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exto: Mateo 13:1-9 y Mateo 13:19-23

Introducción:

El Señor Jesús desde que apareció en escena, hasta su último día en la tierra,
entregó un mensaje claro y definido acerca del Reino de los Cielos. Y cómo éste
es un mensaje tan profundo, él como excelente Maestro lo reveló en forma
simple y sencilla. Para esto usó las parábolas, que son narraciones fingidas, de
las cuales se deducen por comparación o semejanza, una verdad importante o
una enseñanza moral.

En este esfuerzo, Jesús enseño que el reino de los cielos era como una semilla
de mostaza, o como una mujer que puso la levadura en una porción de harina.
Estos eran ejemplos que los oyentes de su tiempo entendieron a la primera.

Pero también enseñó esta parábola del sembrador, que a buenas y a primera los
discípulos no la entendieron, pidiéndole aparte una explicación para su mayor
comprensión.

En la explicación que el Señor Jesús da, queda claro que la semilla es la Palabra
de Dios, el sembrador es el que predica la Palabra, y los distintos terrenos
representan al oyente de la Palabra.

Es así que Jesús se las explica de la siguiente manera.

“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador” Mateo 13:18

1. Junto al camino. 13:19 “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la


entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es
el que fue sembrado junto al camino.

Este terreno representa la mente del oyente, el intelecto. De ahí que es necesario
que cuando prediquemos la Palabra lo hagamos en una forma clara, de manera
que pueda entenderse, para que no ocurra esto: “Cuando alguno oye la palabra
del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su
corazón.”

La importancia de que la gente entienda lo que se le predica es para que puedan


creer, pues ¿cómo creerán algo que no entienden?

2. Entre pedregales. 13:20-21 “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el


que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí,
sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por
causa de la palabra, luego tropieza”.

Este terreno rocoso, con una pequeña capa de tierra, representa la emoción del
oyente: “al momento la recibe con gozo”. Y como la emoción es de corta
duración, prontamente se olvidan de lo que recibieron. Muchos son los que con
emoción reciben el mensaje, pero cuando vuelven a su diario quehacer,
enfrentando problemas y aflicciones, tropiezan, y hacen infructousa la semilla.
3. Entre espinos. 13:22 “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye
la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la
palabra, y se hace infructuosa”.

Este terreno representa la voluntad del oyente. No sólo oye la palabra y la


entiende, sino que la recibe con gozo, pero cuando se trata de decidir entre el
afán de este siglo y el reino de los cielos, siguen sus propios caminos, haciendo
de esta forma también infructuosa la semilla que en ellos fue sembrada.

4. En buena tierra. 13:23 “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el
que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta
por uno”.

La buena tierra representa el corazón del oyente (su espíritu). La semilla


sembrada penetró hasta partir el alma y el espíritu, y dio fruto multiplicativo “y
produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”.

Conclusión:

Como oyentes de la Palabra, debemos abrir nuestro corazón para que Dios
desde ahí transforme nuestras vidas. Y como predicadores de la Palabra
debemos buscar la Unción del Espíritu Santo para que cuando entreguemos esta
maravillosa semilla, caiga en buena tierra, y sea él quien produzca la convicción
en cada corazón.
Reflexiones sobre la Parábola
del Sembrador
La Parábola del Sembrador aparece en tres de los Evangelios: Mateo, Marcos
y Lucas. En los tres evangelios, sus escritores inspirados por el Espíritu Santo
presentan la parábola y su interpretación como fue provista por el Señor Jesús.

La parábola lee como sigue:

“El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla:

 una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se
la comieron.
 Otra parte cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó,
porque no tenía humedad.
 Otra parte cayó en medio de los espinos; y los espinos, al crecer con
ella, la ahogaron.
 Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a
ciento por uno.

Luc 8: 4 – 8

Esta parábola habla de un sembrador, ¿quién es el sembrador? El sembrador


es el que cree y confiesa que Jesús de Nazareth es el único camino para llegar
a Jehová Dios. La semilla es la palabra de Dios; las buenas nuevas de
salvación por la fe en el Señor Jesús. Sembrar la palabra es predicar las
buenas nuevas de salvación. El creyente (cristiano) tiene la responsabilidad de
salir continuamente a sembrar la palabra de Dios. Esta responsabilidad
consiste, primeramente, en predicar la palabra y una de las formas más
efectivas de hacerlo es a través del modelaje. Se espera que el creyente viva la
palabra que predica. La segunda responsabilidad es regarla, en otras palabras,
visitar a las personas a quienes se predicó la palabra para instruirlos en el
Camino de Dios. Esta segunda fase se conoce como seguimiento. La tercera
fase, la de crecimiento, le corresponde a nuestro Dios. Como dice la escritura:
“Pablo sembró, Apolos regó, pero el crecimiento la da Dios”.

Según la parábola, cuando se siembra la semilla, esta puede caer en cuatro


tipos de ambientes: junto al camino, sobre la roca, en medio de los espinos
y en tierra buena. ¿Qué representa cada uno de estos ambientes? ¿Qué le
sucede a la semilla que es sembrada en cada ambiente? Estudiemos a fondo
cada uno de estos ambientes para ver qué tipo de corazón o persona
representan.

Primer Ambiente – Junto al Camino


La que es sembrada junto al camino, es pisoteada y las aves del cielo se la
comen. Sembrar cerca del camino equivale a oír (escuchar) la Palabra. En
otras palabras, estas son las personas que escuchan la palabra, pero la misma
no halla lugar en el corazón de ellos – se queda fuera en la superficie. El
corazón de estas personas está completamente endurecido. Son duros de
cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, resisten al Espíritu Santo
[Hechos 7:51].

El texto indica que estas personas se quedan en la etapa auditiva; de hecho,


oyen con dificultad porque su corazón es malo. Ellos no logran entender la
palabra. Como consecuencia de sus actitudes, el diablo arrebata la palabra de
sus corazones para que no crean y se salven. El evangelista Marcos dice
que el diablo les arrebata la palabra al instante. Esto sucede así porque sus
corazones están completamente endurecidos. Estas personas terminan con el
entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en
ellos hay, por la dureza de su corazón. [Efesios 4:18]. El corazón de estas
personas está engrosado, oyen pesadamente, sus oídos están tapados;
para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón,
y se conviertan, y yo los sane. [Hechos 28:27].

[OYE CON DIFICULTAD : NO ENTIENDE : NO CREE]

Los que no pasan de la etapa auditiva es porque su corazón está totalmente


endurecido. Ni tan siquiera reciben la palabra con gozo.

Segundo Ambiente – Sobre la Roca [conflicto y tentación]

La que fue sembrada sobre la roca, tan pronto creció, se secó, porque no
tenía humedad. En ocasiones, sobre las rocas hay capas delgadas de tierra
en donde una semilla puede crecer. En este caso la semilla crece por un
tiempo, pero cuando las circunstancias del tiempo comienzan a manifestarse
(sale el sol), la semilla se seca debido a que no tiene agua. A esta semilla le
faltó agua, que es ingrediente de vida.

Estos son mas nobles que los anteriores, puesto que no solamente oyen la
palabra sino que además la reciben con gozo. De manera que este

[OYE : ENTIENDE : RECIBE (CREE POR POCO TIEMPO)].

El problema de estos es que solo “creen por un tiempo“, son de muy corta
duración. Tan pronto vienen los problemas (aflicción o persecución por
causa de la palabra) y/o las tentaciones abandonan el evangelio. La vida está
llena de problemas y de tentaciones. De hecho el Señor Jesús dijo: “En el
mundo tendréis aflicción (problemas), pero confiad yo he vencido al mundo”. El
que abandona el evangelio cuando vienen los problemas es porque no ha
creído (confiado) como dice la Escritura.

De igual manera el apóstol Pablo dice “No os ha tomado tentación, sino la


humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que
podáis aguantar.” [1 Corintios 10:13] Note que Dios se asegura de que no
seamos probados más allá de nuestras fuerzas y además junto a la prueba, Él
nos provee la salida. De manera que quien abandona el evangelio cuando
vienen las tentaciones es porque quiere pecar deliberadamente. Esto mismo lo
indicó Santiago cuando dijo: “Sino que cada uno es tentado cuando es llevado
y seducido por su propia pasión.” [Santiago. 1:14].

Estos se conocen como creyentes temporales. Estos son los que tan pronto
aparecen situaciones de conflicto abandonan la Iglesia del Dios Viviente. No
están dispuestos a batallar por la fe que les fue dada. No están dispuestos a
retener su fe en los momentos de crisis. Jesús conocía a este tipo de creyente,
en su evangelio leemos: “Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la
Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero
Jesús, por su parte, no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía
necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues El sabía lo que
había en el hombre. [Juan 2:23-25]. Cuando una persona está dispuesta a
dejarse arrastrar por sus pasiones y a desobedecer, su corazón no es bueno.

Los conflictos y las tentaciones no son obstáculos para el crecimiento del


verdadero creyente, al contrario, son el mecanismo a través del cuál maduran;
guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo.

Esta semilla se quedó a nivel de la superficie del corazón, no entró al corazón


del creyente (no tenía raíces profundas). Las raíces profundas son sinónimo de
árboles saludables y fuertes. El creyente es el árbol y sus raíces representan el
efecto de la palabra sembrada cuando entra a su corazón. Cuando la palabra
no puede penetrar el corazón no se producen las raíces, y al venir la
inclemencias del tiempo (sol fuerte, vientos, …) el árbol se seca, muere y se
cae. En este caso la semilla crece sin limitaciones por breve tiempo, viene la
dificultad y se seca; por lo cual no produce fruto.

Tercer Ambiente – Entre los Espinos [el mundo y sus deseos]

La que fue sembrada en medio de los espinos, los espinos crecieron con
ella, y la ahogaron. En este caso la semilla crece junto a otras formas de
pensamiento y actitudes que eventualmente la ahogarán, no la dejan que entre
al corazón y produzca raíces. De manera que este también

[OYE : ENTIENDE : CREE – CONTAMINADO].

En este creyente, la yerba mala (zorra) crece junto a la semilla. ¿Cuáles son
estos espinos? Las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida.

Las preocupaciones del mundo: ¿qué habremos de comer?, ¿qué habremos


de vestir?, ¿qué dirán de nosotros?, y ¿cuál será nuestro futuro? Él Señor
Jesús indicó claramente que no nos preocupásemos por estas cosas. Nos
enseñó que si buscamos de todo corazón, Él mismo se encargará de suplir
todas nuestras necesidades y guiar nuestros pasos para estar en paz con Dios
y con los hombres. Las preocupaciones conducen a la ansiedad, el afán y a la
angustia. Todos estos estados impiden que la palabra halle espacio en los
corazones de los creyentes. De manera que las preocupaciones la van
limitando para que no pueda entrar al corazón.

El engaño de las riquezas: pensar que la seguridad, la estabilidad y la


felicidad se alcanzan a través de la riqueza material. Este estado consiste en
amar más a las riquezas que a Dios; una de las idolatrías más comunes en la
sociedad moderna. El amor al dinero es raíz a todos los males de nuestra
sociedad: tanto dentro como fuera de la iglesia. ¿Cómo sabemos que amamos
al dinero? Su manifestación más sutil consiste en que tenemos dificultad para
darle a Dios de lo que Él nos ha dado. Damos, pero no lo hacemos con alegría.
Hasta el caso extremo donde estamos más interesados en nuestros negocios
terrenales (aumentar nuestros bienes materiales) que en el reino de los cielos
(aumentar nuestras riquezas en el cielo) [Lucas 12:16-21]. Cuando una
persona ama el dinero su corazón no es recto – está dispuesto a hacer
cualquier cosa por aumentar su riqueza material.

Los placeres de la vida (deseos de las demás cosas), estos son los
creyentes temporales que solo están interesados es que se les ministre y se les
sirva; no están muy dispuestos a servir – no tienen corazón de siervo. Tenemos
que estar conscientes de que Dios nos llamó a servir y no a ser servidos. Solo
quieren disfrutar de las bendiciones y de la paz personal (egoísmo). Esta es
otra de las formas de pensamiento (molde) que ha estado utilizando el mundo y
el diablo, muy efectivamente, incluso para inactivar aún a verdaderos
creyentes.

Este grupo de creyentes temporales tampoco logra dar fruto – la fruta no


madura, se quedan sin fruto; esto es, se vuelve estéril. El Señor Jesús indicó
con completa claridad que el que no da fruto es cortado y lanzado al fuego.

Resumiendo lo dicho hasta el momento:

Junto al Camino – oye con dificultad, no entiende y no cree. La palabra no


haya espacio en su corazón – corazón endurecido.

Sobre la Roca – oye, entiende y recibe (cree) con alegría. Pero cree por breve
tiempo – cree hasta que llega la dificultad (problemas y tentaciones). No da
fruto – indicando que no cree conforme a la Escritura. Su corazón no es
bueno.

Entre los Espinos – oye, entiende y cree; simultaneamente permite que otras
formas de pensamiento y actitudes crezcan y eventualmente ahoguen la
semilla. No da fruto – indicando que no cree conforme a la Escritura. Su
corazón no es recto – ama las riquezas y los placeres de la vida.

Cuarto Ambiente – En Buena Tierra [mucho fruto]

La que fue sembrada en la tierra buena, creció y produjo una cosecha a


ciento por uno, otra a sesenta y otra a treinta. Este es el verdadero
creyente. ¿Qué caracteriza a un verdadero creyente?; da fruto. El árbol es
conocido por su fruto. De este creyente no se puede decir: lo que haces no
me deja oír lo que dices.

Este es el creyente que

[OYE : ENTIENDE : CREE : RETIENE : DA MUCHO FRUTO]

Note que para dar mucho fruto es necesario retener la palabra (Juan 15:1-5),
especialmente donde los otros fallaron; cuando hay conflictos. La persona que
retiene la palabra es la que obedece, espera siempre en Dios, de manera que
hace morir al viejo hombre. Retener es lo mismo que perseverar – permanecer
obediente a la palabra de Dios independiente de cuales sean las condiciones
del tiempo (sol caliente, vientos fuertes, …).

Para llegar a dar mucho fruto el corazón del creyente tiene que ser recto y
bueno.

¿Qué nos enseña el Señor Jesús en esta parábola?

 Necesitamos tener un corazón recto y bueno para poder dar mucho


fruto.
 El que tiene este tipo de corazón persevera en la doctrina de Cristo
especialmente cuando vienen los conflictos.
 Un corazón recto es uno que no se involucra en los negocios de la vida
– no ama las riquezas ni los placeres de la vida (no busca que le sirvan y
tener paz personal).
 Un corazón bueno es aquel que no cede ante las tentaciones y que no
cambia de opinión cuando vienen los problemas.
 Los verdaderos creyentes se caracterizan porque dicen presente,
especialmente cuando hay necesidad, su propósito en la vida es servir a
otros.
 Los verdaderos creyentes deben examinarse cada día, para evitar que
sus corazones se contaminen

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