez,
Brahms, Misu Solemnis y Novena Sin- cia que resuena en todos completando dejándome mirar por él, atraída por un
fonía de Beeihoven, las grandes sinfo- al hombre». extraño magnetismo. Después de un
nías brucknerianas, alguna de Durante la pausa de uno de los pri- tiempo me di cuenta que estaba tara-
Mahler... El gesto amplio, abarcador, meros ensayos me acerqué, tímidamen- reando mentalmente al Adagio de la
solemne, invariable del músico italia- te, a saludar al maestro y a entregarle Sépiima Sinfonía de Bruckner.
no es al vehículo poderoso para el en- algo que me habían dado para él. Asi,
simismamiento y la subjetiva recrea- iniciamos una conversación a lo largo Lucrecia Enseñai
ción.
Los pentagramas de la última sinfo-
nía de Beethoven son los elegidos para
su nueva presencia madrileña, esta vez
dentro del ciclo de grandes orquestas
de Ibermúsica. La Philarmonia, su con-
junto coral, la soprano Atine Evans, la
me/vo Margarita Zimmermann, el te-
nor Keith Lewis y el bajo Gwine Ho-
well estarán a sus órdenes en una
producción que se paseará por varias
salas de concierto europeas. No cabe
duda de que, para Madrid, que tantas
Novenas mediocres —algunas de lesa
música— ha conocido —con versiones
originales incluidas—, esta reunión,
que tendrá lugar el 18 de marzo en al
Auditorio Nacional, servirá para resta-
ñar heridas y para acercarnos, en las
mejores condiciones que hoy es posi-
ble imaginar (con ciertas prevenciones
respecto al equipo solista), a una obra
semejante. El estilo operístico, de gran
oficiante, de Giulini, no exento, pese
a todo, de austeridad quizá haga el
milagro.

28 Scherzo
Gimell THE TALLIS SCHOLARS
Difícilmente la valoración positiva y entusiasta sobre un conjunto vocal puede ser
más unánime que la obtenida por THE TALLIS SCHOLARS

John TAVERNER (1490-1545> JOSOUIN (1440-15211


Missa Glund Tibí Triiutas Plainchanl: Pange Ungua
Leroy Kyne Jo&qiun: MISH Pange hngua
Dmn Tmiisisseí Sabbalum Josquin: Mlfsa La sol fa re mi

Cumpact Dui (46. 38) CDGIM004 CoropaciDisc(61.43) CDG1M0O1


LP(DMM) LP(DMM) líKS-tí
1585-04
Olióme Cassette ¡5S5T-O4
Chromc CasstHe 1585T-01
DIGITAL DIGITAL

PALESTKINA MASSES
M I » Brtvls

PALESTHINA (1525/6-15**)
Paleslrina. Mma Brevis Tomás Luis de VICTORIA (1548-1611)
Pileslrinai Missa Nasce la gioja mia RÉQUIEM
Palciiiina: Nastc la gjojá mía (madrigal) Vena c&t ifl luctum
Campicl DiK (48.25) COGIMOOe Campact Disc (46.51) CDGIMM
LP(DMM) 1585-Ot LP (DMM) 1585-1
Chiüme Cassette 1585T-0P Cbrom? Cassecií 15B5T-1
DIGITAL DIGITAL

CARLO GESIALDO
b r Hol> S

Callo Gcsualdo (15611613)


Rcspünsonos de tinieblas para el Sábado Sanl
Willtam BYRD con 4 moteles. Ave, dulci&sima María Precíbiui
Las lies misas con las motetes Ave veruv eorpus. idefiíis. Ave, íegjna cackUinn Mana, e u b
Déficit m dolore y Infelii ego graliae

COmpactDist (67.15) CD GIM 345 Compact Disc (52.04) CDGIM01


2LP (DMM) BURD345 LP (DMM) 15M5-1
,^,,._ H
Chrome Cassene ZCBYRD345 CrjTume Cassette 1585T-I
DIGITAL DIGITAL

ORLANDUS LASSUS
Mista Osculetur Me
Para dos con»
THE TALLIS SCHOLARS
Dii. Pelel Phübps
A DIGITAL
RECORD ING (DDD) CD GIM 018

Harmonia Miindi Ibérica, Avda. Pía del Vent, 24, 08970 Sant Joan Despí.
octuolidod

New York, New York.., Opera Now


Es evidente que la ópera, que hoy
Ciertamente no es oro todo lo que re- la excitación que su restallante batuta conoce un impresionante boom, es
luce, sobre todo si ienemos en cuenta consigue producir en ejecutantes y no sólo algo más, sino bastante más
los medios musicales disponibles en una oyentes garantiza siempre un espectá- que «el último símbolo del status
ciudad como Nueva York, innumera- culo poderoso, tan deslumbrante como yuppie», definición acuñada por el
bles y a priori de una calidad artística- insatisfactorio. Así, su lectura de la Es- diario londinense Sunday Telegraph
mente irreprochable, y lo que el cocesa fue grandilocuente, aparatosa, en su número de 2 de octubre de
espectador puede ver y escuchar en rea- efectista y zafia, totalmente fuera de es- 1988. Basándose en esta considera-
lidad una semana cualquiera del año es- tilo. La orquesta, además, no está pa- ción, unos emprendedores editores
cogida al azar. En primer lugar sando un buen momento, sobre todo ingleses han consiituido, a medias
desconcierto total por el enorme éxito comparada con la reciente visita que con D.C. Thomson and Company
cosechado por Plácido Domingo diri- nos hizo la Filarmónica de Berlín con Limited, la sociedad Opera Now En-
giendo Carmen (Marylin Horne) en el Maazel; desde luego de las varias veces terprises Limited con la finalidad de
Metropolitan... Increíble dirección mu- que la hemos visto en directo, ésta ha lanzar al mercado una nueva revista
sical, al día siguiente y en el mismo tea- sido la más desafortunada. No obstan- operística denominada precisamente
tro, de Cavalieria y Pagliacci a cargo te, el acompañamiento hecho a Opera Nova —expresión fonética-
de Alessandro Siciliani, músico (con Krystian Zimerman fue perfecto, con mente muy parecida a Opera News,
perdón) que eleva a James Levine a la gran intensidad y sentido rítmico, una editada desde hace tiempo por el Me-
altura de Funwángler (¿acaso era una lectura convincente de una partitura es-
advertencia de Jimmy a su público?); pléndida (ésta le fue encargada a Lu- tropolitan de Nueva York—. La pro-
lo más destacable, naturalmente, fue la toslawski por el Festival de Salzburgo yectada publicación, que hará su
y su estreno mundial tuvo lugar en la aparición en sociedad el 14 de mar-
ciudad austríaca el 19 de agosto del pa- zo con su primer número, fechado en
sado año con Krystian Zimerman y la abril, aparenta contar, por la infor-
Sinfónica de la Radio de Viena dirigi- mación, escrita y fotografiada que se
da por el compositor). La obra consta nos ha enviado, con grandes medios
de cuatro movimientos que se interpre- económicos y va dirigida a un muy
tan sin solución de continuidad, si bien amplio grupo de lectores; está exce-
cada uno de ellos tiene su propia con- lentemente diseñada y posee una
clusión diferenciada (parece ser que va atractiva presentación a todo color.
a ser llevada próximamente a los estu- Pretende, según sus editores, cubrir
dios de grabación); el joven pianista po- un hueco y ofrecer «todo el gtamour
laco, infalible en técnica de musicalidad y el drama que espera la audiencia ac-
prodigiosa, puso la misma entrega y lual de la ópera». Algunos temas re-
convicción que si del Segundo de cogidos en el número piloto: Viva
Brahms se tratase, con esto está dicho Violetta, Imposibilidad atenuada
todo. (perfil de Nuria Espert, reciente di-
Finalmente pudimos ver a la Sinfó- rectora de escena en Londres de Ri-
nica de San Francisco en el Carnegie goletto). Los caminos de Stein (Peter
/.ufarn Mí'hlu,
Hall dirigida por su nuevo titular Her- Stein ensaya Falsta/J), Escribiendo
berí Blomstedt. La orquesta no está en sobre Glass (articulo de Doris Lessing
Home en el ópera de Bizet y nuestro el club de las cinco (Filadefia, Boston, sobre la ópera de Philip Glass The
Juan Pons en los insufribles Pagliacci Chicago, Nueva York y Cleveland) pe- Making ofthe represéntame for Pla-
(con imaginativa puesta en escena de ro poco le falta dado su asombroso vir- net Eight basada en una obra de la
Zeffirelli). Más cosas: al día siguiente tuosismo, brillantez, homogeneidad y
y en el Avery Fisher Hall concierto de empaste. En cuanto a Blomstedt reite- propia autora inglesa)... Hay seccio-
abono de la Filarmónica de Nueva ramos lo dicho no hace mucho con oca- nes fijas de actualidad, discos, calen-
York con su titular Zubin Mehta y la sión de la publicación de las sinfonías dario de actividades, sonido, etc.
actuación (espléndida e impresionante) de Nielsen Cuarta y Quinta: maestro se- Espléndida fotografía y buenas ilus-
guro, eficaz y poco imaginativo, virtu- traciones.
de Krystian Zimerman en el estreno
americano del Concierio para piano y des de las que hizo gala en las versiones El editor de la nueva revista es Mel
orquesta de Lutoslawskí. Al lado de la de la Watermusic de Haendel y la Cuar- Cooper y la directora artística, Jane
excelente partitura del compositor po- ta de Brahms, además del Concierto Hoodiess. Anthony Peattie, editor
laco la Filarmónica ofreció una anodi- para oboe de Eiliox Cárter. En este mis- asociado, parece ser la única perso-
na composición de Ellen Taaffe Zwilich mo teatro iba a dar al día siguiente un
llamada Concertó grosso 1985, en la li- recital Rudolf Serkin, pero fue cance- na del staff conectada de manera cla-
lado por enfermedad del anciano ra con la música: anteriormente fue
nea del Stravinsly neoclásico, terminan- director de publicaciones de la Ope-
do con una Escocesa de Mendelssohn pianista.
Obviamente y como se ha visto, la ra Nacional de Gales. Opera Now
de juzgado de guardia, con algunos de-
talles de musicalidad en algunas frases oferta musical es tentadora en esta ciu- tendrá alrededor de las 110 páginas
del movimiento lento y... nada más. dad, pero ¿hubo realmente gran músi- y costará 2 libras, lnicialmente sale
Como es bien sabido la técnica de ba- ca? La respuesta es si: 25 minutos, con una tirada de 60.000 ejemplares.
tuta no (¡ene secretos para Mehta: la tiempo que dura el Concierto de Lutos- Dirección: 2 Bedford Square, Lon-
firmeza en el ataque no conoce la me- la wski. dres, WC1 3RA. Te].: (01) 580-4766.
nor debilidad, el mando es inflexible y Fax.: (01) 631-4659.
Enrique Pérez Adrián

30 Scherzo
actualidad

Novedad y repertorio
La Opera de San Francisco, que tie- con la Opera de Ginebra se programa tista Marilyn Horne, como Orlando,
ne su sede en la War Memorial Opera Mefislofele, de Boito, ópera que vuel- sobresaliendo'en el equipolde|cantan-
House, ha dado a conocer su progra- ve paulatinamente a instalarse en el re- tes.
mación para el año 1989. Se aprecia en pertorio de los teatros internacionales. F.n la temporada 89 de la Opera de
la misma un inteligentemente consegui- Samuel Ramey encarnará el diabólico San Francisco se recuperan varios mon-
do y no muy frecuente equilibrio entre personaje central. La dirección musical tajes anteriores. Asi, dos títulos verdia-
títulos del repertorio tradicional y obras corresponde a Maurizio Arena y la es- nos, Falstaff y Olello, subirán a las
que raramente, o más difícilmente, ac- cénica, a Roben Carsen. También en tablas de la War Memorial Opera Hou-
ceden a los escenarios. Luego de algu- nueva producción se va a ofrecer en San se en la producción del no hace mucho
nos recitales y varias sesiones de baile! Francisco el Idomeneo mozartiano, desaparecido, Jean-Pierre Ponnelle, en
la temporada propiamente dicha se ópera seria, cuya incorporación al gru- ambos casos la dirección musical de Ka-
abre, ya en el mes de junio de este año, po de las grandes óperas de su autor zimierz Kord. Lorengar, Horne, Cow-
con Saiyagraha, la ópera repetitiva en tanto debe a la labor de Harnoncourt. drich, Stewart cantan en Falstaff,
lengua sánscrita de Philip Olass, con la Será, sin embargo, John Pritchard el di- Ricciarelli, Mauro y Ellis, en Otella
que el teatro norteamericano atiende a rector de estas representaciones, con Dos óperas italianas más y dos alema-
la moderna creación de su país. Entre puesta en escena de John Copley. Los nas completan las previsiones: Aída, di-
las nuevas producciones de la Opera de personajes principales están confiados rección musical de Cal Stewart Kellogg
San Francisco se cuenta la presentación a Karita Mattila (Ilia), Nancy Gustaf- (Swet, Zajiik, Popov, Noble), Madama
de la versión en tres actos, acabada por son (Elettra), Wieslaw Ochman (Idome- Buííerfly, con Pritchard y Farruggio co-
Cerha, de Lulu, de Berg, en un monta- neo) y Hans Peter Blochwilz mo responsables de la orquesta y la es-
je de Lotti Mansouri y con dirección (Idamante). Una novedad más, y ver- cena (Hartliep, Redmond), Lohengrin,
musical de John Mauceri. El reparto, daderamente significativa, es la incur- con Charles Mackerras en el foso y
que presenta a Ann Ranagulias en el pa- sión en el corpus operístico vivaldiano Wolfgang Weber como firmante del
pel principal, comprende también a con Orlando furioso en una producción montaje (Haeggander, Randova, Vogel)
Evelyn Lear, antigua Lulu discográfica que retoma la versión de Pier Luigi Pizzi y, por fin, Die Frau ohne Schaílen, di-
con Karl Bóhm, ahora como la conde- para el Teatro Filarmónico de Verona, rector musical Christoph von Dohnan-
sa Geschwitz, y al veterano Hans Hot- de 1978. De nuevo el no muy fino esti- yi, escénico Grischa Asagaroff
ter como Schiolch. En coproducción lista Pritchard a la batuta y la belcan- (Johnson, Jones, Silja).

"Hacer música con esta Orquesta


es un placer
Krystian Z/merman

ORQUESTA)W D TENERIFE
Lo mejor de la música a tu alcance.

Scherzo 31
- estudio-

Las sinfonías de Hartmann


O no creo en la Literatura que que parece una explosiva mezcla, como do. Pero volvamos a lo nuestro. Yo no
Y se hace sobre la música, lo he di-
cho en otros artículos y nunca
me cansaré de repetirlo. Para hablar de
música —de obras concretas—, sólo
me ocurre a mi en cierto modo, que ha-
ga un esfuerzo por volver a escuchar a
Max Reger, un extraño producto histó-
rico, pero ni mucho menos, es verdad,
creo que haya demasiado antagonismo
entre la admiración de Hartmann por
Alban Berg y las enseñanzas que segu-
ramente sacó de Max Reger. Porque
creo que hay dos lenguajes: el técnico un compositor desprovisto de valor mu- una de las cosas que van a distinguir la
y el, llamémoslo así, histórico. La des- sical y verá que entre la recuperación de música de Hartmann, sobre todo la
cripción subjetiva de la obra es pura en- la ciencia contrapuntística que realizan música sinfónica, es precisamente su
teleciuia, disculpable, si acaso, cuando los integrantes de la Escuela de Viena utilización de fórmulas contrapuntísti-
es música programática, y el examen, y la recuperación y revaloración de de- cas estrictas, regerianas, bachianas, por
como sobre ascuas, de algunas particu- terminadas formas en desuso —la fu- tanto, en vez del contrapunto, quizá
laridades técnicas es notoriamente in- ga, por ejemplo—, que el romanticismo más cercano, a los polifonistas de Ar-
suficiente en unos casos y excesivo en y, sobre todo, el postromanticismo de- nold Schónberg o el de las fórmulas
otros. La disculpa de que lodo depen- secharon por encontrarlas demasiado contrapuntísticas que se diluyen dentro
de del público para el que se escribe sólo estrechas para su fuego místico, el ape- de un intenso lirismo de Alban Berg y,
es válida hasta cierto punto. No olvi- go —relativo armónica y formalmen- eso sí, más cercano, el dramatismo ra-
demos que vulgarizar (¡Nefasta expre- te— de Max Reger a la escolástica ba- cionalismo de Antón Webern. Pero veo
sión, si no ofensiva!), no siempre, ni rroca no está, ni mucho menos, tan dis- que las palabras son muy insuficientes
mucho menos, resulta un buen método tante. Efectivamente, Max Reger es cuando las queremos utilizar para ex-
de ayuda y enseñanza. En el examen uno de los compositores —no muchos, plicar las cosas que atañen al comple-
técnico nada puede sustituir la lectura pero más de los que pensamos— que jo y maravilloso fenómeno de la música
de la partitura y, si no existen conoci- habría que desenterrar y estudiar a fon- que, por tener un lenguaje propio, ri-
mientos para ello, lo más que podemos co y nada fácil, es difícil de sustituir por
hacer los músicos es señalar algunas co- otro paralelo. Los conceptos resultan
sas elementales que, a veces, ayudan a estrechos, discutibles a veces y la rique-
racionalizar hechos acústicos que han za del fenómeno exigiría un análisis que
llamado nuestra atención intuitivamen- difícilmente cabe en las páginas de una
te: la existencia de un pasaje tratado por revista. Decíamos que Hartmann hace
imitación o fugado, una passacaglia, del contrapunto una de sus técnicas fa-
determinado ritmo básico, efectos de voritas para llegar a la expresión de sus
orquestación, la identificación de la in- ideas. Pero también perdurarán a lo
tervención de determinados instrumen- largo de su obra, como decíamos más
tos, etc. Pues bien, siguiendo estas arriba, !a influencia de Webern en su
pautas vamos a intentar examinar jun- gusto por la economía de medios y de
tos una de las obras sinfónicas más im- Berg en una cierta aspiración románti-
portantes de este siglo, mucho más ca —dice Antoine Golea—, yo diría
importante, por descontado, que la de mejor dramática, expresiva, lírica,
algunos sinfonistas que han llegado a siempre encauzada por la tradición po-
ponerse de moda entre el público, aun- lifónica alemana heredada a través de
que poseen un valor musical mucho Max Reger.
menos real que el de Karl Amadeus Las obras de la primera etapa de su
Hartmann. creación fueron destruidas —o, a veces,
transformadas a través de refundicio-
nes, como veremos al examinar algunas
Posición histórica de Hartmann de sus sinfonías— por el propio Hart-
mann, y es a partir de la derrota nazi
t^-reo que es imprescindible, ante to- cuando emerge de su valeroso exilio in-
do, intentar situar históricamente la fi- terior, al que se ha sometido volunta-
gura de! músico alemán, aunque sea de riamente como protesta contra la
una forma somera. Nacido en Munich barbarie nazi, cuando nace la produc-
el 2 de agosto de 1905, murió desgra- ción que ha quedado. A partir de ese
ciadamente cuando se encontraba en la momento llevará a cabo una gran acti-
cúspide de su actividad creadora, en vidad que no se limitará tan sólo a la
1963, después de haber casi terminado composición, sino también a !a creación
la que hubiera debido llamarse su No- y mantenimiento de la Asociación Mú-
vena Sinfonía, la Gesangsszene —si al- sica Viva (1945), donde dará a conocer
guien no está de acuerdo con ello que gran número de obras de sus contem-
recuerde que pudiera haber reconocido poráneos, pese al rechazo o reticencia
otra obra de juventud de las muchas de una importante parte del público, y
que suprimió de su catálogo—. Alum- en 1953 se convierte en el presidente de
no de Hass, Scherchen y Webern, fue la sección alemana de la Sociedad In-
influido también por Alban Berg y Max Ai/// Aniatteiti lltirnnimn. un relíala fie ternacional de Música Contemporánea,
Rcger. Quien se escandalice por esto. AdolJ Hartmann. donde proseguirá su labor de dar a co-

32 Scherzo
- estudio-

Kart Amadeus Harimann, 1962.


nocer la musita de su tiempo. Pero lo que la división no aparece formalmen- ma) en las diferentes voces (exposición),
que a nosotros nos interesa es su labor te, pero en la que los cambios de tiem- lo hace modular (desarrollo), lo repite
compositiva y concretamente sus sinto- po la dividen, en realidad, en varios en ia tonalidad principal (reexposición)
nías. Efeciivamente, Karl Amadeus movimientos. Una cosa que diferencia y, ayudándose de distintos artificios
Hartmann escribe sintonías, un géne- las sinfonías de Hartmann de la sinfo- contrapumísticos (disminución, aumen-
ro que muy pocos músicos que le son nía iradicional es el frecuente empleo tación, sirena, etc.), que dan al sujeto
muy próximos en sus tendencias esté- de la fuga como un movimiento total un valor dramático para íinali/ar (co-
ticas, que basan en gran parte su técni- a veces, otras, como forma básica de da), concluye la obra. Naturalmente
ca musical en el dodecaTonismo, han uno o varios de ellos: una en la Tercera simplificamos, pero lo que queremos es
querido o se han atrevido a afrontar. (fuga viriuosísiicaj; tres fugas y un ri- que queden señalados a grandes rasgos
Para Hartmann esle género es lo más cercare en la Sexta, más una .sirena, pro- los elementos similares que podrían her-
importante de su producción. Es esen- cedimiento típico de la fuga, para manar, en cierto modo, ambas formas.
cialmente un sinfonista. Es verdad que terminar la obra y dos fugas en el pri- Si Hartmann escoge la fuga como una
Harimann no escribe sinfonías conser- mer tiempo de la Octava, y otra gran forma más, y no de las menos utiliza-
vando —aunque en cierto modo sí lo fuga en el movimiento final. Nadie co- das, para integrar en la forma sinfóni-
haga— la forma externa tradicional — mo Hartmann, si exceptuamos el genial ca, es porque ve en ella no sólo una
cuatro tiempos, sucesión vivo-lento- ejemplo de la Júpiter, había empleado fórmula para enriquecer las posibilida-
vivo, o vivo-lento-vivo-vivo—, pero sí tan decididamente esta forma musical des de ésta, sino también una manera
conserva en gran parte las formas in- dentro de la sinfonía, integrándola de de realizar la necesaria unidad temáti-
lernas, exposición, desarrollo y reexpo- tal manera en sus obras que llega a con- ca de la obra. Pero como la idea sinfó-
sición, fórmula ABA, fórmula liedpaia vertirse en un procedimiento lan natu- nica es más amplia y, a veces (excepto
los tiempos lentos, a veces, aunque pre- ral como la forma sonata clásica, con en los finales de la Sexta y de la Ocla-
fiere la fórmula llamada de arco, varia- la que, si nos detenemos a pensarlo, ve- va), la fuga no es suficiente para llenar
ciones, muy a menudo scherzo, rondó remos que la fuga tiene puntos de con- el movimiento. Hartmann recurre al
o cualquiera de las muchas formas que tacto hasta hacernos suponer que empleo de fugas múltiples, convirtién-
encerraba la sinfonía clásica; sí conserva ambas han tenido una fuente común o dolo en un movimiento integrado por
en todas las suyas la división en movi- han nacido la una de la otra. La fuga varias de ellas (tres en el primer movi-
mientos, menos en la Segunda, en la precede a la exposición del sujeto (te- miento de la Sexta, dos en el primero

Scherzo 33
•studio-

de la Octava), recurriendo de esla for- comenzar la primera de ellas en la per- después de la inteligencia, la persona-
ma a una técnica uniforme para roda cusión y el metal, desarrollándose el res- lidad y la fuerza creadora mostradas en
la sinfonía. Es más, no podemos dete- to, como indicamos más arriba, hasta la Primera sinfonía, puede llegarse en
nernos aquí, aunque sería muy intere- terminar en un coral. esta Segunda a esla especie de híbrido,
sante hacerlo, en examinar los puntos Los movimientos se suceden prácti- bien escrito ¡no fallaría más!, con una
de enlace que existen entre estas fugas camente sin interrupción y Lágrimas; el bella orquestación con momentos de un
múltiples, gracia;, a sus desarrollos ar- cuarto movimiento comienza utilizan- hermoso lirismo, pero que, a menudo,
mónicos, a las fórmulas rítmicas em- do como enlace una célula temática na- nos suena a falso y que difícilmente po-
pleadas en el sujeto y contrasujeto y, en cida del tema de Simplicisimus, que ha demos identificar con el Hartmann an-
general, en iodos los artificios contra- sido la base del movimiento anterior. El terior y posterior. Y si el problema no
puntísticos que dan unidad (y variedad, canto, subrayado a veces por potentes reside, como yo creo, quizá equivoca-
aunque ahora sea lo primero lo que nos estallidos de la percusión, tiene el rit- damente, en la utilización de material
interesa) a cada uno de los movimien- mo de una marcha fúnebre dividida en antiguo, sin duda el compositor em-
tos fugados de Karl Amacleus Hart- cinco secciones. El paso de la primera prende en ella un camino que felizmente
mann. Pero ya es hora de que a la segunda se efectúa por medio de abandona de inmediato.
abandonemos las generalidads, por un cambio de lempo (Piü mosso); de és-
muy importantes que sean para com- ta a la tercera, por medio de un sirin-
prender la técnica compositiva de Hart- gendo, a la cuarta por medio de un Fuga virliiosística
mann y vayamos al examen de la obra cambio de intensidad y a la quinta por
en sí. el enlace de unos compases del piano X J A Tercera sinfonía, un encargo de la
sólo. Y aquí se impone definitivamen- Radio de Munich, fue compuesta en
te el ritmo fúnebre, subrayado por la 1948 y está basada, como decíamos, en
Lamento sinfónico percusión y una trompeta. Es uno de los obras anteriores: algunos movimientos
tiempos más bellos e impresionantes de de la Sinfonía Klagegesang (1944-47), y
L A Primera sinfonía, ululada Lamen- la sinfonía y seguramente una de las el primer movimiento de la Sinfonía trá-
to o Fragmentos sinfónicos, data de mejores páginas de Hartmann. gica, escrita en 1940, durante el terrible
1935-36, pero fue revisada dos veces: en Una ligera pausa da paso al quinto exilio voluntario de Hartmann con el
1947-48 y en 1950. La primera de estas movimiento, Súplica, en el que la eco- nazismo. La Tercera se estrenó el 10 de
revisiones se estrenó en mayo de 1948, nomía de medios llega al extremo de in- febrero de 1950, en Munich, por la Or-
en Frankfurt, por la Orquesta Sinfóni- troducir el movimiento eon una sencilla questa Sinfónica Bávara, dirigida por
ca de la Radio de la ciudad (si hay paí- recitación acompa" 5 ' 1 ' 1 ''" '- percusión, Brich Schmidt. En ella, Hartmann vuel-
ses afortunados en los que cada gran para proseguir con una melodía acom- ve a utilizar básicamente el dodecafo-
ciudad posee su radio y su orquesta, pañada por una ligera orquesta, con so- nismo, que casi había abandonado en
aunque no sean «la capital de la Euro- nidos sostenidos de la cuerda y toques la Segunda. Naturalmente, como ocu-
pa postmoderna», cuna de la movida..., in crescendo de una campana, que nos rre a través de toda su obra, la utiliza-
emporio de cultura ¡Ay!); dirigida por llevan al final de la obra. ción que hace del sistema dodecafónico
Winfried Zillig; la versión final, la re- La Segunda sinfonía, también titula- es libre, y va más por el camino de Berg,
visión de 1950, fue estrenada en 1957, da Adagio para gran orquesta, se estre- a quien, como habíamos dicho, admi-
el 22 de junio, por la Orquesta Sinfó- nó el 10 de septiembre de 1950, en el raba profundamente, que por el del se-
nica de Viena, dirigida por Niño San- Festival de Donaueschinguen, por la rialismo weberniano, a pesar de haber
zogno, con Hilde RÓssl-Majdan como Orquesta de la Südwest Symphony, di- sido su discípulo. La obra está dividi-
solista. La obra está basada en cuatro rigida por Hans Rosbaud. Escrita en un da en dos grandes movimientos: el Largo
poemas de Wall Whitman: I, Miseria; solo movimiento (aunque, de hecho, co- de la primera parte está escrito sólo pa-
II, Primavera; IV, Lágrimas, y V, Sú- mo decíamos más arriba, no es real- ra cuerda, a la que acompañan levemen-
plica; el tercer movimiento, de los cin- mente asi) que podríamos calificar por te algunos timbales, el arpa y el
co que tiene es puramente orquestal y su forma de rondó, debido a la recu- lam-tam, y utiliza con frecuencia for-
está basado en un tema de la única Ópe- rrencia temática, aunque el tratamien- mas canónicas. Es prácticamente un
ra que escribió Hanmann. Simpticius to sea muy libre, está también cercana preludio a la fabulosa fuga que va a ve-
Simplicisimus, desarrollado en cuatro a la forma de la variación. Después de nir a continuación. Esta, Allegro con
variaciones que van creciendo gradual- una introducción con un tema que no fuoco, es efectivamente una fuga virluo-
mente en intensidad hasta Negar, des- dice gran cosa y un breve pasaje imila- sísttea, en la que se utilizan procedi-
pués de la cuarta, a un coral que cierra tivo, la obra entra en un terreno que no mientos de passacaglia, variación de los
el movimiento, un intermedio relativa- convence demasiado. Algunos comen- sujetos de la fuga, etc. El sujeto, casi
mente tranquilo dentro del tenso dra- taristas han utilizado la adjetivación de bachiano, es expuesto, en primer lugar,
matismo de la obra. Los movimientos orienta/izante. Para mí, más bien creo por la cuerda, después de una brevísi-
primero y segundo, Miseria y Primave- que sufre de la utilización de un mate- ma introducción en la que los timbales
ra, van casi enlazados, separados tan só- rial anterior, aunque no tengo natural- son casi protagonistas. Después lo será
lo por una ligera pausa, pero así como mente pruebas de ello y sólo lo juzgo por la trompeta y el clarinete, que en-
el primero es casi un declamado sprecli- así por i;reer que en ella hay cierta re- tran una vez ha terminado la exposición
gesang (aunque ganando en intensidad gresión estilística y. en cierto modo, téc- por la cuerda y el sujeto aparece ya va-
y melodía dramática a medida que nica. Pero es algo difícil de ver, ya que riado. A partir de este momento, Hart-
avanza hacia el final), el segundo. Alle- en los puntos de referencia más cerca- mann recurrirá a todos los artificios
gro con brio, es más lírico y nos recuer- nos, la sinfonía anterior, la Primera, uti- para conseguir una fuga de considera-
da lejanamente a los Gurreiieder de liza poemas y, por tanto, contiene cierto bles proporciones, sin caer en la mono-
Schónberg. Las variaciones del tercer programa dramático, y en las siguientes, tonía: intervención del xilófono, la
movimiento comienzan después de es- de la Tercera a la Sexta, vuelve a utili- celesta y algunos instrumentos de per-
cucharse una breve frase del clarinete zar en todas ellas materiales antiguos. cusión hacia el centro de la fuga, antes
con la exposición del tema por la vio- Lo de menos es conceptuar o no como de iniciar un nuevo episodio. Para ter-
la, expuesta dos veces, repetido por el orientalizante la temática de esta sinfo- minar en un Allegro furioso en el que
violonchelo, también dos veces, antes de nía; lo importante es la estética, como el metal y los timbales exponen el tema

34 Schcrzo
XXVIII SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA
CUENCA 13 - 19 MARZO 1989
LUNES, 13 M u z o . Iglesia de San Pablo, 19,30 b. JUEVES, 16 Marzo. Igletia de San P*b4o. 19,30 h.
ORQUESTA Y CORO DE LA RTV ESPAÑOLA WIENER AKADEM1E
"¡n Exspeclationt ResunedümU Domini", de C. Halffter CONCENTUS VOCAUS DE VIENA
(Obra de encargo de la II Semana, 1963) "Jeplha", oratorio en versión «cínica, de G. F. Haendel
Solista barítono: a determinar Producción del festival de Saliburgo
"Officúun Defanctorun", de C. Halfíter Solutas: CURTÍS RAYAM, PAUL ESSWOOD, CLEN1S
UNOS, MONIKA LENZ, ERNST JANKOWITSCH.
Director; CRISTÓBAL HALFÍTER
Director de escena: FEDERIK M1RDITA
MARTES, 14 M a n o . Iglesia <k Sao Pablo, 19,30 h. Director: HERBERT BOT.K
ORQUESTA DE LA RTVE Y CORO UNIV. DE LEÓN
Coproducción: p^inHJI^'^i'lti'lifi^
"Gaiuüum et spes", de C. Halffter
"Jmtontm aidmae" y "Beati", VIERNES. 17 Mano. Iglesia de Sao Pablo, 17,00 h.
doa moteles para coro a capeila, de C, Halffter
CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LA
Obra de encargo de ta XXVIII edición RADIO DE HAMBURCO (NDR)
"Regina coeli", de C. Halffter
"Tannhauser", en concierto, (versión de Dresdel.deR. Wagner
. Solutas: M. JOSÉ SÁNCHEZ. MARÍA ARAGÓN,
JOAN CABERO, LUIS ALVAREZ Solistas: M. SCHENK, K.KONIG, K. M. SANDVE, S. LOENZ,
E. WLASCH1HA. T. SCHULZE, R. SCHOLZE, S. HASS,
Director del Cora: SAMUEL RUBIO H. L1SOWSKA, S. KRÜGER.
Director: CRISTÓBAL HALFFTER
Director: HEINZ FRICKE

Coa el Patrocinio de: c«J* ix «nomos Con Patrocinio de


. M CIHNCl I CHIDW MM EN 5U
SESQU1CENTENARIO

MIÉRCOLES, 15 M a n o . Iglesia de San Pablo, 1930 b.


SÁBADO, 18 Marzo.Iglesia de San Pablo, 19,30 h.
WIENER AKADEMIE
CORO Y ORQUESTA DE LA RADIO DE HAMBURGO
CONCENTUS VOCAUS DE VIENA
"II Sepulcro" "Rtqairm Alemán", Op. 45, de I. Brahms
Obras de G. F. Haendel,]. S. Bach, F. Aumann yW.A. Moiarl Sotioos: S. HASS (a), K. SKRAM (b)
Soluta: MONIKA LENZ (s), M1CHAELINGHAM (b) Director: EDMON COLOMER •
Director: MARTIN HASELBOCK DOMINGO, 19 M a n o . IglesU de Arcas, 12,30 h.
THE TALUS SCHOLARS
Obras de ]- Gutiérrez de Padilla y F. López Capillas
Director: PETER PHILUPS

INFORMACIÓN, Reserva y Venta Anticipada de Localidades: Oficina instalada en el "HOTEL TORREMAN-


CANA", Teléf: (966) 223351; Télex: TX 23400 NTMG-E
FAX: 966 229671. Dirección HOTEL: c/ San Ignacio de Loyola, 9. 16002 CUENCA.
DÍAS DE VENTA: ABONOS del 6-II-89 al 25-11-89. LOCALIDADES SUELTAS: Del 27-11-89 en adelante.
HORARIO: de lune8 a viernes: 10,00 - 14,00 y 16,30 - 19,30 h. y sábado 10,00 -14,00.
Teléf. Oficina del Festival: (966) 228402

AYUNTAMIENTO
* CUENCA
•studio

movimiento, el lírico y melancólico te-


ma de la trompeta, que sirve, a veces,
de puente de unión entre las diferentes
secciones, es de una gran belleza y, por
su carácter casi diatónico, nos recuer-
da hasta qué punto de libertad ha lle-
gado Harimann en su utilización de la
dodecafonía, como veremos más clara-
mente a! examinar el final de la Cuar-
ta. Un bellísimo final para una sinfonía
que recupera el ritmo creador y la in-
ventiva de la Primera, y nos hace olvi-
dar que ha existido una Segunda.
La Cuarta sinfonía, compuesta en
1947 para cuerda sola, está basada en
una Sinfonía para cuerda y soprano, es-
crita en 1938, en la que el final vocal
de esta antigua obra, Epitafio, en el que
intervenía la soprano solista, ha sido
sustituido por un Adagio instrumental.
La Orquesta Sinfónica Bávara, dirigi-
da por Hans Rosbaud, la estrenó en
Munich, el 2 de abril de 1948. Consta
de tres movimientos: Lento assai, con
passione (forma tripartita, ABA); Alle-
gro di molió insoluto/ y Adagio appas-
sionato. El primer movimiento, Lento
assai, difiere bastante de los adagios de
las sinfonías anteriores, ya que en él no
se emplea el procedimiento de arco (as-
censo, culminación, descenso), sino
que, dividido en tres secciones, la pri-
mera con dos temas —el primero de
ellos tocado por los violínes y el segun-
do por las violas y los violonchelos—,
después de la sección media (Piü mos-
so) retorna de nuevo a ella en una se-
cuencia en la que reaparecen los dos
^ternas un semitono más alto. Es el tiem-
po más largo de la sinfonía.
El segundo movimiento, Allegro
di moho, es un movimiento en el
ue domina el ritmo. A mi modo
de ver es el más convencional y
el súbito cambio a un ritmo de
danza en la segunda sección
^banalua un poco el movimien-
to, pese a la sapiencia con la
que está escrito (magistral
empleo de la cuerda, utili-
zando todas sus posibilida-
des, sordina, pizzicato, di-
b visión de pupitres, etc.), y
al estrecho con que fina-
Jiza, que indudablemente
da un mayor interés
dramático al movi-
miento.
Unos sordos sonidosen pizzicato,
que forman una serie dodecafóníca,
para dan enlrada a un tema que nos recuer-
cerrar la fuga. da, sobre todo así preparado, a Antón
El segundo movi- Bruckner, no por el tema en sí, sino por
miento. Adagio, tiene una estructura si- la atmósfera creada. Pero el carácter do-
milar, en cierto modo, al mismo decafónico del tema, que ha servido a
movimiento de la Segunda sinfonía, pa- Hartmann para enlazar con el primer
sando primero a un Andante, un Alle- tiempo al utilizar los procedimientos de
gro modéralo, de nuevo Andante y retrogradación e inversión, desaparece
seguidamente Adagio, terminando con al llegar a un final claramente centra-
un misterioso quasi lamento. En este do en la tonalidad de do mayor.

36 Scherzo
- estudio

Homenaje a Slravinsky te melódico; acentúan y subrayan hasta nera: Introducción, a cargo


llevarnos al punto de culminación del esencialmente de los instrumentos de
movimiento, para volver de nuevo al viento metal; Fúgalo I, enunciado por
Aja Quima sinfonía es también el re-
Adagio (sección A', compás 126), don- el fagot, seguido de Concertó I y Fina-
sultado de la revisión de una obra an-
de una corla leexposición del tema nos íe per tutli I y f-'ugato II, seguido de
lerior, el Concertino para ¡rómpela e
lleva rápidamente a la dramática coda Concertó II y Finóle per tutti II, que
instrumentos de viento (de 1932-33). La
dominada por los instrumentos de vien- culmina en una coda. Así expuesto, pa-
primera revisión, efectuada en 1949, dio
to y la percusión, mientras fragmentos rece que vamos a asistir a la audición
como resultado el Condeno para con-
del tema, motivos dispersos, cierran el de una obra troceada o integrada por
junto de viento, contrabajos y dos trom-
movimiento sobre una tenida pp de la diversas piezas. No es así. La unidad
petas solas, y una revisión posterior
cuerda, levemente acentuada por la per- formal de este primer movimiento es
(1950), la Sinfonía, que fue estrenada el
cusión. tan perfecta como la de los dos de la
21 de abril de 1951 en Sluttgart por la
Orquesta Sinfónica de Alemania del Inmediatamente nos damos cuenta anterior sinfonía, e incluso, quizá, más
Sur, dirigida por Hans Müller-Kray. La de que hemos recuperado al gran Hari- estricta desde el punto de vista clásico.
orquesta para la que está instrumenta- mann. como nos lo reconfirmarán a Nada sobra en él, y lo que hay que de-
da, con la madera a dos más piccolo y continuación el comienzo de las tres fu- cir se dice con una absoluta sobriedad
contrafagot, metales también a dos, pe- gas que constituyen la Toccata varíala, que no impide una gran riqueza orques-
ro sin trompas ni tuba, tiene la parti- en las que el sujeto de la primera fuga tal y una expresiva elocuencia.
cularidad de utilizar en la cuerda aparece variado en las dos siguientes Un reflexivo sólo de violonchelo co-
solamente los violonchelos y los contra- con un ritmo que va incrementándose mienza en el segundo movimiento. Ada-
bajos. Está dividida en tres movimien- progresivamente. Para conseguir una gio mesto, cantando lento e tranquillo
tos: Toccata, Melodía ¡Lento), el unidad que, en cierta manera, sustitu- canto al que se une el resto de la cuer-
movimiento de mayor extensión de la ye la clásica forma ABA, Hartmann re- da y al que, más tarde, primero el me-
obra; por otro lado, corta (poco más de curre a la orquestación: la primera tal y después la madera, van dando una
dieciséis minutos), con una sección cen- exposición de la fuga comienza con la creciente intensidad. El violonchelo sólo
tral Scherzo. corta y concisa, y un últi- cuerda, la segunda recurre esencialmen- repite su canto antes de terminar el mo-
mo movimiento en forma de Rondó. te al viento y en la tercera vuelve la cuer- vimiento. Después de una breve pausa
Un homenaje a Stravinsky claramente da, para terminar con toda la orquesta. llega el Fínate: scherzo virtuoso, de un
formulado por la aparición por dos ve- A partir de este momenio de su obra, gran vigor rítmico (furioso, con brío,
ces en el fagot de un tema que recuer- que coincide más o menos con el final ma leggiero, se indica), en el que lambién
da el comienzo de Lu Consagración de de la utilización por parle de Hartmann hay episodios de virtuosismo concertan-
la Primavera. Partitura hasta cierto de antiguos materiales, el compositor te, como en el primer movimiento, pe-
punto neoclásica, con una gran perfec- hará de la fuga un procedimiento usual ro que nos deja más fríos que los
ción de escritura, pero que a mí perso- en sus sinfonías. Ha llegado la culmi- anteriores y, por descontado, no llega
nalmente, al mismo tiempo que la nación de su carrera compositiva, cima al nivel alcanzado en el final de la Sexta.
admiro me produce cierta tristeza, al ver que no abandonará hasta su muerte,
después de dejar incompleta la compo- La Sinfonía octava, la última escrita
en ella un bello y un poco vacío ejerci- por Hartmann, lo fue entre 1960 y 1962,
cio de virtuosismo. Desde luego, esta- sición de la que yo considero su Nove-
na sinfonía, la Gesangsszene. y fue estrenada el 25 de enero de 1963
mos lejos, como ocurre con la Segunda en Colonia por la Orquesta Sinfónica
sinfonía, del impulso trágico que domi- de la Radio de esta ciudad, dirigida por
na la Tercera, o del intenso lirismo de Rafael Kubelik. También utiliza una or-
la Primera. Concisión y sobriedad questa nutrida en la que la percusión re-
La Sexta sinfonía, compuesta en curre, nada menos, que a seis
1951-53, se estrenó el 24 de abril de 1953 A J A Séptima sinfonía, compuesta en- intérpretes. La obra está dividida en dos
en Munich, bajo la dirección de Euge- tre noviembre de 1956 y Tíñales de 1958, movimientos: Cantilena y Ditirambo:
ne Jochum, con la Orquesta Sinfónica fue un encargo de la Fundación Kous- scherzo-fuga. Comienza con unas am-
Bávara. Exige una nutrida orquesta sevitzky (¿cuántas magníficas obras no plias frases del clarinete y el vibráfono,
que incluye numerosa percusión, cinco debemos a esta Fundación, a la que to- para continuar con un solo de violín an-
timbales, piano, celesta, mandolina, dos los compositores deberíamos, qui- tes de que comience un impetuoso fu-
etc., y está dividida en dos grandes mo- zá, agradecer y mostrar nuestra gato de la cuerda, al que seguirá una
vimientos: un Adagio y una Toccata va- admiración por su labor con la dedica- segunda fuga para cuerda que nos lle-
riata, las dos de una duración muy toria de alguna obra?), y fue estrenada vará a la culminación del movimiento,
aproximada. El primero es un movi- el 15 de marzo de 1959 por la Orquesta después de lo cual alcanzaremos una
miento bello y reflexivo, cortado por de Alemania del Norte, dirigida por nueva sección, Andante, de la que es
frecuentes estallidos de ansiedad a car- Hans Schmidt-lsserstedt. En ella Hart- protagonista el fagot. Una impresionan-
go de la percusión (y de los teclados), mann emplea una de las orquestacio- te intervención de la percusión, en la
que le dan un tinte creciente, dramáti- nes más nutridas que ha utilizado hasta que los sordos golpes de los timbales y
co. El canto del corno inglés al comien- ahora. Dividida en dos movimientos ti- el bombo abren el corto camino hacia
zo del movimiento, después de una tulados Introducción y Ricercare, y el final, se une a un dibujo casi ostina-
breve introducción del fagot, destaca so- Allegro mesto y Fínate: scherzo virtuo- lo de la cuerda, que servirá de puente
bre el fondo neutro de la cuerda hasta so, como vemos, el último está a su vez de unión con el siguiente movimiento.
que ésta recoge el tema, acompañada dividido en dos claramente diferencia- Ditirambo, que comienza con un Scher-
por los metales, a veces en sordina, y dos, de los cuales, el más importante en zo al que siguen una variación y un fi-
lermina dominando todos los pupitres extensión y contenido (diez minutos lar- nal en forma de fuga. El Scherzo está
hasta llegar al final de esta sección A, gos contra poco más de seis), es el pri- dividido en tres Variaciones: I Moho
en el comas 94, a partir de una culmi- mero. En la Introducción y Ricercare se leggiero; II, Impetuoso-sveglio, y III,
nación de intensidad que nos lleva a una utilizan dos procedimientos formales Confuoco e furioso, las tres con un dis-
sección que vamos a denominar B, ol- diferentes, el de la fuga y el del concer- tinto grado de intensidad dinámica. La
vidando su papel anterior relativamen- tó, disponiéndolos de la siguiente ma- fuga prosigue este crecimienio dinámi-

Scherzo 37
estudio-

co de las variaciones del Scherzo hasta drán una espléndida recompensa pare-
tres trompas, cuatro trompetas, trom-
terminar en un tiempo indicado Muy cida a la que obtuvieron con la difícil
bones, tuba, timbales, percusión, celes-
rápido, salvaje. Ofrenda musical o El Arte de la fuga,
ta, arpa, piano y la cuerda. La obra se
pero esta vez desde una perspectiva con- divide en varias secciones que sería inú-
En esta última sinfonía la compleji- temporánea. til enumerar sin tener el texto del poe-
dad de las formas fugadas que emplea ma. Después de una introducción
Hartmann en ambos tiempos exigiría orquestal que nos lleva hasta el com-
un detallado desmenuzamiento de la pás 155 de la partitura, el barítono co-
partitura, y podríamos encontrar es- Sinfonía cántala mienza el recitado del texto, al que la
pléndidos hallazgos formales. Hart- orquesta acompaña ¡iberamente. En su
mann llega a hacer de la fuga una orquestación Hartmann recurre, con
forma tan perfectamente dominada que » ARA terminar este largo artículo — frecuencia, a efectos instrumentales en
le permite el utilizarla absolutamente in- largura a la que, lo juro, obliga la com- los que no es pródigo en obras anterio-
tegrada dentro de grandes movimientos. plejidad del sujeto—, examinemos, res, tomo, por ejemplo, los sonidos
Otro aspecto que merecería un deteni- aunque sea someramente, la que pue- flalterzungue en la madera y en el me-
do estudio en esta sinfonía (y en otras de considerarse la Novena sinfonía de tal, y procede a una continua variación,
obras de Hartmann, por descontado), Karl Amadeus Hartmann, la titulada consiguiendo sobre una línea melódi-
es su utilización del motivo como célu- Gesangsszene, una especie de cantata ca en la que abundan los deslizamien-
la básica para partir hacía la búsqueda o sinfonía cantata para barítono solis- tos cromáticos de la voz, una partitura
de una temática unitaria, recurso que ta y orquesta basada en la obra Sodo- de una enorme riqueza expresiva, qui-
consigue en esta obra con una rara per- ma y Gomorra, de Jean Giraudoux, zá la más rica que haya compuesto es-
fección y que indudablemente heredó una obra encargada por la Hessicher te gran músico. Pero no pudo terminar
directamente de su maestro Webern e Rundfunk, compuesta entre 1961 y la obra, la orquesta se interrumpe y el
indirectamente, como es natural, de 1963. Como vemos, está un poco a ca- cantante ha de reciiar sólo los últimos
Schónberg. A los lectores que hayan te- ballo de la composición de la Octava. nueve versos. ¿Se confirma con esto
nido la paciencia de seguirme hasta La estrenó la Orquesta de la Hessicher una vez más la vieja superstición de que
aquí por ef no muy fácil camino de la Rundfunk, ridigida por Dean Dixon, y algunos de ellos llegan a la cuarenta y
música de este gran compositor, les pi- fue cantada, nada más y nada menos, uno, otros a la ciento cuatro o se que-
do esa misma paciencia cuando se pon- que por Dietrich Fischer-Dieskau. Or- dan en la cuarta, que también ocurre.
gan a escucharle; que hagan un quesia nutrida con la madera a tres a
pequeño esfuerzo, volviendo a él de la que se añaden el corno inglés, clari-
cuando en cuando y, sin duda, obten- nete bajo y contrafagot, y en el metal Eduardo Rincón

Orquesta Sinfónica
y Coro de RTVE
Temporada 1988-1989

MARZO Dlnctor HAVDN to Creación


Jueves, 2 Árpod Joó SoHitm: Kryszrfao Lobi y Jonel Perry |sopronos|, Martyn Hill (tenor]
Viernes. 3 Manhios Hoelle y David Thomos (bajos |
Coro de RTVE
Jueves. 30 Dtractor YAGÜÍ Sintonía núm. 2 (Gadea]
Viernes, 3 ' Sergiu Comissiono MQZAÍT Concierto poro trompa núm. 4H K. 495 Solkta: J. Vicente Puertos |trompa)
' MAHMS-SCHOENURG Cuarteto niim. I, op. 25
A MIL Director CIRVELIO Concertó Grosso
lENJAMM A m.nd ni vvinter
Jueves, ó David Parry aoUNOD Miso de Sonto Cecilio. SoNitaa: A determinar
Viernes, 7 Coro de RTVE
Jueves, 20 Hractor HA YON Sinfonía núm. 49
Viernes, 21 Arpad Joó MOZAKT Concierto paro piano núm. 25, K. 503. Sallita; Cristina Bruno (piano)
SCHUBEHT Sinfonía núm. °, D. 944

Horario da tos conctortoa.' Ensayo ganwal:


Jueves, a las 19,30 horas Jueves, a las 11,00 horas
Viernes, a las 20,30 ñoras

Taatro Monumental
MADRID

Los conciertos Impares corresponden al Abono A

Los conciertos pares corresponden al Abono B

38 Scherzo
Turner
Música Clásica Genova 5. 28004 Madrid.
Tel:410 44 19

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A MARZO
- reportaje

El Centro de Documentación S.—Pero, hasta cierto pumo, esopa-


sa un poco en todas partes. Tal como
están hoy las cosas, no se puede ir por
la vida sólo con ideas de lo bonito y lo
bueno que sería hacer esto y aquello.
A pesar de tener que sortear constantemente un sinfín de trabas buro- i. T.—Pues, tal vez no, pero yo no
cráticas y problemas presupuestarios, el Centro de Documentación Mu- estoy hablando sólo de ideas bonitas,
sical del INAEM viene realizando desde hace poco más de tres años una sino de cosas concretas y muy concre-
importante labor en el campo del inventario, catalogación e información ías. Ahora que si quiere llevarlo a un
lerreno más general, quizá sí que sea un
del patrimonio musical español. Sobre todo ello nos habla en la entre- poco la tónica de lo que estamos vivien-
vista que sigue a continuación su director, el musicólogo Jacinto Torres. do. Ya casi han conseguido que nos
acostumbremos a eso que llaman prio-
SCHERZO. —¿ Desde cuándo está a de antes, se desarrolla una labor posi- ridades de gestión y que, por lo común,
su frente? tiva y que, al menos entre los profesio- consiste en sustituir la éiiea por la efi-
JACINTO TORRES.—Aunque em- nales, resulta reconocida y apreciada. cacia, pero la situación se hace intra-
pecé a colaborar a finales del 84 de ma- Ya se sabe que, visto desde afuera, to- gable cuando se sustituye la eficacia por
nera asociada, por asi decirlo, mi do parece fácil, pero muchas veces la la sumisión. El problema ya no está en
nombramienlo se produce realmente procesión va por dentro, ¿no es así? funcionar bien o mal, sino en la funes-
tras la constitución del INAEM, a me- J. T.—Sí, en efecto, hemos ceñido ta manía de pensar o disentir; o inclu-
diados de 1985, o sea, hace poco más muchas dificultades y seguimos tenien- so el no decir amén a tiempo.
de tres años y medio. do dificultades. Y cada vez más. Tal
vez, ha habido un error inicial de plan- S—Bueno, dejemos las especulacio-
S—¿Cualera, en síntesis, /amisión nes y hablemos otra vez de nuestro te-
de este organismo? teamiento por mi parte, que ha sido el
intentar suplir con imaginación y con ma. ¿Cómo se plantean los servicios
} . T.—Pues, francamente, nunca es- que ofrece el Centro de Documentación
tuvo muy claro. En su primera funda- creatividad la falta de medios materia-
les y económicos. Esto hace que las co- Musical?
ción, la del 78, se señalan unos
objetivos tan disparatadamente vagos sas funcionen a pesar de las carencias. i. T.—Lo primero que hay que te-
y desmesurados que, como es lógico, Y es muy cómodo para quien tiene en ner claro es que un centro de documen-
nunca llegaron a realizarse, e incluso es su mano esos medios que tú necesitas, tación no es una biblioteca ni un
probable que ni siquiera llegara a plan- porque puede permitirse negártelos a archivo, aunque lógicamente deba te-
tearse seriamente su realización. En su sabiendas de que vas a seguir en la bre- ner libros de consulta y documentos de
segunda fundación, la del 85, el Decre- cha. Pero es agotador, aniquilador; se referencia. Pero seria insensato compe-
to remite a posteriores normas que es- puede hacer una vez, dos veces, pero tir con los organismos de esta natura-
pecifiquen sus funciones, niveles y no se puede mantener así permanente- leza que existen en España, muchos de
competencias, pero esas normas nun- mente. Y no vale alegar ignorancia, ellos excelentes y que poseen abundan-
ca se han materializado y no parece es- porque son innumerables las notas que tes y valiosos fondos musicales: Biblio-
tar en el ánimo de los responsables del llevo escritas y enviadas a los respon- teca Nacional, Biblioteca de Cataluña,
INAEM materializarlas. Hay, sí, una sables del INAEM, explicando la situa- Archivo de Compositores Vascos, Bi-
alusión en dicho Decreto al «inventa- ción con toda clase de razonamientos. blioteca Musical Mu iiic i pal de Madrid,
rio, catalogación e información del pa- Y no sólo es eso, hay más cosas, mu- Biblioteca del Real Conservatorio y
trimonio nacional musical», pero eso, chas más cosas..., pero deberá perdo- tantas otras, oficiales o privadas. Un
o se traduce en un buen montón de mi- narme que no sea ahora más explícito. centro de documentación no debe ser,
llones de presupuesio, que jamás han S.—Sí que debe haberlas, porque, se- pues, un depósito de fondos primarios,
existido, o es pura música celestial. gún se dice, ha llegado a presentar la sino un lugar de gestión de informacio-
S.—De acuerdo, pero, lo cierto es dimisión. nes secundarias; lo que interesa no es
que el Centro de Documentación Mu- i. T.—Mire, para empezar, no tiene tanto el objeto como la información
sical está funcionando, da un servicio, sentido que yo me tire el farol de decir que se desprende de él; no importa tan-
realiza actividades, publicaciones, etc. que pongo mi cargo a disposición del to la posesión de materiales como la
i, T.—NaturaJmente; si no es para Director General, puesto que, al haber- gestión de los datos y las informacio-
que funcione, ya me dirá qué pinto yo me nombrado él, lo tiene a su disposi- nes que esos materiales reportan. Asi
aquí. Quien me conozca algo sabe que ción en todo momento, tanto si yo se lo hemos planteado desde el principio
no sirvo para estar cruzado de brazos lo digo como si no. Pero, én efecto, de- y por eso nuestros primeros trabajos
esperando instrucciones; de manera que bo reconocer que ha habido momentos han ido orientados a censar, a difun-
me puse a trabajar con lo que había..., extraordinariamente difíciles; los pro- dir una serie de recursos: personas, en-
que era prácticamente nada. Quizá de- blemas, las carencias, en lugar de so- tidades y actividades de iodo tipo.
ba insistir en el hecho de que ni soy un lucionarse se han ¡do acumulando; y no Quién es quién y qué cosa es qué cosa
burócrata con ambiciones de hacer ca- me refiero sólo a las cuestiones pura- en la música española de hoy. Hay,
rrera en la Administración ni tengo la mente maieriales, con ser tan graves. además, colaboraciones e intercambios
más mínima aspiración política: soy un Se puede sufrir la marginación, la des- con diversas instituciones y, desde este
musicólogo y un documentalista, un confianza, la distancia y lodo lo que tú mismo mes, acogemos a postgraduados
profesional que sabe hacer un trabajo, quieras, pero desde un punto de vista en prácticas de ciencias de la informa-
que le gusta hacerlo y que cree que eso profesional no parece razonable preten- ción y documentación.
es útil para la comunidad. Por eso der un funcionamiento permanente ba- S.—¿Qué publicaciones —que es
acepté gustoso e! desafio sin preocupar- jo mínimos; y no me refiero sólo a las acaso lo que más se ve— se han rea-
me de asegurar ninguna garantía (bue- cuestiones puramente materiales, con lizado?
no, por eso y porque era absolutamente ser tan graves. Pero, en fin, tal vez lo J. T.—Sin duda, como usted dice, es
ignorante de ciertas reglas y ciertas ex- más sensato sea esperar y ver qué vo- lo que más se ve, pero el centro lam-
cepciones). luntad hay de ir encontrando solu- bién se ocupa de muchas cosas que no
S.—En cualquier caso, y vuelvo a lo ciones. se ven. Una buena parte del trabajo va

40 Scherzo
-reportaje

destinado al propio INAEM y a otros el único que reúne las condiciones que tores, intérpretes y personalidades que
organismos de la Administración: in- exige la IAMJC. En las Jornadas de Es- han protagonizado esa etapa histórica
formes, resúmenes, datos de todo ti- tudio sobre Documentación Musical que se nos ofrece de principio a fin.
po... Y otra parte se orienta al público; que se celebraron en Cádiz a finales de Con independencia del valor artístico
no solamente al erudito o investigador, 1986, a las que fueron invitados los di- de las fotografías, que pasan del millar,
sino también al intérprete, al estudian- versos centros existentes en España, así se trata de un corpus documental de ex-
le, a! comerciante, al aficionado... Una como los representantes de las Comu- traordinaria coherencia y de muy gran
parcela de esta labor, no necesariamen- nidades Autónomas, se encomendó al valor testimonial.
te la más importante, es la de las pu- Centro de Documentación Musical del S.—El cierre del Teatro Real ha sig-
blicaciones. Lo primero que hicimos INAEM la representación nacional. nificado el reciente traslado del Centro
fue una especie radicalmente austera de Presentamos nuestra candidatura el a una nueva sede. ¿En qué medida es-
libro blanco de la música en España, año 87 en la asamblea de Amsterdam to perjudica o beneficia a los servicios
un censo, un catálogo de recursos mu- y, tras los informes pertinentes, a fina- que ofrecen?
sicales. Hemos iniciado otra línea de les del 88, en Estocolmo, se tomó el J. T.—Al disponer de más espacio,
publicaciones, y puedo decir sin falsa acuerdo unánime de recibirnos, como hemos habilitado unas salas para los
modestia que con bastante éxito, que miembro de pleno derecho en este or- usuarios en las que, además de los fi-
es la recuperación de textos clásicos, y ganismo internacional. cheros y obras de referencia, existen pu-
lo hacemos procurando no interferir ni
entrar en el terreno de nadie, pues ahí
están desde hace más de un siglo para
quien se interese por su edición. Den-
tro de este epígrafe, tan importante pa-
ra la historiografía y la documentación
musical española, la primera publica-
ción ha sido una edición facsímil del
Diccionario Biográfico Bibliográfico de
Músicos Españoles, de Baltasar Saldo-
ni, fuente esencial de consulta a pesar
de los errores propios de una obra de
nuestro romanticismo tardío. En esta
misma línea se sitúa la edición que ac-
tualmente preparamos, en este caso no
facsímil, sino traducida del francés, de
la Historia de la Música, de Rafael Mit-
jana, escrita con destino a la Enciclo-
pedia del Conservatorio de París que
dirigiera Lavignac. Redactada a prin-
cipios de siglo, es la primera historia de
la música española, en la que se perci-
be la huella de nuestras primeras gene-
raciones de investigadores .serios, como
Eslava, Barbieri y Pedrell. Mantiene en
buena parte su vigencia y, sobre todo,
aporta un excelente resumen de nues-
tro XIX. Naturalmente, al igual que la
obra de Saldoni, saldrá acompañada de
Jft
extensos índices que, sin tocar ni un
punto ni una coma del original, facili- Jacinto Torres
ten su uso. S.—¿A qué obliga este nombra- pitres de trabajo con lectores de
S.—La labor del Centro de Docu- miento? microfilmes y microfichas, teclados
mentación Musical también es conoci- J. T.—Se celebra una asamblea electrónicos para la consulla de parti-
da fuera de nuestras fronteras. anual en la que cada país expone sus turas y un terminal de ordenador para
Hablemos del espaldarazo recibido ha- aportaciones, además de unas sesiones acceder a nuestra base de datos y a los
ce poco en Estocolmo. de discusiones técnicas. En nuestro ca- fondos bibliográficos. Existe, asimis-
J. T.—Ha sido algo realmente im- so debemos servir también de portavoz mo, un pequeño laboratorio fotográ-
portante. En el Consejo Internacional de los demás centros de documentación fico y quisiéramos poner pronto en
de la Música, en la UNESCO, se inte- que hay en España. marcha los servicios de audio y de vi-
gran una serie de secciones de actividad S.—No hace mucho se ha produci- deo. Habrá que ver si se resuelve el
profesional; una de ellas es la Asocia- do otra noticia en relación con la am- asunto de las dotaciones para adquisi-
ción Internacional de Bibliotecas y Cen- pliación de los fondos del centro. ción de equipos, porque la verdad es
tros de Documentación, que tiene una J. T.—Efectivamente, y se trata de que nos falta de casi todo menos ganas
rama profesional especifica: la IAMIC, un material especialmente valioso: el de trabajar, ideas y proyectos, proyec-
International Association of Music In- archivo fotográfico de Gyenes, referi- tos perfectamente definidos y a punto
formation Centres. Esta asociación do a la etapa del Teatro Real de Ma- para empezar a andar, pero todo de-
constituye un grupo de proyección drid como sala de conciertos. Es por pende de cómo vayan las cosas con la
mundial del que España se encontraba tanto una documentación cerrada, ho- superioridad de cuáles de esos proyec-
ausente. No somos afortunadamente el mogénea, de un periodo de 22 años en tos reciban luz verde.
único centro de documentación musi- el que la cámara de Juan Gyenes retra-
cal que existe en nuestro país, pero sí ta, concierto tras concierto, los direc- Arturo Reverter

Scherzo 41
vladimir ashkenazy
el músico completo

K\( H\l WIMft


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( m i l H4flñELI

BEETHOVEN
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U._LJ I i U Ik
¿TCHUMAW VLADIMIR ASHKENAZY SYMPH0N1E
T i Ó PH]LH-\RV,(JM.\™
VLADIM1R A "
HKENAZY
. s^r-^-.r ,l.t,n<;\w<,,twu<f . IJ,

A ««travisto

Wladimir Ashkenazy,
o nadie es perfecto

Lja conversación que se transcribe en las siguientes páginas tuvo lugar el pasado 12 de
enero, en el Hotel Edén Maspalomas de Gran Canaria, durante el segundo día de actuación
de la Royal Philharmonic de Londres en el V Festival Internacional de Música de Canarias,
al que la orquesta británica acudió con su actual titular, el pianista y director Wladimir
Ashkenazy. Varias personas intervinieron decisivamente para que esta charla pudiera
llevarse a cabo, y es justo agradecer desde aquí su interés: Rafael Nebod, director del
Festival canario; Alfonso Aijón, empresario responsable de la gira española del conjunto; y,
muy en especial, Didier de Cottignies, de Decca Records Ltd., que tramitó, día a día y hora
a hora, esta entrevista con el propio Ashkenazy. Esta conversación fue grabada por los
equipos de Radio Nacional en Las Palmas, con Vicente Torres como ingeniero de sonido,
con destino a Radio 2 y al programa El mundo de la fonografía, para su emisión en el mes
de marzo del año en curso; la dirección de Radio 2 ha autorizado la publicación previa de
la transcripción en esta revista.
Wladimir Ashkenazy, nacido en Gorki en 1937, es un personaje complejo. Músico
sobresaliente, cuya actividad pianística es sobradamente conocida y apreciada
—Premio Reina Isabel en el 56, Premio Tchaikovsky en el 62, innumerables grabaciones y
actuaciones por todo el mundo—, Ashkenazy afronta en estos días una carrera como
director de orquesta que absorbe la mayor parte de su tiempo; tras haber sucedido a André
Previn como Director Artístico de la Royal Philharmonic, en 1987. a fines de este 1989
tomará también el relevo de Riccardo Chailly en la titularidad de la Sinfónica de la Radio
de Berlín. De hablar suave y pausado, con aspecto de sabio distraído, Ashkenazy cautiva a
las orquestas por su trato de artista que no se da importancia alguna; a la vez —como
ocurriera la misma tarde de la entrevista— puede mostrarse autoritario, quizá caprichoso,
para exigir que se cancele un contrato de grabación televisiva al no hallarse en vena a la
hora de la filmación, para —la otra cara de la moneda— pedir disculpas, tras el incidente,
a todo el equipo de registro por «los problemas que hubiera podido causar». El mismo lo
dice, cuando cita a Billy Wilder y Some Like ¡1 Hot: «Nadie es perfecto». Ashkenazy, esta
«buena persona difícil» —descripción de uno de sus músicos—, tiene la palabra.

Scherzo 43
entrevisto

CHERZO. — Usted fue alumno en Moscú de teníamos allí a un excelente grupo de músicos, y ahora mis-

S
Lev Oborin, que a su vez había sido alumno de mo el festival se manliene a un nivel artístico muy alio.
Igoumnov, que lo fue de Siloli, es decir, una S.—Usted ha cultivado la dirección de orquesta desde fi-
escuela rusa del leclado distinta de la de Neu- nales de los años 70, hasta el pumo de que las nuevas gene-
haus, el maestro de Richter, Gile/s o Lazar Ber- raciones de melómanos acaso le conocen más en esta faceta
rnan. ¿Significó algo para usted el trabajar en que en la de pianista. En la actualidad, con la Roya) Phil-
una escuela diferente de la de esa rama de pia- harmonic como titular, con la Sinfónica de la Radio de Ber-
nistas? lín en ciernes y con frecuentes invitaciones en Cleveland, cabe
ASHKENAZY.—Bien, verá, yo no soy un experto en las preguntarle cómo se las arregla para sobrevivir. ¿ Qué ha si-
escuelas pianísticas. Sé que Neuhaus era una personalidad do del pianista Wladimir Ashkenazy?
importante, un gran artista, y pienso que también fue inte- A.—¡Bueno, todavía toco mucho, y a menudo! He limi-
resante recibir algunas de sus lecciones; probablemente Obo- tado más mi trabajo con ciertas agrupaciones: pof
rin era distinto, pero esto se relaciona con la personalidad: ejemplo, ya no colaboro con la Orquesta Philhar-
dos personas disiintas trabajan de modo diferenie. Pero la monia, porque, además, en Londres no se
verdad es que no puedo comentar mucho acerca de estas dos puede trabajar con otra orquesta cuan-
escuelas, incluso le diría que no estoy muy interesado en el
tema; sólo sé que dos personalidades fuertes tienen ideas di-
ferentes, y ambos eran fuertes personalidades. Oborin era,
por otra parte, profesor de piano exclusivamente, y con él
no se veían otras materias. Otros profesionales se ocupaban
de la música de cámara, o de música orquestal... aunque es-
to último era mejor prepararlo uno mismo, si se estaba inte-
resado. Con Oborin sólo trabajé el repertorio pianístico,
ninguna otra disciplina. En el Conservatorio, eso si, había
una clase de música de cámara, a la que estábamos obliga-
dos a asistir: allí toqué lama música de cámara como cual-
quier oiro estudiante del centro.
S.—En 1956 ganaba usted, a los 19 años de edad, el Pre-
mio Reina Isabel; sin embargo, dejó pasar seis años hasta
que se presentó al Concurso Tchaikovsky de Moscú, en 1962,
que también ganó. ¿Por qué dejó transcurrir ese lapso de
tiempo?
A.—Yo no estaba interesado, en absoluto, en el Concur-
so Tchaikovsky, pero las autoridades soviéticas me obliga- Sol»
ron a presentarme: me dijeron que si no actuaba en el
Tchaikovsky podía dar mi carrera por terminada, así que fue
un ultimátum, o más exactamente, un chantaje. Bueno, SK
podía haber dicho que no, siempre se puede, pero las conse-
cuencias habrían sido desastrosas; como acabo
de decir, de no haber concursado, ellos
habrían cortado mi carrera en seco, para
siempre.
S.—Aunque usted reside actualmente en
Suiza, según creo, se instaló en Londres en
1963, y desde 1968 ha tenido pasaporte is-
landés, ha vivido en Reykjavik.
A.—Sí, es cierto, y sigo siendo islandés.
S.— Supongo que no le importará que al-
guien de un país mediterráneo le pregunte qué
ha encontrado un hombre cosmopolita como
usted en Islandia.
A.—(Riendo, mientras asiente con la cabeza)
¡Oh, Islandia es un país muy especial! Por su geo-
grafía, por su geología, por su hermosa natura-
leza: sus paisajes son muy singulares, fuertes,
desolados... hermosos, a mí me encanta estar allí.
No se parece a Finlandia, como a veces se dice,
no, no: es algo único, completamente único, no se do eres titular de una, y yo ahora
parece a ninguna otra parte del Norte de Europa. estoy vinculado a la Royal Philharmo-
En Reykjavik creé un festival de música, que he dirigi- nic. Ahora mismo mi tiempo se divide entre
do durante bastantes años, aunque ahora me confor- esta orquesta, la Sinfónica de la Radio de Berlín y
mo con ser su presidente honorario; trabajé mucho la de Cleveland, donde hago cuatro o cinco semanas de
al comienzo, e invité a muchos artistas, que venían a conciertos al año, acompañadas de grabaciones... Cierta-
tocar por emolumentos más simbólicos que otra cosa, ya mente es mucho, lo sé, pero es el tipo de vida que me gus-
que en el festival teníamos muy poco dinero. No era, des- ta, y lo disfruto.
de luego, una versión islandesa del festival de Marlboro S.—Todo esto que cuenta me recuerda un poco la capaci-
en la época de Casáis, no, era otro tipo de organización. Pe- dad asombrosa de Daniel Barenboim para hacer muchas co-
ro creo que fue muy bueno para el país, porque cada dos años sas a la vez.

44 Scherzo
entrevisto

A.—(Agitando la mano en signo de admiración) ¡Bueno, S. —¿ Hasta dónde se puede llegar en esta linea de actuar
Daniel es una personalidad increíble, yo lo admiro mucho! sin director? Quiero decir que locar y dirigir a la vez un Con-
Ahora no tenemos muchos proyectos para hacer juntos mú- cierto de Brahms parece yo imposible...
sica de cámara, porque «Danny» tiene ahora, mismo muchos A.—(Abriendo los brazos, en gesto dubitativo) Pues... todo
problemas con esa nueva Opera de París, la de la Bastilla, es posible, no crea. De hecho, hace poco, como experimen-
que ha tratado de organizar... Hemos colaborado mucho en to, interpreté el Finale del Concierto en Re menor de Brahms,
el pasado, en las series del South Bank en Londres, hemos dirigiendo y tocando, para la BBC, en un programa de tele-
grabado los Conciertos para dos y tres pianos de Mozart... visión. Y salió muy bien, sin problemas: yo creo que todo
y hace [res o cuatro años «Danny» me pidió que participara es posible, siempre que pueda usted contar con una orquesta
en sus series de música de cámara en la Orquesta de Paris, de primera clase y con tiempo para ensayar, y también con
hicimos La consagración de la primavera en versión a dos un repertorio conocido,.. Brahms, en este sentido, no supu-
pianos, pero en los últimos tiempos sólo hemos trabajado so problema alguno. Desde luego, si avanza usted más, den-
juntos esporádicamente... tro del repertorio romántico, la cosa será cada vez más difícil,
S.—No sé si por seguir los pasos de Barenboim, pero us- porque es más complejo escuchar todo lo que está pasando,
ted ha grabado el año pasado los cinco Conciertos pianísti- seguir la línea del piano cuando cada vez hay más notas y
cos de Beethoven en Cleveland, en el doble papel de solista tas texturas son más densas, todo lo cual incrementa la difi-
y director —como Barenboim ha hecho en Berlín—,• usted cultad.
ya había llevado al disco estas obras, sólo como pianista, con S. —¿ Cómo tomó la decisión de pasar de dirigir, desde el
Soltiy la Orquesta de Chicago. ¿Qué le ha supuesto esta nuevateclado, los Conciertos de Mozart, a abordar Vida de héroe
experiencia? de Strauss o Cinderella de Prokofiev? ¿Qué le hizo pasar al
A.—¿Tocar sin director, quiere decir? Bueno, como to- papel de director al uso?
das las cosas tiene sus ventajas e inconvenientes, pero, fun- A.—Es una decisión que nunca lomé abiertamente, no hu-
damentalmente, lo he pasado muy bien: hay, si, algunos bo nada, ninguna obra, que me hiciera decir: «Quiero diri-
momentos que plantean una cierta dificultad al no haber di- gir», ni tampoco ha habido nada que me haya impulsado de
rector... pero que son posibles de realizar... forma directa a ello, nunca he buscado dirigir. Debo decir
S.—¿En el Emperador, quizá? que nunca he tenido un impulso en pos de la dirección o, ¿có-
A.—No... Bueno, un poco, pero no demasiado... Básica- mo se lo diría?, es que... Es que siempre me pareció tan com-
mente todo va derecho, sólo en dos o Ires pasajes, para con- plicado dirigir que nunca pensé que me lanzaría a hacerlo,
certar a la orquesta, he tenido que dirigir moviendo la cabeza, pero, de alguna manera, los acontecimientos me llevaron ha-
pero con una orquesta ian buena no es difícil hacerlo. En cia la dirección, ha sido un poco... como mi destino, mi si-
concierto lo he hecho ya dos veces, con Cleveland y con la no... pero nunca decidí deliberadamente: «Ahora me loca
Philharmonia, y ha sido muy agradable... /Riendo, con una dirigir y lo voy a hacer», no, no soy de ese tipo de perso-
palmada) ¡Todos lo pasamos muy bien! ¡No, de veras, fue nas... (Pausa de unos segundos, medita las palabras que va
muy agradable! a emplear) ...No soy (an arrogante, no he pretendido decir

ORQUESTA DE PORTO
PORTUGAL
Director Musical Jan Latham-Koenig
El Gobierno.de Portugal está patrocinando la
formación de una Orquesta de nivel internacional.
La Orquesta tendrá como base la ciudad de Pono e
iniciará sus actividades el 1." de Octubre de 1989.
AUDICIONES
para lodos las categorías en tas secciones de:
CUERDAS
MADERAS
METALES
• EXCELENTES SALARIOS INTERNACIONALES •

Las Audiciones tendrán lugar en:


Lisboa: 6, 7, 9, 10 Abril de 1989
Londres: 22-24 Abril de 1989
Amsterdam: 25-26 Abril de 1989
Frankfurt: 27-29 Abril de 1989
Viena: 30 Abril y 1." de Mayo de 1989
Inscribirse con una corla en inglés, incluyendo su
Curriculum Vilae, dirigida a:
Cnpcvint toiKtrt Manafenmil, Lid., o Siifonii,
IW HsnnwJ Slrttl, Av. MigDH Bombirdl. 1-1.°
London NVU SDS, Bolsín, 1000 Lisboa, Piirlugal,
I d . 482 527!, F « : 2Í4 ISW Td.; 73 67 37, Fa>: 7UT Tí.
Para cualquier información ulterior, escriba a una
Wladimir Ashkenazy con Daniel Burenboun y tou Ti 'ung en el Con- de las dos direcciones indicadas.
cierto para 3 pianos de Mozart.

Schcrzo 45
entrevisto

que iba a aprender a dirigir de la noche a la mañana, no... las grabaciones, una por una. Sí tomé una decisión propia
pero, poco a poco, he ido aprendiendo... en cuanto a Luonnotar, que es una pieza fantáslica, sobre
S. —Si me permite esta observación, cuando se le ve diri- la creación del mundo, y pedí grabarla con Elisabeth Soders-
gir se advierte una técnica bástanle heterodoxa, pero que, sin tróm. Y, aunque no me acuerdo ya muy bien de la graba-
embargo, genera resultados sonoros. ¿ En qué medida puede ción, también insistí en lener En saga, que es una página que
estar ello relacionado con ¡a excelente relación personal que me gusta mucho: acaso un poco temprana dentro de la evo-
usted crea con los instrumentistas de las orquestas? lución de Sibelius, pero que encierra ya todo el gran Sibelius
A.—Pues... no lo sé. no puedo comentar nada sobre este posterior.
punió... S.— Volviendo al piano, usted realizó, en los años 60, una
S.—Uno de los primeros pasos del director de orquesta gran interpretación discográfica de la Sonata Hammerkla-
Ahskenazy fue un interesante ciclo sinfónico de Jean Sibe- vier de Beelhoven; algunos años después, le oí comentar en
lius que usted llevó al disco y al condeno con la Orquesta un programa de ta BBC que no se hallaba del todo satis/e-

lunca
he buscado
dirigir,
siempre me
pareció
tan
complicado.
Nunca pensé
que me
lanzaría
a hacerlo
Philharmonia. Hay en su interpretación de esta música un choconesa versión y, efectivamente, la volvió a grabar. ¿Có-
setnido de la naturaleza, si me acepta esta expresión, que re- mo fue ese proceso interpretativo?
cuerda tanto a las legendarias versiones de Kajanus como a A.—Proceso... (Con deje irónico} Yo lo llamaría un pro-
las más modernas de Rozhdestvensky. ¿Quéle llevó a la de- ceso ordinario... No, mire, me sentí a disgusto con la prime-
cisión de interpretar estas obras, además del profundo afec- ra grabación, volvi a estudiarla y traté de tocarla mejor, es
to que evidentemente siente usted por ellas? tan simple y ordinario como eso.
A.—Pues... pasa lo mismo que antes, que tampoco hubo
una decisión premeditada. Yo hablé con mi compañía de dis- S.—¿Hay, para usted, algo de especial en esta obra?
cos, cuando decidimos que yo empezara a grabar obras co- A.—¿Algo especial? Bueno, usted lo sabe tan bien como
mo director, y discutimos varias piezas de música: el yo, la Hammerklavier es una sonata muy fuera de lo corriente,
repertorio que ellos deseaban más tener en catálogo era Si- y no creo poder decir algo nuevo sobre la materia... aparte
belius, y a mí me pareció muy bien. Yo había escuchado va- de tocar la pieza (Riendo/. Es una obra muy larga, muy com-
rias de las Sinfonías, pero me las i uve que ir estudiando para pleja, con un largo tiempo lento y una Fuga increíblemente

46 Scherzo
entrevisto

compleja, llena de energía, ¡y también con una derla suerte se marcó. Pero, como le digo, no me atrevo a hacer predecir
de improvisación inierna! Es una obra difícil desde muchos cómo podrían haber sido unos Conciertos n." 28 o 29, pero,
puntos de vista, y no sólo pianísticos: no sé, siquiera, si es en cualquier caso, serian una revelación, de eso estoy seguro.
posible conseguir una interpretación satisfactoria, que haga S. —Me gustaría pasar a una música completamente dis-
justicia a todas sus facetas conjuntamente. Es que esta mú- finta, la de Shostakovitch, que usted ha comenzado a grabar
sica... (Se queda callado durante unos instantes, aprieta las en términos orquestales con la Roya! Philharmonic —la Quin-
manos)... es una de esas músicas que no imporla cuánto tiem- ta Sinfonía y los Cinco fragmentos, Op. 42—; durante esta
po reflexiones sobre ella ni cuánto esfuerzo le dediques, ¡nun- gira interpreta usted la Novena Sinfonía, que acaba de gra-
ca es suficiente!, porque esta música, en cierto sentido... no bar. ¿ Tuvo oportunidad de conocer en persona a Shosla-
debería ser tocada, sólo pensada, porque, desde el momento kovitch?
en que la tocas, en que la materializas, algo se pierde...
S.—Otro mundo seria el de los Conciertos pianísticos de A.—Si... pero no tuve ocasión de tratarle, sólo coincidí
Mozart, a los que Paul Henry Lang o Robbins Landon con- con él unas pocas veces, asi que no puedo decir que le cono-
ceden casi más importancia evolutiva que a las óperas de es- ciera muy bien en el terreno personal. Creo que alguna vez
teautor. ¿Cree que Mozart, de haber vivido veinte años más, me escuchó tocar... Y como persona... Bueno, ya le digo que
habría terminado escribiendo algo parecido, por ejemplo, al no tuve oportunidad de tratarlo mucho, pero el hombre que
Concierto en Re menor de Brahms? usted veía era un tipo muy nervioso de persona: su vida fue
A.—No, no lo creo, pienso que habría coniinuado en la muy difícil, ya que él sufrió mucho con la actitud oficial ne-
misma dirección, quizá con una mayor introversión; pero con gativa, y no es fácil, desde luego, para un hombre con la mag-
un genio de ese calibre siempre es peligroso especular, ¿sa- nitud de talento funcionar a gusto en un estado totalitario,
be?, los medios de desarrollo del talento de lo que yo llamo ¿sabe usted?, pero, de alguna manera, él tendió una via que
un genio son imponderables para la gente ordinaria como no- le permitiera extraer lo mejor de si mismo. Era una persona
sotros, asi que sería tonto, o ridículo, por mi parte, predecir muy compasiva, y muy amable, también muy nervioso, y yo
hacia dónde habría ¡do Mozart. Pero, aún así, juígando por creo que esencialmente... ¿cuál seria la palabra?, quizá in-
sus modos de expresión y por el tiempo histórico en que vi- trovertido... Creo que tuvo una vida muy trágica...
vió, me cuesta imaginar a Mozart arribando a los mismos S.—Es curioso comentar con personas provenientes de la
modelos de expresividad de Brahms, incluso de Beethoven; Unión Soviética la credibilidad o no del libro Testimonio de
creo que permanecería en su misma área expresiva, pero con Solomon Volkov. ¿Se halla usted entre los que niegan toda
importantes diferencias dentro de los límites que él mismo credibilidad al libro, los que conceden a la obra un cincuen-

Scherzo 47
entrevisto

Arriba (Izqda.i: Con Barry íuckwei! e llzahk Perítnun. en 1968, en el Brtihms Horts ¡rio. (DchaJ: Con Kontl'tishtn, en 1963, durante
la grabación del Concierto para piano N." 2 de Rachmaninov. Abajo (Izqtlaj: Con Lonn Maazel en 1963. ¡Dcfta.J: Con Malcolm Frager
en 1964,

la por ciento de veracidad o los que la aceptan in loto, aun es más bien poco saiisfactoria, creo yo: hay mucho material
admirándose de que Shosiakoviich pudiera contarle lanías repetitivo, y parte de ese mismo material no es muy atracti-
historias al Sr. Vo/kov? vo desde el punto de vista temático, ¿me comprende?, pero
A.—Bueno, es un tema sobre el que no puedo pronunciar- esio, al menos para mi, no es tan importante, ¿sabe?, por-
me, aunque, por lo que yo conozco, e! libro es sustancial- que, ¿cuántas obras maestras hay que son imperfectas? Lo
menie verídico, por lo menos en lo que hace a los hechos que yo aprecio es la validez de esta pieza, lo que tiene de úni-
básicos, generales. co corno obra, y creo, en términos de lo que es la produc-
ción global de Tchaikovsky, que se trata de una página muy
S.—Usted parece sentir un gran aféelo hacia una página especial, desacostumbradamente oscura, desacostumbrada-
de Tchaikovsky que oíros maestros no tienen en muy alia con- mente lóbrega —para lo que es la música de Tchaikovsky—,
sideración: me refiero a Manfred, que suele interpretar con y tiene esa peculiar dimensión, también infrecuente, con esa
frecuencia. especial expresividad, desde luego una expresividad trágica;
A.—¿Y cómo es que hay gente a quien no le gusta? A mí porque Tchaikovsky es, a menudo, dramático, pero no tan
siempre me ha gusiado, pese a que no es una obra maestra, a menudo trágico, y esla pieza lo es de arriba abajo, y creo
es una partitura muy imperfecta, sobre todo en la forma, que que por eso la aprecio en especial, aunque no pretendo decir

48 Scherzo
•ntrcvisto

que sea una obra maeslra: la Quima Sinfonía es una obra


maestra, puede que la Sexta lo sea en cierto sentido. Romeo
y Julieta sí lo es, sí que es una obra casi perfecta. CURSO DE TÉCNICA
S.—Me guslaría que nos hablara de su orquestación de E INTERPRETACIÓN
Cuadros de una exposición de Mussorgsky, efectuada hace
algunos años y que grabó con la Philharmonia: después de MUSICAL
Ravel, Henry Wood, Stokowski, Leo Funtek, Waller Goehr
o Howarth, Ashkenazy; ¿por qué abordó el trabajo de una Profesores del Royal College
nueva orquestación de los Cuadros?
of Music de Londres
A.—Pues... porque la compañía de discos me lo pidió.
(Pausa, luego divertido) ¡Si, en serio! ¿Lo ve? ¡Otra vez! No, IX Festival Internacional
pero, en serio, si yo no hubiera tenido un sentimiento favo-
rable hacia la obra, que he tocado mucho al piano, pues ha- de Música de
bría dicho que no; pero el caso es que yo tenía unas ciertas Torroella de Montgrí
ideas acerca de los colores de la obra, así que me dije: «¿Por 16-31 de agosto de 1989
qué no?», y la verdad es que disfruté mucho con ese traba-
jo. Yo me imaginaba todo lo mal que lo podía hacer, ¡que
era mucho!, pero al final... pues creo que con la mayor par- CONVOCATORIA DE BECAS
te del trabajo estoy contento; no con lodo, desde luego, ya otorgadas por la
que no soy un maestro de la orquestación, pero fue, en con- FUNDACIO CAIXA DE CATALUNYA
junto, una experiencia muy interesante y lo pasé muy bien.
Claro es que conozco otras orquestaciones de la obra, creo El curso se basará en clases magistrales y talleres de mú-
que todas. Desde luego yo no pretendo decir que la mia es sica de cámara. Se impartirán las especialidades de vio-
la mejor: sólo refleja la forma en que yo oigo la obra, sus lln, viola, violoncelo, flauta, clarinete, oboe, fabot y
colores, su expresión; no me siento capacitado para comen- percusión.
tar las otras versiones de la obra... Aunque sí le diré que la El director del curso será Rodney Friend, doce años con-
orquestación de Ravel me parece increíble, porque él era un certino de ta London Philharmonic Orquestra, cuatro con
gran maestro de lo orquestal, y no hay en su versión el me- la New York Philharmonic Orquestra y, desde hace ocho
nor desliz; mi única reserva acerca de Ravel es la duda que años, de la BBC Symphony Orquestra y profesor del Ro-
tengo de si él llegó a entender verdaderamente lo que Mous- yal College of Music de Londres.
sorgsky quería decir con su obra. De eslo último no esroy El claustro de profesores estará formado por maestros del
muy seguro: Ravel era, de por si, un genio, y a menudo no Royal College of Music de Londres. Una selección de
es fácil para un genio comprender a otro genio; lo cual es alumnos formará parte de la orquesta del curso.
bastante natural, porque la personalidad propia es tan fuer- Para participar se otorgarán 80 becas, que incluyen los
le, y el desarrollo interno tan grande, que no resulta sencillo gastos del curso y la estancia, a estudiantes de música
adaptarse a otra fuerte personalidad. Así que, aunque la or- de grados medio y superior.
questación de Ravel es absolutamente increíble, no estoy se- Los interesados en obtener estas ayudas, deberán enviar
guro de que sea fiel a Moussorgsky. a la FUNDACIO CAIXA DE CATALUNYA (La Pedre-
ra. Passeig de Gracia, 92, 3.BI 1. a . 08008 Barcelona) un
S.—¿Alguna vez ha dirigido ópera, o tiene intención de curriculum y una grabación en cinta cassette de dos obras
hacerlo, quizá con Boris Godunov o Khowantchina? pertenecientes a cualquier período musical, de una dura-
A.—No, no creo, no me interesa la ópera. Y, sobre esas ción máxima de 5 minutos cada una.
obras, estoy convencido de que hay mucha gente que lo hace El plazo de entrega de esta documentación finalizará el
muy bien. ¿Sabe lo que ocurre? Que en la ópera me pertur- próximo 30 de abril.
ba que haya tanto canto, ¡y encima durante varias horas! La decisión del jurado, formado por los profesores del Ro-
(Riendo, con expresión de niño malo que está diciendo una yal College of Music de Londres, se les comunicará a los
barbaridad) No, mire, escucho muy a gusto un buen canto, interesados antes del 30 de mayo.
unos Lieder, ciertos ciclos de canciones en los que hay una
expresión importante a través de una duración de tiempo de- Organiza:
terminada... Pero cuando todo es canto, y canto, y canto,
y canto (con soniquete), y todo tiene que ser cantado, para Joventuts Musieals de Torroella de Montgrí. Tel. (972)
mí la cosa se vuelve monótona y aburrida, tengo la sensa- 75 83 96.
ción de que nada de eso es necesario para el teatro: prefiero
directamente el teatro, Shakespeare, o algo así... Patrocinan:
Yamaha
S.—¿Admira el director Wladimir Ashkenazy a otros di- J. Jorquera
rectores, del presente o del pasado? Ajuntament de Torroella de Momgri
A.—¡Oh, si! Admiro a muchos músicos en general, no los Diputado de Girona
sé dividir entre directores, cantantes o instrumentislas, lo que Ministerio de Cultura. Instituto Nacional
me importa es lo que tratan de expresar. Admiro a mucha de las Artes Escénicas y de la Música
gente, el mundo está lleno de artistas, ¿sabe?, mucha gente, Generalitat de Catalunya. Departament de
gente que puede ofrecer diferenies facetas, diferentes ángu- Cultura
los de expresión, de forma convincente... aunque, ya sabe
la frase, «nadie es perfecto», asi que hay gente para lodo...
rUNDACI Ó CAIXA DE CATALUNYA
José Luis Pérez de Arteaga
Scherzo 49
STÜ •/NOVEDADES
BRAHMS
THE TWO CELLO SONATAS
O1E ZWEt CELLOSONATEN
1.E5 OEIJI SOMATES«JOS VKKONCELLE
PAUL TORTEUER
MARÍA DE LA PAU

7SM22 2 7 630212
J 7886702

7S9923 5 7 695872 (Wol. 1|fffi9S882 (Wol. 2] 7 699611

MAHLtR MENDF1.SSOHN" MOZART '


SYMPHON1E N D J
VIOIJN CONCERTOS I.1&1
VnlliAotonli CntKBr«M poar vldHdiB
OTTOKLEMPERER

T98697 2 7696S02 T891762

PROKOF1FV mUIARDSTRAUSS- WALTON


l\ \ S THE TERRIBLE HDRN CONCERTOS
Cello Concertó
SHOSTAKOVICH
Cello Concertó No 1
DUFI1 - U )M.> RTIN< > PAUL TORTELIER
IMOM kIMPi

769661J 7630202

COMPACT

DIGITAL AUDIO
- discos •

ACTUALIDAD
DISCOGRAFICA

L a casa iialíana NUOVA


ERA. nacida solamenie ha-
ce [res años pata publicar
represen!aciones de ópera lomadas
en vivo, extiende ahora su radio de
(Prétre), Norma (Serafín) y Lucia
(también Serafín), son los títulos
más destacados. Más ópera: la in-
lensa Walkúre de Funwángler y el
modélico Fausto de Gounod por
acción a iodos los géneros musica- Victoria de los Angeles y Boris
les anunciando una serie de discos Christoff aparecerán también por
compactos de un indudable inieiés: estos lares. En la serie Referentes
el Tercero de Beethoven con Glenn se editarán en breve varios recita-
Gould y Ka rajan; un recital del ci- les de Edwin Fiseher (Bach,
tado pianista canadiense interpre- Brahms). Dinu Lipatti (Bach), Art-
lando obras de Beelhoven, Bach y hur Schnabel (Schuben), las Sona-
Schonberg; La canción de la tierra tas de Franck y Fauré por Thibaud
con Christa Ludwig, Waldemar y Cortoi, otro recital Kirsten Flags-
Kmentt y la Sinfónica de Víena di- lad y una serie de grandes voces,
rigida nada menos que por Erich como Claudia Muzio y Lauril?
Kleiber; una colección de 15 com- Melehior, serán las principales
pactos con interpretaciones de Bru- aportaciones a esta importante se-
no Walter en concienos públicos; rie. Y ya en precio caro EMI anun-
otra serie de 15 compactos con los cia la publicación de la Sinfonía
concienos más destacados de Víc- fantástica por Roger Morrington
tor de Sabala; las primeras lectu- (¿?), además de las tres primeras
ras de Sergíu Celíbidache con la Sinfonías de Beethoven por el mis-
filarmónica de Berlín a primeros mo director; más Slravinski por Si-
de la década de los 50 con obras món Ratile; Sinfonías de Mozart
de Haydn, Mendelssohn, Debussy, por Jeffrey Tate y, finalmente, ta
Hindemilh, Busoni, etc. (la mayo- continuación del registro de la obra
ría de ellas ya fueron publicadas en sacra completa de Cherubini por
su día, con sonido deficiente por Ríccardo Muti (este mismo direc-
la casa italiana CETRA); obras de tor acaba de grabar en La Scaia
Mozart para piano a cuatro manos una nueva versión de Rigoletto que
por Sviatoslav Richter y Benjamín se publicará en toda Europa el pró-
Brillen; las Sinfonías de Beetho- ximo otoño).
ven {excluida la Segunda) y las
oberturas Egmonl, Coriolano, Fi-
delio y Leonora II y ///, todas ellas
dirigidas por Wilhelm Furtuangler
(6 compactos); Toscanini dirigien- Lut osla vt ski en el sello amarillo
do su Orquesta Sinfónica de la
NBC en obras de Mendelssohn. M-iz excelente violinista Anne-
Strauss, Weber, Dvorak y Mus- Sophie Muiter ha interpretado ia
sorgski; un Borts Codunov con obra de Witold Lutoslawskí, des-
Ghiaurov y Karajan; páginas or- tinada a Paul Sacher, Chain 2,
questales de Wagner por la Os- que se acaba de grabar en Deust-
questa de la NDR de Hamburgo sche Grammophon con la Orques-
dirigida por Hans Knappen- ta Sinfónica de la BBC dirigida,
sbusch... y asi hasta 50 títulos más. naturalmente, por el propio autor;
A esta serie tenemos que añadir en este mismo disco Paul Sacher
oirás de diferentes casas discográ- dirige la Philharmonia Orchestra
ficas como PARAGON, STRADl- en el Concierto para violin de Slra-
vinski. Junto a estas grabaciones,
Olio Klemperer visto por Carmelo. de indudable interés, Anne-Sophie
ha grabado el Concierto de Tchaikovski con
VARIUS o AS D1SC, las cuales están em- Otto Klemperer transferidas a compacto y ¡a Filarmónica de Viena y Karajan (registro
pezando a publicar documentos tan relevan- en serie económica. La colección ha comen- tomado en concierto público dentro del pa-
tes como una Edición Fritz Busch (músico zado con la Misa Solemnis y la Fantasía Op. sado Festival de Sal/burgo). También en DG
tan importante como poco conocido en Es- 80 (comentadas por EMM en nuestro pasa- Giuseppe Sinopoli ha registrado una nueva
paña —ver en el pasado número de SCHER- do número) y seguirán hitos tan destacados versión de Tannháuser con Agnes Baltsay...
ZO la crítica de su Don Giovanni publicado como La Pasión según San Mateo (olvídense Plácido Domingo {£?), así como un recital
por EMI—), el célebre Cosifan luite regi- por una vez de los instrumentos originales de Verdi y Puccini acompañando a Mi reí la
do por el malogrado Guido Cantelli, una edi- y descubrirán algo realmente emocionante); Freni. En Philips, Neville Marriner graba-
ción Hermann Scherchen con varios de sus la gian Misa en Si menor (el paréntesis an- rá una nueva Zauberflóle y Bemard Haitínk
más célebres concienos, como las Variacio- terior vale aquí también); su ciclo, tan dis- prosigue con la Filarmónica de Berlín su ci-
nes Op. 31 de Schonberg o El arte de la Fu- cutible como interesante, dedicado a las clo Mahler, habiendo registrado reciente-
ga de Bach. Como se ve quizá haya más Sinfonías de Brahms; la versión completa mente la Quinta. Finalmente, Chris Merrii
música en un solo disco de los citados que de Lo flauta mágica; varías Sinfonías de Mo- ha firmado un contrato con CBS MASTER-
en muchos de los superdigitales de hoy. Di- za rl; la Segundo y Cuarta de Mahler, y así WORKS para grabar cinco óperas; Purita-
gamos para terminar este apartado que to- sucesivamente hasta completar el imponen- ni, Comte Ory, Coq d'or. Una vida por el
dos estos discos son distribuidos en España te legado que el maestro alemán grabó para zar y Roben de diable. ¡Ah!, y cómo no,
por Ferysa. la empresa británica. Seguimos en EM1 sin Nikolaus Harnoncourt registrará en breve
apartarnos de las series económicas: la cé- para TELDEC el Don Ciovanni con Edita
lebre Pastoral más la obertura de Egmonl Gruberova y Tilomas Hampson (ya ve-
debida a la New Philarmonia y Cario Ma- remos...)
Los legendarios Klemperet de EMI ría Giulini, será publicada también en la serie
Studio. Se anuncia asimismo una serie María
J L J M I nos anuncia la próxima publicación Callas en compactos económicos: Tosca
de varías de las grabaciones más célebres de Enrique Pérez Adrián

Scherzo 51
discos

BACH: La obro para órgano, Vol. 13 (Con- po de la interpretación de algunos clásicos


ciertos para órgano BWV 592-6, Corales
Schubler), Mictiet Chapuis, en el órgano An- DISCOS de nuestro siglo, como Schoenberg, Debussy,
Stravinski o Bartók. Tampoco vamos a des-
cubrir nada recordando que su Mar, su Pe-
dersín de la Iglesia de San Benito en Ring-
sted, Dinamarca. AUV1D1S VALO1S trushka o su Castillo de Barba Azul figuran
Compacto V 4423 (AAD, 70'). Grabado en entre lo más importante de la interpretación
1970. discográfica de los últimos veinte años por
su incisivo, conspicuo y nada inocente redes-
De lo que parece ser una inte- cubrimiento des-sent internalizado y re-
gral, por el número de volúme- intensificado de unas partituras que creía-
nes y por los que he podido ver mos conocer ampliamente. Entre esas lectu-
disponibles en las tiendas, nos llega esta ras paradigmáticas figura, junto con el
muestra, un poco raquítica, de la versión que Castillo, este Principe bartókiano, segunda
hace Chapuis de la monumental colección entrega de sus tres piezas escénicas inolvi-
organística del cantor. Como quiera que, dables. Se irata de un Principe reforzado en
precisamente por lo raquítico, resulta un tan- su brillo orquestal y en el análisis (que no
to avcmurado extrapolar lo que se deduce es igual a frialdad, siempre hay que insistir
la ha grabado Menuhin al menos en tres oca- en esto), además de en el poderío de obra
de este disco a toda la colección, tómese el siones, y la que escuchamos aquí, en soni-
presente comentario como exclusivamente a veces tan violenta (algo que han sabido
do antiguo con parásitos y en una comprender en muy distinta lectura, direc-
referido al ejemplar que nos ha sido re- interpretación más intensa que analítica, más tores como Dorati). Si consideramos que se
mitido. sentida y lírica que serena, es la primera de trata de una obra poco grabada en versión
Mucho me temo que Chapuis no acierta ellas: todo un documento de una época en que íntegra, apenas bastará un breve comenta-
con este disco, y mucho me temo que, por hacía poco más de un año del fallecimiento rio sobre su acoplamiento con la Suite de
ello, no puedo decir gran cosa favorable de del compositor La pauta de esta interpreta- danzas para considerar esta disco como de
él, fuera de que suena bien y de que el ins- ción nos da la clave de la del Concierto, Se obligado conocimiento.
trumento es digno de escucharse. trata de una versión inmersa por completo
En efecto, desde poco después de comen- en la tradición sinfónica de esta época que
zar el Concierto BWV 593, uno de los más revivió como acaso ninguna todo el gran re- La Suite de danzas no sólo no es una obra
conocidos, se aprecia que Chapuis se ha in- pertorio romántico del siglo XIX e impreg- menor de Bartók, como a veces he oído in-
nó la gran música del siglo XX de este matiz, sinuar, sino que se trata de una pieza de enor-
clinado por tempí excesivamente rápidos pa- me importancia: en menos de veinte minutos
ra la resonante acústica de la Iglesia en que de esta forma de profundizar, de leer... de in-
terpretar. Para un bartókiano educado en la aporta Bartók seis danzas de distintos paí-
loca (emborronamiento I), pata los medios sensibilidad fundamentalmente moderna del ses, en una época como 1923, recién adqui-
técnicos que posee (desajustes teclado-peda], compositor húngaro, pueden darse tentacio- rida la poco propicia independencia (la mitad
bruscos parones para afrontar los pasajes nes de considerar todo eslo como una infi- de Hungría se cedió a otros países, sobre lo-
más complejos, etc.) y para la brillante rc- delidad. Recordemos, sin embargo, que en do Rumania). Bartók se atreve a introducir
gistración que emplea (emborronamienlo Bartók es a menudo plausible esa lectura (y motivos extranjeros, relativizando así el pre-
II). la versión de Menuhin y Funwángler conven- tencioso aben-tialismo húngaro del momen-
E! resultado, válido no sólo para el con- ce por sí sola, en la propuesta de un código to, y mostrándose un ser humano al que el
cierto mencionado, sino para el testo del dis- irreprochable), porque Bartók no es Stravins- nacionalismo (cosa rara) no le nublaba el en-
co (aunque los corales están algo mejor), ya ki, ni mucho menos. Bartók puede admitir tendimiento ni el amor a la humanidad. Bou-
se lo puede imaginar el lector: mazacote y este tipo de lectura romántica, no maníeris- lez nos da una bellísima lectura, distante, sin
emborronado. la, sino profunda, perdidamente lírica (en calor, pero de enorme consistencia y vitali-
En suma, teniendo a mano a Hurford especial en el bellísimo Andante del Con- dad, nada sinfónica, muy respetuosa por la
{creo que no en compacto) o Walcha (Ar- cierto) en un lipo de construcción sin- entidad de suite que pretende esta partitura
chiv), no veo razón alguna para recomen- fónica que no hace sino evidenciar la conti- (es decir, una versión diferente a lo que so-
dar este disco no ya por encima, sino ni nuidad, y no lo ruptura, del pensamiento lemos escuchar en vivo o en registro).
siquiera al nivel de los citados. musical de Bartók con respecto al pasado in-
mediato. Acaso no sea esta la lectura ideal S. M. B.
R.O.B. de Barlók. Recomendemos otras versiones
anteriores a quienes exijan, con razón, de- BEETHOVEN: Sonatas para cello y piano
terminada pureza: Szeryng-Hailínk (Philips), n.° 3 en La mayor, Op. 69 y n." .' en Re
BARTÓK: Concierto para vioti'n n.° 2. So- Gertler-Ancerl (Supraphon, en España Dis-
naia para violt'n solo. Yehudi Menuhin, vio- cophon), Chung-Solti (Decca), Gotkovsky- mayor, Op. 102 /V." 2. Jacqutline l)u Prí,
lin (ambas).Orquesi* Philharmonía: Wil- Gerhardl (RCA)... Como tantas otras reedi- cello. Stephen Bishop-Kovacevich, piano.
helm Furtwangler (Concierto). EMI- ciones bartókianas, este preciso disco de KM I Studio Compílelo. CDM 7 69179 2
Références 7 69804 2. CD ADU 63:53 mns. EMI-Références nos hace aflorar, incidental- (ADD, 48'46'í. Grabado en 1967.
La importancia de este disco es mente, una reedición en CD de aquel her-
moso álbum de D.G. con música del Este disco nos devuelve a una gran artis-
múltiple, aunque conviene adver- ta, a una magnífica eellista, d esa fon uñada-
tir que probablemente no se tra- composiior húngaro dirigida por Fricsay (tan
escaso aún en este soporte), donde se inte- mente desaparecida hace poco, aunque
te de versiones de referencia de ninguna de graba una excelente lectura (tal vez, también, silenciada para la música hace bastante, de-
las dos obras, por lo que ahora veremos. Es heterodoxa, como la que nos ocupa) del masiado tiempo, por la enfermedad que ter-
importante, en primer lugar, porque se trata Concierto minó con su vida, la temida esclerosis
de interpretaciones (de 1953 y 1947 respec- mo solista. para violin con Tibor Varga co- múltiple. Con éste, como con otros discos
tivamente) de obras de uno de los grandes mentamos La importancia del disco que co- de esta artista, apreciamos cuan cruel fue el
compositores de nuestro siglo a cargo de heterodoxia,nonidesciende por su deliberada
siquiera por la lógica vejez destino con esta joven celüsta, de sonido po-
enormes intérpretes que no desdeñaron esa de su calidad sonora. tente y lleno, de temperamento fuerte y de
música a pesar de las dificultades de enton- extraordinaria musicalidad.
ces y de la ausencia de aprobación social y Todas estas cualidades se aprecian en es-
oficial hacia esas creaciones. Furtwangler de- te disco dedicado a dos Sonatas de la colec-
fendió la música de Bartók como la de Hin- S. M. B. ción beethoveniana. verdadera primera
demith e incluso la de Schoenberg en unos piedra del violoncillo moderno como instru-
momentos en que esto no era un gesto sno- mento solista en igualdad con el piano. La
bista prestigioso, sino algo mucho más peli- BARTÓK: Suite de danzas. El principe de irresistible fuerza de la Du Pré es aparente
groso. Menuhin defendió, a su vez, una madera (ballet completo). Filarmónica de desde el comienzo de la Op. 69; los poten-
música demasiado nueva en medio de sus in- Nueva York: Fierre Bou le/, CBS Master- tes pizzicatti del primer tiempo nos ponen
discutibles éxitos, hasta el punto de locar a works CD ADD MR 44700 71:06 mns. en el borde de la silla. Su capacidad para
menudo conciertos como el de Bartók y de cantar se nos muestra en toda su extensión
encargarle a éste, hacia el final de su vida, Ya hemos señalado 9 menudo en
la Sonata para violinsoío. Esta última obra estas páginas que Pierre Boulez en el monumental Adagio de la Op. 102.
es un gran renovador en el cam- La conjunción con Bishop-Kovacevich es

52 Schcrzo
discos

francamente buena, aunque el pianisla pe- el sonido. Este último punto —el sonoro— dad. Este es, entre otros, el caso de Michel
ca con frecuencia de exceso de pedal, con es algo que va tornándose un tanto preocu- Cor relie. Organista, compositor, pedagogo,
la consiguiente pérdida de claridad. pante, ya que he tenido la misma y crecien- Corrette escribió a lo largo de su dilatada exis-
No obstante, creo que EMI va a editar la te sensación en lodos los conciertos que le tencia—1709a 1795—gran cantidad de mú-
integral de estas Sonatas en la versión que he escuchado últimamente. Ignoro por qué, sica de muy diversa índole: órgano, música
grabó con su marido, Daniel Barenboim. pero es claro que Barenboim, antes posee- de cámara, música para la escena, cántalas,
Aunque d presente ejemplar es reconfortan- dor de un sonido grato, redondo y con am- moteles, etc. Su obra, sin excesivas compli-
te para quienes admiramos a esta artista, no plia gama dinámica, parece haberse conver- caciones estilísticas ni formales, no está exen-
es menos cieno que probablemente la ver- tido en productor de un sonido duro, hirien- ta, a pesar de su sencillez, de cierta
sión con Barenboim sea más recomendable. te, poco matizado y desde luego nada ade- originalidad. Precisamente esa sencillez, uni-
Por otra parle, la duración de este disco es cuado para obras como éstas. da a la claridad y al carácter alegre de su mú-
un punto raquítica, incluso para un disco de sica, hace sumamente grata la audición de
precio medio. Y no olvidemos a quienes, pe- En suma, discos bien grabados, bien apro- estas paginas.
se a coslai más, lidera el campo en estas So- vechados y con interpretación muy poco
natas/ Richler-Rostropovitch (Philips); esto convincente para quien esto firma. Salvo ra- El Nouveau Livre de Noéls, conjunto de
es lo que se dice un listón muy, muy difícil zones poderosas (o sea, pesetas) me iría siem- melodías basadas en temas populares, par-
de superar. pre a por la versión de Arrau (Philips). ticipa, sin duda, de este espíritu desenfada-
Aunque cueste más, merece la pena. do y jovial. Aunque lá composición puede
interpretarse en el clavicémbalo o en el ór-
R.O.B. R.O.B. gano, es no obstante esle último instrumento
el idóneo para su ejecución. Las múltiples
CHOPIN: La? 21 Nocturnos. Daniel Baren- COPLAND: Appalachian Spring, The Ten- combinaciones
mite, su colorido,
sonoras que el órgano per-
su capacidad de imitación,
boim, piano. DG Gallería 423 916-IGGA-2 der Land. Boston Symphony Orchestrar Aa- son aspectos que contribuyen
(2 CDs, DDI). 58"13" y S6'3é"). a esta acerta-
ron Copland. Billy the fíid-Ballet suile. The da elección. Michel Chapuis, con muy buen
Dentro de la miniserie de álbu- PhilidelphiH Orchestra: Eugene Ormandy. criterio, ha elegido para esta grabación un
mes dobles que DG ha comen- RCA Victor-ADD GD86802. 6ó'O7". órgano de 1783, que, sólo por su especial
zado a comercializar en el La música del compositor nor- adecuación a este tipo de música, sino tam-
catálogo de Gallería, nos llega Éste con la teamericano Aaron Copland bién por su delicioso sonido, mantiene in-
colección de los Nocturnos chopinianos gra- , , tiene para algunos un atracti- tacto el interés a lo largo de toda la obra.
bada por Barenboim. vo puramente epidérmico. Si bien es cierto Chapuis, intérprete con éxito en diversas
Barenboim, pianista excelente en Brahms, que su obra no carece de títulos banales, de ocasiones de otros autores franceses —
Mozart, Beethoven (aunque siempre según sabor cinematográfico —El poney colora- Clérambault, Dandrieu, Couperin— no de-
le da) o Schubert, notable en Liszt (cuando do puede ser un ejemplo—, Copland nos ha frauda tampoco en esta ocasión. La lectura
lo tiene en dedos) más por expresividad que dejado un buen número de partituras muy que realiza de estas páginas es clara y diá-
por medios técnicos particularmente llama- significativas dentro de la historia musical fana. Esta claridad, unida a un empleo muy
tivos, no da, al menos en este disco, la sen- de su país. Desde una perspectiva influida adecuado de los diversos registros y sus múl-
sación de encontrarse especialmente a gusto fuertemente por la tradición europea —era tiples combinaciones, proporciona a cada
con Chopin, o por lo menos con este alumno de Nadia Boulanger—, nadie como una de las piezas un bellísimo ambiente so-
Chopin. él ha sabido pintamos la nostalgia de las in- noro. En definitiva, estamos ante una gra-
mensas llanuras de su tierra y la melancolía bación de sumo interés en la que intérprete
La iniegral de los Nocturnos está muy e instrumento hacen pasar al oyente una ho-
bien tocada, aunque aquí y allá se aprecian del cowboy solitario o evocar las canciones
religiosas de la secta de los Tembladores. El ra de auténtico disfrute.
tempi un tanto acelerados para la atmósfe-
ra esencialmente intimista de estas obras propio Copland garantiza la autenticidad de
{Nocturnos 1,2 6 6, por ejemplo). El uso Appalochian Spring al frente de la Sinfóni-
del pedal es, en más de una ocasión, harto ca de Boston, recreándose en las largas me- F.C.U.
discutible, por cuanto a costa de conseguir lopeas que alternan el oboe y el clarinete.
con ello un prolongado legato, se emborro- Unos aílos después de realizarse este re-
na hasta límites que Pollini, Zimerman o Po- gistro el propio Copland grabaría una selec- COUPERIN: Troisiéme Livre de piéces de
gorelich (por citar sólo a los relativamente ción de su ópera The Tender Land con clavecín. Ordenes ¡Sy 16. Octavo Preludio
jóvenes-contemporáneos del argentino) nos Richard Cassily y Norman Treigle encabe- de L'Art de toucher le Clavecín. Blandí ne
han demostrado innecesarios. Temo, por zando el reparlo. En esta ocasión la prota- Verle!, clave. CD Aslrée Auvidus. E 7759.
otra parte, que salvando posibles diferencias gonista es únicamente la orquesta y resulta AAD. 52"50"; Distribuido por Harmonía
de edición, no acabo de entender su empe- sobresaliente el concurso de los cobres de la Mundi.
ño en atacar los trinos —en su mayoría— Sinfónica de Boston a lo largo de toda la
justamente en la forma clásicamente consi- suite. La integral de Couperin, gra-
derada como inadecuada (léase comenzar los os® bada hace unos diez años, nos
llega en discos compactos, sin
trinos precedidos por apoyaturas o notas de Varias canciones nostálgicas a las que an-
adorno situadas en la misma ñola principal tes hacíamos referencia y una desenfrenada una sola arruga. La interpretación de Blan-
del trino repitiendo ésta, en abierta contra- danza mexicana se dan cita en la reducción dine Verlet fue acogida con peros, no entien-
dicción con la advertencia, un tanto contun- orquestal del ballet sobre Billy el Niño. Aun- do por qué. Las versiones de Scott Ross, de
dente, de Paderewski, por ejemplo, de que resulta algo más blando que Copland, Leonhardt (su último disco) son del más al-
iniciar tales trinos con la nota superior). alguien tan ejercitado en estas lides como to nivel, peroVerlet parece transmitir la mú-
Eugene Ormandy es un digno continuador sica del Gran Siglo con todas sus
Se me podrá decir que tal detalle es una de la estética del creador de esta música. connotaciones. Los pueblos bfbaros con-
nimiedad, pero es sólo un ejemplo de algu- funden el refinamiento francés de la época
nas libertades que el pianista argentino ex- con la frivolidad. ¿Frivola la pesadilla raci-
J.M.S. niana, frivola la lengua (¡!) helada de Sa-
tiende a cuestiones de matiz (transformando de? Detrás del badinage latían las pasiones
algunas p en/, concluyendo en forte loque más extremas, se vivía entonces a un ritmo
viene abocando irremisiblemente al final pia- CORRKTTE: Nouveau livre de Noels. Mi-
no, caso del final del Nocturno n." 15, u ol- chel Cbapuis, órganos. ASTREE, E 7745. mucho más frenético que el de hoy, a un rit-
vidarse de que existen los pp y ppp, que son Compacto AAD <49'4I"). Distribución: mo ávido. Europa era muy próxima a lo que
bien distintos del mp o el p). Harmonía Mundi. será dentro de unos arlos: la gente y las ideas
viajaban mucho y muy rápidamente. Bach
Por otra parte, el planteamiento tampo- Nombres como los de Lully o estudiaba a Couperin, Haendel y Scarlatli
co resulta demasiado convincente. Frente al Rameau ocupan, por derecho tocaban en un mismo salón.
lirismo, el inlimismo y la nostalgia que nos propio, un puesto de primacía
transmite Arrau, que atina a la perfección en el escenario de la música francesa de los Hay un poema de Julio Maruri (Málaga,
con ese inconfundible clima del Nocturno siglos XVII y XVIII. Otros músicos france- cuando yo la vi) que tiene mucho que ver
de Chopin, la aproximación de Barenboim ses de estos siglos no han sido tan afortu- con esta época humana y muy cruel, y con
se antoja apresurada, forzada en el mbato nados, no sólo en su propia época, sino la interpretación de Verlet: Las niñas del
—que rompe lempo y mensaje—, dura en también en su proyección hacia la posteri- procurador/aceitunas con tenedor/Y los

Scherzo 53
discos

chavales del gafíán;/pan sin pan,/Enire ver- En resumen disco de serie económica ple- za en el algo mejor. Esta concepción puede
geles,/pero de rosas y claveles,/ namente recomendable, en el que et arte de resultar dura incluso hoy; no ha de extra-
La dualidad era una de las bases de la si- Ansermet y Alicia de Larrocha brillan en una ñarnos que en su momento más de un cléri-
tuación francesa, se necesitaba una cosa y interpretaciones que el paso de los años con- go se rasgase las vestiduras, más aún
su conirario. A propósito de Ladouceet pi- firman como modélicas. teniendo en cuenta que el compositor galo
quanie (Orden XV), Beaussant cita a Ma- llevó sus libertades bastante más allá de la
dame de Gen lis (una conocedora), hablando A.M.J. orquestación o la forma de la composición,
de una bella: su defecto reside en querer ser para entrar a saco en el texto católico de la
únicamente picante, cree que una persona misa.
dulce sólo puede ser insípida, en este aspec- FAURE: La bonne chanson. Gerard Sou-
i»y, barítono. Dalton Baldwin, piano CD En efecto, nos encontramos con la supre-
to Blandíne Veriet consigue una interpreta- sión total del Dies ¡rae y con el añadido de
ción idiomática, quizás con más imaginación Philips Legtndarv Clissics 420 775-2 ADD.
72'35". un último número extra (In Paradisum) con
que sus pares: juega con e! ritmo de la obra el que se intenta evitar un final incoherente
(6/8), entreteniendo una ambivalencia cons- con la filosofía general de la composición.
tante entre [resillos y corcheas. En Los ver- A raíz del ensayo Un arte bur-
gués deRoland Barthes se desen- Este se produciría con el Libera me, por la
geles floridos (Orden XV) Leonhardl, con carga de cierta angustia que contiene el tex-
una maestría admirable, ordena el laberin- cadenó en Francia una cierta
moda que puso en entredicho el arte de Ge- to. Es curioso, sin embargo, que el Libera
to de los ornamentos en un jardín a la fran- me de este Réquiem se antoja el número me-
cesa, privilegiando la Razón. Blandine Verlet rad Souzay. Esta reedición llega a punto pa- nos conseguido de toda la obra; no parece
se inspira en los poli mimos indefinidos, en ra cortar toda crítica. sino que el compositor no se encontrara a
el aspecto visual de la partitura para evocar Los ciclos de melodías pertenecen a todas gusto con el texto, con lo que el carácter de
les langueurs tendres de Watteau. (Había las épocas de la creación faureana; Souzay, la música tiene poco que ver con el de la le-
que ser francés por una vez y poseer las dos tanto como Baldwin, encuentra unos mati- tra. Pese a la amplitud de medios utilizados,
versiones.) Blandine Verlel es grave, core- ces adecuados. En las primeras melodías éstos casi nunca se utilizan al límite de sus
lliana en La Míneme, faureana en La Do- (contemporáneas de los cuartetos con pia- posibilidades, y siempre nos movemos en un
do, scarlaiiiana en L'Evaporée; toca La no) Souzay se cierra a! exterior para abrir- clima de contención y serena meditación. La
Conti con una gracia incomparable, y res- se al interior, con pudor, evocando el continua y aparente —pero nunca
petando los usos de la época, separa chiaroscuro de las falsas relaciones cromá- espectacular— presencia de órgano y arpas
L 'Himen-A mour en dos partes (Majestuo- ticas, de las enarmonias (Le secret). Los Op. añade solemnidad y lirismo a esta peculiar
samente, Galantemente) irreconciliables. 58 y 61 corresponden a la época milagrosa pero convincente obra.
del Sexto y Séptimo Nocturno, del Primer
Si el Couperin de Blandine Verlet ha man- Quinteto, de Prometeo. Souzay canta Cinq Te Kanawa y Milnes prestan una contri-
tenido a una parle de ¡a critica a una dis- melodies de Venise, sin énfasis, casi a me- bución notable en sus breves cometidos (me-
tancia respetuosa, es quizás porque la fiebre dia voz, evocando el silencio poblado de pre- jor ella que él, aunque afortunadamente no
que anima su interpretación evoca una ma- sencias impalpables, adoptando el tono de es obra de grandes apuros vocales, que le pi-
nera de vivir absoluta, en cierta manera ana- la confidencia amorosa, del misterio de la llarían en mal momento; no obstante, resulta
crónica. Imaginemos, por un momento, a intimidad. En La bonne chanson Souzay es un punto plano). La prestación de los con-
Bach y Scarlalti interpretados dentro del más apasionado, pleno de alegría, pero sin juntos canadienses es muy notable, aunque
mismo espíritu. convulsión ni frenesí. En los Op. finales, la batuta de Dutoit, siempre correctísima,
contemporáneos de Penelope del Quinto Im- rara vez emociona (y aquí no iba a ser me-
promptu, el intérprete se torna más grave, nos). Buenas lecturas de la suite de Pelléas
P.E. pero encuentra los acentos de la juventud
eterna (Fauré tenia entonces 77 años) para y de la Pavana completan un disco intere-
cantar... que la quiero, que te quiero... sante por las obras que contiene, grabadas
FALLA: El sombrero de 3 picos. Danza de extraordinariamente (como siempre con es-
la Vida Breve, y Noches en los Jardines de (...que je vous aime, que jet'aime...)y ...Jigo tos intérpretes) y con generosa duración. No
España. Teresa Berganza. Alicia de Larro- sediento de grandes viajes (... car j'ai de obstante, sigo esperando el disco de Duloil
cha. Orquesta de la Suis.se Romandc. Direc- grands départs inassouvis en moi). que se salga de las pautas de la corrección
tores: Ernesl Anscrmel Sereiu Comissiona. exquisita... pero un tamo fría.
DECCAOvatioB41777i 2(ADD. 68'46"). En una interpretación fresca, moderna,
paradójicamente más próxima al Quinteto
Desde que en febrero de 196! Fauré di Roma que a la media-lima enton- R.O.B.
Ansermet registrara el Sombre- ces practicada en Francia, Souzay y Dalton
ro de tres Picos y la Danza de Baldwin firman un disco indispensable pa-
La Vida Breve en el Victoria Hall de Gine- ra descubrir, conocer o profundizar en el HAENDEL: Dixit Dominus. NisiDominus.
bra, su registro se iba a convertir en uno de universo faureano. Salve Regina. Arleen Aagcr, Lynne Dawson,
los hitos discográficos de todos los liempos, sopranos; Diana Monligue, contrallo. Leigh
primero por la calidad de la grabación que P.E. Nixon, John Mari A i nsley, tenores; Simón
aún hoy sigue siendo modélica por su diná- Birchall, bajo. Cor» y Orquesta de la Aba-
mica y claridad y segundo porque Ansermet, FAURE: Réquiem, Op. 48. Pelléas et Mé día de Westminster. Director: Simón Pres-
que estrenó el Sombrero cuarenta aflos an- lisande, suite Op. 80. Pavana para coro y Ion. ARCHIV 423 594-2. Compacto. DDD.
tes, lograba una recreación inteligente y ver- orquesta, Op. 50. Kirl Te Kanawa, sopra- 56'22".
sátil de esta pagina, poniendo de manifiesto no. Sherrill MUnes, barítono. Coro y Or- El programa que nos propone
su colorido, fuerza rítmica y su españolis- questa Sinfónica de Montreal. Dir.: Charles este disco está marcado por
mo sin caer en lo folklórico. Señalemos co- Dutoit. DECCA Compacto 421 440-2DH una gran unidad: tres compo-
mo parte especial del éxito del maestro suizo (DDD, «3*11"). siciones litúrgicas escritas por Haendel en
la participación de un instrumento tan dúc- Roma en el plazo de tres meses de 1707. Di-
til y maravilloso como era la Orquesta de El Réquiem de Fauré es una
la Suisse Romande de aquellos años. suerte de mundo aparte que, xit Dominus, la más extensa y madura de
por la misma filosofía en que las obras escogidas, afirma el estilo propio
La presencia de la pianista catalana Ali- se basa, puede no resultar del gusto gene- de un músico de veintidós años. No estamos
cia de Larrocha para interpretar las Noches ral. Acostumbrados a obras de gran conte- todavía ante el Haendel sensual de los ora-
en los Jardines de España añade un nuevo nido dramático (Mozart o Verdi, cada uno torios y las óperas de su etapa inglesa. La
aliciente a este bien aprovechado compacto en su estilo) o diferentes, pero con tintes en- cierta rudeza que cabe apreciar es entendi-
de 68 minutos, toda vez que el arte y musi- tre lo triste y lo trágico (Brahms), encontra- ble como un elemento dramático más. Haen-
calidad de la pianista española conjuga ad- mos que Fauré entiende la muerte como un del adopta aquí, sobre todo en los dos
mirablemente con el mundo de Falla, de suave tránsito a una felicidad posterior, y primeros títulos grabados, una teatralidad
quien es una de sus máximos creadores. Lás- traduce esta filosofía sin ninguna concesión acorde con las manifestaciones religiosas del
tima que un poco refinado Comissiona des- a la galería. Su Réquiem se aleja así de trom- barroco italiano. Dixit Dominus nos revela
luzca el conjunto global de la interpretación petas, juicios finales, lutos, temor y dolor, su manejo seguro de un amplio dispositivo
y que la orquesa suiza, en 1970 no tenga la para acercarse a la paz. a la devota súplica de solos, coro y orquesta. No tan ambicio-
versatilidad de los años de Ansermel. de una felicidad desconocida, a la esperan- sa es la partiluta áeXNisi Dominus, aunque

54 Scherzo
discos

igualmente demostrativa de la seguridad en De los autores mencionados, Franz Xa- delssohn— que, en realidad, no aportan gran
el estilo. La Salve Regina cuenta con la pre- ver Richter es, sin duda, el que se mantiene cosa dentro de la producción del músico
sencia de la soprano solista y un importan- en la linea más conservadora, teniendo siem- hamburgués. El autor escribe estas páginas
te papel del órgano en su tercer tiempo, que pre presente la tradición a lo largo de toda pensando, de manera especial, en el luci-
llega a tomar el carácter de un concertante. su trayectoria artística. Su obra recoge las miento y capacidad técnica de los solistas,
El trabajo conseguido a las órdenes de Si- nuevas tendencias musicales, sin menospre- que eran, precisamente, él mismo y su her-
mon Presión logra versiones ejemplares de ciar las antiguas. Sus primeras composicio- mana Fanny. Este extremo es de suma im-
estas obras poco conocidas de Haendel. nes acusan una clara influencia de la joven portancia para valorar estas composiciones,
Magnífico ei coro por materia vocal y afi- Escuela de Viena. La proximidad de esta hasta el punto de existir un enorme desequi-
nación. Excelente también la labor de la música al Barroco es patente, aunque ya en librio entre orquesta y solistas. El centro de
cuerda de la-orquesta de la Abadía de West- ella se pueden percibir de forma diáfana cier- gravedad recae en estos últimos de forma ex-
minster. Refulgente belleza tonal de su so- tos elementos estilísticos propios del precla- cesiva, quedando el conjunto orquestal en
nido y una gran vitalidad impulsada por la sicismo vienes y de Mannheim. un segundo plano.
batuta de Presión. Destaca entre las inter-
venciones de los solistas vocales la partici- El compacto que motiva estas lineas con- En el compacto que motiva este comen-
pación de Árleen Auger en la Salve Regina, tiene tres sinfonías de Richter y una de Karl tario se han recogido los dos conciertos men-
que acierta con el espíritu de contención de Kohout. No veo muy lógica la inclusión de cionados. En líneas generales, la interpre-
la pagina. este segundo autor en el disco, salvo que se tación es bastante diáfana, existiendo una
atienda a criterios de coetaneidad. Si consi- aceptable coordinación entre ambos solistas
deramos que Richter legó a la posteridad no y, a su vez, entre éstos y el elemento orques-
E.M.M. menos de 69 sinfonías, lo más adecuado ha- tal. Los pianistas Anthony y Joseph Para
bría sido incluir en el disco alguna otra de tore realizan una lectura acorde con el
HAYDN: Conciertos para Violoncillo n. " este autor, sin necesidad de rellenarlo de ma- espíritu que preside estas páginas, demos-
I y 2. Heinrich Schiff; «lio. Academia St. nera —a mi juicio—, poco acertada. La Or- trando, en consecuencia, un gran virtuosis-
Marti n-in-lhe-Fíetds. Ncvilh Marriner: di- questa de cámara eslovaca, bajo la batuta mo y un excelente dominio técnico del
rector. CD PbUipvDigilal 410 923-147'13" de Bohdan Warchal, ofrece de estas pági- instrumento. No obstante, la interpretación,
HAYDN: Sinfonías Hon. 94, «Sorpresa» nas una interpretación brillante, muy ajus- tanto por los solistas como por la orquesta,
Hab. 101, «El Reloj». Orquesta Filarmónica tada en los tempi. La perfecta coordinación peca de una visión romántica tal vez excesi-
de Loidrts: Eugea Jochunt. CD Galleria- de los diversos instrumentos de cuerda, muy va, si se considera que nos encontramos ante
Digitally Reraaslered-ADD 413 «83-2 bien empastados, es otro factor positivo a un Mendelssohn juvenil y, sobre todo y de
52'W". tener en cuenta. A ello debe sumarse el mag- modo especial, no hay que olvidar que el pa-
nífico sonido de la grabación, que, induda- trón inspirador de estos conciertos es el más
De las obras para violoncillo blemente, contribuye a realzar el interés por puro clasicismo, siendo Mozarl, en concre-
oficiales de Haydn w el Con- la audición de estas obras. No debe olvidarse to, quien se halla latente en el substrato ins-
cierto en Re el grabado con un aspecto esencial en esta música. Me re- pirador de estas páginas. Esta apreciación
más asiduidad (Feuermann, Fournier, Ros- fiero a! elemento dinámico, que en ta Escuela no resta fuerza, en absoluto, a los aspectos
tropovitch), aun cuando el Concierto en Do de Mannheim desempeña un papel decisivo positivos arriba considerados. De justicia es,
—descubierto mucho después de la muerte como forma de expresión. Este dinamismo por otra parte, subrayar la existencia de mo-
de su autor—, es notablemente más queda patente en la versión ofrecida por la mentos muy bellamente logrados en la in-
hermoso. Orquesta de cámara eslovaca, en la que los terpretación que se comenta, como ocurre,
Marriner y Schiff se enfrentan a ambos fuertes contrastes caracterizan el desarrollo por ejemplo, en ta lectura del movimiento
con gran espíritu de cooperación y el cello musical. El paso repentino de un suave pia- lento del Concierto en Mi mayor.
suena siempre excelentemente integrado, pe- no a un vibrante fortisimo, asi como la len-
ro e! talento de ambos intérpretes es desi- ta progresión de los temas de piano a forte, En definitiva, considero que estamos an-
gual. Marriner —pese a sus inquietas idas son conseguidos por esta formación orques- te un disco interesante, no tanto por la cali-
y venidas en cuestión de repertorio—, con- tal con naturalidad y perfecto equilibrio dad de las obras que contiene, como por el
tinúa siendo un gran haydniano.y un acom- sonoro. nivel interpretativo y, sobre todo, por tra-
pañante de privilegio. tarse de composiciones poco conocidas e in-
Por su parte, Schiff se desenvuelve correc- No quiero terminar sin insistir de nuevo habituales en ei repertorio mendelssohniano.
tamente y se le advierte como un intérprete en un punto negro del que suelen adolecer
más seguro y con menos fallos que en su eje- la mayor parte de los discos compactos y al F.G.U.
cución madrileña con Sanderling —tocó el que ya he aludido en otras ocasiones. Me re-
Concierto en Re—, pero su sonido no es es- fiero a los comentarios que acompañan a los PUCCINI: Tosca. Optra en tres actos.
pecialmente bello ni amplio, ni posee la her- discos, que, en general, son flojos y pobres Ltonlyne Price (Tosca). Giuseppc di Sltfa-
mosa capacidad modulatoria de de contenido. En este caso la regla se con- no (tavgradossi). (iiuseppe Taddei (Scar-
Rostropoviuh ni tampoco su expresividad. firma una vez más. Hecha esta salvedad, la pia). Cario Cava (Angelotli), Fernando
Por todo ello parece un tanto exagerada la audición del compacto comentado resulta Coren* (Sacristán), Piero de Palma (Spolel-
crítica que ba promovido el nombre de
Schiff, un instrumentista de moda, a la can- sumamente agradable. ta). Filarmónica de Viena: HerWl von Ka-
didatura de segundo celtista mundial. Mu- F.G.U. rajan. DECCA-ADD 421 670-2. II3'4O".
rió Navarra pero siguen vivos los veteranos Tosca es una ópera suficiente-
MENDELSSOHN: Conciertos para dos pia- ÍSSG mente célebre como para que
J.M.S. nos y orquesta. Anthony y Joseph Parato- las renteradísimas audiciones
re, pianos. Orquesta Sinfónica Rias. hayan llevado a establecer una clara jerar-
Diirctor: Uros Líjeme. CBS MK 4ZSZ3. quía entre las muchas versiones llevadas al
KOHOUT: Sinfonía en fa menor. RICH- Comparlo DDD <63'3I"). disco. Esta de Karajan, espléndida, tiene su-
TER: Tres sinfonías. Orquesta dt cámara es- ficientes méritos para optar al segundo pues-
lovaca. Director: Bohdan Warchal. ORI'EO La labor concerlistica de Men-
delssohn se centra esencialmen- to, pisándote los talones a la mítica de Víctor
C 165R81 A. Compacto DDD <55'09") Dis- te en los dos Conciertos para de Sabata.
tribuido por Harmonía Mundl.
piano, de los años 1831 y 1837, y, sobre to- Karajan propone una lectura de la obra
La denominada Escuela de do, en el magnifico Concierto para violín totalmente alejada de sus actuales manieris-
Mannheim, fundada a mediados de 1844. Estamos ante obras de la época de mos. Siempre ha tenido este director una ten-
del siglo XV11I por el composi- madurez, de modo particular en lo que afec- dencia a controlar en exceso los efectivos
tor de Bohemia Johann Stamitz, constituye ta a la última de las citadas composiciones. orquestales, que en ocasiones despliega con
un importante puente de unión entre el ba- Frente a estas páginas existen otras menos inusitada potencia. En el presente caso esto
rroco y el clasicismo. A ella pertenecieron conocidas. Me refiero, en concreto, a los no coarta la fundamental impresión de es-
también Franz Xaver Richter, Ignaz Holz- Conciertos en Mi mayor y La bemol mayor, pontaneidad y fluidez, a la que viene a su-
bauer, Christian Cannabich, Kari Stamitz, para dos pianos, escritos por Mendelssohn marse un sentido teatral innato y nos lleva
hijo del fundador, entre otros. Esta Escue- al rondar los 15 años de edad. Se trata de a pensar en una loma en vivo que se benefi-
la dio un impulso decisivo a la formación ciase de impecables medios técnicos. Lo más
del estilo clásico dentro de la música. obras de circunstancias —reuniones y con- importante, con todo, es que Karajan actúa
ciertos privados en casa de los Men-

Scherzo 55
discos

desde un plano de perfecta fusión con las el cuarto y último tiempo, el Allegretto, en SCHUMANN: El peregrinaje de la rosa.
voces, y no produce la sensación de super- el que predominan los temas de inspiración Helen Donath, Kan Lovaas, Julia Hamarf,
posición que hace tan molestas algunas de tzigane, se pueda acusar a los intérpretes de Theo Allmeyer, Bruno Pola y Haits Sotín.
sus grabaciones posteriores. excesivo perfeccionismo en un sonido que Coro de la Sociedad Musical de la Ciudad
Los cantantes son muy adecuados, aun- carece de la aspereza que requieren los ins- de Dusseldorf, dir. por Han muí Sfhmidt y
que su trabajo se ve empañado en algún as- trumentos de cuerda para este tipo de mú- Orquesta Sinfónica de Dusseldorf, dir. por
pecio. La Price no tiene ei timbre medite- sica, y que contrasta fuertemente con el Rafael Frühbeck de Burgos. EMI Slereo
rráneo requerido para el papel y la dicción tiempo anterior, un Scherzo que recuerda las ADD. 555-CDM-7694462. Duración: 65,23
es imperfecta. Présenla las veladuras típicas sonoridades menos trágicas de tos viejos minutos.
de su raza en los graves y en algún sonido lándler, pero interpretado con gran energía,
central, pero cania con una pasión y un des- junto a un Trio ejecutado con aire de invo- Schumann compuso este orato-
bordamiento tales que se nos acaba plantan- cación religiosa. rio profano en 1851, con ei obje-
do toda sonriente en el cenáculo reservado tivo, cumplido en el estreno, de
a Callas, Olivero y Kabaiwanska. A Di Ste- Aunque en principio pueda parecer lo que lo cantaran unos treinta amigos acom-
fanoel año de la grabación —1962— le sor- contrario, pienso que al despojar al Allegret- pañados de piano, en su casa. Los versos per-
prende ya en pleno declive. La voz está muy to del aire zíngaro se pierde la unidad del tenecen a un tal Moritz Horn, y recogen
opaca, el canto carece de variedad y los pia- concepto por quedar así tnvializado el sen- todos los tópicos del romanticismo tardío,
nos se traducen en falsetes. Al llegar los agu- tido trágico al que antes me he referido, eje sin ahorrar señoritas virtuosas, flores empa-
dos la voz pierde el poco esmalte que le de toda la obra. padas de rocío y amores a la luz de la luna.
queda y el sonido es forzado e incoloro. E.L-A.D.
El maestro renano no fue dolado con es-
Quedan sólo la comunica ti vi dad y los bue- pecia! genio dramático. Sus oratorios, su ópe-
nos propósitos. Taddei estaba en un momen- SCHUMANN: Condeno para piano en La ra Genoveva, adolecen de languidez y
to vocal mucho mejor, lo que no acaba de menor. MOZART: Concierto para piano estatismo, quieren huir de un tinglado tan
demostrarse plenamente en ísta Tosca por n. ° 2¡ en Do mayor. H. von Karajan, di- promiscuo hacia la intimidad de la música
culpa de algunas durezas que hacen sonar rector; D. Lipa!ti. pianista. Philharmonía de cámara. Esta Rosa no escapa a las serias
la voz algo estancada. El Interprete parece Orchestra. Orchestre du I-estival de Lucer- de incomodidas y extrañeza de sus obras
encontrarse bajo la órbita de Gobbi —como ne. Disco compacto EM1 «Kefeirnces». Mo- gemelas.
han señalado algunos críticos—, a! tener per- no CDH 7-69792.2 ADD 58'22". Sene
manentemente activados sus registros más media económica. Con ello colabora el débil libreto de Horn,
truculentos, pero como es mucho mejor vo- la historia de una rosa convenida en mujer,
calista le supera ampliamente en todos los A veces las casas discográficas siguen cri- que se adapta mal a la vida terrenal y mue-
pasajes donde hay que apianar y cantar a terios de selección que tienen poco que ver re, recuperando su forma original. Ni celes-
flor de labio. con un progrma de concierto, aunque este tial ni humana, esta criatura en perpetuo
concierto sea para escuchar en casa, como exilio es una imagen alegórica del artista ro-
ocurre en este caso en que reúnen dos inter- mántico, perdido siempre en mundos ajenos
Con la excepción de Piero de Palma los y transidos de nostalgia.
secundarios no son demasiado refinados. pretaciones de Karajan y el pianista Dinu Li-
Cario Cava y Fernando Corena llevan a ca- patti siguiendo el orden temporal en que En 1975 se exhumó la partitura en esta eje-
bo una curiosa pugna por ver quién lo hace fueron grabadas. Y así, escuchar primero el cución ahora reeditada. El nivel general es
peor, imponiéndose finalmente el segundo. Concierto para piano de Schumann y a con- homogéneo y correcto. Los cantantes cum-
tinuación el 21 de Mozart resulta un tanto plen con solvencia vocal y musical, las ma-
chocante. Aparte de esto, por lo que se re- sas son competentes. Frühbeck dirige de
J.M.S. fiere a las interpretaciones en sí, la del Con- modo impersonal, distante, como querien-
cierto de Schumann, grabación de estudio do marcharse, igual que ia rosa, a lugares más
SCHUBERT: Quinteto D 956 en Do mayor. de 1948 con la Ph i I harmonía Orchestra, es apropiados. Una partitura tan poco incitante,
Bernard Greenhouse, cello. Cuarteto Jui- muy equilibrada en la relación de la orquesta desde luego, retacea a cualquier intérprete
lliard. Pisco compacto CBS MK 42383. con el piano, tanto en el sonido como en el desde el comienzo, pero el esfuerzo, desde
DDD. 55'27". concepto, romántico por excelencia. Lipal- el punto de vista documental, merece un
ti fue un pianista de gran sensibilidad y Ka- franco elogio.
Esta obra postuma de Schubert rajan ha cuidado al máximo las posibilidades fl M.
escrita poco antes de su muer- expresivas del solista (y, por supuesto, de la
te, con una extensión poco co- parte orquestal) con el resultado de una bri-
mún en este género de composiciones, es- llante versión, matizada sin exageraciones, SOLER: Misa en Fa Mayor. Magníficat n."
tá muy alejada de la tranquila nostalgia pero con suficiente fuerza expresiva como 1. Motete comedetis Carnes. Coro y Orques-
del Quinteto «La Trucha». Calificada por para que no pueda ser tachada de ecléctica. ta de Cámara Villa de Madrid. Dior. José
A. Einstein como obra «sui generis» según En cuanto al Concierto de Mozart, no soy María Barquín. Etnos CD-02-A-I0. Madrid,
se hace notar en el folleto, pero no por ello muy entusiasta de las versiones que Kara- 1988. Compacto A1ÍD (3«'21"). Reprocesa-
menos bella, requeriría un análisis que, aun- jan ha hecho de las obras de este composi- do del d¡MTO de igual signatura. Madrid 1983.
que tan sólo fuese a título de introducción, tor. Es más, pienso que quizá el mismo
rebasaría el breve comentario de una criti- Karajan no debe estar tampoco de acuerdo Sin duda alguna la reedición de
ca discográfica. En esta grabación realiza- con sus propias versiones, pues desde hace este disco es oportuna al ampa-
da en estudio en 1988, una característica ya años, que yo recuerde, poco o nada ha ro del centenario de Carlos III y
destacable en primer lugar es la conjunción dirigido de la música de su paisano, salvo del interés editorial de otro Magníficat de So-
y empaste conseguidos entre el cello de Ber- el último Don Ciovanni de Saizburgo. Me ler en edición de James Dalton y con la in-
nard Greenhouse, miembro del Trío Beaux refiero a una cuestión de concepto, no de minente salida de la monumental edición de
Arts, y el resto de los intérpreies, el Cuarte- calidad, sin dejar por ello de reconocerle el los Villancicos por Arte Tripharia a cargo de
to Juilliard, uno de los grandes conjuntos genio. Ambos, director y solista, hacen una Paulino Capdepón. El nos, por su parte pre-
de cámara de la actualidad. En términos ge- versión romántica, pero llena de contrastes, senta en sociedad la nueva serie de CD que
néricos nos ofrecen una versión que resalta lo que hace que la audición, en la que, igual- alternará reprocesados del fondo de catálo-
la grandeza del sonido, a veces violento, cer- mente, se equilibran a la perfección orquesta go con novedades absolutas. Esta grabación,
cano al último Beethoven tan admirado por y piano, se siga con interés. Las cadencias, concretamente, vio la luz en el año del cen-
Schubert, con un claro predominio del sen- del propio Lipatti, son adecuadas al concep- tenario del Padre Soler gracias a un patro-
tido trágico. La monotonía en la que puede to romántico de la versión y en ellas el pia- cinio del Ministerio de Cultura y obtuvo una
caer esa obsesión repetitiva de los temas de nista hace gala de su gran técnica y de su excelente aceptación de mercado. En la ver-
la que Schubert no pudo o no quiso librar- capacidad expresiva. Por tratarse de una gra- sión en CD es aliciente la mejora de soni-
se nunca, se evita aquí en gran medida con bación lomada en directo de un concierto do y unas sustanciosas notas de Andrés Ruiz
una constante fluctuación de la expresividad; del Festival de Lucerna de 1950, es evidente Tarazona escritas para la primera edición y
la creación del climax deriva unas veces ha- que la calidad del sonido no es muy buena, que permanecían inéditas, pues ésta publi-
cia la tensión exteriorizada y otras hacia esa aunque sí aceptable. có un breve texto del P Eutimio Bullón, res-
tensión íntima tan característica de Schuben ponsable de las transcripciones interpretadas.
en su incesante busca de si mismo. Quizá en A cinco años vista del centenario de So-
ler, parece haber cambiado un tanto la pers-
E.L-A.D.

56 Scherzo
discos

pectiva acerca de su figura por et lumhra en principio, si bien éste, como los VERDI: Messa da Réquiem. M¡relia l'reni
enriquecimiento bibliográfico que el siglo anteriores, es comentario que debe tomarse (soprano), Chrístt Ludwig (contrallo), Cario
XVIII español ha tenido en este lustro. Los con todas las precauciones propias de la Cossulla (tenor), N icol ai Úhíaurov (bajo),
prólogos de Dallon y Capdepón habían de audición de un disco sin haber tenido oca- Sociedad de Can I o de Viena (dir.: Helmul
liaer nuevas luces sobre la cuestión del So- sión de escuchar al artista en vivo, que es Froschauer) v Filarmónica de Berlín (dir.:
ler compositor litúrgico, como confio que lo donde de verdad se aprecian estas cosas. Lo Herbírt von Karajan). DGG Slefeo 41321S-2
haga el recién aparecido libro de Amonio que es más importante, sin embargo, es la CGA 2. Duración: W55".
Gallego sobre la música en la España de Car- más que notable musicalidad que el disco re-
los III. Sin conocer aún ninguno de estos tex- vela, esto mucho más difícil de construir con Reproducen estos compactos
tos, mi impresión es escasamente entusiasta habilidades electro nicas. Así, su Tchai- la grabación de 1972 y sirven
aun comparando esta producción con la de kovsky es perfectamente coherente, román- para evaluar, una vez más, a
otros autores ibéricos estrictamente contem- tico pero sin perder el norte, con las debidas Karajan en el repertorio italiano, en el cual
poráneos. Soler parece alinearse abiertamen- fluctuaciones de lempo, con una exposición se desempeña con su habitual soltura y su
te con la tradición poli coral y no muestra extremadamente clara, con una muy exten- falla de adecuación, unidas a un divismo que
especial interés por los nuevos lenguajes de sa gama dinámica —sabiamente manejada— se acentúa con los años. El director salzbur-
los clasicismos que, por otra parte, bien co- y dosificando muy bien la tensión. La ver- gués es lánguido cuando ha de ser lírico y
nocía. Es un músico litúrgico hondamente sión es, pues, de muy alto nivel, y cuenta con pomposo cuando ha de ser patético. Su or-
conservador, incluso arcaizante en el mote- un excelente acompañamiento de Ash- questa suena rica pero molesta, por su afán
te, y escolástico y a mi me resulta monóto- kenazy. de protagonismo y la postergación de las vo-
no y fallo de interés el grado de interrogarme ces, decisión imperdonable en este tipo de
acerca de si la atención prestada a esta mú- Por fortuna, Tchaikovsky es mejor pa- obras.
sica no es sino un reflejo de la justificadísi- trón para apreciar las cualidades o los de-
ma atención que mereció su obra fectos de un violinista que Wieniawski, cuyo En otro sentido, su germánico desmayo
instrumental. No creo, como bien explicó concierto, esencialmente dirigido al mayor tiene a mal traer, a menudo, a los cantan-
Amonio Martin Moreno, que para los mú- lucimiento técnico del solista, resulta cómo- tes, como puede observarse en el caso del
sicos españoles del XVIII pudiera haber con- do de escuchar muy de tarde en tarde, si bien tenor {Ingemisco y comienzo del Hostias).
tradicción entre la práctica de una estética personalmente creo que su escucha repeli- Los solistas, solventes en lo vocal e im-
moderna en la música de salón y la práctica da resultaría un tanto cansina. Asi pues, po- pecables en lo musical. Las masas, excelen-
de una estética antigua en la música de tem- co más se puede decir de esta versión que tes. La reformulación en compacto,
plo. Esto es meridianamente evidente en el no sea confirmar que ei violinista norteame- espléndida de dinámica y de profundidad de
caso del Padre Soler quien incluso no pare- ricano luce aqui sus excelentes recursos planos.
ce encontrar contradicción entre sus teorías técnicos.
musicales publicadas y la práctica cotidia- B.M.
na como maestro de capilla. En resumen, disco muy interesante por lo
que tiene de poder descubrir a quien es, sin
duda, un artista notable. Grabación y acom- VERDh La Fono del destino. Tebaldi, Del
Las versiones resultan un tanto descuida- pañamiento excelentes y duración generosa. Monaco, Baslianini, Slmionato, Siepi. Co-
das en la afinación y medida, no pudiendo Será interesante comprobar qué hace esa rena. Atcademia di Sania Cecilia, Roma.
juzgar otros parámetros como el interpreta- otra gran artista llamada Anne-Sophie Mut- Francesco Molinari-Pradelli. UECCA
tivo por ser ajenos, a lo que se ve, a las in- ter, con el Concierto de Tchaikovsky, en su 421598-2. ADD. Duración: 164'3Ó".
tenciones del director. Es difícil, por ello, reciente versión con Karajan. Alda. Tebaldi, Bergonzi, Simio nato, Mac-
hacerse cabal idea de las composiciones así neill, Van Mili, Corena. Filarmónica de Vie-
como dilucidar si pequeñas cuestiones se de- R.O.B. na. Singverein der Musikfreunde. Herberi
ben a la partitura establecida por el P. Bu- von Karajan. DECCA 414087-2. ADD. Du-
llón o habrán de atribuirse a cantantes, TCHAIKOVSKY: Sinfonía Manfred, ración: I 5 0 W .
instrumentistas y director. Op. S8. Orquesta Sinfónica de Londres. Di-
rector: Mietiael Tilson Thomas. CBS Mas- Dos registros que Decca pre-
X. M. C. senta, junto a otros tres más,
terworks MK 76982, compacta ADD.
• * .
SS'2S". Grabación: Londres, 1979. en una primera entrega de su
TCHAIKOVSKY: Concierto para violin y colección, a precio medio, Grand Opera. La
orquesta en Re mayor, Op. 35. WIE- Notable interpretación, más Aída de 1959 reúne al equipo más idóneo
NIAWSKI: Concierto para violin y orquesta centrada en los aspectos mera- que la época podía ofrecer. Es una versión
N,° 2 en Re menor, Op. 22. Joshua Bell, mente orquestales de la parti- dominada por la marimandona batuta de
tura que en su verdadero contenido. Hay un Karajan, que logra efectos de gran origina-
violin. Orquesta de Cleveland. Dir.: Vladi- indudable interés en la dinámica, de tal for- lidad, pero que, a menudo, se consiguen en
mir Ashkenazy. DECCA Campado. 421 ma que la transparencia conseguida es un lo- detrimento del intérprete vocal. Las voces
716-lDH (DDD. 58'39>->. gro indiscutible; hay también flexibilidad y parecen, pues, situarse en un segundo pla-
Joshua Bell es un joven (tiene absoluto respeto a lo escrito por el compo- no, en favor de una orquesta, rica de mati-
21 años) violinista norteameri- sitor. Sin embargo, el primer movimiento ces y contrastes, aunque de una concepción
cano que parece estar llevando (una de las cosas más grandes escritas por demasiado germánica en su pesantez. Tebal-
a cabo una fulgurante carrera. Quien esto Tchaikovsky) carece de garra dramática y di, ya se sabe, fue la Aida indiscutible de su
firma no ha tenido ocasión de escucharle an- está lejos del idiomatismo de un Rozhdest- generación, que, con Karajan, aparece me-
tes de esta oportunidad, su segunda graba- vensky, de la genuina vehemencia de Mar- nos cargada de afectación y vulgaridad, con-
ción para Decca (el debut, con el consabido kevitch o del tremendismo desbordado de siguiendo sus mejores momentos en el ac-
Mendelssohn-Bruch, para esta misma casa, Ahronovich. La lectura de Tilson Thomas to 111 y en la escena final. Bergonzi es, qui-
data de 1987). en su conjunto posee cierta elegancia, pero zás, desde Pertile, el mejor Radamés que se
carece de emotividad y siempre da la sensa- ha escuchado en disco y con eso ya se dice
Aunque este tipo de carreras meteóricas ción de distancia, como de no creerse dema- bastante en su favor. Slmionato es una Am-
a cargo de jóvenes virtuosos terminan con siado lo que está pasando allí (algo muy neris espléndida y MacNeil un Amonasro
frecuencia en meros espectáculos de técni- distinto a la buena versión de la Tercera Sui- eficaz. Los dos bajos. Van Mili y Corena,
ca y mecanismo superlativos, no es menos te del compositor ruso, hecha por el direc- de rutina, con mejores resultados en otros
cierto que de vn en cuando surgen intérpie- tor norteamericano al frente de la repertorios.
les excepcionalmente maduros, que se sitúan Filarmónica de Los Angeles, también para
pronto, con toda justicia, en lo más alto del CBS). En definitiva, y como decíamos ai Con La Forza de 1955 estamos en la an-
escalafón (caso de Mutter, Pogorelich o Z¡- principio, notable lectura, a mucha distan- títesis: e! director impersonal y de oficio que
merman). cia de cualquiera de las siguientes: Rozhdest- deja a los cantantes, para bien o mal, a su
Joshua Bell, además de afortunado por vensky (Melodiya), Markevitch (Philips) o libre albedrio. La versión, en conjunto, pue-
poseer un magnífico instrumento (Stradiva- Maazel (Decca). Si usted tiene cualquiera de de aún competir con las dos más recientes
rius, 1726), muestra desde el principio, co- estas tres no le hace ninguna falta ésta que de Muti y Sinopoli. Lo mejor de ésta de
mo cabia esperar, medios técnicos sobrados, comentamos. Molinari-Pradelli es la presencia de dos vo-
afinación inatacable y un sonido redondo, ces como las de Siepi y Bastianini, redon-
extremadamente grato. La cantidad no des- E.P.A. das, rotundas, intérpretes de bravura,

Scherzo 57
discos

además. Tebaldi consigue dar a tas páginas y la Elisabel h para la Opera de Viena (final- cumbres interpretativas en lo que al mundo
líricas, abundantes en Leonora, [oda la mor- mente suspendida por motivos de salud), del lied se refiere, comparable al también mo-
bidez y seducción de su canto. A pesar de más el proyecto (escénico, de esludio) de una délico Italienisches L'ederbuch en versión de
la aleatoriedad del registro agudo esta crea- esperada Isolda. Es en el apartado discográ- estos mismos artistas pero grabado para EM1
ción es de las más logradas por ta soprano. fico, no obstante, donde esta dedicación ad- (esperamos su reedición en compacto), o a
Simionalo da el relieve suficiente al imposi- quiere mayor relieve: después de la mórbida otros recitales de canciones de Wolf impres-
ble personaje de Preziosilla, y Corena, aquí Elsa con Solti y la Sieglinda con Levine (su- cindibles en cualquier discoteca: recordemos
más en su terreno, es un Melitón muy apro- perior a la anterior que firmó con Jartows- la sensacional aportación de Fischer-Dieskau
piado. Queda Del Monaco, torpe en la línea, ki>, nos llega este recital, grabado en y Barenboim en su grabación integra para
borroso en el fraseo, pero, quién puede du- diciembre de 1987, donde se incluyen cua- Deutsche Grammophon en tres álbunes de
tro heroínas wagnerianas de diverso empleo. tres Lps. cada uno, o tas interpretaciones ya
darlo, hace un Alvaro vital, heroico, con es-
clásicas de Rosvaenge / Raucheisen (Acan-
tatura. La voz de Norman, en principio, no po- ta). Hotter / Moore (EMI), Schwarzkopf
F.F. see el color y el aliento a que estamos acos- / Furtwángler (EMi-Références, comentado
tumbrados en este tipo de repertorio. Y en el n? 5 de SCHERZO) o Fischer-Dieskau
automáticamente se piensa en las dos últi- / Richter (DG). Como acertadamente expre-
VERDI: La Traviara. Joan Sutherland, Car- mas representantes más cualificadas del mis-
io Bergonzi. Roben Merrill. Orquesta y Co- sa Wemer Oehlmann en el libreto que acom-
mo: Flagstad y Nilsson. El instrumento de paña a estos discos «estamos en presencia
ro del MaKgio Música le í'iorentlno. Direc- Norman es oscuro, carnal, cálido frente al
tor: Sir John Prilchard. Duración: I32'23". de canciones de una profunda seriedad, con
de aquéllas: fosforescente, infrahumana, fir- resonancias de melancolía y tragedia y con
Fecha de grabación: 1963. 2 CD DECCA me y fría. El estilo, a su vez, también es dis- un humor con ciertos matices de amargura.
411 877-1. tinto. El arte de la soprano americana parle Sobre todo ello extiende la música la luz y
de dos fundamentos: el fraseo destacado el esplendor colorista de un mundo meridio-
Como la mayoría de las casas (musical, textual) y el color vocal que utili-
discográficas Decca está de- nal fantástico, cuyo sol inspira y clarifica la
za según el estado anímico que es preciso tra- oscuridad, cuyo impulso infunde alas a lo
sempolvando sus archivos so- ducir. Sin duda, la larga experiencia en el
noros, lo que permite al melómano actual pesado en una estilizada gracia llena de rit-
repertorio de cámara tiene aquí su impor- mo». Los discos han ganado en claridad y
acceder a antiguas versiones ya descatalo- tancia. Con Wagner, entonces, esto no es ex-
gadas que en muchos casos, como el presen- definición sonoras en su trasvase a compac-
cepción: en las dos páginas que el disco to (al menos a juicio de quien esto escribe)
te, son de un elevado interés artístico. recoge de Tannháuser, Dich, íeure Halle y
La Traviata que ahora nos ocupa nos per- y vienen acompañados por los poemas tra-
Allmáchl'ge Jungfrau, es fácilmente com- ducidos al inglés y al francés y, además, es-
mite disfrutar de una Sutherland y un Ber- probable esta particularidad. La voz, que ríe
gonzi en espléndidos momentos vocales. Si tudios firmados por el citado Oehlmann,
y exulta en la primera intervención, se tor- John Warrack y Gustav Kars. El artículo de
bien Sutherland puede parecer algo mono- na ensoñadora y velada en la plegaria. La
lítica y con algunas carencias en lo que a in- Oehlmann aparece traducido, excelentemen-
balada de Senta es un milagro de variedad te, al castellano por Daniel Vega (de nuevo
tensidad en el fraseo y sentido del drama se expresiva (los Johahoé, por ejemplo) y pro-
refiere, aquí sobresalieron Scotto y sobre IO- felicidades al grupo PolyGram). En defini-
gresión dramática. En et Wagner más pesa- tiva, un clásico de la fonografía en insupe-
das Callas, también es cierto que la técnica do: la muerte de Isolda (con ésta son [res las
y la perfecta organización vocal de la can- versiones en disco de Norman: además de
tante nos dejan atónitos. Las tremendas di- la presente, con Davis en 1975 y la contem-
ficultades de coloratura del primer acto son poránea de Karajan en vivo de Salzburgo) rables condiciones técnicas.
E.P.A.
superadas una tras otra con una pureza y está dicha con una concentración y profun-
una facilidad asombrosas. Bergonzi, por su didad asombrosas, sin que le falte a la voz,
parte, ofrece un magnífico Alfredo del más en las secciones finales, el impulso y la fuerza
puro estilo ver di ano, en el que resaltan su
magnífica línea de canto y el dominio abso-
de ataque necesarios. RECITALES
luto de su [écnica de emisión, que le permi-
te un tota! control del volumen y uno de los Lo menos atractivo de este magnífico re- DECAMERON: Baila» inmódicas del Ars
fraseos más variados que hemos oído en es- cital es el fragmento de El ocaso de los dio- Nova florentino. Esther Lamandier, canto
te personaje. ses. Brünnhilde es un rol que, seguramente, y acompañamiento instrumental. ASTREE
jamás la Norman se planteará llevar a la es- E 770*. compacto. 44'55". Distribuido por
Merrill, poseedor de una bella y pastosa cena. Existen, sin embargo, momentos me- Harmonía Mundi.
voz barí tonal, aunque acuse en cierta medi- morables de su Inmolación; aquellos que
da el lógico declive impuesto por los años corresponden a cuando la protagonista mi- El titulo del disco no remite a
y en consecuencia la voz resulte un lanto pe- ra hacia su interior, que son los menos. Ade- las canciones que cierran cada
sante, canta con nobleza y línea el nada fá- más la voz parece tener más dificultades con una de las jornadas de la obra
cil Germonl. el registro agudo que en las otras páginas. de Boccaccio. En ella hay, desde luego, in-
Es, pues, el más flojo de los cualro fragmen- dicación de músicas concretas, que lamen-
A su vez, Sir John abre todos los cortes tablemente no se han conservado. El trabajo
de la partitura ofreciéndonos las repeticio- tos recogidos en el disco.
de Lamandier pretende más bien proporcio-
nes de las cabateítas, y realiza una dirección Klaus Tennstedt acompaña desde el foso narnos un retrato sonoro del siglo XIV flo-
que sin merma de su personalidad intenta a la soprano con la debida presencia y vi- rentino, y en realidad sólo una de las
ofrecer el mejor servicio posible a los can- gor; tampoco se le pide otra cosa que el que páginas, Ato son au'al i' mi voglia de Lau-
tantes. sirva suficientemente al juego de la soprano. rentius Masii de Florentia, pone música a un
En resumen, una interesante grabación de poema del propio Boccaccio. Las baílale
Travima, que, sin ser la mejor, permite es- F.F. aquí reunidas nos dan una idea del bello ar-
cuchar el sorprendente virtuosismo de Sut- te del canto desarrollado en la ciudad del Ar-
herland y el magisterio vocal y estilístico de WOLF: Cancionerorapuflo/(SpanisehesLw- no, sobre cuya floración sí que nos informa
Bergonzi en sus mejores momentos. derbuchl. FJissbplh Schwarzkopf (soprano), // Decomerone. Destacan en este grupo la
Dielrich Fi*cher-Oieskau (barítono), Geiald anónima Lucenie Stello y un elocuente ejem-
R. de C. Moore (piano). Deutsche Grammophon, se- plo del estilo del célebre Landini, Angélica
rie Gallería, 423934-2, álbum de dos discos bella. (Sobre el Ars Nova florentino pueden
WACNER: Fragmentos de Tratan undlsol- compactos AÍ)D. Duración» S5'39" y verse algunos datos en SCHERZO n.° 27,
de, Tannháuser, Derjliegende Hollánder, 46'33'" Grabado en el L'fa-Tonsludio de Ber- pp. 78-83).
Gólterdámifterung. Jessye Norman con la Ifn en diciembre de 1966 y enero de 1967. Re-
London Phi I harmonio Orchestra, dirigida procesado a digital en 1988. Esther Lamandier como cantante que se
por Klaus Tennstrdl. EMI CDC 7497591. acompaña a sí misma recupera un tipo fre-
DDD. Duración: 60'13". '' .Lmijii I ' " o c o £|Ue l * e c ' r ^ e u n o s discos de cuentísimo en la iconografía de la época. La
ÍSIDS© los que se han escrito ríos de tinta práctica está además avalada por el mismo
Jessye Norman, en esta etapa I " " * * ' I y que, por lo tanto, no vamos libro que presta su nombre al registro. La
de su carrera, parece inclinar- otra vez a insistir sobre lo ya dicho. Apun- sensacional artista, con su personsltsjmo es-
se bastante hacia el repertorio temos solamente para guía de los más jóve- tilo, nos propone un rescate de la manera
wagneriano. Ahí están su Sieglinda del Met nes que estamos en presencia de una de las de cantar en el Trecenlo. Sin duda una hi-

58 Scherzo
discos

potesis y cuyo grado de belleza queda pen- Tres homenajes fugaces, inte- encabezados por E lisa bel h Schwarzkopf.
diente del juicio del receptor. La grados por piezas cortas com- Estas regrabaciones reúnen piezas extrac-
peculiaridad del timbre de la voz, y sobre puestas «a la mayor gloría de tadas de versiones integrales y recitales que
lodo el modo de adornar, en cascada, na- Haydn» o con motivo de las muertes de Fau- datan de 1965 hasta 1980, es decir la etapa
cen que las recreaciones de Lamandier no ré y Roussel. media y madura del tenor. Su voz ya no es
provoquen un reconocimiento universal. En El contenido de este disco nos muestra una la juvenil y casi adolescente de las comien-
todo caso, la incansable vivacidad de sus in- serie de obras de interés desigual, de las que zos, pero ha ganado cuerpo y redondez, res-
terpretaciones otorga una luz diferente, solo las firmadas por Debussy y Ravel se es- plandece en el agudo y es persuasiva y
siempre atractiva, a las músicas a las que se cuchan alguna vez. Muchas de las piezas, en seductora en las medias voces y el canto
acerca. Ocurre indudablemente así con esle su brevedad, son insuficientes para dejar piano.
Decamerón, grabado en 1980 y pasado al so- constancia del estilo de su autor, pero la se- En cuanto al estilo, Gedda conoce la sen-
porte de compacto en I98Í. Al firmante só- lección no carece de interés en razón a su lime ntali dad de la opereta y la maneja con
lo le queda reconocer que forma parte de los propio carácter de rareza, ya que, bien mi- elegancia, sobre todo en el repertorio tardío
que se rinden al hechizo de Lamandier. rado; ¿Cuántas veces tenemos oportunidad (Lehar y Kalmann). Offenbach y Strauss exi-
de escuchar el Preludio Elegiaco de Paul Du- gen más distancia y mi; acentuada ironía.
kas, el Fox-trot de Conrad Beck o la Pieza Las resultados musicales son óptimos. La vo-
E.M.M. sobre el nombre de Fauré de Floren! cal idad, a pesar de los años transcurridos,
Schmitt? es brillante en cualquier caso.
DÚOS PARA SOPRANOS: Obras de Mon- La principal intérprete de estas músicas. Los directores escogidos —Franz Allers,
leverdi, Ciríssimi. Dvonik (Duelos moravos Margaret Fingerhut, es una pianista britá- Willy Boskovski y Willy Matees— son es-
op. 32), Humperdinck (fragmento de Hún- nica muy al uso, que ha estudiado con Vla- pecialistas en el género, lo cual es una ven-
sel und Gretel) y Richard Slrauss (Fragmen- do Perlemuter. Poco tiene que ver, en taja frente a otros nombres de mayor nivel
to de Der Rosenkavalier). Elisabelh verdad, con el estilo de su maestro, ya que técnico y estético pero que, metidos a ope-
Schwarzkopf e Irmgard Seefried, sopra- se trata de una ejecutante toda dedos, de téc- releros, se quedan cortos en cuanto a carác-
nos, (ierald Miwire, piano (las Ires primeras). nica suficiente aunque algo seca. ter, desenfado y esa sutil pizca de vulgaridad
Orquesta Ph¡Iarmonía: Krips (Hansel). Fi- que la opereta requiera.
larmónica de Viena: Ka rajan (Rosenkava- J.M.S.
lier). KMl-références CDH 69793 2 CU ADD Algunas páginas, como las de El país de
75:42 mns. las sonrisas. Sangre vienesa y El barón gi-
LE BELLE EPOQUE DI) PICCOLO. lano. figuran entre los prototipos de Gedda.
Se trata de un antiguo y famoso Obras de Danuré. Genio, Danjou y Mayeur. Soprende oírlo en el Danilo de La viuda ale-
álbum que ha sido reforzado con (El Mirlo Blanco, Baile de Máscaras, la Tór- gre, obra en que va asociada a Roussillon.
HMiMID
otras grabaciones (en este caso tola, el Nido, Carnavalde Venecia...jieun- Agradable novedad es e! aria de París de la
operísticas) de estas dos magnificas intérpre- Louis Beaumaudier; piccolo, Jean Koemer; offenbachiana Bella Helena.
tes en su mejor época (1947-1956), para con- piano & Maxence I arrien; piccolo. C ALIO-
PE 9*67-Digital. 71*23". Distribuido por a M.
seguir uno de los discos más generosos en Harmonía Mundi.
tiempo que ha dado hasta el momento el for-
mato CD. Ante discos como éste cabe poco El piccolo estuvo de moda en
que decir tras haber relacionado los nombres,
el de la recieniemente fallecida Irmgard See- Francia en el último cuarto del
siglo XIX y se lo asoció tanto
MÚSICAS
fried y el de la legendaria Schwarzkopf,
acompañadas por Gerald Moore. Puede con- a las bandas militares como a los cabarets TRADICIONALES
siderarse que las obras, en sí, no están servi- y salones de danza.
das como se debiera. Es cierto que ni En el presente disco se suceden Caprichos,
Fantasías y Polkas sin que pueda apenas dis- PAYS BASQUE: Arrunoa. Beñat Achiary
Carissimi ni Monteverdi pueden ser acom- (canto), Michel Doneda (saxofones sopra-
pañados al piano, inst rumen lo que no pu- tinguirse dónde terminan unas y comienzan
otras, pese a que todas conserven un cierto no y sopranino), Dominique Kegef (chelo e
dieron ni soñar. Y que los Duelos moravos israj), Xavier Legasa (contrabajo), Ninh Le
de Dvorak deben ser cantados en checo, ya marchamo de música clasica. La aparición
del piccolo está obligadamente anticipada Quan (percusiones), Josean > Jesús Artze
que su composición fue un acto de afirma- (txalaparla). Txarranga de Uslaritz dirigida
ción checa frente al área germánica. Todo eso por el pianista, cuyo anlinefinado acompa-
ñamiento parece más propio del fox-trot que por Píen* Haira. C.'D Ocora (Serie: En Kran-
es cierto, y sin embargo, la escucha de ésto, ce). DDD. C 559045. 74'50".
que constituía el disco originario, es una de esta música.
auténtica delicia porque nos encontramos an- Por su parte el superagudo flautín, tam- No estoy muy seguro que este
te las mejores voces posibles, muy en esti- poco demasiado expresivo en si mismo, ha- disco tenga que ser comentado
lo a pesar del piano, y muy fieles al ce de los múltiples pasajes de pícalo legado en la rúbrica Músicas tradicio-
compositor bohemio a pesar del alemán en su principa! credencial gracias a la endia- nales. Los cantos de origen popular vasco
que están cantados los Duelos. Debemos mi- blada habilidad de Jean-Louis Beaumaun- arreglados y armonizados por varios com-
rarlo sobre todo como un recital, en el que dier el abundante frullato de Carnaval de positores (unísono de un saxofón soprani-
surgen obras que, a pesar de estas desubica- Venecia o el dúo de flautines de El Nido nos no y de la voz en el primer canto, utilización
das de su contexlo, foncionan en virtud del proporcionan un gozo momentáneo, pero al de un contrabajo en el duodécimo canío pa-
arte (creo que indiscutible) de dos voces y final acaba imponiéndose una cierta mono- ra «restituir el ambiente nocturno y apasio-
un acompañante ya míticos. Los dos poco tonía dictada por el característico sonido del nado de la melodía»...) acompañan unos
conocidos fragmentos operísticos redondean instrumento. poemas musicados por el intérprete que in-
el recital. Adviértase que el fragmento de Ka- terviene como compositor. Tampoco se trata
rajan no es el de su grabación de los 50 (con Casi hora y cuarto a solas con el piccolo de rev/val, nos dice Bcñat Achiary en la pre-
Schwarzkopf, pero sin Seefried), sino que es es bastante tiempo. El afilador del barrio sentación, sino de memoria en marcha: no
un registro de 1949. Para los amantes de las nunca se detiene tanto tiempo bajo la sé bien cuál puede ser la diferencia, porque
voces más bellas de aquellos tiempos, privi- ventana. si la voz (sana y robusta) y algunos instru-
legiados en esta materia, se (rata de un dis- J.M.S. mentos pertenecen a un cieno patrimonio
co imprescindible y legandario. cultural, los arreglos y muchos instrumen-
N ICOL AI CEDDA: Arias de operetas de tos pertenecen a las corrientes estéticas (o
ideológicas) del revival. Estoy hablando de
s. M. a Johann Slrauss, Millóckcr, Lehar, Kalnuan problemas formales que intervienen enlre el
y Offenbach. Acompañamiento de varias or- espíritu y la letra. Volví a escuchar el disco
questas. KMI Sludio Stereo ADD, C DM 7 de Matteo Salvatore (comentado en
HOMMAGES i HAYDN, ROUSSEL Y 69506 2. Duración: 68.06 minutos.
FAURÉ: obras de Debussy. Dukas, Hahn, SCHERZO. diciembre 88) y la diFerencia es
Dtady, Ravel & Widor; Delage, Honegger, Nicolai Gedda empezó tempra- abismal: no me refiero, ya, solamente a la
Poulenc, Talismán, Beck, Hoeré« & Mil- namente a cantar operetas para forma, sino a la implicación exisiencial de
haud; Ravel, Enesco, Aub«rt, Se h mil I, el disco y todos recordamos los intérpretes.
Koechlin, Ladmiraul & Roger-bucasse. aquella serie inaugurada, en los anos 50, que
dundos 8578 C-D DDD 56'48". reunía a nombres ilustres del canto vienes, P.E.

Scherzo 59
•studio discogrófico

Una noche en la opereta


N o son claras las fron leras que sepa-
ran la opérela de la antigua ópera
bufa italiana, de la ópera cómica
francesa o del vaudeville; ni siquiera las que
la diferencian de nuestra zarzuela. Sus lími-
perior sin duda a la del mismo director de
principios de los 60 con Hilde Güden en el pa-
pel estelar—y que, en algunas ediciones, in-
cluía la gala del segundo acto—, cuenta con
un reparto de primer orden, con nombres ha-
auténticamente maestra de un Krauss. La pri-
mera obra, junto con El murciélago, ¡a me-
jor producción lírica de Johann Strauss (Jr.),
encuentra adecuada recreación; todas sus, a
veces complejas, propiedades, producto cu-
tes suelen fijarse, partiendo de la combina- bituales en los escenarios vieneses o berline- rioso de la combinación de exotismo, belle-
ción de palabra y música (como en aquellos ses de la época, cantantes que brillaron za melódica, sátira, historia romántica e
géneros o como en el singspiel), por el uso también en la ópera y en el lied y que dis- incluso drama, vienen aquí recogidas en un
de asuntos de carácter ligero, frecueniemenie frutaban como enanos incorporando a los cañamazo perfectamente cohesionado y en-
tocados de humor y en clave de comedia, cer- banales y característicos personajes del gé- cantador. Como lo es, aún en mayor medi-
canos ora al sentimentalismo, más o menos nero ligero: una Schwarzkopf, llena de in- da, la sana lectura que Ackermann y sus
barato, ora a la parodia y a la farsa, ora a tención, inteligencia y frescura vocal; un cantantes hacen de ese compendio de valses
la sátira. Johann Strauss II en Alemania y Gedda, pleno de vigor, facilísimo en el agu- y melodías que es Sangre vienesa (como se
Austria (en la demarcación del Imperio Aus- do, valiente; un Kunz, siempre sugerente y sabe, resultado de la labor de síntesis hecha,
trohúngaro), Offenbach (de origen germá- expresivo, rico de matices, socarrón, iróni- con permiso de Strauss, por Adolf Müller
nico) en Francia y Sullivan en Inglaterra co... Los tres aparecen también eu los demás (Jr.), que recogió diversos temas escritos por
marcan el apogeo del género en sus respec- títulos de esta miniserie. Y luego la Streich, aquél), estrenada después de la muerte del
tivos idiomas y zonas geográficas. Los lemas Donen. Majkut..., superavezados en estos más famoso de la dinastía, y en donde la
exóticos, la mitología tomada a chacota, las menesteres. Sólo desentona —en una anti- Schwarzkopf y Gedda están magistrales.
comedíelas de salón, los escarceos amoro- gua prueba de la falta de rigor ka rajan íano
sos de la alta sociedad sirven, a menudo, de en la distribución de papeles y tipos Para muchos será una rareza El país de
base literaria ilustrada por una música sin vocales— el gran especialista en oratorio que ¡as sonrisas, de Lehár. Es, dentro de su tar-
excesivas complicaciones, de fácil vena me- fue Helmut Krebs, cuya voz y dicción no se día producción, una obra importante (estre-
lódica y simplicidad armónica. Las interre- corresponden en absoluto con la parte de te- nada en Berlín en octubre de 1929), cuando
laciones enire la opereta y sus parientes son nor italiano. Otras opciones a esta espléndi- ya el género estaba dando sus boqueadas),
tantas que hasta las detectamos en la zarzuela da realización pasan por Carlos Kleiber, tanto o más que la famosa La viuda alegre;
(¿no es realmente una opereta Katiuska?). Boskovsky o Clemens Krauss, en el pupitre desde luego, más sentimental y, cosa curio-
Al hablar de opérela, sin embargo, siempre directorial de tres magníficas versiones, la úl- sa, con un final más bien triste. La elegan-
se acaba pensando en la creada de 1850 a tima de ellas llena de sabor histórico, de ele- cia, un tanto demodée y el corte melifluo de
1925, aproximadamente, en las riberas del gancia y de aroma auténticamente vienes. la melodía del compositor húngaro quedan
Danubio; no sólo por sus méritos musicales bien paradas en la versión de Ackermann,
(más que propiamente dramáticos), sino por que procura limar los excesos orientalistas
la forma trascendente con la que, broma a a lo Ketelbey. Gedda, espléndido, quizá por
broma, definía y describía una sociedad en Una recuperación encima de sus companeros, no alcanza, cla-
plena decadencia. Después del segundo de ro, a dar ia dimensión de lejanía y misterio,
los Strauss, que supuso el apogeo, brillaron de efusión y controlada ternura que logra-
Franz Lehár, Leo Fall y Osear Strauss (sin
parentesco con el primero), con los que se
R Lumano, nacido en Bucarest en 1909 y
muerto en Berna en 1960, Otto Ackermann
ba el gran Richard Tauber —apoyado en su
sugerente y oscuro timbre y en su magistral
producían los estertores de un género que es un director hoy prácticamente olvidado, arte de canto", el más celebrado intérprete
aún tendría algunos coletazos al otro lado pero que interesa recuperar urgentemente; es- de la música de su amigo Franz Lehár.
del Atlántico con Gershwin y Kern, cuyas tas operetas son buen pretexto para ello, por-
realizaciones se aproximaban en mayor me- que nos informan acerca de algunas de sus
dida a un pariente cercano y netamente nor- virtudes: naturalidad de fraseo, adecuada res-
teamericano: el musical. piración, equilibrio de planos, habilidosa y Arturo Reverter
elegante utilización del rubato, del rallentan-
do y del accelerando, transparencia de tex-
En el mercado discográfíco, particular- turas... Son cualidades que, en ocasiones, hay
mente español, no son habituales las publi- que intuir y que son siempre difíciles de ad-
caciones de operetas si se exceptúan títulos vertir en una grabación, aunque se puedan
como El murciélago o La viuda alegre. Por percibir mejor en unas como éstas, menos
eso es de estimar como se merece la iniciati- [rucadas y peinadas que las que hoy, en ple-
va de EMI Records Ltd., de recuperar de su na era digital, se fabrican. El paso a com- JOHANN STRAUSS ! 1 : Die Fledermaus.
viejo catálogo estas antiguas grabaciones sa- pacto no ha hecho perder frescura y realismo Srimankopf, G«kta, Krebs, Slrekh, Uónrh,
lidas de la cocina londinense de Walter Leg- a estas antiguas tomas londinenses. Acker- Kniu. Chrísl. Majkul. Dlreclor Herbcrt n i Ka-
ge, aquel ilustre músico y productor, hombre mann dirigió mucho en Viena, Colonia y Zu- nyan. Grabación de abril de 1955. 2 CO EMI CHS
sensible e inteligente que supo encontrar las rich. Músico sobrio y trabajador destacó, 7 69531 2.
mejores vetas fonográficas del arte de su mu- sobre todo, en la ópera —excelente Der Zigeurterbaron. Schwarzkopf, Gedda, Pwy,
jer, la soprano Elisabeth Schwarzkopf, autén- mozartiano—, donde se mostraba competen- Kunz, Kólh. Sinclair... Dlrtclor; Olio Ackermann.
tica diva-protagonista de esta corta y te concertador y ágil colaborador de cantan- G u i n d e n de mino y octubre de 1954.2 CU EMI
significativa serie de obras maestras del gé- tes, que se encontraban muy a gusto bajo su CHS 7 69526 2.
nero, encabezadas, claro, por la citada más sensible batuta. Ello se aprecia en estas gra- Eme Ñachi in Venedig. Sdmarzkupf, (rfdds. Loó-
arriba, cénit de la inspiración de Johann baciones de Strauss y Lehár. La chispeante se. KUNI, Donch, Kkinn... Director: Olio Acker-
Slrauss hijo. Este Die Fledermaus es el úni- y sentimental música suena bajo sus manos man. Grabación dr mayo de 1954.1 CU EMI CDH
co de estos registros, ahora ventajosamente de manera admirable, con todos sus elemen- 7 69530 2.
pasados al soporte del compacto, dirigido tos perfectamente ensamblados y su discur- Wiener Blul Schwarzknpf, Gedda, Kolh, Kunz.
por Karajan; se trata de una modélica y le- so tomado muy en serio, como si de obras Loo». Dónch, PerneMurÍEr... Kifíclor: Olio Ac-
gendaria producción que pone diáfanamente maestras de la ópera se tratara. El director kermann. Grabación de ma^o de 1954. I Cl> EMI
rumano-suizo nos demuestra que, en su es- CDH 7 69529 2.
en primer plano, con un tacto y una exqui-
sitez extraordinarios, propios del músico de tilo, estas partituras no son menos impor- LEHAR: Das Ijjnd des Lachelní. Schnsrakopl.
esos años, los valores melódicos y timbricos tantes. Escuchemos las oberturas de El barón Gedda. Kunz, Loóse. Krauv (Otakar)... Director.
como gracia con las peculiaridades, rítmicas gitano o de Una noche en Venecia y nos da- Olla Ackermann. Grabación de abril ) Junio de
del lenguaje straussiano, lleno de guiños, de remos cuenta: están locadas sin énfasis, pe- 1953. 1 CD KMI CHS 1 6952J 2.
ro de forma arrebatadora, en la línea En lodos los rasos inler>ienc la Orquesta Phllhar-
cadencias, de sinuosidades. Esta versión, su- monim. Los reftisírosse llevaron a cabo ea el King-
sway Hall de LondrTs.

60 Scherzo
•stvdlo discogrófico

Ashkenazy y Decca: 25 años caminando juntos


Ashkenazy. La impresión dominante es el
desasosiego, y las posteriores indicaciones
que separan las diversas secciones de la pie-
za —el Piú mosso, el Vivo—, son casi irre-
misiblemente pasadas por alto por culpa de
este tiempo inicial.
El último número es delirante. Ashkenazy
despliega todas sus velas y se lanza a unos
descomunales ejercicios de bravura, A fuer-
za de perseguir al fantasma de Clara Wieck
acaba encontrándose con algunos escollos,
al salirle al paso un pasaje de octavas que
le obliga a reducir la velocidad. Olvidó que
en las curvas hay que frenar forzosamente
cuando se va acelerando.
No lodo es discutible, lógicamente, en las
versiones que brinda Ashkenazy. Usando el
mejor antídoto contra la rutina adorna to-
das las repeticiones del Carnaval o los Es-
ludios Sinfónicos —ha registrado también
los postumos—, introduciendo toda suerte
de gradaciones rítmicas o de intensidad.
Muchos de estos opus sen u man ¡anos ya
los había grabado Ashkenazy y en los Con-
ciertos de Beethoven tuvo como compañe-
ro a So!ti. Pero además de los acercamientos
del intérprete que nos ocupa existe una dis-
cografía abundantísima. Claudio Arrau ha
grabado insistentemente estos títulos con un
sonido más bello y un estilo más apolíneo.
Con una pizca más de espontaneidad Bene-
detti Michelangelí sería un intérprete ideal
para el Primer Concierto de Beethoven,
mientras que Kempff es un perfecto traduc-
tor del Segundo y del siempre difícil Cuar-

S e cumplen este año las Bodas de Pia-


la en!re el pianista Vladimir Ashke-
nazy y la firma DECCA. Un artículo
debido a Bryce Morrison se extiende sobre
este hecho a la par que elogia la rapidez del
pertenecen a un período feliz de su vida, un
período burgués, de exaltación de las peque-
ñas cosas y de anhelos hogareños. Requie-
ren un sentimiento mucho más íntimo y
afectuoso que el que les brinda Ashkenazy.
lo como Richter lo es del Tercero. El
«Emperadora es un auténtico festín para el
aficionado: Horowitz, dueño de una fabu-
losa riqueza timbrica, Fischer, Kempff,
maestro —no exenta de meticulosidad—, en La forma de atacar las notas y ese sonido Schnabel..., son todos excelentes.
los estudios de grabación. Se refiere también que tanto convenía a Beethoven se revela Tampoco Schumann está mal servido.
al instintivo entendimiento que tiene Ash- muy pronto poco eficaz para servir a unos Hay unas Papillons de Lhévinne, absoluta-
kenazy de las distintas épocas y estilos y a nuevos propósitos. Emerge un Schumann mente inolvidables por belleza de sonido, un
su manera carismática de transmitirlo a quie- desprovisto de dulzura que da lugar a una Carnaval y unos Esludios Sinfónicos de
nes hacen música con él y finaliza expresan- visión escasamente i nt i mista de páginas co- Cortot maravillosos —con algunas repeticio-
do que jamás le ha hecho sufrir un solo mo Ensueño o Juegos del Hogar, de Esce- nes y los postumos—, y otros de Nat un tan-
minuto de aburrimiento, gracias a unas in- nas de niños, en las que la veta sentimental to resumidos pero también maravillosos.
terpretaciones que reclaman en todo mo- queda sin agolar. Cortot grabó también el más misterioso Pá-
mento la atención del oyente. jaro Profeta que pueda concebirse y lo hi-
En el archiconocido Carnaval e] enfoque
Beethoven y Schumann, protagonistas de sigue sin ser el más satisfactorio. Ashkenazy zo volar fuera del marco de sus Escenas del
estos seis flamantes compactos, requieren ca- encuentra una salida para desahogarse a sus Bosque; la Haskil las registró enteras. La exi-
da uno una específica forma de ataque. Las anchas en el más acendrado virtuosismo, cu- mia pianista grabó también unas tiernas Es-
diferencias son notables dado que las obras yo ABC conoce al dedillo. Exhibe casi siem- cenas de Niños que compiten con las de
del segundo tienen como destinatario un ins- pre un sonido agresivo, para lograr el cual Kempff, y una firma francesa anuncia la pu-
trumento mucho más desarrollado, conquis- el pianista ruso pica mucho las notas, esté blicación de unas de Nat tomadas en direc-
ta de una ¿poca de la que Beethoven es o no indicado por Schumann. Esto convie- to... Remedando la introducción de Bryce
precursor y Schumann, Chopin o Liszt be- ne a las mil maravillas a algún número ais- Morrison convengamos en que no hay lu-
neficiarios. lado como Reconoissanse, en que los gar para un minuto de aburrimiento.
En los Conciertos de Beethoven encuen- acordes de la mano izquierda están rubrica-
tra Ashkenazy la forma de ataque idónea — dos con un staccato, pero es de muy poco
en realidad la suya más característica—. Se provecho en otros casos. La vibración inti-
benefician estas obras de una pulsación vi- ma vuelve a Tallar en un número tan rico en Joaquín Martín de Sagarmínaga
ril, incisiva, un tanto martilleante, que casa resonancias como Chopin, cuyo titulo lo di-
muy bien con el tradicional perfil sonoro ce todo. Gran parte de las indicaciones re-
beethoventano. Además, Ashkenazy dirige feridas al tempo rubato no son
suficientemente exprimidas y el aire canta- BEETHOVEN: Los 5 Conciertos para Piano y
lodos los Conciertos desde el piano como ha- bile acaba haciéndose un tanto intermitente. Orquesta. Fantasía Coral. The Cleveland Orqoo-
cia el propio compositor, pese a que en su !n: VHdlorir Ashkeaai), diirclor. SCHUMANN:
obra las texturas orquestales reclaman ya Carnaval, Humoreske. Papillons. Arabeske, Sin-
una atención más pormenorizada. Otro problema es el de los tempi, en ge- fonische Eluden. Wiilihcenen. Kinderszenen. So-
neral demasiado rápidos. El Quasi maesto- nata N.° I: Vladimir Vhktna/i. piano. CD
Schumann es otra cosa. La mayor parte so con el que se inicia la obra, se convierte lieCCA-dtglUI rtcordinit 421 718-2, ?; 321 010-2,
de las obras grabadas en estos compactos poco menos que en un Allegro en manos de 6S'S7"; 414 474-2, 56'15": « 1 290-2. 73-52".

Scherzo 61
•studlo discogrófico

Novedades bartokianas
pudimos comprobarlo en su visi-

O bras ya muy bien graba-


das, y muy interpretadas,
a ni es de la escucha pode-
mos preguntarnos si sus íniérpre-
lés son audaces o ingenuos. Pero
ta del año pasado con esta misma
obra) una lectura suntuosa, que
acentúa el carácter solista de deter-
minadas intervenciones (el juego
ante la importancia de las obras de las parejas lo es más que nun-
hay que aceptar que sean grabadas ca) y el placer de escuchar a esta
de nuevo y que lo sean una y otra primen sima orquesta americana en
vez en adelante, al menos en la me- un auténtico recital lleno de volup-
dida en que el disco es. entre olías tuosidad sonora. ¿Exterior? Tal
cosas, testimonio de lo que hoy se vez, pero no superficial. Eso ven-
interpreta por las salas de concier- drá luego, como veremos. Es una
tos o los teatros líricos. opción del Concertó tan opinable
como legítima.
Barba Azul A primera vista, la postura es se-
mejante en Música para cuerda,
V^omienza este minimuestra bar- percusión y celesta, con mayor em-
tókiana poi una coproducción bellecimiento, si cabe. Si antes el
CBS-Hungaioton, con una sopra- resultado era opinable, en este ca-
no húngara y un bajo americano. so es discutibilísimo. El misterio-
Es un disco brillante, seductor, con so Adagio, por ejemplo, deja de
una espléndida loma de sonido pe- ser música nocturna para conver-
se al ruido de fondo evidente en si- tirse en una elegía de hermosa so-
lencios y pianos. Una orquesta a noridad sin gran contenido. Es por
veces demasiado potente (algo que eso por lo que esta lectura brilla en
puede permitirse la fonografía los ataques más poderosos, en pa-
frente al Uve) acompaña con gran sajes como la incursión del xilófo-
teatralidad a la pareja. Y es que la no y el piano en la carrera del
lectura de Adam Fischer es sobre primer Allegro y, desde luego, en
todo muy leal ral, dramática más los momentos más acelerados del
que trágica o lírica, y conduce a Finale. ¿Que la orquesta es mag-
una serena resignación final, espe- nifica? Por supuesto. ¿Que Dutoit
cialmente evidente en el interludio es una gran batuta? Claro que sí.
orquestal previo a la séptima puer- Pero antes de recomendar esta lec-
ta, y que ha culminado en las puer- tura no dudo en llamar la atención
tas cuarta y quinta (esta última sobre otras, como la reciente de
bóveda del arco de la simetría esen- Iván Fischer, hace poco reseñada
cial de la pieza), donde se aunan aquí (Philips, 3 CD, más los tres
con gran belleza el brillo del soni- Conciertos de piano y otras obras,
do y la eclosión dinámica. con Z. Kocsis). Fricsay (DG), Rei-
Bela Boriok visto por Carmelo. ner (RCA), la espléndida de Boulez (CBS,
Hay una medida construcción de ambos focar el papel. Nos encontramos ante un en- 1 CD con el Concertó). Para el afortunado
personajes, que actúan paralelamente a la frentamiento entre iguales (como el que pueda acceder a ella, le recomendamos
ascensión, culminación y caida del discurso propuesto por Sawallisch, Varady y Fischer- la de Mravinski (Melodía, 1 CD, con Apo-
sonoro. Ramey construye un Barba Azul do- Dieskau, pero sin su lirismo esencial, en una lo, de Stravinski). Sinceramente, creemos
liente y sin embargo fuerte, enamorado y lú- actitud plenamente dramática), realmente que esta Música de Duioit, aunque nunca
cido ante la imposibilidad del compromiso, moderno, cuya originalidad da sentido a esta la escuchemos tan virtuosa en nuestras or-
algo galán en la belleza de su timbre, atrac- recomendabilísima versión. Las grandes ver- questas, se queda corta en su brillantez, en
tivo en la pureza de su canto, teñido de una siones siguen siéndolo (repelidas veces he- su corrección, en su virtuosismo y en su en-
lógica amargura que, contenido, nunca lle- mos hablado de ellas en estas páginas tusiasmo. Las otras que hemos reseñado tie-
va al pathos, a la desesperación. No nos es amarillas). Creo que por las características nen algo (o mucho) más, a veces sin tocar
posible calibrar por completo lo que nos pa- relacionadas, la de Adam Fischer es otra tan rematadamente bien.
rece adecuada pronunciación del húngaro en más, equiparable.
este magnífico bajo norteamericano. En to-
dos eslos sentidos. Ramey plantea una op-
ción distinta a la de los grandes Barba Azul,
el dolorosamente comprensivo Fischer- Duloil Cuartetos
Dieskau (Sawallisch), el trágico Melis (segun-
do de los tres registros de Ferencsik), el vio-
lento Berry (Kertesz). Podemos hablar en Dasándose en una orquesta virtuosa (con .Acercarse a una nueva integral Bartók, co-
adelante de Ramey como el Barba Azul im- unas más que espléndidas maderas) Dutoit mo a tantas nuevas grabaciones, supone una
batido. orgulloso, dispueslo siempre a afron- opta por un Concertó fundamentalmente be- dificultad. No se trata de la dificultad de sa-
tar la inevitable incomprensión, porque peor llo, que evita las mayores aristas de esta par- ber si nos gusta o no. En el caso de la inter-
sería la renuncia. titura (el Intermezzo no rechina en este caso). pretación del Emerson puedo decir que, tras
Esto puede resultar rechazable para quienes dos escuchas, sabía que me gustaba y mu-
Eva Marión opta por una Judit opuesta consideren que Bartók es, en ésta y otras mu- cho. La dificultad es el por qué. Después de
a la mujer débil o temerosa que hemos es- chas obras, fundamentalmente angustia, haber buscado el sentido de oirás integrales
cuchado a menudo. La Judit de Manon no burla, desasosiego, misterio. A mitad de ca- y realizado discografías comparadas de es-
vacila, no duda sobre lo que ha de hacer: mino hay lecturas de la importancia de Frie- te ciclo, me fue necesaria una escucha más
¡luminar el castillo, iluminar a su amado say (DG), mientras que Reiner (RCA) estaría amplia y más dilatada en el tiempo para
Barba Azul, a pesar de él mismo. La deci- más cercano a aquel tipo de agresión y Ka- comprender el sentido escondido de estos so-
sión de abrir las puertas es firme, pero no rajan (DG) llegaría a cierto rigor aséptico. nidos fascinantes del Emerson. Ese calor, esa
violenta (no se va al extremo opuesto), y se Frente a lecturas en tiempos reveladoras, co- fuerza, ese virtuosismo, ¿qué relación tenían
basa en una poderosa voz de soprano, gruesa mo las de Ancerl, Boulez, Dorati, Ferenc- con lo que se había hecho hasta ahora, aun-
y fuerte, muy adecuada a esta manera de en- sik o Sol ti, Dutoit ha decidido grabar (y ya que sólo hablemos de integrales? La respues-

62 Scherzo
•studio discográfico

ta lardó en venir, pero vino, y al final lodo


era más sencillo de lo que podía esperar.
Precisamente la caraclerislica fundamen-
tal de la integral del Emerson, como en el
caso de Duioil (pero no hay color, vamos),
hay que buscarla en la exterioridad. No hay
que confundir exterioridad con expresividad,
pero el elemento expresivo (no expresionis-
ta, por favor) es esencial también para com-
prender una de las integrales más cuidadas
Delirium Clemens
en cuanto a ejecución y teatralidad. En efec-
to, se trata de un Bartók donde lo lírico y
lo popular se dan por supuestos, pero no se
en f al iza en ellos. En cambio, se hace hinca-
Clemens Krauss dirige Parsifal
pié en lo escénico, en la dramaturgia, en la
representación de los Cuartetos como actos
de un drama, un drama que no termina na- elirium Clemens», asi acostum- 1954 en el curso de un concierto como di-
da bien (la lensa sucesión de mesti en el Sex-
to Cuarteto) y que, se nos sugiere, podría
continuar aún, acaso con tristeza mayor. La
enorme capacidad de matización aportada
D braba a calificar la prensa viene-
sa los extraordinarios conciertos
de este fuera de serie de la dirección de or-
rector invitado de la Orquesta Nacional de
México.
El álbum de Parsifal que ahora comen-
questa. Ahora, con ocasión de la reedición tamos consta de dos discos compactos con
al cuidadoso registro de estos cuartetos re- del Parsifal, lomado en el Festival de Bay- una duración total de 3 horas y 57 minutos,
dondea una sensación de virtuosismo, de lu- reuth de 1953, vamos a tener oportunidad lo cual supone un ahorro evidente si lo com-
jo. No es una integral intimista. Tampoco de volver a encontrarnos con él, y bueno será paramos con la versión lanzada por la casa
poética o lírica. Hay apuntes de lirismo que para los más jóvenes que hagamos un poco Laudis en 4 compactos y con una calidad so-
son desmenlidos por una pasión por la tra- de historia. Clemens Krauss, nacido en Vie- nora prácticamente igual a ésta (para los in-
ma en una integral que es, sobre todo, ac- na el 31 de marzo de 1893, compartió con teresados en la crítica del álbum publicado
ción. Por eso los movimientos rápidos son Bruno Walter una similitud en su talento por Laudis les sugerimos la lectura del ar-
especialmente brillanles y expresivos {Alle- musical, en tanto que ambos sentían espe- tículo de Ángel F. Mayo publicado en el
gros de los Primero y Segundo, el fantásti- cial inclinación por la música de Mozart, Na- n.° 590 de la revista Ritma). La interpreta-
co Scherzo alia bulgarese del Quinto, el turalmente los parecidos empezaban y ción de este Parsifal es de una evidente be-
Ímpresionante.4Megromo/íodel Tercero, el terminaban ahí. Bruno Walter había naci- lleza, con una insuperable transparencia
turbulento Prestísimo del Cuarto...) y los do en una familia de la pequeña burguesía orquestal, muy dramático y, por supuesto,
lentos poseen una intensidad sostenida dan- berlinesa, de condición judía; Clemens sin la impronta metafísica de cualquiera de
zante, llena de fuerza externa. Krauss (de tener que hacer caso a la leyen- las lecturas de Knappensbusch que, quiérase
da) era hijo natural del arzobispo de Viena, o no, continúa siendo el traductor idóneo
y como tal poseía un innato sentido del aris- de este Festival Sagrado (Philips ha publi-
Se comprenderá que no se (rata de la in- tocrático laissez-faire que caracteriza a los cado en Europa, aunque no en España, la
tegral más profunda. Para eso habría que estratos más elevados de la sociedad austría- versión en compacto de la representación to-
acudir a una de las tres del Juilliard (en es- ca. A la «dad de ocho arios se convirtió en mada en vivo en el Festival de 1962). Otro
pecial la primera, de 1951), una de las dos niño cantor de la Hofburg vienesa (casa y de los atractivos indudables de esta versión
del Tátrai o la del Cuarteto Bartók de Bu- cuna de los célebres Wiener Sangerknaben) de Clemens Krauss es el impresionante elen-
dapest. La integral del Emerson va, más y a los trece, según sus propias palabras, po- co vocal, con Martha Modl y Ramón Vinay
bien, por el camino de la del Tokyo String día cantar perfectamente las dos arias de la en plenitud de facultades: un insuperable y
Quartet, también brillante, virtuosa y exte- Reina de la noche. Fue un estudiante mo- satánico Hermann ühde. excepcional
rior. Ambas son de la década de los 80, és- delo en la Academia de Música, pasando su cantante-actor; magistrales George London
ta que ahora termina, si bien los del Tokyo Reifeprüfung en 1912 y recibiendo su pri- y Ludwig Weber, y, finalmente, un impe-
presentaron su integral al comenzar el de- mer puesto operístico en 1913, en Riga. Die- rioso y agresivo Josef Greindl. Hoy por hoy,
cenio. ¿Viviremos acaso una época dada a ciséis años más tarde fue nombrado director comienzos de 1989, solamente Waltraud
la exterioridad, no superficial, sino expre- general de la Opera de Viena. Krauss intro- Meier podía ser un pálido reflejo de cómo
siva? ¿Es producto del hedonismo narcisis- dujo sustanciales innovaciones en el reper- se puede cantar Parsifal; los demás no pue-
ta que teorizan los pensadores actuales? En torio; entre ellas cabe señalar una destacada den ni siquiera compararse. En cuanto a las
cualquier caso, se trata de dos integrales muy producción de Wozzeck, las óperas de Ri- batutas la situación no es mucho mejor. De
de su tiempo, de un poderío y una fuerza chard Strauss, todas las del repertorio mo- esta forma la versión que ahora comenta-
comíanles, manienidas. La del Emerson qui- zartiano y una nueva representación del mos se puede considerar como un auténti-
zá va más allá, al menos en la medida e que, Tristón que se distinguió por el dinamismo co tesoro, quizá agigantado dado el
si los Cuartetos de Bartók constituyen (en- de su concepción. A principios de 1935 su- deleznable e inconsistente nivel artístico del
tre otras cosas) una estética de la crispación, cedió a Erich Kleiber como director de la actual Bayreulh en particular y operístico en
ese sentido adquiere dimensión de monu- Opera de Berlín, y en otoño de 1936 suce- general, y presidido por un mago de la ba-
mento en la integral que comentamos. dió también a Hans Knappertsbusch en la tuta erigido en brujo indiscutible. A su la-
Opera de Munich, ambos puestos logrados do los Levine, Ozawa, Mehta, etc., son
por las palpables simpatías de Krauss por los todavía unos aprendices. El álbum viene
nacionalsocialistas (aparte de su indudable acompañado por el libreto con el texto ori-
talento musical). Clemens Krauss compar- ginal alemán sin traducción y sin estudios
Santiago Martin Bermúdez cuando tió la ideología nazi durante diez años, y previos.
después se percató de su tremendo
error era ya demasiado tarde. Nunca negó
el haber pertenecido al partido; pero cuan-
do se aludía a ello su cara avergonzada te
traicionaba, haciéndole sentir un complejo Enrique Pérez Adrián
de culpabilidad que oíros de sus colegas, con
más aplomo, eso es cierto, no se dignaron
tener cuando, sin ambigüedades, salieron a WAGNEK: parsijal. G ™ * ( Loadoa, Joseí
BARTÓK: El cnuilla de Barba Azul. Uirton, Ra- la luz pública todas las atrocidades cometi- Greindl, l.udwig W t b n , Ranóa Vlnay. Htrmann
mo. Orqueila Kslado Húngaro; Ad«m Fitcher. das por los hombres de Hitler. En 1953 di- Ubdr, Miritis Módl, Gtnt Tobln. Thto Adam,
CBS Masltrworks. 1 CU. ol'SI". DDU. María VOD llosvay, Gcrhard Slobe. Coro y Or>
rigió en Bayreulh el Anillo (ver comentario quma dtl Festival dr Buireuih 195J. Director:
BAKTOK: Concertó para orquesta. Música pora de Blas Matamoro en el n.° 26 de SCHER-
cuerda, percusión y celesta. Orquesta de Mon- C k m t i u krauu. Matsiru dr coro: Wilhdm Pilz.
irral: Charlea Duloll. DECCA 421443-1. CD. ZO) y Parsifal. Falleció el 16 de mayo de Rodolpht Produclicms RPC J2516.IT, ilbum de
W28". I>»D. dos discos compartos ADD. Duración l o l i l : 3 hfr.
1 » y 57 mi BU los. Distribuido tn Españ* por Har-
BAK [Oh: loa seis cuartetos dé cuerda. EBKTHMI monía Mundl Ibérica, S.A.
Slring Qumrttl. Deutsche GrammOBkon. 42J
657-2. 2 CD H 2 I 5 " v 76'W). DDD.

Scherzo 63
estudio bibliográfico

Al fin, Schoenberg
C omo sus propios títulos
dejan translucir, estos
dos volúmenes integran
documentos. El primero, sólo de
carácier epistolar, obra todos
da por sus entusiastas seguido-
res y discípulos. Schoenberg es
exigente para con su obra, pero
desprendido en sus derechos eco-
nómicos, hasta el punto de pe-
ellos del compositor Arnold dir más ayuda para, por
Schoenberg. El segundo incluye ejemplo, Webern (carta 71 y
cartas de Schoenberg y Kan- otras) que para sí mismo. Algu-
dinsky, otros lexlos de ambos ar- nos detalles importantes de su vi-
tistas y reproducciones de obras da parecen más dramáticos de lo
plásticas. En este segundo volu- que debieron haber sido (como
men reseñado hay, además, un ia acusación de antisemitismo a
articulo de Harmut Zelinsky re- la Bauhaus, caso que en el segun-
lativo a ambos artistas. _ do de los libros aparece más do-
cumentado, hasta el punto de
El interés de estos libros es ex- que las culpas se las lleva la bue-
traordinario, como tendremos na y lenguaraz Alma Mahler, a
ocasión de razonar a continua- la sazón esposa de Gropius).
ción. Sin embargo, no poseen el Schoenberg no admite que la
mismo interés para cualquier pú- comprensión de su música y
blico interesado en la música. El otras músicas sea cuestión de
aficionado medio sentirá un in- gustos, como le recuerda a Dow-
terés general lógico. El aficiona- nes, críiico del New York Times,
do a la música del siglo XX, a los a propósito de Mahler (carta
grandes clásicos de nuestro siglo, 230), pero en otra carta sostiene
un interés especial. El aficiona- algo no contradiclorio, sino
do que tiene un conocimiento in- complementario: «no es el mú-
terdi se iplinario estará especial- sico profesional, el músico que
mente interesado en el segundo vive de su arte, quien es indispen-
volumen, donde la dimensión de sable para mantener en pie la cul-
artista pictórico de Schoenberg tura musical, sino que lo es el
se potencia con su relación con aficionado, y ha sido siempre el
Kandinsky. aficionado quien de verdad ha
fomentado el cultivo del arle»
El libro de Corlas de Schoen- (carta 250). Schoenberg intuyó
berg es apasióname, ni más ni algo de lo que podía suceder con
menos, si se está interesado en la su aportación, cuando comparó
peculiar y difícil carrera de uno el desprecio hacia la misma en vi-
de los músicos aportadores más da con la posible apoteosis de la
grandes de nuestro tiempo. Aun- misma iras su muerte, como así
que los cinco períodos en que es- fue en los largos años de Darm-
tá dividida la correspondencia Caricatura de Rudolf Hermán. stadi: «La segunda mitad de este siglo hará
(desde 1910) aparecen precedidos malo por sobreestimación lo que la prime-
de notas biográficas y relación de obias, es nos limitamos a la que puede servir de in- ra mitad ha dejado en blanco en mí por in-
necesario un pequeño conocimiento previo troducción a quienes pretendan acceder a los fraestimación».
de la vida y la obra de Schoenberg. Aquí dos libros que ahora reseñamos.
aparece una dificultad, ya que et libro de
Muchnik es demasiado breve, al tratar de los El libro de Cartas de Schoenberg no es,
tres compositores de la Escuela de Viena {La en modo alguno, una autobiografía indirec- El libro de Kandinsky y Schoenberg pa-
segunda Escuela de Viena, de Nieghbour, ta. Es tan sólo una selección de cartas reali- rece destinado a personas más versadas en
Griffiths y Perle, extraído del New Grove) zada por Slein a partir del material existente, artes plásticas que en música, pero existen
y el de Stuckenschmidt (Rialp, 1964) debe ya seleccionado por el tiempo, por el pro- notas explicativas a lo largo de todo el vo-
de estar agotado hace tiempo. Por su par- pio composilor, por circunsiancías de per- lumen. No se trata de la clásica monografía
te, el de Rosen, es monográfico, no biográ- didas y omisiones. Sí es un conjunto con apéndices documentales, sino justamen-
fico, y se trata sobre todo de la estética y documental ampliamente significativo. Par- te lo contrario: una colección de documen-
la obra del compositor (Antoni Bosch, le del mes de enero de 1910 y llega hasta dos tos (cartas, textos teóricos, obras dramáticas
1983). En consecuencia, la biografía más a cartas del 27 de junio de 1951, tres semanas de ambos: El sonido amarillo de Kandinsky
mano habrá que buscarla en oiro idioma. antes del fallecimiento del compositor. La y La mano feliz de Schoenberg, reproduc-
Por ejemplo, la excelente biografía- riqueza de estos documentos epistolares no ciones pictóricas de los dos) que incluye dos
monografía de Rene Leibowitz en la colec- es resumible. Basle reseñar que abarca lo- apéndices como estudios de los mismos (los
ción Solféges (Ed. du Seuíl, varias reedi- do lo que de interés pueda haber con respec- artículos de Jelena Hahl-Koch, editora del
ciones). to a la obra de Schoenberg, a su actitud volumen, y de Harmut Zelinsky, casi cien
aparentemente iluminada con respecto a la páginas de las 240 totales). Precisamente, el
misma, su insobornabilidad, su falta de di- orden de lectura podría ser el contrarío, y
En cambio, para situar perfectamente el plomacia, su profundo sentido moral. Al- empezar con eslos estudios para proseguir
encuentro entre Kandinsky y Schoenberg, gunas relaciones personales están muy con el resto, que aparece antes. El artículo
además de las notas y lo que se desprende documentadas aquí, como la que hubo en- de Jelena Hahl-Koch trata de los elementos
de la edición de la señora Hahl-Koch, dis- tre el músico y Hermann Scherchen (véase que caracterizan los estilos de Schoenberg
ponemos de un excelente librito, con ilus- la curiosa evolución, desde la regañina de y Kandinsky hacia la época en que se cono-
traciones de Kandinsky y oíros pintores del la carta n." 21 hasta el reconocimiento de cieron, la historia de su amistad y las coin-
Blaue Reiter, en especial los malogrados la importante labor de dicho director para cidencias de sus pretensiones. El artículo de
Franz Marc y August Macke, muertos en el con la música de la Escuela de Viena). Ve- Zelinsky es sumamente complejo y necesita
campo de batalla durante la primera gran mos a Schoenberg ayudando a todos sus co- conocimientos previos, pero es de enorme
guerra. Se traía de Der Blaue Reiter. Un ex- legas, polemizando con editores, directores, interés para la reconstrucción que supone del
presionismo alemán, de Paul Vogt, edita- animadores, al tiempo que se configura co- tras fondo cultural alrededor del que se mue-
do por Blume {Barcelona, 1980). Desde mo un artista cuya soledad no queda palia- ven ambos (como la participación de
luego, hay más amplias biografías, pero aquí

64 Scherzo
libros

Schoenberg en determinados movimientos cluso con ocasión de monográficos o cuasi-


donde está vigente el antisemitismo, o su co- homenajes. Por ello he de concordar con
queteo con la izquierda de la época). Des- otra reflexión de Casares: «Con esta obra
graciad amen le, con ser el capítulo más se ha terminado por una parte con una in-
justicia histórica, por no hablar de vergüenza
intrincado, es también el que, colocado al
final del libro, más ha sufrido los efectos de LIBROS nacional, pero al mismo tiempo se ha apor-
tado un estudio único, que será siempre, ne-
una traducción confusa, con escaso domi- cesariamente, un punto de referencia
nio del castellano, con frecuentes errores de incuestionable».
bulto y de nombres (¡en un articulo plaga-
do de nombres!). Es importarle la parle de Libro, repito, bellísimo que es toda una
este escrito dedicada al sentido mesiánico y invitación a ser tomado como punto de par-
al autocrítico de Schoenberg. a la vivencia tida para una investigación formal y siste-
teosófica de él y Kandinsky, preparatoria de mática sobre la música gerhard ¡ana. Ojalá
ese mesianismo en ambos. Teosofía y me- dispusiéramos de libros asi sobre otros de
sianismo parecen conducir a ambos artistas nuestros compositores, sin ir mas lejos so-
a las composiciones de las piezas teatrales bre Falla.
La mano feliz y El sonido amarillo, alrede-
dor de las cuales gira buena parte de la do- X.M.C.
cumentación incluida en este libro.
Las cartas son el corolario de estos estu- QUIRINO PRINCIPE Mahfcr, Traducción
dios y documenios, aunque estén colocadas de Floral Mana. Javier Vcrgara Editor. Bne-
al comienzo del volumen. A pesar de la enor- nos Aires, 1986. 6S2 paginas.
me laguna de los años de guerra y posgue-
rra, estas cartas si constituyen una suerte de
monografía indirecta (no sólo hay documen- JOAQUÍN HOMSr Roben Gerhard y su La aparición de este muy imponan le tra-
!os epistolares de Kandinsky y Schoenberg, bajo del musicólogo italiano Quirino Prín-
obra. Traducción de M.' Jesús Arbokya y cipe (Gorizia, 193Í) es una buena ocasión
sino también de Gabriele Munter y Franz Ángel Medina. Prólogo de Emilio Casares.
Marc). Tras la lectura de este libro puede ser para repasar la bibliografía mahleriana re-
Elhos-Múska n." 16. Generalilat de Catalun- ciente en castellano. El interés que ahora des-
buen complemento la de Sobre lo espiritual ya y Universidad de Oviedo. Oviedo, 1W7.
en el arle, pequeño libro de Kandinsky (5.' pierta el genial sinfonista entre nosotros ha
ed. española: Banal-Labor, Ediciones de Vol. de 143 pp. 20,5 x 14,5 cm. Abundantes animado un tanto la edición —a nivel espa-
Bolsillo n.° 293, Barcelona, 1986), y el Tra- ilustraciones y ejemplos musicales. ñol, se entiende— sobre su figura. En los úl-
tado de armonía de Schoenberg (Real Mu- timos meses se ha reeditada el Mahler de
sical, con un prólogo de Ramón Barce, Esta biografía de Gerhard «no es un es- Marc Vignal (Anióni Bosch editor; Barce-
Madrid 1974), obras ambas de 1911 —es de- ludio mu sicológico clásico, situable dentro lona, 1987). Este breve, discutido pero siem-
cir, inmediatamente anteriores al expresio- de las corrientes tradicionales de la historio- pre interesante libro, reaparece en traducción
nismo abstracto de Kandinsky y la grafía, es mucho más, una reflexión en que notablemente mejorada. Su lectura es poco
suspensión de la tonalidad de Schoenberg— la materia musicológica es la propia doctri- menos que obligada para el aficionado que
que muestran coincidencias realmente sor- na que el autor ha vivido y profesado, en se inicie en Mahlcr. El Mahler de Theodor
prendentes aunque traten de artes distintas, la que el protagonista, el sujeto paciente de W. Adorno (Ediciones Península; Barcelo-
en el momento en que se inicia la correspon- toda biografía, no es un ser externa, un ob- na, 1987) contiene algunas de las páginas
dencia y colaboración de ambos artistas. jeto de laboratorio, sino la persona que ha más profundas jamás escritas sobre el com-
sido el guia, el amigo, con el que se ha con- positor. Aunque adorno pueda ser muchas
La recomendabílídad de ambos libros se versado, con el que se ha sufrido, y por ello, veces sorprendente en sus enfoques, lo in-
desprende de lo que acabamos de decir apre- con ciertas vetas biográficas comunes; son dudable es la enorme influencia que han ejer-
tadamente. El libro de Carlas de Schoenberg muchas veces dos biografías distintas, la de cido sus ideas y análisis de las obras de
se beneficia de una excelente y pundonoro- Gerhard y la de Homs sobre las que se re- Mahler. Un punto esencial: la edición del
sa traducción de Ángel F. Mayo Anloñan- flexiona y se contemplan al mismo Mahler de Adorno es un modelo digno de
zas, mientras que la versión castellana del tiempo...» imitación, tanto por la espléndida traduc-
segundo libro no es tan encomiable, y para ción y las oportunas notas de Andrés Sán-
ello basta comparar las cartas que coinciden El párrafo anterior, tomado del prólogo chez Pascual como por los excelentes índices
en ambos volúmenes. No dejamos de reco- de Casares, es una excelente descripción de —inexistentes en el original alemán— ono-
mendarlo por ello, y ademas con entusias- este libro bellísimo y emotivo (y cuidadosa- mástico y de conceptos añadidos por el autor
mo: no olvidemos que, además, contiene mente traducido de la versión original en ca- de la versión castellana. Es casi innecesario
numerosas reproducciones en color (y otras talán) que es antes que nada un testimonio indicar que esta excelencia está ausente en
ilustraciones) de obra gráfica de Kandinsky de amistad entre dos músicos. Por ello, los la edición castellana del Mahler de Quirino
y Schoenberg. Por último, una desiderata: datos y los análisis filológicos se ven inter- Principe, que aparece con todos los defec-
aunque conocemos la dificultad comercial calados por comentarios, recuerdos, docu- tos marca de la casa: traducción mejorable
del libro de música, creemos que esta biblio- mentos personales, epistolario, etc. Me y ausencia de índices. Sin embargo, la pre-
grafía debería ser completada, por las edi- resulta difícil hacer una recensión habitual sencia de este libro en castellano ha de ser
toriales más interesadas en ello, mediante las de este libro que leí y releí de una sentada bien recibida. Se trata de un libro ideal pa-
traducciones de las obras de Schoenberg única (he de mostrar mi agradecimiento a ra una persona de cultura media interesada
nunca vertidas al español, como el Diario Iberia por la oportunidad ofrecida) y sin de- en Mahlcr. No tan arduo como Adorno el
de Berlín, Funciones estructurales de la ar- clive del interés. Pocas veces la música es- oscuro, Príncipe nos proporciona el traba-
monía. Ejercicios preliminares de contra- pañola nos ha ofrecido un regalo semejante jo biográfico más exhaustivo hasta el mo-
punto, Fundamentos de composición o no tanto por su valor científico, en absolu- mento disponible en español (¿será
Modelos para principiantes en composición, to desdeñable, sino por su superlativo va- demasiado utópico pensar en una traducción
lor humano. del monumental La Grange?) La honda in-
dagación biográfica de Príncipe se corres-
Santiago Martin Bermúdez Robert Gerhard, ese «english composer ponde con un no menos profundo
born in Catalonia» según algunos dicciona- entendimiento de la obra musical mahleria-
ARNOLD SCHOF.NBERC: Canas. Selecciona- na, considerada hasta en sus muestras más
das i editadas por Erwin Slcin. Traducción de Án- rios, es la más grande figura de la música
gel Fernando Mayo Antoñvnras. Turner Músifi. española del siglo XX junio a Manuel de Fa- raras y menos representativas. Todo ello ha-
Madrid. 1988. lla y su biografía lo ha convertido en ejem- ce que este libro, pese a las carencias sefia-
ARNOLD SCHOENBEHtiWASSILY KAN- plo de lo que en literatura se dio en llamar ladas, sea imprescindible para los lectores
DINSKY: Cari», cuadra i docymenlosde un vn- extraterritorialidad; su recuperación por la mahleríanos de habla castellana.
cuenlrtí rUraordirariu. Selección. priUogu } nulm sociedad española se ha hecho tarde, mal y
de Jelena Hahi-Koch. Con un ensayo de llarmul la comprensión de su obra y personalidad
Zelia&ky. Yerúón española de Adriana HoehlfeiL- ha mostrado, desde programas de mano y
«f. Alianza Mista, n.° 34. Madrid. 19M. prensa, una asombrosa superficialidad, in- E.M.M.

Scherzo 65
-lo guío d * sch*rzo-

Temporada de la Calía dt 31. I , 2 de abril: Cristóbal BOSTON Stravinsliy. Slenhammar,


OPERAS Pensiona Halffler. Msiislav Rostro- Ravel.
16, 17, IR, 21: Erich Leins-
I d t marzo: Gyorgv Sebok. povitch, cello. Del Campo, Sinfónica de Boston
piano. Beeihoven. Srahms. C. Halffler, Muuorgski. 9, 10. 11 dt mano: Seiji d f M
doif. Maria E «i n | , sopra-
Ozana. Mahler, Séptima. no. Brahms, Debus ussy,
BARCELONA Lisa. Berilo;.
15: Trio de Barcelona. Orqoesla dt RTVE 15, 16. 17. Ü . I I : Coro de
Tanglewood. Helmm Rí- 23,24, 25. 2», 30, 31, 1,4:
Gran Ttalro del L i n o Brahms. 2, 3 de marzo: Arpad Joó.
lling. Haydn. Las este* Klaus Tennsledt. Benita Va-
1L M A T R I M O N I O SE 10: The Amslcrdam Baro- Coro RTVE. Haydn. La dones. lente. Schuben, Mahler.
(¡RETO (Cimarosa) <Jan- que Oroheslra. The Nelher- creación.
dolfi. üas. Lloris, Cortez, lands Bach Sociely Choir. 30. 31: Seigiu Comissiona. 23.24,25: Charles Dutoit.
Giménez. Serra. Mariotti. Ton Koopman. Bach, Pa- Vladimir Felisman, «ano. VIENA
sión según San Mateo. Yagüe, Mozari, Brahms-
13. 15. 17. 19.21 dt marzo Rousscl, Mozart, Rach-
Schoenbetg. maninov.
(Transmisión por TVE y Siafónica dt la ORF
Radio-2. 21 d t murió I, Orqntsla Ciudad 5 dt marzo: Leúpold Hager.
de Barcelona Ciclo dt Cámara y PoKfoiiia
2 dt mano: Harmonia di Gluck, Haubenstock-
LAS PALMAS 4, S de marzo: Murió Ser- Cámara de Bratislava. BERLÍN Ramaii, Schubctt.
nardi. Aldo Ciccolim. pia- Haydn, Humtnel, Dru- 15: Peter Gúlke. Schreker.
Teatro Pérez Caldos no. Beeihoven, Mozari. zecty, Mozan. FilurnÓDki de Btrlin
SIMÓN BOCCANEGRA Schumann. ' : Quinteto de Vienio Medi- I, 2 de marzo: Chnsioph
(Verdil Cario Franci. Cons 11. 12: Mario Bernardi. Ber- terráneo . Mozart, Reicha, von Dohnanyi. üerhard Op- BRUSELAS
lamino Juri. Brusson. Plis- lioz, Saim-Saens. Echevarría. Ligeti. p i l i , piano, Mozart. Dvo-
ka. Galindo. Borras, 18,19; Miguel Ángel Gómez 9: City of London Sinfonía rak, vareie. Marzo. Monnaie Dance
l.onghi. Bartolini. 9. I I de Martínez. Garrick Ohlsson, Richard Hickox. Haendel, Group Mark Morris. Didoy
piano. Balada. Chopin, Delius, Mozan, Dvorak. 4. 5: Yevgueni Svetlanov.
marzo. Beethúven. Wagner. Rach Eneas, de Henry Purcell.
Berlioz. Tchaikowsky. Dirección musical: Crait
14: Conjunto de Cuerdas maninov.
Smiih, Coreografía: Mark
MADRID Ro5síni. Beethoven, Rossini, SJ»f<J«ks de la Radio de Morris.
BILBAO Janacek, Dvorak. Btriín
Tealro dt la Zarzuela 16: Dimitri Ba&hkirov. pía
Sinfónica dt Bilbao no. Schuberr. Brahms. 5. 6 dt marzo: Gúnter
RIGOLETTO (Verdi) José
2 1 : The Tallis SchoJars. Wand. Mozari. Bruckner. BRUSELAS
Collado. Kraus, Rawnslcy. 10 de marzo: Miguel Ángel II, I I : VJadimir Ashke-
Wise. ! , I I , 15. 19. 22 de Gómez Martínez. Francisco üuerrero, Lobo, Morales.
Rogier. mazy. solista y director. 4 dt mano: Orquesta Sinfó-
marzo «ransmisioa por Cintero, llama. Prokofiev. Franck. Schoenberg. nica del Theatre de la Mon-
TVK y Radio-2, 19 (te Stamilz. Brahms. naie, Director: Charles
marzo». 22: Orfeón Donoslierra. 26: Orquesta de Cámara Es- 26, 17: Riccardo Chailly.
pañola. Octav Calleya. Mahler, Dos Klagende Liett, Duloil. Obras de Ravel y
Matihias Kumzsch. Slrauss, Siravinsky.
AMave. Haydn, Mozan. Pislon.
BERLÍN Brillen.
30: Gianneo, Regó. Miem- LISBOA
DeulKhe Oper CANARIAS bros del Quinteto Regó. BERLÍN
PELLEAS fcT MELISAN- M n . Brahm&. Chausson. 14, 15: Orquesta del Siglo
DE (Debussy) Lope/. Cobos. Sociedad Filirmdnka de X V I I I . Coro de Cámara de 12 d t mano: Philharmonis-
Priedrich Robbins, Borris. í-as Palmas Holanda. Frans Bruggen. cher Chor Berlin. J.S. Bach:
Centro de A n t Reina Sofía Maiiahdus-Passion. Direc-
McCauley, Armstrong. 17, 3 de marzo: Fine Arts. Mlisie» del siglo XX Smith. Chance, van der
21. 29 de marzo. Quarlelt. JosepColom, pia- Mell. van der Kamp. Bach. tor: Uwe üronostay.
ORPHEO ED EURYDICE no. Franck. Brahms. 5 de mano: Osias Wilenski, Misa en si menor. 23. 24 m a n o : Sing-
((ilude) López Cobos. Fre- 14: Amonio Baciero, piano. piano. Wilenski, Slravinsky, Akademie zu Berlin. J.S.
yer. Schwarz, Peacock, Gic- Bach, Haydn, Mozart, Re- Webem. Bach: Mallhoui-Passion.
ring. 30 de marzo. 1. 2 de macha. Chopin, Falla. 12: Cuarteto Power. Mu- Director: Hans Hilsdorf.
abril. ñoz. Barroso, Turina. LONDRES 27 marzo: Engelbcrt Hum-
Sinfónica dt Tenerife Po»er-Maflero Toldrá. perdink: Dit Kónigskinder
1>: Dimitrí Furn^diiev, ce- The South Bank Cenlrc (versión de concierto). Solis-
LONDRES 8. 9, 10, I I dt mano: Vic las y Orquesta Sinfónica de
llo, Zdravka radoilska, pia- 3 d t r n * n o : London Philar-
(OÍ Pabjo Pérez. Mariana no. Jberl. Poulenc. Berlín. Director: Wolf-
Abacioaie. violin. Darías, monic. Bernard Kailink. Fe-
Knglish Nalional Op«ra Prokofiev. Webern, Slta- liciiy Lott, soprano. Elgar. Dieler Hauschild.
Khachaturian, Brillen vinsk y.
FAI.STAFF (Verdi) Mark Berkeley. Gerhard. Sirauss, Mahler.
Eider. David Pountney. Lu- 20, 21, 22: Coro Polifónico 26: Ensemble Sas. Francis- 5, 7: Philarmonia Orcheslra
*on, Donnelly. Jenkins, 3, Universitario. Víctor Pablo co Martínez. Rivicre. Escri- & Chorus. Cario María Giu- SAN FRANCISCO
7. 10. 15, 18. 23. 29 de Pérez. Schubert. Bruckner. bano. Seco. Picrné. lini. Beeihoven, Novena.
marra. 10,12: Philarmonia Orches- 1, 2, 3 de mano: Orquesta
1HE TURN OK T H E Centro Cultural de la Villa lra. Yevgueni Sveilanov. Sinfónica de Pinsburgh. Di-
SCREW (Brillen) Peter Ro- CUENCA Svetlanov. Tchaikowsky. / rector: Charles Duioit.
Música de cámara de Beeihoven, Shratakovilch.
binson. Jonalhan Miller. Brahms Obras de Richard Strauss,
Tear. Hulse, Davies. Byrne 13: London Philarmonic. Sch untan n, Mussotísky /
X X V I I I Stnana dt Música 11 de mano: Quinteto Espa- Bernard Hailink. Andrei
1, 11. 16, 21, 31 de marzo. religiosa Ravel.
ñol. Aureli Vila, viola; Juan Gavrilov piano. Tippeit.
13.14 de mano: Orquesta y Manuel Romani, cello. Beethoven. Hofsi.
MUNICH Coro de RTVE. Coro Uni- I I . 19: London Sinfonieua.
Bayt rbehe Slaat&oper versidad de León. Cristóbal f-.iploraiions. PARÍS
Temporada de la Caja
Halffler. C. Halfller.
PRINCIPt 1C.OR (Boto 15. 16: Wiener Akademie. Poto I — Sviatoslav Richter. pia- 2 dt nano: Mefisiofeie. de
din) Mark Ermler Giaiicar- Concentus Vocalis de Viena. Samsair y su enlomo no. Programa no anun- Arrigo Bono (versión de
lo del Monaco. Esleí. Marlin Haselbóck. / Hcr- 6 de mano: Pedro León, ciado. concierto). Ramey, Cupido,
Zschau, Koprchak. Nesyle- bert Bock. Haínticl, Bach. violin; Julián López Gime- 23: Royal Philarmonic. Miichell, Tai I Ion. Dumé.
renlo. Lipovsek. 2. 3, 5, 8. Aumann. Mo/art. / Haen- no, piano. Sarasace. Quiro- Walter Weiler. Radu Lupu. Di rector: John Pritchard.
10. 12. 15. 17 de mano. ücl. Jephla. ga. Monasterio. Joachim. piano. Beethoven. Mo/art.
17, I I : Coro y Orquesta de Kreisler. Saini-Saens.
ia NDR de Hamburgo. 13: Ana Bagel, viohn; Ani 2»: Academy o( Si. Martin LONDRES
Heinz Fricke. Wagner. bai Bañados, piano. Sarása- In The Fieids. lona Brown.
CONCIERTOS Tannhauxr. / Edmon Colo- te, Brahms, Ravel. Ravel, Sttavisnky, Debussy. 15 de marzo: Queen Elisa-
mer. Brahms. Réquiem 15: Pedro León. Hermes Poulenc belh Hall. London Mozart
Alemán. Kriales. violines; Julián Ló- Playerí. Mdían. R. Sirauss.
BARCELONA 19: TheTaltis Scholars. Pe-
pez Gimeno. piante. Bartok, O. Schoek, Schuben. Direc-
Sarasale. ción: Ivor Bollón.
icr Philips. Gutiérrez de Pa- MUNICH
Intrcamera dilla, López Capillas.
5 de marzo: Vladimir Ash- Fi1arin6nica dt Munieh
kenazy. piano. Beeihoven, TARRASA SAN FRANCISCO
Schumann. MADRID 2, 3. 4, 6. 7 de marzo: Ser-
giu Celibidache. Bach. Shos- 19 de marzo: Schwabacher
6: City oí London Sinfonía. Csnlro Cultural de la Caita takovitch.
Orfeo Caíala. Richard Hic fbtrmúsica Debui Recital. Barbara Kil-
kon. Haydin, Misa de San 15, 16, 17: Sergio Celibida- duff (soprano) y Warren Jo-
Itt dt man»; Philarmonia 16 de mar/u: Ensemble Ce- che. Beeihoven.
la Cecilia. Orchestra and Chorus. Car- nes (piano).
sar Kransk. Mozart, Schu- 23, 24: Coro de la Filarmó-
19: Orquesta y Coro Pialar - io Mana Giulini. Recibo ven. mann, Franck. nica. Vaclav Neumann.
moma. Cario María Giulini. Novena. Dvorak, Stabal Moler,
Beeihoven, Novena, LONDRES
21: Sinfónica de ia Radio de Orquesta Nacional
Hamburgo. Kzrysziof Pen- 3, 4. 5 de marzo: Coro Na- VALENCIA 1.4,9. 14. 7 de mano: En-
derecki. cional. Carlos KaJmar. El- NUEVA YORK glish National Opera. Los
Sar, Kodaly. PalDu de la Música pescadores de perlas (canta-
Euroconcerl 0, I I , 12: Gerd Albrecht. 5dt marzo: Cily of London Filarmónica de Naeva York da en inglés). Pope, Opie.
8, 9 dt mano: The Sixteen. Brahms, Zemlinsky. Sinlonia. Richard Hickov. 2, 3, 4, 7 de marzo: Kurl Daviev Martin, Tranter. Ri-
Haendel. Alexander's Feasl. 17, I I , 19: Coro nacional. Mirian Fned, violín. Haen- Masur. Prokofiev. Sirauss. chardson. Dirección: Van
i Bach, Pasión según San Richard Hickox. Bach. Pa- del, Delius, MozarI, Tchai- 9. 10. I I , 14: Erich Leins- Pascal Tonel ier / Manin
Juan. sión según san Juan. kovsky. dorf. Cristina Ortil. piano. Handley.

66 Scherzo
dosier

Mussorgski, 1839-1989

20 de marzo de 1839. Una fecha fundamental para la historia de la música: viene al


mundo —un mundo bástame perro para él y en el que solamente permaneció 42
años— Modesl Mussorgski, uno de los más originales y revolucionarios genios de la
música, un creador singular, de avasalladora e incombustible personalidad. Un
iluminado y un iluminador. El hecho de que se cumpla por estos días el
sesquicemenario de su nacimiento nos tía pie para hacer algo que estábamos deseando
y que nos parece no sólo jusio, sino absolutamente necesario: dedicarle un dosier, la
parte que pudiéramos considerar —y perdónesenos la expresión— más mollar de
nuestra revista. Naturalmente, es Boris Godunov, su ópera más famosa, la que requiere
la mayor y más amplia de las atenciones. Un trabajo sobre sus contenidos musicales y
dramáticos, con especial incidencia en su novísima concepción del lenguaje, tan unido
a la expresión más profunda y auténtica de las palabras, y un concentrado resumen
aclaratorio de la accidentada historia de la obra, en el que se examinan brevemente sus
distintas versiones, en particular lógicamente las dos de Mussorgski y la que sobre
ellas construya Rimski-Korsakov, inauguran el tema, completado con una reflexión
sobre la importancia y tremenda lucidez del personaje de El Inocente. Las otras
óperas, ninguna de ellas terminada, con la magistral Khovantchirta a la cabeza, son
estudiadas a continuación, revelando, quizá, algunos aspectos no por poco conocidos
menos relevantes de la potencia creadora del autor, cuyo alucinado universo
liederistico —en los antípodas del cultivado por los románticos alemanes y no
demasiado próximo al de sus compatriotas y colegas—, es examinado a continuación y
puesto, desde sus peculiaridades armónicas y rítmicas, en íntimo contacto con el de un
directo —por extraño que parezca— heredero como Debussy. Una detallada
discoerafia brevemente comentada y una cronología completan un cuadro, si no lodo
lo amplio y extenso que la figura mussoreskiana se merece, si dotado, en eso
confiamos, de un mínimo interés y, sobre todo, de un inmenso amor y reconocimiento
hacia ella.

Scherzo 67
dosier

Boris Godunov: la palabra como música


rancois-René Tranchefort resumía muy bien, siguien- so. La escena de San Basilio, en ocasiones suprimida (ver el
F do las opiniones de otros autores, las tres originalida-
des de Boris Godunov: estructura dramática, carácter
protagonista del elemento popular y potenciación de la pa-
trabajo de este mismo dosier sobre las versiones de la ópe-
ra), es capital para entender todo esto: en ella se van a en-
frentar las dos fuer/as antagónicas y en ella se nos va a dar
la clave de la catástrofe final a través del personaje de Kl Ino-
labra como lenguaje musical.
«La uiilización del tiempo, ¡a negación del espacio, los con-
tactos imprevistos de lugares y de épocas dan al arte de Mus-
sorgski un aspecto novísimo, una profundidad y una fuerza
particulares», expone otro autor galo (el compositor ruso ha
sido desde siempre objeto de estudio en el parí vecino), Mar-
cel Marnat. Esta técnica,' tan pródiga en elipsis, lan cinema-
tográfica, el continuo cambio de atmósferas, el desafio a
cualquier tipo de cronología estricta otorgan, sin duda, a la
ópera Mussorgskiana —y no es la única de la producción del
músico que participa de estos presupuestos— el tono propio
de una tragedia de Shakespeare (¿ha habido un dramaturgo
más intemporal y, por tanto, más moderno1?).
Segunda gran peculiaridad; frenle al colectivo, el indivi-
duo. Toda la obra es un permanente diálogo o, más bien,
contraposición de estas dos fuerzas. El pueblo, que se erige
en verdadero coprotagonista, aparece en cuatro de los diez
cuadros (si partimos de la totalidad de los escritos por Mus-
sorgski). El Zar, lleno de dudas y remordimientos, sufre por-
que comprende que —por sus errores y ambiciones— no es
querido por sus subditos; éstos le rechazan e intentan buscar
la salvación en el ambicioso Dimitri, que, como impostor,
al final les traicionará: es el destino, elfalum del pueblo ru-

I ladimir
Sttasov,
crítico
musical
y mentor
/leí Grupo
ríe lo.1. Cinco.
Retrato
de Repin.

El poeta

LUI'O tlruma
fui' la ha\t>
partí la ópera
de Muworg'iki
Museo
Pushkin,
Leiiingrado.

68 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989-

Teatro Martinskt de San Peienburaa.

cente, primero en un diálogo con Boris y iuego en un desola- después de referirse a que la escritura margina a propósito
dor canto conclusivo. Es curioso el paralelismo que a la postre cualquier tentación «occidentalista» por lo que respecta al
se establece los destinos de los dos protagonistas: tanto el pue- acorde de séptima, destaca «el sentido pro fu ndam entre re-
blo como el Zar se quedan solos. El primero, abandonado belde y por ello humano, popular-nacional de la ópera, la
a su suerte, engañado; el segundo, el usurpador, incapaz de institución vigorosa, dura, voluntariamente desprovista de
vencer sus remordimientos, viviendo en atroz drama expia- hedonismos y orientalismos románticos, oscurecida por una
torio que acaba con la muerte, con «la negra oscuridad». coloración que rechaza las imágenes fantásticas y sugestivas,
Pero, sin duda, la gran originalidad de la obra reside en pero que tiene el valor dialéctico de los lancinantes contras-
el iratamiento dado al discurso instrumental y vocal partien- tes en blanco y negro». Con todo, la base es la línea melódi-
do de una idea básica: servir a la palabra y a sus significa- ca, siempre continua, siempre adaptada al acontecer
dos: «Mis personajes, en escena, deben expresarse dramático, plegada al carácter o psicología del personaje tra-
exactamente como hombres normales. Es preciso que el es- tado. El ropaje orquestal no posee brillos externos, pero se
píritu, el carácter, la fuerza de sus entonaciones, sostenidas integra de forma magistral, austera y directamente, en la ac-
por la orquesta que continúa de alguna manera su línea, el ción interior y exterior, formando con la voz un lono indes-
soporte musical de la palabra, den el el blanco. Mi música glosable fluido y profundo, heredero directo de la técnica
debe ser una reproducción del lenguaje de los hombres hasta monteverdiana.
en sus matices más insignificantes. O, dicho de otra forma: La idea de componer Boris se la sugirió a Mussorgski el
«las sonoridades de la palabra humana», consideradas to- historiador Nikolski en 1868. La base era el drama de Push-
mo manifestaciones del pensamiento y de la emoción, deben, kin sobre el que fue preciso realizar una implacable labor de
sin exageración, sin violencia, devenir en una «música» verí- poda y reducción a fin de convertir sus más de veinte cua-
dica, fiel pero artística». Desaparece asi la vieja línea diviso- dros en un libreto articulado susceptible de ser puesto en mú-
ria entre la música y la palabra, que acaban por formar y sica. La ópera quedó terminada en diciembre de 1869 y fue
ser una sola cosa. Algo que, no muchos años después, lleva- presentada al comité de lectura del Teatro Miriinski de San
ría a sus extremas consecuencias Leos Janácek. Las auda- Petersburgo que la rechaza en 1871. Numerosas razones mo-
cias de escritura que todo ello conlleva en Mussorgski tivaron la decisión: la carga crítica que la obra destilaba pa-
—aplicables también, sobre todo, a su inconcluso Khovam- ra el régimen zaris!a, la aparentemente extraña e inconexa
china y algunos de cuyos aspectos examina casi con lupa el estructura dramática, la falta de una protagonista femeni-
trabajo de Calvocoressi recogido en este dosier— se centran, na. Mussorgski redactó en seguida una segunda versión que
en lo armónico, en el sutil y elaborado cromatismo cuando suponía la inclusión de numerosos cambios y la construcción
la situación lo requiere (intervenciones del jesuíta Rangoni, de un cuadro con prima donna. Sin éxito porque un nuevo
por ejemplo), escalas de tonos enteros, con especial fijación rechazo se produjo en 1872. Pero las presiones ejercidas por
en el significativo acorde de quinta aumentada, los rasgos algunos amigos del compositor y el hecho de que el asunto
modales derivados de la aplicación de esquemas tradiciona- empezara ya a traer cola determinaron que, finalmente, la
les rusos conectados con el antiguo folklore, y el bardo Ria- ópera fuera admitida y estrenada el 27 de enero de 1874.
binin ayudaron a Mussorgski en su labor de búsqueda)... Es
importante la opinión de un expeno como Pestalozza, quien Arturo Reverter

Scherzo 69
dosier

Las versiones de Boris Godunov


Este trabaja, que para w inclusión en el dosier ha sido levemente modifica- 2) La plaza del Kremlin de Moscú (Escena de la corona-
do, se publicó en el libro-programa editado por vi Teatro Unto nacional La ción) (prólogo, escena 2).
Zarzuela con ocasión de las representaciones de Boris tiinlunoi en Madrid
los días 24. 26, 30 de marzu. 2 y 4 de abril de 1986. 3) Una celda en el monasterio de Chudovo (celda de Pi-
men) (acto 1, escena 1). En esta versión hay un corte impor-

N
umerosos avatares hubo de sufrir la versión original tanie en el diálogo entre Pimen y Grigori.
de Boris Godunov. Desde 1906 se ha impuesto en io- 4) Una posada cerca de la frontera lituana (acto 1, escena
dos los escenarios la revisión de Rimski-Korsakov. 2).
Ello no significa que sea ésta la única versión realizada des- 5) Habitaciones del Zar en el Kremlin (acto 2). Esta se-
pués de la muerie de Mussorgski, ni tamposo que hoy en día, gunda versión es mucho más larga, pues a lo escrito en la
y desde hace ya unos vcinlc años, no se haya venido conside- primera suma la canción del mosquito (nodri/a), el juego de
rando que el auténtico mensaje de la obra, la enorme y trá- las palmas (nodriza y Fiodor). la escena del loro (Feodor y
gica belleza que posee, tienen su máxima definición en la Boris) y la escena del reloj de carillón (Boris).
escritura primigenia, en la realizada, con todas las imperfec- 6) Habitaciones de Marina Mnishek en el castillo de San-
ciones que se quiera, pero de forma genial por el músico Ka- domir (acto 3, escena 1).
revo. de ahí que hoy sean cada vez más los teatros que 7) Los jardines del castillo de Sandomir (acto 3, escena 2).
incorporan a su repertorio la partitura original en alguna de 8) Una sala en el Kremlin de Moscú (Muerte de Boris) (acto
las modernas revisiones. Un ejemplo de ello lo tenemos en 4, escena 1).
el Gran Teatro del Liceo que en 1985 representó la obra de 9) Un claro en el bosque cerca de Kromi (acto 4, escena
acuerdo con estas premisas. En Madrid pudo conocerse la 2). Esta escena, la llamada revolucionaría, utiliza parte de
versión original en año 1981 en el montaje del Teatro Kirov la música de la escena 6 de la primitiva versión.
de Leningrado.
Conviene, por tamo, consignar de manera concisa —sena-
lando sus esenciales características— las versiones de Boris Rimski-Kursakov, 1891-1895. Entre esos anos el que fue-
Godunov de las que se tiene noticia: ra íntimo amigo de Mussorgski reorquestó el Acto polaco y
Mussorgski, 1869. Viene constituida por las siguientes sie- pulió la escena de la coronación, aparte de otras modifica-
te escenas. ciones de la partitura origi-
nal abreviada. En 1906 se
1) El patio del monaste- decidió a llevar a cabo la re-
rio Novodievichy (pró- visión de la segunda versión
logo). de Mussorgski en nueve es-
2) La plaza del Kremlin cenas. De 4.245 compases
de Moscú (escena de la co- que constituían la partitu-
ronación). ra original de Mussorgski,
3) Un celda en el monas Rimski rcelaboró nada me-
terio de Chudovo (celda de nos que 3.560 (consultar al
Pimen). íespecto al interesante tra-
4) Una posada cerca de bajo que José Luis García
la frontera lituana. del Busto en el n.° 476 de
5) Apartamentos del Zai la revista Rilmo, noviem-
en el Kremlin. bre de 1977. Posteriormen-
6) Una pla/a i'renie a la IL1 Ippolilov [vanov recons-
catedral de San Basilio en i ruyó la escena de San Ba-
Moscú. silio, que en ocasiones se
7) Una sala en el Krem suma a las otras nueve (de
lin (Muerte de Boris). manera dramáticamente no
demasiado lógica, desde
Mussorgski, 1872. Esüi luego).
versión aparece estructura-
da en nueve escenas que M.' Shostakoviich, 1940. Esta
reparten en un prólogo v HHlHüe IgPLIOiMHIK < CU BLífflHEHIElfb ClHKb Ht revisión atiende fundamen-
cuatro actos: lalmenie a la orquestación,
n n a n o j A T i a f t í r i ra DOCTAJÍOBKIII KA CIÍKIUÍK I U
1) El patio del monaste- +OPTEHbHtíO Cl mfUEITb sin cambiar notas, melo-
rio de Novodievichy (pró- días o armonías, aunque
logo). Este fragmento os edulcorando bastante el te-
más cono que el de la ver- lido orquestal mussorgskia-
sión de 1869. Hay un corte no y acortando algo las dos
en la segunda entrada del iíi U" <cln> nyun
escenas del Acto polaco.
oficial de policía, y en hi Ln todo caso, una revisión
significativa exclamación mucho más respetuosa que
del pueblo. «Si nos han B.EKCCL1HnK? la de Rimski. La versión
reunido para llorar, tam- I ue presentada en el teatro
bién podíamos haber ido a Kirov en 1959. Posterior-
hacerlo frente al Kremlin'). l'mititlti tle ht pítnttittii itn^i/Hil dv líim\ (iiniíuiiii'. mente, se montó en el Me-

70 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989-

tropolitan de Nueva York bajo la dirección de Solli en 1962.


Ka rol Ralhaus, 1952. Esta versión del citado compositor po-
laco, que fue preparada para una representación del Boris
en el Metropolitan de Nueva York en 1952, se limitaba, co-
mo la de Shostakovitth, a reorquestar sin modificar otros
aspectos.
Pavel l.amm, 1928 Puesto que en los círculos críticos la
versión de Rimski-Korsakov nunca llegó a !>er por completo
aceptada, se comenzó a forjar después de la primera guerra
mundial una corriente que impulsaba los irabajos encami-
nados a la publicación de una definitiva revisión de la parti-
tura original de Mussorgski. De una colaboración entre la
Editora Soviética Estatal y el Departamento de Prensa de la
Universidad de Oxford, bajo la supervisión del musicólogo
soviético Lamm, surgió esta edición, rápidamente represen-
tada en el teatro Kirov de Leningrado el 1 de febrero del ci-
tado año.

David Lloyd Jones, 1975. Hasta muy poco antes de esie


año la versión de Mussorgski sólo podia ser vendida en lo
cin Uuimumh iHousl y Sergei Kuplfliak ll'iiiivni en el Teuirtí
tocante a la partitura vocal; la orquestal completa no estaba
de la y.imuelíi. ¡9S(>.
en venta, sino que tenía que ser alquirada a los editores. Fue
Lloyd Jones el autor de esta nueva versión, que va más lejos
que la de Lamm en la investigación de las fuentes del ma-
nuscrito del compositor.
Se plantea el problema, a la hora de restituir la originali-
dad de la ópera a través de alguna de las revisiones moder-
nas, de elegir los criterios más apropiados. Lo normal, y en
esa dirección apuntan los más modernos trabajos, no es de-
cantarse por la primera o por la segunda versión de Mussorg-
ski, sino seleccionar lo mejor de ambas. En la representación
que en mayo de 1981, ofreció el Teatro de la Zarzuela, el Ki-
rov de Leningrado, se .siguió la segunda de Mussorgki con
algunos cortes y con un cambio importante, no previsto por
el músico, aunque si por Rimski en su versión: la octava es-
cena, la de la muerte de Boris, se colocaba en noveno lugar,
mientras que la novena, la del bosque de Kromi, se situaba
en octavo. Una planificación que hace perder verdad dramá-
tica y lógica constructiva a la ópera.

El trabajo de Rimski-Korsakov
Atlanta DH/OI ifíinn). i fiiintru S/uirkt". tAt'iiiul i -\nmi ( u.w ti <
ilnrl cu i-I \ffir<i/wltiuti tlt- \IICUI )ruk rl iiim l''l¡ Dado que la revisión más conocida es la de este composi-
tor, puede ser interesante conocer con mayor detalle cuáles
fueron las modificaciones más importantes llevadas a cabo
por el que fuera intimo amigo de Mussorgski, sin duda uno
de los grandes orquestadores de todos los tiempos. Su labor
ha sido en general muy criticada por los estudios, aunque no
puede negarse que el público la aceptó desde siempre y que
los cantantes y directores la prefieren a la más agresiva y os-
cura de Mussorgski, que sin duda ortorga menores posibili-
dades al lucimiento.
E! critico italiano Fedele D'Amico sintetiza en tres puntos
las innovaciones de Rimski-Korsakov:
Primero, la dramaturgia, campo en el que las intervencio-
nes del arreglista no son demasiadas, aunque de gran enti-
dad. Por ejemplo, la inversión de los dos últimos cuadros,
ya comentada; o la modificación del segundo cuadro del Ar-
co polaco: mientras Mussorgski otorga papel preponderante
al jesuíta Rangoni, Rimski lo hace desaparecer, convinien-
do el final de esta escena en un apoteosis a la italiana.
Segundo, modificaciones de tonalidad, métrica y armonía.
Pueden señalarse al respecto:
— En la escena de la coronación, las entradas sucesivas
del coro, con bruscas modulaciones de unas a otras, suenan
Una escena del tíurts Goílunov del Teatro Bulshoi tle MII.MII. CU 1927. en Mussorgski como frustradas, de manera desordenada. En

Scherzo 71
doctor -

la versión revisada por Rimski se tiene la impresión de nor-


males entradas de luga, en plácida continuidad.
— En la canción de Varlaam, escena segunda del acto pri-
mero, Mussorgski escribe un groiesco y angular bajo y una
armonía propia de tal carácter. Rimski, como señala Arlhur
Jocobs, no solamente pule el sonido, sino que también cam-
bia la tonalidad, el lempo y la dinámica.
— El propio Jacobs (Revista Opera, Londres, mayo de
1971) estudia muy detalladamente los profundos cambios ar-
mónicos realizados por el arreglista en todo el acto segundo,
en el que la tesitura del Zar está traspuesta hacia arriba.
Tercero- la orquestación. El resultado obtenido por Rimski
fue magistral desde un pumo de vista técnico, como no po-
día ser menos en un hábil músico como él. Pero el colorido,
la luminosidad, el brillo de su orquestación tenían poco que
ver con el sentido íntimo del drama de la obra de Mussorgski.
A este respecto puede decirse, con Jacques Aboulker, que
la incompatibilidad entre lo hecho por Rimski-Korsakov y
el universo mussorgskiano es completa. En el creador de Bori.%
la idea dramática y poética hace nacer, siempre renovada,
la materia sonora con independencia de toda sintaxis musi-
cal preexistente. Tanto más cuanto que Rimski explica en sus
Memorias haber iniciado la reorquestación de la ópera bajo
la influencia de Wagner, lo que quiere decir esencialmente
que los instrumentos de viento reciben el mismo tratamiento
que los de cuerda. El clarinete o el trombón no son colores
netamente destacados de la orquesta, sino simples puntos en
una trayectoria que, por su juego de las me/clas, permite pa-
sar sin solución de continuidad del contrabajo al piccolo. En
este sentido, manifiesta el citado autor francés: «la escritura
wagneriana de la representación escénica no es más que la
materialización de una versión musical hc

Iruii Alexanttre Melnikov. el primer Hort\, c« el l'eairo Manitaki


de San Pelershurgo. 1874.

Estamos, por tanio, en los antípodas del arte y del mensaje


mussorgskianos. Y el caso es que Rimski actuó con buena
intención c incluso cabe pensar que, probablemente, gracias
a él la obra tiene la fama que tiene. Modestamente, manifes-
taba en su día: «Habiendo arreglado la nueva revisión de Bo-
ris Godunov, no he destruido su forma original ni he borrado
los viejos frescos para siempre. Si se llega a la conclusión de
que la original es mejor, entonces la mía puede ser descarta-
da y la ópera será representada de acuerdo con la partitura
original».
Ya en el comienzo de la obra cualquier oyente atento pue-
de darse cuenta de cómo Rimski aligera, pule y abrillanta la
superficie sonora de la panitura de la que no deja por revi-
sar ni una sola página. En el prólogo, aunque mantiene la
tonalidad original, Rimski comien/a por desplazar las barras
del compás, lo que proporciona una acentuación rítmica y
melódica distinta al pasaje. Mussorgski enunciaba el tema
con que se abre la ópera con dos fagotes, mientras que el arre-
glista hace intervenir a un corno inglés. El color, la inten-
ción, la atmósfera ya no son los mismos.
Por tamo, y Paul Henry Lang también lo apunta, Rimski
cambió profundamenta la fisonomía de la ópera (aunque, por
supuesto, toda ella sea perfectamente reconocible); «sus sua-
ves y elegantes formas occideniales disminuyeron considera-
blemente el impacto poderosamente bárbaro de Mussorgski».
Porque, y esto es importante, la escritura armónica de éste
era mucho más avanzada que su época y estaba más allá que
la del propio Rimski.

Arturo Reverter

72 Scherzo
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dosier

De la verdad y la locura
l Boris Godunov de Mussorgski es fiel, en lo esencial,
E al de Pushkin. La estructura dramática del drama de
este poeta favorito de los músicos rusos de ambos si-
glos es plenamente shakesperiana y, como Shakespeare, Push-
EL ZAR.—¡Que le den una limosna! Pero ¿por qué llora?
YURÓDIVI.—Los niños no dejan de meierse con el po-
bre Nikolka... Haz que les corten el cuello, como se lo cor-
laste al zarevich.
kin se permite alguna mentira histórica a fin de conseguir una LOS BOYARDOS.—¡Idiota, fuera de aquí! ¡Llevaosaeste
superior verdad poética. Tal es el caso de la muerte del zare- idiota!
vich. En primer lugar, Boris no mandó matar a ningún ni-
ño. En segundo lugar, el verdadero Dmitri murió por EL ZAR.—Dejadle. Reza por mi, pobre Nikolka. (Exit).
accidente. En tercer lugar, de haber sobrevivido no hubiera YURÓDIVI.—(Va tras él) No, no, no se puede rezar por
tenido derecho al trono, es decir, nunca fue zarevich. En cuar- el rey Herodes... Lo prohibe la Virgen.
to lugar, el reinado de Godunov se inscribe dentro de ¡a am- La actitud de Yuródivi no es la hazaña de un valiente, ni
plia peripecia de anarquías posteriores a la muerte del zar Iván siquiera la temeridad de un insensato. Es la simple verdad
el Terrible. Sin embargo, este crimen aparece en el drama y que sale de la boca del loco. Michel Foucault trató de pasa-
en la ópera como una realidad que marca la ilegitimidad del da este tema en su amplia monografía que describe el paso
boyardo convertido en zar y le da una dimensión personal de ¡a concepción dramática de la locura en el Medievo al gran
que encaja perfectamente con los desgraciados acontecimien- encierro de lo que él llamaba la «época clásica» (siglos XVII
tos que llevarán, a partir del silencio impuesto de este cri- y XVIII). Estamos en una época en que parece concederse
men, a la gran confusión de mil mentiras voceadas, en especial cierta lucidez al loco, determinadas posibilidades criticas fren-
el efímero reinado del primero (pues hubo varios) de los fal- le a los supuestos cuerdos: «La locura y el loco llegan a ser
sos Dmitri. A ese silencio sólo parece escapar la crónica de personajes importantes en su ambigüedad: amenaza y cosa
Pimen —que permanece oculta— y la voz de Yuródivi — ridicula, vertiginosa sinrazón del mundo y ridiculez menuda
que se escucha en público. de los hombres (...) La denuncia de la locura llega a ser la
En los Boris de Pushkin y Mussorgski iodos los persona- forma general de la crítica. En las farsas y solies, el persona-
jes —zar, pueblo, boyardos, imposior, nobleza polaca— en- je del Loco, del Necio, del Bobo, adquiere mucha importan-
gañan o se engañan. Si aceptamos esa verdad poética frente cia. No está ya simplemente al margen, silueta ridicula y
a la «menor» verdad histórica, el único que no se engaña y familiar: ocupa el centro del teatro, Lomo poseedor de la ver-
además dice la verdad sin miedo es el Yuródivi, el loco po- dad, representando el papel complementario e inverso del que
bre y vagabundo que en la breve escena XVII del drama de representa la locura en los cuentos y en las sátiras. Si la locu-
Pushkin (donde todas las escenas son breves, brechtianas, po- ra arrastra a los hombres a una ceguera que los pierde, el
dríamos decir) mantiene este diálogo con el zar, frente a ia loco, al contrario, recuerda a cada uno su verdad: en la co-
catedral. media, donde cada personaje engaña a los oíros y se engaña
YURÓDIVI.—¡ Boris, Boris, los niños no dejan de meter- a sí mismo, el loco representa la comedia en segundo grado,
se conmigo! el engaño del engaño: dice, con su lenguaje el necio, sin aire

74 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989

humanistas de Occidente, aunque no sean coinci-


dentes. En la edad del humanismo, anterior en un
siglo al sistemático encierro, tras los muros de los
hospitales, de los locos y otros protagonistas del
desorden se podían escribir cosas como ésta:
"Conoced que sólo ellos son sinceros y verídicos,
cualidad de los locos que no es nada despreciable.
Porque, ¿qué hay más loable que la verdad?».
Más adelante vino el régimen carcelario que con-
fundió en un mismo saco —confusión nada
inocente— todo tipo de desórdenes a la sociedad
de su tiempo. La locura estaba entre ellos, como
lo estaba la sífilis o la simple prodigalidad, la blas-
femia y la impiedad. Pushkin y Mussorgski escri-
bían en épocas en que la verdad del Yuródivi, como
la del bufón del rey Lear, habia sido mil veces en-
cerrada en la perrera. Pero utilizaron aquella figu-
ra venerable y antigua, pródiga en lúcida insania
del pasado, para señalar la sangre y el dolor que
ocultaba la pompa del trono y la corte. No eran
autores comprometidos —entonces, como tampo-
co hby, eso no existía—. Pero, con o sin compro-
miso, los poeias han dicho a menudo la verdad,
con menos desprecupación pero con efecto seme-
jante al de las palabras del Yuródivi.
Quizá por esto Mussorgski desarrolla más este
personaje y le hace aparecer, además de en la esce-
na de San Basilio, en esa magistral secuencia del
bosque de Kromi. Es en esta escena donde el enga-
ño llega a su punto culminante: el pueblo, una vez
más, se deja engañar. Acaso los pueblos no son en-
gañados por otros, sino que una y oirá vez acep-
tan como verdad lo que necesitan creerse. En este
sentido, la entronización del falso Dmitri es como
un símbolo de tantas mentiras que los pueblos han
querido creer. El impostor sería el cuento que el
pueblo ruso ha querido coniarse a sí mismo. Pero
un miembro de ese pueblo permanece lúcido. Lú-
cido, pero sin teoría. Es un loco, un pobretón y un
vagabundo. Es el Yuródivi, que sólo intuye y ex-
presa su intuición. Mussorgski mismo, dividido en-
tre ese apego casi ancestral a ¡as tradiciones de la
santa Rusia (lo que es aún más evidente en Javan-
china, donde toma partido por un pasado que ha
sufrido la condena de la historia... por el momen-
Ktul Dittt>ui-i ni I) iimtin 1/1'« muí I'IIMIIIÍI mu deiu iiperu de Sojiu. IV7I to) y un sentido de la justicia y un amor al pueblo
que no se atreven a ser modernos», pone palabras
de razón, las palabras razonables que dan un desenlate có- suyas en labios de ese Yuródivi que toma de Kararrmn y de
mico a la obra. Explica el amor a los enamorados, la verdad Pushkin: «Amargas lágrimas, brotad, llora, alma mía (fue-
de la vida a los jóvenes, la mediocre realidad de las cosas a ra gritos de la multitud). Muy pronto llegará el enemigo, lle-
ios orgullosos, a los insolentes y a los mentirosos» (1). garán las tinieblas, las negras tinieblas impenetrables.
Y la verdad trágica al déspota, podríamos añadir. En cual- ¡Desgraciada Rusia! ¡Llora, pueblo de Rusia, pueblo ham-
quier caso, Foucault se refiere a la época del humanismo den- briento!». Escuchamos la pequeña célula, de enorme efica-
1ro de una concepción de la cultura popular que podemos cia dramática, que identifica al Yuródivi, y que pone mínima
rastrear en obras cultas como Don Quijote o Gargamúa. En y tremenda música a su lamento. Sabemos que ese loco que
Rusia, la atrasada y frágil Rusia del zar lván, se llama desde fue Mussorgski tiene razón. Como la tiene el que, a pesar
el trono a Yuródivi como éste para consultarles sobre la ra- de ajenas procedencias, se ha convertido en su personaje, bre-
zón y sobre el futuro. Es una figura respetada, como si se ve y decisivo portavoz de este pueblo que se quiere engañar
creyera que Dios se expresa a través de esa inocencia de es- a si mismo tras la escena del triunfo en Kromi, tras las falsas
tulticia sólo aparente. Por eso el personaje de Yuródivi ha palabras del falso Dmitri, tras la aparente concordia entre
pasado de Pushkin a Mussorgski, pero hay que recordar que los inconciliables bandos que por el momento parecen cons-
ya aparecía en la Historia de Karamzin, cuya edición de 1824 tituir la base del nuevo régimen. Por eso, a diferencia de en
inspiró rápidamente el drama al gran poeta ruso, que tomó la escena de San Basilio, queda sólo el Yuródivi con su que-1
de ella algunos detalles muy concretos, como el de este per- ja. Ya no denuncia una verdad conocida y silenciada, sino
sonaje, que pasaron lambién a la ópera: por ejemplo, Fio- una brutal realidad por venir. Nadie puede hacerle caso. Co-
dor, el hijo de Boris, cuando estudiaba con sus mapas. mo está loco, dice la verdad.
La superstición de la corte de lván y el prestigio de los Yu- Santiago Martín Bermúdez
ródivi, que ha sobrevivido en Karamzin, Pushkin y Mussorg- M) Michael KHKÍIUII: Hisiona de la locura en la epoca clásica. Trad- de
ski, es paralela a aquella consideración por parte de los Juan Jo« Utrilla. Fundo de Cultura Hconómica. México. 1%7.

Scherzo 75
dosier

Realismo vital
alvo Boris Godunov en sus dos versiones , Mussorgski La evolución de sus ideas acerca del teatro lírico tenía que

S no llegó a completar ninguna obra escénica; varias que-


daron en forma más o menos fragmentaria y algunas
no pasaron del siemple proyecto. Su arte encajaba mal con
las formas cerradas y acabadas; el experimento y su desor-
revelarle un planteamiento demasiado convencional y unos
personajes sin el suficiente calado humano. Los números com-
puestos se refieren a escenas suntuosas y espectaculares de
mórbida y ambigua grandeza que evocan la fastuosa y san-
denada peripecia vital fueron otros tantos obstáculos contra grienta decadencia de Cartago; invocaciones de la multitud,
esa realización conclusa y autosuí'iciente, de contornos ne- oraciones de los sacerdotes de Moloch, himno a Tanit, can-
tos, en que ha consistido la obra de arte tal como ha sido to de los mercenarios. El orientalismo de sangre, sadismo y
entendida comúnmente. El aparente caos de !a producción oro que en Flaubert es consustancial al drama, y está plaga-
mussorgskiana se explica desde una forma de entender la mú- do de claves culturalistas, resultaba sofocante para Mussorg-
sica no como proceso sometido a una normativa sino como ski cuyo orientalismo estaba enraizado naturalmente en una
una presencia existencial liberadora, que compromete a la to- civilización a medio camino entre Occidente y Bizancio, en-
talidad humana. tre la herencia eslava de la antigua Moscovia y la asiática de
Así sigue una vía que se aleja de la música de tradición tártaros y mongoles asentados en sus confines.
centroeuropea y su necesidad de expresar la evolución y la A la pregunta por su abandono de la empresa, Mussorg-
continuidad en el tratamiento
de las ideas musicales por el
desarrollo y la transformación,
el ¡iurchkompomeren. Frente al
arte de coherencias del silogis-
mo sonatístico y a las leyes del
discurso, Mussorgski apuesta
por un realismo vital que defi-
ne una cadena de momentos
inconclusos, abiertos al futuro
y nunca condenados por fuer-
zas irreversibles. . ,
Oriente y Occidente
De' e la primera obra escénica
de Mussorgski, Edipo en Ale-
ñas sobre un drama de Ozerov,
sólo sobrevive un número, una
escena coral en el templo de las
Euménides cuyo principal in-
terés radica en haber sido uti-
lizada por el compositor en
varias obras posteriores. El pri-
mer intento serio será Salam-
bó, cuyo libreto elabora a
partir de la novela de Flaubert
que había sido recientemente
traducida al ruso. Empezó a es-
cribir la música en diciembre
de 1863. Estaban previstos cua-
tro actos en siete cuadros. Des-
pués de haber comenzado por
el segundo cuadro del segundo
acto, escribió varias páginas del
tercer acto en julio de 1864; en
agosto del mismo año compu-
so algunos fragmentos del pri-
mer acto y en noviembre el
cuadro inicial del acto cuarto.
En fin, otros dos fragmentos,
un coro y un canto de guerra
se datan en 1866. Poco a poco
el entusiasmo por el trabajo se
fue enfriando hasta abando-
narlo definitivamente lo que no
empaña el valor musical de es-
tas páginas, varias de las cua-
les fueron trasvasadas al Boris
y en momentos especialmente R,lrtllo ,/, ModeM Mussorg. par I. Mep,».
dramáticos de la acción.

76 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989

Acto II de «Kovanchina» en la producción del Bolshoi de Moscú, en 1912.

ski contestó con cierta rudeza: «Ya tenemos bastante Orien- melodía en moldes rítmicos previsibles y determinados por
te con Judilh«, refiriéndose a la ópera de Serov, músico de una versificación de métrica muy restringida, Mussorgski
la escuela germánica de Rubinstein, sedicente wagneriano mostraba no menor recelo hacia el sinfonismo germánico cu-
aunque en la práctica más afin a los modos de Meyerbeer. yo trabajo temático se le antojaba mecánico y pedantesco,
Salambó tal vez se pretendió una anú-Judith pero no logró y a su sistema de modular como mecanismo de meditación
esquivar muchas de sus limitaciones y manierismos. La in- entre tonalidades remotas prefería una confrontación de
fluencia francesa chocaba con vetas culturales muy profun- ideas, sin que su choque fuese dulcificado por un procedi-
das y se revelaba superficial a pesar de que Salambó estaba miento de transición, no dudando, en definitiva, en disolver
en una órbita de modernidad que no tenía Han de islandia la construcción periódica regular en prosa musical.
de Hugo, un primer proyecto juvenil que no prosperó. El valor profético de El Matrimonio es innegable. No se
publicó hasta 1901 en su versión original para canto y pia-
no. Rimski-Korsakov orquestó algunas páginas y en 1926
El paso del Rubicón Ippolitov-Ivanov hizo una nueva versión. En 1938 Cherep-
nin reorquesló la obra con gran lacio pero añadiéndole dos
En j n junio-julio de 1868 Mussorgski escribió el primer acto cuadros compuestos enteramente por él.
de El Matrimonio según un relato de Gogol con la concien-
cia de que iba a crear una ópera de un estilo nuevo, auténti-
camente rusa, difícilmente trasladable a otra lengua a causa Segunda crónica histórica
de la elección de las entonaciones, de la posición de los acen-
tos, amen de las situaciones, y personajes no 1 menos|intraduci- Ljas épocas de crisis colectiva en las que las estructuras se
bies a otra área cultural. «Después de El Matrimonio, se ha tambalean y evidencian su carácter de tramoyas institucio-
cruzado el Rubicón. Esto es prosa viviente en música», es- nales dejando desnudo en primer plano el espíritu popular
cribió ese mes de julio de 1868 a Ludmila Shestakova. Se da- apasionaban a Mussorgski, cuyo agudo sentido realista le ve-
ba cuenta de la significación del experimento y también del daba aislar temas individuales del contexto histórico, A es-
riesgo de poner música a un texto en prosa, algo que Balaki- tos periodos de conmoción y alumbramiento en los que hay
rev juzgaba demencial. una transmutación de valores al ponerse en tela de juicio los
La idea de musicar una obra palabra por palabra tal co- establecidos, pertenecen el interregno que había precedido al
mo fue escrita sin la reelaboración de un libreto según era advenimiento de los Romanov en Boris, y los años de la Re-
habitual, vino a Mussorgski de Dargomishki quien empezó gencia de Sofía y la llegada al poder de Pedro 1 en Khovan-
a componer El Convidado de Piedra de Pushkin en 1866, ad- china; y todavía pensó Mussorgski en un tercer drama popular
hiriéndose al credo del realismo ruso cuyo manifiesto había que se quedó en proyecto, la Pugachevina, sobre la revuelta
sido La Relación estética de arte y realidad de Nicolai Cher- campesina dirigida por Pugachev durante el reinado de Ca-
nichevski obra que aportó la base doctrinal a la literatura rusa talina II.
a partir de Gogol. Pero Dargomisnki aún utilizaba un texto Mussorgski empezó a seleccionar materiales para Khovan-
escrito en verso blanco y no en la pura prosa de El Matrimo- china en 1872; el libreto, si puede llamarse asi, escrito por
nio y luego de pasajes del Boris. él, evoca la etapa entre los años 1682-9 en la que se produce
Técnicamente ésto implicaba nada menos que el desman- un cambio de orientación en la historia rusa, con la conspi-
telamiento de la tradicional estructura periódica, factor esen- ración del príncipe Khovanski contra la dinastía Romanov,
cial de la organización rítmica y fundamento de la melodía la aniquilación de los Raskolnikis o viejos creyentes que ha-
cantable. El abandono de la sintaxis tradicional suponía ex- bían rechazado las reformas del Patriarca Nikon en 1654 y
presión y sentimiento antes que simetría y estilización. Es- el triunfo final del joven zar Pedro 1 sobre la oposición polí-
céptico hacia el estilo de la ópera italiana que constriñe la tica y religiosa.

Scherzo 77
-dosier

El propio compositor explica muy bien el plan primitivo: pira a la totalidad; en relación con Boris abre una dialéctica
«En el centro de la acción se sitúa la majestuosa figura de que abraza la más rotunda afirmación y al mismo tiempo su
Dosifei, el jefe de los Raskolnikis, un hombre vigoroso, enér- contrario.
gico, de un espíritu penetrante, de una gran experiencia. El
es el desencadenante, el que mueve a la acción a los dos prin-
cipales: Khovanski, el representante de la vieja Rusia fanáti-
ca Y Golilzin, el de la Europa Occidental por la que crecía Epílogo ucraniana
el interés en el entorno de la zarina Sofía. Ciertos persona-
jes, diversos elementos del distrito alemán de Moscú y de los Ei proyecto para La Feria de Sorochinlsi, una ópera cómi-
cuarteles de los Strelsi (mosqueteros), el pasior alemán y su ca basada de nuevo en gogol, se remonta a 1874, pero el tra-
vieja hermana, sus jóvenes sobrinas, dos sectarias oxiodo- bajo no se inició hasta 1876, simultáneamente durante varios
xas, de las que una, Marfa, rebosante de vida y de pasión años con Khovanchina, lo que fue perjudicial y contribuyó
(una especie de mujer de Putifar) se opone a la otra, Susan- a que ambas obras quedasen incompletas. Sólo la introduc-
na, adusia, amargada, fanática, el joven Pedro con su guar- ción fue orquestada; el resto fue escrito para canto y piano.
dia, la zarina Sofía, inteligente, enérgica, rodeada de su Faltaban por componer escenas intermedias del primer ac-
salvaje milicia, el cónclave de los Raskolnikis, al autodafe vo- to, una parte considerable del final del segundo, íoda la ac-
luntario de los sectarios como coronación de la pieza cuan- ción del primer cuadro del tercero y la mayor parte del último
do Dosifei comprende que la vieja Rusia se extingue y que cuadro de este mismo acto.
una nueva nace, todo esto constituía un conjunto de moti- Tras la muerte del compositor se sintió la necesidad de com-
vos del máximo interés para una ópera». pletarla; Liadov, a petición de Rimski-Korsakov, fue el en-
Mussorgski no pudo llevar a feliz término tan ambicioso cargado pero poco a poco fue desentendiéndose de la tarea
programa y la obra quedó incompleta a su muerte. Rimski- y al fin sólo revisó y orquestó cinco números. César Cui rea-
Korsakov se encargó de terminar y orquestar la partitura si lizó una versión de 1915-16, y Cherepnin otra en 1923. Fi-
bien realizó numerosas modificaciones y cortes en los mate- nalmente en 1933 Vissarion Chebalin compuso la música de

Escena inicial de la hería de Snrachtnmi en una represen/ación moscoviia de 1913.

riales dejados por su amigo; una versión de Shostakoviich las escenas que faltaban, reutilizó el material temático de
de 1959 pretende recuperar ciertos aspectos del original. Mussorgski y orquestó el conjunto de la obra.
Khovanchina es una crónica panorámica en el sentido de En La Feria de Sorochinlsi se recogen dos fragmentos de
Shakespeare que traduce el credo artístico e ideológico de su Miada, una ópera colectiva proyectada por Mussorgski y sus
autor, su rechazo del cosmopolitismo vacío y su defensa del compañeros de grupo en 1872 que no llegó a buen puerto:
espíritu ancestral de su pueblo, tantas veces derrotado y siem- una escena de multitud en el mercado y otra, ésta nocturna
pre renaciente, que le había revelado plásticamente la visión y diabólica, que no es sino la versión coral del célebre poema
del Kremlin durante su visita a Moscú. Por más que se hable sinfónico Noche de San Juan sobre el Monte Pelado. La ac-
de una vuelta a la granel opera desde una perspectiva morfo- ción se desarrolla en Sorochintsi, la población ucraniana don-
lógica que se fija en dúos, monólogos, cortejos, etc., estas de nació Gogol, y ello da pie para el despliegue de un rico
figuras hierálicas, especlrales y vehementes, prójimas al leatro malerial folklórico revelando la extraordinaria capacidad del
griego, y ai mismo tiempo heredadas de una plástica de es- compositor para observar con autenticidad la vida popular
tirpe bizantina, participaban de estos estados alucinatorios en sus más abigarradas manifestaciones. Su humor robusto
colectivos ames de que verdadera representación dramática que linda con la farsa no se queda en costumbrismo, pues
activa. continuamente irrumpe lo fantástico y lo surreal dentro de
La gran austeridad de la música no impide explosiones pa- la vida cotidiana. F.l folklore no será en suma para él simple
sionales en el personaje de Marfa. I.os Viejos creyentes ins- ilustración sino factor de liberación de estereotipos conven-
piran melodías grandiosas que hunden sus raíces en las velas cionales de la música que sólo se nutre de sus propias pautas
más profundas. Para crear un mundo contrapuesto de des- formalizadas y al mismo tiempo punto de encuentro de fuer-
pliega toda una música que evoca la apertura de Pedro I a zas procedentes de arquelipos inconscientes con otras resul-
Occidente y cuya función decorativa se logra por la vía del tantes de su libre imaginación creadora.
pastiche que tanto desconcierta a veces. Así Khovanchina as- Domingo del Campo Caste!
78 Scherzo
K CURSO INTERNACIONAL
DE MÚSICA HISTÓRICA
canto:
ISABELLE POULENARD

viola da gamba:
PERE ROS

flauta travesera barroca:


PHILIPPE SUZANNE

flauta de pico:
ALDO ABREU

violín barroco:
BARRY SARGENT

laúd:
KONRAD JUNGHÁNEL
(del 20 al 26)
orquesta barroca:
EDUARDO LÓPEZ

coro:
GERMÁN TORRELLAS
JUñTñ DE fíñüñUJm
Canse/errs de Cuítur¿ conferenciante:
Información: ANTONIO MARTIN MORENO
Dirección General de Fomento
y Promoción Cultura!.
Consejería de Cultura -Junta de Andalucía director:
Cl. Santa María la Blanca, 10
41004- SEVILLA JUAN CARLOS RIVERA

M I J A S
16 AL 30 DE JULIO
dosier

Mussorgski canta para Debussy


Indagaciones Trepak i- > —t

arece un arte de curioso salvaje descubriendo la mú- l,i '. i i i i Mi I I I l| I n


P sica a cada paso de su emoción; no se trata nun-
ca de una forma especifica, o al menos esta forma
es tan múltiple que resulta imposible emparentaría con for-
mas establecidas —académicas—. Se aguanta y se compone
por toques sucesivos, enlazados por un misterio, por un don
de luminosa clarividencia. La música produce sensaciones de
sombra inquieta que envuelven el corazón y lo aprietan has-
ta la angustia.»
Este homenaje de Debussy a Mussorgski, ¿no podría ser ,,„ f.M««/í«KL PA * * / tH'Aé !
un comentario sobre su propia música? El amor que profesó
Bussik por Modesl Petrovich era público; evidente entre Bo- Debussy utilizará el descubrimiento de manera esencial en
ris (acto IIT, escena 2) y Pelleas (diálogo de Arkel con Meli- algunos preludios (Serenade inlerrompue. General Lavine...);
sande, acto IV). El paralelo se extiende a Le Marlyre de manera estructural en algunos estudios (XI y XII...), des-
(Fanfarrias de San Sebastián, fanfarrias para el falso tsare- componiendo el discurso para, como señala Wladimir Jan-
vich). Los ciclos de cantos. Sin sol y Cantos y danzas de la kelevitch, evocar la sombra de Golaud (reminiscencia que
muerte, son más secretos pero albergan toda la genialidad perturba apenas la inmovilidad del presente);
de su autor. Fueron una mina para Debussy; no hablaré esta
vez de cómo los diamantes en bruto fueron pulidos, y cor
qué arte; ni de la similitud de percepción rítmica (habría que
citar a Mozart); ni del otro gran ciclo, Canciones infanliies
(habría que citar a Ravel); ni tampoco de la noche luminosa
para uno y del sol nocturno para el otro... Solamente haré
mención de la atención que prestó Debussy al canto de Mus- Estudio XI
sorgski.

Inspiración melódica
\\JVlientras el alma de Mussorgski se cierra a la esperan-
za, a la ensoñación, a las quimeras, lengua antigua y fa-
miliar...»
Estudio XII
rr
i
Sin Sol (lii: Los dios de com0 concepto creador en el final del acto IV de Pelleas. pa-
fiesta eslan lejos! _ ¡ . • . r _i r
ra esperar la catástrofe con indiferencia.
Debussy evoca «un cielo estático en el cual nubes melan- Cataba sis melódica
cólicas flotan y se disuelven en una agonía grisácea».
iNoes tanto el empleo del cromatismo entendido como una
delicuescencia o como una sensación friolera por parte de
los dos compositores, ni tampoco la repetición de una mis-
ma nota entendida como un grado cero de la melodía, tarta-
mudez animada por su peculiar estructura rítmica, sino la
SlKlurnes (1: Nuages) combinación de estos dos elementos que Mussorgski fue el
primero en emplear para la expresión de la desolación, del
estancamiento, de la depresión.
Silencios magnéticos (Debussy emplea, también, las notas repetidas con un efecto
más vital en la Sonata para vioíin, en Serenade interrompue...,
JVIussorgski crea islas de silencio en medio de las frases que pero bebiendo en otras fuentes, mediterráneas esta vez.)
nuestra imaginación intenta colmar; interrupciones, más que Notas repetidas y cromatismo, doble negación del elemento
rupturas, evocan las horas inmóviles, la suspensión tonal, el melódico, transforman a través de una operación sonora las
estancamiento rítmico, la instancia expresiva: estructuras horizontales en armónicas estructuras verticales.

80 Scherzo
Musiorgshl, 1839-1989

Cantos y danzas de la muerte I Poco importa cómo se analicen los acordes 3 y 4 (Mi con
pedal de Re, Sol con sexta, Fa sostenido menor con séplima,
La con sexta... la solución está al final del canto).

Sin Sol (I)

De soir...

Lo que interesa resaltar es que encontramos las mismas am-


Trépate bigüedades en Debussy. Mussorgski ya había intuido la ac-
ción acústica elemental, independiente del principio funcional;
la importancia de la atracción enire los conglomerados
sonoros.

Alrededor de los sonidos y entre los acordes

De giéue... ^ sea Chabrier quien haya reinventado el acorde de sép-


tima y novena en el siglo XIX, o bien Wagner (Mozari un
siglo antes, o bien Rameau) no es importante en el cuadro
de estos apuntes. En 1874 Mussorgski escribe los acordes si-
guientes

El jefe de los ejércitos

mA ib
i1,

mt (Sin sol: IV)

Iberia (Parfums de la nuil)

Aquí Mussorgski es debussista, suprime nuestro deseo de


descanso sobre la tónica, el acorde de novena está precedido
por una yuxtaposición de acordes, casi por una bilonalidad
(I-VII, ¡tritono!); resuelve en una mezcla de tritono (La
Spleen sostenido-Mi) y de sexta (Mi-Do sostenido). A pesar de la
escritura sucesiva los sonidos se desarrollan y atropellan en
l_*as sexias añadidas alumbran un poco el corazón pesado la
to
memoria. El compositor (Louis Laloy lo decía a propósi-
de Debussy) une la lógica de las notas a la lógica de los
de Mussorgski, el cíelo cansado de Debussy:
sonidos. Los acordes empiezan a no tener función cadencial,
están tratados también per se, a cámara lenta para nuestra
percepción instantánea. El análisis puede que no sea del to-
Sin Sol (I) De soir.. do ortodoxo, sin embargo, creo no haberme ceñido solamente
a las notas oídas, concepto demasiado pragmático, y si ha-
ber tenido en cuenta la frase de Kandinsky: "Debussy apun-
ta, por encima de la nota, hacia la utilización integral del valor
interior de su impresión». (Über das Geislige in der Kunst).
Para los dos compositores, la música no es discursiva, fi-
nalista; está, según la bella expresión de Jankelevilch, alre-
dedor de los sonidos y entre los acordes. No se trata aquí
de continuidad, sino de interacción, de influencia,
Pedro Elias

Scherzo 81
dosier

Las grabaciones operísticas


l tema es reducido: Khovantchina y Boris Godunov. lado, la elección de la partitura, que normalmente es la or-
E Sin embargo, del resto de las obras líricas de! músico, questada por Rimski-Korsakov, popularizada e impuesta por
óperas inacabadas, existen ediciones diseográficas. La Chaliapin. Por otro, la importancia de todos los elementos
Feria de Sarochtntsi cuenta con una rusa de 1969 dirigida por en juego, desde orquesta y coro a los roles, tanto protagóni-
Yuri Aronovich y otra yugoslava que en Occidente présenlo cos como secundarios, pasando por los episódicos pero de-
Philips en 1956. De El malrimonio circuló un tiempo la ver- cisivos como Rangoni, Además, la forma de encarar al
sión dirigida por Rene Leibowitz. Mayor difusión obluvo Sa- protagonisia titular, ambiguo en su definición vocal (barito-
lambó; las seis escenas escritas
por Mussorgski a partir del
texto de Flauberl, que orques-
tó Zoltan Pesko y luego diri-
gió en la Rai de Milán, donde
estuvo CBS para perpetuar el
acontecimiento. Fue en 1980 y
en esta única evidencia desta-
ca la voz de Ludmila Shem-
chuk en la protagonista, una
mezzosoprano ucraniana, ha-
bitual en las producciones tea-
trales vienesas, de un tiempo a
esta parte.
Cuatro versiones de Kho-
vantchina integran, hasta aho-
ra, la oferta del último trabajo
mussorgskiano. La primera,
de 1946, dirigida por Boris
Chaikin, con el Bolshoi, des-
taca por la presencia del for-
midable Mark Reizen, que
daba a Dosifei una poderosa
estatura. La yugoslava de
1954, distribuida por Decca en
todo el mundo, cuenta con un
conjunto ajusfado y parejo, en
torno a Changalovich, tétrico
Dosifei, y a la Marfa oscura de
Mela Bugarinovich. La edición
búlgara de 1971, que en Espa-
ña presentó la desaparecida
Edigsa, merece superior inte-
rés que la anierior en base a
presencias como las de Ghiu-
selev, Petkov y Miltcheva, res-
pectivamente Dosifei, [van
Khovanski y Marfa. Ejemplar
versión, ya figura en disco
compacto. Chaikin, de nuevo
con el Bolshoi, firma en 1972
otra entrega de Khovunichina,
con el elemento descollante de
la Arkhipova, esa voz tridi-
mensional. Se está a punto de
ultimar una nueva entrega, que
protagonizan Nesterenko y
Obraztsova.
Boris Godunov es la ópera
rusa más grabada, junto al
Onegin de Tchaikovsky, y
cuenta con doce versiones ofi-
ciales. La complejidad de la
obra es evidente a la hora de
plantearse su registro. Por un i mmu tions, ¡iiniuiu tie Utthtvm.

82 Scherzo
Mussorgíki, 1839-1989

Nicolai
Ghiuselev
como
Dosifei
en 1981

no o bajo) y más en la concepción (¿qué potenciar, el canto no puede ofrecer. El juicio no es tan favorable al juzgar su
o la palabra?). Las versiones que existen son del Este o inte- Varlaam y Pimen, sin gracia el primero, artificioso el segun-
gramente rusas, al lado de las más o menos occidentaliza- do. Oedda y Zareska cumplen con holgura. A destacar el Ran-
das, según el número de elementos que intervienen en la goni de Kim Borg. Dobrowen, brillante y hueco, con un
realización. Las segundas, las soviéticas, suelen beneficiar- conjunto coral modesto. Diez años después, EMI repite la
se, en principio, del sonido vigoroso y denso de sus conjun- experiencia tripartita de Christoff, con mejor base orquestal
tos corales e instrumentales, con lo que tienen ya un loque y coral y realización técnica superior. Christoff, menos bri-
de color decisivo, a más de contar, a menudo, con la homo- llante vocalmente, aparece más maduro como intérprete, sin
geneidad y conformidad del equipo solista. De todas las ver- convencer aún su Varlaam. Está peor acompañado por un
siones que se conocen va a continuación un breve, por Ouzounov rutinario de voz ingrata y una Evelyn Lear, gran-
imposición de espacio, juicio valoratívo. dísima cantante pero en un papel fuera de su órbita. El resto
Antes de iniciar el relato estimativo de los registros com- del elenco es desigual y Cluytens está magistral, aunque su
pletos de Boris Codunov se impone una alusión a la figura dirección puede sonar poco genuina.
de Feodor Chaliapin. Su interpretación del atormentado zar La versión yugoslava de 1954, la única que durante cierto
ha sido (y es) modelo para sus continuadores. A pesar de sus tiempo era accesible al público español, es más bien modes-
excesos divísticos, su Boris tiene aún hoy un impacto extraor- ta, aunque seria. Las de 1960 y 1963, ambas del Bolshoi, con
dinario y podemos sentirnos satisfechos de que se haya con- numerosos cortes (las otras también tienen su cirugía) cuen-
servado en disco casi el 90% del papel y en diversos momenios tan las dos con un reparto prácticamente idéntico a excep-
de su periplo artístico, amén de sus concepciones de Varlaam ción del personaje central. En la primera es un truculento pero
y Pimen. Un relato de la historia discográfica del Boris no impactante Petrov; en la segunda George London pone ima-
puede iniciarse, pues, sin una alusión a este magnífico artista. ginación e intensidad en este papel que tantos éxitos le supu-
En 1985, Melodram, en su serie Connaisseur, publicó una so. En las dos ediciones figura la que quizás es la mejor
representación del Metropolitan de 1946. De acuerdo al gus- Marina del disco: la apasionante Irina Arkhipova.
to de la época está cantada en italiano, con corles y cambios La versión Decca de 1970 lleva la impronta de Karajan:
sustanciales, pero que aquí se cita por el formidable reparto claridad y énfasis de lectura, contrastes, brillo. Espléndido
que auna a un Pinza auténticamente soberbio con el Dimitri cantante, Nicolai Ghiaurov a veces cae en la ampulosidad que
de Tucker y la Marina de Rise Stevens, ambos espléndidos. alienta la batuta. Vishnevskaya impone su temperamento
El resto no desmerece: Moscona, Baccaloni y, en papeles me- arrollador, a la par que el víbralo característico y Spiess cum-
nores, dos jóvenes con futuro, Jerome Hiñes como un sar- ple discretamente. Muy cuidado el conjunto, destacan el Pi-
genio y Roberl Merrill como Tehekaloff. Un reparto de lujo men de Talvela y el Rangoni de Kclemen. Versión en suma
para una versión espuria, pero atractiva por voces. muy occidentalizada, pero esplendorosa.
La edición de 1949 merece un recuerdo por Alexander Pi- El registro búlgaro de 1973, frente a la anterior, es de una
rogov, impresionante Boris por poderío y color del instru- austeridad y sobriedad asombrosas. Cuenta con un Boris res-
mento vocal, un tanto desigual en la definición del personaje. petable, Ghiuselev, y una Marina de altura, la Miltcheva. El
La versión EM1 de 1952 es un festín Christoff, ya que el mismo Ghiuselev hace Pimen: discreto.
magnífico cantante búlgaro se ocupa de los tres bajos impor- En 1976 se grabó la única versión de la partitura original
tantes de la ópera. Los resultados, no obstante, son diver- del Boris de Mussorgski: la firmada por Jerzy Semkow para
sos: su Boris es profundo, lleno de matices (el cuadro del EMI, con un equipo polaco rodeando a Martti Talvela, óp-
Kremlin es un prodigio de definición psicológica), medido timo cantante como siempre, de medios redondos y túrgidos,
entre canto y recitado. Quizás el mejor que el disco moder- pero intérprete aquí insípido, sin alma. Quizás se deba a la

Scherzo 83
dosier

DISCOGRAFIA
La feria de Sorochintsi
Cherevii, Parásita. Griizlio. Chivria; cora, orquesta, director. Marca.
— Latka Korosheiz, Wilma Bukovetz, Miro Brajnik,
Bodgana Striar. Opera Nacional de Ljubljana. Samo
Hubad. Philips (1956).
— Gennady Troitsky, Ludmila Belobragina, Aleksei Us-
manov, Antonia Klescheva. Radio Moscú. Yuri Ara-
novich. Melodía (1969).

Kl matrimonio
— Nikolas Agroff, Charlotte Demazures, Jean Mollien.
Filarmónica París. Rene Leibowicz. Oceanic (1950).

Salambó
— Ludmila Shemchuk (Salambó), Gheorghi Seleznev
Arkhipava IMurlü) vA. Ognivuei- {ütaijeu tril el Btihhui. t-n (Matho-EI Balear), William Stonc (Spendius-
1970.
Aminachar), Giorgio Surjan (Sacerdote). Rai Italia-
filosofía con que se encaró la versión: limarla todo lo posi- na Milán. Zoltan Pesko. CBS (1980).
ble de influencias rimskianas. Se consiguió con ello dar la
razón a quien opina que debe interpretarse la edición Rimski- Kh ovan I china
Korsakov, tal es la monotonía y grisura de los resultados del Dtr.tifei. tván Khovanski, Andrés Khovanski, Cotitzin, Marfa. Coro, or-
registro. Interésame sólo por tratarse de la única grabación questa, director. Marca.
basada en el original de Mussorgsky. — Reizen, Freidkov, Neichaiev, Oulianov, Preobrazhens-
El regisiro Philips de 1978-1983 parece discontinua en el kaya. Bolshoi. Chaikin. Melodía (1946).
clima, quizá debido a ese lapso en su realización. Está bien — Changalovich, Tzveych, Marinkovich, Siartz, Buga-
dirigida por Fedoseyev y el repario es correcto, con una Ark- rinovich. Opera Belgrado. Baranovich. Decca (1954).
hipova (otra vez) aquí ya algo desmejorada. Mejor resulta- — Ghiuselev, Petkov, Bodurov, Michailovich, Miltche-
do global consigue Mark Ermler, aglutinando en 1985 a un va. Opera de Sofía. Margaritov. H. Mundi (1971).
buen lerceto (Nesterenko, Obrazlsova y Atlantov) con el sos- — Ognivtsev, Krivchenja, Piavko, Maslennikov, Arkhi-
tén, siempre considerable, del Bolshoi. pova. Bolshoi. Chaikin. Melodía (1972).
Por último, una versión polaca de 1987, recogida en vivo,
dirigida por Salanowski es anecdótica y circunstancial. Boris Godunov
Fernando Fraga Bons. Marino. Dmitri. Vartaam. Pinten, Shutiki. Conjunto. Director.
Marca.
— Pinza, Stevens, Tucker, Baccaloni, Moscona, de Pao-
lis. Metropolita. Cooper. Melodram (1946).
— Pirogov, Maksakova, Nelepp, Lubenzov, Michailo-
vich, Chanaev. Bolshoi. Golovanov. Chant Monde
(1949).
— Christoff, Zareska. Gedda. Christoff, Bielecki. Coro
ruso París. Radio France. Dobrowen. EM! (1952).
— Changalovich, Bugarinovich, Brajnik, Cvejic, Pivnic-
ki, Andresevic. Opera Belgrado. Baranovich. Decca
(1954).
— Petrov, Arkhipova, Ivanovsky, Geleva, Reshetin, Sul-
pin. Bolshoi. Melik-Pashayev. Meiodia (Hispavox)
(1960).
— Christoff, Lear, Ouzounov, Christoff, Lanigan. Opera
Sofía. Conservatorio París, Cluytens. EM1 (1962).
— London, Arkhipova, ivanovsky, Geleva, Reshetin,
Sulpin. Bolshoi. Melik-Pashayev. Columbia (y CBS)
(1963).
— Ghiaurov, Vishnevskaya, Spiess, Diakov, Talvela,
Maslennikov. Radio Sofía y Opera Viena. Filarmóni-
ca Viena. Karajan. Decca (1970).
— Ghiuselev, Miltcheva, Damianov, Tchavdarov, Ghiu-
selev, Bodurov. Opera de Sofía. Naidenov. Harmo-
nía Mundi (1973).
— Talvela, Kinasz, Gedda, Haugland, Mroz, Pustelak.
Radio Polaca. Semkow. EMI (1976).
— Vedernikov, Arkhípova, Piavko, Eisen, Maiurin, So-
kolov. Radio URSS. Fedoseyev. Philis (1978-83).
— Nesterenko. Obraizsova. Atlantov, Eisen, Babikine,
Lissovski. Bolshoi. Ermler. Chant Monde (1985).
— Kozcerga, Racewicz, Wojciechowski, Oasiapiuk. Wiel-
ki de Varsovia. Satanowski. Capriccio (1987).
F.F.
Boris Chrísloff en ¡inris (Jodunov.

84 Scherzo
harmonía
mundi
harmonía harmonía
mundi mundi

IBÉRICA •SÉRICA

LUTGI ROSS1
ORATORIO PARA LA SEMANA SANTA
{_£*; Acts Flonssants Dir Willium Oiralie
Agnes Millón. Jill Feldman, Mand-Claude
VdLÜn, Monique Zanclli, soprano*
Dominiquc Vise, Vidcent Dorras, Gcrard
Leinc, coüiia icnorcs
ian Honcyman, MicheL Laplente. Jan-Pau!
HAYDN BOCCHER1N1 FcHichccouit, Tenores
CONCIERTOS PARA VIOLONCF.I.LO Phibppe CüDtiir, Francois Frsncois Fauche,
Llms ClarcT AnTDiúe Sicot, hajoi
Y el Conjunfc In&lnjmcnlal
Dir. üeorge Makom LES ARTS FLORISSANTS.
HMU9Ü52O4 HMC 901297 CD

VIRGIN ALISTAS INGLESES


Byrd - Bull - Morlcy - Munday - Pterson - JOHANNSEBAST1ANBACH
Farnaby - Crañ Suites paT3 violoncelo
Zuíana Ruítfková, clave Juliiu Bexger.
C139861 A CD C146852 H CD

MÜNTliVERDl BEETHOVEN'RIRTWANr.LER
Vispcias pma la ñ « u de Sania Barkata OCHO SINFONÍAS
The Saleen Orrtolan - Egmoni - L^onorc 111
Harry Oinsjopbcis. diiccIDf rDMONOPHONIQUED. Dwíi
CDA 66311/2 CD 6h 22' 30'•
RPC 32522.24 CD

HYPERION
dosier-

Mussorgski: técnica y estilo


ÍJO inclusión en el dosier de este trabajo de M. D. Calvocoressi, reconocido estudioso de la figura y
la obra de Mussorgski, está perfectamente justificada. Con aguda pluma el musicólogo angio-francés
disecciona en su escrito las características esenciales del estilo y la técnica del compositor ruso. La
moderna musicología —y a sus presupuestos se acoge la colaboración de Pedro Elias contenida en el
dosier— ha venido variando en buena medida su óptica respecto a algunas de las conclusiones y
análisis del citado autor, cuyas tesis han sido rebatidas en ciertos puntos por expertos mussorgskianos
como Godet —su libro es de los años veinte—, Hoffmann y, más modernamente, Reisemann. Debe
señalarse que, en cualquier caso, Calvocoressi mantuvo hasta su muerte las ideas que había esbozado
en una primero aproximación al tema a través de la biografía publicada en París en la lejana fecha de
¡908 y traducida a varios idiomas, entre ellos el español. Fue precisamente la edición inglesa, que
apareció en 1919, la base de la nueva redacción, que ampliaba y mejoraba notablemente el original,
en la que el musicólogo trabajó, muy irregularmente, entre 1938 y 1944, realizando una labor que no
llegó a ver concluida y que retomó, en 1946, Gerald Abraham, completando y revisando lo escrito por
su admirado colega. La edición actualizada de 1974 es la que, en su última impresión de 1978, hemos
utilizado. El trabajo, capitulo XI del libro, se debe casi exclusivamente a la mano de Calvocoressi y, a
diferencia de otros, contiene muy escasas aportaciones de A braham, quien, para su última revisión,
contaba ya con la edición francesa de la obra que sobre el genial músico ruso había, al parecer y en
paralelo, redactado el estudioso; su gran libro sobre el tema, recuperado de su biblioteca parisina
por Poulenc y publicado en 1956.

F A. Potile señala en su libro El idioma y la poesía


.(Londres, 1941) que cada sensibilidad:
iene un lenguaje que cb perfecta eipiesiún <k si misma; pero la
sensibilidad puede desarrollarse ames de que el lenguaje se
lejana del realismo, es su fuerza, su agudeza visual, como
necesario complemento de su imaginación motril. (Como el
ojo humano percibe formas y movimientos como consecuen-
cia de algo más que un simple acto de visión, es decir, por
consolide, o que simplemenle se ulilice de manera convencional una serie de desplazamientos del globo ocular que utiliza el
ptmipc r!p fiítp la nri-im? k i n i i h i l i f i a H h u u i r-!,n<W,zi<\ft

produce un cambio en la scnsibili


J""'iian«iik w
sentido motriz para ello, así ocurre con la inventiva del com-
uiilizando el viejo lenguaje positor).
Ello le permite transformar los ritmos del movimiento en
ritmos fuertemente musicales y en patrones, tal como los ha
descrito en el Intermezzo in modo classico. Sin embargo, la
Hasia que los oyentes hayan desarrollado la nueva sensi- música descriptiva o de pantomima puede ser, de hecho lo
bilidad y se hayan adaptado al lenguaje que la expresa, es- es, de un valor artístico tan grande como pueda serlo la mú-
tán abocados a una confusa comprensión. Naturalmente, el sica pura. Cuando en Boris Godunov Pimen escribe su cró-
nica en su celda:
artisia innovador marcha por delante de su público. Esto es
lo que queremos significar cuando señalamos que algunos de
ellos han nacido antes de su tiempo, frecuentemente sin pre-
guntarnos a nosotros mismos si su tiempo hubiera podido
existir sin su contribución a la nueva sensibilidad y al nuevo y cuando en Kovanchina un temeroso escribiente está apre-
lenguaje. surada y angustiosamente escribiendo un comprometedor
Una sensibilidad musical nueva, una sensibilidad que com- mensaje:
bine sonidos y ritmos nuevos o ya asentados, una conciencia
de su potencialidad en el arte musical, comenzó a fraguarse
con Schubert, Berlioz, Chopin, Schumann y Liszt en la Euro-
pa occidental y en Rusia con Glinka. También puede afir-
marse lo mismo de Mussorgski, quien jugó un decisivo papel
en el establecimiento del nuevo lenguaje y de una nueva sin- la música sugiere claramente los movimientos de la mano de
taxis, que construyó al no aceptar la de su propio tiempo. quien escribe. Pero si sus cualidades descriptivas pasaran inad-
Su influencia puede sentirse no sólo en los más antiguos in- vertidas o fueran ignoradas por irrelevantes, nos quedan aún
novadores, como Debussy o Ravel, sino también a través de numerosas invocaciones puramente musicales, de serena y
ellos, en compositores que estudiaron escasamente su músi- austera meditación, de cautela o misterio, trepidantes, según
ca, como Bartók y Kodály. En su dificultoso camino para los casos; ello es igualmente válido para una sonata o para
descubrir el significado de la expresión que se exigía, se guió un cuarteto. Un compositor carente de inspiración puede dar-
por su intuición, por la idiosincrasia de su naturaleza e in- nos muestras no menos gráficas, pero sin ningún valor ar-
cluso por sus prejuicios —su desconfianza hacia los conven- tistico.
cionalismos y al aprendizaje teórico— que le hicieron fijarse Raíces populares
en otros valores, en sus puntos de vista sobre la función real
de la música, en la música popular, nativa, de la que en su -Lja/b/T.í et origo del nuevo lenguaje de Mussorgski, de sus
primera infancia se empapó y, sobre iodo, en su sensibilidad armonías y esquemas modales, se encuentra en la música po-
e imaginación. pular rusa, y no tanto en las canciones populares a solo, co-
Que este don era de naturaleza excepcional, se manifiesta, mo en las menos conocidas canciones corales, que nos
notoriamente, en las maravillosas y originales armonías de transportan a un mundo armónico propio, no equiparable
piezas como La noche, La habitación de los niños. Cancio- en sus términos a la música occidental y que a menudo des-
nes y danzas de la muerte. Sombrío, Boris Godunov, por la conciertan el oído de estos oyentes y que producen un ma-
habilidad y precisión de los acentos y contrastes armónicos, terial que puede resultar rudo para un compositor empeñado
por su capacidad única para percibir y traducir en inflexio- en lograr sonidos agradables al oído y a la imaginación. No
nes musicales las de la voz humana. Otra característica, bien hay lugar para extenderse sobre este punto de vista, pero a!-

86 Scherzo
Mussorgsk!, 1839-1989

para él un lenguaje natural, como lo fue también para olro


buen número de compositores rusos, especialmente Glinka,
Balakirev y Borodin. Sería, sin embargo, peligroso hablar de
la cuestión de los modos sin tomar precauciones. Ta! como
señaló Curt Sachs en su ilustrativo ensayo The Ruad lo ma-
jor (2), debemos, ante todo, alejarnos de la obsesión que con-
duce a considerar todas las melodías arcaicas con una
dimensión modal. Más aún, no debe destacarse en exceso el
hecho de que los antiguos modos hayan reaparecido en la mú-
sica moderna sólo por vía de transformación. El tratamien-
to armónico y polifónico les ha hecho perder su
individualidad, empañar sus contornos melódicos y otras ca-
racterísticas específicas. Es aconsejable hablar más que de
modos de escalas modales y, para evitar la confusión, con-
servar la nomenclatura simplificada ulilizada en muchos ma-
nuales modernos: modo de Do:Jónico; de Re:Dórico; de
MkFrigio; de Fa:Lidio; de Sol:Mixolidio; de La:Eólico; de
Si: Hipo frigio.
Mussorgski utiliza, además de las escalas mayor, menor
y modal, y ocasionalmente pentatónica, escalas irregulares,
tales como la escala de tonos enteros; e incluso las que po-
dríamos denominar escalas variables, denominación de uso
infrecuente, pero necesaria a la vista de los hechos.
La escala melódica menor de la música occidental es una
escala variable, la sexta y la séptima notas se modifican en
semitono, tanto hacia arriba como hacia abajo. Pero exis-
len, tamo en la música popular rusa, como en la de otros
países, escalas en las que las alteraciones surgen inesperada-
mente, sin estar sometidas a una regla fija y raramente pue-
de determinarse que estas alteraciones sucedan por atracción
de la nota próxima o por una enionación deficiente o patética.
He aquí algunos ejemplos. El comienzo de Borís Godu-
nov está en Do sostenido eólico, o lo que es lo mismo, en
tonalidad de.Do sostenido menor, pero en escala eólica, con
algunas ñolas de transición, y un Sol bemol, que le da un
loque hipofrigio. La escena de la posada se abre con un te-
ma de tres compases en Do sosienido frigio, seguido, iras un
compás de transición, por un tema de dos compases en Re
eólico que conduce al Do mayor, para tres compases después
irrumpir un Do sostenido hipofrigio. En el lamento de Xe-
nia, primera versión, los cuatro primeros compases de am-
bos períodos (Edición Lamm) constituyen una escala
irregular, Si b, Dó b, Re b. Mi b, Fa, Sol, Si b, que, sustitu-
yendo Sol por Sol b, sería Si bemol dórico.
La canción de Kazan en la escena de la posada está cons-
truida sobre dos motivos: el primero en Fa sostenido frigio
y el segundo (después de una modulación enarmónica) en Si
bemol eólico. Encontraremos los típicos ejemplos de la es-
cala variable en canciones como ¿Dónde estás, eslrellita? (pri-
mera versión) — Fa sostenido eólico, con Re y Mi, unas veces
natural y otras sostenido—; Kalislratushka —Fa sostenido
eólieo, con Si y Re sostenido—; El viento salvaje sopla, fun-
damentalmente en Do sostenido eólico con Re natural y en
el acompañamiento, Sol natural y Si sostenido.
l.os modelos melódicos basados en estas escalas conducen
a armonizaciones que pueden diferir ampliamente sin afec-
Mus.sorgskí vistiendo el uniforme de lu Escuela de Oficiales de lu tar al equilibrio tonal ni a las modulaciones temporales que
Guardia. surgen como parte de la urdimbre y del tejido, no como me-
gunos ejemplos nos permitirán conocer la idiosincrasia de es- ros ornamentos o simples recursos. Sin embargo, por muy
tas canciones: flexible y móvil que pueda ser la tonalidad, incluso cuando
no se rige por la preponderancia armónica de la iónica, do-
minante y subdominante, es decir, que no puede definirse en
los término de la teoría clásica, siempre nos encontramos ante
algo definido, firme bajo nuestros pies.
La armonía surge de simples quintas y cuartas en el estilo
arcaico de la polifonía popular y de los cantos de iglesia, y
Adviénase, enlre otras especiales consideraciones, la ca- segundas y séptimas para los más ricos y complejos acordes,
rencia de ñolas redoras, las consecutivas cuartas y quintas, enriquecidos con notas pedales y de transición, participando
las imprevistas e irresolutas séptimas. Mussorgski se empa- de la elasticidad y variabilidad de las escalas, transformán-
pó de esta música desde su infancia, y la música modal fue dose, en cualquier caso, en auténticas notas armónicas, y con-

Scherzo 87
dosi«r

firmando así los esquemas modales y tonales, en lugar de Tanto previstas como inesperadas, las modulaciones pue-
enturbiarlos. La selección es intuitiva. La armonía que va a den encontrarse en un enarmónico. Cuando ello es así, nun-
seguir es difícil predeterminarla. No es necesario hacer hin- ca es un síntoma de desesperan/a. Mussorgski no es infalible,
capié en este punto hoy en día, por cuanto la mayoría de es- por supuesto, y pueden encontrarse algunas torpes modula-
tas innovaciones forman parte de la práctica habitual y la ciones, desperdigadas aquí y allá, en su obra. Dejando de la-
mayoría de nosotros hemos aprendido a conservar lo que do algunos bosquejos y diseños abandonados, tenemos de
nuestros oídos perciben y no lo que los tratados técnicos se- su pluma una pieza verdaderamente absurda: siete compa-
ñalan; pero en tiempos de Mussorgski todo esto era muy des- ses del coro del pueblo en la escena de San Basilio (primera
concertante. versión de Boris Godunov) del siguiente cariz:
Un ejemplo especialmente interesante lo encontramos en
Boris Godunov, en la Canción de los monjes vagabundos.
Mussorgski extrajo el lema del repertorio de un cantante po-
pular. Está en Fa eólico y cada nota en la armonización per-
tenece al acorde de novena mayor en Mi b o es una nota de
paso:

La canción termina en intervalo de quinta Fa-Do y el coro Cuando escribió la partitura completa Mussorgski desechó
siguiente irrumpe bruscamente en Fa sostenido eólico. Com- este pasaje, sustituyéndolo por una sencilla e impresionante
parándolo con la posterior armonización de Rimski- música, integrándola con el resto del precioso coro. La ma-
Korsakov de la canción original: yoría de los otros ejemplos que se pueden aducir son livia-
nos y no requieren mayor atención.
Las melodías de Mussorgski con frecuencia surgen ondu-
ladamente, más que como un movimiento prolongado en
una sola dirección. Consisten, como norma, en pequeños o
moderados intervalos. Intervalos mayores de sexta se encuen-
podemos comprender el brillante tratamiento que le da Mus- tran muy escasamente en sus obras de madurez, si exceptua-
sorgski (]). mos los climax líricos o dramáticos (o cómicos). Sus lemas
Nunca se detiene excesivamente en una sola armonía. Ex- instrumentales, especialmente los lei/tnolive de sus óperas,
cepciones tales como un intervalo de cinco compases en la ocupan una pequeña extensión, habitualmente no más de una
tríada en La sostenido mayor en la plegaria de Salambó o sexta. Se inclina a utilizar pequeños grupos de notas funda-
los seis primeros compases del Andantino de la plegaria de mentales que van desde negras punteadas a semicorcheas y
Boris, son tan escasos como para olvidarlos. tresillos que introducen una mayor variedad. Sólo una blan-
La movilidad de su armonía se manifiesta en la secuencia ca aparece en la versión inicial del monólogo de Boris. Sa-
de las triadas mayores en Mi, Do sosienido, La, Fa sosteni- vishna está toda en negras; La fiesta, exactamente igual, salvo
do. Re, Sol bemol, Mi bemol, Do, La bemol, bajo una linca una blanca. No existen valares más largos que las negras
melódica extremadamente sugestiva en Si mayor, cuando en punteadas en la canción profética de Marfa (Kovanchina, acto
la celda de Pimen, Grigory describe su sueño: «Desde la alta II). Por supuesto hay excepciones; así, utiliza nueve valores
e interminable escalera asalté la elevada torre, desde lo más en Esfinge y en El viento salvaje sopla: ocho en la Serénala
alio contemplé Moscú». (Canciones de danza y muerte).
Otro ejemplo especialmente interesante es el comienzo de Teniendo presente que estamos esencialmente ante un com-
Trepak (Canciones y danzas de la muerte) en el que la tona- positor de música vocal, no debemos olvidar el hecho de que
lidad principal, Re menor, se introduce a través de tríadas la prosodia de los textos que utiliza impone ciertas condicio-
de Fa mayor. La menor y Fa sostenido; un comienzo muy nes —que predeterminan, por ejemplo, si las frases deben
efectivo, que Rimski-Korsakov, en la edición postuma de su comenzar con un compás fuerte o con un acento, tienen ca-
obra, suprimió transportándolo a la tonalidad principal. rácter femenino o masculino, etc.—. Pero si examinamos al-
Todos los artificios armónicos que Mussorgski emplea son gunas de estas melodías que están diseñadas para seguir los
notas de paso y pedales. También usa libremente las apoya- dictados del texto, o en el estilo de las melodías vocales (co-
turas, especialmente al comienzo de las frases y secciones; mo en el lema principal del preludio de La feria de Soron-
pero rara vez recurre a suspensiones o anticipaciones. Se in- chinlsi), vemos que raramente comienzan con un compás
clina por utilizar acordes en su propio valor más que como fuerte o tienen un final femenino. Mussorgski otorga a la voz
partes de un esquema armónico, pero no ignora el hecho de una tonalidad armónica real (prefiere la repetición de una
que este valor depende, en gran medida, del contexto —al nota a modificar su altura) y confiar a las suspensiones y apo-
comienzo de Trepak, por ejemplo, el fuerte contraste entre yaturas el acompañamiento. Del mismo modo, cuando se re-
los acordes iniciales y la aparición, en la tónica, del tema prin- quiere un especial énfasis al inicio de una frase, recurre
cipal de la canción, es altamente significativo. habitualmente a las apoyaturas (no tan frecuentemente co-
Lo mismo que con los acordes, sucede con las modulacio- mo para el acompañamiento) más que a un compás fuerte.
nes. Podrán estar más o menos preparadas (incluso proce- La métrica y el ritmo de sus frases vocales pueden estar
der de una tonalidad distante) o resultar inconexas. El salto condicionados o no por el texto. En Savishnu la métrica del
más arriba mencionado de Fa eólico a Fa sostenido es un ca- texto es quíntuple, y la música la sigue sin apartarse un ápi-
so concreto. El cambio entre esta tonalidad y la del salvaje ce. En el Ragamuffin el ritmo ternario se sustituye aquí y allá
coro inicial de la Revolución es particularmente digno de men- por el quintupíe, sugerido por el propio texto. En la canción
ción en este aspecto, y el efecto resulta espectacular. de cuna de Eremushka la música no siempre refleja la métri-

88 Scherzo
Mussorgski, 1839-1989

Cuadro represemanttu una reunión musical del Musca del XIX. Entre los asistentes upuio-en li/s componentes fiel Grupo de los Cinco,
Pintura de Mikhatluv.
cade 9 +7 del texto. En Kalistratushka la métrica no resulta de Re menor. Igualmente sucede con las conclusiones for-
afectada por el curso de la música, que está llena de cambios males, a menos que sirvan para un propósito específico. La
de compás y en la que varias notas se utilizan para una sílaba. conclusión formal de la escena de la muerte de Boris es un
Este último recurso es raramente utilizado por Mussorg- significativo epílogo, una valiosa peroración musical. En la
ski, excepto para producir efectos líricos o reproducir parti- escena de la Revolución había que evitar un procedimiento
cularidades de la entonación. No existe rastro de ello en el similar y Mussorgski, sabiamente, permite que la música aca-
papel de Pimen (Boris Godunov) o en el de Boris, excepción be sin una cadencia marcada, (al como sucede en la primera
hecha del arioso de la segunda versión, en la que se utilizan escena.
temas compuestos para Salambó. El primer acto de Kovanchina termina con una disonan-
Otra de las características de su estilo musical, generalmente cia (el tañido de la campana de la catedral). También una
la más advertida, es la variedad en las indicaciones de com- canción puede terminar en una disonancia (por ejemplo: La
pás. Usa prácticamente todas las clases de compás, tanto si- canción del arpista y La canción del niño, Savishna, que fi-
métrico como asimétrico, y a veces varios, en rápida sucesión. naliza en intervalo de cuarta). Puede encontrarse en una so-
En Con la niñera (Cuarto de los niños) el ritmo cambia vein- la tonalidad, rozando apenas otras tonalidades en su decurso,
ticuatro veces en veinticinco compases. En el otro extremo o modular libremente, e incluso finalizar sin retornar a la to-
tenemos Savishna, en un intenso rilrno quíntuplc que nunca nalidad principal; asi en la Serenata de la muerte, en un bas-
se quiebra. Mussorgski recurre muy escasamente a las sínco- tante ambiguo Fa sostenido menor, aunque las cadencias
pas. El único ejemplo a gran escala lo encontramos en la se- principales están en La mayor o menor, la última en menor.
gunda paite del acto III de Kovanchina. Los materiales utilizados en la textura pueden derivar del
Su prurito de realismo saca provecho de muchos de estos tema o temas principales (Trepak, La nana de la muerte, Ra-
rasgos estilísticos que están en concordancia con el principio gamuffin) o tener carácter misceláneo, variando conforme
de «máxima especificidad, mínima estilización». Y ello se con- lo hace el texto.
creta, poi ejemplo, en la escasez de grandes saltos, de sus- Nos queda finalmente la cuestión del estilo instrumental.
pensiones, de anticipaciones, de fuertes contrastes en el valor Considerando que Mussorgski era un excelente pianista, do-
de las notas, que fácilmente podriañ conducir a un declama- tado para la improvisación, debemos decir que su escritura
torio exceso de énfasis. Concatenaciones audaces y bruscas para el piano es menos interesante de lo que cabria esperar.
modulaciones se emplean con forluna para lograr efectos de Incluso Los cuadros de una exposición, su obra maestra en
fuerte, intenso énfasis. Lo mismo ocurre con las apoyatu- este terreno, carece en ocasiones de carácter. Por otro lado,
ras. Los cambios de armonía o de compás contribuyen a pre- en alguno de sus acompañamientos, la estructura es bastan-
cisar y robustecer. También es característico el nada ostentoso te ingeniosa y eficaz: Trepak, La nana de la muerte y los tres
tratamiento de los finales femeninos. últimos números de Salambó son ejemplos de ello.
Pasando a temas estructurales, vernos de qué manera aplica
los mismos principios. Las transiciones formales a las que M.D. CALVOCORESSl
opone el hechizo de la estilización las usa escasamente: pue- tt)e !U libra: Mussorgski, Cap. XI)
de uno imaginarse la debilidad del comienzo de Trepak con Dentón üntl Suns Ltd. 1,'tndon 1978.
una transición del acorde de Fa sostenido menor al acorde Traducción: Gerantv Queipa de Llano Onaindio.

Scherzo 89
danzo

sea con aire lunar y una pecera sin pez.


Vianants por buen camino E! espectador, en ese momento, recuer-
da que la tercera mujer abrió y cerró
una sombrilla. Sólo hay estos dos ele-
mentos corpóreos además de los trajes.
racel Meneu ha traído a la Sala domina la escena sobre los efectos pás- Algo de siniesis oriental que le funcio-
G Olympia de Madrid el que es su
tercer espectáculo con el grupo
Vianants. Otra ve/, ha sido posible por
ticos de la proyección de diapositivas,
que esta vez es muy buena por discre-
ta, fungiendo como debe ser, sólo un
na a Meneu. Usa sólo lo justo tanto
en objetos como en colores, como en
trajes y número de artistas en escena.
un efectivo régimen de coproducción arropamiento a la danza misma. Por Esla vez, los recursos de repetición
que permite la creación artística. Hay otra, la síntesis y los encadenamientos también han sido decantados hacia es-
que decir que, en este sentido, la ins- de pasos y secuencias denotan una ma- ta síntesis utilitaria y no hay excesos.
tancia autonómica valenciana es la úni- dure/ y una claridad en lo que se quie- La música cumple su papel, a pesar que
ca en toda España que genera este tipo re decir. por momentos puede hacerse tópica y
de cooperación; y por otra pane, sigue Shuei, que podía también llamarse sonar a fondo de filme de samurais. Pe-
siendo en solitario el Centro de Nue- Entre mujeres solas, como aquella fa- ro es efectiva, apoya los acentos de la
vas tendencias Escénicas, el único ór- mosa película italiana, establece una danza y esa es la principal exigencia de
gano que arriesga sus cuartos en ello. tensión a partir de una ilusión: el bor- la música creada para bailar, una ley
Gracel Meneu tiene, entre sus mejo- de del agua, del mar, está precisamen- que no puede olvidarse desde los ma-
res características, la perseverancia en te en el proscenio, justo donde nierismos de Drigo, Minkus, y otros.
un trabajo del movimiento donde se re- empiezan las Tilas de butacas. La negru- Hay mucha poesía en el espectáculo
conoce su trayectoria, y aun no exenta ra de la sala es la negrura de la plea- y mucha metáfora sutil. Una de las bai-
de cieno didactismo que cada vez se di- mar nocturna. El agua sube larinas aparece en uno de los números
luye más y por tanto también se acerca engañosamente y sube la angustia de con el vestido del revés, con las costu-
a conseguir un estilo. Su trabajo es muy una casualidad que no es tal. El poeta ras muy evidentes. ¿Error ante un rá-
individualizado, incluso cuando recu- José Lezama Lima decía que no hay pido cambio? O imagen habilísima que
rre a coreografías iguales o ritmados. nunca encuentros casuales. Las tres in- trata de hablar de aquello del desvelar
Y es que no nota mucho que esta astis- térpretes son imanes desbocados entre el interior como volver un guante. Ca-
ta trabajo a partir de su propia pala- dos atracciones: el fondo del mar y sus sualidad o premeditación, el efecto fi-
bra corporal. De hecho, sus bailarinas pasiones individuales. Al chocar, la nal fue hermoso, como lo fue el
se pliegan a unas exigencias de danza confrontación genera otra fantasía ma- emotivo y largo solo de Gracel, con
que corresponden a la propia de la co- yor. Gracel despliega su baile con vita- aquella diagonal que la acercaba entre
reógrafo. Su trabajo es fuerte a la vez lidad y hace justicia a un arabesque devaneos hasta el peligroso borde del
que refinado, elocuente cuando quiere voluntarioso, sólido, casi doliente. El agua.
y sobre todo, con un toque de lejana equilibrio es un diálogo secreto con el Buen baile, buenas luces, buena mú-
sensualidad que es su sello. Un hom- aire, esc terral oloroso que relaja las sica. Un tanto muy positivo para toda
bro se encoje o una pierna describe un bailarinas sobre unas sillas que cambian la nueva dan^a española y para la ca-
particular giro hacia dentro del cuer- astutamente de color. Gracel, entonces, rrera de Gracel: sin pausa pero sin
po. Son sellos que van apareciendo. hace una discreta cita culta sobre el prisa.
Glosándose a sí mismos a través de la Fauno de Nijinski, y otra mujer se pa- Roger Salas
estructura global de la co-
reografía.
Shuei es una obra que,
y esto debe decirse de en-
trada, no aburre. El teji-
do coreográfico se
imbrica en un ritmo escé-
nico bien establecido, con
diferentes climax y anti-
clímax repartidos a través
de su duración, de mane-
ra que la danza deja de
ser descriptiva sin volver-
se críptica y establece una
lectura posible para el es-
pectador medio. ¿Es que
Gracel hace concesiones?
No, en absoluto. Y algu-
na concesión, en ocasio-
nes, hay que hacer
(mirándose en el espejo
de otros coreógrafos esto
puede descubrirse, y ya
son historia: Bejari; Neu-
meier; Kyliam...). Loque
pasa es que Gracel Meneu
está madurando, y varios
son los factores de su
obra donde esto se puede
ver. Por una pane, ella Shuei, can

90 Scherzo
danzo

Aja coreografía
franco-española
Maguy Marin se
encuentra en las
Islas Canarias
montando una <
pieza suya para
el Ballet del
Atlántico. Es la
primera vez que
esta creadora tra-
baja con una
compañía espa-
ñola. La pie/a,
que no es una
creación nueva,
dura entre 17 y
20 minutos.

Aja ya hoy gran maestra Rosella High-


lower a vuelto a la escena en un ballet
moderno, L. el Eux, la nuil, de la ma-
no de Erancois Verret, uno de tos más bailarín argentino Maximiliano
controvertidos y radicales exponentes Guerra ha estrenado con éxito en las Ti-
de la nueva danza francesa, contando las del London Festival Ballet, la ver-
en escena con la presencia de otro gran- sión de Peter Schauffuss de
de de antaño: Jean Babílee; durante la Cascanueces. Guerra ganó en 1988 la
celebración del 4 o festival Internacio- medalla de oro en el Concurso de Var-
nal de Danza de Cannes, Francia. na, e inmediatamente fue fichado por
L a bailaora Blanca del Rey ha recibi- el London festival Ballet.
do un homenaje en Madrid donde se le
otorgó el premio Faralaes, que le fue Fracci se ha hecho cargo de la
entregado por Pilar López y Marienma. dirección artística del Ballet de la Ope-
Este galardón anteriormente fue obte- ra de Ñapóles, en el Teatro San Carlos
nido por Antonio y por María Rosa. de esta ciudad.

Igor Yebra.

Eii! Ballet de Víctor Ullate ha vuelto a


presentarse en el Centro Cultural de la
Villa de Madrid con el mismo reperto-
rio de sus anteriores funciones, aunque
algo cambiadas las coreografías.
El teatro de la Plaza de Colón estu-
vo lleno de todos los días, y sigue des-
tacando Igor Yebra por las
posibilidades potenciales que demues-
tra. Lo mismo puede aplicarse a Mar
Moreno y Ruth Maroto, o una Espe-
ranza Aparicio menos brillante que
otras veces. Todos ellos pueden tener
en un futuro carreras interesantes.

Ei Ballet Nacional de España ha con-


seguido un notable éxiio en París du-
rante los meses de enero y febrero. La
critica ha destacado, sobre todo, la ca-
lidad de los bailarines y del alto nivel
colectivo de la compañía titular espa- .licia Alonso ha estrenado en La Habana Amaris, del coreógrafo chiprio-
ñola que dirige José Antonio, sin du- ta afincado en Canadá, Lambros. La pieza recrea un mito griego. Afrodita,
da el mejor de los bailarines espartóles y la música es el resultado del procesamiento electrónico de temas folklóricos
de la actualidad, tal como lo describió de las islas griegas. Los diseños de luces y trajes han sido encomendados a
recientemente el propio Antonio Salvador Fernández. Esta pieza podrá ser vista en Europa dirante 1989.
Gades.

Scherzo 91
alta fidelidad

Croft, la artesanía hecha arte


l resurgimiento y ascensión de la Tras este preámbulo, abordaremos la solamente en lo necesario a fin de ob-
E válvula de vacío es irresistible.
Tras un periodo que algunos crí-
ticos americanos e ingleses han deno-
tarca que nos ocupa. El preamplifica-
dor Super Micro audiófilio Crofi.
Glenn Croft posee una larga expe-
tener producios con una óptima rela-
ción calidad-precio.
La interconexión de los distintos
minado la Edad Media de la alta fide- riencia en el campo de la amplificación componentes se realiza mediante cables
lidad (debido a la confusión y poco a válvulas. Inició sus trabajos con la fa- (de la máxima calidad) evitando asi el
acierto en el uso de materiales), la vál- bricación de apáralos de alto porte (ca- circuito impreso que le hubiera resul-
vula renace con una fuerza pocas ve- ros) que aún mantiene en catálogo y tado más sencillo de montar e incluso
ces conocida en esie mundo nuestro tan recientemente ha diseñado un pequeño más económico pero que añade cienos
gastado de novedades. Pocas veces se preamplificador, el Micro, hermano problemas de musicalidad no deseables
ha conocido tanta unanimidad como menor de la familia, que en Inglaterra (recordar que el circuito impreso, al
ante este fenómeno tuvimos la ocasión ha sido considerado como best-buy por igual que el transistor en rivalidad con
de observar en la exposición que se ce- su óptima relación calidad / precio (160 la válvula, añade soluciones de costo,
lebró en Madrid recientemente con to- libras). El catálogo actual ofrece cua- no de calidad musical).
do el material High End (alta gama de tro preamplificadores: Micro, Super La tensión de entrada es regulada
excepción que se dice ahora). Parece ser Micro, Super micro Audiofilo y Mega también por válvulas que junto con
que el sector audiofilo (que se dice en Micro asi como dos elapas de potencia oirás cuatro más han sido hábilmente
el argot), se decanta, sin recelos, por la (una de ellas de altos vuelos sin trans- colocadas a fin de conseguir un apára-
válvula debido a sus excelencias audi- formadores de salida, tipo OTL). lo no muy voluminoso, de fácil
tivas de suavidad de transparencia, de manejo.
cuerpo, de musicalidad en definitiva El diseño, al igual que los de gran
(que es lo que interesa al amante de la Descripción físico-técnica clase, dispone de una construcción to-
música). El Su per micro Audiofilo, al igual talmente doble, con dos mandos de vo-
Paralelamente, en medios técnicos, que el resto de la familia, es un apara- lumen, sin balance, eliminando así el
un ingeniero de sonido intentó, no con to montado sobre un kit de elaboración problema que éste suele conllevar, dos
mucha fortuna, hacerme entender el puramente artesanal en el sentido es- conmutadores para pilono, dos entra-
por qué de la válvula rebasa las propie- tricto del término. Este montaje ima- das de linea y un mute general. Permi-
dades físicas del transistor a un precio gino que le supone al fabricante un te, incluso, escuchar por un canal el
razonable (recordemos que existen abaratamiento considerable del proto- phono y por el oiro el tuner, pletina o
grandes aparatos a transistores, pero de tipo. Destacaremos que un objetivo bá- CD, lo cual provoca una sensación de
muy elevado coste). sico de Glenn Croft consiste en invertir perplejidad al oyente curioso.

92 Scherzo
alta fidelidad

rar que he superado con creces las


expectativas que sobre él tenía deposi-
tadas a priori, ya que su aspecto exte-
rior es de los que engaña, por lo cual
se ha convertido en un acompañante
para el futuro.
Las audiciones de los tan exigentes
instrumentos originales tan difíciles de
templa ha sido muy satisfactoria, el
timbre muy exacto y la imagen sonora
precisa. En los cuartetos de cuerda
ofrece suficiente análisis como para va-
lorar las parles integrantes, generando,
al tiempo, ambiente suficiente, sin ex-
cederse. El órgano suele constituir un
instrumento de referencia, en el que
cargar tintas suele resultar artificioso;
no es el caso del previo que nos ocupa.
En la ópera, quizá, es donde se precise
un poco más de cuerpo, más robustez
a fin de generar escenas más contun-
Los conectores posteriores son cha- filo raya a mi entender lo deseable (no dentes; aunque los resultados obtenidos
pados en oro de gran calidad, a fin de el óptimo, inalcanzable éste), consigue a mi juicio son totalmente satisfacto-
conseguir un contado óptimo. Curio- el previo suficiente análisis e imagen es- rios es este campo.
samente, el fabrícame solamenie sirve téreo como para situar cada instrumen- Se trata, haciendo un balance, de un
chapados en oro el conector para pho- to en su sitio, al tiempo que nos ofrece previo muy adecuado para audiciones
no y la salida de señal, siendo los de tu- una imagen global amplia, sin embo- caseras, serenas, sin fatiga, muy pro-
ner, auxiliar, tape y CD de los de tipo rronamientos y sin obstentación de po- pio para la música de cámara con una
corriente, !o cual nos indica la fuente der, con cuerpo y pastosidad suficiente. ¡imbrica muy precisa sin forzar en ab-
de sonido que se considera óptima y Por ello, la imagen conseguida goza de soluto situaciones inverosímiles.
por oirá parte, una vez más, el afán de gran naturalidad, con muy baja colo- En definitiva, constituye una grata
economizar en gastos superfluos (recor- ración y gran limpieza en los timbres. aportación al mercado español, de un
demos que es fácil observar cómo apa- El diseño es totalmente silencioso y producto que compite con previos de
ratos de elevado coste habitúan a con una ganancia media, lo cual le ha- dos o tres veces su precio (hay quien
incluir dos phonos, dos tapes, dos en- ce compatible con gran cantidad de opina que por sus excelencias se colo-
tradas... todo en conexiones chapadas etapas. ca a la altura de los grandes america-
en oro, lo cual añade un gasto adicio- Exige componentes de calidad en el nos). Por sus bondades y su modesto
nal no muy aprovechable). resto de la cadena, ya que debido a su precio, unas 120.000 ptas., la relación
transparencia y análisis evidencia las calidad precio es óptima.
Calidad de sonido debilidades habidas por algún compo-
nente mediocre. Francisco Gutiérrez
Con toda esta información previa,
curiosidades para el audiófilo, nos P.S. Con la tima aún fresca del préseme arti-
culo, llega a mis manos un artículo publicado en
adentramos en el mundo mágico del Conclusión la afamada revista HIFI Choice de abril del SS.
sonido. Mi perplejidad es grande al comprobar la [olal
Se trata de un previo de los que qui- coincidencia de ideas, de modo que se asemejen
Mis audiciones serenas con el SMA a mis lineas hasta [al punto que parecen una tra-
zá no convenzan a primera vista (audi- se han centrado en discos muy conoci- ducción. Me alegra comprobar que mi criterio
ción), y que no es poderoso, ni dos para mí claro está) y puedo asegu- coincide con la de prestigio™ críticos británicos.
manifiesta la ostentación de sonido de
ciertos productos americanos más im-
pulsivos y vigorosos. Pero la prueba
que un aparato ha de superar, la más
dura, es la fatiga, es decir, lo que el
INDUSTRIAS DEL FUNK DISTRIBUCIONES
oyente experimente cuando se lleva es-
cuchando varias horas, en ese momen-
CD INTERNACIONAL CLUB
CATALOGO DE 14 000 TÍTULOS EN COMPACT DISC.
10 idílico con el arte del compositor es CONSIGÚELO ENVIANDO 1.200 Ptas. EN SELLOS.
cuando el oyente melómano debe tor- SERVICIO DE VENTA DE COMPACT Y CD-SINGLES (EDICIONES
narse oyente audiófilo y analizar la ca- LIMITADAS) POR CORREO O CONTRAREEMBOLSO.
lidad del aparato, digamos que es aquí ULTIMAS NOVEDADES IMPORTADAS DE EUROPA Y USA
cuando el previo evidencia todas sus POP ROCK COUNTRY JAZZ DISCO FUNKY Y CLASICO
bondades, todas las horas depositadas ESCRIBE A.
por el Croft para realizar el prototipo. INDUSTRIAS DEL FUNK DISTRIBUCIONES
Análisis se opone a síntesis. El oyente CD INTERNACIONAL CLUB
exige ambas a un tiempo. Difícil coyun- C SALIENTE, 1
tura. Exige análisis para desglosar, des- 28007 MADRID
menuzar los distintos aspectos de la FAX:912746776
música que tiene ante sí, y exige sínte- Si deseas saber la discograf ía disponible de tu artista preferido, envíanos un
sis que le proporcione un todo compac- sobre con sello y fu dirección y te mandaremos la inlormación GRATIS
to, ya que la música en sí es síntesis.
El punto alcanzado por el SM Audió-

Scherzo 93
alta fidelidad

Primicias de una cápsula formidable:


Van den Huí
P
ARA muchos y, desde luego, ha- cápsula que se sitúa, a mi juicio, enlre Huí cautivó literalmente al auditorio a
ce ya años, el nombre del Dr. Van las cinco o seis mejores a nivel mundial, través de una disertación que duró más
den Huí se encuentra intimamen- y tanto da que .se tome como base una de dos horas; pese a ello se hizo corta.
te asociado a una muy particular talla Decca London como una Decca Gold. Demostró, sin lugar a dudas, que es una
de diamante para cápsulas lectoras. Si Otras cápsulas también mejoran gran- de las máximas autoridades a nivel
no recuerdo mal fue la firma británica demente gracias a esta operación qui- mundial en materia de audio.
üoldring la primera que adoptó ¡a pa- rúrgica; citemos, a título de ejemplo, las La última adición a la gama de com-
tente VDH para sus cápsulas, siendo el Denon, Supe\, EMT, Audio Technica y ponentes VDH ha sido la cápsula MC-
modelo 900-IGC (Improved groove ocras renombradas marcas por el estilo. ONE en versión de alta salida, algo más
contact), donde se estrenó el invento. El Dr. Van den Huí ha intervenido de I mv. Ya conocíamos la MC-1 en otra
Aún hoy, y a pesar de ser un modelo de también en otros tipos de componen- versión de 0,4 mv. Resulla de lo más
imán móvil, la Goldring 90G-1GC go- tes de Audio, a saber, etapas de poten- comprensible que quien ha sido capaz
za de una gran cotización entre los cia tanlo de válvulas como de de elaborar agujas lectoras de una cali-
audiófílos. Esta cápsula anduvo en vi- transistores de enorme nivel, cajas acús- dad casi definíiiva esté en condiciones
gor allá por el principio de la década ticas y, sobre todo, ha aportado mucha de abordar el diseño de cápsulas de cla-
y su precio se aproximaba a los seis mi! ciencia denlro del difícil y controverti- se excepcional. Tal es el caso de la MC-1,
duros. No faltaron criticas y comenta- do campo de los cables de conexión. tanto en su versión antigua como la
rios calificando la 900-IGC como num- También en este punto sus trabajos son nueva que ahora analizamos. A este res-
ber ote dentro del campo de las enormemente cotizados, y resulta indis- pecto hay que señalar que las presentes
cápsulas de imán móvil, por encima in- cutible que el cable VDH en su ya am- lineas no son sino una primera pince-
cluso de los modelos altos de Shure y plia gama de modalidades figura dentro lada informativa sobre el tema, y dado
Audio Technica. de la élite; el mérito al respecto es gran- que los grandes componentes requieren
El diamanie VDH ha sido adoptado de, dado que la competencia es muy un cierto tiempo para ser debidamente
después por otros fabricante), con enor- fuerte. evaluados. En ocasiones, hacen falta va-
me éxito, y en la práctica casi cualquier La audiofíliu española ha tenido la rios meses de prueba sostenida para ca-
cápsula puede ser modificada, o bien suerte últimamente de go^ar en directo librar de verdad el comportamiento real
mejorada, mediante la sustitución de! de las enseñanzas del físico holandés, de un componente de audio. En el ca-
diamante de origen por el VDH. Has- quien pronunció una muy interesante so, como es el que nos ocupa, de una
ta las legendarias Deccas pueden supe- conferencia dentro del marco de acti- cápsula lectora hay que experimentar
rarse, sustituyendo su talla de origen vidades de la Mini-Feria Higft End, que con diversos brazos, preamplificadores
por la VDH; lo que resulta es algo ab- tuvo lugar en Madrid a finales del pa- y preprés, o transformadores de bobi-
solutamente extraordinario, queda una sado mes de noviembre. El Dr. Van den na móvil; hay que estudiar muy a fon-

I.u
familia
,lc
lápsulus
Van
t/en Huí
al
completo

94 Scherzo
alto fidelidad

do cuál es la fuerza de apoyo óptima, utilizado un disco que considero esen- en el orden de los 1,5 gramos. En todo
es decir, hay que medir la cápsula de cial, a saber, Arias de Haydn, por Tere- caso, y ello es normal, se pueden reali-
una forma lo más amplia posible, lo que sa Berganza y Raymond l£ppard (disco zar experimentos en más y en menos.
supone la necesidad de un cierto Erato de gran categoría). La escena so- Con brazos de alta precisión (Technics
tiempo. nora tiene mayores dimensiones con la EPA-100 o SME 3.009-Serie IV) se pue-
En consecuencia, es probable que MC-1, si bien la Decca resulta imbaii- de descender sin problemas a la cifra de
dentro de algunos meses se pueda pro- ble en música de cámara. El tamaño de 1,3, dado que la habilidad de lectura de
ducir un informe más compleio que el un trío o un cuarteio resulta más exac- la MC'l es magnifica. El diseñador no
actual sobre este componente, cuyas pri- to con la Decca, pero para escuchar la facilita cifra de elasticidad, pero a juz-
meras escuchas han revelado ya algunas Sinfonía A/pina (Rudolf Kempe, diri- gar por los resultados audibles hay que
cualidades de absoluta excepción, co- giendo la Dresden Staatskapelle) la suponer que ésta sea muy alta.
mo, por ejemplo, una enorme natura- MC-1 ofrece una cierta veniaja. La duración estimada de la aguja es
lidad en la reproducción del sonido. No Repito, en todo caso, que lo que an- de unas 2.500 horas. Naturalmente, es-
repara el oído en aspectos concretos de tecede es una primera impresión que se- ta cifra es relativa, pues depende en una
graves, agudos o medios; la MC-1 lee guramente habrá de ser perfilada más cierta medida del estado de los discos
de suerte que no se fija uno más que adelante mediante un análisis más com- a reproducir y de las fuerzas de apoyo
en la música en bloque sin distraerse en pleto y minucioso. Habrá que oír en lo- empleadas. Esta cifra de duración de
detalles concretos; se (rata, pues, de un do caso cómo suena la MC-1 después aguja tiene una cierta relevancia econó-
componente muy equilibrado. Quienes de las primeras ochenta y cien horas de mica, como fácilmente puede compren-
gusten del sonido espectacular y rim- uso. Lo normal es que el sonido mejo- derse, y más si se tiene en cuenta que
bombante ya pueden ir descartando la re después de las primeras horas de el precio estimado de la VDH MC-1 so-
MC-1 de sus planes de compra. He de rodaje. brepasa las 100.000 pesetas. La duración
perfilar algo más estas primeras impre- La VDH MC-ONE tiene ya muy bue- normal de los diamantes de lectura no
siones; la MC-1 es una cápsula de un na prensa. Me refiero naturalmente a la suele rebasar las 1.000 horas. Las úni-
gran realismo y, al propio tiempo, no prensa fiable. Por ejemplo, la norteame- cas excepciones que conozco son la pre-
exenta de una cierta exuberancia. Des- ricana Stereophi/e incluye este modelo sente de la MC-1 y las Deccas, cuyos
de luego, ambos adjetivos son compa- en el grupo A (el mejor) de cápsulas lec- diamantes tienen una duración estima-
tibles. Si tuviese que establecer algún toras. El grupo A comprende seis co- da de unas 5.000 horas. En el caso de
tipo de parangón entre la MC-1 y algu- sas, siendo las otras cinco las siguientes: la MC-1 el cambio de aguja tiene que
na sala de conciertos conocida diría que Koetsu Signature, Linn Trolka, Mons- realizarse en fábrica.
la acústica de la MC-1 semeja grande- ter Alpha Generis, Ortofon MC-3.000 Para terminar, una consideración; re-
mente a la del Royal Albert Hall de y Sumiko Virtuoso DTi. Esta selección, sulta muy chocante, y en cierto modo
Londres; allí la cuerda alta suena con que es la última que ha hecho Stereop- paradójico, que en plena ascensión del
una plenitud enorme, y casi se podría hile, viene recogida en la edición de disco compacto estén incorporándose
hablar de coloración si no fuese porque abril de 1988. Por su parle, la británica al mercado Hi-Fi componentes de lec-
estoy tratando de describir escuchas en Hi-Fi News proclama la victoria de la tura de discos de vinilo de absoluta ex-
directo. Al hacer estas consideraciones MC-l en liza con las siguientes joyas: cepción, como es el caso de este último
pienso si en muchos casos no se atri- Cello Chórale (Mark Levinson), Gol- irabajo del Dr. Van den Huí. ¿No será
buyen a algunos componentes de audio dring Gerard Louis (también con dia- que la citada ascensión del CD no ten-
defectos que no son tales, si tenemos en mante VDH), Kiseki Purpleheart, ga otra vertiente que la puramente co-
cuenta que la música se puede oír de mil Sapphire, Koetsu Black K y Monster mercial? ¿No será que estamos pasando
maneras y que las dichas mil maneras Alpha 2. El informe firmado, nada me- otra-vez de la pluma estilográfica al bo-
han de ser consideradas como correc- nos que por Martin Colloms, es cate- lígrafo? Porque de lo que no cabe du-
tas. Después, sí existe orden de prefe- górico al proclamar la victoria de la da (por ahora) es que en un plano
rencias, el tema corresponde ya al gusto MC-1 sobre su distinguida competencia. puramente musical el Nuevo producto
de cada uno. Pasemos a conocer sus datos técni- está a años luz del disco analógico de
cos esenciales. vinilo. Pero éste es un tema a tratar en
Naturalmente, no se puede evaluar un otra ocasión y con la extensión que se
componente de audio sin establecer al- Como ya se ha indicado antes, se tra-
ta de una cápsula de bobina móvil de merece.
gún tipo de comparación. Siempre ha-
cen falta referencias. A la hora de alta salida, pese a lo cual no puede ser
escribir estas lineas la MC-1 ha sido conectada directamente a un previo, por Alfredo Orozco
comparada, como es natural, con una mucha ganancia que éste tenga. He he-
Decca Gold con diamante VDH que, a cho la prueba y no resulta. Puede oír-
mi juicio, constituye una cota muy al- se, pero de una forma muy mediocre.
ta. La Decca suena con una mayor pre- El propio diseñador recomienda el em-
cisión; el sonido de la MC-1 resulta más pleo de un pre-p reamplificador, cuya
envolvente y en ambas se percibe la fi- impedancia sea del orden de los 40 oh-
nura excepcional del diamante de lec- mios (música clásica) o 15 ohmios (mú-
tura. Es lo único que tienen sica pop). El diseñador no recomienda c/HlKriis, Í7 -,T f |.: « » 29 41
técnicamente en común ambas cápsu- el empleo de transformadores. En to-
las, por lo demás tan distintas. Repitien- do caso, el pre-pre mediocre o técnica- Todos I I H día*
M ú t k i Clásica en directo
do el esquema de comparar cápsulas mente inadecuado no pondrá nunca de De lunts a nieves y a las 23.30 CICLOS
con salas de conciertos, si la MC-1 es relieve las excelencias de esta cápsula ex- DE MÚSICA CLASICA, dedicados a un
el Royal Albert Hall, la Decca Gold cepcional. Mis audiciones han sido he- amor, a un esulo o a un período de la
Historia de la Música
VDH seria el Musikverein de Viena. Es- chas con el Denon HA-1.000 y con el Viernes, sábados y domingos, d&s actua-
te tipo de diferencia se aprecia grande- Thorens PPA-990. De los dos, el que ha ciones a las 30.30 y las 2.1,30.
mente en la reproducción de voces dado mejores resultados ha sido el
donde la Decca gana en claridad y la Denon.
VDH en ambiente. A estos efectos he La fuerza de apoyo recomendada está

Scherzo 95
Jazz

ción ya ha llegado a las tiendas


especializadas de Madrid y Barcelona,
y quien tenga interés por el fascinante
mundo ellingtoniano debe naturalmen-
te procurarse estas reliquias, porque
dero escándalo entre muchos aficiona- descubren facetas hasta ahora descono-
dos que ahora ven con satisfacción y cidas y son, en todos los sentidos, de
evidente malicia cómo el duro juicio de un altísimo nivel.
Collier, en parte compartido por el crí- Empezamos en el año 1956 para ter-
tico inglés Peter Gammond en un libro minar en 1970. En este espacio de tiem-
ligeramente posterior (Apollo Press, po la formación de Ellingion sufrió
1987), es desmentido a medida que se algunos cambios, pero básicamente se
editan los discos con inéditos de la úl- mantuvo estable. En un variadísimo
tima larga c intensa fase de la vida del contexto encontramos auténticas perlas,
duque. Porque siguió activo práctica- de cuya existencia no se sabía nada, y
mente hasta el final, mientras los mú- que nos ayudan a conocer mejor a
sicos que habían permanecido fieles en Ellington, su música y los que la inter-
el seno de su orquesta iban cayendo uno pretaban. Y la verdad es que estos año-
tras otro. Para él y sus seguidores el tra- rados colosos suenan aquí, si cabe, con
mo final fue un calvario, con continuas más fuerza y vigor que nunca. La ex-
despedidas de Johnny Hodges, Paul plicación es tan sencilla como insólita:
Gonsalves, Harry Carney, Ray Nance, al duque le gustaba sobremanera ence-
Russell Procope, Lawrence Brown..., to- rrarse en los estudios y grabar sus nue-
dos aquellos magníficos hombres que vas obras a fin de comprobar su valor,
durante decenios habían sido los pila- añadir detalles, corregir eventuales fa-
res de la orquesta y sus mejores solistas. llos y familiarizar a sus empleados con
ellas. Lo hacía por su propia cuenta, y
asi no había presiones externas de nin-
OCOS meses atrás lúe presenta-

P do por varias cadenas de televi-


sión de Estados Unidos un
documental sobre Duke Ellington, obra
gún tipo. Las sesiones de trabajo se de-
sarrollaban en un ambiente totalmente
relajado, pero el infatigable director de
orquesta abusaba, sin duda, de la gen-
de Terry Caries y Leonard Malone, que te que le rodeaba. Hubo madrugadas
fue recibido con entusiasmo por una que tuvo que ver a la señora Cue Hod-
crítica unánime. ¿Llegará algún día a ges venir en busca de su marido, y el an-
España este emocionante recorrido de ciano saxofonista no tenía más remedio
dos horas por la vida y la carrera del que ponerse el abrigo y despedirse con
inolvidable pianista, compositor y di- un «perdón, pero creo que ya basta».
rector de orquesta? Algunos tuvimos la Esta frenética actividad mantuvo a la
ocasión de ver esta impresionante obra banda en un casi constante estado de
en el último festival de jazz de San Se- creación increíble, que enriqueció la
bastián, donde los autores la presenta- mencionada colección privada bajo cus-
ron en riguroso estreno mundial. Dicho todia danesa, con nada menos que 763
sea aparte: causa vergüenza ajena, preo- cintas de música inédita. Una ínfima
cupación y hasta dina estupor recordar parte se incluye en los discos ahora edi-
que sólo estuvimos media docena de tados, y aun así nos es imposible en es-
personas admirando el resultado de va-
rios años de infatigable investigación.
Quince años después de su muerte
Ellington sigue siendo de actualidad. A Hace cuatro años CBS editó una lar-
su enorme discografia, que cubre me- ga serie de obras grabadas por Elling-
dio siglo de intensa creación, se han ton entre 1956, año de su triunfal
añadido ya numerosos tomos con gran aparición en el festival de Newport, y
cantidad de trabajos inéditos y otros 1962. Gran parte de aquellos 70 temas,
vendrán ¡que nadie lo dude! Este incan- que no tenian cabida en los 24 LP's que
sable hombre pasaba gran parte de su la orquesta firmó durante esos seis
liempo libre en los estudios de graba- años, eran desconocidos para el públi-
ción, ensayando y comprobando nue- co. A pesar de su contenido un tanto
vos temas. Ponia lodas sus energías en igual los tres álbunes dobles (CBS
su música, logrando dejar una obra de 88653/4, 26306) tuvieron una excelen-
descomunales dimensiones a la pos- te acogida, pero en nada comparable
teridad. con la que conoce ahora una sensacio-
El conocido critico americano, James nal edición de WEA (225 398/402) que,
Lincoln Collier, publicó hace dos años con la ayuda de! hijo de Eltington, Mer-
un estudio sobre Ellington {Oxford cer, ha confeccionado una serie de 10
Press, 1987), llegando a la sorprenden- LP's (algunos dobles) basada en la co-
te conclusión: que éste, en sus últimos lección privada del maestro que, por de-
veinte anos, se encontraba en constan- seo de sus herederos, está depositada en
te declive como músico y, sobre todo, los archivos de !a Radio Nacional de Di-
como compositor. El libro causó verda- namarca. La primera mitad de esta edi-

96 Scherzo
jazz-

presionante fuerza y seguridad. El se-


gundo álbum (doble), de 1958, nos
traslada a una sala de baile en Califor-
nia, donde la orquesta tarda en desper-
tar, pero cuando ya deja la rutina se
relaja y se divierte con el trompetísia,
violinista y caniante Ray Nance, hacien-
do reir a sus colegas. El tercer LP, de
l%2, esiá casi enteramente dedicado al
saxo tenor Paul Gonsalves, solista de es-
pecial importancia para su lider y tam-
bién nos brinda soberbias intervencio-
nes del irompetista Cootie Williams,
que regresa a la orquesta después de
una ausencia de veintidós años. En el
cuarto disco, cuyo contenido proviene
de (res sesiones muy diferentes de
1963, surgen de nuevo Hodges y Nan-
ce en todo su esplendor, y en un reper-
torio variopinto de gran valor, con un
tc espacio analizar su contenido trabajo para un ballet que el coreógra- impresionante blues final dedicado al
variadísimo y ni siquiera destacar los fo Alvin Ailey nunca logró poner en es- 18 de julio, que nada tiene que ver con
momentos cumbres. Limitémonos a se- cena, muestra un lirismo transparente, cierto aniversario español, sino con la
ñalar que, por primera vez, se pueden un hondo sentimiento que, sin duda, se fecha de la grabación. La serie termina
escuchar dos suites que siempre han es- debe al fallecimiento de Hodges, ocu- con un quinto volumen que contiene las
tado rodeadas de misterio, porque rrido poco antes de estas grabaciones dos suites ya mencionadas.
Ellington nunca las pudo o quiso estre- de la primavera de 1970. Ahora esperamos con impaciencia
nar en vida. The Degas suile, que pro- Precisamente, el saxo alto, que se ha- los cinco álbumes restantes que, con
viene de un proyecto cinematográfico bía ausentado de la orquesta a princi- toda seguridad, nos regalarán nuevos
dedicado al genial pintor francés, nos pios de los 50, suena como rara vez le elementos que nos ayudarán a profun-
muestra una formación limitada a 10 hemos oiilo, en el primer volumen, de dizar en la inmensa obra del más genial
elementos y llena de un dinamismo ca- 1956, con el recién incorporado batería creador que jamás conoció el Jazz.
si nuevo, tal vez gradas al recién llega- Sam Woodyard, en un papel destacado ¡Realmente, estamos de enhorabuena!
do batería, Rufus Jones. Y los 12 y el trompetilla Clark Terry, entonces
bosquejos que constituyen The River, todavía con EÜington, soplando con im- Ebbe Traberg

FESTIVAL INTERNACIONAL DE ORQUESTAS DE JÓVENES


VIII EDICIÓN Del 19 al 25 de Marzo MURCIA 89
Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia. Kspaña.
Orquesta del Conservatorio de Vigo. Galicia. España.
Orquesta del Conservatorio de Bralislava. Checoslovaquia.
Orquesta de la Academia Musashino de Tokio. Japón.
Orquesta del Conservatorio de Estrasburgo. Francia.
Conjunlo Instrumental del Conservatorio de Milán. Italia.
Orquesta de Jóvenes del Kstadu de Bremen. R. r. Alemana.
Orquesta Internacional 89.
Concurso Internacional de Composición.
Concurso Internacional de Violin.
Concurso Internacional de Violonchelo.
Muestra de Música de Cámara.
I niversidad de Murcia / Comunidad Autónoma de la Región
dt Murcia / Ministerio de Cultura / Ayuntamiento de
Murcia / Ayuntamiento de Cartagena / Caja de Ahorros de
Murcia / Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Director Artístico: Juan González


Oficina del Feslival: C . Graneros, 4 - Tediónos: (968) II 05 66 11 08 64

Scherzo 97
EFEMÉRIDES
l/IH/1643: Muere en Ro- crita por los autores cita-
ma el compositor y orga- dos en 1855.
nista italiano Girolamo 17/111/1844: Nace en Va-
Frescobaldi. duz (Licchtenstein) el
2/III/1824: Nace en Li- compositor, organista y
tomysl (Bohemia) el com- director de orquesta Jo-
positor Bedrich Smetana. seph Gabriel Rhein-
3/III/1806: Fallece en berger.
San Petersburgo (actual 18/111/1844: Nace en
Leningrado) el composi- Novgorod el compositor
lor valenciano Vicente ruso Nikolai Andreievitch
Martín y Soler. Entre su Rimski-Korsakov.
inmensa producción so- 19/111/1859: Estreno en
bresale la ópera Una Co- el Teatro Lírico de París
sa Rara (1786) y que de Fausto, ópera de
conoció tal éxito que lle- Charles Gounod basada
gó a eclipsar a Las Bodas en la obra nomónica del
de Fígaro de Mozart que escritor J.W. Goethe.
se representaba ese mis- 20/111/1915: Nace en
mo año en Viena. (Un Schilomir (Ucrania,
fragmento de la ópera de U RSS) el pianista Svjato-
Martín y Soler (Oh quan- lav Richter.
to un sí del giubilo) sé hi- 21/111/1839: Félix Men-
zo tan célebre que el delssohn dirige en la Ge-
propio Mozart lo incluye wandhaus de Leipzig la
al final del Acto II de su primera audición de la
ópera Don Giovanni). En Sinfonía en Do Mayor
1796 fue nombrado Con- («La Grande») de Franz
sejero de la Corle del Zar Schubert.
Pablo I. 22/111/1687: Muere en
4/III/I791: Estreno en París el compositor italia-
Viena del Concierto para no Jean-Baptiste Lully.
piano y orquesta n." 27, 23/111/1703: Antonio Vj-
K. 595, último de este gé- valdí es ordenado sa-
nero compuesto por cerdote.
W.A. Mozart. 24/111/1904: En el Teatro
5/111/1887: Nace en Río de La Zarzuela de Madrid
de Janeiro (Brasil) el se estrena Bohemios, zar-
compositor Heitor Villa- zuela en un acto con li-
Lobos. breto de Guillermo Perrín
6/111/1825: El cuarteto y Miguel de Palacios con
Schuppanzigh estrena en música del maestro Ama-
Viena el Cuarteto de deo Vives.
Cuerdo n, ° 12, op. 127, Aiban Berg vino por Carmelo. 25/111/1909: Fallece en
de Ludwig van Beeiho- Madrid el compositor ali-
ven, obra que está dedicada al Prínci- 14/111/1903: En el Teatro Price de Ma- cantino Ruperto Chapí. Entre sus obras
pe Nicolás de Galitzin. drid se estrena Su Alteza Imperial, zar- para la escena (más de 160) destacan El
7/1II/1875: Nace en Ciboure (Francia) zuela en tres actos con líbrelo de Sinesio Rey que rabió. El tambor de granade-
el compositor Maurice Ravel. Delgado y música de Enrique Morera ros, Margarita la tornera y La Revol-
8/111/1869: Fallece en París el compo- y Amadeo Vives. tosa.
sitor Héctor Berlioz. 15/111/1936: En el Festival de la Socie- 27/111/1808: Estreno en Viena de la
9/111/1902: üustav Mahler contrae ma- dad de Música Contemporánea, cele- versión italiana de La Creación de F.J.
irimonio con Alma Schindler. brado en Barcelona, se estrena el Haydn. En esta ocasión asistió el com-
10/111/1844: Nace en Pamplona el vio- Concierto paro violt'n y orquesta («A positor a la que sería su última apari-
linista y compositor Pablo Martín Me- la memoria de un ángel») de Alban ción en un concierto.
litón de Sarasate y Navascués. Berg, Esta obra está dedicada a Manon 28/111/1916: Bajo la dirección de Bar-
11/111/1830: En el Teatro La Fenice de Gropius, hija del segundo matrimonio tolomé Pérez Casas se estrena en el Ho-
Venecia se estrena la ópera Capuieti e de Alma Mahler, fallecida el año ante- tel Ritz de Madrid la suite orquestal de
Montecchi del compositor Vicen/.o rior. Fue interpretado por Louis Kras- El amor brujo de Manuel de Falla (con-
Bellini. ner, violinista que había encargado e! cierto organizado por la Sociedad Na-
12/111/1954: Hans Rosbaud dirige en concierto, y dirigido por Hermann cional de Música).
Hamburgo los dos primeros actos de Scherchcn. 29/111/1874: Bedrich Smetana dirige en
Moisés y Aarón, ópera que Arnold 16/111/1871: Estreno en el Teatro Real Praga el estreno de la Sinfonía n." 3 de
Schónberg dejó inacabada. de Madrid de la ópera Marina, libreto Antonin Dvorak.
13/111/1700: Nace en Besancon (Fran- de Francisco Campodrón y música de 31/111/1685: Nace en Eisenach (Alema-
cia) el flautista y compositor Michel Pascual Emilio Arríela. Versión operís- nia) el compositor y organista Johann
Blavet, tica de la zarzuela del mismo título es- Sebastian Bach.

98 Scherzo
PIANOS

>• I I I I I I H I I I <
ETROF
IPI ro
CHERNY

WEINBACt
tisfer
AL SERVICIO (RMj DE LA MÚSICA

REAL MUSICAL
CARLOS II 1. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels 241 30 09 - 241 31 06
28013 MADRID

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