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segundo periodo, a paretir del siglo xiii

Las características de los estudios lingüísticos durante la Edad Media fueron consecuencia
directa de ciertas condiciones socioculturales. Fundamentalmente, la ausencia de una clase
ilustrada fuera del ámbito religioso, característica del régimen feudal, llevó a la entronización del
latín como única lengua de la cultura, con la consiguiente falta de escritura para las lenguas
vernáculas europeas. Por otra parte, luego de la caída del Imperio romano, las lenguas
vernáculas europeas se alejaron progresivamente del latín clásico.

A diferencia de Grecia o de Roma, entonces, la descripción gramatical en la Edad Media se ocupó


de una lengua muerta, puramente escrita, por lo que áreas como la fonética, que había
alcanzado bastante desarrollo en Grecia y Roma, desaparecieron de los estudios lingüísticos.

Por otra parte, a partir de Boecio (siglo VI), la gramática formó parte del trivium medieval: junto
con la lógica y la retórica constituyó una de las disciplinas imprescindibles en la formación de los
hombres letrados. Como obras de autoridad, circulaban la ya citada gramática latina de Prisciano
y la de Donato (siglo IV), a las que otras obras solo agregaron comentarios y glosas (como los de
Isidoro de Sevilla en el siglo VII).

Desde el punto de vista teórico, durante la Edad Media prácticamente se reprodujeron las
discusiones de la Antigüedad, tomando como fuente de autoridad a Aristóteles. Lo más original
que se produjo en todo ese período histórico —observa Robbins (1967)— llegó recién con el
espíritu universalista en las gramáticas especulativas en el período de la filosofía escolástica
(1100-1350), como en la observación de Roger Bacon de que hay una sola gramática en todas las
lenguas, y que las particularidades son meras variaciones accidentales.

También corresponden al período escolástico las discusiones semánticas, como la naturaleza de


la significación (por ejemplo, si un signo actúa o no como sustituto de una persona, cosa, etc.),
así como el establecimiento de una serie de oposiciones básicas para la lingüística moderna:
significado y referencia, connotación y denotación, intensión y extensión. Otro de los puntos de
atención privilegiado por la filosofía escolástica, vigente hoy en día, fue la distinción entre el
lenguaje objeto y el metalenguaje, que permite diferenciar El papa es Juan de «Papa» tiene
cuatro letras.

La Europa Medieval

Durante la Edad Media, los textos de Donato y Prisciano fueron esenciales para la enseñanza del
latín —la lengua oficial del Imperio Romano de Occidente y posteriormente de la Iglesia—, en
que se basaba toda la educación y los estudios lingüísticos.

En la etapa conocida como Renacimiento carolingio, la obra de Prisciano cobró cada vez más
importancia, hasta que se convirtió en la base erudita para la enseñanza de la gramática.
Alrededor del siglo XII, se produjo un resurgimiento de la filosofía europea a manos de hombres
como San Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo, siempre dentro de la Iglesia, único sostén
de la educación. A raíz de los contactos que Europa tuvo con la erudición griega del Este se
retomó la lectura de los textos de Aristóteles, con lo cual renació el estudio del griego. Gracias a
este resurgimiento, cambió la concepción de la gramática latina, considerada más como una
disciplina filosófica que didáctica y literaria.

Con los estudios gramaticales controlados por los filósofos, se la empezó a considerar como un
medio de relacionar el lenguaje con la mente humana. "La teoría del lenguaje con la que
operaban los gramáticos especulativos adoptaba tres niveles interrelacionados: realidad externa
o formas en las que el mundo existe, sus propiedades reales (modi essendi), las capacidades de
la mente para aprehender y comprender éstas (modi intelligendi) y los medios a través de los
cuales la humanidad puede comunicar esta comprensión (modi significandi)".

El aporte más importante de la gramática especulativa es la teoría de la gramática universal.


Gracias al estudio de las lenguas vernáculas, los gramáticos llegaron a la conclusión de que todos
los seres humanos tienen la capacidad de aprender un lenguaje, y que las diferencias no son más
que accidentes. Los estudios gramaticales se dejaron de lado, por considerarse de escaso interés
teórico. Lo mismo ocurrió con el estudio de los textos clásicos latinos. Sin embargo, nunca
fueron desechados del todo. Y en el Renacimiento fueron definitivamente retomados.
Una figura importante por sus aportes orginales de este período es Dante Alighieri que en su
obra De vulgari eloquentia ('Sobre la lengua popular') considera la evolución histórica de las
lenguas. Dante atribuye un origen común a las lenguas que el conocía y presupone que diversos
procesos históricos y sociales llevaron a evoluciones divergentes. Esta obra contiene un mapa
compilado por Alighieri donde sitúa las lenguas que conoce, dividiendo el territorio europeo en
tres partes: al este las lenguas griegas, al norte las lenguas germánicas y en el sur las lenguas
romances. Alighieri clasificó las lenguas romances en tres grupos (lenguas oïl [francés antiguo],
lenguas oc [occitano, provenzal, gascón], y lenguas sí [el resto]). También trató de clasificar las
catorce variantes que reconoce dentro de las lenguas de Italia, Córcega, Cerdeña y Sicilia. En el
segundo libro defiende el uso de las lenguas vernaculares de su época para ciertos géneros
literarios, frente al uso de latín como única lengua culta.

EDAD MEDIA.

ALTA EDAD MEDIA.

Contexto Histórico.

El final de la Edad Antigua, fue el final del Imperio Romano. Esté final se inició en el 395 cuando
murió el emperador Teodosio y por testamento el Imperio quedó dividido en dos: el Romano de
Oriente con capital Constantinopla y el de Occidente con Milán como capital. Este último
desapareció con las invasiones de los bárbaros (476). El otro sobrevivió 10 siglos pero sin
características romanas.

En el siglo V, el Imperio Romano de Occidente continuaba aceleradamente hacia la realización de


una nueva sociedad. El comercio, la industria y las ciudades continuaban arruinándose. Sólo el
campo ofrecía seguridad y trabajo. Los potentados o ricos terratenientes se afianzaban en sus
tierras asumiendo más poderes sobre los agricultores libres cuyo número seguía disminuyendo
al preferir la cesión de sus tierras a los poderosos para evadir el control y los impuestos del
Estado. El esclavismo desaparecía y el colonato, que luego se llamó feudalismo, se generalizó.

La sociedad feudal, la misma sociedad de la Edad Media, que todos conocemos quedo dividida
en tres órdenes o estamentos, más que clases sociales: el clero, la nobleza y los campesinos. El
clero era la primera orden por la religiosidad de la época, por ser obispos, sacerdotes y monjes
los únicos intelectuales de aquella rústica sociedad y, por tanto, los únicos poseedores y
encargados de la educación, la política y la administración. La nobleza o caballeros estaba
formada por los señores feudales, vasallos y subvasallos que tenían feudos. Por último, los
campesinos encargados de la servidumbre y del trabajo en el campo.

El Imperio Romano de Oriente por su parte derrotó la conquista bárbara, y con Justiniano (527-
565 d.c.) a la cabeza, lograría reconquistar el Mediterráneo. Sin embargo, la influencia directa de
Roma decayó al extremo, que el Imperio dejo de llamarse romano, para luego reconocerlo como
el Imperio Bizantino, derivado de Bizancio, antiguo nombre griego de la ciudad de
Constantinopla.

La civilización bizantina duró 10 siglos, fue predominantemente griega con mezcla de la cultura
oriental. El idioma oficial el griego y se impuso el racionalismo especulativo en las ciencias. La
organización política se derivaba del despotismo oriental. El arte fue una síntesis de los estilos
romano y griego pero la arquitectura debía mucho a la cultura oriental. Los íconos y los mosaicos
fueron manifestaciones típicas del período bizantino. Los cristianos bizantinos formaron la iglesia
ortodoxa o griega independiente del papado y bajo la dirección de su patriarca.

Contexto Lingüístico.

Los cambios entre los estudios de la Edad Antigua a la Edad Media no fueron circunstanciales ni
profundos, se siguió la misma tónica de las gramáticas normativas, y prescriptivas; según los
modelos de Prisciano, Varrón y Donato. Las discusiones sobre el lenguaje se tornaron filológicas
y de un marcado sentido aristotélico. Dos grandes escuelas aparecen: la patrística y la
escolástica.

Patrística.
La patrística o padres de la iglesia cristiana, retomarían la discusión antigua de los naturalistas y
convencionalistas, o anomalistas y analogistas del lenguaje. Su más alto representante fue San
Agustín. Esta escuela siguió la propuesta de Platón, demostrando de esta manera, la unión
estrecha entre palabra e idea; igualmente, sostenían la idea de que la palabra era representación
material de las cosas, esencia misma; por esta razón también se le llamaron realistas, o
estudiosos de la realidad. Otro representante de este movimiento fue Duns Scotto (1265-1308)
de que algunos atribuyen falsamente la autoría de la Gramática Especulativa de los modistæ

San Agustín (354-430 d.c.) expone que la lengua es un conjunto de signos, y en "De Doctrina
Christiana" definiría el signo como "una cosa que, además de la impresión que proporciona a los
sentidos, nos hace conocer algunas otras cosas". Igualmente, desarrolló estudios de tipo
morfosintáctico en su "De Magistro", desarrollando más ampliamente los estudios de la
gramática tradicional sobre las categorías gramaticales: ej. El nombre es aquello que una cosa se
llama; el pronombre se le llama así porque está en lugar del nombre.

Escolástica.

Fue un movimiento intelectual que surgió de las escuelas de la iglesia, Ellos buscaban armonizar
los dogmas con la enseñanza de Aristóteles. Intentaron sintetizar la fe y la razón. Su más grande
representante fue Santo Tomas de Aquino, Guillermo de Ockam. Ellos disputarían las teorías de
la escuela Patrística, pues consideraban que la palabra nacía del espíritu humano y por ello, la
palabra resultado de la nominalización de las cosas; de allí su nombre de nominalistas.

Santo Tomas (1225-1274) destacaría el valor de los universales y sus implicaciones lógicas y
lingüísticas, claro retomando los estudios de Aristóteles sobre el tema. Igualmente destacaría sus
estudios sobre la veridicción y la falsación de los términos y de sus juegos lógicos.

Guillermo de Ockam (1298-1349) desarrollaría un estudio sobre los conceptos, dividiéndolos en


conceptos que se refieren a las cosas (intentiones primæ) y los conceptos que se refieren a los
conceptos (intentiones secundæ). Desarrolló también un estudio en torno a los metalenguajes.

BAJA EDAD MEDIA.


Contexto Histórico.

La baja Edad Media nace como consecuencia a dos fenómenos importantes: la primera, el
resurgimiento del comercio y la vida urbana, movidos por los progresos de la agricultura,
progresos que a su vez generaron mejoras en la alimentación, el crecimiento de la población y el
aumento de la producción que mejoró en las ventas. La segunda, las Cruzadas, expediciones
religiosas – militares que se adelantaron en la Europa Occidental contra los musulmanes para
reconquistar la Tierra Santa. Las cruzadas fueron ocho (1096-1270).

Las nuevas actividades hicieron que la tierra dejara e ser la única fuente de riqueza. La
servidumbre decayó pues muchos de los campesinos se fueron a las ciudades buscando libertad
y riqueza. Decayó también el poder de la iglesia, que desencadenaría una renovación del
cristianismo y la aparición de la Inquisición en el siglo XIII.

El espíritu de la época y el interés por el estudio surgido en el siglo XII, llevaron a los maestros y
estudiantes a crear la "universidad". En el medioevo grupos denominados "universitas"
generarían el cuerpo de las futuras Universidades. Las primeras: La de Bolognia, Salerno y París;
famosas por el derecho, la medicina y la teología respectivamente. Entre los siglos XIII y XIV se
fundaron muchas más, bajo la protección y el estímulo de la iglesia. Se enseñaba, teología,
derecho, medicina, artes y humanidades; donde se cursaban un cuerpo temático específico; el
cuadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música) y el trivium (gramática, retórica y
dialéctica).

Contexto Lingüístico.

Los estudios de esta época se hacen bajo bases más profundas de la lógica. Los estudios se
levantaron sobre investigaciones lógicas; igualmente se ocuparon de las cuestiones de la
naturaleza y las formas como se manifiesta el lenguaje, de allí las gramáticas especulativas. Pero
el desarrollo más notable se evidenció en el estudio de los modos de significar o del problema
del significar.

Summulæ Logicales.
El nombre de este grupo nace de la obra titulada "Summulæ Logicales" de Pedro Hispano
(1277?) que generó el punto de partida de las investigaciones lógicas en torno al lenguaje. Fue
utilizado como texto guía en la mayor parte de las universidades. Al comienzo se atribuyó la
autoría del texto a Miguel Psello, pero ahora se conoce que fue escrita plenamente por Pedro
Hispano, con directa influencia de "La Lógica" de Aristóteles. La obra generó estudios
interesantes en torno a la semiótica sobre el carácter dual de la palabra como significado y
significante.

De la misma orientación aparece Raimundo Lulio (1235-1315) con su "Ars Magna", donde
desarrollo un método de estudio lógico para el análisis del lenguaje y de las artes. Trató de
desarrollar una especie de enciclopedia donde se pudiera dar respuesta a los principios de las
ciencias y del arte. Desarrolló algunos principios de análisis de veracidad y falsación en las
proposiciones, y diseño los primeros postulados de las tablas de verdad.

Los Modistæ y la Gramática Especulativa.

En la baja Edad Media los estudios del lenguaje toman una dirección teórica que se interesaba
por las cuestiones generales de las categorías de la lengua y la significación, por lo cual sus
tratados se denominan "gramáticas especulativas" o "modis significandi". Estás gramáticas
generativas, en sí eran tratados de semiótica, trataba mediante métodos lógicos, conocer los
mecanismos del lenguaje para la significación y sus valores de veracidad.

Entre sus representantes más significativos encontramos a Pedro de Helia (siglo XII), quien
analizó y comentó la gramática de Prisciano en sus obras Summa super Priscianum o Comentum
Priscianum. Su obra "Comentum" hacia una renovación considerable a la gramática descrita, e
introdujo por primera vez un tratado sobre "los modos de significar" de la lengua.

Tomas de Erfurt (siglo XIII), fue el autor de "Gramática especulativa", donde hablaría de la
gramática como un estudio de los signos de las cosas, o más explícitamente un estudio de los
signos, que no tendría de ningún modo una finalidad normativa, sino más bien especulativa.
Para Erfurt el lenguaje es "... un objeto para el conocimiento lógico y la gramática es encarga
precisamente de buscar sus unidades, de determinar sus categorías y de clasificarlas". Para
Erfurt los modos de significar implicaban "los modos de ser y los modos de entender diversos, en
el lenguaje"
Entre otros representantes encontramos a de los Modistæ o Modisti encontramos a Siger de
Courtrai, Martín de Dacia, Boecio de Dacia, Miguel de Marbais que trabajaron entre 1275 –
1325.

Linguae Vulgata.

Para finales de la Edad Media, se inicio un verdadero movimiento en pro de reconocimiento en


las lenguas romances o "vulgares". Está preocupación iba marcada por la decadencia del latín
culto como lengua oficial y la permeabilidad del latín vulgar en los territorios cristianos. La lucha
de las nuevas lenguas, el castellano, el italiano, el portugués, el francés, el rumano, el provenzal;
con el latín era suficiente para generar una nueva dinámica social. Entre los más grandes
exponentes en defensa a esta postura encontramos a Dante Allighieri, que con su obra "la Divina
Comedia" y su discurso "De Vulgari Elocuentia" puso su lengua al nivel de cualquier lengua
nacional u oficial.

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