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Derecho Administrativo: Conceptos de la

Administración Pública.

 Concepto Administración Pública:


Doctrinal: Un ordenamiento jurídico en específico que regula un sujeto en particular,
que es la administración pública y que se rige por un conjunto de reglas particulares.
Legal: (Art. 1 LOCGB). “El Presidente de la República ejerce el Gobierno y la
Administración del Estado con la colaboración de los órganos que establezca la
Constitución y las leyes.
La Administración del Estado estará constituida por los Ministros, las Intendencias,
las Gobernaciones y los órganos y servicios públicos creados para el cumplimiento de
la función administrativa, incluidos la Contraloría General de la República, Banco
Central, Fuerzas Armadas, Fuerzas de Orden y Seguridad pública, Gobiernos
Regionales, Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley.”

 Concepción Amplia y Restringida de la Administración Pública.

Concepción Amplia: Se incluyen órganos autónomos de regulación propia.

Concepción Restringida: Órganos bajo subordinación de la Administración Pública


(Centralizados).

 Distinción entre: Actos de Gobierno y Administración Pública.

Actos de Gobierno: Son actos discrecionales sujetos a lo menos en principio a


controles de forma.

Actos de Administración: Son actos reglados en cuanto a su contenido, autoridad y


sujeto de control jurídico.

En cuanto a su control, el Art. 52 CPR confunde Actos de gobierno con los de


administración, sin embargo, hay que interpretar la norma en sentido amplio, puesto que
los Actos de Gobierno engloban los Actos políticos y administrativos. El sentido
restringido de los Actos administrativos se encuentra consagrado en el Art. 3 LOCBPA.

Art 52 CPR: “Son atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados:


1) Fiscalizar los actos del Gobierno. (…)”

Art. 3 LOCBPA: “Concepto de Acto Administrativo. Las decisiones escritas que adopte
la Administración se expresaran por medio de actos administrativos.
Para efectos de esta ley se entenderá por acto administrativo las decisiones
formales que emitan los órganos de la Administración del Estado en las cuales se
contienen declaraciones de voluntad, realizadas en el ejercicio de una potestad pública.
Los actos administrativos tomarán la forma de decretos supremos y
resoluciones.
El decreto supremo es la orden escrita que dicta el Presidente de la República o
un Ministro “Por orden del Presidente de la República”, sobre asuntos propios de su
competencia.
Las resoluciones son los actos de análoga naturaleza que dictan autoridades
administrativas dotadas de poder de decisión.
Constituyen, también, actos administrativos los dictámenes o declaraciones de
juicio, constancia o conocimiento que realicen los órganos de la Administración en el
ejercicio de sus competencias.
Las decisiones de los órganos administrativos pluripersonales se denominan
acuerdos y se llevan a efecto por medio de resoluciones de la autoridad ejecutiva de la
entidad correspondiente.
Los actos administrativos gozan de una presunción de legalidad, de imperio y
exigibilidad frente a sus destinatarios, desde su entrada en vigencia, autorizando su
ejecución de oficio por la autoridad administrativa, salvo que mediara una orden de
suspensión dispuesta por la autoridad administrativa dentro del procedimiento
impugnatorio o por el juez, conociendo por la vía jurisdiccional”.

 Gobierno Interior.

Art. 110 CPR: “Para el gobierno y administración interior del Estado, el territorio de la
República se divide en regiones y éstas en provincias. Para los efectos de la
administración local, las provincias se dividirán en comunas.
La creación, supresión y denominación de regiones, provincias y comunas; la
modificación de sus límites, así como la fijación de las capitales de regiones y provincias,
serán materia de ley orgánica constitucional”.

Art. 111 CPR: “El gobierno de cada región reside en un intendente que será de la
exclusiva confianza del Presidente de la República. El intendente ejercerá sus funciones
con arreglo a las leyes y a las órdenes e instrucciones del Presidente, de quien es su
representante natural e inmediato en el territorio de su jurisdicción.
La administración superior de cada región radicará en un gobierno regional que
tendrá por objeto el desarrollo social, cultural y económico de la región.
El gobierno regional estará constituido por el intendente y el consejo regional.
Para el ejercicio de sus funciones, el gobierno regional gozará de personalidad jurídica
de derecho público y tendrá patrimonio propio”.

Cuando se habla de Comunas se suele asimilar con el término Gobiernos


locales, sin embargo, los Municipios sólo ejercen la función de administración, mientras
que las Intendencias las de gobierno.

 Bases del Derecho Administrativo.

Se encuentran en la Constitución y, en particular, respecto de los Arts. 24, 38 y 101


respecto de las Fuerzas Armadas.

Art. 24 CPR: “El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de


la República, quien es el Jefe del Estado.
Su autoridad se extiende en todo cuanto tiene por objeto la conservación del
orden público en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo con la
Constitución y las leyes. (…)”

Art. 38 CPR: “Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la


Administración Pública, garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter
técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la igualdad de
oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y perfeccionamiento de sus
integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del
Estado, de sus organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales
que determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al
funcionario que hubiere causado el daño”.

Art. 101 CPR: “Las Fuerzas Armadas dependientes del Ministerio encargado de la
Defensa Nacional están constituidas única y exclusivamente por el Ejército, la Armada
y la Fuerza Aérea. Existen para la defensa de la patria y son esenciales para la
seguridad nacional.
Las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública están integradas sólo por
Carabineros e Investigaciones. Constituyen la fuerza pública y existen para dar eficacia
al derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior, en la forma que lo
determinen sus respectivas leyes orgánicas. Dependen del Ministerio encargado de la
Seguridad Pública.
Las Fuerzas Armadas y Carabineros, como cuerpos armados, son
esencialmente obedientes no deliberantes. Las Fuerzas dependientes de los Ministerios
encargados de la Defensa Nacional y la Seguridad Pública, son, además, profesionales,
jerarquizadas y disciplinadas”.

A partir de lo anterior es que doctrinariamente se habla de principios que


estructuran el Derecho Administrativo, que son:

a) Primacía del Individuo. Se desprende del Art. 1 inc. 4 “El Estado está al servicio
de la persona humana y su finalidad es promover el bien común (…)”.

b) Limitación del aparataje Estatal. A partir del Art. 19 nº21 se desprende que
existen ciertas limitaciones del Estado para actuar –en materia económica– en
la vida pública. “El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades
empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los
autoriza (…)”.

Ambos componentes configuran además parte del principio de subsidiariedad, por


el cual el Estado sólo podrá actuar cuando los individuos no actúen o lo hagan
deficientemente en ciertas materias reguladas por LOQ.

c) Control Jurisdiccional Contencioso Administrativo. En virtud del Art. 38 inc. 2


podemos desprender una responsabilidad extracontractual del Estado. “(…)
Cualquier persona que sea lesionada en uno de sus derechos por la
Administración del Estado, de sus organismos o de las municipalidades, podrá
reclamar ante los tribunales que determine la ley (…)”.

 Niveles de Institucionalización.

1) Órganos creados por la Constitución;

2) La Constitución entrega su creación a una Ley Orgánica Constitucional;

3) La Constitución entrega su creación a una Ley de Quorum Calificado.


 Carácter Estatutario.

Se entiende que la ley fija la competencia, facultades y prerrogativas


extraordinarias, así mismo el Art. 65 nº 2 regula la creación de servicios mediante ley,
entendiendo que todo fundamento de actuación de la Administración debe estar en la
ley. Sin embargo y en atención a la evolución de las relaciones entre la Administración
y sus Administrados, es que la doctrina ha admitido dos dimensiones del principio de
legalidad en el Derecho Administrativo:

1) Dimensión Restringida: Cada actuación de la Administración debe estar


previamente fundada en la ley.

2) Dimensión Amplia: La ley puede establecer ciertas bases (marco regulatorio) de


la cual la Administración se vale para su desarrollo. No necesariamente existe
un mandato específico, sino más bien, directrices.

Respecto de la tesis adscrita por nuestro ordenamiento jurídico, debemos


señalar que la doctrina mayoritaria apunta más bien a la vinculación positiva: en Derecho
público, sólo se puede hacer lo que expresamente está autorizado por la ley. En contra
partida la doctrina minoritaria señala que a raíz de los avances y cambios sociales,
superiores a la dinamicidad de la ley, es que deberían crearse disposiciones normativas
que otorguen mayor flexibilidad al actual de la Administración.

 Derivación del Principio de legalidad de los Actos de la


administración.

1. Este principio tiene dos perspectivas, la primera de ellas desde el punto de vista
de la Administración, para la cual constituye un límite a su ejercicio, puesto sólo
puede hacer lo expresamente señalado en la ley. Por otra parte, desde el punto
de vista de los Administrados constituye una garantía puesto impide que la
Administración se extralimite en su ejercicio.

2. Una segunda manifestación corresponde al tipo de estatuto del personal que


trabaja en la Administración pública, el cual se encuentra establecido a través de
la norma de manera específica (Estatuto Administrativo) y, que escapa de la
aplicación general que regula las relaciones laborales entre privados y por
consiguiente del Contrato individual de trabajo.

3. Una tercera dimensión del principio es la capacidad de autotutela, lo que significa


que la Administración –a diferencia de los particulares– puede tutelar de manera
directa e inmediata sus derechos, a través de los procedimientos y sanciones
contempladas en la ley, es decir, de fundamento legal.

 Contencioso Administrativo: Control Judicial de Actos administrativos.

Cuando hablamos de lo Contencioso Administrativo en Chile, debemos distinguir


a lo menos 3 etapas en cuanto a su consolidación y conformación.

a) 1925 a 1980: En este periodo la Constitución de 1925 entregaba la jurisdicción


de los conflictos suscitados entre la Administración y los particulares a los
Tribunales de lo Contencioso administrativo y, esto representaba una
problemática desde a lo menos dos puntos de vista, por una parte, respecto del
Legislador –quien en su decisión de mérito y oportunidad–, decide no legislar
sobre tal material. En segundo, respecto de los Tribunales ordinarios, quienes
se declaraban de manera sistemática incompetentes para conocer de las
cuestiones que se suscitaban entre la Administración del Estado y los
particulares.
b) 1980 a 1989: La Constitución de 1980 –a lo menos en esta materia–, pudo
significar un avancen en cuanto al Control de los Actos de la administración, sin
embargo, en su Art. 38 introdujo nomenclatura en iguales términos de la
Constitución de 1925.
c) Reforma Constitucional 1989: Con la reforma constitucional se eliminó la
expresión de lo contencioso administrativo, y fue reemplazada por (…) ante los
tribunales que determine la ley (…), ampliando así la competencia de los
tribunales que previamente se declaraban sistemáticamente para conocer de un
determinado asunto.

Junto con la Reforma Constitucional de 1989 que cambia la regla de


competencia respecto de los asuntos Contenciosos administrativos se incorpora en el
catálogo de Derechos fundamentales de la Constitución en su Art. 19 nº3 el igual acceso
a la justicia.

Art. 19 nº3 CPR: “La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y
ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención
del letrado si hubiere sido requerida (…)”.

Junto con lo anterior y en cuanto a las Reglas de competencia para conocer de


los asuntos de lo Contencioso administrativo, es que la Constitución del 80’ incorpora el
Art. 76 inc. 1 respecto de las Causas civiles en sentido amplio y en su Art. 76 inc. 2 en
lo relativo a la Inexcusabilidad.

Art. 76 CPR: “La facultad de conocer las causas civiles y criminales, de resolverlas y de
hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la
ley. Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer
funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido
de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.
Reclamada su intervención en forma legal y negocios de su competencia, no
podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la
contienda o asunto sometidos a su decisión. (…)”

Así es como se distingue de un Contencioso administrativo relativo a cuestiones


generales que conocen los Tribunales Ordinarios Civiles y otro respecto de materias
específicas reguladas en la Constitución, como por ejemplo, los Tribunales Tributarios
Aduaneros, Medioambientales, de Contratación Pública, etc.

 Nulidad de Derecho Público: Mecanismo general de anulación.

Se debe entender que la responsabilidad extracontractual deriva de un hecho


dañoso, por otra parte, y en cuanto a los actos administrativos, estos derivan de un
decreto o resolución que incumple la ley, lo que significa que no necesariamente causa
un daño directo, sino que es más bien una vulneración al Estado de Derecho, es decir,
vulnera la legalidad. En consecuencia es una acción distinta, que tiene por objeto buscar
la nulidad del acto administrativo que vulnera la ley. Dicha acción es de carácter general
y se denomina acción de nulidad de derecho público.
Es una acción de carácter Constitucional que se deriva del Art. 7, además la
jurisprudencia ha determinado que es una acción de nulidad pública, lo que quiere decir
que cualquier persona puede solicitar dicha nulidad con el objetivo de pedir que se deje
sin efectos un acto administrativo que contradice el principio de legalidad.

Art. 7 CPR: “Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de
sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona o grupo de personas puede atribuirse, ni
aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les haya conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto o contravención a este artículo es nulo y originará las
responsabilidades y sanciones que la ley señale”.

 Aplicación de las normas de Derecho privado en el Derecho público.

Las normas estatutarias tienen la característica de ser siempre de derecho


administrativo, es decir, aquellas normas que regulan la actuación de la administración
pública, y respecto de ellas es que se debe medir la injerencia o el grado holístico de
participación de las normas de Derecho privado. A partir de ello podemos distinguir que:

1. Se admite algún grado de participación puesto que el Derecho Administrativo no


es un sistema cerrado. Las sociedades contemporáneas desde el s.XX., han
experimentado fenómenos liberalizadores que han traído como consecuencia
que el Derecho administrativo se vea influido por otras áreas del Derecho
privado, sobre todo en materia de responsabilidad extracontractual, en donde en
nuestro particular, se siguen las normas del Derecho Civil.
2. Permisión de la remisión de normas de Derecho público al Derecho privado
cuando la Institución así lo permite. El Caso Abumohor v/s Fisco es un claro
ejemplo en el cual los sentenciadores determinan que las normas de derecho
privado no son incompatibles con la naturaleza de ciertas Instituciones,
disponiendo a su vez que existen Instituciones que a razón de lo mismo son
incompatibles con las normas de Derecho privado.
3. Prescripción de Responsabilidad extracontractual y aplicación de las normas de
Derecho privado. No existe distinción entre el daño culposo sin la existencia de
un contrato de por medio provocado de un particular a otro con el daño que
pidiese generar la Administración del Estado en ciertas situaciones, por lo tanto
son aplicables las normas del Código civil en materia de responsabilidad
extracontractual.

 Prerrogativas especiales de la Administración.

1) Creación de Actos administrativos. La Administración tiene la capacidad de


crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones a partir de la potestad
reglamentaria.
2) Autotutela Declarativa y Ejecutiva. La Administración puede tutelar sus derechos
por si misma exigiéndole al particular por si misma sin la necesidad de recurrir a
los Tribunales para tutelar sus derechos como es el caso de los particulares.
2.1) Autotutela declarativa: Es la facultad otorgada por la Constitución para dictar
actos administrativos que constituyen declaraciones de aplicación del
ordenamiento jurídico en el caso particular sobre determinados hechos.
2.2) Autotutela ejecutiva: Constituye la posibilidad de la Administración de
ejecutar sus actos.
3) Facultad de imponer actos a los Ciudadanos. No constituye una facultad de
imperio puesto que dicha facultad es susceptible de revisión judicial.

 Triangulo de los Principios: Juricidad (legalidad), prerrogativas de la


administración y control judicial.
Derecho Administrativo: Fuentes del Derecho.

Primera fuente de Derecho: La Constitución.

Debemos entender que el acto Administrativo constituye un acto de concreción


del ordenamiento constitucional, lo que quiere decir que el acto administrativo no sólo
es un acto de aplicación y mera concreción de los decretos o leyes, sino que de la
Constitución, la cual posee mecanismos de autoprotección con el objeto de
salvaguardar el imperio del Derecho, así bien lo dispone el Art. 93 nº16 respecto de las
atribuciones del Tribunal Constitucional y el control relativo a la declaración de
constitucionalidad de los Decretos supremos.

Art. 93 nº16 CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: (…) Hipótesis
16º Resolver sobre la constitucionalidad de los decretos supremos, general
cualquiera sea el vicio invocado, incluyendo aquellos que fueren dictados _____________
en el ejercicio de la potestad reglamentaria autónoma del Presidente de la Hipótesis
República cuando se refieran a materias que pudieran estar reservadas a especifica
la ley por mandato del artículo 63.”

1. El Acto administrativo como escalafón final de la pirámide normativa y


como aplicación real de la norma Constitucional.

2. Principios clave:

a. Supremacía formal y material de la Constitución.


b. Aplicación directa e inmediata, sin necesidad de ley que desarrolle. (Art. 6 y 7)
c. Principio de subsidiariedad. (Art. 1 y 19 nº 21)

3. Estado Democrático y Administración Pública. (Art. 4 y 5 CPR)

Es importante que en virtud de lo expresado en el Art. 38 CPR la Administración


Pública es creada por ley y garantizará una carrera funcionaria y los principios de
carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la igualdad de
oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de sus
integrantes, lo que constituye el núcleo o fundamento de dicha administración. Por otra
parte, es importante la mención del Art. 24 CPR tanto cuanto dispone que el gobierno y
la administración del Estado corresponden al Presidente de la República, quien es el
Jefe del Estado (…)”, y quién además cuenta con legitimación democrática directa
puesto es un órgano político. Por tanto, podemos concluir que la Administración es un
órgano que cuenta con legitimación indirecta y con ello, los Ministros, Intendentes,
Gobernadores y Seremis, puesto son de la exclusiva confianza del Presidente de la
República y que a su vez le otorgan tal legitimidad a los funcionarios de la administración
que no gozan de ella. Sin embargo, rompen con esta jerarquía aquellos órganos
autónomos que tiene una posición compleja dentro de la Administración pública en un
sentido amplio, como por ejemplo el Banco Central o la Contraloría General de la
República entre otros. Se concluye así una preminente subordinación de la
Administración pública a los órganos políticos legitimados.

Concepción jerárquica de la Administración Pública: Autoridades superiores


legitimadas directamente por el pueblo quienes a su vez legitiman a quienes forman
parte de dicha administración, con excepción de los órganos autónomos que forman
parte de la Administración Pública en su sentido amplio.
 Principio de Juricidad (legalidad).

Ciertamente el hecho de que los órganos del Estado deban someter su actuar
ya no sólo a la ley, sino que a la Constitución y las normas dictadas conforme a ellas
con el fin de garantizar el orden institucional va más allá de la noción clásica del principio
de legalidad en un sentido restringido (sumisión a la ley), es así que se habla de un
principio de Juricidad o sujeción al ordenamiento jurídico, es decir, ya no sólo la ley sino
que además las normas infralegales, supralegales (tratados internacionales) y la propia
Constitución.
Junto con esto, la doctrina postula que a partir de lo dispuesto en el Art. 6 inc.1,
Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y las normas dictadas
conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República; y lo señalado por el
Art. 7 inc. 1 Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de
sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley; configura
la denominada vinculación positiva que importa el hecho de que sólo se puede hacer lo
expresamente señalado por la ley.
Dicha doctrina francesa mira con suspicacia la Administración del Estado, en
cambio se diferencia de la esfera de autonomía de las personas desde una vinculación
negativa.

I. Técnicas de deslegalización de la actuación administrativa: leyes bases o marco


y reglamentos autónomos.

Establecen las bases generales de ciertas áreas dejando un ámbito de desarrollo


en detalles técnicos de los preceptos legales a la Administración, o bien constituyen
directrices respecto de un tema en particular, estableciendo un marco regulatorio del
que la Administración se puede valer para su actuar. Ejemplos de ellos constituyen no
sólo la potestad reglamentaria autónoma del Presidente de la República en virtud del
Art. 36 nº 6 respecto de aquellas materias que no sean propias del dominio legal, si no
también la Ley nº 19.480 de Bases de procedimientos administrativos o 19.486 de Bases
de Contratación administrativa. Se pretende así dar un marco de flexibilización de la
Administración para la aplicación de la Constitución –y por ende– de la Ley, lo que
ciertamente significa que estas aplicaciones se encuentran sujetas a la revisión judicial.

Faber por su parte señala que existiría una capacidad de creación de


actuaciones concretas a partir de habilitaciones generales, dejando a salvo el
reconocimiento general de impugnabilidad de duchas actuaciones.

 Relación Ley-reglamento: Artículos de K. Cazor y C. Carmona.

a) Jerarquía normativa superior de la Ley;

b) Reserva legal: Reglamento Autónomo y de ejecución.

c) Competencia del Tribunal Constitucional.

Con lo anterior, debemos distinguir además entre una reserva material y una
reserva formal de la ley. La primera de ellas (reserva material) dicta relación con
aquellas materias expresamente señaladas en el catálogo de la Constitución y, en
cuanto a la segunda (reserva formal), ésta constituye todas aquellas materias que la
propia forma de la ley se reserva para sí misma al regularlas. Ahora respecto de la
naturaleza de los Reglamentos autónomos, debemos señalar que estos crean e innovan
en materias, pero que no tienen rango legal, y por lo tanto sólo pueden regular aquellas
materias que escapan de la reserva legal.
En cuanto a la Reserva absoluta existen ciertas materias que sólo pueden ser
reguladas en gran ámbito por la ley, dejando únicamente al reglamento de ejecución un
ámbito restringido de regulación. Es así como la Constitución reconoce que ciertas
materias deben ser reguladas mediante la ley y no normas de carácter infralegal, por
ejemplo es el caso de los Derechos fundamentales. El control que se efectúa respecto
de la Reserva absoluta, debe ser visado caso a caso con el objetivo de determinar si
corresponde a ello o bien a una Reserva relativa.

 Principio de Control de las Actuaciones administrativas.

El control es la verificación de los límites a que se somete un criterio previamente


establecido. En cuanto al control jurídico, éste corresponde a la verificación de una
norma respecto del parámetro que es el ordenamiento jurídico. Es por ello que se puede
concluir que control no es lo mismo que responsabilidad.
Existen dos modalidades de control:

a) Interno: Se produce al interior de la Administración a través de dos vías; la


primera de ellas es el control de cada órgano mediante repercusiones
manifestadas por el control de legalidad. Y en segundo lugar, un control General
que efectúa la Contraloría General de la República respecto de la legalidad de
los Actos administrativos. Las funciones de la CGR se encuentran en el Art. 98.
b) Externo: Corresponde al Control jurisdiccional de las actuaciones de la
Administración, sean de los propios órganos o incluso de la CGR.

Así es como el Control administrativo corresponde a aquel que se realiza de


forma interna a través de los recursos jerárquicos y de reposición de cada órgano
administrativo, y junto con ello, aquel que realiza la CGR a través de la toma de razón
(Art. 99 CPR).

Art. 99 CPR: “En el ejercicio de la función de control de legalidad, el Contralor General


tomará razón de los decretos y resoluciones que, en conformidad a la ley, deban
tramitarse por la Contraloría o representará la ilegalidad de que puedan adolecer; pero
deberá darles curso cuando, a pesar de su representación, el Presidente de la República
insista con la firma de todos sus Ministros, caso en el cual deberá enviar copia de los
respectivos decretos a la Cámara de Diputados. (…)”

I. Control Jurisdiccional.

En sede ordinaria existen variedad de recursos especiales y generales como la


acción de protección, amparo económico o nulidad de derecho público, todo referido a
la regla de clausura del ordenamiento jurídico que permite a los Tribunales ordinarios
conocer de los actos administrativos que adolezcan de algún vicio.
Aquí de igual forma se debe considerar el control del Tribunal Constitucional a
partir del Art. 93 nº 9 y 16 que puede conocer de la constitucionalidad de los decretos
supremos o autónomos y de ejecución.
 Principio de Integridad Patrimonial y responsabilidad reparatoria.

Corresponde al resguardo o cautela de los intereses privados frente a los del


Estado. Se manifiesta a través de dos tipos de actuaciones: Expropiación que debe ser
indemniza en conformidad a la ley que autoriza tal y, la Lesión directa de bienes privados
a través de la responsabilidad extracontractual consagrada en el Art. 38 inc. 2 y, Art. 4
y 42 de la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del
Estado.

 Principio de Probidad y Publicidad. (Art. 8 CPR)

Tiene directa relación con el actuar de forma correcta, honesta y leal de los
funcionarios públicos, velando siempre por el interés general por sobre el particular.
Tuvo reconocimiento legal por primera vez en el Art. 3 LOCBGAE y posee diversas
manifestaciones, entre las que se cuentan la: obligación por parte de los funcionarios de
realizar una declaración de intereses y de patrimonio. Además un conjunto de deberes
positivos que se traducen en servir con exclusividad su función pública en el horario de
trabajo y con los recursos propios de éste. En cuanto a la Publicidad de los Actos de la
administración, el principio se encuentra establecido en el Art 8 inc. 2 y ss.

Art. 8 CPR: “El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto
cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como de
sus fundamentos y los procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quorum
calificado podrá establecer la reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la
publicidad afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los
derechos de las personas, la seguridad de la Nación o el interés nacional.
El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los diputados y
senadores, y las demás autoridades y funcionarios que una ley orgánica constitucional
señale, deberán declarar sus intereses y patrimonios en forma pública.
Dicha ley determinará los casos y las condiciones en que esas autoridades
delegarán a terceros la administración de aquellos bienes y obligaciones que supongan
conflicto de intereses en el ejercicio de su función pública. Asimismo, podrá considerar
otras medidas apropiadas para resolverlos y, en situaciones calificadas, disponer la
enajenación de todo o parte de esos bienes.”.

Es importante señalar el alcance de esta disposición Constitucional, en el


entendido que no corresponde únicamente a la Administración del Estado la publicidad
y probidad de la actuación, sino que también respecto de los demás del Poderes del
Estado, es así que se puede decir que:

1. El sentido de la norma abarca a todos los órganos del Estado;


2. En contenido público no recae únicamente sobre la decisión final traducida en
un reglamento, decreto o ley, sino que también respecto de los pasos previos
que constituyen el fundamento de dicho acto.

En el año 2008 se aprueba la Ley de Acceso a la información pública (nº 20.285)


que en su Art. 5 amplia aún más las cuestiones que son públicas, incluyendo aquellos
documentos que obren en poder de la Administración pública, sin necesariamente ser
el fundamento de una resolución o procedimiento administrativo o su resolución final.
Con todo ello, tanto la ley como la Constitución contemplan situaciones que en atención
a su naturaleza no pueden hacerse públicas puesto la afección al correcto desarrollo de
las instituciones, la privacidad de las personas o bien el interés de la nación, es por ello
que se crean ciertas causales de secreto:
a) Respecto de aquellas que afecten la seguridad nacional, tanto cuanto para las
relacionadas a cuestiones militares, como para las relaciones internacionales
que se suscitan entre Estados.
b) La protección de los derechos de las personas, en particular respecto del
tratamiento de la información personal y privada de estas, a la cual aplica en
particular la Ley nº 19.628.

Es así como se configuran dos causales bastante complejas en cuanto a su


contenido y limitación, la cual debe ser efectuada por el Legislador en una norma de
quórum calificado, que le dota ciertamente de mayor legitimidad democrática, siempre
que se encuentre justificada tal privación al acceso a la información.
Con la creación de la Ley nº 19.628 se aparejan una serie de mecanismos que
tiene por finalidad dar cumplimiento al acceso real a la información pública.

1. Transparencia activa;
2. Transparencia pasiva.

El órgano que conoce de tal situación es el Consejo para la Transparencia, el


cual resulta ser controversial puesto que las resoluciones dictadas por este tienen el
carácter de cuasi jurisdiccional. Es además parte de la Administración del Estado, pero
goza de una autonomía vigorosa, siendo su ubicación dentro del esquema de la
Administración pública un tanto compleja.

1. Transparencia activa:

Dicta relación con el hecho de que los órganos obligados deben poner a
disposición por medio de mecanismos digitales la información requerida y designada
como pública. En la práctica –al final de los sitios web de cada Institución–, se puede
encontrar un link que redirecciona a doce materias que la ley señala deben ponerse a
disposición del conocimiento ciudadano.
Si la información es inconclusa, o aun así publicada, resulta insatisfactoria o la
no requerida por el individuo en particular, es que se puede recurrir al mecanismo de:

2. Transparencia pasiva:

Existen autores que hablan de un derecho de acceso a la información pública, y


dicta relación con la posibilidad de conocer por diversos medios las materias requeridas
por los ciudadanos. Es por ello, que aquella información que no se encuentra contenida
en los medios optimizados por la ley para tal propósito, puede ser requerida por las
personas de forma directa a la Administración.
La Administración así puede optar a: i) Otorgar la información requerida; ii)
Denegar el acceso a la información alegando causales de reserva o secreto; iii) No decir
nada al respecto, lo que constituye el silencio administrativo. En caso de no recibir
respuesta por parte de ésta (silencio administrativo), se puede proceder a través de
recursos denominados por la doctrina y la ley:

a) Procedimiento de amparo de acceso a la información pública;


b) Amparo de acceso a la información pública;

Es importante señalar que la Administración también puede recurrir a través del


Amparo de acceso a la información pública, a la cuasi jurisdicción del Consejo para la
Transparencia, produciendo una suerte de Contencioso administrativo. Ahora, en caso
de ver frustrada mis pretensiones de obtención de información a través de los
mecanismos contemplados por la ley, es que puedo recurrir en contra de la decisión
adoptada por el Consejo ante la Corte de Apelaciones respectiva, quien conocerá del
proceso y fallará en un sentido u otro.
Es así como la Administración ante el requerimiento por Transparencia pasiva
tiene dos alternativas, la primera de ellas es cumplir con la decisión del Consejo para la
Transparencia, y la segunda, impugnar tal decisión mediante reclamo ante la Corte de
Apelaciones respectiva, esto siempre en el presupuesto de haber negado el acceso a la
información en un inicio. De igual forma, la Corte Suprema puede conocer a través de
recursos de queja de las decisiones adoptadas por las Cortes de Apelaciones, abriendo
una nueva instancia para conocer de lo relativo al acceso a la información.

Segunda fuente de Derecho: La Ley.

Debemos referirnos a la ley en un sentido formal, en el entendido ya no sólo de


la definición doctrinaria que incorpora el concepto desde el Art. 63 nº20 CPR como Toda
(otra) norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico., sino como aquella que emana del Congreso Nacional a través
de los mecanismos formales contemplados por la propia Constitución y con el debido
debate democrático de los miembros de la sociedad. En cuanto los DFL, existe una
previa habilitación legal que les valida, situación distinta a la que dicta respecto de los
DL que son dictados en gobiernos de facto.
La definición relativa a la abstracción y generalidad de la ley, hoy en día pareciera
ser discutida, ya que existen no sólo leyes especiales, sino también para materias o
asuntos en concreto que escapan de la generalidad de ésta.
El Tribunal Constitucional por su parte –Rol 370– ha asignado a la ley las
características de:

1. Generalidad.
2. Abstracción.

Lo anterior dicta que la ley principalmente debiese ser general y abstracta,


estatuyendo así sólo las bases del ordenamiento jurídico. De igual forma, y a propósito
de la ley como fuente del Derecho administrativo, es que la doctrina alemana ha
señalado que el legislador, en contraposición al administrador, goza de la libertad
política de conformación normativa, lo que significa que dentro de la estructura de las
fuentes, el legislador goza de mayor libertad para configurar el ámbito regulatorio que
trate, con las debidas restricciones y posibilidades contempladas en la Constitución.

Tercera fuente de Derecho: El Reglamento.

El Reglamento en su doctrina más clásica se encuentra sujetado y subordinado


a la ley, sin embargo, las concepciones modernas, le han asignado al reglamento una
legitimidad propia derivada de aquella que goza el Jefe del Ejecutivo y el reconocimiento
expreso de esta en los textos constitucionales y el rol activo de la Administración. Lo
anterior ciertamente no significa alterar el orden de primacía de la ley, la cual se reserva
para si los asuntos de mayor trascendencia social.
En cuanto a la relación que existe entre el reglamento como norma jurídica y el
acto administrativo, es importante señalar que la doctrina chilena a partir del Art. 3 de la
LOCBPA dispone que en general serían lo mismo, sin embargo, la doctrina comparada,
señala que un Acto administrativo –propiamente tal– constituye un acto de aplicación de
la norma al caso concreto, pudiendo ser está a través de reglamentos. Así, los Actos
administrativos pueden adoptar la forma de decretos supremos o resoluciones. Los
Decretos supremos (DS.) a su vez pueden ser reglamentarios o simples decretos
supremos.
Es importante entender que no se requiere una habilitación legal a la
Administración pública para dictar reglamentos, puesto tal deriva el Art. 32 nº CPR que
los justifica a partir de la rapidez y habitualidad de este y la posibilidad de desarrollar la
ley en cuestiones técnicas.

I. Relación Ley-Reglamento.

Debemos distinguir entre aquellos reglamentos que están subordinados a la ley


y requieren de habilitación legal previa de esta para ser dictados (reglamentos de
ejecución), de aquellos que son dictados por la habilitación constitucional reconocida al
Presidente de la República por la legitimidad de la que goza (Decretos supremos)

a) La Potestad reglamentaria autónoma se entiende fuera de las materias que son


propias de la ley, y a su vez, goza de reconocimiento y fundamento
constitucional.
b) La Potestad reglamentaria de ejecución responde a la capacidad para
desarrollar los preceptos legales que es otorgada por la Constitución, de carácter
discrecional y, que tiene fundamento en el Art 32 nº 6 (…) sin perjuicio de la
facultad de dictar los demás reglamentos, decretos e instrucciones que crea
convenientes para la ejecución de las leyes; (…)

Por otra parte, los Decretos con Fuerza de Ley (DFL), requieren de una previa
habilitación legal que constituye una delegación de las funciones legislativas por parte
del Congreso al Presidente de la República para que dicte norma dentro de las materias
que son objeto de la reserva legal, sin perjuicio de las limitaciones contempladas en el
Art. 64 CPR respecto de aquellas materias vetadas de regulación por parte de los
decretos o leyes emanadas por el Presidente de la República u otra autoridad
competente.

II. Relación Reglamento y Acto administrativo.

Doctrinariamente se distingue respecto de los reglamentos como normas de


carácter general que regulan ciertas materias no reservadas a la ley (Potestad
reglamentaria autónoma), y aquellos destinados a desarrollar preceptos legales
(Potestad reglamentaria de ejecución), de los Actos administrativos que constituyen la
aplicación del ordenamiento jurídico general en un caso particular, distinguiéndose de
la Potestad jurisdiccional que resuelve conflictos en el orden temporal, por el hecho de
que la aplicación de Actos administrativos no resuelve un conflicto de forma definitiva y
se encuentra sometido a revisión jurisdiccional. No obstante ello, nuestro ordenamiento
jurídico a partir del Art. 3 de la LOCBPA genera una confusión en la cual no distingue el
carácter propio de los reglamentos y actos administrativos conceptualizándolo como
actos de carácter general o particular, incluyendo así a los reglamentos dentro de los
actos administrativos. De igual forma a partir del mismo artículo podemos distinguir
respecto de los Actos administrativos de primera magistratura y los de los demás
órganos de la Administración del Estado.

a) Actos administrativos de primera magistratura: Se incluyen aquí los simples


decretos emitidos por los Ministerios o secretarias que responden a la aplicación
de resolución judicial dictada por los Servicios públicos.
b) Demás órganos de la Administración del Estado: entendidos como los acuerdos
que emiten los órganos colegiados, como por el ejemplo, el Comité de Ministros.
Es así que en la actualidad se concluye que no se requiere de una habilitación
legal previa para que la Administración Pública dicte reglamentos, ya que, la propia
Constitución da validez para dictar ciertos reglamentos al Presidente o sus Ministros.
Contrario encontramos la habilitación legal previa que existe respecto de los demás
órganos de la Administración para desarrollar mandatos generales, como por ejemplo,
algunos directores de servicios. Todo lo anterior justificado desde un punto de vista
práctico en el que es la propia Administración la que se ve encomendada a desarrollar
los preceptos legales y dinamizar las relaciones entre el Estado y los ciudadanos.
En cuanto a los órganos administrativos que gozan de potestad reglamentaria
previa habilitación legal, podemos encontrar a aquellas personas jurídicas de derecho
público que pueden dictar ciertas normas de aplicación regional o más bien local, como
es el caso de las Municipalidad a través de las ordenanzas.
Los límites de la Potestad autónoma se encuentran dados por una triple
conjugación de elementos:
a) Los límites expresos del Art. 63 relativos a la reserva legal;
b) La disposición Quinta transitoria de la Constitución que estableció una
Congelación de rango normativo respecto de aquellas normas dictadas con
anterioridad al 11 de Marzo de 1981, que, aunque no versen de materias propias
del dominio legal, sólo pueden ser modificadas o derogadas en virtud de una ley
posterior.
c) La expansión del dominio legal a través de la reserva formal que establece para
sí, ciertas materias que no son propias de la reserva material de ley.

En la actualidad por tanto no se produce problemas respecto de los límites y


establecimientos de la Potestad autónoma, sino más bien de la de ejecución, puesto
hay que determinar correctamente cuando se da la relación de colaboración entre la ley-
reglamento, y no un exceso de dicho reglamento con la aparejada consecuencia de
legislar al incurrir en dicho exceso.

III. Situaciones especiales para dictar Reglamentos.

El decreto de necesidad dictado por el Presidente de la República en virtud del


Art. 32 nº 20 en caso de catástrofe, y que autoriza decretar unilateralmente pagos no
autorizados previamente por la Ley de presupuestos, todo esto en atención a la
necesidad y con un tope del 2% del gasto total de la Ley de presupuesto.
En cuanto a las particularidades formales de dicho decreto, se incluyen:
- Firma del Presidente de la República y todos sus Ministros, lo que tiene por
objeto hacer efectiva la responsabilidad solidaria respecto del buen uso de
dichos fondos en montos extralegales.
- Envío de antecedentes a la Contraloría General de la República para la toma de
razón obligatoria y el control contable.
- Copia del decreto a la Cámara de Diputados en virtud del Art. 52 nº1 y la
consecuente fiscalización de dicha.

El decreto de insistencia dictado por el Presidente de la República a la


Contraloría con el objeto de insistir en la toma de razón que dicha ha decidido
representar por un vicio de ilegalidad. En caso de ilegalidad, el mero decreto de
insistencia es suficiente para que la Contraloría tome razón de éste, y en el caso de
inconstitucionalidad, dicho decreto puede ser sometido al control del Tribunal
Constitucional.
En cuanto las particularidades formales de este:
- Enviar copia a la Cámara de Diputados para su consecuente fiscalización.
- Firma de los Ministros y el Presidente de la República;
- Necesidad de notificación a las partes interesadas para que dicho decreto
produzca efectos. Esto a través del Diario oficial o equivalente local.
Derecho Administrativo: Organización Administrativa.

La estructura de la Administración del Estado, generalmente tiene forma de un


complejo y elaborado organigrama, es por ello que debemos atender a ciertas
condiciones para determinar cuándo se está frente a una organización administrativa, y
cuando frente a un ente diferente.

1. Interés Público tutelado: Cada organización administrativa tiene un objetivo


público, dicho objetivo puede variar e incluso ser contrapuesto al de otras
organizaciones que forman parte del todo Administrativo. Por ejemplo, el Estado
en su conjunto, tiene por finalidad la mencionada en el Art. 1 CPR.
Es así que se permite distinguir respecto de los fines del Estado (Art. 1
inc. 4) y los fines propios de la Administración del Estado (Art. 3 LOCBGAE),
teniendo a su vez un conjunto de servicios públicos con un interés tutelado
distinto, y a veces contrapuestos, que armonizan entre ellos a razón de factores
como la jerarquía de la institución administrativa, las potestades específicas que
se le otorgan a una en pro de otra, etc., así por ejemplo, las potestades y fines
del Servicio de Impuestos Internos (SII) varían considerablemente respecto de
aquellas entregadas a los Gobiernos Regionales, que suelen ser bajas.
Por tanto, el interés público tutelado de cada órgano administrativo
variara según lo estatuido en su propia normativa.

2. Unidad básica de actuación: Es un órgano concreto que goza de un interés


público tutelado en específico. Se constituye por una serie de elementos que
incluyen el conjunto de medios materiales y humanos que la componen, las
potestades atribuidas a la unidad y el grado de imputación jurídica de sus
actuaciones.

3. Imputación jurídica: Responde al sujeto o persona jurídica al que se le


atribuyen las consecuencias jurídicas de las actuaciones de una determinada
unidad básica. En la actualidad se sigue la teoría del órgano, por la cual el
funcionario es la propia Administración, permitiendo mayor certeza jurídica
respecto de a quién corresponde la responsabilidad. Excepción a lo anterior es
la falta personal.

4. Competencia: Tiene directa relación con el principio de juricidad mediante el


cual la Administración sólo puede hacer lo expresamente señalado por la ley.
Distingue a su vez en relación de la Materia, territorio y tiempo de una
determinada actuación administrativa. Así, la Administración central a través de
sus diferentes unidades básicas de actuación regional o municipal, goza de la
competencia para actuar sobre materias determinadas dentro de su territorio y
con carácter temporal, en el caso de aquellos programas gubernamentales que
son renovados año a año en virtud de la discrecionalidad política.
A su vez la competencia puede ser exclusiva o concurrente, en el
entendido que corresponde a ciertos servicios de manera exclusiva una
determinada materia, como es el caso del SII y la recaudación de impuestos, y
de igual forma aquella competencia compartida que se da en la colaboración de
ciertas materias.
Es importante a su vez determinar quién asigna la potestad organizativa
para crear personas jurídicas y organizar el Derecho público. Es así como
podemos recurrir tanto a la doctrina clásica como la actual para determinar quien
goza con tal potestad.

I. La Doctrina clásica sostiene que la Administración a través de su


actuación siempre afectará de alguna matera o limitará derechos
fundamentales, por tanto y en atención a la reserva absoluta de la ley, es
que entiende que sólo ésta puede crear y organizar la Administración del
Estado.
En cuanto a las críticas a este planteamiento, podemos señalar
que la Administración no siempre va a limitar Derechos fundamentales
en su actuación, y, además, en razón de eficiencia, no toda la
Administración del Estado y su conformación debe quedar entregada
siempre a la Ley, puesto que habrá que distinguir ciertos niveles de
organización administrativa que son más bien generales y otros
específicos, que pueden estar entregados a los reglamentos de
ejecución.

II. La Doctrina actual por su parte señala que la función administrativa


siempre queda en manos de una ley, y que a partir de ello se pueden
distinguir tres elementos: la creación, establecimiento y puesta en
marcha.

a) Creación de órganos: La Constitución y la ley siempre establecerán


los órganos administrativos, impidiendo a la propia Administración,
valerse de medios para la creación de los órganos que la compongan.

b) Establecimiento de órganos: Existen materias de ciertos órganos


administrativos a los cuales la Constitución sólo hace mención de
estos, dejando su regulación exhaustiva a la ley. Excepcionalmente
el reglamento puede regular esta materia en aquellos casos en los
que la ley se remita de manera expresa a él, por ejemplo, el Art. 31
de la LOC de Municipalidades dispone qué La organización interna de
la municipalidad, así como las funciones específicas que se asignen a las
unidades respectivas, su coordinación o subdivisión, deberán ser reguladas
mediante un reglamento municipal (…), situación opuesta a lo ocurrido a
nivel central, puesto la estructura de los Servicios públicos es
genérica y se encuentra en el Título Segundo de la LOCBGAE. Junto
con ello la regulación de los órganos puede estar establecida en los
Decretos con fuerza de ley. Un caso atípico lo constituye el Ministerio
del Deporte, que en la constitución de su ley, reconoce no sólo el título
Segundo, sino que además otorga a un reglamento la facultad de
innovar respecto de la estructura interna de dicho Ministerio,
permitiendo incluso que en aquellos lugares donde no pueda
establecerse actúe en su nombre el INDAP.

c) Puesta en marcha: La ley ciertamente regula la dotación de recursos


y el personal con el que contará cada organización administrativa,
además de ciertas personas específicas y la calificación de algunos
cargos como críticos, sin embargo, la distribución de los cargos al
interior de dicho órgano, así como las funciones no definidas por la
ley, en la puesta en marcha quedan entregados a la Administración,
así como la determinación de las funciones críticas que corresponden
al rol directivo al interior de los órganos administrativos.
Derecho Administrativo: El sistema de organización
administrativa en nuestro país.

Parada, 1996: Aquella forma de organización pública en la que una sola administración,
la del Estado, asume la responsabilidad de satisfacer las necesidades de interés general
y, consecuencialmente, se atribuye todas las potestades y funciones necesarias para
ello.
Corresponde a la definición que otorga el autor al Estado unitario, que es aquel
establecido en la Constitución como la forma que adoptará el Estado de Chile.

Art. 3 CPR: El Estado de Chile es unitario. (…)

A su vez el propio artículo reconoce que el Estado se divide en Regiones,


Provincias y Comunas (distribución político administrativa). La doctrina nacional en este
artículo distingue tres principios:

1) El Estado de Chile tiene forma jurídica de Estado unitario.

2) La Administración Estatal será descentralizada o desconcentrada tanto funcional


como territorialmente.

3) Existencia de un mandato de desarrollo equitativo y solidario entre las regiones,


provincias y comunas.

La forma del Estado unitario consiste en la existencia de un único centro de


impulsión política y gubernamental, que en nuestro caso radica en el Presidente de la
República, quien es Jefe de Estado y de Gobierno a la vez. Esto se traduce en el nivel
de organización territorial y la atribución del Presidente de nombrar y remover a voluntad
los Intendentes (en quienes reside la función de gobierno a nivel regional), y los
Gobernadores y sus respectivas Gobernaciones provinciales como órganos
desconcentrados territorialmente del Intendente.
Respecto de las Municipalidades, estas son corporaciones autónomas de
derecho público, lideradas por un Alcalde y Consejeros Comunales de elección directa
y popular. En cuanto a los Consejeros Regionales, estos son electos a través de sufragio
universal directo de igual forma.
Así distinguir entre Gobiernos regionales y órganos descentralizados, tiene
relación directa con la función política o de gobierno de cada uno, puesto que, al menos
en el plano loca, las funciones políticas recaen en el Intendente, mientras que las
Administrativas en la Municipalidad, Gobernaciones (coordinación) y Consejeros
Regionales.
La figura de las Secretarias Regionales Ministeriales (SEREMIS), constituye una
entidad territorialmente desconcentrada de los respectivos ministerios con una compleja
doble lealtad, ya que, por una parte, se deben al Intendente respectivo, y por la otra, al
Ministro de su respectiva cartera, con las excepciones del Ministerio del Interior,
Secretaria General de Presidencia, Defensa Nacional y Relaciones Exteriores (Art. 61
LOCGAR)
Es importante distinguir que Estado Unitario no es sinónimo de Estado
centralizado, y a su vez, que la Constitución sólo admite una descentralización o
desconcentración administrativa y no política.
I. Descentralización.

Constituye una técnica de descentralización de poder político, administrativo o


financiero, que implica traspasar desde un nivel central a un nivel periférico (una nueva
persona jurídica) los recursos políticos, administrativos y financieros, además del
establecimiento de un patrimonio propio a la persona jurídica que se establece.

Características:

a) Traspaso de competencia de un órgano superior a un órgano inferior. Aquí no


se habla aún de descentralización funcional o territorial;
b) El traspaso de competencia puede ser territorial o funcional. Desde el punto de
vista territorial implica el traspaso del centro a la periferia y, en el caso de la
funcional, el traspaso de la materia de un órgano.
c) Se establece una persona jurídica con patrimonio propio, que puede adquirir
bienes y contraer obligaciones;
d) Se apareja la existencia de mecanismos de supervigilancia desde el centro
respecto del órgano descentralizado. Se ejerce por el Presidente de la República
de manera directa o a través de los respectivos Ministerios.
e) Requerimiento de una ley para la respectiva desconcentración o
descentralización.

Descentralización territorial. Descentralización funcional.

Es aquella que reconoce un ámbito Corresponde a aquella competencia


territorial de competencia a un órgano funcional o material que se han otorgado
descentralizado. Se le transfieren al ente descentralizado. Puede ser de
competencias administrativas. Ejemplo carácter, regional o nacional. Ejemplo de
de esto, son los Gobiernos regionales y esto es la Corporación del Desarrollo
las Municipalidades, cuyo ámbito de Indígena que tiene un ámbito funcional o
acción se ve limitado por el territorio de su material propio del Ministerio de
respectiva región o comuna. Desarrollo Social.

La consecuencia principal en Derecho administrativo respecto de la


imputabilidad de las acciones antijurídicas sobre aquellas organizaciones
administrativas que poseen personalidad jurídica propia, es que ya no recae sobre el
Estado-fisco sino que sobre la propia organización administrativa, por ejemplo, las
Municipalidades tienen una personalidad jurídica distinta de la que tienen los Ministerios,
que vendría a ser la representación mediante el Fisco.

Supervigilancia.

a) Es una gestión realizada dentro del contexto del Estado unitario y se traduce en
que las decisiones de los órganos periféricos, al ser independientes y autónomas
respecto del órgano central, se encuentran sometidas a un régimen jurídico y
económico (contable) que es de carácter nacional y cuya supervigilancia
corresponde al Estado central. Los entes no pueden contravenir ni la
Constitución ni las leyes, así que son sometidos a la tutela jurídica de la CGR,
que ejerce un control contable o financiero respecto de la administración de los
entes descentralizados. Respecto de las empresas del Estado, es importante
señalar que no existe control de la CGR puesto que en virtud del Art. 19 nº 21,
se encuentran sometidas a las disposiciones del derecho común.
b) La existencia de una tutela a través de la designación de los directivos superiores
de la organización descentralizada. Por ejemplo en el caso de los Gobiernos
Regionales, estos se encuentran compuestos por los Consejeros Regionales de
elección directa y por el Intendente, quien actúa como presidente del Consejo y
cuyo nombramiento se encuentra supeditado al Presidente de la República.
Distinto es el caso de las Municipalidades, en las cuales los directivos de estas
son electos a través de elección popular.

II. Desconcentración.

Constituye en la delegación de competencia de atribuciones de un órgano


superior a uno de escalafón inferior, sin la creación de una personalidad jurídica nueva
de por medio, obrando este con el mismo patrimonio de la persona jurídica central.
Existe por tanto un vínculo de dependencia, en donde el órgano central es el superior
jerárquico del ente desconcentrado, lo que deriva ya no en la existencia de una
supervigilancia, sino que derechamente en la posibilidad de impartir ordenes al ente
desconcentrado.
La desconcentración a su vez puede ser funcional o territorial. Desde el punto de
vista funcional encontramos las Subsecretarias y desde el punto de vista territorial los
Gobernadores, Ministerios.
Al igual que la descentralización, la desconcentración debe ser efectuada en
virtud de una ley. La personalidad jurídica y el patrimonio siguen perteneciendo al ente
central, no constituyendo una personalidad jurídica distinta de este, por tanto, la
imputabilidad jurídica se efectúa respecto de la administración central.
En cuanto a su estructura interna, ésta se rige por el Titulo Segundo de la
LOCBAE, distinguiendo así entre divisiones, departamentos, unidades y oficinas que
son ámbitos especiales de cada unidad central diferenciada por su materia.
En resumen, existe una dependencia jerárquica que se traduce en la posibilidad
de ordenar instrucciones que deben ser obedecidas por el ente desconcentrado y, quien
también ejerce de manera permanente un control respecto de las actividades de los
sujetos, lo que acarrea un control disciplinario y la posibilidad de formular sanciones del
gobierno interior.

III. Autonomía.

Constituye una garantía de un ámbito constitucional propia del ente al que se le


reconoce la autonomía. El concepto no se encuentra del todo definido en la Constitución,
y ciertamente no constituye una técnica de reparto de funciones o competencias.
Esta puede ser Constitucional o legal, y a su vez el ente autónomo puede ser
desconcentrado o descentralizado según sus características propias. La autonomía
dicta relación respecto de la organización interna, mientras que la descentralización
respecto de la organización y potestades.

Características:

a) Orgánica: Consiste en entes autónomos que gozan de personalidad jurídica


propia y un estatuto orgánico constitucional propio. Ejemplo de ello son: el Banco
Central y las Municipalidades. Respecto de la CGR, esta cuenta con autonomía
en cuanto a poder jurídico propio, pero no cuenta con personalidad jurídica
propia, actuando bajo la personalidad jurídica del Estado.
b) Personal: Los integrantes de los entes autónomos no son electos de forma
arbitraria o exclusiva por el Pdte. de la Republica, sino que cuentan con
procedimientos que tienen por objetivo garantizar su autonomía respecto de
cualquier poder externo.
c) Funcional: Imposibilidad de intromisión en las decisiones adoptadas por los
entes autónomos.
d) Económica o financiera: Existencia de un patrimonio propio y la capacidad de
contraer derechos y obligaciones, con independencia de las fuentes del mismo.
La CGR no cuenta con patrimonio propio puesto su naturaleza de órgano control.

IV. Delegación.

Es la transferencia del ejercicio de ciertas potestades públicas de un órgano


público superior a uno inferior. Encuentra su fundamento directo en un acto
administrativo, sin perjuicio de la previa habilitación legal. La ley, así, determina que
potestades pueden ser delegadas y cuáles no, y dicha delegación se concreta mediante
un acto administrativo, decreto o resoluciones.
En cuanto a las reglas que determinan la delegación, debemos remitirnos a lo
dispuesto en el Art. 41 LOCGBAE sobre las bases de delegación, y el Art. 21 inc. de la
misma, sobre lo que se puede delegar.

Características:

Se recogen a partir del Art 41 de la LOCBAE y corresponde a:

a) Delegación parcial del ejercicio de ciertas atribuciones y materias específicas.


b) Las materias específicas deben ser mencionadas en el decreto o resolución, es
decir, en el acto de delegación;
c) Los delegados deben ser funcionarios bajo jerarquía, no pudiendo existir
delegación entre un ente centralizado y uno desconcentrado;
d) La delegación es esencialmente revocable, pero sin esta, el delegante no puede
avocarse el ejercicio de la delegación;
e) Se requiere notificación y comunicación del acto administrativo y, respecto de un
número indeterminado, se requiere de publicación en medio oficial del acto.
f) La responsabilidad recae sobre el delegado al que se le transfirió la atribución y
materia específica y, sin perjuicio de la responsabilidad del delegante puesto
debiese existir relación de dependencia.
g) El Art. 41 inc. 2 establece a su vez una delegación por estilo, sometidas a reglas
respecto del contenido del acto administrativo, puesto lo único suscitado en
realizar es la firma, recayendo la responsabilidad sobre el delegante.
V. Jerarquía.

Responde a la estructura piramidal de la Administración del Estado, en cuya


cúspide, reside el Presidente de la República como Jefe de Estado, Gobierno y
Administración. De igual forma dicta relación con la estructura piramidal al interior de los
Servicios, donde la dirección superior recae en un funcionario nombrado por el
Presidente de la República (exclusiva confianza o concurso público).

Formas de expresión de la Jerarquía:

1. Poder de mando político-administrativo y la existencia de potestad de dirección.

Implica que el poder de mando, entendido como la capacidad de tomar la


decisión por parte de cada órgano administrativo y la de encomendar la obediencia de
los respectivos funcionarios. El Estatuto administrativo habla de una obediencia
reflexiva, entendida como el hecho de que cada funcionario de respetar y cumplir las
órdenes impartidas por un nivel jerárquico superior.

2. Control jerárquico permanente ejercido por autoridades superiores.

Las autoridades superiores revisar lo obrado por la administración, teniendo así


siempre la responsabilidad de control o supervisión.

3. Estructura jerárquica y piramidal de la planta de funcionarios. (Art. 17 LOCGBAE)

Las plantas de los funcionarios públicos tienen características piramidales y


jerárquicas, existiendo un órgano colegiado o individuo en la punta de esta, que termina
por visar las actuaciones de los dependientes y da dirección a éstas. Además, dicha
escala piramidal es de carácter técnico y administrativo.

4. Potestad de resolver conflictos de los superiores o jerárquicos. (Art. 39


LOCGBAE)

De manera general se aplica el Art. 39, aunque existen disposiciones normativas


como la del Art. 48 Ley nº 20.600 que crea los Tribunales Medioambientales para zanjar
disputas de esa materia.

5. Potestad de delegación. (Art. 41 LOCBGAE)

6. Potestad para revocar decisiones de los dependientes. (Art. 10 y 11 LOCGBAE)

Implica dejar sin efecto una determinada actuación de funcionario inferior por
razones no necesariamente legales, sino que más bien de mérito y oportunidad.

7. Potestad disciplinaria y Responsabilidad administrativa.

La potestad disciplinaria dicta relación con la posibilidad de ejercer control


sancionatorio al interior de la Administración por parte del superior jerárquico a sus
dependientes, a través de las fórmulas de investigación sumaria o bien de sumarios
administrativos.
VI. Tutela o Supervigilancia en la relación de autoridad–autoridad sin
relación jerárquica.

Parte del presupuesto de la inexistencia de una relación jerárquica, pero a su


vez, entiende que el órgano central tiene algunos poderes de decisión que afectan el
ejercicio de las potestades del órgano descentralizado junto con su toma de decisión.
Dichos poderes, siempre vienen determinados por el ordenamiento jurídico.

a) Instrumentos.

- Nombramientos de los superiores de los Servicios descentralizados. (Art. 29; 31


y 49 LOCGBAE).

- Control presupuestario ex ante y ex post.

VII. Coordinación.

Se distingue entre orgánica y funcional:

a) Técnicas orgánicas: La coordinación del ente administrativo a través de un


órgano superior que puede ser colegio o unipersonal.
b) Técnicas funcionales: La coordinación se produce mediante un procedimiento
administrativo, sea este un programa o plan de trabajo.

VIII. Avocación.

Es la técnica mediante la cual el órgano superior asume las competencias que,


regularmente le competen al órgano inferior, bajo pretexto de la necesidad de un
funcionamiento más idóneo.
Según la doctrina mayoritaria, tal avocación sólo podría aplicarse a casos en los
que la competencia es concurrente o compartida, o bien en casos de delegación.
Ejemplos de ello, responde a la facultad de delegar, que puede ser esencialmente
revocada, dejando sin efectos las facultades del delegante, o bien en el caso de las
Municipalidades, que comparten facultades con el Ministerio de Educación o Salud y,
entendiendo que si la Municipalidad no puede asumir de forma idónea tal facultad, ésta
es avocada por el Ministerio respectivo.

Derecho Administrativo: Las personas jurídicas de


Derecho público. (Soto Kloss)

Soto Kloss distingue respecto de seis tipos de personalidades jurídicas en el


ordenamiento chileno:

1. Fisco.

Es la personalidad jurídica de los entes y servicios centralizados dependientes


del Presidente de la República, y ciertos órganos administrativos que no cuentan con
una propia. El representante judicial es el Presidente del Consejo de Defensa del
Estado, contra quien se debe interponer la demanda en caso de afectación en materia
contractual y extracontractual.
2. Municipalidades.

Cada Municipalidad constituye una personalidad jurídica diferente y propia del


de las demás, de los Gobiernos Regionales y del Fisco; constituye una corporación
autónoma de derecho público cuya representación judicial y extrajudicial corresponde al
Alcalde.

3. Gobiernos Regionales.

Constituye una personalidad jurídica única y distinta de las demás, cuya


representación judicial recae en el Intendente.

4. Instituciones semi-fiscales o dotadas de cierta autonomía.

Gozan de una autonomía meramente legal, lo que significa que su creación y


patrimonio propio pueden ser modificados a través de ley simple. Ejemplo de ello son
las Superintendencias que al tener una personalidad jurídica distinta, son representadas
judicial y extrajudicialmente por el jefe superior del servicio respectivo.

5. Los fondos.

Corresponden a fundaciones de derecho público con personalidad jurídica propia


y distinta de las demás fundaciones, que es representada judicial y extrajudicialmente
por el director del fondo respectivo.

6. Empresas del Estado.

Son creadas por una Ley de quorum calificado y, una vez entran en
funcionamiento, son regidas por las mismas normas que regulan el mercado.
Constituyen una personalidad jurídica única, representada por el Presidente del
Directorio respectivo o su Gerente General o a falta de ellos el Vicepresidente Ejecutivo.

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