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¿QUÉ DEBEMOS HACER EN ESTA VIDA PARA SALVARNOS?

TEXTO BASE: HCH. 16:27,29-30:”16:27: “Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la
cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían
huido. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se
postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué
debo hacer para ser salvo?”

Introducción: En la actualidad, existe un enorme conjunto de creencias que enseñan las más diversas
ideas sobre lo que debemos hacer en esta vida para obtener la salvación, todos ellos
completamente equivocados y contrarios a la Palabra de Dios. Algunas religiones enseñan
que, la salvación, se obtiene sólo a través del cumplimiento de las leyes de Dios (la religión
judía); otras, por medio de buenas obras (Testigos de Jehová); otras más, piensan que es través
del cumplimiento de algunos ritos y ceremonias (La Iglesia de los Santos de los Últimos Días
y los judíos) Otras, finalmente, por llevar una vida religiosa (Iglesia católica)

Aunque es cierto que, algunas de las cosas anteriormente citadas son buenas, pero, a la luz de
las escrituras, no son suficientes para la salvación del hombre. Prueba de ello hay en
abundancia en la Biblia. Luc 18:9-14: dice: “A unos que confiaban en sí mismos como
justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron
al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la
semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos no quería ni aún
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí,
pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera
que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”

La Palabra de Dios nos muestra que, sobre toda buena acción llevada a cabo por el hombre, se
encuentra la obra incomparable y salvadora de Jesucristo en la cruz. Gál 2:16 afirma:
“sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, …por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”

Debido a lo anteriormente mencionado, es necesario que todos sepamos qué es lo que


debemos hacer para ser salvos. Para ser salvos, debemos realizar ciertas acciones ¿Cuáles son?

1. Reconocer que hemos pecado contra Dios.


Sal. 51:1-4: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus
piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi
pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas
reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.

Jer 3:12-13: Vé y clama estas palabras hacia el norte y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no
haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para
siempre el enojo. Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has
prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi
voz, dice Jehová.
2. Arrepentirnos sinceramente.
Mt. 3:1,5-8: En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, Y salía a él
Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán,
y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía:
¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento

Hch 2:14,36-38:”Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once alzó la voz y les habló diciendo:
Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis
palabras: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien
vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de
corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

3. Confesar nuestros pecados ante Dios


Sal 32:3-5: Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día. Porque de día y de
noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah. Mi
pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a
Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

1Jn 1:9: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.

4. Aceptar a Jesucristo, como el único medio que Dios ha provisto para salvar al hombre.
Hch 4:11-12: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser
cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Rom 10:6-9: Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo?
(esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer
subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y
en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

5. Abandonar la vida de pecado que teníamos antes de conocer a Jesucristo.


1 Pe 1:14-15: ”como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir;

1 P. 4:1-3: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del
mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no
vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino
conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada
a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y
abominables idolatrías.

Estudio bíblico realizado por: Alberto Angel Pedro

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