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CLASES DE PROCESOS LABORALES

La Nueva Ley Procesal del Trabajo en el Título II, denominado Procesos Laborales,
regula las diversas clases de proceso, que serán estudiados a continuación, siguiendo la
misma secuencia de la Ley.

1. PROCESO ORDINARIO LABORAL.

1.1. Juez Competente y Materias que se tramitan en Proceso Ordinario


Laboral.

La competencia y las materias que se tramitan en proceso ordinario, fueron


señaladas al aludir a la competencia. Se encuentran consignadas en el artículo
2º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, a cuyo contenido es necesario
remitirnos.

1.2. Traslado y citación a audiencia de conciliación.

“Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolución


disponiendo:

a) La admisión de la demanda;
b) La citación a las pares a audiencia de conciliación, la cual
debe ser fijada en día y hora entre los veinte (20) y treinta
(30) días hábiles siguientes a la fecha de contestación y sus
anexos; y
c) El emplazamiento al demandado para que concurra a la
audiencia de conciliación con el escrito de contestación y sus
anexos” (art. 42º NLPT).

La calificación de la demanda, constituye el primer acto procesal del juez.


Consiste en verificar el cumplimiento de los requisitos de forma y de fondo a
que se refiere el artículo 16º de la Ley Procesal del Trabajo, “dentro de los
cinco días hábiles siguientes de recibida” (art. 17º NLPT). Sobre la
calificación de la demanda, Gómez Valdez, Francisco1, señala: “La calificación
de la demanda es un análisis en profundidad que realiza el juez de la demanda
en su conjunto y en especial de su parte sustantiva, probatoria y procesal que
determina: a) que el actor ha cumplido con la formalidad para presentar su
acción; y b) que le permita luego tener los elementos de juicio necesarios para
salir airoso de la solicitada intervención conciliadora que se le avecina, ya que
de no ser así, estaríamos volviendo a las etapas ya superadas en las que el juez
era un simple convidado de la acción y no su promotor, que es lo que el
legislador le está exigiendo ahora con la nueva textura legal de la norma”.

Al calificar la demanda, el juez adoptar, según el caso, cualquiera de las


siguientes decisiones:

La primera: declarar la inadmisibilidad de la demanda, “Si observa el


incumplimiento de alguno de los requisitos”, concediendo “al demandante
cinco (5) días hábiles para que subsane la omisión o defecto, bajo
apercibimiento de declararse la conclusión del proceso y el archivo del
expediente” (art. 17º NLPT). La parte afectada tendrá derecho a impugnar la
resolución que disponga la conclusión del proceso.

La segunda: declarar la improcedencia de la demanda, de manera excepcional,


“en el caso de que la improcedencia de la demanda sea notoria”,
rechazándola “de plano en resolución fundamentada” (art. 17º, infine NLPT).
Igualmente, el demandante cuenta con el plazo de cinco días para impugnar la
resolución. No está demás reiterar que la improcedencia debe ser notoria, o
como lo indica el Código Procesal Civil, en su artículo 427º sea
“manifiestamente improcedente”. La improcedencia de la demanda se declara
ante la falta de uno de los requisitos de fondo, taxativamente señalados en el
Código Procesal Civil, artículo 427º, que ya fueron estudiados al tratar el tema
de calificación de la demanda.

La tercera: Admitir a trámite la demanda, conforme lo precisa el inciso a) del


artículo 42º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, en cuyo caso cita “a las
partes a audiencia de conciliación, la cual debe ser fijada en día y hora entre

1
Gómez Valdez, Francisco: “Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley Nº 29497, Análisis Secuencial
y Doctrinario”, Editorial San Marcos, Primera Edición, 2010, Lima Perú, p. 570)
los veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes a la fecha de calificación
de la demanda”.

Calificada la demanda positivamente, se emplazará al demandado “para que


concurra a la audiencia de conciliación con el escrito de contestación y sus
anexos” (art. 42º, inciso “c” NLPT).

Cuestión de suma importancia, lo constituye la aplicación del principio de


celeridad procesal que se expresa, en los plazos, cuya secuencia es la siguiente:

 Calificación de la demanda: cinco días hábiles desde su recepción, art. 17º


NLPT.
 Citación a Audiencia de conciliación: 20 o 30 días hábiles siguientes a la
fecha de calificación de la demanda, art. 42º, inciso “b” NLPT.

A diferencia de la derogada Ley que no señalaba plazo para la calificación de


demanda, la Nueva Ley Procesal del Trabajo, en homenaje a la celeridad
procesal, cuestión vital para todo demandante, fija plazos perentorios, sin
prórroga alguna, que al cumplirse nos permiten afirmar que el proceso, puede
resolverse en un plazo máximo de treinta o treinta y cinco días, con la activa
participación del Juez, que asume un rol protagónico, de producirse la
conciliación. Para asegurar el cumplimiento de la celeridad procesal, se
establece como obligación del demandado, de concurrir a la audiencia de
conciliación con el escrito de demanda y sus anexos, a fin de que el Juez pueda
señalar día y hora para la audiencia de juzgamiento, en el eventual caso, que no
se llegue a conciliar la causa.

1.3. Audiencia de Conciliación.

En el proceso laboral, la Audiencia de Conciliación, pretende hacer efectivos


los principios de oralidad, inmediación y celeridad, al establecerse que “El juez
invita a las partes a conciliar sus posiciones y participa activamente a fin de
que solucionen sus diferencias total o parcialmente” (art. 43º, numeral 2
NLPT). La activa participación del juez en la audiencia de conciliación, lo
convierte en un conciliador, por lo que bien puede denominársele, en esta etapa
del proceso, Juez – Conciliador.
La audiencia dirigida por el Juez se inicia con la acreditación de las partes o
apoderados y sus abogados. Las partes (demandante y demandado),
verbalmente dirán, por orden, sus nombres, documento de identidad y
domicilio. Los abogados harán lo propio, indicando, además de su nombre, el
domicilio procesal, su colegiatura y correo electrónico.

No asistencia del demandante: “Si el demandante no asiste, el demandado


puede contestar la demanda, continuando la audiencia” (art. 43º NLPT).

Inasistencia del demandado y rebeldía: Pueden darse varias situaciones: La


primera: que el demandado no asista. En este caso “incurre automáticamente
en rebeldía, sin necesidad de declaración expresa, aun cuando la pretensión
se sustente en un derecho indisponible” (art. 43º NLPT). La segunda: No
conteste la demanda, estando presente en la audiencia. “También incurre en
rebeldía automática” (art. 43º NLPT). Tercera: “El representante o
apoderado no tiene poderes suficientes para conciliar” (art. 43º NLPT).

Inasistencia de ambas partes: “Si ambas partes inasisten, el juez declara la


conclusión del proceso si, dentro de treinta (30) días naturales siguientes, si
ninguna de las partes hubiese solicitado fecha para nueva audiencia”. La
conclusión del proceso, ante la inasistencia de demandante y demandado, no
opera de inmediato, previamente, el juez deberá dejar que transcurran treinta
días, a fin de que cualquiera de las partes solicite nuevo día y hora para la
audiencia de conciliación.

La audiencia, por decisión de las partes, “puede prolongarse lo necesario


hasta que se de por agotada, pudiendo incluso continuar los días hábiles
siguientes, cuantas veces sea necesario, en un lapso no mayor de un (1) mes”
(art. 43º, numeral 2 NLPT).

a) Conciliación total del conflicto: De producirse la conciliación total del


conflicto, “el juez, en el acto aprueba lo acordado con efecto de cosa
juzgada; así mismo, ordena el cumplimiento de las prestaciones
acordadas en el plazo establecido por las partes o, en su defecto, en el
plazo de cinco (5) días hábiles siguientes”. (art. 43º, numeral 2 NLPT).
Son las partes, por el principio dispositivo, las que acuerdan en que plazo
debe cumplirse lo conciliado. De no haber acuerdo, la ley, establece un
plazo máximo de cinco días para su cumplimiento.

El acuerdo conciliatorio, solo podrá poner fin al proceso si supera el test de


disponibilidad de derechos, para lo cual el juez deberá tomar en cuenta los
siguientes criterios: 1) El acuerdo debe versar sobre derechos nacidos de
una norma dispositiva, debiendo el juez verificar que no afecte los
derechos indisponibles. 2) Ha de ser adoptado por el titular del derecho, no
por sus representantes. 3) Debe haber participado el abogado del prestador
de servicios demandante, como una forma de garantizar la validez de lo
conciliado (art. 30º, parte pertinentes NLPT).

b) Conciliación parcial del conflicto: En este caso, el juez aprueba lo


conciliado, adoptando las mismas providencias que asumió al producirse la
conciliación total. Con respecto a la parte del conflicto no conciliada, “el
juez precisa las pretensiones que son materia de juicio, requiriendo al
demandado para que presente en el acto, el escrito de contestación y sus
anexos; entrega una copia al demandante; y fija día y hora para la
audiencia de juzgamiento” (art. 43º, numeral 3 NLPT).

c) Caso en que no hay conciliación del conflicto: Igualmente, como en el


caso de solución parcial del conflicto, “el juez precisará las pretensiones
que son materia de juicio; requiere al demandado para que presente; en el
acto, el escrito de contestación y sus anexos, entrega una copia al
demandante; y fija día y hora para para la audiencia de juzgamiento, la
cual debe programarse dentro de los treinta (30) días hábiles siguientes,
quedando las partes notificadas en el acto” (art. 43º, inciso 3 NLPT).

Es en esta parte, de la audiencia de conciliación, en la que el juez precisará


las pretensiones materia de juicio, que vendría a ser el equivalente a la
fijación de los puntos controvertidos, a que se refería la Ley 26636, en su
artículo 67º, fijación que el juez debía hacer en la audiencia única, cuando
no hubo conciliación.

d) Extremo no controvertido: La derogada Ley 26636, en el inciso 2), del


artículo 47º tenía una prescripción bastante parecida, al prescribir que el
proceso se encontraba para sentencia cuando “La cuestión debatida (…),
siendo de hecho, no haya necesidad de actuar medio probatorio alguno en
la audiencia respectiva”. Este es el caso, en que una cuestión siendo de
hecho no precisaba de actuación de medio probatorio dada su evidencia, el
juez podía dictar sentencia, lamentablemente esta facultad jamás se
efectivizó. La Nueva Ley Procesal, sobre el particular es mucho más
precisa, con la atingencia de que no regula la actuación del juez, como una
facultad, sino como una obligación de emitir “resolución con calidad de
cosa juzgada, ordenando su pago en igual plazo”, si algún extremo de la
demanda “no es controvertido” (art. 43º, numeral 2) NLPT). El plazo a
que se refiere la ley, es de cinco días, para el cumplimiento de lo resuelto.

e) Cuestión de puro derecho: Esta situación también estuvo contemplada en


la derogada Ley 26636, en los siguientes términos: “El proceso se
encuentra expedito para sentencia cuando: (…)”La cuestión sea de puro
derecho” (art. 47º, inciso 2). Como se observa se trataba de una
declaración, cuya decisión de dictar sentencia correspondía al juez.
Tampoco se conocen casos en los que se haya dictado sentencia cuando la
cuestión era de puro derecho. La Nueva Ley contiene una prescripción
distinta, pero que tiene el mismo objetivo, concluir el proceso lo más antes
posible, al prescribir que: “Si el juez advierte, haya habido o no
contestación, que la cuestión debatida es solo de derecho (…), solicita a
los abogados presentes exponer sus alegatos, a cuyo término en un lapso
no mayor de sesenta (60) minutos, dicta el fallo de su sentencia” (art. 43º,
inciso 3 NLPT).

1.4. Audiencia de Juzgamiento.

“La audiencia de juzgamiento se realiza en acto único y concentra las


etapas de confrontación de posiciones, actuación probatoria, alegatos y
sentencia.

La audiencia de juzgamiento se inicia con la acreditación de las partes o


apoderados y sus abogados. Si ambas partes inasisten, el juez declara la
conclusión del proceso si, dentro de los treinta (30) días naturales
siguientes, ninguna de las partes hubiese solicitado fecha para nueva
audiencia” (art. 44º NLPT).
A la etapa de juzgamiento se llega cuando hubo conciliación parcial o no se
concilió ninguna de las pretensiones. Es propiamente un juicio oral, muy
similar al que corresponde al proceso penal, regido por los principios de
oralidad e inmediación, en un cien por ciento. Concentra casi todo el proceso,
desde la confrontación de posiciones, que se materializa a través del
denominado alegato de apertura, formulado por los abogados del demandante y
del demandado, hasta la emisión del fallo, pasando por la actividad probatoria,
el alegato de clausura y el fallo de la sentencia. La preside el Juez con carácter
indelegable, cuya activa participación le permitirá crear un juicio valorativo,
como consecuencia de la directa percepción de las cuestiones litigiosas, los
medios probatorios y la conducta de las partes.

La acreditación de las partes, al iniciarse la audiencia, tan igual como ocurrió


en la audiencia de conciliación, no solamente comprende la identificación de
los asistentes, sino determinar si se encuentran legitimados y debidamente
representados para el desarrollo de la audiencia.

La oralidad y la publicitación del proceso que se materializan en la Audiencia


de juzgamiento, hacen posible la actuación de dos principios de suma
importancia: El Principio de Inmediación y el Principio de Concentración: El
primero responde a la necesidad de que el Juez “tenga el mayor contacto
personal con los elementos subjetivos y objetivos que conforman el proceso
(…). La inmediación supone, además, la participación del Juez en el
procedimiento, convirtiéndose, también, en un protagonista, lo cual lo hace
intervenir directamente en su desarrollo, esto lo lleva, como decimos,
equivocadamente a pensar que puede perder su imparcialidad, prejuzgar … Por
el contrario, resulta difícil, dice Peyrano concebir una herramienta más
poderosa para la búsqueda de la verdad histórica, que conferir al oficio el
derecho – deber de observar y escuchar a los litigantes, a sus defensores y a los
testigos y peritos. Y agrega que sólo cuando el proceso es “vivido” por el Juez
puede este ponderar las reacciones y gestos de partes y declarantes, pautas
inapreciables para descubrir al mendaz o comprobar la veracidad de los
dichos”2.

2
Véscovi, Enrique, obra citada, pág. 52.
Por el Principio de Concentración, se propende “a reunir toda la actividad
procesal en la menor cantidad posible de actos y a evitar la dispersión, lo cual,
por otra parte, contribuye a la aceleración del proceso”3. Este principio se
cumple mediante la audiencia en la que se realiza la parte fundamental del
procedimiento en un solo acto, se admiten y actúan las pruebas, se produce,
además, el debate y es posible dictar la correspondiente sentencia. Con la
actuación de este principio, el Juez puede “tener una cabal y completa
comprensión de las cuestiones debatidas y del objeto del proceso, y estar
habilitado para decidir”4. Se concluye que la conjunción de los tres principios:
oralidad, inmediación y concentración, permiten que la verdadera función del
proceso se cumpla.

En conclusión, aunque algo hemos adelantado, los mencionados principios se


encuentran recogidos en el Título Preliminar de la Ley Procesal del Trabajo 5 y
al mismo tiempo se hacen efectivos en la Audiencia de juzgamiento, como
puede verse de una rápida lectura de los artículos que se refieren a esta
importante institución del proceso laboral que serán objeto de desarrollo a
continuación.

Consecuencias de la inasistencia de las partes a la audiencia de


juzgamiento: “Si ambas partes inasisten, el juez declara la conclusión del
proceso si, dentro de los treinta (30) días naturales siguientes, ninguna de las
partes hubiese solicitado fecha para nueva audiencia” (art. 44º in fine NLPT).

1.4.1. Etapa de Confrontación de Posiciones.

“La etapa de confrontación de posiciones se inicia con una breve exposición


oral de las pretensiones demandadas y de los fundamentos de hecho que las
sustentan.

Luego, el demandado hace una breve exposición oral de los hechos que, por
razones procesales o de fondo, contradicen la demanda” (art. 45º NLPT).

3
Véscovi, Enrique, obra citada, pág. 52.
4
Véscovi, Enrique, pág. 52.
5
“El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios de inmediación, oralidad,
concentración, celeridad, economía procesal y veracidad” (art. I T. P. NLPT).
La confrontación de posiciones estará determinada por la breve
exposición oral, que hace, en primer lugar, el demandante, de las
pretensiones y los fundamentos de hecho que las sustentan; y las razones
procesales o de fondo, que el demandado hace, contradiciendo las
pretensiones de la demanda. La ley, establece un orden de prelación en
las exposiciones, debiendo, necesariamente, ser el primero, el
demandante, a fin de que el juez tome conocimiento de vida voz, del
contenido de la pretensión y los fundamentos de hecho que la sustentan.
En segundo orden, será el demandado, quien sustentará sus resistencias;
de aquí la denominación de la etapa: De confrontación de posiciones.

Aun cuando, la ley no hace ninguna referencia a la réplica, es de


entenderse que ésta no está descartada, puesto que tratándose de una
etapa de confrontación de posiciones, no sería razonable que no se
confiera el derecho de réplica al demandante, que por lo demás, ha de
servir al juez para conocer con mayor amplitud el tema en conflicto y
resolver con justicia y derecho. Agréguese que el proceso es un debate de
posiciones, que con la nueva ley adquiere suma relevancia.

La pretensión, es la declaración de voluntad que el accionante hace ante


el juez y frente al adversario, a fin de que se le reconozca algo, con
respecto a cierta relación jurídica. Es el contenido de la acción, porque no
se dirige al órgano jurisdiccional, sino a un sujeto de derecho, es decir, al
demandado. En pocas palabras, la pretensión se dirige contra el
adversario y la acción al órgano jurisdiccional. Por ello puede afirmarse
que si no hay pretensión no habrá proceso, al no poder ejercer el derecho
de acción, por no tener nada ni a quien reclamar. La pretensión como lo
dice Guasp, es el objeto del proceso y respecto a lo cual debe emitir
pronunciamiento el juez.

La pretensión o pretensiones, son precisadas por el juez en la audiencia


de conciliación, si el conflicto se solucionó parcialmente o no se
solucionó (art. 43º, inciso 3 NLPT). Obsérvese que la ley utiliza el
término “precisadas” no “fijadas”. Ello es así porque, quien fija la
pretensión es el demandante y quien las precisa, para orientar y ordenar
el debate, es el juez.
1.4.2. Etapa de Actuación Probatoria.

“La etapa de actuación probatoria se lleva a cabo del siguiente modo:

1. El juez enuncia los hechos que no necesitan de actuación probatoria por


tratarse de hechos admitidos, presumidos por ley, recogidos en resolución
judicial con calidad de cosa juzgada o notorios; así como los medios
probatorios dejados de lado por estar dirigidos a la acreditación de hechos
impertinentes o irrelevantes para la causa.
2. El Juez enuncia las pruebas admitidas respecto de los hechos accesitados de
actuación probatoria.
3. Inmediatamente después, las partes pueden proponer cuestiones probatorias
solo respecto de las pruebas admitidas. El juez dispone la admisión de las
cuestiones probatorias, únicamente si las pruebas que las sustentan pueden
ser actuadas en esta etapa.
4. El juez toma juramento conjunto a todos los que vaya a participar en esta
etapa.
5. Se actúan todos los medios probatorios, empezando por los ofrecidos por el
demandante, en el orden siguiente: declaración de parte, testigos, pericia,
reconocimiento y exhibición de documentos. Si agotada la actuación de estos
medios probatorios fuese imprescindible la inspección judicial, el juez
suspende la audiencia y señala día, hora y lugar para su realización citando,
en el momento, a las partes, testigos o peritos que corresponda. La inspección
judicial puede ser grabada en audio y video o recogida en acta con anotación
de las observaciones constatadas; al concluirse, señala día y hora, dentro de
los cinco (5) días hábiles siguientes para los alegatos y sentencia.
6. La actuación probatoria debe concluir en el día programado; sin embargo, si
la actuación no se hubiese agotado, la audiencia continúa dentro de los cinco
(5) días hábiles siguientes” (art. 46º NLPT).

Concluida la etapa de confrontación de posiciones, se pasa a la segunda


etapa, constituida por la actuación probatoria. Esta etapa resulta siendo
de suma relevancia, porque hasta este momento, luego de transitar por la
audiencia de conciliación, escuchado a las partes y precisadas las
pretensiones, el juez ha adquirido sumo conocimiento del conflicto, lo
que será determinante para resolver la controversia.

Siempre como tributo a la celeridad procesal y a la actuación protagónica


del juez en el proceso, éste hace un prolijo análisis de “los hechos que no
necesitan de actuación probatoria”, en el orden siguiente:
a) Tratarse de hechos admitidos. Se refiere a los hechos que el
demandado, al contestar la demanda los acepta como ciertos, por lo
que no necesitan de actuación de medios probatorios. Puede ocurrir
que un hecho no contradicho por el accionado, es admitido por el
demandado como cierto, en cuyo caso, sería inoficioso actuar medio
probatorio. En concreto se trata de hechos no controvertidos por las
partes por haberlos aceptado. Para el efecto, el juez habrá revisado la
demanda y la contestación. Así mismo tendrá en cuenta lo expresado
por las partes, en la etapa de confrontación de posiciones o
simplemente en cualquier otro momento, como podría ser la
audiencia de conciliación.

b) Hechos presumidos por la ley. El término presunción deriva del


vocablo presumere que significa suponer una cosa cierta sin estar
probada o sin que nos conste. En cuanto a las clases de presunción,
siguiendo al Código Procesal Civil, se dirá que son de dos clases:

1) La presunción legal, concebida como como el hecho o la


circunstancia que por disposición legal se debe tener como
verdadero, en tal situación habrían cierto número de
presunciones llamadas legales, que relevan de prueba
(presunciones simples o juris tantum) o que, no admite prueba
en contrario (presunciones absolutas o juris et de jure), no son
medios probatorios, sino reglas de valoración de hechos
indiciarios, porque imponen al juez la obligación de tener por
probado un hecho principal. La presunción legal, puede ser de
dos clases: a) Presunción legal absoluta: Denominada también
jure et de jure, que considera cierto el hecho de modo definitivo,
no admitiendo prueba en contrario. Se encuentra recogida por el
Código Procesal Civil, en el artículo 278º, en los siguientes
términos: “Cuando la ley califica una presunción con carácter
absoluto no cabe prueba en contrario. El beneficiario de tal
presunción sólo ha de acreditar la realidad del hecho que a ella
le sirve de base” b) Presunción legal relativa: Se le llama,
igualmente, presunción juris tantum, según la cual se considera
cierto el hecho presumido, mientras no se pruebe lo contrario.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo, en su artículo 23º.2, se
refiere a este tipo de presunción al disponer: “Acreditada la
prestación personal de servicios, se presume la existencia de
vínculo laboral a plazo indeterminado, salvo prueba en
contrario”. El antecedente de la presunción a que se refiere el
artículo 23º. 2 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, se
encuentra en el artículo 4º de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, en el que se prescribe: “En toda
prestación de servicios, remunerados y subordinados, se
presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo
indeterminado”. Se entiende que nuestra vigente Ley Procesal
del Trabajo, se refiere a este tipo de presunción.

2) Presunción Judicial, “…. o inferencia lógica es la conclusión


del razonamiento que a aquellos (los indicios) se aplica.
También puede obtener el juez igual inferencia de la valoración
de otras clases de pruebas, sin que aquella presunción se
confunda con ellas. El Juez las utiliza simplemente como
principios basados en máxima de la experiencia, para la
valoración de las pruebas…” (Devis Echeandía, obra citada,
pág. 342, citado a su vez por Hinostroza Minguez, Alberto, ob.
cit. p. 267). El Código Procesal Civil, se refiere a este tipo de
presunción en el artículo 281º, en los siguientes términos: “El
razonamiento lógico – crítico del juez, basado en reglas de
experiencia o en sus conocimientos y a partir del presupuesto
debidamente acreditado en el proceso, contribuye a formar
convicción respecto al hecho o hechos investigados”. Dentro de
esta presunción podría ubicarse las presunciones legales
derivadas de la conducta de las partes, a que se refiere el
artículo 29º. Como lo indica Hinostroza Minguez, Alberto, “Esta
es una presunción judicial especial porque las conclusiones del
órgano jurisdiccional se basan, no en los medios de prueba, sino
en la conducta que adopten las partes en el proceso” (ob.cit. p.
286). “La conducta procesal servirá de fuente o de motivo de
prueba como hecho que prueba otro hecho. Se tratará, en todo
caso, de un motivo subsidiario, con naturaleza de indicio, del
que podrá valerse el juez, sólo cuando concurra con otros
motivos de la misma o de diversa índole…” (Furno Carlo:
Teoría de la Prueba Legal. Traducido por Sergio González
Collado, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1954, p.
76).

c) Recogidos en resolución judicial con calidad de cosa juzgada o


notorios. Se refiere a procesos concluidos sentenciados que han
reconocido un derecho que es materia de Litis.

d) Dejados de lado por estar dirigidos a la acreditación de hechos


impertinentes o irrelevantes para la causa. Los hechos
impertinentes, son aquellos que nada tienen que ver con los hechos
controvertidos. Ajeno al caso, inoportuno, extraño a lo que se
investiga. Hechos irrelevantes, serán los que no influirán en la
decisión final del juzgador.

Siguiendo el orden de la etapa de actuación probatoria, el juez, luego del


examen que antecede, anunciará las pruebas que fueron admitidas,
respecto a los hechos que necesitan de actuación probatoria.

Cuestiones probatorias: Enunciadas las pruebas que fueron enunciadas,


las partes pueden proponer cuestiones probatorias, las que serán
admitidas únicamente, si las pruebas para acreditarlas pueden ser
actuadas en la misma audiencia, caso contrario serán desestimadas. Se le
define como “…instrumentos procesales dirigidos aponer en tela de
juicio algún medio de prueba con la finalidad de que el juez declara su
invalidez o tenga presente su ineficacia probatoria” (Hinostroza Minguez,
Alberto, obra citada, pág. 281).

Los cuestionamientos que las partes pueden proponer en contra de los


medios probatorios son dos: la tacha y la oposición, conforme se ha
señalado al estudiar las cuestiones probatorias, en el capítulo II, numeral
4.8. La derogada Ley Nº 26636, regulaba las cuestiones probatorias en
los artículos, 42º y 43º, en el que se establecían los requisitos que debían
cumplirse para su interposición. La vigente ley, guarda silencio sobre el
particular, por lo que hemos de recurrir a lo establecido por el Código
Procesal Civil (ver numeral 4.8, capítulo II).
La Nueva Ley Procesal del Trabajo, no hace referencia a las clases de
cuestiones probatorias, ni mucho menos, establece procedimiento alguno,
como si lo hacía la derogada Ley Nº 26636.

Concluidas las cuestiones probatorias, procederá, el juez, a tomar


juramento en forma conjunta a quienes participan de la etapa probatoria.
El juramento tiene por objeto hacer efectivo el principio de veracidad y
buena fe. Se toma el juramento de acuerdo con la religión que se procesa,
sin embargo, puede constituirse en una promesa de veracidad.

Luego de tomar el juramento a los participantes en la audiencia, se


procede a actuar los medios probatorios, incluyendo los referidos a las
cuestiones probatorias, empezando por los ofrecidos por el demandante,
en el orden que a continuación se señala:

a) Declaración de parte:
b) Declaración de testigos:
c) Actuación de la pericia:
d) Reconocimiento de documentos:
e) Exhibición de documentos:
f) Inspección Judicial:

Dos cuestiones adicionales: La primera, está referida al señalamiento de


día y hora, luego de concluida la inspección judicial, para los alegatos y
sentencia, diligencia que deberá señalarse dentro de los cinco días hábiles
siguientes. La segunda, referida a la conclusión de la etapa probatoria, la
misma que debe concluir en el día programado, pudiéndose continuar,
dentro de los cinco días hábiles siguientes, sino no fue posible concluirla.

1.5. Alegatos y Sentencia.


“Finalizada la actuación probatoria, los abogados presentan oralmente sus alegatos.
Concluidos los alegatos, el juez, en forma inmediata o en un plazo no mayor de sesenta
(60) minutos, hace conocer a las partes el fallo de su sentencia. A su vez, señala día y
hora, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes, para la notificación de la
sentencia. Excepcionalmente, por la complejidad del caso, puede diferir el fallo de su
sentencia dentro de los cinco (5) días hábiles posteriores, lo cual informa en el acto
citando a las partes para que comparezcan al juzgado para la notificación de la
sentencia.

La notificación de la sentencia debe producirse en el día y hora indicados, bajo


responsabilidad” (art. 47º NLPT).

Una vez concluida la actividad probatoria, al actuarse todos los medios


probatorios admitidos, incluyendo las que corresponden a las cuestiones
probatorias, se dispondrá que los abogados presenten, oralmente sus alegatos.
Posteriormente y en forma inmediata o en un lapso no mayor de sesenta
minutos, el Juez hará conocer a las partes el fallo de la sentencia, si es fundada
o infundada, señalando, al mismo tiempo, día y hora para la notificación de la
sentencia, diligencia que deberá realizarse, dentro de los cinco días hábiles
siguientes. Se faculta al juez diferir, excepcionalmente, dada la complejidad del
caso, la lectura del fallo de la sentencia dentro de los cinco días hábiles
posteriores, en que se notificará con la sentencia, para lo cual señalará día y
hora, informando a las partes de la postergación del fallo.

Finalmente, la notificación deberá, efectuarse en el día y hora señalados, bajo


responsabilidad.

Un hecho cierto es que la estructura establecida por la vigente Ley Procesal del
Trabajo, deja atrás las nulidades a las que recurrían las partes para postergar la
solución del conflicto. En algunos casos, la postergación, también se producía
debido a los pedidos de expedición de sentencia, lo que obligaba a sacar el
expediente del Despacho y ubicarse en la larga lista de espera, con grave
perjuicio para las partes.
El alegato final, denominado “alegato de clausura”, le otorga la posibilidad al
accionante para hacer de manera breve, una recapitulación de los hechos y de
las pruebas que sustentan el petitorio, con la finalidad de que se declare
fundada la demanda. Por su parte, el demandado también tendrá la misma
posibilidad en un auténtico debate, en el que ambas partes buscarán convencer
al juzgador de que les conceda razón.

Si bien, el artículo 47º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, prescribe de


manera imperativa, que “Finalizada la actuación probatoria, los abogados
presentarán oralmente sus alegatos”, no es menos cierto que igualmente
pueden abstenerse de hacerlo. No obstante, es preferible no abstenerse; y por el
contrario, aprovechar la instancia para hacer un resumen de lo actuado y lograr
una sentencia favorable.

Al presentar el alegato final, se tendrá en cuenta, que se ha hecho un largo


recorrido, desde que se inició la Audiencia de Juzgamiento, pasando por la
actividad probatoria. En tal sentido la exposición será breve, concisa y precisa,
poniendo énfasis en los tres elementos fundamentales de la defensa, que han
estado presente, desde la redacción de la demanda o contestación de demanda:
a) los hechos, b) la fundamentación jurídica y c) los medios probatorios
actuados que generan convicción y certeza en el juzgador.

Es cierto que no existe una sola fórmula a seguir en la exposición oral del
alegato de clausura, sin embargo, puede hacerse una breve introducción,
seguida de una descripción de los hechos, citando, las normas jurídicas
aplicables al caso y finalmente los medios probatorios actuados, que no dejarán
duda respecto a la violación o infracción de las normas laborales.

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