A partir del video “El pez que sonreía”, se logran identificar diferentes escenarios
donde las experiencias estéticas toman un lugar trascendental en la vida de un sujeto
especifico, otorgándole un sentido a la misma.
La escena a partir de la cual se desencadenan el resto de las experiencias estéticas es
la compra del pez, puesto que como se ha presentado al personaje, es un sujeto
solitario y refugiado en el alcohol. Por lo cual, la compra del pez puede dar lugar a la
manifestación de una necesidad de compañía por parte del sujeto; teniendo en cuenta
que anteriormente a esta escena el sujeto ya ha tenido un encuentro con el pez que
después adquiere, este encuentro que tiene el sujeto con el pez se da a partir de la
observación prolongada en un lapso de tiempo que realiza el sujeto al lugar donde se
encuentras exhibidos los peces para la venta, este es una experiencia cargada de
sentido puesto que como se manifiesta en el video, da la sensación de que mucho
antes de que el sujeto escogiera el pez que iba a comprar, este sujeto ya había sido
elegido por el pez, esto se ve manifestado en los diferentes juegos y acercamientos
que realiza el pez hacia el sujeto, mientras este lo observa detenidamente.
Por ende, se entiende que el pez puede ser la representación de compañía para el
sujeto, puesto que hasta en el mismo acto de llevar al pez hacia su hogar hace parte
de una experiencia estética que comunica el personaje en esta acción. Desde este
punto, se desencadenan una cantidad de experiencias estéticas como lo son los rituales
que hace el personaje dirigidos a su mascota, tales como: comer con él, ver televisión
con él, bañarse con él, pasearlo por toda la casa, tenerlo cerca de su cama, despedirse
por medio de un gesto cariñoso como lo es un beso antes de irse a dormir, etc. Son
una serie de acciones que dotan de un sentido a la vida del sujeto.
Finalmente se identifican dos experiencias estéticas que le dan un sentido de vida al
personaje y le permiten hacer una elaboración de su sentimiento de soledad. La
primera es un sueño regresivo que tiene el personaje, donde su mascota lo lleva a
recorrer un camino, el cual le permite (a lo largo del sueño) liberarse de sus cargas y
sentimientos de soledad hasta en el sentido literal, liberarse hasta de su propia ropa,
para emergerse en el punto final hasta donde lo dirigió su mascota, el mar, donde se
encontraban cantidades de peces. La segunda experiencia estética se encuentra dentro
del mismo sueño y da lugar después en la realidad del sujeto al despertar; en el
momento en que el sujeto se siente liberado al poder nadar tranquilamente en medio
del mar y pasa a estar encerrado en una pecera sin tener salida alguna, el sujeto
despierta e identifica que esta experiencia estética le permitió entender que este
personaje no necesita de una compañía para sentirse bien consigo mismo. Puesto que
aunque el pez le brindó una sensación de compañía, este no es de su misma especie
ni usa su mismo lenguaje para comunicarse, es decir, que a través del sueño el sujeto
logra elaborar su sentimiento de soledad y como resultado desea brindarle libertad a
su mascota, por ende al final, la experiencia estética se concreta en el momento en
que con tranquilidad y una sensación de felicidad expresada en su rostro lleva al pez
hacia el mar, lo tira allá y se acuesta plácido en el bote a ver el anochecer.
7. Acompañen este documento con ilustraciones de aquello que resulta claro posible de
ser expresado y aquello que resulta inefable.